Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Universidad de Waterloo
D EN N IS C. T U R K
Escuela de Medicina de
la Universidad de Pittsburgh
BIBLIOTECA DE PSICOLOGIA
DESCLÉE DE BROUWER
CAPITULO 1
R. B. Haynes(1976)
J N.A.; Eisenthal. Emery, Lazare y Udin, 1979; Kas!. 1975; Kristeller y Rodin, 1984; Var-
» i y Wal tender, 1984.
ADHESION TERAPEUTICA: TERMINOLOGIA, INCIDENCIA. 21
IN C ID E N C IA D E L A FALTA D E A D H E S IO N
cientos tratados de glaucoma. A estos pacientes se les decía que «debían echar
se gotas tres veces al día o se quedarían ciegos». Vincent informó que el 58%
de ios pacientes no siguió con la suficiente frecuencia la instrucción como para
producir el resultado deseado. ¡Cuando los pacientes se encontraban cerca de
ser considerados legalmente ciegos de un ojo, la adhesión aumentaba sólo en
un 16%. pasando del 42% al 58%!. Faberow (1986) ha ido aún más lejos y ha
sugerido, que en algunos casos, la falta de adhesión debería ser considerada
como una conducta indirecta de autodestrucción.
El nivel de falta de adhesión terapéutica varía dependiendo de la forma de tra
tamiento, presentándose los niveles más altos de adhesión en aquellos tratamien
tos que requieren medicación directa (inyecciones, quimioterapia, etc,), niveles
elevados de supervisión y registro (monitoring) e inicio agudo. En este sentido,
Taylor, Lichtman y Wood (1984) encontraron una tasa de adhesión del 92% a la
quimioterapia en pacientes con cáncer. Mientras que los niveles más bajos de ad
hesión ocurrían en pacientes con enfermedades crónicas; en las que no había un
malestar o riesgo evidente; en aquellas que requerían de cambios en el estilo de
vida; y cuando la prevención en lugar de curar o aliviar los síntomas pretendía
instaurarse como hábito de vida. Así, por ejemplo, se ha visto que la falta de ad
hesión resulta un problema muy serio entre los pacientes psiquiátricos que viven
solos (ej.: Boczkaowski, Zeichner y DeSanto, 1985; Cochran, 1984); o entre pa
cientes con una enfermedad crónica que requieren un tratamiento prolongado
pero que aparentemente no se traduce en resultados o mejoría inmediata (ej.:
Cummings, Becker, Kirscht, Levin, 1981; Kirscht, Kirscht y Rosenstock, 1981).
Al revisar los datos sobre falta de adhesión a la toma de medicamentos es
importante reconocer que estas estadísticas, por sorprendentes que parezcan, no
rellejan una aversión generalizada a toda actividad relacionada con la promo
ción de salud. Según Rosenstock (1985) los usuarios se gastan cada año enor
mes sumas de dinero en medicamentos que pueden ser adquiridos sin receta y
en infinidad de actividades relacionadas con la salud (dietas, instrumentos mé
dicos de todo tipo ). Rosenstock nos recuerda también la observación hecha por
Sir William Osler quien una vez comentó: «El deseo de tomar medicamentós es
quizás el rasgo que más distingue al hombre de los animales».
Es evidente que la dificultad no estriba, de modo ulguno, en una falta de interés
por los asuntos relacionados con la salud ni en una resistencia pública a los inten
tos por curar las enfermedades, sino que la explicación hkbrfa que buscarla en la
falta de voluntad de las personas o en sus incapacidades para adaptarse a los pro
gramas terapéuticos concretos prescritos por los profesionales de la salud (Ro
senstock. 1985. P. 611).
nar una toxicomanía (alcohol, drogas no legales, comida, tabaco...) se están con
virtiendo en otro campo de preocupaciones (ej.: ver Brownell, Marlall, Lichtens-
tein y Wilson, 1986). Jennings y Ball (1982) han encontrado el mismo grado de
falta de adhesión (50%) en los casos de pacientes referidos a psicoterapia que el
registrado en aquellos pacientes que no se tomaban la medicación prescrita.
