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Tipo
Publicación digital
ISBN
978-950-897-633-8
Páginas 960
Edición 2020
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1. Concepto de medio de impugnación
2. Medio de gravamen
Los medios de impugnación se clasifican teniendo en cuenta los errores que tienden
a corregir. Es así, que los medios de impugnación se dividen en los referidos a
remediar los vicios de actividad o errores de construcción, in procedendo y los que
tienden a corregir los errores al razonar, al juzgar, in iudicando.
• Los recursos
Por otra parte, los errores de razonamiento pueden modificarse o corregirse
mediante los recursos, los que se dividen en: Ordinarios, Extraordinarios y Auxiliares.
Dentro de los recursos ordinarios tenemos la Revocatoria, Reposición o en algún
caso Reconsideración, la Aclaratoria, la Apelación. También, la Consulta, en Nación, y,
con una menor importancia, amen de la reconsideración ya señalada, la reposición in
extremis y el recurso de nulidad, absorbido por el de apelación (artículo 253 del CPCCN
y CPCCBA).
Por otra parte, los recursos extraordinarios, en atención a la organización federal,
pueden dividirse en federales y locales.
El recurso extraordinario federal, previsto por el artículo 14 de la ley 48, es
consecuencia de nuestra organización federal. También está el per saltum previsto por
la ley 26.7901.
En la provincia de Buenos Aires hay previstos por la Constitución provincial de 1994
(artículo 161), tres recursos, el de inaplicabilidad de la ley o doctrina legal, el de
nulidad extraordinario o extraordinario de nulidad por vicios de la sentencia, violación
de las mayorías decisorias, falta de fundamentación legal, o violación de la forma de
voto individual, y el de inconstitucionalidad.
1
RECURSO EXTRAORDINARIO POR SALTO DE INSTANCIA Artículo 257 bis: Procederá el recurso
extraordinario ante la Corte Suprema prescindiendo del recaudo del tribunal superior, en aquellas causas de
competencia federal en las que se acredite que entrañen cuestiones de notoria gravedad institucional, cuya
solución definitiva y expedita sea necesaria, y que el recurso constituye el único remedio eficaz para la
protección del derecho federal comprometido, a los fines de evitar perjuicios de imposible o insuficiente
reparación ulterior. Existirá gravedad institucional en aquellas cuestiones sometidas a juicio que
excedan el interés de las partes en la causa, proyectándose sobre el general o público, de modo
tal que por su trascendencia queden comprometidas las instituciones básicas del sistema
republicano de gobierno o los principios y garantías consagrados por la Constitución Nacional y
los Tratados Internacionales por ella incorporados. La Corte habilitará la instancia con alcances
restringidos y de marcada excepcionalidad. Sólo serán susceptibles del recurso extraordinario por salto de
instancia las sentencias definitivas de primera instancia, las resoluciones equiparables a ellas en sus efectos
y aquellas dictadas a título de medidas cautelares. No procederá el recurso en causas de materia penal
(Artículo incorporado por art. 1° de la Ley N° 26.790 B.O. 4/12/12. Vigencia: a partir del día de su
publicación en el Boletín Oficial).
FORMA, PLAZO, TRAMITE Y EFECTOS Artículo 257 ter: El recurso extraordinario por salto de instancia deberá
interponerse directamente ante la Corte Suprema mediante escrito fundado y autónomo, dentro de los diez
(10) días de notificada la resolución impugnada. La Corte Suprema podrá rechazar el recurso sin más
trámite si no se observaren prima facie los requisitos para su procedencia, en cuyo caso proseguirá la causa
según su estado y por el procedimiento que corresponda. El auto por el cual el Alto Tribunal declare la
admisibilidad del recurso tendrá efectos suspensivos respecto de la resolución recurrida. Del escrito
presentado se dará traslado a las partes interesadas por el plazo de cinco (5) días notificándolas
personalmente o por cédula. Contestado el traslado o vencido el plazo para hacerlo, la Corte Suprema
decidirá sobre la procedencia del recurso. Si lo estimare necesario para mejor proveer, podrá requerir al
Tribunal contra cuya resolución se haya deducido el mismo, la remisión del expediente en forma urgente
(Artículo incorporado por art. 1° de la Ley N° 26.790 B.O. 4/12/12. Vigencia: a partir del día de su
publicación en el Boletín Oficial).
En el orden local de la Nación, y con un predominante tinte casatorio, se ha
establecido el plenario o recurso de inaplicabilidad de la ley en el orden nacional, para
uniformar la jurisprudencia dentro de las salas de una misma Cámara. Dicho plenario
pareció desaparecer con la reforma judicial aunque nos parece que ha quedado
subsistente.
Por otra parte, existen recursos auxiliares, como son los recursos de queja, de
hecho o directos, por apelaciones denegadas, sean estas ordinarias o extraordinarias.
Síntesis somera es la siguiente:
Revocatoria (artículos 238 a 241 CPCCN y CPCCBA)
Ordinarios mayores
2
12. El régimen establecido en este reglamento no se aplicará a los recursos interpuestos in forma pauperis.
3
El plenario fue suprimido, aunque todavía no se implementaron la Cámara y Salas de Casación, ley 26.853
del 17 de mayo de 2.013.
4. Concepto de recurso
De acuerdo a la más clásica definición de recurso, estos son los medios o remedios
que la ley procesal pone a disposición de las partes para que una providencia judicial
sea modificada o dejada sin efecto. Estudiemos las partes de la definición:
• Remedios
Con esta jerga farmacéutica se está queriendo señalar una distinción que no es
esencial para nuestro derecho positivo, vale decir que no tiene trascendencia procesal.
Para nuestra legislación, medio y remedio son exactamente la misma cosa. Todos son
recursos.
Sin embargo, para la doctrina alemana, por ejemplo, la palabra recurso se emplea
únicamente para aquél medio que importe la existencia de un tribunal superior;
diciéndolo en difícil, serían aquellos medios de gravamen que importen la adquisición
de competencia por un tribunal superior o ad quem. Recurso es únicamente la
apelación, porque importa el cambio de competencia en razón del grado, es decir, la
adquisición de competencia por la Cámara.
• Ley procesal
Ello significa que es el Código procesal el que establece la existencia y extensión de
los medios de impugnación o de gravamen. No se pueden interponer otros recursos
que los reglados.
• Para que una providencia judicial sea modificada o dejada sin efecto
El objeto del recurso es modificar o dejar sin efecto una resolución o sentencia
judicial.
5. Recurso de revocatoria
a) Concepto de reposición
Según Fenochietto-Arazi el recurso de reposición tiene por finalidad que el mismo
juez o tribunal que dictó la resolución la revoque o enmiende, dictando en su lugar otra
nueva por contrario imperio. En igual sentido se dice que la reposición se deduce ante
el mismo tribunal que dictó la providencia para que la revoque por contrario imperio.
Este recurso no importa adquisición de competencia por un tribunal superior o ad-
quem y es de los que la doctrina alemana denomina remedios. Este recurso lo resuelve
el mismo juez, sea retractándose de su resolución anterior, sea revisando lo que ha
hecho un delegado suyo (secretario o jefe de despacho).
Decía Alsina que mediante él se evitan las dilaciones y gastos de una segunda
instancia tratándose de providencias dictadas en el curso del procedimiento para
resolver cuestiones accesorias, y respecto de las cuáles no se requieran mayores
alegaciones.
En resumen, este recurso lo resuelve, el mismo juez que dictó la resolución
recurrida, esta es la regla general (de la que se puede dudar cuando el juez resuelve la
reposición de lo hecho por su secretario; en tal caso se dice que éste último actuó por
delegación y que el delegante reasume la jurisdicción o competencia). Dice la SCBA
que el recurso de revocatoria debe ser resuelto por el mismo órgano que dictó
el acto mediante él impugnado (SC Buenos Aires, diciembre 23 de 1997, “Veloso,
José c. Municipalidad de Florencio Varela, DJBA, 154-1665; Rep. La Ley, 1998, página
2241, voz Recurso de Reposición, número 1). La Corte Suprema dijo que los recursos
de revocatoria o reconsideración deben interponerse ante la misma autoridad
que dispuso la medida impugnada (CS, febrero 27 de 1996, “Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Criminal y Correccional s. solicitud de Fernández, Miguel A. s. Cuerpo
Médico aconseja cambio de tareas”, Rep. El Derecho, tomo 30, página 1138, número
3).
Esta es una regla de oro en materia de admisibilidad, el recurso debe interponerse
ante el mismo juez o tribunal que dictó la resolución recurrida. La variante de la
reposición es que también la resuelve el mismo juez. Si se solicita reposición, en primera
instancia, el recurso se interpone en primera instancia; si se pide revocatoria en la
alzada, debe interponerse el recurso en la Cámara; si se interpone el recurso en CS (en
los limitados casos que se lo admite) debe interponerse ante la misma. No cabe un
recurso directo, es decir no puedo pedirle a la Cámara que revoque una resolución del
juez de primera instancia sobre la que no pedí revocatoria ante el mismo. Lo contrario
sería pensar en una avocación o un “per saltum”. Sin embargo, desde la sanción de
la ley 26.790, está permitido el recurso por salto, obviando la doctrina del
Superior Tribunal de la causa, en materia de recurso extraordinario federal
(Ver lugar respectivo).
No importa adquisición de competencia por un tribunal superior. Si el juez tenía una
competencia o un imperio para dictar una resolución, puede tener un imperio contrario
para revocarla, cuando el fundamento de la resolución que tomó primigeniamente es el
error.
2) En segunda instancia
Procede en segunda instancia contra las decisiones (providencias simples) del
presidente de las Salas en que están divididas las distintas Cámaras de Apelaciones.
II. Objeto
Para que el juez o tribunal que la dictó la revoque por contrario imperio. Permite la
rectificación del error por el mismo juez que dictó la resolución objeto de recurso.
III. Término
El plazo para interponer el recurso de reposición es de tres días.
Si la revocatoria se pide en una audiencia debe interponerse la revocatoria en el acto y
verbalmente. También se resuelve en el curso de la audiencia.
1) Interlocutorios en Cámara
Se admite en algunos supuestos de excepción para evitar el error en un recurso que
se encuentra emparentado con la aclaratoria (Ver más abajo).
II. Copias
En caso de que deba darse traslado (Ver punto siguiente) corresponde que la
revocatoria se acompañe con copias para cumplir con el artículo 120 del CPCCN y
CPCCBA.
II. Trámite
El recurso de reposición debe interponerse por escrito y fundarse, dentro del tercero
día; también, en el curso de una audiencia y fundarse verbalmente en ese mismo acto
(aunque luego se asiente en el acta).
1) Fundamentación
Alsina dice que, a diferencia del recurso de apelación, el de reposición debe
fundarse, indicando el error que la providencia contenga o el agravio que infiera al
recurrente, quién acompañará en su caso los documentos justificativos de que
disponga.
La fundamentación implica o supone el análisis crítico de los fundamentos de la
resolución impugnada, señalando sus yerros en las cuestiones de hecho o de
derecho. Viene a ser como un memorial o una expresión de agravios. Debe
contener la crítica de la resolución, teniendo en cuenta que siempre la reposición
es un recurso menor que es para rectificar, como la aclaratoria, errores en su
mayor medida. Redondeando este concepto se dijo que el artículo 239 del CPCCN
impone la carga de fundar la impugnación, aspecto no contemplado en la
legislación derogada, si bien la jurisprudencia había estableció que el escrito de
petición debía reunir los mismos requisitos que el memorial ante la alzada, es decir
contener una crítica concreta y razonada de la providencia impugnada.
También puede existir la fundamentación verbal, en la audiencia. Alsina indicaba
que aunque el recurso se interpone generalmente por escrito, también puede hacerse
en forma verbal cuando la resolución se dictare en el curso de una audiencia. No existe
ninguna formalidad para ello, y por eso todo pedido para que se deje sin efecto una
providencia debe substanciarse como recurso de reposición, cualquiera sea la
calificación que del mismo haga el recurrente.
Si la interposición y fundamentación no se hace en el curso de la audiencia el
recurso que se interpone posteriormente no es procedente. Se expresó que
corresponde declarar mal concedido el recurso de apelación, contra una resolución
interlocutoria dictada en el transcurso de una audiencia (Conf. art. 239, Cód. Procesal)
relativa a la exclusión de un acreedor, toda vez que debió deducirse en dicho acto,
resultando improcedente su posterior deducción y concesión (Monti, Caviglioni Fraga,
Di Tella, CNCom., Sala C, mayo 20 de 1996, “Hang Sung Ku”, La Ley 1998-B-880
(40.218-S).
2) Rechazo in límine
Puede rechazarse in límine, sin substanciación, cuando es manifiestamente
improcedente (artículo 239 del CPCCN y CPCCBA).
III. Traslado
Uno de los temas complicados de este recurso es en que supuestos debe darse
traslado del mismo.
e) Revocatoria de oficio
Aplicando por analogía el artículo 166, inciso 1 del CPCCN y CPCCBA, la doctrina ha
admitido la reposición o revocatoria de oficio de las propias decisiones del juez o
Cámara.
No es ocioso recordar que la norma se refiere a la aclaratoria, recurso que se
vincula bastante con el de reposición.
El límite temporal de la posibilidad de revocar sería la notificación de la resolución si
aplicamos un criterio similar al de la aclaratoria.
Alsina, en su momento, trató con profundidad el tema y dijo que la ley 2, titulo 22
de la Partida 3ª, permitía a los jueces revocar de oficio sus providencias mientras no se
hubiera dictado sentencia definitiva. Nuestro código, aunque no lo prohíbe
expresamente, tampoco lo autoriza, y debe entenderse que esa disposición ha
quedado derogada desde que el legislador adoptó el principio de que el juez no
procede de oficio, y ha reglamentado este recurso fijando un término perentorio para
su interposición, prescribiendo que será substanciado con la audiencia de la parte
contraria. Mientras la resolución no haya sido notificada a las partes, el juez
puede revocarla o modificarla; porque en tal caso no ha producido sus efectos
respecto de ellas; pero no puede hacerlo posteriormente, sino a
requerimiento de parte y, en consecuencia, adolecería de nulidad la
providencia que revocara de oficio otra anterior.
Entendemos que la revocatoria de oficio es posible y si se trata de errores
manifiestos y que comprometen el debido proceso de derecho, para cualquiera de las
partes, procede aun después de estar las partes notificadas de la resolución. Es que no
puede haber derechos que tengan como su fundamento o causa el error. La
rectificación es posible.
g) Reposición en Cámara
Procede únicamente la reposición de las resoluciones o providencias simples,
dictadas por el Presidente de la Sala, por ante la Cámara en pleno. Esto surge del
artículo 273 del CPCCN y artículo 268 del CPBA.
