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Este documento describe los signos y síntomas del autismo infantil. Señala que el autismo es un trastorno psicológico y una psicosis que afecta la formación del aparato psíquico. Los principales signos incluyen aislamiento, desapego, conductas estereotipadas, autoagresión y perturbaciones en el lenguaje. El autismo se manifiesta en diferentes grados de severidad y afecta la capacidad de vinculación con otras personas.
Este documento describe los signos y síntomas del autismo infantil. Señala que el autismo es un trastorno psicológico y una psicosis que afecta la formación del aparato psíquico. Los principales signos incluyen aislamiento, desapego, conductas estereotipadas, autoagresión y perturbaciones en el lenguaje. El autismo se manifiesta en diferentes grados de severidad y afecta la capacidad de vinculación con otras personas.
Este documento describe los signos y síntomas del autismo infantil. Señala que el autismo es un trastorno psicológico y una psicosis que afecta la formación del aparato psíquico. Los principales signos incluyen aislamiento, desapego, conductas estereotipadas, autoagresión y perturbaciones en el lenguaje. El autismo se manifiesta en diferentes grados de severidad y afecta la capacidad de vinculación con otras personas.
a) PSICOSIS CONFUSIONAL. b) AUTISMO. c) ESQUIZOFRENIA INFANTIL. Se diagnostica alrededor de los tres o cuatro años. El niño no puede separarse de su madre conformando un bloque único con ella. Con las otras personas busca frenéticamente el contacto físico; sino puede intentar adherirse a otra superficie (el piso, un mueble). De lo contrario sufre crisis de golpes a sí mismo o a los otros, gritos, etc. (sensación de no existir como individuo). Lenguaje esteriotipado, puede haber ecolalia. Presentan ecopraxias, risas inmotivadas, mucha inquietud, en permanente estado de ansiedad, demandan atención constante pero nunca se logra satisfacerlos. Suelen confundirse con débiles (retraso intelectual). Es de detección temprana entre los dos o tres años, pero los padres suelen consultar tardíamente. El signo más relevante es el aislamiento, que se refleja como indiferencia al medio, rechazo hacia las personas, falta de reacción al separarse de la madreo sustituto. Ausencia de contacto y de respuesta anticipatoria. Obediencia automática. No presentan las conductas autoeróticas habituales: chuparse el dedo, tocarse los genitales, etc. Otros signos son: rocking, conductas autoagresivas, no muestran reacción al dolor. Suelen presentar retraso locomotor, falta el gateo, pero una vez que logran caminar realizan “proezas motrices”. Movimientos estereotipados: aleteos, palmadas, hacer girar objetos o mirar objetos que giran. Muestran gran interés por los objetos inanimados, habilidad para armar y desarmar objetos mecánicos. En los casos más severos se observan trastornos en la alimentación, resistencia y hasta negativismo para masticar y deglutir la comida (caso Dick); algunos solo llegan a aceptar alimentos líquidos. Perturbaciones del lenguaje: no adquisición completa, mutismo primario o secundario; si hay lenguaje parece no tener valor comunicacional. Con frecuencia se creen que son sordos porque no responden a los estímulos auditivos. Se puede detectar a partir de los 4 o 5 años. En su primera infancia son descriptos como buenos, tranquilos, no lloran, juegan solos durante horas, no juegan con otros niños, el rendimiento escolar puede ser bueno e incluso excelente en algunas áreas, como matemáticas. Si la desorganización es más intensa, no acceden a la lectoescritura o presentan grandes dificultades. Estas conductas si son egosintónicas con el medio familiar, pasan inadvertidas. Cuando estos síntomas de retraimiento dan paso a las manifestaciones esquizofrénicas se realiza la consulta. La sintomatología es similar a la del adulto: esteriotipias, manierismos, neologismos, lenguaje estereotipado no comunicacional, soliloquios, fabulaciones, ideas fantásticas, alucinaciones, delirios. Descargas motrices, conductas de retracción alternando con conductas impulsivas, autoagresiones, negativismo. La evitación de la realidad es a partir de la construcción de una nueva. El sujeto quita investidura libidinal, con lo cual los objetos dejan de tener existencia psíquica. La libido se vuelca al yo y la expansión del yo genera la megalomanía, omnipotencia del pensamiento.
Es la catástrofe del vínculo y no la real la que genera
el inicio de la patología.
Dificultad de la madre en la aceptación de la
castración, se completa con el hijo. No hay inscripción de experiencias, no hay secuencia ni noción de temporalidad. Permeabilidad del aparato psíquico: no hay barrera antiestímulo que proteja de las grandes cantidades. Esto impide el aprendizaje.
El aparato psíquico no adquiere la función de
continente. No hay capacidad de reveire en la madre. Es la más primaria y la de peor pronóstico.
La madre no lo considera un ser separado de
sí.
