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Por supuesto que su emoción tenía que ver con la “sorpresa” que su madre le
había prometido cuando llegase de la escuela ese día.
Taehyung sujetaba su mochila con presión por las ansias, mientras su madre le
hablaba sobre el maravilloso regalo que le había hecho.
A la alta mujer le parecía divertido tener a su hijo con la duda, lo disfrutaba, sin
embargo, sabía que a Taehyung le gustaría el obsequio. Era algo que el
pequeño niño había estado pidiendo desde hacía mucho tiempo atrás.
—Bien, TaeTae, aquí está tu regalo. —Habló la mujer con una gran sonrisa.
—¡Un conejito!
Francamente, esa anciana estaba loca. Quería evitar a toda costa que la madre
de Taehyung se llevara ese conejo a casa, decía que estaba maldito, que no era
seguro lo que pudiese hacer.
No comprendía por que sus compañeros eran personas tan malas y violentas.
Todo lo resolvían a golpes, y solo dejaban más problemas en lugar de
soluciones.
Y como si fuese algo reciente, sus lágrimas volvieron a caer, no una por una,
millones por millones. Sus lágrimas eran cascadas, y sus sollozos sólo eran
muestra de dolor, pero no por el físico.
Y en eso que volvía a maldecir su vida, una bola de pelos blanca y sedosa se
acurruca al costado de su rostro, en busca de caricias, en busca de consuelo,
pero lo para él mismo.
Sus ojos son grandes, brillosos y encantadores, y sus dientes son lo más tierno
que pueden existir.
—Si fueras humano, sería más fácil todo, ¿no?... —murmura Tae con la voz
rota— ¿seríamos amigos, Kookie?
El conejo se acerca al rostro de Tae, y soba su propia cabeza contra la mejilla
regordeta del chico.
Taehyung sonríe.
🐰2🐰
Taehyung llegó esa noche a su departamento, en compañía de un guapo
muchacho de piel bronceada, ojos pequeños y cabello naranja, desgastado,
parecía tener los dieciocho años que Tae tenía.
El conejo espero un movimiento peligroso por parte del de cabello naranja para
comenzar a atacar, pero tras la sonrisa que el peliazul tenía, no pudo hacer
nada.
Estaba feliz.
Bueno.
No podía negarlo.
1.
🐰3🐰
Esa tarde el departamento estaba vacío, y lo único que se escuchaba por toda
la ciudad, era una fuerte llovizna que golpeteaba en las ventanas del lugar.
Él había salido hace unas horas con el patán de su novio, Hoseok, pero ninguno
de los dos tenía un rostro completamente feliz.
Al conejo no le sorprendía.
Llevaban un año siendo pareja, pero definitivamente no había sido el año más
feliz para ninguno.
No era justo.
Taehyung era alguien increíble.
Y era ese simple conejo quien estaba con él cuando lloraba por ese imbécil.
Pero así, roto completamente por la mitad, Taehyung forma una pequeña
sonrisa en sus labios para el conejo, y acaricia su cabeza con delicadeza.
—“Mis amigos vendrán...” —Se imitó a sí mismo— No tengo ninguno. —Se rió
de sí mismo— Será un cumpleaños silencioso, y lleno de mimos para ti, Kookie.
—Es mejor dormir, tienes razón. —Habla el castaño, risueño— Para cuando
sean las doce, espero estar dormido. No serán los veintiún años más felices de
mi vida.
Tras eso, el castaño se dedico a cerrar los ojos, sintiéndose atraído a dormir por
el suave y tentativo pelaje de su conejo sobre su piel, hasta que finalmente, su
respiración se volvió amable y tranquila; se había dormido.
“Por fin”
Tampoco sintió cuando algo en su cama ocupaba más lugar del que debería. Ni
cuando su conejo de la nada, desapareció.
1.
🐰5🐰
Tenía tanto sueño aún acumulado. No quería abrir los ojos, quería permitirse
dormir todo el día, puesto que no habría nada más interesante que hacer.
Su cumpleaños no eran la excepción para continuar siendo un día
completamente aburrido y común. Su madre tampoco estaría ahí con él, ella
estaría aún en Daegu, con su marido actual, y los dos pequeños niños que tuvo
hace un año atrás con ese hombre, al que Taehyung desconocía físicamente.
“Espera...”
Taehyung no abrió los ojos cuando recorrió esa almohada con sus manos,
sonrojándose al instante cuando sintió un abdomen jodidamente marcado en
sus manos.
“¡¿Almohada?!”
Abrió sus ojos de golpe, con la respiración ya agitada, y se encontró con lo que
menos esperaba encontrarse en su cama, en su cumpleaños.
Un hombre.
Un hermoso hombre de facciones bien definidas, de labios entreabiertos muy
tentativos y sensuales, y lo más divertido pero no menos escalofriante.
Dientes de conejo.
Quiso gritar, golpear al hombre con el que se había acostado sin recordarlo,
pero se encontró a sí mismo con ropa puesta, por lo que se extraño.
“¿Cómo?”
“¿Me acosté con este y volví a ponerme toda mi ropa para dormir?”
—Taehyung, ¿Por qué despiertas tan temprano siempre? —Habla por primera
vez el hombre, ronco.
—Vaya... Te me haces muchísimo más guapo cuando puedo tocarte con mis
dedos. —El hombre sonríe nuevamente, y sus dedos acarician la mejilla de
Taehyung, provocando un rosado en ellas muy adorable.
—El hombre acaricia los cabellos castaños de Taehyung, encantado con este, e
inmediatamente vuelve a observar los ojos del castañito.
—Creí que lo notarias. —El hombre ríe hermosamente— Soy Kookie, Tae.
Taehyung traga saliva, y da una rápida mirada al hombre aún desnudo.
🐰6🐰
—¡¿PERO QUÉ DICES?! ¡¿Q-QUÍTATE, HOMBRE?!
El hombre, confundido por la repentina desesperación de Taehyung, se quita de
encima de si, y este se levanta desesperado, pasando sus manos por su rostro,
mientras jala su cabello completamente frustrado y algo asustado.
—No te jales el cabello. Sabes que eso te hace mal. Debes controlar tus crisis
de pánico de otra forma, el doctor te lo dijo. No con autodaño físico. —El
muchacho sonrió ladino, ahora con más inocencia.
—Taehyung. Soy yo, por Dios. ¿Acaso no sabias que esto iba a pasar?
—La caja. ¿No leíste lo que decía bajo la caja cuando me...
—¡No! ¿De que habla? Mi mamá me, me regaló un conejo cuando te-tenía
once, y-yo ni sabía... Yo no sé nada.
El hombre suspira cansado. Nunca creyó tener que explicar todo eso, puesto
que su dueño debía debería de haberlo sabido.
—Bien, voy a explicarte, pero, ¿No tienes algo de comida? Estoy muriendo de
hambre.
—Kookie... Digo... Em, chico... C-creo que debes ponerte algo de ropa antes...
—¿Por qué? Nunca he usado. ¿Es que ahora te da vergüenza? —Ríe algo
coqueto.
¿Su precioso conejo era un humano? ¿O esto fue un deseo? ¿Por qué sus
veintiuno tenía algo que ver en todo esto?
