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Primer Congreso de Damas en Arequipa – Perú: “Asumiendo el Reto”

¿PODEMOS CORREGIR A NUESTROS ESPOSOS?


 
Para poder desarrollar este tema debemos reconocer quiénes somos, cuál es nuestra posición
como mujeres y qué es nuestra labor. Nuestro esposo no es un hijo más para tratarlo como tal,
sino es la cabeza del hogar y como tal merece respeto. Ahora podremos ver cómo, cuándo y en
qué momento podemos corregir a nuestro esposo, porque ellos no son perfectos. Se equivocan
así como nosotras fallamos a diario.
 
1. Primeramente reconociendo mi posición. Gn 2.21-24
La mujer no fue tomada de la cabeza del hombre para dominarlo, ni de su pie para ser
pisoteada por él, sino que ésta creación magnifica del Omnipotente fue tomada de la
costilla del hombre, cerca de su corazón para ser amada y protegida por él.
Cuando Dios nos creó solamente tenía una cosa en mente: proveer una ayuda dispuesta
y suficiente para el hombre. Gn. 2.18.
Y no debemos olvidar la jerarquía de autoridad establecida por Dios. En primer lugar va
Dios, luego el hombre, luego la mujer y los hijos.
Yo debo tratar a mi esposo con sumisión y respeto. Ef. 5.33 elévalo entre otras
personas, admira lo positivo de él, habla de una manera respetuosa de él.

2. Cuándo, dónde, y cómo debo intercambiar ideas con la cabeza del hogar.
Generalmente cuando queremos corregir, terminamos criticando. Es ahí donde debemos
tener cuidado.
Te preguntarás ¿Cómo debo hacerle llegar mis inquietudes o las cosas que me molestan
de él? El secreto está en tener una buena comunión con Dios.
Debo examinarme a mí misma. Debo tener un compromiso con Dios: siendo ejemplo,
haciendo mi devocional, pasando tiempo en oración. Porque diariamente estamos en
una guerra espiritual. Cuando estemos practicando éstas cosas nos será mucho más
fácil poder comentar cosas en las que ellos están fallando, porque sabemos que para
Dios no hay nada imposible y Dios nos dará las palabras sabias par hablar con ellos.
Pero recuerda hermana que a los hombres no les gusta reconocer que fallan. Seamos
sinceras. Pero para eso nosotras tenemos que pedir el poder del Espíritu Santo.
Nos cuesta tocar algunos temas con ellos como por ejemplo: sobre el dinero, la
disciplina con los hijos, su enojo y el no pedir perdón, de las veces en las que él no es un
líder espiritual, cuando no ves su liderazgo, etc.
Muchas veces tememos cómo van a reaccionar y nos callamos, pero no debe ser así
hermanas estamos ahí para intercambiar ideas. Tú debes tenerle confianza si dices que
le amas y sabes que él te ama él va hacerlo. 2 Ti. 2.25

3. Qué nos dice la palabra de Dios al respecto.


Que debemos honrar a nuestros esposos siendo la ayuda idónea que Dios nos manda,
pero:
a. No criticándole.
b. No buscando fallas en todo.
c. Siendo amables y dulces con ellos.
d. No siendo demasiado frágiles, ni caprichosas.
e. No siendo descontentas, no poniendo mala cara.
f. Esto no lo digo yo está en la palabra de Dios y como hijas de Dios nos queda
obedecer.

“Cómo corregir a mi esposo” - Por hermana Asunta Tubillas. 1


Primer Congreso de Damas en Arequipa – Perú: “Asumiendo el Reto”

4. Hay consecuencias.
Si no actuamos correctamente vamos a lastimar el espíritu de nuestro esposo, porque
nuestro esposo no es un hijo más sino que es la cabeza del hogar.
A veces queremos mandar e ir con el modernismo, pensando que podemos liderar el
hogar. Pero la palabra de Dios nos dice lo contrario y si desobedecemos Dios nos va a
disciplinar. 
Dios les ha dado a ellos funciones diferentes a las nuestras. Tengamos cuidado.
En conclusión: No es nuestro deber corregir a nuestros esposos. Dios se va a encargar
de ello, pero si podemos hacerle llegar nuestras inquietudes e incomodidades. A tu hijo
sí corrígele. A tu esposo ámale, respétale, cuida de él y el hará lo mismo contigo.

“Cómo corregir a mi esposo” - Por hermana Asunta Tubillas. 2

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