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2710 trar hormona tiroidea, a menos que los datos clínicos o de la anamnesis elevadas de antitiroideos en la AIT de tipo 1, pero

1, pero a menudo son inefica­


sugieran la existencia de hipotiroidismo. No es probable que la realización ces. Se ha utilizado el perclorato de potasio, en dosis de 200 mg c/6 h, pa­
de estudios clínicos con grupo testigo de tamaño suficiente resuelva esta ra reducir el contenido de yoduro tiroideo. El tratamiento con perclorato se
controversia terapéutica en un futuro cercano, porque las presentaciones ha vinculado con agranulocitosis, aunque el riesgo parece ser relativamen­
clínicas y la evolución son sumamente variables. te bajo en el tratamiento a corto plazo. Los glucocorticoides, administra­
dos de la misma forma que en la tiroiditis subaguda, tienen un efecto leve
EFECTOS DE LA AMIODARONA SOBRE LA FUNCIÓN en la AIT tipo 2. El litio bloquea la liberación de hormona tiroidea y puede
TIROIDEA proporcionar un beneficio discreto. La tiroidectomía casi total reduce rá­
La amiodarona es un antiarrítmico de tipo 111 de uso habitual (cap. 247). pidamente las concentraciones de hormonas tiroideas y puede ser la solu­
Tiene relación estructural con la hormona tiroidea y contiene 39% de yodo ción más eficaz a largo plazo, si es posible someter sin riesgos al paciente
por peso. Así, las dosis habituales de amiodarona (200 mg/día) están aso­ a esta intervención.
ciadas con una ingestión de yodo muy elevada que aumenta 40 veces las
concentraciones plasmáticas y urinarias de yodo. Además, como la amio­ ■ LECTURAS ADICIONALES
darona se almacena en el tejido adiposo, la concentración elevada persiste B10NDI B et al.: The 2015 European Thyroid Association Guidelines on
durante más de 6 meses tras la interrupción del tratamiento con este fár­ diagnosis and treatment of endogenous subclinical hyperthyroidism.
maco. La amiodarona inhibe la actividad de la desyodasa y sus metabo­ Eur Thyroid J 4:149, 2015.
litos actúan como antagonistas débiles de la acción de las hormonas tiroi­ DE LEo Set al.: Hyperthyroidism. Lancet 388:906, 2016.
deas. La amiodarona tiene los siguientes efectos sobre la función tiroidea: HANLEY P et al.: Thyroid disorders in children and adolescents: A review.
1) cambios a gudos transitorios de la función tiroidea; 2) hipotiroidismo en JAMA Pediatr 170:1008, 2016.
pacientes predispuestos a los efectos inhibidores de una carga elevada de Ross DS et al.: 2016 American Thyroid Association guidelines for diagno­
yodo, y 3) tirotoxicosis que puede estar causada por un efecto Jod-Basedow sis and management of hyperthyroidism and other causes of thyrotoxi­
por la carga de yodo, en casos de bocio multinodular o enfermedad de Gra­ cosis. Thyroid 26:1343, 2016.
ves incipiente, o por un trastorno similar a la tiroiditis. WIERSINGA WM: Advances in treatment of active, moderate-to-severe Gra­
El inicio del tratamiento con amiodarona se asocia con reducción tran­ ves' ophthalmopathy. Lancet Diabetes Endocrinol 5:134, 2017.
sitoria de las concentraciones de T4, lo que refleja el efecto inhibidor del
yodo sobre la liberación de T4 • Poco después, la mayoría de los sujetos es­
capa de la supresión tiroidea dependiente del yodo (efecto de Wolff-Chai­
koff) y predominan los efectos inhibidores sobre la actividad de la desyo­
dasa y la acción del receptor de hormona tiroidea se vuelve predominante.
Estos acontecimientos conducen al siguiente patrón de pruebas de fun­
ción tiroidea: aumento de T4, reducción de T3, incremento de rT3 y aumen­
Enfermedad nodular ,.
to transitorio de TSH (hasta 20 mIU/L). Las concentraciones de TSH se tiroidea y cáncer de tiroide� ....

normalizan o están levemente suprimidas por 1 a 3 meses.


La incidencia de hipotiroidismo por amiodarona varía según las regio­ J. Larry Jameson, Susan J. Mande\, I

nes geográficas, aparentemente correlacionado con la ingestión de yodo. Anthony P. Weetman


El hipotiroidismo se produce hasta en 13% de los pacientes tratados con
amiodarona en países con yodo suficiente, como Estados Unidos, pero es
menos frecuente (incidencia menor de 6%) en áreas de baja ingestión de
yodo, como Italia o España. La patogenia parece estar relacionada con una ■ BOCIO Y ENFERMEDAD TIROIDEA NODUL.AR
incapacidad de la tiroides para escapar del efecto de Wolff-Chaikoff en la El bocio es el aumento de tamaño de la glándula tiroides, que puede deber­
tiroiditis autoinmunitaria. En consecuencia, el hipotiroidismo relacionado se a defectos de biosíntesis, deficiencia de yodo, enfermedad autoinmuni­
con la amiodarona es más frecuente en mujeres y varones con anticuerpos taria y enfermedades nodulares, aunque por mecanismos diferentes. Los
contra TPO. No suele ser necesario interrumpir el tratamiento con amio­ defectos de la biosíntesis y la deficiencia de yodo se acompañan de re­
darona por este efecto secundario, ya que puede utilizarse levotiroxina pa­ ducción de la eficacia de la síntesis de hormonas tiroideas, lo que provoca
ra normalizar la función tiroidea. Deben controlarse las concentraciones aumento de la hormona estimulante de la tiroides (TSH, thyroid-stimula­
de TSH, ya que los valores de T4 a menudo están aumentados por las razo­ ting hormone), que estimula el crecimiento de la tiroides como mecanismo
nes anteriormente explicadas. compensador para superar el bloqueo de la síntesis hormonal. La enfer­
El tratamiento de la tirotoxicosis inducida por amiodarona (AIT, amio­ medad de Graves y la tiroiditis de Hashimoto también se asocian a bocio.
darone-induced thyrotoxicosis) se ve complicado por el hecho de que existen En la enfermedad de Graves, el bocio se debe principalmente a los efectos
diversas causas de tirotoxicosis y porque el aumento de las concentracio­ de las inmunoglobulinas estimulantes de tiroides mediados por el TSH-R.
nes de hormonas tiroideas exacerba las arritmias subyacentes y la corona­ La forma bociógena de la tiroiditis de Hashimoto se produce por defectos
riopatía. El tratamiento con amiodarona causa tirotoxicosis en 10% de los adquiridos de la síntesis hormonal, lo que conduce a un aumento de las
pacientes que viven en regiones con bajo consumo de yodo y en 2% en concentraciones de TSH y sus consiguientes efectos sobre el crecimiento.
aquellos que viven en áreas de alta ingestión de yodo. Son dos las formas La infiltración linfocítica y los factores de crecimiento inducidos por el
principales de AIT, aunque algunas personas que sufren el trastorno tie­ sistema inmunitario también contribuyen al aumento de tamaño de la ti­
nen características de ambas. La AIT tipo 1 se asocia con una anomalía roides en la tiroiditis de Hashimoto.
subyacente de la tiroides (enfermedad de Graves preclínica o bocio nodu­ La enfermedad nodular tiroidea se caracteriza por el crecimiento des­
lar). La síntesis de hormona tiroidea se vuelve excesiva como consecuen­ ordenado de las células tiroideas en forma de hiperplasia o neoplasia. Algu­
cia del aumento de la exposición al yodo (fenómeno Jod-Basedow). La AIT nos pacientes tienen bocio multinodular (MNG, multinodular goiter), donde
tipo 2 se produce en sujetos sin anomalías tiroideas intrínsecas y es el re­ los nódulos tiroideos (por lo general hiperplásicos) sustituyen a la mayor
sultado de la activación lisosómica inducida por el fármaco que conduce parte del parénquima tiroideo; este cuadro es más frecuente en las regio­
a una tiroiditis destructiva con acumulación de histiocitos en la tiroides; nes donde la ferropenia es limítrofe. En otros la tiroides es de tamaño nor­
la incidencia aumenta conforme al incremento acumulativo en la dosis de mal, pero contiene nódulos tiroideos definidos. Debido a que el tratamien­
amiodarona. Las formas leves de AIT tipo 2 se resuelven espontáneamen­ to del bocio depende de su etiología, la detección de un aumento de tamaño
te y en ocasiones producen hipotiroidismo. El estudio de la tiroides con durante la exploración física exige la realización de estudios para identifi­
Doppler de flujo en color muestra aumento de la vascularización en el tipo car la causa.
1, pero reducción de la misma en el tipo 2. Las gammagrafías de tiroides La enfermedad tiroidea nodular es frecuente, y se observa durante la
son difíciles de interpretar en este contexto, ya que las elevadas concentra­ exploración física en 3-7% de los adultos. Con la ecografía se comprueba
ciones de yodo endógeno reducen la captación del marcador. No obstante, la presencia de nódulos en más de 50% de los adultos, y casi todos miden
la presencia de captación normal o en raras ocasiones aumentada favorece <1 cm de diámetro. Los nódulos tiroideos pueden ser solitarios o múlti­
el diagnóstico de AIT tipo l. ples y funcionales o no funcionales.
En la AIT debe interrumpirse (si es posible) el tratamiento con este fár­
maco, aunque esto a menudo no resulta práctico por la cardiopatía subya­
■ BOCIO DIFUSO NO TÓXICO {SIMPLE)
cente. La interrupción de la amiodarona no tendrá un efecto agudo a causa Etiología y patogenia Cuando se produce un aumento de tamaño di­
de su almacenamiento y su prolongada semivida. Pueden utilizarse dosis fuso de la glándula tiroides en ausencia de nódulos e hipertiroidismo, se

