Está en la página 1de 79

II

TEORÍA INTEGRAL DEL ACTO JURÍDICO.

Contenido:

2.1. Definición del acto jurídico.


2.2. Elementos esenciales del acto jurídico.
2.3. De la inexistencia y de la nulidad en el derecho mexicano.
2.4. Elementos de validez del acto jurídico.
2.5. Los vicios de la voluntad.
2.6. La teoría de la causa en los actos jurídicos.
2.7. Principios fundamentales en materia de nulidad.
2.8. De las modalidades en los actos jurídicos.
2.9 La jurisprudencia del Poder Judicial de la Federación y el acto jurídico.
2.9.1 Sobre la inexistencia.
2.9.2 Sobre la nulidad.
2.9.3 Sobre los vicios de la voluntad.

Bibliografía:

1.- Contreras López Raquel Sandra, Reseña de la Teoría del Acto Jurídico y el
Impacto de la Teoría de la Inexistencia y Nulidades, según Bonnecase ,1ra.
edición. (2012), Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.

2.- 1BONNECASE, Juilen. Elementos de Derecho Civil. Trad. Lic. José M. Cajica
Jr. Tomo II. Derecho de las Obligaciones de los Contratos y del Crédito, Cárdenas
Editor Distribuidor, Tercera Reimpresión, México, D.F. 2002, p. 223.
Actividad: Resumen.

RESUMEN, para este trabajo se solicitará mínimamente 2 cuartillas y estará orientada bajo el seguimiento de la rúbrica y
lineamientos de elaboración que ya se te anota en la guía para los trabajos escritos.

El resumen es un texto que como tal describe los hechos más importantes de un tema, se extraen de manera clara las
ideas más importantes que puedan en conjunto explicar un texto complejo o sencillo y que sea fácil de entender a
aquellos que no han leído la obra completa.

Proceso de elaboración de un resumen:

• Documentación: lectura y relectura del texto base.


• Planeación: identificación y extracción de información relevante a través de diferentes estrategias: subrayado,
resaltado, elaboración de glosas y comentarios al lado del texto, elaboración de esquemas, etc. Esta información es
el insumo para la posterior textualización.
• Textualización: elaboración de una versión preliminar del resumen.
• Adecuación: revisión del lenguaje usado para garantizar que exprese las ideas del autor.
• Revisión: en primer lugar, corrección necesaria para garantizar la coherencia y la cohesión; en segundo lugar,
constatación de que no se ha omitido información relevante o incluso aquella que es secundaria y, por último,
verificación de que se conserve el estilo del texto.
• Reescritura: elaboración de la versión final.
RESUMEN

CRITERIOS EXCELENTE REGULAR DEFICIENTE TOTAL

PUNTAJE %100 %80 %60

Ideas principales. Señala claramente la idea central de la Señala la idea central, pero no toma en cuenta Presenta un resumen confuso. No señala
lectura, después subordina de ella, las las ideas secundarias. las ideas principales y prevalecen las ideas
ideas secundarias. secundarias.

Comprensión del Explica con sus propias palabras las ideas Escribe el inicio, el desarrollo y final del texto, No leyó la lectura correspondiente, por lo
tema. principales de le lectura, respeta la pero redunda mucho en la información, tanto, no tiene conocimiento, copió y pegó
clasificación del resumen: inicio, desarrollo además repite conceptos e ideas. la información.
y final.

Redacción y estilo. Presenta una redacción adecuada y Presenta una redacción decente, contiene 2 Tiene más de 2 errores ortográficos, tiene
correcta. Su resumen contiene de 0-1 error errores ortográficos. Escribe de manera faltas de puntuación y estilo. Utiliza frases
ortográfico; presenta de manera adecuada adecuada la puntuación y acentuación del muy extensas y no señala las referencias al
la puntuación, la acentuación del texto. texto. En su mayoría escribe adecuadamente estilo APA.
Escribe adecuadamente todas las todas las referencias al estilo APA.
referencias en estilo APA.

Contenido. Descripción organizada, clara y objetiva del Descripción poco organizada y ambigua de los No muestra ningún conocimiento del tema
texto. Respeta las ideas originales del conceptos. Escribe aportaciones poco tratado, su texto es incompleto y
autor. Contiene una aportación acertada significativas. desorganizado.
del tema tratado.

Bibliografía. Formato APA 6ª Edición. En caso de No aplica. No contiene el formato APA 6ª Edición o no
consultar una fuente extra deberá ser hay bibliografía.
agregada.
2
UNIDAD II
“ TEORÍA INTEGRAL DEL ACTO JURÍDICO.”

Temas - 2.1. Definición del acto jurídico.


subtemas 2.2. Elementos esenciales del acto jurídico.
2.3. De la inexistencia y de la nulidad en el derecho mexicano.
2.4. Elementos de validez del acto jurídico.
2.5. Los vicios de la voluntad.

Objetivo de Al término de la sesión semanal, el alumno conocerá el


aprendizaje concepto del acto jurídico, sus elementos de existencia y
particular: validez, los vicios de la voluntad, y podrá identificar cuando un
acto jurídico es nulo o inexistente.

Estrategias y 1.- Resumen de los temas “Definición del acto jurídico,


actividades elementos esenciales del acto jurídico, de la inexistencia y de
para el la nulidad en el derecho mexicano, elementos de validez del
aprendizaje: acto jurídico, los vicios de la voluntad.”

Valor porcentual de la semana: 100%

Toda tarea entregada por el estudiante debe tener una hoja de


presentación que contendrá lo siguiente:

o Logotipo de la Universidad.
o Título de la tarea (todo en mayúscula centrado en la parte
superior de la hoja).
o Nombre del alumno (se coloca a la mitad de la hoja y solo
las iniciales en mayúscula).
o Fecha (se coloca debajo del nombre).
o Nombre de la institución (se coloca como todo nombre
propio, con mayúsculas en cada inicial, y va en la parte
inferior de la hoja, unos cuantos espacios debajo de la
fecha).
o Carrera (se coloca la carrera universitaria que se está
cursando o el grado en el que se está).
o Asignatura (se coloca la asignatura o materia para la cual
se está elaborando la tarea).

NOTA: Márgenes ajustar a normal, Superior e inferior 2.5 cm,


derecho e izquierdo 3.0 cm.
Tipo de fuente: Times New Roman.
Tamaño de fuente: No. 12.
Interlineado sencillo (1.0).

II
Actividad Mapa conceptual: Reporte a una hoja de corte horizontal

¿Que es un mapa conceptual?

Se denomina mapa conceptual a la herramienta que posibilita organizar y representar, de manera gráfica y mediante un
esquema, el conocimiento. El objetivo de un mapa conceptual es representar vínculos entre distintos conceptos que
adquieren la forma de proposiciones. Los conceptos suelen aparecer incluidos en círculos o cuadrados, mientras que las
relaciones entre ellos se manifiestan con líneas que unen sus correspondientes círculos o cuadrados. (un mapa
conceptual se dedica a resumir los contenidos más relevantes de un documento.)

Proceso de elaboración de un mapa conceptual:

• Documentación: lectura y relectura del texto base.


• Planeación: identificación y extracción de información relevante a través de diferentes estrategias: subrayado,
resaltado, elaboración de glosas y comentarios al lado del texto, elaboración de esquemas, etc. Esta información es
el insumo para la posterior textualización.
• Textualización: elaboración de un borrador del mapa conceptual.
• Adecuación: revisión del lenguaje usado para garantizar que exprese las ideas del autor.
• Revisión: en primer lugar, corrección necesaria para garantizar la coherencia y la cohesión; en segundo lugar,
constatación de que no se ha omitido información relevante o incluso aquella que es secundaria y, por último,
verificación de que se conserve el estilo del texto.
• Reescritura: elaboración del mapa conceptual final.

Nota. Para valorar tu calificación promedio te solicito verifiques la rúbrica.

MAPA CONCEPTUAL

CRITERIOS EXCELENTE REGULAR DEFICIENTE TOTAL

PUNTAJE %100 %80 % 60

Estructura. Las ideas en el mapa están bien organizadas, Presenta una estructura jerárquica marcando No presentó una jerarquía de acuerdo al
y claramente presentados, así como de fácil la dirección del esquema, pero transcribió tema, además de no identificar los temas y
seguimiento, respetando la estructura mucha información, además contiene las subtemas de la estructura, sin coherencia
jerárquica marcando con flechas la dirección ideas bien focalizadas, pero no entre las partes que lo componen, ilegible,
del esquema. suficientemente organizadas. desorganizada y difícil de interpretar.

Profundización en el Hay dominio del tema, comprendió la lectura y Hay dominio del tema, comprendió la lectura, No hay dominio del tema, no comprendió la
tema. desarrolló eficazmente las ideas, además pero no desarrolló eficazmente las ideas, lectura ni desarrolló eficazmente las ideas.
respetó la jerarquía de conceptos. además es difícil interpretar la jerarquía de No muestra una jerarquía ordenada de
conceptos. conceptos.

Conceptos clave. Las proposiciones son válidas y representan Algunas de las proposiciones son inválidas y Solo dos de las proposiciones son válidas
la información principal del tema. no representan la información principal del de acuerdo al tema.
tema.

Uso de conectores e Identifica las ideas principales de las Identifica las ideas principales de las No incluyó los conceptos significativos,
ideas principales. secundarias e incluyó todos los conceptos secundarias, pero faltan la mayoría de los perdió la dirección del flujo. Presenta
importantes del tema. Presenta una capacidad conceptos importantes. Se le dificulta conectores inapropiados que no le dan
completa para relacionar ideas, buen uso de relacionar los conceptos, con conectores sentido al concepto y en algunas ocasiones
los conectores y preposiciones. incompletos o incorrectos. no utiliza conectores.
Cantidad de Utiliza oraciones concretas, no mayor a tres Utiliza oraciones relativamente largas, pero se Utilizó oraciones largas y abusó en el uso
información. palabras, incluyendo únicamente los identifica los conceptos importantes, los del texto en la estructura del diagrama.
conceptos importantes del tema. procesos y subprocesos.

Redacción y estilo. Contiene de 0 a 1 error ortográfico, la Contiene hasta dos errores de ortografía y se Contiene más de dos errores de ortografía,
estructura gramatical es clara y correcta. identifica un error de estructura gramatical. la estructura gramatical no es clara y se
identifican muletillas.

Bibliografía. Formato APA 6ª Edición. En caso de consultar No aplica. No contiene el formato APA 6ª Edición o no
una fuente extra deberá ser agregada. hay bibliografía.
3
UNIDAD II
“TEORÍA INTEGRAL DEL ACTO JURÍDICO”

Temas - 2.6. La teoría de la causa en los actos jurídicos.


subtemas 2.7. Principios fundamentales en materia de nulidad.
2.8. De las modalidades en los actos jurídicos.

Objetivo de Al término de la sesión semanal, el alumno conocerá la Teoría


aprendizaje de la causa en los actos jurídicos, los principios fundamentales
particular: en materia de nulidad, y las modalidades en los actos jurídicos.

Estrategias y 1.- Mapa conceptual del tema “Las modalidades en los actos
actividades Jurídicos”
para el
aprendizaje: Valor porcentual de la semana: 100 %

Toda tarea entregada por el estudiante debe tener una hoja de


presentación que contendrá lo siguiente:

o Logotipo de la Universidad.
o Título de la tarea (todo en mayúscula centrado en la parte
superior de la hoja).
o Nombre del alumno (se coloca a la mitad de la hoja y solo
las iniciales en mayúscula).
o Fecha (se coloca debajo del nombre).
o Nombre de la institución (se coloca como todo nombre
propio, con mayúsculas en cada inicial, y va en la parte
inferior de la hoja, unos cuantos espacios debajo de la
fecha).
o Carrera (se coloca la carrera universitaria que se está
cursando o el grado en el que se está).
o Asignatura (se coloca la asignatura o materia para la cual
se está elaborando la tarea).

NOTA: Márgenes ajustar a normal, Superior e inferior 2.5 cm,


derecho e izquierdo 3.0 cm.
Tipo de fuente: Times New Roman.
Tamaño de fuente: No. 12.
Interlineado sencillo (1.0).

II
Actividad: Resumen.

RESUMEN, para este trabajo se solicitará mínimamente 2 cuartillas y estará orientada bajo el seguimiento de la rúbrica y
lineamientos de elaboración que ya se te anota en la guía para los trabajos escritos.

El resumen es un texto que como tal describe los hechos más importantes de un tema, se extraen de manera clara las
ideas más importantes que puedan en conjunto explicar un texto complejo o sencillo y que sea fácil de entender a
aquellos que no han leído la obra completa.

Proceso de elaboración de un resumen:

• Documentación: lectura y relectura del texto base.


• Planeación: identificación y extracción de información relevante a través de diferentes estrategias: subrayado,
resaltado, elaboración de glosas y comentarios al lado del texto, elaboración de esquemas, etc. Esta información es
el insumo para la posterior textualización.
• Textualización: elaboración de una versión preliminar del resumen.
• Adecuación: revisión del lenguaje usado para garantizar que exprese las ideas del autor.
• Revisión: en primer lugar, corrección necesaria para garantizar la coherencia y la cohesión; en segundo lugar,
constatación de que no se ha omitido información relevante o incluso aquella que es secundaria y, por último,
verificación de que se conserve el estilo del texto.
• Reescritura: elaboración de la versión final.
RESUMEN

CRITERIOS EXCELENTE REGULAR DEFICIENTE TOTAL

PUNTAJE % 100 % 80 % 60

Ideas principales. Señala claramente la idea central de la Señala la idea central, pero no toma en cuenta Presenta un resumen confuso. No señala
lectura, después subordina de ella, las las ideas secundarias. las ideas principales y prevalecen las ideas
ideas secundarias. secundarias.

Comprensión del Explica con sus propias palabras las ideas Escribe el inicio, el desarrollo y final del texto, No leyó la lectura correspondiente, por lo
tema. principales de le lectura, respeta la pero redunda mucho en la información, tanto, no tiene conocimiento, copió y pegó
clasificación del resumen: inicio, desarrollo además repite conceptos e ideas. la información.
y final.

Redacción y estilo. Presenta una redacción adecuada y Presenta una redacción decente, contiene 2 Tiene más de 2 errores ortográficos, tiene
correcta. Su resumen contiene de 0-1 error errores ortográficos. Escribe de manera faltas de puntuación y estilo. Utiliza frases
ortográfico; presenta de manera adecuada adecuada la puntuación y acentuación del muy extensas y no señala las referencias al
la puntuación, la acentuación del texto. texto. En su mayoría escribe adecuadamente estilo APA.
Escribe adecuadamente todas las todas las referencias al estilo APA.
referencias en estilo APA.

Contenido. Descripción organizada, clara y objetiva del Descripción poco organizada y ambigua de los No muestra ningún conocimiento del tema
texto. Respeta las ideas originales del conceptos. Escribe aportaciones poco tratado, su texto es incompleto y
autor. Contiene una aportación acertada significativas. desorganizado.
del tema tratado.

