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La comunicación científica: sus tipos y pautas. El reporte científico y la redacción del informe
de investigación: su estructura y presentación final. Normas de redacción y publicación de la
Asociación Americana de Psicología (APA): presentación, aplicación y críticas
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APA (2002): manual de estilo de publicaciones de la apa (1-81)
Cap. 1
Por mucha habilidad que se tenga para redactar, no es posible disfrazar una investigación que
se haya planteado o manejado con deficiencia. Antes de presentar un informe configurado
como manuscrito, ud, como aspirante a autor, debe revisar de manera critica la calidad de la
investigación y preguntarse si es lo suficientemente importante y si está libre de
imperfecciones como para justificar su publicación.
La mayoría de los investigadores tienen arrumbados en un cajón uno o más estudios que
fracasaron en superar esta prueba. No importa que tan bien escrito éste, un artículo que
refleje métodos deficientes resulta inaceptable.
♪ Autoría
Para evitar una interpretación errónea y preservar el prestigio y las relaciones personales, lo
mejor es establecer, tan pronto como sea posible dentro de un proyecto de investigación,
quien aparecerá como autor, cual Serra el orden de la autoría y quien recibiría una modalidad
alternativa de reconocimiento.
♪ Tipos de artículos
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Los artículos de reseña o recensión, incluso los metaanálisis, son evaluaciones críticas acerca
de material ya publicado. Al organizar, integrar y evaluar material previamente publicado, el
autor de un artículo de recensión considera el avance de la investigación actual para la
clarificación de un problema. En cierto sentido, un artículo de reseña es preceptor en cuanto a
que el autor:
Los artículos teóricos son documentos en los que el autor se apoya en la literatura de
investigación ya existente, para avanzar la teoría en cualquier área de la psicología. Los
artículos de recensión y los artículos teóricos con frecuencia resultan similares en estructura;
sin embargo, estos últimos presentan información empírica sólo cuando afecta aspectos
teóricos. El autor sigue el desarrollo de la teoría con el fin de expandir y depurar constructos
teóricos. Por lo común, el autor presenta una nueva teoría. También puede analizar la teoría
sobre otra. En este tipo de análisis teórico el autor, de manera habitual, examina la
consistencia interna y externa de una teoría, es decir, si ésta se contradice a sí misma, si la
teoría y la observación empírica se contradicen entre sí.
Otros tipos de artículos presentados con menor frecuencia en revistas científicas de la APA
incluyen informes breves, comentarios y contestaciones a artículos publicados previamente,
discusiones acerca de métodos cuantitativos, historias de caso y monografías.
Encabezados. Utilícelos para dar a entender la secuencia y los niveles de importancia. Los
encabezados ayudan a que el lector capte las generalidades y la importancia relativa de las
porciones de las partes.
Partes de un manuscrito
♪Portadilla
Título. Debe sintetizar la idea principal del escrito de una manera sencilla y, si es posible, con
estilo. Debe ser un enunciado conciso acerca del tema principal y debe identificar las variables
reales o los aspectos teóricos bajo investigación y la relación entre ellos. Un título debe ser
completamente explicativo por sí solo.
Evite las palabras que no sirvan para propósitos útiles; que aumenten la extensión y puedan
confundir a las personas que elaboran los índices. Por ejemplo, las palabras método y
resultados normalmente no aparecen en un título, y no deben hacerlo tampoco redundancias
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como “Un estudio de” o “Una investigación experimental de”. La extensión recomendada para
un título es de 10 a 12 palabras.
Nombre y afiliación institucional del autor. El nombre del autor y la institución en la cual se
efectúo la investigación (sin las palabras por o de la).
Nombre del autor. La modalidad preferida para el nombre del autor es el nombre de pila y los
apellidos, utilice el mismo prototipo para toda publicación a lo largo de su carrera; es decir, no
emplee iniciales en un manuscrito y el nombre completo en otro posterior. Omita todos los
títulos (Dr., Prof.) y los grados (phd, psyd, edD).
