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Ensayo Psicología Social

Texto Liderazgo y Discriminación femenina

En un inicio, lo que más me llama la atención del texto respecta a la diferencia que existe
entre los métodos de liderazgo entre hombre y mujeres, los primeros, teniendo una
tendencia al liderazgo más autocrático y afín de sus objetivos, lo que nos hace pensar que
los hombres lideres se centran mayormente en cumplir eficazmente los objetivos, mientras
que las mujeres tienen un modo de liderar generalmente democrático, tomándole mucha
más importancia a los lazos y la satisfacción de todos los integrantes del equipo, siguen en
el camino de cumplir sus objetivos, pero en el camino se suma la importancia de mantener
felices también a los integrantes de sus grupos. Esto a simple vista no parece una gran
diferencia, ya que ambos sexos siguen su propio camino para el cumplimiento de sus
objetivos, liderando de distintas maneras a sus integrantes.
Otro tema extensamente explicado es cómo el camino hacia el liderazgo de mujeres resulta
dificultoso, en el texto, la autora nos guía por variadas razones por las cuales este hecho es
complicado y, también, cómo se evalúa a mujeres dentro de los puestos de liderazgo. Es así
como este tema pasará a ser el principal enfoque de este ensayo.
La autora Isabel Cuadrado nos menciona razones como el llamado techo de cristal, “este
término designa metafóricamente una barrera «invisible» que impide a las mujeres acceder
a puestos directivos o de liderazgo” (Cuadrado, 2011, p. 227), el precipicio de cristal, de
este se menciona que los análisis asumen la existencia de un techo de cristal (Cuadrado,
2011, p. 280). “Sin embargo, estas propuestas no han tenido en cuenta que ocurre en
posiciones de liderazgo asociadas a crisis” (Cuadrado, 2011, p. 281) es así como nace este
concepto de glass cliff o precipicio de cristal, que se explica aludiendo a que cuando “las
mujeres logran alcanzar puestos de liderazgo, estos suelen ser más precarios y están
asociados a una mayor probabilidad de fracaso y de criticas que los ocupados por hombres”
(Ryan y Haslan, 2005, citado en Cuadrado, 2011), de esta visión, se comprende que las
mujeres son infravaloradas en sus puestos de liderazgo, ya que se les juzga entre
estereotipos de género y su rendimiento sin tener en cuenta las dificultades y contextos en
los que toman puestos de liderazgo.
A partir de lo anteriormente mencionado, Eagly y Carli (2007) mencionan que la metáfora
del techo de cristal ya no es adecuada actualmente, pero con esto nacen otras dificultades
para las mujeres, ya que como sabemos, la infravaloración de estas como líderes aún
persiste. La autora nos presenta la llamada escalera de cristal y el techo de cemento, que,
en pocas palabras, nos menciona como para los hombres es más fácil acceder a puestos de
liderazgo, mientras que, para las mujeres, es más complicado, este hecho muchas veces es
realizado por las mismas mujeres, quienes auto dificultan la ascensión al liderazgo. Es aquí
donde profundizaremos nuestro enfoque, la autoexcluirse de los puestos de liderazgo.
En el texto, este tema se trata desde el punto de vista en donde las mujeres toman posturas
de negación ante la oferta de un puesto de liderazgo, esto, personalmente, creo que se puede
deber a muchos factores. Uno de estos es lo estereotipos de género, como nombramos
anteriormente, a las mujeres que lideran se les juzga de mayor manera que a los hombres,
rescatando más los fallos o lentitud a la hora de realizar sus tareas por sobre el bienestar
común de las personas del grupo. Pero el tema que más me llama la atención es la
inseguridad de estas en puestos de liderazgo, este tema se ha ido erradicando a lo largo de
los años, viéndose cada vez menos.
Hoy en día vemos leyes de paridad, y por sobre ello, muchas mujeres han ascendido a
puestos de liderazgo importantes, donde además del enfoque principal, buscan también
demostrar fielmente la igualdad de condiciones. Las figuras lideres femeninas dan una
imagen fuerte, decidida y segura de sí, obviando las estadísticas y el estereotipo de que los
hombres son mejores líderes. Por este mismo contexto, nosotras admiramos a estas figuras
de liderazgo, quienes nos demuestran su poder y no se dejan pisotear por nadie.
En contraste, debemos también mencionar que la idea de una imagen fuerte en la mujer, es
hace años muy controversial, en un inicio las féminas eran excluidas de cargos importantes
entre la sociedad, esto fue cambiando con el paso de los años y la lucha propia del género,
quienes exigieron su lugar y poco a poco, lograron aquello que tanto anhelaban, una
igualdad de oportunidades.
Me llama mucho la atención la manera en que tanto hombres como mujeres contribuyeron a
la formación de estos obstáculos, criticando a aquella mujer que quería alzar la voz y
negándose ellas mismas a hacer lo mismo, impidiendo la visibilidad de una mujer líder para
los demás.
Por sobre todo, y más allá del autosabotaje, quiero mencionar como las mujeres lideres
tienen un modo más democrático y “preocupado” de dirigir, esto hoy en día juega un papel
muy importante dentro de la sociedad, ya que vemos como esta se ha vuelto más
individualista, con personas poco empáticas y menos preocupadas de su alrededor. Una
sociedad donde vemos que la salud mental es poco visibilizada y cada vez más personas
sufren de estrés académico y/o laboral, ansiedad social, entre otros parecidos, esto se vuelve
un problema social, esperamos cumplir siempre objetivos utópicos y muchas veces el
trayecto se vuelve difícil de enfrentar, situaciones donde los jefes y autoridades se vuelven
abusivos suma a aquella visión del malestar social, pero quizás, con los cambios de esta
ultima generación, podremos pensar más en nosotros como personas humanas, con
sentimientos, siendo guiados por figuras más preocupadas y sentimentales más que por
cuadrados lideres que solo buscan el cumplimiento de lo esencial.
Referencias

Cuadrado, I,, (2011) Liderazgo y Discriminación femenina. En Liderazgo, hecho y ficción,


Alianza Editorial

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