Como ejemplo de falta de adhesión en el campo de la salud mental Phillips
(1986) ha revisado recientemente los datas aparecidos en tomo a la teoría de la
atribución desde varias escuelas de intervención psicoterapeuta. Este autor
identificó una curva descendente con una aceleración negativa similar a través
de los distintos servicios de salud (ej.: organizaciones para el mantenimiento de
la salud (O.M.S.), centros de salud mental, psiquiátricos, clínicas privadas,etc.),
y de los diversos tipos de orientación terapéutica (ej.: psicodinámica, conduc-
tual y ecléctica). La Figura 1 ilustra las pérdidas producidas a través de las se
siones extraídas de varios estudios. Esta figura representa de forma dramática
el número de pacientes que se presentan para tratamiento seguido por el núme
ro de pacientes que se presentan a cada una de las subsiguientes visitas hasta la
finalización del tratamiento previsto (10, 25 ó 100 sesiones). Si uno examina la
curva proyectada para diez sesiones de tratamiento, observa que al cabo de la
— Se ha calculado que de los 750 millones de nuevas recetas prescritas cada año
en los Estados Unidos e Inglaterra, se pueden esperar más de 520 millones de
casos de falta de adhesión total o parcial en un sólo año. Anualmente, entre
230 y 250 millones de medicamentos recetados no serán tomados, y un nú
mero similar presentará una adhesión parcial (Buckalew y Sallis, 1986).
— De todo el colectivo de pacientes entre un 30% y un 40% de los casos, no
lleva a cabo los regímenes preventivos y entre un 20% y un 30% no pone en
ADHESION TERAPEUTICA: TERMINOLOGIA, INCIDENCIA.. 25
— Entre los pacientes con trastorno afectivo bipolar se calcula que entre un
9% y un 57% ponen fin a su medicación de litio antes de recibir la orden de
su médico para hacerlo, y estos porcentajes son probablemente una infrava-
loración de la verdadera extensión del problema (Cochran, 1986).
— En poblaciones pediátricas la falta de adhesión media de los padres a los re
gímenes de medicación prescritos a sus hijos, es del 50%, oscilando entre el
34% y 82% (Olson et al., 1985).
— Entre los padres de niños hiperactivos únicamente uno de cada cuatro se ad
hiere a la medicación estimulante prescrita (Brown, Borden y Clingerman,
1985).
pastillas hará que mejore el doble de rápido que si tomara una sóla»)? ¿Es la falta
de adhesión de estos pacientes comparable a la observada en aquellos diabéticos
que se inyectan regularmente insulina pero que luego no siguen la dieta alimenticia
prescrita? Parece que sería importante examinar estos diferentes tipos de falta de
adhesión con mayor detenimiento antes de pasar a recomendar las mismas
estrategias de promoción de la adhesión a todos los pacientes.
— Errores Farmacológicos
— Asistencia a! Tratamiento
• Retraso a la hora de buscar asistencia médica.
• No incorporación a programas de tratamiento.
• No mantener citas previamente concertadas.
•Terminar prematuramente los tratamientos.
— Cambios Conductuales
E V A L U A C IO N D E L A A D H E S IO N
— Entrevista
— Auto-informes
— Auto-registro
— Contar las pastillas no tomadas
— Resguardo de las recetas de reposición
— Medidas conductuales
— Evaluaciones clínicas
— Técnicas de señales (marcadores inactivos o falsos mezclados en el paquete
de tratamiento)
— Indicadores bioquímicos
— Registro de citas no mantenidas
— Resultados de mejoría o estabilidad clínica en los síntomas o en la condición
médica del sujeto
A uto-inform e
práctica en casa con una grabadora. El empleo de alguna medida oculta revela que
los auto-informes sobre adhesión pueden ser sobre-estimaciones. Existe, en conse
cuencia, una obvia necesidad de obtener múltiples evaluaciones.
Ahora bien, conviene reflexionar brevemente antes entorno al empleo de
técnicas « detectivescas» como las descritas arriba. Ya que, aún cuando estas
técnicas pueden ser útiles en un trabajo de investigación para determinar la tasa
exacta de adhesión, en la práctica clínica procedimientos de «comprobación»
de este tipo pueden producir un efecto negativo en el paciente e interferir en el
establecimiento de una buena relación terapéutica y por ende en la adhesión.
Discutiremos con mayor detalle la importancia de esta relación y de la alianza
terapéutica en los Capítulos 2 y 3.
Aún cuando existen limitaciones claras a los auto-informes del paciente,
Dunbar y Agras (1980) y Morisky, Grem y Levine (1986) señalaron que nor
malmente el paciente puede predecir, con un grado de precesión aceptable, su
probabilidad de adhesión. Tebbi et al. (1986) encontraron que los niveles de se-
rocorticoesteroides registrados por medio de exámenes biológicos «corrobora
ban en todos los casos» los auto-informes de adhesión a la medicación en pa
cientes ontológicos pediátricos y adolescentes. En el Capítulo 3 examinaremos
algunos avances recientes en la evaluación del auto-informe.
