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Que, según se acreditará, con fecha 11 de agosto del año 2014, suscribí contrato
individual de trabajo con la demandada, comenzando a prestar servicios ese mismo día. Al
efecto, cabe señalar que, si bien fueron firmadas dos copias de dicho contrato, ninguna de
estas me fue entregada de conformidad a lo dispuesto en el artículo 146 ter del Código del
Trabajo. Así las cosas, en dicho contrato laboral, se convino una jornada laboral ordinaria
de 45 horas semanales, distribuidas en 5 días a la semana, de Lunes a Viernes, asimismo,
se pactó una remuneración por el sueldo mínimo mensual a la fecha, más la gratificación
legal prevista en el artículo 50 del Código del Trabajo. Cabe señalar a S.S., que mi última
remuneración ascendía a la suma de $512.380 (quinientos doce mil trescientos ochenta
pesos). En efecto, según se expondrá más adelante, la relación laboral se extendió desde
el 11 de agosto del año 2014 hasta el día 15 de diciembre del año 2020.
Así las cosas, durante los primeros 4 años de relación laboral, trabajé sin ningún
inconveniente, existiendo un buen ambiente de trabajo, con una jefatura directa y
respetuosa, bajo condiciones laborales que en general le permitían desempeñar mis
labores sin mayores inconvenientes.
En efecto, desde el primer día que asume el cargo de supervisor el señor LUIS RAMÍREZ,
este se mostró prepotente y desafiante en el trato hacia sus subalternos, siendo
especialmente severo conmigo.
En este orden, y transcurrido solo un mes desde que comenzó su jefatura, ocurre el
primer episodio de maltrato laboral. En efecto, a raíz de una petición de herramientas que
le realizó, para poder llevar a cabo mis labores, el señor Ramírez me respondió
lanzándome las herramientas en mal estado muy cerca de mis pies, y diciéndome: “Toma
ahí tení, arréglatelas como podaí”; lo anterior, en presencia de varios compañeros de
trabajo, lo cual en consideración a mi edad y otros factores psicológicos, según se
acreditará, comenzaron a provocar una enorme preocupación en mi persona, afectando
directamente mi estado de ánimo y psique.
En este sentido, con el pasar del tiempo comenzaron a darse diversas situaciones de
similar naturaleza y de manera sistemática, abusos que me generaron miedo y ansiedad
hacia mi supervisor, y los que, en definitiva, terminaron por afectar seriamente mi psique.
A mayor abundamiento, y según se acreditará, por Informe médico emitido con fecha 29
de noviembre del año 2019, me fué diagnosticado “Distimia” (Trastorno depresivo
persistente, una forma de depresión continua y a largo plazo), recetando al efecto
Quetiapina (fármaco neuroléptico perteneciente al grupo de los denominados
antipsicóticos atípicos, utilizado en el tratamiento de la esquizofrenia y de los episodios
maníacos y depresivos severos del trastorno bipolar).
Así las cosas, durante la mañana del día 16 del mes de octubre del año 2020, ocurrió otro
grave caso de acoso laboral en mi contra. En efecto, en dicha fecha me presenté a trabajar
como de costumbre, y al llegar a mi puesto de trabajo, me doy cuenta de que no tenía
ninguna herramienta para poder realizar mis labores; extrañada de lo sucedido, le
pregunto a un compañero de trabajo si es que sabe quién me sacó dichas herramientas, a
lo que este me responde: “fue LUIS RAMIREZ”. Al enterarme de aquello, salgo en busca de
mi ex supervisor, a fin de solicitarle las herramientas para poder comenzar a trabajar en
mis labores de una vez. Así las cosas, cuando lo encuentro caminando por las instalaciones
de la empresa, le intento dirigir la palabra, a lo que LUIS RAMIREZ hace caso omiso con
señales de desprecio; una vez más, vuelvo a intentar entablar diálogo con mi ex jefe, a lo
que él con una actitud muy violenta se da vuelta y me responde: “puta que webiai, no te
voy a pasar ninguna wea”, ante esto, le pido que baje el tono, y que me trate con respeto,
pero él nuevamente me responde de forma inadecuada, diciéndome: “yo te trato como se
me para la raja, si no te gusta te podí ir, porque no me serví para nada”.