Bibliografía. Formato APA 6ª Edición. En caso de No aplica. No contiene el formato APA 6ª Edición o no
consultar una fuente extra deberá ser hay bibliografía.
agregada.
4
UNIDAD II
“TEORÍA INTEGRAL DEL ACTO JURÍDICO”

Temas - 2.9 La jurisprudencia del Poder Judicial de la Federación y el


subtemas acto jurídico.
2.9.1 Sobre la inexistencia.
2.9.2 Sobre la nulidad.
2.9.3 Sobre los vicios de la voluntad.

Objetivo de Al término de la sesión semanal, el alumno conocerá la


aprendizaje importancia de la aplicación de la Jurisprudencia en mataría de
particular: los actos jurídicos, en cuanto a su existencia, validez y nulidad.

Estrategias y 1.- Resumen de los temas “La Jurisprudencia en mataría de los


actividades actos jurídicos, en cuanto a su existencia, validez y nulidad”
para el Valor porcentual de la semana: 100%
aprendizaje:
Toda tarea entregada por el estudiante debe tener una hoja de
presentación que contendrá lo siguiente:

o Logotipo de la Universidad.
o Título de la tarea (todo en mayúscula centrado en la parte
superior de la hoja).
o Nombre del alumno (se coloca a la mitad de la hoja y solo
las iniciales en mayúscula).
o Fecha (se coloca debajo del nombre).
o Nombre de la institución (se coloca como todo nombre
propio, con mayúsculas en cada inicial, y va en la parte
inferior de la hoja, unos cuantos espacios debajo de la
fecha).
o Carrera (se coloca la carrera universitaria que se está
cursando o el grado en el que se está).
o Asignatura (se coloca la asignatura o materia para la cual
se está elaborando la tarea).

NOTA: Márgenes ajustar a normal, Superior e inferior 2.5 cm,


derecho e izquierdo 3.0 cm.
Tipo de fuente: Times New Roman.
Tamaño de fuente: No. 12.
Interlineado sencillo (1.0).

II
III.- Explicación de la estructura del acto jurídico conforme a la Teoría france-
sa del hecho jurídico en sentido amplio

Conforme a la Teoría francesa del hecho jurídico en un sentido amplio, el acto


jurídico es la manifestación unilateral o bilateral de voluntad que desea generar conse-
cuencias de Derecho, consistente en conductas de dar, hacer o no hacer, y cuyos
efectos están previstos por el legislador; acto jurídico que de conformidad con la Teoría
de la inexistencia y nulidades de Julián Bonnecase, tiene elementos de existencia o de
esencia, los cuales deberán cumplir con una serie de requisitos para que el acto
jurídico tenga plena validez.

A.- Elementos de existencia del acto jurídico.

Por lo tanto, los elementos esenciales del acto jurídico, dependiendo si el acto es
bilateral o unilateral, está integrado de:

a) Consentimiento o voluntad.
b) Un objeto posible, y
c) Excepcionalmente, una forma solemne.

a) El consentimiento

El consentimiento es el acuerdo de voluntades, de dos o más personas que puede


tener por efecto el crear, transmitir, modificar o extinguir efectos de derecho, trátese
de derechos subjetivos, deberes jurídicos u obligaciones de carácter convencional.

Los elementos del consentimiento son: La propuesta, oferta o policitación y la acepta-


ción. La policitación es una manifestación unilateral de voluntad, que por sí sola produce
efectos jurídicos, la cual es de naturaleza recepticia, expresa o tácita, hecha a persona
presente o no presente, determinada o indeterminada, que enuncia los elementos esencia-
les del acto que se desea celebrar y debe ser hecha de forma seria y con el ánimo de
cumplir en su oportunidad. A su vez, la aceptación, es una manifestación unilateral de
voluntad, expresa, tácita, y en algunas ocasiones el legislador la presume por el silencio de
quien debe aceptarla, hecha a persona determinada, presente o no presente, seria, lisa y
llana, que expresa la adhesión a la propuesta y que se reduce a un sí.

8 Doctora Raquel Sandra Contreras López


En materia de perfeccionamiento de consentimiento, rige el principio del consensualismo,
toda vez que es suficiente el acuerdo de voluntades en relación con un objeto posible -sino
se trata de un acto solemne- para que el mismo produzca los efectos deseados por las
partes, lo anterior conforme al Código Civil Federal y al del Distrito Federal, en su artículo
1796 en el que se dispone que: Los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento,
excepto aquellos que deben revestir una forma establecida por la ley (…)

b) El objeto posible.

1.- Objeto directo e indirecto

El objeto de todo acto jurídico tiene tres significados, un objeto directo, un objeto
indirecto, y la cosa como objeto de la conducta de dar.

Conforme al Código civil del Distrito Federal y el Federal, en su artículo 1792, el


convenio en su sentido amplio, es el acuerdo de voluntades que tiene como objeto
directo el crear, transmitir, modificar y extinguir derechos y obligaciones; en conse-
cuencia, el objeto directo del convenio en su especie “contrato”, es el de crear y
transmitir derechos y obligaciones, y con una interpretación contrario sensu del artí-
culo en mención, el objeto directo, del convenio en sentido restringido, es el de
modificar y extinguir derechos y obligaciones. De lo anterior, resulta que el objeto
indirecto del convenio, y por lo tanto directo de la obligación; consiste en la conducta
de dar, hacer o no hacer o abstenerse de hacer, misma a la que se obligan las partes.

Y un tercer significado de la palabra objeto es la relativa a la cosa, sólo cuando la


prestación de la obligación consista en una conducta de dar.

2.- Diversos significados de la palabra cosa, según Ortolán

La palabra “cosa” deberá entendérsele en su más amplio significado como lo


propusiera el mismo Ortolán,10 al opinar que:

10
ORTOLAN, M. Explicación Histórica de las Instituciones del Emperador Justiniano. Trads. Francisco Pérez
de Anaya y Melquíades Pérez Rivas. Hijos de Leocadio López. Madrid, España. 1912. p. 50. De la
Generalización del Derecho Romano.

Breve Reseña de la Teoría del Acto Jurídico y el Impacto de la


Teoría de la Inexistencia y Nulidades, según Bonnecase. 9
“La palabra cosa (res) aun en derecho, es una palabra flexible, que se acomoda
de un modo admirable a las necesidades y a los caprichos interminados del
lenguaje. Ahora tratamos de su verdadero sentido legal, de su idea jurídica.”

Y para otro gran conocedor del Derecho romano Eugene Petit,11 la palabra cosa es:

“(...) todo objeto material exterior al hombre se le llama cosa en el lenguaje


vulgar, pero jurídicamente se comprenden en esta idea unas veces entes
inmateriales, como son los derechos, y otras se excluye del concepto aquello
que no puede ser objeto del derecho. Por esto se ha afirmado que son las cosas
en el lenguaje jurídico los objetos de un derecho patrimonial, y ya Ulpiano decía
(D. 50, 16, fr. 23): Rei appellatione et causae et jura continentur.”

3.- Las posibilidades física, jurídica y comercial, en cuanto al dar, hacer y


no hacer

En los actos jurídicos unilaterales o bilaterales y respecto de estos últimos, con


relación a los contratos y los convenios en general, la voluntad de los contratantes
deberá referirse a un objeto: física y jurídicamente posible, a fin de que a través de la
manifestación de dichas voluntades se produzcan los efectos deseados por los autores
de las mismas. Este objeto podrá referirse a prestaciones o conductas de dar, hacer o
no hacer o abstenerse de hacer.

4.- Requisitos que debe cubrir la cosa para poder ser objeto de un acto
jurídico

La prestación o conducta de dar consistirá en el ámbito del Derecho, en dar cosa,


la cual deberá cubrir una serie de requisitos para poder ser física y jurídicamente
objeto de un acto jurídico.

La cosa para poder ser objeto de un acto jurídico, ya sea éste un acto bilateral o
unilateral, y en específico, en el supuesto de un acto jurídico bilateral, ya sea un conve-
nio en sentido amplio o en su especie contrato, o bien, en un sentido restringido deberá

11
PETIT, Eugene. Tratado Elemental de Derecho Romano. Trad. D. José Ferrández González. Editorial
“Saturnino Calleja”. Madrid, España. 1924. p. 239.

10 Doctora Raquel Sandra Contreras López


cubrir una serie de requisitos conforme al Código Civil del Distrito Federal y el Federal, en su
artículo 1825, en el que se dispone que la cosa para poder ser objeto de un contrato, deberá:

a) Existir en la naturaleza.
b) Estar determinada o ser determinable.
c) Estar dentro del comercio.

De los tres requisitos que deberá tener la cosa para poder ser objeto de un acto
jurídico, tanto en el ámbito físico como jurídico, en ocasiones se pueden dar aparentes
excepciones,12 como el supuesto de las cosas futuras las cuales pueden ser objeto de un
contrato o de un acto jurídico en general, cuando se cumplan los extremos siguientes:

a) Estar identificado en la naturaleza y que necesariamente, debe llegar a existir, o


b) El que razonablemente, puede llegar a existir tomando en cuenta, los avances
de la ciencia y la tecnología.

5.- Funciones de la prestación de dar cosa

Ahora bien, la prestación de dar cosa puede consistir en la traslación del domi-
nio o propiedad de la misma; en la enajenación o traslación de su uso y/o goce, o
bien, en la restitución de la cosa ajena o finalmente, en el pago de la cosa debida, lo
anterior conforme a lo que se dispone en el Código civil del Distrito Federal y el
Federal, en su artículo 2011.

6.- Reglas para la transmisión de la propiedad o del dominio de la cosa

Sin embargo, para la traslación del dominio o propiedad de la cosa deberá a su


vez seguir las siguientes reglas: Si la cosa es específica y determinada, la traslación
de la cosa se hará por el sólo acuerdo de voluntades, conforme a lo que se dispone en los
ordenamientos en comento, en su artículo 2014, en cambio en el supuesto de que la cosa
sea un género, entonces, la traslación de la propiedad se dará cuando la cosa se haga
específica y determinada con el conocimiento del acreedor, como se dispone en el artículo
2015, de los ordenamientos en cita. La regla contenida en el artículo 2014 antes citado, se

12
Y digo, que aparentes excepciones, porque en realidad la cosa “futura”, ya existe en la naturaleza,
aunque no exista en el momento de celebrarse el contrato, por lo tanto, es un bien que ya existe en
la naturaleza, pero es necesario determinar o identificar a través de su número o/y calidad.

Breve Reseña de la Teoría del Acto Jurídico y el Impacto de la


Teoría de la Inexistencia y Nulidades, según Bonnecase. 11
aplica en forma específica en materia del contrato de compraventa al disponerse en el
artículo 2249 de los Códigos Civiles del año 2000 que:

“Por regla general, la venta es perfecta y obligatoria para las partes cuando se
han convenido sobre la cosa y su precio, aunque la primera no haya sido entrega-
da, ni el segundo satisfecho.”

7.- La prestación de hacer o de no hacer o de abstenerse de hacer, como objeto


posible de un contrato.

Al respecto, el Código Civil del Distrito Federal y el Federal, disponen en su artícu-


lo 1827 que la conducta positiva o negativa, para poder ser objeto de un contrato, y en
consecuencia de todo acto jurídico, debe ser posible y lícita. Sin embargo, el legisla-
dor en la norma en comento, incluyó supuestos que pertenecen a dos hipótesis dife-
rentes. La posibilidad se refiere a un elemento de existencia del acto jurídico, en
cambio, la licitud, es un requisito de validez del mismo.

De tal manera, un hecho o una abstención son posibles cuando van de acuerdo
con las leyes de la naturaleza o el orden público, en particular con aquellas normas
jurídicas de carácter dispositivo y las buenas costumbres. Debe entenderse como
orden público, tanto a las normas prohibitivas, como a las dispositivas, y de forma
excepcional, a las de carácter permisivo cuando su violación implique la conducta
ilícita de una de las partes en el convenio en perjuicio de la otra.

c).- La solemnidad o forma solemne

Este último elemento, el de la forma solemne no se encuentra incluido en el Códi-


go civil de 1928, ni tampoco en los Códigos Civiles del Distrito Federal y el Federal del
año 2000, sin embargo, a través de la interpretación sistemática de los artículos 1794,
primera parte del primer párrafo del 1796 y el 2228 de dichos Ordenamientos se
desprende que la forma solemne es un elemento de existencia del acto jurídico, cuan-
do ésta haya sido prevista por el propio legislador.

B.- Requisitos de validez del acto jurídico

Una vez que el acto existe por haberse reunido los elementos de existencia antes
mencionados, la o las voluntades, así como el objeto, requieren cumplir con una serie

12 Doctora Raquel Sandra Contreras López


de requisitos a efectos de que ese acto que ya existe tenga plena validez y en conse-
cuencia, surta la plenitud de sus efectos jurídicos, lo anterior, conforme al artículo
1795 de los Códigos Civiles de 2000.

Es así, que en la Ley se ha establecido que no basta la creación de un acto, sino


se requiere además que la voluntad o voluntades que en él intervinieron, sean de
personas conscientes del acto que realizaron, esto es, que se trate de personas capa-
ces, tanto de goce como de ejercicio.

Sin embargo, no basta que las personas sean capaces, se requiere que además,
que externen su voluntad de manera libre, es decir, que esté libre de vicios de la
voluntad o voluntades.

Se necesita también, para que el acto valga, que la voluntad o voluntades que
intervinieron en la celebración del acto, persigan un objeto y les guié un motivo o fin
que sea lícito, que no contrarié el orden público o las buenas costumbres.

Y finalmente, se necesita que la voluntad o voluntades, que además, de cumplir


con los anteriores requisitos, se exterioricen en la forma o manera en como la Ley lo
determina para que el acto valga como tal.

C.- Requisitos de eficacia del acto jurídico

El autor Ernesto Gutiérrez y González,13 ha propuesto como una Teoría perso-


nal, la relativa a los requisitos de eficacia como parte integrante de la estructura del
acto jurídico.

Los anteriores requisitos no los regula el Código Civil del Distrito Federal y el
Federal, como tales, sin embargo, se desprende su existencia de la naturaleza de
muchas y variadas figuras jurídicas que se regulan en ellos.

13
GUTIÉRREZ Y GONZÁLEZ, Ernesto, Derecho de las Obligaciones, Ob. Cit., Apartados 137 al 145, pp. 147-157.

Breve Reseña de la Teoría del Acto Jurídico y el Impacto de la


Teoría de la Inexistencia y Nulidades, según Bonnecase. 13
El autor Ernesto Gutiérrez y González,14 define a los requisitos de eficacia, como:

“La situación de tiempo o conducta positiva o negativa, que fija la ley o pactan las
partes, para que un acto jurídico –unilateral o bilateral- que tiene plena existencia y
completa validez, empiece a generar algunas o todas sus consecuencias de derecho.”

En lo relativo a los elementos de existencia y requisitos de validez del acto jurídico en


general (unilateral o bilateral), y en lo particular, por lo que se refiere al bilateral o convenio en
un sentido amplio o lato sensu o a través de sus dos especies: Contratos y convenios en
sentido restringido, se aplican conforme al principio analógico contenido en el artículo
1859 del Código Civil del Distrito Federal y el Federal del año 2000, las reglas relativas
al contrato, al resto de los convenios y actos jurídicos, en lo que no se oponga a la
naturaleza de estos o a disposiciones especiales de la ley sobre los mismos.

