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Relación Entre El Abuso Sexual Y La Deserción Escolar En Adolescentes

Entre Los 14 Y 18 Años

Natalia Lucía Silva Tarquino y Andrés Felipe Andrade Walteros

Universidad de Ibagué

Resumen

El abuso sexual es un problema psicosocial con características socio

antropológicas. El presente artículo tiene como objetivo principal, determinar si existe

relación entre haber sido víctima de abuso sexual y la deserción escolar, en

adolescentes de 14 a 18 años, internas en el centro de protección especializado para

la niña adolescente Kiwanis de la ciudad de Ibagué. Los resultados se obtuvieron

gracias a la información, suministrada por los participantes respecto a la deserción

escolar causada antes y después de haber sido víctimas de abuso sexual.

Palabras clave: Abuso sexual, escuela, adolescente, maltrato infantil.

Abstract

Sexual abuse is a psychosocial problem with socio anthropological traits or

consequences. The main objective of this paper is to determine the correlation

between being a victim of commercial sexual exploitation and dropout, in adolescents

from 14 to 18 years, internal protection center dedicated to the Kiwanis teenage girl in

the city of Ibague. The results are presented with information supplied by the
participants and their parents on academic performance before and after they have

been victims of child sexual abuse.

Keywords: Sexual abuse, school, child, child abuse.

Introducción

La presente investigación se centra en la relación que tiene ser abusado

sexualmente y la deserción escolar en adolescentes

El Abuso sexual infantil (ASI) es definido como cualquier conducta de tipo sexual

con un niño, niña llevada a cabo por un adulto, o por otro niño(a) mayor, por lo

menos cinco años (González & Guerrero, 2003). Entre las conductas de tipo sexual

se encuentran el exhibicionismo, comentarios verbales, desnudez, fotografías de

carácter sexual, pornografía, besos, caricias, masturbación, penetración digital-recto,

digital-vagina, vaginal o anal, zoofilia o haciendo que los menores sean testigos de

relaciones sexuales.

El ASI es un problema psicosocial con características socio antropológicas que

afecta a todas las poblaciones y no es de reciente aparición, ya que se encuentran

frecuentes reportes en la historia Aguilar & Díaz (2000). El abuso sexual es una

forma de maltrato infantil definida, desde el punto de vista médico, como la

participación de un niño(a) en actividades sexuales que no puede comprender, para


las cuales no está preparado por su desarrollo y a las que no puede otorgar su

consentimiento (Trenchs et.al.,2008).

En palabras de Besharov (1987), “el maltrato infantil es un problema social de

máxima gravedad” (p. 14). En el caso particular del abuso sexual infantil, dicha

gravedad se evidencia en sus secuelas. De acuerdo a esto, Beitchman, Zucker,

Hood, daCosta y Akman (1991) y Beitchman, Zucker, Hood, daCosta, Akman y

Cassavia (1992), mencionan que los niños víctimas de abuso sexual muestran una

frecuencia particularmente alta de juegos sexuales, masturbación, conducta sexual

seductiva o agresiva y en adolescentes, promiscuidad y mayor posibilidad de

involucrarse en contactos homosexuales. En algunos estudios también se ha hallado

también que estos niños pueden presentar problemas conductuales y académicos en

la escuela, sintomatología depresiva, baja autoestima, ideación o conducta suicida,

trastornos adaptativos, ansiedad y, en el caso de adolescentes, huida del hogar y

consumo de drogas psicoactivas y alcohol.

De igual modo, Besharov & cols (1992), mencionan otros efectos a largo plazo que

incluyen ciertas anomalías relacionadas con el sexo (temor al sexo, reducido interés

sexual, falta de deseo, poco placer, promiscuidad, confusión sobre la propia

orientación sexual, etc.), una actividad homosexual significativamente mayor que en

no-víctimas, síntomas de ansiedad (especialmente si durante el abuso se empleó la

fuerza o amenazas) y sintomatología depresiva. Si el abuso sexual se vio

acompañado de maltrato físico, la víctima tiene una mayor probabilidad de cometer

suicidio en la edad adulta o de sufrir un trastorno de personalidad múltiple. Las


mujeres adultas que sufrieron abuso sexual en su infancia corren un alto riesgo de

convertirse de nuevo en víctimas y los hombres, de convertirse en abusadores.

En este orden de ideas, el abuso sexual tiene graves consecuencias, entre las que

se encuentran, alteraciones de sueño, trastornos alimenticios, miedo generalizado,

rabia y hostilidad, baja autoestima, sintomatología depresiva, tendencias suicidas,

problemas en las relaciones interpersonales y familiares, relaciones sexuales

precoces, curiosidad sexual excesiva, masturbación compulsiva, dificultades en el

rendimiento escolar y fugas del hogar (Mariscal & Gutiérrez, 2002).