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denomina bocio difuso no tóxico. En ocasiones se le denomina bocio simple, que se relacionen con bocios multinodulares tóxicos (véase adelante). 2711
por la ausencia de nódulos, o bocio coloide, por la presencia de folículos uni­ La tiroidectomía subtotal o casi total en estos casos o por motivos es­
formes llenos de coloide. El bocio difuso en todo el mundo se debe con téticos debe realizarla un cirujano experimentado para reducir al mí­
mayor frecuencia a la deficiencia de yodo y recibe el nombre de bocio endé­ nimo las tasas de complicación. Después de la cirugía debe adminis­
mico cuando afecta a >5% de la población. En las regiones no endémicas trarse un tratamiento sustitutivo con levotiroxina a fin de mantener las
aparece el denominado bocio esporádico, cuya causa suele ser desconocida. concentraciones de TSH en el nivel más bajo del intervalo de referen­
El aumento de tamaño de la tiroides en los adolescentes en ocasiones se cia para evitar la reaparición del bocio.
designa como bocio juvenil. En general, el bocio es más frecuente en las mu­
jeres que en los varones, quizá por la mayor prevalencia de enfermedad
autoinmunitaria subyacente y el aumento de las necesidades de yodo aso­
■ BOCIO MULTINODULAR NO TÓXICO
ciado a la gestación. Etiología y patogenia De acuerdo con la población estudiada, hasta
En las regiones con deficiencia de yodo, el aumento de tamaño de la tiroi­ en 12% de los adultos se observa MNG o nódulos en una tiroides de tama­
des refleja un esfuerzo compensador para atrapar yoduro y producir hor­ ño normal. El MNG debe distinguirse de la presencia de nódulos en una
mona suficiente en condiciones en las que la síntesis hormonal es relativa­ tiroides de tamaño normal (véase "Estudio del paciente con nódulos tiroi­
mente ineficaz. De forma algo sorprendente, las concentraciones de TSH deos"). El MNG es más frecuente en mujeres que en varones, y su preva­
suelen ser normales o sólo aumentan un poco, lo que sugiere que existe un lencia aumenta con la edad. Es más común en las regiones con déficit de
aumento de la sensibilidad a la TSH o una activación de otras vías que con­ yodo, pero también aparece en regiones con yodo suficiente, lo que refleja
ducen al aumento de tamaño de la tiroides. El yoduro parece ejercer accio­ la multiplicidad de influencias genéticas, autoinmunitarias y ambientales
que intervienen en su patogenia. tl1
nes directas sobre los vasos tiroideos y puede afectar de forma indirecta al ::s
aumento de tamaño por medio de sustancias vasoactivas como las endote­ Suele variar mucho el tamaño de los nódulos. La histología revela un
linas y el óxido nítrico. El bocio endémico también es causado por bocióge­ espectro de morfologías que van desde regiones hipercelulares e hiperplá­
nos ambientales como la mandioca, que contiene un tiocianato, vegetales sicas hasta áreas quísticas llenas de coloide. Las técnicas moleculares indi­ g.
crucíferos (p. ej., coles de Bruselas, repollo y coliflor) y leche de regiones en can que la mayor parte de los nódulos del MNG son de origen policlonal,
las que hay bociógenos en el pasto. Aunque son relativamente poco fre­ lo que sugiere una respuesta hiperplásica a factores de crecimiento y cito­ ::s
cinas producidas en forma local. La TSH, que por lo general no aumenta, o
cuentes, los defectos hereditarios de la síntesis de la hormona tiroidea tam­

......
bién provocan bocio difuso no tóxico. Se han descrito anomalías en cada puede desempeñar una función permisiva o contribuir al trastorno. Tam­
paso de la síntesis hormonal, incluidos el transporte de yoduro (NIS), sín­ bién aparecen lesiones monoclonales en el MNG, que reflejan la existen­
tesis de transgénicos (Tg), organificación y acoplamiento (trombopoyetina cia de mutaciones en genes que confieren una ventaja de crecimiento se­ "'I
[TPO] y regeneración de yoduro (deshalogenasa). lectiva a la célula progenitora. ....
o
g.

-�
CD
Manifestaciones clínicas La mayoría de los pacientes con MNG no
MANIFESTACIONES CLÍNICAS Y DIAGNÓSTICO '<
tóxico se encuentran asintomáticos y eutiroideos. Lo habitual es que el n
Si la función tiroidea está conservada, muchos de los bocios son asintomá­
MNG se desarrolle en el transcurso de muchos años y se detecte en la ex­ ::s
ticos. La exploración de un bocio difuso revela una glándula con un aumen­
ploración física sistemática, cuando el paciente advierte un aumento de n
to de tamaño simétrico, no doloroso a la palpación, generalmente blanda, CD

......
tamaño en el cuello, o como un hallazgo incidental en estudios de imagen. "'I
sin nódulos palpables. El bocio se define, de forma algo arbitraria, como g.
Si el bocio tiene el tamaño suficiente puede a la larga provocar síntomas CD
un lóbulo lateral con un volumen superior al pulgar del sujeto que está sien­
de compresión como dificultad para tragar, insuficiencia respiratoria (com­
do explorado. En la ecografía, el volumen total de la tiroides >30 mL se
considera anormal. Si el agrandamiento de la tiroides es notable, puede
presión traqueal) o plétora (congestión venosa), pero estos síntomas no son ....
g.
frecuentes. Los MNG sintomáticos suelen ser extraordinariamente gran­ CD
causar compresión traqueal o esofágica, aunque esto es infrecuente si no u,
des o contienen áreas fibrosas que causan compresión. El dolor repentino
hay enfermedad nodular ni fibrosis. El bocio retroesternal puede obstruir el
en un MNG a menudo se debe a hemorragia en el interior de un nódulo,
estrecho torácico superior. El signo de Pemberton se refiere a la congestión
facial y cervical por obstrucción venosa yugular cuando se elevan los bra­ pero debe plantearse la posibilidad de que se trate de una neoplasia malig­
na. La disfonía, que refleja la afección del nervio laríngeo recurrente, tam­
zos por arriba de la cabeza, maniobra que tira de la glándula hacia el estre­
cho torácico superior. Para valorar el bocio retroesternal en pacientes con bién sugiere la existencia de un proceso maligno.
signos o síntomas obstructivos deben utilizarse mediciones del flujo respi­ Diagnóstico En la exploración se observa que la estructura tiroidea es­
ratorio y CT o resonancia magnética. tá alterada y que hay múltiples nódulos de diversos tamaños. Como mu­
Deben realizarse pruebas de función tiroidea en todos los enfermos con chos nódulos están inmersos en la profundidad del tejido tiroideo o se lo­
bocio para excluir tirotoxicosis o hipotiroidismo. No es raro, en especial en calizan en la zona posterior o retroesternal, no es posible palparlos todos.
la deficiencia de yodo, observar una T 4 total baja, con T 3 y TSH normales, El signo de Pemberton, caracterizado por congestión facial cuando se ele­
lo que refleja el aumento de la biotransformación de T 4 en T 3 • La presencia van los brazos por encima de la cabeza, sugiere que el bocio ha aumentado
de una TSH baja con T 4 libre y T 3 libre, sobre todo en el anciano, sugiere la la presión en el estrecho torácico superior. Debe cuantificarse la TSH para
posibilidad de secreción autónoma de hormonas tiroideas o de enferme­ excluir hipertiroidismo o hipotiroidismo subclínico, pero la función tiroi­
dad de Graves no diagnosticada, y se denomina tirotoxicosis subclínica. Es dea suele ser normal. La desviación de la tráquea es frecuente, pero la com­
poco claro el beneficio del tratamiento (por lo general con yodo radiactivo) presión casi siempre tiene que exceder 70% del diámetro traqueal para que
en la tirotoxicosis subclínica comparado con el seguimiento y la instaura­ se produzca una afectación importante de las vías respiratorias. Se utilizan
ción del tratamiento si las concentraciones de T 3 libre y T 4 libre son anor­ las pruebas de función pulmonar para valorar los efectos funcionales de la
males, pero el tratamiento se recomienda cada vez más en los ancianos compresión, que de forma característica causa estridor inspiratorio. La CT
para disminuir el riesgo de fibrilación auricular y pérdida ósea. Los anticuer­ o la MRI pueden servir para valorar la anatomía del bocio y el alcance de
pos contra TPO pueden ayudar a identificar a los pacientes con mayor ries­ la extensión retroesternal o la estenosis traqueal. El esofagograma con tra­
go de presentar una enfermedad tiroidea autoinmunitaria. Las concentra­ go de bario revela la magnitud de la compresión esofágica. El riesgo de
ciones urinarias bajas de yodo (<50 µg/100 mL) respaldan el diagnóstico cáncer en el MNG es semejante al observado en los nódulos solitarios. Se
de déficit de yodo. La gammagrafía tiroidea no suele ser necesaria, pero puede utilizar la ecografía para identificar los nódulos de los que se extrae­
pone de manifiesto el aumento de la captación en el déficit de yodo y mu­ rá un fragmento para biopsia, con base en una combinación del tamaño y
chos casos de dishormonogénesis. las características ecográficas (cuadro 378-1) (cap. 375). Para los nódulos
con patrones ecográficos más sospechosos (p. ej., nódulos sólidos hipo­
ecoicos con bordes infiltrantes), se recomienda obtener una biopsia a un
TRATAMIENTO tamaño límite menor que el que se utiliza cuando las características en la
Bocio difuso no tóxico (simple) imagen son menos sospechosas (fig. 378-1).