El artículo 1859 contiene una norma de analogía, que sistematiza en los Códigos
Civiles de 1928 y los que lo suplieron en el año 2000, al acto jurídico en general, ya se
trate de naturaleza unilateral o bilateral; norma que en forma desafortunada ha sido
derogada de varios de los Códigos Civiles que se han publicado a partir de la publica-
ción del Código Civil de la Entidad de Tlaxcala en el año de 1976, perdiéndose con ello,
en mi opinión uno de los pilares básicos en la sistematización en comento.

CAPÍTULO TERCERO

SISTEMATIZACIÓN DE LOS ELEMENTOS DE EXISTENCIA Y REQUISITOS DE


VALIDEZ DEL ACTO JURÍDICO, EN LA DOCTRINA Y DERECHO POSITIVO
MEXICANO Y SU ESTRECHA RELACIÓN CON LA TEORÍA DE LA INEXISTEN-
CIA Y LAS NULIDADES15

El Derecho positivo mexicano en materia civil, y específicamente, el Código Civil


para el Distrito Federal en materia común y para todo la República en materia Federal,
14
Ibídem. Apartado 137. pp. 149-150.
15
El presente Capitulo Tercero como el Cuarto de este documento, son parte de la Tesis que presentó
la autora de la presente Ponencia, en el Examen de Oposición por la materia de Acto Jurídico y perso-
nas, en la Licenciatura de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, siendo declarada
vencedora en dicha Oposición, en el mes de febrero de 2010. A los Capítulos en comento, sólo se le
han hecho ciertas adecuaciones, verbigracia: Lo relativo al Código civil francés actual, así como, a
cambios en la parte de conclusiones para incluir en las mismas, las conclusiones relativas a los Capítu-
los Primero y Segundo de esta Ponencia y otras cuestiones de estilo, pero es igual en su esencia.

14 Doctora Raquel Sandra Contreras López


Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

Teoría de la causa, reconocida dentro


de los elementos de validez del acto
jurídico en la legislación mexicana *

Theory of the Cause, Recognized within


the Elements of Validity of the Legal Act
in the Mexican Legislation

Ana Daysu Salas Domínguez** RDP

Resumen
Para entender la trascendencia que tiene esta teoría inmersa en los
actos jurídicos en general, se aborda en primer lugar la significación
del vocablo; continuándose con la concepción enfocada al derecho; de
igual forma, se dan a conocer los diferentes puntos de vista que se le
han atribuido en el perfeccionamiento de la ciencia jurídica y por último
se indica la presencia de esta teoría en la legislación nacional.
Palabras clave: teoría de la causa; fin o motivo lícito; legislación mexi-
cana.

Abstract
To understand the importance of this theory immersed in the legal acts
generally, the meaning of the word is primarily addressed; continuing
with the concepts focused on the law. Likewise, different perspectives
that have been attributed to it in the improvement of the legal science
are mentioned, and finally the presence of this theory in national legis-
lation is pointed out.
* 
El presente trabajo fue presentado al concurso de oposición de la materia Acto jurídico
y personas en la Facultad de Derecho de la UNAM, en el cual se obtuvo la aptitud para
impartirla el 31 de marzo de 2014.
** 
Licencianda en derecho; especialista en Derecho Civil con mención honorífica en
2012 por la UNAM.

91

BJV, Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM,


2016
Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

Ana Daysu Salas Domínguez

Keywords: Theory of the Cause; Purpose or Legal Ends; Mexican Le-


gislation.

Sumario

1. Nota introductoria
2. Significado del término causa
A. Concepto ordinario de causa
B. Concepto jurídico de causa
C. Tipos de causa relevantes para el derecho
3. Desarrollo jurídico de la causa
A. Causa en el derecho romano
B. Domat
C. Teoría clásica
4. Debate sobre la teoría de la causa
A. Teoría anticausalista
B. Laurent
C. Marcel Planiol
5. Modificación de la tesis clásica a través de la jurisprudencia francesa
A. Jurisprudencia
B. Julien Bonnecase
C. Louis Josserand
6. La causa en el derecho mexicano
Legislación
7. Conclusiones
8. Bibliografía

1. Nota introductoria

En el presente trabajo se aborda la temática relativa a la denominada


teoría de la causa, es por ello que se inicia dando a conocer el signifi-
cado gramatical del término, así como se indican los diversos enfoques
que la filosofía le ha atribuido; razón por la cual se dispone a elaborar
un análisis para determinar cuáles de ellos son los que toma en con-
92

BJV, Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM,


2016
Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

Teoría de la causa, reconocida dentro de los elemntos de validez...

sideración la ciencia del derecho. De igual forma invocamos los con-


ceptos que tanto la doctrina clásica como la jurisprudencia francesa le
imprimieron a tan controvertido factor causal del acto jurídico; prosi-
guiendo con un breve desarrollo doctrinal, en el que se hace referencia
al derecho romano, que constituye su fuente primaria, misma que ins-
pira las reflexiones de Domat, con las que aporta a la doctrina clásica
los elementos que le permiten generar la teoría que a lo largo de la
evolución de las instituciones del derecho, ha experimentado acuciosos
estudios, ya sean a favor; reconociendo su eficacia; o contrariando su
relevancia; o considerándolos mixtos, mismos que tratan de encontrar
su utilidad; subsanando —en lo posible— las omisiones o desaciertos
en los que no se haya reparado; concluyendo con la postura que en
nuestra legislación civil se le reconoce a esta doctrina, al señalar su
ubicación en el texto del referido cuerpo normativo.

2. Significado del término causa

A. Concepto ordinario de causa

El Diccionario de la Real Academia española nos presenta varios signi-


ficados del vocablo causa, pero son dos los que interesan a propósito
del presente trabajo, el primer concepto lo señala en los siguientes tér-
minos: aquello que se considera como fundamento u origen de algo. A
la vez lo refiere como: el motivo o razón para obrar.1
De lo aseverado podemos deducir que la causa se refiere a aquello
con lo que se genera un hecho o una cosa; también comprende al fac-
tor principal que toma en consideración una persona para realizar en
forma determinada alguna conducta.
La causa puede entenderse asimismo como análogo de objeto, moti-
vo o fin, puesto que al menos en su sentido gramatical abarca: Objeto:
Fin o intento al que se dirige o encamina una acción u operación.2 El

1 
Real Academia Española, Diccionario de la lengua española, 22a. ed., disponible en
http://lema.rae.es/drae/?val=causa (consultada el 4 de agosto de 2013).
2 
Idem. http://lema.rae.es/drae/?val=objeto (consultado el 5 de agosto de 2013), en
su cuarta acepción.
93

BJV, Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM,


2016
Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

Ana Daysu Salas Domínguez

vocablo fin se reconoce como: El objeto o motivo con que se ejecuta al-
go.3 Igualmente, en el vocablo motivo se identifica como causa o razón
que mueve para algo.4 Sus significados conllevan la misma esencia,
entendida en dos momentos distintos:
En el primero, el objeto se destaca como un movimiento al cual se
dirige una acción; incluyendo el motivo que se considera la razón por la
que resulta la conducta.
En el segundo está el fin, puesto que se considera obtener un deter-
minado resultado con la misma conducta que se propone.
En otra perspectiva, la filosofía reconoce cuatro tipos de causa, a
saber:

1. Causa eficiente: primer principio productivo del efecto, o la que


hace o por quien se hace algo.
2. Causa final: fin con que o por qué se hace algo.
3. Causa formal: la que hace que algo sea formalmente lo que es.
4. Causa impulsiva: razón o movimiento que inclinan a hacer algo.5

B. Concepto jurídico de causa

La doctrina francesa define a la causa de la siguiente manera: el fin


abstracto e inmediato, rigurosamente idéntico en todos los actos jurídi-
cos, pertenecientes a la misma categoría, que fatalmente persiguen el
autor y los autores de un acto jurídico determinado.6
Según lo dispuesto por la jurisprudencia francesa, la causa se define
como:

el fin concreto de interés general o privado, que mas allá de un acto


jurídico determinado y por medio de este acto, tratan de alcanzar sus

3 
Idem. http://lema.rae.es/drae/?val=fin (consultada el 5 de agosto de 2013), en su
tercera acepción.
4 
Idem. http://lema.rae.es/drae/?val=motivo (consultada el 5 de agosto de 2013), en
su segunda acepción.
5 
Paredes Sánchez, Luis Eduardo, Presupuestos del negocio jurídico, México, Porrúa-
Universidad Panamericana, 2002, p. 42.
6 
Magallón Ibarra, Jorge Mario, Instituciones de derecho civil, México, Porrúa, 1997,
t. VI, vol. I, p. 270.
94

BJV, Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM,


2016
Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

Teoría de la causa, reconocida dentro de los elemntos de validez...

autores; este fin no se haya necesariamente ligado a la estructura


técnica de un acto jurídico y es, por el contrario, susceptible de variar
en los actos jurídicos pertenecientes a la misma categoría.7

Desde la perspectiva de la economía social se le define como la


realización económica jurídica del negocio. O como el fin económico y
social reconocido y protegido por el derecho.8
En su visión meramente social se dice que: “Es la función social que
el negocio realiza, en vista de la cual el ordenamiento jurídico concede
eficacia a la voluntad de la otra parte”.9

C. Tipos de causa relevantes para el derecho

Después de verificar el concepto gramatical, filosófico y jurídico del vo-


cablo causa, es de importancia precisar que la ciencia del derecho
tomó en consideración sólo tres tipos de ella.
En este sentido cabe precisar que de los estudios sobre la materia no
se cuenta con una uniformidad al respecto, puesto que algunos de ellos
consideran tres tipos y otros sólo consideran dos de ellos.
De los cuales son los doctores Magallón Ibarra, Rojina Villegas y Ta-
pia Ramírez, quienes señalan con base en la doctrina clásica de la cau-
sa las siguientes: causa final, causa eficiente y causa impulsiva.
Así como el doctor Luis Muñoz y el licenciado Paredes Sánchez, sólo
consideran a la causa final e impulsiva.
Apoyado en Raymundo Salvat, Magallón Ibarra señala que: “En el
panorama del sistema francés se encontraba que la causa de un con-
trato es su causa final; que es el fin perseguido por las partes al cele-
brarlo”, y que ésta debe ser diferenciada de la eficiente y de la ocasio-
nal.10 Al sostener que la eficiente es el hecho generador o la fuente de

7 
Idem.
8 
Tapia Ramírez, Javier, Introducción al estudio del derecho, México, McGraw-Hill, 2002,
p. 347. El autor señala estos significados apoyado en los estudios de Nicolás Coviello y
Roberto Ruggiero, respectivamente.
9 
Idem.
10 
Magallón Ibarra, Jorge Mario, Instituciones de…, cit., p.274.
95

BJV, Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM,


2016
Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

Ana Daysu Salas Domínguez

la obligación, refiriéndose al contrato, o sea al hecho ilícito o a la ley,


que le da vida a la obligación y en relación con la ocasional se men-
ciona como equivalente de la impulsiva, la cual se refiere a los motivos
determinantes del acto.11
Cabe hacer la precisión que la causa final y la causa ocasional o im-
pulsiva se distinguen en razón de que la primera siempre es la misma y
que la segunda no es estática, puesto que ésta varía de sujeto a sujeto.
Por su parte, Rojina Villegas refiere que es de vital relevancia distin-
guir entre estas tres, y que es la causa final a la que de forma genérica
se debe referir como causa, en razón de que la teoría francesa la con-
sidera elemento esencial y de validez en los contratos; a la impulsiva la
señala como el factor determinante de la voluntad, y sin mayor abunda-
miento menciona a la eficiente. Desconociendo a estas últimas como
elementos constitutivos del contrato.12
Al referirse a la causa final, señala que ésta es un fin abstracto, el
cual es el mismo en cada una de los diferentes tipos de contrato; dicho
de otra manera, es el resultado que buscan las partes al contratar, es
por ello que se considera a la causa como elemento intrínseco del con-
trato, por depender de la naturaleza del mismo, señala que lo abstracto
se refiere a la regulación que le da el derecho a cada categoría con in-
dependencia de la voluntad individual de las partes.13
A su vez, distingue a la causa impulsiva por ser ésta un elemento ex-
terno al contrato y la señala como un fin concreto, mismo que depende
de los motivos personales de las partes, y que éstos pueden variar de
forma infinita; destacando que al pertenecer al fuero interno el derecho
no lo puede tomar en consideración.14
Por último, en atención a la causa eficiente, sólo la señala como
fuente de la obligación, la cual no es elemento constitutivo del contra-
to, sino más bien el contrato mismo.15

11 
Idem.
12 
Rojina Villegas, Rafael, Derecho civil mexicano, 8a. ed., México, Porrúa, 2003, t. V,
vol. I, p. 306.
13 
Idem.
14 
Ibidem, pp. 307 y 308.
15 
Ibidem, p. 308.
96

BJV, Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM,


2016
Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

Teoría de la causa, reconocida dentro de los elemntos de validez...

Tapia Ramírez, por su parte, distingue a la causa final como fin in-
mediato de la obligación, esto es lo que permite que las partes se obli-
guen, en otras palabras constituye la obligación misma.16
En relación a la causa impulsiva se reiteran sus características de ser
una motivación personal y variable, así como externa a la configuración
del acto.
Señala a la causa eficiente o genética como elemento que permite
investigar el origen del acto, precisando la relevancia de la fuente de
la obligación, así como los derechos y las consecuencias del mismo.17
Por su parte, Luis Muñoz señala que: “La definición de la causa es de
índole sutil, por lo que surge la dificultad en conseguir una explicación
concreta”.18 Además sostiene que son dos características de ella las
que importan, la impulsiva y la determinante o final, en relación con la
primera nos dice que está constituida por los motivos remotos, extra-
ños al derecho, los cuales forman el desarrollo sicológico que da origen
a la voluntad, misma que determina la producción de consecuencias
jurídicas. En relación con la segunda postura, precisa que a ella la
componen los motivos cercanos, que son los que le dan vida objetiva al
negocio jurídico concreto.
Por otra parte, Paredes Sánchez sin referir al significado de estas dos
categorías sólo las menciona como relevantes para el derecho.19
Es por ello que de todo lo anterior podemos sintetizar que según lo
expuesto por los doctrinarios en comento, las tres categorías transcri-
tas son aplicables a los actos, negocios y obligaciones en general, y la
causa final es la que se considera de mayor relevancia.