Por lo anterior, es de suma importancia el diseño e implementación de programas

de prevención de abuso sexual infantil. Varios autores proponen que los contenidos

mínimos necesarios que un programa de este tipo debe contemplar son la propiedad

del cuerpo, determinación de las “partes privadas” del cuerpo, identificación y

aceptación de las propias sensaciones sean agradables o desagradables,

reconocimiento de caricias positivas y negativas, situaciones de riesgo y conductas

“aviso”, abuso sexual y posibles abusadores, secretos y amenazas, fuentes de

ayuda, estrategias de acción frente a posibles situaciones de abuso: la regla de oro

(salir del lugar, buscar ayuda y contar hasta que les crean). (Mariscal & Gutiérrez,

(2002); Martínez, S.F)

En este sentido, McLeod & Wright (1996), afirman que el acento se debe poner

en transmitir a los niños la importancia de divulgar el abuso y no en pedirles que se

nieguen y sean capaces de detenerlo, así se disminuye el riesgo de la


culpabilización, al mismo tiempo, se promueve la denuncia de los episodios

abusivos.

Lo más común es que quienes abusan sexualmente de niños(as) sean personas a

las que el niño(a) conoce; esta persona, por lo general, es una figura de autoridad a

quien el niño(a) quiere y en quien confía, lo que facilita que se ejerza control sobre la

victima a través de la persuasión, las recompensas o las amenazas. El miedo ante la

amenaza que se manifiesta por medio del silencio de la víctima, no solo posibilita el

abuso sexual sino que permite su repetición (González & Guerrero, (2003).

Las características del agresor, según Opciones, Grupo Terapéutico (2001), son:

baja autoestima, infancia difícil, excitación y fantasías sexuales con niños y pobres

habilidades sociales, distorsiones cognitivas, dificultad para la empatía, disociación

idea afecto.

Por otro lado, para Moscoso de Díaz (2011), los indicadores en los cambios de

apariencia de los niños que han sido abusados sexualmente son: lesiones visibles,

dolores repentinos, ropa interior manchada o rota sin causa conocida, dificultad para

caminar o sentarse, infección o flujo vaginal, incapacidad de retener la materia fecal,

enfermedades de transmisión sexual (ETS), embarazos. De igual modo, los cambios

de comportamiento que la autora menciona son, miedos, actividad sexual

inapropiada, retroceso, conductas agresivas, disminución del rendimiento escolar,

dificultades de sueño.

De acuerdo con la Fundación Amparo (2008), en los Colegios existe un problema

que cada vez está cobrando mayor importancia desde la simple denuncia hasta la
Corte Suprema y es el comportamiento ó conducta inmoral de docentes,

comúnmente definido como un comportamiento no deseado ni bienvenido desde el

punto de vista Sexual. La conducta inmoral por parte de profesores, maestros,

celadores, administrativos y otros empleados, es un problema de suficiente magnitud

para llamar la atención a los consejos de educación y a todos los funcionarios del

área de la educación. Siete (7) de cada Diez (10) sospechosos fueron profesores,

aunque existen también otras personas, que conforman la parte administrativa de los

colegios. Las autoridades llegaron a la conclusión que sólo dos (2) de todos los

casos denunciados o conocidos, fueron inventados por los alumnos.

Con relación a lo anterior, la Fundación Amparo (2008), agrega que de 385 casos,

el 35% de niñas y adolescentes y el 15% de niños y adolescentes desde el nivel

primario hasta el secundario, dijeron que habían sido molestados de una u otra forma

por funcionarios de los colegios, de estos casos el 17% dijeron que habían sido

molestados sexualmente, el 7% reportaron el incidente a algún profesor, y solo el

23% informaron el incidente a sus padres. Esto demuestra que la falta de denuncias

puede enmascarar la gravedad del problema

En un estudio realizado por González y Guerrero (2003) con 105 niños y 105 niñas

Colombianos de 4°, 5° y 6° grado de educación básica, se encontró que 46 niños y

21 niñas (31.9%) estaban en alto riesgo de ser abusados sexualmente; 20 niños y 57

niñas (36.7%) en riesgo intermedio; y 39 niños y 27 niñas (31.4%) estaban en bajo

riesgo de ser abusados.


Las consecuencias a corto plazo son que al menos un 80% de las víctimas sufren

consecuencias psicológicas negativas. El alcance del impacto psicológico va a

depender del grado de culpabilización del niño por parte de los padres, así como de

las estrategias de afrontamiento que disponga la víctima. En general, las niñas

tienden a presentar reacciones ansioso-depresivas; los niños, fracaso escolar y

dificultades inespecíficas de socialización, así como comportamientos sexuales

agresivos (Cantón, & Cortés 1996, 2001).

