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Todos ellos hacen problemático el ser de las cosas pues sumen al hombre griego
en la incertidumbre ¿Cómo se puede ser y no ser? Algo que era deja de ser, ¿algo
blanco se vuelve verde? Por tanto la misma cosa es y no es. Así la multiplicidad y
la contradicción penetran el ser mismo de los griegos.
¿Qué son las cosas de verdad? Es decir, siempre, por detrás de sus muchas
apariencias. ¿Qué es de verdad todo esto? ¿Qué es la naturaleza o principio de
donde emerge todo?
Así, la filosofía griega comienza en las costas jónicas (Asia Menor) en el siglo VI
antes de cristo.
Las ciudades del Egeo eran las más prósperas de la Hélade, en ellas se produjo el
primer florecimiento económico por sus relaciones con Egipto e Irán.
ESCUELA DE MILETO
Tales de Mileto (VII – VI) uno de los 7 sabios de Grecia. El principio de todas las
cosas es el agua, el estado de humedad, la tierra flota sobre el agua. Hilozoísmo
(animación o vivificación de la materia. La transformación es soluble al agua. La
totalidad reducida a un principio natural: el agua.
Anaximandro (VI): El principio de las cosas es el “Ápeiron” o Infinito, ilimitado,
indeterminado y este se transforma en cada cosa. Las cosas se engendran por
segregación, pero finalmente volverán a ser ápeiron. El tiempo es lo que permitirá
que las cosas vuelvan a la unidad o quietud de la indeterminación de dónde ha
salido injustamente.
Fines del siglo VI, la filosofía se traslada del Asia Menor a la Magna Grecia y por
ello se le llama Escuela Itálica (pues los Persas invaden Asia Menor).
La escuela está definida por el modo de vivir de sus miembros. Ese modo era una
vida teorética, es decir, librarse de las necesidades del cuerpo, sin perderlo, y para
ello se requiere el “entusiasmo” o el “endiosamiento” o modo de vivir divino. Sólo
el sabio llega a esto. Sofo, el perfecto Sophos es al mismo tiempo perfecto
ciudadano (política).
Descubren que la verdad del todo está constituida por “entes matemáticos”
(números y figuras geométricas) que no son corporales, pero que son reales y el
ser coincide con ellos, es decir, con el ser de los objetos matemáticos. Los
números y las figuras son la esencia de las cosas: los números son las cosas
mismas, pues son entes inmateriales, inmutables y eternos.
De Heráclito a Demócrito
Heráclito: todo es movimiento. Todo fluye. Nadie se puede bañar dos veces en el
mismo río, pues el río permanece pero el agua no es la misma.
El Nous es lo que produce el movimiento. El Nous es una materia sutil pero carece
de mezcla. Infinito dirigido por el Nous o inteligencia impersonal ordenadora del
movimiento cósmico.