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UNIVERSIDAD ANDINA

“NÉSTOR CÁCERES VELÁSQUEZ”

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

TEMA:

RESUMEN “MIS MAESTROS, MIS AMIGOS”

PRESENTADO POR:

AGUILAR ARCE XIMENA

AREQUIPA – PERÚ

2021
MANUEL GONZÁLEZ PRADA
MANUEL GONZALES PRADA

Es para nosotros un gratísimo placer poder conversar por algunos minutos


con el culto público costarricense a través de las ondas amigas de la emisora
“la voz de la Víctor” a ella a sus directores gentiles temas que agradecer esta
brillante oportunidad que general mente nos brindan.

Hemos sido alta e inmerecidamente honrados con la presentación de que


hemos sido objeto alta e inmerecidamente honrados.

No pensamos mucho para escoger el tema de esta amable conversación


creíamos un deber al recordar a uno de los más prestigiosos escritores con que
cuenta américa Manuel Gonzales Prada ocupa sin lugar a dubitación peldaño
somero en el concierto literario de nuestra joven continente, su nombre su
prestigio inmaculado transmonto los líderes de su patria.

Trabajador incansable cual el autor de facundo hombre de avanzada cual


Martí ha dejado tras de sí la estela luminosa de su ejemplo de su vida,
solamente las generaciones que vinieron tras su huella rastreándolo pudieron
comprenderlo y asimilar el mensaje que encargaba su obra interpretando
exaltando su vida.

No solo es la obra lo que vivamente interesa en Gonzales Prada, su vida


sabiamente trazada en intensamente vivida corre paralela a su obra, no
bastaría por eso un análisis más o menos exhaustivo de su producción varia
para imbuirse de Gonzales Prada.

La obra en él es imagen de su vida, que se nos presenta con una claridad de


perfiles asombrosa es por eso necesario además de buscar en el hontanar de
sus obras acompañarlo a y través de su trayectoria cargada de pureza
honradez coraje.

Don Manuel pertenecía a familia aristocrática de notoria figuración española,


ante sus antepasados se contaban un paje de su majestad un secretario de
héroe de Lepanto.

La señorial de lima la ciudad de la misteriosa tapada colonial del cuartelazo


republicano fue testigo de la dicha que reino en un día de Reyes del año 1848
en el hogar opulento y conservador de los esposos Gonzales de Prada Ulloa y
Manuel Gonzales de Padre Ulloa creció en un Ambiente conservador.

De niño fue rebelde silenciosa algo tímido, tuvo en los perros sus mejores
compañeros de juegos aventuras.

Vivió 8 años apartado del tumulto de la ciudad capitalina ,ocho años convivio
en contacto íntimo con la naturaleza dedicado a la agricultura a la química a
su querida química .

Era Gonzales Prada hombre de elevada estatura de ojos azules tés rosada,
robusto arrogante esbelto gallardo, su porte era varonil concitaba ya la
atención de sus contemporáneos.

Llego el funesto 1879, el Perú viese envuelto en guerra que provocaba el


espíritu imperialista de una noción vecina hermana, hasta aquí podríamos
señalar una primera etapa de su vida del maestro, desde la Guerra del Pacífico
cambiaria, aunque involuntariamente su actitud lanzaría requerido por la
circunstancia a la política a la vida pública.

Terminada la lucha fratricida el Perú quedo en estado deplorable, la patria


sangraba la herida permanecía abierta, la moral se había perdido rosaba en el
suelo, los ánimos estaban decaídos, los espíritus sintiéndose humillados,
reinaba la confusión la congoja nadie atinaba a realizar obra.

Los militares que habían perdido la guerra debido a imperdonable imprevisión,


querían ganar para ellos la paz.

Gonzales Prada se propuso edificar sobre las ruinas levantar sobre los
escombros una patria nueva enseño hacer patria en esos instantes difíciles.

Escribe un artículo sobre la gesta epónima de Grau demuestra el valer del


soldado peruano.
Prada hizo de la tribuna en varias ocasiones hablaba y dejaba la impresión de
su enorme cultura talento, a través de sus palabras dejo al descubierto sus
ideas desde el estrado de Ateneo de Lima decía “quien escribe hoy desea vivir
mañana” debe pertenecer al día a la hora, al momento, en que maneja la
pluma.

Lanzaba sus dardos contra el purismo académico contra el purismo español


impugnaba la servil imitación de las formas ajenas los hombres de genio son
cordilleras.

Por aquel entonces tuvo victoria caso con una francesita Adriana de Verneiul
compartiría desde entonces su hogar. Ella sería la animadora de su obra. Dio
su discurso el 28 de julio de 1888 en el pilotéame fue cintarazo arrojado con
violencia flamígero llameante convirtió a Prada en un apóstol, analizaba la
situación por lo que atravesaba el país. No paso mucho tiempo sin que se lo
volviera a oír, nuevamente exponía don Manuel sus ideas valentía, ya lo decía
“el camino de la sinceridad no está circundando de rosas cada verdad salida
de nuestros labios concita un odio implacable cada paso en la línea recta
significa un amigo menos.

Gonzales Prada enarbola las banderas del partido la consigna propaganda


ataque, este mismo año Gonzales se retiraba del Perú explica el abandono que
hace del naciente partido diciendo que él no deseaba que ese joven movimiento
tomara un tinte caudillismo en vez del que debía ser un partido que se
asentase en principios ideas columnas graníticas de todo movimiento.

No fue un hombre de acción no paso de señalar errores criticar defectos


acusar demoler trajo por tierra todo el edificio carcomido de las instituciones
tradicionalistas, denuncio los vicios esta actitud se sintetiza en su conocida
prese “el Perú es un organismo enfermo donde se aplica el dedo brota el pus”

Dilatado tiempo permaneció Gonzales Prada en Francia concurría con


puntualidad a las clases que en el colegia de Francia que dictaba Renán
escribió como homenaje a su figura una semblanza de gran valor cantaba.
“región de libertad, yo te saludo, yo te saludo, generosa Francia que en la
sangrienta lid con la ignorancia fuiste la mano, el hierro el escudo.

En 1908 cual ráfaga esterilizante ve la luz su segunda obra en prosa, en ella


reunió sus más atrevidos combativos artículos. Horas de lucha, desencadeno
sobre Don Manuel nuevamente un huracán de odios, fue solicitado para varias
conferencias una ella titulaba “el intelectual y el obrero” delineaba las
relaciones entre ambos, encaraba el problema social decadente actualidad,
don Manuel continuaba escribiendo a veces en hojas volanderas no importaba,
el seguía haciendo obra de cuando en dejaba traducir anticlericalismo en
alguna conferencia o en algún periódico.

En 1912 el gran Don Manuel desempeñaba el primer puesto de importancia


de su vida él nunca había aceptado prebendas ,sucedía a don Ricardo Palma
en la dirección de la biblioteca nacional.

Nuevo ataque reiterado sufrió Prada se le acusaba de haber claudicado, el


mismo don Ricardo Palma lo atacaba Gonzales Prada no sabía enmudecer ni
hablar a media voz.

Mediante un golpe de mano militar el coronel Benavides se había apoderado


del gobierno, Prada había sido siempre antimilitarista.

Gonzales Prada lego un mensaje, las generaciones jóvenes lo han hecho sus,
Gonzales Prada lego un pendón de combate.

Don Manuel culto a su espíritu a su vida ellos es lo perdurable en su obra, no


importan algunas ideas con las cuales podemos no estar de acuerdo, hoy al
rendirle este desteñido tributo nos parece verlo alto, varonil, arrogante,
infundiendo respeto, enhiesto, gallardo.

Vemos destacarse descomunales caracteres con letras relucientes su frase


admonitora discutida tan actual, tan suya, tan nuestra: “los jóvenes a la
tumba los jóvenes a la obra”.
LOS OCHENTA AÑOS DE CARLOS COSSIO
LOS OCHENTA AÑOS DE CARLOS COSSIO

Alta e inmerecidamente honrados, decimos, por los conceptos asaz benévolos


que se han vertido y por ser don Abelardo Bonilla, figura de quilates en el
panorama intelectual costarricense, novelista afortunado y eximio
periodista, catedrático de nota, el que los ha propalado esta noche.

 Manuel González Prada ocupa, sin lugar a dubitación, peldaño cimero en el


concierto literario nuestro joven continente. Su nombre, su prestigio
inmaculado transmontó los linderos de su patria, el Perú, y se alinea junto a
un Martí, al lado de un Sarmiento, de un Hostos de Juan Montalvo. 

Con ellos comparte la veneración que América brinda, cumpliendo un deber de


alta justicia y reconocimiento a los verdaderos maestros, a los forjadores de
patrias nuevas, de nacionalidades vigorosas indefinidas .Trabajador
incansable cual el autor de Facundo, hombre de avanzada cual Martí, ha
dejado tras de sí la estela luminosa de su ejemplo, de su vida.

Toda una generación, inquieta y renovadora, lo reconoce como a un


maestro, lo honra como a un penate. Aquilata en él ,el desprendimiento con
que luchó denodadamente por una patria mejor, el tesón con que persiguió un
ideal. Reconoce lo rectilíneo de su vida y lo provechoso de su obra
perdurable. Solamente las generaciones que vinieron tras su
huella, rastreándola, pudieron comprenderlo y asimilar el mensaje que
encarnaba su obra, interpretando y exaltando su vida, dedicada por entero a
levantar el edificio sólido de la patria nueva.

No solo es la obra lo que vivamente interesa en Gonzales Prada.

 Su vida, sabiamente trazada e intensamente vivida, corre paralela a su


obra. Es necesario seguir paso a paso el transcurrir de ese egregio peruano.

La obra en él es imagen de su vida, que se nos presenta con una claridad de


perfiles asombrosa. Don Manuel pertenecía a familia aristocrática y de notoria
figuración en la Corte Española. Por cierto, que no olvidó traer entre su
equipaje recomendaciones de valor que le permitieron desempeñar destacados
puestos en la vida administrativa de las colonias hispanas. Combatió y derrotó
a las huestes patriotas que empuñaron en Huánuco, el año de 1812, las
armas para luchar por la independencia del Perú.

El año de 1829 expiraba y pasaba a mejor vida este acérrimo y leal


monarquita. Su hijo, don Francisco González de Piada y Marrón de
Lombera, vivió en plena época republicana. Fue un conservador
convicto, amigo del gobierno fuerte y caudillesco, aristocrático. La señorial
Lima, la ciudad de la misteriosa tapada colonial y del cuartelazo
republicano, fue testigo de la dicha que reinó un día de Reyes del año 1848 en
el hogar opulento y conservador de los esposos González de Erada y Ulloa.

Manuel González de Piada y Ulloa creció en un ambiente eminentemente


conservador, teñido de un fuerte color clerical. La vida de puerto influenció
seguramente en su espíritu. Durante su vida de colegial se había dedicado a
componer algunos dramas y a traducir versos del alemán y del inglés. Contra
él se estrelló Manuel y abandonó su carrera.

De cuando en cuando escribía algunos versos o componía una pieza


teatral. González de Prada inició la corriente de acercamiento a los liridas
alemanes. Heine, y Schiller, se contarían entre los que se avecinaron a
Prada. Y de vez en cuando unos versos, producto de su soledad, dejaban
entrever al poeta.

¿Manuel González de Prada y Ulloa? ¡No! había reducido su aristocrático


apellido. Manuel G. Prada se leía. Su Patronímico había desaparecido y
aquella insolente y atrevida partícula de fue enterrada para siempre por
Manuel. Alguien le pidió unos versos pai a su antología.

Prada como se le llamaría en adelante, apareció en ella ,definía se ya como


poeta delicado y musical. Negábase rotundamente a toda solicitud para actuar
en la vida pública. Era González Prada hombre de elevada estatura, de ojos
azules y de tez rosada.

El Perú víose envuelto en una guerra que provocaba el espíritu imperialista de


una nación vecina y hermana. Hasta aquí podríamos señalar una primera
etapa en la vida del maestro. Desde la Guerra del Pacífico cambiaría, aunque
involuntariamente, su actitud. Se lanzaría, requerido por las circunstancias, a
la política, a la vida pública.

Brindó, como oficial de elevada graduación todo su vigor y energías mozas a la


Patria herida. En este lapso fortificó su espíritu, retempló su carácter, plasmó
y dio forma a sus ideas, decidió su inclinación. Terminada la lucha fraticida, el
Perú quedó en estado deplorable. Nadie atinaba a realizar obra.

Se propuso edificar sobre las ruinas, levantar sobre los escombros una Patria
nueva. Enseñó a hacer Patria en esos instantes difíciles. Formó una auténtica
con ciencia nacional. Demuestra el valer del soldado peruano probado en mil
combates.

Previene a la Patria contra nuevos ataques, es el infatigable albañil que con su


verbo y su ejemplo construye, edifica, levanta toda una nueva estructura
nacional. «González Prada es el clarín que anuncia una nueva era en el
Perú. Lo encontramos laborando en el «Círculo Literario».

En él se reunía un grupo de jóvenes dispuesta regenerar la Patria. Amantes


amorosos de la literatura. La literatura que les interesaba era aquella que
desempeñaba un papel social en el momento aquél, vigorosa, henchida de
modernismo, calurosa de ideas jóvenes. Prada hizo uso de la tribuna en varias
ocasiones.

Si un autor sale de su tiempo, ha de ser para adivinar las cosas futuras, no


para desenterrar ideas y palabras muertas Este párrafo condensa una faceta
González Prada. Convirtiéndose en el gonfalonero del radicalismo literario. «In
útil resultaría la emancipación política, si en la forma nos limitáramos al
exagerado purismo de Madrid, si en el fondo nos sometiéramos al ‘Syllabus’ de
Roma». Ella es fuente de vida.

« Al espíritu de naciones ultramontanas y monárquicas prefiramos el espíritu


libre y democrático del siglo». Con él se abren nuevos horizontes a la literatura
peruana. Ella sería la animadora de su obra. Al hombre, a este puñado de
polvo que la casualidad reúne y la casualidad dispersa no le quedan más que
dos verdades, la pesadilla amarga de la existencia y el hecho brutal de la
muerte».

En este aspecto se impregnó del espíritu imperante del siglo XIX ,habíase
convertido ya en fanal orientador de ese «Círculo Literario».» Juventud pujante
lo reconocía y lo llamaba el Maestro.

 » Abanderado de un movimiento radical en la literatura, descollaba ya con


perfiles nítidos. »

Hombres nuevos serían los encargados de cumplida esa ardua misión


renovadora y constructiva.  Debían los conservadores dejar paso a las ideas
nuevas. «¡Que vengan árboles nuevos a dar flores nuevas i frutas nuevas! ¡Los
viejos a la tumba, los jóvenes a la obra!».  Fue la sentencia de Prada. »

» Continuaban rodeándolo sus amigos del «Círculo Literario» , nuevamente


exponía don Manuel sus ideas con valentía » .Nuevamente sería aclamado.»
Pero don Manuel sentaba su doctrina, mostraba su ideario. »

» Fue un hombre de afirmaciones categóricas.» Amigo de la posición vertical y


del camino rectilíneo, nunca buscó posiciones cómodas .Los que antes se
habían dedicado a la poesía, a la literatura en actitud a veces
soñadora, contemplativa, trocan su actitud primera e inician una activa
beligerancia cívica. » González Prada enarbola las banderas del partido. »

» En torno del Maestro se aprietan filas y surge la «Unión Nacional», el año de


1891.

 «Movimiento nacido del Círculo Litera rio» es el primer partido radical


peruano.» Ese mismo año González Prada se retiraba del Perú , explica el
abandono que hace del naciente partido, diciendo que él no deseaba que ese
joven movimiento tomara un tinte caudillesco en vez del que debía tener ser
un partido que se asentase en principios, ideas, columnas graníticas de lodo
movimiento y es que González Prada nunca fue político. »

» Su verbo, sus ideas, siempre fueron afirmativas. » Prada fue siempre un


literato. 

» Su actuación en la política fue contraria a su propia naturaleza. 

» De no ser así nunca habría formado un partido y hubiera fructificado en él


sólo la obra artística. »

» Prada fue siempre un literato.» No fue tampoco un hombre de acción.» No


legó tampoco un programa, un conjunto de ideas.

 »» Sin embargo, la obra de mayor trascendencia en Gonzales Prada es la


política. »

Su actitud rebelde, acusadora, denunciante, rectilínea, es la que se admira.»


Ella casi eclipso a la artística, desplazando al verdadero Prada.» Dilatado
tiempo permaneció González Prada Con Francia. En esta obra hacía gala de
una nueva ortografía. »

» Encontró su partido , la Unión Nacional , dividido . » La situación política del


país era anormal.

 » Prada alejóse del Partido, al apreciar que este no seguía la línea


impersonalista que él le había imprimido.» La Unión Nacional se apartaba del
maestro, tomaba otros rumbos. »
» De su pluma emergían versos y más versos.» Volvía a ser González Prada, el
poeta.» Su espíritu vibraba en cada línea, en cada estrofa.» En 1908, cual
ráfaga esterilizante, ve luz su segunda obra en prosa. »

» Horas de Lucha desencadeno sobre don Manuel, nuevamente, un huracán


de odios.» Pero Gonzales Prada era inmune. 

» Una vez más Prada de mostraba su fibra.»

Él no había nacido para la transacción frecuente en la política. »

Ya no lo rodeaban los poetas del «Círculo Litera rio» ni los políticos de la


«Unión Nacional». Cada día se acercaba más a los obreros, a los intelectuales
jóvenes.» Ellos participaban ahora en las tertulias en la casa de don Manuel.» »
Una de ellas titulaba «El Intelectual y el Obrero». 

» Vemos a González Prada evolucionando, poniéndose a tono con el minuto, el


segundo en que vivía.» Muchos jóvenes continuaban por su senda.» Cuantos
amanecieron a la literatura bajo el signo de González Prada, solían referirse al
Pueblo, con mayúsculas, cual, si fuera un nuevo mito», apunta Luis Alberto
Sánchez en su magnífica obra Don Manuel.» El seguía haciendo obra. »

Fue ésta la obra que siguió a la primigenia, en verso, manojos de versos


radiantes.» El poeta resucitaba.» 

«Orgullo con las frentes orgullosas, Bondad con las entrañas bondadosas

En 1912 don Manuel, el gran don Manuel, desempeñaba el primer puesto de


importancia de su vida. Sucedía a don Ricardo Palma en la dirección de la
Biblioteca Nacional ,nuevos y reiterados ataques sufrieron Prada. González
Prada no sabía enmudecer ni hablar a media voz.

Palma y Prada se situaban frente a frente. Y trabajaba con dedicación en su


escritorio de la Biblioteca Nacional. Prada había sido siempre
antimilitarista. En mayo de 1914, tres días después del atropello renunciaba
con nuevos bríos a la lucha como en sus mocedades.
Nuevamente su verbo acusador se dejó oír. Pero también nuevamente se le
rodeó, se le amordazó, se le hizo el vacío. El panorama político peruano
varió. Y Prada regresó a la Biblioteca Nacional.

El crítico venezolano, recientemente desaparecido, encumbraba al


apóstol, tendía pleitesía al hombre integérrimo, escribía sus versos. Manuel
González Prada yacía incite, inmóvil ,en el corazón de cada peruano un eterno
agradecimiento, un profundo respeto , una enorme admiración.

González Prada legó un mensaje. Las generaciones jóvenes cierran filas, se


agrupan bajo su sombra. González Prada legó el ejemplo de una vida
recta, pura.

Las generaciones jóvenes tratan de imitarlo.

Del maestro, de don Manuel, rendimos culto a su espíritu, a su vida. Ello es lo


perdurable en su obra. No importan algunas ideas con las cuales podemos no
estar de acuerdo, como en efecto sucede. No interesa que algunas ideas ya no
sean de aplicación en la época en que vivimos de violentas transformaciones.

«Los hombres de la nueva generación en González Prada admiramos y


estimamos como refiere Mariátegui, sobre todo, el austero ejemplo
moral. Estimamos y admiramos, sobre todo, la honradez intelectual, la noble y
fuerte rebeldía».
LOS OCHENTA AÑOS DE CARLOS COSSIO

Su obra capital , La teoría egologica del Derecho y el concepto jurídico de


Libertad , publicada en 1944 por la famosa editorial Losada, así como otros
libros y ensayos del autor, habían sido divulgados y leídos mayoría de los
cultores de la filosofía del derecho, generando adhesiones y discrepancias,
consecuencia lógica frente a la formulación de una tesis original .Por ello la
presencia de Cossio en los claustros sanmarquinos no pasó desapercibida y,
más bien, suscitó expectativa y encendidas discusiones, ávidas por la novedad
de la teoría egológica, su enfrentamiento a la teoría pura y el espíritu
apasionado y polémico de su creador.

Recordamos las intervenciones del profesor Cossio en la Comisión de


filosofía del derecho del Derecho de dicho Congreso Internacional, así como
el fructífero intercambio de ideas sostenido con Francisco Miró Quesada.

Nadie discute en los tiempos que corren que Carlos Cossio es el autor de
Filosofía del Derecho más conocido del del mundo hispanoamericano, sin
dejar de reconocer , por cierto , la extraordinaria calidad de ilustres profesores
latinoamericanos como García Maynes ,Recasens Siches ,Miguel Reale
Francisco Miro Quesada ,Hector Neri Castañeda, entre otros.

Su objetivo fue recordar, una vez más, ante las nuevas generaciones de
graduados y estudiantes algunos aspectos medulares del pensamiento de
Cossio, así como evidenciar la recepción de la teoría egológica en el Perú,
mediante intervenciones de Carlos Thorne Boas, Domingo García Belaunde y
del autor de estas líneas.

En la citada mesa redonda se hizo referencia a los antecedentes históricos


fundamentales de la teoría egologica que, en la filosofía pura, son la
fenomenología de Husserl y el existencialismo de Heidegger, aparte de la
preocupación epistemológica de raíz kantiana. En lo que concierne a la
dimensión jusfilosofica el pensamiento cossiano asume la teoría pura de
Kelsen, reduciéndola, sin embargo, a una pura lógica de formal. La teoría
egologica parte de Kelsen, pero va más allá de los limites estrictamente
formales propios de la teoría pura.

La afirmación central de la teoría ecológica es el considerar al derecho, en


cuanto objeto, como vida humana social. El derecho es siempre,
ontológicamente vida humana interferida, compartida, donde el hacer de unos
se integra con el impedir de otros. Cossio aporta, con dicho planteamiento una
nueva visión en lo tocante a la ontología jurídica apartándose de todo tipo
de racionalismo o formalismos jurídicos que al estilo kelseniano, sostienen que
el objeto del derecho es la norma jurídica, así como se aleja de toda clase de
axiologismos que propugnan que el derecho es una especulación en torno a
la justicia y otros valores jurídicos. Es importante advertir que, al mencionar a
la vida humana social como objeto a conocer por la ciencia jurídica, Cossio no
se refiere a la vida humana objetivada, como lo preconiza Recaséns Siches,
sino a la vida humana viviente y, por tanto, a la vida humana plenaria.

De ahí que tal conducta sea libertad fenomenalizada.

El aporte novedoso de la teoría ecológica y el más controvertido este dado,


fundamentalmente, por reducir al objeto conducta humana intersubjetiva los
otros elementos de la experiencia jurídica, o sea, las normal y los valores
jurídicos. En la conducta humana interferida están dados, en unidad
existencial inescindible, las normas y los valores, por lo que al conocer el
objeto propio del derecho estamos también aprendiendo tales elementos. La
egologia muestra que ‘’ la mismidad intuitiva de la conducta, como conducta
que interesa al jurista, aparece en el conocimiento de sí misma con que la
conducta se integra al vivirse como un deber ser existencial y no como un
ser». Por su parte, el valor se integra en la conducta en cuanto la vida humana
tiene una estructura estimativa, es decir, en tanto se despliega como un
constante proyectar que supone un preferir según valores. De lo expresado se
desprende, en síntesis, que, en el objeto propio de la ciencia jurídica, o sea en
la conducta humana, se integran en unidad existencial inescindible las
normas y los valores jurídicos, lo que no significa, por cierto, que puedan ser
aisladamente considerados para su tratamiento analítico.

Los temas precedentes esbozados, y algunos otros que el espacio no


nos permite recoger, fueron expuestos y discutidos en la mesa
redonda con la que la Universidad de San Marcos de Lima se asoció
al homenaje que se rinde en estos días al maestro Carlos Cossio
SEMBLANZA DE MARIO ALZAMORA VALDEZ
SEMBLANZA DE MARIO ALZAMORA VALDEZ

DE CAJAMARCA A LIMA

En la segunda década del siglo en que vivimos, en un día que nos resulta
impreciso, Mario Alzamora Valdez llega a Lima desde su lejana
Cajamarca. Empero, ello no sería obstáculo para la acertada formación y el
equilibrado desarrollo intelectual del futuro profesor de filosofía. Su meta sería
la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, cuya tradición y bien ganado
prestigio lo entusiasmaron como a tantos otros jóvenes de aquella época. No
fue fácil, sin duda, la adaptación de Alzamora Valdez al ritmo y a las
costumbres de la ciudad capital que disfrutaba los despreocupados años de la
belle époque ,de la bohemia del Palais Concert y la Exposición, de los
fastuosos carnavales y los reinados de belleza, de los furtivos encuentros en el
Paseo Colón, que desmarcaba el confín de la ciudad.

EL INGRESO A SAN MARCOS

El ingreso a la universidad se alzaba como un reto para el alto y enjuto


estudiante, de andar pausado y ex presión vivaz. La severa sala de lectura ele
la recordada Biblio teca Central de la Casona servía de escenario, casi
inquisitorial, a una dura y prolongada prueba oral rendida ante profesores
formales y distantes, en la que el postulante debía no sólo demostrar su saber
e inteligencia, sino su presencia de ánimo y personalidad. Mario Alzamora
Valdez salió airoso de aquel trance y obtuvo el más alto calificativo en dicha
ocasión. No podía estar rodeado de los mejores auspicios el ingreso de
Alzamora Valdez a la universidad que hoy ,merecidamente , lo honra y
distingue.

LA UNIVERSIDAD
No atravesaba San Marcos por su mejor momento cuando Alzamora Valdez
hace su ingreso a la universidad . El sistema imperante no era el más propicio
para el adecuado desarrollo de una promoción de jóvenes plenos de energía
creadora, cargada de ilusiones y proyectos sobre el país y la universidad. Por
el contrario, el clima político tendía a ahogar tan nobles y generosos
propósitos y, más bien, al arrinconar dichos impulsos, originaba el insurgir de
una generación expectante y tímida en una universidad en la que sólo se
programaba la formación de profesionales, hombres de licencia y diploma. En
esta circunstancia, el asombro de Mario Alzamora Valdez no podía devenir en
deslumbre.

Los que lo conocieron personalmente y fueron sus discípulos lo recuerdan el


positivo aporte del maestro encinas a la recuperación de la
universidad. Recoge y siembra inquietudes, abre el dialogo en todas las
direcciones, promueve el acercamiento entre autoridades y estudiantes, no
solo a través de una política de puertas abiertas sino mediante una
permanente aproximación a los discentes, incluso en los propios claustros de
la universidad. En este nuevo ambiente, proclive a la realización del llamado
interior, Alzamora Valdez encuentra los estímulos exteriores necesarios para
desarrollar armoniosamente su vigorosa personalidad, decidir su personal e
intransferible periplo intelectual, su propio proyecto vital. El maestro Alzamora
Valdez recuerda complacido el resurgir de San Marcos bajo la hábil
conducción de Encinas.

Rememora, con legítima satisfacción, el salto de calidad producido en aquel


instante de la historia de nuestra antigua universidad. La enseñanza de
maestros como los anteriormente nombrados signos el futuro de Alzamora
Valdez, se constituyeron en paradigmas que contribuirían a afirmar su
vocación intelectual y su pasión por la enseñanza. Porras surge en la memoria
de Alzamora Valdez como el maestro dedicado a tiempo completo a la
universidad, en perenne actitud de cordial acogida y comprensión hacia los
jóvenes, exigiéndoles acercarse a las fuentes, impulsándolos a la lectura de los
clásicos, orientándolos en la investigación , enseñándoles a gustar el deleite de
la búsqueda y del hallazgo de la verdad científica , mostrándoles cuan
necesaria es la imaginación en los prolegómenos de toda aventura
intelectual. Alzamora Valdez encuentra en Chiriboga al maestro que influiría
en la definición de su raigal vocación filosófica y que la apoyaría en sus
primeras andanzas como investigador.

EN EL COLEGIO UNIVERSITARIO

En los umbrales de la década del treinta , bajo el fugaz pero frutífero rectorado


de Encinas , hallamos a Alzamora Valdez , aun estudiante , como distinguido
y elogiado profesor del colegio universitario , al lado de otros jóvenes de
talento , alentados por el rector de san marcos . En el colegio universitario se
inicia el ininterrumpido y singular magisterio de Alzamora Valdez.

LOS ESTUDIOS DE DERECHO

Quedaba atrás un ambiente favorable para la creatividad intelectual y era


sustituido por otro donde, con honrosas excepciones, se impartía una
anacrónica enseñanza. Ello explicaría, tal vez, algunas deserciones de jóvenes
valiosos que no encontraron aliciente para mantener una no muy robusta
vocación por los estudios jurídicos. Ulloa renovó la enseñanza del derecho
internacional público y congrego a su alrededor a un numeroso y destacado
grupo de jóvenes que se formaron bajo su acertada dirección. Ángel gustavo
Cornejo, por su parte , nos legó una significativa producción
jurídica , constituyéndose en un animador de excepción de la tarea intelectual
no solo en los claustros universitarios sino también en reuniones tenidas en
su propia casa.

La Universidad Católica

Alzamora Valdez no pudo concluir sus estudios de derecho en San Marcos, ya


que el general Sánchez Cerro cerró la universidad. Un nutrido grupo de
jóvenes tuvo que emigrar a la Universidad Católica. En este centro de estudios
Alzamora Valdez trataría de cerca al Rector, padre Jorge Dintilhac, quien lo
orientaría hacia la lectura y reflexión de autores neotomistas como
Maritain, Gilson, Tonquedec, Garrigou Lagrange. De 1934 a 1961 Alzamora
Valdez ejerció la docencia e n la Universidad Católica.
SAN MARCOS Y LA RENOVACION DEL DERECHO PROCESAL PENAL
Alzamora Valdez será recordado siempre como el maestro que renovó
la enseñanza del derecho procesal civil en el país , otorgándole
dignidad científica. Decidido crítico del vetusto Código de
Procedimientos Civiles de 1912 , cuyo modelo es la ley de
enjuiciamiento civil española de 1881 , Alzamora se muestra
contrario al exagerado privatismo del código de 1912 que ‘’ deja el
proceso a disposición de las partes con menoscabo de la función del
juez , lo que significa un permanente peligro para la justicia’’, lo que
significa Como corolario planteamientos del Derecho Procesal Civil ,
el maestro sanmarquino es partidario de la renovación total del
código de 1912 , discrepando tajantemente de quienes estiman que
es suficiente realizar simples cambios parciales. Al conmemorarse en
1962 el cincuentenario dé la promulgación del Código de
Procedimientos Civiles de 1912, Alzamora Valdez sostiene la posición
radical de revisar y reestructurar íntegramente dicho código. La
rutina, la inacción, la pereza y falta de iniciativa, el espíritu
retardatario o conservador de muchos y la desinformación de algunos
otros han impedido que las ideas de Alzamora Valdez, acordes con la
más autorizada y reciente doctrina, se plasmen en un nuevo código
de Procedimientos Civiles, CONCEPCIÓN DEL DERECHO. En esta
última expresión Alzamora Valdez resume la esencia del humanismo,
posición en la que coinciden diversas corrientes de pensamiento de
todos los tiempos. De este modo, al afirmar que la esencia precede a
la existencia, Alzamora Valdez descarta aquellas corrientes que,
dentro del amplio cauce del existencialismo , dejan de lado la
ontológica sustentación del hombre al prescindir de la esencia. Son
precisa y útiles las reflexiones que Alzamora Valdez dedica a las
relaciones entre el hombre y la sociedad en tanto que filosóficamente
el ser humano existe con los demás seres humanos ‘’y su existencia
es inescindible de la existencia de los otros’’. En esta última
expresión podríamos podríamos encontrar resumida la posición de
Alzamora valdes en lo atinente al derecho , el mismo que no
‘’constituye un poder físico sino un poder moral derivado de la
vocación consustancial del hombre hacia su fin racional , se ejerce
en la sociedad , frente a otros hombres. EL BIEN COMUN. Como lo
indica el autor en el pórtico de la obra «la vigencia y el respeto
universal de los derechos humanos constituyen los problemas más
graves de la sociedad de esta época», derechos que son negados tanto
por la violencia institucionalizada como por la violencia
revolucionaria, «y con lo que se niega también dignidad del hombre».
El libro de Alzamora Valdez cubre diversos aspectos de la rica y
compleja problemática de los Derechos Humanos ENSAYOS Y
ARTICULOS Son múltiples los ensayos y artículos escritos por
Alzamora Valdez dispersos en revistas del Perú y del extranjero.
Corresponde a Alzamora Valdez la feliz iniciativa de crear la
Federación de Colegios de Abogados, de la cual fue su primer
Vicepresidente. Fue gestor de numerosas iniciativas para mejorar el
nivel de la enseñanza jurídica en las universidades de esta parte
marginal del mundo y elaboro sesudas ponencias ya tinadas
mociones que fueron cálidamente acogidas en dichos foros
interuniversitarios, especial mención merece el meditado plan de
estudios para las facultades de derecho de América latina que fuera
presentado por Alzamora Valdez y aprobado por el congreso
celebrado en lima.

EL DIPLOMATICO

Infatigable maestro, intelectual rico en imaginación e ideas,


Alzamora Valdez dejó siempre huella notable de su paso en cuanta
actividad le cupo desempeñar.
BREVES APUNTES SOBRE LA VIDA Y LA OBRA DE MANUEL
VICENTE

VILLARÁN Formados todos ellos en su prestigiosa Facultad de


Derecho y Ciencias políticas, entregaron más tarde, durante su
paradigmático y fructífero existir , sus mejores energías y talentos al
servicio de la Juventus universitaria , de nuestra universidad , de la
política y de la defensa territorial de la nación. no podemos ignorar u
olvidar que la facultad de derecho y ciencias políticas de san marcos
ha tenido y tiene un rol preponderante en el desarrollo y la
sistematización del derecho en el Perú, en distintas épocas y desde
diversas perspectivas. En esta continuidad histórica, corresponde a
las jóvenes generad es de sanmarquinos estudiantes de derecho
permanecer no solamente heles a dicha tradición sino redoblar, con
ahínco honestidad e idealismo, sus afanes y su lucha por mantener
el prestigio alcanzado por nuestra Facultad de Derecho y Ciencias
Políticas.

MARIANO IBERICO RODRIGUEZ

De los maestros que en este memorable acto rendimos homenaje,


sólo conocimos personalmente a Mariano Ibérico Rodríguez y a Lino
Cornejo. Ibérico fue uno de los más prestigiosos filósofos peruanos.
Basadre nos recuerda que, siendo estudiante , escucho en San
Marcos , en 1992 , una bella disertación del maestro Pascal y tal fue
el impacto que ella produjo que después de la conferencia se
improvisó una espontánea manifestación que acompaño
entusiastamente al orador. El maestro, a propósito de Pascal había
derramado generosamente Su fina espiritualidad, había mostrado
ideales a seguir tocando las más sensibles fibras de los jóvenes de
aquel tiempo. Han pasado varias décadas desde aquel año en que
fuéramos alumnos de Mariano Ibérico Rodríguez

MANUEL VICENTE VILLARAN

El aprender nuestra realidad, tal como la describía en la exposición


de motivos en motivos por referencia, origino el que villarán se
interesara y preocupara hondamente por la educación. En la
Exposición de Motivos del Anteproyecto de Constitución de 1931 se
proclamaba que el PERU es una república democrática.
JOSE LEON BARANDIARAN EN EL TIEMPO

Los primeros años de Derecho civil en la catedra que regenta Ángel


Gustavo cornejo. En sus años de profesor, interrumpidos solo por su
viaje de estudios a Alemania, entre los años 1935 a 1937, han
dictado diversos cursos de derecho civil. No son ajenos a su
enseñanza el derecho de las personas, el de obligaciones o contratos
y el de sucesiones.

EL JURISTA: Su preparación jufilosófica data de época posterior a su


egreso como alumno de la Facultad de Derecho y responde al anhelo
de fundamentar la ciencia jurídica. León Barandiarán descubre que
el abogado que ya es jurista, es decir, el científico del Derecho,
trabaja con materiales conceptuales que recibe dogmáticamente, que
recoge ya elaborados de una fuente productora. Al indagar por los
supuestos del Derecho, al otear sus razones plenarias, León
Barandiarán barrunta que es indispensable no sólo vivir la justicia,
ser actor en el drama del derecho, sino que es preciso, para
completar su visión de la ciencia jurídica, adentrarse en la ardua
tarea, en el fatigoso menester, de dar cuenta de dichos supuestos, de
desentrañar el objeto mismo de tal ciencia. Y es así que empieza su
estudio de la Filosofía del derecho, en un afán por capturar
intelectualmente las pítimas consecuencias o los primeros principios
de la ciencia, de calar hondo en la ontología jurídica. León
Barandiarán, más que abogado, es jurista, en la plena acepción del
vocablo. El abogado que hubo en León Barandiarán dio paso al
jurista, al científico del Derecho. Su vocación de jurista sobrepujó su
actividad como abogado, a la que le restó tiempo para dedicarse con
inigualable constancia a la investigación jurídica y al discurrir
jusfilosófico.

EL HUMANISTA

José León Barandiarán ha sido el más eminente y destacado tratadista de


Derecho de nuestro país en los últimos cincuenta años. El Derecho civil
constituyó su constante pasión León Barandiarán ocupa un lugar de privilegio
entre los más importantes juristas que ha conocido el derecho nacional a
través de los tiempos. León Barandiaran , nuestro maestro y amigo , fue sin
embargo , mucho más que el mayor y más ilustre de los civilistas peruanos de
la generación que nos precedió. Su preocupación por el hombre , su honda
vocación intelectual , su curiosidad científica , su calidad humana , hicieron
de el un humanista cabal nada de lo que tiene que ver con el hombre le fue
ajeno.

fue un hombre de exquisita cultura , tenía plena conciencia que el verdadero


maestro era un eterno estudiante. Siempre lo sorprendíamos con un libro en
la mano, fuese él de derecho, literatura o filosofía. Estar a su lado significaba
beber, de su sabiduría, aprender a amar la cultura y el derecho, sentir
inclinación por la filosofía, deleite por lo literario.

El verdadero maestro se abría, postraba lo que realmente era, sin máscaras ni


engaños alrededor de una mesa de café. Jurídico Son también dignos nos de
recordar otros trabajos de alta calidad dedicados a esta materia, como es el
caso de la justicia, el derecho como categoría dimensional humana, el
movimiento jurídico europeo, la concepción de la ley en Santo Tomás, el
concepto del derecho y la dimensión temporal del derecho. León Barandiarán
fue, esencialmente, un pensador Un hombre ávido de cultura. En su ansiosa
búsqueda del saber, no para atesorar lo avaramente sino para compartirlo con
los demás, para transmitirlo difundiendo cultura, el conocer el pensamiento
de Martín Heidegger representó un hito insoslayable en su periplo vital.

De ellas, sin duda, la trascendente, la que mayormente impactó al maestro


como a todo aquél que se asoma a las páginas de el ser y el tiempo, es aquella
que nos muestra que el tiempo constituye el ser mismo del hombre. Es
decir, que el hombre «es tiempo». Que existe un tiempo existencial, el tiempo
de cada uno, su alfa y omega que se abre con el nacimiento y se cierra con la
muerte. El que nos permitirá el esperanzado tiempo existencial.

EL TIEMPO EXISTENCIAL

El tiempo, decía, es lo que cuenta en la vida. No comprendía, por ello, a


aquellos materialistas, adoradores del becerro de oro, pragmáticos por
excelencia, ayunos de ideales, espiritualmente vacíos, que solían decir, con
aires de sabiduría, sin inmutarse y sin reflexionar, «que el tiempo es oro»
cuando, como ano taba el maestro, es todo lo contrario, pues «el oro es
tiempo». No existe nada más preciado en la vida que el tiempo existencial, que
transcurre raudo, y en el que nos realizamos a plenitud o nos
frustramos. Nuestra vida es tiempo, no es oro.

¿Hay algo más valioso que la vida en libertad?.

El MAESTRO

En 1928 se inicia en la carrera docente, que signó su vida, al haber


ganado, por concurso, una plaza como profesor adjunto en la cátedra
de Derecho Civil que regentaba ese gran civilista que fue Ángel
Gustavo Cornejo. La sabiduría jurídica de Leon Barandiaran hizo
posible que regentara no solo diversas cátedras de Derecho Civil,
sino que asumiera también la enseñanza de otras disciplinas del
derecho , como es el caso del Derecho Constitucional , del derecho
comercial , del derecho internacional Privado o de la Filosofía del
Derecho, entre otras. Sus alumnos pudieron ver en el un ejemplo de
sincera vocación por el derecho, de honradez intelectual, de liberal
tolerancia de absoluta modestia, de aliento renovador El profesor
sanmarquino, por su parte, gracias a su especial sensibilidad, supo
comprender siempre las inquietudes moceriles y dispensó generoso
estímulo a las empresas de los estudiantes.

EL LEGISLADOR

Pero su más significativa participación en la tarea legislativa, su


aporte más notable por su especial trascendencia, fue aquél que le
cupo como miembro de la Comisión Reformadora del Código Civil de
1936 y que diera origen al Código Civil promulgado el 24 de julio de
1984. Por casi cerca de veinte años, desde 1965, en que se
constituye dicha comisión, se elige León Barandiarán en uno de sus
más infatigables y perseverantes mentores, al lado de algunos de sus
más cercanos colaboradores y discípulos , reconocimiento de la
comunidad León Barandiarán ocupó, sin pretenderlo los más altos
cargos a los que puede aspirar un jurista. fue ministro de Justicia,
Decano de la Facultad derecho de la Universidad de San Marcos,
Rector de esta casa de estudios, Decano del Colegio de Abogados de
primer Presidente de la Federación Nacional de colegios de Abogados.
Obtuvo las más altas distinciones que se le pueden otorgar a un
hombre de Derecho, como son las de Rector Honorario de la
Universidad de San Marcos, Profesor Emérito de su Facultad de
Derecho; Catedrático Honorario de las Universidades de Piura,
Cuzco, Arequipa, Trujillo, Huánuco, Junín y Lambayeque;
Catedrático Honorario de la Universidad de Chile; miembro de la
Academia Colombiana de Jurisprudencia, del Colegio de Abogados ele
México; Doctor Honoris Causa de la Universidad Rockefeller de los
Estados Unidos, Miembro Honorario del Colegio de Abogados de
Lima.

El demócrata Cuando en 1945 apareció en el escenario político la


figura de ese gran patricio que fue José Luis Bustamante y Rivero, lo
secundó desde el primer momento con su inherente sobriedad, no
obstante que la mayoría de la gente de su generación apoyaba al
candidato opositor. Bustamante y Rivero lo convocó para que fuera
su Ministro de Justicia, como llamó también a tantos otros hombres
de igual jerarquía intelectual y moral para que colaboraran con su
gobierno. Que calidad de ministros y embajadores, me consta que los
dos últimos apoyaron la candidatura opuesta a la de Bustamante y
Rivero, más que por discrepancias con él , por su desconfianza en la
actitud que pudiera desplegar el APRA durante el tiempo que le
tocara gobernar. Un hombre de la calidad de Bustamante y Rivero
desconocía de las discriminaciones y las venganzas propias de los
seres subalternos. Son paradigmas que la historia recoge para
orgullo nuestro Recordamos al coronel Cuadra Rabínez, que luego
fuera Ministro de Manuel Prado, enjuto, con unos anteojos de lunas
redondas, cuadrarse ante el Ministro de Guerra, el general Torres,
para decirle que el general Zenón Noriega, jefe de la poderosa y
determinante guarnición de Lima se había plegado al golpe de Odría
sustentado inicialmente sólo EN LA GUARNICION DE Arequipa y
que , por casi tres días no había encontrado eco en las demás
guarniciones del país. El golpe de Odría, caudillo de ocasión, no nos
desmoralizó. Por ello es que León Barandiarán adhirió en 1950 a la
candidatura de un probo y recto militar como era el general
Montagne, opositor de la candidatura de Odría «que había bajado al
llano» para realizar su campaña, sin contar con los recursos del
Estado. La candidatura democrática no Prosperó. Se cambiaron las
leyes para favorecer al candidato oficialista y, como si esto fuera
poco, Odría encarceló a su opositor pretextando en no probadas
acusaciones de que se tramaba un golpe de Esta do, «a imagen y
semejanza» del que había en su momento perpetrado el propio Odría.
Si bien Odría gozó de impunidad y disfrutó del poder, la Historia es
implacable, no perdona.

El Código Civil de 1984

No obstante, más allá de los aciertos técnicos de las nuevas


instituciones que incorpora, de su sistemática, lo más importante del
Código Civil de 1984 es, como seguramente lo recogerá la historia, su
afán por superar una concepción individualista y patrimonialista del
derecho, la misma que impera en el mundo jurídico desde la
promulgación del extraordinario código civil de los franceses de
1804. La nueva concepción del Derecho que insurge con fuerza en
este nivel de la historia se traduce, en alguna medida, en ciertos
Libros del Código Civil de 1984, con más intensidad en unos que en
otros. El Código Civil de 1984 es, a nuestro entender, la expresión de
una época de transición entre un largo período en el que se hizo
patente la crisis del derecho, y otro que recién aflora, y es por ello
apenas perceptible para un buen número de hombres de derecho.

El REFORMADOR

Es también por ello por lo que, desde el primer momento, adoptó la


posición que planteaba la re estructuración total del Código Civil de
1936, sin atender las críticas de cierto sector frente a la posibilidad
de un cambio. Sintonizó así, prontamente, con la tesis que sostenía
la conveniencia de modificar el Código Civil de 1936, al que le había
dedicado, con brillantez sin par, varios volúmenes de magistrales
comentarios. Con lúcida inteligencia comprende que en este código
cristaliza una ideología, una mentalidad que, al provenir del Código
Civil francés de 1804, se hallaba en trance de ser superada.

La Escuela Peruana de Derecho Civil

Al maestro se le reconoce como el precursor de lo que podría


considerarse el movimiento que ha de des embocar, muy
probablemente, en la Escuela Peruana de Derecho Civil. La antes
aludida escuela peruana de derecho civil es un movimiento que
aglutina a los juristas en torno a los principios modulares que
inspiraron, en alguna medida, la redacción del código civil de 1982.
En segundo término, la Escuela Peruana de Derecho Civil, que
empieza a bosquejarse como fruto del actual nivel histórico-cultural,
tiende también a sustituir las tradicionales visiones
unidimensionales del Derecho, que privilegian alguna de sus tres
dimensiones con exclusión de las otras, por una que concuerda con
la experiencia jurídica.

