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LITERATURA

M' hijo el dotor

“[Florencio Sánchez] jamás premiaba o castigaba deliberadamente a sus


personajes, ni tampoco los clasificaba en su fuero personal como dignos o indignos.
A todos [tenía] igual simpatía, igual cariño de padre, igual justificación de yerros, o
proezas, siempre que se acordaran a la lógica real. Su teatro no fue el esfuerzo de
un historiador o de un juez de costumbres. Fue el de un creador. Ahí su gloria.
[…]Pero Florencio jamás impuso la crítica a los fenómenos psicológicos. Los veía,
los reproducía sin ambages y con su genialidad extraordinaria elegía el detalle
sugerente, que se convertía en síntesis, sin juzgar de las causas ni concordar los
efectos. Algo del fatalismo supersticioso de las almas, muy sencillas o muy
complicadas, le daba la indulgencia maternal hacia lo inevitable de la vida: ‘es así
porque así es’.

Monteavaro, Antonio. “Florencio Sánchez”, en Textos y protagonistas de la bohemia


porteña.

A) A partir de esa cita, analicen los personajes Julio y Olegario de “M’hijo el


dotor”. Deberán prestar atención a las siguientes cuestiones:

1) ¿Por cuál personaje parece tener más simpatía Sánchez: Julio u Olegario?

Se concuerda con la cita Monteavaro pues Sánchez no manifiesta simpatía


por ninguno en particular. No los clasifica a pesar de los errores y aciertos
de ambos personajes en dignos o indignos, buenos o malos, morales o
amorales. No juzga, ni está de acuerdo con los efectos de sus acciones.
Es el lector cuando interactúa con la obra que empatiza más con uno que
con otro por las características del Drama Moderno. Esto es, crear una
realidad escenificada, realista, con la que el público por su verosimilitud se
identifica e interactúa para tratar de cambiar.

2) ¿Cómo es presentado cada uno?

Olegario es presentado como un hombre con mentalidad rural tradicionalista


y Julio como un hombre urbano y moderno.

3) ¿Cómo se juzgan los personajes mutuamente?

Ambos personajes se juzgan mutuamente por los principios morales que ellos
defienden y con los que viven.

Así en la Escena VII del Acto II en un diálogo entre éstos por el embarazo de
Jesusa, Olegario manifiesta: “- ¡Merecías que te matara!... No te bastó maltratarme,
hundirme en la desesperación, matarme a disgustos... que por tu culpa me estoy
muriendo! ¡Si no que has llegado hasta deshonrar esta infeliz, a esta inocente
criatura!... ¿Dónde está tu honor?... ¿Dónde tus buenos sentimientos? ¿Eso es lo
que te han enseñao los libros, gran sinvergüenza? ¡Respondé!... ¿Es tener corazón,

Alumnas: Ana Echagüe-Alejandra Goró// Grupo: 4° B// Profesora: Mary Farías.


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siquiera, matar a los padres a disgustos, seducir a una pobre muchacha y engañar a
otra?... ¡Decí desalmao!... ¿No te conmueve el cuadro?... ¿Esplicá tus grandes
doctrinas?. ¿La moral de tus padres te enseñaba esto?...”.

A lo que Julio responde: ¡La moral de ustedes no evitaba estas situaciones, padre!...
Mi moral más humana me dice que estos hechos son accidentes y que no existen
responsabilidades...“.

4) ¿Justifica Sánchez las acciones de Julio? ¿Se puede entender la


reconciliación final entre padre e hijo como una justificación de ambos?

