Está en la página 1de 5

Aion.

mx es una revista digital bimestral, filosófica y cultural gratuita, creada en 2010 con la
intención de acercar la cultura, el arte y las humanidades, a un espectro de audiencia amplio, y
fomentar el gusto por la filosofía y la literatura, a partir de artículos de fácil lectura, pero valioso
contenido.

https://aion.mx/resenaslibros/del-sentimiento-tragico-de-la-vida-de-miguel-de-unamuno

 Mónica Monserrat Gasteasoro Lugo


 
 enero 31, 2017

COMO LEER A UNAMUNO Y EL SENTIMINEOT TRAGICO DE LA VIDA.

Hermano lector, cuando de verdad sienta la existencia, y no haya duda más acuciante que la
de su sentido, y la conciencia susurre: es absurdo, causándole desasosiego, ese será el
momento perfecto para tomar este libro entre sus manos; porque si alguien se ha topado con
un verdadero misterio es usted; sin embargo, no es el primero, ni el único; ni tampoco fue
Don Miguel el primero, pero ha sabido ser único en sus planteamientos y resoluciones; por
eso valdría bien la pena una ojeada, y cuando menos lo espere, una cosa llevará a la otra y
se verá sumergido en planteamientos que usted probablemente no habría imaginado, debido
a que Unamuno ha sabido utilizar el repertorio cultural que fue enriqueciendo poco a poco,
además de efectuar una genuina tarea detectivesca, hallando problemas y buscando
soluciones, sirviéndose de la lengua para tejer con palabras toda su filosofía; pero a esto
iremos más adelante.

Como primera recomendación teórico-metodológica, considero que antes de acercarnos a


este texto es importante ubicarlo en su respectivo contexto, así como informarnos acerca de
la vida del autor para encontrar, en su biografía, algunas claves que puedan aclararnos su
estilo. En el caso de Unamuno, por ser filólogo, su filosofía esta repleta de términos con un
profundo y elaborado contenido que servirán para marcar los puntos medulares que nos
ayuden en la localización de los principales problemas y soluciones de su obra. Además no
hay que perder de vista el lugar en el que nace y se cría el autor: España; pues lo que busca
el español es hacer una filosofía que sea el reflejo del alma de España; y tampoco debemos
olvidar a las personas o filosofías que pudieron haber inspirado o influido de alguna manera
en su obra, por ejemplo, la muerte de su hijo Raimundo, que debió suscitar en el autor un
gran dolor que provocara la angustia y el anhelo por saber qué es lo que habría pasado a su
pequeño después de la muerte; se da en el autor la conciencia de sentirse a sí mismo y a sus
semejantes finitos, lo que va a provocar una aguda incertidumbre y la pregunta por el para
qué o la finalidad de la existencia; es de ahí de donde va a partir para forjar su ética y su
moral basada en los modelos de acción del Cristo vivo agonizante y el Quijote.

Cada vez que tomemos un texto hay que llevar a cabo un trabajo de análisis, donde
situemos cuáles son las principales temáticas que aborda nuestro autor y la terminología
que usa para explicar su pensamiento; la terminología nos lleva a otro ámbito, que será el
del lenguaje; debemos recordar que Unamuno se vale de la poesía para escribir toda su
filosofía, pues la poesía tiene ritmo y movimiento, y utilizando metáforas se acerca más que
la lógica a las situaciones de la vida misma, pero este tipo de lenguaje requiere entregarse a
una tarea interpretativa. Lo más importante, a mi parecer, que no se debe olvidar,
independientemente de que se sigan los lineamientos que aquí se marcan, es entablar un
diálogo con el texto, preguntarle al autor, buscar sus respuestas y elaborar una crítica
escogiendo qué sí aceptan o qué no aceptan de su filosofía. Sobre este mismo punto hay
ciertas preguntas claves que no hay que pasar por alto, por más obvias que parezcan, pues
serán de mucha ayuda en el discernimiento de la visión general del texto; éstas son: ¿Qué
dice el autor? o ¿de qué me está hablando? (el objeto de su filosofía, en todo caso, lo
situaríamos en el hombre concreto, cuna de incertidumbres, angustias y contradicciones,
ansioso por la inmortalidad), ¿cómo lo dice? (pregunta que apuesta por el método, el cuál
sería proyectivo, es decir, que Unamuno utiliza como estrategia el lenguaje para expresar su
mundo interior y comunicarlo), ¿por qué lo dice? (cuales son las causas que lo llevan a
expresar tales pensamientos; aquí hallamos al sentimiento de una conciencia angustiada por
la incertidumbre de no saber el sentido de la vida y que quiere encontrar una solución que
difumine el carácter desesperante del absurdo), ¿dónde y cuándo lo dice?, ¿desde dónde y
cuándo lo estamos leyendo? (esta pregunta nos remite al contexto del texto en las manos
del autor, y en las manos propias), y finalmente se da la pregunta por el para qué, es decir,
si es importante o que sentido tiene leer a Unamuno, en un aspecto práctico, visto desde la
propia circunstancia.

