Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
veces que late corazón por unidad de tiempo. Normalmente se expresa en pulsaciones por minuto.
Es un valor muy importante en el deporte ya que nos dice numérica, objetiva y rápidamente cómo
está actuando nuestro cuerpo ante un esfuerzo. También nos permite conocer el grado de intensidad
del ejercicio que estamos realizando. La frecuencia cardiaca en reposo depende de la genética, del
sexo, de la edad, del estado físico, del estado psicológico, de la postura, de las condiciones
ambientales, etc. Pero diversos estudios afirman que en un adulto se puede dar como valores medios
entre 60-80 lpm (Latidos por minuto). Realizar ejercicio físico reduce los latidos por minuto del
corazón en estado de reposo indicando una mejor condición física y consiguiendo que nuestro
corazón realice menos esfuerzo a lo largo de toda la vida, podríamos afirmar que el ejercicio físico
puede “alargar la vida de nuestro corazón”. Un deportista en reposo puede perfectamente tener entre
40-50 pulsaciones por minuto. Los deportistas y especialmente los de fondo (ejercicio de larga
duración) tienen unas pulsaciones en reposo muy por debajo de los no entrenados, también se
adaptan más rápidamente al esfuerzo y después de un ejercicio recuperan el estado inicial
igualmente más rápido que los no entrenados.
¿Qué es el pulso?
El pulso es una medición de la frecuencia cardíaca, es decir, la cantidad de veces que el corazón late
por minuto. A medida que el corazón impulsa la sangre a través de las arterias, las arterias se
expanden y se contraen con el flujo sanguíneo. Al tomar el pulso no solo se mide la frecuencia
cardíaca, sino que también puede indicar:
El ritmo cardíaco
El pulso normal de los adultos sanos oscila entre los 60 y 100 latidos por minuto. El pulso puede
fluctuar y aumentar con el ejercicio, las enfermedades, las lesiones y las emociones. La mujeres
mayores de 12 años, en general, tienden a tener el pulso más rápido que los hombres. Los
deportistas, como los corredores, que practican mucho ejercicio cardiovascular, pueden tener
frecuencias cardíacas de hasta 40 latidos por minuto sin presentar problemas de ningún tipo.
Cuando el corazón impulsa la sangre a través de las arterias, notará sus latidos presionando con
firmeza en las arterias, que se encuentran cerca de la superficie de la piel en ciertos lugares del
cuerpo. El pulso se puede sentir en la parte lateral del cuello, en la parte interior del codo o en la
muñeca. Para la mayoría de las personas lo más sencillo es tomarse el pulso en la muñeca. Si utiliza
la parte inferior del cuello, asegúrese de no presionar demasiado y nunca presione sobre ambos
lados del cuello al mismo tiempo para no bloquear el flujo de sangre al cerebro. Cuando se tome el
pulso:
con las yemas de los dedos índice y medio, presione suavemente pero con firmeza sobre las
arterias hasta que sienta el pulso;
comience a contar las pulsaciones cuando el segundero del reloj marque las 12;
si no está seguro de los resultados, pídale a otra persona que cuente por usted.
Si su médico le indicó que se controle el pulso y tiene dificultades para hallarlo, consulte a su
médico o enfermera para obtener indicaciones adicionales.
Existen muchas maneras de tomarse el pulso pero, en general, se utilizan dos puntos
principales. Uno es en el cuello, conocido como pulso carotídeo, y el otro, en la
muñeca, pulso radial.
Pulso carotídeo:
Las carótidas son arterias que se ubican en ambos lados del cuello por lo que, utilizando
dos dedos, en general el dedo índice y el medio, presionas ligeramente en cualquiera de los
laterales hasta notar las pulsaciones.
Pulso radial:
Al igual que en primer caso, para tomar el pulso radial utilizas los dedos índice y medio y
presionas ligeramente en la muñeca, casi en el inicio de la mano cerca del dedo pulgar,
hasta notar las pulsaciones. Aquí la arteria es más pequeña, por lo que puede resultar más
difícil contar las pulsaciones.
En ambos casos, esta acción debería mantenerse durante un minuto pero, de haber prisa,
puede realizarse durante treinta segundos y luego simplemente multiplicar por dos.
Durante la actividad física, el pulso se acelera para ayudar a mover la sangre y el oxígeno a
través de las células y tejidos. En estos momentos, conocer su frecuencia permite evaluar la
rutina y maximizar los beneficios del entrenamiento.
Después de hacer ejercicio, el ritmo cardíaco se ralentiza. En los dos minutos posteriores al
entrenamiento, se atraviesa por un ritmo cardíaco de recuperación; y éste podrá ir
disminuyendo a medida que mejora nuestra condición física.
Por último, es importante resaltar que los valores varían entre personas, dado que la
frecuencia cardíaca de cada uno es diferente, incluso entre individuos similares con niveles
de preparación física idénticos. De todos modos, un mayor entrenamiento conllevará un
mejor estado físico, y por lo tanto, un menor tiempo de recuperación.
El pulso es el elemento básico para conocer el grado de intensidad con que se está
realizando un esfuerzo físico y para verificar la aptitud física de una persona. Tiene gran
valor, tanto para controlar el grado de exigencia de los ejercicios y establecer la
recuperación, como para regular la intensidad con que se desea ejercitar. El pulso se toma
antes, durante y después de un programa de entrenamiento.
Es una onda que se origina en el corazón y se propaga a través de todas las arterias en el
cuerpo. Esto sucede cada vez que el corazón se contrae (o da un latido), y hace circular la
sangre por todo el organismo. La onda se percibe como un pulso y se puede palpar o tomar
en diferentes partes del cuerpo por donde pasan las diferentes arterias. Estos lugares pueden
ser en el cuello donde se encuentra la carótida y cerca de la muñeca en la radial. Para tomar
el pulso usualmente se usan las yemas del dedo índice y medio, presionando suavemente en
el lugar indicado, allí se podrá sentir las palpitaciones del corazón.
Se utiliza para ello los dedos índice y medio de la mano izquierda, colocando suavemente
las yemas sobre el canal radial y comprimiéndolo hasta sentir ondas de pulso.
Se cuentan las pulsaciones durante unos 15 segundos, luego se multiplica esa cantidad por
4, de esa manera se obtienen las p.p.m.
17 x 4 = 68 p.p.m
A medida que la actividad es mayor, la frecuencia cardiaca puede aumentar hasta 220
p.p.m aproximadamente, cuando una actividad física o emoción es muy intensa. Esta
frecuencia se puede medir luego de 10 minutos de trote suaves, carrera de 80 metros a
máxima velocidad, 20 abdominales, al levantar un objeto pesado con las manos 20 veces, o
algunos ejercicios de movilidad articular.
Se cuentan las pulsaciones durante un tiempo de 6 segundos, a diferencia del pulso tomado
en la muñeca y el cuello, luego se multiplica esa cantidad por 10 de esta manera se obtienen
p.p.m.
19 x 10 = 190 p.p.m
Ejemplo: Si al finalizar una actividad física registras una frecuencia cardiaca entre 180 y
190 pulsaciones por minuto (p.p.m) , esto quiere decir según la tabla anterior que tu
actividad deportiva, registro una intensidad de ejercicio alta y con un tipo de capacidad
Anaeróbica es decir realizaste ejercicios de corta duración y alta intensidad.