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GUSTAVO GUTIÉRREZ
TEOLOGIA
DE LA LIBERACION
PERSPECTIVAS
SEPTIMA EDICION
EDICIONES SìGUEME
SALAMANC'\
1975
Censor. GERMAN MARTIL • Imprimase: MAuRO Rusro, obispO de Salamanca,
19 de junio de 1972
Siglas 13
Introducci6n 15
l. TEOLOGIA Y LIBERACION 19
l. Teologia: reflexi6n critica 21
2. Liberaci6n y desarrollo . 43
Conclusi6n 387
Indice de nombres 389
Indice genera[ 397
A ] osé Maria Arguedas
A Henrique Pereira Neto
Nunca quiso ayudar a la misa en las fiestas princi-
pales de la comunidad. El cura de un distrito vecino
que venia a celebrarlas le pidi6 que hiciera de sacris-
tan, le exigi6 muchas veces. Lahuaymarca tenia un
sacristan indio.
- Ése no sabe. Repite las palabras como loro, no
entiende; casi no es cristiano. Tu eres mestizo, orga-
nista, contestas en ladn. La misa sera mas grande
contigo -le dijo el cura en la vispera de una fiesta
grande.
- Quemado yo padre. Mi iglesia dentro de mi
pecho, quemado. ~C6mo voy a cantar? La Gertrudis
igual que angel canta. El sacristan contesta.
-La Gertrudis no piensa en Dios; canta triste, sf,
porque es deforme.
- Padrecito, tu no entiendes el alma de indios.
La Gertrudis, aunque no conociendo a Dios, de Dios
es. ,:Quién, si no, le dio esa voz que limpia el pecado?
Consuela al triste, hace pensar al alegre; quita de la
sangre cualquier suciedad.
- Bueno, terco. No puedo obligarte. Esa «Kurku»
tiene algo, algo extrafio, duele.
-El Dios, pues, padrecito. Ella ha sufrido entre
los sefiores. Dios de los sefiores no es igual. Hace
sufrir sin consuelo .
BT Bulletin Thomiste
BVC Bible et Vie chrétienne
CM Critica Marxista (Roma)
es Cristianismo y Sociedad
DTC Dictionnaire de Théologie Catholique
EB Estudios Biblicos
ET Evangelische Theologie
ETL Ephemerides Theologicae Lovanienses
ETR Etudes Théologiques et Religieuses
FM Frères du Monde
GS Gaudium et Spes
HS L'Homm<> et la Société
LG Lumen Gentium
LV Lumière et Vie
MO Masses Ouvrières
MR Monthly Review
NRT Nouvelle Revue Théologique
OA Octogesima Adveniens
PD Perspectivas para el Dialogo
PG Patrologia Graeca
PL Patrologia Latina
PM Parole et Mission
PT Paz e Terra
REB Revista Ecleshistica Brasileira
RHPR Revue d'Histoire et de Philosophie Religieuses
RSP! Revue cles Sciences Philosophiques et Théologiques
RSR Recherches de Sciences Religieuses
SDB Supplément au Dictionnaire de la Bible
TE Terre Entière
TG Theologie und Glaube
TM Temps Modernes
TS Theological Studies
TV Teologia y Vida
1:WNT Theologi\\che\\ W<Sttetbuch mm Neuen. Te'>tament
USQR Union Seminary Quarterly Review
vs La Vie Spirituelle
ww Wort und Wahrheit
ZKT Zeitschrift fiir Katholische Theologie
INTRODUCCI6N
I
LAS TAREAS GLASICAS DE LA TEOLOGfA
II
LA TEOLOGIA COMO REFLEXI6N CRITICA
SOBRE LA PRAXIS
"
1. La praxis hist6rica
Diversos factores han contribuido a subrayar en forma
preferente, y de modo distinto al pasado inmediato, los
aspectos existenciales y activos de la vida cristiana.
Se ha operado, en primer lugar, un fecundo redescu-
brimiento de la caridad como centro de la vida cristiana.
Esto ha llevado a ver la fe, mas biblicamente, como un
acto de confìanza, de salida de uno mismo, como un com-
promiso con Dios y con el pr6jimo, como una relaci6n con
los demas 18 • Es en ese sentido que san Pablo nos dira que
la fe opera por la caridad: el amor es el sustento y la ple-
nitud de la fe, de la entrega al otro e, inseparablemente,
a los otros. Ese es el fundamento de la praxis del cristia-
no, de su presencia activa en la historia. Para la Bihlia la
fe es la respuesta total del hombre a Dios que salva por
amor 19 • En esta perspectiva, la inteligencia de la fe apa-
rece como la inteligencia no de la simple afìtmaci6n - y
casi recitaci6n- de verdades, sino de un compromiso,
de una actitud global, de una pastura ante la vida.
Paralelamente, se da en la espiritualidad cristiana una
evoluci6n significativa. En los primeros siglos, asistimos
al primado - y casi a la exclusividad - de un eietto tipo
de vida contemplativa, anacoreta y monastica, que se ca-
racteriza por el alejamiento del mundo, y se presenta como
el modelo del camino hacia la santidad. Alrededor del
siglo XII se empieza a entrever la posibilidad de compartir
la'contemplaci6n a través de la predicaci6n y otras formas
" Cf. entre otros, G. GILLEMAN, Le primat de la charité dans la théologte
morale. Bruxelles 1954; J. MOUROUX, Creo en ti. Flors, Barcelona 1964;
B. lliRING, La ley de Cristo. Herder, Barce!ona '1964; A. LIÉGÉ, Adultes dans le
Christ. Paris 1958; J. RATZINGER, La fraternidad cm tiana. Taurus, Madrid 1962;
C. SPIQ, Teologia mora! del nuevo testamento. Pamplona 1970.
'9 Cf. J. ALFARO, Fides in terminologia biblrca: Gregorianum 42 (1961)
463.505.
28 TEOLOGIA Y LIBERACI6N
30 Cf. M. BLONDEL, L'actio11. Paris 1893. Para un buen estudio del método
blondeliano, consultar H. DuMÉRY, Crztique et religion. Paris 1957, y, del mismo
autor, Raison et religion dans la philosophie de l'actzon. Paris 1963.
31 Es conocido el texto de Marx: «Los fil6sofos se han limitado a interpretar
el mundo de distintos modos; pero de lo que se 'trata es de transformarlo~>: Tesis
sobre Feuerbacb n. 11. El papel exacto que juega la noci6n de praxis en el pensa·
miento de Marx, es asunto controvertido: cf. un rapido recuerdo de las diferentes
posiciones en A. SANCHEZ VASQUEZ, Filosofia de la praxis. México 1967, 43-45.
32 TEOLOGIA Y LIBERACION
2. Reflexi6n critica
"" Lettre aux anglais. Paris 1948, 245. Sobte el caracter, en eietto modo,
tradidonal de esta importancia de la praxis, consultar las observaciones matizadas
de C. DUMONT, De trois dimensions retrouvées en théologie: NRT 6 (1970) 570-580.
36 En definitiva, es v3.Iìdo también, para la teologia asi concebida, lo que
TEOLOGIA: REFLEXION CRITICA 35
las juzga, no seglln ciertos criterios extranjeros a la iglesia, sino mas bien scgUn cl
origen y el objeto de la iglesia>>: Dogmatique I, l. Genève 1953, 2.
<O Y.·M. CONGAR, Situacr6n y tareas .. , 89·90.
TEOLOGIA: REFLEXION CRITICA 37
Conclusi6n
« VARIOS, Los cat6lrcos holandeses, 29. Poco antes el autot reconoce que
)a hermenéutica del reino de Dios supone tamblén una reinterpretaci6n de la Bibha
45 Cf. el interesante artfculo de J. Moltmann, cuyo subtftulo es precisamente
«l-facia una hermenéuuca politica del evangelio»: Historia de la exrstencia e htSto4
rza del mundo, en Esperanza y plamficaci6n del futuro. Sigueme, Sa!amanca 1971,
215-244.
TEOLOGIA: REFLEXION CRITICA )':J
I
LA NOCION DE DESARROLLO
l. Origen
2. Enfoques
4
50 TEOLOGIA Y LIBERACION
II
EL PROCESO DE LIBERACION
l. De la critica al desarrollismo
a la revolucì6n social
la filosofia de Bergson '(<En una palabra, el esclavo es tanto mas llbre cuanw
mas esclavo) es dectr, cuanto mas Interwr y profunda es la SUffilSlOD No es esca
panda que el pnswnero recobra su hbertad, stno transform<indose en pnswnelC'
voluntano No es predicando la rebelwn que se hace propaganda a la hbertad
smo predicando la sumiswn Integrai La hbertad remara cuando los esclavos nt
tengan smo alma de esclavos;> Le bergsonzsme Pans 1949, 77
LIBERACION Y DESARROLLO
3. El tema de la liberaci6n
en una perspectiva teologica
Esta cuesti6n sera tratada mas adelante, en forma mas
extensa 41 • No obstante, importa intentar aqui una pri-
mera aproximaci6n en funci6n de lo que acabamos de
recordar.
El término desarrollo es de introducci6n redente en
los textos del magisterio eclesiastico 42 • El tema es tratado
por primera vez, salvo una breve alusi6n de Pio XII 43 ,
por Juan XXIII en la Mater et magistra 44 • Pacem in terrts
40 Cf , entre los autores rectentes, los estudtos 1nspuadores de E BLOCH,
4.~ En Ios textos que acabamos de citar, Ios subrayados son nuestros.
64 TEOLOGIA Y I.IBERACION
51 Creation and Fa/l. New Yor 3 1966, 37. Pablo VI seiiala sugestivamente
que la Jibertad «Se desarrol!a en SU libertad mas profunda: comprometerse y
afanarse en la realizaci6n de solidaridades activas y vividas•. y aiiade: «el hombre
encuentra una verdadera libertad, reno vada en la muerte y resurrecci 6n del Sefior,
abandonandose a Dios que lo libera»: Octogesima adveniens, n. 47.
68 TEOLOGIA Y LIBERACION
1
~ Le «socws,> et le prochaznJ en Htstozre et vérzté Pans 1955, 213-229
Precrsemos que afirmar que toda reahdad humana tiene una dtmenst6n poHuca,
no stgmfica de mnguna manera, como el termmo empleado lo tndtca ya, reducu
todo a e~a dtmenston
11 Les mases pauvres, en Egltse et pauvreté Pam 1965, 174 Cf las mte
res.mtes observacwnes sobre lo poliuco de P E\T, Pour une reflexzon en mattere
poltltque NRT (1971) 1055-1075.
