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PROCEDIMIENTO : Aplicación General

MATERIA : Indemnización de perjuicios por enfermedad

profesional

DEMANDANTE : Daniela Antonieta Duarte Morales

R.U.N. : 18.359.717-5

ABOGADO PATROCINANTE : Simón Pedro Muñoz Muñoz

R.U.N. : 16.294.069-4

DEMANDADO : TRICOT S.A.

R.U.T. : 84.000.000-1

REPRESENTANTE LEGAL : Guillermo Torres Mondaca

R.U.N. : 7.373.687-0

EN LO PRINCIPAL: Demandada indemnización de perjuicios por enfermedad

profesional; PRIMER OTROSÍ: Acompaña Documentos; SEGUNDO OTROSÍ:

Solicita lo que indica; TERCER OTROSÍ: Acompaña copia digitalizada para fines

indicados; CUARTO OTROSÍ: Patrocinio y poder.

S. J. L. DEL TRABAJO DE SAN JAVIER

DANIELA ANTONIETA DUARTE MORALES, Vendedora, cedula nacional

de identidad número 18.359.717-5, domiciliada en calle Liucura, Número 225,

comuna de Villa Alegre, a S.S., respetuosamente digo:

Que, por este acto, vengo en deducir demanda de indemnización de

perjuicios por enfermedad profesional en procedimiento de aplicación general, en

contra de mi empleador, TRICOT S.A., Rol Único Tributario número 84.000.000-1,


representada legalmente por don GUILLERMO IVÁN TORRES MONDACA,

Ingeniero Comercial, cédula nacional de identidad número 7.373.687-0, ambos

domiciliados para estos efectos en calle Arturo Prat número 2370, comuna de San

Javier, a fin de que sean condenados a responder por el daño ocasionado a esta

parte, como consecuencia de la enfermedad profesional que padezco, en atención

a los siguientes antecedentes de hecho y fundamentos de derecho que se

desarrollan en lo sucesivo:

I. ANTECEDENTES DE LA RELACIÓN LABORAL

1) Inicio de la relación laboral: Según consta de los antecedentes que se

acompañan en un otrosí de esta presentación, con fecha 01 DE NOVIEMBRE

DEL 2014, suscribí contrato individual de trabajo con la demandada, ingresando

en dicha fecha a prestar servicios personales bajo vínculo de subordinación y

dependencia para TRICOT S.A.

El vínculo contractual fue inicialmente a plazo fijo, hasta el día 30 de

noviembre del 2014, sin embargo, con fecha 31 de enero de 2015, dicho contrato

pasó a tener el carácter de indefinido.

2) Funciones: En virtud del contrato individual de trabajo de fecha 01 de

noviembre de 2014, fui contratada para desempeñarme como “ASISTENTE DE

VENTAS”, en la sucursal de San Javier de la empresa TRICOT S.A., no obstante,

con posterioridad, fui ascendida por mi empleador para ejecutar el trabajo de

“VENDEDORA INTEGRAL - CAJERA”, el cual efectúo hasta la fecha.


3) Naturaleza del contrato: Actualmente el contrato individual de trabajo que

me vincula con TRICOT S.A. es de naturaleza INDEFINIDA.

4) Sobre la última remuneración: Respecto a esta materia, es dable indicar

que mi última remuneración liquida mensual, correspondiente al mes de

noviembre de 2021, asciende a la suma de $665.972, tal y como se acredita con la

Liquidación de Sueldo que acompaño a esta presentación.

5) Jornada de Trabajo: La jornada laboral se desarrolla de lunes a viernes de

09:45 horas a 20:45 horas; Sábados de 09:45 horas a 20:30 horas y Domingos y

Festivos de 10:45 horas a 20:15 horas, y dentro de ese horario y días se distribuye

la jornada de trabajo de 45 horas semanales en sistema de turnos.

II. DESARROLLO DE LA RELACIÓN LABORAL

Preliminarmente, debo indicar S.S. que, conforme los términos y

antecedentes anteriormente referidos, he prestado servicios a TRICOT S.A. por

más de siete años, trabajando en un inicio de mi relación laboral como Asistente

de Ventas, no obstante, debido a mi buen desempeño, fui ascendida a Vendedora

Integral-Cajera, en la Sucursal de San Javier de dicha empresa.

En el desarrollo de mis funciones, he mantenido buena relación laboral con

mis pares, como también, con las distintas personas que han desempeñado

jefaturas en la sucursal de TRICOT S.A. de nuestra comuna.

Asimismo, es dable señalar que, en un inicio mantuve buena relación

laboral con la actual Jefa de Sucursal, doña Claudia Pérez Vidal, cédula nacional

de identidad N°10.520.560-0, quien fue trasladada a la sucursal de San Javier


desde Santiago. En este sentido debo agregar que desde la llegada de doña

Claudia Pérez Vidal a la sucursal comunal, fui testigo de malos tratos de su parte

de hacia otros trabajadores, a quienes denostaba verbalmente y agredía

psicológicamente de forma permanente.

Por lo anterior, y en atención a los malos tratos señalados

precedentemente, en el mes de noviembre de 2018, una funcionaria del

establecimiento, doña Marjorie Urra Sandoval, dedujo denuncia por acoso laboral,

en contra de la Jefa de Sucursal San Javier, doña Claudia Pérez Vidal, ante la

inspección del Trabajo y, asimismo, ante la Empresa y la Mutualidad a la cual se

encuentra adscrita TRICOT S.A. Debido a esta situación, la Jefa de Sucursal,

doña Claudia Pérez Vidal, comenzó a presionar a distintos trabajadores, entre los

que se encontraba esta parte, instruyéndonos expresamente lo siguiente: “Cuando

vengan los jefes de Santiago, a investigar la denuncia de Marjorie, tienen que

decir que ella es la conflictiva, que tiene problemas con el marido y que la hija

tiene problemas psicológicos”, siendo dicha conducta recurrente e insistente, a tal

punto que, en más de una oportunidad instruyó que me retirase de mi puesto de

trabajo para ir a su oficina, a fin de reforzar la solicitud de mentir ante los Jefes a

nivel nacional de la empresa.

No obstante, y pese a toda la presión laboral, psicológica y emocional que

implicó la conducta desplegada por mi superior jerárquico, doña Claudia Pérez

Vidal, declararé como testigo conforme a la realidad de los hechos que había

presenciado en innumerables oportunidades, ante la Inspección Comunal del

Trabajo de San Javier, la cual habiendo constatado indicios de vulneración por

parte de la Jefa de Sucursal, interpuso en representación de doña Marjorie Urra


Sandoval, denuncia por Vulneración de Derechos Fundamentales en contra de

TRICOT S.A., lo que dio inicio a la causa RIT T-3-2019, procedimiento laboral en

el que comparezco nuevamente, en calidad de testigo de la parte denunciante.

