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En los últimos años del Imperio Romano, la Galia fue escenario de constantes
incursiones de pueblos germánicos, de entre los cuales los francos llegarían a
dominar el territorio desde el siglo V hasta el siglo XV. La primera dinastía
franca fue la de los merovingios, quienes con su rey Clodoveo unificaron la Galia.
La segunda dinastía, los carolingios, fundada en 751, construyó un imperio en
Europa occidental bajo Carlomagno en los siglos VIII y IX. Este imperio quedaría
dividido entre sus nietos en 843 por el tratado de Verdún, que separó Francia
Occidental de Francia Oriental, la cual se convertiría en antecesora de Alemania.
La tercera dinastía franca, la de los Capetos, se hizo del poder en Francia
Occidental desde 987. Los Capetos, originalmente con escaso poder sobre los señores
feudales, lo incrementaron considerablemente gracias a sus campañas militares y su
alianza con la Iglesia. En el siglo XII, Felipe Augusto fue el primero en ser
nombrado "rey de Francia" en lugar de "rey de los francos". Felipe IV (1268-1314),
el más poderoso rey de los Capetos, logró el dominio sobre el papa y la Iglesia.
A la muerte del último de los Capetos directos en 1328, sobrevino una crisis
sucesoria entre la Casa de Valois y la Casa de Plantagenet. La primera accedió al
trono y la segunda, de origen francés pero gobernante en Inglaterra, también era
pretendiente. La crisis originó la guerra de los cien años (1337-1453), en la que
Francia fue devastada. Los Plantagenet dominaron en la primera parte de la guerra,
pero los Valois lograron imponerse en la fase final. En esta guerra surgió Juana de
Arco, una adolescente campesina que logró encabezar el ejército francés y erigirse
en heroína nacional.
Entre los siglos XVI y XVIII, el poder de los reyes franceses se consolidó en el
Antiguo Régimen. En el siglo XVI llegaron el Renacimiento y la reforma protestante
y con esta última, las guerras de religión (1562-1598), que originaron una nueva
crisis sucesoria y la llegada al poder de la Casa de Borbón con Enrique IV en 1589.
Francia permaneció católica y la alianza de la monarquía con la Iglesia se
consolidó. A partir del siglo XVI Francia comenzó a forjar un imperio colonial con
posesiones en Norteamérica, las Antillas y la India. Al mismo tiempo, se vio
involucrada en numerosas guerras por la hegemonía en Europa, principalmente contra
España, el Sacro Imperio Romano Germánico e Inglaterra. El auge del Antiguo Régimen
se alcanzó con el absolutismo de Luis XIV, conocido como el "rey sol".
La monarquía regresó en 1814, pero sin los privilegios anteriores. Una nueva
revolución estalló en 1830 contra lo que los liberales consideraron un intento del
rey por restaurar el Antiguo Régimen, y el resultado fue la monarquía de julio
(1830-1848), un gobierno monárquico de corte más liberal. Este gobierno, cada vez
más autoritario, fue derrocado en 1848 por una tercera revolución, que dio paso a
una breve segunda república y sirvió de ejemplo en varios países de Europa. En 1852
el presidente Luis Napoléon Bonaparte estableció el segundo imperio francés.
Durante el siglo XIX Francia se industrializó y siguió una política imperialista.
El segundo imperio fue derrotado en 1870 por Prusia, una nación alemana en ascenso
y rival de Francia. Ese año se inició nuevamente un sistema republicano. La tercera
república, parlamentaria, laica y de libertades, se arraigó en la sociedad, al
mismo tiempo que conquistaba un vasto territorio colonial en África y Asia que
rivalizaba con el Reino Unido y sobre todo con Alemania. Francia pactó con el Reino
Unido la Entente Cordiale, que más tarde se convertiría en la Triple Entente con la
adhesión de Rusia. Francia y sus aliados combatieron contra Alemania y los Imperios
centrales durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Gran parte de la guerra se
libró en el norte de Francia, que a pesar de resultar vencedora sufrió serios daños
económicos y más de 1,5 millones de muertes.
Índice
1 Prehistoria
2 Protohistoria
2.1 Los primeros celtas
2.2 La Galia prerromana (siglo V - 51 a.C.)
3 Edad Antigua
3.1 Colonias griegas
3.2 Galia romana
3.2.1 Invasiones germánicas
4 Edad Media
4.1 Los merovingios
4.2 Los carolingios
4.3 Los Capetos
4.3.1 Los primeros Capetos
4.3.2 Felipe II Augusto
4.3.3 San Luis
4.3.4 Felipe III y Felipe IV
4.4 Los primeros Valois y la guerra de los cien años
5 Edad Moderna
5.1 Afirmación del poder real
5.2 Las guerras de religión
5.3 El Gran Siglo
5.3.1 Luis XIII
5.3.2 Luis XIV
5.4 El Siglo de las Luces
5.4.1 Luis XV
5.4.2 Luis XVI
5.4.3 La Ilustración francesa
6 Edad Contemporánea
6.1 Revolución francesa
6.1.1 Asamblea Nacional y Asamblea Constituyente (1789-1791)
6.1.2 Asamblea Legislativa (1791-1792)
6.1.3 Convención Nacional
6.1.3.1 Dominio girondino (1792-1793)
6.1.3.2 Dominio jacobino (1793-1794)
6.1.3.3 Reacción termidoriana (1794-1795)
6.1.4 Directorio (1795-1799)
6.2 Francia napoleónica
6.2.1 El Consulado
6.2.2 Imperio napoleónico
6.3 Restauración borbónica
6.4 Revolución de 1830
6.5 Monarquía de julio
6.6 Revolución de 1848
6.7 Segunda República Francesa
6.8 Segundo Imperio francés
6.9 Tercera República
6.9.1 La comuna de París
6.9.2 Dominio monárquico
6.9.3 Arraigo de la república
6.9.4 Imperialismo
6.10 Primera Guerra Mundial
6.11 Período de entreguerras
6.12 Segunda Guerra Mundial
6.12.1 Régimen de Vichy
6.12.2 Resistencia
6.13 Posguerra (1945 - 1946)
6.14 Cuarta República Francesa (1946 - 1958)
6.14.1 Indochina y Argelia
6.14.2 Crisis de Suez
6.14.3 Golpe de estado de 1958
7 Actualidad: Quinta república
8 Bibliografía
9 Notas
10 Referencias
11 Enlaces externos
Prehistoria
Artículo principal: Prehistoria en Francia
Se ha encontrado utillaje de la industria achelense del homo erectus de hace 900
000 años en la gruta Le Vallonnet,(generación de la clarisa) en el sur de Francia.
Existen importantes restos del paleolítico inferior en el río Somme y los Pirineos
tradicionales (Hombre de Neanderthal), así como en La Chapelle-aux-Saints, Le
Moustier y La Ferrasie. Del paleolítico superior hay abundantes vestigios de los
hombres de Cro-Magnon, Grimaldi y Chancelade, datados en unos 25 000 años de
antigüedad, los cuales están ubicados en el valle de Dordoña.1 Entre las más
famosas pinturas rupestres del mundo están las de Lascaux y de Font de Gaume, en
los Pirineos franceses.
La edad del hierro y las culturas celtas se ubican dentro del I milenio a. C.
Protohistoria
Los primeros celtas
Carro funerario galo, utilizado entre los siglos VIII a.C. y VI a.C.
Aunque existen pocas pruebas tangibles, existe una teoría según la cual la
colonización de la futura Galia por los celtas originarios de Europa Central
comenzó hacia el año 1300 a.C., a finales de la Edad del Bronce, con la cultura de
los campos de urnas y terminó hacia el año 700 a.C. Otra teoría sugiere que los
primeros pueblos celtas corresponden a la cultura arqueológica de Hallstatt (800-
400 a.C) que se desarrolló en Europa Central, incluido el este de Francia y se
corresponde con los inicios de la Edad del Hierro. Hacia finales del siglo VIII
a.C. se extiende la metalurgia del hierro y se constituye una aristocracia guerrera
gracias a la aparición de espadas de hierro y al combate a caballo. Los príncipes y
princesas celtas eran enterrados con armas y carros de gala, como en la tumba de
Vix (550 a.C.-450 a.C.), en el departamento de Côte-d'Or.
