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LOS ÓRGANOS SENSORIALES

La comunicación con el mundo que nos rodea es posible gracias a nuestros órganos
sensoriales, que nos permiten reconocer e interpretar los fenómenos físicos del entorno.

Los aspectos de aprendizaje y condicionamiento de la conducta llegan y se acopian en el


cerebro a través de los canales sensoriales que nos transmiten in formación de tiempo,
espacio, forma, etc. La vista nos sirve para enterarnos de los hechos espaciales y obtener el
conocimiento humano transmitido mediante la lectura; el oído nos permite captar lo temporal,
nos hace posible la comunicación oral y la localización espacial. El resto de canales sensoriales
nos informan de todos los aspectos físicos complementarios para tener un panorama
completo de lo que sucede a nuestro alrededor e interior por medio de la percepción.

La comunicación celular

Para que el organismo pluricelular humano pueda sobrevivir y funcionar eficaz mente, es
necesario que todas las células que componen su organismo actúen coordinadamente, esta
coordinación requiere de transferencia de información entre células pertenecientes a partes
del organismo que se encuentran alejadas.

Son dos las maneras de comunicación celular: el sistema endocrino y el sistema nervioso.

El sistema endocrino funciona por medio de células que secretan hormonas las cuales son
transportadas por el torrente sanguíneo para alcanzar todas las zonas del cuerpo; cuando
llegan a su destino hacen contacto con células que responden específicamente a ese tipo de
estímulo.

El sistema nervioso está compuesto por una fina red de prolongaciones nerviosas que
establecen comunicación intercelular por medio de la secreción de sustancias
neurotransmisoras, que activan eléctrica y químicamente la célula receptora.

FISIOLOGÍA SENSORIAL

El proceso arriba descrito se aplica para los receptores sensoriales. Cada receptor de los
sentidos está especializado para convertir una forma de energía en potenciales de acción. Cada
uno a su vez, tiene una vía hacia el cerebro de la sensación percibida. Las diferencias de
intensidad de una sensación dada son obtenidas de dos maneras: por cambios de frecuencia
en los potenciales de acción en los nervios sensitivos y por variación en el número de
receptores activados.

Los estímulos
Son cambios energéticos producidos por los fenómenos físicos que nos rodean. Cada uno de
nuestros receptores responde a un tipo determinado de energía. El gusto y el olfato captan la
energía química; los órganos del calor y el frio perciben la energía térmica, el tacto y el dolor
reaccionan a la energía mecánica, eléctrica y térmica; el oído recibe las ondas acústicas; y el
sentido vestibular se activa por la energía mecánica, el ojo es impresionado por la energía
lumínica. Nuestros receptores pueden captar solamente una franja restringida de energía. Los
ojos solamente reaccionan ante la energía de las ondas electromagnéticas comprendidas en el
espectro entre el ultravioleta y el infrarrojo, nuestro aparato auditivo capta las vibraciones
sónicas que oscilan entre los veinte y veinte mil ciclos por segundo.

Percepción sensorial

Es el proceso de recepción, transporte, discriminación de los estímulos e interpretación de sus


significados, es el enlace entre los procesos sensoriales y el razonamiento que decide la
conducta a seguir.

Existe diferencia entre lo que percibimos y la realidad exacta del mundo extremo.

Umbrales de sensibilidad

La capacidad de un receptor para percibir la cantidad mínima de estímulo, está restringida al


nivel de energía que lo pueda sensibilizar, esto se llama umbral de sensibilidad. Cada sentido
tiene un umbral mínimo absoluto que es el mínimo perceptible y un umbral máximo absoluto
que es la mayor intensidad soportable sin dañar o deteriorar el órgano sensorial.

Percepción inconsciente

Existen estímulos, que, aun encontrándose por debajo del umbral consciente, son captados
por las personas, recogidos en su subconsciente y causan efectos psicológicos: estos son
aprovechados por los publicistas para enviar mensajes ocultos, sin que el público, de una
manera consciente, los capte. Este fenómeno es llamado percepción subliminal.

Selectividad perceptiva

La característica más relevante de la percepción es su naturaleza selectiva. Nuestros órganos


sensoriales perciben una enorme cantidad de información simultáneamente, pero solamente
una parte se distingue con cierto nivel de claridad; el resto permanece en la penumbra, esto
nos demuestra que la atención obra discriminatoriamente en la percepción. Atendemos
solamente los estímulos que nos interesan y les damos la importancia que se merecen, dentro
de una escala de valores fluctuantes, dependiendo de la ocasión.
Discriminación sensorial

Cuando alguien pone atención, el oído puede percibir en un nivel más bajo de umbral mínimo
que si estuviera descuidado.

Si algún sonido leve, asociado con peligro, aparece cuando el sujeto se encuentra distraído,
inmediatamente el sentido se agudiza. En este momento el sentido está obrando como
preventor de algún peligro. Otro aspecto de esta misma índole es el del foco y fondo en la
visión; en el foco la percepción es muy clara, rodeándolo las percepciones aparecen vagas o
difusas, súbitamente cambian: lo que antes

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