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Uno de los objetivos de la psicología de la percepción es conocer qué hace el sujeto para extraer
información del medio ambiente a partir de la energía física que incide en los receptores sensoriales;
cómo la capta, cómo la transforma para que pueda ser tratada por el cerebro y cómo llega a la
interpretación de dicha información, convirtiéndola en conocimiento y experiencia. Aunque los
sentidos nos ofrecen una visión y representación bastante fiel del mundo, no siempre son capaces de
transmitirnos una imagen exacta, puesto que la percepción está influida por la experiencia previa y
además muestra una serie de déficits no patológicos (como las ilusiones ópticas, el gaba-baba…)
La percepción constituye el punto de encuentro entre lo físico y lo mental, puesto que la experiencia
perceptiva se produce en el cerebro.
DEFINICIONES:
Desde la psicología se considera que las sensaciones son experiencias inmediatas y puras generadas
directamente por los estímulos, mientras que la percepción constituye un proceso más complejo que
hace referencia a la integración e interpretación de dichas experiencias sensoriales a las que se dota
de organización y significación en función de la experiencia y los conocimientos previos.
Desde la biología se considera que las sensaciones están sustentadas por los órganos y receptores
sensoriales y las vías neuronales implicadas en las primeras fases de la adquisición de información
sensorial, mientras que en la percepción están implicados niveles superiores de procesamiento
cerebral, mediados por el córtex, relacionados con la dotación de significado a la información
adquirida.
Cada uno de nosotros tenemos un modo diferente de interpretar los estímulos sensoriales que
recibimos, llegando a interpretaciones distintas y produciendo respuestas variadas, ya que el cerebro
organiza la información recibida según nuestra experiencia, necesidades, deseos y objetivos.
Además, los humanos tenemos la capacidad de anticipar sucesos y ésta influye en nuestra
percepción, ya que antes de enfrentarnos a una determinada estimulación ya le hemos atribuido un
valor y un significado: la prepercepción. Por lo que concluímos que la percepción es un proceso de
carácter constructivo, que además implica un proceso de selección, percibiendo aquello que es
relevante para nosotros.
• Sistema y modalidades sensoriales:
Munar, Roselló y Sánchez-Cabaco apuntan que para identificar un sistema sensorial hay que
recurrir a la evidencia neurofisiológica como psicofísica que nos permita comprobar al
menos 3 cosas:
A. Que se da un tipo específico de energía al que responde un tipo particular de receptores.
B. Que dichos receptores se integran en una estructura neuronal determinada.
C. Que la interacción física de esa energía estimular con el supuesto sistema sensorial tiene
consecuencias perceptivas.
Según la energía física que provoca el estímulo se distinguen los sistemas sensoriales en tres
grandes grupos:
1. Interoceptivos
Codifican información que proviene del interior del organismo
2. Propioceptivos
INTEROCEPTIVOS:
Los receptores de estos sistemas están situados en el interior del cuerpo (vísceras, glándulas…) y
están relacionados con órganos de gran importancia.
Aportan información acerca del estado de los órganos, relacionada principalmente con el dolor y el
placer, lo que los convierte en sistemas de alerta que informan de los cambios internos que
acontecen en el organismo.
PROPIOCEPTIVOS:
Tienen dispuestos sus receptores internamente, en las articulaciones y los músculos. Proporcionan
información relacionada con la posición en el espacio y el movimiento de distintas partes del
cuerpo.
- Sistema cinestésico: Aporta información relativa a la estructura, localización y movimiento de
nuestro cuerpo.
- Sistema vestibular: Los receptores están en los canales semicirculares del vestíbulo del oído
interno. Facilita información de los movimientos rotatorios y la orientación de la cabeza y el
cuerpo, e interviene en el control de dichos movimientos. Relacionado estrechamente con el
equilibrio.
EXTEROCEPTIVOS:
Corresponden a los 5 sentidos conocidos y son los que nos permiten relacionarnos con el mundo
exterior.
-Visual: Sentido a partir del cual obtenemos mayor cantidad de información junto con el auditivo.
Su area cerebral es enorme en comparación a otros sentidos y su estímulo directo es la luz, energía
electromagnética en forma de ondas luminosas.
- Auditivo: Constituye la base del lenguaje. Su estímulo son las ondas sonoras, que reflejan
vibraciones en el aire.
- Gustativo: Junto con el olfativo constituyen los sentidos químicos. Su estímulo es una sustancia
soluble en la saliva que activa los botones gustativos de la lengua y permite percibir cuatro sabores
básicos: dulce, salado, amargo y ácido. ACIDULSALAM.
-Olfativo: Estímulo fundamental para la supervivencia. Su estímulo son moléculas volatilizadas en
el aire que excitan receptores olfativos de las fosas nasales. Tiene influencia reciproca junto con el
sentido del gusto.
- Táctil: Proporciona información sobre la temperatura (termocepción), la presión y el dolor
(nociocepción)
3. PROCESO PERCEPTIVO
Pero, no olvidemos que en este proceso también hay un elemento fundamental que no hemos
reflejado en estas fases: el conocimiento, la experiencia previa y las expectativas del sujeto. En la
percepción el sujeto no es un sujeto pasivo si no que desempeña un papel activo. Lo que sabemos
permite que lo identifiquemos con más facilidad, pero lo que esperamos también predispondrá
nuestra actitud perceptiva en un sentido determinado.
TIPOS DE PROCESAMIENTOS:
En la mayor parte de las ocasiones percibir implica ambos tipos de procesamientos, ya que la
información sensorial es modulada por procesos cognitivos superiores.
La importancia de estos dos tipos de procesamiento dependerá de varios factores, entre los que
destacan las condiciones ambientales, ya que cuando sean óptimas (claridad de los estímulos,
tiempo prolongado del estímulo, ausencia de ambigüedad en la estimulación) será más probable
guiarse por los datos, mientras que si las condiciones no son óptimas será más factible desencadenar
procesos guiados por conceptos.
A. BOTTOM UP → De abajo-arriba
Se construye una percepción a partir del análisis de la información entrante, que no implica
expectativas o conocimientos previos del sujeto. Procesamiento guiado por los datos.
Ej:
Todos los sistemas sensoriales poseen tres componentes fisiológicos bien diferenciados y vitales
para el proceso perceptivo: receptores sensoriales, vías de transmisión nerviosa y áreas de
proyección cortical (córtex).
Los receptores están formados por estructuras celulares diferenciadas o por terminaciones nerviosas
libres.
Las vías nerviosas están compuestas por las ramificaciones neuronales que desde los receptores se
proyectan hasta la corteza cerebral, funcionan con una disposición topográfica contralateral, es decir
se dirigen al hemisferio cerebral contrario al hemicampo en el que se ha producido la estimulación.
Y por último, el córtex, consiste en agrupaciones neuronales altamente interconectadas entre ellas y
con el resto del encéfalo.
La corteza está formada por diferentes lóbulos cerebrales en los cuales se localizan áreas de
proyección específicas para cada sentido:
Visual → El área receptora primaria se encuentra en el Lóbulo occipital, Area 17 de Brodmann y las
secundarias en las áreas 18 y 19 de Brodmann, rodeándola.
Auditiva → Lóbulo temporal (Area 41 de Brodmann)
Olfativa → Lóbulo temporal (Area inferior cerebral)
Gustativa → Lóbulo temportal (Area 43 de Brodmann)
Táctil → Lóbulo parietal (Area 1, 2 y 3 de Brodmann)
Podemos encontrar dos niveles de análisis: el nivel fisiológico, se centra en estudiar los
mecanismos fisiológicos corporales de los sistemas perceptivos por medio de la medición de la
respuesta del sistema nervioso; y el nivel psicofísico, estudia la relación que existe entre el estímulo
y la percepción del mismo según la respuesta del sujeto, sin tener en cuenta la intervención de
procesos fisiológicos.