La situación antes descrita tuvo como consecuencia represalias, asedio,

gestos de desprecio y malos tratos de parte de las jefaturas de la sucursal San

Javier hacia mi persona, lo que se tradujo en gritos en sala de ventas frente a

clientes, comentarios despectivos respecto a mi desempeño, tales como “no sirves

para nada”, “eres una huasa inútil”, “no sabes nada, yo hago lo que quiero aquí,

soy la autoridad”, lo que me llevó a manifestar síntomas como desmotivación,

tensión, frustración, rabia, impotencia, temor a la jefatura.

A mayor abundamiento, debo indicar S.S. que, previo a los hechos

descritos anteriormente, específicamente en el mes de octubre de 2018, esta parte

ya había sido objeto de tratos indebidos derivados de liderazgo disfuncional por

parte la Jefatura de la sucursal, toda vez que, en dicha oportunidad, la Jefa de

Operaciones de la Sucursal, a petición de la Jefa de Sucursal, doña Claudia Pérez

Vidal, me obligó a salir de la sala de ventas para comprar un test de embarazo, al

identificar en mi persona algunos síntomas de dicho estado, argumentando que

ella debía informar de todo a sus superiores, obligándome a salir de tienda a

comprar, para luego regresar a realizarme el test dentro de uno de los baños de la

sucursal, accediendo esta parte a lo anterior, ante la presión de mi jefatura,

arrojando dicho examen mi estado de gravidez, momento en el cual la Jefa de

Sucursal comenzó a increparme y cuestionar mi embarazo, amenazándome para

que no informara de esta situación a las jefaturas de Santiago, a quienes debía

indicar que la idea del test fue sólo mía, sin presión de ningún tipo. Asimismo, en
el mes de diciembre de 2018, debido a las represalias antes mencionadas, y pese

al estado de gravidez conocido por mi jefatura, no me permitieron recibir asistente

de ventas en la etapa de temporada de navidad, impidiéndome con esto tomar mi

tiempo de colación, al estar con sobrecarga laboral.

El episodio anteriormente indicado, relativo a la declaración prestada por

esta parte como testigo en causa de Tutela de Derechos Fundamentales, marcó

un antes y un después en la relación laboral de esta parte, pues la JEFA DE

SUCURSAL ME RECRIMINABA CONSTANTEMENTE, LO QUE ELLA

ENTENDÍA COMO UNA FALTA DE LEALTAD HACIA SU PERSONA.

A partir de entonces, doña Claudia Pérez Vidal, Jefa de Sucursal San

Javier, se mantuvo mostrando una actitud especialmente hostil en contra de esta

parte, transformándome en blanco permanente de un trato diferenciado y

perjudicial, con ocasión del desarrollo de la relación laboral, por parte de la

referida superior, lo que implicaba malos modos, tratos irónicos y una

confrontación constante, que enrarecía el ambiente laboral, tornándolo tenso y

difícil de tolerar, al increparme cada vez que podía hacerlo, cuestionando mi

desempeño laboral con otras colegas, sin fundamento alguno.

Lo anterior trajo como corolario una gran afectación, estrés y tensión

psíquica constante, que se materializaron en los primeros síntomas de la

enfermedad laboral sufrida por esta parte, presentando: Frustración, miedo, pánico

a encerronas, presión, cansancio, mialgias, cefalea, dolor abdominal, insomnio,

apetito disminuido, labilidad emocional, llanto fácil, sintomatología que empeoraba

al asistir al trabajo.
Por lo expuesto precedentemente, me vi en la necesidad de consultar por

atención médica, ante la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la

Construcción, a fin de que dicha entidad pudiese calificar la patología que me

afectaba, como consecuencia del inapropiado trato recibido por parte de mi

jefatura directa.

III. ENFERMEDAD PROFESIONAL RECALIFICADA DE ORIGEN LABORAL

POR LA SUPERINTENDENCIA DE SEGURIDAD SOCIAL: TRASTORNO

DE ADAPTACIÓN

Sobre el particular, y siguiendo la línea de ideas previamente desarrollada,

cabe señalar que ingresé a Mutual de Seguridad el día 18 de enero de 2019,

interponiendo, asimismo, Denuncia Individual de Enfermedad Profesional (DIEP)

el día 21 de enero de 2019.

Luego de efectuar los exámenes y estudios pertinentes, a fin de establecer

si la patología que presentaba tenía carácter laboral y, teniendo en especial

consideración lo indicado en el informe del Comité de Calificación de Enfermedad

Profesional, de fecha 04 de febrero de 2029, el cual arrojó como diagnóstico

clínico TRASTORNO DE ADAPTACION no atribuible a razones laborales, Mutual

de Seguridad concluyó ausencia de factores de riesgo de liderazgo disfuncional

y/o menoscabo, razón por la cual mi padecimiento fue calificado como enfermedad

común, mediante resolución N°3487835, de fecha 04 de febrero de 2019, Siniestro

N°7563706, la cual fundamentó la emisión de la licencia médica N°2-59266596

extendida por un total de 30 días continuos a contar del 18 de enero de 2019.


Por lo anterior, con fecha 05 de junio de 2019, esta parte recurrió ante la

Superintendencia de Seguridad Social, en contra de Mutual de Seguridad de la

Cámara Chilena de la Construcción, que calificó de origen común la patología de

salud mental que esta parte sufría, procediendo los profesionales médicos de

dicho organismo al análisis de los antecedentes clínicos y laborales disponibles,

resolviendo, mediante Resolución Exenta R-01-UME-61562-2019 DE FECHA 19

DE NOVIEMBRE DE 2019 expresamente lo siguiente:

“(…) que la afección que presentó la trabajadora es de origen laboral,

toda vez que es posible establecer una relación de causa directa, como lo

exige el artículo 7° de la Ley N°16.744, entre el trabajo desempeñado y la

sintomatología.

Que, de los antecedentes tenidos a la vista, entre ellos presentación

escrita y fundada, evaluación de puesto de trabajo y ficha clínica, se verifica

exposición a factores de riesgo de tensión psíquica en el ejercicio del

trabajo, derivados de liderazgo disfuncional expresado en un trato indebido

en la relación laboral, por tiempo y magnitud suficientes para explicar la

presencia de la afección señalada.” (Énfasis añadido), instruyendo a la

mutualidad otorgar a esta parte todas las prestaciones del seguro social de la Ley

N°16.744, incluidas las medidas de mitigación y readecuación laboral necesarias.

