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SEMINARIO DIOCESANO

“NUESTRA SEÑORA DE LA ESPERANZA”

TEMA: “LAUDATO SI’, RENOVACION DE


LA AMISTAD CON LA ENTERA CREACION

Teología de la creación
1er Bienio teológico
Lenin Castillo
1er Bienio teológico
Encíclica “Laudato si´”: Renovación de la amistad con la entera creación.

Introducción

En el principio la creación salió de las manos de Dios en estado de gracia, en la que todas las

creaturas convivían en completa armonía con el hombre colocado como corona de la creación. La

creación fue hecha para el hombre, por ende, Dios lo constituye como el custodio de la creación,

encargado velar y protegerla.

La creación es una libre acción de Dios que Crea por amor, y queriéndola llevar a su plenitud,

se ha fiado de la libertad del hombre, al contar con la libertad del hombre para llevar a cabo esta

plenitud Dios bien conocía la fragilidad de la libertad del hombre.

El hombre una ves preso del pecado por su caída rompe la relación con la creación, y deja de

ser custodio de la creación para convertirse en propietario de ella, ya no ve más la creación como

don de Dios. Esta noción de propiedad de la creación es el pensamiento que sigue influyendo en

las mentes de los hombres de nuestro tiempo, tiempo en que se explota la creación al punto de

destruirla y convertirla en un foco de riesgo para sí mismo.

En contra posición a este pensamiento esta el trabajo de un sin número de agrupaciones y

personas individuales, que se denominan como ecologistas, que por un lado procuran restituir en

algo esta destrucción de la casa común, pero que se constituyen en enemigas del mismo hombre,

creyéndose capaces de manipular la vida humana según la propia conveniencia o según las

pretensiones de ideologías deshumanizantes.


Ahora bien, dicho todo esto nos podemos preguntar, ¿Cuál es el camino para restaurar la

amistad del hombre con Dios, la creación, y consigo mismo?

Desarrollo

La triple ruptura del hombre con la creación, no ha significado una ruptura solamente a nivel

externo si no también interno en el hombre, haciéndole incapaz de descubrir su misión en la

creación, la vocación y fin con la que ha sido creado.

La sanación de esta ruptura encuentra su camino en una clave cristológica ya que Cristo

hombre y Dios perfecto, asumiendo nuestra naturaleza limitada hace conocer al hombre su

limitación ante la sabiduría infinita de Dios, reconduce al hombre al encuentro con Dios para que

lo deje de ver como su enemigo.

Estas relaciones se rompen en parte, porque los seres humanos “presumen tomar el lugar de

Dios y se niegan a reconocer nuestras limitaciones como creaturas”, una dinámica que nos lleva a

confundir el mandato de Dios para los seres humanos de “tener dominio” sobre la creación como

una licencia de explotación en vez de una vocación para “cultivar y cuidar de” el regalo de la

creación de Dios.

Al afirmar que la clave de la sanación de la ruptura es cristológica, lo hacemos a la luz de la

filiación divina ya que Cristo revela la paternidad de Dios, y esto lo hace precisamente con sus

discípulos, revelándoles la cercanía de Dios con cada creatura, como cada una de ellas es

importante a sus ojos: “¿No se venden cinco pajaritos por dos monedas? Pues bien, de ninguno de

ellos Dios se olvida” Lc12,6.


Jesús hace también la invitación al hombre no perder el asombro por la belleza de la creación,

y lo hace atreves de aquello que ya se habían acostumbrado, como en los campos en donde crece

la semilla, esto la hace a la vez con la intención de dirigir su pensamiento hacia el reino de Dios,

esto con la intención de recordar que el mundo como lo conocemos es perdedero pero que al final

todo se consumara en Cristo llegando todo a su plenitud.

Los evangelios muestran como Jesús vivía en perfecta armonía con la creación, no se muestra

como hombre alejado del mundo, sino que más bien vive en el mundo sin ser del mundo, pero

esto sin despreciarlo como lo hacen algunos pensadores que ven en el mundo algo negativo.

Pero esta relación de Cristo trasciende totalmente la fisicidad, en concreto lo hace en la

resurrección, que se hace presente en toda la creación, ejerciendo su señorío sobre ella,

restableciendo la paz en toda la creación, como ya lo afirma el antiguo testamento al referirse al

restablecimiento de una paz mesiánica:

"Serán vecinos el lobo y el cordero, y el leopardo se echará con el cabrito, el novillo y el

cachorro pacerán juntos, y un niño pequeño los conducirá. La vaca y la osa pacerán, juntas

acostarán sus crías, el león, como los bueyes, comerá paja. Hurgará el niño de pecho en el agujero

del áspid, y en la hura de la víbora el recién destetado meterá la mano. Nadie hará daño, nadie

hará mal en todo mi santo Monte, porque la tierra estará llena de conocimiento de Yahveh, como

cubren las aguas el mar." (Is 11, 6-9)

Los cristianos de nuestro tiempo corremos el peligro de reducir la vida cristiana al ejerció de

actos religiosos que son buenos y necesarios pero que no son capaces de trascender hasta una

dimensión ecológica de nuestra vida cristiana, inclusive se ha visto como extraño que se haya
tratado en el magisterio contemporáneo temas como el de la ecología, que se constituye como

unos de los temas de mayor interés en la sociedad actual.

Conclusión

Frente a los tiempos que corren, es necesario pasar del antropocentrismo a vivir en la amistad

con la creación, colocándonos en una justa relación con ella, sin anteponernos como propietarios

de una tierra que nos ha precedido y que nos ha sido dada como don de Dios para todos los

hombres.

Podemos rescatar tres puntos de la encíclica:

 Reconocer la naturaleza como un don de Dios para el hombre: Reconocer la

naturaleza como donde Dios nos ha de llevar a ser agradecidos ya que sin la

conciencia de la gratitud por el don de la creación o bien podemos destruirla o bien

podemos venerarla.

 Evitar el consumismo compulsivo: El consumismo es fruto del egoísmo del corazón

del hombre, que la vaciedad del corazón del hombre lo lleva a saciar su deseo de

plenitud, con objetos para poseer y consumir.

 Conversión interior: Cuando el hombre logra descubrir su fragilidad y curarla, podrá

reorientar toda su vida conjuntamente con toda la creación a la persona de Cristo, y en

virtud de esta reorientación, el hombre podrá entrar en una sana relación con todo lo

creado, no de otra manera sino solamente valorando la creación como don de Dios y
creado una íntima relación podrá encontrar la verdadera conversión integral de la

persona.

Estos puntos nos orientan a la persona de Cristo que nos invita a renovar nuestra relación con

la creación partiendo de la filiación divina como camino para restaurar la paz en la creación,

creación que llegara a la consumación en Jesucristo en donde está su origen y fin, esto también es

un llamado a trascender la visión corta que tenemos con respecto a la creación a ir más allá de un

consejo piadoso.
Bibliografía

catolic climet . (1 de 12 de 2015). Obtenido de catolic climet :

https://catholicclimatecovenant.org/files/resource/attachment/ResumendelLaudatoSie2809

926ElLaudatoSi27enAcciocc81n.pdf

panario, D. (08 de junio de 2016). laudato si . Obtenido de laudato si :

https://www.javeriana.edu.co/laudato-si/el-dialogo-juzgar/

Ratsinger, j. (s.f.). creacion y pecado . Tubinga : ciudad nueva .

Verdugo, F. (15 de septiembre de 2015). Perspectivas teológicas de la Laudato Si. Buenos Aíres :

Universidad de Chile.

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