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sobre la excelencia
y virtudes de
SAN PABLO
APÓSTOL
MEDITACIONES
SOBRE ¡LA EXCEDENCIA Y VIRTUDES
TOMO I.
MEDITACIONES
SOBRE LA EXCELENCIA T VIRTUDES
DEL GLORIOSO
SAN PABLO,
EN H ONOR
D E LO S AÑ O S D E SU A P O S T O L A D O .
str AUTOR
D O N M IG U E L 2ERARNAU, ,
PRESBÍTERO.
TOMO PRIMERO.
CON L IC E N C IA .
M e d it a c ió n i . D e la vocacion y elec
ción de San Pablo al A p osto la
do. Pagina i .
P unto i .p E go sum J e s ú s , quetn tu jper-
sequeris. ibid.
P unto 2.° Domine quid me vis fa c e -
re? p. 3.
gin . 2 5 6 .
P un to i. ° Benedictas JJeu s, et P a te r
Domini nostri Jesu C hristi f P a ter mi-
sericordiarum, et D eu s totius consola-
tionis. ibid.
P u n t o a.° In ómnibus gratia s agite. pa-
gin. 2 6 3 .
P u n t o 3 .° ,S i autem accepisti, quid gloria--
ris y quasi non acceperis? p. 2 7 0 .
M e d i t , x v iii. Correspondencia de San
Pablo al beneficio de la gracia, pa-
g in . 2 7 6 .
P u nto i.° G ra tia D ei sum id quod
sum. ibid.
P unto 2 .0 G ra tia ejus in me vacua non
f u i t ¡ sed abundantius Mis ómnibus labo-
ravu p. 2 8 3 .
' P unto 3 .0 Non ego autem , sed gra tia
Deimecum. p. 290.
MEDITACION
■'
I.
De vocacion y elección di San Pablo
al Apostolado.
PUNTO PRIMERO*
PUNTO SEGUNDO.
PUNTO TERCERO*
s Psalm. 72»
MEDITACION II.
Sabiduría de S. Pablo.
PUNTO PRIMERO.
i Joan. 16.
8 MEDITACION
lío que os he predicado no es cosa "de
hombres, ni y o he recibido de hombre
alguno la comision de predicarlo, ni lo
he aprendido por magisterio hum ano,
sino por inmediata revelación de Jesu-
christo ; 1 y escribiendo á los Corintios
les dice, que fue arrebatado hasta el ter
cer cielp , y que allí recibió tan altas y
secretas inteligencias que no hay lengua
que pueda explicarlas. Gracias os sean da
das mi buen Jesús por haber dotado á
este Santo Aposto! de tan copiosa luz
de celestial sabiduría para enseñar al mun
do. Iluminad Señor con un rayo de es
ta divina Sabiduría las tinieblas de mí
corazon , para que no duerma el sueño
de la muerte y del pecado: 2 avivad mi fé
que. disipe las ignorancias y errores de
mi alma, para que obrando por ella vi
va yó^ en justicia y santidad conforme lo
, que vos dixiste por vuestro P rofeta: mx
ju sto vivirá por fe. 3
i Psalm. lo g .
Io MEDITACION
tol de tanta y tan sublime Sabiduría?
¿Quien hará que resuenen por todo el
mundo sus magníficas alabanzas? Gracias
os sean dadas 6 Salvador mío por haber
derramado con tanta plenitud los tesoros
de vuestra Sabiduría sobre este bendití
simo A postol , para instrucción y ense
ñanza de todos vuestros redimidos.
PUNTO TEHCEHO.
MEDITACION IIL
Humildad de S. Pablo.
PUNTO PRIMERO.
PUNTO SEGUNDO.
x i. ad Cor.
16 MEDITACION
xá verdad , y verdad abatídora da toda
soberbia lo que dice el mismo A postol s
si alguno piensa que es algo , engañase,
que nada es. Qui existimat se aliquid essey
cum nibii s it, ipse se seducit. 1
PUNTO TERCERO.
x A d Galat, 5.
TERCERA. I7
mos oyéndole predicar en Lycaonia 1 lo
tuvieron por D io s , é imbuidos como es
taban en el error de sus falsas Deidades
quisieron ofrecerle sacrificio, llamándole
el Dios Mercurio. Pablo tenia otras lu
ces muy superiores para no dexarse sor
prender de la vana honra de los hombres.
El sabía que todo su bien era derivado
de la gracia del Salvador , como de su
fuente y origen , que esta gracia era un
don de la pura liberalidad y misericordia
del Señor, y tan g ra tu ito , que no había
ni podia haber de nuestra parte mérito
alguno antecedente que nos la grangease,
que sin esta gracia jamás hubiera salido
de la incredulidad Judaica, y hubiera que
dado como tantos otros hermanos suyos
Israelitas eternamente envuelto en la ma
sa de aquel pueblo ingrato y traidor;
que en virtud de esta misma gracia de
Christo había sido llamado y traído á la
luz del Evangelio y escogido por A p os-
1 A ct. 14,
TOM. !« B
I 8 MEDITACIOtf
t o l, y que toda la gloria que resultaba
de su Apostolado , en quien tanto res
plandecía la gracia de C hristo, era debida
á solo Dios en Jesuchrito, que con s¡u ve
nida al mundo nos había merecido y traí
do todo bien •, que el retener ó reservar
para sí parte alguna de esta g lo r ia , era
un hurto manifiesto , y enorme sacrile
gio , echando mano de lo mas sacrosanto
que Dios tie n e , que es su g lo r ia , y de la
qual tan solemnemente ha protestado por
su Profeta que la quiere toda para sí.
Gloriam meam alieri non daho. 1 P or esto
el Santo A postol tenía tanto empeño en
abatirse s ya decia de s í , que era como
un a b o rto , que es la cosa mas vil y des
preciable, y digna solamente de arrojar
se, ya publicaba que era el m ayor peca
dor , 2 que había sido blasfem o, y per
seguidor de las Iglesias, 3 que no era
digno de ser llamado A postol j y es que
temía Pablo ser ladrón y defraudador á
PTJNTO PRIMERO.
PUNTO SEGUNDO.
PUNTO TERCERO.
I Isaise ¿a,
QÍTARTA. 2§
fecta copia de este santo original, quan-
do el mismo se dio por exempl'ar á los
demás. Sed imitadores mios, dice, como
y o lo soy de Christo, 1 El Santo Apos^
tol desde que entró en la escuela del Sal
vador tenia ya abandonado juntamente
con la secta, el espíritu Farisaico, espí
ritu quanto mas suave para s í, tanto mas
rigoroso para otros, cargando sobre ellos
un yugo intolerable que los hace gemir
sin consuelo; debaxo de su peso 5 por el
contrario 2 trataba é l , y quería que fue
sen tratados los pecadores con el espíri
tu del buen Pastor del Evangelio , que
no dió en rostro á la pobre oveja des
carriada con su desvio cargandola de
oprobios, ni la trató con dureza dando-
la de palos j sino que la cogió con gran
blandura, la cargó con gran suavidad
sobre sus hombros, aliviandola con gran
piedad y mansedumbre de la fatiga del
camino, y tuvo por gran dicha suya el
i Is4i«e ¿o.
qvartx. a7
confortar y poner en pie al caído. Pero
á mí por el contrarío quadra bíen lo que
decía el Profeta D a vid : erré como oveja
que perdió el sendero. Rogad Santo mío
al D ivino Pastor que me haga sentir su
dulce y amoroso silvo , y que y o sea
dócil en seguirlo y no apartarme ya ja
más de su custodia.
M E D IT A C IO N V. r
Caridad de San Pablo para con Dios,
PUNTO PRIMERO.
PUNTO SEGUNDO.
I Luc. 12,
TOM. I. C
54 MEDITACION
nejable, y recibe tal calor que abrasa y
consume como si fuera et mismo fuego.
