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Unidad Número 9

Actos de impugnación. Los recursos ordinarios. Procedimiento

1. Concepto de medio de impugnación


2. Medio de gravamen
3. Clasificación de los medios de impugnación según el tipo de error
4. Concepto de recurso
5. Recurso de revocatoria
6. Recurso de aclaratoria
7. Recurso de apelación. Concepto. Requisitos. Limitaciones
8. Concepto de modo o forma de concesión
9. Apelación libre y en relación. Efecto diferido
10. Efectos del recurso de apelación
11. El procedimiento del recurso en relación

Manual de Procesal Civil y Comercial 2020

Autor: Rodríguez Saiach Luis Armando

Link de Editorial Estudio http://digital.editorialestudio.com.ar

 Tipo

Publicación digital

 ISBN

978-950-897-633-8

 Páginas 960

 Fecha de publicación ene. 2020

 Edición 2020

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1. Concepto de medio de impugnación

La doctrina italiana ha elaborado, desde hace mucho tiempo, un completo estudio


acerca de los medios de impugnación, es decir, de todas las vías de ataque que
puedan tenerse para modificar una resolución judicial que no es perjudicial.
En realidad, el medio de impugnación ataca la validez de la sentencia y en
definitiva, decide si la misma debe ser anulada o continua teniendo validez como modo
de hetero-composición de la litis.
En cambio, el medio de gravamen es mucho mas limitado, y se refiere a la
posibilidad de remediar el error de juicio que puede cometer un juez al sentenciar.
El medio de gravamen nace como un instituto de naturaleza exclusivamente
procesal, dirigido a remediar la posibilidad de que el error de juicio cometido por el
juez, pueda dar lugar a una sentencia injusta.
Medio de gravamen típico es el recurso, principalmente la apelación, que ha sido
definido por Chiovenda como el medio para pasar del primero al segundo grado de la
jurisdicción.
En consecuencia, sólo para dar un concepto sintetizador, los medios de impugnación
en general sirven para atacar un negocio jurídico o una sentencia, tienen una amplitud
mayor, hacen a la validez del acto. En cambio el medio de gravamen, mucho más
puntual, es una herramienta procesal que sirve para evitar que se perfeccione una
situación jurídica, por ejemplo una sentencia recurrida.

2. Medio de gravamen

La resolución o sentencia sujeta a gravamen está sujeta a una carga, concepto


típico del derecho procesal ya estudiado en las anteriores lecciones de este Manual. Por
eso, se habla de sentencia sujeta a gravamen o de sentencia sujeta a cargas, es decir,
una resolución que está condicionada a la carga de cuestionar la misma mediante la
utilización de un medio de gravamen.
Se ha distinguido el error in procedendo del error in judicando. Se cometen errores
en la actividad cuando se avanza el procedimiento, errores por inobservancia de las
formas, estos errores se corrigen con las nulidades. Existen errores de razonamiento,
que sólo los comete el juez al juzgar y que se corrigen con los recursos. A pesar de las
críticas nos parece todavía fecunda esta distinción.

3. Clasificación de los medios de impugnación según el tipo de error

Los medios de impugnación se clasifican teniendo en cuenta los errores que tienden
a corregir. Es así, que los medios de impugnación se dividen en los referidos a
remediar los vicios de actividad o errores de construcción, in procedendo y los que
tienden a corregir los errores al razonar, al juzgar, in iudicando.

• Vías de impugnación de los vicios o errores de procedimiento


A su vez, las vías para remediar los errores de procedimiento son cuatro, a saber:
Incidente, Recurso de Nulidad, Excepción, y Acción de nulidad.

• Los recursos
Por otra parte, los errores de razonamiento pueden modificarse o corregirse
mediante los recursos, los que se dividen en: Ordinarios, Extraordinarios y Auxiliares.
Dentro de los recursos ordinarios tenemos la Revocatoria, Reposición o en algún
caso Reconsideración, la Aclaratoria, la Apelación. También, la Consulta, en Nación, y,
con una menor importancia, amen de la reconsideración ya señalada, la reposición in
extremis y el recurso de nulidad, absorbido por el de apelación (artículo 253 del CPCCN
y CPCCBA).
Por otra parte, los recursos extraordinarios, en atención a la organización federal,
pueden dividirse en federales y locales.
El recurso extraordinario federal, previsto por el artículo 14 de la ley 48, es
consecuencia de nuestra organización federal. También está el per saltum previsto por
la ley 26.7901.
En la provincia de Buenos Aires hay previstos por la Constitución provincial de 1994
(artículo 161), tres recursos, el de inaplicabilidad de la ley o doctrina legal, el de
nulidad extraordinario o extraordinario de nulidad por vicios de la sentencia, violación
de las mayorías decisorias, falta de fundamentación legal, o violación de la forma de
voto individual, y el de inconstitucionalidad.

1
RECURSO EXTRAORDINARIO POR SALTO DE INSTANCIA Artículo 257 bis: Procederá el recurso
extraordinario ante la Corte Suprema prescindiendo del recaudo del tribunal superior, en aquellas causas de
competencia federal en las que se acredite que entrañen cuestiones de notoria gravedad institucional, cuya
solución definitiva y expedita sea necesaria, y que el recurso constituye el único remedio eficaz para la
protección del derecho federal comprometido, a los fines de evitar perjuicios de imposible o insuficiente
reparación ulterior. Existirá gravedad institucional en aquellas cuestiones sometidas a juicio que
excedan el interés de las partes en la causa, proyectándose sobre el general o público, de modo
tal que por su trascendencia queden comprometidas las instituciones básicas del sistema
republicano de gobierno o los principios y garantías consagrados por la Constitución Nacional y
los Tratados Internacionales por ella incorporados. La Corte habilitará la instancia con alcances
restringidos y de marcada excepcionalidad. Sólo serán susceptibles del recurso extraordinario por salto de
instancia las sentencias definitivas de primera instancia, las resoluciones equiparables a ellas en sus efectos
y aquellas dictadas a título de medidas cautelares. No procederá el recurso en causas de materia penal
(Artículo incorporado por art. 1° de la Ley N° 26.790 B.O. 4/12/12. Vigencia: a partir del día de su
publicación en el Boletín Oficial).
FORMA, PLAZO, TRAMITE Y EFECTOS Artículo 257 ter: El recurso extraordinario por salto de instancia deberá
interponerse directamente ante la Corte Suprema mediante escrito fundado y autónomo, dentro de los diez
(10) días de notificada la resolución impugnada. La Corte Suprema podrá rechazar el recurso sin más
trámite si no se observaren prima facie los requisitos para su procedencia, en cuyo caso proseguirá la causa
según su estado y por el procedimiento que corresponda. El auto por el cual el Alto Tribunal declare la
admisibilidad del recurso tendrá efectos suspensivos respecto de la resolución recurrida. Del escrito
presentado se dará traslado a las partes interesadas por el plazo de cinco (5) días notificándolas
personalmente o por cédula. Contestado el traslado o vencido el plazo para hacerlo, la Corte Suprema
decidirá sobre la procedencia del recurso. Si lo estimare necesario para mejor proveer, podrá requerir al
Tribunal contra cuya resolución se haya deducido el mismo, la remisión del expediente en forma urgente
(Artículo incorporado por art. 1° de la Ley N° 26.790 B.O. 4/12/12. Vigencia: a partir del día de su
publicación en el Boletín Oficial).
En el orden local de la Nación, y con un predominante tinte casatorio, se ha
establecido el plenario o recurso de inaplicabilidad de la ley en el orden nacional, para
uniformar la jurisprudencia dentro de las salas de una misma Cámara. Dicho plenario
pareció desaparecer con la reforma judicial aunque nos parece que ha quedado
subsistente.
Por otra parte, existen recursos auxiliares, como son los recursos de queja, de
hecho o directos, por apelaciones denegadas, sean estas ordinarias o extraordinarias.
Síntesis somera es la siguiente:
Revocatoria (artículos 238 a 241 CPCCN y CPCCBA)

Aclaratoria (arts. 36, inc. 6 y 166, incs. 1 y 2 CPCCN; arts.


36, 3 y 166, 1 y 2 CPCCBA)

Ordinarios mayores

Apelación (artículo 242 y ss. CPCCN y CPCCBA).

Consulta (artículo 253 bis CPCCN)

Nulidad (absorbido por la apelación; 253 CPCCN y


CPCCBA)

Ordinarios menores Reconsideración ante el juez (artículo 38 ter CPCCN, art.


38 CPCCBA)

Reposición in extremis (art. 122 Acuerdo 4, 2007 CSJN)

Federal (artículos 14 a 16, ley 48; artículos 256 a 258 y


280 y ss. CPCCN; Acuerdo 4 2.007 CSJN)

Nación Per saltum (artículos 257 bis y 257 ter CPCCN)

Extraordinarios Inaplicabilidad de la ley (artículos 278 a 295 del CPCCBA)

Prov. Buenos Aires Nulidad (296 a 298 CPCCBA)

Inconstitucionalidad (299 a 303 CPCCBA)

Capital Plenario derogado (Arts. 288 a 303 CPCCN3)

Auxiliares Quejas ordinarias y extraordinarias

2
12. El régimen establecido en este reglamento no se aplicará a los recursos interpuestos in forma pauperis.
3
El plenario fue suprimido, aunque todavía no se implementaron la Cámara y Salas de Casación, ley 26.853
del 17 de mayo de 2.013.
4. Concepto de recurso

De acuerdo a la más clásica definición de recurso, estos son los medios o remedios
que la ley procesal pone a disposición de las partes para que una providencia judicial
sea modificada o dejada sin efecto. Estudiemos las partes de la definición:

• ¿Porqué la definición habla de medios?


Para la doctrina italiana hay que distinguir los medios de impugnación de los medios
de gravamen.

• Los medios ordinarios y los medios extraordinarios


Un medio es ordinario si reúne los siguientes caracteres:
1) Con este medio se puede denunciar cualquier vicio de la sentencia impugnada
por el sólo hecho de ser parte en el pleito, comprendiendo tanto las cuestiones de
hecho como las de derecho;
2) El juez de segunda instancia que se pronuncia basándose en un medio ordinario
tiene el mismo conocimiento y, en algunos casos, poderes instructorios análogos a los
utilizados por el juez de primera instancia;
3) Los medios ordinarios suspenden la ejecución de la sentencia si no ha sido
ordenada la ejecución provisional;
4) Los medios extraordinarios, en cambio, pueden estar en su admisibilidad,
subordinados a un depósito a título de multa que se pierde en el caso de desestimación
de la impugnación; además sólo tienen en cuenta cuestiones jurídicas y no fácticas,
salvo absurdo o arbitrariedad.
Es decir, que estos medios de gravamen se dan normalmente en la tramitación del
pleito, permitiendo que el juez superior, también denominado ad quem, pueda analizar
todas las cuestiones, las de hecho y las de derecho, pueda incluso, abrir a prueba
ciertos hechos y tener poderes plenos. Aunque debe resaltarse que nuestra apelación
es revisionista y no renovadora, por lo que nunca significa cognición plena ni la
renovación de actos procesales.
Por el contrario los medios extraordinarios se dan solamente para ciertos
cuestionamientos o vicios de la sentencia, no se refieren jamás a cuestiones
de hecho, salvo el supuesto de arbitrariedad, sólo se refieren a cuestiones de
derecho o jurídicas, actuando la Corte o Tribunal Superior con jurisdicción
preponderantemente negativa.

• Remedios
Con esta jerga farmacéutica se está queriendo señalar una distinción que no es
esencial para nuestro derecho positivo, vale decir que no tiene trascendencia procesal.
Para nuestra legislación, medio y remedio son exactamente la misma cosa. Todos son
recursos.
Sin embargo, para la doctrina alemana, por ejemplo, la palabra recurso se emplea
únicamente para aquél medio que importe la existencia de un tribunal superior;
diciéndolo en difícil, serían aquellos medios de gravamen que importen la adquisición
de competencia por un tribunal superior o ad quem. Recurso es únicamente la
apelación, porque importa el cambio de competencia en razón del grado, es decir, la
adquisición de competencia por la Cámara.

• Ley procesal
Ello significa que es el Código procesal el que establece la existencia y extensión de
los medios de impugnación o de gravamen. No se pueden interponer otros recursos
que los reglados.

• Las partes, terceros sustitutos procesales


Son los legitimados para interponer los recursos

• Para que una providencia judicial sea modificada o dejada sin efecto
El objeto del recurso es modificar o dejar sin efecto una resolución o sentencia
judicial.

5. Recurso de revocatoria

a) Concepto de reposición
Según Fenochietto-Arazi el recurso de reposición tiene por finalidad que el mismo
juez o tribunal que dictó la resolución la revoque o enmiende, dictando en su lugar otra
nueva por contrario imperio. En igual sentido se dice que la reposición se deduce ante
el mismo tribunal que dictó la providencia para que la revoque por contrario imperio.
Este recurso no importa adquisición de competencia por un tribunal superior o ad-
quem y es de los que la doctrina alemana denomina remedios. Este recurso lo resuelve
el mismo juez, sea retractándose de su resolución anterior, sea revisando lo que ha
hecho un delegado suyo (secretario o jefe de despacho).
Decía Alsina que mediante él se evitan las dilaciones y gastos de una segunda
instancia tratándose de providencias dictadas en el curso del procedimiento para
resolver cuestiones accesorias, y respecto de las cuáles no se requieran mayores
alegaciones.
En resumen, este recurso lo resuelve, el mismo juez que dictó la resolución
recurrida, esta es la regla general (de la que se puede dudar cuando el juez resuelve la
reposición de lo hecho por su secretario; en tal caso se dice que éste último actuó por
delegación y que el delegante reasume la jurisdicción o competencia). Dice la SCBA
que el recurso de revocatoria debe ser resuelto por el mismo órgano que dictó
el acto mediante él impugnado (SC Buenos Aires, diciembre 23 de 1997, “Veloso,
José c. Municipalidad de Florencio Varela, DJBA, 154-1665; Rep. La Ley, 1998, página
2241, voz Recurso de Reposición, número 1). La Corte Suprema dijo que los recursos
de revocatoria o reconsideración deben interponerse ante la misma autoridad
que dispuso la medida impugnada (CS, febrero 27 de 1996, “Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Criminal y Correccional s. solicitud de Fernández, Miguel A. s. Cuerpo
Médico aconseja cambio de tareas”, Rep. El Derecho, tomo 30, página 1138, número
3).
Esta es una regla de oro en materia de admisibilidad, el recurso debe interponerse
ante el mismo juez o tribunal que dictó la resolución recurrida. La variante de la
reposición es que también la resuelve el mismo juez. Si se solicita reposición, en primera
instancia, el recurso se interpone en primera instancia; si se pide revocatoria en la
alzada, debe interponerse el recurso en la Cámara; si se interpone el recurso en CS (en
los limitados casos que se lo admite) debe interponerse ante la misma. No cabe un
recurso directo, es decir no puedo pedirle a la Cámara que revoque una resolución del
juez de primera instancia sobre la que no pedí revocatoria ante el mismo. Lo contrario
sería pensar en una avocación o un “per saltum”. Sin embargo, desde la sanción de
la ley 26.790, está permitido el recurso por salto, obviando la doctrina del
Superior Tribunal de la causa, en materia de recurso extraordinario federal
(Ver lugar respectivo).
No importa adquisición de competencia por un tribunal superior. Si el juez tenía una
competencia o un imperio para dictar una resolución, puede tener un imperio contrario
para revocarla, cuando el fundamento de la resolución que tomó primigeniamente es el
error.

I. El significado de la expresión contrario imperio,


voz que alude a la retractación que hace el juez
de su propia resolución
A este respecto se ha indicado que la locución por contrario imperio atañe
directamente a la jurisdicción: Con ello se quiere aludir a la situación conformada por
el hecho de que al hacer lugar el juez a una revocatoria, se está retractando mediante
el dictado de una nueva resolución que deja sin efecto una anterior; retractación
consumada en ejercicio de la misma potestad (imperio) que antes le permitiera dictar
la resolución impugnada. La voz imperio se utiliza entonces como elemento de la
jurisdicción. Enseña Alvarado Velloso que la coertio o imperium es la facultad de
emplear la fuerza pública para el cumplimiento de las medidas ordenadas dentro del
proceso, a efecto de hacer posible su desenvolvimiento; puede ejercerse sobre las
personas (facultad de conducir el testigo al tribunal por la fuerza pública, si no fuese
espontáneamente al ser citado), o sobre las cosas (el secuestro del objeto litigioso).
A mi modo de ver, esta lucha de conceptos y de naturalezas jurídicas que aparecen
para analizar cada instituto o institución, resultan estériles y vacuas de contenido.
¿Por qué perder el tiempo, que es lo más precioso que tenemos, analizando si la
expresión o giro contrario imperio es una potestad, un acto de volición o una elipsis?
Además, ¿resulta adecuado cercenar las facultades del juez, diciendo que la
potestad de revocar viene de la ley y no del juez? En definitiva todo viene de la ley,
pero ese no es el punto.
A la vuelta de los tiempos hemos llegado a comprender lo que el derecho realmente
significa y en esta vuelta de tuerca a nuestros pensamientos hemos comprobado que,
como en el derecho anglosajón, el derecho es lo que los jueces dicen que es y que los
juristas solamente podemos predecirlo. El derecho es una predicción. También hemos
comprendido aquella vieja disputa que entiende que el derecho es aplicado porque es
vigente o es vigente porque es aplicado. La vigencia está dada por la efectiva aplicación,
por el consentimiento expreso o tácito que los ciudadanos hacemos de las normas. Las
leyes y las costumbres entran también en desuetudo (valga la licencia).
Es que el derecho se aplica a los hombres, los que previamente lo crearon para
atender a una realidad. Esta realidad fue cambiando y entonces el derecho debe
cambiar. Los hombres intentan poner cauce a sus conductas pero luego se desmadran
y deben poner un nuevo cauce. Por ello es que la vigencia depende de la acatación y
justamente el derecho es vigente porque es aplicado.
Si un juez que tiene competencia para dictar una resolución de trámite se equivoca,
tiene una competencia igual para revocarla aun de oficio. Aquello del imperio apunta a
esa realidad y le da los dragones (hipostasiar la realidad) a los que somos tan afectos.
Existe un imperio para hacerlo y otro imperio para deshacerlo. Si un carpintero se
equivoca, al clavar un clavo, da vuelta el martillo galponero lo saca y lo vuelve a
clavar, para que quede correctamente clavado. ¿Por qué el juez no puede hacer lo
mismo? ¿Dónde o cuál es el misterio, el esoterismo que encubre una realidad tan
clara?
En cuanto a las sentencias definitivas el mecanismo de corrección lo tiene limitado,
pues se extingue la competencia del juez sobre lo que ha sido objeto de juzgamiento
(artículo 166, proemio). No puede, en consecuencia, retractarse de su propia
sentencia, sin perjuicio de su posibilidad de aclararla a pedido de parte o de oficio.

b) Requisitos de admisibilidad del recurso de reposición


I. Providencias contra las que procede
1) En primera instancia
Procede únicamente contra las providencias simples que causen o no un
gravamen irreparable. En realidad si una providencia no causa gravamen no puede ser
recurrida. Modificar una providencia al sólo beneficio de la ley resultaría inexplicable,
por eso hay que demostrar un interés para que proceda la reposición.
Lo que la norma quiere decir (y falta completar la expresión) es que la reposición
procede respecto de las providencias simples, sea que causen gravamen irreparable
o causen gravamen que pueda ser reparado con posterioridad o con el dictado de la
sentencia definitiva (Es decir, no es que no causen ningún perjuicio; sino que este
perjuicio puede ser reparado). Fenochietto-Arazi, a este respecto, indican que no es
necesario para este tipo de decisiones (providencias simples), al pedir su revocatoria,
acreditar agravio, pero sí es un requisito señalar el interés en la petición que se
solicita. El recurso comprende igualmente las providencias que causen gravamen no
susceptible de ser reparado mediante la sentencia definitiva.
Se ha explicitado que el recurso de reposición es la vía adecuada para denunciar
vicios de forma en las providencias simples o de trámite (C1a. Corrientes, agosto 1
de 1997, “Soto, Silvio R. c. Línea Urbana de Transporte de Pasajeros Nº 2 y/u otro”,
La Ley 1998-E-795 (40.906-S), LL Litoral, 1998-2-56; Rep. La Ley 1998, página
2242). Empero creemos que este concepto no es del todo claro y confunde forma con
razonamiento, nulidad con recurso. La nulidad es la vía para atacar los errores de
forma y no el recurso. Se trata de subsanar o rectificar errores, pero que hacen más
al razonamiento que a la actividad; es más vicio de juicio que de forma.
Las providencias simples son las que se dictan, sin substanciación, se expresan por
escrito o verbalmente en una audiencia, tienen lugar y fecha y la firma del juez
(artículo 160 del CPCCN y del CPCCBA). Se ha dicho que el recurso de reposición sólo
procede contra resoluciones dictadas sin substanciación (CNCrim. y Correc., Sala IV,
setiembre 16 de 1997, “De Nardi, Alfredo”, La Ley, 1998-D-796, DJ, 1998-3-638). Este
criterio del proceso penal es similar al del proceso civil. En resumen, las providencias
simples no requieren elaboración ni fundamentación jurídica ni tampoco que para su
dictado se haya oído a la parte contraria.
En este sentido se indicó que no procede la concesión del recurso de reposición
solicitado, si la resolución recurrida no se trata de ninguno de los supuestos previstos
en el artículo 238 del Código Procesal, al no poder asimilársela a una providencia
simple en los términos del artículo 160 del mismo ordenamiento, las que sólo tienden
sin substanciación al desarrollo del proceso y ordenan actos de mera ejecución- (C Civ.
y Com. Quilmes, Sala II, agosto 28 de 1997, “Palacios, Julia H. c. Marchese, Héctor
L.”, LLBA, 1998-409; Rep. La Ley, 1998-2242, número 10).
Este recurso no procede contra las providencias interlocutorias ni contra las
sentencias definitivas (en principio), salvo las excepciones que se verán y la reposición
“in extremis”.
Es obvio que no proceda contra los autos fundados, en base al principio de
irretractabilidad. A este respecto Fenochieto-Arazi dicen que como regla la
revocatoria no se da contra sentencias definitivas (principio de
irretractabilidad de la sentencia), toda vez que ellas agotan la jurisdicción del
tribunal; ni tampoco, y con igual fundamento contra las interlocutorias ya
substanciadas.

2) En segunda instancia
Procede en segunda instancia contra las decisiones (providencias simples) del
presidente de las Salas en que están divididas las distintas Cámaras de Apelaciones.

II. Objeto
Para que el juez o tribunal que la dictó la revoque por contrario imperio. Permite la
rectificación del error por el mismo juez que dictó la resolución objeto de recurso.

III. Término
El plazo para interponer el recurso de reposición es de tres días.
Si la revocatoria se pide en una audiencia debe interponerse la revocatoria en el acto y
verbalmente. También se resuelve en el curso de la audiencia.

IV. El escrito en que se deduce debe ser fundado


La reposición o revocatoria debe ser fundada, a diferencia del recurso de apelación.
V. Normas legales relativas a la admisibilidad del recurso
1) En primera instancia en la Nación y
provincia de Buenos Aires
Tanto en la Nación como en la provincia de Buenos Aires las normas son idénticas.
Se tratan de los artículos 238 y 239 del CPCCN y CPCCBA, los que dicen:
Artículo 238.-El recurso de reposición procederá únicamente contra las
providencias simples, causen o no gravamen irreparable, a fin de que el juez o
tribunal que las haya dictado las revoque por contrario imperio.
Artículo 239.-El recurso se interpondrá y fundará por escrito dentro de los
tres días siguientes al de la notificación de la resolución; pero cuando ésta se
dictare en una audiencia, deberá interponerse verbalmente en el mismo acto.
Si el recurso fuese manifiestamente inadmisible, el juez o tribunal podrá
rechazarlo sin ningún otro trámite.

2) En Cámara, providencias simples


(Nación y provincia de Buenos Aires):
Artículo 273 del CPCCN-Las providencias simples serán dictadas por el
presidente. Si se pidiere revocatoria decidirá el tribunal sin lugar a recurso
alguno. El artículo 268 del CPCCBA contiene el mismo texto.

1) Interlocutorios en Cámara
Se admite en algunos supuestos de excepción para evitar el error en un recurso que
se encuentra emparentado con la aclaratoria (Ver más abajo).

2) Providencias de trámite en Corte Suprema


Se admite la revocatoria utilizando conceptos similares y normativas de la
revocatoria de primera instancia (artículos 238 y 239 del CPCCN).

3) Interlocutorios en Corte Suprema


Se admite en algunos supuestos de excepción para evitar el error en un recurso que
se encuentra emparentado con la aclaratoria (Ver más abajo).

4) En los recursos extraordinarios ante la Suprema


Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires
Existe una norma que es el artículo 290 del CPCCBA que permite la reposición aun
de sentencias interlocutorias dictadas por la SCBA (con la obvia intervención de sus
miembros y no sólo del Presidente). También se admite obviamente contra la
resolución del presidente usándose por analogía las normas contenidas en los artículos
238, 239 y 268 del CPCCBA en cuanto a plazos y requisitos de admisibilidad.
Dice la norma aplicable:
Artículo 290 del CPCCBA..-Salvo lo dispuesto en este capítulo con respecto
a determinadas resoluciones, las providencias de trámite y las sentencias
interlocutorias dictadas por la Corte durante la substanciación del recurso
serán susceptibles del de revocatoria. Esta norma también se aplica al recurso
extraordinario de nulidad (artículo 297 del CPCCBA) y al recurso
extraordinario de inconstitucionalidad (artículo 302 del CPCCBA).
Sin perjuicio de volver sobre este tema cuando tratemos los recursos
extraordinarios, daremos algunos conceptos por vincularse con otros aspectos de este
recurso que veremos luego y con el esbozo de la revocatoria in extremis.
Acerca de la posibilidad de admitir la reposición contra una providencia
interlocutoria se ha indicado, por el Doctor Peyrano, que forma excepción un caso en el
cual una sentencia interlocutoria también queda sujeta a revisión vía recurso de
revocatoria. Se trata del supuesto contemplado por el art. 290 del CPCCBA. Sobre el
particular, destaca Rivas lo siguiente: “Sin embargo, en la Prov. de Buenos Aires, las
sentencias interlocutorias pueden ser en algunos casos objeto de reposición: así ocurre
en los recursos de inaplicabilidad de ley, nulidad extraordinario e inconstitucionalidad.
Levitán va un poco más allá en el análisis respectivo para sostener que “Si las dicta la
Suprema Corte de Buenos Aires, puede pedirse contra ellas -ya se trate de
providencias simples o sentencias interlocutorias- el recurso de revocatoria (artículo
290 CPCCBA). Obsérvese que en la Suprema Corte de la provincia de Buenos Aires se
pide la revocatoria contra providencias simples; pero también contra sentencias
interlocutorias. Además, en la SCBA, las sentencias interlocutorias no las decreta el
presidente, sino el tribunal por mayoría de sus miembros. Y, obviamente, la mayoría
es la que resuelve la revocatoria. Respecto de la revocatoria que se pide en la SCBA,
digamos que el artículo 290 no establece si es el presidente de dicho tribunal o este
mismo el que deba resolver la impugnación. Según nuestro criterio, tratándose de
providencias simples, deben ser resueltas por el tribunal y no por el presidente,
aplicando por analogía el artículo 268 del CPCCBA. Si se trata de autos interlocutorios,
como estos no son dictados por su presidente, sino por el propio tribunal, con mayor
razón será este quien las resuelva. Pero debemos admitir que una resolución simple,
dictada por el presidente de la SCBA bien podría resolverla el mismo y no la Corte,
porque el articulo 290 CPCCBA nada dice al respecto, y la doctrina del artículo 268 se
aplicaría por analogía. También podría sostenerse, en contra de ese criterio, que este
último texto es una aplicación particularizada al supuesto de segunda instancia, que no
hay porque llevarla a resolución del propio presidente de la SCBA; ambos criterios
serían válidos.
Creemos muy atinadas estas reflexiones y compartimos gran parte de ellas. Lo que
más se destaca es que tratar de evitar el error, la arbitrariedad y la posibilidad de
rectificar han cubierto una laguna que siempre existió. Al llegar a la Corte Suprema, en
el orden nacional, o a la SCBA, en el orden local de la provincia de Buenos Aires, se
llegaba a la última estación del tren y no había ningún recurso más, se había acabado
la posibilidad de obtener una rectificación. Por eso, cuando la sentencia de Corte
Nacional o de SCBA se dictaba o se resolvía previamente una cuestión que terminaba
el recurso, allí se terminaba todo. ¿O es que el Superior no podía equivocarse? La
reposición ante el Superior de providencias simples o de sentencias interlocutorias,
como la que entiende fuera de término una queja cuando está en término, importan un
decisivo avance dentro de una tesitura garantista y limitadora de la arbitrariedad.
Nos parece más razonable, por otra parte, la argumentación de que la reposición la
resuelve en todos los casos el Tribunal, por mayoría de sus miembros y no el juez
presidente -en el caso de las providencias simples- por aplicación analógica del artículo
268 del CPCCBA Es que ello, se acerca mas a cómo funciona la instancia colegiada.
Hay un juez del trámite que se puede equivocar y hay un tribunal en pleno que
entiende en los recursos contra los errores del presidente. Así funciona. Muchas veces
la parquedad del legislador, las medias palabras y los sobreentendidos no son la mejor
manera de evitar cuestiones interpretativas, como las que destaca Peyrano. Es el caso
de que sobre dos o más hermenéuticas debe buscarse la más razonable. La tesis de lo
normal-anormal de Chiovenda llevada al plano de lo razonable-irrazonable.

c) Requisitos de admisibilidad. Continuación


I. Plazo para interponer el recurso
El plazo para interponer el recurso, en todos los supuestos (primera instancia y
Cámara) es de tres días (artículo 239 del CPCCN y CPCCBA) los que se cuentan a
partir de la notificación de la providencia simple, notificación que generalmente es por
ministerio de la ley (artículo 133 del CPCCN y CPCCBA). Cuando se trata de sentencias
interlocutorias y el recurso es procedente, la notificación es obviamente por cédula
(artículo 135 del CPCCN y CPCCBA).

II. Escrito fundado (Ver sub punto d siguiente)


La reposición o revocatoria se funda (se interpondrá y fundará; artículo 239 del
CPCCN y CPCCBA). En caso de no fundarse el recurso es inadmisible.

II. Copias
En caso de que deba darse traslado (Ver punto siguiente) corresponde que la
revocatoria se acompañe con copias para cumplir con el artículo 120 del CPCCN y
CPCCBA.

d) Trámite del recurso


I. Texto legal
Tanto en la Nación como en la provincia de Buenos Aires se observan las reglas del
artículo 240 del CPCCN y CPCCBA, el que dice:
Art. 240.-El juez dictará resolución, previo traslado al solicitante de la
providencia recurrida, quién deberá contestarlo dentro el plazo de tres días si
el recurso se hubiese interpuesto por escrito, y en el mismo acto si lo hubiese
sido en una audiencia.
La reposición de providencias dictadas de oficio o a pedido de la misma
parte que recurrió, será resuelta sin substanciación.
Cuando la resolución dependiere de hechos controvertidos, el juez podrá
imprimir al recurso de reposición el trámite de los incidentes.