Ante tal situación, y con motivo del estrés generado, sufrí una fuerte crisis de pánico en el
lugar de trabajo, la que generó incluso que debiese pedir permiso para poder retirarme de
mis labores. A mayor abundamiento, es dable señalar a S.S., que en ningún momento mi
ex empleador cumplió con el seguro médico a mi favor, según lo dispuesto en la Ley N°
16.744, ya que simplemente me mandaron para la casa.
Es dable que S.S., tenga presente que, producto del daño psicológico generado a raíz del
acoso laboral por parte de mi ex empleador, me fueron recetados muchos medicamentos
(sin perjuicio de sus efectos adversos hacia mi salud), tales como: Clonazepam, Fluoxetina,
Quetiapina,Imipramina, Omeprazol escitalopram, Rexulti, Duloxetina, Tramal long,
Neurexan, Escitaloprám, entre otros fármacos.
Que, según se acreditará, el día 02 de diciembre del año 2020, concurrí a trabajar de
forma habitual, llegando como de costumbre a las 8:00 horas a mi trabajo. En dicho
contexto, y a raíz de un problema con el estado de desgaste de una herramienta de
trabajo, le pido a mi ex supervisor que por favor no me entregue herramientas malas,
pues así no podía desempeñar de buena manera mis labores, ante aquellas palabras, LUIS
RAMIREZ, muy ofuscado, me responde bajo fuertes epítetos e incluso con amenazas.
Producto de lo anterior, comencé a sentirme muy mal, incluso caí al suelo desmayada,
sufriendo convulsiones en el lugar de trabajo. Debido a lo anterior, y según se acreditará,
fuí llevada en ambulancia hasta el Hospital San Luis de Buin, donde fui ingresada de
urgencias y posteriormente estabilizada.
Con posterioridad a este episodio, y según se acreditará, por informe médico emitido con
fecha 17 de diciembre del año 2020, me fué diagnosticado: neurosis de referencia
secundaria; trastorno depresivo recurrente; episodio depresivo grave sin síntomas
psicóticos; hipotiroidismo; epilepsia asintomática e hipertensión primaria; todos a causa
del maltrato laboral sufrido en el tiempo de la relación laboral, a causa de los actos y
omisiones denunciados en los que incurrió mi ex empleador.
En este orden, queda patente que el maltrato recibido por parte de mi ex supervisor,
generó graves consecuencias en mi persona, llegando a somatizar las dolencias,
convirtiendo así, mis trastornos psíquicos a causa del comportamiento ilegal y arbitrario
de LUIS RAMÍREZ, en síntomas orgánicos y funcionales.
En efecto, y según se acreditará, a causa del maltrato laboral sufrido, debí incurrir en la
compra de varios medicamentos, principalmente Clonazepam, fármaco utilizado para
aliviar mis ataques de pánico (ataques súbitos e inesperados de miedo intenso y la
preocupación que dichos ataques generan) a causa del maltrato laboral.
Asimismo, y no menos importante, es señalar a S.S., los efectos adversos que provocaron
en mí organismo la ingesta del referido medicamento tales como: somnolencia, dolor de
cabeza, vértigo y boca seca. Teniendo presente S.S., los diversos estudios médicos en la
materia, advirtiendo que un consumo elevado del fármaco puede producir un progresivo
e irreversible deterioro cognitivo, o una especie de envejecimiento prematuro del
cerebro.1
Así por ejemplo, un estudio realizado en 20072 concluye que el uso de benzodiazepinas
trae aparejadas la mayoría de las veces efectos adversos tales como debilidad muscular,
ataxia, sedación, alteraciones de la memoria, reacciones de discontinuación y riesgo de
dependencia.
Es dable señalar a S.S., que durante el transcurso del tiempo en que se extendió la relación
laboral, registré siempre un buen desempeño, cumpliendo en forma eficiente y
responsable todas las obligaciones que demandaba mi labor, ejerciendo ésta con el mayor
esmero posible, y en general, cumpliendo con todas las obligaciones impuestas por el
contrato de trabajo y el ordenamiento jurídico laboral vigente.