♪ Resumen
Es un sumario completo acerca del contenido del artículo, el cual permite que los lectores
reconozcan con rapidez tal contenido. El resumen necesita ser compacto en su información,
pero también legible, bien organizado, de corta extensión y completo.
- Utilice dígitos para todas las cifras, excepto para aquellas que comiencen una oración.
- Utilice abreviaturas con abundancia (emplee vs. en lugar de versus), si bien todas las
que necesitan explicarse dentro del texto, también deben escribirse completas cuando
se les utiliza por primera vez en el resumen.
- Utilice la voz activa (pero sin los pronombres personales yo o nosotros).
No evaluativo: informe más que evalúe; no añada o comente sobre lo que se
encuentra en el cuerpo del manuscrito.
Coherente y legible: escriba en prosa y vigorosa.
Nota para autores de capítulos de libros: por común, los capítulos de libros no requieren de un
resumen. Sin embargo, la inclusión inicial de un enunciado del objetivo específico beneficiara
al lector, al igual que ayudara a los servicios de síntesis e indización a conformar
representaciones de contenido apropiadas.
♪ Introducción
Planteamiento del problema. El contenido de un artículo inicia con una introducción que
presenta el problema específico bajo estudio y describe la estrategia de investigación. Debido
a que la introducción se identifica claramente por su posición dentro del artículo, no se rotula.
Antes de redactarla considere:
Desarrollo de los antecedentes. Analice la literatura, pero no incluya una revisión histórica
exhaustiva. Dé por sentado que el lector tiene conocimientos acerca del área sobre la que
usted escribe y no requiere un compendio completo. Una revisión del trabajo previo
proporciona un historial adecuado y reconoce la prioridad de la labor desempeñada por otros.
Es parte de la responsabilidad científica y de investigación del autor citar y dar crédito
especifico a trabajos previos relevantes. Esto es esencial para el desarrollo de una ciencia
acumulativa. No obstante, cite haga referencia sólo a trabajos pertinentes al tema específico y
no a aquellos que tengan tan sólo una significación tangencial o general. Si usted resume
trabajos anteriores, evite los detalles no esenciales; en vez de ello, enfatice los hallazgos
pertinentes, los aspectos metodológicos relevantes y las principales conclusiones. Refiera al
lector a informes o revisiones generales del tema, si éstos se encuentran disponibles.
♪ Método
Describe en detalle la manera en que se efectúo el estudio. Tal descripción le permite al lector
evaluar la propiedad del método que se empleó, así como la confiabilidad y la validez de los
resultados obtenidos.
Recuerde que la sección de método debe informarle al lector con suficiente detalle, qué es lo
que usted hizo y cómo lo hizo, de manera que éste tenga la posibilidad de replicar su estudio.
♪ Resultados
Resume los datos recolectados, así como su tratamiento estadístico. 1°, exponga brevemente
los resultados o hallazgos principales. Después presente con suficiente detalle los datos, para
justificar las conclusiones.
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Tablas y figuras. Puede ser más útil resumir los resultados y el análisis en tablas o figuras
que en texto; por ejemplo, una tabla puede mejorar la legibilidad de conjuntos complejos de
resultados de análisis de varianza. Evite repetir los mismos datos en diversos lugares.
Presentación estadística. Dé por sentado que su lector tiene conocimiento profesional sobre
estadística.
Potencia estadística. Por costumbre debería proporcionar evidencia de que su estudio tiene
suficiente potencia como para detectar los efectos de interés sustancial. De manera similar,
usted debería estar conciente del papel que representa el tamaño de la muestra en los casos
en los que es deseable no rechazar la hipótesis nula, cuando se someten a prueba a varias
suposiciones implícitas al modelo estadístico adoptado.
El otro tipo se refiere a una probabilidad a posteriori de obtener un resultado que sea más
extremo o más que el valor real de los datos estadísticos obtenidos, suponiendo que la
hipótesis nula sea verdadera.
