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Asistencia Inicial Al Politraumatizado: Capítulo 39
Asistencia Inicial Al Politraumatizado: Capítulo 39
Descargado para Mayumi Jusara Soto Orosco (mayumi_jusara_2006@hotmail.com) en Cayetano Heredia Pervuvian University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 15, 2020.
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410 Parte IV Técnicas y métodos
Seguridad del reanimador y la víctima • Exposición del tórax: se deben cortar las ropas del tórax, y
comprobar los movimientos y la simetría.
Las emergencias extrahospitalarias tienen lugar en un entorno • Observación de la ventilación: si es inadecuada, se aplicará
donde practicar la asistencia se convierte en una actuación con una mascarilla con aporte de oxígeno en alto flujo (fracción
multitud de riesgos y peligros potenciales para el propio perso‑ inspirada de oxígeno [FIO2] del 50%, 8‑10 l/min) o intuba‑
nal asistencial; por tanto, no iniciaremos nuestra intervención ción endotraqueal conectada a respirador volumétrico.
hasta estar absolutamente convencidos de haber convertido el • Descarte de lesiones potencialmente letales: neumotórax a
lugar del suceso en un lugar seguro. tensión, neumotórax abierto y tórax inestable con contusión
pulmonar y hemotórax masivo. Se aplicará drenaje con tu‑
Valoración y asistencia primaria: diagnóstico bo torácico como tratamiento. Se realizará en línea axilar
y tratamiento de lesiones vitales media, en el cuarto‑quinto espacio intercostal.
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412 Parte IV Técnicas y métodos
Valoración inicial
Vía aérea (A) Ventilación (B) Circulación (C) Examen neurológico (D) Desnudar (E)
Cabeza
O2 (Ventimask) Dos vías periféricas Protocolo
y cuello
Valorar IOT Cánulas n.º 14 de TCE
Collarín
Perfundir líquidos
Protocolo Taponar heridas
de trauma
torácico Tórax: dolor,
lesiones
Tratamiento inicial • Si el paciente está inconsciente (Glasgow < 8), sufre apnea
o inestabilidad respiratoria, se procederá a intubación en‑
Siempre se realiza de forma simultánea a la valoración inicial. dotraqueal y ventilación mecánica.
Básicamente, consiste en el tratamiento del shock. Siempre que
se comience la resucitación del shock, hay que tener en mente Colocación de vías venosas periféricas
las causas potenciales de este en el paciente traumático:
Se deben colocar dos vías venosas periféricas de grueso cali‑
• Hemorragia. bre (14 G) siempre inicialmente. Si hay hipotensión o signos de
• Neumotórax a tensión. hipoperfusión tisular, se infundirán 1.000‑3.000 ml de suero sa‑
• Taponamiento cardíaco. lino al 0,9% en 10‑15 min o 30 ml/kg en adultos y 20 ml/kg en
• Shock neurogénico por lesión medular aguda. niños, y se valorará la respuesta; además, se debe obtener una
• Traumatismo craneoencefálico (TCE) grave por lesión del muestra de sangre para su estudio analítico: hemograma, bioquí‑
troncoencéfalo. mica, pruebas de coagulación, gasometría arterial, pruebas cru‑
• Contusión cardíaca severa. zadas y reserva del número de unidades de sangre en relación
• Quemaduras graves. con las pérdidas estimadas, y tóxicos en sangre (optativo).
• Rotura traumática de aorta. Después, se pueden colocar sistemas centrales. Se utiliza‑
rán los grandes expansores solo en caso dramático de shock
Se realizará una secuencia ordenada de medidas. inicial. Existe una enorme controversia sobre la elección de
cristaloides o coloides en la reposición inicial del shock.
Aporte de oxígeno Los cristaloides permanecen muy poco tiempo en espacio
intravascular, solo el 20‑25% a los 20‑30 min de la infusión.
Siempre se realizará aporte de oxígeno: Los principales son:
• Con mascarilla si hay respiración espontánea mantenida. • Suero fisiológico: el suero fisiológico al 0,9% es ligeramen‑
• Con intubación orotraqueal o nasotraqueal en paciente te hipertónico; es más adecuado en los TCE; en cambio,
consciente, con respiración límite o ventilación insuficien‑ cuando se administra en grandes cantidades, empeora la
te. Previamente, se procederá a sedación. acidosis metabólica por su exceso de cloro.
