Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
RECURSOS PROCESALES
(Artos. 458 - 502; 2002; 2045; 2102 Pr.)
a) Conceptos generales
b) Naturaleza jurídica de las sentencias sujetas a recursos
c) Clasificación de los Recursos: tradicional y moderna
d) Clasificación conforme el Derecho Positivo Nicaragüense
e) Remedios en el Derecho Comparado
f) Principios rectores en materia de Recursos
a) Conceptos Generales
CLASIFICACIÓN CONFORME EL
SISTEMA POSITIVO NICARAGÜENSE
UNIDAD XLV
APELACIÓN
(Artos. 458 - 502; 2002 - 2045 Pr)
Concepto
Clases de resoluciones apelables
Fases del Recurso de Apelación
Término para apelar
Forma de apelar
Interrupción del término para apelar
Apelaciones de trámite especial
Efectos en el recurso de apelación
Reglas sobre la admisión
Facultades del Juez- aquo
Casos de deserción en apelación
Derechos de las partes ante el Tribunal de Apelación
Recurso de hecho: concepto, piezas que debe contener el testimonio,
autonomía del recurso de hecho, facultades de la Sala ante el Recurso de
Hecho.
Apelación de Tercero
ñ) Actuaciones de la Sala ante Recursos improcedentes
Tramitación de la Apelación de Sentencias Definitivas en Juicios Ordinarios,
Sumarios y algunos especiales.
Tramitación de la Apelación en Incidente, Jurisdicción Voluntaria, Juicio
Ejecutivo, y algunos especiales.
Posibilidades de apertura a pruebas en segunda instancia
LA APELACIÓN
Concepto
La apelación es un acto procesal de impugnación de la parte o de un
tercero con derecho a apelar que frente a una resolución impugnable y
perjudicial (porque no le otorga la tutela jurídica o se la otorga de manera
insuficiente) dictada por un Juez o Tribunal de primera instancia, pide la
actuación de la ley a su favor, para que tal tutela se le brinde por un
Tribunal Superior en grado que conocerá de la misma controversia con
amplitud jurisdiccional.
Al Tribunal o Juez inferior se le llama A-Quo, al Tribunal o Juez superior
se le llama Ad-Quem.
CLASES DE RESOLUCIONES
SUSCEPTIBLES DE APELACIÓN
1o. Las sentencias definitivas, las interlocutorias, ambas de primera
instancia y;
2o. Los autos de ordenamiento o mera tramitación excepcionalmente
cuando:
Alteren la substanciación,
Recaen sobre trámites que no están expresamente ordenados por la ley
y;
Den indebida intervención a una o más personas extrañas al juicio o
incidente. (Artos. 458 y 459 Pr.)
FASES QUE ATRAVIESA LA APELACIÓN
Fases que se dan ante el juez a-quo, en nuestro sistema de mayor
cuantía: Juez Civil de Distrito:
1. Interposición
2. Admisión
Fases que se dan ante el juez ad-quem o tribunal de alzada, en nuestro
sistema de mayor cuantía: Tribunal de Apelaciones (Sala de lo Civil donde
están organizados en Salas):
1. SUSTANCIACIÓN
2. RESOLUCIÓN
FORMA DE APELAR
PARA EL APELANTE:
Tiene derecho a pedir en su escrito de mejora, dentro del término del
emplazamiento, a que el recurso que le fue admitido en un solo efecto,
se le admita en ambos.
La intención es evitar una ejecución provisional, eliminando la
competencia del Juez A-Quo.
Este pedimento se resuelve sin trámite alguno y;
Pedir en su escrito de expresión de agravios que se abra a pruebas la segunda
instancia.
PARA EL APELADO:
Pedir que el recurso admitido en ambos efectos, se declare admitido en uno
sólo, a fin de poder dejarle la competencia al Juez a-quo para poder
promover la ejecución provisional del fallo y;
Pedir en su escrito de contestación de agravios apertura a pruebas en
segunda instancia.
Cuando el Tribunal rechaza los incidentes de cambio de efecto, impone
las costas al promotor, pues son de mero derecho. (Arto. 473 y 2023
Pr.)
1. Presentarse con dos escritos del mismo contenido o tenor (dos tantos)
ante un Alcalde Municipal propietario o suplente, o un Regidor Municipal,
o bien un Notario, para que tales personajes entreguen un tanto, al Juez,
y el otro se entregue al apelante de hecho con razón de la hora, día,
hora, mes y año de la entrega al Juez, para que el apelante de hecho
pueda concurrir con tal tanto ante el Tribunal de Apelaciones exponiendo
todo lo actuado.
2. Si aún tales caminos alternativos fuesen muy difíciles por cualquier
causa, puede el apelante de hecho ir directamente al Superior dentro del
término del emplazamiento después de la negativa del testimonio, a
narrar todo lo acontecido.
En ambos casos el Tribunal ordenará el arrastre por provisión, y se
pronunciará sobre el recurso en los términos que ya dejamos explicados.
Si el apelante entregó el papel sellado al Juez, se castiga a éste por su
actuar indebido imponiéndole las costas, daños y perjuicios.
(Arto. 484 Pr.)
EL RECURSO DE HECHO NO SUSPENDE LA EJECUCIÓN
APELACIÓN RESTRINGIDA
Cuando un fallo contenga varios puntos de decisión, lo cual es típico en
los casos de acumulaciones objetivas o de contrademanda, las partes pueden
limitar sus impugnaciones a puntos concretos de los varios debatidos. Esto se
llama en doctrina apelación restringida y se regula por el artículo 491 Pr.
En tales hipótesis, el Tribunal de Apelaciones sólo puede conocer de esos
puntos apelados. Esto es lógico ya que los otros puntos no atacados pasan en
autoridad de Cosa Juzgada ante su propia firmeza al tenor de los artículos
437 y 439 Pr.
APELACIÓN DE TERCERO
UNIDAD XLVI
DE LA CASACIÓN
(Artos. 2055 -2102 Pr)
Concepto y finalidad
Origen histórico
Clases de Jurisdicción en Casación
Resoluciones susceptibles de Casación
Errores que pueden padecerse por los jueces de instancia
censurables en Casación
Casación en el fondo
Casación en la forma
Casación de laudos arbitrales
Casación en ejecución de sentencias
Sujetos habilitados para recurrir de Casación
Problema del novum en casación
Término para recurrir de casación
Efectos en la admisión del recurso de casación
Órgano de ejecución provisoria del fallo
ñ) Forma de interponer el recurso de casación
Cuando hay que perfeccionar el recurso
Prohibición de casación contra sentencias que declaran
nulidad del proceso
Posibilidades de ampliación de normas infringidas
Ampliación del recurso de la forma al fondo
Casación por el Recurso de Hecho
Fases de la casación
Pluralidad de recursos de ambas partes
Recurso de Casación en interés de la Ley
Concepto y Finalidad
"Es un medio de impugnación, por regla general, de resoluciones
finales; esto es, de las que deciden el fondo de los negocios, dictadas en
apelación, y en algunos casos en única instancia, a fin de que el Tribunal
funcionalmente encargado de su conocimiento verifique un examen de la
aplicación del derecho realizado por el órgano A-Quo, o de la observancia
de determinados requisitos y principios del proceso, que por su
importancia se elevan a la categoría de causales de casación."
Con esta definición se indican las dos especies fundamentales del
recurso de casación conocidas en nuestro derecho:
Cuando sirve para provocar un examen de la labor de interpretación y
aplicación de normas jurídicas que el Tribunal de instancia efectúa
para proferir su fallo, se llama RECURSO DE CASACIÓN POR INFRACCIÓN
DE LEY O DE DOCTRINA LEGAL O DE FONDO y.
Si su fin es obtener la vigilancia de la regularidad de la actuación procesal;
es decir, el cumplimiento de las normas procesales a las que han de
acomodar su conducta los tribunales, la ley le da entonces el nombre
de RECURSO DE CASACIÓN POR QUEBRANTAMIENTO DE LAS FORMAS
ESENCIALES DEL JUICIO O SIMPLEMENTE RECURSO DE CASACIÓN EN LA
FORMA.
Al lado de estas dos manifestaciones del recurso, se regulan por la Ley,
otras dos manifestaciones:
ESPAÑA
Antes de la aceptación de la perfilada institución francesa, al igual que
en otros países de Europa, existieron atisbos partiendo de la querella
sullitatis del derecho común. Tal fue el RECURSO DE INJUSTICIA NOTORIA
(Novísima Recopilación).
La Constitución de Cádiz crea un RECURSO DE NULIDAD, donde parecen
reflejarse las notas de la casación; y más claramente, se advierte la
influencia de ésta, en el recurso creado por el reglamento provisional para
administración de justicia en lo respectivo a la real jurisdicción ordinaria
de 1835.
Anteriormente en 1829 el Código de Comercio había vuelto para un
recurso análogo a la denominación de injusticia notoria, pero con la
especialidad de atribuir al tribunal jurisdicción positiva, para dictar
sentencia de fondo.
Tiene gran importancia el precedente del real decreto del 4 de
noviembre de 1838, en el que se instaura de nuevo EL RECURSO DE
NULIDAD, acomodándose de manera un poco ágil, al estado de la
legislación de la época en Francia. Este decreto es notable por haber
introducido el concepto de Doctrina Legal; esto es, la doctrina establecida
por el Tribunal de Casación en su labor de interpretación.
Nuevas etapas son el real decreto del 20 de Julio de 1852, la instrucción
del Marqués de Gerona para el Recurso de Casación por errores in
iudicando y nueve motivos para el debido a errores in procedendo.
Finalmente como precedente inmediato de la Ley de Enjuiciamiento
Civil es la ley de 28 del Abril de 1878 que se recoge sustancialmente en
ella.
NICARAGUA
En el Código de Procedimiento Civil anterior no existía el recurso de
casación. Solamente había cuatro clases de recursos extraordinarios:
Suplica o suplicación.
De nulidad
Atentado de poder
Queja por retardación de justicia.
Con estos recursos se llegaba a la Corte Suprema de Justicia para que
conociera como instancia, pues entonces había tres instancias en el país.
En el nuevo Código de Procedimiento Civil se incorpora en el año de
1906 a la legislación positiva la CASACIÓN, que aparece definida en el Arto.
2055 Pr., poco después, en el año de 1912; o sea, seis años más tarde se
reforma este artículo y se aclara sin definir cuáles son las sentencias que
son susceptibles de casación, facilitando el problema de interpretación; sin
embargo, la jurisprudencia es aún vacilante en la determinación absoluta
de las sentencias que admiten tal recurso.
CLASES DE JURISDICCIÓN
C.- EN LA CONCLUSIÓN
Se deben a la falta de ilación, al no fluir lógicamente el fallo de la
existencia de las dos premisas.
El Juez acierta en la norma, en los hechos invocados, pero se equivoca
en la resolución la que no es lógica.
CAUSALES DE CASACIÓN
Esta proyección del recurso se regula por el Arto. 2057 Pr. que contiene
DIEZ CAUSALES POR ERRORES IN IUDICANDO, a saber:
Causal 1ª:
Cuando en las sentencias se hayan infringido los preceptos
constitucionales.
La palabra INFRACCIÓN es genérica, y sirve para designar las tres formas
específicas de atentando contra la ley:
1. VIOLACIÓN
2. APLICACIÓN INDEBIDA
3. INTERPRETACIÓN ERRÓNEA
VIOLACIÓN:
Cuando el fallo realiza lo que la ley prohíbe o dejándola de aplicar no
cumple lo que la ley dispone. Puede ser:
INTERPRETACIÓN ERRÓNEA:
Se le asigna a la ley un sentido inadecuado.
APLICACIÓN INDEBIDA:
Cuando el caso por la ley resuelto no está comprendido dentro de sus
disposiciones. (B. J.
16.976)
DOCTRINALMENTE:
A.- Existe VIOLACIÓN en sentido estricto cuando a un supuesto o de hecho
claro no se le aplica la norma o doctrina legal que debería aplicársele.
Ello equivale a desconocer la existencia misma de la norma o de la
doctrina. Trátase al texto de la ley (del Derecho Francés) ej.: admitir
como guardador a un quebrado no rehabilitado.
Causales 3ª y 4ª:
Criticamos al codificador nacional por el error de dividir las infracciones
contra el Principio de congruencia procesal que emanan del Arto. 424 Pr.,
EN DOS CAUSALES, que en la técnica casacional ha dado muchos problemas
a los litigantes, por la forma cerrada que la propia Corte Suprema de
Justicia, da a los alcances de la Causal 3ª, para diferenciarla de la Causal
4ª.
Pensamos que una adecuada reforma que unifique ambas causales sería
una medida saludable para los fines de nomofilaquia que es lo
fundamental, según ya hemos expresado, en el recurso de Casación.
La Causal 3ª dice:
Cuando la sentencia no comprenda los puntos que han sido objeto de
litigio y;
La Causal 4ª expresa:
Cuando el fallo comprenda más de lo pedido por las partes, o no
contenga declaración sobre alguna de las pretensiones oportunamente
deducidas en el pleito.
Sobre estas causales, para su mejor claridad, presentamos estudio de
conjunto, transcribiendo lo que la misma Corte Suprema de Justicia ha
dicho sobre ellas, así:
"Se refiere a la incongruencia propiamente tal (la 3ª se comete por
acción solamente y nunca por omisión), no comprender los puntos que han
sido objeto del litigio al decir de la citada causal 3ª significa pues, no
quedar en silencio sobre uno de los puntos jurídicos del asunto como
pudiera pensarse, sino hacer apreciaciones torcidas o erradas sobre ellos,
en cuanto a personas, cosas, causa de pedir y la vía procesal (o sea sobre
los elementos que integran la pretensión)."
"Hay incongruencia propiamente dicha (Causal 3ª) cuando se resuelven
puntos ajenos al debate." (B. J. 20.589 y 44 de 1966)
"Si la queja consiste en que un punto concreto no fue fallado, la causal
que debe invocarse es la 4ª y nunca la 3ª que se refiere con más propiedad
a la incongruencia propiamente dicha, debiendo estimarse que con base a
esa causal 3ª se hace relación a un vicio que se comete por acción y no por
omisión, pues esto último constituiría un caso omiso en el fallo".
(B. J. 15.879; 16.328; 17.059; 196 de 1966)
"Hay incongruencia propiamente dicha (Causal 3ª) cuando se resuelven
puntos ajenos al debate. Hay exceso cuando se da más de lo pedido, pero
enlazando el exceso con la cuestión litigada; y defecto (OMISO) cuando no
se resolvió en la sentencia alguno o algunos de los puntos que fueron
oportunamente deducidos en el pleito" (Causal 4ª). (B. J. 20.587; 243 de
1965)
"Es forzoso que el defecto llamado de incongruencia a que se refiere
con más propiedad la causal 3ª del Arto. 2057 Pr. no se base
exclusivamente en la falta de relación entre lo resuelto en el fallo y lo
solicitado por el actor en su demanda y las pretensiones deducidas
oportunamente por los litigantes siempre que este vicio se cometa por
acción y no por omisión, pues en este último caso, constituye fallo omiso.
De esta suerte, el fallo será incongruente y no diminuto, cuando por
ejemplo, estime la falta de personalidad de un litigante que no fue
alegada como excepción, o cuando declara con lugar una demanda,
basándose en hechos o fundamentos distintos de los alegados por las
partes; y será excesivo, cuando dé más de lo pedido por el demandante,
siempre que este exceso no sea con relación a los fundamentos, sino al
propio fallo, porque si atañe a los fundamentos el vicio será de
incongruencia, es pues fallo excesivo cuando el tribunal A-Quo mande a
pagar mil pesos habiéndose reclamado sólo cien, o cuando demandando el
interés del seis por ciento anual se mande a pagar el diez, o cuando se
demande como fiador simple se le convierta en solidario".
(B. J. 15.442)
"El vicio de la causal 3ª es extrapetita; los de la causal 4ª, ultrapetita;
excesivo o plus petita, y omiso o citrapetito o diminuto."
(B. J. 20.589; 243 de 1965; 108 de 1973; 32 de 1975); más jurisprudencia sobre
causal 3ª 88 de 1975; 137-145 de 1977; 281 de 1988; Más jurisprudencia sobre
causal 4ª 88 de 1975; 137-145 de 1977; 281 de 1978; 47, 309, 484 de 1982)
Causal 5ª:
Cuando el fallo contenga decisiones contradictorias.
Naturalmente que esto puede ocurrir cuando hay acumulación de
acciones contrarias o excluyentes.
La contradicción debe resultar del texto mismo del POR TANTO, o parte
dispositiva. (B. J. 15.442; 20.471; 251 de 1965; 83 de 1968; 11 y 39 de
1972)
Causal 6ª:
Cuando el fallo sea contrario a la Cosa Juzgada si esta es alegada en
tiempo.
Debe recordarse que esa excepción es mixta o anómala y que puede
hacerse valer como Dilatoria o Perentoria al tenor de los articulo 824, 825
y 826 Pr.
Causal 7ª:
Cuando en la apreciación de las pruebas haya habido error de derecho,
o error de hecho, si este último resulta coadyuvado de documentos o actos
auténticos que demuestren la equivocación evidente del juzgado o
tribunal.