♪ Discusión
Cap. 2
La continuidad reside en las palabras de transición o nexos. Éstos ayudan a mantener el curso
de pensamiento, especialmente cuando la materia es compleja y abstracta. Un pronombre que
remite a un sustantivo en la oración precedente al cual sustituye, no sólo sirve cual transición,
sino que además evite repetirlo. También funcionan como nexos las conjunciones, las
preposiciones y los adverbios temporales, los adverbios que indican causa-efecto, los
afirmativos, los comparativos-modales, los contrastivos, los consecutivos, etc.
♪ Fluidez de la expresión
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La prosa científica y la creación literaria sirven a los diferentes propósitos. En una escritura
poética constantemente se encuentran artificios que tal vez desconcierten o molesten a los
lectores de documentos científicos. Por consiguiente, usted debe eludir estos artificios y
tender hacia una comunicación clara y racional.
♪ Precisión y claridad
Elección de la palabra. Asegúrese de que todas las palabras signifiquen lo que usted quiere
decir. Tarde o temprano muchos autores descubren una discrepancia entre el sentido que
ellos atribuyen a un término y la definición dada por el diccionario. En el estilo informal, por
ejemplo, sentir comúnmente suplanta a pensar o creer, pero en el estilo científico tal libertad
se considera inaceptable. Evite las expresiones coloquiales.
Introducción:
Este capítulo trata sobre la redacción y el estilo que deben seguir los autores de artículos
científicos en psicología. El objetivo general de las secciones siguientes es el manejo del
lenguaje claro y directo, el pertinente a la escritura científica; las notas obedecen a la
necesidad de extender, diferenciar o matizar cómo ocurre tal error y qué debe hacerse al
escribir en español ante los casos señalados en el Manual de estilo, originalmente en inglés.
Estilo de escritura:
Las unidades de pensamiento —ya sea una sola palabra, una oración o un párrafo, o una
secuencia mayor— deben organizarse. Para que los lectores comprendan lo que usted les
presenta tiene que haber continuidad en las palabras y los conceptos, y un desarrollo temático
desde la premisa inicial hasta la conclusión.
La continuidad se puede obtener de varias maneras. Por ejemplo, los signos de puntuación
ayudan a la continuidad al mostrar las relaciones existentes entre las ideas. Éstos indican al
lector las pausas, inflexiones, subordinación y ritmo normales en el discurso. Practique el
rango completo de los signos de puntuación disponibles: nunca abuse o prescinda de un signo
como las comas o los guiones.
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Otro modo de favorecer la continuidad es a través de las palabras de transición o nexos. Éstos
ayudan a mantener el curso del pensamiento, especialmente cuando la materia es completa o
abstracta. También funcionan como nexos las conjunciones, las preposiciones y los adverbios
temporales (entonces, después, antes, mientras, desde), los adverbios que indican causa-
efecto (por tanto, consecuentemente, como resultado de), los afirmativos (además, también,
cierto, verdaderamente, asimismo), los comparativo-modales (similarmente), los contrastivos
(contrariamente), los consecutivos (como sea), etc.
La escritura científica debe ser precisa; por tanto, conviene limitar el uso de estas palabras a
su sentido exacto, en este caso el temporal.
Debido a que usted ha pasado demasiado tiempo cerca de su material y probablemente por
ello haya perdido objetividad, quizás no observe de inmediato ciertos problemas, en especial
contradicciones que otro lector si podría inferir. Pedir a un colega la lectura de su texto
permitirá el descubrimiento de tales problemas.
Siendo consistente en el manejo de los tiempos verbales, usted ayudará a sostener una
expresión fluida. El tiempo pretérito (e.g., "Smith -mostró") o el antepresente (e.g., "los
investigadores han mostrado") resultan apropiados para las reseñas o recensiones literarias y
la descripción del procedimiento si la discusión versa sobre eventos pasados. Mantenga el
tiempo elegido. Escoja el tiempo pretérito (e.g., "la ansiedad disminuyó de manera
significativa") para exponer los resultados. Opte por el presente (e.g., "los resultados del
Experimento 2 indican") para discutir los resultados y exponer las conclusiones.
