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FRENTE AL ABSOLUTISMO
ÍNDICE:
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0. INTRODUCCIÓN: LIBERALISMO Y CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN.
- ANTIGUO RÉGIMEN: Término (del francés Ancien Régime) que se utiliza para
definir el periodo social, político y económico anterior a la Revolución francesa,
basado sobre todo en un sistema monárquico absolutista, una economía de base
agraria poco productiva y una sociedad estamental.
- LIBERALISMO: Doctrina política, social y económica nacida a finales del siglo XVIII,
que defiende las libertades individuales en todos los ámbitos, su igualdad jurídica y
política, y la poca (o nula) intervención del estado en asuntos económicos y sociales.
Esta doctrina tiene su origen en la Ilustración francesa y el puritanismo inglés.
El final del Antiguo Régimen en España coincide con el del reinado de Carlos IV. Este
periodo va a estar fuertemente marcado por la influencia de la Revolución francesa y por la
guerra de la Independencia en España.
Importancia crucial tendrá la creación de la primera constitución española (Cadiz, 1812,
conocida como “La Pepa”) que introduce por primera vez el liberalismo en España.
El reinado de Fernando VII se debatirá entre el deseo de mantener los principios del
Absolutismo y los conflictos con los defensores del liberalismo.
La mayoría de las colonias españolas en América se pierden en este periodo.
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La GUERRA de la INDEPENDENCIA ESPAÑOLA en 10 minutos | Cuando España…
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España se ve obligada a firmar la Paz de Basilea (1795, que pone fin a la conocida como
Guerra de la Convención, conflicto bélico que afectaba a los territorios pirenaicos), por la
que a cambio de la retirada de sus tropas, Francia obtiene la entrega de la parte española
de la isla de Santo Domingo y la concesión de ciertas ventajas comerciales.
Ya en esta época, Manuel Godoy es el primer ministro y favorito del rey. Él toma la decisión
de volver a aliarse con Francia para luchar contra el Reino Unido, ya que supone una mayor
amenaza potencial en las colonias americanas. Fruto de este giro en la política exterior es la
firma de dos tratados de San Ildefonso (alianza militar entre Francia y España contra Gran
Bretaña, 1796 y 1800 dentro del contexto de lo que algunos historiadores llaman la
“Segunda Guerra de los 100 años”, conflicto permanente entre Francia y Gran Bretaña entre
1688 y 1815) cuyas consecuencias fueron desastrosas. Militarmente, perdimos de nuevo
Menorca a manos del Reino Unido (1798) y cedimos a Francia la Luisiana sin apenas
compensación.
También declaramos la guerra a Portugal -guerra de las Naranjas (1801)- a causa de la
negativa portuguesa a sumarse al bloqueo continental que intentaba aplicar Napoleón al
Reino Unido. Por el Tratado de Badajoz España anexiona Olivenza a la actual provincia de
Badajoz.
En 1802 se firma la Paz de Amiens, breve tregua por la que España renuncia a la isla de
Trinidad a cambio de recuperar Menorca. No obstante, la adhesión a la política napoleónica
de bloqueo continental refuerza la enemistad con los británicos, con quienes se producen
varios enfrentamientos en las costas españolas. El más importante fue la batalla naval de
Trafalgar (1805), en la que un combinado hispano-francés es destrozado por la flota
británica del almirante Nelson.
En 1807, Francia y España renuevan su alianza con el Tratado de Fontainebleau. En él se
acuerda la invasión y reparto de Portugal entre ambos países, ya que el bloqueo contra
Gran Bretaña sólo tendría éxito si se controlaba toda la península ibérica. Para ello, se
permite el paso de las tropas francesas por nuestro territorio. Tras su ocupación, Portugal se
repartiría en tres partes; una de ellas, Algarve, se entregaría a Godoy con el título de rey.
- El motín de Aranjuez:
Los problemas económicos derivados de los conflictos bélicos y del bloqueo británico
incrementan la inflación y deterioran el nivel económico de los grupos sociales más
populares. Hubo un creciente malestar social debido a la carestía y a la constante subida
del precio del pan.
A la grave crisis económica se añaden las tensiones políticas, que contribuyen a
desacreditar a la monarquía hispánica. La política de Godoy suscita un fuerte rechazo y
numerosas intrigas. La oposición al valido se organiza en torno a la figura del príncipe
Fernando, que encabeza varias conspiraciones para deshacerse de Godoy y destronar a su
propio padre.