En esta Causal 7ª debe apoyarse toda queja que se refiera a las
apreciaciones de la prueba. (B. J. 16.897). Comprende el error de hecho y
error de derecho.
ERROR DE HECHO:
Consiste en una evidente discrepancia entre el contenido de los autos y
el criterio del juzgador, ya por haber leído lo que el proceso no dice o no
leer lo que dice, y el error debe ser tan evidente y aparecer con toda
claridad, no deducirse por el tribunal, sino del texto mismo del documento
o acto auténtico que se invoca para demostrarlo. Si hay que interpretar o
deducir el error ya no es de hecho, sino de derecho."
(B. J. 16.817; 16.893; 16.908; 16.897; 14.445 y; 432 de 1982)
Existe cuando se tiene por cierto un hecho no comprobado, cuando se
niega su existencia no obstante estar demostrado o cuando se da por cierto
de distinto modo de como lo revela la prueba rendida." (B. J. 117 de
1966)
"Hay que precisar en qué consiste el error y señalar los documentos o
actos auténticos que demuestren la equivocación evidente del tribunal, no
hay necesidad de citar normas infringidas; para el error de derecho sí hay
que citar la disposición legal infringida.". (B. J. 124 de
1966)
El ERROR DE HECHO "Acusa una discrepancia entre el Juez y el
expediente. (B. J. 161 de 1966)
Para que se pueda alegar error de hecho "se necesita una evidente
discrepancia entre lo que dicen los autos y los documentos auténticos y lo
que afirma el tribunal sentenciador por haber leído lo que los autos o
documentos no dicen o no haber leído lo que dicen, pero cuando hay
deducción el error sí existe, ya no es de hecho, sino de derecho."
(B. J. 261 de 1966)
"Al aceptarse como probado un hecho mediante declaraciones de
testigos, que no pueden ser testigos en juicio, se comete error de derecho,
la apreciación de si un testigo es imparcial o idóneo es de hecho".
(B. J. 11.775; 16.913 y; 272 de
1966)
"El error de hecho debe radicar en una equivocación material,
afirmando lo contrario de lo que evidentemente aparece en un documento
o acto auténtico, o que se haga un pronunciamiento en manifiesta
contradicción con ellos." (B. J.
180 de 1973; 178 y 250 de 1988)
ERROR DE DERECHO:
Todo hecho que acuse discrepancia entre el Juez y la ley en la
aplicación de las pruebas. Los errores de hecho y de derecho hay que
alegarlos separadamente.
(B. J. 17.445; 15.785; 16.928; 18.193; 270 de 1962; 158 de 1975; 137 de 1977 y; 5
de 1980)
"Para que un motivo por error de derecho en la apreciación de la prueba
pueda prosperar, es indispensable que las leyes que se citen como
infringidas sean de carácter procesal; esto es, que se refieran al valor,
eficacia o fuerza de los medios probatorios o a la manera que apreciar
estos." (B. J. 299 de 1966)
"El error de derecho es una presunción de mala fe que no admite prueba
en contrario" (B. J. 5558). En esta causal también se ampara el derecho
extranjero.
Más jurisprudencia: (B. J. 15.938; 16.799; 16.934; 15.785; 16.928; 14.878;
15.721; 16.515; 16.897; 15.436; 15.858; 16.817; 16.893; 16.997; 17.445; 18.136;
18.181; 18.173; 18.126; 117, 124, 161, 261, 266, 272 y 2 de 1966; 175 de 1967; 22
de 1967; 248 de 1968; 215 de 1969).
Causal 8ª:
Cuando la contravención consiste en admitir en la sentencia una prueba
que la ley rechaza o en rechazar una prueba que la ley admite. Es un
verdadero error de derecho. Es preciso citar la prueba concreta se admitió
o se negó.
(B. J. 590 de 1946; 15.786; 16.782; 16.784; 16.897; 18.136; 17.999; 18.118 de
1965; 218 y 261 de 1966; 22 de 1967; 200 de 1980; 334 de 1982; 528 de 1983).
Causal 9ª:
Cuando por razón de la materia haya habido abuso, exceso o defecto en
el ejercicio de la jurisdicción, conociendo en asunto que no sea de la
competencia judicial o dejando de conocer cuando hubiere el deber de
hacerlo.
Es un error IN PROCEDENDO, fundado en exceso o defecto en la razón
de materia o competencia funcional o jerárquica, y en razón de la cuantía.
No hay que confundirla con la 1ª causal del 2.058 de forma que se refiera a
la competencia territorial. (B. J. 16.557; 41 de
1965)
Causal 10ª:
Cuando el fallo contenga violación, interpretación errónea o aplicación
indebida de las leyes o doctrinas legales del contrato o testamento
aplicables al caso del pleito.
Es independiente de la Causal 2ª. Es concreta para el caso de contrato o
testamento. No hay que usarla como complementaria.
Comprende la doctrina de la misma Corte Suprema entendiéndose como
jurisprudencia el número razonable de sentencias.
También se incluye el derecho extranjero.
(B. J. 15.782; 16.016; 17.348; 18.657; 19.026; 19.105; 261 de 1966; 39 y 147 de
1968; 263 de 1988)
CASACIÓN EN LA FORMA
(Arto. 2058 Pr.)
Causal 2ª:
Por haber sido pronunciada la Sentencia:
Causal 3ª:
Por haber sido pronunciada por un Tribunal integrado en contravención
a la ley". Esta causal, como la Causal 4ª, se refieren a la defectuosa
constitución del órgano decididor.
La idea del recurso es de impedir que por intervención en la decisión de
Juez o Magistrado, que por motivos legítimos no ofrece a las partes las
garantías necesarias, para que el fallo goce de eficacia.
La Ley Orgánica de Tribunales en sus artículos 71 y siguientes regula esa
integración, y son normas de organización que competen al orden público.
(B. J. 13.653; 14.951; 15.424; 15.516; 16.068; 16.650; 430 de 1964; 130 y 185
de 1965; 129 de 1976.)
Causal 4ª:
Por haber sido pronunciada Sentencia en los tribunales colegiados por:
Menor número de votos o;
Menor número de jueces que el requerido por la ley o;
Con la concurrencia de jueces que no asistieron a la vista de la causa o
viceversa.
La Ley Orgánica de Tribunales en sus precitados Artículos. 71 y
siguientes y sus reformas es la que funda el recurso en relación a esta
causal. (B. J.
283 de 1984)
Causal 5ª:
Por no estar debidamente autorizado el fallo. La figura aquí regulada es
la AUTORIZACIÓN O FIRMA del fallo. La exigencia legal de autenticidad de
la voluntad del órgano está regulada por el Arto. 444 Pr que es la norma a
encasillar. (B. J. 11.883; 207 de 1967; 249 de 1969; 198 de
1976)
Causal 6ª:
Por haberse dictado el fallo por fuerza mayor o cohecho.
El acto de decisión por su esencia debe estar exento de vicios de
consentimiento. El Estado quiere a través de sus jueces y ese querer deber
ser voluntario, sólo sometido a la Ley.
Por eso el artículo. 32 Pr. sanciona con nulidad absoluta los actos
judiciales practicados bajo intimidación o fuerza.
Es en este sentido que debe entenderse la causal. (B. J. 49 de
1968)
Causal 7ª:
Por haberse dictado con omisión o infracción de algún trámite o
diligencia declarados sustanciales por la ley. Nuestra codificación no
explica de manera expresa cuáles son esos trámites, pero los insinúa en los
Artos. 1020 y 2061 Pr.
Para la primera instancia: demanda, emplazamiento, contestación,
prueba en su caso, y sentencia y;
Para la segunda instancia: escritos de expresión y contestación de
agravios, y de réplica y dúplica, en caso de apertura a pruebas.
Esas son las normas que se lesionan, sin perjuicio de las que regulan en
particular cada uno de esos trámites.
(B. J. 16.018; 18.895; 19.195; 20.284; 177 de 1965; 184 de 1966; 69 de 1968; 11
de 1969; 193 de 1971; 16 de 1978; 502 de 1979; 19 de 1980; 469 de 1982; 132 de
1983; 278 de 1985; 241 de 1986)
Causal 8ª:
Por haberse pronunciado con falta absoluta de emplazamiento para la
demanda y por esto el demandado ha quedado sin defensa
A pesar de la regulación amplia de la Causal 7ª en cuanto a trámite
sustancial, en el que obviamente se incluye el emplazamiento como un
presupuesto de validez procesal, el codificador prefirió abrirle causal
especial a la figura, dada su trascendencia en relación con el derecho
constitucional, universal, humano, de defensa.
En verdad un emplazamiento válido es el supuesto fundamental que
abre la puerta de la defensa. (B. J. 141 de 1966; 47 de
1983; 11 de 1987)
Causal 9ª:
Por haberse dado con negativa de prueba siempre que sea necesaria
ésta.
De la simple lectura de la causal parecería referirse el legislador al
término probatorio, más se piensa que esta mente está en la causal 13ª y
que la 9ª se refiere con más propiedad a un medio concreto de prueba
rechazado por el órgano judicial, que conlleve lesión al derecho de
defensa, y lesione naturalmente a la parte.
El artículo. 1083 Pr. regula los supuestos de pertinencia y utilidad que
debe reunir todo medio probatorio de los nominados del sistema. Si hay
rechazo en la primera instancia hay que usar el remedio de reposición y se
desestima hay que reiterar el pedimento de apertura a pruebas y
recepción de la que en concreto no fue admitida ante la sala civil del
tribunal de apelaciones, para tener por adecuadamente preparado el
recurso.
(B. J. 19.401; 20.284; 54 de 1965; 129 de 1976; 284 de 1983; 16 de 1985)
Causal 10ª:
Por haberse dictado con falta de personalidad legítima de los litigantes
o de quien los haya representado.
En esta causal se regula el presupuesto procesal de legitimación para
obrar, tanto activa como pasiva.
Ampara la ilegitimidad de personería, la falta de capacidad procesal, y
la falta de representación legal.
Los Artos. 869, 937, 938 y su reforma contenida en el Decreto 1065
Arto. 4º; 1029; 1030 y; 66 Pr. son las normas que regulan el cumplimiento
de este presupuesto, y las que en su caso deberán ser encasilladas.
(B. J. 18.846; 189 de 1966; 185 de 1976; 304 de 1980)
Causal 11ª:
Por haberse dado sin la citación debida para alguna diligencia de prueba
que haya producido indefensión.
Esta causal proyecta en todo su rigor el principio de Publicidad Procesal
que obliga a publicar a las partes todo acto procesal, y especialmente el
de recepción de medios de convicción.
El artículo. l086 Pr. pena con NULIDAD la falta de citación, que obliga al
tenor del Arto. 177 Pr a esperar las veinticuatro horas posteriores a la
publicidad para dar oportunidad de ataque a la parte contraria, es decir
que use su derecho de defensa para impugnar o tratar de destruir el
alcance del medio propuesto y ordenado recibir.
El requisito medular para la procedencia de la queja en base a esta
causal, es que produzca indefensión.
En materia de testifical la norma complementaria es el artículo. 1322
Pr.
(B. J. 16.018; 143 de 1978; 341 de 1980; 200 de 1983)
Causal 12ª:
Por haberse dictado sin la citación requerida por la ley, cuando esto
cause perjuicio a los litigantes.
En esta causal el codificador alude a la citación para sentencia que
regula el artículo. 1401 Pr. para el proceso ordinario de mayor cuantía.
En las otras categorías procesales no existe esa figura.
Debemos recordar que el complemento fundamental para la
procedencia de la queja es el perjuicio, y eso sólo se puede referir a dos
medios probatorios que escapan al supuesto de oportunidad que regula el
artículo 1086 Pr., y que son: la documental y la confesión, que si fueron
pedidas antes de la citación para el fallo, el órgano decididor debe esperar
su producción para fallar.
Si ya se citó no está obligado a tal espera, y no cabría la queja.
(B. J. 435 de 1964; 30 de 1966; 66 de 1976)
Causal 13ª:
Por falta de recibimiento a pruebas siempre que por esto se ha
producido indefensión.
Como expresamos al hablar de la causal 9ª, la causal 13ª se refiere
concretamente al período, estación o plazo probatorio.
Debemos entender que se está en presencia de un proceso de hecho, en
el que la prueba es fundamental, tanto para la acción como para las
excepciones. Por ello se habla de INDEFENSIÓN, siendo pues, la defensa el
interés jurídicamente protegido.
La norma que exige la apertura a pruebas en general, es el Arto. 1081
Pr. si se niega su procedencia hay que apelar para preparar la casación.
(B. J. 57 de 1964; 50 de 1968; 16 de 1985)
Causal 14ª:
Por haberse dictado sin mostrar a las partes algunos documentos o
piezas de los autos de manera que no hayan podido alegar sobre ellos.
Esta causal hace un enfoque particular sobre documentos, en relación
con la publicidad de los actos de recepción probatoria, y el necesario
acceso que deben tener las partes litigantes a todo el material del pleito.
La defensa exige ese acceso, si se niega y se falla en base a elementos
que no pudieron ser atacados, dejando en indefensión a la parte, la queja
es fundada.
Esto podría darse cuando se manda reservar el proceso, bajo el permiso
de los artículos 1618 y 192 Pr.
Se violenta el artículo. 1086 Pr. en su caso, los artículos. 1126, 1127 y
el 1136 Pr. (B. J. 14 de 1964; 116 de 1967)
Causal 15ª:
Por haberse dictado sobre una apelación declarada desierta.
Esta causal es de muy difícil existencia, no es normal que el Tribunal
cometa un error tan grave, como estando desierto por sentencia firme el
recurso, fallar el fondo.
Se ha explicado por algunos juristas como el Ex-Magistrado Augusto
Cantarero que se trata de caducidad y no de deserción, mas tal opinión no
tiene mucho fundamento, y no puede interpretarse un medio de extinción
anómalo tan claro como es la deserción, con la caducidad.
En todo caso tómese en cuenta que lo que se protege es la cosa
juzgada, dado que la deserción al matar el recurso, deja firme el fallo
recurrido que se proyecta entonces con todo el rigor de la Cosa Juzgada.
Se violentaría directamente el Arto. 437 Pr. y el 438 ibídem.
(B. J. 11.338; 14.501; 278 de 1985)
Causal 16ª:
Por haberse supuesto en la sentencia diligencias o trámites falsificando
documentos o cometido cualquier otra clase de falsedad que hubiere
influido en la resolución del juicio.
Se comprende al amparo de esta causal los dos grandes tipos de
falsedad, la ideológica, subjetiva o civil propiamente dicha, y la material u
objetiva.
Se debe preparar con la querella de falsedad civil bajo los alcances del
artículo. 1185 Pr. (B. J. 16.426; 20.273; 90 de 1967)
Cinco son las causales que brinda la codificación bajo el Arto. 2059 Pr.
para atacar la producción arbitral.
Se incluyen en ellas cuatro causales comunes a los laudos de árbitros de
derecho o simplemente árbitros, y los arbitradores o amigables
componedores, o árbitros de equidad, o árbitros de justicia o de receptus.
Esas causales comunes son la 1ª, 2ª, 3ª, y 5ª. Ellas se refieren a errores
in procedendo.
La causal 4ª está abierta solo a los árbitros de derecho, y se brinda en
los mismos casos que hemos explicado en la forma y en el fondo.
(B. J. 10.495; 10.511; 13.672; 15.462; 310 de 1968)
Causal 1ª
Cuando la sentencia se haya pronunciado fuera del tiempo señalado por
las partes con tal que éstas hayan protestado contra esa falta dentro de los
tres días siguientes a la notificación y dicha sentencia no sea apelable.
Debe también tomarse en cuenta que si las partes no señalaron plazo,
se suple por el artículo 969 fracción 2ª Pr. señalando un año desde la
aceptación del cargo por los árbitros.
Precisamente el Arto 979 inco. 3º regula como causal de expiración del
compromiso y de la obligatoriedad para las partes, no laudar dentro del
plazo convencional o legal.
El legislador exige que el fallo no sea apelable, lo cual sólo puede
referirse a los laudos de árbitros de derecho, pues los laudos de los
arbitradores no son apelables, porque las conciencias no son fiscalizables
por recursos procesales.
La misma causal regula el presupuesto de la preparación, mediante
reclamo escrito dentro de los tres días siguientes a la notificación.
Naturalmente esto se hace ante el Secretario del Juzgado o Tribunal
desplazado de conformidad con lo previsto en el Arto 976 Pr.
(B. J. 12.683; 15.430; 17.832; 227 de 1967)
Causal 2ª
Cuando la sentencia haya recaído sobre puntos no comprendidos en el
compromiso.
Debido a la naturaleza voluntaria del compromiso arbitral, lo
extraordinario de la Jurisdicción arbitral, los árbitros no tienen más
facultades que las autorizadas expresamente por las partes, por manera
que su fallo debe limitarse al debate, dentro de un concepto rígido de
congruencia procesal.
Se viola, al abusar de la competencia, el artículo 967 inco. 3º Pr y el
424 ibidem.
Causal 3ª
Cuando la sentencia recaiga sobre asuntos que conforme a la Ley no
puedan someterse al juicio de árbitros o arbitradores.
