Está en la página 1de 4

LECCIONARIO

Misal de 1962
Texto en lengua vernácula de la Epístola y el Evangelio para la santa misa según el misal de 1962 tomado
de la Biblia de la Conferencia Episcopal Española 2010 para el cumplimiento del Artículo 3. § 3. del
Motu Proprio «Traditionis Custodes»: “En estas celebraciones las lecturas se proclamarán en lengua
vernácula, utilizando las traducciones de la Sagrada Escritura para uso litúrgico, aprobadas por las
respectivas Conferencias Episcopales.”

XIV DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS


II clase
EPÍSTOLA

Lección de la carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas


Gálatas 5, 16-24
Hermanos: Caminad según el Espíritu y no realizaréis los deseos
de la carne; pues la carne desea contra el espíritu y el espíritu
contra la carne; efectivamente, hay entre ellos un antagonismo tal
que no hacéis lo que quisierais. Pero si sois conducidos por el
Espíritu, no estáis bajo la ley. Las obras de la carne son
conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería,
enemistades, discordia, envidia, cólera, ambiciones, divisiones,
disensiones, rivalidades, borracheras, orgías y cosas por el estilo.
Y os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen estas
cosas no heredarán el reino de Dios. En cambio, el fruto del
Espíritu es: amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad,
lealtad, modestia, dominio de sí. Contra estas cosas no hay ley. Y
los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con las
pasiones y los deseos.
EVANGELIO

Continuación del Santo Evangelio según San Mateo


Mateo 6, 24-33
En aquel tiempo: Dijo Jesús a sus discípulos: Nadie puede servir a
dos señores. Porque despreciará a uno y amará al otro; o, al
contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No
podéis servir a Dios y al dinero. Por eso os digo: no estéis
agobiados por vuestra vida pensando qué vais a comer, ni por
vuestro cuerpo pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la
vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad los
pájaros del cielo: no siembran ni siegan, ni almacenan y, sin
embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros
más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá
añadir una hora al tiempo de su vida? ¿Por qué os agobiáis por el
vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni
hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido
como uno de ellos. Pues si a la hierba, que hoy está en el campo y
mañana se arroja al horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más
por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados pensando
qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir.
Los paganos se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre
celestial que tenéis necesidad de todo eso. Buscad sobre todo el
reino de Dios y su justicia; y todo esto se os dará por añadidura.
NOTA DEL EDITOR

Modos de proceder en la proclamación de las Lecciones del Misal de 1962

El Artículo 3. § 3. del Motu Proprio «Traditionis Custodes» dice: “En estas celebraciones las
lecturas se proclamarán en lengua vernácula, utilizando las traducciones de la Sagrada Escritura
para uso litúrgico, aprobadas por las respectivas Conferencias Episcopales.”

Antes es necesario recordar que:


1. En la misa solemne, la Epístola y el Evangelio cantados respectivamente por el
subdiácono y el diácono, ha de mantenerse en lengua latina y con las melodías propias
del Graduale Romanum.
2. En la misa cantada, no es obligatorio que el sacerdote cante la Epístola y el Evangelio.
3. En la misa rezada, el sacerdote lee la epístola y el evangelio como de costumbre.

Mientras no haya otra aclaración por la Sede Apostólica, puede procederse de los siguientes
modos, para el cumplimiento del actual Motu Proprio.
1. Como es costumbre en muchos lugares, hacer la lectura de las lecciones antes de
comenzar la homilía. Este modo es el más apropiado para guardar la identidad del Rito.
2. Leer o cantar las lecciones en latín como se describe en Ritus Servandus del Missale
Romanum, e inmediatamente “versus Deo” o “versus populum” proclamarlas en
castellano tanto en la misa rezada, como cantada como solemne. Sobre la orientación, es
necesario recordar que la primera función de la lección de la Palabra de Dios en la
liturgia no es la instrucción sino el culto de adoración y alabanza a Dios, por eso se hace
orientados hacia el altar y el Evangelio particularmente hacia el norte.
3. Leer el cuerpo del texto directamente en castellano “versus Deo” o “versus populum”,
leyendo antes el título en latín. Leer el título en latín sería lo más adecuado en el caso
del Evangelio, por el rito de la signación, de la incensación del libro y el ósculo.

Los ministros de las lecturas


1. En las misas solemnes, los ministros ordinarios son el subdiácono y el diácono;
2. En las misas cantadas y rezadas, el sacerdote celebrante.
3. Se permite en la misa cantada que un lector revestido de sotana y sobrepelliz cante la
Epístola.
4. Se permite que en las misas rezadas, un lector, preferiblemente revestido de sotana y
sobrepelliz pues es una acción litúrgica, lea el texto de la Epístola en lengua vernácula,
mientras el sacerdote la reza en latín o posteriormente a que este la haya rezado en latín
en voz clara.
5. Se permite que otro sacerdote asistente lea el Evangelio en lengua vernácula, mientras
el sacerdote la reza en latín o posteriormente a que este la haya rezado en latín en voz
clara.

Es importante impregnarse del sentido sacro que el misal de 1962 expresa en todas sus
ceremonias y rúbricas, y vigilar con cuidado la tentación del “activismo” litúrgico siempre
presente, teniendo en cuenta “la liturgia se "hace" para Dios y no para nosotros mismos.”

También podría gustarte