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CURSO GUÍA NACIONAL ESPECIALIZADO

ICONOGRAFÍA
ESTUDIO ICONOGRÁFICO CULTURA TULIPE

Nombre estudiante: Katherine Otañez


Fecha: 04/04/2021 Asignatura:
Iconografía
Facilitador: Wladimir Galarza

INTRODUCCIÓN
La cultura Yumbo habitó y dominó, antes de la llegada de los incas en el siglos
XIII, el bosque tropical húmedo de la selva occidental de las actuales provincias de
Pichincha, Cotopaxi y Santo Domingo de los Tsáchilas, denominada en las primeras actas
del Cabildo de Quito como Provincia de los Yumbos, que se extendía según Cabello
Balboa (1583) desde Lita y Atacames en el norte, hasta Sigchos y Quito en el sur; sin que
se lo considere como un pueblo guerrero sino más bien como una cultura aborigen cuyo
modo de vida fue el intercambio de productos cultivados en la costa y sierra ecuatoriana;
dejando como su más grande legado la utilización de lo necesario y la conservación de su
hábitat natural - patrimonial que los albergaba.

La cultura Yumbo vivió con el mito, la magia y un culto cosmogónico que


vinculaba las actividades humanas con la espiritualidad en función de lograr bienestar,
estabilizando y armonizando el comportamiento social con la naturaleza. En este sentido,
las prácticas políticas e iniciáticas, como los ritos shamánicos de sanación y el
conocimiento de los recursos naturales para el uso medicinal, fueron funcionales para
lograr la salud física y espiritual, tanto del individuo como del colectivo, lo cual es uno de
los aspectos de la cultura Yumbo que posiblemente permitió su desarrollo y fue el medio
por el cual se pudieron organizar otras actividades humanas relacionadas con la vida
misma de la comunidad y su subsistencia.

Hace unos años más de 150 piezas arqueológicas pertenecientes a la Cultura


Yumbo, fueron recuperadas por la Unidad Especializada en Investigación de Delitos contra
el Patrimonio Cultural (UEIDPC). Las 153 valiosas piezas precolombinas se encontraban
en un domicilio contiguo al local comercial de artesanías «Artesanías Guaycapi», en la
parroquia Nanegalito, ubicada al noroeste de Quito, capital ecuatoriana. Los vestigios que
se recuperaron son parte de un importante conjunto de compoteras, vasijas zoomorfas,
ollas globulares, hachas de piedra, sellos arcaicos elaborados en cerámica y piedra, que
pertenecieron a esta cultura precolombina, que habitó entre el año 400 al 1660 DC.

En el eje central del complejo arqueológico se puede verificar el recorrido del sol e
incluso la ausencia de sombra, la presencia del agua como un espejo que permitió la
observación del sol, los ciclos menguantes y crecientes de la luna, además de las
constelaciones estelares. Esto sugiere que se trató de un lugar sagrado, destinado a la
organización del universo, la cohabitación de la clase sacerdotal y la formación de nuevos
sabios o yachak kuna en el conocimiento de las ciencias, en beneficio de la comunidad.

Tulipe tuvo importancia religiosa al servicio de tres aspectos relevantes:

1. La ordenación política y religiosa al constituirse en centro de asesoramiento para


gobernantes y caciques de la región, y áreas de influencia entre la Costa y la Sierra.

2. La predicción astronómica de los ciclos solares, lunares y estelares, necesaria para el


establecimiento de calendarios agrícolas y festivos, a cargo de un grupo especializado de
poder religioso y político.

3. La sabiduría en el manejo de los vínculos entre el mundo terreno y el inframundo, y la


conexión con el panteón de divinidades andinas, en especial el sol, la luna y el jaguar.

Estos tres aspectos se pueden relacionar con el hecho unificador de que Tulipe fue
un lugar de culto al agua, y que, en este sentido, según los Costales, especialmente el
Centro Ceremonial funcionó para purificar y fortalecer el cuerpo como en las pozas de
“catequil o tasquis”, que tuvieron entonces los mismos usos de las fuentes de agua fría o
las cascadas serranas, donde se sumerge a los varones con igual fin.