78 PLANTEANITENTO DEL PROBLEMA
u Son muchos los cnsuanos que buscan responder a esas cuestwncs por
vfas, basta ahora, poco transltadas Son muchas tambtén las exper1enctas, a veces
un poco confusas, que esta blisqueda provoca Cf al respecto R LAURENTIN,
En1eu du Ile synode et contesta/ton dans l'égltse Pans 1969, ver tambtén
A la recherce d'une égltse PM 46 (1969), Le due chtese IDOC, Roma 1969, y el
con)unto de traba)os edltados por M Bmn, The underground church Balumore
1968.
15 En este contexto se sttuarfa, como un primer momento, Io que P A Ltégé
I
LA MENTALIDAD DE CRISTIANDAD
II
LA NUEVA CRISTIANDAD
tlanos de Amenca latina Argentina fue uno de los patses mas stgmficattvos aJ.
respecto, cf F MARTH"iEZ PAZ, Marztattz, polzttca tdeologza revolvczon crtstzana
en la Argenltna Buenos Atres 1966 Es mas, la~ tdeas de Mantam ptO\OCJ.ron
auadas polemtcas, en las que mtervtno el propto Marltatn, cf Lui~ A PERI 7
Estudw de filosona polztzca y soczal Santlago de Chzle 1948, v la respuesta de
J }IMENEL, La ortodoxza de Martt1zn Ante un ataque rcczente 1alca (Chzle) 1948
Ver tamb1én los textos recogtdos (que 1ncluyen una carta de M.antam) en Una
polémtca sensacwnal Jacques Mantain Santzago de Chzle 1944 Pero no hay c 'l
todo esto smo una stmr>le repettc16n de las tdeas de Marttatn y una mtrascendente
polemiCa sobre su «Ottodoxta» Una elaboract6n alga mas personal se halla en
BraSI!, gracws a los rraba)OS de Tnstan de AthJ;de (Alceu Amoroso Lzma), quc
dtfundz6 el pensamtento de Mantain desde la decada del 30
DIFERENTES RESPUESTAS 87
9
Esto fue vivido intensamente por los cristianos latinoamericanos que co·
menzaron a despertarse al compromiso politico: cf. ]. L. SEGUNDO, Funci6n de
la iglesia en la realidad rioplatense. Montevideo 1962, 31.
10 J. MARITAIN, O. c., 299; distinci6n que bara r3pidamente fortuna:
cf. pvr ejemp1o, A. DE SoRAs, Action Catbolzque et actzon temporelle. Paris 1938.
11 Cf. J. MARITAIN, o. c., 272-275. Ello dio 1ugar al surgimiento de Ios
III
LA DISTINCI6N DE PLANOS
12 Pese a sus esfuerzos, hay todavia, Io hemos sefialado ya, en esta posici6n
•• Cf. por ejemplo, A. CHAVASSE, Eglise et apostola/, 18. Esta obra inspiro
el pian pastoral de 1962 de Ios obispos de Chile, en ese entonces a la vanguardia
de la iglesia Iatinoamericana (el texto es reproducido en Recent Church Documents
from Latin America. CIF, Cuernava<a 1962-1963, 1-12).
23 Cf. ]alones para una teologia del laicado, capitolo VIII, que trata de la
l
2' El papel de la iglesra en el mundo de boy, 374.
~o Dicha distincién se encuentra, en cambio, palmariamente expuesta en
rl
el decreto sobre el apostolado seglar Apostoltcam actuosttatem cf. por ejemplo,
el n. 5.
5
CRISIS DEL ESQUEMA
DE LA DISTINCION DE PLANOS
I
EL NIVEL PASTORAL
2. T oma de conciencia
de una situaci6n alienante
Hace mucho tiempo que se habla en ambientes cris-
tianos del «problema social» o de la «cuestion social»,
pero solo en los ultimos afios se ha tornado conciencia
clara de la amplitud de la miseria y, sobre todo, de la
situacion de opresion y alienacion en que vive la inmensa
mayoria de la humanidad. Estado de cosas que representa
una ofensa al hombre, y, por consiguiente, a Dios. Mas
aun, se percibe mejor tanto la propia responsabilidad en
esta situacion, como el impedimento que ella representa
" Sobre la situaci6n actual de la JEC francesa, se puede consultar el articu-
lo de L. DE VAUCELLES, Les mutations de la ]EC:· Études (1970) 278-286. La <<Refle-
xi6n critica» del autor nos parece, sin embargo, algo severa. Mas adelante (capi-
tulo 7) daremos algunas indicaciones en lo referente a la iglesia latinoamericana.
• Cf. J. A. DiAZ, La crisis permanente de la accz6n cat6ltca Barcelona 1966.
En América latina, en particular en Brasil, la cuesti6n ha tornado caracteres
agudos. Cf. mas adelante capftulo 7.
• J. Comblin se preguntaba ya, hace unos ai:ios (Echec de l' Action Catbo-
lique? Paris 1961). Pero la soluci6n que proponfa pareda ir en sentido inverso
al movimiento que habfa provocado la crisis.
96 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
II
EL NIVEL DE LA REFLEXION TEOL6GICA
En relaci6n con estas nuevas experiencias pastorales de
la iglesia, la reflexi6n teol6gica contemporanea ha erosio-
nado también el esquema de la distinci6n de planos. Y ello,
a través de dos procesos que marchan aparentemente en
direcci6n contraria el uno del otro.
8 Cf. por ejemplo, Las tareas de la iglesia en América latina. F'EREs. Bogota
1%4; y F. HouTART - E. l'IN, Los cristianos en la revoluci6n de América latina.
Buenos Aires 1966, 184.
7
98 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Ft Importa, quiz3, recordar aquf una vez mas la distincién, hecha inicial~
mente por F. E. GoGARTEN, o c , entre secularizacién y secularismo. El p timer
término designa el proceso histénco mismo que hemos evocarlo; el segundo, una
eietta ideologia que tiende a encerrar ese proceso dentro de un marco que excluye
todo tipo de va!or religioso.
1
' Cf. Resistencza y sumzsi6n Ariel. Barcelona 1969.
CRISIS DEL ESQUEMA DE LA DISTINCI6N DE PLANOS 101
I
UNA NUEVA CONCIENCIA DE LA REALIDAD
LATINOAMERICANA
2. La teoria de la dependencia
Desde hace unos afios se abre paso en América latina
un punto de vista diferente. Se percibe cada vez mejor
que la situaci6n de subdesarrollo es el resultado de un
proceso y que, por lo tanto, debe ser estudiada en una
perspectiva hist6rica. Es decir, en relaci6n al desarrollo
y expansi6n de los grandes paises capitalistas. El sub-
desarrollo de los pueblos pobres, como hecho social
global, aparece entonces en su verdadera faz: como el sub-
producto hist6rico del desarrollo de otros paises 12 • En efec-
to, la dinamica de la economia capitalista lleva al estable-
cimiento de un centro -Y de una periferia, y genera, simul-
taneamente, progreso y riqueza creciente para los tnenos
y desequilibrios sociales, tensiones politicas y pobreza
para los mas. En este contexto naci6 y se desenvuelve
América latina:
Las sociedades latinoamericanas ingresaron en la historia del
desarrollo del sistema universal de interdependencia, como
sociedades dependientes a rafz de la colonizaci6n ibérica.
Su hi~toria puede ser trazada, en gran parte, como la historia
de las sucesivas modifìcaciones de la situaci6n de dependencia,
a lo largo de la cual, las diversas sociedades de la regi6n han
venido alcanzando diversas posiciones sin lograr salir, basta
el momento, de ese marco generalB.
II
EL MOVIMIENTO DE LIBERACI6N
subverszvo del orden actual <<Es szn duda llamauvo - escnbe J Nun- que, en
los ulttmos afios, la dependencta se haya vuelto t6ptco habitual de dtscust6n en
organtsmos, en conferenctas y en documentos legtttmados por el ststema Esto
tiene vartas exphcacwnes La prtmera es de orden tacuco ante una penettact6n
tan mastva y abterta resulta aconse]able tranqurhzar a la oprmén ptibhca recono-
ctendo una parte del problema, con lo que se prtva momentaneamente de argu-
mentos a los cdttcos, mtentras no se hace nada por detener el proceso de fondo
Ademas, como en el caso de la reforma agrarta, tambten aqut se trata de hqu1dar
ahora c1ertas formas ya per1m1das de dommac16n externa, proptas de la etapa
cillszca del czclo agro exportador, al uempo que se restrznge el eventual mgreso al
S.rea de otras potenctas compettdoras» J NuN, a c, 7 Se trata, en rea!Idad, de
los mzsmos suules mecamsmos de defensa empleados por las soczedades domz-
nantes que han hecbo de la rebeldla y la protesta exztosos ardculos de consumo,
cf al respecto, HELAN ]AWORSKI, Estructuras mtegradas de dependencta y domtna-
ct6n en las Amértcas Vzspera 21 (1971) 3 9
80 Hegel - segilll apuntes de sus alumnos - afirmaba hace mas de 140 aiios
«Aménca es pues el pals del futuro en el que en los uempos que vzenen gravztara
en el antagonzsmo, qutzlz, de Amérzca del norte con Amérzca del sur1 la htstona
umversai» La razson dans l'btstotre. Parzs 1%5, 242 (nosotros subrayamos).
EL PROCESO DE LIBERACION EN AMÉRICA LATINA 127
36 Entre los casos recrentes destaca cruelmente el del actual régtmen brast~
lefio Internacwnalmente han stdo denuncradas las torturas a que son someudos
los presos pohucos Cf los hechos, tesumomos y denunCJas en Torturas en Braszl
CEP, L1ma 1970
37 Espzral de vzolencza Slgueme, Salamanca 3 1970 Dom Hélder propugna
una «preston moral hberadora» para poner fin a las estructuras opresrvas e lflJUStas
en que se vtve en Amenca Iauna No pocos ptensan, stn embargo, que esta hbera~
c16n deber:l transitar, tarde o temprano y de una forma u otra, por los camtnos
de la contravwlencta, respuesta a una sltuacwn de vwlencta legaltzada Para un
an3.hsts sobre algunos aspectos de la vwlenc1a revolucwnana, ver el con)unto de
traba)os pubhcados en PT 7 (1968), y F LEON, La vzolencza revoluczonana Men
sa)e (diciembre 1968) 621 629.
130 LA OPCION DE LA IGLESIA, LATINOAMERICANA
1 Ivan Vailier sefi.ala bien- pese a una tipologfa discutible- los primeros
pasos de ese rompimiento en Las élztes relzgzosas e"t Amértca latina catolzcismo,
ltderazgo y cambio soczal, en S M. LIPSET, É/ttes y desarrollo en Amértca latina
Buenos Aires 1967, 150-189.