Varios estudios han concluido que los niños abusados o descuidados tienen por lo

menos un 25% de probabilidades de meterse en problemas con la delincuencia, las

drogas, el bajo rendimiento académico, e incluso el embarazo adolescente. Con

frecuencia, también tienen problemas de salud mental (Kelley, Thornberry, & Smith,

1997).

Para Mosquera (S.F.), la deserción escolar es uno de los problemas más

importantes en la educación y afecta a todos los países del mundo, en especial a

aquellos que están en vía de identificar el grado de influencia que tiene ser víctima

de abuso sexual en adolescentes entre 14 y 18 años, con respecto al abandono del

sistema escolar.

Por otro lado, la Explotación Sexual Comercial Infantil (ESCI) es quizá una de las

problemáticas que más afecta a los niños, niñas y adolescentes; y es considerada

también como la actividad más denigrante a la que puede ser sometido un menor o

una menor de edad, ya que configura una forma de impedir su pleno y sano

desarrollo (Camacho y Trujillo, 2009).


Según Camacho y Trujillo (2009), se estima que en el mundo existen alrededor de

10 millones de menores de edad explotados y explotadas sexualmente y América

Latina aporta una cifra considerable. Aunque en Colombia no existen datos precisos

sobre el número de niños, niñas y adolescentes que están involucrados en este

delito, es claro que se trata de un problema que crece día a día y que es necesario

combatir.

Para Camacho y Trujillo (2009), la ESCI es una violación fundamental de los

derechos de la niñez. Abarca el abuso sexual por parte de un adulto y remuneración

en dinero o en especie para el niño/a o para una tercera persona o personas. El

niño/a es tratado como objeto sexual y como mercancía. La explotación sexual

comercial de la niñez constituye una forma de coerción y violencia contra ésta,

equivale al trabajo forzado y constituye una forma contemporánea de esclavitud”. En

este sentido es claro que la definición adoptada abarca la utilización de niños, niñas y

adolescentes como “objeto sexual” y que denota el comportamiento sexualmente

abusivo contra ellos y ellas, bajo condiciones de manipulación, coerción y violencia.

Se ha encontrado que en cualquiera de las formas o dinámicas bajo las cuales

suele presentare esta problemática, la población infantil y adolescente está expuesta

a innumerables riesgos y conlleva graves repercusiones físicas, sociales y

psicológicas en sus vidas. En respuesta a ello, nuestro país ha logrado avanzar

significativamente en materia legislativa sobre los derechos de las personas menores

de edad y ha dado pasos importantes hacia el establecimiento de sistemas para su

protección. Sin embargo, es claro que en el mundo cotidiano el comercio sexual

continúa siendo la realidad diaria de muchos niños, niñas y adolescentes,


demostrando de esta manera una deficiente aplicación de las medidas para atender

y detener el problema (Camacho y Trujillo, 2009).

Para Amar, Madariaga, de Castro, Rodríguez y Suarez (2006), el tema de la ESCI

no se ha explorado en profundidad en Colombia. Las razones van desde la negación

de la problemática (por moralidad), hasta la falta de recursos o de interés institucional

para estudiarla y eliminarla como práctica ejercida en contra del desarrollo de la

niñez y la adolescencia.

Para Amar y cols (2006), es un tema difícil de cuantificar, la realidad es que a una

gran cantidad de NNA se les está violando su derecho más básico: “el derecho a un

desarrollo integral” que comprende aspectos de salud, educación y protección por

parte del Estado. Ante esta situación es necesario recordar que los NNA no pueden

ser quienes impulsen estrategias a favor del cumplimiento de sus derechos, sino que

sus necesidades deben ser canalizadas por diferentes actores que identifiquen y

asimilen la realidad desde su propia perspectiva para analizar y buscar soluciones

dentro del contexto que origina, sostiene e impulsa las prácticas discriminatorias

hacia los menores.

Para Caro (2005), La ESCI y el abuso sexual son dos formas de violencia sexual

consideradas delitos, que se diferencian fundamentalmente porque en la ESCI las

niñas y niños son tratados como mercancía, ya que hay una transacción económica

donde ellos o una tercera persona o personas reciben una remuneración en dinero o

en especie. Los factores de vulnerabilidad más significativos relacionados con el

entorno próximo (familia, comunidad) son: el maltrato, la distancia emocional y


carencias afectivas, la soledad y el abandono, pero sobre todo, el abuso sexual por

parte de algún miembro de la familia o por alguien muy cercano. Ningún factor de

vulnerabilidad es tan fuerte para explicar el ingreso de las niñas y niños a la

explotación sexual comercial como la gran demanda tanto de los explotadores en

general como de los explotadores/cliente que pueden ser hombres o mujeres y que

son quienes posibilitan y alimentan la incorporación de niños y niñas a la ESCI. Para

prevenir la ESCI es indispensable hacer conciencia de los factores de vulnerabilidad

y los entornos de riesgo. Los efectos de la ESCI dependen de la unión de varios

factores, como el tipo y duración de la violencia vivida, la presencia de una figura

significativa, las fortalezas individuales y las respuestas de apoyo y ayuda que pueda

recibir tanto de su entorno cercano (familia, comunidad) como de las instituciones.