Finalmente, hay que señalar a S.S., que a la fecha no he firmado finiquito laboral alguno.
En conclusión, esta parte estima que el monto a indemnizar por concepto de lucro cesante
debe ascender a la suma de $5.000.000 (cinco millones de pesos) o la suma que S.S.,
estime conforme a derecho.
Que, según dispone el artículo 489 en relación con el inciso segundo del artículo 485 del
Código del Trabajo, si la vulneración de derechos fundamentales se hubiere producido con
ocasión del despido, la legitimación activa corresponderá al trabajador afectado, y que en
el caso de acogerse la denuncia, el trabajador tendrá derecho a la indemnización del inciso
cuarto del art. 162 y a la establecida en el artículo 163, con el correspondiente recargo del
artículo 168, y además, con una indemnización especial a ser fijada por el tribunal, la que
no podrá ser inferior a seis meses ni superior a once meses de la última remuneración
mensual, sin perjuicio de lo anterior la denunciada deberá indemnizar el daño moral
efectivamente causado a la denunciante.
1- Indemnizaciónespecialestablecidaenelart.489delCódigodelTrabajo:
SOLICITO A S.S., tener por interpuesta denuncia de tutela laboral por vulneración de
derechos fundamentales con ocasión de la relación laboral, cobro de indemnizaciones y
de otras prestaciones laborales, en contra de mi ex empleadora Sociedad APM Ltda.,
representada legalmente por don Jaime Harcha Cassis, ambos ya individualizados, o por
quien cumpla las funciones de representación legal a la fecha de esta presentación, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 4 del Código del Trabajo, darle tramitación, y
acogerla en todas sus partes, declarando en definitiva:
1- Que existieron por parte de la denunciada, las conductas de acoso laboral como
consecuencia de los actos de hostigamiento realizados contra la denunciante, alegadas en
cuerpo de esta presentación, vulnerando derechos garantizados y contenidos en el art. 2o
inciso 2o del código del trabajo, y artículo 19 no1 de la constitución política, esto es, su
integridad física y psíquica, y se ordene por lo siguiente que se proceda a la reparación de
las consecuencias de las conductas lesivas realizadas por la denunciada, de conformidad
con el art. 489 y siguientes del Código del Trabajo, se aplique oportunamente el haz
especial de indemnizaciones allí previstas, procediendo en consecuencia, a condenar a la
denunciada a lo siguiente:
2- Que se declare que la relación existente entre las partes comenzó con fecha 11 de
agosto del año 2014, manteniéndose vigente hasta el 15 de diciembre del año 2020, y
tuvo carácter laboral de conformidad a lo preceptuado en los artículos 7 y 8 del Código del
Trabajo.
A- Indemnización especial establecida en el art. 489 del Código del Trabajo: Derivada de la
vulneración de derechos fundamentales con ocasión del despido, que no podrá ser
B- Indemnización sustitutiva del mes de aviso previo: por la suma de $512.380 (Quinientos
doce mil trescientos ochenta pesos).
C- Indemnización por años de servicios: correspondiente a seis años y cuatro meses de
trabajo por la suma de $3.074.280 (tres millones setenta y cuatro mil doscientos ochenta)
D- Incremento legal: atendida la causal invocada, esto es, conductas de acoso laboral,
conforme al artículo 160 N° 1 letras F, 160 N° 7, y que durante la relación laboral
ocurrieron actos vulneratorios de derechos fundamentales, procede que se aplique un
recargo del 80% respecto de la indemnización por años de servicios, conforme lo prescribe
el art. 168 letra c) del Código del Trabajo, esto es, la suma de $5.533.704 (cinco millones
quinientos treinta y tres mil setecientos cuatro pesos)
F- Indemnización por daño moral: por la suma de $10.000.000 (diez millones de pesos)
G- Indemnización por lucro cesante: por la suma de $5.000.000 (cinco millones de pesos)