V ed ahi la transformación que hizo el
amor divino en el corazon de Pablo j y
este mismo efecto nos quiso él declarar
quando dixo escribiendo á los G alatas:
viv o y o ; y a no y o ? Christo es el que
v iv e en mí. Quedó Pablo en virtud del
amor D ivin o tan transformado en Chris
to y que todas sus operaciones de vida las
consideraba é l, no tanto como operacio
nes suyas propias, quanto como opera
ciones deí mismo Christo t cu y o amor las
animaba t y era como el alma de todas
ellas. El sen tir, el pensar, el querer de
Pablo hablan traspasado los de la baxe-
za humana ? y como hombre muerto y a
á todo lo sensible y cria d o , su alma no
tanto vivia en el propio cuerpo que ani
maba j quanto en el corazon de Christo
su amado > el amor de Christo Impelía a
Pablo á discurrir como un relámpago de
un lugar á o tro , á afanarse por el fru-
QI/INTA. 35
to del Evangelio. El amor de Christo era
el que daba movimiento aí obrar 7 al pa
decer y sufrir de Pablo. El amor de Chrís-
to era el que daba vida á todas las em
presas del Apostolado de P ab lo ; y así
como hombre arrebatado y fuera de sí
muerta ya á todo lo criado visible e In
visible ? que y a ni siente r ni piensa, ni
ama, ni quiere, decia con un santo de
lirio de am or, Christo es mi vid a , vivo
y o í y a no yo > Christo es aquel que vi
ve en mL ¡O Santo A p o sto lí ;Quán le
jos estoy y o de este amor tan debido por
otra parte á la suma é infinita bondad
de mi D ios! E stoy m uy v ivo en mis pa
siones, m u y sensible á mí amor propio,
á mi comodidad y regalo f á mi honra é
ínteres? pero muerto e Insensible á las
dulces impresiones del amor divino. ¿Quien
trocará mi corazon, y que muera ya de
una vez, á todo lo criado por amor de
mi C riador? Asistidme Santo m ío, y al
canzadme del Señor su poderosa gracia
C2
36 MEDITACION
que purifique mi alma de todo afecto des
ordenado , para que muriendo á todo lo:
que no es D io s , viva á imitación vues
tra en D io s , por Dios y con Dios.
PUNTO TERCERO.
PUNTO PRIMERO.
1 Psalm. 2.
SEXTA. 41
do el precio inestimable de su sangre: con
ella selló el nuevo Testamento, y quedó
constituido Redentor del mundo. ¿Puede
haber motivo mas poderoso para amar á
los hombres, que el considerar quanto les
amó el Eterno Padre , y quanto hizo su
Hijo Unigénito en prueba de este mismo
amor? A vista pues de un exemplar tan
asombroso como este, ¿qué habia de ha
cer el Apostol San Pablo? ¿Aquel fidelí
simo siervo en la casa del Señor? ¿ Aquel
grande amador de Jesuchristo? ¿Aquel
que con obras, y con palabras decia de
sí, vivo y o , ya no yo 5 Christo es el que
vive en mí ? Grande fué sin duda su amor:
para con los hombres i y grande habia dé
ser para que correspondiese á una vida,'
que no tanto era vida de P ablo , quan-,
to vida de Christo en Pablo. A sí es 5 el
Santo Apostol en prueba de su grande
caridad para con los hombres hizo un
continuo y perpetuo sacrificio de su vi
da. Cada dia muero (decia él escribiendo
4 ^ M E D IT A C IO N
i a. ad Cor. €.
44 M E D IT A C IO N
vuestra magnanima caridad en los sagra
dos monumentos de la Santa Iglesia pa
ra instrucción de todos. Vos que ahora
libre ya de todo mal reposáis en el se
no mismo de la caridad, que es Dios, in
clinad esos vuestros benignos ojos á los
que acá vivimos rodeados de peligros 5
sed con vuestra poderosa intercesión nues
tro-.compañero en el triste destierro de
esta vida corruptible para que podamos
con seguridad llegar á esa Santa Sion ,
ciudad de p a z , y patria de los escogidos
de Dios. Amen.t
PUNTO SEGUNDO,
1 August, epist. p,
46 M E D IT A C IO N
condescendiendo con ellos eñ todo lo que
le permitía la pureza del Evangelio que
predicaba, sin desdeñarse de tomar quaí-
quier oficio por baxo y vil que fuese, si
por este camino podía aprovechar al pró
ximo y como una buena madre que de
continuo asiste á su hijo enfermo con
tanto cuidado y solicitud que no se apar
ta de él de día ni de noche. SI el hijo
gime con la fuerza del mal que padece,
la madre se enternece y llo ra : ella lo
vuelve de un lado al otro, lo sostiene en
sus brazos, íe da la comida por sus ma-
¡ nos > ella la guisa por sí misma toman
do sobre sí todos los oficios aun los mas
viles y baxos de la casa para consolar ,
aliviar y dar si pudiera la salud á su hi
jo* De esta manera se hacia el Apostol
San Pablo todo para todos con el fin de
ganarlos á todos, jO santa caridad, que
Industriosa eres para hacer bien á todos!
¿Qué diré yo> de vos Santo Apostol mío?
Que la caridad que os transformó en
SEXTA . 47
Christo, esa misma os transformó en los
hombres. Ellos estaban teñidos con la san
gre de Jesuchristo, ¿cómo era posible na
quedar arrebatado vuestro corazon á amar
los? Por los hombres no se desdeñó el
Redentor de sufrir penas, ignominias, y
una muerte afrentosísima, ¿cómo no ha
bíais de mirar como gloria de vuestro
Apostolado el abatiros, el tomar qual-
quier oñcio, cargo, ó ministerio por vil
que fuese, pudiendo por este medio ga
narlos para Christo? Miradme Protector
mió con ojos de compasion, y desde el
cielo usad conmigo de aquella caridad
que exercitasteís con los hombres acá en
la tierra para que yo aprenda el uso de
esta virtud, y sepa hacer bien á todos y
ganarlos para Christo,
¡PUNTO TERCERO.
i i. ad Cor. 13.
M ED ITA CIO N VIL
Excelencia de la caridad de S. Pablo
para con el próximo.
PUNTO PRIMERO.
x Chrysost. hom. et 4,
¡j 6 M E D IT A C IO N
2 Psalm, up.
SE P T IM A . 63
PUNTO PRIMERO,
PUNTO SEGUNDO.
x x. ad Thesalon. 2 .
: OCTAVA. 83
plenitud de aquella regalada promesa, que
había anunciado á los hijos de la Iglesia
el Santo Profeta Isaías, 1 hmrhtls aquas
in gandió de fintibus Salvatoris , bebereis
con gozo las aguas de las fuentes del Sal
vador? De aquella fuente inagotable de
caridad del corazon suavísimo de Jesús
bebisteis vos la abundancia de sus aguas
para derramarlas sobre los hombres. Con
estas preciosas aguas de vuestra tierna ca
ridad preparabais los corazones de todos
á recibir la saludable doctrina de vuestro
Apostolado: con ellas los fecundabais pa
ra que rindiesen copiosos frutos de vida
eterna: con ellas los regabais de continuo
para promoverlos siempre á mayor bien.
¡Pero hay de mí! Yo gimo con el Profe
ta , * mi alma seca y árida como. la tier
ra , falta de lluvia y de rocío, abierta con
mil grietas de terrenas aficiones ha que
dado estéril y sin jugo. Venga ya,, ó
Santo Protector m ió, y haced por vues-
PUNTO TERCEB.O*
1 Act. 40.
9o M ED ITA C IO N
cacion y apostólico ministerio , imitando
este carácter de la Bondad D ivina, y si
guiendo en todo los designios de la gra
cia para atraer á los hombres á la eter
na salvación, por los caminos de una dul
ce , suave y tierna caridad propia del Re
dentor que lo habia' escogido singular
mente por Apostol suyo. Bendito y ala
bado seáis para siempre dulce Jesús, por
haber dotado á San Pablo de tal caridad,
que podéis decir como en otro tiempo de
D avid, ínvmi virum secundum cor meum,
hallado he un varón según la medida de
mi corazon.
M ED ITA CIO N IX.
Trabajos Apostólicos de San Pablo»
PUNTO PRIMERO.
PUNTO PIUMEHOv
PUNTO SEGUNDO-
% Ad Philip. 3. J
I 26 M ED ITA C IO N
PUNTO PRIMERO.
PUNTO TERCERO.
TOM. I. K
I46 M E D IT A C IO N
K2
I48 M ED ITA C IO N
PUNTO PRIMERO.
PUNTO PRIMERO.
p u n t o s e g u n d o .
PUNTO PRIMERO.
PUNTO SEGUNDO,
l Psalm. 102.