3. Desarrollo jurídico de la causa

A. Causa en el derecho romano

Los jurisconsultos romanos le daban diversos significados al vocablo


causa, pero en mayor medida lo aplicaban para señalar el origen de
16 
Tapia Ramírez, Javier, Introducción al…, cit., p. 348.
17 
Idem.
18 
Muñoz, Luis, Derecho civil mexicano, México, Modelo, 1971, t. I, p. 201.
19 
Paredes Sánchez, Luis Eduardo, Presupuestos del…, cit., p. 4.
97

BJV, Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM,


2016
Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

Ana Daysu Salas Domínguez

las obligaciones civiles en los contratos y los delitos, en otro sentido


la referían a las formalidades que revestían determinados contratos
para que fuesen eficaces, como en los verbis, en relación a las palabras
que se debían pronunciar, en los literis, referentes a la escritura en el
contrato y en los re, a la entrega de la cosa objeto del contrato. Y en
posterior sentido la refiere como el motivo jurídico del consentimiento
del que se obliga.20
Magallón Ibarra refiere que los antiguos exigían una causa real y líci-
ta, no para la existencia de las obligaciones sino para la protección de
un bien o un valor.
De igual manera nos refiere que en los contratos reales se referían a
la causa, como hecho generador de la obligación o fundamento del que
resulta el nacimiento de la misma.
Por último, reconoce que en los contratos gratuitos —como la dona-
ción—, citaban al motivo que había provocado al donante para realizar
esa liberalidad.21
De estos principios surge la inquietud de formular un pensamiento
más amplio en relación con la causa, y se da nacimiento a tan con-
trovertida teoría, en la que —sin discusión— los doctos en la materia
señalan a Jean Domat como precursor de la misma.22

B. Domat

Como se ha precisado, el pensamiento que desarrolla Jean Domat


—inspirado en los principios romanos— cambia la visión orientada ha-
cia el significado jurídico de la causa en los contratos. Esta perspectiva,
a su vez, influye en el legislador francés para incluir a la causa como un
elemento formativo del acto jurídico.23

20 
Petit, Eugene, Tratado elemental de derecho romano, México, Época, 2000, p. 332.
21 
Magallón Ibarra, Jorge Mario, Instituciones de…, cit., p. 266.
22 
Ibidem, 265.
23 
Ibidem, p. 265; Borja Soriano, Manuel, Teoría general de la obligaciones, 14a. ed.,
México, Porrúa, 1995, p. 159; Rojina Villegas, Rafael, Derecho civil…, cit., p. 311.
Nota: Rojina Villegas citando a Planiol comenta que Domat trasportó a la teoría de los
contratos una idea que sólo se había aplicado hasta entonces a los hechos de la adqui-
sición y posesión de las cosas. Nunca los romanos se preguntaron si las obligaciones
98

BJV, Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM,


2016
Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

Teoría de la causa, reconocida dentro de los elemntos de validez...

De lo anterior resulta la señalada importancia de conocer dichas mo-


dificaciones, que se resumen en tres puntos:

1. Contratos bilaterales y onerosos. En este tipo de actos (si-


nalagmáticos) la causa se entiende en la reciprocidad de las
obligaciones de las partes. En el entendido que una de ellas
se obliga porque la otra lo ha hecho. La obligación es mutua y
recíproca. El ejemplo más claro es la compraventa, en la que
el vendedor se obliga a transmitir la propiedad de una cosa,
en razón de que el comprador se ha obligado a entregarle un
precio cierto por ella.24
2. Contratos reales. La configuración de la ejecución de la pres-
tación crea el ligamen jurídico de las partes. Un claro ejem-
plo lo es el depósito, en el que la obligación consiste en la
custodia y devolución de la cosa, anteriormente recibida. En
este sentido se deduce que la causa proviene de sólo una de
las partes.25
3. Contratos unilaterales gratuitos. En este tipo de actos, don-
de no existe una prestación anterior al mismo —como es el
caso de donación o testamento—, se entiende que la causa
corressponde a la intención de liberalidad o animus donandi.
Es por ello que la obligación recae en el donante, que debe
transmitir la propiedad y el dominio de la cosa al donatario.
En este orden de ideas, la obligación nace por la mera satis-
facción de conceder un beneficio a otra persona.26

C. Teoría clásica

Como ya se ha dejado precisado, las ideas de Domat fueron anteriores


a la elaboración del Código Civil de los franceses, denominado Código
Napoleón de 1804, las cuales a su vez fueron reproducidas por Pothier,

para nacer necesitaban una causa; admitían la formación de un lazo obligatorio sólo por
haberse producido en un hecho generador de obligaciones.
24 
Magallón Ibarra, op. cit., p. 265; Rojina Villegas, Rafael, op. cit., p. 310.
25 
Magallón, op. cit., p. 266; Rojina, op. cit.
26 
Idem.
99

BJV, Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM,


2016
Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

Ana Daysu Salas Domínguez

razón por la que los legisladores franceses le dieron relevancia a aqué-


llas y las incorporaron en el texto de citado ordenamiento, dentro del
título tercero, en el que se enunciaba: De los contratos o de las Obli-
gaciones convencionales en general; destacando que en su capítulo
segundo anunciaba la conjugación de los elementos esenciales para la
validez de los contratos.27

Artículo 1108. Cuatro requisitos son esenciales para la validez de las


convenciones:
1. El consentimiento de la parte que se obliga;
2. Su capacidad para contratar;
3. Un objeto cierto que forme la materia del compromiso;
4. Una causa lícita en la obligación.28

Reforzando estas ideas, en el ordenamiento señalado se dispone


una sección en la que se comenta la causa, en la siguiente forma:

Artículo 1131. La obligación sin causa, o con una causa falsa, o con
una causa ilícita, no puede surtir ningún efecto.
Artículo 1132. La convención no es menos valida aunque no esté
expresada su causa.
Artículo 1133. La causa es ilícita cuando está prohibida por la ley,
cuando es contraria a las buenas costumbres o al orden público.29

En relación a los tres preceptos que se transcriben del Código Napo-


león, se desprende que el artículo 1131 señala la inexistencia del acto
por falta de causa; el 1132 advierte que aun cuando la causa no se
exprese, el acto seguirá siendo válido y, por último, se entiende que la
ilicitud de la misma tiene como sanción la nulidad del acto.
Resulta oportuno destacar que constituye razón a la normativa que
se expone, el que se le califique como teoría de la causa.
De la transcripción de la preceptiva señalada se desprende que para
esta doctrina, el tipo de causa que se menciona en sus apartados 1108

27 
Magallón Ibarra, Jorge Mario, Instituciones de…, cit., p. 264.
28 
Idem.
29 
Idem.
100

BJV, Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM,


2016
Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

Teoría de la causa, reconocida dentro de los elemntos de validez...

y 1131, constituye lo que resulta la llamada causa final, misma que


obliga primariamente a ejecutar un acto determinado, en razón de que
es el fin inmediato el que se propone alcanzar por los contratantes.30
También nos queda claro que el legislador francés distingue a la cau-
sa como un elemento esencial para la validez del acto; reconociéndola
separadamente del objeto y del consentimiento.
Borja Soriano —apoyado en Demolombe— brinda un ejemplo con
el que se distingue al objeto con la causa; precisando que el objeto se
debe asociar con el quid debetur (lo que se debe), y a la causa con el
cur debetuar (por qué se debe).31

4. Debate sobre la teoría de la causa

A. Teoría anticausalista

Esta teoría se funda en consideración al pensamiento discrepante de


Ernst, en relación con la teoría clásica de la causa; negando que sea un
elemento constitutivo del acto, por lo que le tacha de inútil, así como
fuente de errores y confusiones. A este criterio doctrinario se adhiere
primariamente Laurent.32
Ernst inicia su crítica apuntando que al incorporar el término causa
como elemento en la constitución de los contratos, lo único que se
originó fue un doblez inútil en los requisitos tanto de existencia como
de validez, puesto que en su razonamiento, el requisito de la manera
expuesta por Domat se confunde con el consentimiento y con el objeto;
de igual forma la causa falsa la identifica con el error y a la causa ilícita
con el objeto ilícito.33
Este doctrinario nos precisa que en los contratos gratuitos, su tesis
se confunde con el consentimiento, en razón de que el animus donandi
30 
Borja Soriano, Manuel, Teoría general de…, cit., p. 159.
31 
Ibidem, p. 160. Me han obligado a pagar la suma de 10,000 francos que he recibi-
do prestados. Esa suma de dinero es el objeto, y la causa se refiere al haber aceptado
(haber recibido) ese dinero.
32 
Borja Soriano, Manuel, Teoría general de…, cit., p. 160; Rojina Villegas, Rafael,
Derecho civil…, cit., p. 312; Tapia Ramírez, Javier, Introducción al…, cit., p. 349.
33 
Rojina Villegas, op. cit., p. 313.
101

BJV, Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM,


2016
Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

Ana Daysu Salas Domínguez

no es —para él— otra cosa que el consentimiento; que está implícito


en todo contrato de este tipo, considerando que el donante —en el
momento de exteriorizar su voluntad— lo ejecuta con pleno conoci-
miento de que no recibirá contraprestación alguna. Es por ello que se
comprende que el consentimiento implícitamente lleva consigo el ani-
mus donandi.34
En la lógica de Ernst, se puede referir que en los contratos sinalag-
máticos, cuando una parte se obliga resulta que es porque ha mani-
festado su voluntad en atención a lo que la otra se ha obligado; advir-
tiéndose que en la teoría clásica esto se traduce al objeto, que es la
contraprestación que se deben los contratantes.35

B. Laurent

Como ha quedado de manifiesto, este jurista se adhiere al pensamien-


to de Ernst, y al desarrollar las mismas ideas, las inicia analizando el
significado de la causa en los diferentes tipos de contratos: bilaterales,
multilaterales, reales y gratuitos.
En lo concerniente a los sinalagmáticos y gratuitos, creemos ha que-
dado precisado, con lo expuesto en el punto anterior; estimándose
queda por hacer la mención en relación con los contratos reales. En
este punto, se considera que la causa la constituye la entrega de la
cosa; ésta no se considera en los contratos reales como elemento para
la validez de ellos; sino que resulta ser un presupuesto necesario pa-
ra la misma celebración, ya que sin esta forma, al no realizarse la en-
trega de la cosa, tampoco existirá el contrato. De ahí que se confunde
la causa, con el hecho generador del mismo contrato y no así con uno
de sus elementos.36
En Francia, las ideas de Laurent tuvieron la aceptación de otros
autores de renombre. Es por ello que Baudry Lancantinerie, Planiol y
Hermand prosiguen con la crítica de la tesis causalista; siendo Planiol
quien invoca con mayor fundamentación.37
34 
Idem.
35 
Ibidem, p. 314.
36 
Idem.
37 
Idem.
102

BJV, Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM,


2016
Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

Teoría de la causa, reconocida dentro de los elemntos de validez...

C. Marcel Planiol

Este célebre autor —con la colaboración de George Ripert— afirma


categóricamente que la teoría de la causa es falsa e inútil, destacando
que en la forma en que se ha expuesto tiene un doble defecto, en pri-
mer lugar la considera falsa, al menos en dos de sus tres postulados, y
en segundo término resulta inútil.38
Primeramente refiere que la falsedad se basa en que en los con-
tratos sinalagmáticos, la causa de la obligación se genera en forma
simultánea, o sea, en el mismo momento, es por ello que no es posible
que una de ellas sea la causa de la otra obligación, en el entendido
de que si fuera de esta manera, ninguna de éstas podría nacer, en vir-
tud de que las dos coexisten.39
La razón de esta ausencia de causa se da sólo en los contratos de
este tipo, en los que se puede invocar la nulidad; la naturaleza jurídica
de este contrato consiste en prestaciones recíprocas, cada uno se obli-
ga en consideración de la ventaja que la otra parte le va a favorecer;
es por ello que la conexidad de éstas es la que vincula ambas obliga-
ciones, traducidas a una relación de dependencia mutua por completo
distinta de la relación de causalidad.40
Por cuanto a los contratos reales es falsa, puesto que en esta teoría
se toma en consideración a la causa final; de ahí que al ser la entrega
de la cosa el hecho generador de la obligación, se refiere a la causa
eficiente, por lo que se contradice en relación con la entrega de la cosa
como causa final, cuando en verdad es causa eficiente.41
El mismo autor considera que en lo relativo a los contratos gratuitos
en los que la intención de ejecutar la liberalidad es parte del consen-
timiento, resulta falsa la teoría referida; intentado señalar aparte del
consentimiento un elemento diferente que forme parte del mismo, el
animus donandi es un elemento esencial del consentimiento. Se reco-
noce que en este tipo de contrato se requiere de dos componentes, la

38 
Magallón Ibarra, Jorge Mario, Instituciones de…, cit., p. 267.
39 
Rojina Villegas, Rafael, Derecho civil…, cit., p. 315.
40 
Borja Soriano, Manuel, Teoría general de…, cit., p. 161.
41 
Rojina Villegas, Rafael, Derecho civil…, cit., p. 316.
103

BJV, Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM,


2016
Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

Ana Daysu Salas Domínguez

manifestación de la voluntad para obligarse y la intención de obligar-


se sin recibir contraprestación; estos dos elementos son inseparables,
pues no se concibe una voluntad sin un fin.42
El autor en comento señala que en relación a la causa ilícita o inmo-
ral, que en el objeto de las obligaciones no es la prestación en sí misma
considerada. Ya que el objeto no puede diferenciarse de su fin, en razón
que toda prestación admite conscientemente en la persona la realiza-
ción de una conducta, es por ello que en el momento que en derecho
se refiere al objeto en las obligaciones, se entiende que la prestación
necesariamente va perfilada a realizar un fin, es por ello que se observa
la ilicitud en el objeto si se atiende a dicho fin, razón por lo que resulta
inútil añadir el concepto de causa.43
Para finalizar con su crítica, este doctrinario señala en relación a la
causa errónea o falsa, que esta teoría las considera distintas del error
por vicios del consentimiento, es por ello que en ese entendido no es
suficiente ni el consentimiento ni el elemento de validez de que no
exista error, para que se pueda declarar la nulidad del acto, puesto que
debe acudirse a un elemento diferente denominado —causa errónea o
causa falsa—.44
En esta teoría se ha dejado precisado que no puede existir error en
la causa final, dado que los errores se manifiestan en la práctica en la
causa impulsiva, de la que resulta el motivo determinante de la volun-
tad, el cual es considerado por el derecho como vicio del consentimien-
to, de lo que resulta que éstos tienen lugar en la causa impulsiva. Esta
doctrina acepta que basta con la teoría del consentimiento y de los
requisitos que se señala en ella para que se tenga por cierto un acto y
no se padezca del error; de esta forma se resuelvan los problemas de
validez y nulidad, en razón a que se compruebe que existe un error en
el motivo determinante de la voluntad; resumiendo que existe contra-
dicción en relación con la causa que determina como fundamento de
la doctrina.45

42 
Ibidem, pp. 316-318.
43 
Ibidem, p. 319.
44 
Ibidem, p. 321.
45 
Idem.
104

BJV, Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM,


2016
Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

Teoría de la causa, reconocida dentro de los elemntos de validez...

