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Sor Juana Inés de la Cruz

(1651-1695)
Detente, sombra de mi bien esquivo

Detente, sombra de mi bien esquivo


imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.

Si al imán de tus gracias atractivo


sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero,
si has de burlarme luego fugitivo?

Mas blasonar no puedes satisfecho


de que triunfa de mí tu tiranía;
que aunque dejas burlado el lazo estrecho

que tu forma fantástica ceñía,


poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía.

Hija de un español y una criolla, esta mujer siguió una carrera religiosa y se convirtió en una escritora
mexicana que perduraría en el tiempo. Es autora de una literatura barroca de altísima factura que le dio
prestigio y reconocimiento tanto en la alta sociedad novohispana como española. Se le considera una de las
máximas exponentes del Siglo de oro español.

Afirma el crítico literario, Octavio Paz, que en los tiempos de la colonia, la corte y el locutorio del claustro eran
los únicos espacios en que una mujer podía codearse intelectualmente con los hombres. Y sor Juana, que evadió
el matrimonio para poder dedicarse a las letras, supo aprovechar esos espacios.

Su obra abarca una diversidad de géneros literarios, entre los cuales destacan el teatro, el auto sacramental y la
lírica. En cuanto a la lírica, sor Juana escribió sonetos, redondillas, décimas y romances.

Hombres necios que acusáis

Hombres necios que acusáis


a la mujer sin razón
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis: A la izquierda vemos un
poema que para la época
si con ansia sin igual resulta de avanzada. El sujeto
solicitáis su desdén
¿por qué queréis que obren bien se dirige directamente a los
si las incitáis al mal?
hombres y los juzga por
Combatís su resistencia
siempre poner en el centro
y luego, con gravedad, del error a las mujeres.
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

[…]
Francisco de Quevedo
(Madrid 1580- Villanueva 1645)

Definición del amor

Es hielo abrasador, es fuego helado,


es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.

Es un descuido que nos da cuidado,


un cobarde con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.

Es una libertad encarcelada,


que dura hasta el postrero paroxismo;
enfermedad que crece si es curada.

Éste es el niño Amor, éste es su abismo.


¡Mirad cuál amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo!

Socarrón, ingenioso, auténtico. Francisco de Quevedo y Villegas es una figura clave en la


literatura española y universal. Su obra se dispersó entre diferentes géneros,
renovándolos y otorgando maestría tanto en el ensayo como en la poesía o la novela de
picaresca.
Dejó cerca de 900 poemas, varios discursos políticos y filosóficos y la actualización de la
picaresca con Historia de la vida del Buscón, llamado Don Pablos, publicado en 1626. A
su faceta de referente del barroco se le colgó otra: la de la supuesta rivalidad con Luis
de Góngora con quien mantuvo un duelo literario mediante versos jocosos.
"Yo te untaré mis obras con tocino / porque no me las muerdas, Gongorilla, / perro de los ingenios
de Castilla, / docto en pullas, cual mozo de camino; / apenas hombre, sacerdote indino, / que
aprendiste sin cristus la cartilla; / chocarrero de Córdoba y Sevilla, / y en la Corte bufón a lo divino",
escribía burlando a Góngora.

Algo sobre Góngora Estudió en la Universidad de Salamanca, donde llamó la atención como poeta.
Tomó órdenes menores en 1575 y fue canónigo beneficiado de la catedral cordobesa, donde fue
amonestado ante el obispo Pacheco por acudir pocas veces al coro y por charlar en él, así como por
acudir a diversiones profanas y componer versos satíricos.
Federico García Lorca
(Fuente Vaqueros, España 1898 – Viznar 1936)

El poeta le pide a su amor que le escriba

Amor de mis entrañas, viva muerte,


en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.

El aire es inmortal. La piedra inerte


ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.

Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,


tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.

Llena pues de palabras mi locura


o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.
Este poema pertenece a Sonetos del amor oscuro.

Federico García Lorca (1898 - 1936) es uno de los escritores españoles más reconocidos a nivel
internacional. Fue uno de lo miembros más destacados de la llamada "Generación del 27", en la
que un grupo de jóvenes artistas decidió innovar en la creación literaria.

De esta manera, se destacó por mantener sus raíces con la tradición, pero también explorar a
través del lenguaje. Así, su obra recoge lo culto y lo popular. En sus dramas y poemas trabajó
temas universales como el amor y la muerte. La casa de Bernarda Alba y Bodas de sangre son dos
de sus textos dramáticos más conocidos.

Este escritor ha representado de manera fiel a su país y particularmente su lugar de origen:


Andalucía.

Aunque su carrera fue truncada al ser fusilado por franquistas a comienzos de la Guerra Civil por
"socialista y homosexual", hoy se ha convertido en un referente de la literatura hispanoamericana
Tú me quieres blanca
Tú me quieres alba,
Alfonsina Storni
(Sala Capriasca 1892 – Mar del Plata 1938)
Me quieres de espumas,
Me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada

Ni un rayo de luna
Filtrado me haya.
Ni una margarita
Se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
Tú me quieres blanca,
Tú me quieres alba.

Tú que hubiste todas


Las copas a mano,
De frutos y mieles
Los labios morados.
Tú que en el banquete Nació en Europa y vino a la argentina junto a su familia, desde muy pequeña escribía
Cubierto de pámpanos poesía pero no sería fácil obtener reconocimiento entonces y, por eso, trabajó como
Dejaste las carnes
Festejando a Baco.
maestra y actriz. El 21 de abril de 1912, nació Alejandro y, como madre soltera, vivió
Tú que en los jardines luchando contra los prejuicios sociales. Trabajó de cajera en una tienda en el centro de
Negros del Engaño la ciudad y de “corresponsal psicológico” en una empresa importadora de aceite de
Vestido de rojo oliva. Tras mucho esfuerzo, logró publicar su primer libro, La inquietud del rosal, en
Corriste al Estrago.
1916, y poco a poco fue consiguiendo colaboraciones literarias en publicaciones
Tú que el esqueleto como Fray Mocho, El Hogar y Mundo Argentino. Muchos de sus textos fueron
Conservas intacto publicados bajo el seudónimo Tao Lao.
No sé todavía
Por cuáles milagros, En 1919 en sus columnas del Diario La Nación reclamaba un lugar para las mujeres.
Me pretendes blanca Fue, junto a Carolina Muzzilli, Julieta Lanteri y Salvadora Medina Onrubia, una
(Dios te lo perdone),
Me pretendes casta
de las impulsoras del voto femenino en nuestro país. Dijo: “Llegará un día en que las
(Dios te lo perdone), mujeres se atrevan a revelar su interior; este día la moral sufrirá un vuelco; las
¡Me pretendes alba! costumbres cambiarán”.
Huye hacia los bosques, Fue una mujer independiente, con ideas claras y críticas hacia la sociedad patriarcal de
Vete a la montaña; los años veinte, esto llevó a que algunas mujeres la admiraran, mientras que otras la
Límpiate la boca;
Vive en las cabañas; consideraban “peligrosa”.
Toca con las manos
La tierra mojada; “Cuando se dice feminismo, para aquellas almas, se encarama por sobre la
Alimenta el cuerpo palabra una cara con dientes ásperos y voz chillona. Sin embargo, hoy, no hay
Con raíz amarga; una sola mujer que no sea feminista, podrá no querer participar en la lucha
Bebe de las rocas;
Duerme sobre escarcha; política, sin embargo desde el momento que piensa y discute en voz alta las
Renueva tejidos ventajas y los errores del feminismo es ya una feminista, pues el feminismo es el
Con salitre y agua; ejercicio del pensamiento de la mujer”.
Habla con los pájaros
Y lévate al alba.
Y cuando las carnes
Te sean tornadas,
Pagina recomendada https://www.cultura.gob.ar/alfonsina-storni-poeta-iberoamericana-
Y cuando hayas puesto modernista-8455/
En ellas el alma
Que por las alcobas
Se quedó enredada,
Entonces, buen hombre,
Preténdeme blanca,
Preténdeme nívea,
Preténdeme casta.
Pablo Neruda
(1904 Parral, Chile – Santiago de Chile 1973)

Poema 20
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,


y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.


Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.


La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.


Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.


Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Es considerado entre los más destacados
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. e influyentes artistas de su siglo; además
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. de haber sido senador de la república
chilena, miembro del Comité Central
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. del Partido Comunista (PC), precandidato
a la presidencia de su país y embajador
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
en Francia.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. En 1971 Neruda recibió el Premio Nobel
Mi alma no se contenta con haberla perdido. de Literatura «por una poesía que con la
acción de una fuerza elemental da vida al
Como para acercarla mi mirada la busca. destino y los sueños de un continente».2
Entre sus múltiples reconocimientos,
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
destaca el doctorado honoris causa por
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. la Universidad de Oxford.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. La versión oficial sostuvo que la muerte de
Neruda fue debida al cáncer de próstata
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. que padecía. Investigaciones concluyeron
que posiblemente había sido inyectado
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
con una bacteria que acabaría agravando
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. su estado. Murió el 23 de septiembre de
1973, doce días después de iniciado
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. el golpe militar de Pinochet que derrocó a
Salvador Allende.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,


Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,


y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
Pablo Neruda, de Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924)
Definición del amor de Francisco de Quevedo (1580-1645) Poema 20 de pablo Neruda (1904-1973)
Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente, Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
es un soñado bien, un mal presente,
Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
es un breve descanso muy cansado.
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»
Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde con nombre de valiente, El viento de la noche gira en el cielo y canta.
un andar solitario entre la gente,
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
un amar solamente ser amado.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero paroxismo; En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
enfermedad que crece si es curada. La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Éste es el niño Amor, éste es su abismo. Ella me quiso, a veces yo también la quería.
¡Mirad cuál amistad tendrá con nada Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
el que en todo es contrario de sí mismo!
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Detente, sombra de mi bien esquivo, Sor Juana Inés de la Cruz. (1651- Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
1695) Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Detente, sombra de mi bien esquivo Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
imagen del hechizo que más quiero, La noche está estrellada y ella no está conmigo.
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Si al imán de tus gracias atractivo Mi alma no se contenta con haberla perdido.
sirve mi pecho de obediente acero, Como para acercarla mi mirada la busca.
¿para qué me enamoras lisonjero, Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
si has de burlarme luego fugitivo?
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Mas blasonar no puedes satisfecho
de que triunfa de mí tu tiranía; Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
que aunque dejas burlado el lazo estrecho Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
que tu forma fantástica ceñía, Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
El poeta le pide a su amor que le escriba, Federico García Lorca (1898- Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
1936) Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Amor de mis entrañas, viva muerte, Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
en vano espero tu palabra escrita Mi alma no se contenta con haberla perdido.
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte. Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
El aire es inmortal. La piedra inerte
Pablo Neruda, de Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924)
ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.

Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,


tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.

Llena pues de palabras mi locura


o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.

Este poema pertenece a Sonetos del amor oscuro.


Tú me quieres blanca, A. Storni Tú me quieres blanca, A. Storni Tú me quieres blanca, A. Storni Tú me quieres blanca, A. Storni

Tú me quieres alba, Tú me quieres alba, Tú me quieres alba, Tú me quieres alba,


Me quieres de espumas, Me quieres de espumas, Me quieres de espumas, Me quieres de espumas,
Me quieres de nácar. Me quieres de nácar. Me quieres de nácar. Me quieres de nácar.
Que sea azucena Que sea azucena Que sea azucena Que sea azucena
Sobre todas, casta. Sobre todas, casta. Sobre todas, casta. Sobre todas, casta.
De perfume tenue. De perfume tenue. De perfume tenue. De perfume tenue.
Corola cerrada Corola cerrada Corola cerrada Corola cerrada

Ni un rayo de luna Ni un rayo de luna Ni un rayo de luna Ni un rayo de luna


Filtrado me haya. Filtrado me haya. Filtrado me haya. Filtrado me haya.
Ni una margarita Ni una margarita Ni una margarita Ni una margarita
Se diga mi hermana. Se diga mi hermana. Se diga mi hermana. Se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea, Tú me quieres nívea, Tú me quieres nívea, Tú me quieres nívea,
Tú me quieres blanca, Tú me quieres blanca, Tú me quieres blanca, Tú me quieres blanca,
Tú me quieres alba. Tú me quieres alba. Tú me quieres alba. Tú me quieres alba.

Tú que hubiste todas Tú que hubiste todas Tú que hubiste todas Tú que hubiste todas
Las copas a mano, Las copas a mano, Las copas a mano, Las copas a mano,
De frutos y mieles De frutos y mieles De frutos y mieles De frutos y mieles
Los labios morados. Los labios morados. Los labios morados. Los labios morados.
Tú que en el banquete Tú que en el banquete Tú que en el banquete Tú que en el banquete
Cubierto de pámpanos Cubierto de pámpanos Cubierto de pámpanos Cubierto de pámpanos
Dejaste las carnes Dejaste las carnes Dejaste las carnes Dejaste las carnes
Festejando a Baco. Festejando a Baco. Festejando a Baco. Festejando a Baco.
Tú que en los jardines Tú que en los jardines Tú que en los jardines Tú que en los jardines
Negros del Engaño Negros del Engaño Negros del Engaño Negros del Engaño
Vestido de rojo Vestido de rojo Vestido de rojo Vestido de rojo
Corriste al Estrago. Corriste al Estrago. Corriste al Estrago. Corriste al Estrago.

Tú que el esqueleto Tú que el esqueleto Tú que el esqueleto Tú que el esqueleto


Conservas intacto Conservas intacto Conservas intacto Conservas intacto
No sé todavía No sé todavía No sé todavía No sé todavía
Por cuáles milagros, Por cuáles milagros, Por cuáles milagros, Por cuáles milagros,
Me pretendes blanca Me pretendes blanca Me pretendes blanca Me pretendes blanca
(Dios te lo perdone), (Dios te lo perdone), (Dios te lo perdone), (Dios te lo perdone),
Me pretendes casta Me pretendes casta Me pretendes casta Me pretendes casta
(Dios te lo perdone), (Dios te lo perdone), (Dios te lo perdone), (Dios te lo perdone),
¡Me pretendes alba! ¡Me pretendes alba! ¡Me pretendes alba! ¡Me pretendes alba!

Huye hacia los bosques, Huye hacia los bosques, Huye hacia los bosques, Huye hacia los bosques,
Vete a la montaña; Vete a la montaña; Vete a la montaña; Vete a la montaña;
Límpiate la boca; Límpiate la boca; Límpiate la boca; Límpiate la boca;
Vive en las cabañas; Vive en las cabañas; Vive en las cabañas; Vive en las cabañas;
Toca con las manos Toca con las manos Toca con las manos Toca con las manos
La tierra mojada; La tierra mojada; La tierra mojada; La tierra mojada;
Alimenta el cuerpo Alimenta el cuerpo Alimenta el cuerpo Alimenta el cuerpo
Con raíz amarga; Con raíz amarga; Con raíz amarga; Con raíz amarga;
Bebe de las rocas; Bebe de las rocas; Bebe de las rocas; Bebe de las rocas;
Duerme sobre escarcha; Duerme sobre escarcha; Duerme sobre escarcha; Duerme sobre escarcha;
Renueva tejidos Renueva tejidos Renueva tejidos Renueva tejidos
Con salitre y agua; Con salitre y agua; Con salitre y agua; Con salitre y agua;
Habla con los pájaros Habla con los pájaros Habla con los pájaros Habla con los pájaros
Y lévate al alba. Y lévate al alba. Y lévate al alba. Y lévate al alba.
Y cuando las carnes Y cuando las carnes Y cuando las carnes Y cuando las carnes
Te sean tornadas, Te sean tornadas, Te sean tornadas, Te sean tornadas,
Y cuando hayas puesto Y cuando hayas puesto Y cuando hayas puesto Y cuando hayas puesto
En ellas el alma En ellas el alma En ellas el alma En ellas el alma
Que por las alcobas Que por las alcobas Que por las alcobas Que por las alcobas
Se quedó enredada, Se quedó enredada, Se quedó enredada, Se quedó enredada,
Entonces, buen hombre, Entonces, buen hombre, Entonces, buen hombre, Entonces, buen hombre,
Preténdeme blanca, Preténdeme blanca, Preténdeme blanca, Preténdeme blanca,
Preténdeme nívea, Preténdeme nívea, Preténdeme nívea, Preténdeme nívea,
Preténdeme casta. Preténdeme casta. Preténdeme casta. Preténdeme casta.
Poema 20 de Pablo Neruda Poema 20 de Pablo Neruda Poema 20 de Pablo Neruda
Chile, 1904-1973) Chile, 1904-1973) Chile, 1904-1973)

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada, Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada, Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.» y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.» y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»

El viento de la noche gira en el cielo y canta. El viento de la noche gira en el cielo y canta. El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso. Yo la quise, y a veces ella también me quiso. Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería. Ella me quiso, a veces yo también la quería. Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo. La noche está estrellada y ella no está conmigo. La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido. Mi alma no se contenta con haberla perdido. Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca. Como para acercarla mi mirada la busca. Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Mi alma no se contenta con haberla perdido. Mi alma no se contenta con haberla perdido. Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo. y éstos sean los últimos versos que yo le escribo. y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

Pablo Neruda, de Veinte poemas de amor y una Pablo Neruda, de Veinte poemas de amor y una Pablo Neruda, de Veinte poemas de amor y una
canción desesperada (1924) canción desesperada (1924) canción desesperada (1924)
1.- Quien dice que la ausencia, de Juan Boscán
Quien dice que la ausencia causa olvido
merece ser de todos olvidado.
El verdadero y firme enamorado
está, cuando está ausente, más perdido.

Aviva la memoria su sentido;


la soledad levanta su cuidado;
hallarse de su bien tan apartada
hace su desear más encendido.

No sanan las heridas en él dadas,


aunque cese el mirar que las causó,
si quedan en el alma confirmadas.

Que si uno está con muchas cuchilladas,


porque huya de quien lo acuchilló,
no por eso serán mejor curadas.

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