En razón de lo anterior, Mutual de Seguridad C.CH.C, conforme a sus

facultades como Organismo Administrador del seguro social reglado en la

N°16.744, mediante Resolución Nº3782764 de fecha 21 de noviembre de 2019,

indicó a mi empleador, TRICOT S.A., lo siguiente:


“El empleador debe cambiar de puesto de trabajo al trabajador o que

dicho puesto de trabajo sea readecuado con la finalidad de cesar la

exposición al agente causante de la Enf. Profesional”. (Énfasis añadido).

Asimismo, luego del pronunciamiento de SUSESO antes indicado, comencé

a ser tratada por la mutualidad respectiva, para efectos de controlar la

sintomatología asociada a la enfermedad profesional padecida, esto es,

TRASTORNO DE ADAPTACIÓN DE ORIGEN LABORAL, prescribiendo

medicamentos para el control de mi complejo estado de salud mental, tales como:

- Quetiapina 25 mg

- Fluoxetina 20 mg

- Eszopiclona 3 mg.

IV. REINGRESO A MUTUAL DE SEGURIDAD POR RESOLUCIÓN DE

SUPERINTENDENCIA DE SEGURIDAD SOCIAL QUE RECALIFICA

ENFERMEDAD COMO DE ORIGEN LABORAL

En el mes de marzo del 2020, Mutual de Seguridad emitió alta laboral,

generando mi reingreso al mismo puesto de trabajo en el cual fui calificada con

Enfermedad Profesional en noviembre 2019, sin perjuicio de mantenerme con

controles periódicos con dicha entidad.

Al continuar mis actividades laborales, comienzo a constatar que la

empresa no ha efectuado cambio de puesto o readecuación de este para cesar la

exposición al agente causante de la enfermedad profesional que me afecta, pese


a que mi calificación deriva del “liderazgo disfuncional expresado en un trato

indebido en la relación laboral”.

Pues bien, al finalizar el mes de marzo 2020, la Jefa de Operaciones de la

sucursal, doña Carolina Bravo, nos comunica que por decisión a nivel nacional, y

dada la coyuntura sanitaria que enfrentaba nuestro país, los trabajadores seremos

divididos en dos turnos, uno a cargo de la Jefa de Tienda, doña Claudia Pérez

Vidal, y un segundo turno a cargo de Sra. Carolina Bravo, momento en el que se

me informa que debido a mi enfermedad profesional prestaría servicios en el turno

de la Jefa de Operaciones, doña Carolina Bravo, a fin de evitar el trato con doña

Claudia Pérez Vidal, agente estresor causante del trato indebido y,

consecuencialmente, de la enfermedad profesional que padezco.

Lamentablemente, el día 15 de diciembre 2020, y estando aun en

tratamiento en Mutual de Seguridad, fui ingresada nuevamente al turno de la doña

Claudia Pérez Vidal, quedando bajo su jefatura, lo que implicó un aislamiento

inmediato para esta parte, toda vez que, mis compañeras no interactuaban

conmigo, con el fin de evitar problemas con la máxima jefatura de la tienda, quien

mantenía una animadversión hacia esta parte, manifestada en hostigamientos,

malos tratos y presiones ejercidas en mi contra, por mi comparecencia como

testigo en una investigación ante la Inspección del Trabajo, la que concluyó en

denuncia por Vulneración de Derechos Fundamentales contra la empresa, siendo

sindicada doña Claudia Pérez Vidal como la responsable de dichas vulneraciones.

En este contexto, el día 16 de diciembre 2020 fui increpada nuevamente por

doña Claudia Pérez Vidal, quien me recrimina señalando: “estoy chata de que me
des problemas, contigo siempre es lo mismo”, por cuanto según su criterio, esta

parte afectaba el desempeño de otras trabajadoras del lugar.

Esta situación me descompensó, evidentemente, al ser una velada

conducta de hostigamiento, ejecutada en presencia de mis colegas de turno,

motivando mi reingreso a Mutual de Seguridad, quienes emitieron orden de reposo

N°4307805, de fecha 17 de diciembre 2020, la que comenzó a partir del día 16 de

diciembre del mismo año.

Posteriormente, en entrevista médica y psicológica de Mutual de Seguridad

en el mes de diciembre de 2020, esta parte reclama que la medida de mitigación y

readecuación laboral no han sido efectuadas por mi empleador, quien continuaba

ejerciendo en mi contra liderazgo disfuncional.

Pese a lo anterior, con fecha 25 de diciembre 2020, la mutualidad indicada

emite alta laboral N°3757310, reingresando a mi puesto laboral, quedando

nuevamente a cargo de la doña Claudia Pérez Vidal, Jefa de Sucursal,

comunicándome el día 28 de diciembre 2020, la Psicóloga de Mutual de Seguridad

que mi caso será derivado para evaluación en Santiago, a fin de evaluar alguna

incapacidad permanente que pudiese afectarme.

Debido a lo anterior, y en el entendido de que mi empleador no había dado

cumplimiento a las medidas prescritas por la mutualidad, con fecha 28 de

diciembre 2020, presento denuncia ante Seremi de Salud, por infracción a los

artículos 65 y 74 de la Ley N°16.744, folio de ingreso 1381988.

Habiendo tomando conocimiento de esta circunstancia Mutual de

Seguridad, en el mes de enero de 2020, me comunica que ha decido iniciar de

oficio, procedimiento de Estudio de Puesto de Trabajo, situación que causó


absoluta extrañeza a esta parte, debido a que el problema claramente ocurrido

dice relación con que no se aplican efectivamente por parte de mi empleador las

medidas de mitigación, correctivas y de readecuación que tienen por objeto cesar

la exposición de esta parte al agente causante de la enfermedad profesional.

Pues bien, el Estudio de Puesto de Trabajo efectuado por Mutual de

Seguridad, tuvo por resultado resolución N°4236036, de fecha 17 de febrero de

2021, mediante la cual se declara que esta segunda patología por la que había

reingresado, es de origen común y no laboral, derivando mi caso al sistema de

previsión común.

Sin perjuicio de lo resuelto por Mutual de Seguridad, el día 11 de marzo

2021, Seremi de Salud del Maule comunica a esta parte lo siguiente:

“Informo que con fecha 11.03.2021 se ha fiscalizado el centro de trabajo

Tricot de San Javier, perteneciente a la entidad empleadora Tricot S.A, en

donde se realizó una revisión documental y entrevista con representantes

de la empresa, pudiendo comprobar que al momento de la visita no se ha

materializado una medida concreta y definitiva de cambio y/o readecuación

de puesto de trabajo para cesar la exposición al agente causante de la

enfermedad profesional, ni se ha dado cabal cumplimiento a las medidas

inmediatas prescritas por Mutual en documento de fecha 26.11.2019. Por lo

anterior, se ha dado inicio a Sumario Sanitario mediante Acta

079001/03.11.2021”.