5. Modificación de la tesis clásica a través


de la jurisprudencia francesa

A. Jurisprudencia

Al ser examinado el desarrollo de la jurisprudencia partiendo de dos pe-


riodos comprendidos de 1804 a 1832, así como el de 1832 a 1930,
entendiendo que en el primero de ellos se adopta la tesis clásica de la
causa de Domat y Pothier para la interpretación del Código Napoleón,
en el cual se considera a la causa final como requisito para la formación
de los contratos, con lo que se resolvía sobre la inexistencia, validez o
nulidad de los mismos, la jurisprudencia rechazaba los casos en que
se demandaba la causa ilícita o falsa como motivo determinante de la
voluntad, misma que se traduce en causa impulsiva, que es donde se
encuentra el pilar que estimula a contraer la obligación; así, se enten-
día que si existía error en la causa impulsiva como motivo determinante
del acto, éste se reputaba nulo; dejando saber que no porque la causa
fuera falsa, éste no existe. De igual manera, la jurisprudencia francesa
señalaba un problema en relación con la causa, no por tratarse de la
causa final, sino de la impulsiva; precisando que si existe error cuando
por el texto del acto jurídico o por sus acontecimientos, se pruebe que
en él se patentice el erróneo supuesto que indujo la voluntad, por la
cual se celebró el mismo.46
El problema que encuentra la jurisprudencia radica en que no es po-
sible confundir la causa final con la causa impulsiva, entendiendo que
al nivelar al motivo determinante de la voluntad, en él se encuentra un
problema del consentimiento y de sus vicios, el cual según la teoría
en comento es distinto al de causa. Por ello es que la jurisprudencia
—como se manejaba— adquiere una transformación sustancial a partir
de un caso que se hizo célebre —el caso Pendaríes del año 1832—.47
En él, se abordó en relación con el propósito de liberalidades realizadas
a hijos incestuosos y adulterinos; a raíz de este caso la jurisprudencia
reconoce por primera vez que la causa impulsiva —que no toma en

46 
Ibidem, p. 327.
47 
Idem.
105

BJV, Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM,


2016
Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

Ana Daysu Salas Domínguez

consideración la teoría clásica— en su ordenamiento se refiere a la


causa ilícita, inexistente o falsa; contradiciendo a ésta en favor de una
nueva idea que identifica a la causa con el motivo.48
Es por ello que se considera a la causa impulsiva en cuanto en ella
incide el arrastre determinante de la voluntad, reputándose como un
elemento distinto del objeto y del consentimiento, dentro del cual se
encuentra trascendencia jurídica que se debe tomar en consideración,
en razón a que constituye no sólo un simple motivo, sino más bien se
considera como el factor concluyente que influye en la manifestación de
la voluntad, entendiéndolo como el que se reflexiona para externarla.49
Concluye que cuando el móvil se palpe como único y determinante
de la voluntad en el acto jurídico, éste debe de revestir la caracterís-
tica de lícitud, en razón a no ser extraño al derecho, ya que deja de
pertenecer al fuero interno de la parte o partes que conforman el acto
jurídico y en el que se exterioriza esta voluntad, es por lo que éste tiene
atribución en la validez de los actos jurídicos.50

B. Julien Bonnecase

A Julien Bonnecase se le reconoce el haber realizado un examen a la


teoría de la causa de forma más cruenta e intensa, inicia por distin-
guir tres tipos de causa que se observan en esta doctrina, el maestro
advierte que dicho estudio se basa en la oposición, bajo el nombre de
causa final, de la causa del acto jurídico, en el sentido estricto y técni-
co del término, del motivo denominado causa impulsiva, y de la causa
eficiente.51
Califica de negativa a la corriente anticausalista, sin llegar a recono-
cer a ninguna de las dos teorías mencionadas, fija la atención acerca
de que el término causa ha sido referido en el ordenamiento francés en
razón de que los legisladores le atribuyeron una función relevante que
desempeñar; él, con sus ideas, da inicio a la doctrina resultante de la

48 
Idem; Magallón Ibarra, Jorge Mario, Instituciones de…, cit., p. 270.
49 
Rojina Villegas, Rafael, Derecho civil…, cit., p. 329.
50 
Ibidem, p. 330.
51 
Magallón Ibarra, Jorge Mario, Instituciones de…, cit., p. 267.
106

BJV, Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM,


2016
Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

Teoría de la causa, reconocida dentro de los elemntos de validez...

jurisprudencia, la cual llega a comparar la idea que se tiene del término


causa con la del motivo determinante de la voluntad, el cual se encuen-
tra inserto en la causa impulsiva.52
Precisa que estos móviles no pueden ser separados de la voluntad,
es por ello que su pensamiento se une a la teoría del error sobre el
motivo determinante del acto en razón a la denominada causa falsa.53
En este sentido es por lo que la jurisprudencia empieza a anular ac-
tos en los que las prestaciones de las partes se reputan lícitas, pero al
mismo tiempo en ellas se puede observar que el motivo determinante
que los llevó a concertar dicho acto tiene un móvil ilícito o inmoral.54

C. Louis Josserand

Realiza un nuevo estudio en relación a la causa y su pensamiento lo


centra en los móviles abstractos y concretos, surgiendo un sistema de
mayor amplitud enfocado en un aspecto con visos sicológicos, el cual
reviste de valor, ya no en forma exclusiva a esos móviles abstractos y
permanentes que se encuentran en cada acto jurídico, sino que tam-
bién le brinda interés a esas motivaciones particulares específicas y a la
vez variables en cada uno de los celebrantes de los diferentes actos ju-
rídicos, que llegan a convertirse en factor determinante; constituyendo
la intención de llegar a ejecutar cierto acto, al que denomina móvil-fin
al que el derecho le asigna un valor jurídico, con la moralidad.55
Este doctrinario expresa su ideología en tres categorías de móviles,
a saber:
1. Móvil intrínseco, orgánico o intencional. Se refiere al que es
causa directa e inmediata de la obligación y la hace parte inte-
grante del acto y al cual es contemporáneo, es al que ordina-
riamente se le denomina causa; en otras palabras, se refiere
al objeto entendido como interés.

52 
Borja Soriano, Manuel, Teoría general de…, cit., p. 165.
53 
Idem.
54 
Idem.
55 
Ibidem, p. 164.
107

BJV, Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM,


2016
Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

Ana Daysu Salas Domínguez

2. Móvil determinante. Se refiere a los antecedentes del acto


jurídico, o sea al pasado, entendido como simple móvil que
origina el acto.
3. Móvil-fin o teleológico. Se refiere a lo que está por llegar, en el
cual se deja ver el fin de la operación, la cual la condiciona.56

6. La causa en el derecho mexicano

Legislación

La fuente primaria de nuestra legislación civil ha sido innegablemen-


te la legislación francesa, pero en lo referente a la controvertida teoría
clásica de la causa, nuestros códigos de 1870 y 1884 no tomaron en
consideración ese elemento como parte integrante del acto jurídico; por
lo que podemos percibir que los redactores de los ordenamientos cita-
dos; siguiendo la doctrina anticausalista, entendían que la —causa—
se encontraba implícita en el consentimiento y en el objeto. Además
de que juzgaban que dicho concepto propiciaba confusiones y proble-
mas que necesariamente tenían que resolverse jurisprudencialmente.57
El maestro Borja Soriano nos advierte que en relación con el objeto
ilícito, en el debe comprenderse al motivo ilícito, puesto que la pala-
bra objeto debe entenderse en sentido lato, por lo que no sólo debe
de advertirse el hecho constitutivo de la prestación, sino también a los
motivos que la componen.58
El referido maestro nos comenta en relación con la causa falsa que
tampoco ha sido incluida en el Código de 1884, considerada un vicio
del elemento denominado causa, separado del consentimiento, puesto
que el Código acepta que la causa falsa se asimila a un vicio del con-
sentimiento, en razón a que se comprende a la causa; dicho de otro
modo, al motivo dentro del consentimiento.59
56 
Paredes Sánchez, Luis Eduardo, Presupuestos del…, cit., p. 44.
57 
Borja Soriano, Manuel, Teoría general de…, cit., p. 169; Magallón Ibarra, Jorge Ma-
rio, Instituciones de…, cit., p. 275; Rojina Villegas, Rafael, Derecho civil…, cit., p. 12.
58 
Borja Soriano Manuel, Teoría general de…, cit., p. 169.
59 
Ibidem, p. 170.
108

BJV, Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM,


2016
Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

Teoría de la causa, reconocida dentro de los elemntos de validez...

Nuestro Código de 1928, adopta la doctrina de la jurisprudencia


francesa, la cual reconoce las ideas de Bonnecase y Duguit, resolvien-
do abandonar por ser confuso e impropio el término causa, por lo que
considera mejor utilizar el término fin o motivo determinante de la vo-
luntad como elemento del contrato; en este cuerpo legal se acepta que
si bien en ocasiones en ciertos contratos el objeto es lícito pero de él
también se desprende que la finalidad tiene un carácter inmoral o delic-
tivo, es por ello que para evitar esta problemática (que necesariamente
tuvo que resolver la jurisprudencia francesa) para poder declarar nulos
este tipo de actos jurídicos, consideraron adicionar además del objeto,
fin o motivo determinante de la voluntad, la característica que deben
revestir es el de la lícitud.60
Este cambio ha quedado plasmado en diversos numerales de nues-
tra legislación civil, el primero al que debemos hacer referencia es el
que nos señala en forma negativa qué elementos toma en cuenta nues-
tro ordenamiento para reconocer la validez de los actos jurídicos, el
cual refuerza con la característica de licitud que debe revestir para que
se le considere eficaz.

Artículo 1795. El contrato puede ser invalidado:


I. Por incapacidad legal de las partes;
II. Por vicios del consentimiento;
III. Porque su objeto, motivo o fin sea ilícito;
IV. Porque el consentimiento no se haya presentado en la forma en
que la ley establece.
Artículo 1830. Es ilícito el hecho que es contrario a las leyes de
orden público o a las buenas costumbres.
Artículo 1831. El fin motivo determinante de la voluntad de los que
contratan, tampoco debe ser contrario a las leyes de orden público ni
a las buenas costumbres.

Siguiendo la misma perspectiva pero en razón a la sanción correspon-


diente, debemos atender al numeral 2225 que dispone lo siguiente: “Ar-

60 
Rojina Villegas, Rafael, Derecho civil…, cit., pp. 335 y 336.
109

BJV, Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM,


2016
Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

Ana Daysu Salas Domínguez

tículo 2225. La ilicitud en el objeto, en el fin o en la condición del acto


produce su nulidad, ya absoluta, ya relativa, según lo disponga la ley”.
Consideramos oportuno señalar que no existe uniformidad en la opi-
nión de los estudiosos de la materia, a modo de que se acepte o no a
la teoría de la causa como integrante de nuestra legislación, es por ello
que se presentan dos claros ejemplos:
El primero de ellos nos los brinda el doctor Ernesto Gutiérrez y Gon-
zález, quien nos afirma lo siguiente en relación al tema: “El sistema
mexicano vigente no adopta la tesis causalista, y sólo habla del motivo
o fin determinante de la voluntad, en los términos que ya se dejan ano-
tados, eliminando así todo el problema, por lo que el problema de la
causa sale sobrando en México”.61
En otra perspectiva, el doctor Joel Chirino Castillo en relación a la
causa nos refiere: “El Código Civil incorpora la teoría de la causa a la vi-
gencia del contrato al precisar que el objeto, motivo o fin determinante
de la voluntad debe ser lícito”.62

7. Conclusiones

Como ha quedado de manifiesto en el texto de nuestra labor, la doctrina


referida ha propiciado numerosos estudios para resolver si la introduc-
ción de este elemento es necesario para la constitución del acto jurídi-
co o no debe tomarse en cuenta; entendiendo que para nuestra legisla-
ción debemos observar tanto elementos de existencia como elementos
de validez; recordando que la legislación francesa, la cual introduce el
término causa en su legislación la reconoce como elemento constituti-
vo del acto, pero no hace un distingo entre la validez y la existencia; por
lo que consideramos que es por esto que la doctrina en comento ha su-
frido tantos embates. Es por ello que nuestro legislador acertadamente
no la incluyó como elemento del acto jurídico —al menos no de forma
gramatical, puesto que el vocablo conlleva varias acepciones que pro-

61 
Gutiérrez y González, Ernesto, Derecho de las obligaciones, 19a. ed., México, Porrúa,
2012, p. 288.
62 
Chirino Castillo, Joel, Contratos, 2a. ed., México, Porrúa, 2011, p. 12.
110

BJV, Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM,


2016
Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

Teoría de la causa, reconocida dentro de los elemntos de validez...

pician a la confusión—. También ha quedado precisado que si bien en


nuestra tradición jurídica no la invocamos, tampoco por ello debemos
entender que no se encuentra como elemento de validez en los actos
jurídicos, puesto que al ser requisito indispensable para que los actos
tengan eficacia en el mundo del derecho, en nuestro ordenamiento civil
en su numeral 1795, fracción III, dispone: el contrato puede ser inva-
lido porque su objeto, motivo o fin sea ilícito, recordemos que nuestra
regulación incorpora a la causa entendida como fin o motivo, si bien
hemos constatado que en la significación de los términos aludidos se
encierra la misma idea, con ello se puede advertir que la causa es tam-
bién elemento de existencia, cuando en su objeto recae el motivo de-
terminante de la voluntad, que genera el acto; recordando que el acto
jurídico es la manifestación externa de la voluntad destinada a crear,
transmitir, modificar o extinguir derechos y obligaciones.
En esta perspectiva se puede concluir que a la causa se debe en-
tender como él para qué y el porqué, en los actos jurídicos. Ya que en
nuestra consideración, la causa, entendida como lo refiere la doctrina
causalista moderna, se encuentra unida inseparablemente al objeto,
motivo o fin, del acto se que se pretende llevar a cabo.

8. Bibliografía

Borja Soriano, Manuel, Teoría general de la obligaciones, 14a. ed.,


México, Porrúa, 1995.
Chirino Castillo, Joel, Contratos, 2a. ed., México, Porrúa, 2011.
Gutiérrez y González, Ernesto, Derecho de las obligaciones, 19a. ed.,
México, Porrúa, 2012.
Magallón Ibarra, Jorge Mario, Instituciones de derecho civil, México,
Porrúa, 1997, t. VI.
Muñoz, Luis, Derecho civil mexicano, México, Modelo, 1971, t. I.
Paredes Sánchez, Luis Eduardo, Presupuestos del negocio jurídico, Mé-
xico, Porrúa-Universidad Panamericana, 2002.
Petit, Eugene, Tratado elemental de derecho romano, México, Época,
2000.

111

BJV, Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM,


2016
Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

Ana Daysu Salas Domínguez

Rojina Villegas, Rafael, Derecho civil mexicano, 8a. ed., México, Po-
rrúa, 2003, t. V, vol. I.
Tapia Ramírez, Javier, Introducción al estudio del derecho, México, Mc-
Graw-Hill, 2002.