Precisamente por la misma esencia de extraordinaria de esta
Jurisdicción arbitral, sólo se pueden llevar a su conocimiento los derechos
disponibles de los particulares, aquellos indisponibles por estar de por
medio el derecho de familia, estado civil de las personas y el orden
público, no pueden ser resueltos por árbitros ni arbitradores. El artículo
963 Pr expresamente lo prohibe, y toda violación a una norma prohibitiva
produce la nulidad absoluta al tenor del artículo X del Título Preliminar del
Código Civil.
Causal 4ª
Cuando la sentencia hubiere sido pronunciada por árbitros de derechos
y diere lugar a casación en la de los jueces ordinarios.
Como habíamos anticipado, esta causal es exclusiva para los árbitros de
derecho. Ellos tienen en nuestro sistema las mismas facultades y las
mismas limitaciones que los Jueces comunes. Especialmente en la
sujeción al sistema de la prueba legal o tasada. Ellos deben valorar los
medios probatorios exactamente como lo hacen los Jueces comunes
desplazados. Por ello, la censura de sus actos, está abierta en casación en
la forma y en el fondo, sometiendo el recurso a las formalidades
casacionales que exige el sistema, que hemos desarrollado para cada
causal, y que complementaremos al desarrollar el tratamiento procesal o
actuación procedimental en el recurso.
(B. J. 16.705; 17.573; 18.967; 20.374; 331 de 1963)
Causal 5ª
Cuando los árbitros o arbitradores hayan laudado:
A.- Pendiente la recusación o,
B.- Sin la concurrencia de votos necesarios para la resolución del asunto
En la primera previsión se viola el Arto 367 Pr, y en la segunda el Arto
966 fracción final Pr. (B. J.
12.683)
RECURSOS DE REVOCATORIA
CASACIÓN DE OFICIO
a) Interlocutorias
b) Definitiva
c) En materia de Jurisdicción Voluntaria,
Concepto y finalidad;
Casos de la legislación;
Órgano en materia de alzada en Jurisdicción Preventiva.
LA JURISDICCIÓN PREVENTIVA
Concepto y finalidad.
Como habíamos precisado en la Unidad III, del Procesal Civil I, acápite E,
al tratar del presupuesto procesal competencia, la Competencia Preventiva,
no Jurisdicción Preventiva, como erradamente señala el título, constituye
una figura de multiplicidad de Jueces del mismo o de diferente grado
jerárquico, potencialmente facultados para conocer de asuntos
determinados. Es decir, las partes tienen abiertas las puertas de varios
Juzgados para intentar en ellos sus acciones o ciertos actos prejudiciales o
de Jurisdicción Voluntaria.
Desde que el litigante o petente, elige a uno de esos órganos, presenta la
demanda o petición o solicitud, en su caso, ese Juez electo, deviene en
PRIVATIVO, y excluye automáticamente, ipso jure a los otros que estaban en
situación potencial de conocimiento.
La figura está regulada de manera general por el artículo 257 Pr.
oportunamente explicado, y en particular por el artículo 2.000 ibídem, que
vamos a desarrollar.
El Legislador nacional llama JURISDICCIÓN PREVENTIVA a la situación de
pluralidad de órganos potencialmente competentes para conocer de estos
asuntos, , pero ya hemos dejado explicado que la facultad de conocer de un
asunto determinado es Competencia, y que ella implica estar revestido de
Jurisdicción, ya que un Juez sin jurisdicción es "UN NO JUEZ", y sus actos son
"NO SENTENCIA". El acto del Juez sin Jurisdicción es completamente nulo,
peor aún, INEXISTENCIA. Por ello estamos de acuerdo con la doctrina que
señala que la Jurisdicción es el primero de todos los presupuestos
procesales, en tanto, que el acto de un Juez incompetente es ANULABLE,
pero en algunos casos, específicamente en la competencia territorial, es
convalidable, y las partes pueden operar una convalidación procesal,
dándole al acto en principio irregular, todo el valor legal.
En esta figura el legislador nacional eleva a los Jueces Locales al rango de
Jueces de Distrito, para los actos a que el estatuto legal precitado se
refiere, que son los siguientes:
En informaciones ad perpetuam dejar de manera fehaciente, mediante la
intervención del órgano judicial, hechos que interese conservar como
prueba, sin que se refieran a personas concretas y determinadas, y que
se regulan en los artículos 754 al 759 Pr.
En las Diligencias Prejudiciales de Reconocimiento de firmas y de Posiciones
o Confesión, de mayor cuantía. Los de menor cuantía quedan
PRIVATIVOS para los Jueces Locales.
Es conveniente aclarar que en el reconocimiento ficto o expreso, NO HAY
APELACIÓN al tenor de la reforma de la Ley de 19 de marzo de 1923.
artículo 4o., conservando el perjudicado el derecho de atacar el documento
cuando se le pretenda oponer. En relación a la confesión o posiciones, sí hay
Apelación conforme el artículo 2.001 Pr. y B. J. 345 de 1966 y 219 de 1970.
3.- En la facción de Inventarios solemnes y Partición de la Herencia, cuando
los bienes a que se refieren tales actuaciones son de MENOR CUANTÍA.
4.- En el nombramiento de Guardadores de Personas que por razón de su
edad lo necesitan y carezcan de bienes, o su patrimonio no exceda la
menor cuantía, comprobado este hecho con documento o información
ad-hoc, así como las excusas y remociones de estos Guardadores.
5.- Para secuestros y embargos preventivos, lo cual es una confirmación del
texto del artículo 899 Pr. Téngase presente que se trata de una medida
cautelar, y que el Juez que conocerá de la pretensión principal que se
cauciona con la medida, es el competente en razón de la cuantía. No se
viola el conjunto normativo de reglas de competencia cuantitativa, que
ya hemos expresado son de orden público. Por ello hay un error en la
opinión de la Corte Suprema de Justicia visible en B. J. 417 de 1968,
pues olvidó el especial artículo 899 que primaría, aún en caso de
discordia, la que no existe en el articulado.
6.- En la aposición de sellos, otra figura de Jurisdicción Voluntaria, que
normalmente concluye en el Inventario y que regulan los artículo 672 al
684 Pr.
7.- En las diligencias matrimoniales, otra actividad de Jurisdicción
Voluntaria regulado por los artículo 116 al 139 C., y 574 al 583 Pr.
8.- En la autorización de escrituras públicas por actos o contratos de menor
cuantía, en los lugares donde no haya Jueces de Distrito, ni Notarios en
ejercicio, pero solamente en el Protocolo del Juzgado, aunque sean
Notarios, todo de conformidad con el artículo 6o. de la Ley del
Notariado y sus reformas.
Como hemos dejado expresado, el legislador eleva al rango de Juez de
Distrito al Juez Local para la competencia preventiva; toda apelación que
sea procedente contra los actos del Juez Local, se debe tramitar y resolver
por el respectivo Tribunal de Apelaciones.
(Arto. 2.001 Pr.)
UNIDAD XLIX
DE LA CONSULTA O REVISIÓN
(Artos. 2.046 al 2.054 Pr.)
LA CONSULTA O REVISIÓN
Concepto y finalidad.
La consulta en lo procesal civil, constituye: "un acto de fiscalización de
las actuaciones del órgano de primer grado, a cargo del Tribunal de segundo
grado, en procesos en que están en juego valores que corresponden al orden
público, y que rebasan la simple esfera de disponibilidad de los particulares
litigantes". Sólo existe en procesos de mayor cuantía, por lo tanto el órgano
de fiscalización es el Tribunal de Apelaciones correspondiente.
La actividad de la Sala Civil del Tribunal de Apelaciones se concreta
precisamente a revisar la correcta adecuación de los actos del inferior a la
Ley, en el caso consultado.
confirmar,
reformar;
revocar, y
anular.
UNIDAD L
RECURSO DE QUEJA
POR RETARDACIÓN DE JUSTICIA.
(Artos. 2103, 2106 Pr.)
a) Finalidad;
b) Órganos de queja;
c) Sanciones.
Finalidad.
La Queja por retardación de Justicia de parte de los órganos de la
Jurisdicción, no es técnicamente un recurso, o sea un medio de impugnación
a las resoluciones judiciales, que ya hemos ampliamente explicado.
Consiste en un instrumento que la Ley pone a disposición de las partes
para obligar a los Jueces y Magistrados a cumplir con los plazos legales
previstos para dictar las resoluciones judiciales. Esa es la finalidad de la
medida y así lo expresa el artículo 2103 Pr.
PROCEDIMIENTO APLICABLE
CUANDO SE RINDE LA CUENTA.
Si el ejecutado cumple con la obligación de rendir las cuentas, se pasan
(vista) al ejecutante por seis días. Si se conforma con la cuenta se aprueban,
y todo concluye. Si hace observaciones o glosa la cuenta, se confiere
traslado al que rindió la cuenta por los seis días del término ordinario para
contestar la demanda, pues la glosa constituye la demanda, naciendo así el
juicio ordinario de glosa.
(Arto. 1.408 Pr.)
Este proceso ordinario de glosa puede estar fundado en las siguientes tres
situaciones:
a) Por operaciones numéricas incorrectas.
En este caso es de mero derecho, debiendo el Juez fallar después del
traslado conferido al que rindió la cuenta, que es el demandado en este
proceso ordinario de glosa; (Artos.
1.408 y 1.410 Pr.)
b) Por haberse rendido la cuenta informalmente. Esto ocurre cuando no se
cumplen los requisitos exigidos por el artículo 1.418 Pr. parte 2a., a
saber: carta-cuenta con especificación del cargo, data y saldo líquido,
documentos enlegajados y numerados por orden de fechas, y una
relación sucinta de las operaciones del negocio o cargo, con relación a la
carta-cuenta y los documentos; y
c) Cuando la cuenta no es sincera. (Arto.
1.411 Pr.)
UNIDAD LIII
DERECHO LEGAL DE RETENCIÓN.
(Artos. 1424, 1428 Pr.)
a) Concepto y finalidad;
b) Naturaleza jurídica;
c) Formas de hacerse valer;
d) Efectos de la sentencia que lo declara con lugar.
Concepto y finalidad.
El derecho legal de retención es: "la acción o hecho de conservar una
cosa ajena en poder del que la tiene, en virtud de una facultad jurídica, y
por su propia voluntad".
La figura tiene su origen en la Institución de la Maus Inyectio, y la
Pignoris Capio, ambas del derecho romano. Sin embargo, recuérdese que en
esas figuras romanas no existía publicidad, y todo era subrepticio, en tanto
en el derecho legal de retención moderno, la publicidad de su existencia es
elemento fundamental para la producción de efectos.
Se dice que es legal, porque emana directamente de la voluntad del
legislador.
Tiene aplicación práctica en el uso, el usufructo, el depósito, el
arrendamiento, en la posesión de buena Fe cuando se ejercita la acción
reivindicatoria, y en relación a los bienes del ausente.
NATURALEZA JURÍDICA.
INCIDENTE DE LIMITACIÓN
DEL ÁMBITO DE LA RETENCIÓN.
Concepto y finalidad;
Formas de hacer la notificación;
Actitudes que puede adoptar el desahuciado;
Contenido del fallo en el desahucio;
Derechos del arrendador y del arrendatario;
Otros casos de aplicación del procedimiento del desahucio;
Relaciones con el comodato precario;
Reservas oficiosa de la Cosa Juzgada material.
DE LA EJECUCIÓN DE LA SENTENCIA
QUE MANTIENE EL DESAHUCIO.
El efecto preciso del desahucio declarado con lugar por sentencia firme,
es la restitución del inmueble arrendado, por ello, dada la especialidad del
proceso, se expresó que en la sentencia estimatoria del desahucio, se señala
el día preciso en que el desahuciado debe entregar el inmueble, esto es,
precisamente cuando el arrendatario es el desahuciado que tiene el deber
jurídico de restituir el inmueble objeto de contrato al arrendador.
Si llegado ese día señalado en la sentencia firme, no se cumple, no es
preciso pedir y obtener ejecutoria como en los procesos ordinarios
declarativos, según estudiamos en los artículos 437, 438, 439, 441 y 509 y
520 Pr. para la ejecución, sino que a pedimento de parte el Juez del proceso
dicta un auto ordenando el lanzamiento.
QUE ES EL LANZAMIENTO?
UNIDAD LV
DESLINDE Y AMOJONAMIENTO.
(Artos. 1452, 1457 Pr.)
Naturaleza Jurídica;
Teoría de la Corte Suprema sobre el deslinde;
Clases de oposición al deslinde;
Especialidad de la sentencia del deslinde;
Tratamiento procesal al deslinde.
DE LA COLOCACIÓN DE MOJONES.
Concepto;
Quienes son terceros poseedores del bien hipotecado;
Derechos que brinda la hipoteca;
Jurisprudencia sobre el antejuicio;
Tratamiento procesal a la acción;
Derechos del tercer poseedor.
Concepto.
La acción de desposeimiento contra terceros poseedores del inmueble
hipotecado, es: "la acción persecutoria que corresponde al acreedor
hipotecario para hacer efectiva su obligación garantizada con la hipoteca,
cuando el inmueble se ha trasmitido y pertenece legalmente a un tercero
que no asumió la hipoteca.
Introducción.
Cada uno de los comuneros en las aguas conserva pleno derecho para
reclamar contra los actos de los repartidores de las aguas nombrados
conforme lo previsto en el Arto. 1486 inco. 1o., lo mismo que contra los
actos del delgado que se menciona en el inco. 6o. del mismo cuerpo legal y
el 1487 ibídem. Este reclamo se plantea por medio de una solicitud de
comparendo ante el Juez de Distrito competente, quien oyendo verbalmente
a las partes resuelve.
Siguiendo la regla ya señalada esa resolución sólo es apelable en el
efecto devolutivo. (Artos.
1491 y 1492 Pr.)
UNIDAD LVIII
JUICIOS SOBRE CONSENTIMIENTO
PARA CONTRAER MATRIMONIO
(Artos. 1496 - 1501 Pr.)
DIFERENCIA DE NATURALEZA DE LA
INDIVISIÓN Y LA COMUNIDAD
Introducción
La copropiedad o comunidad de bienes constituye una situación pasiva,
no con ánimo de lucro o activa, como las sociedades, y es vista con recelo
por las legislaciones de derecho privatista, que prefiere en principio la
explotación de los bienes individualmente, evitando situaciones que
inmovilicen la circulación de la riqueza.
Genéricamente la indivisión participa de pluralidad de sujetos titulares,
como la comunidad, pero con una diferencia esencial que deriva de su
propia naturaleza. La indivisión prohereditario se origina de un hecho, la
muerte del titular patrimonial o de cujus. Al ocurrir el deceso son llamados
por el muerto en su testamento, o por la ley, en defecto del testamento, a
sustituirle en la titularidad patrimonial, sus herederos. Pero ocurre que en
tanto no se practiquen el inventario solemne de los bienes relictos y la
participación de los bienes, los coherederos sólo tienen derechos abstractos,
de tipo potencial, sujetos al resultado del inventario, pues puede resultar
que haya más pasivo que activo, y que en consecuencia no haya derechos,
porque no hay patrimonio hereditario, todo lo consumen los acreedores
propietarios del pasivo del muerto. Siendo solvente la sucesión, la
concreción de las abstractas titularidades sólo se concreta con el acto
particional. Es hasta en el laudo particional que se definen las porciones
que corresponden a los coherederos, y en su caso, al cónyuge sobreviviente.
Ese fenómeno de indeterminación de titularidad no ocurre en la
comunidad de bienes o copropiedad, pues en ella, cada copropietario sabe
exactamente cual es su derecho patrimonial. Si son cuatro condóminos, y
no hay señalamiento de porciones diferentes, cada uno de ellos tiene la
cuarta parte. La indefinición está solamente en donde está esa cuarta parte
del ejemplo. La cesación de comunidad lo definirá. Pero en tanto no se
llegue a esa acción disolutoria, cada copropietario puede ejercitar los
derechos sobre su porción común, lo cual no se da en la indivisión
prohereditaria. (B. J. 6427-218 de 1966)
a) COMUNIDAD DE PASTOS.
En el caso de comunidad de pastos, que en algunos lugares del país se
acostumbra a establecer entre los ganaderos circunvecinos de una localidad
o región, el comunero que quiera retirarse de dicha comunidad debe
notificar a los otros comuneros su voluntad con un año por lo menos de
anticipación. Esta notificación debe hacerse fehacientemente sea por medio
del Juzgado competente, o por medio de Notario. Al expresar el Arto. 1512
Pr. que la notificación se puede hacer además del cartulario por cualquier
funcionario judicial, tiene aplicación la tesis de la Corte Suprema de Justicia
en el desahucio, acerca de que la notificación puede hacerlo cualquier Juez,
el del Crimen de Distrito o Local, el del Trabajo, el Local civil y el de
Distrito respectivo. La petición de la notificación es por escrito, no acta
notarial, y al pie del original se vierte el acta de notificación. Esta
notificación es siempre personal, así lo exige dicha norma, como una
especialidad de la acción. Los notificados tienen derecho de pedir
certificación de lo actuado. El original se devuelve al petente.