El hipérbaton o ruptura sintáctica consiste en anteponer muchos adjetivos (los cuales, en este
caso, se denominarían epítetos) al sustantivo que modifican, lo que crea otra manera de
cambio abrupto de tono. Esto en cuanto al inglés; en español los adjetivos generalmente
proceden al sustantivo al que califican, aunque también hay epítetos, y el exceso de ambos
oscurece el sentido. Por ejemplo, en español, un hipérbaton: “una técnica de pregunta control
que es comúnmente utilizada para ampliar los temas en las investigaciones…”.
Una tentativa para ordenar los hipérbaton es localizar al sujeto y luego, mediante verbos y
nexos, intentar descubrir la función que lleva a cabo cada parte del sintagma oracional. Por
ejemplo: “un diagnóstico de trastornos del pensamiento erróneo en la infancia temprana”
puede reorganizarse para leerse “el diagnóstico erróneo de los trastornos del pensamiento en
la infancia temprana”.
Diga únicamente lo que necesita ser dicho. Los editores trabajan con un número limitado de
páginas impresas y, por tanto, muchas veces piden a los autores que reduzcan los
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manuscritos presentados. Usted puede acortar artículos largos al eliminar la redundancia (los
pleonasmos), la palabrería, los galimatías, la prosa densa. Elimine las descripciones
exhaustivamente detalladas de las herramientas, los participantes o los procedimientos, los
embellecimientos gratuitos, las elaboraciones de lo obvio y las observaciones irrelevantes o
las digresiones.
Las palabras y las oraciones breves se comprenden con mayor facilidad que las extensas. No
obstante, un término técnico largo puede precisar más que varios vocablos cortos, y los
tecnicismos son insoslayables en el informe científico.
Jerga: la jerga y la palabrería constituyen la principal causa de una escritura poco económica.
Jerga significa el recurrente empleo de tecnicismos vinculados a una profesión, aun donde no
es pertinente. La jerga científica irrita al lector, obstruye la comunicación informativa y
desperdicia espacio.
Palabrería: puede impedir la captación inmediata del mensaje. Sustituya “con base en el
hecho de que” con “porque”, “en los tiempos actuales” con “ahora” y “con el propósito de que”
con “para”. La verborrea incontenida incurre en embellecimientos y florituras obviamente
inapropiados en el estilo científico.
Redundancia: muchas veces los autores llegan a ser redundantes en un esfuerzo por ser
enfáticos. No recurra a más palabras de las necesarias al sentido que usted quiere dar.
Extensión de las oraciones: aunque escribir sólo con oraciones simples (con un sujeto y su
predicado) produce una prosa cortante y aburrida, redactar exclusivamente en largas
oraciones complejas (conformadas por varias oraciones) acarrea dificultades, ocasionando
algunas veces un texto ininteligible. Variar la extensión ayuda a mantener la comprensión y el
interés del lector.
Aplique similar cuidado a la extensión del párrafo. Los párrafos integrados sólo por oraciones
simples se tornan cortantes. Aquellos que son demasiado largos ocasionan que se pierda la
atención del lector.
Elección de la palabra: hay que asegurarse de que todas las palabras significan lo que uno
quiere decir. En el estilo informal, por ejemplo, sentir comúnmente suplanta a pensar o creer,
pero en el estilo científico tal libertad es inaceptable.
Coloquialismo: evite expresiones coloquiales, las cuales diluyen el significado (por ejemplo,
poner por escrito en vez de redactar un informe). Los cuantificadores indefinidos como una
parte bastante grande debilitan los informes que describen observaciones empíricas
particularmente.
Pronombres: Los pronombres confunden al lector a menos que el sustantivo al que aluda cada
pronombre sea obvio; los lectores no deben tener que buscar en el texto previo para
determinar el sentido de un término. Los pronombres demostrativos son los que más
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problemas implican, especialmente éste, ése, aquél y aquello cuando remiten a una oración
anterior.
Atribución: atribuir erróneamente una acción, en un esfuerzo por mostrarse objetivo, puede
ocasionar equívocos:
• Tercera persona: escribir "El experimentador instruyó a los participantes", cuando el sujeto
"el experimentador" se refiere a usted mismo es confuso y podría interpretarse como que
usted no tomó parte en su propio estudio.
