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El estudio de las pequeñas y medianas empresas (PYME) ha tomado relevancia en los

últimos años tanto a nivel nacional como internacional. En este sentido, la mayoría de las
investigaciones señalan la importancia de las PYMES dentro del sector empresarial de
cualquier país, desarrollado o no, sobre todo por representar la mayor parte de las firmas
del sector y por generar buena parte del empleo y de la producción. También es común
observar en ese tipo de estudios un listado de los problemas que enfrentan las empresas de
pequeñas y medianas dimensiones, los cuales, por lo general, requieren de la participación
de diferentes agentes para lograr su solución temporal o definitiva. Entre los problemas que
presentan las PYMES está la rigidez del régimen regulatorio, generalmente diseñado para
grandes empresas, lo cual implica poca flexibilidad y altos costos de transacción para las
PYMES y el acceso limitado al financiamiento (especialmente al crédito de largo plazo),
indispensable para la puesta en marcha, la expansión y la actualización de un negocio; las
dificultades de acceso se deben, en primer lugar, a la asimetría de la información presente
en los mercados financieros, en la cual la PYMES es percibida como un negocio riesgoso,
lo que implica el cobro de primas adicionales de riesgo; en segundo lugar, la regulación
inadecuada en dichos mercados obstaculiza el financiamiento solicitado por estas empresas.

El reto de la competitividad:
En la actualidad gira un debate acerca del crecimiento económico. La sociedad actual cree
que el concepto de crecimiento económico debería rediseñarse, y no ser visto como un fin
en sí mismo, sino como un medio por el cual podamos alcanzar un objetivo más humano y
social: el bienestar de la sociedad. Indudablemente, ser competitivo es una condición
indispensable para crecer, y crecer es necesario para alcanzar un buen nivel de bienestar.
World Economic Forum ha creado un índice que analiza la competitividad de un país,
desglosándolo en varios subíndices que miden aspectos como las infraestructuras, las
instituciones, el entorno macroeconómico, la tecnología y la innovación. Estos conceptos
afectan directamente a la eficiencia y a la productividad, principales condicionantes de la
competitividad.

La Tecnología Informática como Complemento de las Nuevas Prácticas Gerenciales:


La necesidad de un ajuste en el funcionamiento de las empresas, debido a la transformación
digital que venía produciéndose desde hace años, era más una prédica lejana que parecía no
tener que ver con las compañías y menos con las pequeñas empresas. Hasta que llegó el
COVID-19. La pandemia obligó a hacer un alto, a ir al teletrabajo y a la educación remota,
y a revisar lo que se estaba haciendo. A nivel personal, junto con una mayor preocupación
por la salud y el bienestar, exigió repensar lo que a cada persona le gusta hacer.
Las empresas venían operando con el manual heredado de principios del siglo XX, cuando
junto con la cadena de producción se inventó que el control era fundamental en la gestión
administrativa. La transformación digital y las prácticas en las firmas líderes en la industria
tecnológica permitían una modificación del enfoque hacia el trabajo por objetivos y la
movilidad, donde cada colaborador gestiona su tiempo para cumplir las metas definidas.
Trabajar por objetivos ya había sido planteado, pero las empresas de distintas industrias se
adherían al esquema tradicional porque los altos ejecutivos se basan en modelos
piramidales y pensaban que sus unidades eran su guetto. Con la huida masiva al
confinamiento, la única forma de mantener operaciones en una buena cantidad de empresas
era con el teletrabajo, que ya muchas firmas de servicios y de tecnología practicaban en
Costa Rica y al que se resistían no pocas compañías locales. El teletrabajo hizo obsoletos y
sin sentido el control (donde alguien se fija si una persona está en su puesto y luego pasa
por detrás para revisar lo que está haciendo), de trabajar por horario (contando los minutos
hasta del café) y la rigidez.

Actualmente la supervisión, la gestión por objetivos y la flexibilidad se imponen. Las


reuniones de equipo se concentran en aprovechar el tiempo en las propuestas de mejora, la
creatividad y la innovación, que en pensar quién llegó y quién no. Otro cambio es pasar de
creer que el líder debe motivar a sus colaboradores a la automotivación, donde los
propósitos de la empresa y de ellos deben coincidir para que desplieguen sus talentos y su
potencial.

