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ESTADOS AUTISTICOS EN LOS NIÑOS (1981), Frances Tustin, Paidós.

En el autismo normal, sugiere la autora, existe objeto, pero su aprehensión "parece estar imbuida con la
autosensualidad primaria del bebé, de modo que la diferenciación del bebé de los objetos y personas quedaba
borrosa y [...] experimentados como una continuación sensual de su propio cuerpo" (Pág. 13).

"Los niños autistas son niños deseados. Se los cuida bien físicamente. Sin que sea culpa de nadie lo que
falta es la atmósfera psicológica adecuada" (Pág. 16). La autora concluye que “una psico-terapia con un
terapeuta capaz les aporta justamente aquello que les ha faltado” (Pág. 16) y que, en algunos casos, niños
menores de siete años pueden retornar al desarrollo normal. Sin embargo, es un proceso lento y difícil y
requiere mucha formación y dedicación. Es una tarea ardua y dolorosa para todos los interesados ya que
cuando los niños comienzan a relacionarse con el mundo "real" de objetos y personas padecen mucha
angustia y ansiedad.

"El niño autista necesita una relación receptiva y capaz de respuesta [...] su preocupación fundamental
es evitar convertirse en una “nada”…lucha para sentir que existe" (Pág. 17), y lo hace a través de sus
reacciones psicobiológicas (objetos y formas autistas), para sentirse seguro de su propia existencia, pues el
ambiente de crianza no le aportó la seguridad que requería. Estas reacciones psicobiológicas son patológicas en
tanto impiden las relaciones objetales.

La autora considera al autismo como un trastorno severo del desarrollo "que aparece como una defensa
contra la confusión de la psicosis, más que como una psicosis en sí misma" (Pág. 17). Existe el mundo de la
madre, el mundo real y el mundo del niño autista, su propio mundo, es por eso que el término autismo lo
reserva en su obra para los estados encapsulados.

¿Qué es el autismo?

"Es un estado centrado en el cuerpo, con predominio de las sensaciones que constituye el núcleo del sí
mismo [...] la atención está centrada casi exclusivamente en los ritmos y sensaciones corporales" (Pág. 21), en
especial las táctiles. Se puede prestar atención a los objetos del mundo externo pero estos son experimentados
como una parte del cuerpo o algo muy próximo a él. "Las personas y las cosas externas raramente se usan o se
perciben como entidades con existencia separada. Se experimentan como una extensión de la actividad
corporal" (Pág. 22).

AUTISMO PRIMARIO NORMAL

La autora comparte opiniones, junto a otros autores como Margaret Mahler, James Anthony y Piaget,
respecto de la existencia de una fase autista normal en la primera infancia. Este estadio, anterior al narcisismo
primario, estaría asociado a una autosensualidad relativamente indiferenciada. El niño, inmediatamente
después de su nacimiento, reacciona al mundo externo en función de su propio cuerpo, “reacciones
automáticas que apuntan a la supervivencia del bebé” (Pág. 28), el sentido de existir del mismo es un flujo de
sensaciones, esto le ayuda a establecer su imagen corporal como una base de identidad personal. No se trata
de la no-existencia de un objeto, como lo considera la línea clásica freudiana, sino de "objetos-sensaciones"
centrados en el cuerpo, como parte de él, la madre es experimentada como un objeto-sensación; los ritmos, las
vibraciones que “parecen ser” la madre, el pecho...esas simulaciones operativas a las que la autora llama
ilusión. Esto lo prepara para posteriores relaciones con objetos no/sí-mismos, experimentados como fuera de
su cuerpo a los que tendrá que adaptarse. “Hay búsqueda de objeto pero no relación de objeto“(Pág. 23). Hay
capacidad de respuesta (reacción) pero basada en pautas innatas, la conciencia social (reconocimiento de la
existencia del otro) se desarrolla cuando el bebé experimenta con objetos no/sí-mismos, separados de su
cuerpo. Ahora bien, este estado de autismo primario no es absoluto, sino que "es posible que existan estados
momentáneos de conciencia de la separación que, cuando son posibles de soportar, preparan al niño para
emerger de ese estado primario dominado por las sensaciones a un estado en que pueden empezar a
desarrollarse las relaciones emocionales con las personas, vividas como separadas y diferentes de su cuerpo "
(Pág. 24), objetos no/sí-mismos que van apareciendo e interactuando con él.

Según la autora, la sensualidad del niño en este estado primario y su conciencia global relativamente
indiferenciada, combinadas con la adaptabilidad de la madre a partir de su “preocupación maternal”, protegen
al bebé recién nacido de las experiencias “no/sí-mismo” para las cuales no está preparado. “Todo esto
proporciona un estadio intermedio entre estar dentro del seno materno y fuera de él, y de esta forma
constituye una especie de matriz posnatal” (Pág. 25). El recién nacido se encuentra en un estado de capacidad
de respuesta hipersensibilizada a las situaciones sensoriales que junto con la “preocupación maternal”,
capacidad de respuesta hipersensibilizada de la madre, facilitan la vinculación entre ambos. Si, por una
multiplicidad de factores, esta vinculación es perturbada, el bebé queda expuesto a los riesgos que amenazan
su hipersensibilidad en esta etapa, es conciente de su separación de la madre en un momento donde se
encuentra hipersensible y superreactivo en el que todo se magnifica, resultando esta experiencia intolerable.
Para protegerse de eso mismo se desencadenan reacciones automáticas masivas para bloquear la conciencia
de una madre separada y así preservar la ilusión de a) la fusión o b) la confusión con la madre. “Estas
actividades autosensuales se vuelven idiosincrásicas porque se impide su modificación por influencias externas.
También se vuelven rígidas a inalterables en una medida anormal“(Pág. 29). En síntesis, las reacciones autistas,
normales y necesarias en un primer momento, se vuelven patológicas impidiendo el desarrollo, de modo que la
hipersensibilidad permanece relativamente inmodificada. Así se desencadena el autismo patológico.