El jefe galo Breno y Marco Furio Camilo durante el saqueo de Roma de 390 a.C.
Civilización gala
Granja gala
moneda sécuana
La Galia, tal como fue definida por Julio César, era el territorio donde habitaban
los galos, e incluía los territorios actuales de Francia, Bélgica, Luxemburgo,
norte de Italia, así como partes de Suiza, Alemania y Países Bajos. Los pueblos
galos se corresponden con la cultura arqueológica de La Tène, que es considerada
como el apogeo de la cultura celta. Los galos fueron un conglomerado de tribus
celtas que hablaban dialectos de un idioma común, pero no formaron una unidad
política, sino rivalizaron entre sí. Además de los galos, los romanos identificaban
dos pueblos más: los aquitanos en el suroeste de la Francia actual y los belgas en
el noreste.
A inicios de 390 a.C., el jefe Breno llevó guerreros galos (senones, cenómanos,
lingones, entre otros) a Italia del norte, donde se unieron a otros pueblos celtas
(ínsubres, boyos y carnios). Roma fue tomada en 390 a.C. Los romanos contuvieron a
estos invasores a partir de finales de 349 a.C.
Los celtas comenzaron a comerciar con las colonias griegas del sur de la Galia
desde el siglo VII a.C., como Massalia (Marsella). Este comercio fue interrumpido
durante las invasiones del siglo V a.C., pero fueron retomadas vigorosamente a
finales del siglo IV a.C. Durante este período se encuentran monedas griegas en
todo el valle del Ródano, los Alpes e incluso en Lorena.
Vercingetórix depone las armas ante Julio César tras la batalla de Alesia.
El sureste de la Galia, en particular las regiones actuales del Languedoc y la
Provenza, fue conquistado por Roma antes del fin del siglo II a.C. y formó la
provincia romana de Galia Narbonense. Esta región, que iba de los Pirineos a los
Alpes y atravesaba el valle del Ródano, era un territorio estratégico para unir
Italia con Hispania, la cual había sido conquistada durante la segunda guerra
púnica (finales del siglo III a.C.) La conquista de la Narbonense se logró en 118
a.C. después de la derrota de los arvernos y alóbroges y la alianza de Roma con los
heduos. Tras la caída de la hegemonía arverna bajo la presión de los romanos, los
grandes pueblos de la Galia —en particular heduos y sécuanos— rivalizaron
fuertemente entre ellos.
En 58 a.C., Julio César utilizó la amenaza que representaban los pueblos germánicos
para los galos para intervenir en auxilio de los heduos, aliados de Roma. La guerra
de las Galias fue larga y en enero de 52 a.C., con el ascenso al poder de
Vercingetórix, los arvernos y sus aliados se rebelaron contra el ejército del
procónsul. Julio César enfrentó la determinación de los galos, cuyo levantamiento
fue casi generalizado. La guerra, que incluyó asedios, incendios de ciudades,
tierra quemada, masacres y deportaciones en esclavitud, terminó en 51 a.C. con la
victoria romana frente al ímpetu desorganizado de los galos.
Edad Antigua
Colonias griegas
Massalia fue una ciudad próspera que fundó más ciudades en el Mediterráneo, como
Agathe (Agde), Nikaia (Niza) y Antipolis (Antibes). Piteas, originario de Massalia,
exploró el norte de Europa y llegó hasta el círculo polar ártico hacia 325 a.C. Las
colonias griegas mantuvieron un lucrativo comercio con los galos, como da cuenta la
presencia de monedas y ánforas griegas en diversas partes de la Galia. Las monedas
griegas influyeron en el estilo de las monedas galas, quienes utilizaron el
alfabeto griego en las pocas evidencias que hay de su escritura. Las colonias
griegas fueron amenazadas constantemente por las tribus galas, por lo que Massalia
tuvo que recurrir a la alianza con Roma. La ciudad perdió su independencia frente a
los romanos en 49 a.c.
Galia romana
Las provincias galas dentro del imperio romano, a principios del siglo II.
Monumentos romanos en Francia
Arenas de Arlés
Las vías romanas retomaron en gran parte las vías galas, que eran numerosas y en
buen estado, lo que explica la gran rapidez de desplazamieno de las legiones
romanas. La pacificación del Rin y Britania favorecieron el auge económico. La
urbanización fue generalizada y se desarrollaron numerosas ciudades, organizadas
bajo el modelo de los municipia italianos, que aún perduran, mientras que los
campos se cubrieron de pueblos (vici) y de grandes explotaciones agrícolas
(villae). La Galia, junto con Egipto, era la región más poblada del imperio romano,
con una población estimada de 7 millones de habitantes.12 En 48, el emperador
Claudio dio acceso al Senado romano a los notables galos, como se muestra en la
tabla de Lyon.13
Cinco siglos de romanización dejaron una huella profunda en las Galias: las lenguas
derivadas del latín (occitano y francés), un derecho escrito, ciudades,
arquitectura monumental, la religión católica y costumbres cotidianas, como el
consumo del pan y el vino.19
Invasiones germánicas
En medio de varios reinos bárbaros, Aecio fue uno de los últimos militares romanos
en intentar la reorganización política de la Galia, como también lo fue el general
Egidio y su hijo Siagrio. Egidio, en alianza con los francos, logró algunas
victorias contra los visigodos y los burgundios y en 457 logró controlar
militarmente un territorio entre el Sena y el Loira, que la historia ha llamado "el
reino de Soissons" una suerte de enclave del imperio romano que sobrevivió a la
caída de este. Este "reino" perduraría con su hijo Siagrio, quien se autonombró
"rey de los romanos", pero finalmente fue conquistado por Clodoveo, rey de los
francos, en 486.23 Las elites nobles galorromanas, aún presentes en las ciudades,
mantuvieron la autoridad local y nombraron obispos, que fueron representantes y
protectores de sus comunidades e interlocutores de los reyes germánicos y los
últimos representantes de la cultura romana.24 Entre estos se puede citar a Avito
de Vienne, Niceto de Lyon, Remigio de Reims y Gregorio de Tours.
Edad Media
Artículo principal: Francia en la Edad Media
La nación de Francia no aparece más que muy progresivamente a lo largo de los
siglos. Algunos consideran que no se puede hablar de Francia más que a partir del
Tratado de Verdún, que sería también el origen de Alemania; otros que a partir del
acceso de Hugo Capeto al poder y algún otro incluso más tarde. La tradición de las
escuelas primarias en Francia, remontan el origen del país a la unificación de los
francos, de modo que la Francia de hoy es heredera del reino franco de Clodoveo, y
existe sin discontinuidad desde el año 486 hasta nuestros días, donde francos,
burgundios (borgoñones), vikingos (normandos), y también britanos (bretones), se
fundieron con los galos en el crisol que hoy se llama Francia.
Sobre los territorios que componían la Francia de la Edad Media reinaron las
siguientes dinastías:
De entre todas las tribus en que se dividían los francos, fueron los salios —que se
habían asentado dentro del limes (frontera) como pueblo federado ocupando la Galia
Bélgica— los que lograron eliminar toda competencia y asegurarse el dominio para
sus líderes: primero, aparecen como «reyes de los francos» en el ejército romano
del norte de la Galia; luego, hacia 509, y encabezados por Clodoveo I, ya habían
unificado a todos los francos y galorromanos del norte bajo su dominio; y,
finalmente, desde su establecimiento inicial en el noroeste de la actual Francia,
Bélgica y los Países Bajos, se extendieron conquistando las antiguas diócesis
romanas —Diocesis Viennensis y Diocesis Galliarum—, previamente ocupadas por otros
reinos germánicos: derrotaron a los visigodos en 507 y a los burgundios en 534 y
también extendieron su dominio a Raetia en 537. En Germania, los pueblos no
romanizados de alamanes, bávaros, turingios y sajones aceptaron su señorío.
Durante el último siglo del dominio merovingio, los reyes, no teniendo más tierras
que distribuir entre sus guerreros, fueron abandonados por estos siendo relegados
cada vez más a un papel ceremonial. El poder lo ejercerá la aristocracia franca y
sobre todo los mayordomos del palacio (major domus), una especie de primeros
ministros, funcionarios del más alto rango bajo el rey. En 656, el mayordomo
Grimoaldo I trató de colocar a su hijo Childeberto en el trono en Austrasia.