Psicofísica:
Examina la sensibilidad de los humanos a los estímulos y el modo en el que las variaciones
que se producen en ellos afectan a nuestra manera de percibirlo.
La Psicofísica, término acuñado por Fechner, se refiere a las técnicas experimentales que
posibilitaban cuantificar con gran precisión las relaciones entre los aspectos físicos de los estímulos
y la respuesta psicológica resultante: la percepción.
La Detección de estímulos es uno de los aspectos más estudiados dentro de este ámbito, en la que
se utilizan los denominados Métodos Psicofísicos clásicos, que se utilizan para medir la relación
cuantitativa entre un estímulo y la percepción que genera, utilizados para medir el denominado
UMBRAL ABSOLUTO (Menor cantidad de energía, magnitud o intensidad que permite detectar la
presencia de un estímulo):
Weber centró su estudio en otro tipo de umbral, el UMBRAL DIFERENCIAL (Diferencia mínima
perceptible). Es la diferencia mínima de la intensidad entre dos estímulos que un observador es
capaz de apreciar, es decir, la diferencia mínima necesaria en la magnitud de un estímulo para
considerarlo diferente al estímulo inicial.
A partir de estos resultados se puede saber tanto la sensibilidad del sujeto como el criterio que
emplea para contestar afirmativa o negativamente.
Sensibilidad y criterio:
Dos personas con la misma sensibilidad pueden comportarse de modo muy diferente en función del
criterio que posean. Pueden tener un criterio conservador (de arriesgarse poco y sólo afirmar cuando
estén muy seguros, baja tasa falsas alarmas y menor número de aciertos) o un criterio liberal (en el
que al menor indicio de que el estímulo está presente el sujeto responda afirmativamente, que
ofrecen alta tasa de falsas alarmas pero también mayor número de aciertos).
Dada la gran cantidad de posiciones teóricas tanto en la psicología clásica como en la actual, nos
centraremos en aquellas que han tenido mayor impacto en el estudio de los procesos perceptivos.
A. Funcionalismo y estructuralismo:
El Funcionalismo pone el énfasis en el estudio de la dimensión funcional e instrumental de
los procesos psicológicos, como instrumentos que poseemos para poder adaptarnos al medio de
manera adecuada.
Principal representante: William James. Se interesó por el hecho de que muchos de los estímulos
que están presentes en una situación determinada quedan fuera del proceso perceptivo e intentó
explicarlo apelando a factores motivacionales, se seleccionan estímulos que son de especial
relevancia para nosotros.
B. Conductismo
Watson defendió que se aplicaran a la Psicología los métodos de estudio de las ciencias
naturales, la investigación por medio de la experimentación objetiva a través de la observación
sistemática, atendiendo únicamente a los estímulos y a las respuestas observables que sean
controlables por parte del experimentador.
El objetivo principal fue la descripción y explicación objetiva del comportamiento, así como el
conocimiento de las técnicas de control, cambio y ajuste del mismo.
Ya que la percepción es difícil de observar la mayor parte de conductistas no se sentían
cómodos en el estudio de esta materia, así que mientras el conductismo fue predominante dentro de
la psicología se abandonó mucho el estudio de la Percepción y se centraron más en la Psicofísica.
C. Escuela de la Gestalt
Principales representantes: Wertheimer, Köhler, Lewin y Koffka.
El presupuesto fundamental de esta corriente es la naturaleza holística, unitaria y global de
todos los fenómenos mentales. Al contrario que los estructuralistas que diseccionan en diferentes
elementos simples, los gestaltistas se centraban en el todo.
En el caso de la Percepción, esta escuela defiende que percibimos los objetos como
estructuras completas, configuraciones o “todos organizados” más que como partes aisladas.
Postularon gran cantidad de leyes perceptivas.
F. Teoría computacional
Analogía entre el funcionamiento de un ordenador y la mente humana. Postulada por Marr,
coincide con el enfoque ecológico en que considera que los estímulos poseen una gran riqueza,
aunque es el observador quien computa los atributos de los estímulos en representaciones internas.
Sostiene que los sistemas perceptivos se basan en modelos matemáticos apoyados en los procesos
cognitivos superiores, también necesarios para percibir.
Procesamiento de Abajo-Arriba.
Propone tres niveles de análisis:
1. Computacional → Centrado en el por qué de la percepción. En este nivel se producen las
transformaciones que se dan en la entrada de información, las operaciones que provocan que el haz
de luz se convierta en información acerca del entorno. Existen 3 tipos de representaciones:
a. Esbozo primario: representación de rasgos básicos en dos dimensiones (bordes, líneas…)
b. Esbozo en 2’5D: Incorpora profundidad y la orientación.
c. Representación 3D: Describe tridimensionalmente el objeto y su posición relativa en el espacio.
2. Algorítmico → Aquí se detallan los algoritmos que se aplican para transformar las
representaciones del nivel anterior.
3. Instrumental → Responde a cómo las representaciones y los algoritmos pueden darse
físicamente y si tanto el ordenador como el cerebro pueden realizar estas operaciones.
G. Constructivismo
Defiende que si es el observador quien construye las percepciones basándose en la
información que extrae del ambiente. Por lo tanto, no son los estímulos los que determinan la
percepción, sino que ésta se da gracias al papel de construcción activo del observador, aunque en
gran medida inconsciente.
Este proceso activo no es perfecto y puede dar lugar a las ilusiones perceptivas. Esta teoría, al
contrario de las que se enmarcan en la percepción directa, otorga un papel fundamental a los
procesos guiados por conceptos, al TOP DOWN.
Principal Representante: Helmholtz. Propone la teoría de la inferencia inconsciente, en la que
mantiene que la percepción posee un carácter constructivo e inferencial.
MÓDULO 2: PERCEPCIÓN VISUAL
De niños creemos que el mundo es exactamente como lo vemos pero conforme vamos creciendo
nos damos cuenta de que nuestros sentidos no nos dan una explicación exacta de la realidad.
Sabemos que no podemos fiarnos de nuestros sentidos, y aunque la vista es uno de los sentidos
claves en el proceso de Percepción, debemos ser conscientes de que por sí mismos no nos
proporcionan una información total.
La vista no es simplemente la suma de la información que recibe de los sentidos con las imágenes
almacenadas de la memoria, sino que precisa de un patrimonio de informaciones adquieridas con
anterioridad incluso a través de otros sentidos.
Si los indicios perceptivos son ambiguos, el cerebro las integra según sus propias experiencias y los
objetos son distorsionados o convertidos en reales aunque sean construcciones imposibles (Ilusiones
ópticas)
Los estudios a lo largo de estos dos últimos siglos y los descubrimientos que han aportado al tema
son enormes, pero aun así desconocemos gran parte de los mecanismos por los que se rige.
El proceso comienza con la llegada de luz a nuestros ojos. Los principales componentes de los ojos
son la córnea (contribuye a concentrar la luz del exterior hacia la pupila), esclerótica (parte blanca
del ojo, cumple función de sostén y protección), iris (permite regular la cantidad de luz que entra en
el ojo), pupila (permite que la luz pase al interior del ojo), cristalino (enfoca los rayos luminosos
para que formen una buena imagen en la retina), retina (membrana sobre la que se proyecta la
imagen de manera invertida; dividida en la parte posterior en la que se sitúan los fotorreceptores
-conos y bastones-); fóvea (región del centro de la retina con gran densidad de fotorreceptores);
nervio óptico (formado por los axones de las células ganglionares de la retina)
Los conos y los bastones son las células fotorreceptoras sensibles a los diferentes tipos de luz. Los
conos son los responsables de la visión en colores y requieren mucha luz para su funcionamiento.
