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Capítulo 39

Asistencia inicial al politraumatizado


José Antonio Rodríguez Yuste, Miguel García Cancho, Juan Antonio Constantino Cabrera

lesiones asociadas con grandes pérdidas sanguíneas. Es en


Resumen este grupo donde es crucial la atención sanitaria en el ma‑
Este capítulo está dedicado tanto a los adultos como a los nejo inicial del politraumatizado, lo cual permite disminuir
niños politraumatizados. Después de explicar la definición y la mortalidad al otorgar atención oportuna y de alta calidad.
la epidemiología, se exponen con detalle los pasos principa‑ 3. El tercero (tardío) se observa en los siguientes días o sema‑
les de la valoración inicial, con atención especial a la apli‑ nas, y es debido a sepsis y fallo multiorgánico. Las causas
cación del protocolo ATLS. A continuación, se analizan la más frecuentes de muerte en este grupo son sepsis, coagu‑
valoración y la asistencia primaria mediante la secuencia lopatías, hipertensión intracraneal, fenómenos tromboem‑
ABCDE. La sección siguiente se centra en el tratamiento ini‑ bólicos y fallo orgánico múltiple. La disminución de mor‑
cial, con una exposición detallada de las medidas principa‑ talidad en este grupo radica en un manejo adecuado en
les en orden de importancia. Otro apartado está dedicado a cuidados intensivos, centros de trauma, así como también
los distintos tipos de shock. Las secciones siguientes anali‑
en manejo crítico otorgado en servicios de urgencia.
zan la valoración secundaria por regiones corporales y la
exploración neurológica, y la valoración terciaria de las frac‑
turas, principalmente de pelvis y huesos largos, con atención Globalmente, la mitad de las muertes se producen antes de la
especial a las lesiones de la columna vertebral y a las lesio‑ hospitalización del paciente y las restantes en el hospital, el
nes medulares espinales. 60% de las cuales ocurren dentro de las primeras 4 h después
del ingreso.
El manejo inicial del paciente politraumatizado puede ­ocurrir
en dos escenarios: en el medio prehospitalario, ya sea en la es‑
Introducción cena o lugar de ocurrencia, y a nivel hospitalario en un servicio
de emergencias. El dilema fundamental en el manejo inicial del
Definición trauma radica en la identificación del trauma mayor. Para esto es
de vital importancia un manejo clínico adecuado, integrando
Politraumatizado es todo aquel paciente que presenta una o conceptos anatómicos, cinemática del trauma, mecanismos le‑
varias lesiones de origen traumático, de las cuales al menos una sionales y población involucrada, teniendo características espe‑
de ellas puede comprometer la vida del mismo de forma inme‑ ciales la población pediátrica, ancianos y embarazadas.
diata o en las siguientes horas.

Epidemiología Manejo y valoración iniciales


del politraumatizado
La enfermedad traumática grave representa hoy en nuestro país
la primera causa de muerte tras el sida en menores de 45 años. El paciente politraumatizado es uno de los pacientes más difí‑
Es conocido que la mortalidad debida al traumatismo tiene ciles a los que puede enfrentarse el médico de urgencias, por lo
una distribución trimodal: que requiere un conocimiento profundo, experiencia, destreza
técnica y capacidad de liderazgo. La estandarización de los
1. El primer pico (inmediato) se observa en los primeros mi‑ cuidados conduce a una reducción de la mortalidad y morbilidad
nutos del accidente y, habitualmente, se produce como con‑ en los pacientes politraumatizados.
secuencia de laceraciones de grandes vasos, lesiones de Existen algunos sistemas de manejo inicial del politrauma‑
órganos vitales, etc. Las medidas destinadas a disminuir la tizado, los cuales enfatizan la prioridad terapéutica, con una
mortalidad en este grupo son aquellas medidas preventivas evaluación clínica inmediata que permita identificar y tratar
como el uso de cinturón de seguridad, de casco, de airbags, lesiones de riesgo vital de forma rápida y organizada. Algunos
etc. de estos sistemas de manejo de trauma son Advanced Trauma
2. El segundo pico (precoz) ocurre dentro de las primeras 24 h Life Support (ATLS), del American College of Surgeons, Pri‑
del incidente; durante el mismo, las muertes son debidas mary Trauma Care (PTC), del Royal College of Anaesthetists,
a hematomas subdurales o epidurales, hemoneumotórax y Combat Casualty Care Course (C4), de medicina de comba‑
o roturas de bazo e hígado, así como todo tipo de fracturas o te, entre otros.

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410 Parte IV  Técnicas y métodos

El manejo inicial del politraumatizado define tres tiempos • Tracción de mandíbula.


en la evaluación con objetivos distintos y en escenarios distin‑ • Retirada de cuerpo extraño.
tos. Estos son: evaluación primaria, evaluación secundaria y • Nunca realizar hiperflexión o hiperextensión del cuello.
evaluación terciaria. • Colocación de una cánula orofaríngea (Guedel).
La evaluación primaria comprende el primer acercamiento
al paciente traumatizado y su objetivo es la identificación y Se comprobará el nivel de conciencia, preguntando al paciente
manejo inmediato de lesiones potencialmente mortales de ma‑ qué le pasa. Si está inconsciente, se escucharán ruidos respiratorios
nera inminente. Se basa en el diagnóstico clínico y el apoyo de y se abrirá la boca para ver permeabilidad de la vía aérea. Si hay
la ecografía. Esta fase exploratoria se realizará en tiempos in‑ obstrucción de la vía aérea, realizaremos la maniobra de elevación
feriores a 30 s. Detecta lesiones vitales y siempre va asociado de mandíbula con cuello en posición neutra o de adelantamiento
al tratamiento inicial de las mismas. Se sigue la máxima de mandibular, y se procederá a la limpieza de la cavidad bucal con
«lesión diagnosticada, lesión tratada». la mano, aspirando si es necesario con sonda rígida.
La evaluación secundaria es posterior a la evaluación pri‑ Si no se puede asegurar la permeabilidad de la vía aérea, se
maria y tiene como propósito la identificación de lesiones que realizará ventilación con ambú conectada a oxígeno mínimo de
potencialmente pueden ser mortales con el transcurrir del tiem‑ 10 l/min con posterior intubación orotraqueal reglada. En no
po. En esta evaluación es fundamental el apoyo con radiología pocas ocasiones (20%), la intubación orotraqueal de estos pa‑
y tomografía computarizada (TC). Esto permite una mayor cientes resulta dificultosa, por lo que se debe anticipar esta si‑
ventana de tiempo para el manejo apropiado y, en algunos ca‑ tuación y disponer de material accesorio para vía aérea difícil
sos, el manejo conservador de ciertas lesiones. (mascarilla laríngea, fast track, Airtraq, fiador de tipo Frova).
La evaluación terciaria, a su vez, corresponde a la revalua‑ Si aun así el paciente no es intubable y no se consigue ventilar
ción hecha con mayor cantidad de recursos diagnósticos y exa‑ con ambú correctamente, es necesario proceder a obtener una
men clínico detallado del paciente. Requiere, además, monito‑ vía aérea mediante técnicas quirúrgicas.
rización multimodal, pruebas seriadas de laboratorio, manejo Todas estas maniobras se realizarán con estricto control de
de hallazgos intraoperatorios y de lesiones no detectadas en la columna cervical. Siempre se pondrá collarín si dejamos de rea‑
evaluación primaria y secundaria. lizar la tracción cervical.
El ATLS se basa en los siguientes pasos que deben seguirse:
B. Control de la respiración (breathing)
1. Seguridad del reanimador y la víctima. Se centra en mantener una ventilación adecuada, el objetivo de
2. Valoración y asistencia primaria: diagnóstico y tratamiento este punto radica en favorecer el intercambio gaseoso del oxí‑
de lesiones vitales. geno incorporado a través de una vía aérea permeable y el trans‑
3. Valoración y asistencia secundaria: diagnóstico secuencial porte de sangre oxigenada. Debido a que el mecanismo de la
de otras lesiones por metámeras. ventilación radica en el tórax, son las lesiones torácicas las que
4. Valoración terciaria: revaluación completa para detectar producirán alteraciones en la respiración y mantenimiento de
lesiones inadvertidas u ocultas. la ventilación. Los pasos son:

Seguridad del reanimador y la víctima • Exposición del tórax: se deben cortar las ropas del tórax, y
comprobar los movimientos y la simetría.
Las emergencias extrahospitalarias tienen lugar en un entorno • Observación de la ventilación: si es inadecuada, se aplicará
donde practicar la asistencia se convierte en una actuación con una mascarilla con aporte de oxígeno en alto flujo (fracción
multitud de riesgos y peligros potenciales para el propio perso‑ inspirada de oxígeno [FIO2] del 50%, 8‑10 l/min) o intuba‑
nal asistencial; por tanto, no iniciaremos nuestra intervención ción endotraqueal conectada a respirador volumétrico.
hasta estar absolutamente convencidos de haber convertido el • Descarte de lesiones potencialmente letales: neumotórax a
lugar del suceso en un lugar seguro. tensión, neumotórax abierto y tórax inestable con contusión
pulmonar y hemotórax masivo. Se aplicará drenaje con tu‑
Valoración y asistencia primaria: diagnóstico bo torácico como tratamiento. Se realizará en línea axilar
y tratamiento de lesiones vitales media, en el cuarto‑quinto espacio intercostal.

La importancia de la secuencia ABCDE radica en que inicial‑ C. Circulación (circulation)


mente se sospecharán y se tratarán los problemas vitales que El control de hemorragia y estado circulatorio efectivo es uno
causan la muerte o deterioro grave más precozmente. En este de los pasos cruciales en el manejo inicial del politraumatizado,
sentido, uno de los puntos principales de este protocolo es so‑ ya que gran número de muertes en trauma ocurren por hemo‑
lucionar el problema encontrado antes de pasar al punto siguien‑ rragia. El objetivo de la evaluación se basa en la identificación
te de evaluación. de pacientes con riesgo de hemorragia exanguinante, el control
Se establecerá una secuencia protocolizada de actuación, de ella y la planificación del manejo hemostático definitivo.
en sucesivas fases, ABCDE.
C.1. Gasto cardíaco
A. Vía aérea (airway) con control cervical • Pulso: nos mide la frecuencia, amplitud y regularidad del
El objetivo es asegurar la entrada de oxígeno al organismo man‑ latido cardíaco. Su presencia en relación con la localización
teniendo la vía aérea permeable, siempre con control de la co‑ nos orienta la presión arterial (tabla 39‑1).
lumna cervical. Los pasos son: • Color de piel: nos orienta en la oxigenación de tejidos.

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Capítulo 39 Asistencia inicial al politraumatizado 411

de extremidades, pares craneales, etc.). En la exploración física,


Tabla 39‑1  Presencia de pulso y relación signos de hipertensión intracraneal: bradicardia, vómitos, res‑
con la presión arterial (PA) sistólica piración irregular‑apnea o coma.

Pulso PA sistólica D.1. Nivel de conciencia: test AVPU


El test AVPU mide el nivel de conciencia en la escala de coma
Radial 70‑80 mmHg de Glasgow:
Femoral 60‑70 mmHg
Carotídeo 50‑60 mmHg • Alerta (awake).
• Responde a estímulos verbales (verbal stimulation).
• Responde a estímulos dolorosos (pain).
• No responde a ningún estímulo (unresponsive).
• Relleno capilar: nos orienta en la perfusión tisular. Normal
corresponde a 2 s. Si está alargado o ausente, indica hipoxia D.2. Estado de pupilas
tisular. Se mide en lecho ungueal del primer dedo de mano Se valoran el tamaño, la simetría y la reactividad a la luz (ta‑
o pie. bla 39‑2). En esta fase se podrá medir la escala de coma de
• Hipotensión arterial: puede ser un signo de shock hemo‑ Glasgow completa solo si la estabilidad del paciente lo permi‑
rrágico, pero no siempre se encuentra presente y puede te (tabla 39‑3).
haber otras causas de hipotensión (taponamiento cardíaco,
shock medular, etc.). E. Desnudar al paciente (exposure) y control
de la hipotermia
C.2. Sangrado: control de hemorragia masiva En ocasiones, se realiza de manera simultánea con otros pasos,
La hemorragia externa se trata con presión en la zona y pinza‑ ya que es necesaria la exposición para la valoración inicial.
miento de vasos sangrantes; nunca con torniquetes. Debemos examinar a los pacientes de forma completa y, para
ello, se debe hacer una exposición corporal completa sin ropa.
D. Valoración neurológica inicial (disability) Debemos tratar de evitar la hipotermia no controlada, a la que
La herniación cerebral inminente es una emergencia neuroqui‑ el politraumatizado es muy vulnerable.
rúrgica que requiere intervención inmediata para asegurar la La aplicación de manera rigurosa y sistemática del sistema
supervivencia. En la evaluación neurológica, buscaremos alte‑ ABCDE disminuye la probabilidad de omitir lesiones severas.
raciones pupilares y signos de focalidad neurológica (paresia El objetivo de la evaluación primaria es detectar y tratar las
lesiones potencialmente fatales.
La evaluación del politraumatizado debe ser dinámica con
exploraciones repetidas porque la situación clínica puede cam‑
Tabla 39‑2  Clasificación pupilar biar y deteriorarse rápidamente. Se debe actuar sobre las lesio‑
nes vitales encontradas antes de pasar al siguiente punto en la
Criterio Clasificación Descripción evaluación. En ningún caso se debe retrasar la intubación oro‑
traqueal si está indicada. El traslado al centro hospitalario no
Según tamaño Mióticas < 2 mm
pupilar Midriáticas > 5 mm
se debe retrasar por una evaluación exhaustiva, esto es especial‑
mente importante en pacientes con sangrado/lesiones que pre‑
Según simetría Isocóricas Iguales cisen control quirúrgico, «cirugía de control de daños».
Anisocóricas Desiguales En los últimos años, se ha sumado a la mnemotecnia la
Según reacción Reactivas Se contraen con luz letra U (ultrasonografía) quedando en ABCUDE; nos permite
a la luz Arreactivas No reaccionan la detección precoz de lesiones torácicas, lesiones vasculares y
neurológicas de manera precoz (fig. 39‑1).1
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Tabla 39‑3  Escala de coma de Glasgow