Niños muy demandantes, madres
sobreprotectoras, pero se sienten también absorbidas, se irritan ante tanta exigencia y al mismo tiempo no pueden desprenderse. Vínculo ambivalente. Niño fusionado con el otro, terror a la separación le crea sensación de aniquilamiento, de desaparecer.
Los niños que tienen lenguaje suelen ser sólo
decodificados por su madre.
Parecen cariñosos pero en realidad no disciernen a las
personas con las que están.
Alto grado de ansiedad, inquietud, sonrisa inmotivada,
alternancia de objeto en objeto sin focalizar la atención en ninguno. En el momento en que la representación de la madre debería convertirse gradualmente en representación de objeto total, aumenta la dependencia emocional hacia ella por sensaciones de impotencia y amenaza de pérdida del objeto. Se produce pánico. Asistente que en vez de decodificar las necesidades auténticas del niño le impone las propias. El niño queda capturado en un vínculo con alguien de quien no se puede desprender ya que no se le permite adquirir su propia identidad. No sabe si está triste o contento.
La madre se convierte en imprescindible en un
mundo que para ella es hostil y por lo tanto peligroso para él. La madre tampoco puede separarse, ya que este funciona como acompañante imprescindible.
Si se rompe esta mutua dependencia aparece en la madre
el vacío, y el funcionamiento paranoico se desplegaría hacia el mundo externo. “en el colectivo todos lo miraban mal, nadie lo entiende”.
La persecución es por proyección de la propia hostilidad,
en este caso hacia el hijo-apéndice. La posibilidad de que se separe genera agresividad y deseos icc de muerte. “no lo puedo dejar solo porque le puede pasar algo.” Trabajar con la díada, para que la madre vaya elaborando la separación, de lo contrario se siente excluida.
Van en busca de un objeto tras otro sin esperar la
posible satisfacción, padecen de una insatisfacción básica, son eternos insatisfechos. Parecen quererlo todo, pero no toman nada. Porque no hubo primera vivencia de satisfacción. Derramado, desarticulado, no hay internamente la noción de continente.
Buscan frenéticamente el contacto con otro presionando una
zona de su cara. Parece querer penetrar en el cuerpo del otro. No dan signo de dolor .
Modo de controlar el objeto persecutorio.
No hay imagen corporal, suelen no lograr la figura humana.
La familia gralmente comparte la indiscriminación, el
aglutinamiento. Leo Kanner en 1943, lo describió y lo aisló de otras esquizofrenias. Algunas teorías plantean al niño autista como “no nacido”, con el supuesto de que hay crear un psiquismo desde el maternaje o la insuflación de contenidos psíquicos; o bien desde el conductismo crear seres humanos adaptados a la manera del reflejo condicionado de Pavlov. Meltzer: considera al autismo como una estructuración con aparato psíquico, pero sometido por momentos a los procesos de desmantelamiento y desmentalización. Frances Tustin: postula la no existencia de un yo y de mecanismos de protección y no de defensa, como ser la utilización de objetos y figuras autistas. “Nosotros afirmamos que sí es un trastorno psicológico, es una psicosis, con lo cual decimos que no es orgánico, que no es un misterio para dejar de lado, que es posible comprenderlo como una particular conformación del aparato psíquico, y que es abordable para el psicoanálisis”. Pág. 46. “Consideramos al autista como un ser nacido, psicótico y por lo tanto comprensible y abordable desde el Psicoanálisis.” Diferencian signos autistas de síndrome autista. Los signos son: el aislamiento (es el patognomónico), desapego, bizarrías, esteoritipias, autoagresiones, rocking, negativismo, perturbaciones del lenguaje, etc. Llamamos Síndrome autista, cuando se pueden observar varios o todos estos signos. Cada uno de estos signos puede presentar distintos grados de severidad en cada niño y su combinación determina distintos grados de autismo. Hay que tomar muy en cuenta la mayor o menor retracción , la actividad psíquica, la existencia o no del lenguaje y la posibilidad de vincularse o no con otras personas. El delirio es una manifestación restitutiva que surge frente a la pérdida de la realidad, que en el esquizofrénico sucede a la vivencia del fin del mundo, y en el autista se revela en todo su ser. Él se expresa; es el único protector de sí, el mundo es evitado por ser decididamente hostil. Él puede solo, megalomanía que está en la base del aislamiento y que adopta distintas apariencias: soledad, movimientos mágicos que responden a pensamientos mágicos, utilizar al cuerpo del otro, apoderarse del cuerpo del otro, como una apropiación esclavizante de otro que sí reconoce pero al que domina y controla en su mente. El silencio, el evitar la mirada, la aparente indiferencia forman parte de este delirio megalomaníaco. La tiranía que ejercen estos pacientes sobre el objeto, y el medio es expresión tanto de su terror al objeto como de su construcción