Forma de vista de los Yumbos: La representación que se ha creado sobre los


yumbos mediante la tradición oral, los reconoce como un grupo humano de viajeros
silvícolas de las regiones subtropicales de la Costa y la Amazonía, expertos en la brujería y
mercaderes exóticos semidesnudos. Hoy en día, las interpretaciones científicas han
reconstruido la imagen del yumbo, valorándolo como un conglomerado humano con un
complejo sistema social y político estrechamente ligado al culto religioso entorno al
cosmos y su veneración, fruto del conocimiento astronómico y la interpretación mítica. Los
yumbos fueron expertos en los conocimientos sobre las condiciones estratégicas
geográficas y medioambientales de las regiones subtropicales entre la Costa y los valles
interandinos, expertos mercaderes en el intercambio de productos de ambas regiones en
beneficio de su propio desarrollo y de las comunidades vecinas.

La creación de tecnología y la construcción de infraestructura arquitectónica


desarrollada por los yumbos mejoraron la adaptabilidad humana y cultural a las
condiciones medioambientales. También, su vida espiritual muy vinculada a la integración
con el medio ambiente fue desarrollada para venerar la naturaleza y el cosmos. Por esta
razón el conjunto de terrazas, acueductos y estructuras hundidas que conforman el
conjunto monumental del Centro Ceremonial de Tulipe, ha sido interpretado como un
santuario destinado principalmente al culto al agua, además de centro de iniciación,
observatorio astronómico y centro de organización social y poder

CARACTERÍSTICAS GENERALES

La referencia de los materiales cerámicos, líticos y demás hallazgos, proviene de


las labores de prospección en un territorio de 900 km2.
Los Yumbos poseían amplios conocimientos sobre alfarería y fabricación de
artefactos en piedra y obsidiana. Las principales características de la cerámica Yumbo son
el acabado de superficie: la más común es el alisado al exterior y el menos común es el
engobe y pulido; decoración: incisos, modelados, punteados, apliques y pintura negativa; y
una base con una pequeña concavidad hacia el interior de la vasija.
Entre las herramientas en piedra y obsidiana, se destacan las puntas de flecha, los
cuchillos, raspadores, perforadores, lanza dardos, metates, morteros y manos de moler,
elaborados a través de la técnica de la fricción y el pulido.
A través de los objetos (como vasijas, pocillos y pondos) se difunden los signos, la
cultura y la identidad de los yumbos que habitaron antes de los incas. Cada pieza es única y
representa la forma en que se elaboraban los objetos hace 1.000 o 1.200 años antes de
Cristo.
En la antigüedad, los yumbos hacían las cerámicas formando primero piezas
cilíndricas. Luego, acoplando varias de ellas daban forma al objeto que deseaban y lo
sometían a un proceso de quemado en hornos profundos, con piedras incandescentes para
solidificar el material y utilizar los utensilios.

CERÁMICA

Pieza antropomorfa: en todas las las culturas precolombinas del Ecuador están presentes
las pequeñas esculturas de cerámica en las que sus artífices trataron de perennizar la figura
humana y sus expresiones cotidianas, mítico-religiosas y funda-mentalmente de gran
contenido simbólico, no siempre fácil de descifrar por parte de los arqueólogos e
intérpretes modernos. Por igual aparecen las mujeres y los hombres como fuentes de
inspiración ancestral; los encontramos plasmados en curiosas figurillas como las célebres
‘venus de valdivia’ con su variedad de peinados y rostros estiliza-dos; en las
extraordinarias obras femeninas de chorrera, tolita, jama-coaque; en los gigantes de bahía;
en los canasteros y coqueros de las culturas del Carchi; o en las representaciones antropo
zoomorfas tardías de seres mágicos, terroríficos y dotados de tanto poder ‘shamánico’ que
sólo los dioses, al parecer, superaban. De hecho, muchos pobladores los conservan y
utilizan como ‘talismanes’ o elementos protectores de la casa, la salud y la buena suerte.
Todas las piezas antropomorfas observadas en el país yumbo se caracterizan por unas
facciones bastante duras, ‘amenazantes’ y ‘misteriosas’, que sugieren o muestran
tendencias zoomorfas de posibles simios, felinos, aves, o de animales de su medio
ecológico. El acabado de la cerámica es más bien pobre, burdo y erosionado, similar a toda
la cerámica yumbo descrita en este capítulo, pero icono-gráficamente presenta detalles
importantes de elementos complementarios que adornan a la figura humana.