Revista de Derecho Privado, Cuarta Época,


año V, núm. 9, enero-junio 2016

112

BJV, Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM,


2016
Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx
http://biblio.juridicas.unam.mx

80 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MBXICO. Homenaje a la UNAM por su Centenario

largo de la playa; falta de objeto porque se quedó destruido antes de la cele-


bración del acto, o por falta de solemnidad.
1.4.3. NULIDAD ABSOLUTA

El Código Civil de 1928 y, en consecuencia, el Código Civil para el Dis-


trito Federal, en materia de nulidades, se identifica con la Teoría de Bonne-
case, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 2226.
Se origina por la ilicitud en el objeto, motivo o fin del acto, es decir, que
la ley sanciona todos los actos que en algunos de sus caracteres lesionan el
orden público o las buenas costumbres, por contrariar alguna norma impe-
rativa o prohibitiva.
Para que se produzca esta nulidad es necesario que reúna tres caracterís-
ticas que son: no admite convalidación, ni prescripción y la puede hacer va-
ler cualquier interesado en que se declare la nulidad.
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 226 del CC, esta nulidad
produce sus efectos y éstos serán destruidos una vez que la autoridad declare
la nulidad. La excepción a esta regla tiene lugar cuando la ley priva expresa-
mente de efectos al negocio, sin que para ello se requiera de resolución judi-
cial. La SCJN ha sentado jurisprudencia afirmando que, en el derecho mexi-
cano, toda nulidad debe ser declarada judicialmente.
En el capítulo del Código Civil correspondiente a matrimonios nulos,
encontramos varios preceptos que permiten el ejercicio de la acción de nuli-
dad a todo interesado; entre otros, el artículo 242 faculta el ejercicio de la
acción de nulidad a quienes hubieren contraído el matrimonio nulo, a sus
ascendientes, al MP cuando la nulidad hubiere sido por haberse contraído
dicho matrimonio, no obstante el impedimento, que implica que entre los
contrayentes hubiere parentesco de afinidad en línea recta.
El artículo 248 señala que la acción correspondiente contra nulidad de un
matrimonio por la subsistencia de otro anterior, puede deducirse por el cón-
yuge del primer matrimonio, por sus hijos o herederos y por lo cónyuges de
dicho matrimonio nulo y si ninguno de ello lo hiciere, el Ministerio Público
lo hará.
Nuestro Código civil contempla dos casos de nulidad absoluta que son:
el parentesco consanguíneo o el afín no dispensable entre los contrayentes y el
matrimonio subsistente al contraerse el que es nulo, previstos en los artícu-
los 241,242 y 248, del CC.

1.4.4. NULIDAD
RELATIVA

También, en materia de nulidad relativa, el Código Civil de 1928, y lue-


go el Código Civil para el Distrito Federal, sigue en su artículo 2227, el mis-
DR © Universidad Nacional Autónoma de México,
Instituto de Investigaciones Jurídicas
Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx
http://biblio.juridicas.unam.mx

TEORfA DE LAS NULIDADES E INEFICACIAS DEL ACTO JURfDICO Miramón Parra 81

mo sistema de exclusión que siguiera Bonnecase, estableciendo que para este


tipo de nulidad relativa será aquella que no reúna todos los caracteres enu-
merados en el artículo 2226, disponiendo que la misma, no impide que el
acto produzca provisionalmente sus efectos.
Se origina por ilicitud en el objeto, motivo o fin del acto, falta de for-
ma, vicios de la voluntad, y la incapacidad de cualquiera de los autores del
acto.
Esta nulidad solo la puede hacer valer el perjudicado; la ley permite la
confirmación del acto (falta de forma 2231 CC), si el acto es nulo por vicios
de la voluntad o por incapacidad, puede ser confirmado cuando desaparezca
la causa de nulidad (2233); admite prescripción, es decir, que con el trans-
curso del tiempo puede cesar la causa de nulidad ejemplo (239 CC).
La Jurisprudencia de la SCJN ha determinado que las diferencias entre
inexistencia y la nulidad son meramente teóricas.

2. CONCLUSIONES

PRIMERA.NECESIDAD TÉCNICO- JURÍDICA DE HACER DISTINCI~N


ENTRE INEXISTENCIAS Y NULIDADES. En cuanto a la necesidad de la dis-
tinción entre conductas inexistentes como actos y los actos nulos, el autor
Rojina Villegas? considera que ésta es necesaria, pues se traduce en diversas
consecuencias, de significado teórico y también práctico.

SEGUNDA. A partir del Código Civil de 1928, el sistema jurídico mexica-


no, en materia de nulidades, siguió la Tesis de Bonnecase, hizo una distin-
ción entre inexistencia y nulidad absoluta, sin subsumir a la primera en la
segunda, dándole con ello, un carácter independiente a aquélla; en conse-
cuencia, se sigue en México, la tesis de inexistencias y nulidades.

TERCERA. Existe una deficiencia metodológica en la regulación del con-


venio de matrimonio, pues sólo regula los matrimonios nulos e ilícitos, sin
hacer distingo formal a la inexistencia; sin embargo, lo hace de manera ma-
terial, en el artículo 249, del Código adjetivo del Distrito Federal, en el que
se dispone que la nulidad que se funde en formalidades esenciales para la
validez del matrimonio, puede alegarse por el cónyuge afectado y por cual-
quiera que tenga interés en demostrar que no hay matrimonio.

RO~INA Rafael, Derecho Civil Mexicano, Tomo Segundo, Derecho de Familia,


VILLEGAS,
op. cit., pp. 234 y 235.
DR © Universidad Nacional Autónoma de México,
Instituto de Investigaciones Jurídicas
Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx
http://biblio.juridicas.unam.mx

82 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MBXICO. Homenaje a la UNAM por su Centenario

BONNECASE, Julien, Elementos de Derecho Civil, trad. de José M. Cajica Jr., Tomo 11.
Derecho de las Obligaciones de los Contratos y del Crédito. Cárdenas Editor
Distribuidor. México. D.F. 2002.
GUTIÉRREZ Y GONZÁLEZ, Ernesto, Derecho de las Obligaciones, décima séptima edi-
ción adicionada y puesta al día por Raque1 S. Contreras López, Porrúa, 2008.
ROJINA VILLEGAS, Rafael, Derecho Civil Mexicano, Tomo Segundo, Derecho de Fami-
lia, 9a ed., Concordancia con la legislación vigente por Adriana Rojina García,
Porrúa, 1998.

DR © Universidad Nacional Autónoma de México,


Instituto de Investigaciones Jurídicas
CAPITULO I: MODALIDADES DEL ACTO JURÍDICO

1.1 Definición

El acto jurídico, entendido como manifestación de voluntad destinada a crear, regular,


modificar o extinguir relaciones jurídicas, está compuesto de distintos elementos, a
saber:

a. esenciales, determinantes de su validez1


1. Plena capacidad de ejercicio, salvo las restricciones
contempladas en la ley
2. Objeto física y jurídicamente posible
3. Fin lícito
4. Observancia de la forma prescrita bajo sanción de nulidad
(artículo 140º, c.c.);
b. naturales (naturalia negotii), establecidos por la ley, pero que pueden ser
tomados o no en cuenta por las partes2; es decir son potestativos; y,
c. accidentales (accidentalia negotii), llamados también elementos modales o
modalidades (tratados así en el Título V de nuestro Código Civil), a cuyo
estudio nos dedicaremos a continuación.

De acuerdo con Vidal Ramírez, los elementos accidentales son aquellos que no se
encuentran vinculados a la esencia ni naturaleza propias del acto jurídico, sino que
son incluidos a este último por acuerdo de las partes3; ello dentro del ejercicio normal
de su libertad, esto es sin que se trasgreda la observancia de normas de carácter
imperativo, incluyendo aquellas relativas al orden público.

En cuanto a los fines para los cuales se da su inclusión al acto jurídico, Torres
Vásquez, precisa que, a través de la configuración de estos elementos o modalidades,
se busca modificar los efectos normales del acto jurídico4; ya sea para someterlos a

1
TORRES, Aníbal, Introducción al Derecho. Teoría General del Derecho, Instituto Pacífico, Lima, 2015, pp. 460
2
EGACAL, ABC del Derecho Civil, Editorial San Marcos, Lima, 2003, pp. 135
3
VIDAL, Fernando, El Acto Jurídico, Instituto Pacífico, Lima, 2016, pp. 463
4
TORRES, Aníbal, Acto Jurídico, Instituto Pacífico, Vol.1, Lima, 2015, p. 604
condición, posponerlos por un periodo determinado o establecer una obligación de
dar, hacer o no hacer accesoria a un acto jurídico de liberalidad.

Romero Montes, en esa misma línea, indica que la definición de estas modalidades es
dada por las partes debido a que estas las consideran relevantes para la satisfacción de
sus necesidades5. Nótese, por ejemplo, el caso de una persona A que vende un
inmueble a B en US$ 100,000.00, recibiendo de este (de B) únicamente US$
50,000.00. En protección de sus intereses, A puede pactar con B la resolución de la
venta si la diferencia (US$ 50,000.00) no le es abonada en un plazo determinado.

Como bien señala Espinoza Espinoza, aun cuando la configuración de estos


elementos en el acto jurídico es potestativa; una vez que esta se da, las modalidades
deben ser respetadas por las partes para asegurar la eficacia del acto 6. En ese sentido,
el carácter potestativo de los elementos accidentales se torna en obligatorio; por lo
que estos deberán ser tratados como si de elementos esenciales se tratase.

Frente a este cambio en el carácter de las modalidades, muchos estudiosos en la


materia, Lohmann entre ellos, consideran que el uso del término “accidentales” para
referirse a estos elementos es inadecuado; toda vez que “una vez integrados al
negocio dejan de ser tales y forman parte de la voluntad”7, de la “esfera de la
voluntad normativa de los interesados” y no pueden ser dejadas de lado porque junto
a esta forman una unidad.

Las modalidades más recurrentes o tradicionales son la condición, el cargo y el plazo.


Aunque no representan a todas, porque se debe considerar también a la cláusula
penal, la cláusula de exclusividad, las arras, estas son las que más estudios han
inspirado en el campo civil, siendo abordadas no solamente a nivel doctrinal, sino
también que han sido recogidas expresamente por la legislación. Algunas de ellas
son:

5
ROMERO, Francisco, Acto Jurídico, Grijley, 2013, p. 327
6
ESPINOZA, Juan, Acto Jurídico Negocial. Análisis doctrinario, legislativo y jurisprudencial, Instituto Pacífico,
Lima, 2008,
7
LOHMANN, Guillermo., El negocio jurídico. (Estudio a propósito del Proyecto del Libro I del Código Civil
Peruano), Editorial Asesores Financieros, Lima, 1986, p. 217
La condición suspensiva ilícita y la física o jurídicamente imposible
invalidan el acto. La condición resolutoria ilícita y la física o
jurídicamente imposible se consideran puestas. (Artículo 171, c.c.)

El plazo suspensivo se presume establecido en beneficio del deudor,


a no ser que del tenor del instrumento ode otras circunstancias,
resultase haberse puesto en favor del acreedor o de ambos.
(Artículo 179, c.c.)

Más adelante, estaremos profundizando en cada una de las modalidades tradicionales;


por el momento, solo corresponde hacer una precisión: si bien la configuración de
una modalidad en el acto jurídico se da en el ámbito de la autonomía de la voluntad,
existen casos en los que esta no puede determinar elementos accidentales. Ello ocurre
con el matrimonio, el reconocimiento de un hijo (actos puros por excelencia).

1.2 Clasificación

Las modalidades, de acuerdo a la fuente de su determinación, pueden ser de dos tipos:


legales o voluntarias.

1.2.1 Modalidades legales


Al ser determinadas por la ley, no se trata de elementos accidentales, “sino que
tienen que concurrir necesariamente para que el acto sea eficaz.8 A manera de
ejemplo, veamos cómo es que estas modalidades son definidas legalmente en el
Código Civil:

El plazo del contrato de opción debes ser determinado o


determinable si no se estableciera el plazo, este será de un
año. (Artículo 1423º)

El subrayado es nuestro.

8
TORRES, Aníbal, ob.cit., p. 605.
En la compra de bienes muebles no entregados al comprador,
si este no paga el precio en todo o en parte, ni otorga la
garantía a que hubiere obligado, el vendedor puede disponer
del bien. En tal caso, el contrato queda resuelto de pleno
derecho. (Artículo 1564º)

El subrayado es nuestro.

En estos artículos, se hace evidente la intervención de la ley para determinar


modalidades en casos particulares, sobre todo cuando las partes hayan omitido
pronunciamiento alguno al respecto. Es así que la norma fija, en los casos
anteriores, plazo y condición legales

1.2.2 Modalidades voluntarias

“Son elementos accesorios o accidentales, no se precisa de su concurrencia para


que el acto produzca sus efectos, salvo que las partes lo hayan dispuesto así
para un acto en concreto”9Cuando una de estas modalidades es incluida al acto
jurídico, este pasa a llamarse acto jurídico modal.

En lo relativo a este tipo de modalidades, podemos afirmar que son en esencia


determinadas por las partes, de acuerdo a su mejor interés. A ellas, aplicaría o
se harían extensivas las precisiones hechas en la sección de definición, 1.1. Sin
perjuicio de ello, para ilustrar cómo es que el prescindir o incluir este tipo de
modalidades es una tarea de las partes del acto, presentamos el siguiente
ejemplo:

La señora A, viuda, sin familiares directos o cercanos, decide entregar en


donación un inmueble de su propiedad, valorizado en US$ 900,000.00, a su
jardinero, el señor B. Dadas las circunstancias, la donación podría efectuarse sin
inconveniente alguno. Sin embargo, a fin de brindarse tranquilidad en cuanto al

9
Ibídem, p. 605.
cuidado de su mascota, impone como cargo que este (el señor B) se ocupe de
alimentar al animal durante los tres años siguientes.

Indudablemente, aunque existen restricciones para el ejercicio de la autonomía


de la voluntad -manifiestas en los actos que no admiten modalidades o en
aquellos que si las admiten lo hacen solo con respecto a modalidades legales- el
ámbito para el ejercicio de la libre determinación es amplio y es en ese marco
que se pueden implementar una serie de condiciones, plazos y cargos, como el
descrito en el párrafo anterior.

CAPITULO II: CONDICIÓN

2.1. Definición:

El término “condición”, derivado del vocablo latino “conditio”, puede denotar diferentes
significados; incluso reduciendo la variedad de significados al campo jurídico. Es tal la
polisemia de este que mediante él se puede hacer alusión a la situación jurídica de una
persona, a los requisitos de un acto jurídico, a las circunstancias de hecho que deben
realizarse para la aplicación de una ley, a las clausulas generales de contratación, a la
condición como modalidad del acto jurídico y a otros conceptos.

Sin embargo, de toda esta variedad de significados, solo trataremos la que aquí nos interesa,
la de condición como modalidad del acto jurídico. Es decir, la que se refiere a un hecho
futuro e incierto (natural o humano), establecido arbitrariamente por la voluntad del
agente, de cuya verificación se hace depender el surgimiento o la cesación de la eficacia de
un acto jurídico, o de una o algunas cláusulas. El hecho, en sí, es un elemento extraño a la
naturaleza del acto jurídico y, por ello, la condición es un elemento accidental; pero es
también, a la vez, una limitación a la eficacia del acto que voluntariamente se imponen los
que la acuerdan. Sin embargo, para distinguirse de la condición requerida por ley, esto es de
la conditio iure; se le denomina conditio facti, no obstante su origen voluntario.

La conditio facti, es la condición modalidad propiamente dicha. Por otro lado, la conditio
iuris tiene su origen en la ley o en la naturaleza del acto, por lo que no es una condición-
modalidad. Messineo10 considera que no es una verdadera y propia condición y, por
consiguiente, tampoco es un elemento accidental, sino que, más bien, constituye un
presupuesto lógico, de naturaleza lega, o bien un requisito al cual está subordinado la
eficacia y, alguna vez, la validez del negocio.

Por lo que queda expuesto, la conditio iuris y la conditio facti no son especies de un mismo
género y así lo considera la doctrina, puesto que la una es el resultado de un requisito de
eficacia establecido por la ley y, la otra, por la voluntad de las partes.