La restitución de yodo induce regresión variable del bocio en la deficien­


cia de yoduro, lo que depende de la duración y el grado de hiperplasia, TRATAMIENTO
con fibrosis concomitante y autonomía funcional que llegó a desarro­ Bocio multinodular no tóxico
llarse. La cirugía rara vez está indicada en el bocio difuso. Son excep­
ciones a esta regla la existencia documentada de compresión traqueal Muchos de los MNG no tóxicos se tratan de forma conservadora. La
o de obstrucción del estrecho torácico superior, las cuales es probable supresión con T 4 rara vez es eficaz en la reducción del bocio e introdu-

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2712 ce el riesgo de tirotoxicosis subclínica o manifiesta, en particular si hay
producción autónoma de hormonas tiroideas subyacente o si se desa­
rrolla durante el tratamiento. Deben evitarse los medios de contraste y
MEDIANA MEDIANA las sustancias con yodo por el riesgo de inducir elfenómeno Jod-Basedow,
DE SENSIBILIDAD DE ESPECIFICIDAD caracterizado por aumento de la producción de hormona tiroidea por
[RANGO] [RANGO]
nódulos autónomos. El yodo radiactivo se ha utilizado cuando la ciru­
Hipoecoico comparado 81% 53% gía está contraindicada en zonas donde son más dominantes los bocios
con tiroides adyacente [48-90%] [36-92%] nodulares grandes (p. ej., algunas áreas de Europa y Brasil), ya que re­
duce el volumen del MNG y en ocasiones permite realizar la ablación
Hipoecogenicidad 41% 94%
selectiva de algunas regiones con autonomía funcional. La dosis de 131 I
marcada [27-59%] [92-94% ] depende del tamaño del bocio y de la captación de yodo radiactivo,
Microcalcificaciones 44% 89% pero suele ser de 3.7 MBq (0.1 mCi) por gramo de tejido, corregida en
[26-73%] [69-98% ] función de la captación (dosis habitual, 370 a 1 070 MBq [10 a 29 mCi]).
Puede ser necesario repetir el tratamiento, y la eficacia puede aumen­
Márgenes irregulares, mi- 55% 79% tar con la administración conjunta de TSH recombinante en dosis ba­
crolobulados [17-84%] [62-85%] jas (0.1 mg IM). En la mayoría de los pacientes es posible lograr una
Consistencia sólida 86% 48%
reducción de 40-50% en el tamaño del bocio. Las preocupaciones ini­
ciales relativas a la inflamación de la tiroides inducida por la radiación
[78-91%] [3 0-58% ]
y a la compresión traqueal han disminuido en la actualidad a raíz de los
Mayor altura que amplitud 48% 92% resultados de estudios que han demostrado que esta complicación es
en el corte transversal [33-84% ] [82-93%] poco frecuente. Cuando se produce una compresión aguda puede ser
necesario el tratamiento con glucocorticoides o cirugía. El hipotiroidis­
mo inducido por radiación es menos frecuente que el que aparece tras
el tratamiento de la enfermedad de Graves. No obstante, puede apare­
cer tirotoxicosis autoinmunitaria después del tratamiento hasta en 5%
de los enfermos tratados por un MNG no tóxico. La cirugía sigue siendo
muy eficaz, pero no está exenta de riesgos, sobre todo en ancianos con
enfermedades cardiopulmonares subyacentes.

■ BOCIO MULTINODULAR TÓXICO


La patogenia del MNG tóxico parece ser similar a la del MNG no tóxico;
la principal diferencia radica en la presencia de autonomía funcional en
el primero. Se desconoce la base molecular de esta producción autónoma.
Al igual que en los MNG no tóxicos, muchos nódulos son policlonales, en
tanto que otros son monoclonales y de orígenes clonales variables. Las
anomalías genéticas que se sabe confieren autonomía funcional, como las
mutaciones activadoras del TSH-R o de la Gsa (véase adelante), no suelen
observarse en las regiones con producción autónoma en el MNG tóxico.
Además de las características del bocio, la presentación clínica del MNG
tóxico consiste en hipertiroidismo subclínico o tirotoxicosis leve. El pa­
ciente suele ser anciano y puede acudir a consulta con fibrilación auricular
o palpitaciones, taquicardia, nerviosismo, temblores o pérdida de peso. La
exposición reciente al yodo en medios de contrastes u otras fuentes puede
desencadenar o exacerbar la tirotoxicosis. El nivel de TSH es bajo. La con­
centración de T4 no combinada puede ser normal o tener un aumento mí­
nimo; a menudo, la T3 está más alta que la T4 • La gammagrafía tiroidea
muestra captación heterogénea con múltiples regiones de captación aumen­
tada y reducida; la captación de yodo radiactivo de 24 h puede no estar au­
A mentada, pero por lo general se encuentra en el rango superior normal.
Antes del tratamiento definitivo del hipertiroidismo, deben obtenerse
imágenes de ecografía para valorar la presencia de nódulos aislados que
corresponden a áreas de baja captación (nódulos "fríos"). Si se identifican,
puede estar indicada la aspiración con aguja fina (FNA, fine-needle aspira­
tion) basada en características ecográficas y en el tamaño. Los resultados
de citología, si son indeterminados o sospechosos, pueden dirigir el trata­
miento hacia la cirugía.

TRATAMIENTO
Bocio multinodular tóxico
Los antitiroideos normalizan la función tiroidea y son en particular úti­
les en ancianos o en pacientes graves con esperanza de vida reducida.
A diferencia de la enfermedad de Graves, no ocurre remisión espontá­
nea y por ello el tratamiento es de largo plazo. Por lo general el yodo
radiactivo es el tratamiento de elección; mejora las áreas de autonomía
funcional y reduce el tamaño del bocio al reducir los nódulos funciona­
les. Sin embargo, en ocasiones persiste cierto grado de producción au­
tónoma, al parecer por la presencia de múltiples regiones de autonomía
B
que emergen en cuanto otras reciben tratamiento, y puede ser necesa­
FIGURA 378-1 Patrones ecográficos de nódulos tiroideos. A. Patrón ecográfico de rio más tratamiento con yodo radiactivo. La cirugía es el tratamiento
alta sospecha de cáncer tiroideo (nódulo sólido hipoecoico con bordes irregulares y definitivo de la tirotoxicosis subyacente y del bocio. Los pacientes de­
microcalcificaciones}. B. Patrón ecográfico de muy baja sospecha de cáncer tiroideo ben alcanzar el estado eutiroideo por medio de antitiroideos antes de
(nódulo espongiforme con áreas microquísticas que comprenden >50% de volumen la intervención.
del nódulo}.

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■ NÓDULO SOLITARIO HIPERFUNCIONAL rece hipotiroidismo durante los 5 años siguientes. La resección quirúr­ 2713
Un nódulo tiroideo solitario de funcionamiento autónomo recibe el nom­ gica también es eficaz y suele limitarse a la resección de un lóbulo, con
bre de adenoma tóxico. La patogenia de este trastorno quedó aclarada cuan­ lo que se preserva la función tiroidea y se reduce al mínimo el riesgo
do se demostraron los efectos funcionales de las mutaciones que estimulan de hipoparatiroidismo y de lesión de los nervios laríngeos recurrentes.
la vía de señalización del TSH-R. La mayoría de los pacientes con nódulos El tratamiento médico con antitiroideos y B bloqueadores puede nor­
solitarios hiperfuncionales presenta mutaciones activadoras somáticas ad­ malizar la función tiroidea, pero no es el mejor tratamiento de largo
quiridas en el gen que codifica el TSH-R (fig. 378-2). Estas mutaciones, lo­ plazo. En algunos centros se ha utilizado con éxito la ablación percutá­
calizadas sobre todo en el dominio transmembrana del receptor, inducen nea térmica con radiofrecuencia, bajo guía ecográfica, para la ablación
un acoplamiento constitutivo del receptor a la Gsa, lo que aumenta las con­ de los nódulos hiperfuncionales. Esta técnica también se ha utilizado
centraciones del monofosfato de adenosina (AMP, adenosine monophospha­ para disminuir el tamaño de los nódulos tiroideos no funcionales.
te) cíclico y potencia la proliferación y la función de las células foliculares
de la tiroides. Con menor frecuencia, las mutaciones somáticas se identi­
fican en la Gsa. Estas mutaciones, similares a las observadas en el síndro­ LESIONES BENIGNAS
me de McCune-Albright (cap. 405) o en un subgrupo de adenomas soma­ El cuadro 378-2 resume los diversos tipos de nódulos tiroideos benignos.
totrofos (cap. 373), alteran la hidrólisis del GTP, lo que causa activación Algunas veces los nódulos benignos son hiperplásicos y reflejan una com­
constitutiva de la vía de señalización del AMP cíclico. En muchas series, en binación de arquitectura macro y microfolicular, y otras veces son adeno­
mas neoplásicos y encapsulados que por lo general tienen un patrón mi­