ZtZCXMAQZTARTM 20 J
mas para salir sin lesión de semejantes
batallas. ¿No veis como la necesidad y.
el peligro obliga los hombres á ser solí
citos y diligentes en buscar el remedio
de sus males? Un pobre mendigo acosa^
f
do de la hambre solícita con grande ins
tancia la misericordia de los ricos, y con
voz trémula y lastimera publica su mise
ria en medio de las plazas para mover
los á compasión. Un enfermo que se ve
en peligro grave no cesa de clamar al
Médico en su ayuda. La prosperidad ha
ce á los hombres floxos y descuidados en
busca del remedio, Y si las miserias y
peligros del cuerpo estimulan tanto á los
hombres á pedir el socorro á aquellos de
quienes pueden lograrlo, ¿con quánta ma
yor diligencia y fervor debemos nosotros
clamar á D io s, que sea en nuestra ayu
da, durante la tentación y peligro? En
nosotros no hay que esperar, porque so
mos flacos: arrimo de otra criatura no
nos sirve y porque es frágil como noso-
a 04 MEDITACION
tros mismos. Solo Dios es fuerte , y de
él solo podemos esperar la fortaleza, que
ningún otro tiene, ni puede darnos. T o
da ayuda que puede venir de las criatu
ras es de poca virtud y poder como ellas
son. Los hombres aun quando tienen vo
luntad de socorrer muchas veces, no pue
den hacerlo; y otras veces aunque pue
dan les falta la voluntad para ello, por
que tan flaca es su voluntad para el que
rer, como lo es su virtud para el poder.
Pero Dios nuestro Señor que tiene el po
der igual al querer, y puede tanto, quán-
to quiere, puede ayudarnos en todo, y
tiene voluntad de socorrernos, mayor que
la que nosotros tenemos de ser socorri
dos , pero quiere que se lo pidamos 5 y
á este diligente recurso á Dios obliga la
tentación, y estimula con su gravedad y
peligro á los Santos á orar, clamar y pe
dir á Dios que les ayude, y Dios se com
place mucho en esto , y recibe de ello
mucha gloria. ¿Con qué ojos llenos de
JSECIMAQV'A&TA. 20 5
benignidad y gracia miraría jesuchristo á
su grande Apostol y amigo Pablo, pos
trado á sus pies, y fatigado de la ten
tación, llorando, gimiendo y suspirando
por el remedio? ¿Qué le descubría sus mi
serias con mayor confianza que la que
tiene un misero Lazariento en mostrar á
un práctico y piadoso Cirujano sus lla
gas y apostemas? ¿Qué se presentaba co
mo un pobre y desvalido, tocando y re
plicando con continuas aldabadas de sú
plicas y ruegos las puertas de aquella ri
quísima misericordia , pidiendo el socor
ro d$ que tanta necesidad tenia? ¿Y nos
persuadiremos nosotros, que ruegos y sú
plicas continuas, nacidas de tanta humil
dad, y del profundo conocimiento de la
propia miseria no han de ser atendidas
en aquel tribunal, en que la misericor
dia tiene por suma gloria despachar con
prontitud todos los memoriales que se le
presentan por parte de la miseria? ¿Cck
mo es posible que se hagan sordos, pa-
20 6 * M E D IT A C IO N
xa los hijos del R eyno, aquellos piadosos
oídos de Dios que según nos dice la Es
critura 1 están siempre patentes y vigi
lantes para escuchar los clamores de los
hijos de los cuervos, que desde su nido'
abren la boca para pedir al Criador de
todos aquel sustento que les falta por
abandono de sus padres? ¡O Dios gran
de y misericordioso! * Corre por vues
tra cuenta el cuidado del pobre, nos di^
ce vuestro Profeta, y os preciáis de ser
el apoyo del huerfáno y desvalido. ¿Quie'n
mas pobre que yo , que no tengo arri
mo alguno en quien estrivar? Nada ten
go porque soy nada? y lo que en mí hay
vuestro es, porque vos me lo habéis da
do. Todo lo que no sois vos, todo es
quebradizo ; ¿y que arrimo puedo yo
buscar fuera de vos que no me sirva án-
tes de caida que de apoyo? Soy pobre,
soy huerfáno, soy desvalido, no tengo
arrimo en que estrivar, me falta todo
i Psalnj. 145. a Píalra. p.
JfECIMAQXTARTA. 20 ^
apoyo en que sostenerme i sí me dexais
en mí solo me derriva la tentación con
su impulso. Estended la mano de vuestra
gracia, que me de las fuerzas que me
faltan para quedar en pie, y no caerme
por debilidad y flaqueza. Desde el pro
fundo de mis miserias en que me veo en
vuelto y sumergido levanto los ojos á esas
altísimas montañas /de la Eternidad, 1 que
.sois vos omnipotente sin principio, mi
sericordia sin fin , bondad sin térm ino,
clemencia sin límites. De esas Soberanas
alturas espero descienda sobre mi pobre
alma vuestro auxilio, socorro y ayuda
para remedio de tantos males , que en
valde se busca, y no se puede hallar en
esta profundidad, porque toda ella es va
lle de miserias.
ÍUNTO TERCERO.
M ED ITACIO N XV.
Trato interior de San Pablo con Dios.
ÍU N T O PRIMERO.
PUNTO SEGUNDÓ.
PUNTO PRIMERO.
PUNTO SEGUNDO.
PUNTO TERCERO.
MEDITACION XVII.
Gratitud de San Pablo.
PUNTO PRIMERO.
PUNTO SEGUNDO.
PUNTO TERCERO.
MEDITACION XVIII.
Correspondencia de San 'Pablo al bene-*
ficio de la gracia .
PUNTO PRIMERO.
PUNTO SEGUNDO.
PUNTO TERCERO,
PUNTO PRIMERO.
PUNTO SEGUNDO,
Supuesta ya en el entendimiento la
,
D EC 1 M A N 0 N A . 3°7
gracia de la santa iluminación , se sigue
por un cierto vínculo la gracia de la ins
piración en la voluntad. Los bienes so
brenaturales son muy altos, y de un or
den superior á donde no puede llegar el
alma con sus fuerzas naturales 5 y tan im
proporcionada es la voluntad para de
searlos, como el entendimiento para co
nocerlos. Era, pues, muy conducente y
aun necesario, que ambas potencias fue
sen confortadas con las gracias correspon
dientes ; y si el entendimiento con la ilu
minación es conducido al conocimiento
de aquellos bienes, fuese también la vo
luntad conducida con la inspiración al
amor y deseo eficaz de obtenerlos, Y es
te es el modo de proceder de la sabia y,
suave Providencia de D ios, acomodándo
se en ello al modo de obrar que tiene
ía naturaleza. Considerad lo que sucede,
y pasa con nosotros en orden á estos bie
nes naturales, y de acá baxo. El modo
connatural de obrar de nuestra voluntad
308 MEDITACION
e s , que prevenida del conocimiento del
bien, ó del mal que la propone y repre
senta el entendimiento, luego se mueve,
con una cierta afición hacia el bien, ó con
afecto contrario respecto del mal 7 como
huyendo, y retirándose de eX Del mis
mo modo se ha Dios nuestro Señor en
el ÓEden de la gracia, que previniendo
al entendimiento con la luz é ilumina
ción sobrenatural imprime inmediatamente
por sí mismo, ó hace que en virtud de di
cha iluminación resulte en la voluntad
un movimiento proporcionado á la ilu
minación ? de suerte 7 que si ella propone,
ó representa algún objeto de terror, co
mo el infierno , al punto se levanta en la
voluntad un afecto de temor > si es acer
ca de los beneficios de Dios, nace en la
voluntad un cierto afecto indeliberado,
y acto imperfecto de amor. Por estos sen
timientos interiores de inclinación, afi
ción, suavidad, dulzura, ó temor , en los
quales consiste la inspiración que imprí-
J>ECIMAmi$A. 309
me Dios en la voluntad, ó hace que re
sulten en ella , en virtud de la ilumina
ción dei entendimiento, vá disponiendo
el mismo Señor, y preparando poco á
poco ía misma voluntad, para el perfec
to consentimiento, como dixo San Agus
tín. 1 Tctum Dea detur qui homlnis volun-
tótem bonam, et praparat adjuvandam , et
adjuvat preparatam. Y de esta preparación
habló San Pablo, quando escribiendo á
los Hebreos díxo : D io s, autor y amador
de la p a z , os adapte en todo bien 5 que
fue tanto como decir * os prepare la vo
luntad , inclinándola ai bien. Porque sien
do la voluntad principio de todos los
actos buenos y virtuosos, entonces que
da el hombre bien adaptado, dispuesto y
preparado para todo bien, quando Dios
le infunde la santa inspiración, en vir
tud de la qual. queda la voluntad incli
nada, y aficionada al bien. Por esto dixo.