Finalmente, la condición debe ser diferenciada del acto jurídico a cuyos efectos se somete
aquella. Esto debido a que la fijación de una condición genera una relación obligatoria
accesoria al acto en la cual hay un deudor y un acreedor.

2.2. Características:

La doctrina coincide en que las características de la condición son la incertidumbre,


futuridad y que sea pactada o arbitraria; aunque con algunos matices. Albadalejo 11, por
ejemplo, considera que sobra mencionar el hecho de que la condición sea futura y que basta
señalar que sea incierta; puesto que si el acontecimiento es pasado o presente, podrá ser
desconocido, pero no incierto y que la incertidumbre implica futuridad.

2.2.1. Incertidumbre:

Esta característica sustenta el concepto mismo de la condición. Se ha de entender por


incierto aquel hecho futuro acerca del cual el ser humano no pueda determinar si puede o
no realizarse; por ejemplo, un desastre natural, un accidente, etc. De manera que si el hecho
ocurrirá pese a cualquier circunstancia, se estaría en presencia de un plazo y no de una
condición.

10
MESSINEO, Manual de Derecho Civil y Comercial, T. II. p. 467.
11
ALBADALEJO, Derecho Civil I, Vol. 2, pp. 296 y 297.
Existe un debate doctrinario respecto a si la condición requiere una incertidumbre objetiva
o subjetiva. Los que enarbolan el concepto de incertidumbre objetiva, sostienen que esta no
depende del conocimiento o desconocimiento del agente, sino de la misma naturaleza del
evento puesto como condición; la realización del evento es impredecible. Por otro lado, los
que representan a la acepción subjetiva de la condición, sostienen que el cumplimiento de
esta (la condición) es insegura solamente para los otorgantes del acto; se admite que el
hecho pasado, cuya existencia ignoren las partes, pueda ser condición.

Sin embargo, la doctrina y la legislación predominante adoptan la acepción objetiva de


incertidumbre. Son pocas los ordenamientos que adoptan la incertidumbre subjetiva, por ej.
, el art. 1169 del código francés, el art. 1407 del Código Uruguayo, el art. 1.113 del Código
español, entre algunos otros.

Como ya se ha visto, en la doctrina se sostiene que el acontecimiento debe ser futuro. Por
tanto, no sería equiparable a una condición, el llamado “presupuesto voluntario de
eficacia”, o sea un evento presente o ya acaecido, pero desconocido por las partes o por una
de ellas, y al que los mismos contratantes subordinan la eficacia o la eliminación de los
efectos del negocio, agregándose que el acto ha de ser considerado eficaz o ineficaz desde
su origen, aun si una de las partes no está (o ambas no están) al tanto 12. Frente a ello se
sostiene que “sin embargo, la condición pasada o presente puede constituir una verdadera y
propia condición cuando excepcionalmente subsiste incertidumbre objetiva sobre el hecho
o sobre la situación indicada por las partes y la correspondiente verificación requiere un
tiempo apreciable. Encuentran, entonces, máxima aplicación las normas sobre la condición
futura13.

2.2.2. Futuridad:

Por regla, el hecho puesto como condición para que sea incierto debe ser futuro. Esta
característica está estrechamente vinculada con la incertidumbre.

12
BIGLIAZZI GERI, BRECCIA, BUSNELLI Y NATOLI, Derecho Civil, Tomo I, Vol. 2, Hechos y actos jurídicos,
traducido por Fernando Hinostroza, Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 1995, p. 948.
13
BIANCA, Massimo, “Diritto Civile”, Milan, 2015, p. 516.
2.2.3. Arbitraria:

La condición como modalidad del acto jurídico tiene su origen en la autonomía de la


voluntad y, por ello, el hecho en que la condición consiste debe ser pactado arbitrariamente
por las partes, sin mayores limitaciones que a las que está sometida la autonomía de la
voluntad14.

La autonomía de la voluntad, que implica la libertad de pactar, está enmarcada por el orden
público que no permite la inserción de condiciones en los actos puros, prohibiendo su
supeditación a una condición y, por ello, su estipulación, por ser contraria al orden público,
la hace nula por imperativo del artículo V del Título Preliminar del Código Civil o le
atribuye las consecuencias previstas en los artículos 171 y172 del mismo cuando se
configuran las denominadas condiciones impropias y la condición potestativa a cargo del
deudor15.

2.3. Función:

Como ya se ha señalado la condición es un hecho, acontecimiento o suceso que se


caracteriza por ser incierto y futuro. La condición es denominada como un elemento
accidental o accesorio que se imponen las partes de manera voluntaria.

Es una manera manifestar la autonomía de la voluntad, por su parte Vidal señala “La
condición-modalidad viene a ser, pues, un hecho futuro e incierto que arbitrariamente, y por
la sola voluntad de los declarantes, se incorpora al acto jurídico, el que le queda supeditado
en cuanto a la producción de sus efectos”16.

Gracias a la autonomía de la voluntad de las partes, ellos pueden determinar las condiciones
que se aplicaran para determinado acto jurídico. Es aquí, en donde un elemento accidental y

14
VIDAL, Fernando, ob.cit., p. 396.
15
Ibídem.
16
VIDAL, Fernando, ob.cit, pp. 466 – 467.
accesorio como la condición, se vuelve un elemento esencial en relación a la eficacia del
acto jurídico. Por otro lado, nada tiene que ver con lo referente a la validez del acto.

Por ello, Torres señala que “la condición no es un añadido como un requisito para la
conclusión del acto jurídico, sino que es un añadido a su contenido para limitar sus
efectos”17, es decir la principal función de la modalidad de la condición es limitar los
efectos del acto jurídico, pero no por ello es considerado un requisito de validez.

Es decir la condición no determina la existencia o no del acto jurídico, sino que


simplemente se centra en lo relativo a su eficacia.

Por otro lado, no a todos los actos jurídicos se les puede incluir una condición, debido a que
existen otros, que por ley, se encuentra prohibido el uso de una realización condicional,
actos como la adopción, el matrimonio, el reconocimiento de hijo, etc.

Los ejemplos anteriormente mencionados hacen referencia a los llamados actos puros, los
cuales no aceptan la injerencia de ninguna condición, Se diferencian de los llamados actos
modales, que si aceptan la inclusión de la modalidad de la condición.

2.4. Clasificación

2.4.1. Por su origen: Legales y Voluntarias

La condición legal o de derecho (conditio iuris), se caracteriza por estar predeterminada por
el ordenamiento jurídico. Además es independiente de la voluntad de las partes y
establecido como un elemento necesario para la eficacia del acto jurídico.

Por otro lado, la condición voluntaria o de hecho (conditio facti), es una manifestación de la
autonomía privada de los particulares que lo establecen de manera arbitraria. Son los
agentes o partes los que condicionan los efectos del acto al cumplimiento o realización de
un evento futuro e incierto.

Si bien la clasificación de las condiciones son opuestas si nos centramos en un determinado


criterio, pueden concurrir cuando hacen referencia a diferentes criterios, es decir una
condición puede ser al mismo tiempo suspensiva, expresa y propia.

17
TORRES, Aníbal, ob.cit, p. 613.
En cuanto a sus características, Torres señala “la condición legal puede consistir en un
evento cierto o incierto, y la voluntaria consiste en un evento necesariamente incierto. La
legal es expresa y la voluntaria puede ser expresa o tácita”18

Se considera que la condición legal no es una modalidad, porque es elemento esencial del
acto jurídico. Por ejemplo, te arriendo mi casa con la condición que me pagues el precio
que pactemos, el pago del precio viene a ser una condición esencial y necesaria para la
realización del acto y para que pueda producir efectos. Si se llega a suprimir el pago del
precio, ese acto se convertiría inmediatamente en nulo.

Finalmente, si tenemos un perspectiva general se puede decir que son condición tanto la
legal como la voluntaria, pero bajo una perspectiva estricta, son exclusivamente
voluntarias, porque estas últimas provienen de la declaración de voluntad.

2.4.2. Por sus efectos: Suspensivas y Resolutorias

Esta es una de las más importantes clasificaciones que se hacen acerca de las condiciones y
así lo reconocen diversos juristas como por ejemplo León Barandiarán “la más importante
distinción por su trascendencia en cuanto a los efectos del negocio, es la referente a las
condiciones suspensivas y resolutorias”19.

La condición es suspensiva cuando de un hecho, acontecimiento o evento futuro e incierto


depende la eficacia del acto jurídico. La condición debe estar predeterminada por las partes
y su realización trae como consecuencia la eficacia del acto.

Mientras que la condición es resolutoria cuando de un acontecimiento o evento futuro e


incierto depende la ineficacia del acto jurídico. Una vez cumplida la condición este se
disuelve y extingue.

En relación a la duda que puede existir entre estos dos tipos de condición, como señala
Vidal20, “Messineo considera que ante la posible variedad de expresiones para indicar la
condición, puede ocurrir que se forme duda sobre si la condición es suspensiva o

18
Ibídem, p. 747.
19
LEÓN BARANDIARÁN, Acto Jurídico, Gaceta Jurídica, 1997, p. 223.
20
VIDAL, Fernando, ob.cit., pp. 480 – 481.
resolutoria (…) pueden convertirse la una en la otra, haciéndose de la condición suspensiva
afirmativa una condición resolutoria negativa”, por ello es que coloca el siguiente ejemplo,
“Te daré mil si la nave llega a Asia”, que es lo mismo que decir “te daré mil, pero lo
devuelves si la nave no llega a Asia”.

Otro de los problemas que se presentan en estos tipos de condiciones, es en lo relativo a la


entrega de un determinado monto de dinero. Por ejemplo, “A le dona a B un millón de
soles, con la condición de que B se titule como abogado en diciembre próximo”. Pero
ocurre que en el mes de noviembre, antes de que se cumpla la condición, A le entrega el
millón de soles. Y luego, en diciembre B no logra titularse. En estos caso A puede pedir la
devolución de su dinero gracias al derecho de repetición.

Nuestro código civil de 1984 en su artículo 173, establece que “el deudor puede repetir lo
que hubiese pagado antes del cumplimiento de la condición suspensiva o resolutoria”, es
decir tanto en el que caso que sea suspensiva o resolutoria se puede hacer uso del derecho
de repetición, en protección del dinero otorgado por el deudor.
L a jurisprudencia en México, su evolución e importancia

Adalid Ambriz Landa*

SUMARIO: I. Introducción. II. Concepto de jurisprudencia. III. An-


tecedentes históricos relevantes. IV. Características y principios de
la jurisprudencia. V. Integración de la jurisprudencia. VI. Jurispru-
dencia internacional. VII. Conclusiones. Referencias.

I. INTRODUCCIÓN

Es de explorada doctrina, que la jurisprudencia es una fuente de Dere-


cho, cuando se entiende en un sentido estricto, es decir, como criterios
obligatorios emanados de ciertas autoridades, a los cuales la ley les confie-
re esa característica.1 En efecto, es de importancia relevante el estudio de
esta fuente, empero ciertos estudiosos y doctrinarios del Derecho han
desdeñado durante mucho tiempo la enseñanza-aprendizaje de la juris-
prudencia; es común escuchar, en las escuelas de Derecho, que la jurispru-
dencia es tan sólo un criterio emanado de cinco ejecutorias en un sentido
y que es obligatorio, con lo cual dan por terminada la exposición del
tema, sin hacer mayor pronunciamiento sobre los órganos que la crean,
los conflictos suscitados en su elaboración y, sobre todo, en su aplicación.

*
Magistrado del Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Segundo
Circuito.
1
Cfr. García Máynez, Eduardo, Introducción al estudio del Derecho, 44ª ed.,
México, Porrúa, 1992, p. 68.
11
REVISTA DEL INSTITUTO DE LA JUDICATURA FEDERAL
12 REVISTA DEL INSTITUTO DE LA JUDICATURA FEDERAL

Lo anterior es expresado de una manera bastante ilustrativa por Acosta


Romero,2 al referir que la jurisprudencia ha sido ignorada prácticamente
por la doctrina y pocas universidades la imparten como materia obligato-
ria, y luego cuestiona: “¿Cómo y dónde aprender sobre ella entonces?”
Pues bien, este breve trabajo no pretende innovar, menos aún con-
cluir ni tratar de manera exhaustiva este tema; sin embargo, la docencia
y la labor en la judicatura me permiten abordarlo de una forma prácti-
ca-doctrinal.

II. CONCEPTO DE JURISPRUDENCIA

El Derecho, como rama del conocimiento científico, necesariamente evo-


luciona y se transforma; por lo tanto, las instituciones que emanan de él y
lo conforman, al vincularse indefectiblemente con la realidad social, cam-
bian de manera conjunta con ésta. Como ya se dijo, el presente artículo
pretende analizar un tema de Derecho, que se encuentra íntimamente
vinculado con la vida en sociedad, como lo es la jurisprudencia. En efecto,
dicho concepto, como actualmente lo conocemos en el derecho positivo
mexicano, no tuvo su origen en los términos que ahora lo comprendemos,
pues incluso la jurisprudencia fue considerada en sí como sinónimo de
Derecho.
De acuerdo con Jorge Adame,3 la palabra jurisprudencia se deriva de
las raíces latinas ius y prudentia, que significan derecho y sabiduría; esto
está vinculado con el concepto clásico de jurisprudencia, que emanó di-
rectamente del derecho romano y que le es atribuido a Justiniano:
Jurisprudentia est divinarum atque humanarum rerum notitia, justi atque
injusti scientia; lo que, de acuerdo con Elías Azar,4 significa que “la juris-
prudencia es el conocimiento de las cosas divinas y humanas y la ciencia

2
Cfr. Acosta Romero, Miguel y Pérez Fonseca, Alfonso, Derecho jurisprudencial
mexicano, 3ª ed., México, Porrúa, 2002, pp. IX-X.
3
Diccionario jurídico mexicano, tomo I-O, México, UNAM, Porrúa, 2001, pp.
1890-1891.
4
Elías Azar, Edgar, Frases y expresiones latinas, México, Porrúa, 2000, p. 174.
ADALID AMBRIZ LANDA 13

de lo justo y de lo injusto”. Dicha acepción es más coincidente con lo que


podemos entender actualmente por Derecho y sus fines, pero ya no es útil
para conceptuar la jurisprudencia actual.
Juan Carlos Smith sostiene que la concepción clásica es la semilla de
un término que evolucionó hasta llegar a tres acepciones5 actuales que la
doctrina conoce como:
a) Clásica: que como ya vimos, es usada para denominar en modo
muy amplio y general a la ciencia del Derecho. (Según Jorge Adame,6
todavía a principios de este siglo, existía la denominación de facultades o
escuelas de Jurisprudencia, como la Escuela Nacional de Jurisprudencia
que funcionó en México hasta 1910).
b) Derecho judicial y jurisprudencial administrativo: que lo constitu-
ye el conjunto de pronunciamientos de carácter jurisdiccional, dictados
por órganos judiciales y administrativos, que comprende los fallos y sen-
tencias emanados de dichos órganos, en cuanto ellos involucren resolucio-
nes finales. (En México, se conocen como los “criterios” que sostienen
determinados órganos jurisdiccionales, los cuales, sin ser constitutivos de
tesis aisladas o jurisprudenciales, sí influyen en las decisiones de otros
órganos, principalmente de los que son revisores, e incluso acontece en la
práctica la unificación de criterios que toman determinados órganos del
mismo circuito y materia, para amalgamar decisiones respecto de temas
en común).
c) Conjunto de sentencias que, al ser dictadas uniformemente en un
sólo sentido, por disposición de la ley son obligatorias para resolver de la
misma manera casos análogos.
Conviene, además, precisar que ciertos doctrinarios modernos, como
Zagrebelsky,7 han pretendido ampliar la idea de jurisprudencia y con-
frontarla con la de ciencia jurídica, al opinar que se debe dejar de considerar
al Derecho como ciencia, para estimarlo como juris prudentia, que consti-
tuye un sistema dado y completo, derivado de un único fundamento

