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escribir una columna sobre desigualdad socio-educativa que permita plantear un

debate en la agenda pública.

Texto: BERNSTEIN, B. (1998) Pedagogía, control simbólico e identidad. Morata, Madrid.

La idea de práctica pedagógica que se utiliza está considerada como un contexto social
fundamental a través del cual se realiza la reproducción y producción cultural.

Las relaciones de poder establecen límites, es decir, relaciones entre límites - categorías.

Responde a críticas a su teoría abstracta, poco ligada a lo empírico.

El concepto de dispositivo pedagógico hace referencia a una teoría que llega de los niveles
más microinstitucionales a los más macroinstitucionales.

La sociología del poder describe complementaciones entre las desigualdades culturales,


económicas, explotaciones económicas, la legitimación simbólica, y qué efectos producen
estas cuestiones en las prácticas escolares y en los procesos de selección de currículum.

El currículum es el centro de atención para este autor.


Es el campo de conflicto ya que implica prácticas sociales de distribución y selección de la
cultura.
Son relaciones sociales que se expresan en la vida cotidiana a una cultura que es expuesta
como válida. La teoría de la comunicación distorsionada entre el interés de un grupo
dominante y la distorsión con la cultura del grupo subordinado.

Se encarga de describir el dispositivo pedagógico para desnaturalizar esa propuesta de


transmisión producción del contenido curricular y ver cómo los estudiantes de clase obrera
mayormente fracasan; no es un déficit de los estudiantes, sino que es producto de la
distorsión o diferencia de las propuestas de selección de culturas que se juega en las
relaciones de poder en las prácticas y discursos de las instituciones educativas. Bernstein
ve con la transformación de la división del trabajo, incide en los contenidos en que se
selecciona y sobre todo en la forma de cómo se transmiten.

El código es la noción central y abstracta de su teoría. Es el principio regulador para la


práctica y del discurso pedagógico. Es el concepto ligado a la comunicación legítima e
ilegítima.

Y son las reglas de transformación y adquisición en la escuela, es decir, son las


herramientas que sirven para comprender el principio de la práctica del discurso
pedagógico; este tiene dos reglas fundamentales:

1. De poder o clasificación
2. Enmarcamiento o control.

Estas dos reglas lo que hacen es dar cuenta de las variantes del discurso pedagógico que
funcionan en todas las instituciones educativas.
El discurso pedagógico es una instrucción, destrezas habilidades y conocimientos.

Es un discurso moral o de orden social. Por ejemplo: cuando se define que hay más horas
de matemáticas que de arte hay una relación de poder que modelan de diferentes formas al
discurso pedagógico.

En su conformación puede haber reglas de poder más fuertes o más débiles y reglas de
control más fuertes o débiles. Ahí está la diferencia entre lo que la escuela transmite como
códigos elaborados y los estudiantes de la clase trabajadora.

Es la distorsión entre intereses de clases dominantes y del grupo subordinado.

Hipótesis: los estudiantes reconocen las reglas del discurso pedagógico, la separación o la
materia docente pero no pueden decidir el texto legítimo, lo que está estructurado como
límite. Si la regla de poder descuenta de la separación a la materia docente es porque hay
más horas de una materia que de otra. Bernstein asegura que el último misterio del
contenido de características lo logramos en el último año ya que nos van dando todo en
forma fragmentaria.