Puntos Respuesta motora Respuesta verbal Apertura ocular
6 Obedece órdenes — —
5 Localiza dolor Orientado —
4 Se retira con el dolor Desorientado Espontánea
3 Reflejo flexor (decorticación) Palabras inapropiadas Estímulo verbal
2 Reflejo extensor (descerebración) Palabras incomprensibles Con el dolor
1 Nula Nula Nula

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412 Parte IV  Técnicas y métodos

Valoración inicial

Vía aérea (A) Ventilación (B) Circulación (C) Examen neurológico (D) Desnudar (E)

Abrir boca, Desvestir tórax Hemorragias Test AVPU Valoración


oír respiración Ver movimientos externas Glasgow secundaria
Limpiar restos respiratorios Presión arterial Pupilas
Guedel y/o IOT Asimetrías Pulso
Collarín Tiraje Relleno capilar

Cabeza
O2 (Ventimask) Dos vías periféricas Protocolo
y cuello
Valorar IOT Cánulas n.º 14 de TCE
Collarín
Perfundir líquidos
Protocolo Taponar heridas
de trauma
torácico Tórax: dolor,
lesiones

Estudios complementarios: Protocolo Abdomen: dolor,


del shock defensa de lesiones
• Hemograma, coagulación
• Bioquímica, gasometría
Esqueleto: alinear,
• Rx simples inmovilizar
• TC
• Ecografías Ingreso hospitalario:
• Siempre si hay estabilidad UCI, quirófano, planta
Protocolo
de fracturas

Figura 39‑1  Algoritmo de valoración inicial. IOT, intubación orotraqueal.

Tratamiento inicial • Si el paciente está inconsciente (Glasgow < 8), sufre apnea
o inestabilidad respiratoria, se procederá a intubación en‑
Siempre se realiza de forma simultánea a la valoración inicial. dotraqueal y ventilación mecánica.
Básicamente, consiste en el tratamiento del shock. Siempre que
se comience la resucitación del shock, hay que tener en mente Colocación de vías venosas periféricas
las causas potenciales de este en el paciente traumático:
Se deben colocar dos vías venosas periféricas de grueso cali‑
• Hemorragia. bre (14 G) siempre inicialmente. Si hay hipotensión o signos de
• Neumotórax a tensión. hipoperfusión tisular, se infundirán 1.000‑3.000 ml de suero sa‑
• Taponamiento cardíaco. lino al 0,9% en 10‑15 min o 30 ml/kg en adultos y 20 ml/kg en
• Shock neurogénico por lesión medular aguda. niños, y se valorará la respuesta; además, se debe obtener una
• Traumatismo craneoencefálico (TCE) grave por lesión del muestra de sangre para su estudio analítico: hemograma, bioquí‑
troncoencéfalo. mica, pruebas de coagulación, gasometría arterial, pruebas cru‑
• Contusión cardíaca severa. zadas y reserva del número de unidades de sangre en relación
• Quemaduras graves. con las pérdidas estimadas, y tóxicos en sangre (optativo).
• Rotura traumática de aorta. Después, se pueden colocar sistemas centrales. Se utiliza‑
rán los grandes expansores solo en caso dramático de shock
Se realizará una secuencia ordenada de medidas. inicial. Existe una enorme controversia sobre la elección de
cristaloides o coloides en la reposición inicial del shock.
Aporte de oxígeno Los cristaloides permanecen muy poco tiempo en espacio
intravascular, solo el 20‑25% a los 20‑30 min de la infusión.
Siempre se realizará aporte de oxígeno: Los principales son:

• Con mascarilla si hay respiración espontánea mante­nida. • Suero fisiológico: el suero fisiológico al 0,9% es ligeramen‑
• Con intubación orotraqueal o nasotraqueal en paciente te hipertónico; es más adecuado en los TCE; en cambio,
consciente, con respiración límite o ventilación insuficien‑ cuando se administra en grandes cantidades, empeora la
te. Previamente, se procederá a sedación. acidosis metabólica por su exceso de cloro.

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• Ringer‑lactato: es ligeramente hipotónico, por lo que es En muchas situaciones, es fundamental y permite evaluar y
adecuado en los TCE. Además, aporta potasio, por lo que revaluar, contribuyendo a disminuir la omisión de lesiones.
no está indicado en acidosis.
Tipos de shock
Nunca deben infundirse sueros glucosados en los TCE.
Los coloides producen gran aumento del espacio intravas‑ En un paciente traumatizado en shock, hay que pensar siempre
cular y más sostenido. Pero afectan a la función renal y la coa‑ en shock hipovolémico hemorrágico hasta que se demuestre lo
gulación, y tienen riesgo anafiláctico. contrario. La reposición de líquidos en el shock hemorrágico
Así pues, se prefiere la reanimación con cristaloides, ya que seguirá las reglas de tres en uno. Consiste en reponer tres veces
no se ha demostrado que haya más supervivencia en reanima‑ las pérdidas calculadas de líquidos. Se realiza el bolo inicial,
ción con coloides. se ve la respuesta y, después, se efectúa una reposición de pér‑
Como norma, si el paciente permanece hemodinámica­ didas calculadas, siempre infundiendo tres veces el volumen de
mente inestable tras administrar 2‑3 l o 40‑50 ml/kg de crista‑ las pérdidas calculadas. Existe otro tipo de shock hipovolémico,
loides, conviene iniciar la transfusión de sangre, inicialmente, el plasmorrágico, en quemaduras, cuya reposición de líquidos
con O negativo o con sangre isogrupo; si está preparado, se cristaloides será con:
administra concentrado de hematíes cruzado.2
• Fórmula de Parkland: 4 ml/kg/% de superficie corporal
Parámetros de seguimiento quemada (SCQ) en las primeras 24 h, la mitad de esta can‑
tidad se aplicará en las primeras 8 h.
• Frecuencia cardíaca: la disminución de la taquicardia • Fórmula modificada de Brooke: recomienda la resucitación
orienta a la mejoría. con 2 ml/kg/% SCQ en las primeras 24 h.
• Frecuencia respiratoria: estable entre 14 y 24 respiracio‑
nes/min. También se producen shocks cardiogénicos por contusión mio‑
• Presión arterial: se deben mantener parámetros normales, cárdica, embolismo aéreo y, más raramente, por infarto de mio‑
con el paciente ligeramente hipotenso. cardio asociado. Por electrocardiograma (ECG) pueden mani‑
• Presión del pulso: el pulso lleno orienta a la mejoría. festar disritmias o lesión de miocardio. Las enzimas no son
• Gases arteriales: se debe conseguir su normalización. diagnósticas. La monitorización de PVC sí es diagnóstica.
• Diuresis: se deben conseguir unas diuresis de 50 ml/h en Otro tipo de shock es el obstructivo por taponamiento car‑
adultos y de 2 ml/kg/h en niños. díaco y por neumotórax a tensión:

Monitorización electrocardiográfica • Taponamiento cardíaco: se manifiesta con taquicardia, rui‑


dos cardíacos apagados, ingurgitación yugular e hipoten‑
Son frecuentes las arritmias, fibrilación auricular, extrasístoles sión resistente al aporte de volumen.
ventriculares y alteraciones ST. Si aparecen asistolia, fibrila‑ • Neumotórax a tensión: se manifiesta por ausencia de mur‑
ción ventricular, taquicardia ventricular sin pulso/disociación mullo vesicular, hiperresonancia con la percusión, enfisema
electromecánica o una bradicardia extrema, a lo anterior hay subcutáneo palpable y signos de insuficiencia respiratoria,
que sumar protocolos de reanimación cardiopulmonar avanza‑ además de hipotensión arterial con ingurgitación yugular.
da y soporte vital avanzado.3
En cuanto al shock neurogénico, se caracteriza por hipoten‑
Pulsioximetría sión sin taquicardia, sin vasoconstricción periférica (piel ca‑
liente) y sin pulso débil. Se suele producir por lesión medular
Ofrece información sobre el grado de oxigenación de la sangre ar‑ aguda y lesiones de troncoencéfalo. El TCE aislado no lo pro‑
terial y de la presencia de pulso arterial. Su valor esencial es detectar duce, salvo en niños pequeños por scalp o cefalohematoma.
episodios de hipoxemia difícilmente apreciables por la clínica, ya Por último, el shock séptico raramente se manifiesta, aun‑
que la cianosis no suele apreciarse hasta que la hipoxemia es severa que debe considerarse en los retrasos de asistencia o en heridas
(SatO2 < 80). Fallo de medición en vasoconstricción periférica. abdominales con contaminación intestinal del peritoneo:

Colocación de catéteres • Sepsis con hipovolemia: se manifiesta como el shock hipo‑


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volémico con taquicardia, vasoconstricción cutánea, oligu‑


• Catéter vesical: si no existe riesgo de rotura uretral. Si se sos‑ ria, descenso de presión arterial sistólica y pulso filiforme.
pecha dicha rotura, debe hacerse un tacto rectal previamente. • Sepsis sin hipovolemia: se manifiesta con piel caliente, ta‑
Estará contraindicado en los casos de sangre en uretra o recto, quicardia moderada, presión arterial normal y pulso am‑
y en escroto, y si la próstata no se palpa o está desplazada. plio.4,5
• Sonda nasogástrica: no debe emplearse en traumatismos
faciales; si ha de realizarse, se prefiere por vía oral. Evaluación secundaria
Analgesia Tras finalizar la evaluación inicial, diagnosticando las lesiones
que producen riesgo vital y tratándolas de inmediato, el médi‑
Un aspecto importante y que ocasionalmente se posterga en la co de urgencias procederá a una evaluación sistemática de ca‑
evaluación y manejo inicial es un adecuado manejo analgésico. beza a pies, buscando lesiones asociadas al trauma. Se denomi‑

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414 Parte IV  Técnicas y métodos

na fase de valoración secundaria, que siempre irá asociada a Veremos la posible ingurgitación de las venas del cuello, que
tratamiento definitivo de las lesiones descubiertas. se marcará en neumotórax a tensión y en taponamientos car‑
Será una fase más lenta en tiempo, aproximadamente, entre díacos, con normovolemia; por el contrario, estará muy dismi‑
2 y 10 min, y en ella se descubrirán lesiones no vitales y, además, nuida en pacientes con hipovolemia. Se observan laceraciones
otras lesiones de carácter vital no descubiertas en valoración ini‑ y/o hematomas, se valora el pulso carotídeo, su asimetría orien‑
cial, por ejemplo, neumotórax evolutivos, roturas esplénicas, etc. ta a un aneurisma torácico, y la existencia de enfisema subcu‑
Esta fase otorga la calidad asistencial en tratamiento de pacientes táneo nos induce a pensar en neumotórax o en rotura traqueo‑
politraumatizados. Requiere de unidades específicas, con perso‑ bronquial. En la nuca se buscará crepitación o dolor; además,
nal entrenado exclusivamente en descubrir lesiones y tratarlas, se palparán las apófisis espinosas buscando fracturas cervicales.
priorizando las diferentes opciones terapéuticas que se plantean En esta fase se solicita radiología lateral de cervicales, que
ante las diferentes lesiones asociadas aparecidas en un paciente deberá incluir C7, y, si hay clínica radicular, se solicita una TC
politraumatizado. La metodología que debe seguirse será la clá‑ cervical. Es importante incidir en que la realización de prue‑
sica en exploración de inspección, palpación, percusión y aus‑ bas en valoración secundaria, que conllevan la salida del pa‑
cultación. Cada vez que se encuentre alguna circunstancia pato‑ ciente de la sala de exploración de politraumatizados, se reali‑
lógica, se optará por realizar una interconsulta o por solicitar za al final de la valoración secundaria y siempre con el
pruebas complementarias. Siempre priorizando la asistencia paciente estable hemodinámicamente (fig. 39‑2).
para salvaguardar la estabilidad del paciente.
Tórax
Cabeza
Los traumatismos torácicos son una causa importante de mor‑
Se inspecciona el contorno buscando lesiones externas aparen‑ talidad inmediata debido al daño de estructuras vitales como la
tes, como hematomas, deformidades, heridas, etc. Se palpa en pared miocárdica o el tronco aórtico, pero existen una serie de
cráneo buscando fracturas, hundimientos. Si encontramos un lesiones que son susceptibles de tratamiento evitando una muer‑
scalp, se palpará posible fractura dentro de él y se comprimirá te precoz como son el neumotórax a tensión, taponamiento
el sangrado. Las lesiones faciales sin compromiso respiratorio cardíaco, etc.
se tratarán después al final de la valoración secundaria. Si apa‑ Se realiza inspección y palpación, buscando signos de trau‑
rece sangre en nariz, oídos o hematomas en anteojos o en mas‑ matismo externo, como contusión y/o heridas, dolor, crepita‑
toides, se sospecha la existencia de fractura de cráneo. ción, etc.
En el caso de los TCE, la escala de Glasgow nos permite Se observa si hay salida de burbujas sanguinolentas en he‑
clasificarlos en leves, moderados o graves. La necesidad de ridas que orienta a neumotórax abierto, hematomas en la base
realizar una TC de cráneo ante un TCE leve es un tema contro‑ del tórax orientan a roturas esplénica o hepática. La crepitación
vertido, pero existen una serie de factores de riesgo y signos de con movimientos asimétricos orienta al volet costal y el enfise‑
alarma que hacen necesario el estudio por imagen: ma subcutáneo, a lesiones del árbol bronquial.
La auscultación y/o toracocentesis ayudan a la valoración
• Signos y síntomas de alarma: de hemoneumotórax, inestabilidad torácica, contusión pulmo‑
• Pérdida de conocimiento inicial transitoria. nar o cardíaca, y taponamiento cardíaco (tonos cardíacos ale‑
• Amnesia postraumática, cefalea persistente. jados), que pueden aparecer también en esta fase exploratoria.
• Náuseas y vómitos. La ausencia de murmullo vesicular en vértices pulmonares
• Déficit neurológico. orienta a neumotórax. La ausencia de murmullo vesicular en
• Existencia de herida o contusiones en cuero cabelludo. bases pulmonares orienta a hemotórax.
• Síndrome vestibular. Se solicita radiografía de tórax anteroposterior. En ella se
• Convulsión postraumática (la inmediata al traumatismo valoran contusión pulmonar, hemotórax, neumotórax, fracturas
no se ha asociado a lesiones intracraneales). costales. Se valora el ensanchamiento mediastínico y, si este es
• Factores de riesgo: importante, hay que descartar rotura aórtica mediante TC o
• Alteración de la coagulación.
• Intoxicación etílica y otras drogas.
• Alcoholismo crónico.
• Ancianos.
• Patología neurológica o neuroquirúrgica previa.
• Demencia.
• Tratamiento anticoagulante y antiagregante (anticoagu‑
lantes, clopidogrel).