Por su parte, los bastones presentan una elevada sensibilidad a la luz aunque se saturan en
condiciones de mucha luz y no detectan los colores (son los responsables de la visión acromática:
en blanco y negro).
3. Organización perceptiva
Cuando miramos a nuestro alrededor solemos percibir escenas con una estructura en la que
aparecen diferentes objetos que mantienen una serie de relaciones entre sí, es decir, percibimos un
mundo visual coherente, estructurado en distintas partes o regiones y compuesto de infinidad de
objetos. A este proceso automático que realiza nuestro cerebro lo denominamos organización
perceptiva.
Hasta la aparición de la escuela psicológica de la Gestalt (a comienzos del siglo pasado), la mayoría
de los autores pensaban que la organización perceptiva era adquirida gracias al aprendizaje y que
era la experiencia de cada persona la que ordenaba los diferentes elementos percibidos visualmente,
por lo que los adultos tendrían una organización perceptiva superior a la de los niños. Pero los
psicólogos de la Gestalt señalaron que existen una serie de principios presentes desde el nacimiento
que rigen la organización perceptiva de manera automática.
La percepción es, para los gestaltistas, la totalidad y no la simple suma de las partes que la
componen.
La percepción de los objetos tal y como los vemos es el final de un complejo proceso que
empieza en los ojos y termina en el cerebro. El estudio de la percepción humana comienza a finales
del siglo XIX y principios del XX a partir de la corriente científica llamada estructuralismo.
El estructuralismo (Wilhelm Wundt) fue una de las primeras corrientes científicas que estudió la
percepción, afirmando que ésta se encuentra determinada por la suma de pequeños elementos
denominados sensaciones. Poco después, en la década de los años 20 del s.XX, Max Wertheimer,
Koffka y Kohler crean la escuela de la Gestalt, enfoque psicológico que pone en cuestión la teoría
estructuralista y defiende que "el todo es diferente a la suma de sus partes".
Gestalt es una palabra alemana que puede traducirse como configuración o buena forma
Cuando percibimos objetos en el entorno, por lo general no percibimos un solo objeto, sino muchos
diferentes. Nuestra capacidad de separar perceptivamente unos de otros recibe el nombre de
segregación perceptiva. Los psicólogos de la Gestalt fueron pioneros en abordar el tema de la
segregación perceptiva, que con frecuencia también se denomina segregación figura-fondo, ya que
cuando vemos un objeto independiente, a menudo éste aparece como una figura que resalta respecto
a un segundo plano, que recibe el nombre de fondo. Para ellos, esta es la organización perceptiva
más básica, la base de la organización perceptual.
Uno de los métodos que emplearon para estudiar las propiedades de la figura y el fondo consistió en
tomar patrones de figura-fondo reversibles para demostrar que lo que en unos casos es figura puede
pasar a ser fondo en otros, y viceversa con el fondo.
En 1921 Rubien enumeró características propias de la figura y el fondo que nos facilitaban la
diferenciación:
- La figura tiende a verse delante del fondo, mientras el fondo se ve detrás la figura parece está
situada más cerca del observador.
- La figura está definida por un contorno, que parece pertenecer a ella y que la separa del fondo.
- La memoria almacena con más facilidad la figura que el fondo por tener significado propio.
Por su parte, los psicólogos de la Gestalt, llegaron a la conclusión de que ciertas propiedades de los
estímulos influyen en esta diferenciación figura-fondo:
-La orientación → La articulación de la figura se produca con más facilidad en las orientaciones
vertical y horizontal.
- El tamaño relativo → En igualdad de otras condiciones, el área estimular más pequeña tiende a
articularse como figura.
- El área envolvente-envuelta: el área envolvente aparece como fondo, mientras que el área envuelta
aparece como figura.
- La simetría → En igualdad de circunstancias, las áreas simétricas se articulan como figura y las
asimétricas como fondo.
Definimos la segregaciónperceptiva como nuestra capacidad para separar los objetos entre sí. Los
psicólogos de la Gestalt fueron pioneros en el estudio de la segregación perceptiva partiendo del
análisis de la segregación figura-fondo, es decir, estudiando las razones que existen para que el
cerebro humano interprete un área como figura y otra como fondo.
Uno de los aspectos más estudiados por los psicólogos de la Gestalt para explicar la organización
perceptiva fueron los principios por los cuales ciertos elementos individuales se organizan de tal
modo que nuestro sistema visual los considera partes de un mismo todo.
Establecieron una serie de reglas por las que nuestro sistema visual se suele regir: Leyes de la
Organización Perceptiva
B. Ley de similitud o semejanza → Establece que los estímulos que son semejantes entre sí tienden
a percibirse como formando un único conjunto. Este agrupamiento puede producirse por similitud
en la forma, luminosidad, matiz, inclinación, tamaño, color, textura, orientación
C. Ley de la buena continuación o dirección → Establece que cuando dos estímulos dan lugar a
líneas rectas o ligeramente curvadas (guardan entre sí una continuidad), se perciben como
conectados o pertenecientes al mismo objeto, ya que tendemos a ver las líneas del modo que siga la
trayectoria más suave.
D. Ley de proximidad o cercanía → Afirma que los estímulos que están situados próximos entre sí
parecen formar una única unidad.
E. Ley de destino o movimiento común → Defiende que los estímulos que se mueven siguiendo
una misma dirección se perciben como pertenecientes a un mismo objeto.
G. Ley de cierre o clausura → Una figura incompleta tiende a percibirse como completa.
4. La percepción del color
El color es una de las características propias del entorno que más llama nuestra atención. En
publicidad lo utilizan para llamar nuestra atención y hacer que sus productos nos resulten más
apetecibles, igual que un niño lo utiliza en sus dibujos para remarcar las cosas que le parecen más
llamativas, por lo que podemos afirmar que el color es una de las propiedades psicológicas de
nuestra experiencia visual más característica.
Cumple además, una doble misión:
1. Facilita la detección correcta de los objetos (con visión acromática tienen problemas para
localizar con exactitud los objetos)
2. Cumple una función estética haciendo más agradable el mundo en el que vivimos.
La percepción del color (también llamado matiz) es una respuesta diferencial del sistema visual
humano frente a diferentes longitudes de onda de la luz. El color que percibimos está directamente
relacionado con la cantidad de luz que incide sobre él (espectro de reflectancia).
Las características propias de cada objeto y su naturaleza física influyen en cuanto reflejan y
absorben esa longitud de onda (reflexión selectiva)
Como hemos estudiado, existen en la retina una serie de células fotosensibles: bastones y conos, y
son fundamentalmente estos últimos (células responsables de la visión en condiciones de alta
luminosidad, situadas mayoritariamente en la fóvea) los fotorrecceptores encargados de codificar el
color.
Existen 3 grandes tipologías de conos según su modo de responder a un tipo de longitud de onda o a
otro. La sensación de color ocurre al combinar estos tres tipos:
Azul → conos sensibles a longitudes de onda corta
Verde → conos sensibles a longitudes de onda media
Roja → conos sensible a longitudes de onda larga
Newton, desarrolló un diagrama, el Disco de Newton, en el que los colores se ordenan en función
de su longitud de onda.
Munsell desarrolló el “espacio del color”, versión mejorada del disco de Newton, que permite
clasificar los colores a partir de sus tres propiedades básicas: matiz (longitud de onda o color
propiamente dicho) saturación (cantidad de color que posee) y brillo (cantidad de luz).
