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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE

HONDURAS EN EL VALLE DE SULA

DEPARTAMENTO DE BIOLOGIA

ASIGNATURA
BASES BIOLOGICAS DE LA EDUCACION

CODIGO: PA-114

CAUSA DE DISMINUCION DEL NUMERO DE


NEURONAS HACIA EL FINAL DE LA
ADOLESCENCIA.

PRESENTADO POR
ARNOL ROBERTO MORALES RIVERA
Cta. 20202000800

PROFESOR - TUTOR – ASESOR


LICDA. DELIA MARIELA MORENO CALIX

SECCION: 15:00

SAN PEDRO SULA, 22 DE JULIO DE 2020


El proceso de maduración cerebral neurodesarrollo empieza en la concepción y
continúa hasta la edad adulta. Dura aproximadamente 20 años.
Es un proceso ordenado por el que las distintas áreas van alcanzando la madurez,
siempre empieza por las áreas posteriores del cerebro y avanza hacia las
anteriores. El desarrollo estructural y funcional del cerebro sigue un patrón
universal que, en función de la edad cronológica, permite distinguir etapas:
primero el desarrollo anatómico prenatal, luego de la autonomía motora de 0 a 3
años, seguido del desarrollo del lenguaje y del conocimiento del entorno 3 a 10
años para culminar con el desarrollo de la identidad personal adolescencia.
Durante la adolescencia el crecimiento físico y la maduración corporal son más
evidentes y rápidos que en la edad escolar. Los órganos sexuales internos y
externos se desarrollan hasta alcanzar la capacidad reproductiva que les es
propia.
La conducta, las emociones, las relaciones sociales, la forma de pensar, también
van a sufrir un cambio espectacular.
El paso de la infancia a la edad adulta no pasa desapercibido. Podríamos decir
que los cambios son igual de llamativos que los que suceden en los tres primeros
años de vida, durante los cuales un bebé recién nacido y completamente
dependiente, pasa a ser un niño autónomo que camina, habla y no lleva pañal.
En ambas etapas los cambios vienen dados por el rápido crecimiento y cambios
corporales, que se corresponden con profundos cambios en la estructura cerebral.
En los 3 primeros años de vida, para poder alcanzar la autonomía física,
el cerebro aumenta de volumen engrosando su corteza a expensas de la
formación de redes neuronales. Esto incrementa el perímetro craneal que crece a
más velocidad que nunca.
 
En los años posteriores, de los 3 a los 10 años, el volumen cerebral sigue
aumentando pero a menor velocidad, al final de la infancia el cerebro ha
alcanzado casi su máximo tamaño. Aún crecerá un poco más en la adolescencia,
pero ahora los cambios son debidos a otros fenómenos que van a modificar
radicalmente su estructura.
Esto sucede porque es necesario que aparezcan nuevos circuitos y conexiones
que permitan sustentar el pensamiento analítico que caracteriza al humano adulto.
Hasta ahora el cerebro creaba circuitos para sustentar sus funciones más
necesarias: dotar de sentido a las percepciones, controlar la postura y la
manipulación, dominar el lenguaje y la comunicación. A partir de ahora debe
crear circuitos que le permitan tomar decisiones basadas en el análisis crítico de
cada situación. Se intuye que estos circuitos serán mucho más complejos, no en la
adolescencia el cerebro sigue perfeccionando sus capacidades cognitivas, la
memoria, el lenguaje, el aprendizaje complejo… aquellas habilidades que ya
domina y sigue utilizando consolidarán los circuitos que las sustentan. Las
dendritas y axones que los conforman formarán sinapsis uniones de comunicación
más rápidas, más maduras, que para ello se rodearán de mielina, una vaina que
acelera la comunicación. Las habilidades que no practique usarán menos los
circuitos que las sustentan y se «desharán» las uniones sinápticas en una especie
de poda de lo superfluo. Esto explica donde fueron mis conocimientos de latín y
mis clases de piano.
A la vez aparecen estos nuevos circuitos de las decisiones, más complejos, que
precisan de áreas cerebrales más extensas, y a veces más alejadas, y que deben
conectarse entre sí. La sede principal de estos circuitos decisorios es la corteza
pre frontal, la que está en la parte más anterior del cerebro y por tanto la última en
madurar según el programa general establecido.