II. Trámite
El recurso de reposición debe interponerse por escrito y fundarse, dentro del tercero
día; también, en el curso de una audiencia y fundarse verbalmente en ese mismo acto
(aunque luego se asiente en el acta).
1) Fundamentación
Alsina dice que, a diferencia del recurso de apelación, el de reposición debe
fundarse, indicando el error que la providencia contenga o el agravio que infiera al
recurrente, quién acompañará en su caso los documentos justificativos de que
disponga.
La fundamentación implica o supone el análisis crítico de los fundamentos de la
resolución impugnada, señalando sus yerros en las cuestiones de hecho o de
derecho. Viene a ser como un memorial o una expresión de agravios. Debe
contener la crítica de la resolución, teniendo en cuenta que siempre la reposición
es un recurso menor que es para rectificar, como la aclaratoria, errores en su
mayor medida. Redondeando este concepto se dijo que el artículo 239 del CPCCN
impone la carga de fundar la impugnación, aspecto no contemplado en la
legislación derogada, si bien la jurisprudencia había estableció que el escrito de
petición debía reunir los mismos requisitos que el memorial ante la alzada, es decir
contener una crítica concreta y razonada de la providencia impugnada.
También puede existir la fundamentación verbal, en la audiencia. Alsina indicaba
que aunque el recurso se interpone generalmente por escrito, también puede hacerse
en forma verbal cuando la resolución se dictare en el curso de una audiencia. No existe
ninguna formalidad para ello, y por eso todo pedido para que se deje sin efecto una
providencia debe substanciarse como recurso de reposición, cualquiera sea la
calificación que del mismo haga el recurrente.
Si la interposición y fundamentación no se hace en el curso de la audiencia el
recurso que se interpone posteriormente no es procedente. Se expresó que
corresponde declarar mal concedido el recurso de apelación, contra una resolución
interlocutoria dictada en el transcurso de una audiencia (Conf. art. 239, Cód. Procesal)
relativa a la exclusión de un acreedor, toda vez que debió deducirse en dicho acto,
resultando improcedente su posterior deducción y concesión (Monti, Caviglioni Fraga,
Di Tella, CNCom., Sala C, mayo 20 de 1996, “Hang Sung Ku”, La Ley 1998-B-880
(40.218-S).

2) Rechazo in límine
Puede rechazarse in límine, sin substanciación, cuando es manifiestamente
improcedente (artículo 239 del CPCCN y CPCCBA).

III. Traslado
Uno de los temas complicados de este recurso es en que supuestos debe darse
traslado del mismo.

1) Providencias dictadas de oficio


Cuando la providencia fue dictada de oficio por el juez, avanzando el trámite por
ejemplo y sin que nadie se lo pidiera, no corresponde que se substancie el pedido de
revocatoria. No se otorga traslado. Cualquiera de las partes afectadas por el actuar de
oficio puede plantear la reposición, que se resuelve sin substanciación.

2) Providencias dictadas a pedido de la misma parte


Cuando la providencia fue dictada a pedido de la misma parte, que ahora solicita
revocatoria, tampoco hay que substanciarla. En realidad la incidencia se ha planteado
entre el revocante y el juez.

3) Providencias dictadas a pedido de la parte


contraria. Único supuesto en que se sustancia
Cuando la providencia fue dictada a pedido de la parte contraria, a la que solicita
la revocatoria, es el único supuesto en que corresponde dar traslado .
Dicen, a este respecto, Fenochietto-Arazi que aquí se impone la substanciación a fin
de cumplir con los principios de contradicción y bilateralidad de audiencia, satisfechos
con una vista o traslado a la contraparte. Caso contrario, el procedimiento se
encuentra viciado y de suyo es nula la resolución; impugnación que debe intentarse
por vía de la revocatoria y apelación subsidiaria, o bien por el respectivo incidente de
nulidad (artículo 169).

IV. Posibilidad de abrir a prueba y trámite de los incidentes


El artículo 240 del CPCCN y CPCCBA establece, en su último párrafo, la
posibilidad de abrir a prueba la reposición, cuando existieren hechos controvertidos. En
tal caso, incluso, puede darse a la cuestión el trámite de los incidentes y producirse
prueba.
Con la reposición deben acompañarse, en tal caso, la prueba instrumental y
ofrecerse la demás de la que se intente valer quién solicita la reposición.
Supongamos que la cuestión verse sobre un auto o resolución que no acepte la
personería de una de las partes, la demandada en el caso, cuyo presentante había
indicado ser presidente del Directorio de la Sociedad accionada. Podrían acercarse los
Libros de Asambleas y de Directorio de una sociedad Anónima para certificar el
carácter de presidente del presentante, si la documentación anteriormente traída no
resultara para el juez suficiente. Al mismo tiempo puede solicitarse prueba informativa
a la Inspección General de Personas Jurídicas para que indique el último directorio
inscripto, la fecha de la inscripción y la distribución de cargos.
Fenochietto-Arazi indican que para el supuesto en que la revocatoria motivase
controversia de partes fundadas en hechos controvertidos, se prevé el trámite de los
incidentes. El procedimiento impuesto para ellos evita las consiguientes demoras. En
efecto, no suspenden el proceso (art. 176 CPCCN), se forma cuaderno separado (art.
177 CPCCN), y deben tramitarse conjuntamente (artículo 186, CPCCN).
A nuestro juicio el incidente ha de suspender normalmente el proceso porque, en el
ejemplo que vimos, no se va a llamar a la audiencia del artículo 360 del CPCCN ó abrir
a prueba en la provincia si no se sabe lo que se va a hacer con la prueba de la
contraria. El mismo artículo 176 del CPCCN y CPCCBA prevé esa posibilidad.

e) Revocatoria de oficio
Aplicando por analogía el artículo 166, inciso 1 del CPCCN y CPCCBA, la doctrina ha
admitido la reposición o revocatoria de oficio de las propias decisiones del juez o
Cámara.
No es ocioso recordar que la norma se refiere a la aclaratoria, recurso que se
vincula bastante con el de reposición.
El límite temporal de la posibilidad de revocar sería la notificación de la resolución si
aplicamos un criterio similar al de la aclaratoria.
Alsina, en su momento, trató con profundidad el tema y dijo que la ley 2, titulo 22
de la Partida 3ª, permitía a los jueces revocar de oficio sus providencias mientras no se
hubiera dictado sentencia definitiva. Nuestro código, aunque no lo prohíbe
expresamente, tampoco lo autoriza, y debe entenderse que esa disposición ha
quedado derogada desde que el legislador adoptó el principio de que el juez no
procede de oficio, y ha reglamentado este recurso fijando un término perentorio para
su interposición, prescribiendo que será substanciado con la audiencia de la parte
contraria. Mientras la resolución no haya sido notificada a las partes, el juez
puede revocarla o modificarla; porque en tal caso no ha producido sus efectos
respecto de ellas; pero no puede hacerlo posteriormente, sino a
requerimiento de parte y, en consecuencia, adolecería de nulidad la
providencia que revocara de oficio otra anterior.
Entendemos que la revocatoria de oficio es posible y si se trata de errores
manifiestos y que comprometen el debido proceso de derecho, para cualquiera de las
partes, procede aun después de estar las partes notificadas de la resolución. Es que no
puede haber derechos que tengan como su fundamento o causa el error. La
rectificación es posible.

f) Reposición de las providencias dictadas por el secretario


o el oficial primero. Reformas de la ley 25.488
El artículo 38 del CPCCN, en su actual redacción, establece:
“Los secretarios tendrán las siguientes funciones además de los deberes
que en otras disposiciones de éste Código y en las leyes de organización
judicial se les impone:
1) Comunicará a las partes y a los terceros las decisiones judiciales,
mediante la firma de oficios, mandamientos, cédulas y edictos, sin perjuicio
de las facultades que se acuerdan a los letrados respecto de las cédulas y
oficios, y de lo que establezcan los convenios sobre comunicaciones entre
magistrados de distintas jurisdicciones.
Las comunicaciones dirigidas al Presidente de la Nación, ministros y
secretarios del Poder Ejecutivo y magistrados judiciales, serán firmadas por el
juez.
2) Extender certificados, testimonios y copias de actas.
3) Conferir vistas y traslados.
4) Firmar, sin perjuicio de las facultades que se confieren al prosecretario
administrativo o jefe de despacho, las providencias de mero trámite,
observando en cuanto al plazo, lo dispuesto en el artículo 34, inciso 3) a). En
la etapa probatoria firmará todas las providencias simples que no impliquen
pronunciarse sobre la admisibilidad o la caducidad de la prueba.
5) Dirigir en forma personal las audiencias testimoniales que tomare por
delegación del juez.
6) Devolver los escritos presentados fuera de plazo.
El artículo 38 del CPCCN, en su antigua redacción, establecía:
“Además de los deberes que en otras disposiciones de éste Código y en las leyes de
organización judicial se impone a los secretarios, las funciones de estos son:
1) Comunicará a las partes y a los terceros las decisiones judiciales, mediante la
firma de oficios, mandamientos, cédulas y edictos, sin perjuicio de las facultades que
se acuerdan a los letrados respecto de las cédulas y oficios, y de lo que establezcan los
convenios sobre comunicaciones entre magistrados de distintas jurisdicciones.
Las comunicaciones dirigidas al Presidente de la Nación, ministros y secretarios del
Poder Ejecutivo y magistrados judiciales, serán firmadas por el juez.
2) Extender certificados, testimonios y copias de actas.
3) Conferir vistas y traslados.
4) Firmar, sin perjuicio de las facultades que se confieren al prosecretario
administrativo o jefe de despacho, las providencias de mero trámite, observando
en cuanto al plazo, lo dispuesto en el artículo 34, inciso 3) a).
5) Devolver los escritos presentados fuera de plazo.
Además de los deberes que en otras disposiciones de este Código y en las leyes de
organización judicial se imponen a los oficiales primeros o jefes de despacho, las
funciones de estos son:
1. Firmar las providencias simples que dispongan:
a) Agregar partidas, exhortos, pericias, oficios, inventarios, tasaciones, división o
partición de herencia, rendiciones de cuentas y, en general, documentos o actuaciones
similares.
b) Remitir las causas a los ministerios públicos, representantes del fisco y demás
funcionarios que intervengan como parte.
2. Devolver los escritos presentados sin copias.
Dentro del plazo de tres días, las partes podrán requerir al juez que deje sin efecto
lo dispuesto por el secretario o el oficial primero o jefe de despacho. Este pedido se
resolverá sin substanciación. La resolución es inapelable.
La reforma, como se aprecia de la mera confrontación de textos, con una dudosa
técnica legislativa, ha dividido el antiguo artículo 38 del CPCCN en tres normas, ahora
el 38, 38 bis y 38 ter.
Así ha separado; en el artículo 38 trata las atribuciones de los secretarios, en el 38
bis la de los prosecretarios administrativos o jefes de despacho y, por último, en el 38
ter trata del recurso contra las decisiones de estos funcionarios.
No ha habido grandes modificaciones a este respecto. La única importante y que ya
hemos tratado es que dirige en forma personal las audiencias que tomare por
delegación del juez (artículo 38 inciso 5 y 360, inciso 5, del CPCCN. Es difícil que esta
norma pueda cumplirse en los hechos, fuera de que el secretario firme a última hora
todas las actas, como un ante mi más.
En la etapa probatoria se delega en el secretario la firma de todas las providencias
sobre prueba, excepto aquellas que impliquen pronunciarse sobre la admisibilidad o
caducidad de la prueba (inciso 4).
En realidad y, como bien se indica, es el secretario quién interviene en la
elaboración de las providencias sobre prueba. No ha habido más que un sinceramiento.
Palacio aprecia que hay una gradación en las firmas (de mayor o menor jerarquía)
pero que se superponen las atribuciones de secretarios y prosecretarios o jefes de
despacho, como se deduce de la lectura de las normas.
La reforma incorporó el nuevo artículo 38 bis con este texto:
“Los prosecretarios administrativos o jefes de despacho o quien
desempeñe cargo equivalente tendrán las siguientes funciones, además de los
deberes que en otras disposiciones de este Código y en las leyes de
organización judicial se les impone:
1. Firmar las providencias simples que dispongan:
a) Agregar partidas, exhortos, pericias, oficios, inventarios, tasaciones,
división o partición de herencia, rendiciones de cuentas y, en general,
documentos o actuaciones similares.
b) Remitir las causas a los ministerios públicos, representantes del fisco y
demás funcionarios que intervengan como parte.
2. Devolver los escritos presentados sin copias”.
Como vimos, ésta reforma no es más que el desdoblamiento del antiguo artículo 38.
El único cambio es la denominación ya que antes se hablaba de oficiales primeros o
jefes de despacho y ahora se menciona a prosecretarios administrativos o jefes de
despacho.
La reforma incorporó el nuevo artículo 38 ter, con este texto:
“Dentro del plazo de tres días, las partes podrán requerir al juez que deje
sin efecto lo dispuesto por el secretario, el prosecretario administrativo o el
jefe de despacho. Este pedido se resolverá sin substanciación. La resolución
será inapelable”.
Este nuevo artículo, reproduce, casi a la letra, la última parte del artículo 38
antiguo. Sólo la adapta a la nueva denominación de prosecretario administrativo (en
vez de oficial primero).
Dicen Fenochietto-Arazi que el requerimiento al juez para que deje sin efecto lo
dispuesto por el secretario o el oficial primero (ahora prosecretario administrativo o
jefe de despacho), se asemeja a un recurso de reposición, máxime si se considera que
estos funcionarios actúan por delegación.
El concepto es que la competencia de secretarios y oficiales (prosecretarios
administrativos y jefes de despacho) es delegada. El que originariamente tiene el
poder de decidir o dictar es el juez, cuando la ley procesal le permite delegar, ante el
recurso planteado reasumen la jurisdicción delegada, le devuelven la jurisdicción.
Fenochietto-Arazi indican que la última parte del artículo 38 del CPCCN (ahora
artículo 38 ter), en cuanto dispone que la resolución del juez que se dicte en el trámite
de esta pseudo reposición es inapelable resulta censurable. Argumentan que de
conformidad con lo dispuesto por el artículo 242, inc. 3º del CPCCN, la providencia
simple que cause un gravamen que no pueda ser reparado en la sentencia definitiva es
apelable. Sea que el juez confirme la providencia del secretario o del oficial primero
(ahora prosecretario administrativo o jefe de despacho) o que la deje sin efecto a
pedido de la otra parte, el recurso de apelación será admisible cuando tales
providencias sean susceptibles de ocasionar gravamen irreparable, salvo que aquel no
proceda en razón del tipo de proceso o del valor debatido en él.
Arazi-Rojas, en igual sentido, destacan que la ley insiste en la inapelabilidad de la
providencia que dicte el juez; hemos dicho en otra oportunidad que la solución es
equivocada y contradictoria con lo dispuesto por el artículo 242, inciso 3
Sin embargo, como ahora en el período probatorio, la mayoría de las providencias
simples las ha de firmar el secretario, es dable concluir en que la inapelabilidad está
también establecida por el artículo 379 del CPCCN (en lo que se refiere a la resolución
del juez).
También conviene destacar que la prueba podría eventualmente replantearse (en
relación a la decisión del juez). Palacio entiende también que, si bien se mantiene la
inapelabilidad, existe reiterada jurisprudencia - que seguramente se mantendrá
- en el sentido de que la solución es otra cuando dicha decisión ocasiona
gravamen irreparable.

g) Reposición en Cámara
Procede únicamente la reposición de las resoluciones o providencias simples,
dictadas por el Presidente de la Sala, por ante la Cámara en pleno. Esto surge del
artículo 273 del CPCCN y artículo 268 del CPBA.
Las demás resoluciones de la Cámara (interlocutorios y sentencias definitivas) no
son susceptibles de reposición.
Las resoluciones dictadas en segunda o ulterior instancia no son susceptibles del
recurso de reposición, atento al carácter definitivo que ellas revisten. Ello así, pues
dicho recurso sólo procede contra providencias de mero trámite suscritas por el
presidente de la Sala (CNFed. Civil y Com. sala II, mayo 28 de 1996, “Palomino de
Gervasio, Ester A. c. SOMISA”, La Ley, 1996-D, 855, fallo 38.846-S; ídem CNFed. Civil
y Com. Sala II, agosto 28 de 1997, “Febles c. Instituto Nacional de Jubilados y
Pensionados”, La Ley 1998-A-402, fallo 40.173-S). En igual sentido se indicó que las
resoluciones dictadas en segunda instancia no son, en principio susceptibles de
reposición, salvo cuando se trata de enmendar un error o se recurra contra una
providencia simple (CNCiv., sala A, junio 12 de 1997, “Broccini, Ángel c. Municipalidad
de Buenos Aires”, La Ley 1998-F-281; ídem sala G, diciembre 18 de 1997, “The First
National Bank of Boston c. Lo Iacono, Osvaldo”, La Ley 1998-F, 854, 41.002-S).

h) De las relaciones de la revocatoria con el recurso


de apelación. Concepto de apelación subsidiaria
El recurso de revocatoria se relaciona con el recurso de apelación. Es posible y
este es el único caso articular la revocatoria con apelación subsidiaria.
Sin embargo, no es posible relacionar otros medios de gravamen entre sí o un
medio de impugnación con un medio de gravamen. Por ejemplo, el incidente de
nulidad (medio de impugnación) no puede ser subsidiado por el recurso de apelación
(medio de gravamen)
Por ello, nuestro ordenamiento sólo admite la revocatoria con apelación
subsidiaria. Ello es lógico en virtud de que la reposición es un recurso que
resuelve el mismo juez y la apelación importa adquisición de competencia por
un superior, por tanto debe permitirse que, en primer lugar, el juez de grado
revea el error -si es que existe- a los fines de evitar un inútil dispendio
jurisdiccional. En caso de que el magistrado de primera instancia encuentre
que no ha incurrido en error, la apelación subsidiaria o eventual permite que
la Cámara valore si es correcta o no la tesitura del inferior.
En este caso el recurso de apelación subsidia o es accesorio de la revocatoria. En
caso de rechazarse éste último recurso se concede el recurso de apelación si la
providencia resulta apelable.

i) Los textos legales


El CPCCN tiene una redacción mejor ya que fue reformado el artículo 241 en 1981,
mediante la sanción de la ley 22.434. Prevé, como se verá en su nuevo inciso 2 la
apelación de la parte contraria a la que pidió la revocatoria.

I. Texto en la Nación
Artículo 241 del CPCCN-La resolución que recaiga hará ejecutoria, a menos
que:
1.-El recurso de reposición hubiere sido acompañado del de apelación
subsidiaria y la providencia impugnada reuniere las condiciones establecidas
en el articulo siguiente para que sea apelable.
2.-Hiciere lugar a la revocatoria, en cuyo caso podrá apelar la parte
contraria, si correspondiere.
 Texto antiguo en la provincia de Buenos Aires
Artículo 241 del CPCCBA..-La resolución que recaiga hará ejecutoria, a
menos que el recurso fuese acompañado del de apelación subsidiaria y la
providencia impugnada reuniere las condiciones establecidas en el artículo
siguiente para que sea apelable.

II. Fundamentación
En cuanto a la fundamentación de la apelación subsidiaria, los códigos de la Nación y de
la provincia de Buenos Aires tienen un texto idéntico:
Artículo 248 del CPCCN.- Cuando el recurso de apelación se hubiese
interpuesto subsidiariamente con el de reposición, no se admitirá ningún
escrito para fundar la apelación (mismo artículo CPCCBA).

III. Posturas referidas al rechazo o admisión


de la revocatoria
• Rechazo de la revocatoria sin que se hubiera
interpuesto la apelación en subsidio
Cuando el juez de grado rechaza la reposición o revocatoria, por entender que no ha
cometido error alguno y no se ha interpuesto la apelación subsidiaria, queda firme la
providencia simple recurrida.
Resultaría ineficaz una apelación de la resolución interlocutoria que decide rechazar
la revocatoria.

• Se rechaza la revocatoria, pero hay apelación subsidiaria


Cuando el juez de primera instancia rechaza la reposición o revocatoria y está
articulada la apelación subsidiaria concederá éste último recurso si la providencia es
apelable.
Ello con independencia de que la revocatoria fuera formalmente
improcedente (por ejemplo porque la revocatoria esté fuera de término; porque la
providencia sea interlocutoria no susceptible de revocatoria).

• Se admite la revocatoria. Puede apelar la parte contraria


Cuando el juez de grado admite la reposición o revocatoria puede apelar la parte
contraria que había peticionado la resolución que luego se revocó. Esta solución surge
para la Nación de la actual redacción del artículo 241 del CPCCN (inciso 2). En la
provincia de Buenos Aires no hay norma alguna pero entendemos que el criterio debe
ser similar.

• Sin embargo la parte contraria que puede apelar,


no puede pedir revocatoria. Porque se trata de un
auto interlocutorio, no de una providencia simple
A veces se cometen errores conceptuales. La parte contraria, que puede apelar de
una revocatoria admitida, no puede a su vez pedir revocatoria.
En realidad la revocatoria de la revocatoria sería conceptualmente improcedente, pero
existe un argumento más: La resolución que decide una revocatoria tiene que ser fundada,
por tanto no es una providencia simple (artículo 160 del CPCCN y CPCCBA), debe ser un
auto interlocutorio (articulo 161 del CPCCN y CPCCBA) y las revocatorias no proceden
contra los interlocutorios sino contra las providencias simples (artículo 238 del CPCCN y
CPCCBA).

j) Interposición directa de la apelación, pendiente la


resolución de la reposición
Puede suceder que, en vez de interponer la apelación subsidiaria, se apele en forma
autónoma, dentro del plazo y pendiente de resolver la revocatoria.
Tal proceder es perfectamente lícito y posible, no vulnera regla alguna del
procedimiento. Hay 3 días para pedir la revocatoria y 5 días para apelar. Se puede
pedir la revocatoria en tercero día o antes (los plazos son máximos) y apelar en quinto
día. Es más, si la justicia no tuviera dilaciones y las revocatorias se resolvieran de un
día para el otro, éste problema no se plantearía. Como la apelación directa tiene un
plazo para fundarla (en relación, providencias simples) existe un intervalo de tiempo
que permite conocer el resultado de la revocatoria. En tal caso y si es favorable para el
apelante, éste desistirá del recurso de apelación. En caso contrario fundará. No se
advierte problema alguno para impedir ello, ya que no hay prohibición legal.
Contra esta clara interpretación aparecen teorías absurdas que limitan los recursos,
como aquella de que una apelación subsidiaria de una revocatoria improcedente debe
ser rechazada también. Ello ha conllevado al planteo de la apelación directa para evitar
este tipo de hermenéuticas.
No obstante ello, fuerza es reconocerlo, existen pronunciamientos que, sin apego a
pruritos formales, aceptan que una fundamentación incorrecta de una revocatoria, por
cuanto la providencia era interlocutoria y por ende insuceptible de revocatoria, no
amerita el rechazo de la apelación subsidiaria.

k) La apelación subsidiaria no se funda


Cuando se interpone la revocatoria o reposición con apelación en subsidio, ésta
última no se funda.
La razón es muy simple, el recurso de reposición es fundado, por lo que si se
admitiera la nueva fundamentación de la apelación, habría una doble fundamentación
y una pérdida de tiempo importante.
Por lo demás, el artículo 248 del CPCCN y CPCCBA, transcripto, establece que
cuando la apelación es subsidiaria no se funda.
Cuando se interpone un recurso de reposición con apelación subsidiaria, el escrito
presentado hace las veces de sostenimiento del segundo recurso mencionado, para el
caso en que la reposición fuese desestimada, razón por la cual es menester que dicha
pieza cumpla con todos los requisitos que establecen en los artículos 265 y 277 del
Código Procesal (CNCiv., Sala A, junio 12 de 1996, Goldfarb, Samuel c. Acuña, Juan”,
La Ley 1996-E-653, fallo número 39.027-S).
No se puede en consecuencia mejorar el recurso presentando una nueva
fundamentación.

l) Si la revocatoria está fuera de término, debe concederse


la apelación subsidiaria
Si se ha interpuesto la revocatoria con apelación subsidiaria en quinto día, es lógico
que la reposición está fuera de término y debe ser desestimada.
¿Qué suerte debe correr la apelación en subsidio de una revocatoria improcedente
por extemporánea?
A nuestro juicio debe concederse la apelación subsidiaria y tenerla por fundada,
dado que con ello se garantiza la defensa en juicio, la apelación -por otra parte- ha
sido interpuesta en término y éste último recurso no es sacramental.

ll) Revocatoria contra el auto que deniega una apelación.


Queja. Recursos extraordinarios locales
Si un juez de grado rechaza un recurso de apelación por inadmisible, cabría por vía
de hipótesis una revocatoria si se entendiera que la providencia desestimatoria del juez
es un auto simple.
A nuestro juicio, la única posibilidad de atacar un rechazo del recurso de
apelación es mediante la queja o recurso directo o de hecho a presentar en la
Excma. Cámara. No cabe la revocatoria.

m) Cuadro sinóptico de la revocatoria


Siguiendo la idea de una utilización práctica de los recursos se hace una
simplificación de la revocatoria en el siguiente cuadro:
Recurso Plazo Objeto Providenc Se funda Suspende Puede Apelación
ia relacionars
e

Reposici 3 días en Para que Simples Debe ser Como el Puede Subsidiari
ón o primera el mismo (artículo fundado. recurso de relacionars a al
Revocat instancia juez que 160 del apelación es e con el recurso
oria artículo dictó la CPCCN y Si es en suspensivo, recurso de de
(artículo 239 del providenci CPCCBA) una hasta que se apelación. revocatori
s 238 a CPCCN y a la audiencia resuelva la Revocatori a. No se
241 del del revoque fundarse revocatoria. a con funda.
CPCCN y CPCCBA por verbalmen apelación
del contrario te Muy subsidiaria
CPCCBA En una imperio importante: (articulo
audiencia Sin embargo 241 del
debe no suspende CPCCN y
apelarse el plazo para del
de la apelación CPCCBA
inmediato, directa
en el curso
de la
audiencia

3 días en Para que Simples Debe ser Si se En Cámara Puede


segunda la Cámara (artículo fundado. rechaza no puede apelar
instancia reunida 160 del causa relacionars directame
(artículos con sus 3 CPCCN y ejecutoria, e con otro nte la
239 y 273 miembros CPCCBA), salvo lo que recurso parte
del CPCC y examine dictadas se dice en contraria
239 y 268 las por el las celdas a la que
del CPBA resolucion juez siguientes pidió la
es de president de la tabla: revocatori
trámite del e de la Puede a. Esta es
juez Sala relacionarse una
presidente apelación
de la Sala directa y
el plazo
es de
cinco días
(artículo
241 del
CPCCN).
No está
contempla
do en el
CPCCBA
6. Recurso de aclaratoria

a) Concepto y objeto de la aclaratoria


Todos sabemos que la interpretación de las normas y de los fallos no suele ser, a
veces, unívoca. Es propio de la naturaleza humana y de la fecundidad de su intelecto
encontrar una o varias variantes para lo que, pudiera entenderse, existe un sólo
camino.
La posibilidad de discrepar es tan propia del abogado y del magistrado, que
representa su forma de ser. Pongamos un ejemplo: El artículo 83 del CPCCN y
CPCCBA, en materia de beneficio de litigar sin gastos establece que el trámite para
obtener el beneficio no suspenderá el procedimiento, salvo que se pidiere en
el escrito de demanda. En nuestra obra sobre beneficio tratamos este tema y a ella
nos remitimos, pero lo que aquí importa es la interpretación. El buen criterio diría que
la norma debe interpretarse o ese es su sentido literal, en el sentido de que el trámite
del beneficio no suspende la causa, que se podrá seguir avanzando en ella, salvo que,
en el escrito de demanda, se pidiere la suspensión del procedimiento hasta que esté
concedido el beneficio. Sin embargo, la mayor parte de la jurisprudencia opina lo
contrario, vale decir que si se pidiere el beneficio con la demanda o como capítulo de la
misma se suspende el procedimiento hasta que se resuelva la concesión o no del
beneficio. Se advierte como un texto en apariencia claro puede interpretarse de dos
maneras4.
Algo similar puede suceder con las sentencias.
Cuando se dicta una sentencia o un auto interlocutorio se deslizan errores. La
corrección de esos errores, la rectificación de los mismos, se hace por
intermedio de la aclaratoria.
Decía Ugo Rocco que puede ocurrir que al escribir el redactor la sentencia o la
ordenanza, y al copiar el secretario dichas providencias, se incurra en errores
materiales, en omisiones o en errores de cálculo....en tales caso se admite un
procedimiento especial, que se denomina de “corrección” de las sentencias y sus
ordenanzas, que constituye una forma especial de rectificación. En esta
conceptualización advertimos lo limitado de la misma y el hecho de que derechamente
se asigna a la corrección o aclaratoria un papel distinto del recurso y más integrativo
de la sentencia. Los conceptos del profesor de Nápoles no se aplican a nuestro país, en
que la corrección tiene un ámbito más amplio. Sin embargo esta conceptualización
importa una primera aproximación a este tema. Corrección o rectificación son la
esencia misma de la aclaración o aclaratoria.

I. La sentencia, sus partes y límites

4
Tan es así que la reforma de la ley 25.488 nos dio la razón aclarando, lo que no ameritaba aclaración.
Ahora el artículo 83 del CPCCN establece que: Hasta que se dicte resolución la solicitud y presentaciones de
ambas partes estarán exentas del pago de impuestos y sellado de actuación. Estos serán satisfechos, así
como las costas, en caso de denegación. El trámite para obtener el beneficio no suspenderá el
procedimiento, salvo que así se solicite al momento de su interposición (Artículo sustituido por art.
2° de la Ley N° 25.488 B.O. 22/11/2001).
Al redactarse una sentencia puede ocurrir que los considerandos de la misma se
contradigan con la parte dispositiva. Existe una vieja polémica, en cuanto a los límites
objetivos de la cosa juzgada, que se refiere, precisamente, a qué partes de la
sentencia hacen cosa juzgada (la sentencia tiene tres partes, a saber: Resultando,
Considerando y Fallo). Mientras Savigny entendía que debían tenerse en cuenta los
considerandos y el fallo, Chiovenda indicó, muchos años después, que sólo hace cosa
juzgada la parte dispositiva (el fallo o decisión), pues la sentencia es un acto de
autoridad estatal o de volición e interesa más el Estado cuando impone la decisión que
el juez cuando expresa los fundamentos de la misma. Por eso cosa juzgada, en
sentido material, es la indiscutibilidad de la esencia de la voluntad concreta
de la ley afirmativa en la sentencia.
Pues bien, ¿qué pasa si en los considerandos se dice una cosa y en el fallo se
expresa otra? También, ¿que sucede si en los considerandos la solución aparece clara
y en la parte dispositiva se trastoca o se obscurece o resulta ambigua?