Es recomendable no quedarse en una primera lectura; hay que recordar que nosotros vamos
cambiando y adquiriendo experiencias con el tiempo, mismas que generan ciertos
aprendizajes, por lo cual un texto no será visto totalmente igual que la primera vez que lo
leímos, sino que puede ser que una segunda lectura posibilite el rescate de planteamientos
que podríamos haber pasado por alto la primera ocasión; aconsejaría que por lo menos se
hiciesen dos lecturas del texto: una general para tener un panorama amplio de la filosofía
del autor, y otra más específica, para abordar con especial atención las temáticas principales
o fundamentales que rigen toda su filosofía.

Podemos tener una visión general del texto ubicando de qué trata en general cada capítulo y
posteriormente elaborando una síntesis (donde se relacionen los principales aspectos de
cada uno) en la que se responda a las preguntas que vimos anteriormente. En Del
sentimiento trágico de la vida, los tres primeros capítulos tienen como finalidad el señalar
la concepción de la filosofía como una actitud movida por el sentimiento que desencadena
la conciencia frente a la tragedia que es la vida; aquí podemos vislumbrar preguntas tales
como: ¿Cómo entiende Unamuno la tarea filosófica?, ¿cómo se constituye el sentimiento
trágico de la vida como punto de partida de la filosofía?, ¿cuál es la relación entre hambre
de inmortalidad y la conciencia agónica?; en los capítulos cuatro y cinco se proporcionan
las soluciones católica y racional (que será más bien una disolución) al hambre de
inmortalidad; se muestra la ontología de la contradicción ilustrada por el antagonismo entre
razón y fe, pero a la vez hay cierta necesidad entre ambas pues no se piensa la vida sin la
razón y no se puede tener razón si no hay vida, la fe es puro espíritu, es esperanza pero al
cumplirse esta desaparece (se sustituye la lógica por la paradójica). Mientras la solución
cristiana pretende la defensa de los dogmas, que exceden la fantasía, a través de la razón,
rescatando elementos como la resurrección del Cristo que es personalizado y alimenta
nuestra hambre de inmortalidad, así como el anhelo por volver a ser uno en Dios
(apocatástasis); la vía racional abre los ojos a un destino desolador, destruye la fe en otra
vida pues no se puede demostrar la inmortalidad y las pruebas sólo remiten a la existencia
finita de los hombres, apuntando más hacia una filosofía de vivir el momento (Unamuno la
caracteriza como una resignación en la desesperación o una desesperación resignada).

No conforme con ninguna de estas soluciones, nuestro español, en el capitulo seis, va a


brindarnos su propia solución que será la de la lucha, a la cual nos guiarán conceptos claves
que utiliza el autor como es el de mitologizar dentro del plano real-ficticio en el que nos
movemos como héroes absurdos, donde el papel del destino, de la desesperación y de la
tragedia, que conducen a la acción, serán fundamentales para la elaboración de una filosofía
moral (ser es hacer). En los siguientes capítulos, Unamuno desarrolla esta idea de lucha
como solución, añadiendo otros conceptos como el del egotismo y la congoja; Unamuno
quiere creer, lo que le lleva a buscar en la religión un posible apoyo para darse un sentido y
forjar una moral, pero no es la religión cristiana, sino la católica, la que busca el autor. Pero
esto no le impide rechazar ciertos planteamientos de la misma; en cuanto al tema de Dios
en Unamuno (que podemos ver bien delimitado a partir del capitulo ocho), habrá que
localizar los tres momentos de éste en su filosofía: el Dios creído, el Dios dudado y el Dios
creado, además del amor como vía para llegar a Él. También hay que localizar la religión
de Unamuno, que será una religión creada a partir de la religación sentimental con lo
creado; para conocer a Dios hay que sentirlo y lo sentimos en cuanto lo personalizamos a
través del dolor, de la congoja. Así, llegamos a los dos últimos capítulos que nos dan al
modelo de acción, en el que la lucha y la duda se consolidarán como base para la moral;
moverá el amor al prójimo (entendido como sentido, sobre todo como dolor) y el respeto a
las demás conciencias facilitará la existencia; esta forma de actuar la podemos ver en el
Cristo vivo, aquél que vivió lo que predico.

Finalmente, concluye con su modelo favorito: El Quijote, el héroe tragicómico como una
invitación a efectuar la misma acción que él, realzar el espíritu de la vida, hay que buscar la
gloria, la inmortalidad que brinda el hacer, no la paz pues la paz se asemeja a la muerte ya
que representa el dejar de luchar.

Una vez trazado el bosquejo de toda la filosofía en Del sentimiento trágico de la vida, habrá
que realizar la síntesis basada en la pregunta por la idea principal de la que se desglosa el
pensamiento unamuniano; ésta síntesis se dará en la pregunta por el título.
Y como recomendación final, aconsejo no quedarse sólo con lo leído y la síntesis del texto
sino intentar llevar a la práctica lo que leemos, o si no se está satisfecho con lo leído, habrá
que coger la pluma, o su estilo favorito, para elaborar su propia filosofía; Unamuno ya ha
dado el ejemplo, ahora nos toca a nosotros.

También podría gustarte