Al mismo tiempo surge la conciencia de la necesidad de la reeducación, de la actualización


y de la reconversión a lo largo de la vida laboral de cada persona, dado que muchas tareas
pasan a ser realizadas por la informática y la robótica.adquiere más relevancia la
comunicación entre las personas y lo anímico. Por ejemplo, en la salud ocupacional se pasa
de pensar que es solamente seguridad física de las personas a entender que también
involucra el bienestar pues ahora los colaboradores hacen frente a situaciones de estrés
crónico, angustia y ansiedad debido a la incertidumbre.

La ventaja de las pymes es que son más flexibles para adaptarse y repensar el cambio que
deben realizar y cómo adaptar la tecnología.
Su ventaja es que son más flexibles que las grandes empresas para adaptarse y repensar el
cambio que deben realizar y cómo adaptar la tecnología, incluyendo soluciones de
inteligencia artificial y de robótica cuyos costos (debido a la disponibilidad mediante
servicios en Internet) están cada vez más a su alcance. El problema es si las pequeñas
empresas tienen la visión de los desafíos que enfrentan.
Desarrollo endógeno, una mirada desde la PyME venezolana ENDOGENOUS
DEVELOPMENT AS SEEN BY SMALL AND MEDIUM ENTERPRENEURS

El desarrollo endógeno es una unidad de producción de la economía social. Esta demanda


incluir formas de economía distintas, como la producción de bienes y servicios de calidad,
las formas de trabajo, los valores de trabajo y crecimiento compartido, las costumbres
locales. Por consiguiente, la economía social requiere rescatar los valores comunitarios, con
sus procesos, así como los valores solidarios, cooperativos y humanistas, para el cambio del
modelo económico capitalista al de economía social, para alcanzar la felicidad y calidad de
vida del ciudadano. Es así, que la economía social adquiere la significación de una
herramienta para la derrota de la pobreza, tanto económica, cultural, política e ideológica;
para el rescate de concepciones de progreso, calidad de vida y bienestar social de las
personas. Este modelo económico social de carácter solidario y compromiso social
garantiza la inclusión de los venezolanos y venezolanas en la construcción del país.
oEl desarrollo endógeno es un modelo socio económico en el que las comunidades
desarrollan sus propias propuestas, es decir, el liderazgo nace en la comunidad, y las
decisiones parten desde adentro de la comunidad misma. Asimismo, su meta requiere
orientarse hacia el desarrollo en el nivel local, es decir, de la comunidad, para que
trascienda hacia la economía del país. Por consiguiente, el desarrollo endógeno demanda
elementos como: la organización, la comunicación, la cooperación, la interacción y la
participación de las personas que habitan en la comunidad, con el fin de promover el
progreso social y económico de todos y todas. En este sentido, se puede decir que el
desarrollo endógeno se basa en el cambio del sistema productivo del país, para que cada
región esté en la capacidad de transformar sus recursos naturales en bienes y servicios, que
multipliquen el empleo y el bienestar social, lo que garantiza la calidad de vida para los
ciudadanos y ciudadanas.

EL RETO SOCIO-POLÍTICO DEL CAMBIO DE PARADIGMA TECNO-ECONÓMICO


La crisis económica mundial de 1973 generó un renovado interés por los procesos
implicados en el cambio económico de largo plazo; en este contexto, la crítica al modelo
neoclásico de equilibrio general abrió nuevas perspectivas analíticas, que llevaron a la
elaboración de nuevos modelos dinámicos interpretativos de los fenómenos relacionados
con la ciencia, tecnología e innovación y su vinculación con el crecimiento y el desarrollo
económico existen dos concepciones fundamentales que enmarcan el desarrollo de los
modelos en la ciencia económica. La primera es la “mecanicista”, que analiza los
problemas económicos por medio de la identificación de sus elementos constitutivos y de
las relaciones que guardan entre ellos. Se centran en el estudio del equilibrio y suele
adoptar una perspectiva a corto plazo y estática. La segunda concepción es la
“evolucionista”, cuyo planteamiento es orgánico, en el sentido de que el todo no es una
mera suma de sus partes, sino que evoluciona y cambia a partir de las interacciones de sus
componentes. El centro de interés está ahora en los procesos de cambio, en que hay
innovación y selección, y en el largo plazo. El intento de integrar el cambio tecnológico en
la teoría económica representa una tarea ciertamente difícil, aunque hay que reconocer que
algo se ha avanzado a este respecto en las últimas décadas. Lo primero que se constata es la
imposibilidad de analizar el progreso técnico en los términos establecidos en el paradigma
del equilibrio neoclásico. En cambio, parece más fértil, La economía evolucionista se
planteó, como objeto de estudio primordial, la cuestión del cambio económico, tanto en el
corto como largo plazo. La necesidad de diseñar una teoría alternativa para comprender el
fenómeno del cambio económico deriva de la insatisfacción en el análisis que recibe desde
la visión ortodoxa, a partir de la economía neoclásica.

La Gerencia Venezolana Frente a los Nuevos Paradigmas Del Conocimiento:


La gerencia venezolana se encuentra permeada por los cambios políticos, económicos,
sociales, culturales y tecnológicos que orientan en este momento la dinámica del Estado
venezolano. Éstos obedecen a nuevas realidades que emergen de la propia sociedad
venezolana, donde se contraponen diversas perspectivas. Por consiguiente, la gerencia de
las instituciones de carácter público y privado deben repensar las representaciones de las
prácticas, métodos, estrategias y procesos que se desarrollan en el ámbito organizacional,
cambios que transfiguran la cultura de la organización y su desempeño. El reto de la
gerencia venezolana en el siglo XXI, es aceptar las nuevas ideas que emergen desde una
visión planetaria para su comprensión; sólo el gerente que perciba la complejidad de los
procesos organizativos alcanzará entender la concurrencia de la complementariedad y de
las contradicciones que emergen en las organizaciones. Desde esta perspectiva, el estudio
tiene como objetivo interpretar las representaciones sociales (RS) sobre la gerencia
venezolana en organizaciones de naturaleza compleja, considerando su comprensión y
acción a través de las prácticas administrativas, modelos organizacionales, emociones,
expectativas y actitudes que conforman la praxis gerencial en el contexto latinoamericano.
La gerencia como sistema social está impregnada por las transformaciones y cambios
propios de la organización, donde tradicionalmente son gestionadas dentro de una
racionalidad mecanicista e instrumentalista y regidas por métodos convencionales de
gestión. En la gerencia venezolana, las RS constituyen una construcción socio cognitiva,
caracterizada por la presencia de una disonancia entre la noción de gerencia del saber
conocida y la praxis gerencial develada en el quehacer organizacional. De esta manera,
conviven en el espacio corporativo las paradojas, valores opuestos unos a los otros,
compartidos y no compartidos por el grupo gerencial.
Revoluciones Tecnológicas y Paradigmas Tecnoeconómicos:

el vínculo que se establece entre los tipos innovación financiera introducidos para las
tecnologías específicas de cada período. Para tal propósito la obra presenta una primera
parte dedicada a explicitar el marco teórico presentando a las revoluciones tecnológicas
como grandes oleadas de desarrollo sucesivas con ello designa al proceso de instalación y
despliegue de cada revolución junto al paradigma que impregna al sistema económico y al
social. los procesos implicados en la asimilación de una revolución tecnológica.
El análisis del paradigma, en cada caso particular, permite identificar dos rasgos
importantes de la dirección del cambio; por un lado, el conjunto de principios que
contribuye a la creciente comprensión mutua entre los actores contemporáneos en sus
decisiones e interacciones; por otro, el isomorfismo en los cambios transmitidos de una
institución a otra, comenzando por las empresas. Para facilitar la comprensión de esta idea.
Desde finales del siglo XVIII el crecimiento económico ha atravesado cinco etapas
distintas, asociadas a cinco revoluciones tecnológicas sucesivas. Cada una de ellas irrumpe
y se desarrolla en un país particular –país-núcleo–, que actúa como líder mundial durante
esa etapa, donde se despliega completamente y desde el cual se propaga a otros países.
Sostiene que, si bien las oleadas de desarrollo que impulsan las revoluciones tecnológicas
son fenómenos mundiales de largo plazo, la propagación desde el centro, o núcleo, a la
periferia es gradual. De modo que el despliegue como constelación puede llevar hasta dos
décadas. el inicio de una revolución, un elemento que da visibilidades la irrupción de una
tractor al cual se enuncia como big-bang. A su vez, cualquier intento por fechar la
finalización de cada revolución resultaría vano porque cada conjunto de tecnologías
atraviesa un difícil y largo período durante el cual cada vez se hace más visible el
agotamiento de su potencial, pero al irrumpir otra revolución, la lógica y los efectos de su
antecesora aún perduran ejerciendo una poderosa resistencia. La instalación generalizada de
la lógica de la nueva revolución llevará entre dos y tres décadas de turbulenta transición
entre el éxito de la nueva instalación y la declinación de la vieja.
Competitividad: Nuevo paradigma económico:
A principios del siglo XXI empezó a penetrar un nuevo sistema económico en el mundo. Se
trata de la economía colaborativa, que coexiste con la economía de mercado. Es el primer
sistema económico que se consolida desde el surgimiento del capitalismo y el socialismo
allá por el siglo XIX. Este nuevo paradigma está llamado a transformar radicalmente la
vida económica. Puede ser un instrumento muy potente para reducir las desigualdades de
renta y democratizar la economía global. El afianzamiento en las postrimerías del Siglo XX
en la economía de los principales países industriales de un modelo reproductivo
cualitativamente nuevo, condicionado ya no sólo por el incremento acelerado y directo del
papel protagónico del progreso científico-tecnológico (PCT) en las fuerzas productivas,
sino por la generalización de este fenómeno a todos los eslabones e interrelaciones del
proceso de reproducción social ampliada, vistos como un sistema en su más amplio
contexto económico, político, social, ambiental, cultural, territorial, defensivo y,
fundamentalmente, internacional tiene incalculables consecuencias para el curso del
desarrollo futuro de la humanidad y, en su concierto, también para los pueblos de nuestra
América Latina. En el contexto extremadamente complejo y contradictorio, pleno de
desafíos e incertidumbres, que caracteriza el desarrollo de las fuerzas productivas en la fase
actual del capitalismo mundial, éste incorpora, como factor decisivo de su competitividad,
seguridad integral y “continuidad histórica” como sistema, la capacidad de generación
científica y de innovación tecnológica a su estrategia global, conjugando el desarrollo
intensivo del nuevo paradigma tecno-económico en sus principales metrópolis con la
explotación extensiva de la periferia del sistema. En la lucha por el dominio y/o la
subsistencia en un mundo marcado por tendencias, en lo inmediato, hacia una globalización
regida por los intereses del capital transnacional, se evidencian las principales
contradicciones Norte-Norte y Norte-Sur (manifestaciones éstas, en el plano internacional,
de las contradicciones más profundas de Capital-Capital y Capital-Trabajo) a las que el Sur
accede en gran desventaja por desvalorizarse sus otrora ventajas comparativas estáticas y
no poseer, en su predominante mayoría, del apropiado ámbito sistémico de fertilidad
nacional para crear las nuevas ventajas comparativas dinámicas. Lograr hilvanar
sistémicamente el PCT al complejo tejido socio-económico interno, en los niveles
micromezo-macro, con aquellos factores externos que complementen el ciclo reproductivo
óptimamente, en calidad de innovadores y/o asimiladores tempranos ya no solo de
productos sino esencialmente de tecnologías, he allí el reto para poder disfrutar de su
rendimiento al máximo. En ese orden de cosas, representan un interés especial las
experiencias y retos afrontados por los diversos grupos de naciones, e.o., los países
industrializados, a la vanguardia del proceso de globalización y de la asimilación de una
sociedad basada en el conocimiento; los países de las llamadas economías de tránsito que,
al optar por la panacea del mercado, emprendieron como regla la desarticulación de sus
otrora altos niveles de socialización de las fuerzas productivas y la reducción sustancial de
sus significativos aunque aun insuficientemente efectivos potenciales científico-
tecnológicos creados en los años del socialismo real; y los países subdesarrollados, en
busca de opciones alternativas de desarrollo para, ya sea, insertarse competitivamente al
nuevo paradigma o, de lo contrario, quedar irremisiblemente marginados y caer en una
nueva suerte de dependencia total.
Pymes Venezolanas Con Potencial:

En todo el mundo, los sistemas económicos y sociales han hecho que se creen grandes
ciudades donde se concentran las riquezas y los conocimientos, tema que se ha reseñado en
el pasado. Esto ha hecho que muchas comunidades queden aisladas de los espacios
productivos del país. Debido a esto, los pequeños productores apenas tienen acceso a
beneficios bancarios, equipos, y demandantes de sus productos para poder lograr un
crecimiento estable. Con esta situación se crea desigualdad, y se pierde el potencial que
tienen los países en materia económica. No es algo que solo se ve en Venezuela por la crisis
actual. A esta situación global se le suma algo único en nuestro país: la escasez de
insumos. Esta se ha venido incrementando en los últimos años como consecuencia de la
diminución de las importaciones y el pobre trabajo que realizó, el apenas existente, parque
empresarial venezolano para ser sostenible. Con la crisis actual, no solo las grandes
empresas se han vuelto altamente dependientes del suministro de dólares estatal, sino que
las PYMES se han visto envueltas en una fuerte crisis por no tener suficientes insumos para
continuar operando. Es aquí donde entra la solución incentivada por Kaplan. El experto
asegura que las empresas (en nuestro caso, las PYMES) deben realizar una estrategia de
valor compartido, es decir, enfocada en ganar-ganar. A pesar de que no todos los rubros
puedan ser satisfechos por el productor independiente, las empresas pueden beneficiarse de
entablar relaciones directas con estos actores. Cada compañía debe determinar cómo medir
los costos y beneficios de cimentar una relación laboral de esta naturaleza, para asegurar
que sea rentable. De ser así, la compañía puede trabajar en equipo con los pequeños
productores para asegurar los insumos, a la vez que ayuda al productor y a su comunidad.