4.2.1 Teoría tricromática: La teoría tricromática de la visión, de Young y Helmholtz, defiende que la
percepción del color es fruto de la actividad de tres mecanismos receptores básicos que responden a
diferentes longitudes de onda del espectro visual. Los experimentos psicofísicos de igualación de
colores realizados por Helmholtz demostraron que mediante la mezcla de tres longitudes de onda en
diferentes proporciones podemos conseguir cualquier color del espectro visual. Los tres tipos de
receptores básicos que posee el sistema visual humano sensibles a distintas longitudes de onda son:
receptores de longitudes de onda corta para el azul, receptores de longitudes de onda media para el
verde y receptores de longitudes de onda larga para el rojo
Hering afirma que la visión del color se produce gracias a la existencia de tres mecanismos
neuronales. Llegó a la conclusión de que la visión de los colores está causada por respuestas
oponentes generadas por uno de estos dos grupos de colores: rojo y verde, o amarillo y azul. A estos
dos pares de colores cromáticos se añade el que define los colores acromáticos: blanco y negro.
Nace así la teoría de los procesos oponentes de la visión de los colores.
Desde hace muchos años sabemos que hay personas con dificultades para percibir algunos colores
o, lo que es lo mismo, que manifiestan una deficiencia en su visión cromática.
Dalton hizo las primeras investigaciones acerca de la incapacidad de algunas personas para ver
colores que otras sí podían. El daltonismo es una deficiencia de la visión cromática que pierde
algunos matices (verde, azul, violeta, naranja, rojo, amarillo, marrón) y que se reconoce por medio
de las láminas de Ishihara.
Estos déficits en la visión cromática también pueden derivarse de lesiones o problemas en la corteza
cerebral. Hablaremos entonces de ceguera cortical al color o acromatopsiacerebral35: los conos
funcionan perfectamente, pero la persona pierde la visión de los colores debido a una lesión cerebral
(como consecuencia, por ejemplo, de un accidente de tráfico).
5. La percepción de la profundidad
Gracias a nuestro complejo sistema visual, percibimos el mundo en tres dimensiones. Es esta tercera
dimensión, la profundidad, la que nos permite desenvolvernos con normalidad en el mundo que nos
rodea. Sabemos que la imagen que se proyecta en nuestra retina es bidimensional, pero por medio
de una transformación la imagen pasa a tener 3 Dimensiones.
El modo como percibimos la tercera dimensión ha sido explicado por diferentes autores a partir de
la teoría de las claves. Según este enfoque teórico, el problema consiste en encontrar qué datos (o
claves) de la imagen en dos dimensiones de la retina nos permiten percibir la profundidad de una
escena. Esta conexión es aprendida por el ser humano.
Los investigadores han clasificado estas claves de profundidad en tres grandes grupos: claves
oculomotrices (creadas por convergencia y acomodación, claves monoculares ya que funcionan
únicamente con un ojo e incluyen: la acomodación, las claves pictóricas y las claves producidas por
el movimiento) y claves binoculares (necesitan ambos ojos para ser percibidas, entre ellas estarían
convergencia y disparidad binocular.
- Claves pictóricas (se basan en datos sobre la profundidad que pueden pintarse en una imagen
bidimensional)
a. Oclusión: Si un objeto oculta otro, el que vemos completo estará más cercano. Proporciona
distancia relativa.
b. Altura relativa: Cuánto más arriba esté la base de un objeto, más lejano lo percibiremos, mientras
esté por debajo de la línea del horizonte. Si está por encima de esa línea, parecerán más cercanos.
c. Sombras proyectadas: La sombra da una información muy concreta de la distancia a la que se
encuentra dicho objeto.
d. Tamaño relativo: Si tenemos varios objetos iguales, el que esté situado más cerca y sea más
grande aparece frente a nuestros ojos.
e. Tamaño familiar: El conocimiento previo del objeto determina la percepción de profundidad (Ej:
pelota de tenis de igual tamaño de baloncesto, hace que la percibamos más cercana)
f. Perspectiva atmosférica: Nos hace percibir de manera menos nítida los objetos más lejanos,
mientras los más cercanos se ven con más nitidez.
g. Perspectiva lineal: Dos o más líneas que aun siendo paralelas en la realidad, son percibidas por el
observador como convergentes hacia un punto situado en el infinito (de fuga).
h. Gradiente de densidad de textura: estructura de los elementos de una superficie (paredes, techo,
suelo). Referencia de superficie: cuanto más alejado las superficies también se alejan, cuanto más
cercano las superficies también decrecen.
- Claves producidas por el movimientos
proporcionan información acerca de la profundidad que se extrae tanto del movimiento del
observador, como del movimiento de los objetos. Hay dos tipos:
a. Paralelaje de movimiento: nos proporciona información sobre la tercera dimensión gracias a que
a medida que el observador se mueve, los objetos cercanos parecen moverse muy rápidamente,
mientras que los objetos lejanos lo hacen lentamente.
b. Eliminación y acrecentamiento: se producen al moverse el observador de forma lateral, por lo
que la "zona visible" de los objetos que se encuentran situados a diferentes distancias varía.
Como hemos visto a lo largo de este módulo, la percepción es una creación del sistema nervioso y,
por lo tanto, la percepción del movimiento también lo es. Nuestro sistema visual percibe el
movimiento incluso en circunstancias en las que éste no existe.
Nuestros propios movimientos y el movimiento de los objetos pueden ayudarnos a percibir con más
precisión la forma de estos últimos y su localización en el espacio. En la percepción del movimiento
entran en juego muchas de las reglas generales o "principios" que ofrecen la mejor predicción de
cómo se comporta un estímulo concreto, así como factores cognitivos, como la asociación, por parte
del observador, de situaciones nuevas con experiencias ya vividas.
7.1. Cómo crear una percepción de movimiento: movimiento real, movimiento aparente,
movimiento inducido y postefecto de movimiento
Movimiento real → El cerebro humano percibe movimiento cuando un objeto se mueve físicamente
en cualquier dirección dentro de nuestro campo visual.
Movimiento aparente o estroboscópico → Es una ilusión, puesto que percibimos movimiento aun
cuando los estímulos son fijos, no se mueven. Depende del intervalo de tiempo y la distancia que
existe entre los estímulos luminosos.
Movimiento inducido → Este tipo de movimiento es una ilusión que se produce cuando el
desplazamiento real de un objeto provoca la percepción de movimiento de otro estímulo y no de él
mismo. (Escena de coche en cine clásico, con fondo en movimiento)
Postefectos del movimiento → es en realidad una ilusión de movimiento creada por nuestro sistema
nervioso, ya que el estímulo está físicamente parado o se mueve en la dirección contraria al
movimiento percibido. Si miramos las hélices de un avión durante unos segundo y luego miramos
otro punto lo veremos realizando el movimiento contrario al de las hélices.
En primer lugar, debemos tener en cuenta que nuestros ojos realizan continuamente una serie de
movimientos cuyo objetivo es captar toda la información que nos interesa de nuestro entorno. El
punto en el que centramos nuestra atención y hacia el que dirigimos nuestra mirada se mueve y
cambia cada segundo y, como consecuencia de ello, las imágenes proyectadas sobre la retina
también lo hacen.
Podemos distinguir diferentes tipos de movimientos de nuestros ojos: movimientos sacádicos
(saltos rápidos, bruscos e intermitentes) y movimientos de convergencia (aparecen al variar la
distancia entre el observador y el objeto).
8. Constancias perceptivas
La constanciaperceptiva nos permite una estabilidad en las percepciones; si no fuera por ella, cada
segundo captaríamos tal cantidad de estímulos diferentes que serían imposibles de agrupar en
objetos, lo que haría de la percepción algo poco viable o al menos muy caótico.
Las formas y texturas de las cosas también poseen esta capacidad de permanecer inalterables,
manteniendo las características que conocemos a priori, aunque éstas cambien y disten mucho de
ser lo que eran.
