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El Movimiento Indigena XD
El Movimiento Indigena XD
EL MOVIMIENTO INDÍGENA
Una pregunta que salta a la vista de inmediato es el papel que en todo este trajín han jugado los
pueblos indígenas. Hace ya 450 años que las naves de Orellana alcanzaron estas riberas y se
encontraron con numerosas naciones, según su mismo testimonio, muy pobladas. A tanta distancia de
tiempo, ¿qué ha sido de ellas?; ¿cómo han logrado su supervivencia?; ¿cómo han ido construyendo,
recreando fortaleciendo o debilitando su identidad desde las raíces originarias?
Con dos aspectos quisiéramos concluir este capítulo final, uno el cuantitativo que se refiere a la
población y organización indígena y, otro, cualitativo que condensa en unas breves consideraciones los
avances, del movimiento indígena desde una perspectiva más general.
La población indígena total de la Amazonía Peruana bordea actualmente las 300,000 personas
pertenecientes a más de 50 pueblos diferentes, con su propia cultura e idioma. El 54% de esta
población se encuentra asentada en la selva baja, es decir, en los departamentos de Loreto. Ucayali,
Madre de Dios, Cusco (medio Urubamba), Huánuco (pachitea) y San Martín (Huallaga). En las
regiones de Loreto y Ucayali habitan unos 100,000 pobladores indígenas de los pueblos siguientes:
Shipibo, Kichua, Aguaruna, Huambisa, Cocama, Cocamilla, Achual, Bora., Huitoto, Ocaina, Yagua,
Ticuna, Candoshi, Shapra, Chayahuita, Urarina, Capanahua, Matsés. Mai huna, Seco ya, Arabela e
Iquito.
Chayahuit Cahuapanas
3. Federación de Comunidades Nativas del ay
distrito de Cahuapanas (FECONADIC) Aguaruna
Aguaruna
4. Organización Nativa Aguaruna de la Medi
provincia del Alto Amazonas (ONAPAA) o
Mara
ñón
Candoshi Bajo Pastaza
5. Federación de Comunidades Nativas
Candoshi del distrito de Pastaza
(FECONACADIP)
6. Federación Shapra del Morona Shapra Med
(FESHAM) io
Mor
ona
7. Ijumbau Chapi Shiwag Agúarun Medi
ay o
Huambi Mara
sa ñón
8. Organización Shuar del Morona (OSHDEM) Shuar Medio y
Alto
Morona.
9. Organización Achual Chayat (ORACH) Achual Huasaga
Selva Norte
Selva Oriente
Selva Norcentro
El movimiento indígena que comenzó a gestarse muy severamente en la década de los 60, en los
70 entró en un proceso acelerado de organización a partir de la Ley de Comunidades Nativas dado por
el Gobierno Militar de Velasco Alvarado en 1971. De ahí para adelante han ido formándose dos
confederaciones, una más grande y más antigua, AIDESEP, y la otra más reducida y joven, CONAP.
Entre ambas existen antagonismos que a veces les convierten en enemigos encarnizados.
Pasando por encima de estas divisiones, el panorama del movimiento indígena en estos años
tiene algunas características que podrían resumirse así:
- En un primer momento las reivindicaciones tuvieron un carácter cuantitativo: más escuelas, más
hospitales, más atención y servicios. Al paso de los años se fue transformando en un discurso que
privilegiaba lo cualitativo, su identidad. La lucha por las tierras se convirtió en exigencia de los
territorios; de un concepto de salud puramente asistencia! pasaron a reivindicar sU medicina
tradicional tanto en su contexto ambiental como cultural. Del reclamo por una educación funcional
bilingüe han pasado a reivindicar Un programa de interculturalidad; de reclamar la asistencia por
parte del Estado han pasado; exigir su autonomía, y el reconocimiento a su normativa propia
según su derecho consuetudinario.
- En sus orígenes este movimiento mostró un rechazo primero, y más tarde, distancia de cualquier
forma de tutelaje: Iglesia, antropólogos, ONGs, el Estado. Así lo confirman las -relaciones habidas
entre unos y otros, que -han sido complicadas y espinosas. Sin embargo en los últimos años el
movimiento va superando su cierta intolerancia y autosuficiencia por creerse siempre agredidos y
han ido estableciendo en el último quinquenario alianzas con otros sectores e identidades
populares de la sociedad amazónica La historia no puede regresar. La realidad de las oleadas
migratorias de los últimos siglos debe asumirse para iniciar juntos la marcha hacia un nuevo
modelo de desarrollo donde se respeten todas las identidades.
Dos aspectos tienen particular relieve en la última etapa del desarrollo del movimiento indígena.
- La interculturalidad como expresión de la necesidad a asumir desde su propia raíz los nuevos
elementos. Los indígenas amazónicos son conscientes de que no pueden encerrarse en su tradición
hermética y que desde su propia identidad deben asumir lo nuevo de la sociedad envolvente. Lo
que en un principio fue bilingüismo se transformó en .interculturalidad, bajo control de las mismas
organizaciones indígenas. La reflexión sobre la interculturalidad dialogante ha iluminado el
proyecto- global de la sociedad, de articulación entre las regiones, de armonización y respeto de
las diferencias, de construcción de identidad de otros sectores.