Las demás resoluciones de la Cámara (interlocutorios y sentencias definitivas) no
son susceptibles de reposición.
Las resoluciones dictadas en segunda o ulterior instancia no son susceptibles del
recurso de reposición, atento al carácter definitivo que ellas revisten. Ello así, pues
dicho recurso sólo procede contra providencias de mero trámite suscritas por el
presidente de la Sala (CNFed. Civil y Com. sala II, mayo 28 de 1996, “Palomino de
Gervasio, Ester A. c. SOMISA”, La Ley, 1996-D, 855, fallo 38.846-S; ídem CNFed. Civil
y Com. Sala II, agosto 28 de 1997, “Febles c. Instituto Nacional de Jubilados y
Pensionados”, La Ley 1998-A-402, fallo 40.173-S). En igual sentido se indicó que las
resoluciones dictadas en segunda instancia no son, en principio susceptibles de
reposición, salvo cuando se trata de enmendar un error o se recurra contra una
providencia simple (CNCiv., sala A, junio 12 de 1997, “Broccini, Ángel c. Municipalidad
de Buenos Aires”, La Ley 1998-F-281; ídem sala G, diciembre 18 de 1997, “The First
National Bank of Boston c. Lo Iacono, Osvaldo”, La Ley 1998-F, 854, 41.002-S).
I. Texto en la Nación
Artículo 241 del CPCCN-La resolución que recaiga hará ejecutoria, a menos
que:
1.-El recurso de reposición hubiere sido acompañado del de apelación
subsidiaria y la providencia impugnada reuniere las condiciones establecidas
en el articulo siguiente para que sea apelable.
2.-Hiciere lugar a la revocatoria, en cuyo caso podrá apelar la parte
contraria, si correspondiere.
Texto antiguo en la provincia de Buenos Aires
Artículo 241 del CPCCBA..-La resolución que recaiga hará ejecutoria, a
menos que el recurso fuese acompañado del de apelación subsidiaria y la
providencia impugnada reuniere las condiciones establecidas en el artículo
siguiente para que sea apelable.
II. Fundamentación
En cuanto a la fundamentación de la apelación subsidiaria, los códigos de la Nación y de
la provincia de Buenos Aires tienen un texto idéntico:
Artículo 248 del CPCCN.- Cuando el recurso de apelación se hubiese
interpuesto subsidiariamente con el de reposición, no se admitirá ningún
escrito para fundar la apelación (mismo artículo CPCCBA).
Reposici 3 días en Para que Simples Debe ser Como el Puede Subsidiari
ón o primera el mismo (artículo fundado. recurso de relacionars a al
Revocat instancia juez que 160 del apelación es e con el recurso
oria artículo dictó la CPCCN y Si es en suspensivo, recurso de de
(artículo 239 del providenci CPCCBA) una hasta que se apelación. revocatori
s 238 a CPCCN y a la audiencia resuelva la Revocatori a. No se
241 del del revoque fundarse revocatoria. a con funda.
CPCCN y CPCCBA por verbalmen apelación
del contrario te Muy subsidiaria
CPCCBA En una imperio importante: (articulo
audiencia Sin embargo 241 del
debe no suspende CPCCN y
apelarse el plazo para del
de la apelación CPCCBA
inmediato, directa
en el curso
de la
audiencia
4
Tan es así que la reforma de la ley 25.488 nos dio la razón aclarando, lo que no ameritaba aclaración.
Ahora el artículo 83 del CPCCN establece que: Hasta que se dicte resolución la solicitud y presentaciones de
ambas partes estarán exentas del pago de impuestos y sellado de actuación. Estos serán satisfechos, así
como las costas, en caso de denegación. El trámite para obtener el beneficio no suspenderá el
procedimiento, salvo que así se solicite al momento de su interposición (Artículo sustituido por art.
2° de la Ley N° 25.488 B.O. 22/11/2001).
Al redactarse una sentencia puede ocurrir que los considerandos de la misma se
contradigan con la parte dispositiva. Existe una vieja polémica, en cuanto a los límites
objetivos de la cosa juzgada, que se refiere, precisamente, a qué partes de la
sentencia hacen cosa juzgada (la sentencia tiene tres partes, a saber: Resultando,
Considerando y Fallo). Mientras Savigny entendía que debían tenerse en cuenta los
considerandos y el fallo, Chiovenda indicó, muchos años después, que sólo hace cosa
juzgada la parte dispositiva (el fallo o decisión), pues la sentencia es un acto de
autoridad estatal o de volición e interesa más el Estado cuando impone la decisión que
el juez cuando expresa los fundamentos de la misma. Por eso cosa juzgada, en
sentido material, es la indiscutibilidad de la esencia de la voluntad concreta
de la ley afirmativa en la sentencia.
Pues bien, ¿qué pasa si en los considerandos se dice una cosa y en el fallo se
expresa otra? También, ¿que sucede si en los considerandos la solución aparece clara
y en la parte dispositiva se trastoca o se obscurece o resulta ambigua?
b) Finalidad de la aclaratoria
La aclaratoria no tiene por objeto modificar una resolución judicial, aunque quiérase
o no la modifica o la integra.
Tampoco tiene por objeto y en esto coincidimos con Rocco corregir la inexistencia,
nulidad o anulabilidad de la sentencia, y en general, de los actos de los órganos
jurisdiccionales, sino solamente a la irregularidad de ellos, de manera que queda fuera
del campo de la corrección todo vicio de la sentencia que ocasione su inexistencia,
nulidad o anulabilidad. Carnelutti admitía la corrección de la sentencia, aun en estos
supuestos. A nuestro juicio esta concepción amplia invade el ámbito del recurso de
apelación, el que ha absorbido a la nulidad.
Su finalidad es triple y así puede:
I. Servir para que el mismo juez interprete algún concepto obscuro de la
decisión.
II. Suplir una omisión en la que se incurrió en la decisión, no tratando
algunos de los rubros reclamados o no expidiéndose sobre costas
III. Salvar un error
Explicaremos cada una de estas finalidades.
La tarea de realizar una sentencia no es fácil, al juez le urgen los términos (está
atrasado), las lecturas son veloces. No se fijan en todos los puntos reclamados o no
tratan las cuestiones accesorias que minimizan. Lo más importante es sacar una
sentencia justa. En determinadas circunstancias lo accesorio es muy importante, como
para los abogados el tema de a quién se le cargan las costas y las regulaciones de
honorarios cuando éstas pueden ser realizadas. Para esto sirve la aclaratoria.
En relación a las costas la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha dicho que
corresponde admitir el recurso de aclaratoria en el caso que la Corte Suprema omitió
imponer las costas, ya que se configura la situación prevista en el art. 166, inc. 2, del
Código Procesal Civil y Comercial de la Nación (CS, setiembre 3 de 1996, Dresdner
Forfaitirungs Actiengesellschaft c. San Luis, provincia de; Repertorio El Derecho, tomo
31, página 707, sumario 3 del Recurso de Aclaratoria). Este principio fue reiterado,
aun en disidencia, cuando los jueces disidentes indicaron que si la sentencia de la
Corte omitió imponer las costas, corresponde admitir el recurso de aclaratoria, dado
que se configura la situación prevista en el artículo 166, inciso 2 del Código Procesal
Civil y Comercial de la Nación (disidencia de los Doctores Nazareno, Moliné O¨Connor,
Belluscio y Bosert) (CS, diciembre 27 de 1996, “Franzoni, Tulio y otros -BCRA-
s/incidente de testimonios en causa B-1427; Repertorio El Derecho, tomo 31, página
707, sumario 4 del Recurso de Aclaratoria).
Con relación al omitido tema de las sanciones se dijo que si bien es cierto que con el
dictado de la sentencia queda concluida la competencia del juez respecto del objeto,
ello no empece a que conforme surge del art. 166 del Cód. Procesal, el magistrado
pueda de oficio o a pedido de parte aclarar algún concepto oscuro, corregir errores
materiales o suplir omisiones, siempre que no se altere lo sustancial de la decisión;
facultad que no se advierte excedida cuando, en el pronunciamiento
aclaratorio se califica como temeraria la conducta del demandado, con la
consiguiente aplicación de una sanción pecuniaria, por haber éste ejercido
inadecuadamente el derecho de defensa mediante planteos formulados con propósitos
meramente dilatorios (CNCom., Sala A, agosto 18 de 1993, “Corrales, Francisco c. De
Rosso, Celestino L.”, DE, 162-261).
e) Salvar un error
El error no puede ni debe ser fuente de derechos. Si se trata de errores puramente
numéricos o aritméticos pueden ser corregidos en todo tiempo, aun en la etapa de
ejecución de sentencia. Ello quiere decir que el error no hace cosa juzgada. Es
que existe una tendencia, aun al día de la fecha, de considerar a la cosa juzgada como
algo sobrenatural, presunción de verdad absoluta, etcétera. En realidad la cosa
juzgada no tiene santidad y sólo se mantiene por razones de seguridad jurídica y para
la paz social. Es que la sentencia es un acto de autoridad estatal que como la obra se
independiza del artista o juez que la interpretó.
Nuestra experiencia ha advertido verdaderos horrores aritméticos como equivocarse
con un cero ó dos ceros en época de indexación, lo que elevaba la condena en cientos
de actuales miles de pesos.
Empero, los errores aritméticos se reservan para el punto siguiente; lo que interesa
aquí es el error material.
Participamos de la concepción amplia de Carnelutti, para quién el error material
consiste en el contraste manifiesto entre la fórmula (fallo o decisión) y la idea
(los considerandos). Rocco se opone a esta interpretación y para él, únicamente
puede rectificarse la expresión, más que la formación de la idea. Agrega en la nota 5
de la página 207, del volumen III que considerando así el error material, comprendería
todos los posibles errores, tanto de hecho como de derecho, tanto relativos a las
sustancia como a la forma de los actos. En efecto, no es posible ejercer un control
sobre la idea sino a través del único medio de percepción de la mente que está
representado por la expresión de ella. Siguiendo el concepto de Carnelutti, se llegaría,
por ejemplo, a considerar error material la contrariedad entre motivación y parte
dispositiva de la sentencia, cuando no hubiera duda de que había contraste entre la
idea que surge de la motivación y la fórmula que resulta de la parte dispositiva. No nos
llegan estas objeciones, la aclaración o aclaratoria puede enmendar errores o rectificar
diferencias entre la fórmula (decisión o fallo) y la idea (los considerandos), a condición
claro está que se respete la idea objetiva del juzgador y no su motivación subjetiva.
VI. Casuística
Existe una casuística de la CS bastante importante en cuanto a la rectificación de
errores materiales de otros tribunales.
1) Doble actualización
Así se dijo que corresponde dejar sin efecto la sentencia que no hizo lugar a la
corrección del error material contenido en una decisión anterior, resultante de computar
una doble actualización, por no haber encuadrado el apelante su conducta en el art. 99
de la ley procesal laboral y encontrarse firme y pasada en autoridad de cosa juzgada esa
decisión (Corte Sup,, 30/6/87, “Andrada, Juan v. Municipalidad de la Capital”, J.A. 1988-
IV-520).
2) Regulación de honorarios
Es que, no puede invocarse un derecho adquirido, si al efectuar la regulación la
cámara incurrió en error material que, por razones de justicia y equidad, no puede ser
fuente de derechos (Corte Sup., 15/12/72, “Giaccaglia, Mario L.C. v. González”, Fallos
284-402; Corte Sup., 8/6/71, “Atienza, Raúl Antonio v. Argenca S.C.P.A.”, Fallos 280-
22 y J.A. 12-1971-118).
Este claro pensamiento de Hugo Alsina nos obliga a rever nuestra posición
original de considerar que la aclaratoria no es un recurso. Los ejemplos
citados por Alsina son definitorios, si se ha equivocado entre apelante y
apelado o entre locador o locatario no puede pensarse ni decirse que la
admisión de la aclaratoria no modifique la sentencia. Lo hace, se quiera o no
se quiera y lo hace para bien. Ninguna sentencia puede tener como
fundamento al error.
p) Aclaratoria rechazada
Si la aclaratoria es rechazada y no se interpuso el recurso de apelación queda firme
la resolución cuya aclaración se solicitó.
q) Aclaratoria admitida
Si la aclaratoria es admitida, la misma integra la sentencia, cabe una nueva
notificación y la sentencia integrada por la aclaratoria es susceptible del recurso de
apelación.
A partir de la notificación de la aclaratoria, que integra la sentencia, empiezan a
correr un nuevo plazo para apelar. Se dijo que si bien el plazo para la interposición de
un recurso extraordinario es de diez días contados a partir de la notificación de la
resolución del juez que lo motiva -artículo 257 del Código Procesal-, la decisión del
tribunal de aclarar la resolución de fondo, debe entenderse como parte integrante de la
misma, por lo que, el término legal debe computarse a partir de la notificación de esta
última (CNPenal Económico, Sala A, 1999/08/05, “Iglesias, Marcelo y otra”, La Ley
Tomo 2000-A, página 217).
t) Aclaratoria de oficio
La aclaratoria de oficio la puede realizar el juez o la Cámara hasta antes de la
notificación de la sentencia. Una vez notificada la misma no puede realizarse la
aclaratoria de oficio, salvo la existencia de un error aritmético o puramente numérico.
De oficio significa por el tribunal o juez, sin petición de parte.
Aclaramos en un punto anterior que la reforma de la ley 22.434 al articulo 36, inciso 3,
suprimió una contradicción . El artículo 36 que otorga facultades correctoras al juez, en su
redacción primitiva del inciso 3, permitía el poder correctivo hasta el momento en que se
consintiera la sentencia, en tanto que el artículo 166, inciso 1 permite la corrección hasta la
notificación de la sentencia. Al suprimirse la referencia, poco feliz, al consentimiento de la
sentencia, ya no cabe ninguna duda que la corrección de oficio procede únicamente hasta
que se notifique la sentencia. Ello es lógico, pues una vez notificada la sentencia, el juez se
desprende de su obra y no puede corregir el error si no hay pedido de parte, mediante la
presentación del recurso de aclaratoria.
El recurso de apelación es aquél en virtud del cuál se pasa del primer al segundo
grado de la jurisdicción. Siempre que se habla de recurso de apelación se
sobreentiende la existencia de la doble instancia, no se concibe apelación sin doble
instancia. En este sentido indicaba Ibáñez Frocham que por la apelación o alzada el
litigante que considere no haber alcanzado el reconocimiento de su derecho en primera
instancia, o que se crea perjudicado por la sentencia definitiva, o por la interlocutoria
que decida artículo (incidente) o le cause perjuicio que no pueda ser remediado en la
sentencia definitiva, lleva el caso a examen de un segundo tribunal colegiado.