Estaba demasiado perdido.
—Pues ponértelo.
—No sé hacerlo.
El chico lo hace, y Taehyung pasa por su otro pie el bóxer. Al momento en el que
el chico baja el pie al suelo otra vez, siente algo rozar su cabello, y al chico
removerse un poco.
Toma los costados del bóxer, y los desliza con cautela por los muslos del
muchacho.
No puede evitar notar que sus muslos están perfectamente firmes, fuertes y tan
marcados como lo sería su abdomen. Taehyung no sabía cómo podía ser
posible que el chico fuese tan robusto.
Los boxers finalmente se ajustan a sus caderas, y Taehyung por fin respira
tranquilo.
Toma la camiseta negra con sus manos.
El chico sonríe, y alza sus dos brazos con los ojos cerrados y una bonita sonrisa
curvando sus labios aparece otra vez.
—No puedo creer que ese conejo seas tú. Es tan estúpido. —Suspira frustrado,
y observa al muchacho, que aún sonríe mirando el resto de los cuadros.
—¿Por qué aún tienes una foto con Hoseok?
1.
🐰7🐰
—Mm... No lo sé... Es una linda foto, ¿No lo crees?... Fue un lindo día ese...
—Hoseok te dejó por alguien más. ¿Por qué conservar algo de alguien que te
hizo tanto daño?
—No sé si quiera hablar sobre eso ahora... ¿Por qué no vamos a comprar?
Debes estar hambriento.
Era todo muy extraño para él todavía, por obviedad. No todos los días tu
mascota se convertiría en un humano solo porque salía en una supuesta caja la
cual nunca leíste.
Taehyung intentó sonreír, lo que terminó por ser una simple mueca incómoda.
Kookie sabía que Tae había sufrido mucho en la temporada de ruptura con
Hoseok, pero no es cómo si Taehyung le hubiese dicho cada detalle de su
relación. Él ni era tampoco un loco que hablaba con paredes, plantas o
animales.
Kookie sonreía mirando a todos lados, muy fascinado de todo lo que veía.
El conejo no solía salir todos los días del departamento, quizás unas tres o cinco
veces por año nada más.
Taehyung pensó que debería haber sido muy frustrante para él como conejo
pasársela entre esas aburridas cuatro paredes.
Por supuesto que sí. Su primer beso fue en el sofá de su departamento con el
conejo en el regazo.
—¿Sucedió algo? Nuestras manos estaban bien unidas. —Kookie observó con
más atención el rostro de Taehyung, y se percató de su repentino calor— ¿Por
qué pareces una fresa? Te ves bonito así. —Kookie sonrió ampliamente.
El muchacho presionó sus manos mientras era arrastrado por Taehyung, hasta
llegar a la cafetería, donde ambos tomaron asiento junto al otro.
En eso, llegó una muchacha con una coleta en su cabello rojizo y gafas a su
lado.
La muchacha soltó una risa algo incómoda, y observó su libreta otra vez,
notando que había acabado de escribir, por lo que dio una reverencia, y se
retiró.
—¡Pero tu te veías más guapo en él! Recuerdo haber lloriqueado mucho esa
temporada porque deseaba mucho que cumplieras veintiuno para tocar con
estas manos tu cabello rojo, Tae hyung! —Alzó sus manos sonriendo ladino,
mirándolas— Pero tan solo un mes más tarde, cambiaste tu color de cabello otra
vez. Yo creo que igual te vez guapo, hyung, pero quería mucho tocar ese cabello
rojo... —Hizo un puchero.
Taehyung no podía controlar el color de sus mejillas y el repentino nerviosismo
que comenzó a invadirle de repente.
—Pero, no, aún no comprendo. ¿Por qué eres un conejo mágico? ¿Por qué eres
humano ahora y... ¿Y si no estás conmigo? ¿Desapareces o algo así? ¿Eres
como un ángel guardián?
Kookie rió.
—No lo sé. No sé cuál es esa meta, así que yo dependo de ti. Por ejemplo, si tu
meta es tener un súper tostador, yo me convierto en uno y ¡bum! Meta cumplida.
Me quedo como tostador para siempre.
Taehyung rió.
—Está bien, creo que capto todo... Pero, ¿Por qué un conejo?
—Bueno, eso también tiene que ver contigo. Cuando eras pequeño, querías
tener mucho un conejo porque son tiernos y todo eso. Se supone que yo debo
de ser entregado a ti de la forma en la que no te aburras de mi. Por ejemplo,
cuando eras pequeño, no te aburrías de mí porque era un conejo lindo y tierno,
y tú amabas esas cosas tan adorables. Ya, más adolescente, comenzaste a
verme más por el lado... Uhm... ¿De la salvación? No lo sé. Tú sufriste mucho
en tu adolescencia por tus gustos, tú pasaste por mucho bullying en tu
adolescencia, y lo primero que hacías al llegar a casa, era venir a mí, abrazarme
y llorar conmigo. Se podría decir como... Uhm...
—¿Zona de confort...?
—Sí, eso mismo. Y bueno, ya ahora más adulto, bueno... —Rió algo más
ronco— Te gusta el sexo. Y bueno, los conejos suelen tener mucho.
—Si no quieres que te lo diga, puedo mostrártelo. Estoy seguro que sería más
divertido y te gustaría más de esa manera. Ya sabes... Tener sexo... Como
conejos... —Kookie comenzaba a susurrar a medida que se acercaba más al
avergonzado Taehyung enrojecido—... Sé que te gusta estar abajo, TaeTae..
—Aquí están sus pedidos. Dos cafés, dos sandwich de queso...
1.
🐰8🐰
—Hyung, por favor, creo que, siento que voy a como ¡Hacer bum! ¿Moriré ya,
hyung? ¿Tú meta era asesinar a alguien con un bum?
Pudo ver cómo Kookie formaba una bonita sonrisa, que sería más común verla
en un bonito conejo blanco.
—Bien. —Volvió a hablar Taehyung decidido— Y... —Se sentó al lado de Kookie
y sonrió curioso— ¿Qué debes hacer mientras esperas... Tu meta? ¿Pretendes
estar en el departamento sin hacer nada siempre? —Taehyung rió.
Kookie observo cómo los labios de Taehyung se curvaban para darle forma a la
bonita sonrisa que se pegó en su rostro.
—¡Basta de ser tan bonito, por favor! ¡Tienes una sonrisa tan bonita, Taehyung!
¡Nunca pude decirte lo bonito que siempre me pareciste.
—Ya te lo dije. Eso depende de ti. —Encogió sus hombros y suspiró cuando
Taehyung parecía sin entender aún— Dime algo que quieras con todo lo
profundo de tu corazón.
Taehyung lo pensó.
Pensó que quería viajar a los Estados Unidos y probablemente pasar una larga
temporada allá, pero eso tampoco era un sueño tan profundo...
No lo dijo.
Pero uno de sus deseos más clavado en su roto corazón, era tener a alguien
que lo amase h valorase sin importar el millón de personas mejor que pudiesen
haber.
Quería a alguien digno para recibir sus te amo, eres precioso, eres lo mejor que
me ha pasado.