Grimoaldo fue arrestado y ejecutado, pero cuando se restauró la dinastía merovingia
su hijo gobernó hasta 662. La familia de los Pipínidas, originaria de Austrasia, se
apoderó de las mayordomías de palacio de Austrasia y posteriormente de las de
Neustria y colocó nuevamente a Provenza, Borgoña y Aquitania, regiones entonces
casi independientes, dentro de la órbita merovingia y emprendió la conquista de
Frisia, al norte del reino. Uno de los mayordomos de palacio más famosos, Carlos
Martel, rechazó en 732 a un ejército musulmán no lejos de Poitiers, considerada la
batalla decisiva que impidió la conquista de toda Europa. Para recompensar a sus
fieles, Martel confiscó inmensos territorios a la Iglesia y los redistribuyó. Esto
le permitió asegurar la fidelidad de sus hombres sin deshacerse de sus propios
bienes.
Al fallecer el rey Teoderico IV en 737, Martel estaba tan seguro de su poder que
continuó gobernando los reinos sin necesidad de proclamar un nuevo rey nominal
hasta su muerte en 741. La dinastía fue restaurada nuevamente en 743, pero en 751
el hijo de Carlos, Pipino el Breve, depuso al último rey merovingio, Childerico
III, al que encerró en un convento, y se hizo elegir rey entre los guerreros
francos. Pipino tomó la precaución de ser coronado en 754 por el papa Esteban II,
en la abadía real de Saint-Denis, evento que le proporcionó una nueva legitimidad,
la de ser elegido por Dios, inaugurando la dinastía carolingia. Será especialmente
a partir de la coronación imperial de Carlomagno en el año 800, cuando la
denominación historiográfica habitual del reino franco pasará a ser de Imperio
carolingio.
El bautismo de Clodoveo I por san Remigio con el milagro de la Santa Ampolla. Placa
de encuadernación de marfil, Reims, último cuarto del siglo IX. Amiens, museo de
Picardía.
Los carolingios
Los reinados de Carlomagno y su hijo Luis el Piadoso fueron testigos de dos oleadas
de invasiones, pero fueron también un período de reforzamiento del poder real y de
renacimiento de las artes y la cultura.
La división del reino franco con el tratado de Verdún (843). En rojo, Francia
Occidental, antecedente de la actual Francia; en amarillo, Francia Oriental,
antecedente de la actual Alemania; en verde, Francia Media, que sería dividida
entre las dos anteriores.
Luis el Piadoso, emperador entre 814 y 840, renunció a confiscar las tierras de la
Iglesia para donarlas a sus fieles como recompensa. Al hacer esto, quedó obligado a
utilizar sus propios bienes y por ende debilitaría el poder de los carolingios.
Luis mantuvo el imperio unido, pero este no sobreviviría a su muerte. Dos de sus
hijos –Carlos el Calvo y Luis el Germánico– se aliaron en contra de su hermano
Lotario en los juramentos de Estrasburgo. Finalmente, los tres hijos llegaron a un
acuerdo en el tratado de Verdún (843) y el imperio fue dividido en tres partes:
Francia Occidental para Carlos el Calvo, Francia Media para Lotario y Francia
Oriental para Luis el Germánico. Esta es la primera ocasión que el nombre de Galia
es sustituido por el de Francia occidental. Lotario ostentó el título de emperador,
pero en 869 su reino se repartiría entre sus dos hermanos. De esta manera, dos
entidades quedaron como herederas del antiguo imperio carolingio: Francia
Occidental y Francia Oriental, que serían el germen de las actuales Francia y
Alemania, respectivamente. Las dos Francias se reunificaron brevemente entre 884 y
887 bajo Carlos el Gordo. A su muerte, los reyes francos perdieron el título de
emperador romano.
Durante los siglos IX y X, Francia occidental estuvo amenazada con la ruptura.
Bretaña, bajo el liderazgo de Nominoe, reafirmó su independencia, y la
reincorporación de Aquitania al reino no fue más que algo puramente teórico. La
segunda ola de invasión de vikingos, sarracenos y húngaros acentuó la disgregación
de la autoridad real. Los soberanos, impotentes para defender sus territorios, se
resignaron a ver pasar el poder de sus manos a las de poderosos señores, quienes
constituyeron principados, vastos territorios semi independientes. Para frenar la
amenaza vikinga, el rey Carlos el Simple se vio obligado a ceder Normandía al jefe
vikingo Rollo en 911.
El título de rey se volvió electivo y los carolingios tuvieron que ceder la corona
al conde Odón de París, entre 888 y 898, a su hermano Roberto I entre 922 y 923, y
a Raúl de Borgoña entre 923 y 936. En 987 Hugo Capeto, duque de los francos y
descendiente de Odón, fue preferido como rey al pretendiente carolingio Carlos de
Baja Lotaringia gracias a la activa intervención del arzobispo Adalberón de Reims.
Los Capetos
La Dinastía de los Capetos (o Capeta) llegó a gobernar Francia, que se fue
subdividiendo sucesivamente cada vez más, característica que se ha denominado
"feudalismo clásico". En todo este periodo el rey hubo de enfrentarse continuamente
a los demás nobles de su reino, en teoría sus vasallos, pero que a veces adquirían
demasiado poder como para desafiar abiertamente la autoridad real. En este periodo
se produjeron las cruzadas y la guerra de los Cien Años. Francia inventó el arte
gótico, y hubo tiempo en el que con toda Europa fue víctima de la peste bubónica,
epidemia que fue llamada la "peste negra". También participó del humanismo que
sería precursor del Renacimiento.
El reino de los francos bajo Hugo Capeto (940-996). Los dominios del rey, en azul.
La fundación del estado francés inició con la elección de Hugo Capeto en Reims en
987. Capeto, llamado hasta entonces "duque de los francos". pasó a ser "rey de los
francos". El territorio de Hugo se extendía en una pequeña área de escasa
relevancia que contrastaba con los territorios de los barones que lo habían
elegido. La figura de Hugo Capeto no se encuentra bien documentada en la historia;
su mayor logro fue sobrevivir como rey y derrotar al candidato carolingio, lo que
le permitió establecer la que se convertiría siglos después en una de las dinastías
reales más poderosas de Europa.
La abadía de Cluny.
catedral de Laon
catedral de París
catedral de Chartres
Gracias al consejo político del abad Suger, Luis VII (1131-1180) gozó de mayor
autoridad moral que sus predecesores. El abad Suger arregló el matrimonio de Luis
VII con Leonor de Aquitania, que se celebró en 1137. Esto convirtió a Luis VII en
duque de Aquitania y le otorgó un poder considerable. Sin embargo, pronto afloraron
las tensiones en la pareja. Por influencia de Leonor, el rey entró en guerra contra
el conde de Champaña, conflicto en el que más de un millar de personas fueron
quemadas vivas en Vitry. El rey, arrepentido del evento, hizo penitencia y viajó a
Tierra Santa. Posteriormente, involucró al reino de Francia en la segunda cruzada,
pero su relación con Leonor no mejoró. Su matrimonio fue anulado por el papa y
Leonor pronto se casó con Enrique Fitzempress, duque de Normandía. Luis VII ahora
enfrentaba a un vasallo mucho más poderoso que él, pues Enrique era el mayor
feudatario de Francia al poseer Normandía y Aquitania y en 1154 se convirtió en el
rey Enrique II de Inglaterra.
El abad Suger fue el artífice de la arquitectura gótica, nacido en el norte de
Francia, en particular en las regiones de Isla de Francia y Picardía. Este estilo,
que se difundió, sería el estándar de la mayoría de las catedrales europeas en la
Baja Edad Media.
Felipe II Augusto
Felipe Augusto victorioso tras la batalla de Bouvines de 1214, tras la cual anexó
Normandía y Anjou a los dominios reales.
El reinado de Felipe II Augusto (1179-1223) fue un paso importante en el historia
de la monarquía francesa, pues fue testigo de la expansión del poder e influencia
real. Sentó las bases para el surgimiento de monarcas mucho más poderosos, como San
Luis y Felipe el Hermoso.