En ocasiones, la ausencia de lesiones externas no indica que no


existan intracraneales.

Cuello
Se observa la posición medial de la tráquea, que se desviará en
traumatismos directos y en la fase de tensión de un neumotórax. Figura 39‑2  Politraumatizado por asta de toro.

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Capítulo 39 Asistencia inicial al politraumatizado 415

ecografía transesofágica. Se valoran ambos diafragmas. Su ele‑ nes renales, fracturas de pelvis, lesión de vías urinarias, pán‑
vación orienta a rotura diafragmática. creas, etc.; su diagnóstico requiere alta sospecha clínica y se
Si el taponamiento cardíaco ocurre, se caracteriza por au‑ realiza mediante TC.6‑10
mento de presión venosa central en paciente hipotenso, apaga‑
miento de los ruidos cardíacos y taquicardia. Extremidades y espalda
La ecografía puede ser útil para diagnosticar de manera
rápida neumotórax, hemotórax o taponamiento cardíaco que En su inspección se buscan heridas, deformidades, fracturas,
han pasado desapercibidos, y puede servir de guía para puncio‑ etc. La palpación nos identifica zonas dolorosas y de crepitación,
nes evacuadoras. tumefacción y movimientos anómalos. Es muy importante la
La lesión más frecuente en los traumatismos torácicos son existencia de pulsos arteriales en extremidades. Radial en miem‑
las fracturas costales, siendo más importante descartar lesiones bro superior; pedio y tibial posterior en miembro inferior. La
asociadas que el tratamiento de la fractura en sí. Cuando exis‑ ausencia de ellos es indicativa de reducción inmediata de frac‑
ten varias fracturas costales consecutivas en el mismo hemitó‑ turas o luxaciones. Es importante la inmovilización de fracturas
rax, se provoca una porción de pared torácica «flotante». Su musculoesqueléticas para evitar el sangrado. Para la exploración
tratamiento será en la mayoría de las ocasiones conservador de espalda, se colocará al enfermo en decúbito lateral en bloque
mediante ventilación y oxigenación adecuada, siendo rara la y ello nos permite observar lesiones externas graves, como he‑
necesidad de osteosíntesis. ridas punzantes, hematomas en fosas renales, etc.

Abdomen y pelvis Evaluación neurológica


Esta exploración es muy importante, pues en muchas ocasiones Se procederá a la exploración motora y sensitiva de miembros
deriva en una necesaria y rápida intervención quirúrgica. Cabe superiores e inferiores, detectando parálisis o paresias debidas
destacar que en la exploración de traumatizados hay que tener a lesiones centrales o medulares. Se revaluará nivel de concien‑
siempre presente la existencia de una hemorragia interna hasta cia y pupilas. Se realizará una exploración de la escala de coma
que se demuestre lo contrario y que las exploraciones irán enca‑ de Glasgow. Los cambios en lesiones del sistema nervioso cen‑
minadas a descubrir precozmente estas patologías. Valoramos la tral producen modificaciones en el nivel de conciencia. Se con‑
distensión, buscamos erosiones y/o hematomas, «lesiones en sideran lesiones urgentes los hematomas epidurales, los hema‑
banda» por cinturón, que hagan sospechar lesiones internas. Se tomas subdurales y las fracturas con depresión.
palpa buscando dolor y defensa abdominal, y se percute para
descubrir timpanismo o matidez, sospechando existencia de aire Papel del médico de urgencias
o sangre. La presencia o no de ruidos en la auscultación orienta
a la existencia de sangre, que actúa como paralizante intestinal. La labor de coordinación del médico de urgencias en una unidad
Distinguimos dos formas principales de traumatismo abdo‑ de trauma es fundamental en esta fase. «Deberá asumir el man‑
minal, que son: do para unir las piezas del rompecabezas». Las soluciones no
siempre dependen del médico de urgencias, sino de otros espe‑
1. Cerrado: 70‑80%. cialistas que intervendrán a requerimiento del primero. De otro
2. Abierto: 10‑20%. modo, la asistencia deriva en desorden al faltar la cohesión que
da el médico coordinador.
En pacientes estables o con moderada inestabilidad corregida
con aporte de líquidos rápida, la ecografía será la técnica diag‑ Información y registro
nóstica de elección.
Actualmente, existe un protocolo eco‑FAST cuyo objetivo Un aspecto importante es el de la obtención y transmisión de
es detectar líquido libre intraperitoneal con la valoración de información acerca del accidente. Es muy importante saber los
cinco puntos: espacio de Morrison, espacio esplenorrenal, epi‑ mecanismos lesionales para sospechar las lesiones esperables.
gastrio con ventana subxifoidea (líquido pericárdico) e hipo‑ Las relaciones con los familiares del enfermo son fundamenta‑
gastrio (líquido en Douglas). La exploración no debe durar más les, pues nos aportan los datos previos (antecedentes) para dar
de 3‑5 min y debe realizarse de forma sistemática a todo poli‑ una mejor asistencia. Se debe informar sobre el estado del pa‑
traumatizado. ciente sin olvidar el aspecto cambiante de las primeras horas
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

La TC es la prueba diagnóstica de elección; solo será posi‑ en este tipo de patologías. Será cometido del médico de urgen‑
ble en pacientes estables. cias de la unidad de trauma el registrar en la historia clínica los
En pacientes inestables, se utilizará la punción‑lavado pe‑ datos, los hallazgos físicos, los problemas encontrados, las
ritoneal. La compresión bilateral de pelvis será dolorosa cuan‑ soluciones aplicadas, las exploraciones complementarias y el
do existe fractura pélvica, los hematomas inguinales nos orien‑ estado actual del pa­ciente.9,10
tan a estas lesiones. Son de extremada gravedad, pues pueden
dar shock hipovolémico, aun siendo lesiones aisladas. El exa‑ Revaluación
men perineal y el tacto rectal permiten descubrir la presencia
de sangre. Siempre debe solicitarse radiografía de pelvis ante‑ Consiste en repasar la valoración inicial y corregir lo que se ha
roposterior en la valoración de paciente traumatizado. descubierto, o solucionar lo no realizado. Debe efectuarse todas
El sangrado retroperitoneal es un sangrado de difícil diag‑ las veces que sea necesario para comprobar la estabilidad del
nóstico, debido a que presenta escasa clínica; ocurre con lesio‑ paciente.