Quería despertar abrazado a una real calidez que le brindase a, no tan sólo a su
cuerpo en las mañanas heladas, sino también a su corazón, sin importar que
cálido ya se sintiese.
Quiero amar y ser amado.
Pero, ¿Cómo podía Kookie hacer eso? Él era como un ángel guardián, no podía
hacer aparecer a alguien con un chasquido de sus dedos, y... No iba a revelar
ese secreto en voz alta. Muchos le recalcaban lo patético que era tener esa
meta...
—Así será.
🐰9🐰
El nombrado poseía aún sus ojos perturbados, y Kookie notó aquello. Según sus
conocimientos acerca de su querida razón, o sea, Taehyung, sabía que estaba
asustado.
Recordó un día en el que Taehyung vio una araña cerca del baño, a las cuales
les tenía una inmensa fobia. Hoseok le tomó la manito y procedió a acariciarle el
cabello, posterior a matar con sus zapatos al arácnido.
Cuando estuvo frente a él, haciendo más notoria la diferencia de altura, Kookie
tomó entre sus dedos la mano del más bajo, mientras que su otra mano cayó
sobre la nuca del mayor, haciendo suaves caricias sobre esta, mientras elevaba
su mirada hasta la de Taehyung.
Esbozando una sonrisa ante Kim, quien parecía nada más que sorprendido por
las actitudes que su ex-mascota había adquirido, Kookie dijo:
—Sé que le temes, pero recuerda lo que te he dicho; estoy aquí para cuidarte,
quererte y protegerte. Confía en que nada malo va a suceder si estoy contigo,
¿Sí?
Taehyung, bastante perplejo por las palabras del muchacho, dirigió sus ojos
hasta los del más alto, sintiendo su estómago dar un vuelco de inmediato.
Taehyung escucho un carraspeo antes de que Kookie jalase con más fuerza su
mano, haciéndolo retroceder un poco.
Resultó que el viaje en crucero duraría una semana, y pasarían por ciudades
cercanas.
Joder, Taehyung no había pensado en eso, y por el rostro que Kookie había
puesto de desconcertado, él tampoco.
¿Jeon Jungkook?
Se encaminó hasta donde sus oídos pudieron reconocer la voz del muchacho.
—Hyung, en este barco no hay nadie más que lleve tu nombre. Yo he puesto tu
nombre en esta habitación. Y pues... Jeon Jungkook ha salido de imprevisto.
Supongo que es mi nombre ahora...
—¡¿Qué?! ¡P-pero! ¡E-es muy costoso! ¡¿De dónde sacaste tanto dinero y-y...
Taehyung resopló.
Pero, ¿Y qué?
Él sólo debía... Disfrutar, ¿No?
Y lo sabía como, pero ese muchacho le hizo sonreír con la puerta acción de jalar
le el brazo fuera de la habitación.
Pero él lo recordó.
Vaya...
🐰 10 🐰
Trước Sau
Lucía tan agitado, y tan jodidamente caliente a la vez, que las dudas no fueron
necesarias.
Jungkook nuevamente le besó, con más ahínco, posando sus rodillas a los
costados del más bajo.
Jungkook abandona los labios de Taehyung una vez más, para observarlo.
—¡¡D-déjame, déjame!!
—¡¡Taehyung despierta!!
Fua aquello lo único que Jungkook alcanzó a decir, antes de que un Taehyung
tembloroso se lanzase sobre él, rodeándolo con sus brazos por sobre sus
hombros, como si la confianza que por años hubiesen mantenido, jamás se
hubiese ido.
Era cada minuto de llanto, cada lágrima que había derramado y cada sonrisa
que había expresado sin reprimirse.
Taehyung sintió como los brazos sobre su cintura se aflojaron su agarre, para
mantener dos grandes manos a sus costados mientras su cabeza se inclinaba
hacia atrás para verle con el entrecejo fruncido, curioso.
—No estas feliz, TaeTae... Esto no debería de estar pasando. —Dijo Jungkook,
afligido.
—¿Q-q-qué cosa?
Taehyung abrió sus ojos lagrimosos, y pasó el dorso de sus manos sobre estos
para retirar las lágrimas. ¿De verdad eso iba a pasar si no le decía la verdad
acerca de su deseo?
—¿Tendré pesadillas...?
—Mmm... Sí. O quizás no sean pesadillas como tal, pero puede que... Sucedan
cosas que no te gusten...
—¿C-cómo qué?
🐰 10 🐰
Trước Sau
Sencillamente, Taehyung podría haber tomado esas palabras como algo erótico,
algunas frases sucias que utilizar para poder continuar con el juego en el que
estaban, pero al contrario, sus ojos se abrieron.
Jungkook nuevamente le besó, con más ahínco, posando sus rodillas a los
costados del más bajo.
Jungkook abandona los labios de Taehyung una vez más, para observarlo.
—¡¡Taehyung despierta!!
Fua aquello lo único que Jungkook alcanzó a decir, antes de que un Taehyung
tembloroso se lanzase sobre él, rodeándolo con sus brazos por sobre sus
hombros, como si la confianza que por años hubiesen mantenido, jamás se
hubiese ido.
Era cada minuto de llanto, cada lágrima que había derramado y cada sonrisa
que había expresado sin reprimirse.
Cerró los ojos con fuerza cuando sintió como lentamente, unos brazos le
estrujaban por la espalda con fuerza, y el dueño de estos, depositaba su cabeza
sobre su hombro, mientras deslizaba sus manos de arriba hacia abajo,
intentando así tranquilizar al nervioso muchacho.
Taehyung sintió como los brazos sobre su cintura se aflojaron su agarre, para
mantener dos grandes manos a sus costados mientras su cabeza se inclinaba
hacia atrás para verle con el entrecejo fruncido, curioso.
—No estas feliz, TaeTae... Esto no debería de estar pasando. —Dijo Jungkook,
afligido.
—¿Q-q-qué cosa?
Taehyung abrió sus ojos lagrimosos, y pasó el dorso de sus manos sobre estos
para retirar las lágrimas. ¿De verdad eso iba a pasar si no le decía la verdad
acerca de su deseo?
—¿Tendré pesadillas...?
—Mmm... Sí. O quizás no sean pesadillas como tal, pero puede que... Sucedan
cosas que no te gusten...
—¿C-cómo qué?
🐰 11 🐰
Trước Sau
“Jackson Wang”
—Vengo a informar que se hará un musical a la diez. Hay una mesa reservada
para usted y —leyó un papel que llevaba en sus manos— Jeon Jungkook. Me
gustaría confirmar su asistencia o solicitar la mesa.
—¿Qué sucede?
—Habrá una función a las diez... ¿Quieres ir? —Le pregunto Taehyung a
Jungkook.
—Yo...
—No sabía que los conejos mágicos hacían escenas de celos. —Se burló
Taehyung.
Jungkook suspiró, y volteó a verlo, con una expresión algo lastimera, pero fue lo
suficientemente corta, para que volviese a sonreír cabizbajo, y comenzar
nuevamente a hablar como lo había conocido hace dos horas.
—¿Q-qué...?
