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Conceptos sobre la salud mental

La salud mental es un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los
momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y
trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad . Es parte
fundamental de la salud y el bienestar que sustenta nuestras capacidades individuales y
colectivas para tomar decisiones, establecer relaciones y dar forma al mundo en el que vivimos.
La salud mental es, además, un derecho humano fundamental. Y un elemento esencial para el
desarrollo personal, comunitario y socioeconómico.

La salud mental es más que la mera ausencia de trastornos mentales. Se da en un proceso


complejo, que cada persona experimenta de una manera diferente, con diversos grados de
dificultad y angustia y resultados sociales y clínicos que pueden ser muy diferentes.

Las afecciones de salud mental comprenden trastornos mentales y discapacidades psicosociales,


así como otros estados mentales asociados a un alto grado de angustia, discapacidad funcional o
riesgo de conducta autolesiva. Las personas que las padecen son más propensas a experimentar
niveles más bajos de bienestar mental, aunque no siempre es necesariamente así.

¿Qué es la atención psicológica?


La atención psicológica implica acciones de un especialista en salud mental como parte de su
servicio profesional. Está compuesta por la evaluación y el tratamiento de dificultades a nivel
emocional o mental. Asimismo, por la prevención y la promoción de la salud mental de un
individuo o un grupo de individuos.

Importancia de recibir atención psicológica

Como cualquier otro tipo de servicio de salud, la atención psicológica es importante para poder
diagnosticar, tratar y prevenir afecciones emocionales o mentales. Situaciones que, incluso,
pueden afectar la salud física cuando se agravan. Por ejemplo, el estrés en un estado crónico
puede desencadenar cuadros de fatiga crónica, cefaleas o debilitar el sistema inmunitario.

Por estos motivos, debemos entender que la importancia de la atención psicológica radica en que
puede tratar afecciones y prevenir otro tipo de problemas que afecten el buen funcionamiento
psíquico y físico de las personas.

Afecciones psicológicas más comunes

Desestigmatizar los problemas psicológicos. Eliminar la creencia de que “Esto sólo me pasa a mí”
informando exhaustivamente. Éste es el primer propósito. Porque la salud mental empieza
por una buena cultura psicológica que nos ayudará a prevenir, detectar y
tratar unos problemas cada vez más comunes en nuestra sociedad,
entendiendo la lógica de sus causas y las modalidades de tratamiento.

El conocimiento de los tipos de afecciones psicológicas más comunes es importante para poder
reconocer algunos síntomas y saber cuándo debemos acudir con un especialista. El
autodiagnóstico no es algo que se deba realizar, pero conocer el tipo de afecciones que existen
nos puede ayudar a reconocer las situaciones que merecen ser consultadas con un psicólogo. A
continuación, una lista con las afecciones psicológicas más comunes y algunas de sus
características:

Ansiedad: Sensación persistente de amenaza, miedo o inquietud; no tiene un detonante que se