136 LA OPCIÒN DE LA IGLESIA LATINOAMERICANA
I
COMPROMISO DE LOS CRISTIANOS
l. Laicos
Lo que hemos llamado una pastoral de «nueva cris-
tiandad» motivo un compromise politico de amplios sec-
tores cristianos en pro de la creacion de una sociedad mas
justa. Los movimientos apostolicos laicos, en particular
los de juventud, dieron en aiios pasados buena parte de
sus mejores dirigentes a los partidos polfticos de inspira-
don social-cristiana 3• El paso por la etapa de la «distin-
ci6n de planos» permitio purificar las motivaciones de esos
compromisos y descubrir nuevas perspectivas de la accion
del cristiano en el mundo, en colaboraci6n con hombres
de otros horizontes 4• Hoy, los movimientos apost6licos de
pouvoirs en Amérique latine· TE 42-43 (1790) 35-67. Puede ser interesante, desde
otro punto de vista, consultar también el informe hecho por encargo del Departa·
mento de estado de Ios Estados Unidos de Norteamérica, por L. EINAUDI . R. MAu-
LLIN- A. SEPAN- M. FLEET, Latin American institution development: Tbe cbanging
Catbolic Churcb. The Rand corporation, California 1969.
• El caso chileno fue quiza el mas tipico, y también el mas duradero:
ef. G. WAYLAND-SMITH, The Christian Democratic Party in Chi/e: cmoc Sondeos,
Cuernavaca (México) n. 39.
' Esta etapa se inici6, en las movimientos universitarios de algunos pafses
-'~ América del sur, bacia 1960-1%2, d. por ejemplo, el paso del «ideai hist6-
138 LA OPCION DE LA IGLESIA LATINOAMERICANA
l
neo>> de sabor mantamano (ver Juc Boletzm naczonal 4 [1960] Rw de Janerro)
a la «conctencxa htst6rtca» en la que se perctbe la tnfluencta de H de Ltma Vaz
(cf EQUIPO NACIONAL, Reflexoes sobre o senttdo do movzmento, en Juc Bolettm
nacwnal l (1963) Cf tambtén G GUTIÉRREZ Mtst6n de la tglesta y apostolado
untverst/arto Ltma 1960 (folleto) y P Rom:, Promocz6n del latcado Montev1deo
1963 (folleto)
5 Cf por e)emplo el papel JUgado por los mov1m1entos de apostolado la1co
en la tzquterda revolucwnarta btastlefia Consultar al respecto CANDIDO MEr-..'DES,
Memento dos vtvos Rw de Jane1ro 1966, y M MOREIRA AL VES, O Crts/o do Pov0
Rw de Janeuo 1968
6 La llteratura sobre la cuest16n es muy abundante pero dtftCllmente ae<.e
stble Cf stn embargo una buena vtswn de conjunto sobre las movtmtentos apos
tohcos untversltarws G GrMENEZ, Introduccz6n a una pedagogza de la pastoral
umversztarza MIEC JECI, ServtciO de documentacton, Montevtdeo 1968 Cf tambten
el tnforme presentado al papa Pablo vr por el Departamento de pastoral umvers1
tana ciel CELAM La realtdad unzversztarza y sus zmplzcaczones pastorales, en
Educocron latznoamerzcana Bogota 1968 La sttuact6n es partlcularmente aguda
en la 1gles1a bras1leiia, cf al respecto M ScHOOYANS, O desafto da secularzzaçao
Sao Paulo 1968
LA IGLESIA EN EL PROCESO DE LIBERACI6N 139
2. Sacerdotes y religiosos
1.6 Esto ha ocurrtdo en cast todos los pafses de Launoamérica, y qutz3. con
caracteres m3s graves en Brasll, Argentina y Guatemala Ver al respecto los docu-
mentos reproduc1dos por SEDOC (Petr6po!Is, Brastl), cmoc (Cuernavaca, Méxtco),
NADOC (Ltma, Pero)
17 El caso de Camtlo Torres es conoctdo Cf sus trabaJOS recopt1ados en
Camzlo Torres, por el P Camzlo Torres 1956 1965 Cuernavaca 1967, Camzlo
Torres, ltberacwn o muerte La Habana 1967, y la mas completa recopllac16n
Camzlo Torres, crrstzantsmo y revoluczon Mé-xtco 1970 Ver tambtén G GUZMAN,
Camzlo Torres, el cura guemllero Bogota 1967 (obra documentada pero de optnw
nes, con frecuencta, dtscuubles) Ver las observacwnes de O MALDONADO, El Camz-
lo Torres de German Guzman en CIDOC 48 (1967) Cf tamb1én J M. GONZALEZ
RUIZ, Camzlo Torres o el bue11 samarttano en PD 25 (1968) 139 141 Cf un ensayo
de sttuar la figura de Torres en la htstorta pohttca co1ombtana O FALS BoRDA,
Subversz611 y cambzo soczal en Colombta Bogara 1%9, 151-160, ver tambten
H BoGORJE y otros Retrato de Camzlo Torres Mextco 1969, sobre algunas reper
custones de la figura de Camtlo, cf E L6PEZ OLIVA, El camzlzsmo en la Amerzca
latma La Habana 1970, ellas muestran, segUn el autor, que se amplia <(el frente
revolucwnano launoamencano» (pagma 11) Pero no se trata, n1 mucho menos, de
un caso umco El compromtso politlco se da en grado dtferente en muchos sacer-
dotes de Amertca lattna
144 LA OPCI6N DE LA IGLESIA LATINOAMERICANA
pues, lanzarles este llamado S1endo céhbes, ustedes no han sab1do o no han
pochdo ser la voz de los palses despOJados, los cuales sufren las consecuenctas de
la polluca economica tnjusta de Ios dtrtgentes de sus pafses Esperamos que una
vez casados lo sepan hacer mcJor En efecto, st la vtda matrtmorual no les ayuda
a abruse m<is a las dtmenswnes del mundo, y sobre todo del mundo de aquellos
que son despo]ados por las "leyes '' del comercw tnternactonal, ustedes no habnin
hccho otra cosa quc dar un paso m<is hacta el aburguesamtento No olvtden que,
mtentras ustedes ptden el derecho de constltmr su hogar, muchos pobres del tercer
mundo renunctan al suyo para entregarse completamente a la hberact6n de sus
hermanos» en Llberac10n (México) (marzo 1970)
19 Es lo ocurrtdo reetenternente, por e}emplo, con Hennque Pereua, sacer-
dote de Rec1fe, Bras1! Cf los documentos reprodue~dos en SEDOC (agosto 1969)
143 149, y Ante el asesznato del padre Henrtque Peretra Spes (Montev1deo) (1969)
Ver tamb1én al respecto las refle>-wnes de B PELEGRI, Medztacz6n ante el cadflVer
del padre Henrzque V1spera 12 (1969) 3 7
20
A proposito de esta sttuaCion, después de afirmar que «el marxtsmo tiene
necestdad de desarrollarse, de sahr de un Clerto anqmlosamtento, de Interpretar
con un espirnu obJetivo y Cientifico las reahdades de hoy, de comportarse como
una fuerza revoluctonarta y no como una 1gles1a pseudo revoluctonarta», Ftdel
Castro afiadc «San las paradoJas de la htstona (c6mo, cuando vemos a sectores
del clero converttrse en fuerzas revoluctonartas, vamoc; nosotros a res1gnarnos a
ver sectores del marxxsmo converurse en fuerzas eclest3sucas?» Dtscurso en la
clausura del Congreso de mtelectuales, el 12 de encro de 1968, en F CASTRO,
Revoldtzon cubazne II Pans 1969, 253
IO
146 LA OPCI6N DE LA IGLESIA LATINOAMERICANA
3. Obispos
Las graves y nuevos problemas que se presentan a la
iglesia latinoamericana, y que configuran una realidad
conflictual y cambiante, encuentran a muchos obispos mal
preparados para cumplir su funcion. Hay, sin embargo, un
despertar a las dimensiones sociales de la presencia de la
iglesia y un consiguiente redescubrimiento de su misi6n
profética.
San en particular las obispos de regiones mas mise-
rables y explotadas las que han denunciado mas enérgica-
mente las injusticias de que san testigos 21 • Pero al sefialar
las causas profundas de ellas, han enfrentado a las grandes
fuerzas economicas y politicas de sus paises 22 ; y de ahi
a ser acusados de intervenir en terrenos que no les com-
peten, e incluso de ser proclives a las ideas marxistas, no
hay mas que un paso. Paso franqueado a menudo, y aie-
gremente, en sectores conservadores; catolicos o no cat6-
licos. Algunos de estos obispos se han convertido casi en
fìguras politicas en sus respectivas naciones. Esto ha traido
como consecuencia una vigilancia policial estrecha, y, en
algunos casos, amenazas de muerte de parte de grupos de
extrema derecha.