—Quiero hacerte feliz, TaeTae. Tengo muchas ideas para que seas feliz. Déjame
hacerte feliz... Yo lo necesito... Taehyung, ¿Puedo... Podría...? Cielos... ¿Puedo
hacerte feliz, TaeTae? ¿Me lo concedes?
Taehyung sonrió enternecido. Nadie podría haberle dicho algo más hermoso.
Solo él, y era extraño, pero Taehyung creía fervientemente en Jungkook. Era
parecido a tratar con un mejor amigo. Un mejor amigo híbrido. Que es
naturalmente un conejo. Pero en fin, mejor amigo.
Y Taehyung no supo qué fue, pero se lanzó a los brazos de Jungkook con una
fuerza sorprendente y unos ojos lagrimosos.
🐰 12 🐰
Trước Sau
Okay, esto estaba siendo muy duro. Jungkook había comenzado a sollozar, y a
cubrir su rostro con sus delgadas manos. La imagen era adorable, pero le
rompía el corazón inamigar siquiera, que ese conejo humano estaba llorando.
Jungkook quería hacer feliz a Taehyung, ¿No? Todos sabemos esa parte de la
historia. Pero, cuando Jungkook llevó a Taehyung... Vale, mejor léanlo ustedes.
...
—¿De-de verdad?
Sintió mariposas y una sonrisa estirarse en sus labios, cuando los brazos de
Jungkook abrazaron su cintura con fuerza, Taehyung besó su mandíbula.
—Shh... —Lo silenció, observándolo esta vez, con una sonrisa— No tienes que
agradecerme, TaeTae... Esto te hace feliz, ¿no? —sonrió— Ese es mi cometido.
Taehyung podía ver estrellas y muchos colores en los ojos de Jungkook. Había
una sensación extraña estancada, y ninguno parecía querer reaccionar solo
eran sus miradas debatiendo. Pero entonces, Jungkook comenzó a acercarse al
rostro de Taehyung, y este no podía reaccionar. Estaba inmóvil. No sabía por
qué. Él debía pararlo. Pero estaba cerrando sus ojos. ¡Había cerrado sus ojos!
¡Ábrelos, Taehyung! ¡Deténlo!
...
—No estoy seguro. Es difícil saberlo. Tengo apenas unas horas o un día siendo
humano. Pero, antes de pertenecerte como mascota, me contaron que habían
ciertas comidas bastante llamativas. Quiero probar un Hot Dog hace años. En
serio.
La situación estaba bien. Solo eran ellos en los pasillos del barco en el que
estaban, observando las estrellas reflejadas contra la luminosidad y brillo del
mar. El viento golpeteaba sus cabellos, pero no sé inmutaban siquiera a pensar
en lo helado de la noche. Había tanto silencio a veces, y no era realmente
incómodo. Ambos estaban de pie, contra la barandilla, observando a la luna, las
estrellas, y aunque no quisieran reconocerlo, muchas veces observaban al otro
cuando estaban desconcertado.
—¿Qué cosa?
—Ser... Así. ¿Jamás te has preguntado por qué? ¿Nunca tuviste la duda o
nunca quisiste pertenecer a una sola persona? —Murmuró, observando el cielo
estrellado.
Hubo un silencio sereno, donde sólo podían oírse las olas del mar chocando
serenamente.
No tenía idea cuando se habian acercado tanto. Taehyung no sabía cuando fue
que sus manos jalaron la camiseta de Jungkook, ni cuando fue que sus
respiraciones estaban tan acopladas.
Jungkook acarició con sus pulgares los labios de Taehyung, lamiendo los
propios con su lengua por inercia, provocando un jadeo bajo por parte de
Taehyung.
Taehyung jadeo sobre los labios de Jungkook, que se estremecieron al sentir tan
cerca al contrario.
Jungkook quiso continuar con el contacto creado, y, sin decir nada, rozó sus
narices, creando una fricción lenta, repleta de ternura y sensaciones
encontradas, confusas e hipnóticas.
Sus labios estaban juntos. Pero antes de comenzar a presionarlos, una voz
ataca la serenidad creada.
—¿Taehyung?
—¿Ho-Hoseok?
...
Taehyung sentía ternura. Era hermoso. Jungkook estaba llorando a mares, sus
mejillas estaban empapadas en lágrimas y sus ojitos destellaban
hermosamente, a pesar de todo.
—N-no...
Solo hasta ese instante, Jungkook vaciló un poco, antes de retirar su rostro del
pecho del mayor, y observarlo, como un gatito asustado.
Taehyung le sonrió.
—Nop.
No pensó mucho.
—No. —Taehyung sonrió ampliamente, besando la mejilla de Jungkook, antes
de volver a abrazarlo sobre sus hombros fervientemente.
1.
🐰 13 🐰
Trước Sau
Sintió los brazos del cuerpo ajeno presionarse contra el torso de este,
atrayéndolo. Taehyung sonrió, escondiendo su rostro en el pecho ajeno.
¿Qué era lo que le estaba sucediendo? Ahora que lo pensaba, se trataba de su
mascota. Su conejito. Estar de esta manera tan íntima, era extraña, pero
demasiado tentadora. No quería pensarlo mucho más. Sólo sabía que... Le
gustaba. Sentía conquilleos como nunca sintió con otro novio y... Jungkook no
era su novio. Su sonrisa se borró. ¿Estaría guardando sentimientos por él? ¿Se
quedaría de humano para siempre?
Sus pensamientos fueron interrumpidos por un quejido que soltó el más alto. Un
balbuceo. Taehyung alzó el rostro, notando el entrecejo fruncido del contrario.
Sus mejillas estaban sonrojadas. Estaba jadeando, y sus ojos estaban cerrados.
—¡Oh, cielos!
Y de pronto sin saberlo, Taehyung comenzó a llorar desesperado mientras
buscaba agua, y empapaba un paño. Pronto, sus lágrimas aún se resbalaban
por sus ojos, puso el paño sobre el rostro de Jungkook, y así lo hizo por toda la
extensión de su cuerpo. El muchacho sólo jadeaba y balbuceaba incoherencias
al azar. Pero cuando Taehyung pasaba el palo por su pecho, una de las manos
de Jungkook jaló su brazo. Taehyung le observó. Él tenía los ojos abiertos, pero
levemente.
—¿T-Taehyung?
—Aquí estoy, bebé, aquí estoy... —Taehyung dejó el paño a un lado, y besó la
frente de Jungkook, que tenía su entrecejo fruncido aún, mientras lo observaba.
Una anciana de cabellos grises yacía frente a él. Tenía unos hermosos ojos
azules, y llevaba en sus manos, un maletín con el número “21” ennegrecido.
—Shin Eumi. —Su voz era dura— Le vendí un conejo encantado a tu madre
cuando tenía once años.
¡¿Qué mierda?!
—... Pero veo que nunca te dijo nada sobre esta clase de criaturas.
—¿De qué habla? ¿U-usted vendió a Jungkook? ¿Po-por qué está así?
—Cielos...
—¿De-de qué?
¿Desaparecer?
Taehyung no estaba listo para dejar ir a Jungkook. No. Lo había tenido con él
toda su vida. No podía irse. No podía permitirse eso, ni aunque le trajese al
hombre o mujer perfecta.