pueda identificar con facilidad.
Estrés: Sensación de presión mental o física. Se vivencia con irritabilidad, frustración y
nerviosismo excesivo. Se genera ante demandas o desafíos muy exigentes.
Depresión: Sentimiento de tristeza crónica que afecta el comportamiento de las personas. Se
caracteriza por falta de energía, desánimo, sensación de vacío, tristeza sin motivo alguno
aparente y en sus estados más graves riesgo de pensamientos suicidas.
Trastornos de alimentación: Se caracterizan por comportamientos anómalos en la alimentación.
Están acompañados de una percepción distorsionada de la imagen propia y una preocupación
excesiva en el cuidado del peso. Los trastornos alimenticios más conocidos son la anorexia, la
bulimia, el trastorno por atracón, obesidad, vigorexia, entre otros.
Trastornos de la personalidad: Son un conjunto de patologías mentales que modifican la
estructura mental de las personas. Estos patrones anómalos en las personas se vuelven
permanentes y generan distorsiones cognitivas, con comportamientos que van en contra de las
expectativas culturales establecidas. Algunos de los trastornos de la personalidad más comunes
pueden ser el trastorno límite de la personalidad, el trastorno bipolar, el trastorno narcisista, el
trastorno obsesivo compulsivo, entre otros.
Trastorno del espectro autista: Afección que afecta la interacción social y la comunicación. Está
relacionado con el desarrollo del cerebro y en la forma en que las personas con este trastorno se
relacionan. Se caracteriza por presentar comportamientos impulsivos, hiperactividad, falta de
atención, retraso en el desarrollo del lenguaje, movimientos corporales inusuales y pensamiento
rígido.
Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDHA): Se caracteriza por la falta de
control sobre los impulsos, excesiva cantidad de energía, dificultades para hacer más de una
actividad a la vez, problemas de concentración, poca capacidad para permanecer quieto, escasa
planificación y buena gestión de tiempo. Además, tienen poca tolerancia a la frustración,
problemas para establecer prioridades y falta de organización.
Trastorno de pánico: caracterizado por la presencia de ataques de pánico. Los ataques de
pánico son episodios donde la persona afectada siente una avalancha de emociones
caracterizadas por la incomodidad o temor frente a una amenaza real, imaginaria o a un factor
desencadenante. Es acompañado por sensación de asfixia, mareos, sentimiento de irritabilidad,
sensación de separación, náuseas, dolor torácico e incluso desmayo.
Fobias: Son caracterizadas por un miedo u odio irracional y desproporcionado ante situaciones
concretas, seres u objetos. Pueden ser originadas por situaciones traumáticas. Cuando se
expone a la persona con fobia frente al estimulo temido, puede experimentar desmayos, ataques
de pánico, ataques cardiacos.
Esquizofrenia: Es una enfermedad mental de gravedad, provoca que las personas pierdan
contacto con la realidad. Aunque se desconoce qué provoca esta enfermedad, es probable que
tenga su origen en factores genéticos y de alteraciones químicas en el cerebro.

¿Cómo promover la salud mental en las personas, las familias y las comunidades?

Brindar atención integral en salud mental es el camino para mejorar los indicadores de condición
de vida, bienestar y desarrollo en los individuos y las comunidades. Para lograrlo se requiere la
participación de instituciones y comunidades que permitan un conjunto de acciones coordinadas
complementarias y efectivas donde se reconozca el carácter multidimensional del desarrollo y se
realice la gestión de manera incluyente.

La estrategia educativa es uno de los pilares más importantes para cualquier proyecto que tenga
impacto en el desarrollo de las personas y sus ciclos vitales, permite garantizar que las
actividades que se realicen en promoción y prevención aseguren los resultados para mejorar la
salud mental de las personas, las familias y las comunidades.

Dentro de la estrategia educativa se propone que los niños, niñas, adolescentes, maestros y
familias reconozcan las rutas de atención integral, las instituciones que la conforman, su función y
cuando acudir, garantizando las condiciones necesarias para el acceso a las atenciones o
intervenciones, con las cuales se logren potenciar las capacidades promoviendo el bienestar
individual y colectivo.

Las actividades de promoción de salud mental que se realicen en las instituciones, tienen en
cuenta a todos los implicados en el sistema educativo tanto a los NNA como docentes y familias,
con las estrategias pertinentes para cada uno de ellos que contaran con componentes de:
Prevención
Promoción
Educación
Para lograr la continuidad de los procesos se requiere de la voluntad de las instituciones
educativas teniendo en cuenta que la línea de atención tiene un servicio de Valor social que
permite mantener el bienestar y desde donde se promueve la salud ayudando a elegir opciones y
tomar las decisiones más saludables para la salud mental.

NIVELACIÓN EDUCATIVA PARA LOS NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES QUE SE


ENCUENTRAN FUERA DEL SISTEMA EDUCATIVO FORMAL, PARA CONTRIBUIR A LA
REINSERCIÓN ESCOLAR.