Transcurrido el año, si no hay avenimiento entre los comuneros, el
notificante debe intentar su acción de CESACIÓN DE COMUNIDAD DE PASTOS,
en la vía sumaria, ante el Juez competente. (Artos. 1707 C. y 1512 Pr.)
b) FORMA DE DISFRUTAR
DEL RENDIMIENTO DEL BIEN COMÚN
Ningún comunero puede tomar para sí, ni dar en arriendo, uso,
habitación o usufructo, todo o parte del bien común, sino con el consen-
timiento de todos los copropietarios. Si no hay avenimiento en cuanto a tal
disfrute o contratación, cualquiera de los copropietarios puede demandar
ante el Juez competente que se subaste el derecho. Cuando el bien admite
cómoda división, los demandados pueden contrademandar la CESACIÓN DE
COMUNIDAD.
En caso de existir avenimiento extrajudicial, debe hacerse constar éste
en escrito separado, o bien en el propio contrato aprobado. De otra manera
no tiene valor legal por disposición expresa de la Ley.
Cuando se pretenda la subasta del derecho, debe presentarse la demanda
ante el Juez competente, en la vía sumaria. Ejecutoriada la sentencia que
acuerde la subasta, se procede a tasar el derecho por medio de peritos
aplicando los artículos. 1764 y 1765 Pr. Para la subasta y el remate se
aplicarán las reglas del Juicio Ejecutivo corriente. El acta de remate es
título suficiente para el adjudicatario, incluso para fines de inscripción
registral, en su caso.
El producto de la subasta lo distribuye el Juez entre los comuneros, en
atención a su porción de derechos en la comunidad, sin exigir remuneración
alguna por este cargo. (Artos. 1710 C. y
1.513 Pr.)
UNIDAD LX
DIVORCIO POR MUTUO CONSENTIMIENTO.
(Artos. 1.518 - 1.528 Pr.)
Introducción.
Es necesario destacar en principio, que el calificativo de voluntario, sólo
debe servir para indicar la esencia especial del proceso, pero jamás llegar a
la confusión de que se trata de Diligencias de Jurisdicción Voluntaria. Muy
lejos está de tal figura que son de simple procedimiento, ya que la sentencia
que declara la Disolución del Vinculo Matrimonial, esto es el Divorcio,
produce todos los efectos de Cosa Juzgada material; trascendente; produce
estado, haciendo funcionar una acción constitutiva, lo que nunca puede
darse ni verse en Jurisdicción Voluntaria.
PROCEDIMIENTO
4.- Cerrada el acta del trámite conciliatorio, si los interesados aún persisten
en su idea disolutoria, deben presentar dentro de tercero día, un escrito
de insistencia. En presencia de tal escrito el Juzgador ordena el
otorgamiento de una escritura pública, dentro del término de ocho días,
el cual no es fatal ni preclusivo. Dentro de tal término en su caso, los
cónyuges propondrán la garantía respectiva para responder por las
cargas económicas que asumirán, la ley prefiere hipoteca, y sólo en
defecto de bienes sobre que constituirla, se admite la fianza. El Juez
debe dictar providencia calificando la garantía ofrecida, y ordenando
librar certificación del auto que ordenó el otorgamiento de la escritura y
del que califica la garantía, para que tal documento se inserte en la
escritura respectiva. Al tenor del instructivo relacionado del Tribunal de
Apelaciones de Managua, lo que debe insertarse en la expresada
escritura, es la certificación del acta de avenimiento, más creemos que
tal tesis no es fundada. Incluso no es exigido por la Ley la inserción de
ningún tipo de certificado. Es la práctica sana notarial, la que ha dejado
sentada la forma de actuar insertando el certificado de los dos autos
aludidos, para fundar el contenido del instrumento de bases del
divorcio.
La escritura referida es normalmente autorizada por el Notario, que
como abogado dirige a los cónyuges, más también puede ser autorizada por
cualquier otro Notario, incluso por el Juez según opinión de la Corte
Suprema de Justicia visible en B. J. 11.876 y 17.854.
Cuando no hay hijos del matrimonio y los cónyuges renuncian a cualquier
pensión alimenticia o derecho pecuniario, expresa la misma Corte Suprema
de Justicia en B. J. 15.387 que no es necesaria la expresada escritura. Esto
constituye una constante práctica de foro.
5.- Con el testimonio de la escritura de bases, al que debe agregarse los
timbres de ley, al tenor de la ley de timbres y papel sellado, según tesis
del Tribunal de Apelaciones de Managua, se puede presentar al Juzgado
de actuación, uno sólo de los cónyuges o bien siempre los dos, pidiendo
se ordene el traslado de rigor al Procurador Civil en su calidad de
Representante del Ministerio Público. El hecho de autorizarse a una sola
de las partes a efectuar esa gestión final, quiere significar que todo está
consumado, y si no existen vicios procesales que puedan anular lo
actuado, ya no hay retroceso, y la sentencia debe dictarse declarando
disuelto el vínculo matrimonial. Antes de otorgarse la escritura, si
pueden las partes arrepentirse, y entonces no hay divorcio.
En alguna oportunidad la Corte Suprema de Justicia sostuvo la tesis de
que con el trámite conciliatorio surgía perfecta la figura del Cuasicontrato
de la Litis Contestatio, y que ya no se podían las partes arrepentirse. Tal
tesis carente de lógica y fundamentación, dada la esencia de este proceso,
que es voluntaria y debe manifestar el consentimiento hasta el final, esto es
el otorgamiento de la escritura pública, en su caso, fue abandonada. Incluso
al ser repudiada la tesis de la Litis-Contestatio para determinar la
naturaleza jurídica del proceso, con mayor razón el abandono de tan
peregrina tesis.
6.- Presentado el testimonio, el Juez dicta auto de ordenamiento,
confiriendo el traslado por tercero día al Procurador Civil, en su carácter
de Representante del Ministerio Público, para que emita su dictamen
sobre lo actuado. Este funcionario está en el deber de fiscalizar la
protección de los intereses de los hijos menores del matrimonio.
Obligación que se hace extensiva al Juez. En ese sentido un acuerdo que
lesione tales intereses debe ser rechazado en el fallo.
(B. J. 16 de 1965)
Emitido el dictamen por el funcionario expresado, el Juez debe fallar
dentro de cuatro días. Siendo el proceso de naturaleza contenciosa, como
hemos dejado sentado en la introducción de esta unidad, puede operar la
caducidad. (B. J. 505
de 1964)
Si no se apela del fallo, que es lo normal de la práctica de foro, por lo
voluntario en el actuar y el acuerdo común de las partes, se debe
necesariamente remitir el expediente en consulta a la Sala Civil del Tribunal
de Apelaciones respectivo. La sentencia de primer grado no produce estado,
es el fallo confirmatorio del expresado Tribunal el que pasa en autoridad de
Cosa Juzgada.
Para dictar el fallo de segundo grado, se concede audiencia por tres días
al Procurador Civil del asiento del Tribunal, siempre como Ministerio
Público. Si las partes se presentan se les confiere un traslado por tres días a
cada uno, y luego se falla. Si no llegan, no hay problema alguno, pues en la
Consulta no hay carga procesal de las partes.
En caso de confirmarse el fallo, todo queda consumado. En caso de
revocarse, naturalmente habrá que considerar el contenido del fallo para
determinar si hay o no Casación. (Artos. 1740, 183 C.
1.518, 1.521 Pr.)
UNIDAD LXI
PARTICIÓN DE BIENES HEREDITARIOS
(Artos. 1.529-1.585 Pr.)
a) Naturaleza de la acción;
b) Clasificación de las particiones;
c) Juicio sumario previo para declarar la acción;
d) Proceso divisorio ante el árbitro de derecho;
e) Facultades del partidor;
f) Lo que debe contener la partición;
g) Recursos contra el laudo particional;
h) Tratamiento procesal para regular el acuerdo de partición extrajudicial;
i) Requisitos de las particiones extrajudiciales.
DE LA PARTICIÓN DE LA HERENCIA
CLASES DE PARTICIÓN
a) Extrajudicial,
b) Judicial, y
c) Testamentaria.
CONTENIDO DE LA SENTENCIA
DE PARTICIÓN O LAUDO PARTICIONAL
Al tenor del Arto. 1537 Pr. el LAUDO debe contener los siguientes requisitos:
Día, hora, mes y año en que se dicta.
Los nombres de los copartícipes.
El nombre del difunto y la adjudicación del activo y pasivo.
Orden de notificar a los interesados.
La firma del Juez partidor, del secretario de actuaciones que nombra el
propio partidor al tomar posesión del cargo, si lo estima conveniente, o
en defecto de tal secretario, la firma de dos testigos que lo suplen.
V i s t o s,
R E S U L T A:
Aquí como en todo fallo definitivo, se hace una sinopsis de los hechos, en
los que se determinan el sujeto fallecido, los sujetos beneficiarios como
copartícipes, con sus calidades para su plena identificación. Se relaciona el
cuerpo de bienes, de deudas, en fin la clarificación del activo y pasivo.
Después viene la parte MOTIVA o de CONSIDERANDOS:
En esta segunda parte del Laudo el partidor hace las motivaciones que le
llevan a señalar el cuerpo de bienes para cada copartícipe, y por último
viene el POR TANTO:
En esta parte de disposición, procede a pagar los derechos que a cada
copartícipe corresponde en la herencia, y ordena librar LAS HIJUELAS. Estas
constituyen un Testimonio del Laudo para cada copartícipe, y jurídicamente
son Títulos Declarativos del conjunto de bienes que correspondió a cada
copartícipe en la división. Se firma por el Partidor y el secretario o testigos,
como queda explicado.
RENDICIÓN DE CUENTAS
DE LOS DEPOSITARIOS Y ADMINISTRADORES
TRATAMIENTO PROCESAL EN LA
PARTICIÓN EXTRAJUDICIAL
Sólo así prestaría mérito ejecutivo el acuerdo, pues habría una obligación
cierta y determinada. Si sólo se acuerda dividirse extrajudicialmente, pero
sin señalar la forma de hacerlo, no hay obligación cierta, y no presta el
instrumento mérito ejecutivo.
Cuando algún copartícipe está ausente, no se puede provocar el
comparendo, salvo que hayan dejado apoderado con poder bastante al
efecto.
El comparendo puede ser diferido por causas justificadas que el Juez
pondera a su arbitrio.
Para hacer efectivo el acuerdo, el Juez debe librar a los interesados
certificación del acta de acuerdo, que constituye el Titulo Ejecutivo para la
ejecución, en caso de que se pretenda retractar los copartícipes.
En caso de cumplirse el acuerdo, se debe insertar en la escritura de
partición extrajudicial el certificado emitido. (Artos. 158, 1581,
1582 y 1583 Pr.)
Siendo testada, no puede menos que exigirse con lógica la presencia del
testamento y la afirmación del Notario autorizante de su contenido. Es decir
que no es preciso en principio insertar en el instrumento, ni la Declaratoria
de Herederos ni el Testamento. Esto es lo que se desprende del contenido
literal del Arto. 1585 Pr., más al sobrevenir un conflicto de leyes con la
promulgación de la Ley de Herencias y legados, que exige la presentación de
tales documentos, para poder liquidar el impuesto respectivo, debidamente
inscritos, el Registrador de la Propiedad no puede inscribir o transcribir el
testamento a la Sección de Derechos Reales del Libro de Propiedades, si no
se presenta el recibo fiscal correspondiente. Esto le quita practicidad a los
regulados en el Arto. 1585 Pr., si no se tienen a mano esa declaratoria de
herederos o es x testamento. La Corte Suprema de Justicia en consulta de
17 de julio de 1968 expresa la necesidad de tales documentos para la
liquidación y subsecuente inscripción.
UNIDAD LX II
PROCESO DE ALIMENTOS
a) Legitimación procesal para obrar activa en estos procesos;
b) Transmisión de la obligación de alimentos;
c) Orden de prelación de los alimentos;
d) Tratamiento procesal al de alimentos indubitados y al dubitado;
e) Alimentos provisionales: posibilidades de impugnación de la resolución
que los acuerda;
f) Posibilidades de reforma o revocación de la obligación alimenticia.
(Ley 143 DE ALIMENTOS de 18 de febrero de 1992, visible en Gaceta, Diario Oficial No. 57
del martes 24 de marzo de 1992)
INTRODUCCIÓN
Este proceso tiende a regular el ejercicio del derecho sustantivo de ALI
MENTOS, figura que forma parte del derecho de familia. En nuestra realidad
se regulaba la figura en lo sustantivo por el Capítulo Único del Título IV del
Libro I del Código Civil, en sus artículos 283 al 297, y en lo procesal en el
capítulo XIII, del TITULO XXII, del Libro III, del Código de Procedimientos
Civiles, en sus artículos 1586 al 1589, normas que fueron derogadas
expresamente por la Ley 143 de ALIMENTOS, del 18 de febrero de 1992.
Dicha Ley fusionó en su texto la parte sustantiva, y la parte procesal, ésta
última en sus artículos 19 al 25.
TRATAMIENTO PROCESAL
a) A los hijos.
b) Al cónyuge
c) Al compañero en unión de hecho estable.
Agregando el Arto. 7 de la misma Ley: "También se debe alimentos a los
ascendientes y descendientes del grado de consanguinidad más cercano
cuando se encuentren en desamparo".
Esta obligación puede recaer sobre varias personas v. gr.: el padre y la
madre; los hijos por sus padres o abuelos, o los abuelos por sus nietos y
biznietos, situación regulada por el Arto. 11 de la misma Ley, que dice:
"Cuando varias personas tengan simultáneamente igual obligación de dar
alimentos, el Juez podrá mandar a pagarlos a cualquiera de ellos, y el que
pague podrá reclamar a sus obligados la parte que le corresponde".
No es muy clara la redacción de tal estatuto, pero creemos que se
desprende de su texto la solidaridad de los obligados, lo cual queda
comprendido en esa opinión de la Corte Suprema de Justicia visible en
página 251 del B. J. de 1966. Es claro que al pagar uno de los deudores
solidarios, tiene derecho de repetir contra sus codeudores, la porción
respectiva, como un sano principio de las obligaciones de esta naturaleza.
a) Juez competente;
b) Legitimados para demandar;
c) Posibilidades de nombramiento de Guardador Provisional;
d) Tratamiento procesal a la acción.
POSIBILIDADES DE NOMBRAMIENTO
DE GUARDADOR PROVISIONAL
TRATAMIENTO PROCESAL
A LAS ACCIONES DE INTERDICCIÓN ENUNCIADAS
a) Concepto y finalidad;
b) Casos en que tiene aplicación;
c) Tratamiento procesal.
Concepto y Finalidad.
El beneficio de separación es una figura de derecho sucesorio, que está
legislado en favor de los acreedores hereditarios del causante. Consiste en
separar físicamente los bienes sucesorales de los que forman el patrimonio
particular de los coherederos, legatarios y cónyuge sobreviviente. De
manera antitécnica también se concede el derecho a los legatarios y
sublegatarios, pues el artículo. 1427 C. que regula el derecho, afirma que
corresponde a los acreedores hereditarios y testamentarios.
El derecho de los acreedores a la separación es tan amplio, que se puede
ejercitar aunque el heredero haya cedido sus derechos hereditarios en
absoluto.
El fin específico es que con los bienes del causante se paguen sus
créditos.
Para ejercer la acción no es requisito sine-quanon que el crédito del
acreedor hereditario esté vencido, es suficiente que el plazo sea a día
cierto, o que la obligación sea condicional. En tanto no haya prescripción del
crédito respectivo, la acción está abierta a su ejercicio.
(Arto. 1428 C.)
No obstante, hay dos situaciones en que no cabe el beneficio:
a) Concepto y finalidad;
b) Formas cartularias del ofrecimiento;
c) Forma judicial de la consignación;
d) Requisitos de la oposición;
e) Tratamiento procesal a la oposición a la consignación.
Concepto y Finalidad.
La consignación es una de las formas del pago, como modalidad para
extinción de obligaciones. No es más que: "la oferta que hace el deudor a su
acreedor de pagar su obligación. El Arto. 2.055 C. conceptúa la consignación
como "el depósito de la suma o cosa que se debe", desnaturalizando la
esencia de la figura, que como expresamos radica en "OFRECER PAGAR", de
ahí que se sostenga por los civilistas que el depósito no es de la esencia de
la consignación. En verdad, no distingue nuestra codificación que clase de
obligaciones pueden tratar de extinguirse por este medio de pago, y por lo
tanto se amparan en ella las de dar, entregar, hacer y no hacer, y no vemos
posible, como señalan los glosadores del Código Civil nicaragüense que todo
tipo de obligación de dar pueda ser objeto de depósito. Agregamos nosotros:
mucho menos la de hacer o no hacer.
La Corte Suprema de Justicia en B. J. 19.385 se inclina por la tesis de que
ni la presentación de la cosa ni el depósito previo son de la esencia de la
consignación.
Existen dos formas a las que el Notario puede recurrir para satisfacer el
derecho del deudor a ofrecer el pago. Pero, debemos dejar bien sentado
que en ambas formas es imprescindible el uso del Protocolo del cartulario,
pues la Ley del Notariado no excluye esta actividad ni expresa ni
tácitamente del Protocolo, como lo hace con los Inventarios y las
sustituciones de Poderes. (Arto. 15 inco. 4o. Ley del Notariado) Tampoco el
Civil faculta a violentar las normas de la Ley del Notariado, por lo cual es
nula la actuación notarial fuera del Protocolo.