II. Extinción de la jurisdicción


A estos ingredientes se suma la extinción de la jurisdicción del juez o
irretractabilidad de la sentencia que impide que el juez revea o modifique su decisión.
También, a veces es conveniente y deseable que alguna omisión o una obscuridad
se resuelvan por el mismo juez o Cámara que dictó el pronunciamiento.
Para todas estas cuestiones nació la aclaratoria como recurso, sin perjuicio de las
facultades del juez o Cámara de aclarar su decisión hasta antes que sea notificada la
sentencia.

b) Finalidad de la aclaratoria
La aclaratoria no tiene por objeto modificar una resolución judicial, aunque quiérase
o no la modifica o la integra.
Tampoco tiene por objeto y en esto coincidimos con Rocco corregir la inexistencia,
nulidad o anulabilidad de la sentencia, y en general, de los actos de los órganos
jurisdiccionales, sino solamente a la irregularidad de ellos, de manera que queda fuera
del campo de la corrección todo vicio de la sentencia que ocasione su inexistencia,
nulidad o anulabilidad. Carnelutti admitía la corrección de la sentencia, aun en estos
supuestos. A nuestro juicio esta concepción amplia invade el ámbito del recurso de
apelación, el que ha absorbido a la nulidad.
Su finalidad es triple y así puede:
I. Servir para que el mismo juez interprete algún concepto obscuro de la
decisión.
II. Suplir una omisión en la que se incurrió en la decisión, no tratando
algunos de los rubros reclamados o no expidiéndose sobre costas
III. Salvar un error
Explicaremos cada una de estas finalidades.

c) Servir para que el mismo juez interprete algún


concepto obscuro de la decisión
En principio y como hemos de ver la aclaratoria procede contra las
sentencias definitivas que son las que ponen fin al litigio. En realidad lo que se
persigue con este recurso es evitar el doble grado jurisdiccional y solucionar problemas
menores ante el mismo juez que dictó la sentencia.
Sin embargo, existen varios problemas y el primero consiste en que dictada la
sentencia se extingue la jurisdicción del juez o mejor dicho la competencia, que es su
límite, sobre lo que ha sido objeto de juzgamiento. Esto lo dispone el proemio del
artículo 166, tanto del CPCCN como del CPCCBA. Esta situación jurídica se llama
extinción de la jurisdicción y el magistrado no puede modificar lo que ya ha hecho.
Incluso el derecho indiano preveía un recurso, el de atentado, si el juez ejecutaba o
modificaba la sentencia que había realizado. El Código procesal de Tucumán admitió
ese recurso.
Se ha dicho, en este sentido, que la sentencia es irretractable para el juez que la
pronunció, quien no puede dejarla sin efecto con un acto posterior ni alterar lo
sustancial de la decisión (artículo 166, inciso 2, CPCCN). Así, se explica la
improcedencia del recurso de revocatoria contra la sentencia, en virtud de
antecedentes que se remontan a la ley de Partidas.
Por lo tanto, el juez de grado no puede modificar la sentencia y debe limitarse,
en su caso, a analizar y completar o integrar su pronunciamiento o en su caso
indicar la interpretación correcta de lo que ha dicho.
En segundo lugar, es sabido que la sentencia consta de tres partes: resultando,
considerando y fallo. Las partes medulares son las dos últimas. A veces el magistrado
trata correctamente la cuestión en los considerandos, fundamentando y aplicando el
derecho y cuando llega a la parte dispositiva la síntesis le sale mal o confusa. Para eso
sirve la aclaratoria.
En algunas circunstancias se utilizan términos ambiguos o de dudosa hermenéutica.
Para eso sirve la aclaratoria.

d) Suplir una omisión en la que se incurrió en la decisión,


no tratando algunos de los rubros reclamados o no
expidiéndose sobre costas
Pero el campo más vasto de la aclaratoria es el de las omisiones, por inadvertencia.
Si el magistrado no trató un rubro por considerarlo improcedente, no hay omisión y su
eventual error debe ser corregido con la apelación. De lo que aquí se trata es de la
omisión por inadvertencia.
Rocco entiende, siempre en forma restrictiva, que las omisiones tienen que
referirse a elementos materiales, de manera que más que de vicios de la
sentencia en sentido técnico, habrá que hablar de erróneo traslado a signos
gráficos de los elementos propios o individualizadores de la persona o cosa.

A nuestro juicio, la omisión debe interpretarse más ampliamente; no como


omisión en los signos gráficos, sino como olvido de un rubro reclamado, por
ejemplo. No se advierte el sentido de una interpretación tan ritualista, que
obliga a plantear la apelación. El olvido es la forma más importante de
omisión. Dicho olvido no importa denegación, ya que fue por
inadvertencia. Es como cuando el juez laboral se olvida de tratar el
sueldo anual complementario pedido por la parte actora, no porque
quería rechazarlo, sino porque simplemente se olvidó de tratarlo.

La tarea de realizar una sentencia no es fácil, al juez le urgen los términos (está
atrasado), las lecturas son veloces. No se fijan en todos los puntos reclamados o no
tratan las cuestiones accesorias que minimizan. Lo más importante es sacar una
sentencia justa. En determinadas circunstancias lo accesorio es muy importante, como
para los abogados el tema de a quién se le cargan las costas y las regulaciones de
honorarios cuando éstas pueden ser realizadas. Para esto sirve la aclaratoria.
En relación a las costas la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha dicho que
corresponde admitir el recurso de aclaratoria en el caso que la Corte Suprema omitió
imponer las costas, ya que se configura la situación prevista en el art. 166, inc. 2, del
Código Procesal Civil y Comercial de la Nación (CS, setiembre 3 de 1996, Dresdner
Forfaitirungs Actiengesellschaft c. San Luis, provincia de; Repertorio El Derecho, tomo
31, página 707, sumario 3 del Recurso de Aclaratoria). Este principio fue reiterado,
aun en disidencia, cuando los jueces disidentes indicaron que si la sentencia de la
Corte omitió imponer las costas, corresponde admitir el recurso de aclaratoria, dado
que se configura la situación prevista en el artículo 166, inciso 2 del Código Procesal
Civil y Comercial de la Nación (disidencia de los Doctores Nazareno, Moliné O¨Connor,
Belluscio y Bosert) (CS, diciembre 27 de 1996, “Franzoni, Tulio y otros -BCRA-
s/incidente de testimonios en causa B-1427; Repertorio El Derecho, tomo 31, página
707, sumario 4 del Recurso de Aclaratoria).
Con relación al omitido tema de las sanciones se dijo que si bien es cierto que con el
dictado de la sentencia queda concluida la competencia del juez respecto del objeto,
ello no empece a que conforme surge del art. 166 del Cód. Procesal, el magistrado
pueda de oficio o a pedido de parte aclarar algún concepto oscuro, corregir errores
materiales o suplir omisiones, siempre que no se altere lo sustancial de la decisión;
facultad que no se advierte excedida cuando, en el pronunciamiento
aclaratorio se califica como temeraria la conducta del demandado, con la
consiguiente aplicación de una sanción pecuniaria, por haber éste ejercido
inadecuadamente el derecho de defensa mediante planteos formulados con propósitos
meramente dilatorios (CNCom., Sala A, agosto 18 de 1993, “Corrales, Francisco c. De
Rosso, Celestino L.”, DE, 162-261).

e) Salvar un error
El error no puede ni debe ser fuente de derechos. Si se trata de errores puramente
numéricos o aritméticos pueden ser corregidos en todo tiempo, aun en la etapa de
ejecución de sentencia. Ello quiere decir que el error no hace cosa juzgada. Es
que existe una tendencia, aun al día de la fecha, de considerar a la cosa juzgada como
algo sobrenatural, presunción de verdad absoluta, etcétera. En realidad la cosa
juzgada no tiene santidad y sólo se mantiene por razones de seguridad jurídica y para
la paz social. Es que la sentencia es un acto de autoridad estatal que como la obra se
independiza del artista o juez que la interpretó.
Nuestra experiencia ha advertido verdaderos horrores aritméticos como equivocarse
con un cero ó dos ceros en época de indexación, lo que elevaba la condena en cientos
de actuales miles de pesos.
Empero, los errores aritméticos se reservan para el punto siguiente; lo que interesa
aquí es el error material.
Participamos de la concepción amplia de Carnelutti, para quién el error material
consiste en el contraste manifiesto entre la fórmula (fallo o decisión) y la idea
(los considerandos). Rocco se opone a esta interpretación y para él, únicamente
puede rectificarse la expresión, más que la formación de la idea. Agrega en la nota 5
de la página 207, del volumen III que considerando así el error material, comprendería
todos los posibles errores, tanto de hecho como de derecho, tanto relativos a las
sustancia como a la forma de los actos. En efecto, no es posible ejercer un control
sobre la idea sino a través del único medio de percepción de la mente que está
representado por la expresión de ella. Siguiendo el concepto de Carnelutti, se llegaría,
por ejemplo, a considerar error material la contrariedad entre motivación y parte
dispositiva de la sentencia, cuando no hubiera duda de que había contraste entre la
idea que surge de la motivación y la fórmula que resulta de la parte dispositiva. No nos
llegan estas objeciones, la aclaración o aclaratoria puede enmendar errores o rectificar
diferencias entre la fórmula (decisión o fallo) y la idea (los considerandos), a condición
claro está que se respete la idea objetiva del juzgador y no su motivación subjetiva.

f) Los errores puramente aritméticos


I. Concepción restringida de Ugo Rocco. Error aritmético
es 2+2=5. No admite errores de cálculo que
dependan de procedimientos técnicos
Estos errores pueden rectificarse en cualquier tiempo. Siguiendo su concepción
restringida Rocco entiende que, en cuanto a los errores de cálculo, también deben
tener un carácter de absoluta materialidad (2+2=5) y tienen que resultar prima facie,
pues si acaso implicaren una serie de procedimientos técnicos con el empleo de
fórmulas matemáticas, no creemos que sea posible dar lugar a la corrección.

III. Concepción mas amplia


Entendemos que los errores aritméticos o de cálculo no sólo pueden consistir en
groseros errores materiales, como el señalado por Rocco, sino en errores de
procedimientos técnicos como en el cálculo de actualizaciones, coeficientes u otras
operaciones matemáticas.

III. Corrección en cualquier tiempo.


Invariable tesis de la Corte Suprema
Enseñaba Alsina que era de advertir, que los errores aritméticos padecidos en una
sentencia pueden rectificarse en cualquier tiempo, conforme a lo dispuesto en la ley
19, título 22 y ley 4, titulo 26, de la Partida 3a. (Corte Suprema, Fallos, t. 34, página
65).
La Corte Suprema de Justicia de la Nación tiene un verdadero leading case en esta
materia, relativamente reciente y reiterativo de jurisprudencia anterior, en la causa
“Chapiro”. Dijo el alto tribunal que:
1.-La circunstancia de que la decisión de la Cámara haya sido notificada a raíz de un
pedido de aclaratoria. no justifica el otorgamiento de la vía del artículo 14 de la ley 48
(Fallos tomo 267, p. 59; t. 292, p. 482 -Rev. La Ley, t. 127, p. 708; Rep. La Ley, t.
XXXVI, J-Z, p. 1356, sum. 699-, entre otros). Ello es así por cuanto lo atinente a la
naturaleza y alcance de los recursos admitidos por los tribunales de la causa, no
configura la cuestión federal por tratarse de materia procesal (Fallos tomo 256, p. 506;
t. 266, p. 311; t. 271, p. 300; t. 295, p. 587 -entre otros).
2.-Exigir que la Cámara, por estricta aplicación del plazo para interponer aclaratoria,
se vea impedida de corregir un mero defecto numérico de su pronunciamiento
importaría tanto como desconocer la unidad de las sentencias judiciales (conf. Fallos, t.
295, p. 780 -Rev. La Ley, t.1978-B, p. 681), así como ampara el predominio de una
solución formal, que contradiría sustancialmente el claro resultado a que arribó en la
sentencia (doctrina Fallos, tomo 286, página 291 -Rep. La Ley tomo XXXIV, J-Z,
página 151, sum. 1464) (Corte Suprema, febrero 12 de 1980, “Chapiro, Abraham y
otros c. Ballweg, Horacio L. y otros”, La Ley, tomo 1980-C-66, fallo número 78.438).
Fuera de la escueta síntesis, en este fallo la Corte Suprema remarcó algo que es
fundamental, la forma no puede sobreponerse a la sustancia.

IV. Reiteración de doctrina


La Corte Suprema reiteró estos conceptos en 1986, en estos términos: “Es de la
tradición judicial argentina el principio según el cual, los errores aritméticos o de
cálculo en que incurra una decisión deben ser necesariamente rectificados por los
jueces, sea a pedido de parte o ex officio. En efecto, en el actual art. 166, inc. 1,
último párrafo Código Procesal, así como en otros ordenamientos rituales nacionales y
provinciales, puede reconocerse la impronta de un criterio que, entre las fuentes
positivas nacionales, fue ya acuñado en las leyes de Partidas, al disponer que un juyzio
susceptible del reproche en estudio: non deue valer...en los demás que fue acrecido
por yerro de cuenta (Partida 3a., título XXII, ley 19; asimismo: título XXVI, ley 4 de
igual partida), regla ésta a la que se ajustó el Tribunal en temprana hora. Esta
constante orientación se sustenta en el hecho de que el cumplimiento de una sentencia
informada por vicios semejantes, lejos de preservar, conspira y destruye la institución
de la cosa juzgada, de inequívoca raigambre constitucional (era el criterio ya esbozado
por la Corte Sup. el 9/10/90, en la causa: “Alcaraz, Pascual y otra v. Bertoncini
Construcciones S.A.”, J.A. 1991-1-266, 409), pues aquélla busca amparar, mas que
texto formal del fallo, la solución real prevista en él. Corresponde que sea rectificado el
pronunciamiento que al regular los honorarios incurrió en errores de cálculo en el
cómputo del monto del juicio, pues la cifra considerada era comprensiva también de
intereses, siendo que con anterioridad se había resuelto que no se los tomaría en
consideración para efectuar la regulación (Corte Sup., 13/5/86, “Gobierno Nacional v.
N.N. y/o Varela, Juan Pedro”, Fallos 308-755 y J.A. 1988-IV-519).

V. Errores aritméticos, rectificables de oficio


Es que, aun sin mediar recurso de aclaratoria, si los jueces, al descubrir un error
material, no lo modificasen, incurrirían con la omisión en falta grave, pues estarían
tolerando que se generara o lesionara un derecho que sólo reconocería como causa el
error (Corte Sup. 13/9/73, “Nallín, Juan Carlos v. Orsese, Cía. Argentina de Seguros”,
Fallos 286-291 y J.A. 20-19730206; en igual sentido Corte Sup. 9/10/90, “Alcaraz,
Pascual y otra v. Bertoncini Construcciones S.A.”, J.A. 1991-1-266, 409).

VI. Casuística
Existe una casuística de la CS bastante importante en cuanto a la rectificación de
errores materiales de otros tribunales.

1) Doble actualización
Así se dijo que corresponde dejar sin efecto la sentencia que no hizo lugar a la
corrección del error material contenido en una decisión anterior, resultante de computar
una doble actualización, por no haber encuadrado el apelante su conducta en el art. 99
de la ley procesal laboral y encontrarse firme y pasada en autoridad de cosa juzgada esa
decisión (Corte Sup,, 30/6/87, “Andrada, Juan v. Municipalidad de la Capital”, J.A. 1988-
IV-520).

2) Regulación de honorarios
Es que, no puede invocarse un derecho adquirido, si al efectuar la regulación la
cámara incurrió en error material que, por razones de justicia y equidad, no puede ser
fuente de derechos (Corte Sup., 15/12/72, “Giaccaglia, Mario L.C. v. González”, Fallos
284-402; Corte Sup., 8/6/71, “Atienza, Raúl Antonio v. Argenca S.C.P.A.”, Fallos 280-
22 y J.A. 12-1971-118).

3) Error numérico en materia de fondo de desempleo


Por tanto, corresponde dejar sin efecto la decisión que no hizo lugar a la
rectificación de un error numérico contenido en la sentencia definitiva, obligando a
abonar una deuda mediante una doble actualización, en tanto no parece razonable que
el experto no hubiera estimado el valor del fondo de desempleo a la fecha establecida
en aquella decisión (Corte Sup. 9/10/90, “Alcaraz, Pascual y otra v. Bertoncini
Construcciones S.A.”, J.A. 1991-1-266, 409).

4) Corrección de la liquidación efectuada por


grave equivocación de origen aritmético
También el mas alto Tribunal de la Nación pudo decir que no violó el principio de cosa
juzgada ni excedió los límites de su jurisdicción, la sentencia de cámara que revocó la de
primera instancia en cuanto había aprobado una liquidación y corrigió en consecuencia el
monto definitivo de la condena por existir una grave equivocación, de origen aritmético,
en la operación realizada por el perito, atribuible al cambio de moneda; ello, habida
cuenta que el efecto de la cosa juzgada busca amparar, más que el texto formal del
fallo, la solución real prevista por el juez (Corte Sup., 18/4/85, “Sosa, Roberto O. v.
Coca Cola S.A. y otra”, J.A. 1987-IV-215).
5) Hasta la Corte Suprema aceptó la corrección de los
propios errores materiales de sus sentencias
Es que, dado que las sentencias de la Corte Suprema pueden excepcionalmente ser
corregidas en supuestos de error de hecho evidente, corresponde revocar la sentencia
que omitió valorar que la decisión apelada generaba consecuencias de insuficiente o
imposible reparación ulterior que la convertían en sentencia definitiva a los fines del
art. 14 de la ley 48 (Corte Sup., 18/5/89, “Acelco S.A.”, J.A. 1990-1-3).

• Error aritmético en sentencias de CS


Siendo manifiesto el error aritmético padecido en la sentencia de la Corte, puede
corregirse aunque haya adquirido la autoridad de la cosa juzgada (Corte Sup. 5/7/88,
“Ferrocarril de Buenos Aires y Rosario v. Canessa, Andrés”, Fallos 34-65).

• El principio de irretractabilidad cede ante el error


El principio según el cual las sentencias de la Corte no son susceptibles de recursos de
reconsideración, revocatoria o nulidad, admite excepciones cuando median errores
materiales en sus pronunciamientos, doctrina aplicables al caso en que se omitió tener
en cuenta lo decidido anteriormente por el Tribunal en cuanto a la admisión de la
excusación de uno de los jueces firmantes de la sentencia objetada (Corte Sup.,
5/5/83, “Rodríguez Viscobi, Jacinto Ernesto v. Caja de Previsión Social para Martilleros
y Corredores Públicos de la Provincia de Buenos Aires”, Fallos 305-603).

• Contradicción entre el fundamento y el decisorio


del fallo de la CS
La CS siempre admitió el reconocimiento de su propio error. Pues, no obstante que
ninguna observación hicieron las partes ni la Cámara, llegados los autos nuevamente a
la Corte y ponderada la manifiesta contradicción que existe entre el fundamento del
fallo dictado con anterioridad por el Tribunal y su decisorio, cabe reconocer el error en
que ha incurrido la Corte y enmendarlo (27/10/76, “Rivero, Delisia Rosa”, Fallos 296-
241).

• Error en el cómputo de los plazos por la CS


Por error en el cómputo de los plazos se dijo: “Si se ha incurrido en un error
material al efectuar el cómputo del plazo que contempla el art. 285 C.Pr. corresponde
hacer excepción a la regla según la cual el recurso de reposición no procede de
ordinario contra las sentencias definitivas de la Corte y dejar sin efecto aquel
pronunciamiento “ (Corte Sup., 3/3/81, “Lomagro de Solanilla, Catalina c. Solanilla,
Paulino”, Fallos 303-335). Este era el criterio anterior en fallo de fecha 7/9/76,
“Langiaeo, Juan Carlos D. v. Italar S.A.”, Fallos 295-753; ídem, 12/12/89, “Colombini,
Silvia Esther v. Santa Lucia Cristal S.A.”, J.A. 1990-IV-síntesis.

• Queja y error. Rectificación


Por haberse equivocado en los recaudos exigidos en una queja se dijo que
corresponde dejar sin efecto la anterior resolución de la Corte que había desestimado la
queja, sobre la base de que las cuestiones constitucionales planteadas en el recurso
extraordinario interpuesto por la demandada no habían sido sometidas al juzgador
oportunamente, teniendo en cuenta al efecto la copia del escrito acompañada por el
letrado de la actora, siendo que este recaudo agregado era incompleto (Corte Sup.,
9/9/76, “Fontal, Alberto v. Corporación Argentina de Productores de Carnes”, Fallos 295-
801).

• Ampliar la parte dispositiva de la sentencia de


la CS por omisión de lo que se había indicado
en el considerando
En cuanto a no haber incluido en el fallo, lo que fue objeto de admisión en los
considerandos se indicó que corresponde hacer lugar a la aclaratoria y ampliar la parte
dispositiva de la sentencia de la Corte que omitió mencionar, entre las cuentas por las
cuales prosperó la acción de repetición, una que había sido incluida expresamente en
los considerandos de la decisión (Corte Sup., 7/9/50, “P.B. Browne y Cia. S.R.L. v.
Dirección General del Impuesto a los Réditos”, Fallos 217-544). En forma similar se
dijo que si del desarrollo del fallo de la corte, resulta que expresó su voluntad de hacer
lugar a la demanda dictando pronunciamiento de condena por el rubro intereses
reclamados por la actora, resulta evidente que la parte resolutiva de la sentencia
contiene un error material de tenor equivalente a los previstos en la parte final del inc.
1 del art. 166 C.Pr., susceptible de su pertinente corrección (Corte Sup., 7/10/76,
“Cifen, E.N. v. Prov. del Chaco”).

• Por falta de reenvío


Por no haber devuelto la Corte el expediente para el dictado de un nuevo
pronunciamiento y establecer la firmeza de la sentencia de primera instancia admitió el
alto Tribunal la corrección del fallo. Así dijo que corresponde corregir el anterior fallo
de la Corte que había decidido que al dejar sin efecto la sentencia de cámara, quedaba
firme la sentencia de primera instancia, dado que, existiendo una cuestión que debe
ser resuelta por un Tribunal judicial, en resguardo de las garantías constitucionales de
defensa en juicio y del debido proceso, los autos deben volver al Tribunal de origen
para que, por quien corresponda, se dicte un nuevo fallo con arreglo a lo decidido por
la Corte (Corte Sup., 24/11/88, “Automóviles Saavedra S.A. v. Fiat Argentina S.A.”).

6) Casos en que la Corte Suprema no admitió


la rectificación
En muchos supuestos la Corte Suprema no admitió la rectificación de
supuestos errores materiales. Por ejemplo, indicó que no corresponde hacer lugar a
la rectificación de la sentencia de la Corte, solicitada por la parte actora, si el error no
correspondería en todo caso a la sentencia, sino a la prueba rendida por dicha parte
(11/7/921, “Cinto, Carlos v. Prov. de Entre Ríos”, Fallos 134-259).
En igual sentido expresó que no corresponde hacer lugar a la rectificación de la
sentencia de la Corte, pues de existir error en la fecha señalada como punto de partida
de la prescripción que se ha declarado procedente con sujeción al examen de todos los
antecedentes de hecho y de derecho verificado por el Tribunal, no se trataría de un
simple error material (Corte Sup., 26-9-912, “Mercevich, Cristóbal v. Prov. de Buenos
Aires”, Fallos 116-37).
Es inadmisible la solicitud de rectificación del error en que se pretende haber
incurrido al fallo definitivo de la Corte al apreciar el sentido y alcance de las
manifestaciones de las partes en sus respectivos escritos, al igual del que pudiera
existir en el análisis de los documentos de prueba presentados en el juicio (Corte
Suprema, 16/11/1005, “Banco Constructor de La Plata v. Gobierno Nacional”, Fallos
103-155).
Los restantes errores, los que no son aritméticos deben ser corregidos con la
aclaratoria o pueden ser motivo de apelación y pedir su subsanación en la expresión de
agravios. Aunque esto ha generado diversos problemas que se tratarán más
adelante.

g) Naturaleza jurídica de la aclaratoria


La aclaratoria, como se verá, no es en realidad un típico recurso, pues no pretende
modificar ningún decisorio, salvo el supuesto del error.
A su vez no importa adquisición de competencia por un tribunal superior o ad-quem.
Para los alemanes sería un remedio.
La aclaratoria la resuelve el mismo juez que dictó la sentencia, por ello participa de
algunas connotaciones similares a la reposición o revocatoria.
Tampoco es suspensiva, porque no suspende plazos para interponer otros recursos
como la apelación o algún recurso extraordinario, si se trata de Cámara.
En resumen es un recurso para ante el mismo juez que dictó la
sentencia, no suspensivo del procedimiento y que tiene por finalidad
aclarar, salvar omisiones o corregir errores.

h) ¿Es la aclaratoria, a pedido de parte, un recurso?


• Introducción al tema
En realidad la aclaratoria no sería un típico recurso, desde un punto de vista técnico.
Un recurso tiene por objeto modificar una resolución judicial; la aclaratoria no puede
hacerlo y los códigos hablan precisamente de no alterar lo sustancial de la
decisión. Si se pasa ese límite la aclaratoria debe ser rechazada, pues el juez ya ha
emitido opinión sobre la cuestión sustancial y no puede volver a hacerlo. Si la
sentencia es un acto de voluntad, una vez dictada no puede modificarse la volición.

• Mediante la aclaratoria se perfecciona o completa


un fallo. No se lo modifica
Así la Corte Suprema de Santa Fe ha dicho que el remedio de la aclaratoria está
dirigido a corregir un error de expresión y no de voluntad de la sentencia y sus
remisiones. Su ámbito está estrictamente limitado por la enumeración del art. 248 del
Cód. Procesal, a los casos de error material, oscuridad en los conceptos o subsanación
de omisiones de pronunciamiento. Mediante la aclaratoria sólo se puede perfeccionar o
completar la sentencia, pero nunca modificarla o transformarla (CS Santa Fe, octubre
2 de 1992, “San Cristóbal S.M.S.G. c. Osella de Varvello, Norma E.”, J, 90-185).
La SCBA tiene un verdadero leading case al respecto, la causa “Torres, Roque L. c.
Frigorífico Alcaraz S.A.” y allí indicó que la decisión aclaratoria tiene como límites para
su procedencia la corrección de algún error material o aclarar algún concepto oscuro
de la decisión. En la sentencia predomina un acto de voluntad por lo que, ante un
pedido de aclaratoria habrá que mantener la volición que constituye la sentencia,
limitándose a enmendar la expresión de dicha voluntad examinando si la corrección
afecta el pronunciamiento en su sustancia, si el error material que se invoca se refiere
a la manera de discurrir del juez o a su expresión escrita y si se ha expresado
defectuosamente la intención del juzgador. Transgrede el articulo 166, inc. 2 del
CPCCN la aclaratoria que modifica un elemento sustancial del fallo (marzo 14 de 1995,
J.A., 1995-III-602).

• Las dos posiciones: La aclaratoria es un recurso


o es un incidente
Fenochietto-Arazi, explican las dos tesis respecto a este tema: Si la aclaratoria es
un recurso o un incidente.

• Aclaratoria como recurso


Citando a Podetti y a Ibañez Frocham indican que cuando el litigante objeta una
resolución judicial -así sea la sentencia de casación-, para que se salve un error
material, se aclare un concepto oscuro o se supla una omisión, realiza un acto procesal
cuya consecuencia de prosperar, será quiérase o no, una modificación de la sentencia.
Podetti agrega que la aclaratoria tiende en algún grado a modificar en su sustancia, o
en su forma, una resolución judicial. Constituye un específico remedio procesal.
Para Fenochietto-Arazi, la aclaratoria a pedido de parte se trata de un recurso
ordinario. Rocco entiende que el procedimiento de corrección se realiza a partir del
recurso.

• Aclaratoria como incidente


Sentís Melendo, por el contrario, entiende que la aclaratoria es un incidente de la
sentencia. No es un recurso sino una incidencia para integrar o completar la sentencia.
El principal defensor moderno de esta tesis es Luis R. Herrero, quién enfatiza que la
aclaratoria no es un recurso, tal como lo sostienen, entre otros, Guasp, Morello, Fassi,
el citado Sentís Melendo y los autores de quién este último fue tributario: Mattirolo,
Mortara y Carnelutti. Señala Sentís Melendo..., siguiendo a Calamandrei, que la
aclaratoria sirve para enmendar un defecto de expresión, mientras que los recursos
sirven para enmendar un defecto de volición. No es un recurso porque no se impugna
con ella la sentencia; no se la considera equivocada; no se pretende su rescisión ni
sustitución por otra; no se aspira a modificar un error de fondo o de contenido, sino
una deficiencia de expresión....(concluye) que queda de tal suerte demostrado que el
contenido y la extensión del concepto recurso difiere del contenido y la extensión del
concepto aclaratoria.

• Posición de Alsina y nuestra opinión. Quiérase o no


la aclaratoria aceptada modifica el pronunciamiento
Pero ha sido Alsina quién ha explicado con meridiana claridad la cuestión. Decía el
maestro que la doctrina entiende, generalmente, que las correcciones, aclaraciones o
ampliaciones han de ser de tal naturaleza que no alteren lo substancial de la
decisión, pues lo contrario seria admitir que el juez pudiera tener dos opiniones
distintas en un mismo litigio, o que las partes sean las llamadas a hacerle notar
injustas decisiones. Pensamos, sin embargo, que esa interpretación no es exacta. La
restricción que contiene el artículo 222 (nuestro actual 166, inc. 2, CPCC y CPBA), en
cuanto establece que no se alterará en lo substancial la decisión, se refiere
sólo al caso de oscuridad de la sentencia, porque en tal supuesto no hay
error material y es natural que la aclaratoria no pueda entonces variar sus
conclusiones. Pero distinta es la situación cuando el juez altera la situación
de las partes, o se equivoca en el nombre de las mismas, o incurre en un
error en cuanto a sus pretensiones, o comete un error de cálculo, porque
para subsanarlo, deberá necesariamente variar los términos de la decisión...
Por aplicación de este concepto, la jurisprudencia ha resuelto que el juez de primera
instancia puede, por vía de aclaratoria, dejar sin efecto una condena dictada por
error, y que el tribunal de apelación puede, por el mismo recurso, revocar una
sentencia que ha pronunciado incurriendo en un error material.
La Suprema Corte de Mendoza ha expresado un concepto parecido cuando dice
que si bien la resolución que al resolver el recurso de aclaratoria interpuesto,
modifica el monto de la condena sustituyendo el momento a partir del cual debe
computarse la depreciación monetaria, altera sustancialmente el criterio mismo del
tribunal cuando ya éste se había desprendido de su jurisdicción, pues la
aclaratoria no permite corregir fallas en el razonamiento del magistrado,
en la fijación de los hechos, ni en la aplicación del derecho, cabe morigerar
el rigor de tal criterio general cuando la anulación de la resolución
aclaratoria conduce a resultados arbitrarios (SCMendoza, sala Y, marzo 3 de
1995, “Galdame, Oscar A. c. Abalos, Víctor A y otro”, La Ley, 1996-A-721, con
nota de Adolfo A. Rivas, DJ, 1996-1-1031). Este fallo está en la mencionada línea
doctrinaria anterior y revela que la aclaratoria no cumple, a veces, una mera
finalidad correctora, sin alterar lo sustancial de la decisión.

Este claro pensamiento de Hugo Alsina nos obliga a rever nuestra posición
original de considerar que la aclaratoria no es un recurso. Los ejemplos
citados por Alsina son definitorios, si se ha equivocado entre apelante y
apelado o entre locador o locatario no puede pensarse ni decirse que la
admisión de la aclaratoria no modifique la sentencia. Lo hace, se quiera o no
se quiera y lo hace para bien. Ninguna sentencia puede tener como
fundamento al error.