8.3. La constancia del color
Cuando vemos que el color de un objeto varía, achacamos dichas variaciones a la iluminación que
incide en él. Esta estabilidad aparente que se produce en la percepción de los colores, sin que
afecten las condiciones de la iluminación, es lo que se denomina constancia del color (o constancia
cromática). Cuando el libro que tenemos en la mesita de noche con la portada de color rojo se ve
granate oscuro casi negro, estamos seguros de que sigue siendo rojo, y achacamos tal fenómeno a
que es de noche y la luz de la habitación está apagada.
9. Ilusiones ópticas
Existen, no obstante, algunas ocasiones en las que esta información que captan nuestros órganos
sensoriales no se corresponde con lo que realmente percibimos, esto es, la interpretación final que
damos a la información no guarda una relación directa con lo que vemos realmente. Hablamos
entonces de ilusiones visuales o ilusiones ópticas.
a. Ilusión Muller-Lyer → Dos líneas que se perciben de diferente longitud cuando tienen la misma,
por los elementos que les añadimos.
b. Ilusión Horizontal-Vertical → T tumbada. Ambas líneas de igual tamaño que parecen diferentes.
c. Ilusión de Poggendorf → A causa del desplazamiento angular, los ángulos agudos parecen más
grande y las dos líneas oblicuas no parecen alineadas, cuando sí lo están.
d. ilusión de Ponzo → Dos líneas horizontales de misma longitud sobre unos raíles con perspectiva
lineal, parecen desiguales porque la perspectiva lineal nos engaña con el tamaño.
e. El cuarto de Ames → El cuarto está diseñado de manera que todas las claves que nos pueden
aportar datos sobre la profundidad de las figuras están distorsionadas para "engañar" al observador.
f. Ilusión de la luna → la luna se precibe mucho más grande cuando la vemos cerca del horizonte,
en contraposición a la percepción de la luna pequeña cuando ésta se encuentra situada en lo alto del
firmamento. Esto es por la Teoría de la distancia aparente, ya que en el horizonte podemos tener
referencias de otros tamaños y en el cielo no.
Son numerosos los investigadores que analizan los requisitos perceptivos necesarios para conseguir
una óptima ejecución en diferentes profesiones que necesitan individuos altamente eficaces en su
sistema sensorial y más en concreto en su sistema visual.
MODULO 3: PERCEPCIÓN AUDITIVA
1. Definición de Audición
La audición, junto con la vista, es uno de los sentidos más útiles que poseemos porque conforman
nuestro sistema de alerta primario frente a situaciones del entorno potencialmente peligrosas.
Además, ambos sentidos se apoyan mutuamente, de modo que cuando uno de ellos baja su
rendimiento, el otro se agudiza como compensación.
La audición se activa por la emisión de sonidos, que se lleva a cabo por medio del sistema auditivo
y que informa al sistema cognitivo sobre diferentes atributos de las fuentes sonoras (identificación,
localización en el espacio, etc.)
Como sabemos, la audición es un proceso muy importante para nuestra vida cotidiana que posibilita
diferentes funciones. Por un lado, facilita el hecho de estar informados constantemente de lo que
ocurre a nuestro alrededor, sin necesidad de atender a los estímulos sonoros de manera voluntaria
(función de fondo). Asimismo, nos permite mantenernos alerta y conocer la procedencia y el tipo de
sonido (función de alerta). Por último, da el sentido de fluidez que tienen los sonidos que forman el
código del lenguaje, lo que nos permite comunicarnos con otras personas (función sociológica).
Desde antes del nacimiento, el desarrollo de la estructura del oído está establecida, de tal manera
que cuando nacemos ya contamos con un sistema anatómicamente desarrollado como órgano
receptor.
¿Cómo escuchamos? Primero el estímulo sonoro llega a los receptores. La persona “decide”
escuchar o clasificar entre lo que constituye únicamente “ruido” y lo que él realmente desea o debe
escuchar. Después transducir dicho estímulo para transformalo de cambios de presión aérea a
señales eléctricas para posteriormente procesas esas señales y que indiquen las cualidades de la
fuente de sonido: el tono, sonoridad, timbre y localización.
Para que se puedan llevar a cabo dichas tareas, es necesario que en el proceso de audición
intervengan diferentes estructuras: el oído externo, el oído medio, el oído interno, el nervio auditivo
y el sistema nervioso central.
Anatómicamente podemos distinguir tres partes diferenciadas: el oído externo (formado por el
pabellón auditivo -pantalla de captación y amplificación sonora- y el conducto auditivo externo
-finaliza en el tímpano y registra los sonidos), el oído medio (que incluye el tímpano -los cambios
de presión provocados por las ondas sonoras se transforman en una vibración mecánica- y los
huesecillos martillo, yunque y estribo -conducen y amplifican las vibraciones del tímpano) y el oído
interno (estructura tremendamente compleja en el que se encuentra la cóclea, el elemento más
valioso del sistema auditivo).
La cóclea se divide en escala del vestíbulo, escala media y escala del tímpano, ambas separadas por
la partición coclear. Es en dicha partición coclear donde podemos localizar el órganodeCorti4 , que
es un órgano espiral que está constituido por una hilera de células ciliadas, que tienen la capacidad
de producir pequeñas descargas eléctricas, lo que lo convierten en un potente transductor auditivo.
En resumen, mediante el mecanismo coclear las vibraciones mecánicas provocadas por el sonido se
convierten en señales neuronales.
Respecto a las funciones más importantes del córtex auditivo, destacan (Pickles, 1988): análisis de
sonidos complejos, localización de sonidos, atención selectiva, discriminación de patrones
temporales y memoria a corto plazo cuando el estímulo sonoro debe relacionarse con otro posterior.
El cerebro identifica los sonidos analizando sus peculiaridades físicas distintivas y, una vez
finalizado su análisis, construye una imagen de esa señal utilizando dichas partes componentes para
compararla con imá- genes guardadas. Si en el análisis comparativo encuentra otra imagen igual,
entonces entendemos lo que se dice o reconocemos los sonidos que tienen significados importantes
en nuestras vidas (sirenas, campanillas, llantos, etc.).
Resulta determinante comprender el sonido según una doble vertiente: a partir de una definición
física y mediante una definición perceptiva o psicológica. En cuanto al fenómeno físico, se centra
en el evento acústico y entiende el sonido como una serie de cambios en la presión del aire, una
onda de presión o sonora que se propaga a través del aire o en otro medio material. El fenómeno
psicológico se refiere a la experiencia auditiva que tenemos cuando oímos.
Para que se produzca un sonido son condiciones imprescindibles la fuente emisora, el medio de
transporte y el receptor; si falta alguno de estos elementos, no podemos hablar de sonido. Por lo
tanto, en la actualidad se denomina sonido tanto a las características físicas del sonido como a la
sensación que se produce (Gurlekian, 2001).
Podemos distinguir entre los sonidos elementales o tonos puros (una sola frecuencia, diapasón) y
los sonidos o tonos complejos.
Estos sonidos complejos tienen patrones más complejos, fruto de la interacción de diferentes ondas
de distintas frecuencias y fases; es decir, están compuestos por la agrupación de diferentes
frecuencias simples, que reciben el nombre de armónicos, que se superponen a la frecuencia
principal.
En el estudio de las ondas complejas es necesario conocer el teorema de Fourier, quien comprobó
que cualquier sonido complejo puede ser determinado a partir de sus componentes u ondas
sinusoidales simples.
Cualquier sonido que percibamos puede describirse en cuanto a sus características de sonoridad y
de tonalidad, especificando una serie de parámetros que lo definen: intensidad, frecuencia, etc.
Algunas de dichas características son las siguientes:
La longitud de onda indica el tamaño de una onda, lo que va comprendido por el tamaño de la onda,
que es la distancia entre el principio y el final de una onda completa (ciclo). Esta cualidad se
conocería como duración del sonido.