La primera conspiración es conocida como Proceso de El Escorial (1807, conspiración de
Fernando VII y sus allegados para destronar a su padre), que termina con el fracaso de los
implicados y el arresto temporal del príncipe de Asturias. No obstante, Fernando tuvo más
suerte en la siguiente ocasión.
En marzo de 1808, Godoy, temeroso de las intenciones de Napoleón, que había introducido
tropas en España para invadir Portugal, dispone el traslado de la familia Real a Andalucía y
después, probablemente, a América. Cuando los reyes se encuentran en el palacio de
Aranjuez estalla un motín promovido por los partidarios del hijo del rey, que también se
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reproduce en Madrid. Como resultado, Godoy fue detenido y Carlos IV abdica en su
primogénito que recibe el nombre de Fernando VII.
Tras la entrada del ejército francés en la península ibérica, en cumplimiento del Tratado de
Fontainebleau, y de los sucesos del motín de Aranjuez, se incrementa la desconfianza entre
los españoles. El emperador había logrado atraer a Carlos IV, junto con Godoy y Fernando
VII a la población francesa de Bayona. Una vez allí consiguió que el nuevo rey renunciase al
trono en favor de su padre y, a su vez, éste lo hizo en Napoleón. El resultado de las
abdicaciones de Bayona fue la entronización de José Bonaparte (José I), a quien su
hermano Napoleón entregó la Corona.
Mientras tanto, en Madrid se producen numerosos incidentes con las tropas francesas
acantonadas en la ciudad. Esta situación desembocó en el levantamiento popular del 2 de
mayo de 1808, originado inicialmente por la alarma suscitada entre la población ante la
salida de la capital de la familia real.
En aquella jornada se produjeron durísimos enfrentamientos entre la población y los
franceses en diversos puntos de la ciudad. A los civiles se sumaron unas pocas tropas
españolas del parque de artillería de Monteleón, donde los oficiales Daoíz y Velarde
opusieron una tenaz resistencia a los invasores. Al final del día, los ejércitos de Murat
aplastan todo conato de resistencia y llevan a cabo una brutal represión. Estos sucesos
serán representados dramáticamente por Goya en sus famosas pinturas del 2 y el 3 de
mayo.
Al conocerse la noticia de las abdicaciones de Bayona y los sucesos de Madrid, la
insurrección se extiende al resto del país. Comienza la guerra de la Independencia.
1. Franceses y afrancesados
2. Españoles y británicos
España queda dividida en dos. Por un lado, los territorios ocupados por los franceses que
cuentan con el apoyo de los afrancesados, entre los que están algunos reformistas
ilustrados que pretenden una modernización pacífica y gradual.
Por otro lado, estaba la resistencia que lucha en nombre de Fernando VII, aunque se
distinguen 2 grupos ideológicos:
• Los liberales, que pretenden establecer un nuevo tipo de monarquía.
• Los absolutistas, partidarios del Antiguo Régimen y del absolutismo.
El bando español contó con la colaboración logística y militar del Reino Unido. Los
británicos son el mayor enemigo de Francia y un aliado tradicional de Portugal. Sus tropas
están dirigidas por el famoso duque de Wellington.
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- Fases de la guerra:
La primera fase se extiende hasta noviembre de 1808. El ejército francés intenta ocupar las
principales vías de comunicación, pero encuentra una fuerte resistencia: no logra entrar en
varias ciudades estratégicas, como Zaragoza o Gerona; son expulsados de Portugal gracias
a la colaboración inglesa y sufren una humillante derrota en la batalla de Bailén (julio):
primera vez que un ejército napoleónico es derrotado en campo abierto. Este cúmulo de
fracasos hace que José I huya de Madrid y que Napoleón Bonaparte tome el mando directo
de las operaciones militares.
La segunda fase se prolonga hasta enero de 1812 y se caracteriza por la gran superioridad
militar de las mejores tropas francesas, comandadas por el emperador. Toman casi toda la
Península, salvo Cádiz, Lisboa y algunas partes de Galicia. Ante tal inferioridad, la
resistencia española se organiza en guerrillas, pequeños grupos de combatientes que
atacan por sorpresa a las tropas enemigas con el apoyo de la población civil. Algunos
ilustres guerrilleros son: Espoz y Mina, el Empecinado o el cura Merino.