Nuestro ordenamiento es muy amplio en materia de recursos y engloba tanto los


remedios como los recursos. Tan recurso es una reposición como una apelación. No
importa que adquiera competencia un tribunal superior. Desde este punto de vista
también debe ser considerada la aclaratoria como un recurso ya que es un medio a
disposición de las partes para corregir o integrar.
El carecer del objeto modificativo propio de los recursos, en algunas circunstancias,
no lo priva de ser un medio para corregir y para evitar un gravamen. En consecuencia,
la aclaratoria es un recurso ordinario.
Estos conceptos son aplicables a la aclaratoria a pedido de parte, la que constituye
un recurso. La aclaratoria de oficio, en cambio, no es un recurso e integra la sentencia.

i) Los textos legales


En el CPCCN y el CPCCBA existen varias normas que se refieren a la aclaratoria, a
saber:
El artículo 36, inciso 6, del CPCCN establece entre las facultades ordenatorias e
instructorias del juez la de corregir, en la oportunidad establecida en el art. 166, incs.
1 y 2, errores materiales, aclarar conceptos oscuros, o suplir cualquier omisión de la
sentencia acerca de las pretensiones discutidas en el litigio, siempre que la enmienda,
aclaración o agregado no altere lo sustancial de la decisión.
La ley 22.434 eliminó “y esta hubiese sido consentida por las partes” (que sigue en
el CPCCBA; ver a continuación). Esto se hizo para tratar de zanjar o evitar una
contradicción entre el artículo transcripto y el art. 166, inc. 1, del CPCCN. El artículo
36, inciso 6 (texto según ley 25.488), podía interpretarse que la facultad de
corrección del juez podía ejercerse hasta que la sentencia estuviere
consentida, es decir se hubiere agotado el plazo para apelar. En cambio, el
artículo 166, inc. 1 del CPCC, habla mas propiamente que esta facultad puede
ser ejercida únicamente hasta la notificación de la sentencia. Con la reforma
de la ley citada ya no cabe la menor duda, la aclaratoria de oficio sólo es
procedente, hasta la notificación de la sentencia. Luego sólo cabe el recurso
de aclaratoria (Ver punto de aclaratoria de oficio).
El artículo 36, inciso 3°, del CPCCBA tiene un texto similar, pero no igual. Dice:
Corregir algún error material o suplir cualquier omisión de la sentencia acerca de las
pretensiones deducidas en el litigio, siempre que la enmienda o agregado no altere lo
sustancial de la decisión, y ésta hubiese sido consentida por las partes.
El artículo 166 del CPCCN regula la actuación del juez posterior a la sentencia. En su
inciso 1 establece que el juez puede l.-Ejercer de oficio, antes de la notificación de la
sentencia, la facultad que le otorga el artículo 36, inc. 6. Los errores puramente
numéricos podrán ser corregidos aun durante el trámite de ejecución de sentencia. 2.-
Corregir, a pedido de parte, formulado dentro de los tres días de la notificación y sin
substanciación, cualquier error material; aclarar algún concepto oscuro, sin alterar lo
sustancial de la decisión y suplir cualquier omisión en que hubiese incurrido sobre
alguna de las pretensiones deducidas y discutidas en el litigio.
El artículo 166, incisos 1 y 2 del CPCCBA tienen un texto igual.
El artículo 272 del CPCCN establece que podrá pedirse aclaratoria en el plazo de
cinco días contra la sentencia de la Excma. Cámara. El último párrafo del artículo 267
del CPCCBA dice exactamente lo mismo.
Por último, el artículo 278 del CPCCN establece que el tribunal podrá decidir sobre
los puntos omitidos en la sentencia de primera instancia, aunque no se hubiese pedido
aclaratoria, siempre que se solicitare el respectivo pronunciamiento al expresar
agravios. El artículo 273 del CPCCBA tiene un texto igual.

j) Análisis de los requisitos de admisibilidad: Resoluciones


contra las que procede el recurso de aclaratoria
• Procede, en principio, sólo contra las sentencias definitivas
En principio el recurso de aclaratoria procede únicamente contra las sentencias
definitivas.
Para entender ello así existe una razón fundamental, la aclaratoria es tratada en el
artículo 166 del CPCCN que regula la actuación del juez posterior al dictado de la
sentencia definitiva de segunda instancia y en Cámara se prevé el recurso
luego de dictada la sentencia de segunda instancia (artículo 272 del CPCC y
267 del CPBA).

• También se la admite contra las sentencias interlocutorias


Sin embargo, existen casos en que este recurso o medio es de suma utilidad para
corregir o salvar una omisión en un auto interlocutorio. Nosotros admitimos la
aclaratoria en relación a una sentencia interlocutoria. Los textos legales deben
interpretarse de tal forma que sirvan no a la forma en sí misma sino a la lógica y a la
razón. Si con la admisión de la aclaratoria se evitan largos meses de apelación
resulta un desatino no admitirla.

k) Análisis de los requisitos de admisibilidad: El término


En primera instancia el plazo para interponer la aclaratoria es de tres días de
notificada por cédula o personalmente la decisión (artículo 166, inciso 2, del CPCCN y
CPCCBA
En segunda instancia el plazo es de cinco días de notificada por cédula o
personalmente la decisión (artículo 272 del CPCC y 267 del CPBA).

l) Análisis de los requisitos de admisibilidad:


El recurso de aclaratoria debe fundarse
El recurso de aclaratoria debe ser fundado, es decir que no basta con la mera
interposición del mismo. Resulta necesario indicar cuál concepto se debe aclara, que es
lo que se intenta corregir o cuál es la omisión que debe ser salvada. En caso de no
fundarse el recurso es inadmisible y debe ser rechazado.

ll) Análisis de los requisitos de admisibilidad:


¿Deben acompañarse copias?
El recurso se resuelve sin substanciación (artículo 166, inciso 2, del CPCCN por lo
que no resulta necesario acompañar copias. Al no haber un escrito del que deba darse
traslado no rige la carga de acompañar copia de ese escrito (artículo 120 del CPCCN y
CPCCBA).

m) Trámite del recurso. Resolución


m) Ante quién se presenta el recurso
Rocco indica que el juez competente es el que profirió la providencia cuya
corrección se pide.
La aclaratoria debe deducirse ante el tribunal del cuál emanó el decisorio objeto de
ese pedido (CNCom., Sala D, noviembre 9 de 1995, “Argemofin S.A. c. Fernández y
Cía. S.R.L.”, La Ley, 1996-C-222, DJ 1996-I-589).

n) ¿Qué pasa si cambió, falleció o se sustituyó al juez?


Como la reposición se deduce ante el mismo juez, para que éste deje sin efecto la
resolución por contrario imperio, las dudas vienen cuando el juez cambia (es ascendido
o renuncia), es suspendido, fallece o es sustituido de otra manera.
A nuestro juicio el cambio de la figura del juez no es obstativo a la eventual
procedencia o improcedencia de la aclaratoria.
Existe, en su fondo, parámetros objetivos para la procedencia o improcedencia de la
aclaratoria. En muchos casos, ello es obvio, una omisión o un error material puede ser
salvado por otro juez, sin inconveniente alguno. Pero aun en el supuesto de un concepto
obscuro, ello no es sólo para el juez que dictó la resolución sino para cualquier otro juez
que deba interpretar la cuestión. Es que interesa más el acto de volición y el respeto de esa
voluntad. La interpretación debe ser objetiva. En caso de no aparecer claramente una
interpretación distinta y objetiva deberíamos concluir en que la sentencia (aun del juez
sustituido) es suficientemente clara y no admite el recurso.
Este es el criterio de Julio Chiappini. Este último autor entiende que tres teorías
pueden explicar la cuestión. La primera es que debe convocarse a quién dictó el fallo,
aunque ya no sea el juez o bien esté el cargo en manos de un subrogante. esta tesis
parte de la idea de que lo que interesa es la figura del juez, éste sólo sabe lo que quiso
decir, es el único autorizado a entenderse. Menudo problema si el juez fallece pues no
puede pedirse a nadie una interpretación. Toda teoría extraña debe dejarse sin efecto
cuando se da de “patadas” con la realidad.
La segunda tesis entiende que, en caso de que el juez sea reemplazado o sustituido
hay que abstenerse y el quedan al litigante otros recursos, como el de apelación para
poder suplir la omisión o modificar el error o aclarar la decisión. Sin embargo, los
jueces no pueden negarse a fallar so pretexto de obscuridad, silencio o insuficiencia de
la ley (artículo 15 del Código Civil), no pueden incurrir (otra palabreja jurídica no muy
aconsejable pero que tiene carta de ciudadanía) en un non liquet o no decisión. Por
tanto no es dable abstenerse cuando se pide una aclaración o aclaratoria.
Por último la teoría del órgano entiende que el juez reemplazante o subrogante
puede y debe aclarar. Lo que interesa es el órgano o la función y no el juez. Como en
la revocatoria no se requiere la identidad física entre el titular o titulares del órgano
que dictó la resolución y el titular o titulares de quiénes deben resolver el recurso.
Chiappini concluye que, en suma, el juez que por cualquier motivo sustituye a otro
debe evacuar un recurso de aclaración relativo a una resolución dictada por su
predecesor.
Participamos de esta postura, lo que interesa es el órgano y el acto de voluntad, no
el juez que lo suscribe. Es que la sentencia se independiza del juez, tal y como se
independiza la obra del artista.
Por tanto el cambio de juez no obsta a la interpretación ni a la eventual procedencia
del recurso de aclaratoria.

o) Como se dijo, sin substanciación, se resuelve


El trámite del recurso es muy sencillo. No hay substanciación o traslado a la parte
contraria y el juez o la Cámara deben resolver de inmediato.

p) Aclaratoria rechazada
Si la aclaratoria es rechazada y no se interpuso el recurso de apelación queda firme
la resolución cuya aclaración se solicitó.

q) Aclaratoria admitida
Si la aclaratoria es admitida, la misma integra la sentencia, cabe una nueva
notificación y la sentencia integrada por la aclaratoria es susceptible del recurso de
apelación.
A partir de la notificación de la aclaratoria, que integra la sentencia, empiezan a
correr un nuevo plazo para apelar. Se dijo que si bien el plazo para la interposición de
un recurso extraordinario es de diez días contados a partir de la notificación de la
resolución del juez que lo motiva -artículo 257 del Código Procesal-, la decisión del
tribunal de aclarar la resolución de fondo, debe entenderse como parte integrante de la
misma, por lo que, el término legal debe computarse a partir de la notificación de esta
última (CNPenal Económico, Sala A, 1999/08/05, “Iglesias, Marcelo y otra”, La Ley
Tomo 2000-A, página 217).

r) Relación de la aclaratoria con otros recursos.


¿Tiene la aclaratoria efectos suspensivos?

La aclaratoria no suspende el plazo para impetrar otros recursos, por lo que es


necesario interponer la apelación, en primera instancia, o un recurso extraordinario o
casatorio, en segunda instancia, si es que no se quiere, ante un eventual rechazo de la
aclaratoria, la firmeza de la resolución recurrida. Decía Alsina que el plazo para apelar
corre independientemente del fijado para otros recursos, y en consecuencia no se
interrumpe por el pedido de aclaratoria.
En consecuencia la aclaratoria no tiene efectos suspensivos sobre los términos y
no impide que se consienta la sentencia sino se interpone oportunamente recurso
de apelación. En este sentido se dijo que el recurso de apelación no queda suspendido por
la aclaratoria (CNCiv., Sala E, junio 27 de 1995, “M.,L.A. c. I.N.”, La Ley, 1996-B-744, fallo
número 38.656-S).
Esto hace excepción cuando la aclaratoria es aceptada.
El llamado recurso de aclaratoria no tiene efectos suspensivos y si se rechaza la
misma y no se ha interpuesto la apelación en término, la sentencia de primera
instancia queda consentida.
Por ello es de buena técnica interponer en forma directa y principal ambos
recursos. Si luego, con la aclaratoria se subsana la omisión o se aclara el
error, se puede desistir del recurso de apelación.
s) La aclaratoria integra la sentencia, cuando se procede
a aclarar. Por ello, si la decisión integrada causa
gravamen resulta una carga apelarla
Muchas veces se va por lana y se resulta trasquilado, como dice el dicho popular. Se
solicita una aclaratoria y esta no sigue la senda pedida y resuelve interpretando aun
mas desfavorablemente nuestra pretensión. Es necesario apelar la sentencia aclarada.
Si no se plantea este recurso, la resolución queda firme.

t) Aclaratoria de oficio
La aclaratoria de oficio la puede realizar el juez o la Cámara hasta antes de la
notificación de la sentencia. Una vez notificada la misma no puede realizarse la
aclaratoria de oficio, salvo la existencia de un error aritmético o puramente numérico.
De oficio significa por el tribunal o juez, sin petición de parte.
Aclaramos en un punto anterior que la reforma de la ley 22.434 al articulo 36, inciso 3,
suprimió una contradicción . El artículo 36 que otorga facultades correctoras al juez, en su
redacción primitiva del inciso 3, permitía el poder correctivo hasta el momento en que se
consintiera la sentencia, en tanto que el artículo 166, inciso 1 permite la corrección hasta la
notificación de la sentencia. Al suprimirse la referencia, poco feliz, al consentimiento de la
sentencia, ya no cabe ninguna duda que la corrección de oficio procede únicamente hasta
que se notifique la sentencia. Ello es lógico, pues una vez notificada la sentencia, el juez se
desprende de su obra y no puede corregir el error si no hay pedido de parte, mediante la
presentación del recurso de aclaratoria.

u) Cuadro sinóptico del recurso para uso práctico

Se brinda un cuadro en el que se destacan a primera vista los requisitos de


admisibilidad y demás características de éste recurso de aclaratoria.
Así se destacan los recaudos de plazo, objeto, providencias contra las que procede
el recurso, efectos, relación con otros recursos y posibilidad de aclararse de oficio.
Recurso Plazo Objeto Providenc Se Suspend Puede De oficio
ia funda e relacionar
se

Aclaratori 3 días en Aclarar Sentencia Debe No, si se No puede Puede aclararse


a primera , salvar s ser rechaza. relacionar antes de notificar
(artículo instancia omisio definitivas fundado se con la
166, artículo nes, otros resolución(artículo
inciso 2 166, corregi recursos 166, inc. 1 CPCCN
CPCCN y inciso 2 r y CPCCBA
CPCCBA del
CPCCN y
del
CPCCBA

5 días en En todo Por Sí, si se Sin


segunda tiempo extensión admite y embargo,
instancia los autos se aclara puede
errores
(artículo interlocuto pues pedirse en
numéri
272 del cos aun rios integra la Cámara el
CPCCN y durant sentencia tratamient
267 del e la o si se
CPCCBA ejecuci apela y
ón de funda
senten (artículo
cia
278 del
CPCCN y
273 del
CPCCBA)

Recurso de aclaratoria: Cuadro sinóptico del mismo


7. Recurso de apelación. Concepto. Requisitos. Limitaciones

Nuestro recurso de apelación no es pleno sino un recurso de revisión o reexamen de


lo que sentenció el juez de primera instancia. Por ello no se admite, en principio, la
renovación de actos procesales.

A. Admisibilidad formal y procedencia substancial

La admisibilidad formal, es decir si se cumplen los requisitos de forma, para la


admisión del recurso, la resuelve el mismo juez que dictó la resolución recurrida. Sin
perjuicio de ello el Superior controla y puede modificar la concesión o denegación de
los recursos y su forma y/o efectos.
El fondo del asunto lo resuelve el Superior, denominado Ad-quem (el Juez de grado
es el a-quo).

B. Recurso de apelación. Concepto

El recurso de apelación es aquél en virtud del cuál se pasa del primer al segundo
grado de la jurisdicción. Siempre que se habla de recurso de apelación se
sobreentiende la existencia de la doble instancia, no se concibe apelación sin doble
instancia. En este sentido indicaba Ibáñez Frocham que por la apelación o alzada el
litigante que considere no haber alcanzado el reconocimiento de su derecho en primera
instancia, o que se crea perjudicado por la sentencia definitiva, o por la interlocutoria
que decida artículo (incidente) o le cause perjuicio que no pueda ser remediado en la
sentencia definitiva, lleva el caso a examen de un segundo tribunal colegiado.
Felizmente decía Alsina que es consecuencia del principio de la doble instancia, que
las resoluciones de los jueces inferiores puedan ser examinadas de nuevo a pedido de
las partes por los tribunales superiores. El recurso de apelación es el medio que
permite a los litigantes llevar ante el tribunal de segundo grado una resolución
estimada injusta, para que la modifique o revoque según el caso.
En igual sentido Fenochietto-Arazi dicen que la apelación presupone la existencia de
un tribunal superior con facultad de confirmar o modificar, total o parcialmente, el
pronunciamiento del juez de grado anterior. Se recibe de tal modo el denominado
principio de la doble instancia, en virtud del cual conforme la feliz definición de
Couture, se hace justicia de la justicia, al conceder al agraviado por el fallo la
posibilidad de su reparación por el tribunal de alzada.
Importa este recurso la adquisición de competencia por un Tribunal Superior o “ad-
quem”, usualmente colegiado, que va a entender en este segundo grado de la
jurisdicción. Es que, el recurso de apelación es el remedio procesal encaminado a
lograr que un órgano judicial jerárquicamente superior con respecto al que dictó una
resolución que se estima injusta la revoque o reforme, total o parcialmente (CCiv. y
Com. Morón, Sala II, 27/6/95, “Redes Construcciones S.R.L. v. Blanco, Margarita E.,
J.A. 1997-II-síntesis).
Se ha dicho en forma feliz que el recurso de apelación transporta el derecho de un
tribunal a otro.

C. No constituye la apelación una garantía del debido proceso de derecho

La existencia del recurso de apelación no es de toda necesidad, no importa una


garantía constitucional o del debido proceso de derecho. El “due process of law” fue
acuñada por el derecho anglosajón para señalar aquel mínimo o complejo de garantías
necesario para que el ciudadano pueda vivir en libertad y amparado contra la
arbitrariedad. Así la famosa regla de que se presume inocente (principio de inocencia),
non bis in ídem (no puede ser juzgado dos veces por el mismo delito), nulla crimen
nulla poena sin lege (no hay delito sin ley), nadie puede ser juzgado sino por sus
jueces naturales, etcétera.
Estas garantías están consagradas por el artículo 18 de la Constitución Nacional
(ahora de 1994) y derivan del artículo 39 de la Carta Magna Inglesa de 1.215.
Dentro de este plexo de garantías la doble instancia no se encuentra consagrada
como una garantía más. En consecuencia, pueden existir válidamente tribunales de
única instancia o juzgados de única instancia o resoluciones inapelables, sin que por
ello quede afectado derecho constitucional alguno. La Corte Suprema de Justicia de la
Nación ha declarado invariablemente la constitucionalidad de la instancia única en
tribunales como los de trabajo en la provincia de Buenos Aires, etcétera.
En uno de sus últimos precedentes la Corte Suprema de Justicia de la Nación dijo
que la doble instancia no tiene jerarquía constitucional, salvo cuando las leyes
específicamente lo establecen (12/9/95, “The Coca-Cola Company y otros”, J.A. 1997-
1-síntesis; Rep. J.A. 1997, página 1152, fallo número 1).
Sin embargo, si la doble instancia está prevista por el ordenamiento procesal y ella
es omitida, se vulnera la garantía de la defensa en juicio. Siempre y cuando se prevea
la doble instancia, su omisión resulta contraria al debido proceso.
En este sentido, el Tribunal Superior de Córdoba, Sala Civil y Comercial dijo que la
doble instancia judicial no es exigencia de naturaleza constitucional, integrativa de la
garantía de la defensa en juicio. No existe preceptiva en la Constitución Nacional ni en
la Provincial que así lo establezca; consecuentemente, el legislador puede consagrar
una única o múltiple instancia sin que aquélla se vea afectada. Pero, establecido mas
de un grado de la jurisdicción, su privación ilegítima conspira contra el debido proceso
al reducir la extensión a que tiene derecho la parte, configurándose en ese supuesto
violación de la garantía constitucional mencionada. Resulta insoslayable que el
justiciable pueda utilizar todas las instancias que la preceptiva vigente autorice y que
su criterio le aconseje. Obviamente cumpliendo con los requisitos estatuidos; su
cercenamiento arbitrario importa una verdadera denegación de justicia (setiembre 22
de 1995, “O. de P.M.E. y P.H.A.”), LLC, 1996-330; Rep. La Ley 1996-1943, número 6).

D. Naturaleza jurídica del recurso de apelación. La apelación Española


revisionista, imperante en nuestro país

Alsina decía que era discutida en doctrina la naturaleza jurídica del recurso de
apelación, agregaba que el distingo tiene importancia, porque, en el primer caso, el
material sobre el cual debe trabajar el tribunal de apelación es nada más que el
acumulado en la primera instancia, en tanto que en el segundo pueden aducirse
nuevas defensas y ofrecerse nuevas pruebas.
En la legislación comparada han existido dos grandes sistemas en cuanto a la
apelación o al procedimiento de apelación.

• Un nuevo juicio
En primer lugar, el sistema de Alemania, Italia y Francia que entendía que la
apelación era un nuevo juicio, en que existía la renovación de todos los actos
procesales, podían proponerse nuevos testigos y nueva prueba en general, sin
ninguna limitación.
Si bien este sistema es el que, de alguna manera, garantiza en mayor medida
contra un error judicial tiene como contrapartida la lentitud y eternización de los
juicios, los que son renovados íntegramente.

• El sistema español
Este sistema, por el contrario, importa un nuevo examen o un reexamen y no un
nuevo juicio por lo que no se renuevan los actos procesales. Es una excepción el
hacerlo y sólo puede basarse en los hechos nuevos. En un sistema de litis cerrada,
como el español, únicamente puede abrirse con los “nova reperta”, es decir con los
hechos nuevos, que son los hechos posteriores. Puede decirse que es revisionista y
no renovador, todo o casi todo se resuelve con el material y pruebas
colectadas en primera instancia, siendo la excepción la admisión de un hecho
nuevo.
En la nota 29/1 del Tratado de Alsina se destacaba la superioridad de la tradicional
apelación española frente al tipo amplísimo de la que podríamos llamar centro-
europea, y que, en Alemania, en sus novelas de 1924 y 1933, luego en Francia en la
reforma de 1935, y últimamente en Italia en el Código de 1940, se han visto obligados
a abandonar, en mayor o menor medida, para orientarse en el sentido de aquélla,
aunque hayan coincidido en silenciar la procedencia. Conforme al sistema español la
apelación no es un novum judicium, una segunda primera instancia es decir, una
revisión completa del proceso de primer grado, sino que tiene alcance más
circunscripto.
Por tanto, no se produce prueba, salvo excepciones y el expediente con las
expresiones de agravios y sus contestaciones queda concluso para el dictado de la
sentencia de segunda instancia. Es nada más que un recurso de alzada, un reexamen,
una revisión.

• En nuestro país
En Argentina se ha adoptado el sistema español, en virtud del cual el recurso de
apelación es un verdadero recurso de alzada, un nuevo examen por aquello de que dos
o tres jueces ven más que uno.
Se ha dicho que lo establecido por el artículo 272 del Código Procesal de la provincia
de Buenos Aires tiene su razón de ser en la naturaleza jurídica del recurso de apelación
en nuestro sistema legal, que no importa un nuevo juicio sino un nuevo examen, por lo
cual el material sobre el que debe trabajar la Alzada es nada mas que el acumulado en
la primera instancia (Juba, CC0203 LP, B 68796 RSD-29-90, Juez Pereyra Muñoz,
“Bertrand, Zulema c. Quaglia, Omar y otros s. Cobro hipotecario”).

E. Ventajas e inconvenientes de la doble instancia

Sentado que la apelación no importa un nuevo juicio, sino un reexamen, que su


naturaleza es la de ser un recurso de alzada y establecido que la doble instancia no es
una garantía del debido proceso pasamos a señalar las ventajas e inconvenientes de la
misma.
La principal de las ventajas es el control y la posibilidad de evitar la arbitrariedad. El
juez de primera instancia, cuando sabe que es de única instancia (por razón del
monto, por ejemplo), tiende a aumentar su arbitrariedad. En vez de proceder con más
mesura se recuesta en el hecho de que su resolución no será modificada. ¿Cuántas
revocatorias son admitidas? Muy pocas. Es muy difícil reconocer el error.
La gran desventaja de la doble instancia es la demora de los expedientes. Aunque
no se tenga razón el litigante ha de apelar para demorar el proceso, sin importarle
generalmente las costas que su accionar le pueda irrogar. A ello se suma el
formalismo y sacralización de algunas alzadas que hacen difícil lo fácil devolviendo el
expediente a primera instancia por cualquier razón o porque no se le ha acompañado
copia de la documentación original o porque falta foliar debidamente la causa o
porque no se ha traído algún ignoto expediente, que alguna relación de parentesco
próximo lejano tenga con la causa y fuera invocado en algún trasnochado párrafo de
un insomne contestador de demandas en dos primeras horas.
Una forma de tratar de aunar ventajas y eliminar las desventajas es la creación de
tribunales de única instancia colegiados, ya que el control se hace entre los mismos
miembros de la Sala o Tribunal. A ello se suma el auge de una oralidad ya fuera de
control e irrestricta que hace que esos tribunales sean orales. Y ello, en vez de
sumar, resta y el sistema de instancia única tiene todas las desventajas de la doble
instancia y ninguna de sus ventajas. Como se pueden tomar pocas vistas orales, si el
ingreso de causas es muy alto, terminan los tribunales “tapados” y fijando audiencias
a dos ó tres años vista. Si a ello se suma la falta de constancia en actas de los dichos
de partes y testigos, se termina cayendo en la arbitrariedad.
F. El tema de la apelación adhesiva. La mejora del recurso

Hay un tema que reviste vital importancia y es el de la apelación adhesiva. Muchas


veces una de las partes está plenamente de acuerdo con la resolución dictada, sin
embargo apela porque quiere sostener la decisión que lo favorece y tiene miedo de
que el Superior le revoque la sentencia. Esto es lo que nosotros hemos dado en llamar
el recurso por las dudas.
a) Concepto
Como hemos de ver más adelante, si la Cámara confirma la resolución del inferior
no ha de tratar este recurso, por si acaso se dejara sin efecto la sentencia del juez de
grado.

No obstante ello si la parte no ha apelado, igualmente el superior debe


analizar, sin limitación alguna, en caso de considerar inapropiada o sujeta a
revisión la decisión del juez de primera instancia, toda la cuestión sujeta a
decisión; incluso aquellos argumentos del ganancioso en primera instancia
que no fueran considerados por el juez de primer grado. El hecho de no haber
apelado no perjudica a la parte gananciosa y si había argumentos en pro de la
resolución discutida el superior debe considerarlos.

b) Un poco de historia
Decía Alsina que el principio de que el que no apela de la sentencia la aprueba, y,
por tanto, queda firme a su respecto, consagrado por el artículo..., tuvo ya en el
derecho romano una excepción introducida por Justiniano, quien por la ley 39 (Cod.
Apellat), permitió a la parte que no había apelado adherirse a la apelación del
adversario para pedir que se reforme la sentencia del inferior en lo que considere
perjudicial a su parte; por cuya virtud el que apela y el que se adhiere están en la
misma condición, como si los dos hubiesen apelado. La adhesión tampoco ha sido
legislada en el Código de Procedimientos de la Capital, pero se halla permitida por la
ley 50, cuyo artículo 216 dispone: “Si la parte a quién favorece la sentencia no se
hubiere adherido a la apelación en primera instancia, podrá hacerlo en el escrito de
contestación a la expresión de agravios, y en este caso se dará al apelante traslado de
la adhesión” (la adhesión supone necesariamente la subsistencia del recurso de
apelación, por lo que es improcedente sino se ha interpuesto este recurso (CSN,
Fallos: 63, 203)....

En la concepción de la ley 50 había de existir una apelación principal (que


era de la parte contraria) y una adhesión incidental (del que no había
apelado; diríamos vencedor), la que podía hacerse en primera o segunda
instancia. Ello obligaba al tratamiento por la Cámara de toda la cuestión.
Incluso en la adhesión se podían reclamar rubros. Por eso, cuando se adhería
a la apelación se daba nuevo traslado al apelante.

c) Moderno concepto de apelación adhesiva


La ley 50 no fue receptada por los modernos códigos procesales. La duplica y la
réplica de la contestación a la expresión de agravios estan vedadas. Para el moderno
concepto de apelación adhesiva, no interesa siquiera que se haya contestado la
expresión de agravios. La adhesión está dada por los términos de los escritos
de demanda y contestación, por lo que allí se pidió y no se consideró por el
juez de primera instancia que nos dio la razón pero en base a uno sólo de los
argumentos propuestos o a otros argumentos.
La no contestación de los agravios de la contraria tampoco perjudica respecto a este
tema.
Esta es la doctrina de la apelación adhesiva:
Las alegaciones o defensas propuestas en primera instancia por la parte
vencedora que no ha apelado por haberle sido favorable el resultado del
pleito, quedan sometidas al tribunal de alzada en el supuesto que en esa
instancia sea revocado el pronunciamiento.
Quiere decir que el hecho de no haber cuestionado o contestado agravios no quita
que el ad-quem deba examinar las defensas del vencedor las que forman parte del
material que debe examinar el superior.

G. Concepto de admisibilidad

En todo recurso hay dos momentos el de la admisibilidad y el de la procedencia.


La admisibilidad se refiere al cumplimiento de los recaudos formales para que el
recurso sea admitido. Va referida a la procedencia formal del recurso, es decir a los
presupuestos necesarios para que se lo conceda.
Así, que el recurso ha sido interpuesto dentro del término establecido por la ley
procesal, por la parte o quién esté legitimado para interponerlo. También que el
recurso ha sido fundado o no fundado. Además que la resolución sea susceptible del
recurso de que se trate, pues existen decisiones que no son susceptibles de recurso
alguno o de algunos recursos (las resoluciones del juez de primera instancia acerca de
la prueba). Así también que el recurso sea interpuesto ante el órgano competente para
resolver acerca de la admisibilidad.
Esto hace a las formas extrínsecas del recurso y no a lo intrínseco del mismo, al
contenido. El contenido debe ser analizado por el Superior; por eso -precisamente- se
pasa del primero al segundo grado de la jurisdicción.
La procedencia sustancial debe ser resuelta por el Superior. En razón de ello no se
admite que el juez a-quo, el inferior sin ser peyorativos, entre en consideraciones que
hacen al fondo de la cuestión. Debe limitarse a conceder el recurso.
H. ¿Ante quién debe interponerse el recurso de apelación?

Existe una regla de oro y es que todo recurso debe interponerse ante el mismo juez
o tribunal que dictó la resolución recurrida. La apelación no hace excepción a esta
regla. Por eso los recursos de queja se llaman directos porque se interponen ante el
Superior y no ante el inferior, como es el caso de la mayoría de los recursos.
En consecuencia, la apelación debe interponerse ante el juez de primera instancia.
Este es el juez de la admisibilidad del recurso y debe limitarse a admitirlo o rechazarlo
y en su caso correr los pertinentes traslados para fundar y contestar el traslado del
memorial.

I. Control de admisibilidad en el recurso de apelación por la Excma. Cámara

El Superior tiene innegables facultades de revisión de la admisibilidad formal del


recurso por parte del inferior. No está vinculado por lo que ha decidido el juez a-quo. Esto
no significa un “volver a empezar”, sino un reexamen que es propio de la alzada. En este
caso acerca de la admisibilidad.

El artículo 276 del CPCCN (artículo 271 del CPCCBA) otorga a la


Cámara facultades de oficio para examinar la concesión del recurso.
Por supuesto tiene facultades para indicar que el recurso ha sido mal
concedido. En esto existe una plenitud en los poderes de la Cámara.

Las facultades oficiosas han sido reconocidas en innumerables pronunciamientos. Es


que, el Tribunal de alzada está facultado para examinar de oficio la procedencia del
recurso, pues sobre el punto no se encuentra ligado por la conformidad de las partes ni
por la concesión del juez de primer grado, aun cuando se encuentre consentida, ya que
ésta no reviste carácter de definitiva, por lo que la sala se halla facultada para rever e
incluso modificar el juicio de admisibilidad (CNCiv., sala C, marzo 19 de 1996, El
Derecho, 168-431, Rep. El Derecho, tomo 30, página 1070, número 7; CNCiv., sala A,
diciembre 11 de 1995, El Derecho, 169-57, ídem sala B, febrero 27 de 1995, El
Derecho, Tomo 166, página 619).

