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Riesgo psicosomático en función de los rasgos y características de la

personalidad

No podemos separar en nuestra vida diaria nuestro cuerpo de nuestra mente. Que
existe una interconexión entre lo que pensamos, nuestras emociones y nuestro
funcionamiento físico es un hecho (pongamos por ejemplo la necesidad de ir al baño
varias veces antes de un examen; o la sensación de tener un “nudo en el estómago”
antes de una reunión importante). De esta manera, cuando el cuerpo enferma, ocurren
una serie de reacciones en los procesos mentales de la persona para adaptarse a esta
nueva situación. Y también ocurre en sentido contrario; pues los estilos de
pensamiento, nuestras emociones, la manera de actuar con los demás; conllevan
cambios en el estado físico.

Las características que destacan de nuestra personalidad o, lo que es lo mismo,


nuestros rasgos de personalidad, permiten distinguir a unos de los otros, provocan que
el individuo actúe de una determinada manera, pudiendo tener un grado determinado
de un rasgo: alto, medio, bajo, mucho, poco, etc. en consonancia con el rasgo que lo
define. Los trastornos psicosomáticos son aquellos trastornos en los que los factores
psicológicos juegan un papel muy importante en la alteración física; es decir, estos
factores pueden contribuir en diversa medida a la iniciación o al empeoramiento de un
determinado padecimiento físico. Algunas de las condiciones que pueden favorecer la
aparición de trastornos psicosomáticos son los estilos de afrontamiento negativos; las
conductas desadaptativas relacionadas con la salud (el sedentarismo, la mala
alimentación, el consumo de sustancias, etc.) y las respuestas fisiológicas asociadas
al estrés. Las características de la personalidad influyen mucho en el desarrollo de los
trastornos psicosomáticos, se evidencia en los siguientes tipos:

 Personalidades ambiciosa, competitiva, práctica, impaciente y agresiva (tipo A):


Se destacan en personas con inestabilidad emocional. Para ellos, es muy
importante el establecimiento de objetivos, pues son competitivos por
naturaleza. Son vistos como impacientes y pueden ser fácilmente propensos a
la hostilidad y a la agresividad. De hecho, tienen dificultad para relajarse o
quedarse dormido rápidamente durante la noche. Llegando a ser hiperactivos,
y actuar bajo presión del tiempo. Este tipo de personalidad puede llegar a
desarrollar enfermedades asociadas a las cardiopatías isquemias, problemas
de hipertensión estrés y aislamiento social.

 Personalidad tipo relajado, alegre, paciente y despreocupado (Tipo B):


Son personas más tranquilas y más estables emocionalmente. A penas se
estresan, incluso en situaciones altamente estresantes. A la gente le encanta
estar con ellos porque son entretenidos y alegres. Son tolerantes, flexibles, se
adaptan a las situaciones y apenas se quejan por nada. Llevan una vida social
plena y hacen amigos con facilidad. No se asocian a alguna enfermedad

 Personalidad tipo sistemático, pensativo, sensible, prudente y crítico. (Tipo C):


Piensan de manera sistemática y analítica y toman decisiones basadas en la
investigación y en información que les sustente. Resuelven problemas de
forma natural porque se centran en los detalles y son capaces de darse cuenta
de cosas que los demás tipos no podrían tan fácilmente. Son muy sensibles,
profundos, pensativos, reservados y cautelosos. Son personas pasivas,
introvertidas, sumisas, conformistas y con falta de expresión de sentimientos,
ello conlleva a desarrollar enfermedades como las alergias, algún tipo de
cáncer, etc.

 Personalidad apenado, negativo, pesimista, deprimido y socialmente inhibido.


(Tipo D):
Son muy negativos, se preocupan demasiado, tienen mucha irritabilidad,
tristeza y apenas se sienten seguros de sí mismos. Para evitar el rechazo,
evitan abrirse y compartir sus emociones negativas, lo cual les crea mucho
estrés. Por esto, está relacionado con las enfermedades cardíacas. Los
estudios muestran que entre un 18 y un 53% de los pacientes cardíacos tienen
personalidad tipo D. Además, las personas que ya han sufrido un infarto y que
presentan esta personalidad, tienen mayor probabilidad de sufrir un segundo
episodio.
Bibliografía

https://psicosaludalmeria.es/blog/personalidad/

https://quierocuidarme.dkvsalud.es/ocio-y-bienestar/los-5-grandes-rasgos-de-
personalidad

https://www.centrotap.es/psiquiatria/trastornos-psicosomaticos/

https://tuterapiapsicologicaonline.com/terapias/terapia-adultos-online/transtornos-
psicosomaticos/

https://www.pediatriaintegral.es/numeros-anteriores/publicacion-2012-11/trastornos-
psicosomaticos/
Introducción

Cuando algunas patologías físicas no pueden ser explicadas desde el punto de vista
somático y no encuentra motivo orgánico alguno, se le otorga una causa psíquica. Son
las enfermedades llamadas psicosomáticas. Por otra parte, cada individuo tiene
características propias que lo diferencian del resto, como las actitudes, pensamientos
y sentimientos recurrentes, que son más o menos estables a lo largo de la vida de un
individuo, es la denominada personalidad, de gran relevancia porque determinará el
modo en que dicha persona responderá ante una situación determinada, es por ello
que al momento de tratar un padecimiento es de gran importancia el reconocer y
evaluar el estado psicológico del paciente, para emplear la manera más correcta y
adecuada en cada persona con el tratamiento eficaz de su patología.

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