2' Cf por eJemplo, los traba)os de Dom Hclder Camara pubhcados en va-
rws voiU.menes en Pronunczamtentos de Dom H elder N ardeste II, Secretartado
regwnal, CNBB, Rec1fe, Bras1!, Revoluçiio dentro da paz Rw de Janelro 1968,
Espzral de vzolencza Slgueme, Salamanca 3 1970, Para llegar a tzempo S1gueme,
Salamanca •1972, y B FRAGOSO, Évangzle et revolutzon soczale Parls 1969
22 Cf el firme ana!ISlS de la sltuacwn bra>!leii1 presentado por Dom Cand!do
Padm como documento de trabaJO para la IX Asamblea generai de la conferenCla
nacwnal de ob1spos del Bras1l en JU!lO 1968, La doctrma de la segurzdad naczonal
a la luz de la doctrzna de la zglesza en R MAGNI - L ZANOTTI, Amérzca latzna
la cbzesa sz contesta Roma 1969, 240-267 Para una v!Slon de con)unto, y sobre la
postct6n rectente del eptscopado brasllefio en las dtftclles condtcwnes en que se
mueve, cf CH ANTOINE, L'épzscopat brészlzen face au pouvozr (1962 1969) 330
Études (1970) 84-103 El autor concluye su estudw afirmando que <<el afio 1969
termma con un deb1htamiento de las pos1c10nes ofic1ales del ep1scopado bras1lefio
Stn duda alguna las afìrmacwnes son p)anteadas con mudez, basta con una cterta
vtrulencta; pero el contexto en el que se msertan reduce netamente su alcance»
LA IGLESIA EN EL PROCI:SO DE LIBERACION 147
II
DECLARACIONES E INTENTOS
DE REFLEXI6N
con el parttd6 o la Ideologia marxtsta, osan descubru las ralces rnatenalistas del
capitalismo Que osan observar que, en r1gor, no hay ya socialismo en smgular,
smo socialismos y capita!Ismos en plutal» H CAMARA, o c, en Szgnos, 53
«Sutge también, en ctertos ambtentes, el temor, la sospecha o la acusact6n de
"comumsmo". Nos parece que no es el momento para darse el lu)o de temer al
comuntsmo en el Peci Efectlvamente, cuando la conctencia social, o la auténttca
conciencia nac10nal, es s6Io patnmomo de unos pocos, y cuando la desigualdad
econ6mica, la desmtegract6n cultura! y la explotacton afectan a la mmensa mayo-
rfa, es mgenuo o mmoral tachar de "comuntsmo" a c1ertos esfuerzos, a ctertos
Iogros o ctertas tendenctas• El presente de la transjormacz6n naczonal, en ONIS
Declaraczones, 42 (Ver todo el documento )
156 LA OPCI6N DE LA IGLESIA LATINOAMERICANA
Il
162 LA OPCION DE LA IGLESIA LATINOAMERICANA
En efecto,
el Dios que conocemos en la Biblia es un Dios liberador que
destruye los mitos y las alienaciones. Un Dios que interviene
• Tbe Rockefeller report on tbe Americas. Chicago 1969, 31. «Se ve ahora
que la antiqufsima monarqufa asentada sobre la piedra del primer obispo de
Roma estci ante una subversi6n de sus sagrados valores. Y no es el Iaicado silen-
cioso y escandalizado sino la clereda la que rompe los rigidos Hmites de su ser-
vicio evangélico para constituirse en no pocas ocasiones en abanderada de una
apertura al marxismo, con toda la ferocidad y la incontinencia de que bicieron
gala tradicionalmente los conversos»: A. LLERAS CAMARGO, en Visi6n (México)
9 de mayo de 1%9, 17.
3 C. AGUIAR, La iglesia perseguida: desafio latinoamericano: PD (iulio 1969)
148.
• Cf. al respecto, las rellexiones de M. DE CERTEAU sobre L' articulation du
dire et du faire, en Études tbéo/ogiques et re/igieuses. Montpellier 1970, 25-44.
PROBLEMATICA 175
12
178 LA OPCION DE LA IGLESIA LATINOAMERICANA
ci6n de «dos iglesias». Para el caso de las iglesias evangélicas ver Ch. Lalive
D'Epinay, que escribe: «Existe entre estas dos formas de iglesias una ruptura
cualitativa que hace imposible una transici6n reformista. La transformaci6n del
protestantismo latinoamericano implica la contestaci6n radica} de la primera for·
ma, implica crear brechas en aquel edificio petrificado para que se desestructure.
Asf, s6lo una nueva reestructuraci6n se harfa posible. Aqui -como en el campo
socio-politico de América latina- ya no es practicable el camino reformista.
Y s61o la contestaci6n radica! puede permitir que se abran nuevos caminos»:
La iglesia evangélica y la revoluci6n latinoamericana: crooc, noc 68/78, 12.
PROBLEIIIATICA 181
FE Y HOMBRE NUEVO
• El!as recuerdan, ell cierto modo, las célebres preguntas programaticas plan-
teadas por Kant en la Critica de la raz6n pura «(qué puedo saber~. (qué debo
bacer?, (qué me èsta pet111itido esperar~• (El subrayado es nuestro). Sobre el sen-
tido y la evoluci6n de es!JIS preguntas, d J. L. BRUCH, La phtlosophte reltgteuse
de Kant. Pam 1968, 21-30.
9
LIBERACION Y SALVACION
l. De lo cuantitativo . ..
evast6n, pareceria cada vez m<is inadecuado para expresar la realidad en cuestién.
a Cf. J. L. SEGUNDO, Intelecto y salvaci6n, en Salvact6n y construcci6n
del mundo_ Barcelona 1968, 47-91; A. MANARANCHE, Quel salut~ Paris 1969;
Ch. DuQuoc, Qu'est-ce que le salut?, en L'églzse vers l'avenir. Paris 1969, 99-102, y
el interesante planteamiento de la cuesti6n en el redente artfculo de .J. P. }ossuA,
L'enjeu de la récherche théologique actuelle sur la salut: RSPT l (1970) 24-45.
El viejo libro de y .-M. CONGAR, Amplto mundo mi parroquta. Estella 1965, reune
diferentes estudios sobre la nocién de salvaci6n, y abri6 senderos que mantienen
su vigencia. No puede, adem<is, olvidarse al respecto las preocupaciones e intui-
nones de Teilhard de Chardin.
LIBERACI6N Y SALVACI6N 195
2. . . .a lo cualitativo
Pero a medida que la universalidad de la salvacion,
y la posibilidad de alcanzarla, fue ganando terreno en la
conciencia cristiana; a medida que el aspecto cuantitativo
se resolvfa de este modo y perdfa interés, la cuestion de
la salvacion dio un salto cualitativo y recibio otro enfoque.
En efecto, afirmar la universalidad de la salvacion es mas
que sostener la posibilidad de alcanzarla mas alla de las
fronteras visibles de la iglesia. Buscando como extènder
la posibilidad de salvacion se llego al nucleo mismo de la
cuestion: se salva el hombre que se abre a Dios y a los
demas, incluso sin tener clara conciencia de ello. Algo
valido, ademas, para cristianos y no cristianos. Valido para
todo hombre. Hablar de la presencia de la gracia - acep-
tada o rechazada- en todos los hombres implica, por
otra parte, valorar cristianamente las rafces mismas de la
accion humana. Impide hablar con propiedad de un mun-
do profano 7. Un aspecto cualitativo e intensivo aparece en
7 «Para la tradici6n ortodoxa no existe lo profano, sino solamente lo pro·
fanado»: O. CLÉMENT, Un ensayo de lectura ortodoxa de la constituci6n, en La
iglesia en el mundo ... , Madrid 1967, 673. La misma idea en Ch. MOELLER, Reno-
vaci6n de la doctrina sobre el hombre, en Teologia de la renovaci6n II. Sigueme,
Sa!amanca 1972.
LIBERACION Y SALVACION 197
II
UNA SOLA HISTORIA
l. Creaci6n y salvaci6n
La Biblia establece una fuerte relaci6n entre creaci6n
y salvaci6n. Pero lo hace a partir de la experiencia hist6-
rica y liberadora del éxodo. Olvidar esa perspectiva es
exponerse a yuxtaponer esas dos nociones, y perder asi el
rico fìl6n que esa relaci6n significa para la comprensi6n
de la obra totalizadora de Cristo y de su Espiritu.
a) Creaci6n: primer acto salvifico
La Biblia no se interesa por la creaci6n para satisfacer
inquietudes de orden filosofico respecto del origen del
mundo. Su perspectiva es otra.
La fe biblica es, ante todo, una fe en un Dios que se
revela en acontecimientos hist6ricos. En un Dios que salva
en la historia. La creaci6n es presentada en la Biblia no
como una etapa previa a la salvaci6n, sino como inserta
en el proceso salvifìco:
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Seiior Jesucristo ...
por cuanto nos ha elegido en él antes de la creacién del mundo
para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor,
elìgiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por
medio de Jesucristo (Ef l, 3) 15.
b1lita, para él, la consistencia de lo temporal porque estamos ante «una dia-
léctica viva de relaci6n entre un mundo que no es profano sino porque no es
percibido como divino, y una realidad sobrenatural que busca asumirlo, rescatarlo,
consagrarlo, divinizarlo»: Ibid., 1082.
La posici6n de K. Rahner, en cambio, pareceria mas reticente, en HIStoria
del mundo e bistoria de la salvaci6n, en Escritos de teologia V. Madrid 1964, 115-
134. Cf. también O. PÉREZ MORALES, Fe y desarrollo. Caracas 1971, 49, donde
afirma con claridad la existencia de una sola historia.
15 Cf. el comentario de H. ScHLIER, Der Brief an die Epheser. Dùsseldorf
1958, 37-48.
202 FE Y HOMBRE NUEVO
1972, 188. Cf. también, del mismo autor: La Genèse. Genève 1968.
18 «Con la creaci6n del mundo (iesquema de las seis dlas!) se abre el
l
21 Como es sabido los relatos de la creaci6n estan fuertemente marcados por
la experiencia del éxodo y de la alianza. Esto es particularmente notorio en la
llamada narraci6n yahvista. Gén 2, 4-16 sigue el esquema del pacto de la alianza.
204 FE Y HOMBRE NUEVO
del gran océano, el que troc6 las honduras del mar en crtmino
para que pasasen los rescatados? (51, 9-10).
14
210 FE Y HOMBRE NUEVO
2. Promesas escatol6gicas
°
6 Citado por r\. LOHFINK, Exégesis biblica y teologia, 169-170.
220 l'E Y HOMBRE NUEVO
G§ Esta cuestt6n no es, por lo demas, stno una parte de otra mas vasta la
relact6n entre Ios dos testamentos Es sabtdo que el htatus que R Bultmann creia
ver entre ambos contnbuyo a una desvalonzactén de los textos veterotestamen·
tanos Hoy, la actltud est a cambiando Las actuales preocupactones de la vtda
crtstlana y de la teologia nos est:ln llevando -por momentos, con un cxerto stm
pltsmo ~ a una recuperact6n del antigua testamento G von Rad, que dedtca
luctdas p3gtnas a este punto, constdera que se trata de una «cuestt6n todav1a
pend1ente» (o c, II, 482) en la que habrfa dos aspectos partir de Cnsto para
Interpretar el anttguo testamento, y la necestdad que tenemos del anttguo testa-
meanto para comprender a CriSto Sobre lo pr1mero le parece que puede hablarse
de un consenso generai No asl sobre el segundo aspecto Eluctdarlo, prectsar algu
nos cnterws Interpretatlvos evitarla la 1mpres16n de oportun1smo que da, a veces,
el recurso a textos veterotestamentarws Para esa eluctdaCI6n eran necesartas, tal
vez, ctertas condtc10nes que comtenzan a cumpluse una actltud crtuca, por
e)emplo, frente a nuestras ca~"-egorLas <(occtdentales~> sobre el ttt.mpo y là htsto
rta, sobre el esptrltu y la matertd
66 Pensamtentos, n 574 (ed!clon] Chevalier}
222 FE Y HOMBRE NUEVO
de Aqumo «BaJO el térmmo !etra, hay que entender toda ley exterwr al hombre,
mcluso los preceptos de la mora! evangéltca>> ST 1-2 c 106, art l y 2
77 Este texto de Isaias ( aiiad1do postenormente a la promulgaCI6n de la
III
CRISTO Y LA LIBERACI6N PLENA
l. Progreso temporal
y crecimiento del reino
El capitulo 3 de la primera parte de la Gaudium et
spes empieza preguntandose por el sentido y el valor de la
actividad humana (n. 33) y termina recordando, en un
texto muchas veces citado, que «aunque hay que distin-
guir cuidadosamente progreso temporal y crecimiento del
reino de Cristo, sin embargo, el primero, en cuanto puede
contribuir a ordenar mejor la sociedad humana, interesa en
gran medida al reino de Dios» (n. 39). Los términos em-
pleados son voluntariamente generales, dejando margen a
conocido no sOlo por razones de hecho, sino también por razones de derechm>:
, L'avenir de la théologie: NRT l (1971) 4.