M ediciones C onductuales
Los medios conductuales de adhesión empleados, las más de las veces, in
cluyen: contar las píldoras o envases, anotar el porcentaje de medicación to
mada, realizar observaciones del comportamiento conductual y registros del
mantenimiento de las citas. Cuando se emplea la toma de mediciones como
medida de adhesión se suele proporcionar a los pacientes una cantidad algo
mayor de la medicación recetada, mientras se les instruye a devolver periódi
camente las cantidades que no tomen. La cantidad devuelta es restada de la do
sis recomendada para determinar el grado de adhesión. Este procedimiento
asume que la medicación que falta ha sido ingerida. El paciente que desea pro
ducir una buena impresión, pero que no desea los efectos secundarios de la
medicación puede recurrir a extraer pastillas del envase y tirarlas a la basura.
En consecuencia, al igual que los auto-informes, las mediciones conductuales
están también sujetas a distorsión.
Otra estrategia conductual es observar la ejecución de conductas concretas
de auto-cuidados («self-care») en presencia del P.S. para establecer que el pa
ciente conoce al menos el modo concreto de ejecutar la conducta recomendada
(ej.: examinar los niveles de glucosa en sangre; preparación de las inyecciones
de insulina, etc.). Un problema potencial, inherente a los procedimientos de
observación es que pueden ser problemáticos para ponerlos en práctica en el
ambiente habitual del paciente, además, la observación de algunas conductas
(como una invección de insulina o una Drueba de orina) en un medio sanitario
34 COMO FACILITAR E L SEGUIMIENTO DE LOS TRATAMIENTOS TERAPEUTICOS
Los marcadores bioquímicos son útiles para indicar la adhesión porque es
tán menos sujetos al sesgo que los auto-informes y del recuento de pastillas.
Los rastreadores químicos incorporados en la medicación no son identificables
por el paciente pero son fácilmente detectados en un examen de sangre u orina.
Algunos marcadores empleados con este Fin incluyen: fenol rojo, riboflabina,
bromuro sódico, esteroides ketogénicos y atropina. Un procedimiento bioquí
mico alternativo incluye una bioevaluación («bioassay») de la medicación o sus
metabolitos en sangre u orina (ej.: productos bioquímicos de desecho de una
droga o dieta).
Lamentablemente, no todas las drogas pueden ser fácilmente detectadas en
sangre u orina y algunos exámenes bioquímicos son muy difíciles y costosos de
efectuar. Además, tales tests tendrían que ser realizados a menudo si deseamos
que sean sensibles a las desviaciones que pueden darse en la toma de la medica
ción. Los exámenes bioquímicos pueden ser también engañosos si no se reali
zan de manera regular, dado que el paciente puede tomar la medicación justo
antes de que realice el examen. Además, la‘mtqrpr§tación de los marcadores
bioquímicos como índices de adhesión se ve complicada por la potencial dife
rencia farmacokinética entre las diferentes drogas y los distintos pacientes. A l
gunos medicamentos tienen, por ejemplo, tasas de degeneración y excreción
muy rápidas; y algunos pacientes pueden tener dificultad para absorber la medi
cación a través del hígado o la vejiga. Por último, la viabilidad y accesibilidad
en la práctica de emplear marcadores farmacológicos suele verse seriamente li
mitada en el ejercicio clínico diario.
ADHESION TERAPEUTICA: TERMINOLOGIA, INCIDENCIA. 35
Resultados C línicos
Incluso hoy, en que nos vemos asaltados por demandas en ocasiones con
flictivas y exageradas por parte de los P.S. y los publicitarios sigue existiendo
la necesidad de defender lo que Chapín denominó «veracidad de la publicidad».
Sigue habiendo lagunas tremendas en el conocimiento médico. Los P.S. necesi
tan ser recordados de la estimación hecha por Pickering (1979) que aproxima
damente para el 90% de los trastornos médicos no existe un promedio específi
co o no se conoce tratamiento efectivo. Este tipo de observaciones ha llevado a
Sackett (1979a), uno de los principales autores en el campo de la adhesión, a
animar a los P.S. a preguntarse a sí mismos una serie de preguntas antes de
ofrecer recomendaciones terapéuticas: