Está en la página 1de 3

No habrá más penas ni olvido

1) Investigá en qué consistió el conflicto entre la “derecha y la izquierda peronistas”.


* ¿A qué sectores representaban cada una de las fracciones?
* ¿Cómo era el contexto político argentino entre 1973-´74?
Citá las fuentes de donde obtuviste la información

2) Ubicá a los siguientes personajes en uno de los dos grupos y realizá un breve caracterización
de cada uno de ellos: Rubén, Mateo Guastavino, Suprino, Ignacio Fuentes, Reinaldo, Guzmán,
Cabo García, Morán,  Comisario Llanos, Cerviño,  Juan, Guglielmini.

3) En la historia argentina hay dos hechos importantes que están íntimamente vinculados a la
novela. Elegí uno de los dos, investigalos y explicá porqué están relacionados con la obra de
Soriano.
A-La masacre de Ezeiza.
B-La retirada de Los Montoneros de la Plaza de Mayo.

4) “Si yo nunca me metí en política, siempre fue peronista”. Explicá esta frase teniendo en
cuenta lo que significa culturalmente para el personaje -que representa a una parte importante
de la sociedad-. Mateo Guastavino

5) ¿Qué significa “Viva Perón” cuando uno se lo dice al otro y ambos se enfrentan?

6) ¿Qué significa que “al final, “va  a ser un día peronista”?


 
7) Elaborá una crítica de la película y de la novela. (No se trata de decir si te gustó o no sino qué
te aportó cada uno de los formatos) qué te transmitió

8) Determina qué tipo de narrador ha sido utilizado y explica la elección con fragmentos del
libro.

Con Perón exiliado, el peronismo triunfó en las elecciones de 1973. Sin embargo,


tras esas elecciones los peronistas se dividieron en dos grupos, los montoneros”,
alineados con la izquierda, y los “justicialistas” alineados con el sector más
conservador. Ambas facciones se enfrentaron, literalmente, en más de una ocasión
dando lugar a enfrentamientos a veces tan dramáticos como la masacre de Ezeiza,
que ocurrió el día en que Perón regresaba a Argentina del exilio.

La trama de No habrá más penas ni olvido se sitúa en un pueblo ficticio llamado


Colonia Vela, y el comienzo no puede ser más directo: un comisario le advierte a
Ignacio Fuentes, el delegado municipal, que lo van a acusar de tener infiltrados -un
eufemismo para referirse a los comunistas-, y entre esos acusados de infiltrados
está Mateo Guastavino, un amigo de Ignacio. Así pues, Ignacio es conminado a
depurar o “normalizar” los hombres a su cargo, pues es una orden superior. Ignacio
no da crédito a lo que escucha, pues si han acusado a su amigo Mateo eso significa
que pronto lo acusarán también a él, algo que terminará sucediendo y que
sencillamente no entiende, pues se considera un peronista incontestable, de
primera línea, que ha probado sobradamente su lealtad, perplejidad que Osvaldo
Soriano concentra en una sola frase de forma genial cuando Fuentes dice aquello
de: “yo nunca me metí en política: siempre fui peronista”.
Sin embargo, Ignacio Fuentes no se arredrará: va hasta su casa en busca de un
arma, se atrinchera en la comisaría con un par de hombres y decide enfrentarse, no
se sabe si por heroísmo o por pura terquedad, al comisario Llanos y a toda su
cuadrilla. De esa forma, un tanto esperpéntica, se iniciará en el tranquilo pueblo de
Colonia Vela, poco acostumbrado a los sobresaltos, una auténtica batalla campal
que irá degenerando y subiendo de temperatura conforme la historia avanza.
Ambos bandos se acusarán recíprocamente de deslealtad y traición. Hay una escena
bastante notable en este sentido en la que Fuentes y Llanos se intercambian una
serie de mensajes escritos que terminan en ambos casos con la frase “¡Perón o
muerte!”. Es de destacar que, en medio de todo este drama, Osvaldo Soriano utiliza
el lenguaje con una sutil ironía que a veces es capaz de arrancarnos una sonrisa,
como por ejemplo cuando Fuentes trata de mantener la lealtad de García, uno de
los hombres atrincherados con él, firmándole sucesivos ascensos. El esperpento de
la situación consiste en que nadie parece saber muy bien por lo que está luchando, y
lo que inicialmente podría haberse resuelto como un simple disputa, termina
alcanzando el paroxismo y convirtiéndose en un caos sin precedentes, una vez que
la locura colectiva se ha contagiado a todo el pueblo y en donde los bandos
oponentes son capaces de matar con un frenesí que nos parece absurdo, pues ni
siquiera se dispara por defender una ideología, sino por resistirse a ceder al empeño
del otro.
El ritmo trepidante con que está escrita esta novela hace que su lectura sea muy
sencilla y agradable. La introducción del humor, aunque sea negro, y una redomada
ironía, rayana a veces en el sarcasmo, hacen que este libro sea un auténtico goce
para el lector, si bien es cierto que la última parte de la novela alcanza momentos en
los que ese tono paródico se diluye en escenas de un dramatismo que llega a ser
brutal, con ejecuciones y torturas incluidas. La triste realidad que Osvaldo Soriano
nos refleja de un modo genial en No habrá más penas ni olvido es la del riesgo  de
la intolerancia y el peligro que conlleva de caer en el fanatismo más exacerbado. En
medio de todo eso, pese a que parezca imposible, Osvaldo Soriano parece sentir una
enorme ternura por sus personajes, incluso al final, cuando todo parece que va a
resolverse con la llegada del ejército, premonición esta que acabaría por suceder en
la realidad, y con una frase final con la que el autor parece querer cerrar la novela
con una especie de guiño simpático, cuando uno de los personajes mira al cielo y
comenta el buen día que hace, y añade “un día peronista”

7) La siguiente frase es del autor, explicala,  buscá su biografía y el momento histórico- político
al que se refiere (Citá las fuentes. Importante: no es “copiar y pegar” y la información no
pueden ser ni Widipedia, ni Maringa ni Rincón del Vago).
“Escribí No habrá… en 1974… ¿qué era eso de que Perón bautizara como peronistas a
quienes no lo eran y echara peronistas que sí lo eran? Todo esto, que tiene
explicaciones políticas, a mí me parecía siniestro. Y decidí trabajarlo en un pequeño
pueblito como Colonia Vela”.

José Pablo Fienmann es filósofo y escribió en el prólogo la siguiente frase, explicala a partir de
lo leído en la novela: “Pareciera que hay “buenos” y hay “malos. Pareciera que el
problema moral está resuelto. Pareciera que los “malos” se quedaron con la victoria de
la batalla y los “buenos” con la pureza del alma. Pero hay algo demasiado incómodo.
Todos –“buenos” y “malos- creen en lo mismo, Luchan por un ideal que se resume en
un solo nombre. El de Perón, el del Ausente. Se trata, claro, de un guerra civil,  y en 
este tipo de guerras todos dicen luchar por la patria, por la “misma” patria.”
 Sólo a modo de guía, acá tenés algunas preguntas: ¿Quién y por qué está   “Ausente”? Sin no
pelean por la misma patria, ¿por qué patria pelea cada grupo?

9) ¿Qué significa la siguiente frase cuando el autor “nos ubica temporalmente en la novela”?
Tené en cuenta para la respuesta que es una metáfora de la vida política de la Argentina de
entonces.
“Los parlantes habían dejado de emitir las proclamas. Era la una de la tarde y todo el
pueblo se disponía a dormir la siesta”.
10) Realizá un resumen personal de la novela de entre 30 y 40 líneas aproximadamente
(Importante: no es “copiar y pegar”).

También podría gustarte