Momentos vitales
El curso de la vida humana no es sólo un simple desarrollo. La estructuración de nuestra vida,
que se forma a través del tiempo, es el resultado de diferentes ritmos y etapas vitales que
suponen cambios fundamentales. Estos cambios, necesarios para nuestra evolución personal,
tanto física como psicológica, a menudo cursan como crisis que pueden generar desórdenes y
estrés que se manifiestan en distintas áreas de nuestra vida mental o de nuestro cuerpo.

Etapas vitales más significativas

• Los 3 años: Los tres años corresponden a la etapa vital en que los niños dejan de ser bebés
para ingresar en la etapa de la primera infancia. Actualmente, además, esta edad corresponde
con el tiempo de escolarización obligatoria, es decir con el inicio de la socialización fuera del
marco familiar. Para muchos pequeños es una etapa complicada, en la que deben afrontar la
separación de los padres, el inicio de la vida social fuera del marco familiar, con otros niños y con
otros adultos. Además, es la época en que se inician los primeros aprendizajes simbólicos y la
asimilación de normas de convivencia. A esta edad se inicia la estructuración de la imagen
corporal y de la identidad propia, separada de aquellos que han sido su sostén durante su etapa
de bebé, caracterizada por la dependencia al Otro materno, la escasez de control motriz y de
lenguaje.

En realidad, los tres años marcan la primera etapa de cambio vital en la larga carrera hacia la
independencia personal. Por ello, es bastante habitual que los pequeños muestren algunas
dificultades en esta época, como los terrores nocturnos, las fobias y las dificultades de separación
de la madre, cuando ingresan en la escuela o en otros lugares.

A los tres años se cifra en un 90% la prevalencia de alguna manifestación fóbica, a animales o a
situaciones sociales, por ejemplo. Estas fobias ponen en evidencia las dificultades y temores que
sienten los niños pequeños al irse separando de sus padres, por puro empuje vital. Las
dificultades que entraña esta etapa de vida, pueden verse agravadas por la imposición social
externa de escolarización.

Son comunes los llantos al alejarse los padres de la escuela, o las dificultades de relación con sus
iguales, inicialmente vistos como extraños y rivales al mismo tiempo. Son comunes las pesadillas,
los gritos por la noche y que muestren miedo a cosas o situaciones que 6 meses antes no daban
miedo. Estos problemas suelen remitir con la edad y el paso del tiempo que favorece que los
pequeños se acostumbren y vayan simbolizando la separación con respecto a los padres.

Si estos temores se instalan, se agravan, no dejan dormir y descansar y alteran en gran medida la
vida familiar y social de los pequeños, es importante consultar al psicólogo para encontrar
soluciones a los posibles atascos y dificultades que esta etapa puede presentar a los niños y a
sus familias. Por regla general, unas pocas visitas con los padres y/o con los niños, suelen
resolver el conflicto y las situaciones de círculo vicioso que promueven. La consulta al psicólogo
es una actitud preventiva interesante a generalizar. De igual modo que se va al dentista
anualmente para evitar daños mayores y prevenir las caries, las consultas al psicólogo pueden
pensarse como orientativas, informativas y a menudo, preventivas.

• La pubertad y la adolescencia: Etapa de pasaje o de crisis?

La pubertad y la adolescencia implican un tiempo de pasaje de la infancia a la vida adulta.


Supone separase de los padres, ganar independencia, acceder a las identificaciones ideales del
propio sexo, el inicio de las relaciones sexuales y el momento de construir un lugar propio en el
seno de la familia y de la sociedad.

Antes de la era de las grandes civilizaciones, las tribus humanas organizaban “ritos de pasaje”,
estructurados y delimitados en el tiempo, que facilitaban el cambio de la infancia a la vida adulta,
sin períodos intermedios, es decir, sin adolescencia. Desde el inicio de la cultura occidental, sin
embargo, en la Grecia antigua, sabemos que la adolescencia se percibe con temor y rechazo por
parte de las familias y de la sociedad. Se teme que en este tiempo de pasaje, los jóvenes se
“tuerzan” y se “descarríen”, cargando la visión de esta época vital como peligrosa y hasta violenta.

• La etapa fértil de la mujer y la menstruación

• La etapa madura de la mujer y la menopausia

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