LA OBRA MAGNA

Es así que solitariamente, sin contar con colaboradores, decide


afrontar la magna empresa de comentar el Código Civil de 1936. Esta
excepcional obra, que no encuentra parangón en la literatura
jurídica nacional, lo presenta como un jurista cabal, que sabe
penetrar con agudo in genio e inteligencia nada común en los
meandros de la codificación civil, mostrando, al mismo tiempo, una
extraña versación científica, una singular capacidad de análisis
crítico, un conocimiento actualizado y una completa información a
nivel del Derecho Comparado. Nos legaron, sin duda, un buen Código
Civil, fruto de su tiempo, y una ilustrativa Exposición de Motivos, lo
que es más que suficiente, pero no asumieron la tarea de comentarlo.
León Barandiarán sabe penetrar con lucidez, profundidad, versación
y finura intelectual, en las más variadas instituciones del Derecho
Civil, las que encuentran consagración normativa en el Código Civil
de 1936.

LA VERSACION JURIDICA

No de otra manera se explica que, sin dudas ni vacilaciones,


comprendiera que había concluido el ciclo histórico del Código Civil
de 1936 y que era necesario estructurar otro cuerpo civil acorde con
los tiempos, con la realidad imperante, con las nuevas corrientes de
pensamiento, con la ciencia y la tecnología de nuestra época.
Bastaría citar, al efecto, diversos trabajos como La Constitución
alemana, Estudio comparativo del Código de 1852y el Código
Napoleónico, Examen comparativo de los códigos civiles nacionales
de 1852 y 1936, Andrés Bello y el Código Civil chileno y Estudio del
Código Civil de 1852 con ocasión de su centenario.

El ROL DEL JUEZ EN NUESTRO SISTEMA JURÍDICO

Son certeras y documentadas las consideraciones que León Barandiarán


dedica en lo que atañe al rol que le loca asumir al juez dentro del sistema
romano-germánico. En esta actuación, como apunta León Barandiarán, el
juzgador utiliza su propio criterio, es decir, actúa con autonomía
decisoria, pero «apoyando su enjuiciamiento en principios
científicos, racionales, no arbitrarios, empirológicos».

El inicio de la existencia humana

En este acápite se enuncia , precisamente , que la vida comienza con la


concepción y se otorga el concebido la categoría de sujeto de derecho para todo
lo que favorece. En ambos supuestos, como remarca el autor, la persona
«permanece inherente al ser humano», lo que desvirtúa, en su raíz, la
concepción meramente formalista de la persona jurídica.

Nuestro testimonio

León Barandiarán enseñaba el Primer Curso de Derecho Civil que,


en aquel entonces, comprendía el Título Preliminar, el Derecho de las
Personas y el Acto Jurídico. Debemos confesar, después de tantos
años, que gracias a León Barandiarán perseveramos en la Facultad
de Derecho ya que, proviniendo de la Facultad de Letras, los cursos
de derecho nos parecieron áridos por el tipo de enseñanza exegética
Que los docentes generalmente solían impartir. Las charlas de café
Casi todas las tardes León Barandiarán, al borde de las seis, hacía
un alto en su labor.

EL AMIGO Y PARADIGMA

Su actitud, sus gestos, sus palabras, nos mostraban a un hombre que


disfrutaba hondamente con su que hacer de estudioso y maestro . El del
maestro era un desprecio callado, sin estridencias. Sólo un coloquio
desinteresado, sin esperar de él ninguna granjería, sino ricas
enseñanzas, ejemplos de vida, hacía posible que el maestro, normalmente
mesurado y cauto, se desinhibiera, se sintiera cómodo, se sincerara, se
explayara. Eran preciosos y escasos instantes en que el maestro abría su
espíritu y comunicaba sus sentimientos.

Nuestra vinculación con el maestro se hizo extensiva a nuestras respectivas


familias

Nuestro reconocimiento
Tal vez las que compro metieron más hondamente nuestros sentimientos
fueron aquellas que leímos, al lado del féretro que contenía sus restos
mortales, en la ceremonia de homenaje que le rindiera la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos al insigne maestro en la hermosa Capilla de Nuestra
Señora de Loreto, que fuera Salón de Grados de la antigua Facultad de
Letras. Las palabras de generoso e inmerecido encomio que pronunciara
alguna vez sobre nuestras modestas actividades académicas o en relación con
alguno de los deshilvanados libros que hemos escrito , valen para nosotros
mucho más que otras honrosas distinciones que benévolamente , hemos
recibido en nuestra trayectoria existencia! Una palabra de aprecio, de quien
era normalmente sobrio y Rutado en sus juicios, significó para nosotros la
mayor retribución recibida por nuestro esfuerzo de docente autor que
desborda el medio siglo de incansable trajinar por el mundo
académico, político y profesional. El aprecio y el afecto que por nosotros tuvo
el maestro y que hemos guardado con recoleto silencio-sellaron una amistad
indestructible. Esta distinción, aparte de honrarnos, nos comprometió
raigalmente nos sirvió de estímulo para tratar se seguirle sus pasos , para
estar siempre vecinos a él a fin de cultivar una relación maestro-discípulo que
ha sido para nosotros ejemplar y aleccionadora.

Una relación que como no recordar la confianza que el maestro depositario en


nosotros al proponernos ante consejo de la facultad de derecho de la
Universidad de San Marcos para ocupar. en 1965, a la edad de treinta años, la
catedra de derecho civil comparado en la sección doctoral y esa facultad. Y
como olvidar en 1957, nos convocara para dictar la catedra paralela de título
preliminar, derecho de las personas y derecho internacional privado que el
regentaba.

HOMENAJE AL MAESTRO

No podemos olvidar la emoción que nos embargó al hacerle entrega, en


representación del comité editor en una inolvidable tarde de 1985, del Libro
Homenajee^ editado en su honor, congregó a un notable grupo de juristas y
jusfilósofos que colaboraron en la obra. Aquella actuación fue, tal vez, una de
las más significativas de todas aquellas en las que nos ha tocado intervenir en
nuestra vida. El maestro a sus 85 años, en pleno dominio de sus facultades
intelectuales, con certera precisión y enjundia, tuvo el generoso gesto -muy
propio de él- de hacer un comentario de cada uno de los ensayos escritos en
su honor. « Mas allá de los efímeros reconocimientos , el propósito de este
libro es de rendir al maestro un tributo a su vida y obra , que constituyen
síntesis de una vocación humanista y jurídica’’.

El acto de entrega del mencionado Libro Homenaje fue emocionante e


inolvidable. Los asistentes se hallaban unidos por el afecto y la admiración al
maestro de varias generaciones.

DOMINGO GARCIA RADA: UN JUEZ EJEMPLAR


DOMINGO GARCIA RADA: UN JUEZ EJEMPLAR

Para comprender y valorar en su justa dimensión las actitudes ante la vida


asumidas por Domingo García Rada, consideramos necesario referirnos,
muy brevemente, a un decisivo lapso en que le tocó actuar en las
diversas instancias de su brillante carrera como magistrado, profesor y
ciudadano ejemplar. De ahí que se justifiquen las cuartillas con que
iniciamos esta escueta semblanza de un juez que aprendí a admirar y que,
generosamente, me brindó su amistad.

La elección democrática de Bustamante y Rivero

La generación del 50 se inició en la vida política del país con ocasión del
proceso electoral que culminó en 1945 con la elección del inolvidable patricio
José Luis Bustamante y Rivero. Un amplio entusiasta sector juvenil, aún no
partidarizado, apoyó su candidatura a la primera magistratura del país. De
ahí que sus adversarios políticos solían decir, en tono despectivo, que
Bustamante y Rivero estaba bien para gobernar un país como Suiza. Es
decir, en otros términos, que el Perú no merecía un Presidente de la Republica
que ostentaba sus reconocidas virtudes humanas y cívicas. Por mi trabajo
como funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores tuve oportunidad de
conocer de cerca al patricio Bustamante y Rivero y apreciar sus virtudes. Fue
así como, con cierta frecuencia, ingresaba al despacho del presidente
y, sentado al otro lado de su escritorio, aguardaba mientras el presidente
fumaba dichas resoluciones y escuchaba sus comentarios o respondía a sus
preguntas. Bustamante y Rivero no contaba con una fuerza política propia que
lo apoyara en su acción de gobernante un grupo de sus amigos y
simpatizantes pretendió ofrecerle sustento a través de la constitución del
partido Movimiento Popular Democrático lamentablemente este selecto grupo
humano no tuvo la oportunidad de organizarse y divulgar su mensaje , pues el
presidente constitucional fue derrocado al poco tiempo de su fundación.

El «cuartelazo» de Odría

Odría se constituyó en dictador. « Al día siguiente, por motivaciones aún por


descubrir, se plegó al cuartelazo de Odría y sus pro motores y, con este
gesto, arrastró a las otras guarniciones militares que esperaban la decisión de
la de Lima a seguir su negativo ejemplo. Odría y sus asesores civiles -o en
orden inverso enviaron a prisión al general opositor y, con él, a un grupo de
sus seguidores.» Nunca se supo, y mucho menos se probó, la «razón que tuvo
Odría para encarcelar al general Montagneya sus seguidores.

» Odría utilizó la fuerza militar que poseía, mientras que Fujimori se valió del
poder del dinero mal habido para corromper a periodistas venales. Sin
candidato opositor y con un Jurado Nacional de Elecciones integrado por sus
amigos, Odría «arrasó» en las elecciones.

Abusos y atropellos de un general «victorioso»

Desde la presidencia de la república , odria y su gente cometieron abusos y


tropelías. Lo apoyo, de acuerdo con sus conveniencias ,mayoría de la clase
política del país, con una clara e histórica vocación por el autoritarismo, así
como también lo hizo un sector importante del empresariado, sobre todo el
agrario y el financiero. Recuerdo que un grupo de empresarios de la
construcción le «regaló» una residencia digna de su «alta jerarquía». El pueblo
migrante, que empezaba a poblar la periferia de Lima, fue beneficiado con
regalos. Entre ellos, uno de los preferidos fueron los panetones. Estos
sustituyeron al pisco y a la butifarra de antaño. Somos testigos de la
sofisticación que han adquirido estas «donaciones» -realizadas en estos
últimos años- con dineros de los contribuyentes o, simplemente, mal habidos.

EL SOLITARIO COMBATE POR LA LIBERTAD Y LA DEMOCRACIA

Fueron pocos los que, en aquellos años ,tuvieron el coraje de combatir por la


plena vigencia de la libertad , la justicia y la democracia en las relaciones
interhumanas. Recuerdo que en esos aciagos tiempos tres amigos
decidimos, «pasando el sombrero», publicar un semanario de reafirmación de
nuestras convicciones democráticas y de apoyo a un presidente de lujo para el
país separado del poder por el uso de la fuerza «combina da» de las armas y
del dinero. Titulamos El Popular al mencionado semanario. El director del
semanario, el valiente y experto periodista Eleodoro Ventocilla, tuvo que huir
del país antes de que lo apresaran.

Recuerdo que Vargas Llosa colaboró por aquel entonces con el periódico
democracia publicación de oposición editado por el partido democrático
cristiano que se fundara en 1956.

García Rada en el recuerdo

En el convulso y asfixiante escenario cívico-político, antes apenas


bosquejado, tuve la fortuna y el honor de conocer al doctor Domingo García
Rada.

LA CALIDAD HUMANA Y LA RECIA PERSONALIDAD DE DOMINGO GARCIA


RADA

Con el transcurrir del tiempo fui lentamente descubriendo la recia


personalidad, la probidad y la calidad intelectual y humana de Domingo
García Rada. En ella halle una precisa y acertada descripción que hace
nuestro incisivo historiador de los rasgos de la personalidad de Domingo
Garcia Rada después de leer la autobiografía, descripción que compartimos
plenamente. Basadre descubre, a través de la lectura de las
Memorias, aspectos y rasgos para él ocultos de la rica personalidad de García
Rada. Buena parte de lo expresado por Basadre sobre Garcia rada en la misiva
antes mencionada lo había yo aceptado observando su conducta en las
tertulias convocadas por Victor Andres Belaunde , al apreciar su sólida
formación humanista y la consecuencia con sus principios y sus afectos.

Debería agregar a lo dicho por el maestro Basadre que García Rada fue un
hombre con coraje, valiente para decir su verdad y asumir sus convicciones
y con ellas, sus responsabilidades. García Rada pertenecía a otra estirpe, y
ello, como su amigo y admirador, me enorgullece subrayarlo. Alguna vez me
he preguntado -y he especulado- por las causas o razones que podrían
explicar -si ello fuere posible la conducta recta, valiente, disciplinada y proba
de gentes como Domingo García Rada. me imagino que es espíritu de
disciplina que Garcia Rada mostraría en su vida podría deberse, entre diversos
otros factores a la influencia de su maestra germana.

El contar con ancestros que prestaron distinguidos servicios al país pesó, muy


probablemente, en la formación de la personalidad de García Rada. García
Rada, por lo demás y como se ha señalado, fue educado en el colegio de La
Inmaculada, que hasta hoy regentan los jesuitas.

El docente universitario

García Rada tenía, desde adolescente, una clara vocación docente. Esta


vocación fue alimentada, cuando estudiaba Letras en San Marcos, por Raúl
Porras Barrenechea y Jorge Basadle, aquellos dos inolvidables y lúcidos
maestros que permanecen en mi memoria, pues también fueron los profesores
en la década de los años cuarenta, del siglo XX en la misma facultad de letras
de san marcos posteriormente, siendo abogado, García rada enseño durante
dos años en el colegio santa maría. Su temprana vocación docente lo llevo a
desempeñarse como catedrático, tanto en la universidad nacional mayor de
san marcos como en la pontifica universidad católica del Perú, las únicas que
en la ciudad de lima contaban con facultades de derecho en los años cuarenta
y cincuenta del siglo pasado. García Rada, pese a sus exigentes tareas como
juez o vocal, se dio siempre tiempo para la enseñanza del Derecho.

En 1952 empezó su proficua labor docente enseñando el segundo curso de


economía política en la facultad de derecho de la universidad católica como lo
reconoce García Rada en sus Memorias, le costó trabajo la preparación del
curso «por tratarse materia tan alejada de mi diario quehacer judicial pronto
pasé a cursos de Derecho». Dictó, por años, el curso de Procesal Civil en la
Católica y el de Procesal Penal en San Marcos en 1974 García Rada fue
designado jefe del Departamento de Derecho Público de la Facultad de
Derecho de esta última universidad. Su ingreso a San Marcos data de año de
1952, época en la que se hizo cargo del curso de Legislación Económica en la
Facultad de Ciencias Económicas. Posterior mente ingresó a la Facultad de
Derecho en la que dictó, por recomendación de Jorge Basadre que viajaba al
exterior, el curso de Historia del Derecho Peruano.

A la muerte del profesor Luis Guillermo Cornejo asumió la cátedra de Derecho


Penal para, años más tarde, dedicarse enteramente al curso de Derecho
Procesal Penal. Como lo confiesa el propio García Rada en sus Memorias, era
en esa rama del Derecho en la que «quería profundizar mis
conocimientos». «Sus alumnos encontraron en Garcia Rada un profesor con un
amplio dominio de las materias jurídicas procesales. Su fidelidad a la
enseñanza , su competencia profesional y su calidad ética le hicieron acceder
en 1957 , con naturalidad , al decanato de la facultad de derecho de la
Pontifica Universidad Católica del Perú.

García Rada fue invitado a dictar, en 1972, un curso de derecho procesal en la


Facultad de Derecho de la Universidad San Martín de Porres. En 1973 asumió
la dirección del Programa de Derecho, cargo en el que permaneció tan sólo tres
meses. En 1975 dejó la enseñanza en la Universidad de San Martín de Porres
ya que había decidido dedicar todo su tiempo a la reelaboración de sus obras
jurídicas.

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