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• Ringer‑lactato: es ligeramente hipotónico, por lo que es En muchas situaciones, es fundamental y permite evaluar y
adecuado en los TCE. Además, aporta potasio, por lo que revaluar, contribuyendo a disminuir la omisión de lesiones.
no está indicado en acidosis.
Tipos de shock
Nunca deben infundirse sueros glucosados en los TCE.
Los coloides producen gran aumento del espacio intravas‑ En un paciente traumatizado en shock, hay que pensar siempre
cular y más sostenido. Pero afectan a la función renal y la coa‑ en shock hipovolémico hemorrágico hasta que se demuestre lo
gulación, y tienen riesgo anafiláctico. contrario. La reposición de líquidos en el shock hemorrágico
Así pues, se prefiere la reanimación con cristaloides, ya que seguirá las reglas de tres en uno. Consiste en reponer tres veces
no se ha demostrado que haya más supervivencia en reanima‑ las pérdidas calculadas de líquidos. Se realiza el bolo inicial,
ción con coloides. se ve la respuesta y, después, se efectúa una reposición de pér‑
Como norma, si el paciente permanece hemodinámica didas calculadas, siempre infundiendo tres veces el volumen de
mente inestable tras administrar 2‑3 l o 40‑50 ml/kg de crista‑ las pérdidas calculadas. Existe otro tipo de shock hipovolémico,
loides, conviene iniciar la transfusión de sangre, inicialmente, el plasmorrágico, en quemaduras, cuya reposición de líquidos
con O negativo o con sangre isogrupo; si está preparado, se cristaloides será con:
administra concentrado de hematíes cruzado.2
• Fórmula de Parkland: 4 ml/kg/% de superficie corporal
Parámetros de seguimiento quemada (SCQ) en las primeras 24 h, la mitad de esta can‑
tidad se aplicará en las primeras 8 h.
• Frecuencia cardíaca: la disminución de la taquicardia • Fórmula modificada de Brooke: recomienda la resucitación
orienta a la mejoría. con 2 ml/kg/% SCQ en las primeras 24 h.
• Frecuencia respiratoria: estable entre 14 y 24 respiracio‑
nes/min. También se producen shocks cardiogénicos por contusión mio‑
• Presión arterial: se deben mantener parámetros normales, cárdica, embolismo aéreo y, más raramente, por infarto de mio‑
con el paciente ligeramente hipotenso. cardio asociado. Por electrocardiograma (ECG) pueden mani‑
• Presión del pulso: el pulso lleno orienta a la mejoría. festar disritmias o lesión de miocardio. Las enzimas no son
• Gases arteriales: se debe conseguir su normalización. diagnósticas. La monitorización de PVC sí es diagnóstica.
• Diuresis: se deben conseguir unas diuresis de 50 ml/h en Otro tipo de shock es el obstructivo por taponamiento car‑
adultos y de 2 ml/kg/h en niños. díaco y por neumotórax a tensión:
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414 Parte IV Técnicas y métodos
na fase de valoración secundaria, que siempre irá asociada a Veremos la posible ingurgitación de las venas del cuello, que
tratamiento definitivo de las lesiones descubiertas. se marcará en neumotórax a tensión y en taponamientos car‑
Será una fase más lenta en tiempo, aproximadamente, entre díacos, con normovolemia; por el contrario, estará muy dismi‑
2 y 10 min, y en ella se descubrirán lesiones no vitales y, además, nuida en pacientes con hipovolemia. Se observan laceraciones
otras lesiones de carácter vital no descubiertas en valoración ini‑ y/o hematomas, se valora el pulso carotídeo, su asimetría orien‑
cial, por ejemplo, neumotórax evolutivos, roturas esplénicas, etc. ta a un aneurisma torácico, y la existencia de enfisema subcu‑
Esta fase otorga la calidad asistencial en tratamiento de pacientes táneo nos induce a pensar en neumotórax o en rotura traqueo‑
politraumatizados. Requiere de unidades específicas, con perso‑ bronquial. En la nuca se buscará crepitación o dolor; además,
nal entrenado exclusivamente en descubrir lesiones y tratarlas, se palparán las apófisis espinosas buscando fracturas cervicales.