AUTISMO PATOLÓGICO

Según la experiencia de la autora en el trabajo con niños autistas, el autismo se convierte en patológico
cuando en la primera infancia el bebé toma conciencia de la separación de la madre antes de que su aparato
neuromental (el yo incipiente) fuera lo suficientemente maduro para enfrentarse a la situación solo y donde
una madre deprimida no pudiera ayudarlo, “si una madre deprimida y carente de confianza en sí misma se
encuentra con un niño susceptible de stress queda el campo preparado para futuras dificultades en el
establecimiento de las conexiones psicológicas entre ambos” (Pág. 15). Esta sensación prematura de
desconexión con la madre es experimentada con mucho dolor, de un modo catastrófico, produciendo el
agujero negro de la depresión arcaica.

“Todo niño pequeño descubre que su madre “no/sí-mismo” es una fuente de frustración y de desilusión”
(Pág. 29) pero para el niño psicótico esto resulta insoportable, ya sea porque perturbó la ilusión de una madre
autosensual en una época precoz o porque se mantuvo mucho más tiempo de lo normal, siendo alterada tarde
y de manera intolerable. Para defenderse de esta situación tan dolorosa el bebé reacciona a) excluyendo o bien
b) confundiendo las experiencias no/sí-mismo de modo que se vuelve psicótico.

En síntesis, una perturbación de la sensualidad primaria en el estadio del autismo primario normal “pone
en marcha el círculo vicioso del autismo patológico, en el cual hay una inhibición o perturbación de las
percepciones” (Pág. 31) y así surge el cuadro clínico que se conoce como psicosis. Esta perturbación de la
sensualidad primaria, sensación prematura de desconexión con la madre, provocó una irrupción volcánica de
sentimientos de rabia, angustia y terror expresados como pataletas intensas, espasmos de agitación, aparentes
ataques epilépticos que el niño asoció a la madre no/sí-mismo de la cual se retrajo. Las emociones como el
amor, odio, no se desarrollaron. De este modo “la base de sensaciones para una vida emocional no se ha
establecido de manera satisfactoria, y el resultado es una perturbación…de las relaciones emocionales durante
la vida” (Pág. 24).

El vínculo madre-hijo ha sido obstaculizado por una gran variedad de razones, aunque el análisis en
profundidad en niños psicóticos ha demostrado que este vínculo no existió en absoluto o fue perturbado por
confusiones entre los miembros de la pareja y, a pesar que algunos autores alegan que estos niños han sido
desairados por madres frías y con poco contacto, negligentes, la autora sostiene que “la situación real es
infinitamente más complicada y sutil y, que varía de niño a niño. La mayoría de los niños psicóticos no han
experimentado ni frialdad, ni abandono o violencia física por parte de sus padres.” (Pág. 30). Sino que, por una
gran variedad de razones, se han retirado del mundo exterior hacia la fortaleza sensual de su cuerpo,
activándose patrones innatos que no pudieron ser modificados por los cuidados maternos ya que sus excesivas
reacciones de autoinmunidad, defensa del exterior amenazante, impidieron recibirlos. La autosensualidad
confortante se volvió más importante que el desarrollo de las capacidades para adaptarse al mundo “no/sí-
mismo” y sus demandas, y en lugar de ser este un estímulo para su crecimiento se convirtió en un foco de a)
negación o b) confusión.

DESARROLLO NORMAL / PERTURBACION DEL DESARROLLO

AUTISMO PRIMARIO NARCISISMO


NORMAL PRIMARIO

FASE RELATIVAMENTE
INDIFERENCIADA FASE DIFERENCIADA

OBJETOS-SENSACIONES / OBJETOS NO/SI-MISMOS


"OBJETOS SÍ-MISMOS"
BUSQUEDA DE OBJETO RELACIONES OBJETALES

REACCION (capacidad de CONCIENCIA SOCIAL


respuesta por pautas (respuesta, el otro existe)
innatas)
SENSACIONES EMOCIONES

PERTURBADO PRECOZMENTE Produce la SENSACION PREMATURA

PROLONGADO MÁS DE LO NORMAL DE DESCONEXION CON LA MADRE

LO CUAL PRODUCE UNA RETIRADA DEL MUNDO EXTERIOR

HACIA LA AUTOSENSUALIDAD CONFORTANTE: AUTISMO PATOLOGICO

con dos tipos de reacciones patológicas principales

NEGACION Y CONFUSION.

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