• Plural editorial: para claridad, usar el nosotros únicamente para referirse a uno mismo y a
sus coautores, no cuando hay un solo autor. Hay que evitar el plural mayestático y el de
cortesía o modestia.
Los autores recurren a varias tácticas para expresar sus ideas en el papel. Hay tres maneras
de aproximarse a la escritura profesional y eficaz: a) desarrollar el texto a partir de un borrador
o esquema; b) hacer a un lado el primer borrador para corregirlo después de algún tiempo; y
c) pedir a algún colega que critique el borrador.
Releer el texto luego de haberlo dejado a un lado durante algún tiempo, permite una
aproximación renovada y encontrar errores que antes no se veían.
Cuando haya corregido estos errores, proporcione una copia ya pulida a algún colega para
una revisión crítica.
Gramática:
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construcción bien pensada simplifican la tarea del lector y evitan la ambigüedad en la
comunicación.
2.06 Verbos:
Los verbos son comunicadores vigorosos y directos. Prefiera la voz activa a la pasiva, y
seleccione cuidadosamente el modo o el tiempo.
Inadecuado: los participantes fueron sentados en cómodas sillas equipadas con micrófonos
que emitieron los estímulos tonales.
La voz pasiva se acepta en la escritura expositiva y cuando se quiere enfocar el objeto directo
o a quien recibe la acción (el paciente) más que al sujeto que la realiza (el agente): "los
oradores fueron colocados a ambos lados del presidente" (el lugar de los oradores, no quienes
los ubicaron, podría ser el punto central en la sección del Método, por ejemplo); "El Presidente
fue atacado" (enfatiza la importancia de la persona atacada).
Para expresar una acción o una condición que sucedió en un tiempo específica y
definitivamente pasado, como la discusión sobre el trabajo de otro investigador y como
cuando usted presenta sus propios resultados.
Para indicar una acción pasada o una condición la cual no sucedió en un tiempo específico, o
una acción comenzada con anterioridad pero que dura hasta el presente.
Incorrecto: Desde entonces los investigadores de varias disciplinas emplearon este método.
Correcto: Desde entonces los investigadores de varias disciplinas han empleado este
método.
Emplee el subjuntivo:
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Incorrecto: Si el experimento no fue diseñado de este modo, el desempeño de los sujetos
se deterioraría.
Un verbo debe concordar en número (por ejemplo, singular o plural) y persona con su sujeto a
pesar de que intervengan frases que comiencen con palabras tales como junto con, inclusive,
más y así como; en inglés. En español, puede variar según el caso específico, pero lo
preferible es que cuando varios sujetos corresponden a un mismo verbo, éste tienda a
concertar en plural.
Cuando el sujeto está formado por varios sustantivos de la misma persona gramatical debe
concertar con ella, siempre en plural: sus manos, sus ojos, su boca eran tan hermosos.
Cuando dos o más sujetos se hallan unidos por la conjunción y, sea expresa o tácita, en una
enumeración, el verbo debe concertar con ellos en plural: el instante y la eternidad coinciden
en ese momento iluminado; el ensayo, el cuento, el poema, requieren talentos diversos pero la
misma dedicación y entrega.
Tanto en español, cuanto en inglés, ciertas palabras como los latinismos se emplean en su
plural inicial -datum, data: en castellano se maneja dato(s)-y, aunque algunas palabras
pueden tener varias formas en uso, la forma castellanizada se considera preferible para la
mayor parte de los casos: memorandos y currículos se prefieren a memoranda y currícula, por
ejemplo, aunque las dos últimas muchas veces son aceptadas.
Los nombres colectivos (por ejemplo serie, equipo, par) pueden referir desde algunos hasta
muchos elementos o bien a uno solo. Si la acción del verbo indica la del grupo como un todo,
considere singular el sustantivo. Si la acción verbal alude a los miembros del grupo en tanto
individuos, trate como plural el sustantivo.