priorizando las diferentes opciones terapéuticas que se plantean En esta fase se solicita radiología lateral de cervicales, que
ante las diferentes lesiones asociadas aparecidas en un paciente deberá incluir C7, y, si hay clínica radicular, se solicita una TC
politraumatizado. La metodología que debe seguirse será la clá‑ cervical. Es importante incidir en que la realización de prue‑
sica en exploración de inspección, palpación, percusión y aus‑ bas en valoración secundaria, que conllevan la salida del pa‑
cultación. Cada vez que se encuentre alguna circunstancia pato‑ ciente de la sala de exploración de politraumatizados, se reali‑
lógica, se optará por realizar una interconsulta o por solicitar za al final de la valoración secundaria y siempre con el
pruebas complementarias. Siempre priorizando la asistencia paciente estable hemodinámicamente (fig. 39‑2).
para salvaguardar la estabilidad del paciente.
Tórax
Cabeza
Los traumatismos torácicos son una causa importante de mor‑
Se inspecciona el contorno buscando lesiones externas aparen‑ talidad inmediata debido al daño de estructuras vitales como la
tes, como hematomas, deformidades, heridas, etc. Se palpa en pared miocárdica o el tronco aórtico, pero existen una serie de
cráneo buscando fracturas, hundimientos. Si encontramos un lesiones que son susceptibles de tratamiento evitando una muer‑
scalp, se palpará posible fractura dentro de él y se comprimirá te precoz como son el neumotórax a tensión, taponamiento
el sangrado. Las lesiones faciales sin compromiso respiratorio cardíaco, etc.
se tratarán después al final de la valoración secundaria. Si apa‑ Se realiza inspección y palpación, buscando signos de trau‑
rece sangre en nariz, oídos o hematomas en anteojos o en mas‑ matismo externo, como contusión y/o heridas, dolor, crepita‑
toides, se sospecha la existencia de fractura de cráneo. ción, etc.
En el caso de los TCE, la escala de Glasgow nos permite Se observa si hay salida de burbujas sanguinolentas en he‑
clasificarlos en leves, moderados o graves. La necesidad de ridas que orienta a neumotórax abierto, hematomas en la base
realizar una TC de cráneo ante un TCE leve es un tema contro‑ del tórax orientan a roturas esplénica o hepática. La crepitación
vertido, pero existen una serie de factores de riesgo y signos de con movimientos asimétricos orienta al volet costal y el enfise‑
alarma que hacen necesario el estudio por imagen: ma subcutáneo, a lesiones del árbol bronquial.
La auscultación y/o toracocentesis ayudan a la valoración
• Signos y síntomas de alarma: de hemoneumotórax, inestabilidad torácica, contusión pulmo‑
• Pérdida de conocimiento inicial transitoria. nar o cardíaca, y taponamiento cardíaco (tonos cardíacos ale‑
• Amnesia postraumática, cefalea persistente. jados), que pueden aparecer también en esta fase exploratoria.
• Náuseas y vómitos. La ausencia de murmullo vesicular en vértices pulmonares
• Déficit neurológico. orienta a neumotórax. La ausencia de murmullo vesicular en
• Existencia de herida o contusiones en cuero cabelludo. bases pulmonares orienta a hemotórax.
• Síndrome vestibular. Se solicita radiografía de tórax anteroposterior. En ella se
• Convulsión postraumática (la inmediata al traumatismo valoran contusión pulmonar, hemotórax, neumotórax, fracturas
no se ha asociado a lesiones intracraneales). costales. Se valora el ensanchamiento mediastínico y, si este es
• Factores de riesgo: importante, hay que descartar rotura aórtica mediante TC o
• Alteración de la coagulación.
• Intoxicación etílica y otras drogas.
• Alcoholismo crónico.
• Ancianos.
• Patología neurológica o neuroquirúrgica previa.
