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Nombre: Elvis Moisés Ciriaco Solano

Matrícula: 19-EPST-1-159

Asignatura: Psicología Anormal

Sección 6654

Tema(s):

 Trastornos de la preocupación por el cuerpo

Docente: Juana Estebania De los Santos

Fecha de entrega: 11/07/2021

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Los trastornos de la preocupación por el cuerpo a menudo acompañan una
enfermedad física real en las formas de preocupación excesiva y discapacidad
desproporcionada. No obstante, en otros casos, no existe ningún daño visible en el
tejido o en el proceso de la enfermedad, y el problema parece ser psicológico.

La preocupación por el cuerpo con frecuencia se expresa como somatización, mediante


la cual un individuo puede usar su cuerpo o síntomas corporales, consciente o
inconscientemente, para propósitos psicológicos o beneficio personal.

El trastorno del dolor es un dolor severo y prolongado, ya sea sin ningún síntoma
orgánico o con exceso de lo que se esperaría acompañara a los síntomas orgánicos.

Criterios del DSM-IV para el trastorno del dolor:


1. El dolor existe en una o más ubicaciones anatómicas con suficiente intensidad para
garantizar la atención clínica.
2. El dolor causa una aflicción clínica significativa o discapacidad en el funcionamiento
social, profesional u otras áreas importantes.
3. Se considera que los factores psicológicos juegan un papel importante en la apari-
ción, severidad, agravamiento o mantenimiento del dolor.
4. El dolor y las deficiencias relacionadas no son fingidas o producidas intencionalmen-
te.

Los trastornos de somatización se caracterizan por dolencias somáticas múltiples


que son recurrentes o crónicas.

Pautas para el tratamiento de trastornos de somatización


1. El clínico necesita ser cauteloso con la posibilidad de que el paciente pueda tener
una enfermedad física aún no diagnosticada o desarrollarla en el futuro.
2. La somatización no debe ser conceptualizada desde una u otra perspectiva.
3. No se les debe decir a estos pacientes que sus síntomas son psicógenos.
4. El estrés agudo muchas veces se asocia con el aumento de la somatización.
5. La somatización crónica rara vez mejora con una psicoterapia tradicional.
6. La somatización es a menudo una condición crónica y es muy raro encontrar una
cura total para ella.

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Las personas que padecen trastornos de conversión afirman que han perdido parcial
o totalmente algunas de las funciones básicas del cuerpo.

Los síntomas de conversión parecen ser ingenuas invenciones desarrolladas sin


considerar los hechos reales de la anatomía.

Muchas veces, los síntomas de conversión aparecen sin ninguna razón obvia, aunque
frecuentemente pueden rastrearse los eventos específicos que los precipitan.

Hasta hace relativamente poco tiempo, estos trastornos fueron considerados como un
tipo de categoría más extensa llamada histeria o trastornos de histeria.

La hipocondría se diagnostica si la persona tiene una creencia persistente de que


padece una enfermedad seria a pesar de la afirmación médica de lo contrario, de la
falta de hallazgos físicos y del desarrollo de la enfermedad.

Los hipocondríacos tienen preocupaciones e inquietudes obsesivas con la condición de


sus órganos corporales, y continuamente se inquietan por su salud.

Los componentes de la mayoría de los enfoques terapéuticos para manejar la


hipocondría son:

1. Establecer una relación terapéutica..


2. Reconocer la angustia causada por las preocupaciones del individuo.
3. Averiguar los miedos del paciente y las ideas sobre su salud física.
4. Presentar explicaciones racionales alternativas y explicar por qué las ideas del
paciente pueden ser erróneas.

Los individuos con un trastorno dismórfico corporal (BDD) tienen una preocupación
con un defecto imaginario, o una preocupación morbosamente excesiva sobre un rasgo
menor no deseado de su apariencia física.

Un estudio encontró que cuando los pacientes con BDD consultan a profesionales de la
salud mental, muchas veces destacan sus sentimientos de depresión, fobias,
obsesiones y compulsiones, pero no mencionan sus inconformidades corporales.

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La investigación sobre la imagen corporal ha arrojado algunos descubrimientos
interesantes. Uno de ellos se relaciona con las discrepancias entre los cuerpos que las
personas quieren (o piensa que debe tener) y los cuerpos que realmente tienen.

En los trastornos facticios, los síntomas físicos y psicológicos son autoinducidos


voluntariamente por el paciente. Esto puede implicar tanto una completa mentira como
la exageración de una condición preexistente.

Los trastornos facticios generalmente empiezan durante la adultez temprana y muchas


veces se estimulan con la hospitalización por un problema físico genuino.

El término síndrome de Munchausen se refiere a un tipo extremo de trastorno facticio


caracterizado por la repetida y consciente simulación de una enfermedad con el único
propósito de obtener atención médica.

Una variación particular del síndrome de Munchausen implica que la madre produce los
síntomas de enfermedad en su hijo y luego lleva al niño a tratamiento. Esto se le
conoce como trastorno facticio secundario.

El trastorno facticio no es lo mismo que el fingimiento. Las personas con trastornos


facticios simplemente ansían atención y quieren ser cuidados. Por su parte, las
personas que fingen tratan de obtener cuidado médico y hospitalización para alcanzar
alguna meta específica como la compensación, la pensión por incapacidad o evitar a la
policía.

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