LIBERACION Y SALVACION 227
El texto continua:
sa La relaci6n que Ariccia (n. 50) erige entre creacién y redenci6n, dio
lugar en un primer momento a un texto asi modificado: «Aunque en la presente
economia el orden de la rcdencién encierre en si el orden de la creaci6n, y la
historia de los hornbres esté irnplicada profundarnente en la historia de la salva-
ci6n, esta inclusi6n, sin embargo, de ninglin modo destruye el orden de la
creaci6n, sino que, md's bien, Io eleva, manteniéndole en su dignidad». Y de en-
mienda en enmienda se Ileg6 a Ja redacci6n definitiva: «Aunque el mismo Dbs
230 FE Y HOMBRE NUEVO
3. Cristo liberador
Hay mas, esta optica - y esto es de suma importan-
cia- nos abre en forma insospechada a la problematica
del pecado. En efecto, una situacion de injusticia no es
una casualidad, no es algo marcado por un sino fatai: hay
detn1s de ella una responsabilidad humana. Los profetas
supieron decido con claridad y energia, y los redescubri-
mos ahora. Por eso la conferencia de Medellin califìca
el estado de cosas existente en América latina como
<mna situacion de pecado», como «un rechazo al Sefior» 94 •
Esta califìcacion, en su globalidad y hondura, no es
solo una crftica a abusoS' individuales de aquellos que
gozan de mayor poder en ese orden social; es una puesta
en cuestion de sus usos, es decir un repudio de todo el
sistema imperante, al que pertenece la propia iglesia.
Estamos lejos ad, por consiguiente, del optimismo
ingenuo que no da al pecado el lugar que le corresponde
en la trama historica de la humanidad. Ésta era la critica,
como se recuerda, que se bacia al esquema de Ariccia, y
que se repite con frecuencia respecto de Teilhard de Char-
din, y de toda entusiasta teologia del progreso humano.
Pero no se trata, en la perspectiva liberadora, del pecado
como realidad individuai, privada e intimista, afìrmada
justo lo necesario para necesitar una redencion «espiri-
tua!», que no cuestiona el orden en que vivimos. Se trata
del pecado como hecho soda!, historico, ausencia de fra-
fremdung) de Hegel: cf. G. GOTTIER, L'.atbéisme du jeune Marx. Paris 1959, 34-
43; y A. CHAPELLE, Hegel et la religion. Annexes: l«s textes théologiques de
Hege!. Paris 1967, 99-125.
97 Cf. Ch. DuQuoc, Qu'est-ce que le salut?, 101-102.
98 Sin sobrestimar su alcance, es interesante recordar aqu{ la comparaci6n
que Marx establece entre pecado y propiedad privada de los medios de produc-
cién, es debido a ésta que el trabajador ~separado, alienado, del fruto de su
trabajo: «Esta acumulaci6n primitiva - escribe Marx - juega en la economia
po!ftica, mas o menos el mismo papel que el pecado originai en la teologia. Adan
mordié la manzana y he aqul que el pecado hizo su entrada en el mundm>: Das
Kapital I. Berlin 1969, 741
238 FE Y HOMBRE NUEVO
16
10
ENCUENTRO CON DIOS
EN LA HISTORIA
I
LA HUMANIDAD: TEMPLO DE DIOS
seglln los tesumon10s blbltcos, no se htzo duectamente como una teofanla, smo
mduectamente por actos htst6ricos de Dws» W PANNENBERG, Offenbarung als
Gescbtcbte Gottmgen 1961, 91
• A Dumas escrtbe, mspuandose en Bonhoeffer «El espacw de Dtos es el
mundo, el secreto del mundo la presencta escond1da de Dwa Jesucnsto es la
estructuract6n de este espacw y el nombre de este secreto» Une tbéologte de la
realtté Genève 1968, 182
ENCUf.NTRO CON DIOS EN LA HISTORIA 245
9 <<El tempio habtendo e]erctdo asf una funct6n de atracct6n que termma
en la cnstahzacton de tradtcwnes dtversas, se comprende que la p1edad haya
srdo determmada por el y haya gravltado en su orbita>> E ]ACOB, Theo!ogze de
l anCien testament, 210
1
11
° Cf el comentano de Y M CONGAR, o c, 35 71
Esto ha stdo observado con frecuencra cf por eJemplo, G T MONTAGNE,
Teologta btbltca de lo secular Santander 1969, 17
248 FE Y HOMBRE NUEVu
II
LA CONVERSI6N AL PR6JIMO
l. Conocer a Dios
es obrar la justicia
El antiguo testamento es claro sobre la estrecha rela-
ci6n que existe entre Dios y el pr6jimo. Esa relaci6n es lo
propio del Dios de la Biblia. Despreciar al pr6jimo (Prov
14, 21 ), explotar al jornalero humilde y pobre, no pagar
el salario a tiempo es ofender a Dios:
l
huérfano sostiene. Ama Yahvé a los justos, pero el camino
H Cf. sobre este tema el excelente estudio de S. MOWINCKEL, Die Erken·
ntnis Gol/es bei den alltestamentlicben Propheten. Osio 1941.
ENCUENTRO CON DIOS EN LA HISTORIA 253
2. Cristo en el pr6jimo
JesUs ha debtdo usar el verbo arameo 'abad que stgmfica al mtsmo ttempo «hacer»
v <<servu'> c1tado por P BONNARD, o c , 366
l
ENCUENTRO CON DIOS EN LA HISTORIA 257
33 Cf. J. ALFARO, Hacia una teologia del progreso humano. Barcelona 1969,
114.
a.< Homilfa del 7 de diciembre de 1965 en Juan XXIII y Pablo VI explican el
concilio. Bilbao 1967, 322. A proposito de Miq 6, 8, A. Ge!in escribe: «No cabe
duda de que la expresi6n est3 orientada al amor fraterno. En el antiguo testa-
mento se prepara ya la formula de Gal 5, 14: amando a los hermanos se Ilega
a Dios»: La sainteté de l'homme selon l'ancien testament: BUC 19 (1957) 45.
262 FE Y HOMBRE NUEVO
' 3 Cf. Jgualmente J. CARDONNFL, Dteu et l'urgence des masses Esprit (1968)
661-676: li. Assmann piensa que en un mundo <<que se sociahza cada vez m.ls
somos llamados a retomar el pnmado biblico del pueblo sobre el individuO>>:
Fe y promoct6n humana PD 36 (1969) 181.
ENCUENTRO CON DIOS EN LA HISTORIA 265
III
UNA ESPIRITUALIDAD DE LA LIBERACION
'7 Basta leer a Camila Torres o Néstor Paz Zamora (para no citar sino a
dos que han dejado alga escrito) para convencerse de ello. Mal harian los te61ogos,
chocados por ciertas defi.ciencias de expresi6n, en desentenderse de estos esfuerzos
por desentrafiar lo que la palabra del Sefior dice al hombre en el contexto
latinoamericano.
•• A. Gaete bada notar, hace poco, la necesidad de una «espiritualidad de
la liberacion>>: De/inici6n e mde/inici6n de la iglesia en politica: Mensaje
(agosto 1970) 375. Cf. el intento de A. PAOLI, Dialogo de la liberaci6n. Buenos
Aires 1970. El poeta Ernesto Cardenal nos ofrece un conjunto de profundos Sa/mos
(Buenos Aires 1%9), que buscan y cantan la liberaci6n en medio de las formas
modernas de la opresi6n y de la eXPiotaci6n del hombre por el hombre. Cf. tam-
bién las interesantes consideraciones de G. Arroyo sobre las «comunidades rebel-
des»: Rebeldia cristiana y compromiso comunitario: Mensaje 167 (1968) 78-83.
ENCUENTRO CON DIOS EN LA HISTORIA 267
l
andar el camino hecho y empezar nuevamente. De nuestra
disponibilidad para hacerlo, de nuestra infancia espiritual
depende la fecundidad de nuestra conversion. Toda con-
version implica una ruptura, quererla hacer sin conflictos
es engafiarse y engafiar a los demas: «El que quiete a su
padre o a su madre mas que a mi, no es digno de mi».
ENCUENTRO CON DIOS EN LA HISTORIA 269
51
Si Vallejo tenia raz6n cuando decfa: «Dios mio, si hubieras sido hom-
bre, boy supieras ser Dxos~>, podrla igualmente afirmarse: «si hubieras sido Dios,
hoy supieras ser hombre».
272 FE Y HOMBRE NUEVO
"' Cf. infra, capltulo 13. «Mas aun -se dice en el Mensaje de los obispos
del tercer mundo -, los cristianos y sus pastores deben saber reconocer la mano
del Todopoderoso en los acontecimientos que, peri6dicamente, deponen a los
poderosos de sus tronos y elevan a los humi!des, devuelven a los ricos con las
manos vadas y Eacian a los hambrientos»: Signos, 22.
18
11
ESCATOLOGfA Y POLfTICA
public6 entre 1945 y 1955, y que desde su primer numero se propuso presentar
«una conccpci6n escatolOgica del cristianismo». Cf. al respecto, el estudio de
BERNARD BESRET) Incarnation ou eschatologie. Contribution à l'histoire du voca-
bulaire religieux contemporain 1935-1955. Paris 1964, 122-144. A proposito de
estas cuestiones R. Aubert apuntaba con ironfa y perspicacia: «(Encarnaci6n o
escatologia? c:Inmanencia o trascenJcncia? Inmanencia y trascendencia se ha res·
pondido. Y es muy exacto. Pero es mlls facil modificar una conjunci6n y hacer
desaparecer un signo de interrogacién que constituir el sistema equilibrarlo en
el que todos los elementos estén situados cn su debido lugar. Los teélogos de
boy estan ocupados en la con::.trùcci6n de ese sistema, pero es facil comprobar que
las canteras est<in todavfa abiertas»: La théologie catholzque au milieu du XXe.
siècle. Tournai-Paris 195~, 69-70. Y Io siguen cstando.
{.j Cf. supra, capitulo 9. Ver C. DuMONT, De trozs dimensions retrouvées
en théologie: eschato/ogie-orthopraxie-herméneutique: NRT (1970) 570. Uno de los
primeros esfuerzos por hacer ver, pero dentro de categorfas que hoy nos dice n
poco, la relaci6n entre escatologia y compromiso politico se halla en el articolo
de G. DIDIER, Escbatologie et engagement chrétien: NRT (1955) 3-14.
ESCATOLOGIA Y POLITICA 279
I
DAR RAZ6N DE LA ESPERANZA
l
23
ca reinterpretar el cristianismo a partir de la historia tomada como una totalidad.
(Sobre el pensamiento de Pannenberg cf. el buen artfculo de C. GEFFRÉ, La théo-
logie de l'histoire comme problème herméneutzque: W. Pannenberg: ETR l (1971)
13-27; I. BERTEN, Histotre, révélation et fot. Dialogue avec W. Pannenberg.
Bruxelles 1969. Estos autores dificren, sin embargo, en la mancra de concebir el
papel jugado por la resurrecc1én de Jeslls en la historia. Para Pannenberg «el fina!
de la historia ya est:i antiCiparlo en la resurrecci6n de Jeslls» (Oflenbarung als
Gescbzcbte~ 104), Moltmann le repUca que la resurrecci6n de Cristo es «el origen
de la vida de resurrecci6n de todos los creyentes» y que por consigmente «los
creyentes encontrarcln su futuro en él y no sOlo como él. Por ello los creyentes
esperan su propio futuro al esperar el futuro de Jeslls»: Teologia de la esperanza,
107; cf. 98·109.
24 Ibid, 23.
25 Ibzd., 22-23.
"" Ibid., liO.
21 Ibid.) 111.
ESCATOLOGIA Y POLITICA 283
l
ESCATOLOGIA Y POLITICA 285
36
Cf. las observaciones de P. Fontaine sobre las cuestiones planteadas por
el compromise poli ti co revolucionario para la v1da de fe en El revolucionario cris·
ttano y la fe. (Servicio de documentaci6n Miec·Jeci, serie l, documento 25.)
Montevideo 1970.
286 FE Y HOMBRE NUEVO
La pensée reltgzeuse du 1eune Hegel Louvem 1953, 166 167 En la obra de madu-
rez el amor no parece Jugar el mrsmo papel que en los textos de Juventud
cf A CHAPELLE, Hegel et la relzgzon II, 62 64 En las Lecczones sobre la filosofia
de la reltgzon, Hegel hablad., sm embargo, del amor como «el lazo sustanctal del
mundm> (traducCI6n francesa de J Gtbehn, Pans 1954, III parte, 216)
42 Cf L FEUERBACH, Manzfestes phtlosophzques Textes chos1s (1839 1845)
Pans 1960, 200 ~on conoctdas las lfneas finales de La esencza del crzstzantsmo
«Basta rnterrumptr el curso ordrnar10 y habttual de las cosas para atrtbmr a lo
ordinano una srgmficact6n que no es ordznarta a la v1da en tanto que tal una
szgnzficacton relzgwsa 1 Santo sea pues para nosotros el pan, santo sea el vmo,
pero santa tamb1en el agua' Amem> o c, 433 (subravado en el texto) Ttene ra
zon por ello ] P Oster cuando afirma que «Feuerbach no es urehgtoso smo
atem> Preface a «L'essence du cbrzsttantsnte», 65 Cf el excelente estud10 de
M XHAUFFLAIRE, Feuerbach et la tbéologze de la sécularzsatzon Par1s 1970
43 Cf K MARX, Czrcular contra Krzege (1846) en K MARX - F ENGELS,
Obras completas IV, 12 16 H Knege era un «comumsta senttmental», emtgrado
a Ios Estados Untdos, amtgo de W \XTetthng, una de las cabezas del «socialismo
verdadero» Sobre esta cotnente ver las duras pclgtnas que le dedica el mamfiesto
comuntsta (lbtd IV, 485 488) AI cmrcar esta tendenCla Marx esta en real1dad
crtttcando a Feuerbach «El verdadero soctahsmo '' con sus diterentes ramtficacw-
nes aparece como la creact6n mas autentica del pensamtento feuerbachtano»
H ARVON, Ludwtg Feuerbach ou la transformatzon du sacré Parts 1957, 114,
cf tambten M XHUFFLAIRE, o c, 189 211 Engels repeura vanas décadas después
estas crucas de Marx a Feuerbach y al «Soctahsmo verdadetm> en Ludwzg Feuer
bach y el fm de la ftlosofza clastca a/emana
" Ideologia a/emana, en K MARX - F ENGELS, o c III, 45 Y es que
como Xhaufflatte apunta acertadamente la mstauractoO de la «nueva rehgwn»
es, seguo Feuerbach, la «.IJraxiS>> que transformara al mundo, para él es necesar10
<cambiar las mentahdades an t es de reestructurar el mundo>> o c , 209.
288 FE Y HOMBRE NUEVO
II
LA DIMENSI6N POLfTICA DEL EVANGELIO
capita! para la reflexi6n teologica: cf. el trabajo que con J. Moltmann y W. Oelmu-
ller ha publicado recientemente: Kzrche im Prozess der Aufkliirung. Aspekte einer
neuen politischen Theologie. Mainz-Munchen 1970.
19
290 FE Y HOMBRE NUEVO
80 Habrfa que evitar, también, que la nueva teolog{a politica pueda con-
82 Cf. R. EISLER, The Messiah Jesus and John the Baptist, 1931, que hace
de Jesus un zelote. S. G. F. BRANDON, The Fa/l of Jerusa/en and the Christian
Church. Manchester 1951, no va basta ese extremo pero subraya con vigor los
vlncujos de Jesus con el movimiento zelote. O. Cullmann analiza perspicaz y acu-
ciosamente la cuesti6n en Dieu et César. Neuchlìtel 1956. Las actuales preo-
cupaciones de orden politico han hecho retomar con nuevo brfo el asunto:
cf. M. HENGEL, Die Ze/oten. Koln 1961; S. G. F. BRANDON, Jesus and the
Zea/ots. Manchester 167 (el autor piensa que los evangelios - en especial el de
Marcos- tienen tendencia a despolitizar la vida de Jesus); y los recientes trabajos
de O. CULLMANN, Jésus et /es révolutinnaires de son temps. Neuchàttel 1970; de
M. liENGEL, War ]esus Revo/utionaer? Stuttgart 1970; y de G. CRESPY, Recherche
sur la signtftcation po/ztique de la mort du Christ: LV 101 (1971) 89-109, y
S. G. F. BRANDON, Jesus and the Zea/ots, 203-205.
300 FE Y HOMBRE NUEVO
xima llegada del reino que debia terminar con esa situa-
Clon. Cullmann ha probado que algunos de los disdpulos
directos de J esus fu ero n zelotes o tuvieron alguna afinidad
con ellos y concluye su estudio afirmando:
Uno de los doce, a saber Sim6n Zelote, perteneda ciertamente
a los zelotes; probablemente, también otros como Judas Isca-
riote y Pedro, y quiza, los hiJOS de Zebedeo 83.
III
FE, UTOP.fA Y ACCI6N POL.fTICA
112 J. C. Mariategui proponfa por eso, con ci erta ironfa, «no clasificar mas
124 L'acte de ero tre , 25 L.b teologi<ls de la re\ o1uc:ton y de la. vmlcneta
no eo;;capan a ese pel1gro ~l en un momento dado pud1eron presentar un cterto
atracttvo es porque futron 5-U uttl mtento por romper con la concepcwn de una
te espontaneamente ltgada al orden esrableCido (d la pre~entacton del tema de
\l PEce H MAURD, EsqutSse pour tme theologre de la n wlutron PM 39 [ 1967]
629 662 y Jos ya caados trabaJO> de R Shaull) Pero cl enfoque tendi a f:icJlmente
J empequefiecer la prob1em.itH..a teoJ6gJca y polJtlca, corrJa tambzen - mas alla
de la mtenc~on de sus tmctadores- el nesgo de «bautt7at», y a la larga frenar
la revoluct6n y la cor.travwlencta proporcxonando una Ideologia cristiana ad hoc
y descmdando el ntveJ de an3hsis pohttco en que se Juegan, en pnmer lugar, esas
opcwnes Por todo ello estamos leJOS de la teologfa de la revoluc16n Nuestro
esfuerzo de reflexwn teologtca se mueve en otro cuadro de referenCias.
J
ESCATOLOGIA Y POLITICA 31/
l
en la acttvtdad econ6mtca, al estfmulo moral <<senttdo del deber, nueva conctencta
revoluctonana», en desmedro del estfmulo matertal «rezago del pasado», que
«vtene del capttaltsmo» y que «no partlctpara cn la soctedad nueva»
318 FE Y HOMBRE NUEVO
es doble «De un lado, afirmar a la humamdad como una totaltdad, de otro Iado,
afirmar a Li persona como una smgulartdad», el pruner aspecto es «Cl hortzonte
de todos nuesuos debates <;obre la destgualdad en el mundo>>, el segundo a'>pecto
e~ trnportante «freme al anommato v Ia deshumamzactOn de las relacwne!> entn.·
mdlVtduos en el seno de la soctedad mdliStrtah tbtd , 90 91 En un seno do
~emeJante P Blanquart ptensa que la utopia «Constttutlva de la raz6n de nuestra
epoca~> puede expresarse en la fOrmula «el desarrollo mtegral y sohdano de todo
el hombre y de todos los hombres>> (L acte de crozre , 22), que detalla la nouon
utoptca de aproptact6n, fundamento de <<la Umca accHSn realmente revolunonana
que frente a un sistema umco y dJverstficado, no pueJe ser ~mo total y multttorme,
es deca a ]J. vcz unl\ersal (contra la e'\.plotaCI6n destgualdades, InJustictas, segrL·
gaetones) e integrai o muludimensiOnal (contra la deshumamzac16n) lbzd 21
ESCATOLOGIA Y POLITICA 319
COMUNIDAD CRISTIANA
Y NUEVA SOCIEDAD
21
322 COMUNIDAD CRISTIANA Y NUEVA SOCIEDAD
I
SACRAMENTO UNIVERSAL DE SALVACION
6 Ambrosia de Milan eJ<presa con toda claridad esa idea: «Donde la presen- .
2. Sacramento y signo
Gracias al proceso resefiado, el Vaticano n pudo sen-
tar los lineamientos de una nueva perspectiva eclesiol6gica.