San Agustín : Quando Dios quiere que se
310 MEDITACION
haga lo que no conviene hacer de otra
suerte que queriendo, y consintiendo los
hombres , dispone que se les incline y afi
cione el corazon á que quieran eso , in
clinándolos el mismo que obra en nosotros
de un modo admirable é inefable nuestros
propios quereres. 1 Cum Deus vult Jierl
quod non nisl volentibus homíntbus oportet fie-
ri j inclinari eorum corda ut hoc vellnt , eo sci-
Ikct inclinante, qui in nobis mlrabili modo, et
inefabili operatur et ve lie. Y este es aquel to
que interior del corazon , como habla el
ConcilioTridentino, 2 tangente Deo cor ho~
minis, conforme á lo que dice el Señor en
el Apocalipsi: 3 Ego sto ad ostium et pulso.
Yo estoy en la puerta, y toco. ¿Qué otra
cosa es aquella puerta, sino la voluntad
por donde entra Dios en el alma? Por
la voluntad entra, y es admitido í y por
la voluntad se le despide. Es admitido
consintiendo la voluntad á la gracia, pero
ÍUNTG TERpERp,
PUN tO PUlMERO.
TOM. I. X
322 M E D IT A CION
ta á otro á hacer aquello que no puede
dexar de hacer. A l que está metido en
una cárcel bien cerrado y bien asegura
do , con fuertes grillos y cadenas , que
no puede moverse del sitio en donde es
tá , ¿sería bien exhortarlo á que no huya?
I Que no se escape r dexando burlado ai
carcelero? ¿Y, no recibiera aquel misera
ble preso una tal exhortación como bur
la y escarnio que se hacia de el? ¿ Y al
Predicador que se la hiciera no lo mira
ra como á un hombre, ó insensato, 6 in
humano , que en vez de consolarlo y ali
viarlo en su pena habia venido á hacer
Irrisión de él? O Santo A postol, ¿y qué
dirán á eso los nuevos discípulos de la
gracia? Vos Santo Apostol exhortáis á los
¡Corintios á que fructifiquen con la gra
cia que han recibido $ y estos nuevos dis
cípulos de la gracia asientan , que una
gracia tal, que no trae consigo irresis
tiblemente este fruto no es verdadera gra
cia de Jesuchristo : que toda gracia inte-
VIGESIM A. 323
ilor que se concede ahora en el estado
presente de la naturaleza humana, caída
por el pecado de Adán, siempre y nece
sariamente obtiene el efecto próximo 6
inmediato para el qual se dá. Ahora, pues,
supuesto este principio discurramos así:
sí aquella gracia que habían recibido los
Corintios tenia ya por sí misma necesa
riamente vinculada la buena corresponden
cia , como efecto próximo é inm ediato,
sin estar en mano de ellos fustrarla ó im
pedirla, San Pabló los exhortaba á hacer
lo que no podían ellos déxar de hacer :
luego era inútil la exhortación; y era lo
mismo que exhortar á que no h u ya, ni
se escape de la cárcel al que está dentro
tan bien asegurado 7 que ní aun si quie
re moverse puede, ni dar un paso fuera
de aquel recinto en que se halla: ¿y es
to no es condenar al Apostol San Pablo
de hombre imprudente, ó insensato? Ade
lante : si por el contrario , aquella gra
cia de los Corintios no tenia por sí mis-
. X2
324 M E D IT A C IO N
ma necesariamente vinculada la buena cor
respondencia, y de parte de ellos podía
quedar ociosa y sin fruto, San Pablo les
predicaba una gracia que no era verda
dera gracia de Christo > ¿y esto no es
Hacer á San Pablo falso Apostol? Veis
aquí los extremos á que conduce él espí
ritu de error , de cuyo tribunal ha de
salir siempre condenado el Apostol de las
Gentes , tómese el partido que se quiera.
San Pablo era Predicador de la verdad,
y verdadero Apostol de Jesuchristo. El
sabía, que era verdadera gracia la que ha
bían recibido los Corintios;,pero que no
obstante esto podían faltar por su ne
gligencia, no correspondiendo á ella co
mo debían; y por esto los exhortaba con
el exemplo y con palabras, que no la tu
viesen ociosa y sin fruto. Prudente, útil
y necesaria exhortación, y digna de tari
excelente Predicador de la gracia; y to
dos necesitamos de tenerla muy presente.
Quien espera una gracia que io haga to-
V IG E S IM A . 325
.do, ése quiere reposar en el lecho de su
pereza y floxedad. Ese es el fin y- para
dero á donde se encamina todo el empe
ño de promover una suerte de gracia,
que el que la tiene no puede dexar de
obrar bien; y el que no la tiene no pue
de dexar de obrar m al: que todo está
de parte de la gracia y del dador , y
nada de parte del que la recibe , como
es la lluvia por respeto á la tierra: que
si Dios quiere que obremos bien, que nos
dé tal gracia que nos traiga juntamente
consigo las buenas obras, sin que sea me
nester aplicar de nuestra parte otra dili
gencia, que el recibirlas; como el que es
tá debaxo del árbol sentado, y á su pla
cer recibiendo los frutos, que otro desde
lo alto le echa en el seno, ¿Y eso qué
otra cosa es, sino abandonarse á una to
tal inacción, y de aquí por sus pasos con
tados ir á parar al estado, lastimoso de la
desesperación? N o , ese no es camino, si-
ño precipicio y derrumbadero. Y o vena-
3 16 M E D IT A C IO N
ro Santo Apostol vuestra exhortación que
hicisteis á los Corintios, y la recibo co
mo hecha á mí mismo, y sin duda que
á todos toca, quando. para instrucción de
todos la habéis dexado en depósito á la
Santa Iglesia. Yo sé que de parte de Dios
no falta , y que sino correspondo á la
gracia es por mi culpa. Yo puedo obrar
bien con la gracia que Dios me d á; si
no lo hago, la gracia no pierde nada de
su virtud j pero yo quedo sin el fruto
de las buenas obras por no haber sabido,
iil querido aprovecharme de ella; como el
remedio, aunque por otra parte activo y
eficaz, no produce efecto, ni logra el fin
de la salud en el enfermo que no lo to
ma. jO amantísimo Protector m ió! Vos
que tan divinamente nos. descubristeis con
vuestra predicación los tesoros de la gra
cia de Jesuchristo, y que tan abundan
tes y preciosos frutos de santidad reco
gisteis correspondiendo dignamente á la
gracia de vuestro Apostolado; ahora que
V IG E S IM A . 527
gozáis ya en santa paz de aquel dicho
so fin , á donde se encamina toda gracia,
que es la poseslon del Eterno bien, in
terceded por mí con vuestros ruegos. an
te el trono de la piedad y misericordia
de Jesús , autor, dador y merecedor de
toda gracia, para que derrame.la pleníw
tud de sus bendiciones sobre esta mi po
bre alma árida , este'rll, é infecunda, y
que tanto necesita de ese riego celestial
y divino, para dar frutos de vida eter
na- Conozco mi debilidad, flaqueza, ¿ in
constancia en cooperar con la gracia, y
confieso con dolor mi ingratitud, por no
haber correspondido hasta ahora, como
debía. Merezca yo en adelante por vues^
tros ruegos, lo que hasta ahora he des
merecido por mi poca fidelidad y mala
correspondencia.
PUNTO SEGUNDO.
PUNTO TERCERO.
PUNTO PRIMERO.
ÍU N TO 'TERCERO.
PUNTO PRIMERO-
TUNTO SEGUNDO.
PUNTO TERCERO,
, -
In hoc enim laboramus et tnaledicimur quid spera
mus in Deutn vivum, qui est Sahator omniumr,
bgminum. i. Tim. 4. v. 10.
TOMO II.
MEDITACIONES
¡OBRE LA EXCELENCIA Y VIRTUDES
DEL GLORIOSO
SAN PABLO*
EN HONOR
DE LOS AÑOS DE SU A P O ST O L A D O .
SU AUTOR
PRESBÍTERO.