J. Legitimado procesal para interponer el recurso de apelación

Hay que distinguir dos aspectos fundamentales para esta cuestión: La relación
procesal y la relación sustancial.
Cuando alguien inicia un juicio (Juan Pérez) abre una relación distinta de las
anteriores que tenía, una nueva relación, esa relación se llama procesal. Es trilateral
por cuanto la integran las partes y el juez. Para constituir una relación procesal válida
existen presupuestos, que son -entre otros- un juez competente, tener aptitud para
estar en juicio o quién se presenta tener facultades para estar en juicio, ser apoderado
o gestor, por ejemplo.
Pero allá en el fondo de las cosas, Juan Pérez inició juicio porque tenía una relación
distinta con el demandado y era, por ejemplo, un contrato de derecho civil, en que el citado
Pérez era el locador y ahora está tratando de desalojar a su inquilino. Si es o no el locador
y si podrá desalojar a su inquilino es una cuestión que ha de ventilarse en el proceso y que
necesitará de la sentencia de mérito para determinar el derecho, la calidad y el interés que
deben existir para la admisión de la acción. A esto se llama legitimación sustancial o
legitimación para obrar o legitimación ad causam activa o pasiva.
Lo que interesa para recurrir es la legitimación procesal y no la sustancial .
Veamos algunos casos de falta de legitimación procesal:

a) El recurso fue firmado por el patrocinante y no


por el apoderado o la parte
En tal caso corresponde declarar inadmisible el recurso.
Así se dijo que cabe considerar mal concedida la apelación interpuesta, en tanto el
presentante del recurso aparece inhabilitado para formular esa actuación procesal
(CNCom., sala d, 8/4/1996, “Newsan S.A. v. O.S.I.M. y otro”, J.A. 1999-I-síntesis,
Rep. J.A. 1999-1295-número 1).
En igual sentido se expresó que el recurso de apelación concedido fue interpuesto
por el patrocinante, y sin invocar gestoría. Habida cuenta de que la facultad de
interponer recursos incumbe a quiénes revisten la condición de partes o
representantes o gestores, la circunstancia de que la patrocinada haya expresado
agravios, no suple la ausencia de uno de los requisitos de admisibilidad de los
recursos, en lo concerniente a los sujetos, por lo que al resultar inadmisible, se debe
declarar mal concedido. No obsta dicha conclusión la circunstancia de que en materia
alimentaria puedan admitirse situaciones que obvien un estricto rigorismo formal, pues
los recaudos relacionados con la facultad para apelar, hacen a las formas y no al
formalismo ritual (CApel. Concepción del Uruguay, sala Civ. y Com. 13/11/1996, “Díaz,
Angela T. v. Benítez, Raúl A.”, J.A. 1999-I-síntesis, Rep. J.A. 1999-1295, número 2).

b) La legitimación procesal corresponde, en principio, a la parte


El recurso de apelación debe ser interpuesto por quién está legitimado
procesalmente para hacerlo. La parte, es decir quién pretende en nombre propio o en
cuyo nombre se pretende la actuación de una norma legal o aquél frente a quién dicha
actuación es exigida es, en principio, la que se encuentra plenamente legitimada para
interponer los recursos.

c) Si el representante es realmente parte no cabe denegar


el recurso por el rigorismo formal de no expresar por
quién apeló
En la provincia de Buenos Aires existe una acordada de la Suprema Corte de Justicia
de la provincia de Buenos Aires que establece una serie de requisitos para los escritos,
muchos de ellos excesivos y hasta rigurosos.
Uno de esos requisitos es que cuando se presenta un escrito hay que indicar el
domicilio procesal correctamente (no bastando con decir que se lo mantiene) y la
expresión de porque parte se interviene en el pleito (actora, demandada,
aseguradora). La omisión de alguna de estas circunstancias puede llevar a tener por no
presentado el escrito. Muchos jueces y cámaras han tomado al pie de la letra a la
Acordada e indican que no darán curso a escritos que no contengan recaudos como los
señalados.
Contra esta tesitura formal y absurda se reaccionó correctamente en el siguiente
fallo: La omisión del apoderado que actúa desde su presentación inicial en
nombre de los demandados, y de la citada en garantía, de manifestar en
forma expresa por quien recurre, no puede ser sancionada con la deserción
del recurso cuando no se produjo intimación concreta, la omisión fue
subsanada y el recurso fue opuesto en término. Ello en atención a la regla
superior de garantía del debido proceso. CC0001 SM 34116 RSD-301-93 D 12-10-
93, Juez OLCESE (SD) CARÁTULA: Pan, Andrés c/ Empresa de Transportes Gral. San
Martín s/ Daños y perjuicios

d) El gestor procesal. Presentar la apelación es una razón


de urgencia para admitir la gestión
El que se presenta como gestor procesal está ampliamente legitimado para
interponer recursos.

e) El administrador es el Representante del Consorcio


y quien puede apelar
En un consorcio de propietarios el Representante Legal es el Administrador del
Consorcio y es quién debe estar en juicio, acreditando su personería con el Reglamento
de Copropiedad, debidamente inscripto, acompañado en copia certificada por el
Escribano y con la copia del acta de la asamblea del Libro de Actas de Asamblea del
Consorcio del que surge su designación como administrador.
Esto es absolutamente claro en la Capital Federal, salvo excepciones, pero no es tan
claro en la provincia de Buenos Aires. Están los consorcios “chorizos” en que la vecina
del frente limpia la vereda y los vecinos del fondo no quieren contribuir con las
expensas, el Administrador no existe, no se pagan luces comunes y no hay ascensor.
Son en realidad 5 consorcistas en un pasillo largo que, muchas veces se pelean entre
sí sobre todo si se les exige una contribución para el pago de expensas. Claro está que
la ley no está hecha para las excepciones. En estos casos, la presentación de todos los
consorcistas o el poder dado por todos ellos a un abogado, suple la ausencia de
administrador. Los dueños del PH son los condóminos, no hay vueltas.
Lo normal, en cambio, es que la representación la asuma el Administrador.

f) Terceros. Su intervención

A nuestro juicio los terceros están legitimados para plantear el recurso de apelación
en todo lo que concierne a su presentación.
En un excelente fallo la Suprema Corte de Mendoza ratifica en parte estos conceptos
aunque vuelve a caer en la confusión de legitimación e interés.
Así dijo que una persona que no intervino en la primera instancia, un verdadero
tercero, puede apelar, sólo en casos de excepción, en los cuáles la sentencia, que
normalmente sólo afecta a las partes en juicio, extiende sus efectos a ciertos terceros;
en tal caso cabe admitir la legitimación para recurrir de estos, si la decisión dictada
avanza sobre el derecho del tercero. No todo perjudicado por un fallo está en
condiciones de entrar en el sendero jurisdiccional de la apelación para presentar su
protesta, pues en muchas ocasiones el tercero tiene otros caminos de reparación, sin
necesidad de inmiscuirse en el juicio en el que no ha sido parte. El interviniente
voluntario puede entrar al proceso en cualquier momento y, por ende, está habilitado
para atacar el fallo, aunque, es verdad, tal aptitud no deviene automáticamente ya que
el presentante debe acreditar, prima facie, su interés, es decir, el gravamen, por lo
que el juzgador, antes de conceder el recurso debe dar traslado a las partes (SC
Mendoza, en pleno, diciembre 2 de 1996, “Exprinter S.A. c. Banco República S.A. y
otro”, VJ, 1997-1-259; Rep. La Ley, 1997, página 2246, número 32).
Tal vez en cuanto a los terceros haya que hacer algunas precisiones, como si la
intervención es voluntaria o necesaria, mas ello no es objeto de estas lecciones.

K. Providencias que son susceptibles del recurso de apelación

Casi todas las providencias son susceptibles de este recurso, por eso la apelación es
el recurso ordinario más importante.

a) Textos legales
El artículo 242 del CPCCN dice:
El recurso de apelación, salvo disposición en contrario, procederá solamente
respecto de:
1.-Las sentencias definitivas.
2.-Las sentencias interlocutorias.
3.-Las providencias simples que causen gravamen que no pueda ser
reparado por la sentencia definitiva.
Hasta aquí es el mismo texto en el CPCCBA, luego y como veremos en el punto
siguiente la ley 23.850 agregó en la Nación la inapelabilidad en razón del monto, ley
que fuera modificada por la ley 26.536.

b) Providencias simples
Sólo son apelables las providencias simples, a condición de que causen un
gravamen que no pueda ser reparado en la sentencia definitiva.
Una providencia simple causa un gravamen irreparable cuando una vez consentidas,
sus efectos son insusceptibles de subsanarse o enmendarse en el curso ulterior del
procedimiento. El problema básico es que la calificación de irreparable no la puede
hacer ni fundar el litigante, ya que el recurso de apelación no se funda al interponerlo.
Por lo tanto, en la mayor parte de los casos ha de ir el litigante en queja pues el juez
de grado ha de denegar el recurso.

c) Sentencias definitivas e interlocutorias


En este caso, los conceptos no traen mayor problema. En cuanto a que se entiende
por sentencia definitiva y providencias interlocutorias nos remitimos al capítulo sobre
clasificación de las providencias.

d) Medidas para mejor proveer


No son susceptibles de apelación las medidas para mejor proveer. Las medidas
dispuestas dentro de las facultades que prevé el artículo 36, punto 2, sub. b. Código
Procesal son discrecionales y por ende, como principio irrecurribles; ello sin perjuicio
de la facultad del tribunal de ponderar la validez y eficacia de las pruebas así obtenidas
(CNac. Civ. y Com. Fed., sala 2da., 18/11/97, “Pizarro, Pedro A., y otro v. Obra Social
de la Unión de Personal de Seguros y otros”, J.A. 1998-III-389, con nota de Julio
Chiappini).

e) El artículo 38 del CPCC y las providencias de los secretarios


A pesar de lo que dispone el artículo 38 ter del CPCCN, texto según ley 25.488, y 38
del CPCCBA (Ver, capítulo sobre el recurso de revocatoria), la jurisprudencia ha
aceptado la apelabilidad en algún caso.
En este sentido se dijo que procede la apelación deducida contra la providencia
suscrita por el secretario, por la cual se requirió al peticionante de la quiebra que,
como previo a la solicitud de la misma, manifieste y denuncie si el presunto deudor
tiene bienes registrables. Ello, sí -como en el caso- el agravio resulta de la naturaleza
del proveído que ha suscrito el secretario -excediendo las facultades que le son
propias- a mérito de lo preceptuado por el artículo 242, inc. 3 CPCCN (en el caso, las
mentadas facultades han sido exorbitadas, por cuanto la providencia recurrida no se
encuentra entre las contempladas por el articulo 38 CPCCN, por lo que corresponde
invalidar el auto atacado) (CNCom., sala E, 13/8/1996, “Ocampo, Marcos”, J.A. 1999-
I-síntesis, Rep. J.A. 1999, página 1296). En el mismo fallo y en disidencia el Doctor
Arecha entendió inapelable la resolución del secretario y expresó que como principio,
las providencias suscritas por el secretario de Juzgado son insusceptibles de recurso de
apelación, aun cuando -como en el caso- se considerase que el funcionario se ha
excedido de las facultades que le son propias. Por su parte la providencia recurrida no
da por terminado el procedimiento, rechazando o admitiendo el pedido de quiebra;
consecuentemente lo dispuesto no es susceptible de ser apelado.

L. Inapelabilidad en razón del monto

En la Nación, el artículo 242 establece que los procesos con un monto igual o
superior a los $ 90.000 son inapelables, excepción hecha de la regulación de
honorarios y del desalojo. Esta limitación puede aparecer, en algunos casos, como
irrazonable5.
I. Un monto de $ 90.000
a) Concepto de apelación
Como se dijo, el recurso de apelación es el que permite pasar del primer al segundo
grado de la jurisdicción 6. Es una garantía de la defensa en juicio, en materia penal,
donde por pactos internacionales constitucionalizados se necesita el doble conforme,
que es asimilable al contralor de nuestra apelación civil revisionista y no renovadora.
Ante la creación de tribunales de única instancia orales, en materia penal, se ha
tratado de dar a la casación penal el máximo de rendimiento o eficacia para que pueda
constituir, lo que precisamente no es, una segunda instancia de revisión.
b) El recargo de tareas
Uno de los problemas acuciantes de nuestro país es el recargo de tareas de los
tribunales y el retraso o morosidad del trámite que conlleva. La falta de creación de
órganos judiciales, la indecisión de si se crean tribunales orales o escriturarios, la falta
de adecuada informatización, el anacronismo de las notificaciones, el extremo
conservadurismo que lleva a aceptar tardíamente los adelantos científicos, desemboca
en largos procesos en que no se puede confiar si la justicia ha de triunfar algún día.
A ello se suma nuestra idiosincrasia propia, la aceptación de un proceso “español”
de la LEC de 1889, la substanciación, la réplica (no permitida pero admitida en algunos
casos), la falta de resolución inmediata del conflicto, la admisión de que el proceso
mientras pende rinde hace que nuestro proceso nos lleva a un infierno tan temido.
Infierno que para algunos es un paraíso ya que la dilación es su objetivo. No importa el
desánimo de la gente, el odio a las formas excesivas, el aplazamiento y desaparición
de la verdad a manos del rito como objetivo y no como instrumento.
c) De la preclusión, las cargas y los plazos para acelerar el proceso
Si el proceso es una serie de etapas sucesivas, una a continuación de la otra, en
que la terminación de una abre la compuerta para la nueva pero impide el pasaje a la
anterior (retroceder no es posible), parecidas al colectivo que une Retiro con Rosario y
en que el pasajero que perdió el colectivo en Retiro sólo podría abordarlo en Campana
si llega a ese lugar a tiempo, pero no puede volver ni que el colectivo lo haga a Retiro
para poder tomar el mismo como si saliera recién. Si a esta preclusión, que por
brevedad de lo antes expuesto, así la llamamos, se une la carga procesal, como
imperativo del propio interés, y el término, no parece que el proceso pueda demorar
tanto, como en verdad demora. Y a esto debe adunarse el grado o revisión.
d) Las limitaciones siempre son odiosas
La ley número 26.536 modificó el artículo 242 del CPCC de la Nación
elevando la inapelabilidad por el monto a la suma de $ 90.000 (en la
actualidad conforme Acuerdo de la CS 45/16), en una nueva redacción que
podríamos llamar “poco afortunada”.

5
Dijo Locke que, los hombres entran en sociedad movidos por el impulso de salvaguardar lo que constituye
su propiedad; y la finalidad que buscan al elegir y dar autoridad a un poder legislativo es que existan leyes y
reglas fijas que vengan a ser como guardianes y vallas de las propiedades de toda la sociedad, que limiten el
poder y templen la autoridad de cada grupo o cada miembro de aquélla. No es posible suponer que sea la
voluntad de la sociedad otorgar al poder legislativo el poder de destruir precisamente aquello que los
hombres han buscado salvaguardar mediante la constitución de una sociedad civil, y que fue la que motivó
el sometimiento del pueblo a los legisladores que eligió (Segundo tratado sobre el gobierno). Que nunca
olvide el legislador esto.
6
Decía Chiovenda que, entre los principios judiciales establecidos por la Revolución francesa, está el de que
los pleitos normalmente puedan pasar por el conocimiento de dos tribunales sucesivamente (principio del
doble grado de jurisdicción) (Principios de de Derecho Procesal Civil, Editorial Reus, Madrid, año 1923, Tomo
1, páginas 491 y 492). Agregaba el maestro que el principio admitido en nuestro derecho del doble grado de
jurisdicción consiste en que todo litigio…debe poder pasar para su pleno conocimiento, por dos Tribunales
sucesivamente; y este doble grado en la intención del legislador, representa una garantía de los ciudadanos,
bajo tres aspectos… (Tomo 2, página 543).
Dice la norma, en su parte pertinente: “Serán inapelables las sentencias definitivas
y las demás resoluciones cualquiera fuere su naturaleza, que se dicten en
procesos en los que el monto cuestionado sea inferior a la suma de PESOS
NOVENTA MIL ($ 90.000). (Monto adecuado por Acordada N° 45/2016 de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación de fecha 27 de diciembre de 2.016. Vigencia: a partir
del día de su publicación en el Boletín Oficial (30/12/2016), para las demandas o
reconvenciones que se presenten desde esa fecha.)7
Anualmente, la Corte Suprema de Justicia de la Nación adecuará, si correspondiere,
el monto establecido en el párrafo anterior.
A los efectos de determinar la inapelabilidad de una sentencia o resolución, se
estará al monto que rija en la fecha de presentación de la demanda o de la
reconvención. Si al momento de dictarse la sentencia se reconociera una suma inferior
en un VEINTE POR CIENTO (20%) a la reclamada por las partes, la inapelabilidad se
determinará de conformidad con el capital que en definitiva se reconozca en la
sentencia.
Esta disposición no será aplicable a los procesos de alimentos y en los que se
pretenda el desalojo de inmuebles o en aquellos donde se discuta la aplicación de
sanciones procesales.
La inapelabilidad por el monto establecida en el presente artículo no comprende los
recursos deducidos contra las regulaciones de honorarios”(Artículo sustituido por art.
1° de la Ley N° 26.536 B.O. 27/11/2009).
El texto anterior decía: “Serán inapelables las sentencias definitivas y las demás
resoluciones cualquiera fuere su naturaleza, que se dicten en procesos en los que el
valor cuestionado no exceda de la suma de ($ 4.369, 67). Dicho valor se determinará
atendiendo exclusivamente al capital reclamado en la demanda, actualizado si
correspondiere a la fecha de la resolución, de acuerdo con los índices oficiales de la
variación de precios mayoristas no agropecuarios. También se actualizará aquella
suma, utilizando como base los índices del mes de junio de 1990 y el último conocido
al momento de la interposición del recurso. Esta disposición no será aplicable a los
procesos de alimentos y en los que se pretenda el desalojo de inmuebles o en aquellos
donde se discuta la aplicación de sanciones procesales”.
7
Texto completo de la Acordada: CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACION Acordada 45/2016 Expte.
Nº 7818/2012 Código Procesal Civil y Comercial de la Nación. Art. Nº 242. Adecuación.
En Buenos Aires, a los 27 días del mes de diciembre del año dos mil dieciséis, reunidos en la Sala
de Acuerdos del Tribunal, los señores Ministros que suscriben la presente,
CONSIDERARON:
Que el artículo 242 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, texto según ley 26.536 —
promulgada tácitamente el día 25 de noviembre de 2009—, establece que serán inapelables las sentencias
definitivas y las demás resoluciones cualquiera fuera su naturaleza, que se dicten en procesos en los que el
monto cuestionado sea inferior a la suma de pesos veinte mil ($ 20.000).
Que con arreglo a esa norma de la ley del rito, corresponde al Tribunal adecuar anualmente ese
valor, si correspondiere (cfr. segundo y tercer párrafo).
Que el monto establecido fue ajustado en el año 2.014 (Acordada 16/14), fijándose e pesos
Cincuenta mil ($ 50.000).
Que en atención al tiempo transcurrido, la apropiada preservación de los propósitos perseguidos por
la disposición procesal en juego justifica que se proceda a una nueva cuantificación de l suma dineraria de
que se trata, sobre la base de una apreciación atenta de la realidad, semejante a la que se llevó a cabo en
oportunidad de efectuarse la primera determinación encomendada por el legislador (conf. Acordada 16/14).
Por ello,
ACORDARON:
1. Adecuar el monto fijado en el segundo párrafo del artículo 242 del Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación, en el importe de PESOS NOVENTA MIL ($ 90.000).
2. Establecer que esta disposición entrará en vigor a partir del día de su publicación en el Boletín
Oficial, para las demandas o reconvenciones que se presenten desde esa fecha.
Todo lo cual dispusieron y mandaron, ordenando que se comunique, se publique en el Boletín
Oficial, en el sitio web del Tribunal, y se registre en el libro correspondiente, por ante mí, que doy fe.
Ricardo L. Lorenzetti. — Elena I. Highton de Nolasco. — Horacio Daniel Rosatti. — Juan Carlos Maqueda -
Ante mí Cristian S. Abritta.
e) Un límite que puede ser demasiado lejano
Aunque en los tiempos que corren el querer alcanzar la justicia resulta un ideal
inalcanzable, ello no lo fue menos para los siglos anteriores. Por ahí la justicia es sólo
una sensación, pero no en el sentido vulgar, sino en el sentido de Thomas Hobbes.
Decía este preclaro pensador que, por lo que respecta a los pensamientos del hombre
quiero considerarlos en primer término singularmente, y luego en su conjunto, es
decir, en su dependencia mutua. Singularmente cada uno de ellos es una
representación o apariencia de cierta cualidad o de otro accidente de un cuerpo
exterior a nosotros, de lo que comúnmente llamamos objeto. Dicho objeto actúa sobre
los ojos, oídos y otras partes del cuerpo humano, y por su diversidad de actuación
produce diversidad de apariencias. El origen de todos ellos es lo que llamamos
sensación (en efecto: no existe ninguna concepción en el intelecto humano que antes
no haya sido recibida, totalmente o en parte, por los órganos de los sentidos). Todo lo
demás deriva de este elemento primordial 8. En este preciso sentido la justicia sea tal
vez (o su contrapartida la injusticia) una sensación. Y el hombre considere injusto la
apreciación de lo que no puede modificar y considera contrario al orden natural o
normativo. Es la sensación que percibe del objeto de su desdicha.
Y si el control es la meta deseable (para solucionar el recargo de tareas), toda
limitación del control aparece como odiosa más si su justificación es el dinero. ¿Es que
la honra de la gente puede medirse en metálico?
De esta suerte y como Arnhem en 1944 parecerá, para el que desee conseguir
justicia, que el límite está demasiado lejano, como aquel puente para los aliados (A
bridge to far).
f) Cuestiones que pueden presentarse para fijar el límite, con
prescindencia de las obscuridades de la norma
Las cuestiones relativas al límite de apelación y, con prescindencia de la norma,
pueden reducirse a las siguientes:
1. Si la demanda es rechazada valor del litigio será, para el actor, el monto de la
misma. Si el monto excede los $ 90.000 será apelable. No cabe adicionar intereses9 ni
accesorios10. Si el actor apelante limita su apelación sólo será admisible la misma si

8
Thomas Hobbes, Leviatan o la materia, forma y poder de una República Eclesiástica y Civil, obra de 1651.
Se usó la edición del Fondo de Cultura Económica, Argentina, 1992, página 6.
9
La inclusión de intereses, conduciría indefectiblemente a una a elevación del monto cuestionado, a niveles
que desvirtuarían la finalidad de limitar las intervenciones del Tribunal de Alzada en consideración a la
importancia económica de las causas; amén de las complicaciones procesales que podrían generarse cuando
el cálculo de los réditos debe llevarse cabo en forma previa a la sentencia y a la liquidación definitiva (Conf.
esta Sala, 18.3.10, "Puerto Norte SA c/Sircovich Jonathan s/ejec. s/queja") (Expediente Nº 009444/10 -
"Banco Credicoop Coop Ltdo c/Parodi Maximo Angel s/ejecutivo s/ queja" – CNCOM – SALA F - 30/03/2010
elDial.com - AA630D).
10
Cabe apuntar que es criterio pacífico de esta Excma. Cámara que si bien la nueva redacción del art. 242
CPCC, con la modificación de la ley 26.536 no establece en forma expresa que conceptos abarcan el "monto
cuestionado", tal como lo hacía anteriormente el viejo texto legal al establecer que el valor se determinaría
atendiendo exclusivamente al capital reclamado en la demanda, lo cierto es que resulta claro que esa
solución se mantiene en el nuevo régimen legal pese al silencio de la nueva ley pues nada hay en esta
última que autorice a interpretar que ese criterio ha sido modificado. Síguese de todo ello entonces que, en
el régimen legal actual y no obstante la modificación del texto del CPCC: 242, el monto del proceso a los
fines de decidir la inapelabilidad se sigue determinando sólo en base al capital reclamado en la
demanda, con exclusión de los intereses y otros gastos. Así las cosas, advirtiéndose que el quantum
reclamado en la demanda resulta inferior al monto consagrado por la ley actual y que, por lo tanto, no
alcanza el límite pecuniario de apelabilidad previsto en esa norma, se estima que el recurso fue bien
denegado en la anterior instancia (029325/2013 – “Caja de Seguros S.A. c/ Jumbo Retail Argentina S.A. s/
ordinario s/ queja” – CNCIV – SALA A - 04/12/2013 elDial.com - AA8603). En igual sentido se dijo que,
puesto que a diferencia del texto anterior (recuérdese que precisaba que "...el valor cuestionado se
determinará atendiendo exclusivamente al capital reclamando en la demanda…") la actual redacción refiere
al "monto involucrado", corresponde establecer cuál es el alcance de esta última expresión. La expresión
“monto involucrado” impone considerar necesaria y exclusivamente al capital y marginar otros rubros
accesorios, esto es, intereses, gastos, etc. (conf. Kiper, C., ob. cit., LL, 2010-A, p. 1008; CNCom. Sala F,
supera los $ 90.000. La SCBA ha dicho que: Si el valor de lo cuestionado ante la
Suprema Corte representado por el monto reclamado en la demanda no supera el
monto mínimo para recurrir fijado por el art. 278 del Código Procesal Civil y Comercial,
la admisibilidad del recurso sólo podrá justificarse en el estricto marco de la excepción
que contempla el art. 55 de la ley 11.653. La función revisora de la Suprema Corte se
limita a la constatación del pronunciamiento en crisis con la doctrina que se reputa
infringida11. También dijo: Como esta Corte afirmó en numerosos precedentes, el valor
del litigio, representado, en este caso, por la suma reclamada en la demanda
rechazada, cuya pesificación no fuera cuestionada por el quejoso, no alcanza a cubrir
el monto mínimo para recurrir establecido en el art. 278 del Código Procesal Civil y
Comercial, sin que corresponda adicionar intereses a dicha suma, ni tomar el monto
total del crédito, que no ha sido reclamado en la presente acción por haber mediado un
pago parcial12. En caso de litisconsorcio no se suman los importes de cada reclamante
para superar la inapelabilidad (Ver también sub punto 7 más abajo)13.
2. Algo similar, al punto anterior, puede predicarse de la reconvención rechazada.
3. Si la demanda es admitida, total o parcialmente, el monto será el que surja de la
sentencia siempre y cuando supere los $ 90.000, en relación al demandado. En
relación al actor si los rubros que reclama, desestimados parcialmente, superan ese
importe14.
4. En todos los casos si es admitida la apelación para una de las partes, deber
admitirse para la otra, conforme al principio de la apelación adhesiva. El principio de
apelación adhesiva permite a los jueces de cámara apreciar tanto los escritos
constitutivos de la litis como la expresión de agravios, por que toda la cuestión materia
de litigio se traslada al superior en la misma extensión y con la misma plenitud con

18/3/10, "Puerto Norte SA c/ Sircovich Jonathan s/ ejecutivo s/ queja"), pues cualquier otro temperamento
conduciría también a desnaturalizar la télesis de la reforma que, tal como se señalara, tuvo como mira
limitar la intervención del tribunal ad quem (Reg. 48084/2008 - "Baffi Gustavo Rogelio y otros c/ Zetune De
Levin Nelida Raquel y otro s/ ordinario" – CNCOM – SALA D – 14/12/2010 elDial.com - AA6A5B).
11
SCBA, L 92208 S 26-12-2007, Juez GENOUD (SD), “Pérez, Gabriela Verónica c/ Supermercado C.L.C. S.A.
s/ Indemnización por despido y otros”; SCBA, L 91039 S 3-4-2008, Juez NEGRI (SD), “Ballester, Verónica
Eliana c/ Servidio, Angel y otro s/ Despido”, Juba Laboral, B59571.
12
SCBA, Ac 91180 I 29-12-2004, “Bco. de la Pcia. de Bs. As. c/ Sidotti, Javier O. y otra s/ Ejecución
hipotecaria. Recurso de queja”, Juba Civil y Comercial, B37776.
13
Con estricta referencia a lo indicado se dijo que, en hipótesis como la de autos de presencia de un
“litisconsorcio facultativo” (art. 88 del Código Procesal) no puede este último derogar el régimen de la
competencia apelada por razón del monto, lo cual se daría si se admitiera la suma de los valores
involucrados en cada una de las acciones conexas deducidas por los litisconsortes. Por ello, jurisprudencia
y doctrina han señalado que en el supuesto de acumulación de acciones por pluralidad de actores,
a los efectos de la procedencia de la apelación ordinaria debe tomarse en cuenta el monto
individual de cada acción y no el de la totalidad de ellas. uzgo que el recurso de apelación
interpuesto ha sido mal concedido, pues la presente causa está sujeta a instancia única a todos
los efectos. No impide así decirlo ni el error del juez a quo en conceder el recurso, ni el consentimiento de
las partes, ni la improcedente tramitación dada a ese recurso en esta alzada, desde que ninguno de esos
extremos es razón suficiente para derogar la ley procesal que ordena las competencias por razón del monto
disputado, debiéndose tener presente que el primer presupuesto de validez de una sentencia es que haya
sido dictada por un tribunal con jurisdicción (CSJN, Fallos: 269:439), aspecto que no se cumple en el sub
judice, habida cuenta de que el Código Procesal ha suprimido en los supuestos de escasa cuantía la
competencia revisora de un tribunal de alzada ordinario (conf. CNFed. Civ. Com. Sala II, 12/4/95, “Levi,
Diego y otros c/ Aerolíneas Argentinas s/ reajuste precio pasaje”) (Reg. 48084/2008 - "Baffi Gustavo Rogelio
y otros c/ Zetune De Levin Nelida Raquel y otro s/ ordinario" – CNCOM – SALA D – 14/12/2010 elDial.com -
AA6A5B).
14
En cuanto a la apelación del actor, teniendo en cuenta que el monto comprometido en el recurso por el
rechazo del resarcimiento reclamado en concepto de daño moral asciende a la suma de $ 10.000, cabe
colegir que tal recurso es inadmisible. Es que esa cifra es inferior al límite de apelabilidad establecido por el
art. 242 del Código Procesal (ley 26.536, B.O. 27.11.09), que a la fecha de la concesión recursiva ascendía a
$ 20.000 (60523/2007 – “P. A. c/ CS Salud SA s/ sumarisimo” - CNCOM - SALA D – 08/05/2012 elDial.com -
AA7B5E).
que fue sometido al inferior15. Este principio consiste en que, si la resolución que
favorece a una parte es apelada por la otra, toda la cuestión materia de litigio se
traslada al superior en la misma extensión y con la misma plenitud con que fue
sometida al inferior (Acuerdo 34.286, sentencia del 17/IX/1985 en “Acuerdos y
Sentencias”, 1985/II/687; Acuerdo 52.242, sentencia del 6/XII/1994 en “Acuerdos y
Sentencias”, 1994/IV/375; Acuerdo 63.004, sentencia del 8/IX/1998 en “DJBA”, 155-
339; Acuerdo 70.779, sentencia del 3/V/2000 en “DJBA”, 158-31). Es que puede
suceder que, el actor gane el pleito en base a argumentaciones, no del todo sólidas o
que el demandado lo gane en base a la prescripción. En tal caso si apela la contraria
renace en su totalidad la causa y sus escritos constitutivos y la Alzada debe considerar
la totalidad de los argumentos de las partes vertidos en sus escritos, sin estar limitada
por las expresiones de agravios. Es decir, sino acoge la prescripción, debe igualmente
analizar las otras defensas no tenidas en cuenta, antes, por quién articulo la
prescripción. En este sentidos e dijo que, si bien por lo general es de mejor técnica
revisar la corrección de lo decidido por el judicante de primera instancia, para recién
después abordar, de ser necesario (es decir, en el caso de acogerse los agravios del
quejoso), las defensas articuladas en la instancia de origen por el vencedor, lo cierto
es que resolver apartándose de esta adecuada estrategia argumental no importa
vulneración del postulado de congruencia16. La Cámara dentro de las facultades que le
son inhe rentes, y aplicando el principio de la apelación adhesiva puede considerar un
tema cuyo tratamiento fue omitido por el juzgador de origen, basado en la doctrina de
la SCBA antes transcripta17.
5. Si la demanda prospera por una suma inferior a la pedida por el actor, sólo será
apelable si la diferencia que se reclama supera los $ 90.000. Se aplica, a nuestro
juicio, un criterio similar al que indica la SCBA para situaciones análogas (valor del
litigios a los fines del recurso extraordinario de inaplicabilidad de la ley). Así dijo que:
Si el valor de lo cuestionado ante la Suprema Corte, representado por la diferencia
entre lo reclamado con motivo de la extinción del contrato de trabajo y el
importe de la condena, no supera el monto mínimo establecido por el art. 278
del Código Procesal Civil y Comercial para la admisibilidad del recurso
extraordinario de inaplicabilidad de ley y no se denuncia violación de doctrina
legal alguna que pudiera tornar operativa la excepción prevista del art. 55 de la ley
11.653, resulta inadmisible el recurso extraordinario de inaplicabilidad de
ley18. Kielmanovich, en sentido contrario, opina que, la excepción al principio de la
apelabilidad de las sentencias definitivas, está dada por la cuantía del monto que se
reclama en la demanda y no por la diferencia que pudiere encontrarse cuestionada en
la segunda instancia, si bien se trata de un tema polémico19.
6. A nuestro juicio también haría excepción, a la regla de la inapelabilidad, por razón
del monto, el supuesto de que se vulnere la doctrina de la Cámara (fallo plenario). Se