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416 Parte IV  Técnicas y métodos

Si el paciente continúa estable, se procede a seguir tratando


las alteraciones descubiertas, como realizar suturas, inmovili‑
zaciones, etc., o solicitar más pruebas complementarias, o bien
realizar interconsultas con otros especialistas. Por último, se
procederá a efectuar el destino del paciente: envío a la sala de
observación, ingreso hospitalario, ingreso en la unidad de cui‑
dados intensivos o alta.

Evaluación terciaria
Consiste en detectar las lesiones que han pasado inadvertidas
en las evaluaciones primaria y secundaria. Estas lesiones supo‑
nen un porcentaje importante y tienen consecuencias aumen‑
tando la mortalidad tardía. Debe volverse a realizar una explo‑ Figura 39‑3  Hematoma perineal posfractura de pelvis.
ración física minuciosa y deben repasarse las pruebas
diagnósticas realizadas en busca de nuevos hallazgos. La estan‑
darización del reconocimiento terciario conduce a una dismi‑
nución de lesiones inadvertidas y a una mejoría del pronóstico. En el manejo inicial de este tipo de fracturas, cabe destacar
Los politraumatizados más graves y los intubados presentan la importancia de la reposición de volumen para evitar el shock
una mayor incidencia de lesiones inadvertidas.11 hipovolémico.
En cuanto al tratamiento inicial ante una fractura de pelvis
será necesario realizar de manera inicial la compresión extrín‑
Traumatismos seca del anillo pélvico, reduciendo su volumen interior para
musculoesqueléticos disminuir el sangrado, ya sea mediante dispositivos específicos
(faja pélvica) o mediante el uso de una sábana a modo de cin‑
Cabe destacar que dentro de las múltiples fracturas posibles del turón si no disponemos de ellos.
sistema musculoesquelético existen dos que son especialmente En pacientes con fracturas de pelvis inestables hemodiná‑
susceptibles de producir una muerte inmediata: la fractura de micamente sin evidencia de líquido abdominal o lavado perito‑
pelvis y las fracturas vertebrales, siendo necesario durante la neal negativo, que serían las indicaciones de laparotomía ur‑
valoración inicial descartar su existencia. gente, una posibilidad para contener el sangrado sería la
arteriografía con embolización selectiva de las lesiones san‑
Fractura de pelvis grantes.
Si disponemos de los medios hospitalarios necesarios, se
Son fracturas que se caracterizan por que pueden asociar lesio‑ debe realizar una fijación externa que disminuya el sangrado y
nes arteriovenosas ilíacas importantes o de vísceras pélvicas permite una cirugía de control de daños. La fijación externa
rectales y genitourinarias. El sangrado se caracteriza por ser un puede ser supraacetabular o sobre las alas ilíacas, existiendo
sangrado retroperitoneal, pudiendo pasar desapercibido siendo también un dispositivo denominado C‑clamp que permite una
una causa de shock hipovolémico. Este sangrado suele ser la estabilización posterior.
principal causa de muerte de las fracturas de pelvis. El tratamiento de la fractura definitivo se realizará median‑
Debemos sospechar este tipo de lesiones ante traumatis‑ te fijación interna si el paciente está estable (tabla 39‑4).14
mos de alta energía pélvicos, realizando una inspección de
posibles signos de sangrado, como hematomas perineales
(en ocasiones no son visibles hasta 24‑48 h después del trau‑
matismo), hematomas subcutáneos, sangrados urinarios o
rectales. Mediante compresión de la pelvis, puede aparecer
dolor o signos de inestabilidad; esta maniobra no debe rea‑
lizarse de forma repetida debido a que puede provocar lesio‑
nes con el desplazamiento pélvico, sobre todo, en fracturas
inestables o con múltiples fragmentos óseos (figs. 39‑3 y
39‑4).12,13
Es importante es realizar tacto rectal y exploración genitou‑
rinaria para detectar posibles lesiones viscerales.
El estudio radiográfico puede ser suficiente para el diagnós‑
tico, pero en ocasiones se precisará de TC para una mejor va‑
loración, sobre todo, cuando afecte al acetábulo y estructuras
vecinas. La ecografía puede ser de utilidad en pacientes inesta‑
bles con necesidad de buscar un sangrado retroperitoneal o
lesiones viscerales.
Ante lesiones de vías urinarias, puede ser necesario para el
diagnóstico realizar una uretrocistografía simple. Figura 39‑4  Fijador externo en fractura de pelvis.

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Capítulo 39 Asistencia inicial al politraumatizado 417