. TOM O SEGU N D O ,
CO N LÍ CENCI A*
ATAD5.ID EN 1 A IMPRENTA RE AL i
1790.
5
TABLA
DE L A S M E D IT A C IO N E S
que contiene este Tomo.
Títulos de corresponden
M e d i t . x x v tu
armas, p. 104.
P u n to i Non est nobis colluctatio ad -
versus carnem y et sanguinem, sed ad -
versus Principes et Potestates , adver -
sus mundi Rectores tenebrarmi liarum.
ibid.
gin. 168.
P u n t o 3.0 Spectaculum fa c ti sumus mun
do , et A ngelis, et hominibus. p. 1 7 7 .
gin. 185.
P unto i Sequor autem si quo modo com-
prehendam j in quo et comprehensus sum
d Christo Jesu , ibid.
P u n t o %? Qua quidem retro sunt oblibis-
cens j. ad ea vero qu<$ sunt priora exten-
dens me ifsum. P- I 95.
. P u n t o 3.0 A d destmatumpersequor } ad
bramum superna rvocationis D e i in
Christo Je su. p, 203.
M e d i t , x x x ii .Vida de San Pablo escon
dida con Christo* p. 21 k
P u n t o 1 .° Mor fui estis, et vita vestra
Christo in Deo. p. 22 0.
gin. 269*
P u n t o 3.0 Cursum consummavi. p. 2 7 6 . .
su martirio, p. 283.
Punto i *° Ubi est mors •victoria tua ? ibid.
P u n t o 2.0 Absorpta est mors in victoria.
p. 2 8 9 .
gin. 303.
P u n t o Ít.° Deo gratias, qui semper triun
fa ? nos in Christo . ibid.
P unto 2 ° Keposita est mihi corona ju sti-
ti<£> p. 3 1 1 .
P u n t o 3.0 E t illi quidem, ut corruptibi^
lem coronam accipiant ¿ nos autm incor-
ruptam. p. 318.
MEDITACIONES
SOBRE LA EXCELENCIA Y VIRTUDES
D E SAN P A B L O A P O S T O L .
MEDITACION XXIII.
Sentimientos de San Pablo acerca del
Misterio de Chrhto.
PUNTO PRIMERO.
PUNTO SEGUNDO.
PUNTO PRIMERO*
PUNTO TERCERO*
PUNTO PRIMERO,
PUNTO SEGUNDO.
PUNTO SEGUNDO.
MEDITACION XXVIII.
Milicia christiana , y sus armas,
PUNTO PRIMERO.
PUNTO SEGUNDO.
PCN TO TERCERO . .
MEDITACION XXIX.
Continuación sobre las armas de la
milicia christiana.
PUNTO PRIMERO.
PUNTO SEGUNDO,
PUNTO TERCERO.
PUNTO PRIMERO.
PUNTO SEGUNDO.
PUNTO TERCERO.
^ MEDITACION XXXI.
Fervor de San Pablo*
PUNTO PRIMERO.
PUNTO SEGUNDO.
PUNTO TERCERO.
i a* ad Cor* 4.
MEDITACION XXXII.
Vida de San Pablo escondida con
Christo.
PUNTO PB.IMEÍLO*
PUNTO SEGUNDO*
TOM. II. P
22 6 M E D IT A C IO N
dido ! i Encubierto á los ojos de la carne I
^Declarado á los ojos del espíritu! Deba-
xo de un aspecto de tanta tribulación y
.. abatimiento, un ladrón lo despreció co
mo á delinqiiente : otro le confesó por
Rey: los incrédulos lo trataron peor queá
un puro hombre: el Centurión lo reconoció
por Hijo de Dios. Veis aquí en dónde se
esconde la vida de los Santos, en dónde
se escondió la vida ■ del Hijo de Dios.
Trabajos, tribulaciones, desprecios, aba
timientos , eso es lo que presentan por
. afuera ? y por eso son desconocidos del
mundo. Inocencia, pureza y santidad, eso
es lo que tienen escondido con Christo,
y por eso son apreciados del cielo. ¿Y
pensaremos nosotros que aquel grande
amador de Christo , un Pablo Apostol,
habia de ir en busca de otra vida, y vi*
da en quien echase el mundo sus ojos
con agrado? Mirad quan bien escondido
.. estaba con Christo el Santo Apostol en
su primera entrada en Corinto, quando
T R IG E S IM A SXGXTNDA. 2 27
cargó sobre él tanta copla de trabajos,
de tribulaciones y abatimientos, que fué
necesario que el mismo Christo se le apa
reciese aquella noche y lo confortase. 1
No temas Pablo, le dixo el Señor5 no
temas que yo estoy contigo para prote
gerte : 2 continua y no ceses de predi
car , porque hágote saber, que aquí en
Corinto tengo yo un numeroso Pueblo
de escogidos. ¿Qué nueva mas gustosa
podia recibir el Santo Apostol? Con sa
ber que estaban ocultos en Corinto mu
chos que á su tiempo serian amadores de
Christo , ¿qué pena podia darle á San
Pablo, ser tenido por un hombrecillo de
figura vil y contentible, falto de huma
na ciencia y eloqüencia, y ser mirado,
como mira el mundo con desprecio á to
do lo que carece de gloria humana y es
plendor terreno? Debaxo de ese aspecto
tan vil y despreciable á los ojos del mun
do, estaba escondida la sabiduría, la elo-
1 Act, 18. a 1, ad Cor. a.
Vi
2 28 M E D IT A C IO N
qüencia y eficacia divina de la prédicas
cion del grande A postol: estaba escon?
.dida la inocencia, virtud y santidad lie?
róica de su vida. ¡O precioso Apostol,
tanto mas precioso , quanto mas humi-i
liado y abatido! ¡ O hermosa alma, tan?
to mas bella, quanto mas vil y despre
ciable á los ojos del mundo aquel cuer^
po tan trabajado que te escondía! Allí
iban á descargar sus tiros, los trabajos,
las Ignominias, las tribulaciones y perse-*
cuciones; pero la constancia interior, ía
fortaleza y magnanimidad que estaba es
condida con Christo, y fundada en aque
lla roca insuperable de virtud divina, to
do lo rebatia, superior siempre á todo;
Alcanzadme Santo Apostol copiosa gra
cia, con cuya virtud quede yo tan es-?
forzado, que no haga caso de todo quan-r
to el mundo ama, estima y aprecia, y
viva con gusto y contento en lo mas re
tirado y escondido del corazon de. ChrísT
to.
PUNTO TERCERO.
PUNTO PRIMERO.
PUNTO SEGUNDO.
PUNTO TERCERO.
MEDITACION XXXIV.
Fin glorioso de San Pablo.
FUNTO PRIMERO.
PUNTO TERCERO,
MEDITACION XXXV.
Victoria de San Pablo en su martirio.
PUNTO PRIMERO.
PUNTO SEGUNDO.
PUNTO TERCERO.
PUNTO PRIMERO.
PUNTO SEGUNDO.
A
¿ A lm a . Cómo es renovada por el Bautismo ; cómo
está destinada por su parte á reparar las ruinas del
cielo, M . 13. P. 1. V arios grados de unión del al
ma con Jesuchristo. M . ag. P . 2.
¿Urnas santas. Fines que Dios tiene en enviarles ten
taciones. M , 14. P . 1. Cómo han de clamar á D ios
en ellas. P . 2. N o han de caer de ánimo aunque
D ios no se las quite , porque les aumenta Ja gracia
para vencer, como á San Pablo: doctrina oportuna
sobre esto. P . 3. Armas para pelear contra Jas ten
taciones. V ease: M ilicia christiana.
Amor a Dios. E l amor se funda siempre en algún
bien 5 nuestro amor supone la bondad en la persona
amada y no puede d arselaj pero D io s, amándonos,
nos dá la bondad que no teníamos. Nuestro amor á
D ios consiste en usar bien de lo que hemos recibi
do de su bondad; procurando su gloria. Efectos que
causa el amor de D ios en los bienaventurados; efec
tos que ha causado en algunos siervos suyos acá en
el mundo. M. g. P. i . y siguientes.
¿ 4mor al próximo. Se sigue al amor de Dios. Un cria
do fiel y generoso no solo ama á su S eñ o r, sino su
hacienda y quanto le pertenece. L a principal ha
cienda de D ios son las almas! las a m ó, envió á su
H ijo , que trabajó por ellas: este exemplo empeñó á
los obreros del Evangelio en sufrimientos y sacrifi
cios, M , (5. P4 i* Se acomodáron á to d o , como una
madre con el hijo tierno. P. i . Tomaban como pro
pias las miserias temporales del próxim o; si le mi
raban caído en la culpa no tenían sosiego hasta sa
carle de aquel funesto estado. P . 3.