Además de sus batallas en Francia, ambos reyes intentaron colocar a sus respectivos
aliados en el trono del Sacro Imperio Romano Germánico. Felipe II apoyó a Felipe de
Suabia, de la casa de Hohenstaufen, mientras que Ricardo Corazón de León apoyó a
Otón IV, miembro de la casa de Welf. Otón IV se coronó emperador, lo que significó
un gran peligro para Felipe. La corona de Francia se salvó gracias a la muerte de
Ricardo durante una batalla en el Lemosín.
San Luis
La Santa Capilla del palacio de la Cité, obra maestra del gótico radiante.
Con Luis IX, Francia se convirtió en un reino centralizado. A menudo, a San Luis se
le ha considerado como un representante de la fe católica y un reformador
preocupado por sus gobernados. Sin embargo, su reinado estuvo lejos de ser
perfecto. En 1229, el rey luchó contra la huelga de la Universidad de París, lo que
provocó daños en el Barrio Latino de la ciudad. San Luis libró también una guerra
contra el Condado de Tolosa y combatió la resistencia en el Languedoc. El conde
Raimundo VII de Tolosa firmó el tratado de París en 1229. Su hija, Juana, no tuvo
herederos, por lo que el condado pasó a manos del rey de Francia. El rey Enrique
III de Inglaterra no reconoció la posesión de los Capetos sobre Aquitania y
esperaba recuperar Normandía y Anjou para restaurar el Imperio Angevino. Desembarcó
en 1230 en Saint-Malo con un gran ejército. Bretaña y Normandía se rindieron de
inmediato. Esta invasión inglesa evolucionó en la guerra de Saintonge (1242).
Finalmente, Enrique III fue derrotado y tuvo que reconocer el dominio francés, si
bien el rey de Francia no pudo tomar Aquitania. Luis IX, además de poseer el título
real, se convirtió en el mayor propietario de tierras en Francia si bien enfrentó
cierta oposición en Normandía. En esos tiempos se fundó el Consejo del rey, que
posteriormente se transformaría en el parlamento. Después del conflicto con el rey
de Inglaterra, ambos establecieron una relación de cordialidad.
San Luis fue un mecenas del arte gótico. Durante su reinado se construyó la Santa
Capilla de París, una de las obras cumbres del gótico radiante. También se le
atribuye la Biblia Morgan. San Luis participó en dos cruzadas. En la séptima
cruzada (1248-1250) atacó Egipto y logró conquistó la ciudad de Damieta, pero fue
derrotado y hecho prisionero en Fariskur en 1250. La octava cruzada fue lanzada
sobre Túnez en 1270, donde el rey francés falleció de una enfermedad ese mismo año.
Los tres hijos varones de Felipe IV que alcanzaron la edad adulta reinaron en
cortos períodos sucesivos entre 1314 y 1328. Ninguno de sus hijos tuvo hijos
varones, por lo que en 1328 se extinguió la casa de los Capetos directos.
Carlos V, hijo de Juan II, fue un buen estratega: la paz le permitió reconquistar
los territorios cedidos y confió a grandes capitanes, como Du Guesclin, la
reconquista del territorio retomando una a una las plazas fuertes del enemigo
mediante una estrategia de sucesivos asedios. En 1377 los ingleses no controlaban
más que Bayona, Burdeos, Brest, Calais y Cherburgo.
La Edad Media termina con el fin de la independencia de los grandes principados que
eran el ducado de Borgoña (1482) y el ducado de Bretaña (vencido en 1488,
reincorporado en 1491 y formalmente unido al reino en 1532).
Edad Moderna
Artículo principal: Francia en la Edad Moderna
Afirmación del poder real
Francia en 1477
Desde finales del siglo XV hasta mediados del siglo XVI, la política exterior
francesa estuvo dominada principalmente por las guerras de Italia. Los Valois
pretendían hacer valer los derechos heredados de sus ancestros sobre el reino de
Nápoles y el ducado de Milán. En 60 años, los Valois conquistaron y perdieron
cuatro veces Nápoles y seis veces el ducado de Milán. Finalmente, abandonaron sus
ambiciones en Italia. Existen varias explicaciones sobre la utilidad de estas
expediciones que terminaron inevitablemente en fracasos, entre ellas el atractivo
de las riquezas y cultura de las prestigiosas ciudades italianas, así como la
voluntad de controlar rutas que permitieran amenazar los intereses de los Habsburgo
en el sur. En el siglo XVI, las estrategias militares se centraron en la idea de la
frontera ofensiva, que consistía en ocupar puntos de apoyo para evitar el avance
del enemigo más que expandir el territorio del reino.
Francisco I de Francia
En 1519, Carlos I, rey de España desde 1516, heredó las posesiones de los Habsburgo
(Imperio de Austria, Países Bajos, Franco Condado). Francia era el obstáculo a
vencer para unificar territorialmente sus territorios. El emperador disponía
también de reservas inagotables de oro y plata de las colonias españolas de
América. Francisco I de Francia se presentó en vano a la elección del Sacro Imperio
Romano Germánico para limitar la influencia de los Habsburgo y fracasó también en
el intento de tejer una alianza con Enrique VIII de Inglaterra.3031 A partir de
1521, Francia entabló una guerra larga y difícil en Italia, que comenzó con el
desastre de Pavía en febrero de 1525, donde Francisco I fue hecho prisionero. El
rey se vio obligado a firmar el tratado de Madrid en 1526, que amputó un tercio del
territorio de Francia, pero reemprendió la guerra una vez liberado. En 1529, en la
paz de Cambrai, abandonó la soberanía de Flandes y Artois, dos posesiones de Carlos
V, mientras que este renunció a Borgoña.32 Aunque combatió la reforma protestante
en su reino, Francisco I se alió a los príncipes protestantes alemanes e incluso al
sultán del imperio Otomano, Solimán el Magnífico, en contra de los Habsburgo.333435
Enrique II continuó la lucha de su padre, y recuperó el Boulonnais y el pale de
Calais de los ingleses. A cambio de su apoyo a los príncipes protestantes alemanes,
en guerra contra el emperador Carlos V, obtuvo el derecho de ocupar Calais, Metz,
Toul y Verdún. En 1559, el tratado de Cateau-Cambrésis estableció finalmente la paz
entre Francia y España.
Las guerras de religión terminaron con la guerra de los tres Enriques. El duque
Enrique I de Guisa, jefe de la Liga Católica, se confrontó con el rey Enrique III
por los acuerdos de este con los hugonotes. El poder de Guisa, aliado de España y
con un fuerte apoyo popular, llegó a ser una amenaza para el rey, quien ordenó
asesinarlo en 1588. En represalia, el monje Jacques Clément asesinó al rey seis
meses después. El trono, sin heredero de la rama de los Valois, pasó entonces a una
rama colateral, los Borbones, en la persona de Enrique IV, en otro tiempo rey de
Navarra. Sin embargo, al ser protestante, Enrique IV no fue reconocido por los
católicos de la Liga, por lo que tuvo que convertirse al catolicismo en 1593.
Una vez consolidado su poder, Enrique IV puso fin a las guerras de religión al
promulgar el edicto de Nantes en 1598, en el que se reconocía al catolicismo como
la religión oficial de Francia, pero se otorgaban derechos civiles y privilegios a
los protestantes. Ayudado por su ministro Sully, Enrique IV se esforzó por volver a
levantar el reino, duramente afectado por las guerras de religión. Cuando Enrique
IV fue asesinado por un católico fanático en 1610, legó en su hijo Luis XIII un
reino considerablemente reforzado.
El Gran Siglo
Ganancias territoriales de Francia entre 1552 y 1798
Con Gran Siglo (Grand Siècle) se designa al siglo XVII, que constituye uno de los
períodos más ricos de la historia de Francia. Con el fin de las guerras de religión
se restableció la autoridad real. Durante este período, marcado por la monarquía
absoluta, el reino de Francia marcó de manera duradera a Europa gracias a su
expansión militar o su influencia cultural cada vez más dominante. La lengua, el
arte, la moda y la literatura francesas se difundieron por toda Europa.