Y lo hizo casi sorpresivamente al hablar de la iglesia como
de un sacramento 12 • Se trata, a no dudarlo, de uno de los
aportes mas importantes y permanentes del concilio 13 •
La noci6n de sacramento permite, en efecto, pensar a la
iglesia en el horizonte de la obra salvH:ìca y en términos
radicalmente distintos a los de un enfoque eclesiocentrista.
El propio concilio no logr6 situarse enteramente en esta
linea; muchos de sus textos revelan todavia la carga de
una pesada herencia y sefialan timidamente la puerta por
la que se podria salir, sin llegar siempre a hacerlo, de este
repliegue de la iglesia sobre si misma. Pero lo que importa
subrayar es que en el seno mismo de un concilio sobre el
que gravitaba aun una problematica eclesiocéntrica, sur-
gieran los elementos nuevos que debian permitir una reile-
xi6n en ruptura con dicha problematica y mas acorde con
las verdaderas cuestiones que se plantean hoy a la fe
cristiana 14 •
12 Los textos mas Importantes al respecto son LG l y 48 Cf tambien LG 9'
GS 45, SC 5 y 26, ver 1gualmente LG 59, AG 9
IJ ~El hao mas importante del Vaucano II en el campa de la teologia
dogm<ittca, en nuestta optmén, es haber destgnado a la tglesta como "sacramento",
es dectr como s1gno vtstble de la salvacton por med10 del Esptntu Santo envtado
por Cnsto» H MUHLEN, Das Verhaltnzs zwtschen Inkarnatzon und Krrche m
den Aussagen des Vattcanum II TG 55 (1965) 171 K Rahner dice que el cns
tlano de mafiana estudtando la htstona del conctho «se asombr:ara al comprobar
que tales palabras hayan podtdo ser pronunCiadas sm que parezca que se haya perct
bido todo lo que ellas podian sigmficar Sacramentum salutls tot!US mundi
1stgno de salvacwn para el mundo entero' Chretzens de demazn Bruxelles 1965, 10
Afios antes del conCiho O Semmelroth habia dedicado un ampho estud10 a este
tema Dte Ktrche als Ursakrament Frankfurt 1953, y el mismo Rahner habfa apor
tado una valwsa contnbuCion La zglesta y los sacramentos Barcelona 1964 No
obstante, este enfoque no recogta el sufrag10 de todos los teologos, se temta que
esto llevara a «reducu la eclestologfa al estudw de los elementos exterwres»
] HAMER, La zglesta es una comumon Barcelona 1965, 84, el punto es tratado
en 83 86
1< Cf J B METZ, Teologza del mundo Sfgueme, Salamanca 21971, 105, y
19
Cf. H. MUHLEN, L'Esprtt dans l'église II. Paris 1%9, 84-114; P. SMUL·
DERS, La iglesia como sacramento de salvact6n, en La tglesia del Vaticano II I.
Barcelona 1966, 377-400; y E. SCHILLEBEECKX, La misi6n de la iglesta. Sigueme,
Sa!amanca 1971, 61-71.
334 COMUNIDAD CRISTIANA Y NUEVA SOCIEDAD
mJCos al mtenor de un umco destgmo salviflco como dos etapa.!:. o dos uempos»
A LIEGE, Fglzse de ]esus Chnst, 164 «La reiac16n deciSiva entre la tglesta y el
mundo no es espaCial smo temporal» J MET7, Teologza del mundo, 121.
G Martelet, en una 6ptiCa algo dtferente, hab1a Jntentado ya una fecunda
remrerpretacJon de la dtstlnCI6n temporal esp1ntual, seglln la Lumen gentzum
La zglesza r lo temporal haua una nueva concepct6n en La zgleSia del Vatr-
cano li I, 559 577 Cf tambren L GERA, La zglew 1 el mundo, en La tglesza y
el paiS Buenos A1res 1967, 9 19
!!3 «La Iglesta vtve stempre st ld entendemos correctamente, de la proclama
cH:Sn de su propta provtswnaltdad y de su suspenst6n htst6ncamente progrestva cn
el remo de Dws que .;;e aproxtma» K RAHNER, Jglesta y parusza de Crtsto, en
tsuttos de teo/ogta VI Madnd 1969, 341
336 COMUNIDAD CRISTIANA Y NUEVA SOClEDAD
II
EUCARISTIA Y FRATERNIDAD HUMANA
2i Dzo e «colut que verrà» Per una nuova tmmagme dt Dto del mondo
secolanzzato, en la obra colecttva Processo alla reltgzone Roma 1968, 151
25 Éxodo y ahanza forman una umdad El Dtos que establece la ahanza es
el mtsmo que saco a Israel <<de la tterra de Egtpto, de la casa de servtdumbre»
(Éx 20, 2, Dt 5, 6), y como hemos temdo ocaS16n de recordarlo antes (cf supra,
capltulo 9), esta hberacton es un acto poli'uco, a partir de ella puede m-
terpretarse correctamente la sigmficaci6n del éxodo y de la ahanza que son
celebrados en la cena pascual J Blenkmsopp puede escnbu por eso, que gra
ctas al "me}or conoctmtento de la dtmens16n polftu:a de la fe del prtmittvo
lsrael, los estudwsos no estan ya tan tnchnados a aceptar la separact6n entre
trad!ctones de la allanza y bendictones del éxodo, segun lo proponfa G von Rad»,
y contlnua <~El acontectmtento fundac10cqal com1enza con una comun1dad en
una situaCI6n econ6mtca y polfuca mtolerable y se refiere en prtmer lugar a la
salvac10n economica y politica de aquélla Yahvé los sac6 de alli» Ob,etzvo y
profundtdad del exodo en Déutero Isatas 40 45 Conc1hum 20 (1966) 397 398
338 COMUNIDAD CRISTIANA Y NUEV A SOCIEDAD
l
supone la abolici6n de toda injusticia y expoliaci6n. Esto
se expresa ya en el hecho de que la eucaristia haya sido
instituida en el curso de una cena. Para los judfos la
comida en comun era un signo de fraternidad, ligaba a los ~
comensales en una especie de pacto sagrado. Por otra
parte, el pan y el vino son signos de fraternidad que evo-
can al mismo tiempo el don de la creaci6n, la materia de
la eucaristia lleva en ella misma esta referencia recordando
que la fraternidad se arraìga en la voluntad de Dìos de
dar a todos los hombres los bienes de esta tierra para
que ellos construyan un mundo mas humano 27 • El evan-
gelio de Juan que no trae el relato de la instituci6n euca-
ristica refuerza esta idea sustituyéndola por el episodio
del lavado de los pies, gesto de servicio, de amor y de
fratermdad. Ese reemplazo es significativo: Juan parece
ver en ese hecho el sentido profundo de la celebraci6n
eucaristica cuya instituci6n no narra 28 • La eucaristia apa-
rece pues inseparablemente ligada a la creaci6n y, en defi-
nitiva, a la construcci6n de una real fraternidad humana.
La referencia a la comunidad no representa por lo tanto una
s1mple consecuenc1a, una d1mensi6n adventicia, un segundo
mvel de un rlto que seria en primer lugar y ante todo md!-
vidual, como lo es la manducac16n pura y simple. De inicio,
s1 se le ve en el contexto humano de la cena tal como se le
2. Denuncia y anuncio
La primera tarea de la iglesia, dedamos, es celebrar
con alegria la accion salvifica del Seiior en la historia.
En la creaci6n de la fraternidad humana implicada y sig-
nificada en esa celebraci6n, la iglesia - tomada en su con-
junto- juega un papel propio, pero que vada segun las
circunstancias hist6ricas.
En América latina, ser iglesia hoy quiete decit tornar
una clara posici6n respecto de la actual situaci6n de injus-
ticia social y del proceso revolucionario que procura abo-
lirla y forjar un orden mas humano. El primer paso con-
sistita en reconocer que en realidad una postura ya esta
tomada: la iglesia se halla vinculada al sistema social
vigente. Ella contribuye en muchos lugares, a crear «un
orden cristiano» y a dar un cierto caracter sagrado a una
situaci6n alienante y a la peor de las violencias: la de los
poderosos contra los débiles. La protecci6n que recibe de
la clase social usufructuaria y defensora de la sociedad
capitalista imperante en Latinoamérica, ha hecho de la
iglesia institucional una pieza del sistema, y del mensaje
cristiano un componente de la ideologia dominante 35 •
T odo pretendido apoliticismo - caballo de batalla recién
adquirido por los sectores conservadores - no es sino
un subterfugio para poder dejar las cosas como estan 36 •
recientemente que «toda acci6n humana tiene una dimensi6n sociopolitica insos-
layablc:. La predicaci6n y el testimonio evangélicos, sin entrar en aspectos téc-
nicos o partidarios de la actividad politica, tienen una banda carga humana y
transform~tdora de la sociedad al promover el establecimiento de una real justi-
cia entre Jos hombres»: Comunicarlo del 13 de mayo de 1971 en <<El Comercio»
(Lima) 14 de mayo de 1971, 10.
M Las obsetvadones que bada A. van Leeuwen, en unas conferencias pro-
nunciadas en Bu.,nos Aires, sobre la pérdida de la influencia del cristianismo en
el esplritu revolucionario de occidente (Desarrollo y revoluci6n. Buenos Aires
1%7, 155), no son enteramente validas para América latina.
38 Se trata de un asunto polémico en América latina: cl. supra, capltulo 8;
y H. AssMANN, Teologia de la liberaci6n. Montevidoo 1970, 44-45.
344 COMUNIDAD CRISTIANA Y NUEVA SOCIEDAD
•• En este servicio la iglesia, incluso las grupos que dentro de ella puedan
considerarse de vanguardia, deber3n evitar retroceder bacia toda forma de me-
sianismo polftico-religioso, cuyo peligro sefial:ibamos al terminar el capitulo
precedente. Consciente de su responsabilidad en estas cuestiones, la iglesia debe
igualmente serlo de los lfmites de su acci6n. Como apunta oportunamente Héctor
Borrat: «cada palabra, cada gesto suyo que se parezca a un "pronunciamiento"
en materia politica tiene el peso y la presumible objetividad de una institucion
que, por su propia naturaleza, no puede pretender el poder; pero también la
flaqueza de aquello que por sf mismo no puede encontrar su realizacion piena ..
La iglesia no es alternativa de poder, pero no por ello deja de ser participe del
proceso politico»: éLa iglesia para qué?: es 1970 (primera entrega) 13 y 18.