15
SCBA, Acuerdo 78251 S 19-2-2002, Juez NEGRI (MA), “Romero, Carlos Alberto y otra c/ Ben, Jorge Luis y
otros s/ Daños y perjuicios”, Juba Civil y Comercial, B26202.
16
SCBA, C 98059 S 7-5-2008, “Passadore de Mónaco, Sara (s/ suc.) c/ Santamaría, Silvia Ester s/ Nulidad
de boleto de compraventa”, Juba Civil y Comercial, B29739.
17
Si bien es cierto que la no incorporación de un tema o cuestión en la expresión de agravios significa
consentirlo, lo que veda a la alzada la posibilidad de revisarlo, no lo es menos que si el propio recurrente
-condenado en primera instancia- cuestionó su responsabilidad en el evento la jurisdicción de la alzada para
valorar la razón o sin razón de su queja en esa cuestión era plena sobre toda la prueba producida en la
causa (art. 272 del CPCC.) (SCBA, Acuerdo 56969 S 7-5-1996, “Braun, Conrado Guillermo c/ Archanco, Raúl
Jorge s/ Daños y perjuicios”, Juba Civil y Comercial, B23704).
18
SCBA, L 87378 S 10-12-2008, Juez NEGRI (MA), “Rodríguez, Adrián c/ Chicote S.A. s/ Accidente de
trabajo”, Juba Laboral, B3345989.
19
Jorge L. Kielmanovich, Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, comentado y anotado, tercera
edición ampliada y actualizada, Lesis Nexis, Abeledo Perrot, Buenos Aires, año 2.006, Tomo I, página 453,
comentario al artículo 242 CPCCN.
aplica un criterio similar al de la SCBA cuando expresa que: Si el valor de lo
cuestionado -representado por el importe reclamado en concepto de la indemnización
establecida en el art. 10 de la ley 24.013- no supera el monto mínimo fijado por el art.
278 del Código Procesal Civil y Comercial para la admisibilidad del recurso
extraordinario de inaplicabilidad de ley a la fecha de su interposición, éste debe ser
concedido en el marco de la excepción establecida en la última parte del primer párrafo
del art. 55 de la ley 11.653, hipótesis en la cual el cometido de la Suprema Corte
queda circunscripto a verificar si lo resuelto en autos contradice la doctrina legal
vigente a la fecha del pronunciamiento impug nado que se denuncia transgredida 20. No
obstante que el valor del litigio, representado por el importe de lo reclamado en la
demanda en concepto de indemnización por despido por matrimonio, no alcanza el
monto mínimo para recurrir establecido por el art. 278 del Código Procesal Civil y
Comercial, en el caso corresponde examinar la concordancia del fallo con la doctrina de
esta Suprema Corte vigente a la fecha en que se dictó aquél y cuya violación invoca el
recurrente, análisis que excede el marco de admisibilidad del recurso extraordinario de
inaplicabilidad de ley, por lo cual corresponde su concesión (art. 55, ley 11.653)21.
7. En caso de litisconsorcio debe superarse para uno de ellos el importe de $ 90.000.
En caso contrario el recurso debe ser desestimado. Debemos recurrir a la analogía. La
SCBA dijo: Si el valor de lo cuestionado ante la instancia extraordinaria, representado
por el importe reclamado individualmente por cada uno de los actores en el escrito de
demanda no supera el límite económico para recurrir establecido en el art. 278 del
Código Procesal Civil y Comercial, la admisibilidad del recurso sólo podrá justificarse en
el marco de la excepción contemplada en la norma del art. 55 de la ley 11.653,
hipótesis en la cual el cometido de la Suprema Corte queda circunscripto a verificar si
lo resuelto en el caso contradice la doctrina legal vigente a la fecha del
pronunciamiento impugnado, debiendo conceptuarse como tal aquélla vinculada a la
interpretación de las normas legales que han regido la relación sustancial debatida en
determinada controversia22.
8. Las modificaciones, por ser procesales, son de aplicación inmediata, a las causas en
trámite, para los recursos de apelación que se concedan con posterioridad a la vigencia
de la norma o de sus actualizaciones por Acordada de la CSJN23.
9. Un tema tangencial, que no estimamos hiciera tanto ruido, es la desafortunada
expresión del artículo que remite al monto que rija en la fecha de presentación de la
demanda o de la reconvención. Algunos entendieron que el monto de inapelabilidad es
el que rigía a la fecha de promoción de la demanda. Es decir que si la demanda es del
año 2.004 por una suma, que en ese momento era importante, la inapelabilidad se
20
SCBA, L 94491 S 18-2-2009, “Sueldo, Ernestina Rosa c/ Dome, Juan s/ Despido”, Juba Laboral,
B3346147.
21
SCBA, Ac 68866 I 4-11-1997, “Montero, Jorge F. c/ Reginald Lee S.A. s/ Despido. Recurso de queja”, Juba
Laboral, B41368.
22
SCBA, L 93464 S 18-11-2008, Juez SORIA (SD), “Fuentes Fuentealba, Rigoberto y otros c/ Viñuela y Cía.
S.C.A. y otro s/ Indemnización por despido”, Juba Laboral, B3345867.
23
Las modificaciones introducidas al límite de apelabilidad por la ley 26.536 resultan de inmediata
operatividad, con excepción de aquellas causas en donde el recurso hubiere sido concedido con anterioridad
a su entrada en vigencia (situación que no es la del sub lite), y que, por tanto, el monto a considerar, a los
fines de evaluar la procedencia del recurso, asciende actualmente a la suma de $ 20.000. No forma óbice a
tal conclusión que el antepenúltimo párrafo del mencionado art. 242 del Código Procesal disponga -en su
actual redacción- que "…a los efectos de determinar la inapelabilidad de una sentencia o resolución, se
estará al monto que rija en la fecha de presentación de la demanda o de la reconvención…". Es que una
lectura armónica y no aislada de tal preceptiva (CSJN, Fallos, 329:21; 328:3381 y 278:62) conlleva a
relacionar la transcripta expresión con el párrafo precedente de la norma, según el cual la Corte Suprema de
Justicia de la Nación podrá readecuar anualmente el monto de apelabilidad; es decir, que aquella expresión
(recuérdese, de estar al monto que rija en la fecha de promoción de la demanda) cobrará sentido recién
cuando el Alto Tribunal haga uso de esa facultad (esta Sala, 26/2/10, "Banco Supervielle SA c/Castro Matías
s/ejecutivo") (Reg. 48084/2008 - "Baffi Gustavo Rogelio y otros c/ Zetune De Levin Nelida Raquel y otro s/
ordinario" – CNCOM – SALA D – 14/12/2010 elDial.com - AA6A5B).
determina a esa fecha y no a la de la concesión del recurso24. Lo que el legislador quiso
decir es lo contrario de lo que manifestó, es decir que, cualquiera sea la fecha de
interposición de la demanda, lo que importa es la fecha de concesión del
recurso, pero a esa fecha se tomará el monto histórico de la demanda para
determinar si la sentencia es apelable o no lo es.
g) De las obscuridades de la norma
Un viejo criterio interpretativo indicaba que los textos claros no necesitan ser
interpretados, nada más alejado de la realidad de nuestro país.
La norma, en crítica, contiene un primer párrafo (en lo que se refiere a la
restricción) similar al texto anterior, en que sólo cambia el monto. El segundo párrafo
reemplaza la actualización por depreciación (se trataba de un texto viejo), ahora
prohibida por los artículos 7 y 10 de la ley 23.928, por una adecuación anual de la
Corte Suprema. Hasta ahí no hay problemas.
El tercer párrafo es inexplicable y se puede poner como acertijo para los programas
en que se descifran enigmas. Dice la norma: “A los efectos de determinar la
inapelabilidad de una sentencia o resolución, se estará al monto que rija en la
fecha de presentación de la demanda o de la reconvención. Si al momento de
dictarse la sentencia se reconociera una suma inferior en un VEINTE POR
CIENTO (20 %) a la reclamada por las partes, la inapelabilidad se
determinará de conformidad con el capital que en definitiva se reconozca en
la sentencia”. La primera parte del párrafo es clara y destaca lo que surge de textos
similares, relativos a regulación de honorarios o valor del litigio (otras leyes ó
códigos): Valor del litigio es el monto de la demanda o reconvención si es rechazada.
La inapelabilidad se refiere a todas las resoluciones (no sólo las definitivas, sino las
simples y las interlocutorias), con lo cual el trámite estará sujeto a la discrecionalidad
del magistrado de grado y alejado del doble conforme, en los supuestos de
inapelabilidad. Sabemos que discrecionalidad es discreción, arbitrio, elección y con
Dworkin no participamos de ella, ya que debe perseguirse la solución justa y no la
arbitraria.

24
El debate aquí plasmado se ciñe sobre la interpretación de la norma cuando dispone: “…A los efectos de
determinar la inapelabilidad de una sentencia o resolución, se estará al monto que rija en la fecha de
presentación de la demanda o de la reconvención….”. Frente a tal cometido y en orden a su correcta
intelección, cabe destacar que la finalidad perseguida por el legislador, no fue otra que limitar las
apelaciones ante las Cámaras a los casos cuya significación económica lo justifique, buscando así lograr una
mayor celeridad en los procesos y aligerar la tarea de aquellas, posibilitando un estudio más detenido de los
demás asuntos que deben conocer (cfr. dictámenes de mayoría y minoría de la Comisión de Justicia de la
Cámara de Diputados, la cual sancionó en definitiva aquel proyecto el 28/10/09, ello en ausencia de
discusión en los recintos). A partir de allí, se ha establecido el límite de inapelabilidad en la suma de
$ 20.000, quedando prevista la posibilidad de ulteriores modificaciones del quantum; labor
encomendada a la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Es en tal contexto situacional, y como
sucedáneo de aquel monto mínimo de $ 20.000 que cobra vigencia el párrafo en análisis. Esto es,
el inciso en examen sólo da una pauta para la aplicación en el tiempo del monto mínimo de
apelabilidad resultante de las futuras variaciones previstas normativamente, disponiendo así que
el monto del art. 242 CPCC –de ser adecuado por la CSJN- será el que rija en la fecha de
presentación de la demanda o reconvención. Pero ello, en modo alguno puede llevar a adoptar
una postura diversa, tal como la que postula el recurrente, en tanto por tal vía interpretativa se
neutralizaría el fin buscado con la reforma (Expte. 071438/09 - "Banco del Buen Ayre SA c/Introcaso
Oscar Antonio y otro s/ejecutivo s/ queja" – CNCOM – SALA F – 02/02/2010 elDial.com - AA5D9D).
La última parte del párrafo no se entiende 25 pues si la sentencia reconoce un monto
inferior en un 20 % al reclamado se estará al monto de la sentencia para determinar la
inapelabilidad. Con lo que tenemos que si la sentencia establece un importe entre un 1
y un 19 % inferior al reclamado ha de estarse al monto de la demanda o reconvención
para fijar el valor del pleito (para la apelabilidad), en relación al actor y al demandado
(que perdió). Si la diferencia para el actor es inferior a $ 90.000 igual sería apelable.
Nos parece que no, pues se está reclamando menos de $ 90.000. Esto siempre y
cuando no apele el demandado, pues en tal caso la apelación se abre y debe ser
resuelta para los dos, admitiéndose la apelación del actor para aspirar a una suma
mayor. Alguno puede entender que es hasta un 20 %, es decir que del 1 al 20 hay que

25
Para explicar esta confusa norma se recurrió, por el intérprete judicial, a la discusión parlamentaria. Allí se
hizo mención a la existencia de dos proyectos, con causas distintas de inapelabilidad, y que se admitieron los
dos. El segundo proyecto (por la minoría) aplica una sanción, por inconducta procesal que es reclamar en
forma excesiva (plus petición) para evitar la inapelabilidad (con lo que tardan los pleitos, calcular que una
cuestión pueda ser inapelable 6 u 8 años antes y elevar un monto de demanda para afrontar un monto de
irrecurribilidad que se desconoce parece, cuando menos, un disparate, inflación anual mediante). Según esta
vertiente interpretativa, una cuestión es inapelable cuando es inferior a $ 50.000 y, también, cualquiera sea
su monto, si el juez brinda más de un 20 % menos y la suma resultante, por la que prospera, en definitiva la
demanda, no importa ya que sea mayor o menor a $ 50.000. Ello se determinará en atención al rubro que
se reclama. Supongamos que el actor, con una incapacidad del 50 % en un accidente, reclame $ 1.000.000
y el juez, muy restrictivo, entienda que le corresponden $ 230.000 la sentencia será inapelable, por más que
sea una arbitrariedad otorgar ese importe el que, incluso, no esté avalado por las pautas objetivas que
surjan de la causa. El fallo en cuestión dice:
Antecedentes legislativos.-
La modificación al artículo 242 del Cpr. tuvo su génesis en dos proyectos de reforma: i) el primero,
de los senadores Ricardo Gómez Diez y Ernesto Sanz (expediente nº 3499-S-07), y ii) el segundo, de autoría
del senador Miguel Ángel Pichetto (expediente n° 3726-S-07).-
Los textos de ambas iniciativas legislativas resultaron sustancialmente coincidentes. Así pues solo
diferían en dos aspectos: (i) el monto mínimo de apelabilidad -el propuesto por los senadores Gómez Diez y
Sanz era de pesos $ 15.000, en tanto que el de Pichetto postulaba la elevación a $ 20.000-; y (ii) la
inclusión del párrafo referido a la audibilidad del recurso en base al porcentual del 20% (el propuesto por
Gómez Diez y Sanz lo propiciaba, no así el del senador Pichetto).-
Asimismo, ambos proyectos resultaron contestes en punto a la razón que abonaba el incremento del
monto mínimo que habilita el recurso.-
Así, los senadores Gómez Diez y Sanz argumentaron que: "debido al tiempo transcurrido desde la
última adecuación del artículo 242, más de dieciséis años, y el incremento de expedientes desde ese
momento hasta la actualidad, resulta imperioso adecuar la cifra en cuestión, como, en suma, históricamente
aconteció"; en tanto que el senador Pichetto, de su lado, apuntó que: "creemos que resulta aconsejable
revisar el importe que marca el límite de inapelabilidad, máxime teniendo en cuenta la cantidad de causas
puestas a conocimiento de los tribunales de segunda instancia".-
En lo que respecta al trámite administrativo, ambas actuaciones se giraron a la Cámara de
Diputados (v. orden del día nº 925 del año 2008), cuya Comisión de Justicia emitió dos dictámenes: uno en
mayoría y otro en minoría.-
El primero aconsejó la sanción del proyecto de los senadores Gómez Diez y Sanz pero modificando
el monto mínimo de apelación y estableciéndolo en $ 20.000 (según proyecto ley del senador Pichetto). De
su lectura surge que dicha Comisión: i) no expresó argumento alguno en abono de la inclusión del cuarto
párrafo del nuevo art. 242 del Cpr. que refiere al 20%; y ii) solo se explayó sobre la necesidad de elevar
aquél monto mínimo.-
De su lado, el dictamen de minoría no sólo efectuó alusiones al incremento de dicho "piso", sino que además
se detuvo en el supuesto previsto del 20% necesario para la audibilidad del recurso.-
Concretamente, se argumentó que: "La reforma propuesta también prevé una segunda alternativa
de inapelabilidad, que es la siguiente: en aquellos casos en los que la sentencia definitiva reconozca un
monto 20% menor al capital reclamado en la demanda. Así, se reclamó por $100.000, y la demanda
prospera por $15.000, el actor no tendría derecho a apelar la sentencia. En cierto sentido, sí se quiere
desalentar las demandas en las que, si bien se tuvo razón por el fondo de la cuestión, se presentan
reclamando montos indemnizatorios exagerados".-
Entiendo que el hecho de que la referencia a esa segunda alternativa de apelabilidad se
encuentre presente sólo en el dictamen de minoría, no le quita virtualidad para interpretar los
fundamentos tenidos en cuenta por el legislador para sancionar la reforma del cpr.:242.-
Ello pues, en el dictamen de mayoría no se efectúa referencia alguna que contradiga la opinión de la
minoría sobre el párrafo objeto de análisis, que resultara posteriormente sancionado.-
estar a la sentencia y si la reducción es más del 20 % hay que estar con el monto de
demanda o reconvención.
Si la reducción es de un 20 % se estará al capital que se reconozca en sentencia. Si
la demanda es por $ 200.000 y se reconocen $ 160.000, hay que estar a esa suma
que también es apelable y aún sería apelable para el actor, sino apelara el demandado,
por la diferencia. Sin embargo, si el actor reclama $ 107.952 y la sentencia sale por $
89.960 (un 20 % menos), debe estarse a ese monto y no será apelable. En realidad no
es apelable porque no pasa de $ 90.000 (y la diferencia para el actor es ya importate $
17.992).
Si la sentencia reconoce un valor de reducción mayor al 20 % (del 21 al 100 %
menos) habría que estar al valor de la demanda o reconvención.
h) Excepciones a la regla de inapelabilidad
En tal sentido, la alusión concreta a la segunda alternativa de apelabilidad, convierte a los
fundamentos vertidos en su apoyo, en piedra fundamental a los efectos de interpretar las circunstancias
tenidas en cuenta por el legislador de la ley 26. 536.-
Así las cosas, del análisis de los antecedentes legislativos, concluyo, en síntesis, que la
incorporación de aquel párrafo tuvo por objetivo castigar la injustificada elevación del monto de
la pretensión ensayada con la finalidad de sortear los límites económicos impuestos a la
apelación.
a.4. Las antedichas consideraciones tienen por objetivo no agotar la interpretación en la letra de la
ley. Bien ha sostenido la CSJN en ese sentido que, a tales fines, se requiere la determinación de su versión
técnicamente elaborada como resultado de una hermenéutica sistemática y razonable, respetuosa de la
intención legislativa (Fallos: 265:21; 265:336 y 263:453; 124-278; 123-957).-
Es propio de la interpretación indagar el verdadero sentido o alcance de las leyes mediante un
examen atento y profundo de sus términos que consulte la racionalidad del precepto y la voluntad del
legislador; ello así, teniendo en cuenta su contexto general, los fines perseguidos y su conexión con las
demás normas que integran el ordenamiento jurídico (doctrina de Fallos: 285:322; 287:79; 288:416;
290:56; 152:209; 155:377; y muchos otros).-
Es que las leyes han de interpretarse evaluando la totalidad de sus preceptos y los propósitos
finales que las informan, de manera que armonicen con el ordenamiento jurídico restante y con los principios
y garantías de la Constitución Nacional (Fallos: 255:192; 263:63; 267:478; 285:60; 296:22; 297:142;
299:93; 302:1600; 122:945; 127:246; 150:32).-
En ese sentido, sea cual fuere la naturaleza de la norma, no hay método de interpretación mejor que el que
tiene primordialmente en cuenta la finalidad de aquélla (CSJN: "Craviotto, Gerardo A. y otros c. Estado
nacional", del 19.05.99); siendo en esa tarea la exposición de motivos de las leyes un valioso criterio
interpretativo de la intención de sus autores (CSJN, in re "Dessy, Gustavo G.", del 19.10.95).-
a.5. O, dicho de otro modo: parece claro que pretendió el legislador, al incorporar la "segunda
alternativa de apelabilidad", sancionar la plus petición en que incurriere la demanda, vedando, en ese
supuesto, la revisión del caso por la Alzada.-
Destaco que a la misma conclusión arribó cierto sector de la doctrina procesalista (Kielmanovich,
Jorge L., "Breves comentarios sobre el nuevo art. 242 CPCCN (ley 26.536", Lexis nexis nº 0003/014801;
Peyrano, Jorge, "Las nuevas pautas económicas exigibles para franquear la instancia de apelación (artículo
242 CPCCN)", La Ley 2010-B, 524; Kiper, Claudio L., "El nuevo monto mínimo para apelar", La Ley, 2010-A,
1008; entre otros).-
Así las cosas, en la hipótesis de que se aplicara al "sub lite" la previsión legal sin
cortapisas, debería concluir que el supuesto de autos es inapelable. En efecto, obsérvese que: i)
pretendió la actora en su escrito de inicio obtener el cobro de $ 261.375,80, ii) el 20% de dicha
suma asciende a $ 52.275,16 y, iii) el monto de la condena resulta inferior a aquella suma
($15.000), y, a su vez, se halla por debajo del límite mínimo de apelabilidad ($20.000) (conf.
CCiv., Sala, J, "García Mora c/ Expreso Caraza S.A.C. y otros", del 27.05.10).
a.6. No obstante lo anterior, debo decir que de razones fundamentalmente ligadas a garantías
constitucionales (arg. art. 18 CN) y a la interpretación que cabe otorgar al cuarto párrafo del cpr.:242 -a las
que "infra" me referiré-, impiden la adopción de aquella solución.-
Me explico.-
Como quedó dicho, la norma en cuestión tiene por finalidad sancionar la conducta de quien eleva
injustificadamente el monto de su reclamo con el objeto de sortear el límite de la apelabilidad. En tal caso,
se veda la posibilidad de revisión de la actuación por parte de la Alzada.-
Ahora bien.-
Advierto en ello una cuestión basilar: la ilegitimidad de la premisa implícita que sirve de
antecedente a la norma para considerar inapelable el reclamo.-
En efecto, obsérvese que para sustentar la "lógica" -en sentido técnico- de la norma, debe partirse
de la base de que se presume que el actor incrementó injustificadamente el monto reclamado como artilugio
procesal para evitar la instancia única.-
Son tres, a saber, los juicios de alimentos y desalojo, los supuestos de aplicación de
sanciones procesales y los honorarios26.
Todo aparenta ser una enorme confusión que no tiene límites. Los últimos párrafos
del texto reformado se refieren a que la inapelabilidad no es procedente en los casos
de alimentos, desalojo de inmuebles, apelación de sanciones procesales y regulación
de honorarios. Esta última es la novedad que establece la legislación ya admitida por la
jurisprudencia. Ello en base a la primacía del artículo 244, con relación al 242 del
CPCCN. Dice Kielmanovich que, por otra parte, la tesis que considera que en la
determinación de la apelación de honorarios no juega el art. 242, sino la norma
especial contenida en el 244, se acomoda también al principio de que en la duda debe
estarse por la apelabilidad y, convengamos en que no parece dudoso –para decirlo de

Y tal situación se agrava cuando se advierte que se considera a tal premisa como verdadera y
absoluta, sin otorgar alternativa alguna al justiciable para demostrar lo contrario. Ello pues, de acontecer la
ecuación matemática que plantea la norma, el juzgador deberá declarar sin cortapistas inaudible el recurso,
sin antes haber tenido la posibilidad de analizar la legitimidad del reclamo.-
Esta proposición absoluta que presume ilegítima la pretensión deducida solo con base en
fórmulas matemáticas así como la grave sanción impuesta –inaudibilidad del recurso-
transforman al cuarto párrafo del art. 242 del Cpr. en un castigo de naturaleza penal; y lo cierto
es que, como es sabido, en tal supuesto no cabe aplicar la norma retroactivamente (conf. art. 18
CN).-
a.7. Es exacto que profusa doctrina al referirse a la aplicación de la ley procesal en el tiempo,
descarta la alternativa de conceptualizar a las sanciones procesales como de naturaleza penal (Palacio, Lino
Enrique, "Derecho Procesal Civil. T. I, Abeledo Perrot, Bs. As, p. 54, 1990; Morillo-Sosa-Berinzonce, "Códigos
procesales en lo civil y comercial de la Provincia de Buenos Aires y de la Nación, T. I, Ed. Platense S.R.L.,
Abeledo Perrot, 1992, Bs. As., p. 721; Morello, Augusto Mario, "Aplicación inmediata a los juicios pendientes
de las normas procesales que establecen sanciones por la actuación temeraria y maliciosa", J.A., 1968-IV- p.
229; Fassi-Yañez, "Código Procesal Civil y Comercial" T. I, Ed. Astrea, Bs. As., p. 332, 1988; entre otros). Y
también lo es que, como consecuencia de ello, se propone la aplicación inmediata del texto normativo, aun
cuando las infracciones se hubieran configurado con anterioridad a su vigencia. Así fue hecho, por ejemplo,
en oportunidad de ser examinada la sanción por temeridad y malicia prevista en el art. 45 del Cpr.-
No obstante -y por guardar estrecha similitud con las disposiciones del cpr.: 45 introduzco aquí la
cuestión- debo decir que distintos precedentes jurisprudenciales de este Tribunal, tras la sanción del decreto
4777/63 que incorporó el 2do. párrafo del art. 565 del CCom. –que, recuerdo, autoriza la imposición de
intereses doblados a aquella parte que litigue sin razón valedera-, adoptaron la solución contraria. Así, fue
resuelto que no procedía la aplicación de aquella sanción si no tenía vigencia cuando se contestó demanda,
pues su carácter penal impedía su aplicación retroactiva (CNCom., Sala A, "Alonso San Miguel, Manuel c/
Fénix del Rio de la Plata, Cia. de Seguros, del 26.04.1965, idem, Sala B, "Garrido e Hijos c. Elmech, Gronner
y otros", del 19.05.65; idem., Sala C, "Banco de Galicia y Buenos Aires, c/ Salvattore y Blanco, soc. col", del
19.03.1965).-
a.8. Ahora bien.-
Sin perjuicio de no desconocer que la doctrina ha sido renuente en considerar que las multas y/o
castigos procesales revisten naturaleza penal; estoy firmemente convencida de que la sanción prevista en el
4to. párrafo del art. 242 tiene tal carácter.-
Me dedicaré en los párrafos siguientes a sustentar mi posición.-
La CSJN en los autos "Bemberg Federico O. c. Provincia de Buenos Aires y otra" del 1.07.1960
(Fallos: 247-225; LL 104, p. 189) analizó la cuestión referida a la naturaleza que correspondía otorgar a las
sanciones creadas por normas de derecho público, administrativo, financiero y policial, entre otras.-
En lo principal, recordando otros precedentes, dijo que hubo: "declarado, de manera uniforme, que
deben estimarse penales las multas aplicables a los infractores cuando ellas, en vez de poseer carácter
retributivo del posible daño causado, tienden a prevenir la violación de las pertinentes disposiciones legales"
(conf. considerando 13). Agregó allí también que tal pauta o generalización debía considerarse como vía de
principio -no abarcativa de todos los supuestos posibles- con virtualidad para interpretar otros casos a partir
de aquél.-
Puntualizó que, para el supuesto particular que analizaba (fijación de una multa impositiva por
evasión prevista en el art. 29 de la ley 4350), la sanción revestía carácter penal, pues también allí se
presentaba –en lo que aquí interesa destacar-: i) desproporción entre el monto de la multa prescripta y el
perjuicio que podría imputarse al contribuyente infractor; lo cual, en principio, inducía a rechazar el carácter
retributivo, ii) imputación a los recurrentes de haber cometido actos tipificados como delitos y, iii) el hecho
de que algunas leyes involucraran al mismo tiempo una sanción de carácter inequívocamente retributivo con
otra de matiz penal o represivo.-
Ahora bien. Analizada la previsión del cuarto párrafo del art. 242 del Cpr. bajo los parámetros
establecidos por la CSJN, puedo concluir, como adelanté, que ella reviste neto corte punitivo. Ello pues:
algún modo- que el art. 244 del Código incluye dentro de ese concepto totalizador, las
que fueren inferiores al mínimo comprendido en el artículo 24227.
i) Conclusiones
El legislador ha dado nuevas muestras de que pretende sacar normas poco claras y
sin un debido examen. Ello ha de motivar numerosos fallos que han de perder el
tiempo en determinar si una resolución es o no apelable, tiempo que deberían utilizar
en controlar la decisión del inferior.
Toda restricción debe interpretarse con criterio restrictivo y garantizar al ciudadano
el doble conforme que, a nuestro juicio, es una garantía del debido proceso y de los
pactos que firmamos.

a. No presenta carácter retributivo, nota principal que fijó la Corte y que contienen las sanciones no
penales. Adviértase que el legislador previó que, frente al supuesto de que la sentencia condene al pago de
un porcentual menor al 20% del monto reclamado, sería inapelable. En este sentido, no existe un monto
establecido (ni a establecerse) que deba desembolsar la parte que se hallare incursa en tal supuesto legal;
hecho que quita la posibilidad de calificar a la sanción como retributiva.-
b. Tiene por finalidad prevenir la violación de disposiciones legales. Véase que, tal como
señalé, el objetivo de la norma fue evitar que a través de reclamos de montos injustificadamente
elevados y recurriendo a este artilugio, pueda sortearse el límite del recurso de $20.000.-
c. Existe desproporción entre el monto de la sanción prevista por la ley y el perjuicio que podría
irrogarse. Así, obsérvese lo gravoso de la sanción impuesta -imposibilidad de recurrir a la Alzada-.-
d. Hay una imputación de comisión de un ilícito. Como ya dije, la premisa implícita que sirve de
antecedente a la aplicación del art. 242 del Cpr. es que el actor obró antijurídicamente pues abultó
ilegítimamente su reclamo para sortear el límite económico que le permite recurrir ante la Alzada.-
e. Existe cierto articulado en el código procesal que involucra al mismo tiempo un apercibimiento de
carácter inequívocamente retributivo. Así, obsérvese que la situación fáctica que se plantea en el cuarto
párrafo del art. 242 se encuentra también regulada en el art. 72 del Cpr. al imponer las costas al actor aun
cuando resultare ganador. Tal imposición importa un apercibimiento de naturaleza retributiva pues, en
definitiva, deberá soportar de su propio peculio los gastos causídicos.-
a.9. En definitiva, teniendo en cuenta que la sanción prevista en el cuarto párrafo del art.
242 del Cpr. tiene naturaleza penal, corresponde aplicar los principios que rigen tal rama del
derecho; y descartar, en este supuesto particular, la aplicación inmediata de la ley procesal.-
Cierto es que la jurisprudencia de esta Sala sostiene –y lo suscribo- que la aplicación de la ley
26.536 alcanza a los procesos en trámite, siempre que ello no importe afectar la validez de los actos
procesales cumplidos y que no hubieran quedado firmes bajo la vigencia de la ley anterior (Conf. Lino E.
Palacio "Derecho Procesal Civil, T° I pág. 50, Bs. As. Edit. Abeledo Perrot, 2° Edic. 1990; CSJN Fallos
249:256; 288:407; 302:263). Y también es exacto que tal criterio interpretativo, por otra parte, ha sido
sostenido por la totalidad de las Salas de esta Cámara (Conf. Sala A, 25.2.10 "García Puigrredon Jorge
Miguel c/Prodytec SA s/ord. s/queja"; Sala B, 17.6.2010, "Banco Itaú Argentina SA c/Lorenz Jorge J. s/ejec.
s/queja"; Sala C, 27.4.10, "Landini Nora Lidia c/Endemol Argentina SA s/ord. s/queja"; Sala D, 26.2.10,
"Banco Supervielle SA c/Castro Matías s/ejec.", Sala E, 23.12.09, "Laico Gabriel c/Bulacio, José Alberto y
otros s/ejec. s/queja", Sala F, 2.2.10, "Banco del Buen Ayre SA c/Introcaso Oscar Antonio y otro s/ejecutivo
s/queja"; íd. 18.2.10, "Productos Financieros SA c/Castillo Fernando Mauricio s/ejec.").-
Sin embargo, no es menos cierto que tales precedentes fueron dictados en el marco de procesos en donde lo
cuestionado era la vigencia del nuevo límite económico del recurso fijado en $20.000; y que ninguno de ellos
está referido a la aplicación del cuarto párrafo del art. 242 del Cpr. objeto aquí de tratamiento.-
a.10. El art. 18 de la CN establece que: "Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio
previo fundado en ley anterior al hecho del proceso, ni juzgado por comisiones especiales, o sacado de los
jueces designados por la ley antes del hecho de la causa. Nadie puede ser obligado a declarar contra si
mismo; ni arrestado sino en virtud de orden escrita de autoridad competente. Es inviolable la defensa en
juicio de la persona y de los derechos…".-
Como es sabido, este artículo consagra la irretroactividad de la ley penal, al decir que nadie puede
ser penado sin "ley anterior al hecho del proceso" ("nullum crimen nulla poena sine lege").-
En este sentido, una ley será retroactiva cuando tiene por efecto convertir en delito una conducta
que no lo era en el momento de ser ejecutada (conf. Ekmekdjian, Miguel Ángel, "Tratado de Derecho
Constitucional", T. II, Bs.As, Ed. Depalma, p. 235, 2001).-
Trasladados estos conceptos al "sub lite", debo decir que si se desestimara el recurso de la actora
recurriendo al cuarto párrafo del art. 242 del Cpr., importaría ello una aplicación retroactiva de una sanción
procesal que, como concluí "supra", tiene naturaleza penal; lo cual no puede ser convalidado.-
Obsérvese, en efecto, que el actor inició demanda el 22.03.06, razón por la cual la conducta
sancionada –elevación injustificada del monto de demanda- tuvo lugar con anterioridad a la vigencia de la
nueva ley. Así pues es en el instante en que se presenta la demanda cuando se cuantifica el reclamo –
recuérdese que el art. 242 del Cpr. entró en vigencia el 5/12/09, conf. art. 2° Cód. Civil-.-
Si la Revolución francesa estableció este doble conforme como una garantía mas, no
vamos a atrasar el reloj de la historia antes del año 1789.
En la provincia de Buenos Aires no existe esta limitación. En Tierra del Fuego existe,
por el contrario, una limitación similar28.