No todo es biología y genética, los seres humanos estamos continuamente


expuestos a influencias culturales y educativas, a la relación con los otros y
a nuestras propias decisiones.
Nuestra experiencia vital deja una huella persistente en nuestros circuitos
neuronales, una huella única e irrepetible que convierte esos circuitos en
específicos para cada uno de nosotros.
El cerebro adolescente es más vulnerable a las experiencias externas debido a la
inestabilidad que tienen sus circuitos, que están en cambio constante. Debe
afrontar cambios muy importantes y a veces se encuentra pendiente de un hilo, o
mejor pendiente de un circuito que está por consolidar.
Se espera del adolescente la transición desde la dependencia familiar a la
independencia social, y ello lo aprende a través de las relaciones interpersonales y
de grupo. Pero sus iguales están en las mismas condiciones.
Todo es nuevo y por estrenar, todo son cambios, impulsos, emociones, sin olvidar
el interés creciente por la actividad sexual.
La integración entre emociones y decisiones racionales aún no ha terminado de
madurar, la búsqueda de la identidad propia tampoco quién soy yo, cómo soy, qué
quiero hacer y lo que antes parecía seguro se percibe como cambiante.
En general, el cerebro femenino es más sensible a los matices emocionales y
busca la aprobación social. Su prioridad es ser aceptada, a través de las
relaciones de grupo busca agradar y gustar. Los estrógenos activan la liberación
de dopamina placer y de oxitócica apego, las conversaciones íntimas con sus
amigas fortifican estas relaciones sociales y la liberación de ambas sustancias en
el cerebro.
Por su parte, los chicos en general buscan el trato social sobre todo por el sexo y
el deporte. La testosterona favorece la liberación de la serotonina, que tiene un
papel importante en la regulación de la agresividad, y estimula la competitividad y
la independencia. Los chicos suelen ser también más temerarios porque confían
más en su capacidad de éxito que temen el riesgo de determinadas conductas.
Causas de disminución del número de neuronas

1. No desayunar. Cuando despertamos, luego de un ayuno de 6 a 8 horas,


el cerebro requiere energía para llevar a cabo todas las funciones, pero si no se le
brinda la adecuada cantidad de proteínas, vitaminas y nutrientes, se genera daño
estructural, lo que implica la muerte de neuronas por falta de energía y sobrecarga
de trabajo.

2. Estrés. El estrés mata neuronas, e incluso, evita que se formen nuevas en el


hipocampo. Según una investigación publicada en el Journal of
Neuroscience, el estrés agudo sólo permite la supervivencia de nuevas
neuronas tan solo por unos días.

3. Hipertensión. La presión sanguínea alta debilita las pequeñas arterias


del cerebro, lo que puede desencadenar daño neuronal.  Según un estudio de
la Universidad de Alabama, publicado en la revista Neurology, la pérdida
de neuronas está asociado con los problemas de memoria, especialmente
después de los 45 años, debido a la hipertensión.

4. No dormir bien. La falta de sueño por periodos prolongados acelera la pérdida


de células del cerebro. Además, dormir con la cabeza cubierta aumenta la
concentración de dióxido de carbono y disminuye el oxígeno, causando efectos
adversos a nuestro cerebro.

5. Fumar. Causa la disminución del tamaño cerebral y además de promover la


aparición del Alzheimer, un estudio de la Universidad de Northumbriarevela
que fumar origina la pérdida de memoria, lo cual se podría revertir al dejarlo.

6. Comer mucho y muy grasoso. El exceso de comida genera una circulación lenta
y poco oxigenada al cerebro. Además, un alto consumo de azúcar interrumpe la
absorción de proteínas y nutrientes necesarios para la creación de
nuevas neuronas.
Por otra parte, si nuestra dieta incluye demasiadas grasas saturadas y colesterol,
el cerebro se inflama, la función nerviosa se altera y la memoria de trabajo o
memoria inmediata se reduce, según un estudio publicado en la revista Journal of
Alzheimer's Disease.
Para prevenir daño neurológico y mantener las funciones cognitivas del cerebro en
buen estado, es importante hacer pequeños cambios diarios en tus hábitos,
debido a que pueden hacer una gran diferencia. Una dieta rica en antioxidantes
y ejercicio, son dos puntos a enfatizar.
Bibliografía

 Blakemore, S., & Frith, U. (2007). Cómo aprende el cerebro: las claves para
la educación. Barcelona: Planeta.

 OCDE. (2009). La Comprensión del Cerebro: El nacimiento de una ciencia


del aprendizaje . Santiago: UCSH.

 Pinel, J. (2007). Biopsicología. Madrid: Pearson Educación.


 Rosselli, M., Matute, E., & Ardila, A. (2010). Neuropsicología del desarrollo
infantil. México: Manual Moderno.

 Royal Society. (2011). Brain Waves Module 2. Neuroscience: Implications


for education and lifelong learning. London: Royal Society.

 https://www.psicoactiva.com/blog/40-causas-provocan-la-muerte-las-
neuronas-cerebrales/

 http://www.creces.cl/Contenido?art=1949
 https://www.solociencia.com/medicina/07041201.htm
 http://portal.oas.org/LinkClick.aspx?fileticket=QSVgfnifmNc%3D&tabi

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