Felizmente decía Alsina que es consecuencia del principio de la doble instancia, que
las resoluciones de los jueces inferiores puedan ser examinadas de nuevo a pedido de
las partes por los tribunales superiores. El recurso de apelación es el medio que
permite a los litigantes llevar ante el tribunal de segundo grado una resolución
estimada injusta, para que la modifique o revoque según el caso.
En igual sentido Fenochietto-Arazi dicen que la apelación presupone la existencia de
un tribunal superior con facultad de confirmar o modificar, total o parcialmente, el
pronunciamiento del juez de grado anterior. Se recibe de tal modo el denominado
principio de la doble instancia, en virtud del cual conforme la feliz definición de
Couture, se hace justicia de la justicia, al conceder al agraviado por el fallo la
posibilidad de su reparación por el tribunal de alzada.
Importa este recurso la adquisición de competencia por un Tribunal Superior o “ad-
quem”, usualmente colegiado, que va a entender en este segundo grado de la
jurisdicción. Es que, el recurso de apelación es el remedio procesal encaminado a
lograr que un órgano judicial jerárquicamente superior con respecto al que dictó una
resolución que se estima injusta la revoque o reforme, total o parcialmente (CCiv. y
Com. Morón, Sala II, 27/6/95, “Redes Construcciones S.R.L. v. Blanco, Margarita E.,
J.A. 1997-II-síntesis).
Se ha dicho en forma feliz que el recurso de apelación transporta el derecho de un
tribunal a otro.
Alsina decía que era discutida en doctrina la naturaleza jurídica del recurso de
apelación, agregaba que el distingo tiene importancia, porque, en el primer caso, el
material sobre el cual debe trabajar el tribunal de apelación es nada más que el
acumulado en la primera instancia, en tanto que en el segundo pueden aducirse
nuevas defensas y ofrecerse nuevas pruebas.
En la legislación comparada han existido dos grandes sistemas en cuanto a la
apelación o al procedimiento de apelación.
• Un nuevo juicio
En primer lugar, el sistema de Alemania, Italia y Francia que entendía que la
apelación era un nuevo juicio, en que existía la renovación de todos los actos
procesales, podían proponerse nuevos testigos y nueva prueba en general, sin
ninguna limitación.
Si bien este sistema es el que, de alguna manera, garantiza en mayor medida
contra un error judicial tiene como contrapartida la lentitud y eternización de los
juicios, los que son renovados íntegramente.
• El sistema español
Este sistema, por el contrario, importa un nuevo examen o un reexamen y no un
nuevo juicio por lo que no se renuevan los actos procesales. Es una excepción el
hacerlo y sólo puede basarse en los hechos nuevos. En un sistema de litis cerrada,
como el español, únicamente puede abrirse con los “nova reperta”, es decir con los
hechos nuevos, que son los hechos posteriores. Puede decirse que es revisionista y
no renovador, todo o casi todo se resuelve con el material y pruebas
colectadas en primera instancia, siendo la excepción la admisión de un hecho
nuevo.
En la nota 29/1 del Tratado de Alsina se destacaba la superioridad de la tradicional
apelación española frente al tipo amplísimo de la que podríamos llamar centro-
europea, y que, en Alemania, en sus novelas de 1924 y 1933, luego en Francia en la
reforma de 1935, y últimamente en Italia en el Código de 1940, se han visto obligados
a abandonar, en mayor o menor medida, para orientarse en el sentido de aquélla,
aunque hayan coincidido en silenciar la procedencia. Conforme al sistema español la
apelación no es un novum judicium, una segunda primera instancia es decir, una
revisión completa del proceso de primer grado, sino que tiene alcance más
circunscripto.
Por tanto, no se produce prueba, salvo excepciones y el expediente con las
expresiones de agravios y sus contestaciones queda concluso para el dictado de la
sentencia de segunda instancia. Es nada más que un recurso de alzada, un reexamen,
una revisión.
• En nuestro país
En Argentina se ha adoptado el sistema español, en virtud del cual el recurso de
apelación es un verdadero recurso de alzada, un nuevo examen por aquello de que dos
o tres jueces ven más que uno.
Se ha dicho que lo establecido por el artículo 272 del Código Procesal de la provincia
de Buenos Aires tiene su razón de ser en la naturaleza jurídica del recurso de apelación
en nuestro sistema legal, que no importa un nuevo juicio sino un nuevo examen, por lo
cual el material sobre el que debe trabajar la Alzada es nada mas que el acumulado en
la primera instancia (Juba, CC0203 LP, B 68796 RSD-29-90, Juez Pereyra Muñoz,
“Bertrand, Zulema c. Quaglia, Omar y otros s. Cobro hipotecario”).
b) Un poco de historia
Decía Alsina que el principio de que el que no apela de la sentencia la aprueba, y,
por tanto, queda firme a su respecto, consagrado por el artículo..., tuvo ya en el
derecho romano una excepción introducida por Justiniano, quien por la ley 39 (Cod.
Apellat), permitió a la parte que no había apelado adherirse a la apelación del
adversario para pedir que se reforme la sentencia del inferior en lo que considere
perjudicial a su parte; por cuya virtud el que apela y el que se adhiere están en la
misma condición, como si los dos hubiesen apelado. La adhesión tampoco ha sido
legislada en el Código de Procedimientos de la Capital, pero se halla permitida por la
ley 50, cuyo artículo 216 dispone: “Si la parte a quién favorece la sentencia no se
hubiere adherido a la apelación en primera instancia, podrá hacerlo en el escrito de
contestación a la expresión de agravios, y en este caso se dará al apelante traslado de
la adhesión” (la adhesión supone necesariamente la subsistencia del recurso de
apelación, por lo que es improcedente sino se ha interpuesto este recurso (CSN,
Fallos: 63, 203)....
G. Concepto de admisibilidad
Existe una regla de oro y es que todo recurso debe interponerse ante el mismo juez
o tribunal que dictó la resolución recurrida. La apelación no hace excepción a esta
regla. Por eso los recursos de queja se llaman directos porque se interponen ante el
Superior y no ante el inferior, como es el caso de la mayoría de los recursos.
En consecuencia, la apelación debe interponerse ante el juez de primera instancia.
Este es el juez de la admisibilidad del recurso y debe limitarse a admitirlo o rechazarlo
y en su caso correr los pertinentes traslados para fundar y contestar el traslado del
memorial.
Hay que distinguir dos aspectos fundamentales para esta cuestión: La relación
procesal y la relación sustancial.
Cuando alguien inicia un juicio (Juan Pérez) abre una relación distinta de las
anteriores que tenía, una nueva relación, esa relación se llama procesal. Es trilateral
por cuanto la integran las partes y el juez. Para constituir una relación procesal válida
existen presupuestos, que son -entre otros- un juez competente, tener aptitud para
estar en juicio o quién se presenta tener facultades para estar en juicio, ser apoderado
o gestor, por ejemplo.
Pero allá en el fondo de las cosas, Juan Pérez inició juicio porque tenía una relación
distinta con el demandado y era, por ejemplo, un contrato de derecho civil, en que el citado
Pérez era el locador y ahora está tratando de desalojar a su inquilino. Si es o no el locador
y si podrá desalojar a su inquilino es una cuestión que ha de ventilarse en el proceso y que
necesitará de la sentencia de mérito para determinar el derecho, la calidad y el interés que
deben existir para la admisión de la acción. A esto se llama legitimación sustancial o
legitimación para obrar o legitimación ad causam activa o pasiva.
Lo que interesa para recurrir es la legitimación procesal y no la sustancial .
Veamos algunos casos de falta de legitimación procesal:
f) Terceros. Su intervención
A nuestro juicio los terceros están legitimados para plantear el recurso de apelación
en todo lo que concierne a su presentación.
En un excelente fallo la Suprema Corte de Mendoza ratifica en parte estos conceptos
aunque vuelve a caer en la confusión de legitimación e interés.
Así dijo que una persona que no intervino en la primera instancia, un verdadero
tercero, puede apelar, sólo en casos de excepción, en los cuáles la sentencia, que
normalmente sólo afecta a las partes en juicio, extiende sus efectos a ciertos terceros;
en tal caso cabe admitir la legitimación para recurrir de estos, si la decisión dictada
avanza sobre el derecho del tercero. No todo perjudicado por un fallo está en
condiciones de entrar en el sendero jurisdiccional de la apelación para presentar su
protesta, pues en muchas ocasiones el tercero tiene otros caminos de reparación, sin
necesidad de inmiscuirse en el juicio en el que no ha sido parte. El interviniente
voluntario puede entrar al proceso en cualquier momento y, por ende, está habilitado
para atacar el fallo, aunque, es verdad, tal aptitud no deviene automáticamente ya que
el presentante debe acreditar, prima facie, su interés, es decir, el gravamen, por lo
que el juzgador, antes de conceder el recurso debe dar traslado a las partes (SC
Mendoza, en pleno, diciembre 2 de 1996, “Exprinter S.A. c. Banco República S.A. y
otro”, VJ, 1997-1-259; Rep. La Ley, 1997, página 2246, número 32).
Tal vez en cuanto a los terceros haya que hacer algunas precisiones, como si la
intervención es voluntaria o necesaria, mas ello no es objeto de estas lecciones.
Casi todas las providencias son susceptibles de este recurso, por eso la apelación es
el recurso ordinario más importante.
a) Textos legales
El artículo 242 del CPCCN dice:
El recurso de apelación, salvo disposición en contrario, procederá solamente
respecto de:
1.-Las sentencias definitivas.
2.-Las sentencias interlocutorias.
3.-Las providencias simples que causen gravamen que no pueda ser
reparado por la sentencia definitiva.
Hasta aquí es el mismo texto en el CPCCBA, luego y como veremos en el punto
siguiente la ley 23.850 agregó en la Nación la inapelabilidad en razón del monto, ley
que fuera modificada por la ley 26.536.
b) Providencias simples
Sólo son apelables las providencias simples, a condición de que causen un
gravamen que no pueda ser reparado en la sentencia definitiva.
Una providencia simple causa un gravamen irreparable cuando una vez consentidas,
sus efectos son insusceptibles de subsanarse o enmendarse en el curso ulterior del
procedimiento. El problema básico es que la calificación de irreparable no la puede
hacer ni fundar el litigante, ya que el recurso de apelación no se funda al interponerlo.
Por lo tanto, en la mayor parte de los casos ha de ir el litigante en queja pues el juez
de grado ha de denegar el recurso.
En la Nación, el artículo 242 establece que los procesos con un monto igual o
superior a los $ 90.000 son inapelables, excepción hecha de la regulación de
honorarios y del desalojo. Esta limitación puede aparecer, en algunos casos, como
irrazonable5.
I. Un monto de $ 90.000
a) Concepto de apelación
Como se dijo, el recurso de apelación es el que permite pasar del primer al segundo
grado de la jurisdicción 6. Es una garantía de la defensa en juicio, en materia penal,
donde por pactos internacionales constitucionalizados se necesita el doble conforme,
que es asimilable al contralor de nuestra apelación civil revisionista y no renovadora.
Ante la creación de tribunales de única instancia orales, en materia penal, se ha
tratado de dar a la casación penal el máximo de rendimiento o eficacia para que pueda
constituir, lo que precisamente no es, una segunda instancia de revisión.
b) El recargo de tareas
Uno de los problemas acuciantes de nuestro país es el recargo de tareas de los
tribunales y el retraso o morosidad del trámite que conlleva. La falta de creación de
órganos judiciales, la indecisión de si se crean tribunales orales o escriturarios, la falta
de adecuada informatización, el anacronismo de las notificaciones, el extremo
conservadurismo que lleva a aceptar tardíamente los adelantos científicos, desemboca
en largos procesos en que no se puede confiar si la justicia ha de triunfar algún día.
A ello se suma nuestra idiosincrasia propia, la aceptación de un proceso “español”
de la LEC de 1889, la substanciación, la réplica (no permitida pero admitida en algunos
casos), la falta de resolución inmediata del conflicto, la admisión de que el proceso
mientras pende rinde hace que nuestro proceso nos lleva a un infierno tan temido.
Infierno que para algunos es un paraíso ya que la dilación es su objetivo. No importa el
desánimo de la gente, el odio a las formas excesivas, el aplazamiento y desaparición
de la verdad a manos del rito como objetivo y no como instrumento.
c) De la preclusión, las cargas y los plazos para acelerar el proceso
Si el proceso es una serie de etapas sucesivas, una a continuación de la otra, en
que la terminación de una abre la compuerta para la nueva pero impide el pasaje a la
anterior (retroceder no es posible), parecidas al colectivo que une Retiro con Rosario y
en que el pasajero que perdió el colectivo en Retiro sólo podría abordarlo en Campana
si llega a ese lugar a tiempo, pero no puede volver ni que el colectivo lo haga a Retiro
para poder tomar el mismo como si saliera recién. Si a esta preclusión, que por
brevedad de lo antes expuesto, así la llamamos, se une la carga procesal, como
imperativo del propio interés, y el término, no parece que el proceso pueda demorar
tanto, como en verdad demora. Y a esto debe adunarse el grado o revisión.
d) Las limitaciones siempre son odiosas
La ley número 26.536 modificó el artículo 242 del CPCC de la Nación
elevando la inapelabilidad por el monto a la suma de $ 90.000 (en la
actualidad conforme Acuerdo de la CS 45/16), en una nueva redacción que
podríamos llamar “poco afortunada”.
5
Dijo Locke que, los hombres entran en sociedad movidos por el impulso de salvaguardar lo que constituye
su propiedad; y la finalidad que buscan al elegir y dar autoridad a un poder legislativo es que existan leyes y
reglas fijas que vengan a ser como guardianes y vallas de las propiedades de toda la sociedad, que limiten el
poder y templen la autoridad de cada grupo o cada miembro de aquélla. No es posible suponer que sea la
voluntad de la sociedad otorgar al poder legislativo el poder de destruir precisamente aquello que los
hombres han buscado salvaguardar mediante la constitución de una sociedad civil, y que fue la que motivó
el sometimiento del pueblo a los legisladores que eligió (Segundo tratado sobre el gobierno). Que nunca
olvide el legislador esto.
6
Decía Chiovenda que, entre los principios judiciales establecidos por la Revolución francesa, está el de que
los pleitos normalmente puedan pasar por el conocimiento de dos tribunales sucesivamente (principio del
doble grado de jurisdicción) (Principios de de Derecho Procesal Civil, Editorial Reus, Madrid, año 1923, Tomo
1, páginas 491 y 492). Agregaba el maestro que el principio admitido en nuestro derecho del doble grado de
jurisdicción consiste en que todo litigio…debe poder pasar para su pleno conocimiento, por dos Tribunales
sucesivamente; y este doble grado en la intención del legislador, representa una garantía de los ciudadanos,
bajo tres aspectos… (Tomo 2, página 543).