4.2. Frecuencia
La frecuencia constituye una de las características fundamentales del sonido y hace referencia a su
altura, es decir, a la cantidad de veces o número de oscilaciones (ondas completas) que se producen
por unidad tiempo.
La frecuencia se mide en ciclos por segundo y se expresa en hercios (Hz).
Por ejemplo, si nos centramos en el rango de frecuencias en el que se producen las conversaciones
de la voz humana, suelen estar comprendidos entre 250 y 3.000 Hz, si bien algunos fonemas se
encuentran situados entre los 4.000 y los 8.000 Hz, lo que se situaría dentro del espectro audible
para el ser humano. Fuera de estos márgenes audibles nos encontraríamos con los infrasonidos
(ondas acústicas inferiores a los 20 Hz) y los ultrasonidos (ondas acústicas de frecuencias superiores
a los 20 kHz), que no son audibles al ser humano.
4.3. Amplitud
Podemos definir la intensidad del estímulo auditivo como el flujo medio de energía por unidad de
área, perpendicular a la dirección de propagación, cuya unidad de medida emplea una escala en
decibelios (dB o dbs).
En estas curvas isofónicas se observa cómo a medida que aumenta la intensidad sonora, las curvas
se hacen cada vez más planas, lo que se traduce en que la dependencia de la frecuencia es menor a
medida que aumenta el nivel de presión sonora, lo que significa que si disminuye la intensidad
sonora, los últimos sonidos perceptibles en desaparecer serían los agudos (altas frecuencias).
El timbre es la cualidad del sonido que nos permite distinguir sonidos procedentes de diferentes
fuentes sonoras, como diferentes instrumentos o reconocer a cada persona por su voz, aun cuando
su espectro sonoro (tonalidad, sonoridad y duración) pueda parecer similar. Por ejemplo, si somos
capaces de identificar como diferentes el sonido de la voz de nuestra madre y de nuestro padre, se
debe a que podemos establecer que tienen timbres diferentes.
4.5. Sonoridad
La sonoridad es uno de los atributos del sonido más estudiados. Se define como el atributo
psicológico, percibido subjetivamente, que permite al oyente ordenar los sonidos sobre una escala,
desde los sonidos más fuertes a los más débiles. Y dado que constituye una sensación percibida por
el oyente, no se trata de una característica del sonido susceptible de ser evaluada por una medida
física directa, sino que operativizaremos la sonoridad a partir de enjuiciamientos con respecto a
sonidos de referencia conocidos.
Si tenemos en cuenta que el umbral es el punto a partir del cual una persona empieza a ser
consciente de una sensación, podemos definir el umbral auditivo o de audición como la intensidad
mínima de sonido que necesita una persona para empezar a oír y conceptualizaremos el umbral de
dolor como la intensidad o potencia máxima que es capaz de soportar su oído, a partir de la cual el
sonido produce sensación de dolor. Por debajo del primero, el sonido es imperceptible, mientras que
por encima del segundo, el sonido nos molesta. Entre estas dos intensidades se encuentra el umbral
de confort, dentro del cual tenemos la sensación más cómoda y agradable de estimulación sonora.
Para hablar de distinguir sonidos debemos referirnos al umbral diferencial, que es la menor
diferencia que puede ser detectada entre dos estímulos, o lo que se conoce como diferencia mínima
perceptible (DMP).
4.6. Tonalidad
La tonalidad se define como la dimensión psicológica provocada por el sonido que nos permite
ordenar y clasificar los sonidos según su altura, desde los más graves (como el producido por un
bajo eléctrico, una persona con la voz ronca, etc.) a los más agudos (por ejemplo, el de un violín,
una guitarra eléctrica, una persona con la voz chillona, etc.).
Por ejemplo, en la escala musical se registran siete tonos colocados en orden del más grave al más
agudo que reciben los siguientes nombres: Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si.
A. Teoría de la resonancia de Helmholtz → Este autor propone que determinados órganos del oído
internos actúan como resonadores; más concretamente, lo que sucede es que la membrana basilar
está compuesta por un conjunto de fibras transversales que se encuentran sintonizadas cada una de
ellas con el objetivo de resonar para una frecuencia concreta.
La resonancia es el fenómeno que se produce cuando un cuerpo capaz de vibrar es sometido a la
acción de una fuerza periódica, cuyo período de vibración coincide con el período de vibración
característico de dicho cuerpo. En estas circunstancias el cuerpo vibra, por lo que aumenta de
manera progresiva la amplitud del movimiento tras cada una de las actuaciones sucesivas de la
fuerza.
Un modo de poner de manifiesto este fenómeno consiste en tomar dos diapasones capaces de emitir
un sonido de la misma frecuencia y colocarlos próximos el uno del otro. Cuando hacemos vibrar
uno de ellos, el otro emite, de manera espontánea, el mismo sonido, debido a que las ondas sonoras
generadas por el primero presionan a través del aire al segundo.
-Ambas clásicas teorías han sido refutadas, en función, fundamentalmente, del hecho de que las
fibras de la membrana basilar se encuentran interconectadas y, por lo tanto, no puede asumirse su
estimulación de manera independiente las unas de las otras. -
C. Principio de andanada de Weber → Según dicho principio, los receptores del oído descargan en
forma de secuencia, es decir, un grupo de fibras responde, luego lo hace un segundo grupo y luego
un tercero y así sucesivamente, de modo que el patrón completo de descargas eléctricas corresponde
a la frecuencia de la onda sonora.
D. Teoría del lugar de Békésy → Dicha teoría propone que la frecuencia de un sonido se indica
mediante las células pilosas del órgano de Corti, en el que la frecuencia es codificada mediante las
fibras que se activan.
Finalmente, se acepta la explicación de Békésy, ya que han sido varios los hechos que han
corroborado su teoría.
El proceso de localización de la fuente sonora hace referencia a la capacidad del individuo para
determinar la ubicación de una fuente sonora en el espacio de coordenadas tridimensionales
(horizontal, vertical y distancia de la fuente); la localización del sonido se consigue con el
procesamiento por separado de la información de cada oreja y con la posterior comparación de fase
(posición de una onda con respecto a otra onda) y el nivel de intensidad entre ambas señales.
Existe una mayor dificultad en la localización de los sonidos adecuadamente en una escucha de tipo
monoaural, con un único oído, en comparación con una escucha binaural, con la intervención de
ambos oídos, ya que esta última facilitará conocer la disposición del sonido en las coordenadas
tridimensionales.
Respecto a la información que utilizamos para la ubicación lateral (coordenada horizontal o azimut)
de la fuente sonora, el sistema auditivo utiliza pistas provenientes principalmente de las diferencias
de intensidad y del tiempo con el que las ondas sonoras llegan a cada uno de nuestros oídos. El
sonido tarda diferentes tiempos en llegar a uno y otro oído (diferencia interaural de tiempo), lo que
puede calcularse a partir de las diferencias en las distancias que deben recorrer las ondas para
alcanzar cada oído. En segundo lugar, encontramos que el nivel de intensidad sonora que alcanza a
ambos oídos es distinto, lo que denominamos diferencia interaural de intensidad. (Ej: Si cierran una
puerta de golpe a tu derecha, habrá más intensidad de sonido y llegará antes en el oído derecho)
Como hemos visto, basándonos en la diferencia interaural de tiempos, y con la ayuda de algunos
otros parámetros como la presión sonora (las presiones inferiores indican mayor distancia), la
frecuencia (los sonidos más lejanos suenan como sordos), el movimiento (los sonidos cercanos
parecen moverse con mayor rapidez) y la reflexión del sonido (si el sonido llega directamente a
nosotros –sonido directo– o se refleja en los diferentes objetos que nos rodean –sonido indirecto–),
somos capaces de localizar de modo bastante eficaz los sonidos que nos rodean.