PRIMERA PARTE: HACIA UNA TEORÍA SOCIOLÓGICA DE LA PEDAGOGÍA

CAPÍTULO PRIMERO: LOS CÓDIGOS PEDAGÓGICOS Y SUS MODALIDADES

Cuando se habla de códigos pedagógicos y modalidades pedagógicas es claro que se debe


hacer dentro de un contexto, como lo señala el autor esta práctica pedagógica a la cual se
refiere es “un contexto social fundamentalmente a través del cual se realiza la reproducción
y la producción cultura” (Bernstein, 1998:35). La práctica pedagógica está necesariamente
determinada por las relaciones de poder que se dan al interior de ella y las cuales se
configuran y determinan por los discursos que al interior de ésta se desarrollan y que llegan
a determinar las distintas formas de adquisición de conocimiento que se dan en el contexto
mencionado.
El enfoque principal del autor está determinado por el papel fundamental que juega el
discurso en los diferentes espacios del contexto pedagógico y que en innumerables
ocasiones, quedan por fuera de esta realidad como si el determinante en este desarrollo
fuera otro y no los procesos discursivos que al interior de los esquemas ya mencionados se
dan.
Poder y Control
Comprender cómo los procesos comunicativos que se dan al interior de la escuela y
determinan las prácticas que allí se realiza, es el propósito que presenta el autor,
enmarcado en las relaciones de poder que son las que separan y crean categorías para
determinar a los distintos actores del contexto social, y controlar o imponer un orden. Esto
mediado por el lenguaje que debe ser capaz de crear y reproducir los esquemas culturales
en las cuales se enmarca los distintos contextos.
Clasificación y Enmarcamiento
El concepto del cual se sirve el autor para traducir el poder es la “clasificación”, que busca y
determina las distintas relaciones que se dan entre las categorías, sean éstas de género,
clase social, raza, etc. Por lo tanto, dentro esta clasificación también las delimita entre
fuertes y débiles que generan una mejor visión de lo que son las distintas categorías. Dentro
del contexto pedagógico las categorías fuertes están determinadas por un discurso
especializado que permite y busca un mejor control y manejo del poder dentro de los límites
que establece, es por esto que hoy en día todavía estamos pensando en materias fuertes y
materias débiles o por qué no decirlo en ciencias y en seudociencias, porque la clasificación
determinada para cada una de ellas, conlleva a pensar en ese contexto y de una u otra
forma imprime el carácter autoritario del principio de clasificación.
Enmarcamiento
Lo que se busca analizar aquí son los “controles sobre la comunicación en las relaciones
pedagógicas locales interactivas” (Bernstein, 1998:44), porque es claro que la clasificación
señala los parámetros de los discursos pero al enmarcarlos da forma a esos discurso y los
encamina a los contextos determinados. Por esto los códigos dentro del enmarcamiento
pueden cambiar porque los discursos son determinados y controlados pero también son
dinámicos, lo que les permite una reelaboración de esas prácticas discursivas.
Códigos y conciencia
Dentro del contexto pedagógico se presenta el principio de clasificación que, a su vez
establece una relación entre la regla de conocimiento, los contextos, los agentes, los
discursos y las prácticas y, todas ellas se refieren a una regla de poder. Dicho poder es
presentado a través de una distribución y de unos principios de control que, de igual forma
se traducen en códigos pedagógicos y sus modalidades. A partir de lo anteriormente
nombrado se puede mostrar cómo es que estos códigos también se configuran en la
conciencia: "la conciencia pedagógica del adquirente y del transmisor" (Bernstein, 1998:48).
Para desarrollar esta idea conceptualizaremos que el proceso de adquisición al interior de
cualquier contexto pedagógico se da a través de las reglas de reconocimiento que el
adquirente reconoce no sólo dentro de los contextos, agentes, discursos o prácticas, sino
que predomina el principio de clasificación, fuerte o débil, pero que orienta al hablante hacia
lo que se espera de él dentro de dicho contexto según sus propias características.
"El principio de clasificación regula las reglas de reconocimiento y dichas reglas se refieren
a las reglas de poder" (Bernstein, 1998:49). Es decir, dependiendo del tipo de clasificación,
es posible que el adquirente responda o no dependiendo si las reglas de reconocimiento
son desiguales y favorecen a unos más que a otros. "No obstante, podemos poseer una
regla de reconocimiento que nos permita distinguir el carácter especial del contexto sin que
todavía seamos capaces de producir una comunicación legítima" (Bernstein, 1998:49). Es
decir, se puede poseer la regla de reconocimiento y el poder que existe, se puede
determinar qué lugar ocupamos dentro de él, pero no se puede contar con la regla de
realización. Tampoco se puede adquirir el código pedagógico legítimo, sino sólo un lugar
en la clasificación sabiendo qué posición se ocupa; además, no se llega a la regla de
realización que conlleve a la creación de un texto legítimo. De esta manera, podemos ver
cómo se traduce el principio de control en los valores de clasificación y en las reglas de
reconocimiento. Haciendo alusión a que según los códigos que maneja cada cual, se dará
respuesta o no, o por el contrario se permanecerá de acuerdo como prevalezca la realidad
de su contexto. Tomando como ejemplo la investigación con niños de clase media y
trabajadora, de 7 años de edad: para los de clase media, existían principios de clasificación
que ordenaban jerárquicamente, mientras que los de clase trabajadora se mantenían en
una sola regla de reconocimiento no especializada, por su mismo contexto "no
especializado" que, de igual forma no permite una transformación como sí lo pueden hacer
los de clase media. Aquí predomina la práctica pedagógica y la de su casa, situación con
que no cuentan los de clase trabajadora.
CAPÍTULO SEGUNDO: EL DISPOSITIVO PEDAGÓGICO