Luis XIII
Desde 1635, Luis XIII y el cardenal de Richelieu entran a la guerra de los treinta
años al lado de los príncipes protestantes alemanes con el fin de reducir el poder
de los Habsburgo, tanto en España, la primera potencia europea de la época, como en
Austria, la cabeza del Sacro Imperio Romano Germánico. Para debilitar a los
Habsburgo, los franceses ocuparon plazas fuertes y aseguraron los pasos que los
conectaban con sus aliados en Alsacia, Lorena y el Piamonte. El aumento
considerable de la presión fiscal a causa de la guerra provocó numerosos
levantamientos populares, como la de los crocantes de Saintonge-Périgord (1636-
1637) y la de los va-nu-pieds de Normandía (1639), severamente reprimidas.41
Luis XIV
Cardenal Mazarino.
A la muerte de Luis XIII en 1643, su hijo Luis XIV contaba cuatro años. Su madre
Ana de Austria asumió la regencia junto al cardenal Mazarino. Este último es quien
gobierna de manera efectiva hasta 1661, fecha de su muerte, incluso después de la
mayoría de edad de Luis XIV. Mazarino continuó el esfuerzo bélico iniciado por
Richelieu. Las tropas francesas ganaron victorias decisivas que permitieron poner
fin a la guerra de los treinta años en 1648. El tratado de Münster de 1648 otorgó a
Francia casi toda Alsacia, confirmó la posesión de los tres obispados y le concedió
tres fortalezas en la rivera derecha del Rin: Landau, Philippsburg y Breisach.
Mazarino también continuó la política de control de los pasos hacia el Sacro
Imperio Romano Germánico. El conflicto continuaría con España hasta 1659. Con la
paz de los Pirineos, el dominio real se extendió con la adquisición del Rosellón,
el Artois y ciertos lugares de Hainaut, como Thionville y Montmédy, se fijaron los
Pirineos como la frontera entre Francia y España y Luis XIV se casó con la infanta
de España María Teresa de Austria.42 Durante la minoría de edad del rey tuvo lugar
la Fronda (1648-1653), una serie de rebeliones originadas por el aumento de
impuestos que colocaron al gobierno en contra de príncipes, las cortes y la mayor
parte del pueblo. La Fronda fue el último intento de la nobleza para contrarrestar
el poder del rey y su fracaso fortaleció aún más a la monarquía.43
Luis XIV.
Luis XV.
Luis XV reinó de 1715 a 1774. Al contar con cinco años a la muerte de su bisabuelo
Luis XIV, el poder fue confiado a un consejo de regencia dirigido por el duque
Felipe II de Orleans. Este hizo que el parlamento de París anulara el testamento
del difunto rey, que limitaba su poder. A cambio, restituyó al parlamento el
derecho de amonestación, un poder que Luis XIV le había retirado y que el
parlamento utilizaría durante todo el siglo XVIII como medio de impugnación a la
monarquía. La época estuvo marcada por la relajación de la moral, el auge económico
y la especulación. El gusto por los productos exóticos favoreció el desarrollo de
los puertos del Atlántico. Los comerciantes de productos coloniales, la monarquía y
los traficantes de esclavos hicieron grandes fortunas y los colonos importaban
productos fabricados en Francia. En esta época se desarrolló el puerto de Nantes y
los traficantes de esclavos construyeron imponentes edificios en Nantes, Burdeos y
La Rochela. Bajo la regencia del duque de Orleans, Francia entró en la guerra de la
Cuádruple Alianza contra España. Felipe V de España se retiró del conflicto,
confrontado con la realidad de que España ya no era una gran potencia en Europa.
Cuando el regente murió en 1723, Luis XV se apoyó en uno de sus ministros, Fleury,
su antiguo preceptor y en quien tenía toda su confianza, hasta la muerte de este en
1743, fecha en la que el rey tomó las riendas del poder. En su reinado, Francia se
expandió. En 1735, tras la guerra de sucesión polaca, Lorena, principado soberano
varias veces ocupado por Francia, es donado a Estanislao Leszczyński, suegro de
Luis XV que había sido expulsado del trono polaco por Rusia y Austria. A su muerte
en 1766, Lorena entró al dominio real. Córcega, independiente de facto desde 1755,
es cedida simbólicamente a Francia por la república de Génova en 1768 y después
sometida militarmente tras la batalla de Ponte Nuovo en mayo de 1769. Años antes,
en 1762, la región de Dombes se había integrado también al dominio real. Durante
los reinados de Luis XV y Luis XVI se llevó a cabo una política de simplificación y
regularización de las fronteras, con la cual se intercambiaron plazas con los
estados vecinos para evitar exclaves franceses fuera de las fronteras y enclaves
extranjeros en Francia. En 1789 no existían más que tres enclaves extranjeros en
territorio francés: Aviñón y el Condado Venesino, que pertenecían al papa, el
principado de Montbéliard y la república de Mulhouse.
La guerra de los siete años (1756-1763) enfrentó a Francia contra Gran Bretaña. En
Norteamérica, Francia tuvo ciertos éxitos temporales en alianza con varios pueblos
amerindios, pero fue derrotada en la batalla de Quebec. En Europa, intentó en vano
varias veces sojuzgar a Hanóver, y con sus aliados Rusia y Austria estuvo a punto
de destruir a Prusia, pero la alianza anglo-prusiana fue salvada por el milagro de
la Casa de Brandeburgo. En el mar, Francia sufrió derrotas en Lagos y la bahía de
Quiberon en 1759, y un bloqueo forzó a los buques franceses a permanecer en puerto.
La paz se concluyó en el tratado de París (1763) en el que Francia perdió su
imperio con la pérdida de Nueva Francia y la India, donde solo conservó Yanaon,
Chandernagor, Karikal, Mahé y Pondicherry, frente a su rival la Gran Bretaña.
El problema más grande del Estado es el déficit presupuestario crónico, que hace al
rey dependiente de los hombres de finanzas y manejadores de dinero. Otra fuente de
parálisis fue la oposición del parlamento, que se coloca como defensor de las leyes
del reino y como un poder de contrapeso. Oponiéndose a toda tentativa de reforma
del reino, el parlamento contribuye a la crisis de la monarquía absoluta durante el
reino de Luis XVI.
Luis XVI
Luis XVI.
El nieto de Luis XV, Luis XVI, llegó al poder en 1774. De naturaleza tímida, vivió
en una corte penetrada por las intrigas y las camarillas. Su reinado estuvo marcado
por una política veleidosa. Frente a las presiones de la corte, de los parlamentos
y de la nobleza, el rey es incapaz de tomar las medidas necesarias para subsanar
una deuda pública y un déficit presupuestario desmesurados.
La Ilustración francesa
En la primera mitad del siglo XVIII el movimiento estuvo dominado por Voltaire y
Montesquieu, pero el movimiento creció a medida que el siglo avanzaba. En general,
los filósofos se inspiraron en los pensamientos de René Descartes, el escepticismo
de los libertinos y la divulgación de la ciencia de Bernard de Fontenelle. Las
disensiones sectarias dentro de la iglesia, el debilitamiento gradual del monarca
absoluto y las numerosas guerras de Luis XIV permitieron que su influencia se
extendiera por Europa, en lo que se conoce como despotismo ilustrado. Entre 1748 y
1751 los filósofos alcanzaron su período más influyente, con Montesquieu (El
espíritu de las leyes, 1748) y Jean Jacques Rousseau (Discurso sobre los efectos
morales de las artes y las ciencias, 1750).
El filósofo Denis Diderot fue el editor el jefe de uno de los mayores logros de la
Ilustración, la Enciclopedia (1751-1752), una obra de consulta con 72000 artículos
que provocó una revolución en el aprendizaje en el mundo ilustrado.
Edad Contemporánea
Revolución francesa
Luis XVI cerró la sala de los Estados, en un intento por evitar que la Asamblea se
reuniera. Esta, con apoyo de algunos miembros de la nobleza y el clero, logró
reunirse y proclamar el juramento del juego de pelota en un edificio cercano en
Versalles, el 20 de junio de 1789, en el cual sus miembros juraron mantenerse
juntos hasta dotar al reino de una constitución.51 El 9 de julio la Asamblea adoptó
el nombre de Asamblea Nacional Constituyente.