En atención a lo informado por la Seremi de Salud del Maule, y no

encontrándome de acuerdo con las conclusiones arrojadas por el Estudio de

Puesto de Trabajo elaborado de oficio por Mutual de Seguridad, al haber sido


efectuado con total parcialidad, entregando conclusiones erróneas, el día 19 de

abril de 2020, recurrí ante la Superintendencia de Seguridad Social, en contra de

resolución N°4236036, de fecha 17 de febrero de 2021, que calificó de

enfermedad común mi patología.

Dicha institución, previo trámite de rigor, resolvió mediante Resolución

Exenta R-01-UME-59315-2021 DE FECHA 12 DE MAYO DE 2021 lo siguiente:

“Que, esta Superintendencia mediante RESOLUCIÓN EXENTA N°R-01-

UME-61562-2019 del 19 / 11 / 2019, confirmó el origen laboral de la

patología de salud mental que presentaba en esa oportunidad e instruyó a

la mutualidad otorgar todas las prestaciones del Seguro Social de Ley

N°16.744, incluidas las medidas de mitigación y readecuación laboral

necesarias.

Que, con fecha 16-12-2020, la trabajadora nuevamente ingresó a MUTUAL

DE SEGURIDAD para estudio de una probable enfermedad profesional.

Que, se ha tenido a la vista los antecedentes aportados por MUTUAL DE

SEGURIDAD DE LA CÁMARA CHILENA DE LA CONSTRUCCIÓN.

Que, profesionales médicos de este Organismo procedieron al análisis de

los antecedentes clínicos y laborales disponibles, concluyendo que la

afección que presentó la trabajadora es de origen laboral, toda vez que es

posible establecer una relación de causa directa, como lo exige el artículo

7° de la Ley N°16.744, entre el trabajo desempeñado y la sintomatología.

Que, de los antecedentes tenidos a la vista, entre ellos, estudio de puesto

de trabajo, informes, registros clínicos y DIEP, se verifica exposición a

factores de riesgo de tensión psíquica en el ejercicio del trabajo, derivados


de liderazgo disfuncional expresado en un trato indebido en la relación

laboral, para explicar la presencia de la afección señalada.

Que, esta Superintendencia estima que no se han efectuado las medidas

de mitigación y readecuación en el trabajo, necesarias para la recuperación

laboral de la trabajadora.

RESUELVO:

Acógese el reclamo de calificación de origen de enfermedad. Procede

otorgar la cobertura del Seguro Social de Ley N°16.744, por tratarse de una

patología de origen laboral, debiendo el Organismo Administrador citado

reingresar a la trabajadora y completar tratamientos del episodio de

enfermedad laboral en comento y efectuar las medidas de mitigación

correspondientes.”

En virtud de lo instruido por SUSESO, mediante la resolución anteriormente

transcrita, Mutual de Seguridad, emitió resolución N°4342282, de fecha 24 de

mayo de 2021, en la que señala como indicaciones al empleador, lo siguiente:

“Recalificado por instrucción SUSESO, oficio N°R-01-UME-59315 de

12.05.2021 indica de origen laboral, estando expuesto a riesgo "Liderazgo

disfuncional expresado en un trato indebido en la relación laboral". El

empleador debe cambiar de puesto de trabajo al trabajador o que dicho

puesto de trabajo sea readecuado con la finalidad de cesar la exposición al

agente causante de la Enf. Profesional.”

De lo expuesto precedentemente, es posible señalar S.S. que, el

TRASTORNO DE ADAPTACION sufrido por esta parte, y diagnosticado por el

Comité de Calificación de Enfermedades Profesionales que evaluó mi caso al


ingresar por primera vez a la Mutual de Seguridad, sesionando con fecha 04 de

febrero del 2019, SIEMPRE TUVO ORIGEN LABORAL, al haberse verificado con

posterioridad a dicho diagnóstico por la Superintendencia de Seguridad Social, en

dos oportunidades distintas, la exposición de esta parte a FACTORES DE

RIESGO DE TENSIÓN PSÍQUICA EN EL EJERCICIO DEL TRABAJO,

DERIVADOS DE LIDERAZGO DISFUNCIONAL EXPRESADO EN UN TRATO

INDEBIDO EN LA RELACIÓN LABORAL, llevándola a recalificar mi enfermedad

en igual oportunidades.

Luego, y a pesar de los intentos efectuados por esta parte, de retomar mi

trabajo con normalidad y recuperarme de la sintomatología ansiosa generada

producto de las condiciones de trabajo a las que me veo sometida, no he podido

dejar el tratamiento medicamentoso indicado, pues mis síntomas reaparecen

apenas intento hacerlo, lo cual ha motivado que los especialistas tratantes

extiendan la medicación prescrita, hasta la actualidad.

Asimismo, resulta pertinente entender S.S., que el TRASTORNO DE

ADAPTACIÓN o TRASTORNO ADAPTATIVO, es una forma de presentación

clínica de la NEUROSIS LABORAL, conforme lo establecido en el D.S. N°73 que

introduce modificaciones en el reglamento para la aplicación de la Ley 16.744 y en

el reglamento para la calificación y evaluación de los accidentes del trabajo y las

enfermedades profesionales, estableciéndose en dicha Ley en comento que son

trabajos desencadenantes de neurosis profesionales, todos aquellos que

expongan a riesgo de tensión psíquica excesiva a una persona, y se compruebe

relación de causa a efecto.


En este sentido, entre las múltiples causas que pueden generar esta

enfermedad se encuentra la sobrecarga de horas de trabajo, la exigencia física

que imponen los turnos de noche y la falta de sueño en algunos casos, y el

hostigamiento laboral o estrés derivado de un ambiente de trabajo tenso o

desagradable.

Siguiendo esta línea de ideas, según los manuales de Clasificación

Internacional de Enfermedades (CIE-10), emanados de la Organización Mundial

de la Salud y los criterios adoptados en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los

Trastornos Mentales (CM-5) emanado de la American Psychiatric Association, se

establece coincidentemente en los mismos que el trastorno de adaptación, puede

definirse como una reacción emocional o comportamental ante una situación o un

evento que genera una respuesta de estrés agudo, por la que la persona puede

llegar a sentirse inadaptada.

