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Hola Faviola,

En respuesta a tu inquietud, decidí escribir una amplia explicación para que tengas un panorama
completo sobre este tema que se encuentra en 2 Corintios 3:4-17.

No entraré en detalles de cada versículo de esta parte, pero sí explicaré los versículos que creo que son
claves para tener una precisión de lo que el apóstol Pablo está deseando que entendamos.

Supongo que el argumento de tu padre, al tomar estos versículos es contra la ley, y proviene de pensar
que la frase que se encuentra en el versículo 6 que dice “la letra mata” implicaría justamente el rechazo
de la Ley como una guía para la vida cristiana.

Y es verdad que Pablo está hablando de la ley aquí de manera indirecta y continuará haciéndolo en los
siguientes pasajes.

Entonces la pregunta que debemos hacernos al iniciar la explicación es: ¿A qué se refiere Pablo cuando
habla de la «letra de la ley» en 2 de Corintios 3:6? ¿Será que la Ley, es una ley que mata y por lo tanto
no conviene observarla?

En principio, debo decirte que Pablo lo que está deseando que entiendan sus lectores en los versículos 4
al 17 es que únicamente el Espíritu Santo puede internalizar la Ley en el corazón humano. De ninguna
manera está rechazando la Ley de Dios. Pablo, en ninguno de sus escritos lo hace, eso lo veremos más
adelante.

De hecho, Pablo no utiliza el término ley en 2 de Corintios 3. En el versículo 7, Pablo usa la expresión
«grabado con letras en piedra», dando a entender que lo que tenía en mente era el Decálogo como Ley
del pacto. Pero debemos situar la discusión de Pablo acerca de la ley en su contexto adecuado antes de
explorar lo que quería dar a entender.

1. El argumento principal del apóstol.

El interés primario de Pablo en 2 Corintios 3 es defender su ministerio del nuevo pacto contra los
ataques de los falsos maestros que habían entrado en la iglesia de Corinto (2 Cor. 2:14-7:4). En su
defensa, Pablo contrasta su ministerio del nuevo pacto con el del antiguo pacto. Debemos interpretar lo
que Pablo dice acerca de la Ley dentro de este contexto apologético y polémico.

2. La gloria del antiguo ministerio.

Pablo no considera que el ministerio del pacto antiguo sea perjudicial. Por el contrario, describe su
origen glorioso: «Vino con tal resplandor» (2 Cor. 3:7, DHH). Hace referencia a la gloria de Dios
manifestada por medio de las situaciones que condujeron al establecimiento del pacto entre Dios e
Israel y, en particular, a la revelación de esa gloria en el rostro de Moisés. De este modo Pablo contrastó
el antiguo ministerio con el nuevo pacto. Aunque el primero es glorioso, el nuevo lo es mucho más.

3. La inferioridad del antiguo pacto.


El apóstol utiliza dos grandes argumentos para demostrar que el ministerio del antiguo pacto es inferior.
Primero, señala que su gloria fue tan transitoria como el reflejo de la gloria de Dios sobre el rostro de
Moisés. Esto implica que desde el comienzo el antiguo pacto estaba destinado a llegar a su fin. La gloria
con el cual se estableció ya estaba desvaneciéndose cuando fue establecido (vers. 7). Se deduce que
Dios tenía reservado algo más glorioso para su pueblo: la gloria de Cristo (vers. 14-18).

El segundo argumento utilizado para indicar la inferioridad del antiguo pacto es que éste es «letra», una
letra que mata. Consecuentemente, ese ministerio es un ministerio de muerte (vers. 6). Pablo define lo
que quiere dar a entender acerca del ministerio del antiguo pacto señalando que esta ley fue grabada
con letras en piedra, condenando así a los seres humanos a la muerte (vers. 6-9). No está describiendo
aquí la naturaleza de la Ley en sí misma, sino la función de la Ley separada de Cristo. El ministerio del
antiguo pacto llega a ser mortal cuando se separa del Mesías. Los judíos necesitaban leer el antiguo
pacto y el pacto de la Ley a través de Cristo (vers. 14-16).

Se contrasta la Ley, como «letra», con el Espíritu. La Ley es totalmente incapaz de brindar vida a la
persona: «Porque la letra mata, más el espíritu vivifica» (vers. 6). «Porque el Señor es el Espíritu» (vers.
17), solamente Jesús puede darnos vida y transformarnos a su semejanza (vers. 18). La Ley, como
«letra», es la Ley separada del poder de Cristo y del Espíritu que nos capacita para obedecer las
exigencias de la Ley, que son justas (Rom. 8:3, 4). Sólo el Espíritu puede incorporar la Ley en el corazón
humano. De otra manera, ésta obra como poder externo, es mera «letra» que el ser humano es
incapaz de obedecer (Rom. 2:27).

4. Superioridad del ministerio del nuevo pacto.

Pablo utiliza dos grandes argumentos para demostrar la superioridad de su ministerio. Primero, el
ministerio del nuevo pacto es más glorioso porque refleja la gloria de Cristo y, por naturaleza, la gloria le
pertenece a él. Es una gloria permanente (2 Cor. 3:11), que Cristo comparte con todos los que se
vuelven hacia él, quien tiene poder para transformarlos (vers. 18). Segundo, el ministerio del nuevo
pacto no es la «letra» sino el Espíritu, y por medio de él los creyentes se unen a Cristo. El resultado de
su ministerio no es muerte sino justificación (vers. 9). Libera al penitente de la Ley como instrumento
de condenación y muerte (vers. 17).

Por otro lado, el versículo 14 parecería que afirmara que el Antiguo Testamento está abolido, y que ya
no tiene valor para el cristiano moderno. Y los que leen el Antiguo Testamento tienen un velo en la vista
y que sus mentes están embotadas.

En primer lugar, el apóstol Pablo no podría haberse referido a lo que nosotros hoy llamamos Antiguo
Testamento, porque no se llamaba así la parte de la Biblia escrita antes de Cristo.

Por otra parte, el Nuevo Testamento no se había escrito todavía, solamente se había comenzado a
escribir alguna de sus partes. Por lo tanto, lo que en algunas versiones (no en todas) se llama el "antiguo
testamento", en este versículo es sólo una expresión que se refiere al "pacto antiguo", que el apóstol
presenta en contraste con el "nuevo pacto" mencionado en el versículo 6 del mismo capítulo.
Observa, además, que lo "quitado" por Cristo no es el "antiguo testamento" sino el "velo" que
impedía a muchos aprender la lección ofrecida en él (2 Cor. 3: 15, 16). Era el velo de las tradiciones y
prejuicios que a muchos les impedía comprender que Jesús era el "verdadero Cordero de Dios, que
quita el pecado del mundo (Juan 1: 29); ese velo de prejuicios y tradiciones no los dejaba aceptar a
Cristo como el garante del nuevo pacto en lugar del cordero que era sacrificado como garante del
antiguo pacto. –

Así como Jesús necesitó valerse del Antiguo Testamento, o sea de "Moisés, los profetas y los Salmos"
(Luc. 24: 27, 44), para demostrar su identidad y su obra, nosotros también lo necesitamos. Si
anuláramos el Antiguo Testamento, ¿con qué probaríamos que Jesús es el Cristo? El Nuevo Testamento
es verdadero porque lo es también el Antiguo. Un Testamento no anula al otro, sino se complementan
maravillosamente. Así pues, el Antiguo Testamento sigue siendo la Palabra de Dios.

Faviola, te recomiendo que vuelvas a leer la explicación hasta lograr comprenderlo bien. Si tienes dudas
de algo, me avisas e iremos complementando algunos detalles más.

Saludos!

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