En junio de 1791 la familia real salió en secreto de París con rumbo a la frontera
nororiental con el objetivo de reunirse con tropas realistas, pero solo pudo llegar
a Varennes, donde fue descubierta, obligada a regresar a París y permanecer en el
palacio de las Tullerías en una suerte de prisión domiciliaria.6465 La fuga de
Varennes provocó una división entre los revolucionarios, entre los que querían
mantener la monarquía y los que querían abolirla.60 En la masacre del Campo de
Marte del 17 de julio de 1791 Lafayette, bajo las órdenes de la Asamblea, disparó
contra una multitud que demandaban la república.60 Tras la masacre, la Asamblea
ordenó el cierre de periódicos radicales, como el Amigo del pueblo de Marat, y
persiguió a políticos republicanos, hasta que aplicó la amnistía en septiembre.66
Convención Nacional
Dominio girondino (1792-1793)
Robespierre
Además de una dura represión contra los rebeldes, el terror se convirtió en un arma
contra los rivales políticos de Robespierre y lo mismo fueron ejecutados rebeldes
como las facciones montañesas de extrema izquierda (los exagerados de Hébert) y
moderadas (los indulgentes de Danton).96 Con la ley de 22 de pradial (10 de junio
de 1794) la persecución se hizo aún más severa y se limitaba la capacidad del
acusado para defenderse.97
Mientras tanto, la guerra marchaba bien. Francia obtuvo victorias contra Austria y
Gran Bretaña en mayo y junio de 1794, lo que abrió Bélgica a la conquista
francesa.70 En un año, los jacobinos habían derrotado la contrarrevolución, pero
perdieron apoyo popular al no cumplir demandas básicas de las clases bajas,
mientras que sectores de la burguesía y el campesinado se enriquecieron con la
venta de bienes del Estado.98
La caída de Robespierre.
La reacción termidoriana fue un movimiento de respuesta al terror, así llamada por
el mes del calendario republicano en que comenzó, en 1794. Robespierre comenzó a
enfrentar una creciente oposición de la llanura en el seno del Comité de Salvación
Pública y cuando en un discurso amenazó con empezar una purga contra miembros de la
Convención, esta ordenó su arresto el 9 de termidor del año II (26 de julio de
1794). Robespierre, 21 de sus aliados, entre ellos Saint-Just y Couthon, fueron
decapitados dos días después, y al día siguiente 71 miembros de la Comuna de París,
lo que ponía fin al terror y a la insurrección de la comuna.99
Directorio (1795-1799)
Los cuatro años del directorio estuvieron marcados por la crisis financiera, la
liberación económica, la corrupción, la prevalencia de la burguesía, las rebeliones
y complots, los golpes de Estado y el combate tanto a jacobinos como a católicos y
realistas.106 De estos eventos, destacan la conspiración de los iguales, una
rebelión protosocialista de 1796,107 el golpe de Estado del 18 de fructidor del año
V (4 de septiembre de 1797), que anuló la elección que daba la victoria a los
realistas,108 y las leyes de floreal del año VI (mayo de 1798), que invalidaron
elecciones favorables a los jacobinos y desacreditaron al directorio.109 Se
reactivaron políticas de persecución contra emigrados y refractarios y nuevamente
se intentó la descristianización de la sociedad.110 La era del directorio fue la
extensión de la reacción termidoriana con una nueva constitución que sería violada
por el propio gobierno para establecer una dictadura.111
Francia napoleónica
El Consulado
Artículo principal: Consulado (Francia)
Imperio napoleónico
Artículo principal: Primer Imperio francés
Véase también: Guerras Napoleónicas
Coronación de Napoleón.
Europa en 1812, con el Imperio francés (morado) en su apogeo, sus estados vasallos
(azul), y sus aliados.
Batalla de Austerlitz.
Napoleón Bonaparte se proclamó emperador de Francia y se coronó el 2 de diciembre
de 1804 en París en presencia del papa. La monarquía regresaba después de 12 años y
se creó una nueva nobleza imperial entre los allegados al emperador.
La guerra se reinició en 1805, esta vez contra Reino Unido, Austria, Rusia, Nápoles
y Suecia, en la llamada tercera coalición. Francia y su aliada España sufrieron una
estrepitosa derrota naval a manos de los británicos en Trafalgar, pero Napoleón
derrotó a Rusia y Austria en la batalla de Austerlitz (2 de diciembre de 1805).
Tras esta batalla, el Sacro Imperio Romano Germánico dejó de existir y Napoleón
creó la Confederación del Rin, que comprendería 35 estados alemanes aliados de su
imperio. En 1806 invadió el reino de Nápoles y le otorgó el trono a su hermano José
Bonaparte, y poco después nombró rey de Holanda a su otro hermano, Luis.
Napoleón en Berlín.
Una cuarta coalición se materializó en 1806 entre Rusia, Reino Unido, Sajonia,
Suecia y Prusia. Napoleón invadió Prusia en una guerra relámpago y tomó Berlín el
27 de octubre de 1806. En junio la coalición quedó rota tras la derrota rusa en
Friedland. Se alcanzó la paz de Tilsit con el 7 de julio de 1807, en la que se
pactó una alianza franco-rusa. Una consecuencia de esta guerra fue el bloqueo
continental que pretendía arruinar la economía del Reino Unido.
La quinta coalición, cuya cabeza fue el Reino Unido, logró atraer nuevamente a
Austria a la guerra en abril de 1809, pero esta fue vencida otra vez en una rápida
campaña tras la cual cedió más territorio a los Estados clientes de Francia.
Además, Napoleón conquistó los Estados Pontificios de su antiguo aliado Pío VII.
Napoleón en Moscú.
En 1812 el zar Alejandro I de Rusia dejó de colaborar con Francia y se acercó al
Reino Unido. Napoleón respondió invadiendo Rusia con un ejército de 685 000
hombres, el mayor ejército hasta entonces jamás reunido. Los rusos basaron su
defensa en la táctica de tierra quemada, y la misma Moscú fue abandonada e
incendiada a la llegada del ejército francés. En octubre, Napoléon ordenó la
retirada, que se llevó a cabo en medio del invierno. La guerra contra Rusia
significó un desastre en pérdida de vidas (90% del ejército) y prestigio.
Restauración borbónica
Artículo principal: Restauración Francesa
Luis XVIII.
A la caída de Napoleón, el Congreso de Viena intentó restaurar el mapa político
europeo. Sin embargo, se habían removido los cimientos de la vieja Europa, y ya no
volvería a ser la misma. Se entronizó a Luis XVIII de la dinastía Borbón y hermano
de Luis XVI. Regresaron los emigrados y los ultrarrealistas, quienes intentaron el
regreso del Antiguo Régimen. Pero el nuevo rey fue conciliador, dictó una carta
constitucional, que estableció una monarquía constitucional, y se mantuvieron
algunas leyes de la revolución y el imperio. El poder legislativo estaba compuesto
de dos cámaras: la Cámara de los Diputados, electa por sufragio censitario, y la
Cámara de los Pares, electa por el rey y de carácter vitalicio y hereditario. La
época se caracterizó por la disputa entre el partido de los ultrarrelistas y el
partido de los doctrinarios, estos últimos de tendencia liberal.
A la muerte sin hijos de Luis XVIII le sucedió su hermano Carlos X, cuyas ideas
ultrarreaccionarias lo llevaron a enemistarse con la burguesía, con medidas como la
indemnización de los nobles cuyas propiedades habían sido incautadas durante la
revolución y el fortalecimiento de la Iglesia. En 1830, los ultras perdieron las
elecciones legislativas, y su ministro Polignac promulgó ordenanzas, que entre
otras cosas, disolvían la Cámara de Diputados y coartaban la libertad de prensa.
Así estalló una nueva revolución.
Revolución de 1830
Artículo principal: Revolución de 1830
Monarquía de julio
Artículo principal: Monarquía de julio
Revolución de 1848
Artículo principal: Revolución francesa de 1848
A partir de 1860 el Segundo Imperio se liberalizó. Napoleón III había perdido una
parte del apoyo de los católicos al ayudar al rey de Cerdeña Víctor Manuel II a
realizar la unificación italiana, lo que iba en contra de los intereses del papa.