Según Caro (2005), En cuanto a las cifras sobre explotación sexual comercial

infantil en Colombia, es muy difícil determinar con precisión la cantidad de niños y

niñas explotados sexualmente de manera comercial, ya que en general ésta ocurre

en forma subterránea y clandestina. Las investigaciones estiman cifras que en

muchos casos son contradictorias y dificultan aun más dimensionar la problemática.

Las cifras que se presentan a continuación están todas referenciadas en la Ficha

País sobre Explotación Sexual Comercial Infantil en la Agenda Pública4.

Del mismo modos, Caro (2005), menciona que el censo realizado por la Policía

Nacional en 1997 muestra 4.477 mujeres menores de 20 años ejerciendo la

prostitución. Por otro lado, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia

(UNICEF) considera que 25.000 niños y niñas son victimas de ESCI, de los cuales

16.000 están entre los 8 y los 12 años. Esta cifra es similar a la de La Fundación
Renacer (1997), la cual considera que hay 20.000 niños y niñas explotados

sexualmente en Colombia. Por su lado, el Departamento Administrativo de Seguridad

(DAS) y la Policía Internacional (INTERPOL) estimaban en 1998 que había 35.000

niños y niñas explotados sexualmente en nuestro país. En cuanto a Bogotá, el

Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) según un informe publicado por la

revista Semana en el 2001, estima que existen 10.200 niños y niñas explotados

sexualmente en la capital, que es casi tres veces más de lo que se contabilizaba a

mediados de la década de los noventa. En cuanto a datos sobre pornografía infantil,

a la fecha Colombia cuenta con 109 denuncias ante la Dirección de Control y

Vigilancia del Ministerio de Comunicaciones.

A partir de la información presentada hasta el momento, el presente artículo tiene

como objetivo principal, determinar si existe relación entre haber sido víctima de

explotación sexual comercial y la deserción escolar, en adolescentes de 14 a 18

años, internas en el Centro de Protección Especializado para la Niña Adolescente

Kiwanis de la ciudad de Ibagué

Método

La presente investigación es descriptiva, ya que para dar cumplimiento al objetivo

principal del estudio, el cual es determinar si existe relación entre haber sido víctima

de explotación sexual comercial y la deserción escolar, en adolescentes de 14 a 18

años, internas en el Centro de Protección Especializado para la Niña Adolescente

Kiwanis de la ciudad de Ibagué. El diseño que se emplea en este trabajo, es no


experimental. Los resultados, se obtienen por medio de entrevistas

semiestructuradas y el desempeño académico que tengan las adolescentes que han

sido víctimas de abuso sexual infantil.

Participantes

La muestra está compuesta por 10 adolescentes entre los 14 y 18 años que han

sido víctimas de abuso sexual infantil, y en el momento, se encuentran en el Centro

de Protección Especializado para la Niña Adolescente Kiwanis.

Instrumentos

Se aplicó de manera individual una entrevista semiestructurada, tanto a las

adolescentes que actualmente se encuentran en el Centro de Protección

Especializado para la Niña Adolescente Kiwanis (ANEXO 1), como a sus padres

(ANEXO 2); dichas entrevistas, fueron llevadas a cabo por los investigadores, y, para

identificar la relación existente entre la ESCI y la deserción escolar en las

adolescentes. Por otro lado, se tuvo en cuenta el desempeño académico de cada

una de las participantes evaluadas, según lo comunicado por sus padres, después

de haberse presentado el abuso en las adolescentes.

Procedimiento

Se escogieron 10 niñas, del Centro de Protección Especializado para la Niña

Adolescente, quienes han sido víctimas de abuso sexual infantil; dicha selección se
realizó, teniendo en cuenta las historias de las adolescentes; se solicita previa

autorización tanto a las adolescentes (ANEXO 3), como a sus padres (ANEXO 4), y

de igual modo, se solicita permiso a cada uno de los defensores de familia del ICBF,

quienes tienen la responsabilidad de garantizar los derechos de las adolescentes,

para de este modo, poder llevar a cabo la investigación. Tanto las adolescentes,

como los padres, contestaron la entrevista semiestructurada elaborada por los

investigadores. Por otro lado, se solicitó a los padres de las adolescentes, que

comentaran, cómo era el desempeño de las adolescentes antes y después de

haberse presentado el abuso sexual a sus hijas.