• Demencia.
• Tratamiento anticoagulante y antiagregante (anticoagu‑
lantes, clopidogrel).
Cuello
Se observa la posición medial de la tráquea, que se desviará en
traumatismos directos y en la fase de tensión de un neumotórax. Figura 39‑2 Politraumatizado por asta de toro.
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Capítulo 39 Asistencia inicial al politraumatizado 415
ecografía transesofágica. Se valoran ambos diafragmas. Su ele‑ nes renales, fracturas de pelvis, lesión de vías urinarias, pán‑
vación orienta a rotura diafragmática. creas, etc.; su diagnóstico requiere alta sospecha clínica y se
Si el taponamiento cardíaco ocurre, se caracteriza por au‑ realiza mediante TC.6‑10
mento de presión venosa central en paciente hipotenso, apaga‑
miento de los ruidos cardíacos y taquicardia. Extremidades y espalda
La ecografía puede ser útil para diagnosticar de manera
rápida neumotórax, hemotórax o taponamiento cardíaco que En su inspección se buscan heridas, deformidades, fracturas,
han pasado desapercibidos, y puede servir de guía para puncio‑ etc. La palpación nos identifica zonas dolorosas y de crepitación,
nes evacuadoras. tumefacción y movimientos anómalos. Es muy importante la
La lesión más frecuente en los traumatismos torácicos son existencia de pulsos arteriales en extremidades. Radial en miem‑
las fracturas costales, siendo más importante descartar lesiones bro superior; pedio y tibial posterior en miembro inferior. La
asociadas que el tratamiento de la fractura en sí. Cuando exis‑ ausencia de ellos es indicativa de reducción inmediata de frac‑
ten varias fracturas costales consecutivas en el mismo hemitó‑ turas o luxaciones. Es importante la inmovilización de fracturas
rax, se provoca una porción de pared torácica «flotante». Su musculoesqueléticas para evitar el sangrado. Para la exploración
tratamiento será en la mayoría de las ocasiones conservador de espalda, se colocará al enfermo en decúbito lateral en bloque
mediante ventilación y oxigenación adecuada, siendo rara la y ello nos permite observar lesiones externas graves, como he‑
necesidad de osteosíntesis. ridas punzantes, hematomas en fosas renales, etc.
La TC es la prueba diagnóstica de elección; solo será posi‑ en este tipo de patologías. Será cometido del médico de urgen‑
ble en pacientes estables. cias de la unidad de trauma el registrar en la historia clínica los
En pacientes inestables, se utilizará la punción‑lavado pe‑ datos, los hallazgos físicos, los problemas encontrados, las
ritoneal. La compresión bilateral de pelvis será dolorosa cuan‑ soluciones aplicadas, las exploraciones complementarias y el
do existe fractura pélvica, los hematomas inguinales nos orien‑ estado actual del paciente.9,10
tan a estas lesiones. Son de extremada gravedad, pues pueden
dar shock hipovolémico, aun siendo lesiones aisladas. El exa‑ Revaluación
men perineal y el tacto rectal permiten descubrir la presencia
de sangre. Siempre debe solicitarse radiografía de pelvis ante‑ Consiste en repasar la valoración inicial y corregir lo que se ha
roposterior en la valoración de paciente traumatizado. descubierto, o solucionar lo no realizado. Debe efectuarse todas
El sangrado retroperitoneal es un sangrado de difícil diag‑ las veces que sea necesario para comprobar la estabilidad del
nóstico, debido a que presenta escasa clínica; ocurre con lesio‑ paciente.
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416 Parte IV Técnicas y métodos
Evaluación terciaria
Consiste en detectar las lesiones que han pasado inadvertidas
en las evaluaciones primaria y secundaria. Estas lesiones supo‑
nen un porcentaje importante y tienen consecuencias aumen‑
tando la mortalidad tardía. Debe volverse a realizar una explo‑ Figura 39‑3 Hematoma perineal posfractura de pelvis.
ración física minuciosa y deben repasarse las pruebas
diagnósticas realizadas en busca de nuevos hallazgos. La estan‑
darización del reconocimiento terciario conduce a una dismi‑
nución de lesiones inadvertidas y a una mejoría del pronóstico. En el manejo inicial de este tipo de fracturas, cabe destacar
Los politraumatizados más graves y los intubados presentan la importancia de la reposición de volumen para evitar el shock
una mayor incidencia de lesiones inadvertidas.11 hipovolémico.