Aparte de estas claves para localizar sonidos, debemos considerar otros efectos que interactúan en
esa localización: el retardo temporal (diferente sonido de un oido a otro por distancia recorrida), el
efecto Haas (Efecto que se sucede cuando un oyente oye dos sonidos muy similares, distanciados
por un breve intervalo de tiempo (50-100 ms), de modo que se oye aquel sonido que llega primero),
el efecto de longitud de onda (los sonidos por encima de 1.000 Hz que tengan una longitud de onda
pequeña -inferior a 30 cm- sólo serán escuchados por uno de los dos oídos) y el enmascaramiento
(se produce cuando se escuchan dos sonidos de diferente intensidad de manera simultánea, de modo
que el sonido fuerte enmascara la presencia del sonido suave, que no se oye).
Definiremos el tono musical como la cualidad del sonido mediante la cual el oído le asigna un lugar
en la escala musical, lo que permite, por tanto, distinguir entre sonidos graves y sonidos agudos. Un
aspecto diferencial de los sonidos de los instrumentos son los tonos de cada sonido.
Los sonidos percibidos como graves corresponden a frecuencias bajas, mientras que los sonidos que
oímos como agudos se relacionan con frecuencias altas.
En contadas ocasiones las ondas sonoras corresponden a sonidos puros, con una única frecuencia y
representados por una onda armónica. Los instrumentos musicales hacen sonidos complejos.
El sonido complejo está formado por una frecuencia fundamental y por un conjunto de
componentes adicionales, cuyas frecuencias son múltiplos de la frecuencia fundamental y a los que
denominamos armónicos. Consideremos, por ejemplo, que si partiésemos de una frecuencia
fundamental de 60 Hz, la frecuencia del segundo tono (segundo armónico) sería de 120 Hz, el tercer
armónico alcanzaría los 180 Hz, el cuarto 240 Hz y el quinto los 300 Hz.
Para comprender el proceso de la percepción del lenguaje, debemos partir de la premisa de que la
esencia de la comunicación verbal es la transmisión de información (mensaje) desde el hablante
(emisor) al oyente (receptor), a través de la señal hablada (canal de comunicación).
Así pues, conceptualizaremos la percepción del habla como la interpretación de una señal auditiva
con un significado y, en este proceso, la información acústica que llega al oído es analizada y
categorizada como un código, donde el estímulo es el habla, el medio el aire y el sentido estimulado
el oído.
En definitiva, en la percepción del habla no sólo se utiliza la información que proviene de la señal
en su camino ascendente del oído al cerebro (procesos de abajo a arriba), sino también todos los
modelos que se encuentran previamente almacenados en nuestra memoria y que nos permiten
convertir la descodificación en un mecanismo más rápido y eficaz: los procesos de arriba abajo, en
los que interviene el significado, la estructura fónica de la lengua, etc. simplificando la tarea de la
descodificación.
Existe cierta controversia acerca de cuál puede ser considerada la unidad básica de percepción
acústica del habla. En su origen, en los años cincuenta (en los laboratorios de Bell y en los
laboratorios Haskins), las investigaciones en la percepción del habla tomaron como punto de partida
la hipótesis de la relación directa entre señal acústica y fonema.
Por el contrario, otros especialistas proponen como alternativa la sílaba como la unidad perceptiva
básica necesaria para analizar el lenguaje, ya que hay fonemas que nunca funcionan por sí mismos.
Para comprender el modo como percibimos un fonema, Goldstein (2006) se basa en la existencia de
una clave acústica específica e invariante asociada a cada fonema. De acuerdo con esta concepción,
cada fonema tendría asociada una clave acústica (un patrón de frecuencias asociado con la presencia
de tal fonema) y produciría la percepción de un determinado fonema siempre que se presentara la
clave acústica correspondiente.
Fenómeno percepción categorial: responde a la capacidad que tenemos para discriminar entre las
diferentes categorías fonológicas. Uno de los experimentos más conocidos consistía en pedir a un
grupo de personas que identificaran los fonemas /b/, /d/ o /g/ en una serie de silabas producidas
artificialmente.
Entre las teorías de la percepción que tratan de explicar el procesamiento del habla nos encontramos
con dos vertientes contrapuestas.
1. Teoría activa → Aquellos modelos activos, que consideran que el oyente interpreta los patrones
auditivos en forma de patrones articulatorios, que darían lugar a una señal acústica semejante a la
oída.
2. Teoría pasiva → mantiene que el oyente no segmenta la señal auditiva que recibe en fonemas
para descodificarla, sino que genera directamente, desde el espectro sonoro, una propuesta
candidata a palabra, realizando varias hipótesis léxicas partiendo de la información espectral que
tenemos almacenada.
Para terminar con este apartado veremos el modelo WRAPSA (word recognition and phonetics
structure acquisition) de Peter Jusczyk (1997). Este modelo se interesa por la capacidad del ser
humano de percibir el lenguaje desde el nacimiento.
Propone un proceso perceptivo en 4 fases:
1. Análisis auditivo→ describe los rasgos espectrales y temporales de la señal de entrada. Extraen
información sobre su duración, intensidad y la posible presencia de ruido
2. Calibrado → Permite comenzar a almacenar patrones de sonidos y percibir el habla fluida.
3. Extracción de patrones desde la señal → Refinamiento de la descripción de la señal y
segmentación en unidades más pequeñas o silábicas.
4. Comparación de las representaciones → con otras previas almacenadas. Si se produce un
emparejamiento se identifica como esa unidad; si no reconocemos hay que reprocesar la señal.
MÓDULO 4: PERCEPCIÓN TÁCTIL
La piel contiene gran número de receptores sensoriales que se extienden por ella y aportan una
enorme cantidad de información, por lo que es el órgano sensorial de mayor extensión.
La vista y el olfato son insuficientes para obtener información vital sobre las propiedades de los
objetos y conseguir evitar lesiones.
Sin este sentido, pordríamos no experimentar sensación de dolor ante un estímulo nocivo y esto
podría ponernos en peligro (superficies a altas temperaturas, objetos punzantes…) Tiene una
importante función adaptativa de protección del organismo.
Estos estímulos son aquellos que deforman la piel o mueven los pelos que contiene. Un cambio
respecto a la temperatura, provoca percepción de la temperatura.
La piel aísla al organismo de los elementos externos, además de retener los órganos y fluidos.
También capta información de los estímulos que contactan con ella al tener tan alto grado de
exposición con el exterior.
Además, dispone de dos capas: La epidermis (capa exterior formada por células muertas) y la
Dermis (capa interior, con células en constante división, origen de las muertas de la epidermis).
- CORPÚSCULOS: Células con pequeñas cápsulas particularmente sensibles a los estímulos del
tacto. Hay diferentes tipos:
a. Corpúsculos de Pacini: mecanorreceptor más estudiado. Responde a presión y vibración.
b. Corpúsculo de Meissner: En dermis.
c. Receptores o Discos de Merkel: Receptores de presión, entre dermis y epidermis.
d. Corpúsculos de Ruffini: Sensación de calor.
e. Corpúsculos de Krause: Similares a Pacini, pero más pequeños. Sensación de frío.
Los receptores se distribuyen desigualmente por la piel (punta de los dedos, talones). Existen dos
tipos de receptores del tacto:
La conexión y organización de receptores y vías neurales del tacto depende del tipo de fibra
nerviosa y del lugar de la corteza somestésica en el que termina la vía.
Las fibras se clasifican en función de:
- Clase de estímulo al que responden: mecánico, temperatura o nocivo.
- Tipo de adaptación: rápida o lenta
- Longitud de sus campos receptores: largos o cortos.