La primera forma es la más utilizada: el oferente se presenta al Notario,
quien toma su Protocolo y redacta la escritura de ofrecimiento, con todos
los pormenores para identificar los elementos de la obligación que trata de
extinguirse por el pago. Firmada la matriz, se libra el respectivo testimonio,
y al pie del mismo se vierte la notificación que el propio Notario hace al
acreedor, a quien naturalmente buscará para la notificación personal o por
cédula, en su caso.
La segunda forma es que el Notario en presencia del deudor oferente
comience a redactar la escritura pública de ofrecimiento, pero que no la
cierre ni firme el otorgante, sino que con él, se traslade a la presencia del
acreedor ofrecido, y le notifique el ofrecimiento, haciéndolo comparecer en
la escritura y redactando la respuesta de éste. Como puede apreciarse, esta
forma exige la presencia personal del acreedor ofrecido. Una vez cerrada la
escritura se firma por los dos otorgantes y el Notario, y para todos los fines
de ley se libra el testimonio respectivo.
Si el acreedor impugna el ofrecimiento, se deben remitir los testimonios
correspondientes al Juez competente para conocer del Proceso de Oposición
a la consignación. (Arto. 2.054, 2.058 y
2.059 C.)
Debe expresarse con claridad que en estas diligencias el Juez actúa como
funcionario judicial y no como cartulario, lo que significa que las
notificaciones de la consignación los hace la secretaria del Juzgado, y que si
sobreviene una cuestión de competencia la resuelve el respectivo Tribunal
Supremo Jerárquico Primario.
(B. J. 5943)
El Juez de Distrito es competente para conocer de ofrecimiento tanto de
mayor como de menor cuantía. Cuando se trata de asuntos de menor
cuantía, también tiene competencia preventiva el Juez Local Civil.
El artículo. 2.058 C., señala que debe levantarse acta del ofrecimiento
con designación de todos los elementos de la obligación y del pago. En
relación a éste último precisar quien paga, a quien paga, en que lugar paga,
de que forma paga, en que tiempo paga, y con que modalidades paga, a fin
de que, en su caso, el ofrecimiento produzca los efectos de verdadero pago.
(Arto. 2.060 C.) Sin embargo en la práctica, tanto en el Juzgado de Distrito,
como en el Local, se presentan escritos de ofrecimiento, y se provee en
consecuencia, por medio de autos. La Corte Suprema de Justicia obviando
alegaciones de nulidad, ha expresado que el escrito y el auto que ordena el
ofrecimiento, "suplen el acta de ofrecimiento".
(B. J. 13.362 y 87 de 1974)
DE LA OPOSICIÓN A LA CONSIGNACIÓN
El acreedor que intente impugnar la consignación, debe pedir
certificación del acta, o bien del escrito y notificación que la suplen, o
testimonio, en caso cartulario, de las respectivas actuaciones. Esa
certificación constituye un presupuesto procesal especial para presentar la
demanda de Impugnación u Oposición a la Consignación. La Corte Suprema
ha interpretado en B. J. 10.395 "que si la oposición se hace en el mismo
Juzgado en que se hizo el ofrecimiento y su notificación, no es necesario el
certificado". Tal opinión parece muy lógica, habida consideración que las
diligencias originales están en dicho Juzgado, que es el competente para
conocer de la Oposición, siendo esa opinión una regla de economía procesal,
y eliminación de una carga que claramente resulta innecesaria.
Los términos de oposición están claramente señalados en el Arto. 1598
Pr. así:
Tres días si la notificación se hizo personalmente o a su apoderado, en el
asiento del Juez competente.
Seis días si no fue notificado personalmente, si está dentro del
departamento en que se efectuó la consignación.
Diez días, si se encuentra en departamento limítrofe al que se realizó la
consignación.
Quince días, si está en otro departamento no limítrofe.
Tres meses si está fuera del país, pero en Centro América.
Cinco meses si se encuentra en cualquier otro lugar del mundo.
(B. J. 662, 10.395, 13.362, 19.385, 87 de 1974)
TRATAMIENTO PROCESAL
A LA ACCIÓN DE IMPUGNACIÓN U OPOSICIÓN
Al tenor del Arto. 1.601 Pr. el procedimiento que debe aplicarse a la
acción de Impugnación u Oposición a la Consignación es el Sumario, si el
asunto es de mayor cuantía, o el ordinario verbal o de menor cuantía, si el
ofrecimiento es de menor cuantía.
Si el ofrecido no presenta Oposición, a petición del deudor oferente, que
debe presentar ante el Juez competente las diligencias de ofrecimiento, que
reúna todos los requisitos del pago que hemos señalado, se dicta sentencia
declarando válido el pago y extinguiendo por él la obligación.
(Arto. 1.599 Pr. B. J. 19.388 y 153 DE 1964)
FORMA DE SUPLIR LA LEGITIMACIÓN
EN LA NOTIFICACIÓN PARA EL ACREEDOR AUSENTE
Introducción.
UNIDAD LXVII
JUICIO DE MAYORÍA DE EDAD
(Artos. 1612, 1616 Pr.)
UNIDAD LXVIII
DE CIERTOS TRÁMITES EN LAS SECUELAS
DE LOS JUICIOS DE NULIDAD DEL MATRIMONIO
(Artos. 1617, 1622 Pr.)
Introducción.
El Capítulo XIX del Título XXII, del Libro II del Código Procesal Civil en sus
Artos. 1.617 al 1.622 regulaba materias incidentales en procesos de
Divorcio, Separación de Cuerpos y Nulidad del Matrimonio, pero por la
vigencia de la Ley 38 de Divorcio por Voluntad Unilateral de veintiocho de
marzo de mil novecientos ochenta y ocho, se hizo desaparecer de la
producción legislativa nacional las figuras del Divorcio sanción o causal, la
separación de cuerpos, y se reguló de manera especial para esas cuestiones
en el Divorcio por voluntad unilateral, por manera que el contenido
legislativo relacionado, sólo es actualmente aplicable en los procesos de
nulidad del matrimonio.
Introducción.
El título de esta UNIDAD debe entenderse como lo ordena el artículo. 15
del Decreto No. 1.065 de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional,
de veinticuatro de junio de mil novecientos ochenta y dos, SUSPENSIÓN Y
PERDIDA DE LA RELACIÓN MADRE-PADRE E HIJO, con la enorme salvedad que
prescribe el Arto. 13 de la misma Ley, de que las sentencias que se dicten
en esta materia, que es de Derecho de Familia no producen Cosa Juzgada
material en perjuicio del menor, pudiendo modificarse cuando varíen las
circunstancias que las motivaron. Sin embargo debe tenerse mucho cuidado
con esa reserva oficiosa de la ley, en atención a cada causal fundante de las
acciones, que por su propia esencia pueden ser irreversibles.
Los procesos que nacen del ejercicio de estas dos acciones, son
verdaderos procesos especiales, porque existe un legítimo interés en
contradicción y las partes actora y demandada que debaten en procura de la
Tutela Jurídica.
TRATAMIENTO PROCESAL
Las dos acciones a que nos hemos referido reciben de parte del
Legislador la apertura del proceso SUMARIO, en el que se nombra en el auto
de emplazamiento un Guardador especial para el pupilo, se da intervención
al Procurador Civil en su calidad de Ministerio Público, y necesariamente al
guardador demandado, quien es el legítimo contradictor. El artículo. 1.630
Pr. que regula el proceso a aplicar, padece el error de marginar al propio
demandado, lo cual es ilógico, pues debe dársele intervención, defensa,
para poder vencerlo.
Este mismo procedimiento se aplica cuando el Guardador nombrado alega
EXCUSA para servir el cargo, pues siendo un cargo obligatorio o consejil, sólo
puede dejarse de ejercer por causas legales que son las previstas en el Arto.
402 C., alegación que debe hacer al tiempo de deferirse la guarda (Arto. 406
C.), o a más tardar dentro de treinta días a su conocimiento, cuando fueren
sobrevenidas (Arto. 410 C.). Las sentencias que se dicten en estos sumarios,
sólo son apelables en un sólo efecto. (Arto. 1.630
fracción 2a. Pr.)
UNIDAD LXXI
PROCESOS EN CASO DE PRENDA CIVIL
(Artos. 1633, 1639 Pr.)
a) Finalidad;
b) Tratamiento procesal a la acción.
Finalidad.
Estos procesos tienen por finalidad compeler al deudor pignoraticio civil
al pago de la obligación principal. Debe recordarse que la prenda civil es una
obligación de garantía accesoria y subsidiaria, que no tiene vida propia, y
que el bien prendado queda en poder del acreedor pignoraticio,
efectuándose una verdadera desposesión material. Más esa desposesión no
autoriza en forma alguna al acreedor para tomar en pago el bien. Lo que
tiene a su favor es la acción persecutoria y la de pago preferente, inherente
a las acciones reales, de cuya naturaleza participa la prenda.
TRATAMIENTO PROCESAL
Al tenor del artículo. 3780 C., una vez vencido el plazo de la obligación
principal a la que accede la prenda, tiene el acreedor derecho a pedir
judicialmente la venta del bien prendado. Ese estatuto confiere audiencia al
deudor. Esa audiencia es un traslado por dos días que brinda el Juez de la
causa. Si es de menor cuantía el traslado es por un día.
El Juez competente es aquél a que las partes se han sometido expre-
samente, lo que es muy ocurrente en la práctica de foro, o el del domicilio
del deudor. Debe atenderse la cuantía del contrato principal.
Si existen hechos que probar, lo cual podría ocurrir cuando el deudor
alega excepciones en su traslado o audiencia, se abre a pruebas por seis días
si es de mayor cuantía, o por cuatro si es de menor cuantía.
En estos procesos no hay aumento extraordinario del plazo probatorio.
Puede conferirse prórroga y término supletorio de pruebas.
(Artos. 164, 165, 1.108 y 1634
Pr.)
Transcurrida la estación probatoria se dicta el fallo sin trámites
adicionales.
Una vez firme la sentencia, se aplica el procedimiento del Cuaderno de
Apremio del proceso ejecutivo corriente, obligación de dar, en materia de
muebles. En la fase de ejecución no caben los terceros opositores, si
proceden las tercerías de dominio, prelación y pago, tratadas en el Juicio
Ejecutivo.
(Arto. 1.636 Pr.)
Introducción.
En virtud del Decreto número un mil ciento diecinueve (1.119) del cinco
de octubre de mil novecientos ochenta y dos, titulado "Ley de
Transformación Registral" sufrió una modificación parcial, pues se organizó
el sistema de Registro Público bajo la dependencia de una Dirección General
de Registro, y se trasladó la actividad de impugnación a la negativa de los
Registradores, a esa Dirección. En este decreto no se tocó lo relativo al
Registro del Estado Civil de las Personas.
Posteriormente, por decreto número ochenta (80) del día doce de marzo
de mil novecientos noventa, se derogó el citado decreto 1.119 y se atribuyó
nuevamente a la Corte Suprema de Justicia la dirección y control de los
Registros Públicos de la Propiedad, Mercantil, de Personas, lo mismo que el
nombramiento de los Registradores, y restableció plenamente el contenido
del Título XXII, Capítulo XXIII del Libro III del Código de Procedimiento Civil,
esto es el contenido de los precitados Artos. 1.640 al 1.645 Pr.
MOTIVOS DE NEGATIVA DE INSCRIPCIÓN
DE PARTE DE LOS REGISTRADORES
a) Concepto y finalidad;
b) Clases de excepciones que pueden abrir trámite previo;
c) Tratamiento procesal a esta categoría procesal;
d) Recursos en los procesos sumarios;
e) Posibilidades de cambio de proceso.
Concepto y Finalidad.
Don Rafael Veloso Chávez, en su monografía sobre el juicio ejecutivo,
escribe: "Los pueblos bárbaros que surgieron sobre las ruinas del imperio
roma-no, a pesar de sus victorias guerreras, fueron derrotados por la cultura
jurídica romana, a causa de la inferioridad de la propia. Más en lo tocante a
procedimientos judiciales, retrocedieron al avance que implicaban los
sistemas romanos, pues por obra de su temperamento supersticioso,
transformaron el proceso común en una serie excesivamente extensa de
actos o formalidades, encaminadas a obtener, antes que toda verdad
terreno, la decisión de las divinidades. Afortunadamente las dificultades de
semejante formulismo y la necesidad de dar pronta tramitación a ciertas
acciones, fueron determinando la acción de otro procedimiento más
sencillo, que se llamó sumario, y que trataba de arreglar la cuestión en una
sola audiencia...".
Este procedimiento sumario para ciertas acciones, es el principio del
Juicio Ejecutivo moderno. Se remonta en su origen al año 1306 bajo el
reinado de Clemente V, quien en su Constitución conocida con el nombre de
"CLEMENTINA SAEPE", reguló la manera de proceder simpliciter et de plano
sine strepiactu et figura judicci", de aplicación en ciertos casos. Guissepe
Chiovenda al referirse a la CLEMENTINA, dice: "Junto a este procedimiento
sumario indeterminado, en el cual sumariedad significa simplificación de los
actos judiciales, la necesidad de evitar dilación del proceso ordinario,
favoreció el desarrollo de formas más eficaces de procesos sumarios o
ejecutivos, en los cuales sumariedad significa reducción del conocimiento
del Juez".
Con lo transcrito queda evidenciado que el Proceso Sumario, es un
proceso autónomo, de tipo matriz, opuesto al Ordinario, de contenido
declarativo como éste, pero con procedimientos más breves, sencillos,
expeditos, que tienden a evitar lo prolongado y dispendioso de la Vía
Ordinaria reduciendo las audiencias, los plazos y términos, y tratando de
obtener una resolución con plena fuerza de Cosa Juzgada, dentro del menor
tiempo posible.
Esta vía procesal tiene aplicación en tres casos taxativos que señala el
Arto. 1646 Pr., así:
1.- En los casos en que la Ley dice que se proceda sumariamente, o breve y
sumariamente, o con conocimiento de causa, o en otra forma análoga o
semejante.
Este artículo fue copiado de Chile en su Arto. 837 Pr., y ha dado lugar la
parte final del inciso trasladado, a dos opiniones contradictorias en relación
a "otra forma análoga", pues el Jurista Bernardo de Lira, pone como
ejemplo: "proceder de plano", en tanto que el Jurista Bergara, dice que tal
parte final no quiere significar nada. Nosotros creemos que cuando se dice:
"proceder de plano", no puede pensarse en apertura de contradicción en vía
procesal de debate, como lo es el sumario, y por ello asentimos con la
opinión del señor Bergara.
Concepto de Interdicto.
La palabra Interdicto se aplica en las INSTITUTIVAS de JUSTINIANO en un
sentido restringido de PROHIBIR.
El español MANRESA Y NAVARRO, definen los interdictos así: "Son aquéllos
juicios sumarísimos en los que se decide interinamente sobre la actual y
momentánea posesión, o sea sobre el hecho de la posesión, sin perjuicio del
derecho de propiedad, o para que se suspenda o se evite un hecho que
pueda ocasionar perjuicios".
Nuestra Corte Suprema de Justicia, en reiterada jurisprudencia ha
expresado: "Son juicios sumarios instituidos por la ley para defender la
posesión como simple estado de hecho, sin que quepa investigar si a esta
protección corresponde o no, una situación de derecho".
VINCULO PROCESAL
ENTRE LAS SIETE CATEGORÍAS INTERDÍCTALES
DE LA EXCUSA ABSOLUTORIA
EN MATERIA DE INTERDICTOS DE AMPARO
QUERELLA DE RESTITUCIÓN
MEDIDAS CAUTELARES
QUE PUEDE SOLICITAR EL DEMANDANTE
EXCUSA ABSOLUTORIA EN LO
CIVIL EN ESTE INTERDICTO
QUERELLA DE RESTABLECIMIENTO
Como este interdicto tiene por finalidad específica restituir las cosas
al estado que existía al momento de la violencia, sin entrar a juzgar ni la
posesión ni el dominio, la sentencia que se dicta no cierra las puertas a la
demanda sumaria interdictal de amparo o restitución, según convenga.
Naturalmente, como todo interdicto, no elimina la vía ordinaria para
dirimir el dominio sobre el bien litigado. (Arto. 1.663
Pr.)
En esto afirman nuestros estudiosos del foro estriba la calidad de
accesorio de este interdicto.
Introducción.
Hemos dejado expresado que en nuestro foro este interdicto se
califica de híbrido por participar de la naturaleza jurídica de los principales
y de los accesorios.
En opinión visible en B. J. 9395 la Corte Suprema de Justicia
aconseja la conveniencia de acumularlo al interdicto de Amparo en la
posesión.
Procede la acción de Obra Nueva en los casos señalados por el Arto.
1813 C., así:
Cuando existe temor de que una obra nueva que se está construyendo o se
trate de construir, sea en terreno propio o ajeno, cause perjuicio a un
inmueble o a un derecho real o a otro objeto poseído.
Para evitar toda obra voladiza que atraviese el plano vertical de la línea
divisoria de dos predios contiguos, aunque no se apoye en el predio
ajeno, ni de vista, ni vierta aguas de lluvia sobre él.
Para evitar la tala de bosques, cortes de madera.
Para evitar que se eleve una pared contra lo convenido con el dueño del
predio colindante o lo que se establezca en las Leyes.