LL. Interés para recurrir

El tema del interés lo resuelve el Superior. No es un tema que competa al juez de


primera instancia
El tema del interés para recurrir en realidad y a nuestro juicio no es un tema que
deba ser resuelto por el juez a-quo ni entra en el campo de la admisibilidad
formal sino en el de la procedencia sustancial, en el del derecho, calidad e interés
que son requisitos de la acción.
El juez de la concesión del recurso no puede entrar a considerar si existe o no
perjuicio o agravio, ese tema está reservado al juez de Cámara. En caso contrario el
arbitrio del juez de grado podría llegar a la arbitrariedad, considerando que no hay
perjuicio cuando lo hay o viceversa.

En síntesis, no corresponde aplicar al supuesto de autos la sanción prevista en el cuarto párrafo del art. 242
del Cpr. en razón de haber ocurrido los hechos que regula con anterioridad a su entrada en vigencia.-
a.11. Sobre tales bases y a los fines de establecer la audibilidad del recurso deberá estarse al
monto cuestionado en último término, de acuerdo a los nuevos límites económicos dispuestos por la ley
26.536.-
Así las cosas, el recurso de apelación ha sido interpuesto el 10.07.10 (v. cargo de fs. 538), el "a-
quo" hizo lugar a la demanda por $15.000 y el capital reclamado originariamente es de $ 261.375,80. En tal
sentido, el monto cuestionado en último término excede la suma prevista por el actual art. 242 del Código
Procesal; en consecuencia, es admisible la vía recursiva (Reg. 10.647/2006; Causa 051257 - “Quiroga
Noemi Ester c/Liderar Compañía General de Seguros S.A. s/ordinario” – CNCOM - SALA F – 12/12/2011
elDial.com - AA7361). A nuestro juicio la cuestión ha sido desinterpretada y es muy clara, dentro de la
obscuridad del texto normativo, si la sentencia otorga un 20 % menos –o más de ese porcentaje-
será inapelable si es inferior la sentencia a $ 50.000. Juegan los dos topes o límites. Y siendo tan
clara esta solución no puede desconocerse el artículo 3º del CC y decirse que la norma procesal,
que en realidad es penal, no puede ser retroactiva (por ser de naturaleza sancionatoria). No se ha
establecido esta norma como sanción y así debe ser interpretada, pues es lógico que si la
diferencia entre lo reclamado y lo otorgado es inferior al límite o, incluso, la diferencia, que es mi
real reclamo, no pasa de $ 50.000 la resolución es inapelable. Como intérprete debemos recurrir
a la muy aceitada jurisprudencia de la SCBA que viene lidiando con el valor del litigio desde hace
muchísimo tiempo, pues es una restricción permanente al recurso de inaplicabilidad de la ley .
26
Antes de la sanción del nuevo texto se había dicho que, prevalece la regla del artículo 244 CPCC, apartado
2, en cuanto dispone que “toda regulación de honorarios será apelable” sobre el límite pecuniario de
apelabilidad que establece el artículo 242,punto 3°, apartado 2° del CPCC (ALPARGATAS SA C/ QUILQUILLEN
SA S/ SUM. (LL 16.2.2000, F' 99844) CAMARA COMERCIAL EN PLENO, 13/12/1999 elDial.com - AG2E0).
27
Jorge L. Kielmanovich, Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, comentado y anotado, tercera
edición ampliada y actualizada, Lesis Nexis, Abeledo Perrot, Buenos Aires, año 2.006, Tomo I, página 461,
comentario al artículo 244 CPCCN.
28
272.2. Contra las sentencias interlocutorias que causen gravamen irreparable, excepto las dictadas en el
curso de una instancia cuya sentencia definitiva no es apelable y las dictadas en el curso de un incidente. La
apelación contra las referidas sentencias interlocutorias podrá ser subsidiara del recurso de reposición,
debiéndose deducir ambos recursos de manera conjunta y dentro del plazo para apelar o en la propia
audiencia, según los casos. No obstante, se haya o no deducido recurso de reposición, el Tribunal podrá
siempre revocar, por contrario imperio, la providencia interlocutoria apelada. Serán inapelables las
sentencias definitivas y las demás resoluciones cualquiera fuere su naturaleza, cuando el valor
cuestionado en la alzada no exceda de la suma equivalente a sesenta y dos (62) veces el importe
de la tasa de justicia para juicios de monto indeterminado, vigente a la fecha de su aplicación.
Esta disposición no será aplicable a las regulaciones de honorarios, a los procesos de alimentos y
en los que se pretenda el desalojo de inmuebles o en aquéllos donde se discuta la aplicación de
sanciones procesales, y respecto del trabajador en el juicio laboral.
M. Admisibilidad del recurso de apelación interpuesto en subsidio

Muchas veces el proceso se convierte en una trampa en la que se fagocitan y


desaparecen los derechos de los litigantes. Una suerte de juego mortal, un póker o una
baraja española en que lo que importa es ganar, aunque sea marcando las cartas. En
ocasiones las trampas surgen de una interpretación rigurosamente formalista de los
tribunales que tienen más en cuenta las formas que la verdad que pueda asistir a los
litigantes.

a) Denegación cuando la apelación es subsidiaria


de una aclaratoria
Sin embargo, no puede concederse la apelación si es subsidiaria y condicionada al
resultado de una aclaratoria. Ello por varias razones: La primera, que el único recurso
que puede ir asociado a la apelación es la reposición o revocatoria, como ya se ha
dicho. La segunda, que como consecuencia de lo antes expuesto la aclaratoria no tiene
efectos suspensivos en relación a otros recursos como el de apelación o algún recurso
extraordinario. Si la aclaratoria es admitida, integra la sentencia, debe ésta notificarse
de nuevo y renace un nuevo plazo para apelar. Ello porque la aclaratoria admitida
modifica la sentencia, razón básica por la que, también, la consideramos un recurso.

b) Apelación sujeta a condición. Improcedencia


El recurso de apelación no puede ser interpuesto y sujetarlo al cumplimiento de una
condición. En tales circunstancias resulta inadmisible.

c) Apelación directa del auto que rechaza la revocatoria


Es improcedente, por cuanto el auto que rechaza la revocatoria es una
confirmatoria del auto recurrido por esa vía y debió interponerse la apelación
subsidiaria o la apelación directa contra el mismo en tiempo y forma.

N. Plazo para interponer el recurso de apelación

Uno de los requisitos formales para interponer el recurso de apelación, tal vez el
más importante es el plazo para impetrar el mismo.

a) Plazo normal de apelación: 5 días


Está consagrado por el artículo 244 del CPCCN y CPCCBA los que a este respecto,
dicen que no habiendo disposición en contrario, el plazo para apelar será de
cinco días.
Si no hay norma específica que establezca un plazo distinto hay que estar
al plazo de cinco días. Por otra parte es el plazo general del artículo 150 del
CPCCN y CPCCBA para cualquier vista o traslado.

b) Plazo de tres días: Procesos sumarísimos en el ámbito


de la Nación
Conforme al artículo 498, inc. 3 del CPCCN, texto según ley 25.488, el plazo para
apelar es de tres días, aunque para fundar el recurso y contestar el traslado del
mismo es de cinco días (mismo inciso).

c) Expropiación en la provincia de Buenos Aires (tres días)


El plazo es de tres días conforme la ley (artículo 3229 de la ley 5708). En materia de
apremio, según la ley 13.406 el plazo para apelar es de cinco días con lo que se corrige
un error de la edición anterior30.

d) Plazo de dos días


En la provincia de Buenos Aires y en ámbito de los procesos sumarísimos el plazo es
de tan sólo dos días. Dice el artículo 496, párrafo segundo, que todos los plazos
serán de dos días, salvo el de contestación a la demanda que será de cinco
días y el de prueba, que fijará el juez.
En consecuencia, el plazo para apelar es de dos días y también el plazo
para fundar la apelación con la presentación del memorial (dos días después
de haberse notificado por ministerio legis la concesión del recurso).
En las ejecuciones prendarias el plazo para apelar es de dos días conforme
el artículo 30 de la ley de prenda con registro.

e) 48 horas: Amparo en la Nación (ley 16.986)


En este supuesto, conforme al artículo 15 de la ley 16.986 31 el plazo para apelar es
de 48 horas (la apelación debe ser fundada) y sólo son apelables la sentencia
definitiva, la que rechaza in límine la demanda y las que dispongan medidas de no
innovar o la suspensión del acto impugnado.
Una de las características de este plazo es que se computa por horas.

f) Amparo en la provincia de Buenos Aires


El artículo 17 de la ley 13.928 de la provincia de Buenos Aires, establece

29
ARTÍCULO 32.- Vencido el término de prueba de inmediato se convocará a las partes a una audiencia para
que expongan lo que estimen conveniente y se oiga a los peritos las explicaciones que les pidan el Juez y las
partes, audiencia que se celebrará con los que concurran labrándose acta. El perito que no concurriere
perderá los derechos a percibir honorarios. El juez indefectiblemente fallará dentro de los cinco (5) días
subsiguientes, pronunciándose sobre las defensas alegadas y, conjuntamente sobre el fondo del asunto. La
sentencia deberá ser notificada obligatoriamente en el plazo de cuarenta y ocho (48) horas y las
partes podrán apelar dentro de los tres (3) días posteriores, recursos que se concederá en
relación.
30
ARTÍCULO 13.- Cuando se hubieren opuesto excepciones legítimas o se hubiere rechazado total o
parcialmente la acción, podrán interponerse contra la sentencia en forma fundada y dentro de los
cinco (5) días de notificados personalmente o por cédula, recurso de apelación. La actora podrá
apelar siempre que no se acogiera en forma íntegra su pretensión. El demandado que no se hubiera
presentado quedará notificado ministerio ley en los estrados del juzgado de la sentencia de trance y remate
así como de todas las resoluciones que a posteriori se dicten en la causa.

31
Artículo 15. — Sólo serán apelables la sentencia definitiva, la s resoluciones previstas en el artículo 3º y
las que dispongan medidas de no innovar o la suspensión de los efectos del acto impugnado. El recurso
deberá interponerse dentro de 48 horas de notificada la resolución impugnada y será fundado,
debiendo denegarse o concederse en ambos efectos dentro de las 48 horas. En este último caso se
elevará el expediente al respectivo Tribunal de Alzada dentro de las 24 horas de ser concedido. En caso de
que fuera denegado, entenderá dicho Tribunal en el recurso directo que deberá articularse dentro de las 24
horas de ser notificada la denegatoria, debiendo dictarse sentencia dentro del tercer día.
que el plazo para apelar es de tres días (para la queja por denegación de la
apelación un día) y la apelación debe ser fundada 32. Sólo son apelables la
sentencia definitiva, el auto que rechaza in límine la demanda y las medidas
cautelares33.

O. Forma de interposición del recurso de apelación. ¿Debe fundarse el


recurso de apelación?

a) Se apela verbalmente o por escrito


El recurso de apelación puede interponerse incluso verbalmente. Dice la primera
parte del artículo 245 del CPCCN y CPCCBA que el recurso de apelación se interpondrá
por escrito o verbalmente. En este último caso se hará constar por diligencia que el
secretario o el oficial primero asentará en el expediente.
Existe entonces un informalismo en cuanto a la interposición y no se dan formas
sacramentales.
El escrito de apelación es por otra parte un escrito de mero trámite y muy simple
que sólo contiene la resolución que se apela y la voluntad de apelarla. No hay nada
más, ello nos lleva al subpunto siguiente.

b) La apelación no se funda
El recurso de apelación no se funda al interponerlo, esto es una regla de oro. Si
quién apela intenta fundarlo, debe desglosarse la fundamentación y anotarse el
recurso que se ha interpuesto. Esto es muy importante, el recurso debe concederse
igualmente, lo que se devuelve es la fundamentación.
Dice el segundo párrafo del artículo 245 del CPCCN y CPCCBA que el apelante
deberá limitarse a la mera interposición del recurso y si esta regla fuere infringida se
demandará devolver el escrito, previa anotación que el secretario o el oficial primero
pondrá en el expediente, con indicación de la fecha de interposición del recurso y del
domicilio que se hubiese constituido, en su caso.
Sin embargo, estos conceptos no pueden interpretarse de un modo formal; si la
apelación se funda, infringiendo la regla, y el juez a-quo no desglosa el memorial la
Cámara debe conocer el recurso, debiéndoselo tener por fundado.

32
ARTICULO 17: El apelante deberá interponer y fundar el recurso en el plazo de tres (3) días ante
el Juez que hubiere dictado la decisión apelada. El Juez resolverá sobre la concesión del recurso en el
día. Concedido el mismo, lo hará con efecto devolutivo. Con carácter excepcional y fundadamente,
atendiendo a las características particulares del caso, podrá concederlo con efecto suspensivo. El recurso se
sustanciará con un traslado a la contraparte por el término de tres (3) días; contestado el mismo o vencido
el plazo para hacerlo, el Juez deberá remitir las actuaciones a la Alzada en igual plazo. El Tribunal de Alzada
deberá expedirse dentro de un plazo de tres (3) días de recibido el expediente. En el supuesto de que el
Juez denegase la apelación, podrá interponerse una queja o recurso directo ante la alzada en el
plazo un (1) día de ser notificada la denegatoria, debiendo dictarse sentencia dentro de los tres
(3) días.
33
ARTICULO 16: Serán apelables las resoluciones que:
1- Rechacen la acción por su manifiesta inadmisibilidad;
2- Las referentes a medidas cautelares;
3- La sentencia definitiva.
A este respecto se ha dicho que si bien es cierto que el recurso de apelación debe
interponerse sin fundamentación, la expresión por adelantado de los motivos de la
impugnación no comportan en definitiva, otra cosa que la renuncia a un
beneficio -temporal- que la ley otorga. Si el apelante funda el recurso en el
mismo escrito en que lo promueve y el juzgado, en lugar de devolverlo, da
curso a la apelación, ésta última debe ser considerada fundada (CNCiv., Sala F,
junio 21 de 1996, “V., S.M. c. D. de V., M.”, La Ley 1997-A-371, J. Agrup., caso
11.223, DJ, 1996-2-1250).

P. Resoluciones inapelables por disposición de la ley procesal

a) Las providencias sobre denegación, producción y


substanciación de las pruebas
Tanto el artículo 379 del CPCCN y el artículo 377 del CPCCBA, con alguna
diferencia establecen restricciones para los recursos en materia probatoria.
En ambos ordenamientos hasta el año 1981, las resoluciones acerca de la
producción, denegación y substanciación de las pruebas eran irrecurribles. Para abrir
una válvula de escape a este sistema se establecía la posibilidad de replantear la
prueba denegada en la segunda instancia. Con ello la resolución del juez de primera
instancia no sería definitiva y se garantizaría el derecho de defensa en juicio y el
control contra la arbitrariedad.
En el orden nacional, al sancionarse la ley 22.434 se establece que las decisiones
del juez en materia de prueba son inapelables, con lo que se admite el recurso
de revocatoria.

b) Inapelabilidad del auto que concede diligencias preliminares


Atento lo dispuesto por el artículo 327, tercer párrafo, CPCC y CPBA la providencia
que concede diligencias preliminares es irrecurrible.

c) Inapelabilidad del auto que rechaza la caducidad de


instancia o que ordena acumulación por conexidad
El auto que desestima la caducidad de instancia es inapelable (artículo 317 CPCCN y
CPCCBA). También el que ordena de oficio la acumulación (artículos 190 del CPCCN y
CPCCBA).

Q. La apelabilidad en los juicios sumarísimos de la Nación. En la provincia


de Buenos Aires juicios sumario y sumarísimo

La reforma de la ley 25.488 ha suprimido el juicio sumario (derogó los artículos 486
a 497) por lo que no cabe, ahora, tratar las restricciones de un proceso inexistente,
salvo alguna mención para la provincia de Buenos Aires donde subsisten (Ver texto del
artículo 494 del CPCCBA, similar al derogado de la Nación)..
En los juicios sumarísimos, dispone el articulo 498, inc. 6 del CPCCN, texto según
ley 25.488, que sólo serán apelables la sentencia definitiva y las providencias
que decreten o denieguen medidas precautorias. La apelación se concederá
en relación, con efecto devolutivo, salvo cuando el cumplimiento de la
sentencia pudiere ocasionar un perjuicio irreparable en cuyo caso se otorgará
en efecto suspensivo. El artículo 496, inciso 4, del CPCCBA tiene un texto similar con
la diferencia que no está la salvedad en cuanto al efecto devolutivo. No es apelable en
provincia de Buenos Aires la providencia que deniega una medida cautelar.

8. Concepto de modo o forma de concesión

El modo es la extensión o amplitud con la que se concede el recurso de apelación.


Existen dos modos de concesión, uno amplio y otro restringido. Procesalmente ello
implica, en el caso del modo amplio, una mayor posibilidad para producir prueba,
articular hechos nuevos, presentar documentos. En el caso del modo restringido todo
se limita a fundar el recurso de apelación mediante la presentación de lo que,
técnicamente, se denomina memorial. Esa mayor o menor amplitud, esa mayor o
menor extensión, es el modo o forma de concesión. Puede decirse, en
consecuencia, que existen dos apelaciones: Una amplia y otra abreviada.

Clasificación de los modos

Libremente

Modos
o Formas Con efecto inmediato
Relación
Con efecto diferido

9. Apelación libre y en relación. Efecto diferido

A. Apelación libre
En la Nación solamente en un caso se concede el recurso de apelación libremente y
es cuando se apela la sentencia definitiva en los juicios ordinarios (el juicio
sumario fue suprimido por la reforma de la ley 25.488. En la provincia de Buenos
Aires, en cambio, se conceden libremente las apelaciones de sentencias definitivas en
los juicios ordinarios y sumarios. En todos los demás casos la apelación se concede en
relación y cuando la ley así lo dispone en relación y en efecto diferido.
A este respecto el artículo 243 del CPCCN dice que el recurso de apelación será
concedido libremente o en relación, y en uno u otro caso, en efecto
suspensivo o devolutivo. El recurso contra la sentencia definitiva en el juicio
ordinario y en el sumario (debe entenderse como no escrito pues la reforma
de la ley 25.488 lo suprimió; argumento artículo 319 en su nueva redacción)
será concedido libremente. En los demás casos, sólo en relación. Procederá
siempre en efecto suspensivo, a menos que la ley disponga que lo sea en
efecto devolutivo. Los recursos concedidos en relación lo serán, asimismo, en
efecto diferido, cuando la ley así lo disponga. El artículo 243 del CPCCBA tiene
una redacción igual.
En la apelación libre se dan las siguientes notas:
- Se funda en segunda instancia, con la presentación de un escrito que se
denomina expresión de agravios, que es la demanda de segunda instancia.
- Puede limitadamente replantearse prueba denegada o respecto de la cuál
medió declaración de negligencia.
- Pueden presentarse nuevos documentos.
- Puede pedirse prueba de confesión.
- Hay carga de fundar las apelaciones diferidas.
- Puede pedirse apertura a prueba en segunda instancia cuando mediaren
hechos nuevos o cuando se replanteare prueba.
El desarrollo de estos temas se verá cuando se examine el procedimiento en
segunda instancia.

B. Apelación en relación

Relación viene de relator y éste era quien le contaba a los Oidores en las Audiencias
el resumen de la causa, para que estos decidieran de inmediato. Este secretario de
audiencias dejó la impronta que dio nombre a este modo de concesión del recurso.
Decía Alsina que la palabra relación tiene su origen en los relatores, que también
existieron en nuestro país (Véanse la Ordenanza de la Real Audiencia de Buenos Aires;
la ley 24, tít. 17, lib. 2 de la Nueva Recop. y la ley nº 4, tít. 22, libro 2 y ley nº 22, tít.
8, libro 2, de la Recopilación de Indias). Decía Ibáñez Frocham que el instituto ha sido
tomado de la legislación de Indias. No lo tienen las legislaciones europeas. La
expresión “en relación” carece hoy de sentido: es la historia la que lo ilustra: el
secretario iba ante el superior, según las leyes de Indias, a hacer la relación del
expediente. Hoy no existen relatores y va al Superior el expediente mismo o la parte
necesaria de él.
La apelación en relación, limitada, restringida o abreviada tiene como
característica que se funda en primera instancia, con el memorial, llega a la alzada
para resolver y no puede abrirse a prueba ni articularse hechos nuevos.
C. Apelación en relación y con efecto diferido

La apelación en relación puede tener efectos inmediatos y diferidos. La apelación en


relación tiene efecto inmediato o normal cuando el expediente es remitido de
inmediato a la Cámara para resolver el mismo. La apelación, en cambio, es diferida
cuando el expediente no se envía a la Cámara sino que la apelación se concede, no se
funda y se suspende el envío del expediente a la Cámara hasta una oportunidad
ulterior, como es el caso de que vaya con la apelación de la sentencia definitiva.
Cuando se concede el recurso de apelación en relación, la regla es que lo sea
con efecto inmediato y no diferido que es la excepción, la que debe surgir de
la ley procesal.
Por tanto si el juez se equivocó en la forma de concesión y concedió en forma
inmediata lo que debió diferirse. Cabían dos soluciones. La primera pedir la
modificación del efecto del recurso. La segunda solución, aceptar el efecto inmediato y
presentar el memorial dentro del quinto día de ser notificada por ministerio de la ley la
providencia que concede el recurso de apelación.
Si no cumplió con ninguna de las soluciones, el recurso debe ser declarado desierto
por el juez de primera instancia, aun cuando le asista razón al quejoso ya que ha
incumplido la carga procesal de fundar y está precluída su oportunidad procesal de
volver a una etapa ya superada.

D. Supuestos de concsión en efecto diferido

Aquí se realiza su consideración por orden de habitualidad e importancia y no


siguiendo el orden estricto del Código.

a) Costas y honorarios
Las apelaciones en materia de costas y honorarios en los incidentes es diferida. Esto
surge del artículo 69 del CPCCN y del CPCCBA Dice la parte pertinente de la norma que
toda apelación sobre imposición de costas y regulación de honorarios se
concederá en efecto diferido, salvo cuando el expediente deba ser remitido a
la Cámara como consecuencia del recurso deducido por alguna de las partes
contra la resolución que decidió el incidente.

b) Ejecución de sentencia y juicios ejecutivos


En materia de ejecución de sentencia, conforme al artículo 509 del CPCCN y el
artículo 507 del CPCCBA las apelaciones se conceden en efecto diferido, salvo la
apelación contra la sentencia de venta y las posteriores a la misma. La segunda parte
del artículo 509 del CPCCN (ídem, segunda parte, artículo 507 del CPCCBA) establece
que todas las apelaciones que fueren admisibles en las diligencias para la
ejecución de la sentencia, se concederán en efecto diferido.
Las apelaciones anteriores a la sentencia de remate, en el juicio ejecutivo, se
conceden en efecto diferido. Esta cuestión está legislada en el artículo 557 del CPCCN y
el artículo 555 del CPCCBA Dice esta norma que las apelaciones en el juicio
ejecutivo se concederán en efecto diferido con excepción de las que
procedieren contra la sentencia de remate y la providencia que denegare la
ejecución.

c) Hechos nuevos y efecto diferido


Las apelaciones que desestiman un hecho nuevo se conceden en efecto
diferido. Las que admiten el hecho nuevo son inapelables y ello no puede ser
revisado. El artículo 366 del CPCCN establece que la resolución que admitiere el
hecho nuevo será inapelable. La que lo rechazare será apelable en efecto
diferido. El artículo 364 del CPCCBA es similar.

d) Juicio sumario en la Prov. de Buenos Aires y efecto diferido


En la Nación se suprimió el juicio sumario. En los juicios sumarios, en la provincia,
por aplicación del artículo 494 del CPCCBA las apelaciones contra la resolución que
desestima las excepciones previstas en los incisos 6, 7 y 8 del artículo 345 del CPCCBA
se conceden en efecto diferido. Estas excepciones se refieren a cosa juzgada y las
asimilables (como transacción homologada, por ejemplo) y las defensas temporarias
del Código Civil (beneficio de inventario, beneficios de división y excusión de la deuda
en el caso de fianza, etcétera). Como es lógico, la Cámara podrá analizar luego esta
resolución recurrida, cuando el expediente vaya por apelación de la sentencia
definitiva, sin que el procedimiento se suspenda de hecho al elevar las actuaciones al
superior. Es que estas excepciones hacen, en su generalidad, a los requisitos de la
acción que se ventilan en el momento de dictar sentencia definitiva.

E. Cuando se funda la apelación diferida

a) La interposición del recurso de apelación debe hacerse


siempre, por más que se difiera su concesión.
Si no se apela se consiente
Si la apelación, según el Código, debe concederse en efecto diferido corresponde
apelar igualmente cuando se notifica de la resolución. En caso de no hacerlo
queda consentida la resolución.

b) El tiempo de la fundamentación en las apelaciones diferidas


Hay un tiempo para apelar y otro para fundar.
Uno de los temas mas complicados es ¿Cuándo se fundan las apelaciones diferidas?
Este interrogante está resuelto por el artículo 247 del CPCCN y CPCCBA
El articulo 247 del Código Procesal de la Nación establece que la apelación en
efecto diferido se fundará, en los juicios ordinario y sumario (debe
entenderse como no escrito pues la reforma de la ley 25.488 lo suprimió;
argumento artículo 319 en su nueva redacción), en la oportunidad del artículo
260, y en los procesos de ejecución juntamente con la interposición del
recurso contra la sentencia. En los procesos de ejecución de sentencia, si la
resolución recurrida fuere posterior a la mencionada en el art. 508, el recurso
se fundará en la forma establecida en el párrafo primero del art. 246. En los
procesos ordinario y sumario (debe entenderse como no escrito pues la
reforma de la ley 25.488 lo suprimió; argumento artículo 319 en su nueva
redacción) la cámara resolverá con anterioridad a la sentencia definitiva. En
tanto que el artículo 247 del CPCCBA dice: la apelación en efecto diferido se
fundará, en los juicios ordinario y sumario, en la oportunidad del artículo 255,
y en los procesos de ejecución conjuntamente con la interposición del recurso
contra la sentencia. En el primer caso la Cámara lo resolverá con anterioridad
a la sentencia definitiva.
En los juicios ordinarios (en la Nación) y ordinarios y sumarios (en la provincia de
Buenos Aires) se apela en primera instancia en el momento preciso, cuando se le
notifica la resolución que le causa agravio. Supongamos la omisión de imponer las
costas al vencido o una baja regulación de honorarios en un incidente. La apelación se
concede en forma diferida. Hay que sostener el recurso, apelando la sentencia
definitiva aunque esta no nos cause agravio. Luego, cuando el expediente es elevado a
Cámara se debe fundar en 5 días de notificada la resolución de autos para expresar
agravios o en el casillero, mediante la presentación del memorial (artículo 260, inciso
1, del CPCCN y articulo 255, inciso 1, del CPCCBA). En caso de no hacerlo se declara
desierto el recurso.
En los procesos de ejecución las apelaciones aunque sean diferidas deben
interponerse en el momento procesal oportuno. Se conceden en forma diferida. Es
necesario apelar la sentencia de venta o de remate. Se fundan con la interposición del
recurso contra las sentencias de venta o de remate. Es necesario no confundirse, aquí
se apela la sentencia de remate, por ejemplo, y en el mismo escrito que se apela se
funda la apelación diferida en otrosí digo por ejemplo. No interesa que la apelación
contra la sentencia de remate haya que fundarla hasta cinco días después de
notificada por ministerio de la ley la concesión del recurso. La fundamentación de la
apelación diferida debe realizarse en el escrito por el que se apela la sentencia de
remate.
En los juicios ejecutivos, en consecuencia, se funda con la interposición del recurso
de apelación contra la sentencia de remate.

c) Si no se apela la sentencia definitiva debe desestimarse


la apelación diferida. Hay que apelarla aunque sea
para sostener la apelación diferida
Como se dijo en los dos subpuntos anteriores resulta necesaria la apelación
de la sentencia definitiva para mantener viva la apelación diferida. La
consecuencia inmediata de consentir la sentencia definitiva es que las apelaciones
diferidas que hayamos realizado serán declaradas desiertas. No corresponde pedir la
elevación a Cámara para tratar una apelación diferida cuando no se ha apelado la
sentencia. En los juicios ordinarios en la Nación y ordinarios y sumarios, en la provincia
de Buenos Aires) hay que apelar de la sentencia definitiva y si no nos causa agravio la
misma fundar la apelación diferida en quinto día, manifestando que este es el único
agravio y desistiendo de la apelación contra la sentencia.
La apelación diferida hay que mantenerla y presentar su fundamentación (el
pertinente memorial), en el momento procesal oportuno, como se vio anteriormente.
Si no se apela la sentencia, la apelación diferida se declara desierta. Ello porque, se
difiere el conocimiento de la Cámara hasta que vaya el expediente a la misma, con la
apelación de la sentencia definitiva. Si es que la sentencia definitiva o de remate nos
convence igualmente debe apelarse para sostener la apelación diferida. En este caso
se funda con la interposición del recurso contra la sentencia de remate.