Por lo anterior, se señala que el trastorno de adaptación provoca un

malestar intenso y desproporcionado, por cuanto la persona que lo vivencia siente

que es incapaz de afrontar sus problemas o planificar su futuro. Este sentimiento

le produce importantes cambios en el estado de ánimo, generando frustración,

ansiedad, irritabilidad e incluso depresión. Adicionalmente, en relación a los

síntomas que evidencian el padecimiento de dicho trastorno, se indica como

posibles síntomas del trastorno de adaptación: estado de ánimo triste, baja

motivación por actividades que antes eran placenteras (anhedonia), llanto

frecuente, sentimientos de desesperanza e incapacidad, fatiga, síntomas de

ansiedad, disminución del apetito sexual, absentismo laboral o escolar,

preocupaciones de forma obsesiva, aislamiento social, fatigabilidad,


somatizaciones (dolores de estómago, cabeza, etc.) o consumo de alcohol, drogas

o fármacos, entre otros.

Finalmente S.S., debo indicar que la aparición de síntomas depresivos y

ansiosos en respuesta a acontecimientos estresantes, en este caso, efecto directo

del acoso laboral ejercido por mi jefatura en contra de esta parte, según lo resuelto

por la propia Superintendencia de Seguridad Social, ha perjudicado

considerablemente mi salud física y psíquica, habiendo faltando la Jefa de

Sucursal, al deber de cuidado que le impone la ley, en relación con esta

trabajadora, lo que se tradujo en un trastorno adaptativo que hizo necesario que

permaneciera con licencia médica laboral, manteniendo tratamiento psiquiátrico

ante la Mutual de Seguridad, hasta la actualidad, aun habiendo transcurrido más

de un 11 desde mi reingreso a dicha mutualidad por dicha afección.

V. DAÑOS Y PERJUICIOS DERIVADOS DE LA ENFERMEDAD

PROFESIONAL DECLARADA

El trastorno de adaptación padecido por esta parte, conforme lo expuesto

anteriormente, tuvo su origen en la exposición a factores de riesgo de tensión

psíquica en el ejercicio del trabajo, derivados de liderazgo disfuncional

expresado en un trato indebido en la relación laboral, al haber sido objeto de

acoso laboral perpetrado por parte de la Jefa de Sucursal, según lo ya

latamente descrito, lo que ha generado diversos perjuicios en mi integridad, tanto

física como psíquica, además de perturbar el normal curso de vida, no solo en

ámbito laboral, sino también en lo familiar y personal, dañando a esta parte de en


aspectos íntimos como persona, afectando mi autopercepción y desenvolvimiento

social.

Los altos niveles de estrés que tuve que tolerar, como consecuencia del

trato recibido por parte de mi jefatura, generaron enormes cuotas de angustia,

nervios, desmotivación, tensión, frustración, impotencia, temor al trabajar

bajo la supervisión de su jefatura, dolor emocional, síntomas que se

agudizaron al encontrarme embarazada de 5 meses al momento de ingresar por

primera vez a Mutual de Seguridad, siendo además madre de una niña de 2 años

de edad, haciéndome sentir incapaz e insuficiente en términos personales y

laborales, desarrollando miedo y sensación extrema de agobio en el desempeño

de mi vida laboral, que previo a las injustas situaciones experimentadas con

ocasión del desarrollo de la relación laboral, ya latamente referida, eran ajenos a

mi personalidad.

En reiteradas ocasiones, esta parte sufrió fuertes descompensaciones

producto de mi alterado estado emocional, ataques de llanto inmanejables,

que me llevaron incluso a requerir apoyo de familiares para contenerme, pues mi

perturbación psicológica era tan intensa durante la ocurrencia de estos, que

quedaba incapacitada de reaccionar por sí misma.

Cabe destacar que previo al desarrollo de la enfermedad profesional

padecida por esta parte, gozaba de una relación laboral estable y libre de

turbaciones, sintiéndome un aporte a la empresa, manteniendo gran ilusión de

mostrar mis aptitudes y capacidades, aportándolas al servicio de los clientes de

TRICOT S.A., esmerándome en lograr adhesión del equipo de trabajo con el que
me desempeñaba, velando por obtener un buen desempeño en mi puesto de

trabajo, razones todas por las cuales me sentía muy segura de sí misma.

Sin embargo, dichas expectativas se vieron brutalmente truncadas, de la

peor forma, producto del clima laboral insoportable generado por mi jefatura, como

consecuencia de los tratos hostiles, según lo ya expuesto latamente.

Los tratos indebidos y humillantes soportados por esta actora, hicieron que

constantemente me sintiera menoscabada en mi dignidad como trabajadora,

siendo expuesta a situaciones que no deben formar parte de las relaciones

interpersonales en ninguna empresa, ni mucho menos provenir de quien tiene el

deber de cuidado de la vida y salud de sus trabajadores, máxime si considera mi

estado de gravidez que mantenía en la época de ocurrencia de los hechos. En

este sentido, es dable indicar que la demandada tenía, y tiene hasta la fecha, la

obligación de resguardar los riesgos psicosociales de los trabajadores, lo cual en

el caso de marras evidentemente no realizó, ni antes, ni después de declarada la

enfermedad profesional por el organismo administrativo correspondiente.

Por otra parte, el entorno familiar de esta parte también se vio

profundamente alterado producto de la enfermedad profesional que se me declaró,

debido a los constantes cambios abruptos de ánimo, la falta de interés

generalizada, la irritabilidad, volubilidad y labilidad emocional, constante

tensión psíquica en torno a mi trabajo, incluso durante mi tiempo libre, así como

mi incapacidad de responder con autonomía a cualquier labor o inconveniente

cotidiano, durante el curso del trastorno desarrollado, trastocando mi dinámica

familiar, obligando a mi núcleo más íntimo a adaptarse a mi condición mental,

generándose desavenencias, pesar e inconvenientes al interior de mi familia,


quienes con gran preocupación debieron en todo momento velar porque me

mantuviera estable, sobre todo por mi estado de embarazo, y luego de dar a luz, a

fin que desempeñara plenamente mi rol madre.

Cabe señalar que soy una persona de actuales 29 años, quien antes de

padecer la enfermedad profesional declarada, presentaba un gran entusiasmo por

realizar todo tipo de actividades con mi familia y amigos, siendo muy sociable,

carismática y comunicativa. Sin embargo, hoy me he vuelto una persona retraída,

insegura y callada, sin ganas de realizar ningún tipo de actividad que involucre

salir de mi hogar, aspirando solamente a vivir libre de nuevas turbaciones en mi

vida laboral activa, cuestión que me genera hasta hoy sentimientos de

incertidumbre y nerviosismo.

Finalmente, con el pasar de los meses de terapias psiquiátricas, me fueron

prescritos diversos medicamentos, para mitigar y sanar mi estado de salud mental,

reanudando mi relación laboral tras reincorporarme, siendo este proceso es lento y

agotador, presentando hasta el día de hoy estados de humor cambiantes,

anhedonia generalizada, incluso por aquellas actividades que antes despertaban

mi interés, palpitaciones, sudoraciones, baja autoestima, falta de seguridad y

confianza, insomnio y sentimiento de incertidumbre y desesperanza ante el futuro.

Según lo relatado precedentemente, también resulta evidente que se alteró

el desarrollo de mi vida laboral, pues como ya se explicó, producto de la

enfermedad profesional padecida, y los enormes efectos negativos en la salud,

aun me siento insegura y a la expectativa de poder mantenerme en mi puesto de

trabajo.
Así las cosas, es evidente el enorme daño irrogado en la salud tanto física

como psicológica de esta parte, la alteración en mi normal curso de vida, el

impacto negativo en mi autopercepción, en mi desenvolvimiento social, en la vida

familiar, afectiva y el trastorno en mi vida laboral, producto de la enfermedad

profesional padecida.

VI. EL DERECHO

A. DEBER DE SEGURIDAD Y PROTECCIÓN DE LA VIDA Y SALUD DEL

TRABAJADOR

Según los antecedentes expuestos previamente, la enfermedad profesional

fue causada porque la demandada infringió la obligación de seguridad y protección

que mantiene para con esta parte. Si atendemos al tenor gramatical del artículo

184, inciso 1° del Código del Trabajo, podemos advertir que el empleador debe

adoptar todas las medidas necesarias para proteger “EFICAZMENTE” la vida y

salud de sus trabajadores. La palabra "eficazmente", empleada en la disposición

legal citada, apunta a un efecto de resultado, es decir, claramente lo que se busca

es UN RESULTADO, esto es, prevenir los accidentes y enfermedades

profesionales. Pero, además, debe considerársela referida a la magnitud de la

responsabilidad y acuciosidad con que el empleador debe dar cumplimiento a su

obligación. En definitiva, cabe inferir una suma exigencia del legislador.

En Doctrina, el profesor Roberto Vásquez Ferreyra sostiene que “el

fundamento de la Obligación de Seguridad en la Ley de Contrato de Trabajo no

difiere del fundamento de estas obligaciones en la existencia de cualquier otro tipo


contractual, pero no es desacertado afirmar que, por las particularidades de toda

relación laboral, sea en este tipo de contratos donde se manifieste con mayor

intensidad. (...) Dentro de los derechos que les corresponden a los trabajadores, el

más importante de ellos es el que le obliga al empleador a restituir sano y salvo al

dependiente a su hogar y este deber del empleador, debe considerarse como una

obligación de tracto sucesivo, que comienza con la puesta a disposición diaria del

dependiente y finaliza con la jornada.”

Por su parte S.S., la Excelentísima Corte Suprema, adhiere estos

conceptos en reiterados fallos, destacándose el de autos Rol Corte 4313-1997,

caratulados “AGUIRRE con EMERES”, publicado en la Revista Laboral Chilena

N°5-99, p. 59, de fecha 27 de Mayo de 1999, el que consigna que el artículo 184

del Código del Trabajo, señala que el empleador debe adoptar todas las medidas

necesarias para “(…) PROTEGER EFICAZMENTE LA VIDA Y SALUD de sus

trabajadores, lo que permite concluir que la palabra eficazmente, empleada en la

disposición legal citada, apunta a un efecto de resultado, (...) pero

fundamentalmente debe entendérsela referida a la magnitud de responsabilidad y

acuciosidad con que el empleador debe dar cumplimiento a su obligación de

prevención y seguridad, en relación con lo cual cabe inferir, inequívocamente, una

suma exigencia del legislador. “Dada la circunstancia que el artículo 69 de la Ley

N°16.744, no determina el grado de culpa de que debe responder el empleador en

su cumplimiento, necesario resulta concluir que este ES EL PROPIO DE LA

CULPA LEVÍSIMA, es decir, la falta de aquella esmerada diligencia que un

hombre juicioso emplea en la administración de sus negocios importantes” (Rol


Corte 4.313-97, caratulados “AGUIRRE con EMERES”, en Revista Laboral

Chilena Nro. 5-99, p. 59).

Por otra parte, el fallo mencionado ha sentado un importante precedente al

concluir que la norma contenida en el artículo 184 del Código de Trabajo, no

puede ser interpretada restrictivamente, y, en consecuencia, debe ser interpretada

de manera extensiva. De hecho, esa es la interpretación más correcta en función

del derecho fundamental que resguarda la mencionada disposición, cual es el

derecho constitucional de toda persona a la vida y al resguardo de su integridad

física y psíquica (Artículo 19 N°1 de la Constitución Política).

De las circunstancias que rodearon la enfermedad profesional padecida por

esta parte, se desprende en forma clara que la demandada, no dio cumplimiento a

su obligación de tomar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y

salud de esta trabajadora, controlando los riesgos psicosociales desencadenantes

de enfermedades profesionales, haciéndome sufrir las graves consecuencias ya

señaladas en los apartados anteriores.

B. DE LA PRESUNCIÓN DE RESPONSABILIDAD DE LA DEMANDADA

Cabe hacer presente en todo caso, sin perjuicio de la clara y grave

negligencia o responsabilidad culpable que le cabe en los hechos de autos a la

demandada, en su calidad de empleador, que al encontrarnos en el ámbito

contractual, se aplica en la especie la norma del artículo 1547 inciso 3 del Código

Civil, que dispone “La prueba de la diligencia o cuidado incumbe al que ha

debido emplearlo; la prueba del caso fortuito al que lo alega”, por lo cual esta
parte se encuentra favorecida por esta presunción de responsabilidad, ya que en

virtud de ella se encuentran la demandada, como lo han resuelto reiteradamente

nuestros Tribunales Superiores de Justicia, en la obligación de probar en relación

a los hechos de autos, que efectivamente dio cabal cumplimiento a dicho deber

esencial de protección y/o de seguridad. Circunstancia, esta última, que

evidentemente no concurre en la especie, puesto que desde el momento que esta

parte se encuentra padeciendo la enfermedad de trastorno de adaptación, y esta

ha sido declarada de origen profesional, queda demostrado que no se ha dado

cumplimiento a dicho deber de seguridad o de protección.

C. ENFERMEDAD PROFESIONAL

El concepto de enfermedad profesional ha sido normado en Chile mediante

la Ley N°16.744, sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales de

1968, reglamentando el Decreto Supremo Nº109 la "calificación y evaluación de

los accidentes del trabajo y enfermedades profesionales". En este sentido, su

Artículo 161 señala que: "para que una enfermedad se considere profesional es

indispensable que haya tenido su origen en los trabajos que entrañan el riesgo

respectivo, aun cuando éstos no se estén desempeñando a la época del

diagnóstico". A su vez, en el Artículo 191, Nº13, se establece el correspondiente

factor de riesgo: "todos los trabajos que expongan al riesgo de tensión psíquica

excesiva y se compruebe relación de causa a efecto".

En esta línea de ideas, el artículo 19 del Decreto Supremo 109 indica que

las neurosis profesionales "pueden adquirir distintas formas de presentación


clínica, tales como: trastornos de adaptación, trastorno de ansiedad, depresión

reactiva, trastorno de somatización y por dolor crónico".

Por lo anterior, podemos señalar que NEURÓSIS LABORAL se puede

comprender como el conjunto de enfermedades mentales desencadenadas por un

factor o conjunto de factores relacionados con el trabajo, es decir, a causa o con

ocasión de las funciones laborales, que impactan de tal modo en el organismo del

trabajador, que son capaces de provocar alteraciones somáticas o psíquicas

importantes y que afectan la integridad del trabajador, causando incapacidad o

muerte.

Estos factores pueden ser absolutamente externos, tal como sucede

claramente al responder al acoso laboral prolongado, al hostigamiento laboral

o al estrés derivado de cargas laborales, al que el trabajador no es capaz de

dar respuestas, sea por razones propias o derivadas del medio laboral, caso

coincidente con el de marras.

En nuestro medio, la neurosis laboral adquiere con preferencia el

tratamiento de estrés considerado éste como las consecuencias de factores

psicosociológicos reinantes en el ambiente laboral, de marcada toxicidad en las

relaciones de grupo, o derivadas de los excesos a que se encuentran sometidos

los trabajadores en relación con la recompensa por su trabajo. Estos factores

crean presiones de carácter interno capaces de desestabilizar al individuo,

provocándole serias falencias que lo pueden llevar desde la incapacidad leve

hasta un final trágico y definitivo.


El Decreto Supremo 73, de fecha 07 de marzo del año 2006, mantiene el

propósito de hacer que estas enfermedades provenientes de la neurosis laboral

sean reconocidas primero, y tratadas luego en el marco de la Ley 16.744, es decir,

como enfermedades profesionales o derivadas directamente del trabajo, cuando

efectivamente tengan una relación directa, a causa, o simplemente indirecta, con

ocasión de él. Ello no es más que la actualización y el reconocimiento que el ser

humano trabajador sufre un deterioro o desgaste en el cumplimiento de sus

labores, las que se ven afectadas en forma mayor cuando es en el interior de la

propia empresa donde los factores desencadenantes se generan en el exceso de

trabajo, malas remuneraciones o sencillamente malos tratos o acoso moral. Se

trata, entonces, del reconocimiento legal de una situación que hace carne en casi

la mitad de los trabajadores chilenos, al menos reconocidamente en un tercio o

más de ellos.

Ahora bien, la Neurosis Laboral provoca, entre otras, alguna de estas

siguientes enfermedades o condiciones en la salud del enfermo: Dispepsia,

Gastritis, Ansiedad, Accidentes, Frustración, Insomnio, Colitis Nerviosa, Migraña,

Depresión, Agresividad, Disfunción Familiar, Neurosis de Angustia, Trastornos

Sexuales, Disfunción Laboral, Hipertensión Arterial, Infarto al Miocardio,

Adicciones, Trombosis Cerebral, Conductas antisociales, Psicosis Severas.

Conforme con los hechos expuestos, y las disposiciones legales citadas, no

cabe duda alguna acerca de los enormes daños que la enfermedad profesional

sufrida me ha provocado, los cuales de acuerdo con lo dispuesto por las normas
legales ya invocadas, y especialmente lo reglado en el artículo 69 de la Ley

N°16.744, son y deben ser, en la especie, indemnizables.

D. PERJUICIOS QUE SE DEMANDAN

De acuerdo con los hechos expuestos, no cabe duda alguna acerca de la

existencia en la especie, de enormes daños que la enfermedad profesional

provocó a esta demandante.

D.1. DAÑO MORAL

En el derecho chileno es indiscutible la procedencia del daño moral cuando

deriva de una enfermedad profesional. En efecto, el artículo 19 número 1, inciso

1°, y 4° de la Constitución Política, en relación con el artículo 69 de la Ley

N°16.744, reconocen expresamente el derecho a tal clase de reparación.

En el caso de marras, desde luego se ha afectado la integridad de esta

demandante, sin perjuicio que también se ha provocado un daño moral enorme a

causa del padecimiento psicológico que he tenido que experimentar con ocasión

de la conducta desplegada por mi empleador, lo que ha desencadenado todo tipo

de sintomatología, tales como temblores, insomnio, sudoración, dolor abdominal y

cefaleas, irritabilidad, tristeza, labilidad emocional, crisis de angustia, permanente

agobio y tensión psíquica, entre otros, ya latamente explicados.

Anteriormente de las circunstancias vividas, esta parte mantenía una actitud

emocionalmente estable, alegre e independiente, capaz de soportar todo tipo de


situaciones complejas, con un espíritu positivo de constante superación y una

mentalidad clara, enfocada en la superación de los obstáculos.

Posterior a los episodios sufridos me resulta muy difícil mantener la

conducta anteriormente indicada, puesto que ante la mínima complicación me

siento triste, frustrada, angustiada, ansiosa, incapaz y con miedo de verme

sometida nuevamente a situaciones injustas, como a una jefatura abusiva que me

denigre y maltrate psicológicamente.

Por todo lo relatado S.S., podrá apreciar que esta parte ha sido víctima de

un PERJUICIO DE SUFRIMIENTO.

En esta materia de daño moral S.S., cabe hacer presente que la

Jurisprudencia en el último tiempo ha reconocido la grave alteración de la paz

social que provocan los accidentes del trabajo y enfermedades profesionales,

siguiendo de algún modo la tendencia mundial de las economías desarrolladas y

en vías de desarrollo, posición recogida por nuestro Máximo Tribunal el cual en

causa ROL N°5.916 señala: “Es un hecho de la causa que los maltratos que la

demandante recibió en el desempeño de sus funciones laborales, unido al

ambiente de tensión generalizado en que se trabaja, en la empresa demandada, le

causaron una neurosis depresiva reaccional con graves repercusiones inmediatas

en su salud física y psíquica y de insospechadas consecuencias futuras”,

agregando posteriormente que “Desde luego porque el empleador debe ejercer

sus funciones de mando en la empresa sin lesionar indebidamente los derechos

de sus subordinados y darles a estos un trato digno y adecuado dentro de la


discreción y moderación naturales (…) no se compadece con esta obligación legal

la conducta de un empresario que emplea casi a diario la violencia física y verbal

para impartir instrucciones o para manifestar aun su disconformidad con el trabajo

de sus dependientes”, concluyendo finalmente que “En consecuencia, el

Laboratorio demandado se encuentra en la obligación de reparar

adecuadamente el daño que en lo moral el causó a la trabajadora demandante

con las conductas descritas”. 1

Por daño moral debe entenderse la lesión inmaterial o agravio inferido por

un sujeto al derecho subjetivo inherente a la persona de otro sujeto. Conforme con

nuestra jurisprudencia, importa daño moral, indemnizable, los dolores,

sufrimientos, aflicciones, preocupaciones, depresiones y molestias inferidas a la

víctima. Este daño consiste en los dolores y angustias experimentados, y el

tribunal deberá regularlo, atendiendo la magnitud del mal que ha debido soportar

esta parte.

Si bien en difícil cuantificar el daño moral sufrido por esta parte, a

consecuencia del trastorno de adaptación experimentado como consecuencia del

liderazgo disfuncional de mi empleador, no es menos cierto que de acuerdo con

nuestra legislación el daño moral es indemnizable.

Por ello, en mérito de los antecedentes expuestos precedentemente, por

concepto de daño moral propiamente tal, demando la suma de $40.000.000

(CUARENTA MILLONES DE PESOS).

1
Fuente: http://productos.legalpublishing.cl, ID N°51597. Consultado el 01 de diciembre de 2021.
D.2 REAJUSTES E INTERESES

Junto a lo anterior, se demandan intereses y reajustes desde la fecha de la

enfermedad profesional hasta el día del pago efectivo, o por el periodo conforme a

derecho S.S., según lo dispuesto en el artículo 63 del Código del Trabajo, que es

la norma aplicable en este ámbito.

Asimismo, el interés aplicable es el máximo convencional, y el reajuste es el

correspondiente a la variación que experimente el Índice de Precios al

Consumidor, desde la fecha de la enfermedad profesional.

D.3 COSTAS DE LA CAUSA

Por los argumentos esgrimidos en esta presentación, solicito S.S. se

condene expresamente a la demandada al pago de las costas de la causa.

D.4 EN SUBSIDIO DE LOS CONCEPTOS ANTERIORMENTE SOLICITADOS

Solicito el pago de las cantidades que V.S. estime de justicia determinar,

según su sabio entender.

POR TANTO; en virtud de lo dispuesto en los artículos 184 y siguientes del

Código del Trabajo; artículo 69 de la Ley Nº16.744 que establece normas sobre

Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales; y demás normas legales y

reglamentarias invocadas y pertinentes,

RUEGO S V.S., tener por interpuesta demanda de indemnización de

perjuicios por enfermedad profesional en contra de mi empleador TRICOT S.A.,


representada legalmente por don GUILLERMO IVÁN TORRES MONDACA,

ambos ya individualizados, acogerla a tramitación y en definitiva resolver que se le

condene a indemnizar por concepto de indemnización por daño moral la suma de

$40.000.000 (CUARENTA MILLONES DE PESOS) o la cantidad que S.S.

determine según su sabio entender, junto a los reajustes e interese pertinentes,

como consecuencia de la enfermedad profesional padecida por esta parte, todo

ello con expresa condenación en costas.

PRIMER OTROSÍ: Ruego a S.S. tener por acompañados en este acto, los

siguientes documentos, sin perjuicio de ser ofrecidos e incorporados en la etapa

procesal correspondiente:

1.- Contrato de Trabajo suscrito entre las partes con fecha 01 de noviembre de

2014.

2.- Anexo Contrato de Trabajo suscrito por las partes, con fecha 31 de enero

de 2015.

3.- Hoja Historia Clínica, Folio 548767, Número de Caso 2782989, Mutual de

Seguridad.

4.- Informe Comité de Calificación Enfermedad Profesional, fecha de sesión 04

de febrero de 2019, ID. 48811, Mutual de Seguridad.

5.- Resolución 3487835 sobre calificación del origen de accidentes y

enfermedades, emitida por Mutual de Seguridad, de fecha 04 febrero 2019.

6.- Resolución Exenta N°R-01-UME-61562-2019, emitida por Superintendencia

de Seguridad Social, de fecha 19 de noviembre de 2019.


7.- Resolución N°3782764 sobre calificación del origen de accidentes y

enfermedades, emitida por Mutual de Seguridad, de fecha 21 noviembre 2019.

8.- Prescripción de medidas inmediatas, emitido por Mutual de Seguridad, de

fecha 26 noviembre 2019.

9.- Resolución 4236036 sobre calificación del origen de accidentes y

enfermedades, emitida por Mutual de Seguridad, de fecha 17 febrero 2021.

10.- Resolución Exenta N°R-01-UME-59315-2021, emitida por Superintendencia

de Seguridad Social, de fecha 12 de mayo de 2021.

11.- Resolución N°4342282 sobre calificación del origen de accidentes y

enfermedades, emitida por Mutual de Seguridad, de fecha 24 mayo 2021.

12.- Prescripción de medidas inmediatas, emitido por Mutual de Seguridad, de

fecha 31 mayo 2021.

13.- Resolución N°207776, emitida por Seremi de Salud del Maule, sobre Sumario

Sanitario, de fecha 05 de junio de 2020.

SEGUNDO OTROSÍ: Solicito a S.S., en virtud de lo preceptuado en el artículo 433

del Código del Trabajo, autorizar a esta parte para la utilización de medios

electrónicos para actuaciones procesales en esta causa, señalando para dicho

efecto la siguiente dirección de correo electrónico: simon.utalca@gmail.com

TERCER OTROSÍ: Para los efectos de autorizar el patrocinio y poder conferido en

el cuarto otrosí de esta presentación, acompaño en este acto, copia digitalizada de

cédula nacional de identidad de esta demandante, ello de conformidad al Auto

Acordado N°53 de la Excelentísima Corte Suprema, de fecha 08 de abril del año

2020.
CUARTO OTROSÍ: Ruego a US., tener presente que por este acto vengo en

designar abogado patrocinante y conferir poder a don SIMÓN PEDRO MUÑOZ

MUÑOZ, cédula nacional de identidad N°16.294.069-4, Abogado habilitado para el

ejercicio de la profesión, con domicilio profesional en calle Arturo Prat N°2695,

comuna de San Javier, Provincia de Linares, Región del Maule, con todas y cada

una de las facultades contenidas en ambos incisos del artículo 7° del Código de

Procedimiento Civil, quien firma este escrito en señal de aceptación, junto a esta

demandante, mediante firma electrónica a través de la plataforma Oficina Judicial

Virtual.

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