=a
>90% de los pacientes con nódulos solitarios hiperfuncionales se identifi­
can mutaciones activadoras en los genes del TSH-R o de la subunidad Gsa. crofolicular más monótono. Cuando el adenoma se forma a base de células
foliculares oncocíticas dispuestas con un patrón folicular, se denomina ade­ tr.l
Por lo general la tirotoxicosis es leve y se detecta cuando el nódulo mi­ ::s
de >3 cm. Esta enfermedad se insinúa por una concentración subnormal de noma de células de Hürthle. Los nódulos hiperplásicos por lo general se
TSH, la presencia de un nódulo tiroideo, a menudo con el tamaño sufi­ observan como lesiones mixtas quísticas/sólidas o espongiformes en la eco­
ciente para ser palpable, y la ausencia de datos clínicos sugestivos de en­ grafía. Para la definición de espongiforme es necesaria la presencia de áreas •g.
fermedad de Graves o de otras causas de tirotoxicosis. La gammagrafía microquísticas que comprendan >50% del volumen del nódulo, con el con­
tiroidea ofrece una prueba diagnóstica definitiva, y demuestra la capta­ cepto de que este patrón ecográfico microquístico recapitula la histología ::s
de los macrofolículos que contienen coloide (fig. 378-lB). Sin embargo, o
ción focal en el nódulo hiperfuncional, así como la disminución de la cap­
tación en el resto de la glándula, ya que la actividad de la tiroides normal muchos de los nódulos sólidos (sean hipoecoicos, isoecoicos o hiperecoi­
cos) también son benignos. La FNA, por lo general acompañada por guía
...o....
está suprimida.
ecográfica, es el procedimiento diagnóstico de elección para valorar los nó­
dulos tiroideos (véase "Estudio del paciente con nódulos tiroideos"). Los ....
TRATAMIENTO quistes puros de tiroides, <1 % de todos los crecimientos de la tiroides, con­ ••
g.

Nódulo solitario hiperfuncional


La ablación con yodo radiactivo suele ser el tratamiento preferido. Co­
sisten de coloide y también son benignos. Los quistes reaparecen con fre-
-�•
'<
n
::s
n
mo la función normal de la tiroides está suprimida, el 131I se concentra CUADRO 378-2 Clasificación de las neoplasias tiroideas ...
en el nódulo híperfuncional con mínima captación y lesión del tejido
Benignas •,..
g.
tiroideo normal. Se ha demostrado que las dosis relativamente altas de ....
...o
yodo radiactivo [p. ej., 370 a 1 110 MBq (10 a 29.9 mCi) de 131 1] corrigen Hiperplasia
la tirotoxicosis en casi 75% de los pacientes en 3 meses. En <10% apa-
....
Nódulo coloide
•en
g.
Adenomas de células epiteliales
foliculares
Convencional
Oncocítico(células de Hürthle)

Dominio extracelular Malignas Prevalencia aproximada, %


Células foliculares epiteliales
Carcinomas papilares 80-85
TSH-R Variante clásica
Variante folicular
Variante esclerosante difusa
Variantes de células altas, de
células cilíndricas
Carcinomas foliculares 2.5-7
Convencional
Carcinoma de células de Hürthle
Dominios (oncocítico)
transmembrana
Carcinomas mal diferenciados 3-5
Carcinomas(indiferenciados) 1
Mutaciones activadoras anaplásicos
Células C (productoras de calcitonina)
Cáncer medular de tiroides <10
Esporádico
1 Crecimiento, diferenciación celular Familiar
f Síntesis hormonal ·41 AMP cíclico
MEN 2
FIGURA 378-2 Mutaciones activadoras del receptor de la hormona estimulante
Otras neoplasias malignas
de la tiroides (TSH-R, thyroid-stimulating hormone receptor). Las mutaciones(*)
que activan el TSH-R residen sobre todo en los dominios transmembrana 5 y hélice Linfomas 1
intracelular 3, aunque se han producido mutaciones en otras localizaciones. El efecto Metástasis
de estas mutaciones consiste en inducir cambios de conformación que imitan la Mama, melanoma, pulmón, riñón
unión de la TSH, lo que provoca el acoplamiento de la proteína G estimulante(Gsa) y
Otras
la activación de la adenilil ciclasa(AC, adenylate cyc/ase), una enzima que genera
AMP cíclico. MEN, neoplasia endocrina múltiple.

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2714 cuencia, incluso tras la aspiración repetida, y a veces es indispensable la CUADRO 378-4 Clasificación del cáncer tiroideoª
extirpación quirúrgica si son grandes. La ablación con etanol para esclero­
sar el quiste se ha utilizado con éxito en pacientes sintomáticos. Cánceres papilares o foliculares de tiroides
La supresión de la TSH con levotiroxina no reduce el tamaño del nó­ <45 años >45 años
dulo en poblaciones con suficiencia de yodo. Sin embargo, si hay deficien­ Estadio 1 Cualquier T, cualquier N, T1, NO, MO
cia relativa de yodo, el tratamiento con éste y levotiroxina puede disminuir MO
el tamaño del nódulo. Si se administra levotiroxina en esta situación, la
TSH debe permanecer en el límite inferior normal o un poco debajo del Estadio 11 Cualquier T, cualquier N, T2, NO, MO
M1
mismo, pero no se debe suprimir por completo. Si el nódulo no ha disminui­
do de tamaño luego de 6 a 12 meses de tratamiento supresor, éste debe Estadio 111 T3, NO, MO
interrumpirse ya que es probable que se obtenga poco beneficioso con el T1-T3, N1a, MO
tratamiento de largo plazo; también debe considerarse el riesgo de tiro­
Estadio IVA T4a, cualquier N, MO
toxicosis yatrógena subclínica.
T1-T3, N1b, MO

CÁNCER DE TIROIDES Estadio IVB T4b, cualquier N, MO


El carcinoma de tiroides es la neoplasia maligna más frecuente del sistema Estadio IVC Cualquier T, cualquier N, M1
endocrino. Los tumores malignos derivados del epitelio folicular se clasi­ Cáncer de tiroides anaplásico
fican en función de sus características histológicas. Los tumores diferen­
ciados, como el cáncer papilar de tiroides (PTC, papillary thyroid cancer) o Estadio IV Todos los casos son esta­
el cáncer folicular de tiroides (FTC, follicular thyroid cancer), a menudo son dio IV
curables y el pronóstico es bueno cuando la neoplasia se identifica en las Cáncer medular de tiroides
primeras fases de la enfermedad. En cambio, el cáncer anaplásico de tiroi­
Estadio 1 T1, NO, MO
des (ATC, anaplastic thyroid cancer) es de alta malignidad, responde mal al
tratamiento y tiene mal pronóstico. Estadio 11 T2 o T3, NO, MO
En los últimos 30 años, la frecuencia de cáncer tiroideo ha aumentado Estadio 111 T1-T3, N1a, MO
de 4.9 a 14.3 casos por 100 000 individuos en Estados Unidos, y en 2015 se Estadio IVA T4a, cualquier N, MO
diagnosticaron >65 000 casos. Sin embargo, la mortalidad específica para
T1-T3, N1b, MO
cada enfermedad no ha cambiado. Este aumento de la incidencia se atri­
buye sobre todo a tumores papilares pequeños (<2 cm) Tl y ha llevado a los Estadio IVB T4b, cualquier N, MO
expertos a considerar que el diagnóstico de cáncer tiroideo es excesivo, lo Estadio IVC Cualquier T, cualquier N, M1
que sugiere que se están detectando cánceres que no serían nocivos para
el paciente si no se detectaran. El concepto de diagnóstico excesivo de cán­ ª Los criterios son: T, tamaño y extensión del tumor primario (T1a <1 cm; T1b >1 cm pero
<2 cm; T2 >2 cm pero <4 cm; T3 >4 cm o cualquier tumor con extensión a tejido blando
cer se basa en la presencia de un reservorio de enfermedad (la prevalencia peritiroideo o músculo esternotiroideo; T4a invasión directa a los tejidos blandos subcutá­
en las necropsias de PTC es de ~25%), actividades que permiten la detec­ neos, laringe, tráquea, esófago o nervio laríngeo recurrente; T4b invasión directa a fascia
ción de enfermedades (más imágenes diagnósticas en las que se detectan prevertebral o revestimiento de la arteria carótida o vasos mediastinales); N, ausencia (NO)
nódulos de modo incidental) y un desequilibrio en la tasa de dirección en­ o presencia (N1a a nivel IV de compartimiento central; N1b niveles 11 a IV de compartimien­
tre diagnóstico y mortalidad (la mortalidad específica por cáncer tiroideo to lateral, mediastinal superior o retrofaríngeo/parafaríngeo) de afectación linfática regio­
nal; M, ausencia (MO) o presencia (M1) de metástasis.
no ha cambiado en 40 años). Se han observado tendencias similares en
Nótese que la clasificación actualizada TNM se publicó a principios del año 2018.
todo el mundo, sobre todo en los países con una mayor proporción de aten­
Fuente: Sistema de estadificación del American Joint Committee on Cancer para los cán­
ción médica privada, lo que conduce a un mayor uso de recursos, como las ceres de tiroides en el que se utiliza la clasificación TNM, 7ª edición.
imágenes. La mortalidad específica del cáncer tiroideo de bajo riesgo a 20
años ha sido de 1%.
Las tendencias actuales en la atención del cáncer tiroideo se centran 2) pueden utilizarse radioisótopos de yodo para diagnosticar (1231 y 1311) y
en: 1) evitar el diagnóstico excesivo con la disminución de la FNA me­ posiblemente tratar (1311) el cáncer de tiroides diferenciado, por la capta­
diante la clasificación del riesgo ecográfico basado en límites de tamaño; ción exclusiva de este anión por la glándula tiroides, y 3) los marcadores
2) limitar la cirugía, el yodo radiactivo y la vigilancia ulterior en busca de séricos permiten detectar la enfermedad residual o recurrente, como la con­
tumores de bajo riesgo, y 3) identificar a pacientes con mayor riesgo de re­ centración de Tg para el PTC y el FTC, y la calcitonina para el cáncer me­
currencias que necesitan un tratamiento y una vigilancia más enérgicos. El dular de tiroides (MTC, medullary thyroid cancer).
pronóstico es peor en personas mayores (>65 años). La frecuencia del cán­
cer de tiroides es del doble en mujeres que en varones, pero pertenecer al ■ CLASIFICACIÓN
género masculino conlleva un peor pronóstico. Otros riesgos importantes Las neoplasias tiroideas pueden originarse en cualquiera de los tipos celu­
son los antecedentes de radiación de la cabeza o el cuello en la infancia (an­ lares de la glándula, incluidas las células foliculares, las células C produc­
tes de los 18 años de edad), signos de fijación local del tumor o de invasión toras de calcitonina, los linfocitos y los elementos del estroma y vascula­
de los ganglios linfáticos y presencia de metástasis (cuadro 378-3). res; la causa también puede ser metástasis de otras localizaciones (cuadro
Diversas características específicas del cáncer de tiroides facilitan su 378-2). El American Joint Committee on Cancer (AJCC) diseñó un sistema
tratamiento: 1) los nódulos tiroideos son susceptibles a la biopsia por FNA; de estadificación que utiliza la clasificación de tumor, nódulos, metástasis
(TNM), y que es la que más se usa (cuadro 378-4).