10. Efectos del recurso de apelación y su clasificación

El concepto de efecto se deduce directamente del de sentencia sujeta a recurso.

a) Naturaleza jurídica de la sentencia sujeta a recurso


¿Qué es en esencia una sentencia sujeta a recurso?
Existen 4 teorías para explicar esto:
a.-La que entiende que la sentencia sujeta a recurso es un acto bajo condición de
tipo suspensivo.
b.-La que entiende que es un acto sujeto a condición de tipo resolutorio.
c.-La que entiende que la sentencia es un acto perfecto y
d.-La que entiende que la sentencia es, cuando es objeto de recurso, una situación
jurídica.

I. Primera tesis defendida por Calamandrei y Vassalli


Para esta tesis la sentencia sujeta a recurso importa tener un acto bajo condición de
tipo suspensivo.
El efecto natural de la concesión de un recurso como el de apelación es que se
suspenda el cumplimiento de la resolución recurrida hasta que se produzca la condición
de la confirmación de la sentencia.
Es que, en el derecho de fondo una condición es de tipo suspensivo cuando el
negocio, la existencia del mismo, se supedita al acaecimiento de una condición incierta
y futura. Antiguamente se decía: Cuando vengan las naves de Oriente.
En realidad y desde un punto de vista lógico esta tesis resulta la mas acertada.
Empero no responde a ciertos interrogantes. Uno de ellos es que no explica el porqué
algunas sentencias se ejecutan, no obstante, estar apeladas. Así una sentencia que
condena al pago de alimentos. La apelación es no suspensiva.

II. Segunda tesis defendida por Mortara


Según ella la sentencia sujeta a recurso está sujeta a la condición resolutoria de que
la sentencia sea revocada. Antes de ello la sentencia es un acto perfecto.
Una condición resolutoria es aquella que resuelve el contrato o negocio jurídico, el
que hasta el momento era perfecto, al cumplirse una condición. Si llegan las naves de
Oriente me tienes que devolver la cosa que te vendí. La característica del acto sujeto a
condición de tipo resolutorio es que el acto es perfecto hasta que la condición no se
cumpla.
Confrontemos esta tesis con la realidad: Las sentencias en principio no se cumplen
ni se ejecutan. Esto es todo lo contrario de un acto sujeto a condición resolutoria. La
excepción es que la sentencia se cumpla o ejecute. Por lo tanto esta teoría no explica
satisfactoriamente la naturaleza jurídica de la sentencia sujeta a recurso.

III. Tercera tesis defendida por Ugo Rocco


Para esta posición la sentencia sujeta a recurso es un acto perfecto, pues
procesalmente es un acto completo. No puede negarse ni restarse valor a una
sentencia porque esté apelada.
Sin embargo esta tesis no da respuesta al hecho fundamental de que la sentencia
de primera instancia, por mas perfecta que sea, no se cumple ni se ejecuta.

IV. Cuarta tesis sostenida por Chiovenda


La sentencia sujeta a recurso no es nada. Es una simple expectativa, es una
situación jurídica. Es un acto que tiene algún elemento pero que le faltan otros para
ser un acto perfecto, a saber el transcurso del tiempo o su confirmatoria por el
Superior.
La teoría de la situación jurídica, del proyecto de acto jurídico procesal es la que
mejor se aviene con la naturaleza del recurso de apelación.

V. Conclusiones
Dado lo expuesto el efecto natural de la concesión del recurso de apelación es la
suspensión de los efectos de la sentencia recurrida. Esto en buen romance importa
decir que la sentencia no se cumple ni se ejecuta.

b) Efectos y su clasificación
Como existen sentencias que se ejecutan resulta que hay dos efectos, el suspensivo
cuando la sentencia no se ejecuta y el no suspensivo cuando la sentencia se ejecuta.
Sintetizando existe un sólo efecto el suspensivo que puede darse o no darse.
A la no suspensión del recurso la doctrina la ha llamado efecto devolutivo, aunque
esto nada signifique. En base a ello se habla de efectos devolutivo y suspensivo. Con
ello tenemos la siguiente clasificación:

Devolutivo

Efectos del recurso de apelación


Suspensivo

A. El llamado efecto devolutivo

a) Concepto de efecto devolutivo


Esto en la actualidad no significa nada. En Roma sin embargo la cuestión era
distinta. Según la leyenda Rómulo y Remo fundaron en las 7 colinas la ciudad de
Roma. Rómulo trazó un surco con el arado indicando el perímetro de la ciudad y dijo
que aquél que lo traspasara iba a ser ejecutado. Como su hermano Remo lo traspasó,
Rómulo lo mató. El primer rey fue Rómulo y así lo sucedieron 7 Reyes hasta el último
que se llamó Tarquino El Soberbio. En esos tiempos los monarcas ejercían la
jurisdicción, eran los jueces. Pero si a los primeros reyes les interesó la justicia con el
correr del tiempo y al aumentar la población de Roma, ejercer la justicia era una
pesada carga. Atento a ello, los monarcas empezaron a delegar la administración de
justicia en jueces ó pretores. Es decir y esto debe entenderse, los monarcas
delegaban la jurisdicción, que originariamente les pertenecía, en los jueces.
Sin embargo era el rey quién conservaba potencialmente la jurisdicción que
sólo había delegado. Por lo tanto, había una instancia en que el vencido podía
apelar o pretender que su caso sea visto por el rey.
¿Pero qué pasaba cuando se apelaba al monarca de una resolución de los jueces?
Los jueces le devolvían la jurisdicción que originariamente correspondía al monarca.
Esto es el famoso efecto devolutivo.
En el derecho de hoy, sin embargo, devolución ó devolutivo no importa que se le
devuelva a la Cámara lo que originariamente le correspondía. Jueces de primera
instancia y de Cámara tienen una distinta competencia funcional. No se devuelven
causas. Es más, existen expedientes en que sólo es competente el juez de primera
instancia y su fallo es inapelable. Nada se devuelve.
Por tanto y sólo como recuerdo histórico ha quedado el concepto de devolución ó
devolutivo.
En la práctica sólo es que la apelación es no suspensiva o no se suspende el
cumplimiento de la resolución recurrida.

b) El cuadernillo del artículo 250 del CPCCN y CPCCBA


A los fines de poder aplicarse el efecto devolutivo existen dos soluciones: a) Que se
fotocopie las partes pertinentes, especialmente la sentencia interlocutoria que se va a
ejecutar y se envíe las fotocopias certificadas a la Cámara para que esta resuelva (El
cuadernillo del artículo 250) ó bien que se envíe el expediente a la Cámara y se dejen
las fotocopias certificadas en primera instancia para su ejecución (Cuando se trata de
sentencia definitiva).
El artículo 250 del CPCCN y CPCCBA dice que: Si procediere el recurso de
apelación en efecto devolutivo, se observarán las siguientes reglas:
1.-Si la sentencia fuere definitiva, se remitirá el expediente a la cámara y
quedará en el juzgado copia de lo pertinente, la que deberá ser presentada
por el apelante. La providencia que conceda el recurso señalará las piezas que
han de copiarse.
2.-Si la sentencia fuere interlocutoria, el apelante presentará copia de lo que
señale del expediente y de lo que el juez estimare necesario. Igual derecho
asistirá al apelado. Dichas copias y los memoriales serán remitidos a la cámara,
salvo que el juez considerare más expeditivo retenerlos para la prosecución del
juicio y remitir el expediente original.
3.-Se declarará desierto el recurso si dentro de quinto día de concedido, el
apelante no presentare las copias que se indican en este articulo, y que
estuvieren a su cargo. Si no lo hiciere el apelado, se prescindirá de ellas.
Lo usual y correcto es que se envíe el cuadernillo del artículo 250 a la Cámara, en el
caso de sentencias interlocutorias. Si se hizo lo contrario y se envió el expediente, la
Cámara debe avocarse de inmediato la misma al análisis del recurso con efecto
devolutivo.
Cuando se trata de sentencias interlocutorias hay dos clases de copias que se deben
acompañar: a) Las que señale el juez de la causa y b) Las que el propio apelante
estime necesario acompañar para que el recurso pueda ser merituado por el Superior.
En caso de no acompañar las copias señaladas por el juez no acompañar las copias que
se señale del expediente por el apelante el recurso será declarado desierto.

c) El incumplimiento de la carga de acompañar copias


genera la deserción del recurso
En este caso es una carga del apelante extraer las fotocopias para su certificación
y armado del cuadernillo. En caso se no hacerlo se declara desierto el recurso. Se
debe aclarar que este cuadernillo debe ser autosuficiente.

d) Cuando el efectivo devolutivo procede por la ley


procesal, el hecho de que no se indique el efecto
no altera ni suprime la existencia del mismo
En muchos casos la ley procesal indica expresamente que la apelación es al sólo
efecto devolutivo y que no se suspende el cumplimiento de la resolución recurrida. Así
en materia de alimentos o medidas cautelares. Aunque la providencia no diga el
efecto, evidentemente no se suspende el cumplimiento de la resolución recurrida.

B. Diversos supuestos de efecto devolutivo en los Códigos

Haremos un análisis de los supuestos más importantes de efecto devolutivo.

a) Medidas cautelares
Las apelaciones son en efecto devolutivo, conforme al artículo 198 del CPCCN y
CPCCBA, cuando la medida cautelar es concedida. Ello porque no se puede suspender
el cumplimiento de la medida que tiene justamente por fin asegurar el
resultado del juicio.

b) Juicio de alimentos
Dice el artículo 647 del CPCCN que la sentencia que deniegue los alimentos
será apelable en ambos efectos. Si los admitiere, el recurso se concederá en
efecto devolutivo. En este último supuesto, una vez deducida la apelación, se
expedirá testimonio de la sentencia, el que se reservará en el juzgado para su
ejecución, remitiéndose inmediatamente las actuaciones a la Cámara. El
artículo 644 del CPCCBA tiene un texto similar.
Es decir que si los alimentos son concedidos la apelación es devolutiva, no se
suspende el cumplimiento de la misma dada la naturaleza de la obligación alimentaria
y los daños que se derivarían de su incumplimiento.

c) Ejecuciones
Tanto en la ejecución de sentencia (artículos 509 del CPCCN y 507 del CPCCBA)
como en el juicio ejecutivo (artículo 555 del CPCCN y artículo 553 del CPCCBA) el
ejecutante podría ejecutar su sentencia de venta o de remate favorable siempre y
cuando diere fianza de responder para el caso que la sentencia sea revocada.

d) Juicio sumarísimo
La apelación contra la sentencia definitiva se concede en efecto devolutivo, salvo
que la ejecución de la sentencia pudiera causar un gravamen irreparable (artículo 498,
inc. 6, CPCCN, texto según ley de reformas 25.488; artículo 496, inc. 4 del CPCCBA
con variantes ya que no hace la salvedad del gravamen irreparable).

C. Efecto suspensivo

Es que la resolución no se cumple ni se ejecuta. En algún caso se habla de


concesión en ambos efectos para este caso, es decir devolutivo y suspensivo.
La expresión efecto devolutivo significa que el otorgamiento del recurso
impide la ejecución de lo decidido.

D. Constitución de domicilio

Cuando la Cámara tiene su sede en otra ciudad, corresponde constituir domicilio, a


los fines del recurso de apelación, en la ciudad donde funciona la Cámara.
La sanción por el incumplimiento de la carga de constituir domicilio es que las
notificaciones se harán por ministerio de la ley. Obviamente las relacionadas con el
procedimiento de apelación.
El artículo 249 del CPCCN establece lo relacionado con el domicilio (mismo artículo
CPCCBA). La carga se cumple al interponer el recurso, para el apelante, y dentro de
quinto día de concedido el recurso, para el apelado, en la apelación libre y en los
memoriales en la apelación en relación. Dice el artículo 249 que cuando el tribunal
que haya de conocer del recurso tuviere su asiento en distinta localidad, y
aquél procediere libremente, en el escrito o diligencia a que se refiere el
artículo 245 el apelante, y el apelado dentro de quinto día de concedido el
recurso, deberán constituir domicilio en dicha localidad. Si el recurso
procediere en relación, las partes deberán constituir domicilio en los escritos
mencionados en el artículo 246. En ambos casos, la parte que no hubiese
cumplido el requisito impuesto por este artículo quedará notificado por
ministerio de la ley.

E. Envío del expediente

Cuando la Cámara tiene su asiento en distinta localidad ó ciudad, el envío de la


causa es a costa del recurrente. Así lo dispone el artículo 251 del CPCCN y CPCCBA
La ley procesal no contiene sanciones por el incumplimiento de la carga. En la
provincia de Buenos Aires, en materia de recurso de inaplicabilidad de la ley el
incumplimiento de la carga genera la deserción del recurso (artículo 282 del CPCCBA).
A nuestro juicio, si el apelante no cumple la carga deberá ser intimado a su
cumplimiento. En caso de no contestar la intimación o si sigue sin cumplir la carga
debe declararse la deserción del recurso.

F. Sellados e impuestos

Conforme al artículo 252 del CPCCN y CPCCBA la falta de pago del impuesto o
sellado de justicia no impedirá en ningún caso la concesión o trámite del
recurso.
Dicen Fenochietto-Arazi que durante el régimen del Código de Procedimiento
derogado, y por disponerlo así las leyes fiscales que gravaban el recurso de apelación
con una tasa especial, se producían innumerables inconvenientes de índole práctica.
Algunas de ellas constituían verdaderas malicias procesales, pues al recurrirse por vía de
apelación y no oblar el sellado de ley, se paralizaba el trámite judicial. Este es el origen
de la norma comentada, que ha tenido la bondad de finiquitar las incidencias referidas.
Creemos que esta norma debe terminar, también con el tema de las intimaciones por
jus previsional o por bonos. Si el jus previsional no es pagado por el profesional, este
hecho no puede importar la pérdida de derechos del justiciable y lo único que puede
hacerse es comunicar a la Caja ó Colegio profesional de tal circunstancia. Si ya es
dudoso de por sí la constitucionalidad de un jus previsional, mucho más dudoso es
limitar derechos procesales o cercernarlos, violando el debido proceso de derecho, por la
circunstancia de que el letrado no cumpla con el anticipo previsional.
11. El procedimiento del recurso en relación

En realidad no existe procedimiento de segunda instancia, todo se realiza en la


primera instancia y el expediente llega a la alzada para el dictado de la sentencia.
Debemos brindarle un correcto trato a esta cuestión si se tiene en cuenta que la
enorme mayoría de los recursos que se conceden son en relación. Por ejemplo, en el
caso de los juicios ejecutivos, juicios sumarísimos, alimentos, etc.
Las distinciones son vitales si se considera que, por ejemplo, la fundamentación del
recurso, concedido en relación, debe ser en primera instancia.
No se admiten, en principio, hechos nuevos, ni replanteos de prueba.

A. Concesión

Sólo se conceden libremente las apelaciones contra las sentencias definitivas de


juicio ordinario en la Nación y de juicios ordinarios y sumarios en la provincia de
Buenos Aires. En todos los demás casos el recurso de apelación se concede en relación
y cuando la ley así lo dispone en efecto diferido.
En consecuencia, la enorme mayoría de los recursos se conceden en relación,
incluso las sentencias de los juicios sumarísimos, los amparos, las sentencias
interlocutorias de las excepciones, las sentencias de venta y de remate, etcétera.
El juez de primera instancia es el juez de la admisibilidad y el que concede o
deniega el recurso de apelación, existiendo el recurso de queja para el caso de
denegación del recurso. Amen de otros remedios, ya vistos, cuando el juez de grado se
ha equivocado en el modo o en los efectos de la concesión del recurso de apelación.
En el caso normal y si se reúnen los requisitos de admisibilidad el juez de grado
dicta la siguiente providencia:
“Buenos Aires, 11 de junio de 2.015 Concédese en relación el recurso de apelación
interpuesto, debiendo oportunamente elevarse los autos al Superior. Firmado Juez”.

B. ¿Cómo se notifica la providencia de concesión?

La providencia de concesión se notifica por ministerio de la ley (artículos 133 y 135


del CPCCN y CPCCBA). En razón de ello ninguna cédula llegará informando de la
concesión. Es conveniente tener el ojo alerta y dejar nota si es necesario, los
martes y viernes.
Cabe destacar que, aun cuando el juez haya puesto en el auto la palabra
“Notifíquese” o aun cuando haya enviado cédula con el auto en cuestión se
reemplaza el normal modo de notificación por ministerio de la ley.
Si el litigante deja nota en el libro de asistencia los plazos para presentar el
memorial, en primera instancia, no le corren. Por eso resulta absurda la providencia
que revoca una deserción por haber dejado nota los días martes y viernes y luego
declara, otra vez, desierto el recurso por no haber presentado el memorial. Los
términos de reanudan recién a partir del momento en que un nuevo auto deja sin
efecto la deserción.

C. Término de cinco días para fundar

Como se notifica ministerio legis, en la providencia que mencionamos en el punto


anterior, su día de notificación es el 12 de junio de 2.015. A partir del día siguiente hábil
empieza a correr el término de cinco días para fundar.
A este respecto, el artículo 246 del CPCCN y CPCCBA dicen: Cuando procediere la
apelación en relación sin efecto diferido, el apelante deberá fundar el recurso
dentro de los cinco (5) días de notificada la providencia que lo acuerde.
En el ejemplo que venimos dando, el plazo discurre por los días 15 (lunes, primer
día hábil), 16, 17, 18 y 19 de junio (donde finaliza normalmente) y se detiene los días
sábado 20 y domingo 21, le quedan al apelante las dos primeras horas del despacho
del día lunes 22 de junio (hasta las 9 horas 30 minutos, inclusive, en Nación; hasta las
12 horas en provincia de Buenos Aires, donde puede presentarse en las cuatro
primeras) para presentar la fundamentación de la apelación es decir, el memorial.

D. ¿Dónde se presenta el memorial?

En primera instancia, ante el juez a-quo. No se presenta en la Cámara o


Superior. Toda la substanciación es en primera instancia.
En la mayoría de los casos y si se produce una equivocación de este tipo, como
también la de presentar el recurso en una secretaría equivocada, el memorial se tiene
por no presentado con la consiguiente deserción del recurso. Hemos visto que, en
algún caso se han flexibilizado estas reglas, pero lo normal es la deserción.
El memorial debe acompañarse con copias, tantas como partes y terceros
intervengan en el expediente. La omisión de acompañar copias puede generar
la sanción del artículo 120 del CPCCN y CPCCBA, con alguna variante.

E. Memorial. ¿En qué consiste?

No hemos de insistir sobre este punto en razón de que cuando estudiemos


expresión de agravios ha de ser tratado en profundidad.
El memorial de los recursos en relación es un escrito similar a la expresión de
agravios de los recursos libres. Es nuestra demanda de segunda instancia. Daños y
perjuicios
El memorial debe contener la crítica concreta y razonada de la sentencia o
providencia que se ataca. Debe ser autosuficiente, no debiendo hacer remisiones a
presentaciones anteriores. Se aplica la normativa del artículo 265 del CPCCN (artículo
260 del CPCCBA).
La competencia de la Cámara está doblemente limitada, por la pretensión inicial y
por la demanda de segunda instancia, es decir el memorial. En todo aquello que no
haya sido objeto de recurso, la resolución atacada queda firme, salvo claro está que se
anule la misma por algún vicio o defecto de la misma.
Por ello se hace hincapié en que el apelante tiene que criticar concretamente las
partes de la sentencia que considere equivocadas y su crítica debe ser concreta y
razonada.
Si el memorial no se presenta se declara desierto el recurso, por el juez de
primera instancia. Dispone el artículo 246 del CPCCN (mismo artículo
CPCCBA) que si el apelante no presentare memorial, el juez de primera
instancia declarará desierto el recurso.
Si el memorial es deficiente el juez de primera instancia no puede declarar su
insuficiencia. Sin embargo la Cámara lo hará y una de las primeras cuestiones
a plantearse es la siguiente ¿Es suficiente el recurso de apelación
interpuesto?

F. Traslado del memorial

Dispone el artículo 246 del CPCCN (mismo artículo CPCCBA) que del escrito que
se presente (memorial) se dará traslado a la otra parte por el mismo plazo.
El procedimiento continúa con la substanciación y el traslado también es por
ministerio de la ley. Claro está que la carga de contestar el memorial no trae graves
consecuencias, salvo la eventualidad de no generar costas a nuestro favor.
En el ejemplo que venimos dando: El día viernes 19 de junio de 2.015 se presenta
el memorial. Con la misma fecha (en realidad la providencia no requiere mucha
elaboración) se dicta la siguiente providencia:
“Buenos Aires, 19 de junio de 2.015. Traslado. Firmado Secretario (artículo 38, inc.
3 del CPCCN)”.
Como el día viernes 19 es día de notificación no puede notificarse en ese día una
providencia dictada durante el día. Debe notificarse el próximo día de notificación es
decir el día martes 23 de junio de 2.015. Empieza a correr el plazo a partir del día
miércoles 24 de junio (primer día), discurre por el jueves 25, viernes 26, se detiene los
días sábado 27 y domingo 28 de junio, se reanuda el lunes 29 de junio y culmina el
martes 30 de junio (cinco días normales); aún el queda a la parte, para contestar el
traslado las dos primeras horas del día 1° de julio de 2.015 (hasta las 9.30 horas; en
provincia de Buenos Aires hasta las 12 horas).
La contestación del memorial es sencilla ya que el litigante tiene que sostener la
resolución atacada y para ello tiene los argumentos del juez de grado, los que tratará
de ampliar y mejorar, si es ello posible. La réplica se limita a contestar punto por
punto los ataques del apelante.
Tal como lo indicáramos el incumplimiento de esta carga no genera otra
consecuencia que la pérdida de un derecho que se ha dejado de usar.

G. Conclusión del procedimiento

El artículo 251 del CPCCN y CPCCBA establece un plazo de cinco días para elevar el
expediente a la Cámara, desde que se contesta el traslado del memorial o desde que
haya vencido el plazo para hacerlo. La norma también dice que la elevación se hará
mediante constancia y bajo la responsabilidad del oficial primero.
Esto ha generado muchas dudas. Como la instancia comienza con la concesión del
recurso de apelación, a partir de dicho momento empiezan a correr los términos para
una eventual caducidad de segunda instancia. En la provincia de Buenos Aires, al tener
que realizarse la intimación previa, como vimos (aunque sea por única vez), el
problema ya ha sido superado, en realidad la caducidad de instancia
prácticamente no existe. En la Nación el problema subsiste.
Estos interrogantes ya los hemos resuelto, con anterioridad (nos remitimos al
Capítulo sobre Modos anormales de terminación del proceso). Sin embargo pueden
plantearse varias cuestiones: La primera que el expediente no esté en condiciones de
elevarse, porque falta notificar a todas las partes, abogados y peritos; la segunda que
sí esté en condiciones de elevarse. A nuestro juicio, en el primer caso, puede operarse
la caducidad de instancia. En el segundo no es posible por la obligación que tiene el
oficial primero de elevar la causa al Superior.
De cualquier modo nosotros aconsejamos pedir siempre la elevación a Cámara en
tiempo propio. Lo que abunda no daña. A pesar de que el expediente se esté revisando
para elevarlo.

H. Resolución por la Cámara. Inadmisibilidad de hechos nuevos, de


replanteo de prueba, etcétera

a) Distintas situaciones en el recurso concedido en relación.


Si había o no radicación de Sala
Respecto a la continuación del trámite en relación, el artículo 275 del CPCCN
establece que si el recurso se hubiese concedido en relación, recibido el
expediente con sus memoriales, la cámara, si el expediente tuviere radicación
de sala, resolverá inmediatamente. En caso contrario dictará la providencia de
autos. No se admitirá la apertura a prueba ni la alegación de hechos nuevos.
Cuando la apelación se concediere en efecto diferido, se procederá en la
forma establecida en el artículo 260, inc. 1. El articulo 270 del CPCCBA tiene
una redacción similar salvo la remisión que es al artículo 255, inc. 1.
Es decir que si el expediente tuviere radicación de sala se resolverá de inmediato y
en caso de no tenerlo se dictará la providencia de autos para sentencia.

b) No admisión de replanteos de prueba ni de invocación


de hechos nuevos. Imposibilidad de agregar prueba
documental. Principio general
No se admite replantear prueba ni agregar documentación, todo se resuelve con el
material que fue colectado por el juez de primera instancia. Esto es lo que asigna el
carácter de apelación restringida o abreviada al modo en relación del recurso.
Se ha dicho que la técnica formal en materia de recursos de apelación concedidos
en relación, impone a la alzada fallar sobre la base de las actuaciones producidas en
primera instancia. Como correlato de ello, cuando el recurso ha sido concedido en
relación no procede recibir nuevos elementos de juicio y, por categórica prescripción
legal, no se admite la alegación de hechos nuevos (C.Civ. y Com. Morón, sala 2da.,
27/12/94, “Ybarra de Mila, Rosa R. v. Armijo, Juan”, J.A. 1997-II-síntesis; Rep. J.A.
1997-1159, número 77).

c) Imposibilidad de agregar prueba documental


Tampoco es posible agregar prueba documental en los recursos concedidos en
relación. La imposibilidad va encadenada con la limitación del recurso, aunque nos
parece que debe tomarse con pinzas un principio absoluto en esta materia.
Pero supongamos que se trate de un hecho sobreviniente a la secuela del juicio
(artículo 163, inc. 6 del CPCCN y CPCCBA) o de un hecho anterior no conocido, hechos
estos que pueden resolver el pleito. Entendemos que la justicia no puede cerrar la
puerta a la verdad material y que excepcionalmente podría permitirse la agregación de
documentos (Ver subpunto siguiente),

d) El tema es que no puede admitirse prueba, porque en los


recursos de apelación en relación no existe apertura a prueba
Una de las circunstancias a tener en cuenta es que, en los recursos de apelación
concedidos en relación, no se admite prueba porque no es procedente la apertura a
prueba en la segunda instancia. La apelación es restringida.

e) Válvulas de escape del sistema


Sin embargo, este principio no es absoluto y así se indicó que concedido en relación
el recurso de apelación el tribunal debe fallar, en principio, teniendo en cuenta las
actuaciones producidas en primera instancia, sin que puedan alegarse hechos nuevos,
agregarse documentos o, consecuentemente, abrirse la causa a prueba, salvo las
potestades instructorias que la ley reserva al órgano jurisdiccional. Sin embargo, la
sala puede, excepcionalmente respetando el derecho de defensa de las partes,
disponer medidas para establecer la verdad de los hechos controvertidos (CNCiv., sala
C, mayo 21 de 1996, “Crespo, María C. c. Serra, Sergio A. y otro”, La Ley 1997-A-371,
Jurisp. Agrup. caso 11.225; Rep. La Ley, año 1997, página 2.248, número 56).
Estamos de acuerdo con esta tesitura, no es que no pueda replantearse prueba en
términos absolutos. El argentino tiene una mala costumbre de hipostasiar la realidad,
de ver dragones donde no los hay. Así es muy difícil que un juez se aparte de los
aspectos formales aunque sepa o se imagine que la verdad es otra distinta. O es
blanco o es negro, si la ley cambia será blanco lo que antes fue negro. No se da cuenta
que una cosa es el principio general y otra cosa es la flexibilidad de las excepciones
que dan una válvula de escape al sistema. No tiene en cuenta los grises y en derecho
nada es blanco ni negro es gris.
Es que ahí se manifiesta la creación, no en inventar una teoría extraña que han de
seguir unos pocos en beneficio de otros pocos. La creación aparece cuando se
advierten tonos o matices donde pareciera no haberlos y no cuando se quiere cambiar
el cuadro.
Una cosa es que en principio, en los recursos en relación no pueda replantearse
prueba, no puedan alegarse hechos nuevos, etc. Otra muy distinta es que nunca se
admita.
En el capítulo anterior hemos visto que en el Derecho de Familia se admite una
mayor flexibilidad. Pero en los demás procesos, las medidas para mejor proveer son
admitidas porque se encuentran dentro de las facultades de los jueces. Pero aún
descartando las medidas para mejor proveer nosotros admitimos que las partes
puedan, en el procedimiento en relación, plantear en su memorial la
posibilidad de replantear prueba o alegar un hecho nuevo y el Superior
decidirá si ha de admitir o no esa posibilidad. Para ello no ha de manejarse el
Superior en forma arbitraria sino en forma lógica.
De todos modos, aun en el recurso libre la posibilidad de abrir a prueba es muy
limitada ya que en nuestro derecho la apelación es un mero recurso de alzada y no un
nuevo juicio.

I. Objeción sobre el modo de concesión y los efectos

En cuanto a la objeción sobre el modo de concesión (si debió ser libre en vez de en
relación o viceversa; o si debió ser en relación con efecto diferido o inmediato) o sobre
los efectos (si debió ser devolutivo en vez de suspensivo o viceversa) ya hemos
opinado con anterioridad.
Sin embargo debemos destacar, lo que es de suma utilidad, que las “pifias” en esta
materia pueden ser fatales. Supongamos que un recurso deba ser concedido
libremente (apelación de sentencia definitiva en juicio ordinario) y es concedido, por
error, en relación. El litigante tiene vías para cuestionar dicho modo de concesión.
Siempre se critica a los autores de doctrina que no se diga cuáles son esas vías. En
razón de ello y a fuer de ser repetitivos hemos de insistir en los caminos para llegar a
rectificar el error.
Una de las vías es pedirle la rectificación o revocatoria al juez, dentro de tercero día
de notificada por ministerio de la ley de la concesión del recurso (artículo 246 del
CPCCN) (ello sin perjuicio de presentar el memorial dentro del quinto día de notificada
por ministerio de la ley, la concesión del recurso de apelación), y la otra vía es solicitar
a la Cámara el cambio del modo (artículo 276 del CPCCN ó 271 del CPCCBA). Sin
perjuicio de ello cabe destacar dos aspectos, referidos a esta última vía, el primero es
que debe presentarse el memorial inexorablemente (con la cuestión del modo y
la fundamentación del resto) en primera instancia y plantear en dicho
memorial la cuestión y luego reiterar en Cámara dentro de tercero día de
radicada la causa la resolución de esa cuestión previa. El recurso de queja no
sirve para modificar el modo de concesión.

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