CATEGORIAS DE ANALISIS:

LAS VARIABLES INVOLUCRADAS EN EL ESTUDIO Y OTRAS EMERGENTES


EN LOS DATOS, SE ANALIZAN DE ACUERDO CON LAS SIGUIENTES
CATEGORÍAS (ESCRIBIR UNA PEQUEÑA INTRODUCCIÓN). Este es un ejemplo
de esquema, la idea es que lo hagan muy sintético y de todas las categorías que van
a presentar luego en los resultados con datos de frecuencia.

VARIABLE CATEGORÍAS DIMENSIONES INDICADORES


Abuso sexual ¿?????
Relación Perspectiva de Adecuada Buena
psicosocial padres- padres comunicación
adolescentes Etc. Etc. Etc. (de
acuerdo con los
datos recogidos)
Inadecuada
Limitada
Perspectiva de Adecuada
adolescentes inadecuada
limitada
Desempeño Según Alto Por encima de 4,0
académico calificaciones
Medio

Bajo

Según percepción
de padres

Resultados

De acuerdo a la información suministrada sobre la relación entre las adolescentes

y sus padres, se pudo evidenciar que el 40% tanto de adolescentes como de los

padres, reportan que la relación psicoafectiva (comunicación, pautas de crianza,

ejercicio de la autoridad en el hogar), es adecuada, mientras que un 60% de los

padres reportaron que la relación es inadecuada. En relación a las participantes un

20% manifiesta tener una relación limitada con sus familiares más cercanos y el

40% restante, expone que la relación es inadecuada para su óptimo desarrollo ya

que no hay una buena comunicación, son ofendidas o maltratadas.

Las adolescentes tienen clara la razón por la cual se encuentran en la institución,

al igual que los padres, solo un 10% de ellos desconocen del porque sus hijas están

allí.
En cuanto a lo académico, un 60% de los padres y adolescentes reportaron que

antes de lo sucedido, el desempeño era bajo, incluso el 40% de las participantes, ya

estaban desescolarizadas. El 40% restante de padres y participantes, manifestaron

lo contrario, es decir, académicamente obtuvieron buenas notas y su comportamiento

era bueno. De igual modo, el 100% de las evaluadas, describieron su

comportamiento como bueno antes de los hechos, pero el 60% de los padres

refirieron que su hija se comportaba de manera adecuada, acatando órdenes,

mientras que el otro 30% de los padres evaluados, manifestaron que sus hijas no

obedecían las órdenes que ellos les daban. Así mismo, el 10% restante de los

padres comentaron que el comportamiento de su hija era normal, acorde a su

desarrollo.

Así mismo, cuando se pregunto a las adolescentes sobre si tenían motivación para

seguir estudiando, teniendo en cuenta el haber abandonado el colegio a raíz de lo

ocurrido, el 100% de las adolescentes contestaron que tenían motivación para seguir

estudiando, principalmente por su familia, y por ser alguien en la vida. Igualmente, el

50% de los padres expusieron conocer la motivación de sus hijas para volver a

estudiar y de esta manera salir adelante y ser alguien en la vida, el 30% de los

padres, creen que sus hijas no tenían motivación ya que no les gusta el estudio, otro

10% de los padres comentaron que sus hijas, no tienen ninguna motivación, ya que

desde su parecer, sus hijas salen y volverán a la explotación sexual comercial y el

10% restante de los padres, dijeron que internaran a sus hijas, ya que no se quieren

hacer cargo de la educación de sus hijas.


Finalmente, el 100% de las adolescentes tienen proyectos para su futuro, tales

como estudiar Veterinaria, Diseño Gráfico, Ingeniería Química, entre otras, para de

esta manera brindar un mejor bienestar a sus familias. Por parte de los padres, se

evidencia que el 40% no les ofrecerán ningún tipo de protección a sus hijas. El otro

60% de los padres, comentaron que le brindarían la protección necesaria, para que

sus hijas salgan de este percance.

A manera de conclusión, se puede decir que las participantes se encuentran en un

óptimo estado psicológico ya que al ser conscientes de la situación por la que

pasaron, reportan, principalmente, sentirse motivadas para continuar con sus vidas,

es decir, tienen deseo de crecimiento, no sólo a nivel personal sino también

profesional, esto se puede corroborar con la disposición que tuvieron las

adolescentes en el momento de la aplicación de la entrevista. Sin embargo dicha

motivación puede verse alterada por parte de algunos de los padres, quienes

mencionaron no continuar apoyando a sus hijas, lo que podría ocasionar una

reincidencia por parte de las adolescentes en la explotación sexual comercial, lo que

conlleva a que se estarían vulnerando los derechos de las adolescentes.

