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Matrícula: 19-EPST-1-159
Sección 6654
Tema(s):
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Los trastornos de la preocupación por el cuerpo a menudo acompañan una
enfermedad física real en las formas de preocupación excesiva y discapacidad
desproporcionada. No obstante, en otros casos, no existe ningún daño visible en el
tejido o en el proceso de la enfermedad, y el problema parece ser psicológico.
El trastorno del dolor es un dolor severo y prolongado, ya sea sin ningún síntoma
orgánico o con exceso de lo que se esperaría acompañara a los síntomas orgánicos.
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Las personas que padecen trastornos de conversión afirman que han perdido parcial
o totalmente algunas de las funciones básicas del cuerpo.
Muchas veces, los síntomas de conversión aparecen sin ninguna razón obvia, aunque
frecuentemente pueden rastrearse los eventos específicos que los precipitan.
Hasta hace relativamente poco tiempo, estos trastornos fueron considerados como un
tipo de categoría más extensa llamada histeria o trastornos de histeria.
Los individuos con un trastorno dismórfico corporal (BDD) tienen una preocupación
con un defecto imaginario, o una preocupación morbosamente excesiva sobre un rasgo
menor no deseado de su apariencia física.
Un estudio encontró que cuando los pacientes con BDD consultan a profesionales de la
salud mental, muchas veces destacan sus sentimientos de depresión, fobias,
obsesiones y compulsiones, pero no mencionan sus inconformidades corporales.
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La investigación sobre la imagen corporal ha arrojado algunos descubrimientos
interesantes. Uno de ellos se relaciona con las discrepancias entre los cuerpos que las
personas quieren (o piensa que debe tener) y los cuerpos que realmente tienen.
Una variación particular del síndrome de Munchausen implica que la madre produce los
síntomas de enfermedad en su hijo y luego lleva al niño a tratamiento. Esto se le
conoce como trastorno facticio secundario.