—Pe-pero, ¿Q-qué hay si yo... No sé qué es lo que quiero?
—Yo... Quisiera saber todo sobre él... Sobre cómo es... Qué está pasando... No
estoy enterado de nada, y me gustaría...
¿Ambos lo deseaban?
🐰 14 🐰
Trước Sau
—Hola, Kookie.
Jungkook pestañeo un par de veces antes de dejar caer sus ojos ante los de
Taehyung. Jungkook jamás vio a Taehyung lucir tan hermoso. Y, bueno, a decir
verdad...
Jungkook esbozó una gran sonrisa antes de soltar una carcajada. Taehyung,
mientras observaba las risas de Jungkook, se contagió del carcajeo a medida
que intentaba ponerse completamente serio.
¿De verdad era así? El corazón de Taehyung estalló de una divertida forma
cuando la anciana dijo aquello. Últimamente, tenía extraños pensamientos
donde los relacionaban a él y a su mascota, de una manera bastante...
Específica y compremetedora. Cualquier pensamiento fue desviado, cuando
Jungkook se posó sobre su cuerpo, y comenzó a hacerle cosquillas en los
lugares correctos y precisos.
Jungkook lo conocía tan bien. Taehyung no sabía cómo era posible, si tan sólo
podía verlo. Nunca hubo un toque íntimo cuando estaba en su forma animal, por
supuesto que no. Pero ahora, de humano, todo se sentía especial e íntimo. Todo
se sentía... Demasiado afectivo. No era incómodo, no era molesto. Era
sorprendentemente... Satisfactorio y llenado. Su toque era especial, y... ¡No
tenía palabras! ¡No podía describir lo que comenzaba a sentir en pocos días!
¡Muy pocos días!
Podía oír como Jungkook carcajeaba a la vez que movía sus manos sobre su
cuerpo, sin dobles intenciones. No podía siquiera abrir los ojos para verle.
Estaba cegado por la risa, y embobado con la de Jungkook.
Al cabo de un par de minutos, Jungkook detuvo el movimiento de sus manos,
posándolas con sencillez sobre la curvatura de la cintura de Taehyung,
quedándose sobre él, con una sonrisa amplia mientras se observaban, y
Taehyung recuperaba la respiración. Pero casi la pierde nuevamente, cuando
Jungkook se acercó nuevamente a su rostro, rozando la punta de sus narices
con ternura, y una sonrisa misteriosa en sus labios.
—Estás sonrojado. —Susurró bajo, como una onda, una sonrisa envolvía sus
belfos.
Taehyung rió algo nervioso por las ocurrencias de Jungkook, y se sostuvo de los
hombros del más alto para sujetarse y no sentirse fuera de onda. Aunque al
hacer esto, Jungkook resopló ternura por los ojos, observándolo con tanta
admiración y... Algo más.
Estuvieron vagando sobre el rostro del contrario por unos momentos que se
hicieron demasiados cortos, cuando Jungkook se aleja un poco, y desliza el
flequillo de Taehyung por su frente, para poder observarlo de mejor manera.
Taehyung sonríe.
—¿Ce-celoso?
—Jungkook...
—¿S-si?
Era increíble para él. Jungkook sentía algo que lo hacía celarse. Sentía algo que
lo alejaba de Hoseok. Sentía algo que lo ponía a su corazón latir muy fuerte.
Sentía algo que lo hacía sonrojarse. Sentía algo que lo confundía. Sentía algo
que lo hacía titubear. Sentía algo por Taehyung, inexplicable, Dios.
Jungkook amplió sus pupilas ante la sorpresa. No sabía qué esperarse, pero
confiaba tanto en Taehyung, que no tenía mucho por lo que dudar. Él nunca le
haría daño. TaeTae jamás le haría daño.
—Enséñame.
Taehyung se sintió tan desesperado, que no fue nada lento. Solo sabía que sus
manos fueron a los costados del cuello de Jungkook, donde pudo sentir sus
venas tensándose. Estaba nervioso. Y entonces, fue cuando atrajo sus labios
con los propios. Fue un movimiento rápido, pero que procedió de una manera
lenta.
Fue algo lento. Taehyung parecía estar enseñándole paso a paso a Jungkook,
hasta que, cuando el más alto tuvo la técnica, comenzó a demandar el beso.
Ahora sus bocas se movían sincronizadas, y podían sentir las puntas de sus
miembros bucales, poco a poco. O así fue, hasta que Jungkook tomó la nuca de
Taehyung, y lo presionó contra él, para hacer más interesante la situación. La
mano desocupada de Jungkook bajó hasta la espalda baja de Taehyung y la
presión contra sí, haciendo que Taehyung se tragase un gemido que se fundió
en el movimiento de sus lenguas. Taehyung inconscientemente, movió su zona
pélvica contra la de Jungkook, y este inmediatamente se retiró, debido a la falta
de aire. Entonces, cayeron en cuenta de donde se encontraban. Taehyung
frunció el ceño.
¿Por qué mierda estamos en mi cuarto ahora? —Eso no lo dijo, sólo fue su
subconsciente.
Esa voz fue una en su cabeza que lo hizo caer en cuenta de la situación.
Entonces, volvió a mirar a Jungkook.
El castaño jadeaba, mientras lo penetraba con sus ojos. Pero luego, le dio una
sonrisa, la más feliz que jamás le había visto tener.
—TaeTae...
—Hice muchas cosas con Hoseok, Jungkook. —Dijo al borde de las lágrimas,
sin saber exactamente la razón, mientras una sonrisa se le apoderaba— Pero, si
t-tú lo permites, Kookie... Quiero hacer de todo y más, solo contigo.
Taehyung sintió que iría al cielo cuando vio la sonrisa y los ojos lagrimosos de
Jungkook. Jamás vio una expresión tan emotiva y contenta.
—Ta-TaeTae... —Balbuceó, sonriente, acariciando el rostro de Taehyung con
delicadeza a pesar de la rapidez— TaeTae, yo-yo... Quiero estar contigo...
Siempre, TaeTae.
🐰 15 🐰
Trước Sau
Una encantadora sonrisa sobre los labios del menor fue necesaria para que
Taehyung cediese a lo pedido. Por esto, fue que Taehyung nuevamente se
acercó al rostro de Jungkook, y, posicionando la punta de sus narices juntas,
comenzó a mover su cabeza de un lado a otro, sobando las puntas de sus
narices en un acto de ternura, que al castaño acabó por fascinarle.
La situación era cotidiana en una pareja, pero bastante extraña para ellos. Sobre
la cama de Taehyung, otras vez en su departamento, ambos se hallaban
recostados junto al otro, abrazándose y llenándose de mimos como el más
reciente. Los brazos de Jungkook no sentían intenciones de retirarse del cuerpo
de Taehyung, y este último no deseaba que lo hiciese. Tenía al menos una hora
besándose y acariciándose inocentemente y no parecían tener intenciones de
acabar con lo hecho.
—¿Qué dirías si... Te digo que me gustas, TaeTae? —Dijo Jungkook, un par de
segundos después de largas miradas silenciosas y misteriosas.