Además, la firma de un tratado de libre comercio con el Reino Unido, entonces la
primera potencial industrial del mundo, causó descontento en los industriales
franceses, que temían la competencia de los productos británicos. El emperador
buscó entonces nuevos apoyos en los liberales y las clases populares. Se suprimió
la ley Le Chapelier, el derecho de huelga fue concedido en 1864 y los obreros
obtuvieron el derecho de constituir cajas de cooperación (caisses d'entraide). El
poder legislativo consiguió derechos paulatinamente: pudo criticar el gobierno,
votar el presupuesto e inclusive proponer iniciativas de ley a partir de 1869. El
Segundo Imperio evolucionó poco a poco hacia un régimen parlamentario, en el que
los ministros eran responsables ante el parlamento. Esta liberalización fue apoyada
masivamente por un plebiscito en mayo de 1870. El Segundo Imperio parecía
consolidado en bases democráticas más sólidas cuando estalló la guerra contra
Prusia en 1870.
Remodelación de París
Ópera Garnier.
La rue de Rivoli.
En los asuntos exteriores, Napoleón III desarrolló una activa política imperialista
que buscaba darle al país un rol preponderante en el mundo, muy inspirado en la
epopeya de Napoleón Bonaparte. Para contener el expansionismo ruso, participó con
el Reino Unido en la guerra de Crimea (1853-1856). Esta guerra supuso el regreso de
Francia a los asuntos europeos, pero a pesar de la victoria el país no obtuvo
ganancias sustanciales. Admirador de Italia, Napoleón III apoyó la unificación de
esta y prestó ayuda al rey Víctor Manuel II de Cerdeña en una campaña para expulsar
a Austria de Lombardía. A cambio, Francia recibió del reino de Cerdeña el ducado de
Saboya y el condado de Niza, que anexó en 1861 después del tratado de Turín.
El canciller prusiano Otto von Bismarck y Napoleón III tras la batalla de Sedan.
La intervención francesa en México entre 1861 y 1867 apoyó la creación del Imperio
mexicano, un Estado cliente de Francia, conservador y católico, que en teoría
serviría de contrapeso a la influencia estadounidense en Latinoamérica. Sin
embargo, la aventura mexicana resultaría un fracaso.
Napoleón III se mostró neutral en los conflictos entre Prusia y Austria por el
dominio de los Estados alemanes. A cambio de su neutralidad, el emperador reclamó
el apoyo prusiano a reclamaciones territoriales en Luxemburgo y Bélgica, pero
Bismarck, el canciller prusiano, las rechazó. Tras la guerra austro-prusiana de
1866, Prusia incrementó su poder en Europa y rivalizó con Francia. La posible
candidatura del príncipe Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen —miembro de la
familia real prusiana— al trono de España terminó por deteriorar las relaciones
entre ambas potencias y la guerra franco-prusiana estalló en 1870. Mientras que el
nacionalismo alemán unió a los Estados alemanes, a excepción de Austria, contra
Francia, esta no pudo concretar ninguna alianza. Napoleón III capituló el 2 de
septiembre de 1870 en Sedan, junto con una tropa de entre 70 000 y 100 000
soldados. Al conocerse ese evento, el 4 de septiembre se proclamó la república en
Lyon y París.
Tercera República
Artículo principal: Tercera República Francesa
La república se proclamó el 2 de septiembre de 1870, en plena guerra contra Prusia.
Mientras París era asediada se creó un gobierno de defensa nacional y se
distribuyeron armas entre los ciudadanos parisinos. El 28 de enero de 1871 el
gobierno firmó el armisticio. En medio de la ocupación prusiana se desarrollaron
las elecciones, que dieron la mayoría a los monárquicos. La nueva asamblea,
instalada en Versalles, firmó un tratado de paz, en el que cedía Alsacia-Lorena a
Alemania y se comprometió a pagar una fuerte indemnización. Adolphe Thiers, antiguo
primer ministro de la Monarquía de julio, fue elegido jefe del poder ejecutivo
mientras se decidía la forma de gobierno del país.
La comuna de París
La comuna solo duró 70 días. El 21 de mayo de 1871 las tropas del gobierno
invadieron París. Los insurgentes incendiaron varias zonas de la ciudad, incluidos
monumentos como el palacio de las Tullerías y el ayuntamiento para retardar el
avance del enemigo. Tras la ejecución del arzobispo de París por los comuneros, la
represión derivó en un baño de sangre. Entre 20 000 y 30 000 insurgentes fueron
ejecutados en una semana. Miles de rebeldes sobrevivientes fueron enviados a
Argelia o a Nueva Caledonia.
Dominio monárquico
Arraigo de la república
Los republicanos se dedicaron a arraigar la república estableciendo grandes
libertades: libertad de reunión y prensa en 1881, derecho a formar sindicatos en
1884 y derecho al divorcio. La libertad de asociación de 1901 permitió la formación
de partidos políticos que remplazaron a las agrupaciones informales de clubes y
comités. Los primeros partidos en constituirse fueron el Partido Radical en 1901 y
la Sección Francesa de la Internacional Obrera en 1905. La república se hizo de sus
grandes símbolos: Marianne, La marsellesa y la fiesta nacional del 14 de julio.
Imperialismo
En 1881, con el pretexto de que tropas tunecinas habían cruzado a Argelia, Francia
ocupó Túnez y en mayo de ese año convirtió el territorio en un protectorado. Desde
las bases en Senegal, Argelia y el Congo se lanzaron campañas de conquista sobre
África, que dieron a Francia el mayor dominio colonial del continente. Así se
formaron el África Ecuatorial Francesa (colonias de Gabón, Congo francés, Ubangui-
Chari y Chad) y el África Occidental Francesa (Senegal, Sudán francés, Guinea
francesa, Costa de Marfil, Dahomey, Mauritania, Alto Volta y Níger). En 1882 el
reino de Madagascar se convierte en protectorado y en 1897 en colonia francesa. En
1883 se crea la Somalia Francesa. En Asia, en 1887 se formó la colonia de Indochina
francesa, donde a la Cochinchina anexó los protectorados de Annam y Tonkín en
Vietnam, y Camboya, y posteriormente Laos (1899) y la dependencia de Guangzhouwan
en China (1898). En Oceanía, las Marquesas (1870) y Tahití (1880) se constituyeron
en colonias y de ahí se expandió el control sobre otras islas, que en conjunto
formaron la Polinesia Francesa. En 1914 el imperio francés era 22 veces más grande
que la Francia metropolitana e incluía una población de 110 millones de personas.
Soldados franceses inician un asalto durante la batalla de Verdún (1916). Con casi
10 meses de duración y más de 700 000 muertos, es una de las batallas más largas y
letales de la historia.
El presidente de Francia, que contaba con el apoyo diplomático británico, ordenó la
movilización de tropas el 1 de agosto, ante lo cual Alemania declaró la guerra un
día después. Alemania contaba con el plan Schlieffen, por medio del cual planeaba
una rápida invasión sobre Francia y para ello desplazó sus tropas a Luxemburgo y
Bélgica para atacar desde ahí. El Reino Unido, garante de la independencia belga,
declaró la guerra a Alemania el 4 de agosto. Francia, por su parte, puso en marcha
el plan XVII, que incluía la invasión de Alemania a través de Alsacia-Lorena
mediante el ataque a ultranza. Las primeras confrontaciones formaron parte de la
llamada batalla de las Fronteras, en la que las tropas francesas fueron derrotadas
estrepitosamente en las batallas de Mulhouse, Lorena, Charleroi y las Ardenas. La
ofensiva francesa se enfrentó a grandes pérdidas humanas que trajeron como
resultado el repliegue. El 22 de agosto de 1914 es el día más letal de la historia
de Francia: alrededor de 27 000 soldados murieron en las Ardenas belgas, cuatro
veces más que en la batalla de Waterloo. Las tropas alemanas avanzaron rápidamente
en territorio francés; a principios de septiembre estaban a 65 km de París y el
gobierno francés se había trasladado a Burdeos. El curso de la guerra cambió cuando
el avance alemán fue detenido en la primera batalla del Marne (5-12 de septiembre
de 1914) por los ejércitos aliados.
Cañón de París, usado por los alemanes para bombardear París a larga distancia
durante la ofensiva de primavera (1918).