Excelencia del amor al próximo. Se conoce en prefe
rir el consuelo de los fieles á su propio reposo t y
aun el dilatar la posesion de la bienaventuranza, por
asistirles y consolarles; como se vió en San Pablo }
en San Martin y en San Ignacio de Loyola. M . 7.
P . r. y a.
Ternura del amor al próximo. Se explica en los cari
ños y cuidados de una madre con el hijo peque-
fio. M . 8. P. 1. Pero se muestra mejor en eí trato
y conversación de Jesuchristo con sus Discípulos.
P . a. Exémplos del amor al próximo y sus calida
des. V ease: San Pablo*
B
G
Carrera. Cómo se ha de hacer la de esta vida. M . 34.
P . 3. Exámen que debe hacer cada «no sobre esto.
P . 3-
CarceL F ue dichosa y digna de veneración la en que
estuvo San P a b lo : ¿qué hizo en ella? M , 43. P. 1.
Caridad. Excelencias de esta virtud. M. 7. P. a. V ea-
se: Amor á Dios y al próximo.
Caridad. D e nuestro Salvador. V e a s e : Jesucristo.
Cielo. É l material es símbolo de nuestra v id a , ó de la
vída del Justo perseguido : por la parte inferior
mutaciones: por la superior tranquilidad y sosiego.
M . 13. P . 1.
Cielo . E n el misterio de Christo se nos ofrece un ,
cielo nuevo, y una tierra nueva ; se explica esto,
M . 13. P. x.
Cielo. V e a s e : Bienaventuranza.
Cbvistiano, Sus obligaciones en virtud del sagrado
Bautismo. M . a 6. P . 1. y a. Todos sus deberes se
tratan con extensión en los dos títu los: Bautismo y
Milicia christiana.
Ciudad. L a permanente está en el cielo : se describe.
E sta vida es peregrinación : cómo se ha de hacer.
M . i ¿ . P . a. y 3.
Conciencia, En el buen testimonio de ella está nuestra
33a
g lo ria : cómo se entiende esto. M . iff. P . 3.
Cuerpo. E s un cuerpo místico el de la Iglesia y los
fíeles. Jesuchristo es la cabeza , nosotros los miem
bros. M . atj. P . 1. D e esta cabeza recibimos todo
. el influxo : varios grados de unión entre los miem
bros de este cuerpo y su cabeza. P. 1 . Influye en
los miembrps vivos, en los muertos, y en los sepa
radas y cómo. P. 2.
Cruz. L a de Jesuchristo fué un gran m isterio: quan
escondido está para algunos christianos: quanto abor
recen este misterio los amadores del mundo. M . 1 1 .
P . 1.
C r u c e E l mundo está lleno de ella s, y cada uno de
nosotros tiene la s u y a : trabajamos por librarnos y
no podemos : huimos de una Cruz y damos en otra.
M. 12. P, 1. Cómo hemos de recibir las Cruces
que nos envia Dios. P. a. Cómo hemos de suplir lo
. que faltó á la Pasión de Jesuchristo. P . 3.
Cuello. E l de San P a b lo , quan precioso. M, 3$. P. 2.
En su martirio ofreció leche en lugar de sangre.
P . 3. Reflexiones de San Ambrosio sobre este pro-'
d igio: con esta leche sustenta á la Iglesia en sus car
tas. P. 3. ■
D
Dios. Cómo nos a m ó , y amandonos nos comunicó la
bondad. M . P. 1. Su amor á las criaturas res
plandece en todos sus beneficios. V e a s e : Beneficios*
Viéndonos perdidos 5 envió su Hijo para que lo res
tableciese todo, M . S3. P . 1, a. y 3.
JE
Esperanza chrtsfiana. Es el morrion de nuestra mili
cia : que se hace en el mundo por la esperanza de
estos bienes caducos: qué han hecho los Justos por
alcanzar los bienes verdaderos. M . ap. P , 3,
Estado* Qual es el de la naturaleza, despues del pe
cado. M . ip . F . r* ,
Evangelio. Por qué le líama San Pablo Evangelio de
paz. M . áp. P . 1 . Tesoro que se halla en el Evan
gelio ; regla de nuestros pensamientos , palabras y
acciones, M . 30, P. a,
Exemplo . E l de San P a b lo , y quan importante es el
buen exemplo en los Superiores y Ministros. M . 30
por toda,
H
Hombres. Hemos sido reparados por la Pasión y
Muerte de Jesuchristo. M. 23. P . 1. Quedamos en
noblecidos por su venida. P. a. Ajustó nuestras di
ferencias. M . 44. P . 1. Nos hizo hombres nuevos
por el Bautismo. M . 47. P. 1. V e a s e : Jesuchristo,
Humildad. Como se manifiesta la verdadera. M . a a.
P. 1. E l humilde sabe discernir lo suyo de lo age-
no. M. 3. P. 1, Atribuye á Dios todo el bien que
tiene. P . a. Se abate á sí mismo , y engrandece á
Dios en sus dones. P . 3,
J
Jesu cristo. Saltos de Gigante que dió en su carrera
por nuestra salud. M . 31. P. 1. Su caridad y mi
sericordia en el misterio de la Redención. M. 44 .
P. 1. Perdona á los mas grandes pecadores > y así
alienta á los otros. P. 4 . Sentimientos que debemos
tener de la bondad y misericordia de Jesuchristo.
P . 3. Cómo lo reparó todo en el cielo y en la tier
ra ; el muro de la tierra se habia desmoronado por
el pecado de Adán , y el del cielo por el de los An
geles Apostatas, M , 43. P. x. Comenzó el reparo por
la tierra : medio asombroso que tomó para, esto la
eterna bondad , que fué aparecer en la tierra un
Hombre nuevo s con ciertas qualidádes. P. a. ¿ D e
qué manera se executó esta renovación? Un Hom
bre Dios renueva el c ie lo , un Dios Hombre renue
v a la tierra ; se explica esto- P. 3. E l reparo se
hizo por via de condigna y rigurosa satisfacción.
P . 3. Jesuchristo salió por medianero para compo
ner las diferencias entre el cielo y la tierra , y los
puso en paz : para esto tenia pod er, que hizo efi
caz su mediación , y gracia con las partes interesa
das , que hizo su mediación bien recibida. M . 24.
P . 1. Detuvo al cielo , y protegió á la tierra : asi
do al hombre, le reconcilió con D io s : asido á Dios,
le apaciguó con el hombre. P. 1. Se propuso remo
ver el pecado , que era la causa de la discordia.
¡Quán gravosa le fué esta condicion, quán cara le
costó la paz í P. 2. Pero quan ventajosa para noso
tros , que no solo quedamos restablecidos, sino mas
robustos. Comparación del que estaba preso por deu
d as, y un rico piadoso las pagó por é l , y sacándo
le de la prisión, le fundó además un pingue m ayo
razgo. P . a. También puso en paz Jesuchristo los
dos Pueblos Judio y G e n til, y los juntó ' en una
misma Iglesia. P. 3. Es cabeza de ella , y nosotros
somos sus miembros: y este es el fruto de la paz
que h iz o ; se explica esto. M . ag. P. r. D e esta ca
beza recibimos todo el iníluxo ? si nos mantenemos
TOM. II,. Y.
unidos: varios grados de unión entre los miembros
de este cuerpo místico y su cabeza* P . 2. E lla in
fluye en los miembros Vivos, y en cierta manera en
los muertos , en los separados y en los que jamás
han. sido miembros, porque pueden serlo $ se expli
ca esto, P . 2. Esta universalidad y eficacia de inílu-
xo proviene de una virtud infin ita, que hace á Je—
suchristo todo para todos. P . 3» E l amor á los hom
bres le tuvo fixo en la Cruz, M . 12. P . x. E l mis
mo amor le hizo conservar en su cuerpo glorioso
las señales de sus llagas. P . a. Nos dió un nuevo
ser por el B autism o, y por eso se llamó Padre del
futuro siglo. M. 26. P. 2. Nos despojó del vestido
del viejo Adán , y nos traxo un vestido nuevo,
M . a^. P . 1. Nos ha dexado un yugo muy suave ;
¿qué se ha de decir de las máximas de rigor que
se esparcen en estos tiempos? M . 13, P. 1.