Como señala Monteavaro, Sánchez no justifica, ni defiende las acciones y los


efectos de éstas. Se limita mediante su creación a reproducirlas sin
rodeos. Por ende, la reconciliación final de los personajes no es una
justificación de Sánchez a Julio, pues en ella se muestra a un hijo que
continúa defendiendo la moral que cree correcta, por lo que no se
arrepiente, ni concuerda con la moral del padre. La misma es a solicitud
de su madre, bajo coacción de ésta, con el argumento de: "¡Lo vas a
matar!... ¡Nos matarás a todos, Julio!... ¿Quieres que te lo pida de
rodillas?... ¡Más no puede hacer tu madre!...”; que contando con el amor y
con su propia forma de cuidar a Olegario (“¡Conste que lo quiero mucho!...
Todo evoluciona viejo; y estos tiempos han mandado archivar la moral, los
hábitos, los estilos de la época en que usted se educó!... Son cosas
rancias hoy. Usted llama manoseos a mis familiaridades más afectuosas.
Pretende, como los rígidos padres de antaño, que todas las mañanas al
levantarme le bese la mano y le pida la bendición, en vez de preguntarle
por la salud, que no hable, ni ría, ni llore sin su licencia; que oiga en sus
palabras a un oráculo….”), accede a casarse con Jesusa.

Tampoco justifica a Olegario porque en el monólogo de Julio en la Escena VI


del Acto III se deja entrever que ningún lado es perse el correcto: “¿Debo
seguir sembrando desdicha? ¿Tengo derecho a amargar la agonía de ese
pobre viejo?... ¿Pero sería yo o sería él quien se la amargara?... En el
fondo él no tiene la culpa. ¡Es su tiempo, es su vida, son sus prejuicios!...
¡Pretender arrancárselos en esta circunstancia!... ¡Convencerlo!...”.

C) ¿Cuál es el conflicto que aborda? Analiza y ejemplifica.

Por lo mencionado en la pregunta anterior el conflicto que se aborda es entre


una mentalidad rural tradicionalista (encarnada en Olegario y su ámbito: una
estancia del interior uruguayo) y las nuevas formas de estar en el mundo
determinadas por la modernización urbana (representada por Julio y la ciudad de
Montevideo).

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5) ¿Creen que Olegario y Julio habrán sido personajes corrientes a principios


del siglo XX? ¿Suponen que existe hoy tanta diferencia generacional
entre padres e hijos? Analiza la situación conflictiva centrada en el 900 y
las comparaciones con el siglo XXI.

Por la cita de Monteavaro, Olegario y Julio eran hombres corrientes del 900.
La diferencia generacional provocada entre los de ayer y los de hoy
impone diferentes formas de estar en el mundo. Todas las generaciones
tienen sus características y por ello se las ha organizado según su
taxonomía en: Z, Y, X, Baby Boom y los niños de la posguerra. Si nos
centramos en padres de la generación “X” e hijos de la generación “Y”
tendremos sin duda un conflicto de mentalidades entre ambos. Los
progenitores son abocados al trabajo y obsesionados con el éxito, por el
contrario sus descendientes buscan trabajar menos, ganar más para
disfrutar y cumplir sus sueños. Es así que, el trabajo de los sueños de un
hijo Millenial con horarios flexibles dentro de internet, choca sin lugar a
dudas con sueños idealizados de un padre de tener un hijo graduado de
una Universidad con empleo fijo y sueldo mensual.

B) Averigua cuáles son los “textos” que interactúan en una obra dramática.

En la obra dramática interactúan:

● *Diálogos. Los mismos son fluidos y vivaces, pues poseen la intención de ser
interpretados teatralmente. Son ejemplo de estos:

“MARIQUITA.- No digo eso. Pero por cuidar animales, ni se ha acordao de


hacerle el chocolate a Julio... ¡Ahora nomás se levanta y no tiene nada con
que desayunarse!...”.

“OLEGARIO.- ¡Qué lástima!... ¡El príncipe no podrá pasar sin el chocolate!...


¡Jesús!...”.

“MARIQUITA.- ¡Claro! ¡Si está acostumbrao! ¡Vos sabés que en la ciudá!...”.

● *Monólogos. En la obra de Sánchez existen tres, dos manifestados por


Jesusa y uno por Julio.

Alumnas: Ana Echagüe-Alejandra Goró// Grupo: 4° B// Profesora: Mary Farías.

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