Discusión
De acuerdo a la revisión teórica trazada en la presente investigación y los

resultados obtenidos a partir de las entrevistas semiestructuradas a las adolescentes

entre 14 y 18 años y sus padres, se evidenció lo planteado por algunos autores como

Besharov (1987), en donde demostraron que los niños víctimas de ESCI pueden

presentar problemas conductuales y académicos en la escuela entre otros.

Los resultados obtenidos de las entrevistas hechas a los padres y a las

adolescentes nos llevan a decir que sí existe una relación significativa entre las dos

variables, como también nos abren la puerta a otras variables como por ejemplo que

las adolescentes entre los 14 y 18 años de edad, en el Centro de Protección

Especializado para la Niña Adolescente Kiwanis de la ciudad de Ibagué, tienen

relaciones con padres y familia extensa que se denotan en la mayoría de los casos

limitada e inadecuada, confirmando lo que postula Caro (2005), en el aspecto de la

vulnerabilidad social relacionado con el entorno próximo (familia, comunidad) en las

NA que son abusadas.

Por otra parte, el 60% de las adolescentes y los padres reportan que su

desempeño académico ya era malo antes de la ESCI y sólo el 40% tanto de padres

como de adolescentes, reportan buenas notas aunque, estas notas si se vieron

comprometidas subyacentemente a raíz del suceso del abuso sexual, lo cual generó

bajo desempeño escolar, y/o deserción escolar. Como lo postulan Hood, daCosta y

Akman (1991) cuando afirman “…estos niños y niñas pueden presentar problemas

conductuales y académicos en la escuela…”


Se considera que hay más incidencia del cambio en el comportamiento de las

adolescentes antes de la ESCI el 100% reporta que se portaban bien acataban

órdenes y que seguían las reglas en el hogar además que su rendimiento académico

era bueno, pero a la hora de realizarle la entrevista a los padres se pudo observar

que difiere de este porcentaje ya que solo el 60% de los padres manifestó buen

comportamiento en las adolescentes con un rendimiento “normal”, es decir bueno. El

30% manifestó mal comportamiento en general y el 10% habló de un

comportamiento normal y conforme a su edad, en donde podemos observar que

aunque difiere de los resultados obtenidos en otras investigaciones se observa a

continuación un cambio negativo en el comportamiento de la adolescente. Donde

observamos que después de la ESCI el 100% de las adolescentes y el 90% de los

padres reportan un cambio negativo en el comportamiento, el otro 10% de los padres

no reporta cambio alguno en sus hijas.

Con respecto a los proyectos y motivaciones de las adolescentes, el 100% quiere

retomar el colegio, y tienen proyectos para su vida como llegar a realizar una

profesión y tener familia, aunque se evidencia que estos proyectos en las

adolescentes hasta ahora se están estructurando, al preguntarle a los padres

podemos afirmar que el 50% de estos creen que sus hijas pueden salir adelante y

retomar el colegio, el 30% creen que sus hijas no tienen motivación ni que retornaran

al colegio. El 10% creen que sus hijas no tienen motivación ni que retornaran al

colegio porque están seguros que volverán a la ESCI, para terminar el 10% de los

padres han abandonado sus hijas dejándolas a cargo del ICBF.


A lo que se refiere a las conductas de protección por parte de los padres hacia sus

hijas siendo esta la más variada, solo el 40% de los padres por iniciativa propia

entregaron a sus hijas en protección del ICBF quien después puso en protección a

las adolescentes en el Centro de Protección Especializado para la Niña Adolescente

Kiwanis, el 10% buscaron ayudas externas en equipos psicosociales de diferentes

instituciones, 10% niegan la conducta de sus hijas, otro 10% permitieron y apoyaron

la conducta, otro 10% de los mismos se despreocuparon de dichas conductas y el

otro 10% manifiestan que estas conductas son normales por ultimo un 10% opto por

el abandono de sus hijas. Para terminar el 60% reporta que apoyaran a sus hijas y el

otro 40% no ofrecieron apoyo a las adolescentes ya que las mismas reportan

distanciamiento emocional, y abandono.