Dice la norma, en su parte pertinente: “Serán inapelables las sentencias definitivas
y las demás resoluciones cualquiera fuere su naturaleza, que se dicten en
procesos en los que el monto cuestionado sea inferior a la suma de PESOS
NOVENTA MIL ($ 90.000). (Monto adecuado por Acordada N° 45/2016 de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación de fecha 27 de diciembre de 2.016. Vigencia: a partir
del día de su publicación en el Boletín Oficial (30/12/2016), para las demandas o
reconvenciones que se presenten desde esa fecha.)7
Anualmente, la Corte Suprema de Justicia de la Nación adecuará, si correspondiere,
el monto establecido en el párrafo anterior.
A los efectos de determinar la inapelabilidad de una sentencia o resolución, se
estará al monto que rija en la fecha de presentación de la demanda o de la
reconvención. Si al momento de dictarse la sentencia se reconociera una suma inferior
en un VEINTE POR CIENTO (20%) a la reclamada por las partes, la inapelabilidad se
determinará de conformidad con el capital que en definitiva se reconozca en la
sentencia.
Esta disposición no será aplicable a los procesos de alimentos y en los que se
pretenda el desalojo de inmuebles o en aquellos donde se discuta la aplicación de
sanciones procesales.
La inapelabilidad por el monto establecida en el presente artículo no comprende los
recursos deducidos contra las regulaciones de honorarios”(Artículo sustituido por art.
1° de la Ley N° 26.536 B.O. 27/11/2009).
El texto anterior decía: “Serán inapelables las sentencias definitivas y las demás
resoluciones cualquiera fuere su naturaleza, que se dicten en procesos en los que el
valor cuestionado no exceda de la suma de ($ 4.369, 67). Dicho valor se determinará
atendiendo exclusivamente al capital reclamado en la demanda, actualizado si
correspondiere a la fecha de la resolución, de acuerdo con los índices oficiales de la
variación de precios mayoristas no agropecuarios. También se actualizará aquella
suma, utilizando como base los índices del mes de junio de 1990 y el último conocido
al momento de la interposición del recurso. Esta disposición no será aplicable a los
procesos de alimentos y en los que se pretenda el desalojo de inmuebles o en aquellos
donde se discuta la aplicación de sanciones procesales”.
7
Texto completo de la Acordada: CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACION Acordada 45/2016 Expte.
Nº 7818/2012 Código Procesal Civil y Comercial de la Nación. Art. Nº 242. Adecuación.
En Buenos Aires, a los 27 días del mes de diciembre del año dos mil dieciséis, reunidos en la Sala
de Acuerdos del Tribunal, los señores Ministros que suscriben la presente,
CONSIDERARON:
Que el artículo 242 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, texto según ley 26.536 —
promulgada tácitamente el día 25 de noviembre de 2009—, establece que serán inapelables las sentencias
definitivas y las demás resoluciones cualquiera fuera su naturaleza, que se dicten en procesos en los que el
monto cuestionado sea inferior a la suma de pesos veinte mil ($ 20.000).
Que con arreglo a esa norma de la ley del rito, corresponde al Tribunal adecuar anualmente ese
valor, si correspondiere (cfr. segundo y tercer párrafo).
Que el monto establecido fue ajustado en el año 2.014 (Acordada 16/14), fijándose e pesos
Cincuenta mil ($ 50.000).
Que en atención al tiempo transcurrido, la apropiada preservación de los propósitos perseguidos por
la disposición procesal en juego justifica que se proceda a una nueva cuantificación de l suma dineraria de
que se trata, sobre la base de una apreciación atenta de la realidad, semejante a la que se llevó a cabo en
oportunidad de efectuarse la primera determinación encomendada por el legislador (conf. Acordada 16/14).
Por ello,
ACORDARON:
1. Adecuar el monto fijado en el segundo párrafo del artículo 242 del Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación, en el importe de PESOS NOVENTA MIL ($ 90.000).
2. Establecer que esta disposición entrará en vigor a partir del día de su publicación en el Boletín
Oficial, para las demandas o reconvenciones que se presenten desde esa fecha.
Todo lo cual dispusieron y mandaron, ordenando que se comunique, se publique en el Boletín
Oficial, en el sitio web del Tribunal, y se registre en el libro correspondiente, por ante mí, que doy fe.
Ricardo L. Lorenzetti. — Elena I. Highton de Nolasco. — Horacio Daniel Rosatti. — Juan Carlos Maqueda -
Ante mí Cristian S. Abritta.
e) Un límite que puede ser demasiado lejano
Aunque en los tiempos que corren el querer alcanzar la justicia resulta un ideal
inalcanzable, ello no lo fue menos para los siglos anteriores. Por ahí la justicia es sólo
una sensación, pero no en el sentido vulgar, sino en el sentido de Thomas Hobbes.
Decía este preclaro pensador que, por lo que respecta a los pensamientos del hombre
quiero considerarlos en primer término singularmente, y luego en su conjunto, es
decir, en su dependencia mutua. Singularmente cada uno de ellos es una
representación o apariencia de cierta cualidad o de otro accidente de un cuerpo
exterior a nosotros, de lo que comúnmente llamamos objeto. Dicho objeto actúa sobre
los ojos, oídos y otras partes del cuerpo humano, y por su diversidad de actuación
produce diversidad de apariencias. El origen de todos ellos es lo que llamamos
sensación (en efecto: no existe ninguna concepción en el intelecto humano que antes
no haya sido recibida, totalmente o en parte, por los órganos de los sentidos). Todo lo
demás deriva de este elemento primordial 8. En este preciso sentido la justicia sea tal
vez (o su contrapartida la injusticia) una sensación. Y el hombre considere injusto la
apreciación de lo que no puede modificar y considera contrario al orden natural o
normativo. Es la sensación que percibe del objeto de su desdicha.
Y si el control es la meta deseable (para solucionar el recargo de tareas), toda
limitación del control aparece como odiosa más si su justificación es el dinero. ¿Es que
la honra de la gente puede medirse en metálico?
De esta suerte y como Arnhem en 1944 parecerá, para el que desee conseguir
justicia, que el límite está demasiado lejano, como aquel puente para los aliados (A
bridge to far).
f) Cuestiones que pueden presentarse para fijar el límite, con
prescindencia de las obscuridades de la norma
Las cuestiones relativas al límite de apelación y, con prescindencia de la norma,
pueden reducirse a las siguientes:
1. Si la demanda es rechazada valor del litigio será, para el actor, el monto de la
misma. Si el monto excede los $ 90.000 será apelable. No cabe adicionar intereses9 ni
accesorios10. Si el actor apelante limita su apelación sólo será admisible la misma si
8
Thomas Hobbes, Leviatan o la materia, forma y poder de una República Eclesiástica y Civil, obra de 1651.
Se usó la edición del Fondo de Cultura Económica, Argentina, 1992, página 6.
9
La inclusión de intereses, conduciría indefectiblemente a una a elevación del monto cuestionado, a niveles
que desvirtuarían la finalidad de limitar las intervenciones del Tribunal de Alzada en consideración a la
importancia económica de las causas; amén de las complicaciones procesales que podrían generarse cuando
el cálculo de los réditos debe llevarse cabo en forma previa a la sentencia y a la liquidación definitiva (Conf.
esta Sala, 18.3.10, "Puerto Norte SA c/Sircovich Jonathan s/ejec. s/queja") (Expediente Nº 009444/10 -
"Banco Credicoop Coop Ltdo c/Parodi Maximo Angel s/ejecutivo s/ queja" – CNCOM – SALA F - 30/03/2010
elDial.com - AA630D).
10
Cabe apuntar que es criterio pacífico de esta Excma. Cámara que si bien la nueva redacción del art. 242
CPCC, con la modificación de la ley 26.536 no establece en forma expresa que conceptos abarcan el "monto
cuestionado", tal como lo hacía anteriormente el viejo texto legal al establecer que el valor se determinaría
atendiendo exclusivamente al capital reclamado en la demanda, lo cierto es que resulta claro que esa
solución se mantiene en el nuevo régimen legal pese al silencio de la nueva ley pues nada hay en esta
última que autorice a interpretar que ese criterio ha sido modificado. Síguese de todo ello entonces que, en
el régimen legal actual y no obstante la modificación del texto del CPCC: 242, el monto del proceso a los
fines de decidir la inapelabilidad se sigue determinando sólo en base al capital reclamado en la
demanda, con exclusión de los intereses y otros gastos. Así las cosas, advirtiéndose que el quantum
reclamado en la demanda resulta inferior al monto consagrado por la ley actual y que, por lo tanto, no
alcanza el límite pecuniario de apelabilidad previsto en esa norma, se estima que el recurso fue bien
denegado en la anterior instancia (029325/2013 – “Caja de Seguros S.A. c/ Jumbo Retail Argentina S.A. s/
ordinario s/ queja” – CNCIV – SALA A - 04/12/2013 elDial.com - AA8603). En igual sentido se dijo que,
puesto que a diferencia del texto anterior (recuérdese que precisaba que "...el valor cuestionado se
determinará atendiendo exclusivamente al capital reclamando en la demanda…") la actual redacción refiere
al "monto involucrado", corresponde establecer cuál es el alcance de esta última expresión. La expresión
“monto involucrado” impone considerar necesaria y exclusivamente al capital y marginar otros rubros
accesorios, esto es, intereses, gastos, etc. (conf. Kiper, C., ob. cit., LL, 2010-A, p. 1008; CNCom. Sala F,
supera los $ 90.000. La SCBA ha dicho que: Si el valor de lo cuestionado ante la
Suprema Corte representado por el monto reclamado en la demanda no supera el
monto mínimo para recurrir fijado por el art. 278 del Código Procesal Civil y Comercial,
la admisibilidad del recurso sólo podrá justificarse en el estricto marco de la excepción
que contempla el art. 55 de la ley 11.653. La función revisora de la Suprema Corte se
limita a la constatación del pronunciamiento en crisis con la doctrina que se reputa
infringida11. También dijo: Como esta Corte afirmó en numerosos precedentes, el valor
del litigio, representado, en este caso, por la suma reclamada en la demanda
rechazada, cuya pesificación no fuera cuestionada por el quejoso, no alcanza a cubrir
el monto mínimo para recurrir establecido en el art. 278 del Código Procesal Civil y
Comercial, sin que corresponda adicionar intereses a dicha suma, ni tomar el monto
total del crédito, que no ha sido reclamado en la presente acción por haber mediado un
pago parcial12. En caso de litisconsorcio no se suman los importes de cada reclamante
para superar la inapelabilidad (Ver también sub punto 7 más abajo)13.
2. Algo similar, al punto anterior, puede predicarse de la reconvención rechazada.
3. Si la demanda es admitida, total o parcialmente, el monto será el que surja de la
sentencia siempre y cuando supere los $ 90.000, en relación al demandado. En
relación al actor si los rubros que reclama, desestimados parcialmente, superan ese
importe14.
4. En todos los casos si es admitida la apelación para una de las partes, deber
admitirse para la otra, conforme al principio de la apelación adhesiva. El principio de
apelación adhesiva permite a los jueces de cámara apreciar tanto los escritos
constitutivos de la litis como la expresión de agravios, por que toda la cuestión materia
de litigio se traslada al superior en la misma extensión y con la misma plenitud con
18/3/10, "Puerto Norte SA c/ Sircovich Jonathan s/ ejecutivo s/ queja"), pues cualquier otro temperamento
conduciría también a desnaturalizar la télesis de la reforma que, tal como se señalara, tuvo como mira
limitar la intervención del tribunal ad quem (Reg. 48084/2008 - "Baffi Gustavo Rogelio y otros c/ Zetune De
Levin Nelida Raquel y otro s/ ordinario" – CNCOM – SALA D – 14/12/2010 elDial.com - AA6A5B).
11
SCBA, L 92208 S 26-12-2007, Juez GENOUD (SD), “Pérez, Gabriela Verónica c/ Supermercado C.L.C. S.A.
s/ Indemnización por despido y otros”; SCBA, L 91039 S 3-4-2008, Juez NEGRI (SD), “Ballester, Verónica
Eliana c/ Servidio, Angel y otro s/ Despido”, Juba Laboral, B59571.
12
SCBA, Ac 91180 I 29-12-2004, “Bco. de la Pcia. de Bs. As. c/ Sidotti, Javier O. y otra s/ Ejecución
hipotecaria. Recurso de queja”, Juba Civil y Comercial, B37776.
13
Con estricta referencia a lo indicado se dijo que, en hipótesis como la de autos de presencia de un
“litisconsorcio facultativo” (art. 88 del Código Procesal) no puede este último derogar el régimen de la
competencia apelada por razón del monto, lo cual se daría si se admitiera la suma de los valores
involucrados en cada una de las acciones conexas deducidas por los litisconsortes. Por ello, jurisprudencia
y doctrina han señalado que en el supuesto de acumulación de acciones por pluralidad de actores,
a los efectos de la procedencia de la apelación ordinaria debe tomarse en cuenta el monto
individual de cada acción y no el de la totalidad de ellas. uzgo que el recurso de apelación
interpuesto ha sido mal concedido, pues la presente causa está sujeta a instancia única a todos
los efectos. No impide así decirlo ni el error del juez a quo en conceder el recurso, ni el consentimiento de
las partes, ni la improcedente tramitación dada a ese recurso en esta alzada, desde que ninguno de esos
extremos es razón suficiente para derogar la ley procesal que ordena las competencias por razón del monto
disputado, debiéndose tener presente que el primer presupuesto de validez de una sentencia es que haya
sido dictada por un tribunal con jurisdicción (CSJN, Fallos: 269:439), aspecto que no se cumple en el sub
judice, habida cuenta de que el Código Procesal ha suprimido en los supuestos de escasa cuantía la
competencia revisora de un tribunal de alzada ordinario (conf. CNFed. Civ. Com. Sala II, 12/4/95, “Levi,
Diego y otros c/ Aerolíneas Argentinas s/ reajuste precio pasaje”) (Reg. 48084/2008 - "Baffi Gustavo Rogelio
y otros c/ Zetune De Levin Nelida Raquel y otro s/ ordinario" – CNCOM – SALA D – 14/12/2010 elDial.com -
AA6A5B).