IGLESIA: SACRAMENTO DE LA HISTORIA 345
3. Fraternidad cristiana
y lucha de clases
La fraternidad humana, que tiene como fundamento
ultimo nuestra situacion de hijos de Dios, se construye en
la historia. Esta historia presenta hoy caracteres conflic-
tuales que parecen oponerse a tal construccion. Entre esos
rasgos hay uno que ocupa un lugar centrai: la division
de la humanidad en opresores y oprimidos, en propieta-
' 7 Lucro GERA, Reflexion teologica, en Sacerdotes para el tercer mundo.
Buenos Aires 1970, 141. El texto afirma mas adelante: «La profeda, asl como
desacraliza rodo lugar, tempio, raza o naci6n, asl también desacraliza todo
tiempo y no erige en rea!izaci6n fina! y definitiva a ning1ln imperio que su-
cede a otro, a ningUn grado de civilizaci6n, por mas judla o cristiana que
sea, a ningUn sistema polltico, econOmico o sodal»: ibid 142.J
23
354 COMUNIDAD CRISTIANA Y NUEVA SOCIEDAD
1 Las p3.ginas que siguen resumen, con algunos retoques y, sobre todo,
con una bibliografia puesta al dia, una serie de clases dadas en la universidad
de Montreal, en julio de 1967, sobre L'église et les problèmes de la pauvreté
364 COMUNIDAD CRISTIANA Y NUEV A SOCIEDAD
I
AMBIGDEDADES DEL TÉRMINO POBREZA
7 «Las tncerudumbres respecto de la pobreza son tal es, hoy, que es nece-
sano retomar la cuest16n desde el prmciplO» A HAYEN - P R REGAMEY, Un~
anthropologze chrétzenne, en Eglzse et pauvreté Par1s 1965, 83
366 COMUNIDAD CRISTIANA Y NUEV A SOCIEDAD
II
SIGNIFICACI6N BfBLICA DE LA POBREZA
24
370 COMUNIDAD CRISTIANA Y NUEVA SOCIEDAD
GE, Pauvre, en SDB. Paris 1%2, fase. 37, col. 387-406. Ver también J. DuPONT,
Les béatitudes II. Paris 1969, 19-34; y F. HAUCK - E. BAMMEL, Ptoi6s, en
KrTTEL, Theologische Worterbuch zum Neuen Testament VI: Lieferung l (Bagen
1-4), 885-915. ]. M. LrAFio, Los pobres en el antiguo testamento: EB xxv (1966)
162-167.
13 Rash es utilizado 21 veces en el antigua testamento, en particular en
el libro de Jos Proverbios.
H A. GELIN, o. c., 19.
15 EbyOn es usado 61 veces en el antigua testamento, sobre todo en las
sa1mos y los profetas.a. P. HuMBERT, Le mot bib/ique eby6n: Revile d'histoire et
de Philo. Relig. (1952) 1-6.
16 Dal es empieado 48 veces en el antiguo testamento en especial en 1os
Asi dice Yahvé: jPor los tres crfmenes de lsrael y por los
cuatro, seré inflexible! Porque venden al justo por dinero y
al pobre por un par de sandalias; los que pisan la cabeza de
los débiles, y el camino de los humildes tuercen! ... (Am
2, 6-7).
20 ~Para Ios profetas la pobreza no fue nunca una cosa neutra. Cuando
hablaban de ella, era para protestar contra la opresi6n y la injusticia de los
ricos y de Ios poderosos. Es, pues, norma! que se sirvan de expresiones que son
aptas para designar sus movimientos de alma»: VAN DER PLo:EG, Les pauvres
d'Israi'l et leur piété: Oudtestamentische Studien VII (1950) 258; citado por
A. GELIN, o. c., 19.
372 COMUNIDAD CRISTIANA Y NUEVA SOCIEDAD
26
A. GELIN, o. c' 14.
"' Cf. G. VON RAn, Teologia del antzguo testamento I. Sfgueme Salamanca
1972, 189-204 y C SPICQ, Dzeu et l'homme selon le nouveau testament Parts
1961, 179-213.
POBREZA: SOLIDARIDAD Y PROTESTA 375
33 A. GELIN, 0.-1:.;.29.
M «Expresando primero una realidad sociol6gica, han expresado un dla
una actitud espiritual»: A. GELIN, o. c., 28. Algo semejante ocurre con el término
justicia, Que inicialmente designa en la Biblia una s1tuad6n social y se enriquece
- sin perder su significaci6n originai- poco a poco con un sentido espiritual:
justicia como sinOnimo de santidad.
POBREZA: SOLIDARIDAD Y PROTESTA 377
l
38 J Dupont (Les béatttudes le problème ltttératre, le message doctnnal
do- serfan btenaventuradOS porque en ellos surgen mas facilmente Ciertas dtspo 4
7, 22; 14, 13.21; 16, 22.22; 18, 22; 19, 8; 21, 3. El sentido que acabamos de re-
cardar aparece con daridad si se tiene en cuenta el contexto en que esa expresi6n
es empleada. De otro !ado, las tres rrimeras bienaventuranzas forman en Lucas,
un bloque que debe ser interpretado globalmente. Ahora bien, los «afligidos• y
«hambrientos» designan realidades muy concretas y no son susceptibles de espiri-
tualizaci6n: d. ]. DUPONT, Les béaliludes (1%9) 49-51 y 139.
' 3 Cf. supra, capitulo 9.
POBREZA: SOLIDARIDAD Y PROTESTA 381
3. Ensayo de sintesis:
solidaridad y protesta
25
386 COMUNIDAD CRISTIANA Y NUEVA SOCIEDAD
Engels, F.: 280, 287, 355 George, A.: 302, 304 369 377
Evely, L.: 24 379 ' ' '
Eyt, P.: 77 Gera, L.: 102 136 335 352
361 ' ' ' '
Paletto, E.: 114, 116, 117, 120 Gerassi, J.: 59
Fals Borda, 0.: 123, 127, 140, Giannotti, J. A.: 130
143,309 Gibelin, J.: 56 287
Fanon, F.: 60, 210 Gilbert, V.: 1J3
Feil, E.: 74, 277 Gilleman, G.: 27
Fellini, F.: 260 Gilson, E.: 54
Féret, H.: 268 Giménez, G.: 138
Fesquet, H.: 136 Girardi, J.: 32, 74 349 356
357 ' ' '
Fessard, G.: 28
Feuerbach, L.: 279, 280, 286, Giuliani, M.: 28
Gogarten, F. E.: 99, 100
287, 288 Goldmann, L.: 59
Feuillet, A.: 208,209
Fleet, M.: 137 G6mez de Souza, L. A.: 133
Fontaine, P.: 285 Gonzalez Casanova, P.: 123 128
Franco, J. P.: 50, 120 Gonzalez Ruiz, J. M.: 143,' 236,
Fragoso, A.: 146, 223, 225 243,265,270,369,375
Frank, A. G.: 116, 119, 234 Gott, R.: 128
Freire, P.: 132, 133, 276, 311, Gottier, G.: 237
Grabner-Heider, A.: 249 307
312, 315 Gramsci, A.: 21, 37 '
Freud, S.: 58, 59, 60
Gregorio Nacianceno: 327
Freyssinet, J.: 45 Grelot, P.: 200,221,223
Friedrich, G.: 211
Gross, G.: 262
Frings, J.: 229 Guardini, R.: 24
Furtado, C.: 116, 118, 121
Furter, P.: 311 Guillet, J.: 308
Guitard, 0.: 47
Guzman, G.: 143
Gabas Pallas, R.: 215
Gaete, A.: 266 Habermas, J.: 291
Galilea, S.: 102, 322, 348 Hamer, J.: 89, 331
Gall, N.: 147 Hamilton, W.: 288
Gamper, A.: 202 Haring, B.: 27
Ganne, P.: 377 Hauptmann, P.: 227
Gaote, A.: 139 Hauck, F.: 370
'Garaudy, R.: 32, 49, 292 Hayen, A.: 365, 368
Garda, A.· 115 Hegel, W. Fr.: 35, 55, 56, 57, 59,
Garda Cordero, M.: 222 60, 126, 184, 237, 286, 287,
Garrone, G.: 230 291,292
Gauthier, P.: 364 Heidegger, M.: 292
Geffré, C.: 282, 289 Heisemberg: 54
Gelin, A.: 207, 212, 213, 218, Hengel, M.: 299
261, 369, 370, 371, 372, 374, Héring, J.: 261
375, 376, 378, 379 Herrera, F.: 116
Gellinck, J. de: 23 Hinkelammert, F.: 122, 314
392 INDICE DE NOMBRES
Siglas . . . 13
Introducci6n 15
I
TEOLOGfA Y LIBERACI6N
l. TEOLOGIA: REFLEXI6N CRITICA . 21
I. Las tareas clasicas de la teologia . 22
l. La teologia como sabidur!a . . 23
2. La teologia como saber racional 24
Il. La teologia como reflexi6n critica sobre la praxis 26
l. La praxis hist6rica 27
2. Reflexi6n critica 34
2. LIBERACI6N Y DESARROLLO . 43
I.La noci6n de desarrollo . 45
l. Origen 45
2. Enfoques 47
IL El proceso de liberaci6n . 50
l. De la critica al desarrollismo a la revoluci6n
social . . . . . . . . . . . . 50
2. El hombre, agente de su propio destino . 52
3. El tema de la liberaci6n en una perspectiva
teologica . . . . . . . 62
Il
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
3. EL PROBLEMA 73
4. DIFERENTES RESPUESTAS 83
I. La mentalidad de cristiandad . 83
398 INDICE GENERAL
III
LA OPCION DE LA IGLESIA LATINOAMERICANA
6. EL PROCESO DE LIBERACI6N EN A.MÉRICA LA'riNA . . . 113
I. Una nueva conciencia de la realidad latinoame-
ricana . . . . . . 113
l. La década del desarrollismo 114
2. La teoria de la dependencia 118
II. El movimiento de la liberaci6n 126
7. LA IGLESIA EN EL PROCESO DE LIBERACIÒN . 135
I. Compromiso de los cristianos . 137
l. Laicos . . . . . . . 137
2. Sacerdotes y religiosos . . 141
· 3. Obispos . . . . 146
II. Declaraciones e intentos de r~fl.exi6n 147
l. Hacia una transformaci6n de la realidad là-
tinoamericana . . . . . . . . . . . 148
2. Una nueva presencia de la iglesia en Arné-
rica latina 162
8. PROBLEMATICA . 173
IV
PERSPECTIVAS
Primera Secci6n: FE Y HOMBRE NUEVO