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LECCIONARIO

Misal de 1962
Texto en lengua vernácula de la Epístola y el Evangelio para la santa misa según el misal de 1962 tomado
de la Biblia de la Conferencia Episcopal Española 2010 para el cumplimiento del Artículo 3. § 3. del
Motu Proprio «Traditionis Custodes»: “En estas celebraciones las lecturas se proclamarán en lengua
vernácula, utilizando las traducciones de la Sagrada Escritura para uso litúrgico, aprobadas por las
respectivas Conferencias Episcopales.”

8 de diciembre

INMACULADA CONCEPCIÓN
DE LA SANTÍSIMA VIRGEN
I clase
EPÍSTOLA
Lección del Libro de la Sabiduría
Proverbios 8, 22-35
El Señor me creó al principio de sus tareas, al comienzo de sus
obras antiquísimas. En un tiempo remoto fui formada, antes de
que la tierra existiera. Antes de los abismos fui engendrada, antes
de los manantiales de las aguas. Aún no estaban aplomados los
montes, antes de las montañas fui engendrada. No había hecho
aún la tierra y la hierba, ni los primeros terrones del orbe. Cuando
colocaba los cielos, allí estaba yo; cuando trazaba la bóveda sobre
la faz del abismo; cuando sujetaba las nubes en la altura, y fijaba
las fuentes abismales; cuando ponía un límite al mar, cuyas aguas
no traspasan su mandato; cuando asentaba los cimientos de la
tierra, yo estaba junto a él, como arquitecto, y día tras día lo
alegraba, todo el tiempo jugaba en su presencia: jugaba con la
bola de la tierra, y mis delicias están con los hijos de los hombres.
Por tanto, hijos míos, escuchadme: dichosos los que siguen mis
caminos; escuchad la instrucción, no rechacéis la sabiduría.
Dichoso el hombre que me escucha, velando día a día en mi
portal, guardando las jambas de mi puerta. Quien me encuentra,
encuentra la vida y alcanza el favor del Señor.»
EVANGELIO
Continuación del Santo Evangelio según San Lucas.
Lc 1, 26-28. 42
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una
ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un
hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen
era María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate,
llena de gracia, el Señor está contigo». «¡Bendita tú entre las
mujeres!».

*En la conclusión del Evangelio se añade la exclamación de


Santa Isabel en el misterio de la Visitación. Lc 2, 42
NOTA DEL EDITOR

Modos de proceder en la proclamación de las Lecciones del Misal de 1962

El Artículo 3. § 3. del Motu Proprio «Traditionis Custodes» dice: “En estas celebraciones las
lecturas se proclamarán en lengua vernácula, utilizando las traducciones de la Sagrada Escritura
para uso litúrgico, aprobadas por las respectivas Conferencias Episcopales.”

Antes es necesario recordar que:


1. En la misa solemne, la Epístola y el Evangelio cantados respectivamente por el
subdiácono y el diácono, ha de mantenerse en lengua latina y con las melodías propias
del Graduale Romanum.
2. En la misa cantada, no es obligatorio que el sacerdote cante la Epístola y el Evangelio.
3. En la misa rezada, el sacerdote lee la epístola y el evangelio como de costumbre.

Mientras no haya otra aclaración por la Sede Apostólica, puede procederse de los siguientes
modos, para el cumplimiento del actual Motu Proprio.
1. Como es costumbre en muchos lugares, hacer la lectura de las lecciones antes de
comenzar la homilía. Este modo es el más apropiado para guardar la identidad del Rito.
2. Leer o cantar las lecciones en latín como se describe en Ritus Servandus del Missale
Romanum, e inmediatamente “versus Deo” o “versus populum” proclamarlas en
castellano tanto en la misa rezada, como cantada como solemne. Sobre la orientación, es
necesario recordar que la primera función de la lección de la Palabra de Dios en la
liturgia no es la instrucción sino el culto de adoración y alabanza a Dios, por eso se hace
orientados hacia el altar y el Evangelio particularmente hacia el norte.
3. Leer el cuerpo del texto directamente en castellano “versus Deo” o “versus populum”,
leyendo antes el título en latín. Leer el título en latín sería lo más adecuado en el caso
del Evangelio, por el rito de la signación, de la incensación del libro y el ósculo.

Los ministros de las lecturas


1. En las misas solemnes, los ministros ordinarios son el subdiácono y el diácono;
2. En las misas cantadas y rezadas, el sacerdote celebrante.
3. Se permite en la misa cantada que un lector revestido de sotana y sobrepelliz cante la
Epístola.
4. Se permite que en las misas rezadas, un lector, preferiblemente revestido de sotana y
sobrepelliz pues es una acción litúrgica, lea el texto de la Epístola en lengua vernácula,
mientras el sacerdote la reza en latín o posteriormente a que este la haya rezado en latín
en voz clara.
5. Se permite que otro sacerdote asistente lea el Evangelio en lengua vernácula, mientras
el sacerdote la reza en latín o posteriormente a que este la haya rezado en latín en voz
clara.

Es importante impregnarse del sentido sacro que el misal de 1962 expresa en todas sus
ceremonias y rúbricas, y vigilar con cuidado la tentación del “activismo” litúrgico siempre
presente, teniendo en cuenta “la liturgia se "hace" para Dios y no para nosotros mismos.”

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