delirante. El terror lo lleva al control; este control es delirante por ser llevado al extremo y por lo que implica de expansión yoica, efecto de la retracción libidinal del objeto. Entonces el delirio hay que verlo en las bizarrías, en los actos físicos, en el cuerpo, en las verbalizaciones. Así la ecolalia puede pensarse como una forma de controlar al otro. Algunas de estas maneras de expresar el delirio producen en el terapeuta el sentimiento de rabia; que equivale a ser evitado, rechazado, controlado, es un ataque al aparato de pensar del analista. La autora intenta responder al menos parcialmente a este interrogante recurriendo a Freud. Toma para ello las “series complementarias”. Lo predisposicional: aquello filogenético, biológico, un aspecto difícilmente cuantificable que ni la genética ni la biología han podido hasta el momento delimitar con precisión. En el autismo se insiste mucho en lo predisposicional; se los considera insensibles o hipersensibles. “pensamos que es el vínculo con la madre donde se va constituyendo un aparato psíquico que se encuentra siempre demasiado expuesto “en carne viva” frente a los estímulos externos e internos.” Segunda serie freudiana: toma al “Proyecto…” en el caso del autismo, ese otro no significa de manera adecuada las sensaciones del infans, que queda sumido en el desamparo. Esto sucede de modo persistente y no se revierte, por lo tanto no se logra la comprensión y el entendimiento mutuo. Este asistente repite su propia experiencia de no haber sido adecuadamente significado. Así el niño autista queda expuesto a situaciones de dolor, tanto internas como externas, que dificultan la conformación de un yo con buen funcionamiento regulador, inhibidor de las funciones facilitaciones. El recién nacido que padecerá de autismo es acosado permanentemente por sensaciones dolorosas, internas y a su vez percibirá la hostilidad del asistente.- Hay un distanciamiento afectivo como defensa frente a los sentimientos hostiles hacia el hijo. Este distanciamiento impide que cumpla
adecuadamente con su función de protegerlo
del exceso de estímulos, morigerarlos y significarlos. Esta conducta la protege a ella de sus propios
sentimientos hostiles y busca preservar la
vida física del niño, no así la vida psíquica. Este odio es reprimido, por lo tanto eficazmente patógeno y difícil de ser reconocido, pues son padres que suelen mostrarse como atentos cuidadores por formación reactiva. Sin embargo la autora afirma que existe esta hostilidad desde los primeros contactos. Los padres del niño autista tienen una
apariencia de “normalidad” por lo que resulta
disonante verlos con un niño tan perturbado. La patología del niño parece no coincidir con estos padres tan “buenos”, “adecuados”, “preocupados”. Es aquí donde la pulsión de muerte actúa
silenciosamente; aquello que no se ve
aparece desde la sintomatología, irrumpe al modo de lo siniestro desde el Iccte de los padres y grita y se revela en la patología del niño. Estos pacientes padecieron en épocas muy tempranas situaciones traumáticas reiteradas, que precipitan en un momento dado, y esto provoca un retraimiento masivo. El autista se constituye en la “desconfianza
básica”, de la que se defiende con
aislamiento, aparente sordera, no- respuesta, en una actitud de constante defensa. El mundo, las personas, son peligrosas, como lo es peligrosa la hostilidad materna. La función paterna que debería salvarlo de
ese vínculo, tb está fallida debida a su propia
hostilidad. Son niños que nacieron en situaciones
adversas: ver ejemplos pág. 54.
Falla en la libidinización, y en la
erogenización del cuerpo.
El niño no es “his magesty the baby” Hay un yo fuerte que instrumenta mecanismos de defensa. Hay un yo en contacto con la realidad, en
hipercontacto con ciertos aspectos, como los
sentimientos del asistente. Esta en alerta permanente, en estado de
terror. La carga de estas sensaciones se
aligera en lo motor. El yo débil es manifiesto. Principal mecanismo de defensa: la escisión yoica. El repliegue autista es utilizado para mantener la escisión. Lleva al encapsulamiento. Barrera sostenida por la libido retirada de los objetos. El gasto libidinal de la defensa empobrece al yo. Es activo. Conectarse es peligroso, establecer vínculo lo llevaría a tomar contacto con los sentimientos terroríficos por los cuales se replegó. Repliegue defensivo: permite oír, ver, saber todo, mientras los otros suponen lo contrario. El aislado e el otro, que debe ser mantenido a
raya. “Mientras yo se todo, los otros creen
que no estoy”. Inhibición de la agresión producto del temor
a la retaliación. (caso Dick)
El autoerotismo no es autogenerado sino que se constituye con el aporte libidinal del otro. A partir del permiso y la prohibición del exceso. en el niño autista hay un trastorno en el proceso de erogenización, por eso no hay actividades autoeróticas.
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