En la última fase nos aprovechamos de la retirada de tropas francesas para la invasión de
Rusia. Los ejércitos españoles, ayudados por los británicos del general Wellington,
intensifican su ofensiva y consiguen las victorias de Arapiles (Salamanca), Vitoria y San
Marcial (Irún). Napoleón no tiene otro remedio que firmar el Tratado de Valençay (11 de
diciembre de 1813), por el que se reconoce la libertad de España y se libera a Fernando VII.
La guerra terminó oficialmente en 1814, cuando las últimas tropas francesas abandonan la
Península y vuelve del exilio Fernando VII (apodado como “el deseado”).
Desde mayo de 1808, gran parte de la población española asume una actitud revolucionaria
porque no acepta la autoridad de José Bonaparte. Así, en plena guerra de la
Independencia, la población invadida decide organizarse de manera independiente
considerándose la opción legítima a un gobierno francés impuesto. Se crean juntas de
carácter liberal que se oponen a la ocupación francesa pero también al absolutismo.
- Las Juntas:
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- Las Cortes de Cádiz:
La mayoría de diputados son clérigos, abogados, funcionarios o militares. Hay una escasa
presencia de nobles y de miembros del alto clero. La clase media urbana es la verdadera
protagonista de las Cortes. De todos modos, el contexto bélico hace que los diputados no
representan realmente a la opinión mayoritaria del pueblo español.
Ideológicamente, hay 3 tipos de diputados:
• Liberales: partidarios de medidas revolucionarias como que las Cortes son las únicas
depositarias de la soberanía nacional, la división de poderes y la igualdad jurídica. Es decir,
quieren que los privilegios señoriales desaparezcan y, con ellos, el Antiguo Régimen. Son
los que ejercen mayor influencia. (Ejemplo: Agustín de Argüelles).
• Renovadores o jovellanistas (seguidores de Jovellanos): partidarios de medidas
reformistas que no rompan con la tradición. Son los herederos de la Ilustración. Defienden
que la soberanía sea compartida entre el rey y las Cortes.
• Absolutistas: pretendían la vuelta al Antiguo Régimen tal y como existía antes de la
Revolución francesa y de la invasión napoleónica.
- La Constitución de 1812.
El poder legislativo lo tienen las Cortes (unicamerales) con el rey, que además posee un
derecho de veto suspensivo durante dos años sobre las leyes aprobadas en las Cortes;
después, el rey quedaba obligado a aceptar y sancionar la ley si así lo aprobaba la mayoría
de los diputados. Por último, el poder judicial lo ostentan tribunales independientes.
El derecho a voto queda restringido a los varones mayores de 25 años, con un cierto nivel
de renta (de este modo la burguesía se asegura el poder). Además, los electores no elegían
directamente a los diputados sino a unos compromisarios que, a su vez, se encargaban de
designarlos. En definitiva, es una forma de sufragio universal masculino indirecto. En
diversos apartados del texto se recogen los derechos individuales: libertad de imprenta,
derecho de propiedad, inviolabilidad de domicilio, derecho a la educación, etc.
Igualmente, se recoge la igualdad jurídica, que los mismos códigos y tribunales rijan para
todos los españoles sin excepción. Así, se eliminan los privilegios jurisdiccionales de la
sociedad estamental.
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El texto no reconoce la libertad de culto, pues se establece como única religión de la nación
española la católica y prohíbe el ejercicio de cualquier otra religión. Estos artículos son una
concesión hecha a los diputados absolutistas para conseguir que la Constitución sea
aprobada.
En cuanto a los impuestos, todos los españoles los pagarían de modo proporcional a su
fortuna (igualdad fiscal). Este principio se aplicó también a los deberes militares (todos los
españoles estaban obligados a defender la patria con las armas) y al ejercicio de empleos
en la administración pública (en función exclusivamente de la capacidad).
- Conclusiones:
Tanto la Constitución como las medidas aprobadas en las Cortes de Cádiz apenas se
aplican debido a la guerra y a los cambios políticos posteriores (Fernando VII deroga todo a
su regreso, restaurando el absolutismo y el Antiguo Régimen). No obstante, en las décadas
siguientes la Pepa es el referente y el precedente fundamental de los liberales españoles y
tiene una gran repercusión fuera de nuestras fronteras (Portugal, Italia, Iberoamérica).
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gaditana. El rey así lo decreta el 4 de mayo (Decreto de Valencia), a la vez que ordena la
persecución de los liberales.
También se restaura la sociedad estamental, la Inquisición, los privilegios de la jurisdicción
señorial y se suspenden las medidas desamortizadoras.