Justos. Su vida 3 sus trabajos, sus consuelos, sus con
sideraciones , sus triunfos , sus ansias , sus suspiros
por la patria. V é a s e : Vida,
u
Mansedumbre. Quan necesaria es esta virtud á los
Ministros del Evangelio. M . 4. P . 1, Les hace ama
bles á todos. P . 2. Gana los pecadores por la blan
d u ra , poniéndolos sobre sus hombros como el Pas
tor á la oveja perdida. P , 3.
Máximas de rigor. Quan perniciosas. M. 13, P, 1.
Milicia christiana. Objeto de ella : poder y astucia
de nuestros enemigos: cómo hemos de pelear, M . 28.
P . 1. Armas de esta m ilic ia : el cíngulo , que sig
nifica la fidelidad. P . a. L a loriga , que significa la
justicia, prevención de- todo género de buenas obras
que nos cubren á la diestra y siniestra. P, 3. E l
calzado 9 que significa la intrepidez y dilatación de
ánimo para andar el camino. M . ag, P. 1. Recon
vención al christiano cobarde. P . 1. E l escudo, que
significa la f é : ¿qué dice la fé de las cosas de este
mundo? Maravillas que se obraron con este escudo.
P . 4. E l morrion, que significa la esperanza ¿ la de
la vida eterna ha hecho valerosos los soldados. P . 3.
Los que así pelearon , llegan llenos de gozo al fin
de su milicia. M . 34. Reconvención á los solda
dos que no pueden mostrar i su R ey alguna señal
de haber peleado en esta milicia. M. 34, por toda.
Ministros. Los del Evangelio han de temer su propia
reprobación, al tiempo que trabajan por la salud
de otros, como decia San Pablo. M . 13. P . 2. E n
las virtudes del Apostol, tienen modelos para todos
los ramos de su ministerio. V ease: San Pablo.
Mortificación. L a del cuerpo ha de ser continua, por
que lo'es la guerra. M . 13, P. 3. L a ha de gober
nar la prudencia, para que sujete y no destruya.
M . 13. P . 1. Ha de extenderse á todo el cuerpo y
sus sentidos. P. 3.
r%
Mundo. E s el monstruo que vió San Juanj se explica
donde n ace, crece y se hace robusto este monstruo»
M . i i , P. a. Quanto aborrece el mundo todo lo que
han apreciado y buscado los Justos. P. 3. Cómo
persigue hoy á los que celebró ayer. M . p . . P. 3.
Cómo está lleno de Cruces. M , xa. P . 1. Cómo he
mos de despreciar sus respetos. M . 16. P. 1. Pre
tender agradar á los hombres por traerles á Dios >
es laudable. P. a. Buscar la estimación - de ellos es
pésimo com ercio: depositar su gloria en el mundo
es perderlo todo. P. 3. Los verdaderos bienes están
dentro de nosotros. P , 3*
Muerte. Quan dulce es á los justos, quan espantosa á
los pecadores. M . 34. P . 1.
Muerte mística. Tiene mucha similitud con la muer
te natural, M, 1 1 . P . i , y s.
N
Navegación. Trabajos y molestias que trae. M. 10,
P. 1.
Negociación. Fondo que se nos dá para hacer la de
nuestra salud : cómo hemos de trabajar en ella.
M . ao. P . a. Siempre con temor ? que nos haga so-
, lícitos para obrar bien y con tem blor, que nos con
serve humildes en medio de las buenas obras. Todo
lo hace Dios en nosotros: éramos miserables, y el
Sefíor nos dió la joya de su g ra cia , con cuyo p re-
cío salimos de nuestra miseria. Comparación opor
tuna. P. 3. E l Mercader no ve los peligros del mar
que tiene presente , y ve la ganancia en la In d ia :
nosotros hemos de poner la mira en la corona que
310 vemos , y no hacer caso de los trabajos presen
tes. M . 31. P . 3.
P
San Pablo Apostol'. Sos virtudes. Vocacion al Apos
tolado : cómo correspondió: transformación maravi
llosa que hizo la gracia. M. 1. por toda.
S u sabiduría. Escuela nueva que abrió Dios para ins
truirle. M . 2, P. 1, Fué universal: excedió á la de
Moyses y los Profetas. P . a. Y en cierta manera ú
la de los espíritus bienaventurados. Pi 3.
Su humildad. V irtud necesaria como el lastre á la na
ve cargada. M . 3. P . 1. Hasta que grado llegó la
humildad en San Pablo. P. a. Hasta tenerse por el
ínfimo entre los Apostoles ; hasta mirarse como un
aborto. P. 3.
Su mansedumbre. Quan admirable : por ella se hizo
amable á todos , y ganó los pecadores. M . 4. por
toda.
Su caridad hacia Dios. Conocimiento que tuvo de la
bondad d ivin a : en todo buscó la mayor gloria del
Señor. M . í*. P . 1. L a caridad le transformó: Muer
to á todo lo visib le , sus empresas no tenían otra
v id a , ni otro impulso que el amor de Christo. P. 2*
No hubo fuerza', ni tribulación para apartarle de
esta caridad. P . 3.
Su cavidad con el próximo. Am a á D io s , y se sacri
fica por la hacienda de Dios , como el criado fiel y
generoso por los intereses de su amo. M. 6. P. 1.
jSe acomoda á todos, por ganarlos, como la madre
con su hijo enfermo. P. 2. M ira como propias las
miserias temporales del próximo: trabaja en librar
le de las espirituales. P. 3'.
Excelencia de esta caridad. Luchan en su corazon los
afectos de ir á la p a tr ia , y quedar aquí por la sa
lud de las almas. M . 7. P . 1. Se resuelve á sufrir
la dilación de la bienaventuranza. Reflexiones sobre
este sacrificio. P. a. Desea , si no hay otra medio
para que se salven , quedar separado de la com pa-
fiía de Jesuchristo. Reflexiones sobre este exceso de
caridad. P. 3.
Ternura de esta caridad. Se explica en los cariños de
una m adre, con el hijo pequeño, M . 8. P> 1. Y en
las entrañas de Jesuchristo, de donde procedia la
ternura con sus discípulos. P. 2. Les llama su gozo
y su corona, y así les excita á la fidelidad. P. 3.
Trabajos apostólicos del Santo. Hace relación de los
que le ocasionaron las criaturas , azotes , piedras ,
naufragios , y su gozo en estas tribulaciones. Cuenta
también sus trabajos voluntarios , vigilias } hambre ¡
sed , & c. M . 9. y 10. por todos sus Puntos,
Su gloria en padecer por Christo. Toda la puso en la
Cruz del. mismo Sefíor, M . n . P. i. E l mundo es
tuvo muerto y crucificado para é l , y él lo estuvo
para el mundo. P. 2. y 3.
Sti gozo en padecer por Christo, Estuvo con Christo
en la Cruz por amor. M . i« , P. 1. Apreciando los
trabajos, gloriándose de las llagas y afrentas. P, 2,
Uamandolas llagas de Jesuchristo. P. 3.
Su mortificación. No podía ser mas severo consigo
, m ism o, ni mas suave con los dem ás: sujetaba su
cu erpo, y no le destruía, M , 13. P, 1. Cómo se
proponía por exemplar á los de Corinto. P. a.
Su tentación. Dios la permite para tenerle humillado
en medio de la grandeza de los favores, M , 14,
P . 1. Pide la libertad de e lla , porque le espanta la
gravedad del peligro, el poder del adversario, y su
propia flaqueza. P. 4. No se le concede la petición:
se le a.umenta la gra cia : es gloria de D io s , que sus
siervos triunfen en las batallas. P. 3.
Su trato interior con Dios . L a parte inferior sujeta á
mutaciones j la superior en paz y reposo , como el
c ie lo : trata admirablemente con el Señor y sus
bienaventurados. M . ig . P . 1. M ira esta habitación
terrena como el peregrino: propiedades de este. Su
conversación es en su patria, P, 3. Descripción de
esta. P. 3.
Su menosprecio de la opinion de los hombres. M . 16.
P , 1. E l mismo caso hace de sus honras, que de sus
vituperios, P, a. Procura agradarles por ganar sus
almas; pero su gloría está en el Señor, y ea el tes
timonio de su conciencia. P. 3.