plejía. En lesiones medulares altas, por encima de D10 puede


Tabla 39‑4  Volumen de pérdidas sanguíneas aparecer hipotensión, bradicardia y disminución de las resis‑
estimadas según el tipo de fractura tencias periféricas con piel caliente y bien perfundida («shock
caliente»). Este cuadro típico es conocido como «shock medu‑
Porcentaje Pérdidas lar», pérdida de toda la función neurológica, incluyendo refle‑
de volumen en litros jos y tono rectal, con parálisis flácida y pérdida de todos los
Localización de sangre en adultos tipos de sensibilidad por debajo de un nivel específico, asocia‑
do con una disfunción autonómica. Suele durar menos de 24 h,
Pelvis 20‑100 1‑5
pero en ocasiones persiste durante varios días. Debe ser un
Fémur 20‑50 1‑2,5 diagnóstico por exclusión en el paciente traumatizado, descar‑
Columna 10‑30 0,5‑1,5 tando siempre previamente la posibilidad de shock hemorrági‑
co. El tratamiento de esta complicación se realiza con volumen
Tibia y húmero 10‑30 0,5‑1,5
y perfusión de drogas vasoactivas (dopamina, noradrenalina,
Pie y tobillo 5‑10 0,2‑0,5 etc.), se debe evitar la sobrecarga de volumen. Los trastornos
Radio, cúbito 5‑10 0,2‑0,5 de la regulación de la temperatura se presentan a consecuen‑
cia de la denervación simpática. Hay que realizar un cuidadoso
Costillas 2‑4 0,1‑0,2
control para evitar la hipotermia en las fases precoces. Otras
complicaciones son el íleo paralítico, la retención urinaria, el
priapismo y las úlceras por presión; estas últimas, debido a la
pérdida de sensibilidad, pueden aparecer rápidamente. Se debe
Traumatismo de columna vertebral realizar un correcto cuidado de las zonas de presión, movilizar
y lesiones medulares y realizar cambios posturales y nutrir e hidratar al paciente de
forma adecuada y desde el inicio del cuadro.
Todo paciente politraumatizado debe ser inmovilizado ante la Tratamiento específico de las lesiones medulares: protocolo
sospecha de lesión de columna‑medular. Esta inmovilización del National Acute Spinal Cord Injury Study (NASCIS) III como
se retirará una vez descartada la lesión por medios clínico‑­ el único tratamiento inicial efectivo para estos pacientes. En los
radiológicos. últimos años, ha habido una gran controversia en el uso de cor‑
La mayor mortalidad se presenta en las primeras semanas, ticoides a altas dosis para el tratamiento del lesionado medu‑
sobre todo, en las lesiones cervicales, posiblemente porque es‑ lar. En 2012, se ha publicado una revisión de la base de datos
tas son las de mayor incidencia y porque asocian frecuente‑ ­Cochrane que indica que los corticoides son un tratamiento efec‑
mente complicaciones respiratorias. Podremos pensar en que tivo si se administran de forma precoz (cuadro 39‑1).15
estamos ante una lesión que ha provocado una columna inesta‑ No está indicado tras más de 8 h de la lesión.
ble cuando se cumplan dos de las siguientes condiciones: Como tratamiento definitivo de las lesiones medulares, hay
que considerar cirugías de fijación de la columna.
• Pérdida de la integridad del cuerpo vertebral por fractura
múltiple. Fractura‑luxación de extremidades
• Pérdida de la integridad de los ligamentos o arco posterior.
• Pérdida de la alineación de la columna por angulación o Las lesiones del sistema musculoesquelético tienen una priori‑
translocación. dad baja y no suelen necesitar tratamiento definitivo inmediato,

La región cervical (movimientos de flexoextensión y rotación


brusca) y lumbar (asociada a los sistemas de anclaje del cinturón
y mecanismo rotacional) suelen ser las más afectadas. Las le‑
Cuadro 39‑1  Protocolo del National Acute Spinal
siones en la columna dorsal alta son infrecuentes por estar pro‑
tegida por la caja torácica. Es obligatorio realizar una exploración Cord Injury Study (NASCIS III)
inicial de la sensibilidad muy precisa y repetida, porque la pro‑ Tratamiento iniciado antes de las 3 h
gresión ascendente de la hipoestesia es el indicador más sensible • Bolo inicial de 30 mg/kg de metilprednisolona disueltos
de deterioro. Se deben evaluar detenidamente los reflejos me‑ en 100 cm3 de suero fisiológico a pasar en 15 min. Dejar
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

dulares. Se debe explorar el tono del esfínter anal, ya que en un descanso de 45 min.
ocasiones puede ser el único indicador de una lesión medular • Mantenimiento: 5,4 mg/kg/h durante las siguientes 23 h y
incipiente. La exploración clínica debe completarse con pruebas suspender
de imagen como la radiografía simple de columna; si existen Tratamiento iniciado después de las 3 h
dudas o sospecha de lesión medular, se realizará una TC.15 • Bolo inicial de 30 mg/kg de metilprednisolona disueltos
en 100 cm3 de suero fisiológico a pasar en 15 min. Dejar
Lesión medular un descanso de 45 min.
Las lesiones por encima de C3 pueden originar parálisis respi‑ • Mantenimiento: 5,4 mg/kg/h durante 47 h y suspender.
ratoria inmediata y las lesiones más bajas, pero que ascienden • El paciente debe recibir gastroprotección. No deben ad‑
por el edema, pueden originar parálisis del frénico diferida. Se ministrarse corticoides por encima de las 8 h de inicio del
debe colocar una sonda nasogástrica a estos pacientes para des‑ cuadro
comprimir el estómago, que suele estar afecto de una gastro‑

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418 Parte IV  Técnicas y métodos

pero existen situaciones excepcionales que requieren tratamien‑


to precoz. Ante toda lesión musculoesquelética, será necesario
realizar una exploración vasculonerviosa (fig. 39‑5).
Situaciones excepcionales son las siguientes:

• Fracturas abiertas.
• Fracturas con lesión vascular.
• Fracturas diafisarias de fémur.
• Luxaciones de la rodilla y cadera.
• Amputaciones.

Son excepciones que precisan una reducción urgente porque


pueden acompañarse de complicaciones graves. En ocasiones,
pueden llegar a plantear problemas vitales en relación directa
con pérdidas sanguíneas importantes o potencialmente impor‑
tantes.
La alineación y reducción de la fractura puede ser suficien‑
te para mejorar la hemostasia y aliviar el dolor. Si la herida es
sangrante, se recomienda comprimir el punto de sangrado y
vendaje compresivo. Si no es suficiente, puede comprimirse la
arteria responsable. Valorar pulso tras la reducción. Valoración
neurológica de la extremidad antes y después de la manipula‑
ción. Inmovilización con férula adecuada que incluya la articu‑
lación proximal y distal hasta el tratamiento definitivo
(fig. 39‑6).

Síndrome compartimental Figura 39‑6  Fractura abierta de tibia y peroné de tipo IV‑B de la cla‑
Se produce el cuadro por elevación excesiva de la presión intra‑ sificación de Gustilo.
fascial. Se puede producir como consecuencia del edema que
surge tras un traumatismo, al cual se asocia el que producimos
nosotros por la manipulación y, en último extremo, el originado Embolia grasa
por la propia inmovilización con cierta compresión de la zona. Cuadro clínico debido a la oclusión de los vasos sanguíneos
Suele asociarse a lesiones arteriales y por reperfusión. Las áreas por glóbulos de grasa. Se asocia fundamentalmente a fracturas
de máximo riesgo son: antebrazo y pierna. Clínicamente, se ca‑ de los huesos largos y es una importante fuente de morbilidad
racteriza por un cuadro progresivo de isquemia distal, detectada y mortalidad en pacientes politraumatizados. El 90% de las
por una cianosis evolutiva y una alteración sensitiva y motora. El embolias grasas son consecutivas a fracturas diafisarias de
tratamiento es la fasciotomía descompresiva. fémur y tibia, especialmente, en pacientes jóvenes y de sexo
masculino. Las localizaciones más frecuentes de formación
de émbolos suelen ser el pulmón y el cerebro. La clínica con‑
siste en insuficiencia respiratoria, compromiso neurológico y
rash petequial. Su diagnóstico es eminentemente clínico. En
cuanto al tratamiento, la principal medida es la prevención
mediante la inmovilización precoz de las fracturas. Una vez
instaurado el síndrome, las medidas de soporte vital hemodi‑
námico y ventilatorio constituyen los pilares terapéuticos
fundamentales.13