Finalmente el 60% reporta que apoyaran a sus hijas y el otro 40% no ofrecieron

apoyo a las adolescentes ya que las mismas reportan distanciamiento emocional, y

abandono. Se puede decir que este 60% tiene más probabilidad de no volver a ser

víctimas ni de abuso ni tampoco de explotación sexual y con una alta probabilidad de

retomar el colegio para llegar a ser bachiller. El otro 40% serán más vulnerables a

volver a ejercer la explotación y a no retornar a las instituciones educativas

Conclusión

Se evidenció que el haber sido víctimas de abuso sexual, desencadeno un cambio

negativo en diferentes áreas como lo postulan Hood, daCosta y Akman (1991) y

Beitchman, Zucker, Hood, daCosta, Akman y Cassavia (1992), donde “…estos niños
pueden presentar problemas conductuales y académicos en la escuela…”. Y desde

esta definición se confirma que hay una relación entre el Abuso Sexual Comercial y

la Deserción Escolar, dándonos como resultado que las adolescentes que han sido

abusadas y/o han sido víctimas de la explotación sexual comercial, han tenido y

mantenido un nivel escolar bajo que posteriormente las conlleva a la deserción

escolar. La OIT (2002) postula que estar fuera del sistema educativo es un factor de

riesgo y es una característica de la mayoría de las víctimas de explotación sexual

comercial porque los sistemas educativos enseñan, transmite información y permite

construir conocimientos propios. Promoviendo el poder para tomar decisiones que

les beneficien y que no signifiquen un riesgo para su desarrollo integral; además

contribuyen con el diseño de un proyecto de vida, orientado a la satisfacción y el

bienestar personal, basado en el conocimiento adquirido y construido, enfocándonos

en el área conductual y académica.

Las niñas que tenían un alto desempeño académico antes del hecho presentan

una disminución significativa en su desempeño y posteriormente presentar deserción

escolar; podemos afirmar que estos menores pueden ser llevados, como postula la

IPEC en el proyecto “Contribución a la prevención y eliminación de la explotación

sexual comercial de personas menores de edad en Centroamérica, Panamá y

República Dominicana” (2002), a repetir el ciclo de la pobreza, pues quienes no cuentan con

estudios tienen escasas posibilidades de obtener un buen trabajo y un salario que les permita satisfacer

sus necesidades básicas, sus deseos y aspiraciones. A esto se le suma la relación con los

perfiles de vulnerabilidad y los problemas sociales ya que los mismos promueven a

estas prácticas; además de la poca preparación de los padres en pautas de crianza,


y que en la mayoría de los casos son gente de bajos recursos y tienen pocas

oportunidades con respecto al ofrecimiento de oportunidades a estas jóvenes,

además de la falta de conciencia de padres y aquellos que compran los servicios de

las adolescentes explotadas sin pensar en las consecuencias sobre la sociedad y

sobre las vidas de las mismas. Adicionalmente a esto se le suma que estas jóvenes

no tienen un proyecto de vida estructurado y la incapacidad de pensar a futuro ya

que dichas jóvenes reportan que viven el momento.

Finalmente, se puede concluir QUE la deserción escolar y los problemas de

abuso llevan a repetir ciertos ciclos como los son el del maltratador u abusador

además de la influencia que tiene esta deserción en el ciclo de la pobreza, pues

quienes no cuentan con estudios continúan con escasas posibilidades de obtener un

buen trabajo y un salario que les permita satisfacer sus necesidades básicas, sus

deseos y aspiraciones.

Referencias

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estrategias para su prevención. Medicina Universitaria; 2(8), 184-90.

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ANEXO 1:

ENTREVISTA A ADOLESCENTES QUE HAN SIDO

VICTIMAS DE ABUSO SEXUAL INFANTIL

Edad. Escolaridad.

1. ¿Cómo es la relación entre usted y sus familiares? (relación

psicoafectiva, comunicación, pautas de crianza, ejercicio de la autoridad

en el hogar)
2. ¿Tiene conocimiento por el cual usted se encuentra en este lugar?

Si No

Porque:

3. Describa su desempeño académico antes de lo ocurrido:

4. Describa su comportamiento antes de lo ocurrido:

5. ¿Ha visto cambio en su desempeño académico después de lo ocurrido?

Si No

Cuál:

6. ¿Ha visto cambio en su conducta después de lo ocurrido?

Si No

Cuál:

7. ¿De quién ha recibido ayuda después de lo ocurrido?

8. ¿Qué tipo de ayuda recibió?

9. Teniendo en cuenta el haber abandonado el colegio, ¿tiene algún tipo de

motivación para regresar a estudiar?

10. ¿Qué proyectos tiene para su futuro?


ANEXO 2

ENTREVISTA A PADRES DE ADOLESCENTES QUE HAN SIDO

VICTIMAS DE ABUSOS SEXUAL INFANTIL

Nombre completo. Edad.

Escolaridad. Ocupación.

Nombre del conyugue Edad.

Escolaridad. Ocupación.