Tropas francesas en las ruinas de una iglesia durante la segunda batalla del Marne
(1918).
Lo que siguió fue un estancamiento del conflicto. La guerra de movimientos dio paso
a una guerra de posiciones. El frente occidental, que se desarrolló principalmente
en territorio francés, se caracterizó por ser una sinuosa serie de trincheras entre
el Mar del Norte y la frontera con Suiza. Hubo varias ofensivas de ambos bandos,
pero entre 1915 y 1917 no hubo grandes cambios, a pesar de batallas extremadamente
largas y violentas, en las que hubo uso intensivo y extensivo de artillería,
alambres de púas, aviones de guerra y armas químicas. Esta guerra de trincheras se
extendió desde septiembre de 1914 hasta marzo de 1918. Entre las batallas del
frente occidental destacan la Batalla de Verdún (21 de febrero - 18 de diciembre de
1916) y la Batalla del Somme (1 de julio - 18 de noviembre de 1916), dos de las
batallas más sangrientas de la historia. Los departamentos del norte, ricos en
industria y minería, fueron ocupados por Alemania durante la mayor parte de la
guerra, lo que significó un severo daño a la economía francesa. La entrada de
Estados Unidos del lado de los aliados el 6 de abril de 1917 significaría un alivio
para las tropas francesas, que daban muestras de agotamiento y amotinamiento por la
precaria situación en el frente. Las primeras tropas estadounidenses llegaron a
Francia en octubre de 1917.
Tras derrotar a Rusia en 1917, Alemania concentró sus fuerzas en una gran ofensiva
sobre Francia en marzo de 1918 que pudo desplazar finalmente el frente occidental.
Nuevamente los alemanes se encontraron en las cercanías de París, que fue
bombardeada con artillería a larga distancia y dirigibles, pero fueron derrotados
en la segunda batalla del Marne (15 de julio - 6 de agosto de 1918) por el mariscal
Foch. Enseguida, Francia y sus aliados comenzaron la ofensiva de los Cien Días, que
terminó cuando Alemania firmó el Armisticio del 11 de noviembre de 1918.
Período de entreguerras
Francia fue una de las potencias que ocupó la Renania desde 1918 hasta 1930, como
medio para asegurar sus fronteras y como garantía de cumplimiento del tratado de
Versalles. Ante la demora alemana para pagar las indemnizaciones, Francia ocupó
también la región del Ruhr entre 1923 y 1925, cuando aceptó los planes Dawes y
Young de Estados Unidos para reestructurar el pago alemán. Entre 1918 y 1935
Francia tuvo también el control del Sarre hasta que tras un plebiscito lo devolvió
a Alemania. Para evitar una posible invasión de Alemania en el futuro, Francia
construyó un sistema defensivo a lo largo de la frontera con ese país, la línea
Maginot, entre 1929 y 1938.
La Gran Depresión afectó Francia hacia 1931. Sus efectos fueron relativamente
moderados en comparación con otros países. El crecimiento del Producto Interno
Bruto, que crecía a una tasa de 4.43% a finales de la década de 1920, cayó a 0.63%
en la década de 1930; el desempleo alcanzó 5% y la caída de la producción fue de
aproximadamente 20%; no hubo crisis bancaria.
Soldados alemanes desfilan ante el arco del triunfo de París, 14 de junio de 1940.
Francia y Reino Unido declararon la guerra a la Alemania nazi el 3 de septiembre de
1939131 en virtud de un tratado suscrito con Polonia, cuyo territorio había sido
invadido por la Wehrmacht, ejército alemán. Sin embargo, los aliados no lanzaron
ataques decisivos sobre posiciones enemigas y se limitaron a conservar una postura
defensiva, una fase que se conoció en Francia como guerra extraña (drôle de
guerre). Una invasión francesa sobre el Sarre fue abandonada tras cuatro días de
iniciada. En abril de 1940, tropas francesas y británicas acudieron en auxilio de
Noruega, que también era invadida por Alemania, pero no obtuvieron ningún éxito
importante.
Régimen de Vichy
En noviembre de 1942 todo el territorio del régimen de Vichy fue ocupado por
Alemania e Italia. Aunque el gobierno francés continuó existiendo, estuvo bajo el
estricto control alemán.
Resistencia
Además del combate armado contra la ocupación, entre las reformas del gobierno
provisional en tiempos de guerra destacan el derecho de las mujeres al voto (21 de
abril de 1944), la expansión de los sindicatos, el control de precios para frenar
la inflación, la nacionalización de empresas del sector energético, automotriz,
aeronáutico y bancario y los cimientos del estado de bienestar.
La Unión Francesa fue una organización que pretendía la igualdad entre pueblos del
antiguo imperio colonial y otorgaba la ciudadanía a todos sus habitantes. Sin
embargo, la diferencia entre la teoría y la práctica, la centralización y
preeminencia de la metrópoli sobre los demás territorios, entre otros aspectos,
terminó con esta organización. Los protectorados de Marruecos y Túnez nunca
aceptaron entrar a la unión y finalmente lograron su independencia en 1956.
Indochina y Argelia
Artículo principal: Guerra de Indochina
Artículo principal: Guerra de independencia de Argelia
Crisis de Suez
Argelia nunca fue Estado miembro de la Unión Francesa. De Gaulle intentó mantenerla
unida a Francia y el conflicto armado continuó. Sin embargo, la pérdida de
popularidad de la guerra entre la población francesa tras los abusos cometidos por
el ejército, el reconocimiento por parte de varios países —entre ellos China— al
gobierno provisional argelino establecido por el FLN, y la pérdida de respaldo de
sus aliados, llevó a De Gaulle a entablar negociaciones con los rebeldes. Los
colonos franceses ultras levantaron barricadas en Argel y formaron la Organización
Armada Secreta (OAS), grupo terrorista que combatiría contra el FLN y contra el
gobierno desde febrero de 1961. Algunos militares intentaron un golpe de Estado en
abril de 1961. Tras el fracaso, el ejército mantuvo un bajo perfil político. Los
acuerdos de Évian, apoyados por los referéndums de 1961 y 1962, lograron el cese al
fuego y Argelia fue declarada independiente el 3 de julio de 1962. Tras la
independencia, 1,4 millones de personas migraron desde Argelia a Francia
metropolitana.
El gaullismo dejó el poder en 1974 con la muerte de Pompidou. Sus sucesores fueron
el centrista Giscard d'Estaing (1974-1981) y el socialista Miterrand (1981-1995).
El gobierno tuvo que enfrentar las crisis del petróleo de 1975 y 1979, que
afectaron la economía y provocaron un alza dramática del desempleo. El crecimiento
se recuperó a mediados de la década de 1980, pero se redujo nuevamente a inicios de
la década siguiente. Hubo reformas sociales como la reducción en la mayoría de edad
de 21 a 18 años (1974), el divorcio por consentimiento mutuo (1975), la
despenalización del aborto (Ley Veil, 1975) y la abolición de la pena de muerte
(1981). Se abandonó el dirigismo y se optó por políticas económicas de
liberalización y privatización desde la década de 1980. Se impulsaron la cultura y
los proyectos tecnológicos y de infraestructura, como el tren de alta velocidad
(Train à Grande Vitesse, TGV) y el Eurotúnel.
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Notas
En realidad, habría que hablar de reinos francos, como títula acertadamente el
propio artículo de la Wikipedia en francés (Royaumes francs) ya que fueron en
muchas etapas varios los reinos gobernados por los francos que surgieron de las
sucesivas particiones del reino para que cada uno de los herederos tuviera su
parte: primeros los reinos de de Soissons, de Orleans, de París y de Metz (y luego
de Reims); luego Austrasia, Neustria, Burgundia y Aquitania.
En época de los merovingios desapareció la noción de Estado —o sea el «bien
público» heredado de la Roma antigua—, una institución desconocida entre los
pueblos germánicos e imperó la confusión entre los bienes del Tesoro del Estado y
los bienes privados del soberano. Eso provocaba que a la muerte de un rey, el reino
fuera dividido entre sus hijos, un bien patrimonial más objeto de herencia. No será
hasta mucho más tarde cuando se recupere el Derecho romano y aumente el poder del
monarca para que renazca la noción de Estado y la monarquía sea hereditaria.
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