1. La señalada que rinde el actor para responder por los daños, perjuicios y
costas por la suspensión provisional de la obra.
2. La posible fianza de costas, daños y perjuicios que a solicitud del
demandado, y en tanto no se elimine la figura que hemos calificado de
discriminatoria y de inconstitucional, en el tratado respectivo, debe
rendir el actor del sumario para evitar la deserción de la acción.
3. La que se rinde de conformidad con el Arto. 1.667 para la efectiva
demolición, cuando la sentencia sumaria confirma la suspensión
interinaria, para responder por los resultados de los recursos de apela-
ción y casación, en su caso.
4. La que rinde el demandado, que al perder el sumario, se transforma en
actor en la vía ordinaria, para responder por la demolición, más los
daños y perjuicios que por continuar la obra, se pueden producir al
victorioso del sumario de Obra Nueva.
a) El propietario,
b) El poseedor a nombre propio;
c) El Municipio, y
d) Cualquier vecino (acción popular) cuando se pueda perjudicar una cosa
pública o la obra ruinosa o el árbol mal arraigado constituyan un peligro
evidente para los transeúntes.
a) La inspección ocular, y
b) La pericial. No resulta de utilidad en este caso la testifical, que tan útil
es en el Amparo y la Restitución.
INTERDICTOS ESPECIALES
Hemos anticipado que esta categoría interdictal, considerados
accesorios, se aplica:
a) Concepto y finalidad;
b) Teoría de la Corte Suprema de Justicia sobre el Juicio Ejecutivo;
c) Clases de títulos ejecutivos;
d) Sobre que puede recaer la ejecución en obligaciones de dar;
e) Contenido y desarrollo del cuaderno de apremio;
f) Posibilidades de ampliación de la ejecución;
g) Cesión de bienes a un sólo acreedor;
h) De la tercerías;
i) Casos singulares del juicio ejecutivo;
j) Procedimiento ejecutivo en obligaciones de Hacer y No Hacer.
DEFINICIONES
Como en toda figura jurídica, han menudeado las definiciones, revis-
tiéndola cada autor de su criterio personal y de su punto de vista particular,
entre ellas tenemos las siguientes:
El Señor Tapia, en su Febrero novísimo, define el juicio ejecutivo así:
"Juicio ejecutivo es el juicio sumario que se introdujo en favor de los
acreedores para que, sin experimentar los dispendios ni dilaciones de la vía
ordinaria, ni las molestias o vejaciones de los deudores morosos,
consiguiesen brevemente el cobro de sus créditos sin distraerse del
desempeño de sus deberes respecto a sus empleos o familias". Para López
Moreno: "Es el procedimiento sumario seguido por el acreedor para cobrar
una deuda cuando ésta es líquida en dinero o especie y aparece de manera
cierta". Este tratadista sintetiza las ventajas del juicio ejecutivo en lo
siguiente: "resuelve cuestiones judiciales de un modo fácil y expedito y sin
mayores gastos y éstos a cargo de quien a ellos da lugar con su morosidad o
su malicia; disminuye los pleitos; acortando las probabilidades de triunfo a
las resistencias temerarias y ofreciéndole, en cambio, la perspectiva de
seguro castigo; facilita todas las transacciones, abriendo anchas vías al
comercio por la seguridad de que las obligaciones han de ser de buena fe
cumplidas, o de otra suerte, con gran facilidad, en corto plazo y sin graves
dispendios, por la autoridad pública ejecutadas".
a) Deudor cierto;
b) Acreedor cierto;
c) Deuda cierta, líquida, exigible;
d) Mora del deudor y
e) Documento indubitado o Título Ejecutivo.
PROCEDIMIENTO DE OFICIO.
La actividad que debe realizar el titular del organismo jurisdiccional
en el Juicio Ejecutivo, cuando se le demanda invocando su tutela en dicha
vía, se aparta sensiblemente de la actividad desplegada cuando la tutela
jurídica se pretende en la vía ordinaria. En esta última es meramente
expectante, no tiene facultades de iniciar motu propio ninguna actividad
procesal no obstante haber sido impulsado por las partes, desde luego que el
principio que rige nuestro proceso es el sistema de conocimiento en el cual
es el juez un simple expectador, sistema antagónico con el de la
investigación en el que sí puede el Juez iniciar, continuar y concluir actos
procesales, prescindiendo de la actividad particular de las partes, tal como
en las diligencias para mejor proveer contempladas en nuestro artículo 213
Pr., que se apartan sensiblemente del sistema general adoptado por nuestra
legislación, constituyendo en realidad de verdad una verdadera concesión al
sistema de la investigación, tal como lo ha expresado en sentencia reciente
la Corte Suprema de Justicia. Pues bien, una vez estimulado el funcionario
jurisdiccional ejecutivamente, examina atentamente el título presentado y
si lo encuentra conforme a la ley, si reúne los requisitos de fondo y de
forma, despacha la ejecución: el Juez cree, a ojos ciegos lo que le dice el
actorejecutante, no ha oído al demandado y ya le está condenando; y es
que el título ejecutivo se considera como una sentencia que ha sido dictada
por las partes al firmarse; pero no obstante, debido a esta facultad
trascendente que tiene el Juez y para paliar los defectos y corregir los
errores en que pudo haber incurrido, es que aparece el Procedimiento de
Oficio, que es aquella facultad que tiene el organismo jurisdiccional para en
cualquier tiempo, en cualquier instancia, incluso en Casación, revocar el
Autosolvendo, o sea aquél por el que se despacha la ejecución. Como
vemos, esta es una facultad anómala que abroga las figuras procesales de la
Preclusión y de la cosa juzgada, pero está justificada por la esencia misma
del juicio ejecutivo. En un comienzo, la Suprema sostenía que el
procedimiento de oficio era potestativo de los Tribunales de instancia, pero
modernamente ha modificado su criterio en el sentido de reconocerse a sí
misma tal potestad, siempre y cuando se interponga en debida forma el
recurso de Casación.
La doctrina del Tribunal Supremo la podemos apreciar a través del
Boletín Judicial, entre otras páginas la 15708, en la que se sostiene que la
circunstancia de haberse despachado una ejecución con base en título que
según la ley, no tenga fuerza bastante para el efecto, deja siempre expedita
la jurisdicción del Juez para reconsiderar su proveído, al dictar su sentencia,
aún cuando nada se haya alegado ni opuesto las excepciones respectivas,
porque la falta de éstas o su improcedencia, no impone siempre, de modo
ineludible, el tener por eficaz la acción ejecutiva, dada la naturaleza y
fundamento de ésta, que no nace ni toma fuerza por la sola inexistencia de
aquellas.
Esta misma doctrina se mantiene en las páginas 7805 y 8818 en que
se lee:
"En verdad no se trata propiamente de que el documento
acompañado por el demandante, no presta mérito ejecutivo en el sentido
de que le faltan algunas de las condiciones para que traiga aparejada
ejecución (Arto. 1685 y siguientes Pr.), sino que la ejecución ha sido dirigida
contra una persona que no es la deudora del ejecutante, según resulta de
los documentos presentados y de los antecedentes del caso. La ley es muy
explícita y al exigir, para que la acción ejecutiva pueda prosperar, no
solamente que ésta se funde en un título de aparejada ejecución de los que
se menciona en los artículos 1685 y siguientes Pr., sino también que la
acción se ejercite por quien sea portador legitimo del crédito; y que se
dirija contra la persona responsable o sus sucesores o representantes (Artos.
1684 y 1693 Pr.); y la ley obliga al juez a examinar este título para ver si
reúne todas las condiciones expresadas, aún después de haberse despachado
la ejecución y, precisamente, por virtud de esa obligación, los jueces y
Tribunales CONSERVAN JURISDICCIÓN para declarar en sus sentencias,
AUNQUE NO SE ALEGUE NADA AL RESPECTO, que el título ostentado no es
bastante si del examen que de él hicieren llegaren a convencerse de que la
persona que ejercita la acción no es portador legítimo del crédito, o que no
se ha dirigido contra la persona responsable o sus sucesores".
Corrobora lo dicho el siguiente párrafo que se lee a la página 206,
Tomo II de la Obra de Estudios Jurídicos de la Jurisprudencia Mexicana, de
Pallares:
"La sentencia de trance y remate debe examinar si procede la
ejecución, porque la litis contestatio comprende este punto de resolución
previa, y sólo cuando se ha resuelto sobre la procedencia de la vía, puede
entrarse a las cuestiones de fondo. Sostener lo contrario, equivale tanto
como a tener por probados los elementos de la acción y, en cambio,
examinar las excepciones ampliamente, con lo que se crea una situación
desventajosa para el reo. La sentencia debe juzgar tanto de la acción como
de las excepciones, y esto exige el examen del título para decidir si procede
o no la vía ejecutiva". La doctrina de la Corte Suprema se contiene en B.J.
18.565, 20.133, 20.630, 20.768, 243 de 1965, 276 de 1965, 222 de 1967, 159 de
1970, 258 de 1980, 414 de 1982.
TITULO EJECUTIVO
Rafael Veloso Chávez, sostiene al igual que Manresa que son cinco los
elementos o requisitos del juicio ejecutivo, y los enumera de la manera
siguiente: naturaleza civil o perfecta de la obligación, título ejecutivo,
exigibilidad actual, subsistencia de la acción ejecutiva y objeto líquido en
especie o en dinero".
El elemento básico de toda ejecución es la obligación, ya que su
cumplimiento es el que se persigue por medio del juicio ejecutivo, y porque
ella es la que determina de manera precisa las personas del acreedor y
deudor. Pero no toda obligación se puede hacer efectiva ejecutivamente,
pues las obligaciones naturales, como no dan acción para exigir su
cumplimiento, no pueden servir de base a una ejecución. De aquí la
necesidad de que la obligación sea civil y perfecta para poderse ejecutar.
Sigue a continuación el título ejecutivo, que es el antecedente necesario e
inmediato para toda ejecución. Se entiende por título ejecutivo la
declaración solemne a que la ley otorga específicamente la suficiencia
necesaria para ser el antecedente inmediato de una ejecución. El título es
una declaración contractual o autoritaria, que consta siempre por escrito y
que da cuenta de la existencia de la obligación de manera fehaciente.
Chiovenda, afirma que el título ejecutivo es "el presupuesto o
condición general de cualquier ejecución y por lo mismo de la ejecución
forzosa: nullia executio sine título: Título ejecutivo es siempre una
declaración, pero debiendo constar siempre esta declaración (absolemnita-
tem) por escrito, de ahí deriva la frecuente confusión de título ejecutivo y
documento. Precísase distinguir el significado sustancial del formal,
tratándose del título ejecutivo. En el primer significado, el título ejecutivo
es la declaración a base de la cual debe tener lugar la ejecución. La acción
ejecutiva está íntimamente ligada al título ejecutivo y al documento que lo
consagra; la posesión del documento es condición indispensable para pedir
actos ejecutivos como para cumplirlos, y por otra parte, la posesión del
título ejecutivo es condición bastante para que el acreedor obtenga el acto
ejecutivo, sin que deba probar también el derecho a la prestación. Perdido
o destruido el título no basta probar que este nuevo documento equivale al
primero; por ejemplo, se deberá obtener una nueva copia ejecutiva del acto
judicial o contractual. Quien paga a un acreedor provisto de título
ejecutivo, tiene derecho a la entrega del título".
El título ejecutivo puede basarse en una declaración contractual o en
una autoritaria, pudiendo ser la autoritaria jurisdiccional o administrativa.
Tienen como base una declaración, autoritaria jurisdiccional, las
ejecutorias, las sentencias apelables en el efecto devolutivo, los cargos
declarados líquidos, etc. Y como base, una declaración autoritaria
administrativa, los avisos de cualquiera oficina pública autorizada para
finiquitar cuentas con lo relativo al cobro de toda renta fiscal, municipal o
con carácter de pública, acompañado el aviso del documento en que conste
la obligación, o de la certificación del libro o expediente.
(Artículo 1687 Pr.)
Según Chiovenda, el título ejecutivo debe tener ciertos requisitos,
"algunos substanciales, o sea referentes al título como declaración; y otros
formales, o referentes al título como documento.
Las sentencias. Aquí incluye nuestro codificador al tenor del Arto. 1.689 Pr.:
Las ejecutorias de sentencias definitivas;
Las ejecutorias de las sentencias apelables en un sólo efecto.
Debe aclararse que en estos casos la Vía Ejecutiva no está abierta
indiscriminadamente, sino sólo para los casos en que no haya
previsto especialmente la Legislación el proceso de ejecución de
sentencia;
Los libramientos contra los depositarios, sin perjuicio del Apremio
Corporal y de la acción de estafa o estelionato;
Los cargos declarados líquidos en procesos de rendición de cuentas; y
Las sentencias emanadas de país extranjero, con la misma salvedad que
para las sentencias nacionales. Estos documentos se incluyen en la
categoría de JUDICIALES.
SUPUESTOS DE LA OBLIGACIÓN
EXIGIBLE EN LA VÍA EJECUTIVA
Para que la vía ejecutiva se abra, la obligación debe ser exigible
ejecutivamente, o sea que no esté sujeta a modalidad alguna que restrinja o
suspenda sus efectos, porque sólo entonces se puede reclamar su cumpli-
miento judicial o extrajudicialmente. Estas modalidades son: el plazo, el
modo y la condición, de manera que sólo que se venza el plazo, o que se
cumplan el modo y la condición, puede el acreedor compeler judicialmente
al deudor que aún persiste en no ejecutar la obligación. Hay, sin embargo,
casos en que pendiente alguna modalidad, la ley faculta al acreedor a exigir
la obligación no vencida, y esto sucede conforme nuestra legislación, cuando
el deudor se constituye en insolvencia, concurso o quiebra, o cuando las
garantías se han extinguido o han disminuido considerablemente en su valor,
o cuando no se otorguen las garantías a que está obligado el deudor. En el
caso especial de Mutuo a Interés, cuando una vez reconvenido al efecto no
paga el deudor los intereses pactados.
También es indispensable que el OBJETO de la obligación que se
persigue por medio de la vía ejecutiva, sea líquido, en especie o en dinero;
y se dice que es líquido en especie cuando el cuerpo cierto debido existe en
poder del deudor, y es líquido en dinero, cuando aparece avaluado o
valorado o puede valorarse mediante simples operaciones aritméticas, con
los datos que emanan del Título Ejecutivo.
Cuaderno Ejecutivo y
Cuaderno de Apremio.
PROCEDIMIENTO EJECUTIVO
EN LAS OBLIGACIONES DE DAR
Todo portador de un título que tenga según la Ley fuerza ejecutiva,
puede pedir ejecución contra la persona responsable o sus sucesores o
representantes legales o convencionales. Para que la ejecución proceda se
requiere además que la obligación sea actualmente exigible. Da aquí se
extrae el concepto de mora por la Suprema equiparando esa figura al simple
retardo que ya hemos hablado. (B. J.
16.810 260 de 1980 Arto. 1693 Pr).
BIENES NO EMBARGABLES
(Arto. 1703 Pr. que complemente el Arto. 2084 C.)
Puede ser:
- RENUNCIABLE Y NO RENUNCIABLE.
El ejecutante puede concurrir al embargo, y si no se han señalado
bienes en el mandamiento que embargar, puede hacer el señalamiento, el
Juez ejecutor apreciara prudencialmente la dimensión o amplitud de los
bienes. Esta estimación puede dar lugar a incidentes de ampliación o de
reducción del embargo, ante el Juez de la causa y en el Cuaderno de
apremio. Si el ejecutante no designa bienes el ejecutor hará la traba en los
bienes que presente el ejecutado, y si no presenta ninguno en los que logre
aprender observando el orden del Arto. 1708 Pr. Esos bienes se depositan en
persona que nombre el ejecutante, y en su defecto el ejecutor, pero que
sean siempre de honradez y arraigo, esto es domiciliados. El depósito puede
ser personal o institucional, cuando recae el embargo sobre dinero o alhajas
conforme instructiva de la Suprema B. J. 20.804, 584 de 1962, sobre la
protección policial al depósito B. J. 624 de 1963. Si los bienes son inmuebles
debe nombrarse depositario al deudor, salvo que el acreedor con causas
justificada solicite el efectivo depósito, esto ante el Juez. Si el deudor no
esta se pone constancia de tal hecho y se nombra otro depositario. Esto no se
aplica conforme el Arto. 90 en los embargos de bienes garantes a los bancos.
Si la finca se deja en el deudor y es productiva de frutos se nombra un
interventor.
(Artos. 1709, 1711 y 1712)
El embargo se perfecciona por la entrega real o simbólica de los
bienes al depositario.
(Arto. 1713).
a) Menaje,
b) Alhajas y piedras preciosas,
c) Empresas o establecimientos comerciales o industriales, y
d) Bienes Inmuebles dados en arriendo o bajo otro título.
Al acreedor ejecutante no se le debe nombrar depositario, salvo que
no encuentra a otra persona de arraigo (Arto. 1715 Pr.). Cuando los bienes
embargados estén en diversos departamentos o aún en el mismo constituyan
diversas especies se pueden nombrar varios depositarios.
(Arto. 1716 Pr.)