Las entradas confluyen en dos vías principales, anatómicamente diferenciadas y que parecen llevar
clases distintas de información. Estas vías son:
3. Percepción de la presión
La estimulación necesaria para que se produzca una respuesta ante la presión es un cambio brusco
en la tensión de la piel, y en las investigaciones se utilizan estímulos como una vara o un pelo
aplicado sobre la piel ejerciendo distintos niveles de fuerza.
Podemos ver en los estudios realizados por Weisntein sobre los umbrales de presión obtenidos, son
muy altos para zonas de piel de gran agudeza táctil (dedos manos y pies), por lo que vemos que
sensibilidad y agudeza no son necesariamente equivalentes.
El UMBRAL DE DOS PUNTOS fue obtenido por Weinstein y se encuentra gran sensibilidad en la
parte inferior de la cara, manos y pies.
4. Percepción de la temperatura
Nuestra piel muestra gran sensibilidad a los cambios de temperatura; incluso somos capaces de
detectar cambios inferiores a una centésima de grado por segundo.
La sensación térmica viene dada por el contacto con objetos que tienen temperaturas diferentes a las
de la piel; la temperatura de la piel se denomina "cero fisiológico" y se utiliza como referencia,
aunque no es una referencia concreta, ya que depende de la zona del cuerpo.
Existe un rango de temperaturas cercanas a ésta que se perciben como neutras, de manera que si,
dentro de este rango, varían lo suficientemente despacio, no se experimentará sensación térmica.
5. Percepción de la vibración
Es más fácil detectar un estímulo de tacto vibratorio que uno estático. El umbral absoluto depende
de la frecuencia de la vibración y el rangosensible2 de la piel es de 40 a 2500 Hercios (Hz:
ciclos/segundo). La sensibilidad máxima se encuentra en el rango de 200 a 400 Hz.
Ciertos factores, como la temperatura, modulan la percepción de un estímulo vibratorio.
6. Adaptación
La adaptación consiste en dejar de responder o reducir la respuesta ante una estimulación que se
prolonga en el tiempo. Parte de la adaptación viene determinada por el modo como la respuesta se
ve modulada por las características de los receptores implicados (Lillo, 1993).
Cuanto más pesado y pequeño (es decir, que ocupe poca superficie de piel), sea el estímulo, más
lentamente desaparece la sensación.
La adaptación es más fácil con estímulos continuos que con estímulos intermitentes.
Se habla de tacto pasivo cuando una persona recibe inactivamente la estimulación que otro le
administra.
Si la persona controla el estímulo, tocándolo o agarrándolo, hablamos de tacto activo y de
percepción háptica, y es este tipo de tacto mucho más informativo que el pasivo
La combinación de sensaciones táctiles y cinestésicas nos permite percibir objetos y estas
experiencias desempeñan un papel básico en la etapa de desarrollo perceptivo al manipular el niño
los objetos y comparar la información táctil y visual.
Solemos asociar el tacto pasivo con la sensación que experimentamos y el tacto activo con el
reconocimiento de un objeto
El que un animal pueda identificar y evitar situaciones que pueden dañar su organismo es
fundamental para su supervivencia. Si no se reconocen los estí- mulos potencialmente nocivos, el
organismo puede perecer.
La otra función del dolor es indicar al animal el sitio en el que se debe tratar una lesión. Hay
situaciones en las que resulta más adaptativo no experimentar dolor hasta cierto tiempo después,
puesto que puede ser necesario huir o luchar para salvar la vida.
Los nociceptores son los receptores de la piel responsables de la percepción del dolor y se activan
con presión elevada, temperaturas extremas y agentes químicos abrasivos
Existen puntos de dolor, que corresponden a los campos receptivos de las fibras de dolor. Hardy,
Wolff y Goodell (1943) construyeron un aparato, al que denominaron dolorímetro, que empleaba un
haz de luz proyectado en la frente para provocar dolor en los sujetos experimentales.
Mediante este método demostraron que los umbralesdedolor5 , al igual que en otras sensaciones,
son relativamente estables si lo son las condiciones, pero se producen variaciones con cambios en el
estado neurológico, farmacológico, psicológico, y social del sujeto.
La cognición tiene una gran influencia en la percepción del dolor, tal y como muestran los
siguientes efectos:
-Expectativas → Ingesta de un placebo alivia dolores patológicos.
-Desvío de la atención → Utilización Readlidad Virtual reduce el dolor pacientes quemados.
-Contenido de la distracción emocional→El dolor disminuye al mostrar imágenes positivas.
-Diferencias individuales →Dependiendo de la cultura los grados de dolor son diferentes.
-Modelado →Si un observador ve las reacciones de otro ante descargas electrícas, su reacción
cambiará ante éstas.
Se puede observar la relación existente entre la percepción háptica y la visión por medio de varios
fenómenos:
Llamamos al gusto y el olfato los sentidos químicos porque en ambos casos unas partículas externas
entran en contacto con nuestro organismo produciendo diferentes sensaciones. Han recibido el
nombre de detectores de moléculas.
En el caso del olfato implica introducir en el cuerpo las moléculas de lo que se está oliendo. Al
tomar un café, a la vez que saborearlo, también lo olemos y ese aroma complementa el sabor.
Se piensa también en estos sentidos como guardianes, pues tienen dos funciones intimamente
relacionadas con la supervivencia: identificar elementos que el cuerpo necesita para sobrevivir y
además, detectar aquellos elementos que puedan resultar perjudiciales para el cuerpo y que deban
rechazarse.
Esta función de guardián se ve apoyada por el gran componente afectivo emocional del gusto y el
olfato, pues lo que nos hace daño suele oler o saber mal mientras que las buenas nos saben bien.
Además, el hecho de oler algo vinculado a un lugar o persona del pasado puede despertar recuerdos
que tengan reacciones emocionales.
Como receptores, están constantemente expuestos a los agentes químicos, pero también a sustancias
irritantes como las bacterias y el polvo. Todos estos receptores tienen una vida de entre 5 y 7
semanas, debido a una renovación continua de los receptores conocida como Neurogénesis, porque
al estar tan expuestos podrían ser dañados irreversiblemente.
Hay personas con anosmia, pérdida de la capacidad olfativa por lesión o infección, que no pueden
saborear muchos alimentos. De hecho, sin este sentido la vida es más peligrosa: no puedes detectar
alimentos en mal estado, las fugas de gas o el humo de los incendios.
Los humanos somos capaces de detectar pequeñas diferencias en la intensidad de los olores, esta
capacidad se indica mediante el umbral diferencial. Además, la capacidad de reconocer ciertos
olores mejora con la práctica.
A un grupo de hombres se les dio a tocar unos objetos y sólo reconocían un 11%. Cuando
presentaron los objetos con su nombre correspondiente, un 98% de aciertos.
Lo sorprendente de la función que desempeña la memoria en la identificación de los olores es que
saber el nombre correcto de una sustancia, transforma nuestra percepción de su olor. El sistema
olfativo tiene la información que necesita para identificar esos olores pero necesita la ayuda de la
memoria para aplicar esa información a los nombres correspondientes.
El sistema olfativo es capaz de reconocer si una camiseta la ha usado un hombre o una mujer e
incluso puede influir en procesos hormonales como la menstruación en un grupo de mujeres.
La mucosa olfativa es una región de unos dos centímetros de diámetro, localizada en la parte alta de
la cavidad nasal, que contiene los receptores del olfato y, por tanto, representa el lugar donde se
produce la transducción.
La neurona receptora olfativa es el lugar en el que tiene lugar la transducción, conversión de señales
químicas en eléctricas.
La mucosa olfativa se encuentra dividido en cuatro zonas. Cada tipo concreto de Neuronas
Receptores Olfativos están en cada una de esas zonas.
5.2 El cerebro
Los 10 millones de axones de las NRO salen de la mucosa del nervio olfativo y llegan hasta el
bulbo olfativo, primer destino de las señales olfativas.
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