Taehyung acarició la mejilla de Jungkook con su pulgar, para luego besar donde
había dejado la caricia, y posteriormente sonreírle con sus ojos llenos de ternura
y alegría.
Esta vez, fue Jungkook el que sostuvo la nuca de Taehyung para atraerlo hacia
sus propios labios, y comenzar a besarlo lenta y profundamente. A Taehyung le
sorprendía lo rápido que Jungkook tomó la iniciativa de un beso. Besaba cómo
un experto, y probablemente sólo era la primera vez que besaba a alguien.
Jungkook sobaba la piel de Taehyung sobre sus ropas, a la par que el mayor
jugueteaba con los cabellos de su nuca. Ambos estaban realmente pegados al
cuerpo del contrario. Se hallaba de costado, sus anatomías pegadas, y sus
respiraciones agitadas.
Las manos del pelinegro comenzaron a descender poco a poco, hasta que se
hallaron en los glúteos. Solo ahí, Jungkook rompió el beso, con la respiración
agitada, tan solo para besar el cuello del muchacho sobre él.
—Jungkookie... Yo...
—Dime, Tae... —Jungkook buscó los ojos del muchacho— ¿Lo deseas?
—Y-yo lo...
—Yo iré, TaeTae... —Le dijo sobando el dorso de su mano, antes de levantarse
e ir en dirección a la puerta del departamento.
—¿Q-q-quién...
🐰 16 🐰
Trước Sau
—Y-yo...
15 minutos después...
—Bien.
Y luego de que se levantase, Jungkook fue a la habitación, cerrando esta de un
potente portazo estruendoso.
—Hoseok, yo no...
Sentía algo. Quizás le gustaba. Pero aún habían muchas cosas que descubrir
con respecto a Jungkook. ¿Estaba dispuesto? ¿Y si después no le gustaba?
¿Jungkook desaparecería? Era todo demasiado complejo.
¡PAM!
Portazo.
Taehyung volteó asustado por la sorpresa del golpe, y solo pudo ver la puerta de
la habitación abierta, y la de la entrada.
Mierda.
—Escucha, Hoseok. Jamás te engañé ni nada por el estilo, pero ese muchacho
ha estado conmigo más tiempo del que crees. Es cierto, no tenemos mucho
tiempo siendo... Algo, precisamente denominado. Pero... Me gusta. Él me gusta
mucho. Y yo ya no puedo estar contigo. Lo siento mucho. —Dijo antes de jalar a
Hoseok con él, fuera de su departamento, y cerrar la puerta.
1.
🐰 17 🐰
Trước Sau
Taehyung ni siquiera se hacía una idea de lo que provocó que Jungkook saliese
furioso del lugar. ¿Estaba demasiado incómodo con Hoseok ahí? ¿Estaba
celoso? No sabía. Y quería saberlo. Pero necesitaba encontrarlo.
—¡¿Jungkook?!
—Shh... —Dijo cerrando sus ojos y posando sus frentes juntas— Eres un idiota
y tienes mucho que explicar. —Taehyung abrazó su cuello con sus brazos, y dijo
en su oido— Pero promete que nunca volverás a desesperarme,
preguntándome si me has abandonado.
Ese beso, tan sencillo y tan ordinario, fue más especial que cualquiera que
hubiese dado. Corto, precioso y puro. Ese beso, selló una promesa que solo la
magia podía romper. No fue literal, pero, habían estrellas y destellos por todos
lados. Sus labios juntos causaban algo realmente mágico que se podía notar a
distancia. Tanta honestidad y sinceridad en ese sencillo toque.
Sus labios se separaron, y sus ojos se abrieron con lentitud. Sus lágrimas ya no
corrían, sin embargo, la alegría brillaba en cada estrella que el cielo nocturno
regalaba a visión.
Y ahí, bajo las estrellas, y una luna brillante, donde la soledad reinaba en la
esquina de una calle cualquiera, dos almas completamente distintas
desnudaban sus más profundos sentimientos, y lo entregaba sin dudas.
Y también, desde un ángulo invisible para esos dos, una figura de cabellos
blancos llevaba consigo un reloj de arena, que tenía tan solo pocos granos por
completar su otra mitad...
🐰 18 🐰
Trước Sau
Abrió sus ojos poco a poco, para finalmente encontrarse con un aroma
mañanero y natural masculino, proveniente del pelinegro, que aún yacía
tranquilamente dormido, y respirando con tranquilidad.
—Te despertaba.
Jungkook alzó una ceja, y se acercó al rostro de Taehyung, para mantener sus
labios sobre su oreja al momento en que volvió a hablar.
—Lo hice. —Taehyung sonrió, librando sus muñecas, y posando sus manos en
los costados del cuello de Jungkook— ¿Quieres desayunar?
Mierda.
—¡J-J-JUNGKOOK!
No le interesó el dolor en sus rodillas, ni nada que fuera con ello. Su chico
estaba de espaldas en el piso, inconsciente. No sabía cómo, pero sus labios y
nariz sangraban, y Lucía demacrado. Taehyung se extraño, pero no pudo
profundizarlo, cuando sintió el grito de la desesperación inundando su garganta.
Jungkook estaba frente a él. Lucía... Tal cual como había salido de la cama.
Estaba detrás de él, observándolo con terror y preocupación.
¿Qué era lo que estaba sucediendo? ¿Había alguien jugando tan cruelmente
con su cabeza?
—¡Te vi! ¡E-en el p-piso! ¡Estabas ti-tirado ahí! ¡¡NO QUIERO MÁS ESTO!!
¡¿Qué es lo que me estas haciendo?!
—¡¡SHIN!!
🐰 19 🐰
Trước Sau
—Claro que fui yo. —Jungkook la fulminó con la mirada— No me mires así,
niño. ¿Quieres desaparecer acaso? —La mujer se le acercó a su rostro, y
susurro— Tú sabes muy bien lo que sientes por él niño este. Y el sabe lo que
siente por ti. Lo único que falta aquí, es el deseo. Hacerlo oficial.
La mujer carcajeó.
—¿Jeong...
—Es tu nombre real. Creo que no sabes leer. —Le entregó una tarjeta— Ahora
si. Adiós.
—Amor... Taehyung... Soy Jungkook, otra vez, cariño... —Dijo, aún detrás de la
puerta— Taehyung, ¿Estás asustado de mí?
Taehyung pensó muy bien su respuesta. Tenía miedo... Pero ahora, realmente
no comprendía la razón. Sabía que Jungkook estaba ahí... Pero tenía miedo de
que fuese alguien más jugando con él. No quería más de esta situación.
—Taehyung, debo decirte algo importante para que todo esto acabe. Créeme
bebé, esto va a solucionar todo. Solo debes salir de ahí, por favor.
La puerta del baño fue abierta de pronto. Lentamente, Jungkook fue poco a
poco divisando a ese muchacho castaño. Su cabellera desordenada iba
centímetro a centímetro dando a lucirse otra vez, hasta que el rostro de
Taehyung comenzó a verse.
Jungkook observó el corte por inercia, y solo negó con la cabeza, dando una
pequeña sonrisa para restar importancia a esa línea.
—Es la única manera de pedirle ayuda. O ella viene por su cuenta, o la llamarás
de esta forma.