Las facultades de los interventores son: como todo depositario
primero custodio responsable de los bienes embargados. 2o. Administradores
obligados a: no interrumpir las labores de la hacienda o establecimiento,
cuidar de la conservación de la existencias, llevar razón puntual de los gastos
y entradas, suplir los gastos en caso necesario, impedir cualquier desorden y
tener en deposito la parte libre de los productos.
(Arto. 1714).
Incidente de afianzamiento. (Arto.
1710)
a) Igualdad de posición jurídica, o sea que los créditos nacieron ambos con
antelación a la inscripción del embargo en el Registro; y
b) Que no hay otros bienes embargables.
POSIBILIDAD DE VOLVER A
INTENTAR LA ACCIÓN EJECUTIVA
Cuando las excepciones opuestas por el ejecutado recaen sobre
presupuestos procesales, o vicios procesales substanciales, que anulan el
procedimiento, sin atacar el fondo, como cualquier acción procesal
rechazada en cualquier vía por tales vicios, se puede volver a interponer la
demanda ejecutiva toda vez que se subsanen los defectos padecidos. Es muy
natural, pues las sentencias con fuerza de definitivas de forma que resuelven
tales cuestiones, no pasan en Cosa Juzgada material.
(Arto. 1.751 Pr.)
AMPLIACIÓN DE LA EJECUCIÓN
Posibilidades de Ampliación:
a) Antes de sentencia de Remate, por vencimiento de otros plazos. No es
necesario nueva demanda, basta un pedimento del ejecutante, y si los
bienes embargados responden, se tiene por ampliada la sentencia a ellos,
con todos los trámites anteriores comunes;
NATURALEZA DE LA SUBASTA
La subasta es un acto procesal de instrucción, proveniente de las
facultades de imperio de la jurisdicción. Se divide en dos grandes etapas:
RETASAS DE LEY
(Artos. 1777 y 1778.)
El primero brinda dos caminos:
a) Que se adjudique el bien por los DOS TERCIOS DEL NUEVO AVALÚO;
b) Que se saque a subasta por tercera última vez por el precio que el
designe; y
c) Que se entreguen en prenda pretoria o anticresis judicial.
Estos derechos deben usarse en la misma audiencia del remate o a
mas tardar en la siguiente. Si no se usan el artículo. 1779 impone como
sanción una prórroga a favor del deudor por tres años y sin intereses. Todas
las alternativas se dan solamente en defecto de postores.
En el caso c) del artículo. 1778 el deudor ejecutado puede evitar la
prenda pretoria pidiendo una tercera subasta, a su riesgo sin mínimo para
postular.
APLICACIÓN EXTENSIVA
DE LA REGLA DE ELIMINACIÓN DEL MÍNIMO
Esta regla del MÍNIMUM O NO, puede aplicarse en cualquier caso de
subasta por pedimento expreso del ejecutado que tenga la libre
administración de sus bienes. (Arto. 1780 Pr.) Cuando haya nuevos remates
los plazos serán la mitad, siempre que no hayan transcurrido tres meses del
anterior. (Arto. 1781 Pr.)
CASO ESPECIAL
DE LAS TERCERÍAS
Introducción.
Las Tercerías son "cuestiones incidentales en la ejecución procesal".
De ellas no existen antecedentes en el derecho romano, ni el medieval, ni el
canónico. Las leyes españolas del Fuero Juzgo y de la Novísima recopilación,
tampoco reglamentan nada respecto a ellas, y es sólo hasta en la LEC de
1855 que se encuentran algunos antecedentes de la figura.
En doctrina y en Derecho Comparado no existe precisión del léxico, y
se confunden los TERCEROS OPOSITORES con los TERCERISTAS.
Empero, en nuestro sistema procesal tal confusión no es permitida, no
es sostenible, y debe afirmarse la diferencia y autonomía de cada una de
dichas figuras.
En efecto, aún cuando la Tercería De Dominio cabe en la Vía
Ordinaria, Declarativa al tenor del Arto. 897 Pr., por regla general sólo
existen como cuestiones incidentales en la ejecución, específicamente en el
Juicio Ejecutivo Corriente, y se tipifican en tres grandes categorías, a saber:
HECHO JURÍDICO
El hecho jurídico puede consistir en el otorgamiento de un instru-
mento liberatorio de obligación, v. gr.: el otorgamiento de una escritura de
cancelación de hipoteca o prenda o bien el otorgamiento de un instrumento
de constitución de garantía u obligación, como la constitución de una
hipoteca, de una prenda o de una anticresis, o bien el otorgamiento de una
escritura definitiva de compra-venta, en función con el precontrato de
promesa de venta.
La actuación procesal en esta situación es bien simple: frente a la
demanda ejecutiva, acompañada de su título ejecutivo, el Juez dicta el auto
solvendo, despachando la ejecución para que el ejecutado proceda dentro
del plazo prudente que el propio Juez señala, que en la práctica de foro es
normalmente tres días, más el término de la distancia, a otorgar el
instrumento demandado, bajo apercibimiento de otorgarse por el Juez. Si el
ejecutado no se opone, y no cumple, el Juez dicta nueva providencia
ordenando se otorgue dicho instrumento por sí y ante sí en el Protocolo del
Juzgado, o bien en el Protocolo de cualquier notario que tenga a bien
designar. (Arto. 1.816 Pr. B. J. 12.762)
El ejecutado puede oponerse dentro de los respectivos plazos de
oposición estudiados para las obligaciones de dar, y siempre con las
limitantes de excepciones cerradas del Arto. 1.737 Pr. y los requisitos
formales del 1739 ibídem.
HECHO MATERIAL
IMPOSIBILIDAD ABSOLUTA DE LA
EJECUCIÓN ACTUAL DE LA OBRA.
Tales excepciones deben someterse al rigurismo formal del artículo.
1739 Pr., como todo proceso ejecutivo corriente.
Si el ejecutado no se opone, no se dicta sentencia de pago ni de
remate, y el ejecutante tiene derecho a pedir que se le autorice a realizar la
obra por medio de terceros, a costa del ejecutado.
Para esto hay que tomar en cuenta si el ejecutado deja pasar el plazo
concedido y no inicia las obras, o bien iniciándola la abandona sin causa
justificada. Lo mismo se hace cuando se rechazan las excepciones y el
ejecutado vencido no da inicio a las obras o las abandona. (Artos.
1.819 y 1.820 Pr.)
Para ser atendido en ese pedimento, el ejecutante debe presentar un
presupuesto del monto de las obras. Se pone en conocimiento o noticia del
ejecutado junto con la solicitud de autorización para realizar la obra, para
que dentro de tercero día alegue lo que estime conducente.
Si no se objeta el presupuesto, se reputa aceptado, no funcionando la
Teoría del Silencio. (Arto.
1.821 Pr.)
Si se objetó, se procede a aplicar la prueba pericial al tenor de los
Artos. 1.764 y 1.765 Pr.
Firme el avalúo, se dicta resolución ordenando al ejecutado que
deposite su monto en secretaría, a la orden del ejecutante, dentro de
tercero día. Esos fondos se van entregando paulatinamente al acreedor, a
medida que el desarrollo de la obra lo requiera. Una vez concluida la obra
debe el ejecutante rendir cuentas de la inversión.
Si los fondos se agotan sin concluir la obra, podrá el acreedor solicitar
aumento de ellos, justificando en incidente que debe promover ante el Juez
de la causa, que: a) hubo error en el presupuesto, o b) que han sobrevenido
circunstancias imprevistas que aumentaron el costo de la obra.
(Artos. 1.822 al 1.824 Pr.)
Si el ejecutado no deposita el dinero a la orden del ejecutante, se
procede a dictar a su petición mandamiento de embargo ejecutivo, y al
embargo de bienes, aplicando todas las reglas y procedimiento ya estudiados
en el Cuaderno de Apremio del Proceso Ejecutivo Corriente, obligación de
dar.
NORMAS INCONSTITUCIONALES
PROCEDIMIENTO EJECUTIVO
EN OBLIGACIONES DE NO HACER
a) El regulado por el Arto. 1833 Pr. que se refiere al caso en que por
documento público se ha deferido por las partes la promesa estimatoria
del acreedor. En tal caso ese acreedor se presenta al Juez competente,
presenta el instrumento, y afirma está listo a prestar la promesa. El Juez
dicta providencia ordenando oír al deudor en la siguiente audiencia, y
recibiéndola en la misma audiencia. Después, dentro de tercero día
regulará la obligación, y se procederá como en todo caso de obligación de
dar, en la vía ejecutiva.
c) El tercero y último previsto en el Arto. 1838 Pr. que viene a ser una
pequeña variante de la obligación de DAR, sobre especie o cuerpo cierto,
ya que se refiere a obligaciones genéricas, como cien reses, cincuenta
caballos, etc.
El título III del Capítulo XXIV, Libro III del Código de Procedimiento
Civil, nos señala en sus primeros cuatro artículos: 1829, 1830, 1831 y 1832, el
procedimiento para hacer efectivo el crédito hipotecario cuando la ejecución
se dirige contra el deudor personal propietario del inmueble gravado, que ha
renunciado a los trámites del juicio ejecutivo, en apoyo al artículo 3790 C.
que dice: "Es permitido renunciar en la escritura de hipoteca los trámites del
juicio ejecutivo. En tal caso se procederá desde luego a la venta judicial,
sirviendo de base el precio fijado por las partes en la escritura; si no se
hubiere fijado el precio, se establecerá por peritos".
Consecuente con esta disposición y para reglamentar su aplicación
procesal el artículo 1829 Pr. estatuye: "En el caso del Arto. 3790 C. se
observará lo siguiente:
"El acreedor, vencido el plazo de la obligación sin ser ésta satisfecha,
ocurrirá al Juez competente acompañando certificación del Registro Público
fechada el día anterior en la que conste no haber sido satisfecha la hipoteca.
Si por razón de la distancia no fuere posible obtener la certificación,
surtirá igual efecto el despacho telegráfico del Registrador en que dé fe de la
existencia de la hipoteca tres días antes de la demanda, a lo sumo.
El Juez, previo requerimiento al deudor de que pague en el acto de la
notificación, anunciará por tres carteles fijados en parajes públicos de su
residencia, que dentro de cuatro días va a subastarse el inmueble gravado
(que se describirá) por el precio fijado por las partes. Indicará además el
lugar y hora de la subasta.
El aviso podrá publicarse además en un periódico del lugar, si lo
hubiere, a petición de cualquiera de los interesados.
Una hora antes de la fijada para la subasta, se abrirá ésta
admitiéndose las posturas que cubran el capital, intereses, costas y gastos; y
no habiendo postores se adjudicará la finca al acreedor por el precio
convenido, el cual desde luego podrá inscribirla a su favor con sólo presentar
en el Registro de Enero de mil novecientos diecisiete y de ocho de Julio".
Con relación a la publicación de los carteles a que se refiere el texto
del inciso tercero de este artículo debe entenderse incorporadas a dicha
disposición las leyes de veinticuatro de Enero de mil novecientos diecisiete y
del 8 de Julio de 1931.
Analizando el contenido del artículo 1829 Pr. nos encontramos en
primer lugar con los requisitos especiales que deben concurrir para la
existencia de esta clase de juicios. Estos son:
CONSIDERANDO I.
EL JUICIO POSTERIOR
COMO REPETICIÓN POR PAGO DE LO INDEBIDO
Supongamos la hipótesis de que el juicio ejecutivo se haya realizado
con todas las formalidades legales; pero la brevedad del término de prueba
no permitió al ejecutado aportar al juicio el documento de pago que se
hallaba en el extranjero.
No hay aquí ninguna nulidad que reparar. El juicio ordinario será tan
sólo, una acción apoyada en la pretensión legítima de repetición de pago de
lo indebido. La sentencia condenará al presunto acreedor ejecutante, a
reintegrar al ejecutado lo que indebidamente obtuvo por obra de la
sentencia. Varían aquí los plazos de prescripción, la carga de la prueba, el
contenido mismo del fallo en que culmina el juicio ordinario posterior. En
esta hipótesis nos hallamos frente a una sentencia de condena.
EL JUICIO POSTERIOR COMO REVISIÓN DE MÉRITO
Puede darse la hipótesis de que no haya motivos de nulidad, ni
disminución de garantías en cuanto a la recepción de la prueba, o en la
admisión de las excepciones. El juicio ejecutivo se falló, simplemente, por
error, porque los jueces de primera y segunda instancia se equivocaron al
decidir sobre el mérito, incluso el Tribunal de Casación.
La jurisprudencia y la doctrina se han dividido sobre este punto; y en
tanto se sostiene, por una parte, que lo debatido en juicio ejecutivo no
puede reverse en vía ordinaria, por otra parte se aduce que la ley no ha
hecho distinción alguna a este respecto y que el juicio de revisión ha sido
consagrado sin limitación alguna.
"CONSIDERANDO IV.
La Corte Suprema de Justicia cree necesario, para fijar el derecho,
dar la verdadera interpretación del artículo 1829 Pr., citado por el
recurrente, respecto al precio convenido por las partes sobre el bien
hipotecado. El último inciso de la disposición, terminantemente establece
que "no habiendo postores se adjudicará la finca por el precio convenido".
Piensa el Tribunal que esta idea predomina también para los referidos
postores en el inciso 3o. del mismo artículo, en la parte que dice: "que
dentro de cuatro días va a subastarse el inmueble por el precio fijado por las
partes". Bien es verdad que tratándose de los juicios ejecutivos comunes, el
precio señalado por los peritos sirve de base para la rebaja en las 2/3 partes;
pero en los casos singulares del expresado juicio, las reglas que se adoptan
son Especiales como puede verse en los artículos 1829 y siguientes Pr. De
aquí es que, renunciados los trámites del juicio y señalado por las partes el
precio en la respectiva escritura, estas partes hacen oficio de peritos
valuadores con facultad de fijar el valor del inmueble hipotecado, en su
mínimum. Los postores extraños tienen que respetar el valor fijado, porque
si alegasen que no es ley para ellos el convenio de las partes, entonces, la
propiedad que se subasta carecería de peritaje legal; y en tal caso, no ten-
drían derecho de hacer posturas, ya que es indispensable la previa valoración
del inmueble; doctrina razonable y justa por cuanto los postores no pueden
estar en mejor condición que las mismas partes contratantes, respecto al
verdadero precio de la propiedad gravada, fijado por ellas. En la legislación
Hipotecaria de España, en sus artículos 130 y 131, relativos a la ejecución del
bien hipotecado con precio convenido por las partes se establece esto:
"Servirá de tipo para la subasta el pactado en la escritura de constitución de
hipoteca, y no se admitirá postura alguna que sea inferior a dicho tipo."
(Comentarios por J. Morell y Terry, Tomo IV, pág. 79)
Como puede apreciarse en el considerando transcrito, el criterio
sustentado por la Corte Suprema es acorde con la doctrina tradicional al
respecto y no deja espacio que llenar por cuanto se fundamenta en razones
de justicia, equidad, y satisface a la razón.
Prosiguiendo detenidamente el estudio que estamos haciendo del
artículo 1829, leemos en el inciso cuatro: "Una hora antes de la fijada para la
subasta, se abrirá ésta, admitiéndose las posturas que cubran el capital,
intereses, costas y gastos; y no habiendo postores se adjudicará la finca al
acreedor por el precio convenido...etc."
Este inciso es el que señala la pauta aún para el Juicio Ejecutivo
Corriente en cuanto a la duración de la subasta, es decir, el tiempo que se
concede a los postores para hacer sus ofertas, tiempo que como podemos
apreciar es de una hora. Dije que esta disposición rige para el juicio
ejecutivo corriente, y es así, porque estudiando el Título XXIV del Libro III,
del Código de Procedimiento Civil, que trata del juicio ejecutivo, no
encontramos disposición legal alguna que regule tal materia, por lo que
consecuente con tal circunstancia la Corte Suprema de Justicia ha extendido
analógicamente el contenido del inciso comenado a los casos generales de
subasta en Juicio Ejecutivo.
Los postores, como mínimum de sus posturas, deberán ofrecer tal
como lo dice el inciso 4o., que tratamos, el capital debido, intereses, costas
y gastos; si no se cumpliere con este requisito, tales posturas, deberán ser
rechazadas de plano por el juez, ya que de no hacerlo así acarrearía la
impugnación de la subasta, con la consecuente nulidad del acta corres-
pondiente, tal como lo tiene resuelto la Corte Suprema en numerosas
sentencias, entre ellas la citada atrás de las once y tres cuartos de la mañana
del día Veintitrés de Agosto de Mil Novecientos Veinticuatro.
Respecto a este punto se pueden presentar verdaderas curiosidades
jurídicas, tales como el caso que se ha presentado en nuestros Tribunales no
resuelto aún, que expondré de manera breve. Se trata del ejercicio de la
acción hipotecaria proveniente de una hipoteca en la que se han renunciado
los trámites del juicio ejecutivo. Señalado el día para la subasta y abierta
ésta en tiempo legal no se presentan más postores que el propio acreedor
hipotecario, ofreciendo el principal, intereses, costas y gastos, tal como lo
dispone la ley. Transcurrido el término legal sin más posturas propuestas, se
está en el caso de adjudicar el bien rematado en el único postor. Llegado el
momento de otorgar la escritura de venta respectiva, el Juez la otorga por el
precio convenido por las partes en la escritura de adeudo hipotecario, por
haberse adjudicado al acreedor ejecutante.