Ante este panorama, los liberales no tienen otra opción que refugiarse en sociedades
secretas masónicas.
Para recuperar el poder se valen de la fuerza del Ejército, que tras la guerra de la
Independencia está repleto de oficiales degradados por sus ideas. Todo ello, conduce a los
pronunciamientos o golpes militares asestados contra el orden político. Entre 1814 y 1820
prácticamente se produce uno al año. Los más destacados son los de Espoz y Mina, Porlier,
Lacy o el de Vidal. Todos fracasan, pero la idea de que el Ejército es una herramienta
legítima para justificar el cambio político, triunfa, y es una constante en nuestra historia
contemporánea.
El primer pronunciamiento victorioso se produce en enero de 1820, cuando el teniente
coronel Rafael de Riego, al frente de las tropas que debían partir hacia América, se subleva
en Cabezas de San Juan (Sevilla). Ante la falta de apoyos, Fernando VII tiene que jurar la
Constitución de 1812 y comienza el Trienio liberal.
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Sevilla y después a Cádiz acompañado del monarca. Meses después no tuvo más remedio
que capitular y liberar al rey, repuesto plenamente en sus funciones.
• La difusión de las ideas ilustradas y liberales. Al principio solo originan debates teóricos,
pero la independencia de los Estados Unidos (1776) y la Revolución francesa (1789)
demuestran que los cambios políticos son posibles.
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En un principio, las juntas americanas admiten la autoridad de la Junta Central, pero en
mayo de 1810 el virreinato del Río de la Plata se declara independiente. Le siguen
Paraguay (1811), Chile y el virreinato de Nueva Granada (Venezuela, Colombia, Ecuador).
En México estalla una rebelión indígena acaudillada por el cura Hidalgo. A diferencia de los
otros procesos, este es un movimiento de masas de fuerte contenido social. Únicamente
Perú, baluarte de los realistas españoles, y las Antillas se mantienen fieles a la Corona.
Terminada la guerra de la Independencia las fuerzas legitimistas comenzaron la reconquista
del territorio con la ayuda de un ejército de 10.000 hombres enviados desde España. Se
restablece la autoridad de Fernando VII, excepto en el virreinato del Río de la Plata, que
mantiene su independencia. En 1816, cuando la situación parece perdida para los
independentistas, dos campañas casi paralelas conducen a la emancipación definitiva de
las antiguas colonias.
• Por un lado, el general José de San Martín organiza un ejército que parte de Argentina,
cruza los andes y vence a los españoles en las batallas de Chacabuco (1817) y Maipú
(1818). Así, se logra la independencia de Chile (1818). Por otro lado, Brasil aprovecha la
confusión para conquistar los territorios al este del río Uruguay, pero hubo un territorio que
se resistió, el propio Uruguay, que se hizo con la independencia en 1828.
• Por el norte, el general Simón Bolívar arma un ejército que parte de Venezuela y vence a
los realistas en Boyacá (1819), Carabobo (1821) y Pichincha (1822). Con ellas se
independiza el virreinato de Nueva Granada y surge la Gran Colombia, que se disuelve en
1830, formando los actuales países de Venezuela, Colombia y Ecuador.
Los avances conjuntos de Bolívar por el norte y de San Martín por el sur reducen los
territorios controlados por los españoles. Tras el acuerdo entre ambos en Guayaquil, San
Martín proclama la independencia de Perú en 1821 y Bolívar prepara junto a Sucre la última
ofensiva: en 1824 las tropas españolas son derrotadas en las batallas de Junín y Ayacucho,
con las que concluye la liberación de Perú y la presencia española. El alto Perú se
independizó en 1825 con el nombre de Bolivia.
En México, tras el derrumbe de las autoridades españolas por la revolución liberal de 1820,
la oligarquía criolla se siente amenazada por la supresión de mayorazgos y privilegios y por
las reformas religiosas. En 1821 el criollo Agustín de Iturbide proclama la independencia
apoyándose en tres garantías: religión, unión e independencia (Plan de Iguala). Unos
meses más tarde es proclamado emperador (Agustín I), pero es derrocado para dar lugar a
una República Federal (1824). Durante el proceso, los actuales países de Guatemala,
Honduras, El Salvador y Costa Rica se separan de México para constituir la Confederación
de las Provincias Unidas de América Central (1823).
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- Conclusiones de la emancipación americana:
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