CUADRO 378-3 Factores de riesgo de carcinoma tiroideo


■ PATOGENIA Y BASES GENÉTICAS
en pacientes con nódulo tiroideo según la anamnesis Radiación Los primeros estudios sobre la patogenia del cáncer de tiroi­
y exploración física des se centraron en la participación de la radiación externa, que predispo­
Antecedente de radioterapia de cabeza Antecedente familiar de cáncer papilar ne a roturas cromosómicas, causantes de reordenamientos genéticos y pér­
y cuello antes de los 18 años de edad, de tiroides en 2 o más familiares de pri­ dida de genes de supresión tumoral. La radiación externa del mediastino,
incluida tipo Mantle para enfermedad de mer grado, MEN 2 u otros síndromes ge­ cara, cabeza y la región del cuello se administraba antes para tratar muy
Hodgkin y radioterapia cerebral para néticos acompañados de cáncer tiroi­ diversos trastornos, entre ellos el acné y el aumento de tamaño del timo,
leucemia infantil u otros cánceres cra­ deo (p. ej., síndrome de Cowden, así como de las amígdalas palatinas y faríngeas. La exposición a la radia­
neales poliposis familiar, complejo de Carney, ción aumenta el riesgo de nódulos tiroideos benignos y malignos, se asocia
Exposición a radiación ionizante de re­ PTEN ([fosfatasa y homólogo de tensi­
a cánceres multicéntricos y desplaza la incidencia del cáncer de tiroides a
percusión en la infancia o en la adoles­ na], tumor hamartoma)
un grupo de edad más joven. La radiación por lluvia radiactiva también
cencia Parálisis de cuerdas vocales, disfonía
predispone al cáncer de tiroides. Los niños parecen mostrar mayor predis­
Edad <20 o >65 años Nódulo fijo a las estructuras adyacentes posición a los efectos de la radiación que los adultos.
Tumor cervical de crecimiento rápido Linfadenopatía cervical lateral
TSH y factores de crecimiento Muchos cánceres diferenciados de
Sexo masculino
tiroides expresan receptores de TSH y, por tanto, siguen respondiendo a
MEN, neoplasia endocrina múltiple. la TSH. Las concentraciones séricas más altas de TSH, incluso dentro del

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rango normal, se asocian a mayor riesgo de cáncer de tiroides en pacientes vidad constitutiva de la cinasa de tirosina (cap. 381). El MTC está precedi­ 2715
con nódulos tiroideos. Estas observaciones son la base de la supresión de do de la hiperplasia de las células C, lo que plantea la probabilidad de que
la TSH por T4 en los pacientes con cáncer de tiroides. La expresión resi­ "segundas dianas" todavía no identificadas produzcan la transformación
dual de los receptores de TSH también permite la captación de 131 I tera­ celular. Un subgrupo de MTC esporádicos contiene mutaciones somáticas
péutico estimulada por TSH (véase adelante). que activan el RET.

Oncogenes y genes supresores de tumores Los cánceres de tiroi­ ■ CÁNCER DE TIROIDES BIEN DIFERENCIADO
des son de origen monoclonal, lo cual coincide con la idea de que se origi­ Papilar El PTC es el tipo de cáncer de tiroides más frecuente y compone
nan a consecuencia de mutaciones que confieren una ventaja de crecimien­
80-85% de los tumores malignos bien diferenciados de la tiroides. El PTC
to a una sola célula. Además de las mayores tasas de proliferación, algunos
microscópico está presente hasta en 25 % de las glándulas tiroideas en la
cánceres de tiroides presentan un defecto de la apoptosis y características
necropsia, pero gran parte de estas lesiones son muy pequeñas (varios mi­
que potencian la invasión, la angiogénesis y la capacidad de metástasis. Las
límetros) y no tienen importancia clínica. Las características citológicas del
neoplasias de tiroides se han analizado en relación con una serie de alte­ PTC ayudan a establecer el diagnóstico por medio de FNA o después de una
raciones genéticas, pero sin encontrar pruebas claras de que exista una ad­
resección quirúrgica; éstas comprenden grandes núcleos transparentes con
quisición ordenada de mutaciones somáticas a medida que avanzan del
cromatina polvorienta (descrita con aspecto de ojo de la huerfanita An­
II

estado benigno al maligno. Por otro lado, algunas mutaciones, como los re­
nie") con surcos nucleares y nucléolos prominentes. El hallazgo histológi­
ordenamientos RET/PTC y PAXS-PPARgl, son relativamente específicos
co de estas células ordenadas en estructuras papilares frente a folículos dis­
para neoplasias tiroideas. tingue a las variantes clásica y folicular de PTC, respectivamente.
Como se describió antes, las mutaciones activadoras del TSH-R y de la
El PTC suele ser multifocal e invadir localmente la glándula tiroidea y
unidad Gsa se relacionan con nódulos de funcionamiento autónomo. Si
extenderse por la cápsula tiroidea y hacia el interior de las estructuras ad­
bien estas mutaciones inducen el crecimiento de las células tiroideas, este yacentes del cuello. Tiende a diseminarse por vía linfática, pero también
tipo de nódulo casi siempre es benigno.
puede producir metástasis por vía hematógena, sobre todo en el hueso y
La activación de la vía de señales RET-RAS-BRAF se observa en hasta
en los pulmones. Por el crecimiento relativamente lento del tumor puede
70% de los PTC, aunque los tipos de mutaciones son heterogéneos. Diver­
acumularse un número importante de metástasis pulmonares, en ocasio­
sos reordenamientos del gen RET en el cromosoma 10 hacen que este gen
nes con muy pocos síntomas. Las consecuencias para el pronóstico de la
codificador de un receptor de tirosina cinasa quede bajo el control de otros
diseminación hacia los ganglios linfáticos dependen del volumen de las
promotores, lo que produce una sobreexpresión del receptor. Se producen
metástasis. Las micrometástasis, que se definen como <2 mm de cáncer
reordenamientos del RET en 20-40% de los PTC en diferentes series, y se en un ganglio linfático, no modifican el pronóstico. Sin embargo, las lesio­
observaron con mayor frecuencia en los tumores que se desarrollaron des­
nes metastásicas macroscópicas de varios ganglios linfáticos de 2 a 3 cm
pués del accidente radiactivo de Chernobyl. En el PTC también se han
indican una posibilidad de 25-30% de recurrencia, y en los ancianos au­
observado reordenamientos en el gen que codifica otra tirosina cinasa, el
menta la mortalidad. En el cuadro 378-4 se presenta la estadificación del
TRK1, que se localiza en el cromosoma 1. Hasta la fecha, la identificación PTC por medio del sistema TNM. Muchos cánceres papilares se identifi­
del PTC con reordenamientos del RET o del TRK1 no ha demostrado ser can en los estadios iniciales (>80% en estadio I o II) y tienen un pronóstico
útil para predecir el pronóstico ni la respuesta al tratamiento. Al parecer
excelente, con curvas de supervivencia similares a la supervivencia espe­
las mutaciones de BRAF V600E constituyen la alteración genética más co­
rada (fig. 378-3). La mortalidad es mucho mayor en el estadio IV de la en­
mún en PTC; tales mutaciones activan la cinasa, que estimula la casca­
fermedad, en especial con la presencia de metástasis a distancia (estadio
da de la proteína cinasa activada por mitógenos (MAPK, mitogen-activated
IV-C), pero este grupo representa sólo a cerca del 1 % de los casos. El trata­
protein kinase). Las mutaciones RAS, que también estimulan la secuencia miento del PTC se describe más adelante.
MAPK, se observan en 20-30% de las neoplasias tiroideas (NRAS > HRAS
> KRAS), incluidas las variantes foliculares PTC y FTC. Hay que destacar Folicular La incidencia de FTC varía mucho en diferentes partes del
que en el mismo tumor raras veces aparecen de manera simultánea muta­ mundo; es más frecuente en las regiones con deficiencia de yodo. En la ac­
ciones de RET, BRAF y RAS, lo cual sugiere que la activación de la cascada tualidad, el FTC representa sólo cerca del 5% de todos los cánceres de ti­
de MAPK es determinante para la génesis tumoral, sin importar la fase o roides diagnosticados en Estados Unidos. El FTC es difícil de diagnosticar
etapa que desencadena la cascada. con FNA porque la distinción entre una neoplasia folicular benigna y otra
En el FTC también hay mutaciones RAS. Además, se identifica en una maligna exige histología, ya que las características nucleares de los ade­
fracción significativa de FTC un reordenamiento del factor PAX8 de trans­ nomas y carcinomas foliculares no difieren. En cambio, el carcinoma folicu­
cripción del desarrollo tiroideo, con el receptor nuclear PPARy. En general, lar se diagnostica ante la presencia de invasión capsular o vascular. El FTC
casi 70% de los cánceres foliculares tiene mutaciones o reordenamientos tiende a diseminarse por vía hematógena dando lugar a metástasis óseas,
genéticos. La pérdida de la heterocigosidad de 3p u llq compatible con de­ pulmonares y del sistema nervioso central. Las tasas de mortalidad relacio­
leciones de genes supresores de tumores también es común en el cáncer nadas con FTC son menos favorables que las vinculadas al PTC, en parte
folicular de tiroides. porque el porcentaje de pacientes que presentan un estadio IV de la enfer­
Se han detectado también en ATC muchas de las mutaciones que se medad es mayor. Las características que se acompañan de mal pronóstico
identifican en cánceres tiroideos diferenciados. Se observan mutaciones
promotoras TERT en <10% de los PTC diferenciados, pero son más frecuen­
tes en el ATC. Las mutaciones en BRAF se identifican hasta en el 50% de n = 14124
100
-. -- -- - - 4701
ATC. Las mutaciones en CTNNB1 que codifican la catenina B surgen en T'(
T T T
n