El pronombre indefinido ninguno (-s) puede ser singular o plural. Cuando el sustantivo que le
sigue es singular, use un verbo singular; cuando el sustantivo sea plural, utilice un verbo en
plural. Si usted quiere decir ni uno, sustituya ninguno por esta locución y emplee el verbo en
singular:
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Pero: Ni uno de los niños terminó en el tiempo asignado
2.8 Pronombres
Los pronombres reemplazan a los sustantivos. Cada pronombre debe referirse claramente a
su antecedente y debe concordar con este último en género y número. Un pronombre debe
concordar en número (Le., singular o plural) con el sustantivo al que sustituye. Recuérdese
que al menos en español, el número de los verbos con los sustantivos colectivos dependerá
de lo que quiera enfatizarse. Los siguientes ejemplos se consideran correctos o incorrectos
para el inglés; en español, son cuestionables (ej., ¿se considera al grupo como una unidad o
como un conglomerado de individuos?).
Incorrecto: Ni el más alto calificador ni el más bajo calificador en el grupo tuvo alguna duda
sobre la competencia que ellos mismos poseían.
Correcto: Ni el más alto calificador ni el más bajo calificador en el grupo tuvo alguna duda
sobre la competencia que él (ella) mismo(a) poseía.
Un pronombre debe concordar en género (Le. masculino, femenino o neutro) con el sustantivo
al cual remite. Esta regla se extiende a los pronombres relativos (pronombres que vinculan
oraciones subordinadas a otras principales). Utilice quien para referirse a seres humanos; use
que o cual para indicar seres vivos no humanos o animales y para indicar cosas.
En inglés, emplee pronombres neutros para aludir a animales "the dog...it" o "el perro...ello") a
menos que los animales hayan sido nombrados con sustantivos propios:
Sin embargo, en español, los seres vivos no humanos se refieren mediante los mismos
pronombres con que se alude a los seres vivos humanos él o ella y no ello.
Los pronombres pueden funcionar como objetos directos u objetos indirectos de los verbos o
de las preposiciones. Use quien como objeto directo y a quien (o antecedido por otra
preposición, así "para quien") como objeto indirecto o suplemento de los verbos que requieren
preposición, v.g. "salir". Usted determinará si un pronombre de relativo funciona como objeto
directo o indirecto de un verbo intercambiando la oración subordinada por un pronombre
personal. Si puede sustituirlo por él o ella, quien o que resulta correcto; si mejora
sustituyéndolo con a él o a ella (o para él o para ella), a quien será el pronombre adecuado.
Incorrecto: Nombre el participante a quien usted encontró con puntuaciones por encima de la
mediana.
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Correcto: Nombre el participante que usted encontró con puntuaciones por encima de la
mediana.
En español, la confusión entre objeto directo y objeto indirecto resulta más evidente cuando se
utilizan los pronombres lo o le, que dan nombre a lo que se denomina loísmo o laísmo y
leísmo. Un ejemplo de cada uno seda:
Incorrecto: Yo lo traje informes. [Lo traje informes a él: loísmo] Correcto: Yo le traje Informes.
[Le traje Informes a él: aquí el pronombre /e es correcto pues funciona como objeto Indirecto.
Correcto:
Yo le traje Informes. [Le traje Informes a el: es objeto Indirecto] Incorrecto: Yo le traje (a él),
[Le es incorrecto pues aquí sustituye al objeto directo, que debe reemplazarse par lo.
Obsérvese que la confusión puede ocurrir pues le y la
Correcto:
Yo lo traje (a él). [Él fue traído por ml]: si acepta cambiarse a la voz pasiva, entonces es objeto
directo y debe sustituirse por lo
Este primer ejemplo no es útil en español, sino sólo para el inglés, debido a la diferencia entre
ambas lenguas referentes a los pronombres y su empleo; no así el segundo ni el tercero,
trasladables al español:
Un adjetivo o un adverbio, ya sea una sola palabra o una frase, deben referirse claramente a
la palabra que modifica. Los modificadores mal colocados, debido a su lugar en la oración,
modifican ambigua o ilógicamente una palabra. Usted puede eliminar esto colocando el
adjetivo o el adverbio lo más cercano posible a la palabra que modifica.