5
Cfr. Smith, Juan Carlos, Enciclopedia Jurídica Omeba, tomo XVII Jact-Lega,
Buenos Aires, Driskill, 1996, p. 621.
6
Ob. cit., p. 1819.
7
Cfr. Zagrebelsky, Gustavo, El derecho dúctil. Ley, derechos, justicia, 3ª. ed.,
Madrid, Trotta, 1999, pp. 122 y 123.
14 REVISTA DEL INSTITUTO DE LA JUDICATURA FEDERAL

(formado con los principios legales y constitucionales propuestos por el


legislador) y capaz de desarrollarse deductivamente atendiendo al princi-
pio de no contradicción (ello muy de acuerdo con las bases del iusnatura-
lismo racional).
También Carlos de Silva8 propone un concepto de jurisprudencia
consistente en: “...criterio contenido en las decisiones jurisdiccionales que
adquiere la calidad de norma jurídica general”; lo anterior coincide en
términos generales con el aceptado por el derecho positivo mexicano.
Asimismo, algunos tribunales colegiados de circuito han establecido,
a través de tesis, el concepto de jurisprudencia, entendiendo por ésta las
facultades integradoras de la autoridad de amparo, que va más allá de la
norma, es decir, que complementa o integra las situaciones que no previó
el legislador; ello se destaca principalmente del criterio de la Octava Épo-
ca, emitido por el Segundo Tribunal Colegiado del Decimosexto Circui-
to, visible en el Semanario Judicial de la Federación, tomo VII, enero de
1991, página 296, cuyo rubro es: “JURISPRUDENCIA, CONCEPTO DE”.
Además se puede citar la tesis IX.1o.71 K de la Novena Época, emi-
tida por el Primer Tribunal Colegiado del Noveno Circuito, visible en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, tomo XVIII, octubre de
2003, página 1039, cuyo título es: “JURISPRUDENCIA. CONCEPTO, CLA-
SES Y FINES”. Esta tesis define a la jurisprudencia como la interpretación
de la ley, de observancia obligatoria, que emana de las ejecutorias que
pronuncia la Suprema Corte de Justicia de la Nación funcionando en
pleno o en salas, y por los tribunales colegiados de circuito; e incluso, hace
una clasificación doctrinal respecto del lugar que ocupa la jurisprudencia
en la impartición de la justicia. Al respecto, conviene destacar una frase
que se emplea en ese criterio y que es: “la jurisprudencia será válida mien-
tras esté vigente la norma que interpreta”; sin embargo, su generalidad y
contundencia provoca su parcial aceptación. Aunque la regla general pue-
de estimarse en ese sentido, en la práctica acontece, sobre todo con motivo
de una reforma legal, que ciertas jurisprudencias continúan vigentes, aun

8
Silva, Carlos de, “La jurisprudencia, interpretación y creación del derecho” en
Interpretación jurídica y decisión judicial, 1ª ed., Rodolfo Vázquez, compilador,
México, Distribuciones Fontamara, 1998, p. 137. Colección Doctrina Jurídica Con-
temporánea, 4.
ADALID AMBRIZ LANDA 15

en el supuesto de que la ley que interpretaron y les dio vida haya sido
derogada.
Para ejemplificar lo anterior, tenemos las reformas constitucionales y
legales de mayo de 1999 que, en materia penal, retomaron el concepto de
cuerpo del delito. Recordemos que hasta antes de la reforma constitucio-
nal de septiembre de 1993, para el dictado del auto de plazo constitu-
cional se exigían, entre otros requisitos, el acreditamiento del cuerpo del
delito y de la probable responsabilidad del indiciado, interpretando la
Suprema Corte de Justicia de la Nación que el cuerpo del delito se cons-
tituía por los elementos materiales o externos de la figura típica, es decir,
sólo los elementos objetivos del tipo (concepto diferente al actual, véase
artículo 168 del Código Federal de Procedimientos Penales). A través de
la reforma de 1993 a los artículos 16 y 19 constitucionales, se sustituyó el
concepto “cuerpo del delito” por el de “tipo penal”, es decir, se cambió de
un concepto con una connotación reducida por otro de contenido distinto
y más extenso que el sustituido. En consecuencia, resultaba más garantista
para el inculpado; si a una persona le hubiere sido dictado un auto de
formal prisión bajo esa reforma legal, incuestionablemente le correspon-
día ser dictada su sentencia en esos términos legales, pues a pesar de que la
regla general establece que las cuestiones adjetivas no son derechos adquiri-
dos, lo cierto es que, en tratándose de materia penal, la aplicación de la ley
está supeditada a llevarse a cabo siempre que sea la más favorable para el
inculpado. En el caso, la reforma de 1999 eliminó el concepto de tipo
penal y lo sustituyó por el de cuerpo del delito, pero al ser el primero más
garantista, es obvio que en sentencia se analizaría a ese tenor, aplicando la
jurisprudencia emanada de ese concepto, aun en el caso de que ya estuviere
derogada la ley.
Una situación similar aconteció con las reformas civiles y mercantiles
de mayo de 1996, cuando el legislador dispuso que las reformas serían
aplicables únicamente para créditos contratados dentro de su vigencia, y
por ende se estuvo aplicando (aún a la fecha), en ciertos casos, jurispru-
dencia emanada de artículos que fueron derogados, pero que resultaban
eficaces para resolver situaciones jurídicas concretas.
Por lo tanto, es inapropiado decir terminantemente que la jurispru-
dencia será válida mientras esté vigente la norma que interpreta: como
16 REVISTA DEL INSTITUTO DE LA JUDICATURA FEDERAL

se demostró, puede suceder que en la práctica se aplique determinada


jurisprudencia en ciertos y específicos casos, aun cuando la ley no esté
vigente.
Finalmente, no se soslaya una característica intrínseca y evidente de la
jurisprudencia, que está íntimamente relacionada con su concepto, como
lo es la interpretación. Existen estudiosos del derecho que consideran a la
jurisprudencia simplemente como la interpretación de la ley y, en efecto,
el tópico anterior se encuentra vinculado de manera indisoluble con la ju-
risprudencia; ello lo evidencia el concepto que brinda la Real Academia de
la Lengua Española, en relación con el verbo “interpretar”: ‘Explicar o decla-
rar el sentido de una cosa y principalmente el de los textos faltos de clari-
dad’. Con respecto a lo anterior, tenemos que, en materia jurídica, la
doctrina incuestionablemente ha tratado ese tema; por ejemplo, Carnelutti9
incluso llegó a afirmar que la simple lectura de la ley, su intelección mis-
ma, su comprensión, es ya un acto de interpretación.
En nuestro sistema jurídico, la interpretación de la ley tiene su fun-
damento constitucional en los artículos 14, 72, inciso f ), 94 y 107, frac-
ción IX, de la Ley Fundamental. Como dato curioso,10 vale la pena comentar
que el párrafo final del numeral 14 no aparecía en la Constitución de
1857; incluso antes de 1870 los jueces en México no tenían facultad
de interpretar la ley, sino solamente de aplicarla, pues fue hasta esa fecha
que se propuso un precepto para el Código Civil, en cuyo texto se recoge
el actual artículo 14 Constitucional.
Ahora bien, sólo se menciona al respecto que, en opinión del ministro
Ortiz Mayagoitia,11 existen las siguientes clases de interpretación:

9
Citado por el Ministro Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, en “Interpretación de
la ley y las contradicciones de tesis”, Conferencias Magistrales, Poder Judicial de la
Federación e Instituto Federal de Defensoría Pública, México, Consejo de la Judicatu-
ra Federal, septiembre 2002, p 182.
10
Cfr, ibídem, p. 193.
11
Cfr, ibídem, pp. 189-192.
Tesis: Semanario Judicial de la Federación Sexta Época 272282 1 de 1

Tercera Sala Volumen XVII, Cuarta Parte Pag. 147 Tesis Aislada(Civil)

INEXISTENCIA Y NULIDAD RELATIVA DE LOS ACTOS JURIDICOS, SEGUN


EL CODIGO CIVIL DEL ESTADO DE JALISCO.

Si bien el artículo 2145 del Código Civil, en que se apoyó la demanda de declaración de
inexistencia del contrato, por falta de las solemnidades prescritas por la ley, dispone que no
producirá efecto legal alguno, el acto jurídico inexistente, lo cierto es que dicho código da a
la inexistencia el tratamiento de las nulidades. Así se ve, que la falta de consentimiento,
hace inexistente el acto; sin embargo, los actos que el mandatario practique, traspasando los
límites del mandato, se consideran nulos; la falta de objeto, también hace inexistente el
acto, sin embargo, los contratos sobre cosas que están fuera del comercio y que
técnicamente carecen de objeto, son tratados como nulos; el objeto de la compraventa, es la
transferencia de la propiedad y no obstante, a la venta de cosa ajena, se le llama nula y si
también de la falta de solemnidades prescritas por la ley, se dice que hace al acto jurídico
inexistente, tratándose de la compraventa de un inmueble por cuyo precio debía hacerse en
instrumento público, la falta de su formalidad, da lugar a su nulidad y ésta puede
extinguirse por la confirmación en la forma omitida, que puede exigir cualquiera de los
interesados cuando ha existido cumplimiento voluntario, de modo que en los casos
señalados, la invocada inexistencia, para en una nulidad relativa. Consiguientemente, no es
incongruente la sentencia reclamada con las pretensiones deducidas por el actor en su
demanda, en cuanto estimó que ésta versó no sobre una acción de inexistencia, sino que se
refería a una acción de nulidad.

Amparo directo 5164/57. Abel del Toro Chávez. 5 de noviembre de 1958. Mayoría
de tres votos. Disidente: Gabriel García Rojas. Ponente: Mariano Ramírez Vázquez.
CONTRATOS. SE AFECTAN DE NULIDAD RELATIVA CUANDO SON CELEBRADOS
POR FALSO REPRESENTANTE O TRASPASANDO LOS LÍMITES DEL PODER
CONFERIDO, SIN QUE SE RATIFIQUE POR EL MANDANTE.

Los actos celebrados en nombre de otra persona, cuando exceden los límites del
poder conferido, sin haber sido ratificados por parte del representado o por su
mandante, están afectados de nulidad relativa. La anterior conclusión deriva de la
interpretación armónica de los artículos 2225, 2226 y 2227 del Código Civil para el
Distrito Federal, que establecen, respectivamente, que la ilicitud en el objeto,
motivo o fin del acto puede dar lugar a la nulidad absoluta o a la nulidad relativa
del mismo; que las características que debe reunir la nulidad absoluta es que no
desaparece por confirmación ni por prescripción y que puede hacerse valer por
todo aquel que tenga interés que el acto no produzca efectos; y, que la nulidad
relativa se caracteriza por no reunir todos los datos que distinguen a la nulidad
absoluta. Por tanto, el acto celebrado ya sea por el representante o el mandatario
extralimitando sus facultades, o sin ser legítimo representante, y sin que dicho acto
hubiere sido ratificado por el mandante, está afectado de nulidad relativa, pues
aun cuando pudiera estimarse que adolece de ausencia o falta total del
consentimiento, como elemento esencial o de existencia del contrato celebrado
con el tercero, esta ausencia es susceptible de convalidarse por ratificación, por
disposición expresa de los artículos 1802 y 2583 del Código Civil para el Distrito
Federal, los cuales, como quedó asentado en párrafos precedentes, establecen, el
primero de ellos, que los contratos celebrados a nombre de otro por quien no sea
su legítimo representante, serán nulos, a menos que los ratifique la persona a cuyo
nombre fueron celebrados; y el segundo, que los actos que el mandatario
practique a nombre del mandante, pero traspasando los límites expresos del
mandato, serán nulos con relación al mandante, si no lo ratifica tácita o
expresamente. Esta ratificación constituye la manifestación de voluntad del
mandante de aceptar los efectos del negocio realizado por quien dijo ser su
representante y lo perfecciona, porque cuando el representante realiza actos más
allá de los que le fueron autorizados, no se compromete la responsabilidad del
mandante ni puede obligarlo a su cumplimiento; y es sólo con la ratificación que
este último haga del negocio jurídico celebrado en su nombre y representación,
que los efectos jurídicos realizados por el mandatario recaerían directa y
retroactivamente en él.
Contradicción de tesis 54/2006-PS. Entre las sustentadas por el Décimo Tercer
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito y el Octavo Tribunal
Colegiado en la misma materia y circuito. 10 de enero de 2007. Cinco votos.
Ponente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Secretaria: Beatriz Joaquina
Jaimes Ramos.

Tesis de jurisprudencia 7/2007. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal,
en sesión de fecha diecisiete de enero de dos mil siete.
Tesis: Semanario Judicial de la Federación Sexta Época 269412 1 de 1

Tercera Sala Volumen CXXVII, Cuarta Parte Pag. 28 Tesis Aislada(Civil)

ERROR E INEXISTENCIA.

En el artículo 2228 del Código Civil Federal, se previene: "La falta de forma
establecida por la ley, si no se trata de actos solemnes, así como el error, el dolo, la
violencia, la lesión y la incapacidad de cualquiera de los autores del acto, produce
la nulidad relativa del mismo". El error, puede ser de hecho o de derecho. El
segundo, recae a veces sobre el objeto del contrato, cuando una de las partes
emite su voluntad consciente sobre un específico bien y la otra estima que el
convenio es sobre un distinto bien. En los contratos celebrados en razón de la
persona, el error es esencial, y aún así, puede ser convalidado a la luz de los
artículos 235, fracción I y 236 del Código Civil Federal. Entonces, el vicio del
consentimiento, aun siendo causa del contrato, no produce la inexistencia, sino la
nulidad relativa; una cosa es la falta de consentimiento, y otra el consentimiento
imperfecto, deficiente, anormal, viciado; por eso el artículo 2224 del mismo código,
se refiere a la ausencia del consentimiento, para la inexistencia del contrato;
mientras que el error, vicio, sólo produce la nulidad relativa, porque es dable la
convalidación, al tenor de los diversos 2233 y 2234 del propio ordenamiento
sustantivo. Tan es así, que la nulidad fundada en incapacidad, o en error, prescribe
en los plazos señalados en el artículo 636, según el diverso 2236 del repetido
cuerpo de leyes, mientras que la inexistencia, a más de que puede invocarse por
todo interesado, no es prescriptible, como se declara en el segundo apartado del
artículo 2224 ya citado.

Amparo directo 2688/66. Pedro Seba Tejera. 12 de enero de 1968. Cinco votos.
Ponente: Mariano Ramírez Vázquez.

También podría gustarte