66% de ATC, pero no en PTC ni FTC. Las mutaciones del gen supresor de 90 = 2953
tumores P53 parecen desempeñar una función importante en el desarrollo
--
'?f2. 80 �
n

.._,
del ATC. Como P53 interviene en la vigilancia del ciclo celular, la repara­ ro
> 70 �

ción del DNA y la apoptosis, su pérdida puede contribuir a la rápida ad­ ro - .


quisición de inestabilidad genética, así como a escasa respuesta al trata­ (l)
60 -
.
n
- 412
l,...

ro 50
miento (cap. 68). ·-
()
.

e
Se encuentra en investigación la función del diagnóstico molecular en (l)
40
>
el tratamiento clínico del cáncer de tiroides. En principio, los análisis de >
mutaciones específicas pudieran ayudar en la clasificación, pronóstico y (l) 30
:, Estadio 1 .......
elección del tratamiento. Sin embargo, aunque las mutaciones V600E en (f) 20 Estadio 2 -+-
>-

BRAF se asocian a pérdida de la captura de yodo por las células tumorales, 10 Estadio 3 -a- >-

no hay evidencia clara a la fecha de que esta información modifique las Estadio 4 ......
decisiones clínicas. Se han reportado de modo variable tasas altas de re­ o 1 1 1 1 1

currencia en pacientes con PTC positivo a mutaciones en BRAF, pero su


o 1 2 3 4 5
efecto en las tasas de supervivencia no está claro. Año
El MTC, cuando se asocia a la neoplasia endocrina múltiple (MEN, mul­ FIGURA 378-3 Tasas de supervivencia de pacientes con diferentes estadios de
tiple endocrine neoplasia) tipo 2, presenta una mutación heredada del gen cáncer papilar. (Adaptada con autorización de Edge 58, Byrd DR: Thyroid, in Comp­
RET. A diferencia de los reordenamientos del RET observados en el PTC, ton CC, Fritz AB, Greene FL, Trotti A [eds}: AJCC Cancer Staging Manual, 7th ed. New
las mutaciones de MEN 2 son mutaciones puntuales que inducen la acti- York, Springer, 2010, pp. 87-92.)

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2716 son la existencia de metástasis a distancia, edad >50 años, tamaño del tu­ presencia de metástasis en ganglios linfáticos grandes), el yodo radiacti­
mor primario >4 cm, presencia de células de Hürthle e invasión vascular vo reduce las recurrencias y prolonga la supervivencia en los ancianos).
importante.
Ablación y tratamiento con 1311 Como se comentó, la decisión de utili­
zar 131 1 para la ablación de la tiroides debe combinarse con el trata­
TRATAMIENTO miento quirúrgico, ya que la radioablación es mucho más eficaz cuan­
do existe un tejido tiroideo normal residual mínimo. El yodo radiactivo
Cirugía de cáncer tiroideo bien diferenciado se administra después de la depleción de yodo (el paciente sigue una
Cualquier cáncer de tiroides bien diferenciado >1 cm (Tlb o mayor) de­ dieta baja en yodo por 1 a 2 semanas) y en presencia de concentracio­
be extirparse por medio de cirugía, aunque la vigilancia activa cons­ nes séricas altas de TSH para estimular la captación de isótopo en el
tituye una opción en caso de cánceres tiroideos micropapilares intra­ tejido remanente y potencialmente en cualquier tumor residual. Hay
tiroideos pequeños (Tla) sin metástasis. Además de extirpar la lesión dos estrategias para lograr concentraciones séricas altas de TSH. Pueden
primaria, la cirugía permite establecer el diagnóstico histológico y la es­ retirarse las hormonas tiroideas, para que se secrete TSH endógena, y
tadificación exactos. Puesto que no existe evidencia convincente que la lo ideal es que las concentraciones séricas de TSH estén >25 mlU/L
cirugía lateral de la tiroides mejore la supervivencia, la primera cirugía al momento del tratamiento con 131 1. Una estrategia habitual es tratar al
puede ser una técnica unilateral (lobectomía) o bilateral (tiroidectomía enfermo por varias semanas después de la intervención quirúrgica con
casi total) para los pacientes con cánceres intratiroideos >1 cm y <4 cm liotironina (25 µg dos o tres veces al día),· seguida del retiro de la hor­
(tumores Tlb y T2) en ausencia de metástasis. Para los enfermos con mona tiroidea por 2 semanas. Otra opción es administrar TSH humana
riesgo alto de recurrencia, la cirugía bilateral permite administrar yodo recombinante (rhTSH, recombinant human TSH) mediante dos inyeccio­
radiactivo para la ablación de los vestigios y el tratamiento potencial de nes diarias consecutivas (0.9 mg) en conjunto con la administración de
las metástasis ávidas de yodo, cuando está indicado, así como vigilar la
131
1 24 h después de la segunda inyección. El paciente puede continuar
concentración de Tg sérica. Por tanto, la tiroidectomía casi total es ade­ tomando levotiroxina y permanecer eutiroideo. Ambas estrategias tie­
cuada para tumores >4 cm o en presencia de metástasis o evidencia clí­ nen el mismo éxito en lograr la ablación remanente.
nica de invasión extratiroidea. Además, en los pacientes en quienes se El uso de una dosis de 1311 para rastreo antes del tratamiento (por lo
detecta un tumor de alto riesgo después de la lobectomía con base en general 111 MBq [3 mCi] o 1231 [74 MBq; 2mCi]) puede indicar la canti­
sus características patológicas agresivas (es decir, invasión vascular o dad de tejido residual y es un dato que orienta respecto de la dosis ne­
un subtipo menos diferenciado) debe realizarse una cirugía total. La ta­ cesaria para lograr la ablación. Sin embargo, dadas las preocupaciones
sa de complicaciones posoperatorias es aceptablemente baja, siempre en cuanto a que surja "depresión funcional persistente" por el radionú­
y cuando el cirujano tenga experiencia en este procedimiento. Debe rea­ clido que anule la utilidad de nuevos tratamientos, hay una tendencia a
lizarse ecografía antes de la cirugía en todos los pacientes para valorar no usar el rastreo previo al tratamiento con 1311 y utilizar 1231 o proceder
los compartimientos de ganglios linfáticos cervicales central y lateral de modo directo a la ablación, salvo que exista sospecha de que la can­
ante la sospecha de adenopatía; si está presente, debe tomarse FNA y tidad de tejido residual alterará el tratamiento o que existe enfermedad
extirparse durante la cirugía. metastásica a distancia. En Estados Unidos la dosis máxima de 1311 es
de 6 475 MBq (175 mCi) en forma extrahospitalaria, la cual puede ad­
TRATAMIENTO SUPRESOR DE TSH ministrarse en la mayoría de los centros. La dosis administrada depen­
Como la mayor parte de los tumores continúan siendo sensibles a TSH, de de la indicación del tratamiento con dosis bajas de 1 100 MBq (30
la supresión de TSH con levotiroxina es un pilar fundamental del tra­ mCi) para ablación de tejido remanente y dosis altas de 5 500 MBq (150
tamiento del cáncer de tiroides. Aunque la supresión de TSH propor­ mCi) como tratamiento complementario cuando hay o se sospecha en­
ciona un efecto terapéutico beneficioso claro, no hay estudios prospec­ fermedad residual. Es útil una gammagrafía corporal total (WBS, whole­
tivos que indiquen el nivel óptimo de supresión de TSH. El grado de body scanning) después del tratamiento con yodo radiactivo para con­
supresión debe individualizarse con base en el riesgo de recurrencia. firmar la captación de 131 1 en el tejido remanente e identificar posibles
Debe ajustarse con el tiempo conforme las pruebas sanguíneas de vigi­ metástasis.
lancia y los estudios de imagen confirmen la ausencia de enfermedad,
o bien, indiquen posible cáncer residual o recurrente. En los pacientes Estudios para la vigilancia La tiroglobulina sérica es un marcador sen­
con poco riesgo de padecer recurrencias, la TSH debe mantenerse en sible de cáncer de tiroides recurrente o residual después de la ablación
el límite inferior normal (0.5 a 2.0 mlU/L). En los pacientes con ries­ del tejido tiroideo residual tras la cirugía. Los nuevos análisis de Tg tie­
go intermedio o alto de padecer recurrencias, la concentración de TSH nen sensibilidad funcional de apenas 0.1 ng/mL, a diferencia de los
debe mantenerse entre 0.1 y 0.5 mIU/L y <0.1 mlU/L, respectivamen­ análisis previos con sensibilidad funcional de 1 a 2 ng/mL, lo que redu­
te, en caso de haber contraindicaciones importantes para la tirotoxico­ ce el número de pacientes con concentraciones séricas de Tg realmente
sis leve. En los individuos con enfermedad metastásica demostrada, las no detectables. Debido a que la gran mayoría de casos con recurrencia
concentraciones de TSH deben mantenerse en <0.1 mIU/L. de cáncer papilar de tiroides se localiza en ganglios cervicales, está in­
dicada la ecografía de cuello 6 meses después de la ablación de la tiroi­
TRATAMIENTO CON YODO RADIACTIVO des; en este escenario se ha observado que la ecografía es más sensible
Tras la tiroidectomía casi total, a menudo persiste <1 gm de tejido tiroi­ que la gammagrafía de todo el cuerpo.
deo en el lecho tiroideo. La radioablación posquirúrgica de la tiroides En los pacientes de riesgo bajo sin evidencia clínica de enfermedad
remanente elimina el tejido tiroideo normal restante y facilita el uso de residual después de la ablación, ecografía cervical negativa y Tg basal
determinaciones de Tg. Además, el cáncer de tiroides bien diferenciado <0.2 ng/mL con levotiroxina, el riesgo de recurrencia estructural es
continúa incorporando yodo radiactivo, aunque con menor eficacia que <3% a 5 años, y la frecuencia de los estudios de seguimiento puede re­
las células foliculares tiroideas normales. La captación de yodo radiac­ ducirse a análisis anuales de TSH y Tg con sólo ecografías periódicas.
tivo está determinada sobre todo por la expresión del NIS, es estimu­ El uso de WBS se reserva para pacientes con metástasis ávidas de
lada por la TSH y necesita la expresión del TSH-R. El tiempo de perma­ yodo conocidas o aquellos con tiroglobulina sérica alta y resultados ne­
nencia de la radiactividad depende del grado en que se conservan las gativos en la ecografía, CT de tórax, imágenes transversales de cuello y
funciones diferenciadas del tumor, como el atrapamiento y organifi­ tomografía con emisión de positrones (PET ), que tal vez necesiten tra­
cación del yodo. Por tanto, en los pacientes con mayor riesgo de recu­ tamiento adicional con 131I.
rrencia y para aquellos con metástasis a distancia conocidas, la admi­ Además de yodo radiactivo, la radioterapia de rayos externos tam­
nistración de 131 1 puede constituir un complemento y un tratamiento bién se utiliza para el tratamiento del cáncer de cuello residual macros­
potencial de las células tumorales residuales. cópico o de lesiones metastásicas específicas, en especial cuando causan
dolor óseo o amenazan con una lesión neurológica (p. ej., metástasis
Indicaciones No todos los pacientes se benefician del tratamiento con vertebrales).
yodo radiactivo. Ni las tasas de recurrencia ni de supervivencia mejo­
ran en pacientes en estadio I con tumores Tl (<2 cm) confinados a la Nuevos tratamientos potenciales Se están estudiando inhibidores de
tiroides. No se han demostrado beneficios en los tumores más grandes cinasas como un medio de dirigirse a las vías que se conoce se encuen­
(>2 cm pero <4 cm) con riesgo bajo, como el cáncer folicular de inva­ tran activas en el cáncer de tiroides, como RAS, BRAF, EGFR, VEGFR,
sión mínima o la variante folicular de PTC encapsulado. Sin embargo, y las vías de angiogénesis. Un estudio multicéntrico, con grupo testi­
en los pacientes con mayor riesgo (tumores más grandes, variantes más go y asignación al azar, del inhibidor de múltiples cinasas sorafenib en
agresivas de cáncer papilar, invasión vascular, invasión extratiroidea, 417 pacientes con cáncer de tiroides metastásico progresivo reportó la