En cuanto al tratamiento inicial ante una fractura de pelvis
será necesario realizar de manera inicial la compresión extrín‑
Traumatismos seca del anillo pélvico, reduciendo su volumen interior para
musculoesqueléticos disminuir el sangrado, ya sea mediante dispositivos específicos
(faja pélvica) o mediante el uso de una sábana a modo de cin‑
Cabe destacar que dentro de las múltiples fracturas posibles del turón si no disponemos de ellos.
sistema musculoesquelético existen dos que son especialmente En pacientes con fracturas de pelvis inestables hemodiná‑
susceptibles de producir una muerte inmediata: la fractura de micamente sin evidencia de líquido abdominal o lavado perito‑
pelvis y las fracturas vertebrales, siendo necesario durante la neal negativo, que serían las indicaciones de laparotomía ur‑
valoración inicial descartar su existencia. gente, una posibilidad para contener el sangrado sería la
arteriografía con embolización selectiva de las lesiones san‑
Fractura de pelvis grantes.
Si disponemos de los medios hospitalarios necesarios, se
Son fracturas que se caracterizan por que pueden asociar lesio‑ debe realizar una fijación externa que disminuya el sangrado y
nes arteriovenosas ilíacas importantes o de vísceras pélvicas permite una cirugía de control de daños. La fijación externa
rectales y genitourinarias. El sangrado se caracteriza por ser un puede ser supraacetabular o sobre las alas ilíacas, existiendo
sangrado retroperitoneal, pudiendo pasar desapercibido siendo también un dispositivo denominado C‑clamp que permite una
una causa de shock hipovolémico. Este sangrado suele ser la estabilización posterior.
principal causa de muerte de las fracturas de pelvis. El tratamiento de la fractura definitivo se realizará median‑
Debemos sospechar este tipo de lesiones ante traumatis‑ te fijación interna si el paciente está estable (tabla 39‑4).14
mos de alta energía pélvicos, realizando una inspección de
posibles signos de sangrado, como hematomas perineales
(en ocasiones no son visibles hasta 24‑48 h después del trau‑
matismo), hematomas subcutáneos, sangrados urinarios o
rectales. Mediante compresión de la pelvis, puede aparecer
dolor o signos de inestabilidad; esta maniobra no debe rea‑
lizarse de forma repetida debido a que puede provocar lesio‑
nes con el desplazamiento pélvico, sobre todo, en fracturas
inestables o con múltiples fragmentos óseos (figs. 39‑3 y
39‑4).12,13
Es importante es realizar tacto rectal y exploración genitou‑
rinaria para detectar posibles lesiones viscerales.
El estudio radiográfico puede ser suficiente para el diagnós‑
tico, pero en ocasiones se precisará de TC para una mejor va‑
loración, sobre todo, cuando afecte al acetábulo y estructuras
vecinas. La ecografía puede ser de utilidad en pacientes inesta‑
bles con necesidad de buscar un sangrado retroperitoneal o
lesiones viscerales.
Ante lesiones de vías urinarias, puede ser necesario para el
diagnóstico realizar una uretrocistografía simple. Figura 39‑4 Fijador externo en fractura de pelvis.
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Capítulo 39 Asistencia inicial al politraumatizado 417
dulares. Se debe explorar el tono del esfínter anal, ya que en un descanso de 45 min.
ocasiones puede ser el único indicador de una lesión medular • Mantenimiento: 5,4 mg/kg/h durante las siguientes 23 h y
incipiente. La exploración clínica debe completarse con pruebas suspender
de imagen como la radiografía simple de columna; si existen Tratamiento iniciado después de las 3 h
dudas o sospecha de lesión medular, se realizará una TC.15 • Bolo inicial de 30 mg/kg de metilprednisolona disueltos
en 100 cm3 de suero fisiológico a pasar en 15 min. Dejar
Lesión medular un descanso de 45 min.
