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(1651-1695)
Detente, sombra de mi bien esquivo
Hija de un español y una criolla, esta mujer siguió una carrera religiosa y se convirtió en una escritora
mexicana que perduraría en el tiempo. Es autora de una literatura barroca de altísima factura que le dio
prestigio y reconocimiento tanto en la alta sociedad novohispana como española. Se le considera una de las
máximas exponentes del Siglo de oro español.
Afirma el crítico literario, Octavio Paz, que en los tiempos de la colonia, la corte y el locutorio del claustro eran
los únicos espacios en que una mujer podía codearse intelectualmente con los hombres. Y sor Juana, que evadió
el matrimonio para poder dedicarse a las letras, supo aprovechar esos espacios.
Su obra abarca una diversidad de géneros literarios, entre los cuales destacan el teatro, el auto sacramental y la
lírica. En cuanto a la lírica, sor Juana escribió sonetos, redondillas, décimas y romances.
[…]
Francisco de Quevedo
(Madrid 1580- Villanueva 1645)
Algo sobre Góngora Estudió en la Universidad de Salamanca, donde llamó la atención como poeta.
Tomó órdenes menores en 1575 y fue canónigo beneficiado de la catedral cordobesa, donde fue
amonestado ante el obispo Pacheco por acudir pocas veces al coro y por charlar en él, así como por
acudir a diversiones profanas y componer versos satíricos.
Federico García Lorca
(Fuente Vaqueros, España 1898 – Viznar 1936)
Federico García Lorca (1898 - 1936) es uno de los escritores españoles más reconocidos a nivel
internacional. Fue uno de lo miembros más destacados de la llamada "Generación del 27", en la
que un grupo de jóvenes artistas decidió innovar en la creación literaria.
De esta manera, se destacó por mantener sus raíces con la tradición, pero también explorar a
través del lenguaje. Así, su obra recoge lo culto y lo popular. En sus dramas y poemas trabajó
temas universales como el amor y la muerte. La casa de Bernarda Alba y Bodas de sangre son dos
de sus textos dramáticos más conocidos.
Aunque su carrera fue truncada al ser fusilado por franquistas a comienzos de la Guerra Civil por
"socialista y homosexual", hoy se ha convertido en un referente de la literatura hispanoamericana
Tú me quieres blanca
Tú me quieres alba,
Alfonsina Storni
(Sala Capriasca 1892 – Mar del Plata 1938)
Me quieres de espumas,
Me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada
Ni un rayo de luna
Filtrado me haya.
Ni una margarita
Se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
Tú me quieres blanca,
Tú me quieres alba.
Poema 20
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Detente, sombra de mi bien esquivo, Sor Juana Inés de la Cruz. (1651- Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
1695) Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Detente, sombra de mi bien esquivo Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
imagen del hechizo que más quiero, La noche está estrellada y ella no está conmigo.
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Si al imán de tus gracias atractivo Mi alma no se contenta con haberla perdido.
sirve mi pecho de obediente acero, Como para acercarla mi mirada la busca.
¿para qué me enamoras lisonjero, Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
si has de burlarme luego fugitivo?
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Mas blasonar no puedes satisfecho
de que triunfa de mí tu tiranía; Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
que aunque dejas burlado el lazo estrecho Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
que tu forma fantástica ceñía, Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
El poeta le pide a su amor que le escriba, Federico García Lorca (1898- Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
1936) Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Amor de mis entrañas, viva muerte, Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
en vano espero tu palabra escrita Mi alma no se contenta con haberla perdido.
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte. Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
El aire es inmortal. La piedra inerte
Pablo Neruda, de Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924)
ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.
Tú que hubiste todas Tú que hubiste todas Tú que hubiste todas Tú que hubiste todas
Las copas a mano, Las copas a mano, Las copas a mano, Las copas a mano,
De frutos y mieles De frutos y mieles De frutos y mieles De frutos y mieles
Los labios morados. Los labios morados. Los labios morados. Los labios morados.
Tú que en el banquete Tú que en el banquete Tú que en el banquete Tú que en el banquete
Cubierto de pámpanos Cubierto de pámpanos Cubierto de pámpanos Cubierto de pámpanos
Dejaste las carnes Dejaste las carnes Dejaste las carnes Dejaste las carnes
Festejando a Baco. Festejando a Baco. Festejando a Baco. Festejando a Baco.
Tú que en los jardines Tú que en los jardines Tú que en los jardines Tú que en los jardines
Negros del Engaño Negros del Engaño Negros del Engaño Negros del Engaño
Vestido de rojo Vestido de rojo Vestido de rojo Vestido de rojo
Corriste al Estrago. Corriste al Estrago. Corriste al Estrago. Corriste al Estrago.
Huye hacia los bosques, Huye hacia los bosques, Huye hacia los bosques, Huye hacia los bosques,
Vete a la montaña; Vete a la montaña; Vete a la montaña; Vete a la montaña;
Límpiate la boca; Límpiate la boca; Límpiate la boca; Límpiate la boca;
Vive en las cabañas; Vive en las cabañas; Vive en las cabañas; Vive en las cabañas;
Toca con las manos Toca con las manos Toca con las manos Toca con las manos
La tierra mojada; La tierra mojada; La tierra mojada; La tierra mojada;
Alimenta el cuerpo Alimenta el cuerpo Alimenta el cuerpo Alimenta el cuerpo
Con raíz amarga; Con raíz amarga; Con raíz amarga; Con raíz amarga;
Bebe de las rocas; Bebe de las rocas; Bebe de las rocas; Bebe de las rocas;
Duerme sobre escarcha; Duerme sobre escarcha; Duerme sobre escarcha; Duerme sobre escarcha;
Renueva tejidos Renueva tejidos Renueva tejidos Renueva tejidos
Con salitre y agua; Con salitre y agua; Con salitre y agua; Con salitre y agua;
Habla con los pájaros Habla con los pájaros Habla con los pájaros Habla con los pájaros
Y lévate al alba. Y lévate al alba. Y lévate al alba. Y lévate al alba.
Y cuando las carnes Y cuando las carnes Y cuando las carnes Y cuando las carnes
Te sean tornadas, Te sean tornadas, Te sean tornadas, Te sean tornadas,
Y cuando hayas puesto Y cuando hayas puesto Y cuando hayas puesto Y cuando hayas puesto
En ellas el alma En ellas el alma En ellas el alma En ellas el alma
Que por las alcobas Que por las alcobas Que por las alcobas Que por las alcobas
Se quedó enredada, Se quedó enredada, Se quedó enredada, Se quedó enredada,
Entonces, buen hombre, Entonces, buen hombre, Entonces, buen hombre, Entonces, buen hombre,
Preténdeme blanca, Preténdeme blanca, Preténdeme blanca, Preténdeme blanca,
Preténdeme nívea, Preténdeme nívea, Preténdeme nívea, Preténdeme nívea,
Preténdeme casta. Preténdeme casta. Preténdeme casta. Preténdeme casta.
Poema 20 de Pablo Neruda Poema 20 de Pablo Neruda Poema 20 de Pablo Neruda
Chile, 1904-1973) Chile, 1904-1973) Chile, 1904-1973)
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada, Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada, Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.» y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.» y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»
El viento de la noche gira en el cielo y canta. El viento de la noche gira en el cielo y canta. El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso. Yo la quise, y a veces ella también me quiso. Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería. Ella me quiso, a veces yo también la quería. Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo. La noche está estrellada y ella no está conmigo. La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido. Mi alma no se contenta con haberla perdido. Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca. Como para acercarla mi mirada la busca. Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Mi alma no se contenta con haberla perdido. Mi alma no se contenta con haberla perdido. Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo. y éstos sean los últimos versos que yo le escribo. y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
Pablo Neruda, de Veinte poemas de amor y una Pablo Neruda, de Veinte poemas de amor y una Pablo Neruda, de Veinte poemas de amor y una
canción desesperada (1924) canción desesperada (1924) canción desesperada (1924)
1.- Quien dice que la ausencia, de Juan Boscán
Quien dice que la ausencia causa olvido
merece ser de todos olvidado.
El verdadero y firme enamorado
está, cuando está ausente, más perdido.