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duplicación de la supervivencia sin progresión a 10.8 meses en el gru­ 2717
sujetos >50 años. La presencia de estos hallazgos tiroideos ha suscita­
po de tratamiento comparado con el grupo testigo. Investigaciones en
do numerosos debates en torno a cómo detectar los nódulos y cuáles
curso están explorando si protocolos de diferenciación con inhibidores
de ellos deben estudiarse con mayor detenimiento.
de cinasas u otros esquemas pudieran aumentar la captación y efica­
La figura 378-4 muestra una estrategia de valoración del nódulo
cia de yodo radiactivo.
solitario. En la mayoría de los pacientes con nódulos tiroideos las prue­
bas de función tiroidea son normales. No obstante, para valorar la fun­
■ CÁNCER ANAPL.ÁSICO Y OTRAS FORMAS DE CÁNCER ción tiroidea debe medirse la concentración de TSH, que puede estar
DE TIROIDES suprimida por uno o más de los nódulos de función autónoma. Si la
TSH está suprimida, está indicada una gammagrafía con radionúclidos
Cáncer anaplásico de tiroides Como se comentó, el ATC es un cán­ para determinar si el nódulo identificado es "caliente", ya que las lesio­
cer de alta malignidad poco diferenciado. El pronóstico es desfavorable y nes que muestran un aumento de la captación casi nunca son malignas
la mayoría de los pacientes fallece en los 6 meses posteriores al diagnós­ y la FNA no es necesaria. En caso contrario, el siguiente paso en la va­
tico. Por el estado indiferenciado de estos tumores, la captación de yodo loración es realizar ecografía tiroidea por tres razones: 1) confirmar si
radiactivo suele ser insignificante, pero puede usarse con fines terapéuti­ el nódulo palpable es en realidad un nódulo. Casi 15% de los nódulos
cos si existe una captación residual. Se ha intentado la quimioterapia con "palpables" no se confirma en estudios de imagen y, por tanto, no ne­
múltiples fármacos, como las antraciclinas y paclitaxel, pero suele ser in­ cesitan de más valoración. 2) Determinar si hay otros nódulos no pal­
útil. Puede intentarse la radioterapia externa que se continúa si se obser­ pables, para los cuales puede recomendarse la biopsia por FNA basa­
va respuesta del tumor. Los datos más recientes demuestran beneficios en da en las características y tamaño observados en estudios de imagen. tr.l
3) Describir las características del nódulo, que combinadas con el tama­ ::s
cuanto a supervivencia con inmunoterapia con inhibición de puntos de
control. ño del nódulo, facilitan la toma de decisiones sobre la biopsia por FNA.

Linforna tiroideo Este linfoma se origina a menudo en el marco de una


En varios estudios se han demostrado estimaciones uniformes del riesgo 1o.
de cáncer tiroideo con base en ciertos patrones ecográficos. Por ejem­
tiroiditis de Hashimoto. Una masa tiroidea de expansión rápida debe ha­ plo, un nódulo espongiforme tiene 3% de posibilidades de ser cáncer, l
cer sospechar este diagnóstico. El linfoma difuso de células grandes es el ::s
y la conducta más razonable es la observación en lugar de la FNA, en o
tipo más frecuente en la tiroides. Las biopsias revelan láminas de células
1
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tanto que el 10-20% de nódulos hipoecoicos sólidos con bordes lisos
linfoides que pueden ser difíciles de diferenciar del cáncer de células pe­ son malignos y se recomienda la FNA con un límite de tamaño de 1 cm �
queñas de pulmón o del ATC. Estos tumores a menudo son muy sensibles (cuadro 378-1, fig. 378-1). Las guías basadas en evidencias de la Ame­
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a la radiación externa. Debe evitarse la resección quirúrgica como trata­ rican Thyroid Association (ATA) y la American Association of Clinical ....
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miento inicial, ya que puede provocar la diseminación de una enfermedad Endocrinologists recomiendan la biopsia por FNA de nódulos con ba­
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o.