la Gerencia de la Calidad y Productividad bajo los paradigmas en las PYMES venezolanas.

las Pymes venezolanas, constituyen las organizaciones con mayor capacidad de adaptación
y generación de empleo, además de generar un aporte significativo al PTB, representando
así un importante factor de política de distribución de ingresos a las clases media y baja,
con lo cual, fomentan el desarrollo económico de esta nación. Actualmente la mayor parte
de las empresas venezolanas, pertenecen a la pequeña y mediana empresa, ya que la
mayoría inician como un negocio familiar, aunque algunas de ellas desaparecen, y aún más
con la grave crisis económica que transita nuestro país, un cierto número de éstas terminan
desarrollándose. Nos cita, que, en cuanto a las principales debilidades. Hoy en día,
cualquier producto o servicio se evalúa de acuerdo a la “calidad” que ofrece. La calidad es
una de las principales herramientas para aumentar la competitividad de cualquier empresa;
pero esta implica costos adicionales, los cuales, en la mayoría de los casos, no es posible
que una Pyme pueda afrontar. La falta de financiamiento adecuado, como consecuencia de
la dificultad para acceder al mercado financiero, hacen que el dueño de la empresa se vea
en la obligación de suministrar su propio capital de trabajo, distribuyendo los recursos en
otras áreas y dejando de último la inversión en calidad. El Estado debe fomentar la creación
de planes de financiamiento para este sector; una premisa fundamental para cualquier
esquema que se adopte, sería que se contemplen distintas tasas, plazos y montos de riesgo,
la solvencia, la rentabilidad y la capacidad de repago de los proyectos y/o empresas
solicitantes, a efectos de no alterar la correcta asignación de recursos; así se lograría
aumentar la inversión en calidad sobre todo en aquellos sectores de las Pymes que más lo
requieran. Cuando se habla de calidad, el marco de referencia más importante lo
representan las normas ISO, dichas normas tienden al aseguramiento de la calidad y se han
hecho indispensables para la competencia, tanto nacional como internacional;
lamentablemente los empresarios no le dan la importancia requerida a la certificación en
esta área, y prefieren mantener sus políticas de funcionamiento, tal y como lo vienen
haciendo desde hace muchos años atrás, sin comprender el valor agregado que ésta traería a
sus productos o servicios. Se debe fomentar entre las Pymes la importancia de la
normalización, pues una certificación de este tipo, le dice a los compradores que los
productos o servicios que adquieren tienen la calidad asegurada, desde la selección de
materiales hasta la entrega del producto terminado; inclinando la preferencia de los
consumidores hacia éstos. La administración de las Pymes, en su mayoría, es
independiente, es decir, generalmente dirigida y operada por el mismo dueño de la empresa,
el cual sólo se preocupa por el nivel de producción logrado. Los gerentes de estas empresas
deben comprender la gran ventaja competitiva que se puede obtener de una política de
calidad adecuada; deben eliminarse todas aquellas prácticas en las cuales se impone la
cantidad sobre la calidad y lograr un equilibrio de las mismas. La gerencia de las Pymes,
generalmente, es llevada a cabo por sus propios dueños. En muchos casos estos gerentes no
tienen la capacitación necesaria para concebir y adoptar las mejores decisiones para la
empresa, pues no se han preparado educativamente para ello; ya no alcanza con ser el
dueño, o inclusive un responsable director; el empresario debe constituirse en un verdadero
líder, hacia adentro y hacia afuera de la organización, conduciendo efectivamente el
negocio en sus aspectos críticos, predicando con el ejemplo de su propia acción y trabajo.
El tradicional encargado, contador interno o jefe administrativo, el hombre de confianza en
la empresa, etc., son roles que deben desaparecer, para dar paso a la gerencia profesional,
verdaderos hombres de negocios, capaces de gestionar eficientemente la empresa, concebir
y adoptar decisiones y liberar al empresario de las caras de rutina de la operatoria
organizativa.

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