Su gratitud d Dios- L e alaba en todas sus Epístolas.
M . 17. P . 1. Exhorta á todos á lo mismo. P. 2.
Enseña á dar á Dios la gloria por todos los bienes
que poseemos. P. 3.
Stt correspondencia á la gracia. A esta lo atribuye
todo, y se reconoce obligado á trabajar por el bien
de todos. M, 18. P. 1. N o tiene ociosa ía gracia:
desempeña los fines para que se le dio. P. a. Cómo
sintió de la gracia y del libre alvedrio. P. 3. E x
horta á los de Corinto á que cooperen á la gracia
trabajando con ella. M , 20. P, 1.
Su correspondencia al beneficio de la redención. Lo
confiesa, y dá la debida gloria al Redentor. M , a i .
P , x. Considera los trabajos que costó á Jesuchris
to este beneficio ? 7 en recompensa vive todo para
el mismo Christo. P. 1. Hace propia suya la deu
da , que es común de tod as, como si él solo fuera
el redim ido, y así se excita á la correspondencia.
P‘ 3*
Sus sentimientos humildes en gloria de este misterio.
N ada ve en Dios sino misericordias , ni en sí mis
mo sino demeritos : se considera el mayor pecador,
M , 22. P. 1. y 2. Convida i todos con las miseri
cordias del Señor. P. 3.
S u correspondencia al 'beneficio del Bautismo. Habla
de la vida que nos dá 3 de Jas obligaciones que nos
íntim a, de la conformidad de nuestras obras con las
de Jesuchristo, de quien nos vestimos , de la ma
nera de honrar este vestido. M* a(5. por toda. E x
plica este nuevo vestido que nos traxo Jesuchristo,
despojándonos del viejo en el Bautism o: se muestra
un hombre nuevo , glorificando y trayendo á Dios
en su cuerpo. M . 27. por toda.
Sus batallas. E l , despues de explicar la calidad de
nuestra gu erra, y el poder de nuestros enemigos 3
arma al soldado christiano de la fidelidad , de la
justicia , del valor , de la fé y de la esperanza , en
las figuras de cíngulo , loriga > calzado , escudo y
movrion; con estas armas peieó y nos ensefió á pe
lear. M . 28. y ap. por todas.
Su buen exemplo. Imita á Jesuchristo, y se ofre
ce por modelo : podemos imitarle respectivamente,
M . 30. P . 1. Fué un vaso de arom as, que atraía á
todos con la suavidad de su o lo r, y colmaba de
bienes á los mismos que le perseguían, como el pa
dre al hijo frenético. P. a. Fué espectáculo al mun
do, á ios Angeles y á los hombres en todas sus. vir
tudes. P. 3. Exemplo raro que dió de desinteres,
no queriendo sustentarse de las limosnas de los fie
les , sino del trabajo de sus m anos: motivo de esto*
í\3<
Su fervor, No solo sig u ió , sino que persiguió á Je
suchristo para cogerle 3 como Jesuchristo le habia
cogido en el camino de D am asco; se explica esto.
M . 31. P. i . Para adelantar en Ja perfección 5 no
se acuerda de lo que ha hecho ¡ y extiende sus de
seos á lo que resta que hacer. Comparación en el
caminante. P. a. M ira la corona que le está prepa
rada , y no le hacen fuerza los trabajos, P. 3.
S u vida. Fué preciosísima á los ojos de D ios : nada
tuvo de lo que el mundo llama vida corporal y sen
sible. M. 3a. P. 1. Fué vida escondida con Christo
en D io s , como él decia á los Colosenses. P. s .
Comparación de esta v id a , en la del árb ol, que
aunque en el invierno parece muerto y desprecia
b le , vive en la raiz y se renueva en la primavera
con los rayos del sol, P . 3.
Sus suspiros por la patria. Desea desatarse de éstas
prisiones : comparación en la ave encerrada en la
jaula, M , 33, P . 1. Quan desprendido estaba de es
te mundo. P . 1. Cómo se quexaba porque se dilata
ba el sacarle del destierro. P. 3.
Stí glorioso fin. M ira la muerte con a le g ría , y des
cubre los motivos de esta en la carta que escribe y
en que consuela á Timoteo. M . 34. P. 1. Alienta y
conforta al mismo mostrándole quanto ha trabajado
por Ja propagación del Evangelio. P . a. V alor con
que siguió el Apostol su carrera hasta el fin. P . 3.
Su martirio. Toda su vida fué un texido de victorias,
y así fué su muerte: conversiones que obra D ios en
ella, M . 35. P. 1. Sus afectos ardientes quando lle
gó al lugar del martirio, P . 4 . Sale de su cuerpo
leche en lugar de sangre , al golpe de la espada :
conversiones que siguen á este prodigio* Reflexiones
que hace sobre él San Ambrosio. P. 3.
S u triunfo. Los triunfos de la antigua Roma , son na
da en comparación de la pompa con que es recibi
do en la glo ria, rodeado dé los pueblos que convir
t i ó , aclamado de la milicia c elestia l, elogiado de
ios bienaventurados, M . 36. P. 1. Se le dá corona
correspondiente i sus batallas y victorias. P . ¡t. Co
rona de gloria , de honor y de reposo, que Dios
tiene preparada á sus .fieles soldados. P. 3.
Pueblos. Am or que teman á San Pablo , los que con
virtió, M , 8. P . 3,
R
Redención. V ea se: Beneficios de Dios,
Reparación. L a del cielo y la tie r r a , por el misterio
de Christo, V ease en la palabra: Jesuchristo.
Respetos humanos. Se han de despreciar. M . 16. P. r.
Procurar agradar á los hombres por ganarles para.
D io s , es laudable: buscar precisamente su estima
c ió n , es pésimo comercio. P. a. Fixar su gloria en
el murniü , es fiarla á un depositario infiel. P . 3.
iRigor, Qaan perniciosas son las máximas de rigor que
se esparcen en estos tiempos. M , 13, P. 1.
S
T
Trabajos. A estos destina Dios á los hombres que pro
mueve , así como el mundo dá á los suyos dignida
des. M . 9. P . 1. Los trabajos son el patrimonio que
dexó Christo á los suyos. P . 1. Pero en ellos esta
D ios con nosotros. P. a. Nosotros huimos de un tra
bajo y damos en o tro, porque en todas partes y si
tuaciones hay abundancia de ellos. M . 12. P . 1.
Cómo hemos de recibir los que D ies nos envía,
P. a.
Trabajos. Y molestias de una navegación. M* 10. P. 1.
Transformación. Quan maravillosa fué la que hizo Dios
de Saulo. M . 1. P. .1.
Temor. San P ab lo , sin embargo de su vida exemplar
y m eritoria, temió su reprobación : qué podemos
temer nosotros. M , 13. P. a.
Tempestad. Descripción de la tempestad ó borrasca
del mar. M. 10. P. 1-
Tentaciones* Por qué permite Dios que las padezcan
sus justos; M . 14. P. r. Cómo hemos de llamar al
Señor en nuestra defensa. P. a. Si no nos libra de
ella s, nos asiste con su gracia para que no c a ig a
mos. P. 3. Armas contra las tentaciones. M. ®8. por
toda. Cómo hemos de pelear con esas armas M, 29.
P . 1.
z
Zeío. E l de la gloría de D ios se conoce en nosotros
por el buen uso que hacemos de los dones que re
cibimos de su bondad. M . g. P. 1, Efectos que cau-
só este zelo en algunos justos. P. %. y 3.
Zelo. E l de la salud de las almas se significa en el
criado fiel y generoso , que ama y cuida todas las
cosas de su Señor : las almas son la principal ha
cienda de D io s : por ellas trabajó Jesuchristo , y á
su exemplo los obreros del Evangelio. M . 6. P . 1.
E l zelo les hacia acomodarse á todo , y sufrirlo to
do por el bien de esas almas, P, 2, y 3. Propie
dades del verdadero zelo. V ease: Excelencia, ter~
mira del amor al próximo.
Zelo de San 'Pablo. V ease en su propio lu g a r; su
caridad hacia D ios y hácia el próximo : la exce
lencia y la ternura de su caridad : sus trabajos y
su gozo en ellos : la alegría con que abraza todo
género de penas 5 porque todos consigan la verda
dera salud , como escribía á su discípulo Tim o
teo.