- Los territorios como espacio de percepción; de cultura; de reorganización étnica. Desde aquí cobra
sentido la dimensión-medio ambiental y ecológica, que es el mundo de la estrecha comunión con
la naturaleza, desde donde la sociedad entera puede ir aprendiendo un modo alternativo de trato a
los ecosistemas.
Queda aún por ver en qué medida las sociedades 'regionales asimilarán el impacto de los medios de
comunicación, que-avanzan vertiginosamente merced a las tecnologías de la electrónica, y que
mandan sobre los bosques amazónicos torrenteras de mensajes desde los satélites. El mundo, el
Perú y la Amazonía se han convertido en una aldea donde no es posible mantener la identidad a
fuerza de aislamiento. Ante esta agresión, sale la pregunta: ¿cuál será la capacidad de los
indígenas y del pueblo amazónico en general para integrar a su racionalidad una cosmovisión tan
opuesta a la suya? Sólo la historia nos dará la respuesta.
La creación y el funcionamiento de las regiones fue una válvula de escape a las ya casi centenarias
frustraciones de los pueblos del Perú. A partir de 1990 comenzaron los Gobiernos Regionales
apoyados por una Asamblea a iniciar la marcha de la construcción de sus circunscripciones con paso
vacilante. Otro tanto aconteció en Loreto, Ucayali y, más tarde, San Martín. Tarea ardua y tortuosa.
Era difícil iniciar un recorrido, sin 'un modelo a seguir. Lo único que había; ante los ojos era un
modelo del viejo y caduco Estado centralista que reproducido multiplicaba y agudizaba el centralismo,
como el espejo que se quiebra y reproduce imágenes ad infinitum. De cualquier modo era un comienzo
más próximo al ideal que lo anterior.
En julio del mismo año tomó posesión de la Presidencia de la República el Ing. Alberto
Fujimori, que desde una visión del Perú como república monolíticamente unitaria, fue erosionando
sistemáticamente las bases de un proceso aún balbuciente. El 5 de abril de 1992 dio un autogolpe,
cerrando el Parlamento Nacional, cancelando el Pode Judicial, y clausurando los Gobiernos
Regionales, acelerando el programa que ya tenía en marcha.
Aunque los Frentes de Defensa de San Martín y Ucayali están muy limitados por haber sido
declarados zonas de emergencia, en Loreto a partir del 30 de diciembre se creó el Frente Cívico de
Loreto, con ocasión de "tres dispositivos legales: los Decretos Leyes 25990 (anulación del Convenio
Aduanero Peruano-Colombiano) 25980 (que grava con un 18% de Impuesto de Promoción Municipal)
y el D.S. 051/92, considerados lesivos a los intereses del pueblo de Loreto. Dos grandes
movilizaciones, una el 5 de enero de 1993, después de un paro cívico de 24 horas, y la otra el 10 de
febrero, después de otro paro progresivo de 48 horas, los días 9 y 10, con un total aproximado de
200,000 almas pusieron en pie de lucha unánime a toda la región reivindicando un modo de gestión
autonómica.
Estos vendrían á serlos rasgos de la nueva composición de las luchas populares.
1. Desplazamiento del liderazgo cada vez más definidamente de las burguesías, representadas por la
Cámara de Comercio, hacia sectores técnicos e intelectuales y gremiales, con mayor claridad de
conceptos y más próximos a la conciencia popular de los sectores tradicionalmente marginados.
1. Cada región del país, por su vocación histórica, por sus recursos ambientales y productivos debe
tener un tratamiento diferenciado en función de sus potencialidades y limitaciones.
2. Se debe reconocer alas regiones el derecho de posesión de su espacio territorial con autonomía
económica, política y administrativa.
3. El principal y mejor de todos los recursos de las regiones es la persona humana sobre todo, los
más jóvenes, su potencial creador y su capacidad de lucha, por lo que, en la nueva Constitución
se debe garantizar las bases para que esta juventud se desarrolle pujante y esperanzada,
asumiendo con valentía y coraje el difícil reto del desarrollo de su Región.
4. Es: preciso respetar, al interior de cada una de las regiones, la unidad indivisible de las distintas
identidades, sobre todo, las indígenas que forman parte sustancial de la sociedad nacional y
guardan el legado más genuino del pasado inmemorial.
5. Todas las regiones deben ser respetadas en sus ecosistemas, en especial la Amazonía, por
representar el área mundial de mayor diversidad biológica, patrimonio que debe garantizarse
como factor de negociación para el desarrollo sustentable del país y como legado para las
futuras generaciones.
6. Nos ratificamos en la lucha por la verdadera descentralización, que parta desde las raíces y
recoja todas las experiencias sociales, políticas y productivas del pasado, y no quede reducido a
la triste condición de ser colonia de nuestra propia nación.
7. Invocamos a todos y cada uno de los pueblos del Perú a incorporarse a la gran cruzada por la
afirmación de su identidad y la conquista de un nuevo modelo de Estado que refleje real y
eficazmente las aspiraciones e intereses, no sólo de los ciudadanos, sino de los grupos, de los
pueblos, culturas, municipios y regiones.