Dirección.
1 ¿Cómo es la relación entre usted y su hija? (relación psicoafectiva,

comunicación, pautas de crianza, ejercicio de la autoridad en el hogar)

2 ¿Tiene conocimiento por el cual su hija se encuentra en este lugar?

Si No

Porque:

3 Describa el desempeño académico de su hija, antes de lo ocurrido:

4 Describa el comportamiento de su hija, después de lo ocurrido:

5 ¿Ha visto cambio en el rendimiento académico de su hija después de lo

ocurrido? Si No

Cuales:

6 ¿Ha visto cambio en el comportamiento de su hija después de lo

ocurrido? Si No

Cuales:

7 ¿Cómo manejó la situación del abuso de su hija? (que hizo ante esta

situación)
8 ¿Qué tipo de ayuda le ha brindado usted a su hija, después de lo

ocurrido con ella?

9 ¿Cree usted que su hija, al haber abandonado el colegio, tiene algún tipo

de motivación para regresar a estudiar?

10 ¿Qué factores de protección, estaría dispuesto a brindarle a su hija

ahora?

ANEXO 3

CONSENTIMIENTO INFORMADO A ADOLESCENTES

Yo, _____________________________, identificado con cédula de ciudadanía número


________________de __________, actuando en mi calidad de representante legal del
menor ______________________________, con TI___________________________ de
_____________ y de acuerdo con el manifestamos a ustedes nuestra aceptación y
participación en el trabajo investigativo
____________________________________________ que ha sido explicado y entendido
por mi y por mi representado y cuyas condiciones generales me han sido aclaradas.

Tengo pleno conocimiento de la investigación en la cual mi representado participara,


adicionalmente, entiendo que toda la información concerniente a mi evaluación y
tratamiento, incluyendo cualquier grabación de audio, video o reporte escrito, entrevista y
documentos, son confidenciales y no serán divulgadas ni entregadas a ninguna otra
institución o individuo sin mi consentimiento sino que serán utilizados para enriquecer la
investigación.

Autorizo a los Psicólogos practicantes para que consulten mi caso e información otorgada
con otros profesionales o terceros expertos, o remitirlo a consulta con especialista para
brindar la mejor recolección e interpretación de mis datos en los cuales no aparecerá
ninguna información personal.

Adicionalmente, reconozco que la información que le brindamos mi representado y yo a los


Psicólogos Practicantes es verdad y corresponde a nuestra realidad, ya que sobre dicha
información se plantean las interpretaciones de la propuesta investigativa

También conozco que las decisiones sobre la continuidad o suspensión de las actividades
programadas por los Psicólogos practicantes para la recolección de datos y su posterior
interpretación son tomadas por mí.

En forma expresa manifestamos a ustedes que hemos leído y comprendido íntegramente


este documento y en consecuencia aceptamos su contenido y las consecuencias que de él
se deriven.

He leído, comprendido y accedido a lo anteriormente mencionado.

Nombres y Apellidos:
_______________________________________________(Representante)

Nombres y Apellidos:
_______________________________________________(Representado)

_____________________________ ____________________________
FIRMA FECHA
CC No

_____________________________ ____________________________
FIRMA FECHA
TI No
31

ANEXO 4

CONSENTIMIENTO INFORMADO A PADRES

Yo, _____________________________, identificado con cédula de ciudadanía número


________________de __________, manifiesto a ustedes mi aceptación y participación en el
trabajo investigativo ____________________________________________ que ha sido
explicado y entendido por mi y cuyas condiciones generales me han sido aclaradas.

Entiendo que toda la información concerniente a mi evaluación y tratamiento, incluyendo


cualquier grabación de audio, video o reporte escrito, entrevista y documentos, son
confidenciales y no serán divulgadas ni entregadas a ninguna otra institución o individuo sin
mi consentimiento sino que serán utilizados para enriquecer la investigación.

Autorizo a los Psicólogos Practicantes para que consulteN mi caso con otros profesionales o
terceros expertos, o remitirlo a consulta con especialista para brindar la mejor recolección e
interpretación de mis datos en los cuales no aparecerá ninguna información personal.

Adicionalmente, reconozco que la información que les brindo a los Psicólogos Practicantes
es verdad y corresponde a mi realidad, ya que sobre dicha información se plantean las
interpretaciones de la propuesta.

También conozco que las decisiones sobre la continuidad o suspensión de las actividades
programadas por los Psicólogos practicantes para la recolección de datos y su posterior
interpretación son tomadas por mí.

En forma expresa manifiesto a ustedes que he leído y comprendido íntegramente este


documento y en consecuencia acepto su contenido y las consecuencias que de él se
deriven.

He leído, comprendido y accedido a lo anteriormente mencionado.

Nombres y Apellidos: __________________________________________________

________________________________ ____________________________
FIRMA FECHA
CC No
32

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