14
En cuanto a la apelación del actor, teniendo en cuenta que el monto comprometido en el recurso por el
rechazo del resarcimiento reclamado en concepto de daño moral asciende a la suma de $ 10.000, cabe
colegir que tal recurso es inadmisible. Es que esa cifra es inferior al límite de apelabilidad establecido por el
art. 242 del Código Procesal (ley 26.536, B.O. 27.11.09), que a la fecha de la concesión recursiva ascendía a
$ 20.000 (60523/2007 – “P. A. c/ CS Salud SA s/ sumarisimo” - CNCOM - SALA D – 08/05/2012 elDial.com -
AA7B5E).
que fue sometido al inferior15. Este principio consiste en que, si la resolución que
favorece a una parte es apelada por la otra, toda la cuestión materia de litigio se
traslada al superior en la misma extensión y con la misma plenitud con que fue
sometida al inferior (Acuerdo 34.286, sentencia del 17/IX/1985 en “Acuerdos y
Sentencias”, 1985/II/687; Acuerdo 52.242, sentencia del 6/XII/1994 en “Acuerdos y
Sentencias”, 1994/IV/375; Acuerdo 63.004, sentencia del 8/IX/1998 en “DJBA”, 155-
339; Acuerdo 70.779, sentencia del 3/V/2000 en “DJBA”, 158-31). Es que puede
suceder que, el actor gane el pleito en base a argumentaciones, no del todo sólidas o
que el demandado lo gane en base a la prescripción. En tal caso si apela la contraria
renace en su totalidad la causa y sus escritos constitutivos y la Alzada debe considerar
la totalidad de los argumentos de las partes vertidos en sus escritos, sin estar limitada
por las expresiones de agravios. Es decir, sino acoge la prescripción, debe igualmente
analizar las otras defensas no tenidas en cuenta, antes, por quién articulo la
prescripción. En este sentidos e dijo que, si bien por lo general es de mejor técnica
revisar la corrección de lo decidido por el judicante de primera instancia, para recién
después abordar, de ser necesario (es decir, en el caso de acogerse los agravios del
quejoso), las defensas articuladas en la instancia de origen por el vencedor, lo cierto
es que resolver apartándose de esta adecuada estrategia argumental no importa
vulneración del postulado de congruencia16. La Cámara dentro de las facultades que le
son inhe rentes, y aplicando el principio de la apelación adhesiva puede considerar un
tema cuyo tratamiento fue omitido por el juzgador de origen, basado en la doctrina de
la SCBA antes transcripta17.
5. Si la demanda prospera por una suma inferior a la pedida por el actor, sólo será
apelable si la diferencia que se reclama supera los $ 90.000. Se aplica, a nuestro
juicio, un criterio similar al que indica la SCBA para situaciones análogas (valor del
litigios a los fines del recurso extraordinario de inaplicabilidad de la ley). Así dijo que:
Si el valor de lo cuestionado ante la Suprema Corte, representado por la diferencia
entre lo reclamado con motivo de la extinción del contrato de trabajo y el
importe de la condena, no supera el monto mínimo establecido por el art. 278
del Código Procesal Civil y Comercial para la admisibilidad del recurso
extraordinario de inaplicabilidad de ley y no se denuncia violación de doctrina
legal alguna que pudiera tornar operativa la excepción prevista del art. 55 de la ley
11.653, resulta inadmisible el recurso extraordinario de inaplicabilidad de
ley18. Kielmanovich, en sentido contrario, opina que, la excepción al principio de la
apelabilidad de las sentencias definitivas, está dada por la cuantía del monto que se
reclama en la demanda y no por la diferencia que pudiere encontrarse cuestionada en
la segunda instancia, si bien se trata de un tema polémico19.
6. A nuestro juicio también haría excepción, a la regla de la inapelabilidad, por razón
del monto, el supuesto de que se vulnere la doctrina de la Cámara (fallo plenario). Se
15
SCBA, Acuerdo 78251 S 19-2-2002, Juez NEGRI (MA), “Romero, Carlos Alberto y otra c/ Ben, Jorge Luis y
otros s/ Daños y perjuicios”, Juba Civil y Comercial, B26202.
16
SCBA, C 98059 S 7-5-2008, “Passadore de Mónaco, Sara (s/ suc.) c/ Santamaría, Silvia Ester s/ Nulidad
de boleto de compraventa”, Juba Civil y Comercial, B29739.
17
Si bien es cierto que la no incorporación de un tema o cuestión en la expresión de agravios significa
consentirlo, lo que veda a la alzada la posibilidad de revisarlo, no lo es menos que si el propio recurrente
-condenado en primera instancia- cuestionó su responsabilidad en el evento la jurisdicción de la alzada para
valorar la razón o sin razón de su queja en esa cuestión era plena sobre toda la prueba producida en la
causa (art. 272 del CPCC.) (SCBA, Acuerdo 56969 S 7-5-1996, “Braun, Conrado Guillermo c/ Archanco, Raúl
Jorge s/ Daños y perjuicios”, Juba Civil y Comercial, B23704).
18
SCBA, L 87378 S 10-12-2008, Juez NEGRI (MA), “Rodríguez, Adrián c/ Chicote S.A. s/ Accidente de
trabajo”, Juba Laboral, B3345989.
19
Jorge L. Kielmanovich, Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, comentado y anotado, tercera
edición ampliada y actualizada, Lesis Nexis, Abeledo Perrot, Buenos Aires, año 2.006, Tomo I, página 453,
comentario al artículo 242 CPCCN.
aplica un criterio similar al de la SCBA cuando expresa que: Si el valor de lo
cuestionado -representado por el importe reclamado en concepto de la indemnización
establecida en el art. 10 de la ley 24.013- no supera el monto mínimo fijado por el art.
278 del Código Procesal Civil y Comercial para la admisibilidad del recurso
extraordinario de inaplicabilidad de ley a la fecha de su interposición, éste debe ser
concedido en el marco de la excepción establecida en la última parte del primer párrafo
del art. 55 de la ley 11.653, hipótesis en la cual el cometido de la Suprema Corte
queda circunscripto a verificar si lo resuelto en autos contradice la doctrina legal
vigente a la fecha del pronunciamiento impug nado que se denuncia transgredida 20. No
obstante que el valor del litigio, representado por el importe de lo reclamado en la
demanda en concepto de indemnización por despido por matrimonio, no alcanza el
monto mínimo para recurrir establecido por el art. 278 del Código Procesal Civil y
Comercial, en el caso corresponde examinar la concordancia del fallo con la doctrina de
esta Suprema Corte vigente a la fecha en que se dictó aquél y cuya violación invoca el
recurrente, análisis que excede el marco de admisibilidad del recurso extraordinario de
inaplicabilidad de ley, por lo cual corresponde su concesión (art. 55, ley 11.653)21.
7. En caso de litisconsorcio debe superarse para uno de ellos el importe de $ 90.000.
En caso contrario el recurso debe ser desestimado. Debemos recurrir a la analogía. La
SCBA dijo: Si el valor de lo cuestionado ante la instancia extraordinaria, representado
por el importe reclamado individualmente por cada uno de los actores en el escrito de
demanda no supera el límite económico para recurrir establecido en el art. 278 del
Código Procesal Civil y Comercial, la admisibilidad del recurso sólo podrá justificarse en
el marco de la excepción contemplada en la norma del art. 55 de la ley 11.653,
hipótesis en la cual el cometido de la Suprema Corte queda circunscripto a verificar si
lo resuelto en el caso contradice la doctrina legal vigente a la fecha del
pronunciamiento impugnado, debiendo conceptuarse como tal aquélla vinculada a la
interpretación de las normas legales que han regido la relación sustancial debatida en
determinada controversia22.
8. Las modificaciones, por ser procesales, son de aplicación inmediata, a las causas en
trámite, para los recursos de apelación que se concedan con posterioridad a la vigencia
de la norma o de sus actualizaciones por Acordada de la CSJN23.
9. Un tema tangencial, que no estimamos hiciera tanto ruido, es la desafortunada
expresión del artículo que remite al monto que rija en la fecha de presentación de la
demanda o de la reconvención. Algunos entendieron que el monto de inapelabilidad es
el que rigía a la fecha de promoción de la demanda. Es decir que si la demanda es del
año 2.004 por una suma, que en ese momento era importante, la inapelabilidad se
20
SCBA, L 94491 S 18-2-2009, “Sueldo, Ernestina Rosa c/ Dome, Juan s/ Despido”, Juba Laboral,
B3346147.
21
SCBA, Ac 68866 I 4-11-1997, “Montero, Jorge F. c/ Reginald Lee S.A. s/ Despido. Recurso de queja”, Juba
Laboral, B41368.
22
SCBA, L 93464 S 18-11-2008, Juez SORIA (SD), “Fuentes Fuentealba, Rigoberto y otros c/ Viñuela y Cía.
S.C.A. y otro s/ Indemnización por despido”, Juba Laboral, B3345867.
23
Las modificaciones introducidas al límite de apelabilidad por la ley 26.536 resultan de inmediata
operatividad, con excepción de aquellas causas en donde el recurso hubiere sido concedido con anterioridad
a su entrada en vigencia (situación que no es la del sub lite), y que, por tanto, el monto a considerar, a los
fines de evaluar la procedencia del recurso, asciende actualmente a la suma de $ 20.000. No forma óbice a
tal conclusión que el antepenúltimo párrafo del mencionado art. 242 del Código Procesal disponga -en su
actual redacción- que "…a los efectos de determinar la inapelabilidad de una sentencia o resolución, se
estará al monto que rija en la fecha de presentación de la demanda o de la reconvención…". Es que una
lectura armónica y no aislada de tal preceptiva (CSJN, Fallos, 329:21; 328:3381 y 278:62) conlleva a
relacionar la transcripta expresión con el párrafo precedente de la norma, según el cual la Corte Suprema de
Justicia de la Nación podrá readecuar anualmente el monto de apelabilidad; es decir, que aquella expresión
(recuérdese, de estar al monto que rija en la fecha de promoción de la demanda) cobrará sentido recién
cuando el Alto Tribunal haga uso de esa facultad (esta Sala, 26/2/10, "Banco Supervielle SA c/Castro Matías
s/ejecutivo") (Reg. 48084/2008 - "Baffi Gustavo Rogelio y otros c/ Zetune De Levin Nelida Raquel y otro s/
ordinario" – CNCOM – SALA D – 14/12/2010 elDial.com - AA6A5B).
determina a esa fecha y no a la de la concesión del recurso24. Lo que el legislador quiso
decir es lo contrario de lo que manifestó, es decir que, cualquiera sea la fecha de
interposición de la demanda, lo que importa es la fecha de concesión del
recurso, pero a esa fecha se tomará el monto histórico de la demanda para
determinar si la sentencia es apelable o no lo es.
g) De las obscuridades de la norma
Un viejo criterio interpretativo indicaba que los textos claros no necesitan ser
interpretados, nada más alejado de la realidad de nuestro país.
La norma, en crítica, contiene un primer párrafo (en lo que se refiere a la
restricción) similar al texto anterior, en que sólo cambia el monto. El segundo párrafo
reemplaza la actualización por depreciación (se trataba de un texto viejo), ahora
prohibida por los artículos 7 y 10 de la ley 23.928, por una adecuación anual de la
Corte Suprema. Hasta ahí no hay problemas.
El tercer párrafo es inexplicable y se puede poner como acertijo para los programas
en que se descifran enigmas. Dice la norma: “A los efectos de determinar la
inapelabilidad de una sentencia o resolución, se estará al monto que rija en la
fecha de presentación de la demanda o de la reconvención. Si al momento de
dictarse la sentencia se reconociera una suma inferior en un VEINTE POR
CIENTO (20 %) a la reclamada por las partes, la inapelabilidad se
determinará de conformidad con el capital que en definitiva se reconozca en
la sentencia”. La primera parte del párrafo es clara y destaca lo que surge de textos
similares, relativos a regulación de honorarios o valor del litigio (otras leyes ó
códigos): Valor del litigio es el monto de la demanda o reconvención si es rechazada.
La inapelabilidad se refiere a todas las resoluciones (no sólo las definitivas, sino las
simples y las interlocutorias), con lo cual el trámite estará sujeto a la discrecionalidad
del magistrado de grado y alejado del doble conforme, en los supuestos de
inapelabilidad. Sabemos que discrecionalidad es discreción, arbitrio, elección y con
Dworkin no participamos de ella, ya que debe perseguirse la solución justa y no la
arbitraria.
24
El debate aquí plasmado se ciñe sobre la interpretación de la norma cuando dispone: “…A los efectos de
determinar la inapelabilidad de una sentencia o resolución, se estará al monto que rija en la fecha de
presentación de la demanda o de la reconvención….”. Frente a tal cometido y en orden a su correcta
intelección, cabe destacar que la finalidad perseguida por el legislador, no fue otra que limitar las
apelaciones ante las Cámaras a los casos cuya significación económica lo justifique, buscando así lograr una
mayor celeridad en los procesos y aligerar la tarea de aquellas, posibilitando un estudio más detenido de los
demás asuntos que deben conocer (cfr. dictámenes de mayoría y minoría de la Comisión de Justicia de la
Cámara de Diputados, la cual sancionó en definitiva aquel proyecto el 28/10/09, ello en ausencia de
discusión en los recintos). A partir de allí, se ha establecido el límite de inapelabilidad en la suma de
$ 20.000, quedando prevista la posibilidad de ulteriores modificaciones del quantum; labor
encomendada a la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Es en tal contexto situacional, y como
sucedáneo de aquel monto mínimo de $ 20.000 que cobra vigencia el párrafo en análisis. Esto es,
el inciso en examen sólo da una pauta para la aplicación en el tiempo del monto mínimo de
apelabilidad resultante de las futuras variaciones previstas normativamente, disponiendo así que
el monto del art. 242 CPCC –de ser adecuado por la CSJN- será el que rija en la fecha de
presentación de la demanda o reconvención. Pero ello, en modo alguno puede llevar a adoptar
una postura diversa, tal como la que postula el recurrente, en tanto por tal vía interpretativa se
neutralizaría el fin buscado con la reforma (Expte. 071438/09 - "Banco del Buen Ayre SA c/Introcaso
Oscar Antonio y otro s/ejecutivo s/ queja" – CNCOM – SALA F – 02/02/2010 elDial.com - AA5D9D).
La última parte del párrafo no se entiende 25 pues si la sentencia reconoce un monto
inferior en un 20 % al reclamado se estará al monto de la sentencia para determinar la
inapelabilidad. Con lo que tenemos que si la sentencia establece un importe entre un 1
y un 19 % inferior al reclamado ha de estarse al monto de la demanda o reconvención
para fijar el valor del pleito (para la apelabilidad), en relación al actor y al demandado
(que perdió). Si la diferencia para el actor es inferior a $ 90.000 igual sería apelable.
Nos parece que no, pues se está reclamando menos de $ 90.000. Esto siempre y
cuando no apele el demandado, pues en tal caso la apelación se abre y debe ser
resuelta para los dos, admitiéndose la apelación del actor para aspirar a una suma
mayor. Alguno puede entender que es hasta un 20 %, es decir que del 1 al 20 hay que
25
Para explicar esta confusa norma se recurrió, por el intérprete judicial, a la discusión parlamentaria. Allí se
hizo mención a la existencia de dos proyectos, con causas distintas de inapelabilidad, y que se admitieron los
dos. El segundo proyecto (por la minoría) aplica una sanción, por inconducta procesal que es reclamar en
forma excesiva (plus petición) para evitar la inapelabilidad (con lo que tardan los pleitos, calcular que una
cuestión pueda ser inapelable 6 u 8 años antes y elevar un monto de demanda para afrontar un monto de
irrecurribilidad que se desconoce parece, cuando menos, un disparate, inflación anual mediante). Según esta
vertiente interpretativa, una cuestión es inapelable cuando es inferior a $ 50.000 y, también, cualquiera sea
su monto, si el juez brinda más de un 20 % menos y la suma resultante, por la que prospera, en definitiva la
demanda, no importa ya que sea mayor o menor a $ 50.000. Ello se determinará en atención al rubro que
se reclama. Supongamos que el actor, con una incapacidad del 50 % en un accidente, reclame $ 1.000.000
y el juez, muy restrictivo, entienda que le corresponden $ 230.000 la sentencia será inapelable, por más que
sea una arbitrariedad otorgar ese importe el que, incluso, no esté avalado por las pautas objetivas que
surjan de la causa. El fallo en cuestión dice:
Antecedentes legislativos.-
La modificación al artículo 242 del Cpr. tuvo su génesis en dos proyectos de reforma: i) el primero,
de los senadores Ricardo Gómez Diez y Ernesto Sanz (expediente nº 3499-S-07), y ii) el segundo, de autoría
del senador Miguel Ángel Pichetto (expediente n° 3726-S-07).-
Los textos de ambas iniciativas legislativas resultaron sustancialmente coincidentes. Así pues solo
diferían en dos aspectos: (i) el monto mínimo de apelabilidad -el propuesto por los senadores Gómez Diez y
Sanz era de pesos $ 15.000, en tanto que el de Pichetto postulaba la elevación a $ 20.000-; y (ii) la
inclusión del párrafo referido a la audibilidad del recurso en base al porcentual del 20% (el propuesto por
Gómez Diez y Sanz lo propiciaba, no así el del senador Pichetto).-
Asimismo, ambos proyectos resultaron contestes en punto a la razón que abonaba el incremento del
monto mínimo que habilita el recurso.-
Así, los senadores Gómez Diez y Sanz argumentaron que: "debido al tiempo transcurrido desde la
última adecuación del artículo 242, más de dieciséis años, y el incremento de expedientes desde ese
momento hasta la actualidad, resulta imperioso adecuar la cifra en cuestión, como, en suma, históricamente
aconteció"; en tanto que el senador Pichetto, de su lado, apuntó que: "creemos que resulta aconsejable
revisar el importe que marca el límite de inapelabilidad, máxime teniendo en cuenta la cantidad de causas
puestas a conocimiento de los tribunales de segunda instancia".-
En lo que respecta al trámite administrativo, ambas actuaciones se giraron a la Cámara de
Diputados (v. orden del día nº 925 del año 2008), cuya Comisión de Justicia emitió dos dictámenes: uno en
mayoría y otro en minoría.-
El primero aconsejó la sanción del proyecto de los senadores Gómez Diez y Sanz pero modificando
el monto mínimo de apelación y estableciéndolo en $ 20.000 (según proyecto ley del senador Pichetto). De
su lectura surge que dicha Comisión: i) no expresó argumento alguno en abono de la inclusión del cuarto
párrafo del nuevo art. 242 del Cpr. que refiere al 20%; y ii) solo se explayó sobre la necesidad de elevar
aquél monto mínimo.-
De su lado, el dictamen de minoría no sólo efectuó alusiones al incremento de dicho "piso", sino que además
se detuvo en el supuesto previsto del 20% necesario para la audibilidad del recurso.-
Concretamente, se argumentó que: "La reforma propuesta también prevé una segunda alternativa
de inapelabilidad, que es la siguiente: en aquellos casos en los que la sentencia definitiva reconozca un
monto 20% menor al capital reclamado en la demanda. Así, se reclamó por $100.000, y la demanda
prospera por $15.000, el actor no tendría derecho a apelar la sentencia. En cierto sentido, sí se quiere
desalentar las demandas en las que, si bien se tuvo razón por el fondo de la cuestión, se presentan
reclamando montos indemnizatorios exagerados".-
Entiendo que el hecho de que la referencia a esa segunda alternativa de apelabilidad se
encuentre presente sólo en el dictamen de minoría, no le quita virtualidad para interpretar los
fundamentos tenidos en cuenta por el legislador para sancionar la reforma del cpr.:242.-
Ello pues, en el dictamen de mayoría no se efectúa referencia alguna que contradiga la opinión de la
minoría sobre el párrafo objeto de análisis, que resultara posteriormente sancionado.-
estar a la sentencia y si la reducción es más del 20 % hay que estar con el monto de
demanda o reconvención.
Si la reducción es de un 20 % se estará al capital que se reconozca en sentencia. Si
la demanda es por $ 200.000 y se reconocen $ 160.000, hay que estar a esa suma
que también es apelable y aún sería apelable para el actor, sino apelara el demandado,
por la diferencia. Sin embargo, si el actor reclama $ 107.952 y la sentencia sale por $
89.960 (un 20 % menos), debe estarse a ese monto y no será apelable. En realidad no
es apelable porque no pasa de $ 90.000 (y la diferencia para el actor es ya importate $
17.992).
Si la sentencia reconoce un valor de reducción mayor al 20 % (del 21 al 100 %
menos) habría que estar al valor de la demanda o reconvención.
h) Excepciones a la regla de inapelabilidad
En tal sentido, la alusión concreta a la segunda alternativa de apelabilidad, convierte a los
fundamentos vertidos en su apoyo, en piedra fundamental a los efectos de interpretar las circunstancias
tenidas en cuenta por el legislador de la ley 26. 536.-
Así las cosas, del análisis de los antecedentes legislativos, concluyo, en síntesis, que la
incorporación de aquel párrafo tuvo por objetivo castigar la injustificada elevación del monto de
la pretensión ensayada con la finalidad de sortear los límites económicos impuestos a la
apelación.
a.4. Las antedichas consideraciones tienen por objetivo no agotar la interpretación en la letra de la
ley. Bien ha sostenido la CSJN en ese sentido que, a tales fines, se requiere la determinación de su versión
técnicamente elaborada como resultado de una hermenéutica sistemática y razonable, respetuosa de la
intención legislativa (Fallos: 265:21; 265:336 y 263:453; 124-278; 123-957).-
Es propio de la interpretación indagar el verdadero sentido o alcance de las leyes mediante un
examen atento y profundo de sus términos que consulte la racionalidad del precepto y la voluntad del
legislador; ello así, teniendo en cuenta su contexto general, los fines perseguidos y su conexión con las
demás normas que integran el ordenamiento jurídico (doctrina de Fallos: 285:322; 287:79; 288:416;
290:56; 152:209; 155:377; y muchos otros).-
Es que las leyes han de interpretarse evaluando la totalidad de sus preceptos y los propósitos
finales que las informan, de manera que armonicen con el ordenamiento jurídico restante y con los principios
y garantías de la Constitución Nacional (Fallos: 255:192; 263:63; 267:478; 285:60; 296:22; 297:142;
299:93; 302:1600; 122:945; 127:246; 150:32).-
En ese sentido, sea cual fuere la naturaleza de la norma, no hay método de interpretación mejor que el que
tiene primordialmente en cuenta la finalidad de aquélla (CSJN: "Craviotto, Gerardo A. y otros c. Estado
nacional", del 19.05.99); siendo en esa tarea la exposición de motivos de las leyes un valioso criterio
interpretativo de la intención de sus autores (CSJN, in re "Dessy, Gustavo G.", del 19.10.95).-
a.5. O, dicho de otro modo: parece claro que pretendió el legislador, al incorporar la "segunda
alternativa de apelabilidad", sancionar la plus petición en que incurriere la demanda, vedando, en ese
supuesto, la revisión del caso por la Alzada.-
Destaco que a la misma conclusión arribó cierto sector de la doctrina procesalista (Kielmanovich,
Jorge L., "Breves comentarios sobre el nuevo art. 242 CPCCN (ley 26.536", Lexis nexis nº 0003/014801;
Peyrano, Jorge, "Las nuevas pautas económicas exigibles para franquear la instancia de apelación (artículo
242 CPCCN)", La Ley 2010-B, 524; Kiper, Claudio L., "El nuevo monto mínimo para apelar", La Ley, 2010-A,
1008; entre otros).-
Así las cosas, en la hipótesis de que se aplicara al "sub lite" la previsión legal sin
cortapisas, debería concluir que el supuesto de autos es inapelable. En efecto, obsérvese que: i)
pretendió la actora en su escrito de inicio obtener el cobro de $ 261.375,80, ii) el 20% de dicha
suma asciende a $ 52.275,16 y, iii) el monto de la condena resulta inferior a aquella suma
($15.000), y, a su vez, se halla por debajo del límite mínimo de apelabilidad ($20.000) (conf.
CCiv., Sala, J, "García Mora c/ Expreso Caraza S.A.C. y otros", del 27.05.10).
a.6. No obstante lo anterior, debo decir que de razones fundamentalmente ligadas a garantías
constitucionales (arg. art. 18 CN) y a la interpretación que cabe otorgar al cuarto párrafo del cpr.:242 -a las
que "infra" me referiré-, impiden la adopción de aquella solución.-
Me explico.-
Como quedó dicho, la norma en cuestión tiene por finalidad sancionar la conducta de quien eleva
injustificadamente el monto de su reclamo con el objeto de sortear el límite de la apelabilidad. En tal caso,
se veda la posibilidad de revisión de la actuación por parte de la Alzada.-
Ahora bien.-
Advierto en ello una cuestión basilar: la ilegitimidad de la premisa implícita que sirve de
antecedente a la norma para considerar inapelable el reclamo.-
En efecto, obsérvese que para sustentar la "lógica" -en sentido técnico- de la norma, debe partirse
de la base de que se presume que el actor incrementó injustificadamente el monto reclamado como artilugio
procesal para evitar la instancia única.-
Son tres, a saber, los juicios de alimentos y desalojo, los supuestos de aplicación de
sanciones procesales y los honorarios26.
Todo aparenta ser una enorme confusión que no tiene límites. Los últimos párrafos
del texto reformado se refieren a que la inapelabilidad no es procedente en los casos
de alimentos, desalojo de inmuebles, apelación de sanciones procesales y regulación
de honorarios. Esta última es la novedad que establece la legislación ya admitida por la
jurisprudencia. Ello en base a la primacía del artículo 244, con relación al 242 del
CPCCN. Dice Kielmanovich que, por otra parte, la tesis que considera que en la
determinación de la apelación de honorarios no juega el art. 242, sino la norma
especial contenida en el 244, se acomoda también al principio de que en la duda debe
estarse por la apelabilidad y, convengamos en que no parece dudoso –para decirlo de
Y tal situación se agrava cuando se advierte que se considera a tal premisa como verdadera y
absoluta, sin otorgar alternativa alguna al justiciable para demostrar lo contrario. Ello pues, de acontecer la
ecuación matemática que plantea la norma, el juzgador deberá declarar sin cortapistas inaudible el recurso,
sin antes haber tenido la posibilidad de analizar la legitimidad del reclamo.-
Esta proposición absoluta que presume ilegítima la pretensión deducida solo con base en
fórmulas matemáticas así como la grave sanción impuesta –inaudibilidad del recurso-
transforman al cuarto párrafo del art. 242 del Cpr. en un castigo de naturaleza penal; y lo cierto
es que, como es sabido, en tal supuesto no cabe aplicar la norma retroactivamente (conf. art. 18
CN).-
a.7. Es exacto que profusa doctrina al referirse a la aplicación de la ley procesal en el tiempo,
descarta la alternativa de conceptualizar a las sanciones procesales como de naturaleza penal (Palacio, Lino
Enrique, "Derecho Procesal Civil. T. I, Abeledo Perrot, Bs. As, p. 54, 1990; Morillo-Sosa-Berinzonce, "Códigos
procesales en lo civil y comercial de la Provincia de Buenos Aires y de la Nación, T. I, Ed. Platense S.R.L.,
Abeledo Perrot, 1992, Bs. As., p. 721; Morello, Augusto Mario, "Aplicación inmediata a los juicios pendientes
de las normas procesales que establecen sanciones por la actuación temeraria y maliciosa", J.A., 1968-IV- p.
229; Fassi-Yañez, "Código Procesal Civil y Comercial" T. I, Ed. Astrea, Bs. As., p. 332, 1988; entre otros). Y
también lo es que, como consecuencia de ello, se propone la aplicación inmediata del texto normativo, aun
cuando las infracciones se hubieran configurado con anterioridad a su vigencia. Así fue hecho, por ejemplo,
en oportunidad de ser examinada la sanción por temeridad y malicia prevista en el art. 45 del Cpr.-
No obstante -y por guardar estrecha similitud con las disposiciones del cpr.: 45 introduzco aquí la
cuestión- debo decir que distintos precedentes jurisprudenciales de este Tribunal, tras la sanción del decreto
4777/63 que incorporó el 2do. párrafo del art. 565 del CCom. –que, recuerdo, autoriza la imposición de
intereses doblados a aquella parte que litigue sin razón valedera-, adoptaron la solución contraria. Así, fue
resuelto que no procedía la aplicación de aquella sanción si no tenía vigencia cuando se contestó demanda,
pues su carácter penal impedía su aplicación retroactiva (CNCom., Sala A, "Alonso San Miguel, Manuel c/
Fénix del Rio de la Plata, Cia. de Seguros, del 26.04.1965, idem, Sala B, "Garrido e Hijos c. Elmech, Gronner
y otros", del 19.05.65; idem., Sala C, "Banco de Galicia y Buenos Aires, c/ Salvattore y Blanco, soc. col", del
19.03.1965).-
a.8. Ahora bien.-
Sin perjuicio de no desconocer que la doctrina ha sido renuente en considerar que las multas y/o
castigos procesales revisten naturaleza penal; estoy firmemente convencida de que la sanción prevista en el
4to. párrafo del art. 242 tiene tal carácter.-
Me dedicaré en los párrafos siguientes a sustentar mi posición.-
La CSJN en los autos "Bemberg Federico O. c. Provincia de Buenos Aires y otra" del 1.07.1960
(Fallos: 247-225; LL 104, p. 189) analizó la cuestión referida a la naturaleza que correspondía otorgar a las
sanciones creadas por normas de derecho público, administrativo, financiero y policial, entre otras.-
En lo principal, recordando otros precedentes, dijo que hubo: "declarado, de manera uniforme, que
deben estimarse penales las multas aplicables a los infractores cuando ellas, en vez de poseer carácter
retributivo del posible daño causado, tienden a prevenir la violación de las pertinentes disposiciones legales"
(conf. considerando 13). Agregó allí también que tal pauta o generalización debía considerarse como vía de
principio -no abarcativa de todos los supuestos posibles- con virtualidad para interpretar otros casos a partir
de aquél.-
Puntualizó que, para el supuesto particular que analizaba (fijación de una multa impositiva por
evasión prevista en el art. 29 de la ley 4350), la sanción revestía carácter penal, pues también allí se
presentaba –en lo que aquí interesa destacar-: i) desproporción entre el monto de la multa prescripta y el
perjuicio que podría imputarse al contribuyente infractor; lo cual, en principio, inducía a rechazar el carácter
retributivo, ii) imputación a los recurrentes de haber cometido actos tipificados como delitos y, iii) el hecho
de que algunas leyes involucraran al mismo tiempo una sanción de carácter inequívocamente retributivo con
otra de matiz penal o represivo.-
Ahora bien. Analizada la previsión del cuarto párrafo del art. 242 del Cpr. bajo los parámetros
establecidos por la CSJN, puedo concluir, como adelanté, que ella reviste neto corte punitivo. Ello pues:
algún modo- que el art. 244 del Código incluye dentro de ese concepto totalizador, las
que fueren inferiores al mínimo comprendido en el artículo 24227.
i) Conclusiones
El legislador ha dado nuevas muestras de que pretende sacar normas poco claras y
sin un debido examen. Ello ha de motivar numerosos fallos que han de perder el
tiempo en determinar si una resolución es o no apelable, tiempo que deberían utilizar
en controlar la decisión del inferior.
Toda restricción debe interpretarse con criterio restrictivo y garantizar al ciudadano
el doble conforme que, a nuestro juicio, es una garantía del debido proceso y de los
pactos que firmamos.
a. No presenta carácter retributivo, nota principal que fijó la Corte y que contienen las sanciones no
penales. Adviértase que el legislador previó que, frente al supuesto de que la sentencia condene al pago de
un porcentual menor al 20% del monto reclamado, sería inapelable. En este sentido, no existe un monto
establecido (ni a establecerse) que deba desembolsar la parte que se hallare incursa en tal supuesto legal;
hecho que quita la posibilidad de calificar a la sanción como retributiva.-
b. Tiene por finalidad prevenir la violación de disposiciones legales. Véase que, tal como
señalé, el objetivo de la norma fue evitar que a través de reclamos de montos injustificadamente
elevados y recurriendo a este artilugio, pueda sortearse el límite del recurso de $20.000.-
c. Existe desproporción entre el monto de la sanción prevista por la ley y el perjuicio que podría
irrogarse. Así, obsérvese lo gravoso de la sanción impuesta -imposibilidad de recurrir a la Alzada-.-
d. Hay una imputación de comisión de un ilícito. Como ya dije, la premisa implícita que sirve de
antecedente a la aplicación del art. 242 del Cpr. es que el actor obró antijurídicamente pues abultó
ilegítimamente su reclamo para sortear el límite económico que le permite recurrir ante la Alzada.-
e. Existe cierto articulado en el código procesal que involucra al mismo tiempo un apercibimiento de
carácter inequívocamente retributivo. Así, obsérvese que la situación fáctica que se plantea en el cuarto
párrafo del art. 242 se encuentra también regulada en el art. 72 del Cpr. al imponer las costas al actor aun
cuando resultare ganador. Tal imposición importa un apercibimiento de naturaleza retributiva pues, en
definitiva, deberá soportar de su propio peculio los gastos causídicos.-
a.9. En definitiva, teniendo en cuenta que la sanción prevista en el cuarto párrafo del art.
242 del Cpr. tiene naturaleza penal, corresponde aplicar los principios que rigen tal rama del
derecho; y descartar, en este supuesto particular, la aplicación inmediata de la ley procesal.-
Cierto es que la jurisprudencia de esta Sala sostiene –y lo suscribo- que la aplicación de la ley
26.536 alcanza a los procesos en trámite, siempre que ello no importe afectar la validez de los actos
procesales cumplidos y que no hubieran quedado firmes bajo la vigencia de la ley anterior (Conf. Lino E.
Palacio "Derecho Procesal Civil, T° I pág. 50, Bs. As. Edit. Abeledo Perrot, 2° Edic. 1990; CSJN Fallos
249:256; 288:407; 302:263). Y también es exacto que tal criterio interpretativo, por otra parte, ha sido
sostenido por la totalidad de las Salas de esta Cámara (Conf. Sala A, 25.2.10 "García Puigrredon Jorge
Miguel c/Prodytec SA s/ord. s/queja"; Sala B, 17.6.2010, "Banco Itaú Argentina SA c/Lorenz Jorge J. s/ejec.
s/queja"; Sala C, 27.4.10, "Landini Nora Lidia c/Endemol Argentina SA s/ord. s/queja"; Sala D, 26.2.10,
"Banco Supervielle SA c/Castro Matías s/ejec.", Sala E, 23.12.09, "Laico Gabriel c/Bulacio, José Alberto y
otros s/ejec. s/queja", Sala F, 2.2.10, "Banco del Buen Ayre SA c/Introcaso Oscar Antonio y otro s/ejecutivo
s/queja"; íd. 18.2.10, "Productos Financieros SA c/Castillo Fernando Mauricio s/ejec.").-
Sin embargo, no es menos cierto que tales precedentes fueron dictados en el marco de procesos en donde lo
cuestionado era la vigencia del nuevo límite económico del recurso fijado en $20.000; y que ninguno de ellos
está referido a la aplicación del cuarto párrafo del art. 242 del Cpr. objeto aquí de tratamiento.-
a.10. El art. 18 de la CN establece que: "Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio
previo fundado en ley anterior al hecho del proceso, ni juzgado por comisiones especiales, o sacado de los
jueces designados por la ley antes del hecho de la causa. Nadie puede ser obligado a declarar contra si
mismo; ni arrestado sino en virtud de orden escrita de autoridad competente. Es inviolable la defensa en
juicio de la persona y de los derechos…".-
Como es sabido, este artículo consagra la irretroactividad de la ley penal, al decir que nadie puede
ser penado sin "ley anterior al hecho del proceso" ("nullum crimen nulla poena sine lege").-
En este sentido, una ley será retroactiva cuando tiene por efecto convertir en delito una conducta
que no lo era en el momento de ser ejecutada (conf. Ekmekdjian, Miguel Ángel, "Tratado de Derecho
Constitucional", T. II, Bs.As, Ed. Depalma, p. 235, 2001).-
Trasladados estos conceptos al "sub lite", debo decir que si se desestimara el recurso de la actora
recurriendo al cuarto párrafo del art. 242 del Cpr., importaría ello una aplicación retroactiva de una sanción
procesal que, como concluí "supra", tiene naturaleza penal; lo cual no puede ser convalidado.-
Obsérvese, en efecto, que el actor inició demanda el 22.03.06, razón por la cual la conducta
sancionada –elevación injustificada del monto de demanda- tuvo lugar con anterioridad a la vigencia de la
nueva ley. Así pues es en el instante en que se presenta la demanda cuando se cuantifica el reclamo –
recuérdese que el art. 242 del Cpr. entró en vigencia el 5/12/09, conf. art. 2° Cód. Civil-.-
Si la Revolución francesa estableció este doble conforme como una garantía mas, no
vamos a atrasar el reloj de la historia antes del año 1789.
En la provincia de Buenos Aires no existe esta limitación. En Tierra del Fuego existe,
por el contrario, una limitación similar28.
En síntesis, no corresponde aplicar al supuesto de autos la sanción prevista en el cuarto párrafo del art. 242
del Cpr. en razón de haber ocurrido los hechos que regula con anterioridad a su entrada en vigencia.-
a.11. Sobre tales bases y a los fines de establecer la audibilidad del recurso deberá estarse al
monto cuestionado en último término, de acuerdo a los nuevos límites económicos dispuestos por la ley
26.536.-
Así las cosas, el recurso de apelación ha sido interpuesto el 10.07.10 (v. cargo de fs. 538), el "a-
quo" hizo lugar a la demanda por $15.000 y el capital reclamado originariamente es de $ 261.375,80. En tal
sentido, el monto cuestionado en último término excede la suma prevista por el actual art. 242 del Código
Procesal; en consecuencia, es admisible la vía recursiva (Reg. 10.647/2006; Causa 051257 - “Quiroga
Noemi Ester c/Liderar Compañía General de Seguros S.A. s/ordinario” – CNCOM - SALA F – 12/12/2011
elDial.com - AA7361). A nuestro juicio la cuestión ha sido desinterpretada y es muy clara, dentro de la
obscuridad del texto normativo, si la sentencia otorga un 20 % menos –o más de ese porcentaje-
será inapelable si es inferior la sentencia a $ 50.000. Juegan los dos topes o límites. Y siendo tan
clara esta solución no puede desconocerse el artículo 3º del CC y decirse que la norma procesal,
que en realidad es penal, no puede ser retroactiva (por ser de naturaleza sancionatoria). No se ha
establecido esta norma como sanción y así debe ser interpretada, pues es lógico que si la
diferencia entre lo reclamado y lo otorgado es inferior al límite o, incluso, la diferencia, que es mi
real reclamo, no pasa de $ 50.000 la resolución es inapelable. Como intérprete debemos recurrir
a la muy aceitada jurisprudencia de la SCBA que viene lidiando con el valor del litigio desde hace
muchísimo tiempo, pues es una restricción permanente al recurso de inaplicabilidad de la ley .
26
Antes de la sanción del nuevo texto se había dicho que, prevalece la regla del artículo 244 CPCC, apartado
2, en cuanto dispone que “toda regulación de honorarios será apelable” sobre el límite pecuniario de
apelabilidad que establece el artículo 242,punto 3°, apartado 2° del CPCC (ALPARGATAS SA C/ QUILQUILLEN
SA S/ SUM. (LL 16.2.2000, F' 99844) CAMARA COMERCIAL EN PLENO, 13/12/1999 elDial.com - AG2E0).
27
Jorge L. Kielmanovich, Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, comentado y anotado, tercera
edición ampliada y actualizada, Lesis Nexis, Abeledo Perrot, Buenos Aires, año 2.006, Tomo I, página 461,
comentario al artículo 244 CPCCN.
28
272.2. Contra las sentencias interlocutorias que causen gravamen irreparable, excepto las dictadas en el
curso de una instancia cuya sentencia definitiva no es apelable y las dictadas en el curso de un incidente. La
apelación contra las referidas sentencias interlocutorias podrá ser subsidiara del recurso de reposición,
debiéndose deducir ambos recursos de manera conjunta y dentro del plazo para apelar o en la propia
audiencia, según los casos. No obstante, se haya o no deducido recurso de reposición, el Tribunal podrá
siempre revocar, por contrario imperio, la providencia interlocutoria apelada. Serán inapelables las
sentencias definitivas y las demás resoluciones cualquiera fuere su naturaleza, cuando el valor
cuestionado en la alzada no exceda de la suma equivalente a sesenta y dos (62) veces el importe
de la tasa de justicia para juicios de monto indeterminado, vigente a la fecha de su aplicación.
Esta disposición no será aplicable a las regulaciones de honorarios, a los procesos de alimentos y
en los que se pretenda el desalojo de inmuebles o en aquéllos donde se discuta la aplicación de
sanciones procesales, y respecto del trabajador en el juicio laboral.
M. Admisibilidad del recurso de apelación interpuesto en subsidio
Uno de los requisitos formales para interponer el recurso de apelación, tal vez el
más importante es el plazo para impetrar el mismo.
29
ARTÍCULO 32.- Vencido el término de prueba de inmediato se convocará a las partes a una audiencia para
que expongan lo que estimen conveniente y se oiga a los peritos las explicaciones que les pidan el Juez y las
partes, audiencia que se celebrará con los que concurran labrándose acta. El perito que no concurriere
perderá los derechos a percibir honorarios. El juez indefectiblemente fallará dentro de los cinco (5) días
subsiguientes, pronunciándose sobre las defensas alegadas y, conjuntamente sobre el fondo del asunto. La
sentencia deberá ser notificada obligatoriamente en el plazo de cuarenta y ocho (48) horas y las
partes podrán apelar dentro de los tres (3) días posteriores, recursos que se concederá en
relación.
30
ARTÍCULO 13.- Cuando se hubieren opuesto excepciones legítimas o se hubiere rechazado total o
parcialmente la acción, podrán interponerse contra la sentencia en forma fundada y dentro de los
cinco (5) días de notificados personalmente o por cédula, recurso de apelación. La actora podrá
apelar siempre que no se acogiera en forma íntegra su pretensión. El demandado que no se hubiera
presentado quedará notificado ministerio ley en los estrados del juzgado de la sentencia de trance y remate
así como de todas las resoluciones que a posteriori se dicten en la causa.
31
Artículo 15. — Sólo serán apelables la sentencia definitiva, la s resoluciones previstas en el artículo 3º y
las que dispongan medidas de no innovar o la suspensión de los efectos del acto impugnado. El recurso
deberá interponerse dentro de 48 horas de notificada la resolución impugnada y será fundado,
debiendo denegarse o concederse en ambos efectos dentro de las 48 horas. En este último caso se
elevará el expediente al respectivo Tribunal de Alzada dentro de las 24 horas de ser concedido. En caso de
que fuera denegado, entenderá dicho Tribunal en el recurso directo que deberá articularse dentro de las 24
horas de ser notificada la denegatoria, debiendo dictarse sentencia dentro del tercer día.
que el plazo para apelar es de tres días (para la queja por denegación de la
apelación un día) y la apelación debe ser fundada 32. Sólo son apelables la
sentencia definitiva, el auto que rechaza in límine la demanda y las medidas
cautelares33.
b) La apelación no se funda
El recurso de apelación no se funda al interponerlo, esto es una regla de oro. Si
quién apela intenta fundarlo, debe desglosarse la fundamentación y anotarse el
recurso que se ha interpuesto. Esto es muy importante, el recurso debe concederse
igualmente, lo que se devuelve es la fundamentación.
Dice el segundo párrafo del artículo 245 del CPCCN y CPCCBA que el apelante
deberá limitarse a la mera interposición del recurso y si esta regla fuere infringida se
demandará devolver el escrito, previa anotación que el secretario o el oficial primero
pondrá en el expediente, con indicación de la fecha de interposición del recurso y del
domicilio que se hubiese constituido, en su caso.
Sin embargo, estos conceptos no pueden interpretarse de un modo formal; si la
apelación se funda, infringiendo la regla, y el juez a-quo no desglosa el memorial la
Cámara debe conocer el recurso, debiéndoselo tener por fundado.
32
ARTICULO 17: El apelante deberá interponer y fundar el recurso en el plazo de tres (3) días ante
el Juez que hubiere dictado la decisión apelada. El Juez resolverá sobre la concesión del recurso en el
día. Concedido el mismo, lo hará con efecto devolutivo. Con carácter excepcional y fundadamente,
atendiendo a las características particulares del caso, podrá concederlo con efecto suspensivo. El recurso se
sustanciará con un traslado a la contraparte por el término de tres (3) días; contestado el mismo o vencido
el plazo para hacerlo, el Juez deberá remitir las actuaciones a la Alzada en igual plazo. El Tribunal de Alzada
deberá expedirse dentro de un plazo de tres (3) días de recibido el expediente. En el supuesto de que el
Juez denegase la apelación, podrá interponerse una queja o recurso directo ante la alzada en el
plazo un (1) día de ser notificada la denegatoria, debiendo dictarse sentencia dentro de los tres
(3) días.
33
ARTICULO 16: Serán apelables las resoluciones que:
1- Rechacen la acción por su manifiesta inadmisibilidad;
2- Las referentes a medidas cautelares;
3- La sentencia definitiva.
A este respecto se ha dicho que si bien es cierto que el recurso de apelación debe
interponerse sin fundamentación, la expresión por adelantado de los motivos de la
impugnación no comportan en definitiva, otra cosa que la renuncia a un
beneficio -temporal- que la ley otorga. Si el apelante funda el recurso en el
mismo escrito en que lo promueve y el juzgado, en lugar de devolverlo, da
curso a la apelación, ésta última debe ser considerada fundada (CNCiv., Sala F,
junio 21 de 1996, “V., S.M. c. D. de V., M.”, La Ley 1997-A-371, J. Agrup., caso
11.223, DJ, 1996-2-1250).
La reforma de la ley 25.488 ha suprimido el juicio sumario (derogó los artículos 486
a 497) por lo que no cabe, ahora, tratar las restricciones de un proceso inexistente,
salvo alguna mención para la provincia de Buenos Aires donde subsisten (Ver texto del
artículo 494 del CPCCBA, similar al derogado de la Nación)..
En los juicios sumarísimos, dispone el articulo 498, inc. 6 del CPCCN, texto según
ley 25.488, que sólo serán apelables la sentencia definitiva y las providencias
que decreten o denieguen medidas precautorias. La apelación se concederá
en relación, con efecto devolutivo, salvo cuando el cumplimiento de la
sentencia pudiere ocasionar un perjuicio irreparable en cuyo caso se otorgará
en efecto suspensivo. El artículo 496, inciso 4, del CPCCBA tiene un texto similar con
la diferencia que no está la salvedad en cuanto al efecto devolutivo. No es apelable en
provincia de Buenos Aires la providencia que deniega una medida cautelar.
Libremente
Modos
o Formas Con efecto inmediato
Relación
Con efecto diferido
A. Apelación libre
En la Nación solamente en un caso se concede el recurso de apelación libremente y
es cuando se apela la sentencia definitiva en los juicios ordinarios (el juicio
sumario fue suprimido por la reforma de la ley 25.488. En la provincia de Buenos
Aires, en cambio, se conceden libremente las apelaciones de sentencias definitivas en
los juicios ordinarios y sumarios. En todos los demás casos la apelación se concede en
relación y cuando la ley así lo dispone en relación y en efecto diferido.
A este respecto el artículo 243 del CPCCN dice que el recurso de apelación será
concedido libremente o en relación, y en uno u otro caso, en efecto
suspensivo o devolutivo. El recurso contra la sentencia definitiva en el juicio
ordinario y en el sumario (debe entenderse como no escrito pues la reforma
de la ley 25.488 lo suprimió; argumento artículo 319 en su nueva redacción)
será concedido libremente. En los demás casos, sólo en relación. Procederá
siempre en efecto suspensivo, a menos que la ley disponga que lo sea en
efecto devolutivo. Los recursos concedidos en relación lo serán, asimismo, en
efecto diferido, cuando la ley así lo disponga. El artículo 243 del CPCCBA tiene
una redacción igual.
En la apelación libre se dan las siguientes notas:
- Se funda en segunda instancia, con la presentación de un escrito que se
denomina expresión de agravios, que es la demanda de segunda instancia.
- Puede limitadamente replantearse prueba denegada o respecto de la cuál
medió declaración de negligencia.
- Pueden presentarse nuevos documentos.
- Puede pedirse prueba de confesión.
- Hay carga de fundar las apelaciones diferidas.
- Puede pedirse apertura a prueba en segunda instancia cuando mediaren
hechos nuevos o cuando se replanteare prueba.
El desarrollo de estos temas se verá cuando se examine el procedimiento en
segunda instancia.
B. Apelación en relación
Relación viene de relator y éste era quien le contaba a los Oidores en las Audiencias
el resumen de la causa, para que estos decidieran de inmediato. Este secretario de
audiencias dejó la impronta que dio nombre a este modo de concesión del recurso.
Decía Alsina que la palabra relación tiene su origen en los relatores, que también
existieron en nuestro país (Véanse la Ordenanza de la Real Audiencia de Buenos Aires;
la ley 24, tít. 17, lib. 2 de la Nueva Recop. y la ley nº 4, tít. 22, libro 2 y ley nº 22, tít.
8, libro 2, de la Recopilación de Indias). Decía Ibáñez Frocham que el instituto ha sido
tomado de la legislación de Indias. No lo tienen las legislaciones europeas. La
expresión “en relación” carece hoy de sentido: es la historia la que lo ilustra: el
secretario iba ante el superior, según las leyes de Indias, a hacer la relación del
expediente. Hoy no existen relatores y va al Superior el expediente mismo o la parte
necesaria de él.
La apelación en relación, limitada, restringida o abreviada tiene como
característica que se funda en primera instancia, con el memorial, llega a la alzada
para resolver y no puede abrirse a prueba ni articularse hechos nuevos.
C. Apelación en relación y con efecto diferido
a) Costas y honorarios
Las apelaciones en materia de costas y honorarios en los incidentes es diferida. Esto
surge del artículo 69 del CPCCN y del CPCCBA Dice la parte pertinente de la norma que
toda apelación sobre imposición de costas y regulación de honorarios se
concederá en efecto diferido, salvo cuando el expediente deba ser remitido a
la Cámara como consecuencia del recurso deducido por alguna de las partes
contra la resolución que decidió el incidente.
V. Conclusiones
Dado lo expuesto el efecto natural de la concesión del recurso de apelación es la
suspensión de los efectos de la sentencia recurrida. Esto en buen romance importa
decir que la sentencia no se cumple ni se ejecuta.
b) Efectos y su clasificación
Como existen sentencias que se ejecutan resulta que hay dos efectos, el suspensivo
cuando la sentencia no se ejecuta y el no suspensivo cuando la sentencia se ejecuta.
Sintetizando existe un sólo efecto el suspensivo que puede darse o no darse.
A la no suspensión del recurso la doctrina la ha llamado efecto devolutivo, aunque
esto nada signifique. En base a ello se habla de efectos devolutivo y suspensivo. Con
ello tenemos la siguiente clasificación:
Devolutivo
a) Medidas cautelares
Las apelaciones son en efecto devolutivo, conforme al artículo 198 del CPCCN y
CPCCBA, cuando la medida cautelar es concedida. Ello porque no se puede suspender
el cumplimiento de la medida que tiene justamente por fin asegurar el
resultado del juicio.
b) Juicio de alimentos
Dice el artículo 647 del CPCCN que la sentencia que deniegue los alimentos
será apelable en ambos efectos. Si los admitiere, el recurso se concederá en
efecto devolutivo. En este último supuesto, una vez deducida la apelación, se
expedirá testimonio de la sentencia, el que se reservará en el juzgado para su
ejecución, remitiéndose inmediatamente las actuaciones a la Cámara. El
artículo 644 del CPCCBA tiene un texto similar.
Es decir que si los alimentos son concedidos la apelación es devolutiva, no se
suspende el cumplimiento de la misma dada la naturaleza de la obligación alimentaria
y los daños que se derivarían de su incumplimiento.
c) Ejecuciones
Tanto en la ejecución de sentencia (artículos 509 del CPCCN y 507 del CPCCBA)
como en el juicio ejecutivo (artículo 555 del CPCCN y artículo 553 del CPCCBA) el
ejecutante podría ejecutar su sentencia de venta o de remate favorable siempre y
cuando diere fianza de responder para el caso que la sentencia sea revocada.
d) Juicio sumarísimo
La apelación contra la sentencia definitiva se concede en efecto devolutivo, salvo
que la ejecución de la sentencia pudiera causar un gravamen irreparable (artículo 498,
inc. 6, CPCCN, texto según ley de reformas 25.488; artículo 496, inc. 4 del CPCCBA
con variantes ya que no hace la salvedad del gravamen irreparable).
C. Efecto suspensivo
D. Constitución de domicilio
F. Sellados e impuestos
Conforme al artículo 252 del CPCCN y CPCCBA la falta de pago del impuesto o
sellado de justicia no impedirá en ningún caso la concesión o trámite del
recurso.
Dicen Fenochietto-Arazi que durante el régimen del Código de Procedimiento
derogado, y por disponerlo así las leyes fiscales que gravaban el recurso de apelación
con una tasa especial, se producían innumerables inconvenientes de índole práctica.
Algunas de ellas constituían verdaderas malicias procesales, pues al recurrirse por vía de
apelación y no oblar el sellado de ley, se paralizaba el trámite judicial. Este es el origen
de la norma comentada, que ha tenido la bondad de finiquitar las incidencias referidas.
Creemos que esta norma debe terminar, también con el tema de las intimaciones por
jus previsional o por bonos. Si el jus previsional no es pagado por el profesional, este
hecho no puede importar la pérdida de derechos del justiciable y lo único que puede
hacerse es comunicar a la Caja ó Colegio profesional de tal circunstancia. Si ya es
dudoso de por sí la constitucionalidad de un jus previsional, mucho más dudoso es
limitar derechos procesales o cercernarlos, violando el debido proceso de derecho, por la
circunstancia de que el letrado no cumpla con el anticipo previsional.
11. El procedimiento del recurso en relación
A. Concesión
Dispone el artículo 246 del CPCCN (mismo artículo CPCCBA) que del escrito que
se presente (memorial) se dará traslado a la otra parte por el mismo plazo.
El procedimiento continúa con la substanciación y el traslado también es por
ministerio de la ley. Claro está que la carga de contestar el memorial no trae graves
consecuencias, salvo la eventualidad de no generar costas a nuestro favor.
En el ejemplo que venimos dando: El día viernes 19 de junio de 2.015 se presenta
el memorial. Con la misma fecha (en realidad la providencia no requiere mucha
elaboración) se dicta la siguiente providencia:
“Buenos Aires, 19 de junio de 2.015. Traslado. Firmado Secretario (artículo 38, inc.
3 del CPCCN)”.
Como el día viernes 19 es día de notificación no puede notificarse en ese día una
providencia dictada durante el día. Debe notificarse el próximo día de notificación es
decir el día martes 23 de junio de 2.015. Empieza a correr el plazo a partir del día
miércoles 24 de junio (primer día), discurre por el jueves 25, viernes 26, se detiene los
días sábado 27 y domingo 28 de junio, se reanuda el lunes 29 de junio y culmina el
martes 30 de junio (cinco días normales); aún el queda a la parte, para contestar el
traslado las dos primeras horas del día 1° de julio de 2.015 (hasta las 9.30 horas; en
provincia de Buenos Aires hasta las 12 horas).
La contestación del memorial es sencilla ya que el litigante tiene que sostener la
resolución atacada y para ello tiene los argumentos del juez de grado, los que tratará
de ampliar y mejorar, si es ello posible. La réplica se limita a contestar punto por
punto los ataques del apelante.
Tal como lo indicáramos el incumplimiento de esta carga no genera otra
consecuencia que la pérdida de un derecho que se ha dejado de usar.
El artículo 251 del CPCCN y CPCCBA establece un plazo de cinco días para elevar el
expediente a la Cámara, desde que se contesta el traslado del memorial o desde que
haya vencido el plazo para hacerlo. La norma también dice que la elevación se hará
mediante constancia y bajo la responsabilidad del oficial primero.
Esto ha generado muchas dudas. Como la instancia comienza con la concesión del
recurso de apelación, a partir de dicho momento empiezan a correr los términos para
una eventual caducidad de segunda instancia. En la provincia de Buenos Aires, al tener
que realizarse la intimación previa, como vimos (aunque sea por única vez), el
problema ya ha sido superado, en realidad la caducidad de instancia
prácticamente no existe. En la Nación el problema subsiste.
Estos interrogantes ya los hemos resuelto, con anterioridad (nos remitimos al
Capítulo sobre Modos anormales de terminación del proceso). Sin embargo pueden
plantearse varias cuestiones: La primera que el expediente no esté en condiciones de
elevarse, porque falta notificar a todas las partes, abogados y peritos; la segunda que
sí esté en condiciones de elevarse. A nuestro juicio, en el primer caso, puede operarse
la caducidad de instancia. En el segundo no es posible por la obligación que tiene el
oficial primero de elevar la causa al Superior.
De cualquier modo nosotros aconsejamos pedir siempre la elevación a Cámara en
tiempo propio. Lo que abunda no daña. A pesar de que el expediente se esté revisando
para elevarlo.
En cuanto a la objeción sobre el modo de concesión (si debió ser libre en vez de en
relación o viceversa; o si debió ser en relación con efecto diferido o inmediato) o sobre
los efectos (si debió ser devolutivo en vez de suspensivo o viceversa) ya hemos
opinado con anterioridad.
Sin embargo debemos destacar, lo que es de suma utilidad, que las “pifias” en esta
materia pueden ser fatales. Supongamos que un recurso deba ser concedido
libremente (apelación de sentencia definitiva en juicio ordinario) y es concedido, por
error, en relación. El litigante tiene vías para cuestionar dicho modo de concesión.
Siempre se critica a los autores de doctrina que no se diga cuáles son esas vías. En
razón de ello y a fuer de ser repetitivos hemos de insistir en los caminos para llegar a
rectificar el error.
Una de las vías es pedirle la rectificación o revocatoria al juez, dentro de tercero día
de notificada por ministerio de la ley de la concesión del recurso (artículo 246 del
CPCCN) (ello sin perjuicio de presentar el memorial dentro del quinto día de notificada
por ministerio de la ley, la concesión del recurso de apelación), y la otra vía es solicitar
a la Cámara el cambio del modo (artículo 276 del CPCCN ó 271 del CPCCBA). Sin
perjuicio de ello cabe destacar dos aspectos, referidos a esta última vía, el primero es
que debe presentarse el memorial inexorablemente (con la cuestión del modo y
la fundamentación del resto) en primera instancia y plantear en dicho
memorial la cuestión y luego reiterar en Cámara dentro de tercero día de
radicada la causa la resolución de esa cuestión previa. El recurso de queja no
sirve para modificar el modo de concesión.