Amor...
Taehyung asintió.
Tomó la piedra entre sus manos, y la oculto entre sus palmas, para luego cerrar
sus ojos y concentrarse como jamás.
Entonces, comenzó a divagar entre sus memorias más tristes, que lo habían
llevado a desear esto que tanto tiempo llevaba colgando en su corazón.
“Deseo...
Cuando entró a la escuela. No hizo ni un solo amigo por tener gustos distintos.
Sus maestras solían catalogarlo como el niño extraño de la clase, entre ellas.
Pero Taehyung se daba cuenta. Porque era el único niño en la clase, que
prefería el color morado antes que el azul l rojo. Porque a él jamás le gustaron
los autos de carreras. Él quería jugar a las escondidas con las niñas.
“Deseo...
Porque su primera relación fue un fracaso. Porque le habían engañado por otra
persona. Porque le dijeron que no daba lo suficiente de sí mismo para ganarse
completamente a esa persona. Porque lo engañaron con cuentos mágicos y
brillo de hadas para aceptar cosas que su yo interior jamás haría.
“Deseo...
Y también, por esa sombra detrás de su cuerpo, que veía todo. Por aquella
criatura blanca que nunca le habló y fue paciente hasta que su momento llegó.
Por esa criatura que...
—Taehyung... —Escuchó en su oído, y luego, la respiración entrecortada que
daba a un pequeño sollozo— Te amo, TaeTae.
...por esa criatura, que era la única que siempre le amó desde el inicio.
FINAL
Trước Sau
La nieve caía bajo las sombras sobre la ciudad de Seúl, mientras que la gente
huía de los copos blancos que envolvían a la ciudad. Casi era navidad, y la
alegría y festejo sobresalía en todos lados. Mucho era estrés y dolor en las
manos por las bolsas repletas de obsequios, pero todos pensaríamos que, no
hay mejor sensación, que a esa persona especial, le fascine tu obsequio.
Un abrigo negro caminante por las calles, era el que un joven un poco más
castaño que rubio, llevaba consigo. Gorra negra, abrigo, beige y manos
escondidas bajo los bolsillos. Auriculares blancos, y una pequeña sonrisa que se
adueñaba sus labios al momento de ver las sonrisas de los pequeños niños
elaborando muñecos de nieve y otras figuras divertidas, comunes a la época.
Entró, sin pensarlo demasiado, y sonrió al hombre, que conformó una gran
sonrisa sorpresiva al ver a un cliente entrar al lugar. Estuvo observando toda la
clase de dulces y postres que el hombre hacía, y no pudo sentirse tan dichoso
como cuando comenzó a pensar en todo el esfuerzo de ese hombre.
El hombre le atendió con gratitud y total atención, por lo que abandonó el lugar
sonriente, llamando la atención de otras personas para que fuesen a la tienda,
debido al exquisito aroma que expulsaba el alimento.
🐰🐰🐰
Entró en calor cuando su hogar ya había cubierto todo su cuerpo otra vez.
Cuando llegó al último escalón que daba a su piso, soltó un suspiro, y sin
embargo, no se dio tiempo para descansar. Sus piernas dolían, y sus brazos,
ciertamente, igual. Caminó topándose con la anciana que vivía frente a él,
decorando su puerta con una bonita campana.
Con cuidado, sacó la llave de la puerta y con todavía más cuidado, insertó esta
en la cerradura, así abriendo la puerta lentamente.
Entró al departamento, cerrando la puerta con su espalda, debido a sus manos
ocupadas, y finalmente pudo suspirar, y sentir el calor de sj hogar, que le
permitía poder quitarse su abrigo, por fin.
Dio largas y rápidas pisadas para llevar hasta donde escuchó un par de quejidos
en su habitación.
Sonrió por inercia al ver que se encontraba tras la puerta, que estaba
semiabierta.
Con cuidado, sin hacer ruido, abrió la puerta lentamente, hasta encontrarse
dentro de la habitación, junto a una segunda persona, que se quejaba de una
envoltura con la que no podía lidiar.
Sonrió.
Los ojos de Taehyung escalaron hasta alcanzar los de Jungkook otra vez, y le
dio una encantadora sonrisa que compartía con sus ojos la emotiva de esa
pequeña sorpresa.
Taehyung se alejó nada más unos centímetros para abrir el obsequio, mientras
Jungkook aún sujetaba su cintura con sus manos, quien observaba sus
reacciones y movimientos.
Taehyung tenían en sus manos, un precioso objeto con forma de libro antiguo,
que resultaba ser un álbum de fotografías.
Estaba hecho en colores dorados, y marrón, colores que le daban una identidad
para antigüedad.
Taehyung abrió el álbum, encontrándose con una primera fotografía, que le trajo
muchos recuerdos a su cabeza.
—¡Oh, Dios! —Exclamó sin poder evitar una risa melodiosa— Esta fotografía la
tomaste cuando fui los a Daegu... ¿Verdad?
—Esta... —Soltó una risa tímida— Fue antes de viajar a Daegu, ¿verdad?
—Volvió a sonreír— Fue... Fue la primera foto que nos tomaron... —Taehyung
alzó sus cejas y sonrió hermosamente.
—Es precioso, Jungkook... Pero...
—Tú pusiste la fotografía más importante para ti. ¿Por qué yo no? —Taehyung
sonrió ampliamente.
—No, no. Te callas. —Taehyung besó sus labios rápidamente, para después
cerrar el álbum, con la fotografía guardada— Ahora, vamos a cenar. Hoseok
solo está cocinando porque Yoonji vendrá hoy.
Sabía que lo amaba más que a cualquier otra persona en el mundo, y solo
quería que fuese feliz toda su vida, siendo lo que lo hacía más feliz; un humano.
Aunque fuese con otro chico, aunque fuese con una chica, él solo quería que
fuese muy feliz por siempre.
—¿Listo, cariño?
Jungkook besó ambas manos de Taehyung juntas, y luego entrelazó sus dedos.
[...]
—Oh, ¿sí? —Siguió el juego, rodeando su cintura con sus brazos— ¿Qué tienes
en mente, Kim Taehyung?
—Jungkookie, no seas aburrido. —Dijo besando sus labios un par de segundos inmóviles.
—Pero siempre serás mi conejito. —Taehyung besó su nariz, y luego sonrió— Siempre.
Jungkook suspiró, renunciando a cualquier petición que tuviese ante su obstinado novio. Jamás podría olvidar
esa fotografía, y lo cierto, es que no era nada malo. Ser un conejo era parte de sus inicios en la vida de su
amado novio, h jamás podría arrepentirse de eso. Jamás podría arrepentirse de haber sido, algún día, un
conejito.
El fin.
EXTRA
Trước Sau
La manera en la que Jungkook me miraba podría haberme quemado. La calidez
en esa mirada llenaba un vacío que realmente no podía existir cuando estaba
junto a él, de esa manera.
La pequeña sonrisa que llevaba era un detalle no poco importante, puesto que
no se trataba de una persona común.
Su dedo pulgar acarició mi labio inferior, que estaba curvado en una sonrisa
provocada por los sentimientos y sensaciones que su presencia fundían dentro
de mi organismo.