Bases cóncavas: La tipología de las bases cóncavas descubiertas en el subtrópico quiteño


sugiere un problema muy interesante. Primero porque no existe en la literatura
arqueológica precedentes que permitan hacer estudios comparados con el tipo de base
cóncava de la cultura yumbo. En segundo lugar, porque hace pensar que estamos frente a
una característica morfo-funcional muy particular que amerita ser analizarla con
detenimiento y dentro de una muestra mayor en comparación con la que disponemos hasta
ahora. Cabe resaltar el hecho de que la base cóncava tuvo todo un proceso evolutivo en
cuanto a sus dimensiones, forma y acabado que arrancó desde un asiento probablemente
plano, y que en una larga secuencia de variantes llegó a una atípica forma de base cóncava
por fuera y con una protuberancia cónico convexa hacia adentro

PETROGLIFOS

Parte de los vestigios fue la escritura, estos signos que fueron tomados para la
representación de este mural se encuentran tallados en grandes rocas. Los arqueólogos han
hecho un estudio y los han interpretado. Los círculos representan el conocimiento y la
perfección y a su dios el sol. Las espirales representan la infinitud, la eternidad y el
movimiento, pero entre círculos y espirales, los arqueólogos han encontrado la figura que
tenemos en el centro, la cual es considerada una figura humana. Hay dos hipótesis que se
manejan y la primera es esa. Esta figura antropomorfa es una figura esquematizada que por
cabeza tiene círculos de conocimiento y perfección.
Figura antropomorfa en la que la cabeza aparece formada por los círculos
concéntricos que recuerdan al dios sol. Se podría tratar de un hombre de cuya mano
izquierda se genera un nuevo sol y su extremo fálico se orienta a un signo vaginal,
denotando así una totalidad simbólica de fertilidad, fecundidad y creación
Tenemos sus brazos y también tenemos sus piernas. Entre sus piernas se encuentra
el miembro reproductor del hombre, el cual se cree se orienta hacia lo que es el miembro
reproductor de la mujer, el cual se encuentra separado. De la unión entre el hombre y la
mujer se está creando una nueva vida. La nueva vida está en la mano izquierda levantada,
es un sol naciente, es un nuevo ser. Esta es una interpretación que los arqueólogos han
dado. Otra interpretación donde también se demuestra la fertilidad, está en que el círculo
más grande es el sol, el más pequeño la luna.
Tenemos que sus brazos y piernas están representando los cuatro elementos, agua,
fuego, aire y tierra, y lo que tenemos en la parte baja es una semilla que para que germine
necesita de estos elementos además del sol, de la oscuridad en este caso la luna.

La huella arqueológica que dejó


la cultura Yumbo hace más de 800
años es la principal carta
de presentación de Pactoloma,
lugar perteneciente a
la parroquia de Pacto, ubicada a
101 km de Quito. Allí se
encuentra un conjunto
de petroglifos, muchos de los
cuales están tallados en
una roca conocida como la Gran
Piedra Yumba.

Por lo cristalino de las aguas y la vegetación tupida del sector que evita el ingreso


de los rayos solares, se presume que ocupaban este lugar para descansar,
alimentarse y recargar energías. Lo primero que observará en este lugar es una decena
de círculos de diferentes tamaños. Existen, además, cerca de 15 espirales de varios
tamaños.
Según los arqueólogos que visitaron el lugar, la simbología de aquellos trazados
evoca a la perfección y al infinito.El dibujo que identifica al Museo de Sitio de Tulipe, de
hecho, salió de Pactoloma. “Ese tallado retrata a la mente humana como perfecta y atada a
un espiral que evoca al infinito”, explica Almeida, mientras señala las piedras de moler que
se encuentran a los costados de las pozas naturales de agua del río Chirapi.