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que está localizada en la tiroides. Si el estudio para la estadificación indica se en las características de las imágenes ecográficas y los límites de ta­
enfermedad extratiroidea, el tratamiento debe seguir el protocolo emplea­ '<
maño, con límites menores para nódulos con características ecográfi­ n
do para otras formas de linfoma (cap. 104). cas más sospechosas. En vista de lo que se sabe sobre la prevalencia y ::s
n
■ la conducta por lo general poco activa de los cánceres tiroideos peque­ CD

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CARCINOMA MEDULAR DE TIROIDES "'I
El MTC puede ser esporádico o familiar y representa casi 5% de los cán­
ños <1 cm, las normas de la ATA del año 2015 no recomiendan la FNA o.
para ningún nódulo < 1 cm a menos que existan metástasis en los gan­ CD
ceres de tiroides. Hay tres formas familiares de MTC: MEN 2A, MEN 2B glios cervicales. ....
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y MTC familiar sin otras características de MEN (cap. 381). En general, el La biopsia con FNA, que lo ideal es llevarla a cabo bajo guía ecográ­ ....
o
o.
MTC es más agresivo en el MEN 2B que en el MEN 2A, y el MTC familiar fica, es el mejor estudio diagnóstico cuando lo realiza un médico que CD
es más agresivo que el MTC esporádico. El aumento de la concentración en
conoce el procedimiento y cuando los resultados son interpretados por
sérica de calcitonina constituye un marcador de enfermedad residual o citopatólogos experimentados. Esta técnica es en especial precisa pa­
recurrente. En todos los pacientes con MTC está justificado investigar mu­ ra la detección de PTC. Sin embargo, a menudo es imposible distinguir
taciones del gen RET, ya que es posible ofrecer asesoramiento genético a entre lesiones foliculares benignas y malignas sólo con base en la cito­
las personas con resultados positivos para mutaciones y realizar pruebas logía por la ausencia de rasgos nucleares característicos en el carcinoma
genéticas a sus familiares. folicular. En diversos estudios a gran escala, las biopsias con FNA han
El tratamiento del MTC es principalmente quirúrgico. En todo pacien­ proporcionado los siguientes hallazgos: 65% benignas; 5% malignas o
te con una mutación RET es necesario excluir la posibilidad de feocro­ sospechosas de malignidad, 10% no diagnósticas o material insuficien­
mocitoma antes de la cirugía. A diferencia de los tumores derivados de te para el diagnóstico y 20% indeterminado. En la actualidad se utiliza
las células foliculares de la tiroides, estos tumores no captan yodo radiac­ de manera generalizada el sistema Bethesda para tener una terminolo­
tivo. La radioterapia externa y la quimioterapia pueden ofrecer un efecto gía más uniforme cuando se reportan los resultados de citología por
paliativo en los pacientes en los que la enfermedad esté avanzada (cap. FNA de nódulos tiroideos. En el cuadro 378-5 se muestra este sistema de
381). clasificación de seis categorías con la tasa de malignidad esperada res­
pectiva. De modo específico, el sistema Bethesda subcategoriza los es­
pecímenes de citología previamente etiquetados como indeterminados
ESTUDIO DEL PACIENTE en tres categorías: atipia o lesión folicular de significado indetermina­
Nódulos tiroideos do (AUS/FLUS, atypia or follicular lesión of undetermined significance),
neoplasia folicular y sospechosa de malignidad.
Se encuentran nódulos tiroideos palpables en cerca del 5% de los adul­ En general, cuando los resultados indican malignidad, es indispen­
tos, aunque la prevalencia varía mucho en todo el mundo. Por esta tasa sable la cirugía, después de realizar una ecografía previa a la cirugía con
alta de prevalencia, es probable que el médico encuentre nódulos tiroi­ el objetivo de valorar los ganglios cervicales. Muy a menudo, los es­
deos en la exploración física. Sin embargo, el uso mayor de imágenes pecímenes de citología no diagnóstica son resultado de lesiones quís­
médicas diagnósticas (p. ej., ecografía carotídea, MRI de columna cer­ ticas, pero también pueden ocurrir en nódulos fibrosos antiguos. La
vical) ha hecho que se detecten de modo accidental nódulos con más FNA guiada por ecografía está indicada cuando se necesita repetir
frecuencia, y es por esto que acude la mayoría de los pacientes en la ac­ una FNA. Dicha repetición ofrece una citología diagnóstica en casi
tualidad a evaluación de nódulos. La meta principal de esta valoración 50% de los casos. Puede vigilarse el crecimiento de los nódulos benig­
es identificar, de manera rentable, al pequeño subgrupo de individuos nos mediante ecografía, y debe pensarse en repetir la FNA si el nódulo
con lesiones malignas que puedan tener importancia clínica. aumenta de tamaño. Con la levotiroxina para suprimir la TSH sérica
Los nódulos son más frecuentes en las regiones con deficiencia de no logra disminuirse el tamaño de los nódulos en poblaciones con su­
yodo, en las mujeres y con el envejecimiento. La mayor parte de los ficiencia de yodo y, por tanto, no debe utilizarse. Las tres clasificacio­
nódulos palpables son > 1 cm de diámetro, pero la posibilidad de per­ nes indeterminadas de citología introducidas por el sistema Bethesda
cibir un nódulo depende de su localización en la glándula (superficial se relacionan con diferentes riesgos de malignidad (cuadro 378-5). Pa­
o profunda), las características anatómicas del cuello del paciente y la ra nódulos con sospecha de citología maligna, se recomienda la cirugía
experiencia del examinador. Los métodos de detección de mayor sen­ después de la valoración ecográfica de los ganglios cervicales. Las op­
sibilidad, como CT, la ecografía tiroidea y los estudios anatomopatoló­ ciones que deben analizarse con el paciente son la lobectomía frente a
gicos, revelan los nódulos tiroideos en hasta 50% de las glándulas en la tiroidectomía total.

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2718
VALORACIÓN DE LOS NÓDULOS TIROIDEOS DETECTADOS
POR PALPACIÓN O ESTUDIOS DE IMAGEN

TSH normal o alta -- Anamnesis, .- TSH baja


exploración física, TSH
.
Ecografía diagnóstica .
'
con evaluación - Nódulo no funcional - Gammagrafía con radionúclidos
de ganglios linfáticos

' .
'

Nódulo(s) detectado(s) por ecografía. Nódulo hiperfuncionante


Hacer FNA de acuerdo con características
y tamaño en las imágenes por ecografía

. .
'

t'lt Resultado de citología por FNA Valorar y Rx


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para hipertiroidismo
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o - No diagnóstica - Repetir FNA guiada por US - No diagnóstica - Vigilancia estricta o cirugía
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o Cáncer Cirugía
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Neoplasia folicular .. Cirugía si está indicada
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Atipia o lesión folicular Repetir FNA guiada
-. de importancia .
. por US o considerar -. Cirugía si está indicada
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indeterminada (AUS/FLUS) pruebas moleculares

-
. Benigno
1 .. Seguimiento
1
FIGURA 378-4 Estudio del paciente con un nódulo tiroideo. En el texto y las referencias pueden encontrarse detalles al respecto. FNA, aspiración con aguja fina; LN, gan­
glio linfático; PTC, cáncer papilar de tiroides; TSH, hormona estimulante de la tiroides; US, ecografía.

Por otra parte, la mayoría de los nódulos con AUS/FLUS y los resul­ vestigación pruebas moleculares diagnósticas, que incluyen mutacio­
tados de citología de neoplasia folicular son benignos; sólo 10-30% son nes puntuales, pequeñas inserciones/deleciones y fusiones génicas, con
malignos. La estrategia tradicional para estos pacientes es lobectomía dos objetivos: 1) identificar y clasificar el riesgo de cánceres tiroideos
diagnóstica para diagnóstico histopatológico. Por tanto, hasta 85% de con base en un resultado positivo; 2) reducir el riesgo de cáncer a un
los enfermos se opera por nódulos benignos. Una prueba molecular nivel aceptable para vigilancia no quirúrgica con base en un resultado
nueva de alta sensibilidad (casi de 90%) que utiliza tecnología de per­ negativo.
files de expresión génica puede reducir las cirugías innecesarias en es­ La valoración de un nódulo tiroideo causa estrés a la mayoría de
tos dos grupos. En un estudio multicéntrico > 265 de tales nódulos, un los pacientes. Aunque no lo verbalicen, les preocupa la posibilidad
clasificador de expresión génica negativa disminuyó el riesgo de malig­ de que se trate de un cáncer de tiroides. Por tanto, vale la pena explicar
nidad a cerca del 6%, lo que propició recomendaciones clínicas de se­ al enfermo los pasos diagnósticos y tranquilizarlo cuando no se encuen­
guimiento más que de cirugía. Además, con base en los resultados de tre una neoplasia maligna. Cuando se identifique una lesión sospecho­
la secuenciación de siguiente generación, en la actualidad están en in- sa o un cáncer de tiroides, debe explicársele que el pronóstico por lo
general es favorable e informarle de las distintas opciones terapéuticas
disponibles.

tiroidea
,
CATEGORIA DIAGNOSTICA RIESGO DE MALIGNIDAD
■ LECTURAS ADICIONALES
DAVIES L, WELCH HG: Current thyroid cancer trends in the United States.
l. No diagnóstica o no satisfactoria 1-5% JAMA Otolaryngol Head Neck Surg 140:317, 2014.
FAGIN JA, WELLS SA: Biologic and clinical perspectives on thyroid cancer. N
11. Benigna 2-4%
Engl J Med 375:105 4, 2016.
111. Atipia o lesión folicular de importan- 5-15% HAUGEN BR et al.: 2015 American Thyroid Association management guide­
cia indeterminada (AUS/FLUS} lines for adult patients with thyroid nodules and differentiated thyroid
IV. Neoplasia folicular 15-30%
cancer. Thyroid 26:1, 2016.
TUTILE RM, HAUGEN B, PERRIER ND: Updated American Joint Committee
v. Sospechoso de malignidad 60-75% and Cancer/Tumor-Node-Metastasis Staging System for differentiated and
VI. Cáncer 97-100%
anaplastic thyroid cancer (eighth edition): What changed and why? Thy­
roid 27:751, 2017.

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