Yo no tenía dudas sobre el amor que nos llenaba a ambos. Yo lo amaba y sabía
que él me amaba. Pero era una inseguridad superior a la mía. Se trataba de él.
Jungkook solía actuar como un pequeño niño con respecto a las cosas que
desconocía y no estaba seguro si podría llevar esto del matrimonio. Tenía miedo
de que pudiese no gustarle y se aburriese en algún momento de mí. Tenerlo
lejos me sería tan difícil. No sabría como seguir.
Bajo mi propio pecho, pude sentir las vibraciones del suyo. Se estaba riendo.
Seguramente él había recordado todo lo que yo ya había hecho.
Anoche habíamos hecho el amor hasta que mi cuerpo pidió un respiro, horas
más tarde, sin embargo. Celebrábamos que Jungkook finalmente había obtenido
su título en la universidad luego de hacer un pequeño curso que le permitió
estudiar y prepararse para la universidad. Resultó que Jungkook era una
persona muy inteligente y aprendía con rapidez. Rindió sus exámenes del curso
con un sobresaliente, lo que me impresionó. Era algo envidiable. Aunque fueron
dos años muy difíciles. Jungkook pasaba días y noches completas estudiando y
habían semanas donde no nos veíamos. Jamás se me pasó por la cabeza la
idea de romper, pero fui demasiado paciente hasta tocar el límite y tenía miedo
de que Jungkook se alejase por su cuenta. Por eso, cuando acabó el curso, un
año más tarde decidimos vivir juntos.
Por mi parte, descubrí que tenía un peculiar gusto por las artes en general, y por
esto fue que estudié en un instituto artístico. Aprendí a liberarme mediante el
dibujo, la escritura e incluso el canto y la danza. Ahora mismo trabajaba tres
días a la semana en una correccional, sí, para menores de edad. Era un grupo
bastante difícil pero cundo tenía un día malo, siempre recordaba que tendría un
hermoso hombre esperando en nuestro bello nido de amor, donde nos cuidamos
el uno al otro y criamos solo a un pequeño conejo blanco al que llamamos Gguk.
Mis pensamientos se detuvieron de golpe cuando sentí una gran mano amasar
mi trasero con fervor. Entonces fui consciente de que Jungkook estaba sobre mí
otra vez, con sus fuertes brazos flexionadas y su pecho escondiéndome de un
mundo exterior.
-Jungkook...
Sus manos acariciaban cada porción de piel que encontraba. Mi trasero cabía
perfectamente entre sus manos, así como mis piernas caían perfectamente
alrededor de su cintura mientras nos rozábamos.
-¿Húmedo tan rápido, cariño? -palmeó mi trasero con una palma, que liberó un
excitante gemidos de mi boca, antes de que soltase un ligero grito cuando su
dedo se escabulló fácilmente entre mis paredes, debido a la humedad.
Mientras más rápido su dedo iba, más me apretaba contra su cuerpo y más
deseaba que su dedo fuese su erección. Cuando fueron sus dedos, él volvió a
ser un poco más precavido, pero tomé su muñeca con mi mano, y lo miré a los
ojos. Lujuria y excitación. Una de mis expresiones favoritas.
Él se quedó esperando por mí reacción, por lo que, aún mirando sus ojos, to
mismo comencé a over sus dedos con más fuerza y rapidez, mientras me
masturbaba con la otra mano. Él estaba perdido. Tan excitado. No sabía si mirar
mi mano sobre mí pene, o mi otra mano sobre la suya mientras sus dedos
entraban en mí.
Cuando creyó que estaba listo, sacó sus dedos, y antes de posicionarse para lo
que venía, yo me incorporé, y me senté en sus duros muslos. Le di una sonrisa
pícara y luego una un pico más tierna.
—Jungkook...
—Ya casi, amor... —decía mientras me penetrabs con más fuerza.
Una de sus manos descendió a mi espalda baja y me elevó un poco para que
Jungkook tuviese una mejor visión de mi trasero succionando su pene. Él
amaba ver esa escena tan morbosa.
A Jungkook y a mí nos gustaba el sexo. Nos gustaba que fuese salvaje, atrevido
e intenso. Pero incluso de la manera más sexy posible, siempre acabábamos
abrazados, y finalmente, no habíamos tenido sólo sexo, porque de eso no se
trataba nuestra relación. Aunque fuese lo más sucio y salvaje, Jungkook y yo
siempre haríamos el amor, porque esi era lo que sentíamos el uno por el otro.
Amor.
Sin poder evitarlo, mis manos cayeron suavemente sobre sus mejillas y lo besé.
No pareció sorprendido. Yo amaba ser cariñosamente consentido después de
hacer el amor, por lo que solo levantó sus lavuis besándome tan
apasionadamente como yo lo hacía. Lamí su labio inferior mientras lo invitaba a
sentarse. Sin hacer interrupciones, nos sentamos sobre el colchón mientras
continuábamos besándonos. Sentados ya, él me abrazó fuertemente,
haciéndome reír mientras su lengua volvía a entrar a mi boca. Las ganas
evaporadas de la segunda ronda volvieron, pero antes tenía algo que discutir
con él. Lo besé suavemente una última vez antes de retirarme.
—¿El qué?
—Bien, lo siento.
—Nada malo, enserio. Solo quería decirte que te amo mucho y que estoy
embarazado, nada más —dije con rapidez mientras me lanza a abrazarlo con
fuerza y escondía mi rostro en su cuello.
Cuando lo vi, sus ojos estaban cristalizados y esperanzados, con una sonrisa
incrédula en sus labios. Algo dentro de mí suspiro con alivio. Una parte de mí
temía que Jungkook no quisiese un bebé y que se enojase conmigo, pero debí
suponer que era una estupidez, porque Jungkook amaba a los niños.
Asentí emocionado, sin poder evitar que una lágrima se pasease hacia mí
rostro.
—Oh, cielos. ¡Estás embarazado! ¡Vamos a tener un bebé, cariño! —comentó,
desplazando de mi rostro las lágrimas que la emoción había expulsado.
Él pasó sus manos por mi cintura y las dejó sobre mi abdomen, acariciando el
sector cuidadosamente con sus pulgares.
No pude más.
—También te amo, cariño. Vamos a hacer a este bebé el más feliz, ¿De
acuerdo? —él asintió, aún con lágrimas— Será nuestro hermoso bebé, cariño.
Nuestro propio conejito.
Jungkook consiguió un empleo lo antes posible pero llegaba a casa tan pronto
como podía. Yoonji venía a visitarme y ayudarme todos los días. Ella y Hoseok
habían sido afortunados con dos pequeños hombrecitos hace cuatro años, por
lo que Yoonji aconsejaba a Jungkook en casi todo. Siempre decía que el
embarazo realmente era algo que yo debía disfrutar, porque te consentían muy
seguido y era cierto. Hoseok siempre consintió a Yoonji cuando se embarazó e
incluso era demasiado dramático a veces, pero a su vez fue lindo.
Gracias por darme nuestra familia, Jungkookie. Gracias por darme al pequeño
Jeongsan y por amarme como nadie nunca pudo hacerlo.
Te amo, conejito.