Dentro de las aulas y en la educación en general, cada vez está aumentando la


reproducción de las desigualdades sociales, económicas, culturales, nacionales e
internacionales. En estos casos, la comunicación pedagógica, se considera como la
portadora o transmisora de determinados mensajes ideológicos y de relaciones de poder
externas o, "por el contrario, como una portadora, en apariencia neutral, o transmisora de
destrezas de diversos tipos" (Bernstein, 1998:55). Ante esto cabe preguntarse si existen
algunos principios generales subyacentes a la pedagogización del conocimiento y qué es lo
que hace posible la comunicación pedagógica. Entonces, para desarrollar este tipo de
comunicación tendremos en cuenta la distinción entre el transmisor y lo transmitido. Para
hacerlo, es importante comparar el dispositivo lingüístico con el denominado "dispositivo
pedagógico", para continuar con las reglas de este segundo, así como la explicación de
cada una de las reglas, sus relaciones mutuas y sus consecuencias.

El dispositivo lingüístico y el dispositivo pedagógico


"El dispositivo lingüístico, es el sistema de reglas formales que rigen las diversas
combinaciones que efectuamos cuando hablamos o escribimos" (Bernstein, 1998:56). Estas
reglas las adquirimos independientemente del contexto cultural o social en el que nos
desenvolvamos, pues la adquisición del mismo y sus posibilidades creativas tienden a tener
más origen social que cultural, puesto que está libre de ideologías, excepto sus reglas.
Entonces, la adquisición de este tipo de dispositivo cuenta con una dosis especial de un
gran potencial de significaciones externas, las cuales ayudan a que se active el dispositvo y
por tanto, se convierta en la manera de comunicación mejor utilizada y con grandes
herramientas de uso y aplicación. En relación con las reglas, éstas son necesariamente
contextuales, pues dependiendo del contexto o las personas con las que nos estemos
comunicando las características de comunicación variarían. "Sin embargo, las reglas que
constituyen el dispositivo son relativamente estables, aunque no lo son completamente
porque en el transcurso del tiempo se producen cambios... Las reglas del dispositivo son
relativamente estables y las que regulan la comunicación que surge del dispositivo están
reguladas contextualmente" (Bernstein, 1998:57). Aquí cabe aclarar que cuando hablamos
de dichas reglas, unas hacen referencia a las de "portador" o transmisor y "lo transportado"
o lo que se transmite, las que son relativamente estables y las que varían según el contexto.
De modo semejante, el concepto de dispositivo pedagógico, también "posee una serie de
reglas internas que regulan la comunicación pedagógica que hace posible dicho dispositivo.
Esa comunicación pedagógica actúa de forma selectiva sobre el potencial de significado:
discurso susceptible de ser pedagogizado" (Bernstein, 1998:58). Es decir, este dispostivo
regula la comunicación o el universo ideal de significados que se desarrollan en torno al
significado pedagógico en potencia, pues se restringe o se refuerza sus realizaciones. Acá,
también cuenta con una serie de reglas que varían según el contexto y son relativamente
estables, pero no están libres de ideología: "las reglas participan esencialmente en la
distribución de las diversas formas de conciencia y en las limitaciones que se les imponen"
(Bernstein, 1998:58). Ante esto, también contamos con que así como hay cierta apropiación
del dispositivo, también hay un conflicto y control sobre lo que se desee comunicar dentro
de este proceso de pedagogización. Aún así, lo que busca es provocar una producción,
reproducción y transformación de la cultura que, en algunas ocasiones esté al alcance de
los sujetos y ellos a su vez se desarrollen en lugares potenciales de cuestionamiento y
oposición, aunque esto signifique un campo de batalla en el que predomine el control para
regular la conciencia y que dentro de ese campo está quienes se quieren apropíar del
discurso pedagógico.
Reglas del dispositivo pedagógico
Reglas distributivas. "Regulan las relaciones entre el poder, los grupos sociales, las formas
de conciencia y la práctica" (Bernstein, 1998:58). Son las que especializan el conocimiento,
pues éste puede ser esotérico o mundano, puede "ser así" o puede tener la posibilidad de lo
imposible. Puede variar histórica o culturalmente; según el tipo de sociedad llega a ser
sencillo o complejo, aún así dicha sociedad no necesariamente determina esa
caracterización, además se presenta una relación indirecta o con referencia externa que no
sea del contexto, porque éste los absorbe por completo. En conclusión, "marcan y
distribuyen quién puede transmitir, lo que se puede transmitir, a quién y en qué condiciones"
(Bernstein, 1998:61).
Reglas de recontextualización: Tratan de fijar lo límites exteriores e interiores del discurso.
Es decir, se seleccionan y crean los temas que de acuerdo con el contexto es necesario
especializarse. Es claro ejemplo el colegio que teniendo como base su modelo pedagógico,
misión y visión, sólo se centra en lo que los educadores requieren conocer y manejar, para
fortalecer dicha propuesta y así mismo desarrollarla dentro de todas sus actividades
pedagógicas, tanto interna como externamente.
Reglas de evaluación: Hacen alusión a que se hace una adquisición del discurso, durante
este proceso se realiza la evaluación y a partir de ella se realiza la transmisión a quien
hemos denominado los adquirentes. Ante esto, hay que tener en cuenta que nosotros como
educadores nos encontramos en la posición de "reproductores", pues aquéllos que se
denominan "productores" son quienes supuestamente tienen el conocimiento y por tanto el
discurso que debemos transmitir a los ya nombrados adquirentes. Entonces, esta
evaluación se hace a través de qué tan bien hemos sido "reproductores", pero no
creadores, constructores, etc. de un discurso propio bajo esquemas de un proceso de
formación "propio".
En conclusión, el discurso pedagógico es un discurso de la instrucción inmerso en el
regulador, que es el poder y el control sobre lo que es "necesario" dar a conocer a nuestros
educandos porque según esto no es construir con ellos, sino transmitir a través de una
cadena de lo que nos dan y debemos pasar a ellos. Y esto no es ajeno a la realidad, lo
vivimos dentro de nuestros colegios o lugares de trabajo pedagógico, con los que se hacen
llamar los directores pedagógicos y los que según ellos tienen toda la experiencia y
conocimiento, pero que en su discurso no hay coherencia o simplemente es el mismo de
hace 25 años, sin ningún tipo de transformación o evolución de acuerdo con el contexto y
las nuevas características tanto culturales como sociales.

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