Se trata de una andesita de coloración negro-verdusca y textura granulométrica


compacta. Los signos fueron grabados o tallados común ‘cincel’ de mayor dureza que la
roca, probablemente metálico o lítico, forman-do surcos de un ancho promedio entre1.05 a
2 cm. y una profundidad de 2 a 4mm. que a menudo hace que, a simple vista y cuando la
roca está seca, pasen esos detalles incisos. Una vez ubicada geo-espacialmente la piedra, y
con el afán de descubrir los mínimos detalles graficados, se procedió con cepillos plásticos
muy ligeros a retirar toda la micro-vegetación que había crecido en la superficie. La mayor
parte de los signos (aproximadamente un 90%), de connotación simbólica trascendente, se
encuentra en perfecto estado de conservación, quizá por la contextura granulométrica de la
piedra y la ausencia de actividades antrópicas cercanas. Este petroglifo tiene un total
de veinticuatro signos, distribuidos indistintamente entre diseños de círculos concéntricos,
círculos simples y espirales, destacándose entre ellos una figura antropomorfa que se
compone de las mismas figuras geométricas ya citadas. Tanto los círculos concéntricos
como la alargada espiral que gira sobre su periferia tienen una connotación simbólica
trascendente. Dentro de la simbología generalmente adscrita al círculo, este representa la
“unidad indivisa del principio” (Burckhardt, 1976: 10), alude al cosmos como fuente de
vida y esencia del ser. Asimismo, la periodicidad cíclica de las estaciones sugiere los ojos
de Imaymana o el Gran Hacedor (Haro, 1974: 17)… “El que observa, el que todo lo ve”. El
sol concebido como la divinidad más importante de los pueblos aborígenes, en la
cosmovisión y religiosidad de los yumbos tiene forma de hombre, es el mismo hombre.
Por otra parte, las culturas ancestrales andinas concebían al círculo o a los círculos
concéntricos como el símbolo de la figura perfecta, eterna, estelar y sobre todo solar. El
dios sol estaba representado por cinco círculos concéntricos. La lectura semiótica del
diseño total del petroglifo determina que su mensaje es astronómico, religioso y creativo:
soles en permanente crecimiento, luna o lunas bi concéntricas, cosmos espirales en
movimiento y tendiendo al infinito; y, en medio de todo este universo, el personaje
antropomorfo, definiéndose como el ser estelar y procreador
CONCLUSIONES
El simbolismo Yumbo hoy vive en toda la zona de Tulipe: las formas geométricas
de las piscinas, así como los grabados antiguos en piedras, conocidos como petroglifos,
que se encuentran bajo cascadas, en lodosas orillas y caminos de selva, entreven una
energía única, en sí difícil de expresar en palabras. Podemos decir que Tulipe une las
nociones de sagrada naturaleza con el equilibrio del cosmos, como lo entendieran las
sociedades precolombinas.

Los petroglifos hallados cerca de Tulipe tienen grabados en forma de círculos,


espirales y líneas rectas. Por ello, Jara considera que esa cultura tenían la idea de que los
círculos representaban la perfección y las espirales la eternidad, que son condiciones
divinas.

La religiosidad de los Yumbos presente en Tulipe se manifiesta también en los


petroglifos, que son grabados en grandes piedras, encontrados en la cascada “Gallito de la
Peña en el río Chirape”, ideogramas con un alto sentido de trascendencia mística, hipótesis
sustentada en la relación de las formas circulares y espirales, con lo cósmico–sagrado, lo
humano y el tiempo cíclico, una representación de la eternidad y la perfección.

En esta cultura se puede encontrar una cerámica muy rústica, sin acabados
especiales ni coloridos. Fue solamente utilitaria, no de decoración. Sin embargo mantiene
las formas características de la cultura que son las espirales y el círculo.

En general, se observa la poca variabilidad formal en el utillaje aplicado por la


sociedad yumbo. De igual manera, es claro que no fue el fuerte de esta sociedad la
modalidad delicada en la elaboración de la cerámica; por el contrario, esta es bastante
sencilla. Los acabados apenas llegan a los modestos alisados.
BIBLIOGRAFÍA

 Jara, H. (2007). Tulipe y la cultura Yumbo. Arqueología comprensiva del


subtrópico quiteño. Trama. Quito-Ecuador.
 Coloma Muñoz, P. L. (2020). Diseño de un sistema de integración urbana entre el
tejido barrial de Tulipe y el museo de sitio con su arqueología, como aporte al
desarrollo sostenible del lugar (Bachelor's thesis, Quito: UCE).
 Crespo Dávila, L. A. (2017). El Museo de Sitio Tulipe: una propuesta de análisis
de su narrativa visual, escrita y oral (Master's thesis, Universidad Andina Simón
Bolívar, Sede Ecuador).

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