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Nombre: Elvis Moisés Ciriaco Solano

Matrícula: 19-EPST-1-159

Asignatura: Psicología Anormal

Sección 6654

Tema:

 Trastornos sexuales

Docente: Juana Estebania De los Santos

Fecha de entrega: 18/07/2021

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Los factores biológico, cognitivo, emocional y social se combinan para influir en el
comportamiento sexual que se encuentra entre lo normal y lo desviado.

La conducta homosexual es una conducta sexual con una persona del mismo sexo. A
los individuos que prefieren participar en actividades sexuales con miembros de su
propio sexo durante periodos prolongados se les llama homosexuales. A menudo, a la
homosexualidad femenina se le denomina lesbianismo.

La conducta bisexual, en la cual se puede preferir a compañeros de cualquier sexo en


diferentes ocasiones.

Una disfunción sexual se puede definir como un deterioro persistente del interés o la
respuesta sexual que causa dificultad interpersonal o tensión personal.

Tres tipos de disfunción sexual:


1. Trastornos del deseo sexual. Falta persistente o recurrente de fantasías y deseo
por la actividad sexual. Se asocian con esta deficiencia una marcada aflicción y dificul-
tades interpersonales.
2. Trastornos de la excitación sexual. Aversión extrema, persistente o recurrente, y
rechazo del contacto sexual genital con una pareja sexual. Se asocian con la aversión
una marcada aflicción y dificultades interpersonales.
3. Trastornos orgásmicos. En las mujeres, demora persistente o recurrente o la falta
del orgasmo después de una excitación sexual normal. En los hombres, ya sea a) una
eyaculación rápida o prematura, o (b) dificultad para alcanzar el orgasmo o un orgasmo
tardío. Estas alteraciones causan una marcada aflicción y dificultades interpersonales.

El orgasmo se caracteriza en ambos sexos por un placer sexual intenso, cambios


respiratorios y cardiovasculares y la liberación de la tensión sexual.

La consecución de un orgasmo produce lo que se conoce como fase de resolución


del ciclo de respuesta sexual.

Una persona que padece del trastorno por aversión al sexo siente miedo, ansiedad o
asco ante la perspectiva de una oportunidad sexual con una pareja.

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El hombre puede ser incapaz de producir una erección o mantenerla hasta completar el
coito. Este problema se llama disfunción eréctil.

Las mujeres que tienen coitos sin un nivel adecuado de excitación, sobre todo si el
coito se asocia con el dolor por la lubricación inadecuada, corren el riesgo de avanzar
hacia un trastorno del deseo sexual hipoactivo, en el cual el individuo puede tratar
de suprimir los deseos sexuales por completo.

Algunos factores psicológicos que colaboran con más frecuencia a generar la


disfunción sexual:
1. Limitada capacidad para expresar emociones tiernas y cálidas
2. Preocupaciones sobre el rechazo o la crítica
3. Inhibiciones sobre la desnudez o mostrar el cuerpo
4. Problemas con la autoridad y preocupaciones sobre ser dominado
5. Sentimientos de baja autoestima

La eyaculación precoz, en la cual el hombre es incapaz de inhibir la eyaculación el


tiempo suficiente para que su pareja femenina experimente el orgasmo en el coito, es
probablemente el tipo más común de disfunción sexual masculina.

En la eyaculación retrasada se inhibe la respuesta eyaculatoria. Los hombres con


estos problemas responden al estímulo sexual con sentimientos eróticos y una erección
firme, pero son incapaces de eyacular.

Para las mujeres, el principal trastorno en la fase orgásmica de la actividad sexual es el


trastorno orgásmico femenino, esto es, incapacidad para experimentar el orgasmo o
una demora persistente o recurrente en el orgasmo después de una excitación sexual
normal.

Tanto los hombres como las mujeres pueden experimentar dispareunia, un dolor
genital recurrente o persistente que ocurre antes, durante o después del coito. Las
mujeres pueden también ser afectadas por el vaginismo. Este trastorno hace que el
coito sea difícil o imposible por los espasmos involuntarios de la parte exterior de la
vagina.

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La técnica de terapia de parejas es en especial apropiada para tratar la eyaculación
precoz, ya que a menudo esto es más molesto para la mujer que para el hombre.

La orientación sexual se refiere al hecho de que la persona desee una pareja sexual
del mismo sexo o del sexo opuesto, no al autoconcepto sexual que tiene la persona. La
identidad sexual se refiere a los sentimientos que tiene un individuo de ser hombre o
mujer.

En el DSM-IV-TR existen dos partes esenciales del diagnóstico del trastorno de la


identidad sexual: la identificación persistente con el sexo opuesto, y la evidencia sobre
la incomodidad que tiene el individuo con su sexo.

Los transexuales experimentan intensos deseos y necesidad de cambiar su condición


sexual, incluyendo su estructura anatómica. En contraste, aunque los adultos que
padecen el trastorno de la identidad sexual no transexual se sienten incómodos e
inapropiados sobre su sexo asignado, y muchas veces se transvisten, no se preocupan
por deshacerse de sus características sexuales primarias y secundarias ni por adquirir
las del otro sexo.

Las parafilias representan la incapacidad de obtener satisfacción sexual excepto de


maneras inusuales.

El DSM-IV-TR describe tres clases de parafilia:


1. Preferencia por el uso de un objeto no humano para excitarse sexualmente
2. Actividad sexual repetitiva con seres humanos que comprende el sufrimiento y humi-
llación reales o simulados
3. Actividad sexual repetitiva sin el consentimiento de la pareja

El fetichismo es un estado psicológico en el cual un objeto inanimado (fetiche) sirve


como fuente primaria de la excitación sexual.

La victimización sexual involucra a un participante que no está dispuesto, no está


informado, es vulnerable o es demasiado joven para dar su consentimiento legal.

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