Las lesiones por encima de C3 pueden originar parálisis respi‑ • Mantenimiento: 5,4 mg/kg/h durante 47 h y suspender.
ratoria inmediata y las lesiones más bajas, pero que ascienden • El paciente debe recibir gastroprotección. No deben ad‑
por el edema, pueden originar parálisis del frénico diferida. Se ministrarse corticoides por encima de las 8 h de inicio del
debe colocar una sonda nasogástrica a estos pacientes para des‑ cuadro
comprimir el estómago, que suele estar afecto de una gastro‑
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• Fracturas abiertas.
• Fracturas con lesión vascular.
• Fracturas diafisarias de fémur.
• Luxaciones de la rodilla y cadera.
• Amputaciones.
Síndrome compartimental Figura 39‑6 Fractura abierta de tibia y peroné de tipo IV‑B de la cla‑
Se produce el cuadro por elevación excesiva de la presión intra‑ sificación de Gustilo.
fascial. Se puede producir como consecuencia del edema que
surge tras un traumatismo, al cual se asocia el que producimos
nosotros por la manipulación y, en último extremo, el originado Embolia grasa
por la propia inmovilización con cierta compresión de la zona. Cuadro clínico debido a la oclusión de los vasos sanguíneos
Suele asociarse a lesiones arteriales y por reperfusión. Las áreas por glóbulos de grasa. Se asocia fundamentalmente a fracturas
de máximo riesgo son: antebrazo y pierna. Clínicamente, se ca‑ de los huesos largos y es una importante fuente de morbilidad
racteriza por un cuadro progresivo de isquemia distal, detectada y mortalidad en pacientes politraumatizados. El 90% de las
por una cianosis evolutiva y una alteración sensitiva y motora. El embolias grasas son consecutivas a fracturas diafisarias de
tratamiento es la fasciotomía descompresiva. fémur y tibia, especialmente, en pacientes jóvenes y de sexo
masculino. Las localizaciones más frecuentes de formación
de émbolos suelen ser el pulmón y el cerebro. La clínica con‑
siste en insuficiencia respiratoria, compromiso neurológico y
rash petequial. Su diagnóstico es eminentemente clínico. En
cuanto al tratamiento, la principal medida es la prevención
mediante la inmovilización precoz de las fracturas. Una vez
instaurado el síndrome, las medidas de soporte vital hemodi‑
námico y ventilatorio constituyen los pilares terapéuticos
fundamentales.13
D
Politraumatismo infantil
Introducción
Las lesiones traumáticas suponen la primera causa de morbi‑
mortalidad infantil. En Europa, el 50% de los niños fallecidos
lo son por traumatismos. En España, el tipo de accidente más
frecuente es la caída o precipitación, seguido del accidente de
circulación, bicicleta, quemados, intoxicados y ahogados. Los
niños se ven afectados el doble que las niñas.
Existen diferencias anatómicas entre niños y adultos con
implicaciones para el tratamiento del traumatismo pediátrico.
Figura 39‑5 Luxación traumática de rodilla. El protocolo de actuación que debe seguirse en un niño que ha
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420 Parte IV Técnicas y métodos
aunque la reducción no sea correcta. En el caso de lesión 4. Quesada A, Casafont JI, Durá MJ, Rabanal JM, Teja JL. Atención Ini‑
musculoesquelética aislada, la indicación quirúrgica suele cial Hospitalaria al Paciente Traumatizado grave. Avances en Emer‑
gencias y Resucitación (II). Barcelona: EDIKAMED; 1997. p. 109‑19.
ser la más correcta porque facilita los cuidados y la movi‑ 5. Quesada A, Rabanal JM. Procedimientos técnicos en urgencias y
lización temprana, permite el control evolutivo de las lesio‑ emergencias. Madrid: Ergon; 2003.
nes asociadas y minimiza el riesgo de aparición de com 6. Turnkey D. Advanced trauma life support course manual. Chicago:
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mantenida. 7. de Saint‑Aurin RG, Kloeckner M, Annane D. Crystalloids versus co‑
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