D
Politraumatismo infantil
Introducción
Las lesiones traumáticas suponen la primera causa de morbi‑
mortalidad infantil. En Europa, el 50% de los niños fallecidos
lo son por traumatismos. En España, el tipo de accidente más
frecuente es la caída o precipitación, seguido del accidente de
circulación, bicicleta, quemados, intoxicados y ahogados. Los
niños se ven afectados el doble que las niñas.
Existen diferencias anatómicas entre niños y adultos con
implicaciones para el tratamiento del traumatismo pediátrico.
Figura 39‑5  Luxación traumática de rodilla. El protocolo de actuación que debe seguirse en un niño que ha

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Capítulo 39 Asistencia inicial al politraumatizado 419

• Escala de coma de Glasgow: requiere una adaptación de la


Tabla 39‑5  Modificación en la escala respuesta verbal en los niños menores de 3 años (tabla 39‑5).
de Glasgow en niños menores de 3 años • Sistemas de clasificación de pacientes: para facilitar la eva‑
luación del paciente politraumatizado, se han desarrollado
Respuesta verbal Puntuación diversos sistemas de clasificación. Uno de los más utiliza‑
dos es el Pediatric Trauma Score (índice de trauma pediá‑
Palabras apropiadas o sonrisas, fija la mirada 5 trico), que puede realizarse en el lugar del accidente o en el
y sigue objetos
momento de la admisión en el hospital. Establece unas
Tiene llanto, pero es consolable 4 puntuaciones que van de –6 a +12. Puntuaciones inferiores
Persistentemente irritable 3 a 8 indican una potencial gravedad y, por tanto, son pacien‑
tes tributarios de ingreso en un centro especializado (ta‑
Agitado 2
bla 39‑6).5,16
Sin respuesta 1
Valoración y tratamiento secundario
• TCE: es más frecuente en niños que en adultos. La superior
sufrido un traumatismo grave es el mismo que el del adulto, relación cabeza‑cuerpo del niño explica la posibilidad de
con algunos aspectos diferenciales. aparición de shock hipovolémico tras sufrir TCE. En el lac‑
tante, a igualdad de lesión tiene mejor tolerancia debido a
Valoración y tratamiento de urgencias la existencia de fontanela. La musculatura del cuello es más
débil y las lesiones cervicales pueden ser más graves.
• Vía aérea: presentan un mayor consumo de oxígeno y una • Traumatismo torácico: el tórax del niño es más elástico que
frecuencia respiratoria mayor. El tamaño de la vía aérea el del adulto y, por tanto, las fracturas costales son poco
depende de la edad del niño, por lo que, en caso de necesi‑ frecuentes; por ello, si existen debemos suponer que el trau‑
dad de intubación endotraqueal, será precisa la elección de ma ha sido severo. Particular interés tiene la contusión pul‑
un tubo de tamaño correcto. monar, que en niños puede ser importante incluso sin frac‑
• Control circulatorio: en los niños, el gasto cardíaco depen‑ turas costales, ocasionando severa hipoxemia.
de más de la frecuencia cardíaca que del volumen latido, • Traumatismo abdominal: el cerrado es mucho más frecuen‑
por lo que la taquicardia, aunque es un signo inespecífico te que el abierto. El hematoma duodenal y la rotura vesical
presente ante múltiples situaciones (dolor, estrés, etc.), de‑ son lesiones más frecuentes en el niño. Son subsidiarias de
be hacernos pensar en el desarrollo de un estado de shock. tratamiento conservador la gran mayoría de las lesiones
Cuando exista dificultad para la canalización de una vía esplénicas, hepáticas y renales. Los órganos internos del
periférica, se puede utilizar la vía intraósea. En niños me‑ niño son más susceptibles a la lesión por la ubicación más
nores de 6 años, la zona de elección es la cara anterointerna anterior del hígado y bazo, y la menor musculatura y masa
del extremo proximal de la tibia y, en los mayores, la región del tejido subcutáneo protectora. Los riñones del niño están
supramaleolar interna. Permite la administración de crista‑ menos protegidos y son más móviles, lo que los hace muy
loides, coloides o derivados sanguíneos, así como cualquier susceptibles a la lesión por desaceleración.
medicación. • Traumatismo de extremidades: muy frecuentes. La pérdida
• Control de temperatura: los niños son especialmente sen‑ de sangre en fracturas de huesos largos y de pelvis es pro‑
sibles a los cambios térmicos por tener menos masa corpo‑ porcionalmente superior en los niños. Son de particular
ral y piel más fina con escaso tejido subcutáneo, pierden interés las fracturas que afectan a las zonas de crecimiento
calor con facilidad. Por tanto, durante la asistencia al poli‑ del hueso por sus consecuencias posteriores. La mayoría de
traumatismo infantil haremos un estrecho control de tem‑ las fracturas de niños politraumatizados son tratadas de for‑
peratura mediante termómetro rectal. Nuestro objetivo será ma conservadora, salvo alteración vascular. Es importante
restaurar la temperatura normal del niño. realizar una inmovilización precoz para evitar sangrados,
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Tabla 39‑6  Pediatric Trauma Score o índice de traumatismo infantil


+2 +1 –1
Peso > 20 kg 10‑20 kg < 10 kg
Vía aérea Normal Sostenible Insostenible
PA sistólica > 90 mmHg 50‑90 mmHg < 50 mmHg
Estado neurológico Consciente Obnubilado Coma
Heridas No Menores Mayores o penetrantes
Fracturas No Cerradas Abiertas o múltiples

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420 Parte IV  Técnicas y métodos

aunque la reducción no sea correcta. En el caso de lesión 4. Quesada A, Casafont JI, Durá MJ, Rabanal JM, Teja JL. Atención Ini‑
musculoesquelética aislada, la indicación quirúrgica suele cial Hospitalaria al Paciente Traumatizado grave. Avances en Emer‑
gencias y Resucitación (II). Barcelona: EDIKAMED; 1997. p. 109‑19.
ser la más correcta porque facilita los cuidados y la movi‑ 5. Quesada A, Rabanal JM. Procedimientos técnicos en urgencias y
lización ­temprana, permite el control evolutivo de las lesio‑ emergencias. Madrid: Ergon; 2003.
nes asociadas y minimiza el riesgo de aparición de com­ 6. Turnkey D. Advanced trauma life support course manual. Chicago:
plicaciones asociadas a los yesos y a la inmovilización American College of Surgeons, Committee on Trauma; 1984.
mantenida. 7. de Saint‑Aurin RG, Kloeckner M, Annane D. Crystalloids versus co‑
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Rodríguez, Javier Caballero Trenado y José Ventura, de Valo‑ 10. Marx JA, Hockberger RS, Walls RM, editores. Rosen. Medicina de
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Terrón González, por sus fotografías de politraumatizados, del froy A, Gómez Díaz C, Llaquet Bayo H. Aplicación de la revisión
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