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Ensayo Psicología Social

Texto: Mediación: conducción de disputas, comunicación y Técnicas. Capitulo 2: La noción de


conflicto en mediación - Suares M.

En un principio, comenzamos comprendiendo qué es un conflicto, el autor nos da un tour por este
gran termino que acoge a otros más específicos, pero para mantener una lectura más lineal,
comenzaré por mencionar lo que el autor escribe de los sistemas, los cuales resultan una base
fundamental para vivir en comunidad. Suares nos explica brevemente el concepto de sistema,
limitándose a relacionarlo con el tema principal de este capítulo. Acerca de ello se mencionan
estas características sobre los sistemas:
 Los sistemas pueden volverse más o menos complejos.
 Tienen características especiales y se rigen por reglas.
 Están compuestos por sus elementos y las relaciones entre dichos elementos y entre sus
atributos.
♦ Hay interacciones que atraen a los elementos, estas se denominan atrayentes o
atractoras.
También, se explica que para mantener vivo un sistema debe haber una distinción entre los
elementos, por ello, se explica que también existen las relaciones antagónicas. Es aquí donde
toma protagonismo el conflicto. Para comprender, entendemos que un conflicto alude a la tensión
y lucha entre dos partes, estas pueden formar parte de una misma persona (algo dentro de ella) o
entre personas o grupos distintos, como naciones, grupos, etc. Por ello, el conflicto se asocia a la
diferencia y el antagonismo. El autor menciona que el sentir, el actuar y el hacer están presentes
en los conflictos, esto tomará mucha importancia más adelante, cuando llevemos a la
cotidianeidad lo explicado por Suares.
El que el conflicto sea un proceso le da una visión muy distinta, ya que este pasa a ser algo que
se construye entre las partes que lo conforman, por lo que existe una conducción del conflicto,
aquí se darán las interacciones que le darán forma a nuestro conflicto, así como las interacciones
repetitivas, en la cual se conforma un canal por el cual circulará nuestro concepto y también
podrá aumentar. Ya que el conflicto lo conocemos como un proceso, es importante entonces
explicar que no se puede solucionar (ningún proceso puede hacerlo), ya que ellos en sí no
constituyen un problema. Dentro del conflicto existe la disputa, esta puede ser caracterizada
como la fase pública del proceso conflictivo. Por otro lado, tenemos la mediación, la cual se
define como algo interaccional, esta se entiende como la participación de un tercero dentro de un
enfrentamiento entre dos partes para resolver un problema.
Pero como bien mencionamos al principio, los conflictos tienen lugar en aquello que no encaja, o
en lo que dos partes no están de acuerdo. Esto es lo que más nos llama la atención cuando
comenzamos a leer el texto de Suares, las relaciones antagónicas.
Suares menciona que, sin diferencias entre nosotros, nos confundiríamos con los demás, ¿es esa
persona igual a mí, yo mismo? Para mantener las relaciones y sin confundirnos, comprendemos
que además de nuestro parecido, aquello que nos atrae, también existe lo que nos diferencia, lo
que no encaja con nosotros. Ante la idea, podemos comprender que, para nosotros lo que somos
es lo correcto, es por ello que surgen disputas acerca de lo que no estamos de acuerdo, este
conflicto por el cual debatimos, no necesariamente con agresividad (aunque también es una
manera), sino que discutiremos qué parte de las dos está en lo correcto, o cual debe ceder ante la
idea de la otra.
Si lo miramos por ese lado, lo que nos lleva a relacionarlo a lo cotidiano es cualquier relación
humana que tengamos, amigos, pareja, familia, etc. Personalmente comprendo el conflicto como
parte del equilibrio que debe haber en una relación para seguir subsistiendo, no todo puede ser
color rosa (como que entre ambas partes sean iguales), ni todo color negro (ambas partes sean
completamente distintas, ya que surgen constantemente las disputas y los conflictos, lo que los
llevará en aumento a causa de su persistencia en la relación). El ámbito más aplicable para esta
visión son las relaciones de pareja, a estas muchas veces se le dice que son un “tira y afloja”.
Entre las parejas, existe un gran cariño que nace de aquello en lo que comparten, gustos o ideales,
pero lo que resulta de gran decisión para estos lazos resulta ser aquello que pueden resolver o
sobrellevar, la capacidad de vivir con sus diferencias y encontrar el equilibrio en la relación.
Los conflictos son algo inherente de las relaciones humanas, ya que todos somos diferentes, es
imposible que en nuestro mundo existan dos personas iguales, aunque éstas vivan lo mismo
minuto a minuto, no tendrán los mismos ideales o las mismas perspectivas de lo vivenciado. El
ser humano necesita de tener algo aquello a lo que debatir, si fuésemos completamente felices y
concordáramos con todos los demás, no existiría ese tan llamado objetivo en la vida, el cual
llamamos ser feliz. Las relaciones antagonistas sirven, a mi parecer, para muchas más cosas que
solo mantener un equilibrio en las relaciones, también en ella progresamos, nos liberamos,
descargamos tensiones, nos expresamos y hallamos lugar a presentar nuestros ideales, aquello por
lo que luchamos. Como mencioné antes, los conflictos también pueden ser agresivos, un ejemplo
de este pueden ser las peleas mano a mano o la imposición de nuestros ideales por sobre los otros,
si bien no suena una de las mejores maneras de resolver las disputas, muchas veces es la forma
que encontramos de hacer las cosas y no idealmente incorrecta. Las guerras (conflictos en esencia
bélicos) han resultado ser muchas veces la solución a disputas (al igual que acomplejan otras),
donde la agresividad se ve canalizada. Si bien estas resultan ser algo mal visto, también tiene su
lado bueno, en estos conflictos las partes pueden buscar alianzas que le ayuden a solucionar la
disputa con su contraparte, a demostrar poder y control sobre los demás. No podemos buscar ser
todos iguales, o que ambas partes de una relación humana o contacto humano resulte siempre
bien. En esencia necesitamos liberar los sentimientos que tenemos dentro, como el odio o el
enojo. Por todo lo mencionado, es que pienso que las relaciones antagónicas resultan tan
importantes para el ser humano y su equilibrio, al igual que pienso que los conflictos y todas las
maneras de resolver las disputas son completamente validas en todas sus formas.

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