La interrogante planteada en ésta: es válida la escritura de venta, y
como tal, suficiente para transferir el dominio del bien vendido? y siendo
válida es susceptible de inscripción en el Registro competente? Como dije, la
cuestión es debatida aún, pende de resolución. Según mi opinión la solución
del caso es la siguiente: nulidad de la escritura de venta. Ineficacia de la
misma para transferir el dominio. Las razones son las siguientes: No debe
olvidarse que una es la calidad de acreedor ejecutante, y la otra de postor,
desde el momento que el acreedor se presenta como postor, voluntariamente
se enmarca dentro de la categoría jurídica de postor, debiéndosele tener por
tal, con prescindencia de su calidad de acreedor ejecutante. Por lo tanto,
para poder otorgar la escritura de venta, deberá procederse de previo a la
liquidación de intereses, costas y daños, para obtener el verdadero precio de
venta, ya que debemos recordar que siendo la venta forzada, figura muy
semejante a la compraventa civil, debe reunir los elementos indispensables
para su validez que aquella exige, entre los que se comprende el precio
cierto; por lo tanto, faltando tal requisito, la escritura es nula. Se podría
aducir que de conformidad con el inciso 4o. del artículo 1829 Pr. (in fine), se
podría prescindir perfectamente de la escritura de venta, ya que dicha
disposición establece que: "el acreedor podrá inscribir la finca con sólo
presentar en el Registro certificación del acta de subasta", pero tal
aseveración es fácilmente abatible desde luego que esa disposición legal es
únicamente para el caso de que no haya postores y en el presente caso lo
hubo, el acreedor ejecutante; y hay más aún, suponiendo que estuviese el
ejecutante facultado para inscribir el acta de subasta, el Registrador no
admitiría tal inscripción, porque siendo un contrato traslatio de dominio,
como lo es la compraventa, debe llenar el requisito legal del precio cierto, y
siendo en esta hipótesis el precio indeterminado, mal podría verificarse la
transferencia del dominio.
Por otra parte, ya que he citado la fracción final del artículo 1829 Pr.,
que trata sobre la inscripción del acta de subasta, estimo conveniente
adelantar la doctrina de la Corte Suprema de Justicia al respecto.
En el Considerando I, de la sentencia de las nueve de la mañana del
día dos de Julio de mil novecientos trece, folios ciento cuarenta y nueve y
siguientes, del Boletín Judicial, se lee:
"Para el examen de los hechos que han motivado este litigio, el
Tribunal Supremo debe sujetarse a las voces del libelo de demanda suscrita
por la opositora doña Mercedes Alegría de Vigil. Los puntos que comprende
son tres, a saber: que se suspenda el remate de la hacienda El Picacho: que
se declare que esa hacienda no es ya de la propiedad de los señores Matías
Quintero e hijos; y que se mande cancelar el embargo que sobre el mismo
inmueble se trabó a solicitud del señor Caligaris, para que pueda ella (la
opositora) inscribir el acta de adjudicación de la misma finca extendida a su
favor. De los otros términos de la demanda no se deduce, ni siquiera se
insinúa que se haya propuesto la declaración directa de dominio, y, no fue
sino después, en el curso del juicio cuando se encuentran empleadas las
expresiones de tercería de dominio que la Sala acogió de plano sin ningún
fundamento para ello, porque la tercera opositora, como se ha dicho, no
propuso a la decisión judicial sus derechos de dominio de modo concreto
sobre ese inmueble, ni tampoco el señor Calligaris que fundaba sus derechos
en un embargo, trató de oponerse a la acción intentada, alegando derechos
de esa misma índole. Debe considerarse, pues, como un error de derecho la
nominación que se dio a esa acción, que importa suplir para la mayor
inteligencia de los derechos ventilados en el presente litigio, artículo 1.027
Pr., ya que a ese error debe atribuirse, en parte, la insistencia con que el
apoderado del señor Calligaris trata de justificar la falta de acción de la
opositora, con un título que no es traslaticio de dominio, respecto a terceros,
por no estar revestido de las formalidades de una escritura pública, ni menos
inscrita, circunstancias éstas que señala como base fundamental de la
defensa, y que la Sala tuvo a bien acoger en su segundo Considerando,
desconociendo así el carácter jurídico de la cuestión propuesta al debate
judicial. En efecto, la tercera opositora para incoar su acción, no tuvo
necesidad de pedir declaración de dominio. Bastaba a su intento invocar,
como así lo hizo, su calidad de acreedora hipotecaria, con título inscrito
antes que el embargo, para fundar su derecho a pedir el desembargo de la
finca, por medio de la acción que intentó, solicitando la intervención judicial
para obtener una providencia ejecutoria que ordenase la cancelación,
artículos 3790C. y 64 del Reglamento del Registro. Por otra parte, al negar la
Sala la fuerza legal del acta de adjudicación o subasta, que ostentó la señora
de Vigil, dando por razón que no era bastante, olvidó la aplicación de la
parte final del articulo 1829 Pr., que no exige el otorgamiento de escritura
pública en el caso especial de ejecución con renunciación de los trámites del
Juicio Ejecutivo, que es el caso ocurrente, como se ve de las actuaciones que
certificadas y como prueba obran en el expediente". Puede apreciarse en las
líneas precedentes el criterio del Tribunal Supremo que afirma que no es
necesario el otorgamiento de escritura pública de compraventa en el Juicio
Hipotecario con renuncia de trámites.
Sin embargo, se ha suscitado en la práctica el problema o
interrogante acerca de que el acta de subasta, constituya título suficiente
para la transferencia del dominio definitivo o se trata simplemente de un
dominio provisorio, sujeto a la formalidad de la escritura pública. Pienso al
respecto que siendo la venta un contrato consensual, es perfecto desde que
entre las partes (en este caso el adjudicatario y el juez en representación
legal ficta del ejecutado) hubo acuerdo en cuanto a la cosa objeto del
contrato y en cuanto al precio; y siendo una disposición especial de la ley el
artículo. 1829, debe primar sobre el principio general de formalidad que
anima nuestra legislación, lo que debe defenderse sin perjuicio de los
requisitos fiscales que deberán acompañarse con la solicitud de inscripción
del acta de subasta ante el Registrador Público competente.
En la legislación Hipotecaria de España, se autoriza al adjudicatario
para pedir la posesión judicial de los bienes adjudicados, (Morell y Terry,
obra citada, pág. 82), con lo cual nos indica que consideran el acta de
subasta como constitutiva de dominio perfecto y definitivo.
La opinión contraria a mi tesis, respecto a la no exigencia de la
escritura pública para transferir el dominio perfecto y definitivo en esta clase
de procedimiento de aprecio tan especial y privilegiado, se afirma en la
realidad de que nuestra legislación es formalista, y no obstante reconocer
expresamente lo consensual del contrato de compraventa, pena con nulidad
la falta de otorgamiento de la escritura pública respectiva, y que esta
disposición debe observarse, aún tratándose del juicio hipotecario con
renuncia de trámites, haciendo caso omiso y sin darle una interpretación sino
extensiva, al menos literal, al inciso final del artículo. 1829 Pr.
Empero, estimo que el problema suscitado por la dualidad de opinio-
nes citadas ha perdido la trascendencia práctica que algunos le atribuyen,
desde luego que afirmando el criterio oficial del Tribunal Supremo, arriba
citado, leemos en el Boletín Judicial, pág. 3779. "Señor Registrador de la
Propiedad Inmueble. Masaya.
En oficio de 27 de Marzo anterior, expone Ud. que: "Conforme el
artículo. 1773 Pr., se ha presentado a esa oficina para su inscripción,
certificaciones de actas de remate en que consta que un tercero compro los
bienes raíces subastados a consecuencia de ejecución de un acreedor contra
su deudor; y he observado que sólo puede inscribirse la escritura respectiva,
según el artículo. 1775 Pr., pero los interesados insisten en que se les
inscriba para mientras se otorga dicha escritura, y tener entre tanto
asegurados sus derechos; y yo insisto en la negativa. Además, aunque creo
que se pudieran asegurar esos derechos con una anotación preventiva, dudo
que aún eso pueda hacerse legalmente. También se presentan certificaciones
de actas de remate extendidas en juicio ejecutivo seguido conforme el
artículo. 1829 Pr., unas veces porque se adjudicó al acreedor el inmueble
hipotecado por el precio convenido; y otras porque se adjudicó a un extraño
que mejoró el pecio y se le dio en venta el referido inmueble. En el
primer caso creo que no hay ningún inconveniente para la inscripción, y en el
segundo caso me ha parecido inadmisible y que debe otorgarse la escritura
respectiva para poder inscribirse; pero los solicitantes entienden que aún
siendo un tercero el comprador goza de la excepción que establece el
artículo. 1829 Pr.
Por otra parte yo entiendo que en los tres casos expresados, es decir,
aún adjudicándose la propiedad al acreedor por el precio convenido, la
certificación debe estar extendida por el papel sellado correspondiente al
valor de la propiedad y que debe presentarse constancias de haberse
declarado el pago de impuesto directo y de Instrucción Pública, Fiscal o de
alcabala y los locales, a todo lo cual se oponen los interesados; todo lo cual
pido al Tribunal su ilustrada opinión". Con instrucciones recibidas contesto a
Ud. del modo siguiente: "El artículo 1773 Pr., autoriza el valor de la certi-
ficación del acta de remate para la inmisión, porque se trata de las mismas
partes. Como la venta es contrato consensual, no hay necesidad de
inscripción entre las partes. Para la inscripción en el Registro es necesaria la
escritura correspondiente según el artículo. 1775 Pr. y aún al tenor de la 3a.
parte del propio artículo. 1773 Pr. Así concuerda con el artículo. 2534 C.
Acerca del segundo punto. En el caso del Arto. 1829 Pr., puede
inscribirse la certificación del acta, porque es disposición especial, aún para
el postor extraño. El papel de la certificación debe ser el del valor del
remate. La ley autoriza solamente que sea autorización, pero quedando el
impuesto sujeto al valor del traspaso, conforme la ley del papel sellado, Ud.
está en la verdad.
Con relación al punto tercero, las constancias de pago de impuesto de
tasa, fiscal, alcabala, etc., pueden y deben presentarse al Registrador como
ya se ha dicho en circulares entre ellas la del 16 de Abril de 1920".
El comentarista Morell y Terry dice al respecto: "Se ha criticado y se
discutió en el Senado el precepto, por virtud del cual, en caso de remate,
que representa una venta hecha en nombre del dueño al mejor postor, se
permite la inscripción sin otorgamiento de escritura pública y sólo con un
testimonio judicial. No tienen razón los impugnadores de este precepto. Se
trata de actos propiamente judiciales, de una subasta realizada ante el Juez
y el actuario, de la que quien debe dar fe es el secretario judicial o quien
haga sus veces. Barrachina tiene la nobleza de reconocerlo: "Aunque somos
Notarios dice y quisiéramos que no se nos restara competencia en la
formalización de documentos, no podemos negar que la ley ha procedido
acertadamente asignando al actuario la facultad de expedir, en forma de
testimonio, porque la fe del Notario es extrajudicial y la venta o adjudicación
son actos judiciales, como verdaderos trámites del procedimiento".
Es más, la subasta y el remate representan una enajenación necesaria
para hacer efectiva la hipoteca, y forzosa en su caso, quiéralo o no la
persona que represente a la finca gravada, y así puede afirmarse que es
indiferente quien sea esa persona, y que no se necesita su intervención ni su
voluntad. El actuario ha presenciado el acto y da fe de su resultado; A. fue el
mejor postor; el Juez aprobó el remate, estimando y reconociendo su
adquisición legal. Ni aún debía expresarse que aprobada en determinada
representación. Los bienes han sido legalmente transmitidos como
consecuencia de la hipoteca, sea el que fuere su poseedor.
No se requiere al deudor ni al tercer poseedor para el otorgamiento
de una escritura que se considera innecesaria y que realmente lo es. La
compra se ha efectuado en virtud de subasta judicial: el actuario da fe de
ello y es el funcionario realmente competente. El consentimiento o la
intervención del dueño u otro en su representación, ni añade ni quita nada al
hecho: es perfectamente inútil; la venta ha sido forzosa e irremediable; el
deudor o poseedor de la finca no vende por su voluntad; si se exigiese ésta,
no vendería. Para qué aumentar gastos y dilaciones que a nada útil ni
práctico conducen?
Por lo mismo, lo procedente sería extender la misma regla a todos los
casos análogos.
2. PROCEDIMIENTO A SEGUIR.
Hemos anticipado que la pretensión que se reclama es posesoria, la
que se debe en virtud de Título Ejecutivo; en consecuencia el deudor cierto
de la posesión, se encuentra frente a la acción ejecutiva de Inmisión, como
cualquier ejecutado a quien se le pide lo que debe, y tiene en consecuencia
el derecho a oponer las excepciones que le asistan con fundamento en el
artículo. 1.737 Pr. y con los requisitos formales del 1.739 ibídem. En
consecuencia aplicando los plazos de oposición regulados por los artículos.
1732, 1733 y 1734 Pr., el ejecutado puede oponer su escrito de excepciones
incluyendo todas las que crea asistirles dentro del número clausus que regula
el precitado artículo. 1737 Pr.
(B. J. 12.503, 12.508, 15.193, 19.473, 18.939, 19.544, 131 de 1970.)
Frente a tal derecho a oponerse del ejecutado, y en presencia del
escrito de excepciones el procedimiento a seguir obviamente es el del
cuaderno ejecutivo del proceso ejecutivo corriente, esto es, ordenando el
traslado de responder al ejecutante, caso de ser admisibles las excepciones,
apertura a pruebas por diez días, radicación de los autos en secretaría por
seis días para que las partes aleguen sobre las pruebas rendidas, y el fallo
dentro de tercero día, ampliable por cuatro más si el expediente tiene más
de setenta hojas o es complejo.
(Arto. 417 Pr.)
Este fallo naturalmente sólo tiene dos posibles caminos:
a) Estimar la fundamentación de las excepciones y declararlas con lugar,
matando el mérito ejecutivo del instrumento base de la ejecución, o
b) Por el contrario desestimar las excepciones, ordenando dar la
posesión efectivamente por el propio Juez, o bien cometerla por
medio de un nuevo mandamiento ejecutivo.
3. MODOS DE OPONERSE.
Como ya queda explicado en el numeral que antecede, la primera
forma de oposición, surge cuando el ejecutado se opone a la ejecución, lo
que debe realizar en el tiempo y forma explicados.
Puede ocurrir un caso especial, consistente en que dentro del plazo
de oposición, el requerido presente un título ejecutivo de igual fuerza que el
ostentado por el ejecutante y que le habilita a poseer, en tal hipótesis, no
puede continuar la vía ejecutiva singular, y debe el Juez cerrar el proceso
remitiendo a las partes al Juicio Ordinario. No es autorizado ordinaria la vía
ejecutiva, como erradamente se ha actuado en algunas oportunidades de
nuestro foro. Repito, se cierra el expediente ejecutivo, se ordena archivar, y
el ejecutante o el ejecutado conservan sus derechos para intentar la Acción
Declarativa, ordinaria, que corresponda.
(B. J. 12.377, 175 de 1975.)
También puede darse el caso de que comparezcan terceros
oponiéndose a la acción. En esta hipótesis la fracción final del artículo. 1836
Pr. señala que el procedimiento a seguir es el de las tercerías. Entendemos
que se refiere a la de dominio, que origina un proceso ordinario declarativo.
Esto es así, ya que en el Proceso Ejecutivo no caben los terceros opositores ni
coadyuvantes ni excluyentes. Estos terceros no están sometidos en el
ejercicio de su derecho al plazo preclusivo del ejecutado, sino que pueden
comparecer en cualquier tiempo, antes de haberse entregado la efectiva
posesión, que es cuando concluye el proceso de Inmisión.
(B. J. 11.612, 13.055, 15.159, 16.358, 18.476, 284 de 1962, 497 de 1964, 131 de
1970.)
4. RECURSOS PROCEDENTE
Según queda explicado, el proceso singular de Inmisión surge cuando
frente a la pretensión posesoria fundada en título ejecutivo, el demandado
se opone en tiempo y forma. Esa oposición hace nacer el debate, la
contienda, que como señalamos en líneas anteriores, se debe tramitar en los
términos del cuaderno ejecutivo del proceso ejecutivo corriente o común.
Por ello la sentencia definitiva dictada por el Juez de Distrito es susceptible
de apelación, y la dictada por el Tribunal de Apelaciones correspondiente,
susceptible de Casación, en la forma y en el fondo, como en todo proceso
declarativo.
Cuando no hubo oposición, o esta queda vencida por sentencia firme
pasada en cosa Juzgada, todo lo que sobreviene es Ejecución de Sentencia,
por lo tanto las apelaciones sólo pueden fundarse en los casos del artículo.
540 Pr. y la casación sólo en los postulados del artículo. 2.060 ibídem.
(B. J. 18.939, 437 de 1963, 222 de 1975, 208 de
1980.)
ALCANCES DE LA COSA JUZGADA MATERIAL
DE LA SENTENCIA DE INMISIÓN