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Claro: Siguiendo este procedimiento, el investigador evaluó a los participantes.
Muchos escritores tienen problemas con. La palabra sólo. Coloque sólo junto a la palabra o
frase que modifica.
Incorrecto: Estos datos sólo proporcionan un resultado parcial. Correcto: Estos datos
proporcionan sólo un resultado parcial.
Incorrecto: nosotros encontramos una media de 7.9 errores en el primer ensayo y sólo una
media de 1.3 errores en el segundo. Correcto: Nosotros encontramos una media de 7.9
errores en el primer ensayo y una media de sólo 1.3 errores en el segundo.
Los adverbios pueden emplearse como palabras introductoras o de transición. Los adverbios
modifican verbos, adjetivos u otros adverbios y expresan modo (determinativos, v.g.
paseamos mucho) o cualidad (calificativos, v.g. muchos paseos). De cualquier manera,
algunos adverbios --como afortunadamente. similarmente, ciertamente, consecuentemente,
contrariamente y lamentable odesafortunadamente—pueden emplearse también corno
palabras introductora de transición tanto cuanto su sentido lo determine, por ejemplo, resulta
afortunado que o de manera similar, estas dos últimas son locuciones que, al emplearse con
una función adverbial en la oración, se denominan modos adverbiales pues sustituyen a
afortunadamente y a similarmente).Utilice pertinentemente los adverbios en tanto palabras
introductoras o bien de transición. Pregúntese si es necesaria tal introducción o transición y si
el adverbio ha sido manejado de modo correcto.
El modo adverbial que con mayor frecuencia aparece erróneamente escrito es más
importantemente. Importantemente significa de manera importante, no esto es importante.
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Incorrecto: Esperadamente, éste no será el caso. Correcto: Yo espero que éste no sea el
caso.
Los pronombres de relativo (que, quien, el que/la(s)/lo(s): cuyo) y los nexos subordinantes
adverbiales de tiempo (ej., desde, mientras) o concesivos introducen un elemento subordinado
a la cláusula principal e indican la relación que establece entre ambos, la función que lleva a
cabo el elemento subordinado en la oración principal. Por tanto, seleccione con cuidado estos
pronombres y nexos; intercambiarlos puede restar precisión al significado que usted haya
pretendido dar.
Pronombres de relativo
Que versus cual. Las oraciones introducidas por que (llamadas especificativas) son esenciales
para el sentido de la oración:
Las oraciones subordinadas introducidas por la(s), lo(s) cuales pueden meramente añadir
información (explicativas) o bien ser esenciales (especificativas) para comprender el sentido
de la oración:
Explicativas:
Especificativas:
El manejo consistente de que para las oraciones especificativas y el (la) cual para las
oraciones explicativas, las cuales generalmente van entre comas, contribuirá a hacer su
escritura clara y precisa.
Se puede decir que lo anterior trata sobre las aposiciones; éstas son sustantivos o frases
sustantivadas cuya función es calificar al sustantivo que preceden. Pueden ser explicativas e ir
entre comas y eliminarse sin que el sentido se modifique (v.g. "Guadalajara, la perla de
occidente"); o ser especificativas, las cuales no pueden quitarse sin que se vea afectado el
sentido del sustantivo que modifican y al cual se yuxtaponen sin signos de puntuación (v.g. "el
profeta rey").
Nexos subordinantes
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Mientras y desde. Algunas autoridades en el estilo aceptan el uso de mientras y desde aun
cuando no se refieran estrictamente al tiempo; sin embargo, palabras como éstas, con más de
un sentido, pueden causar confusión. Pues precisión y claridad son los parámetros en la
escritura científica, es benéfico restringir el empleo de mientras y desde a sus significados
temporales.
Para que exista precisión, deben coordinarse ideas paralelas. Asegúrese de que todos los
elementos que constituyan las oraciones que expresan estas ideas estén presentes antes y
después de los nexos coordinantes o conjunciones (i.e., y, pero, o, ni). La interrelación entre
oraciones coordinadas debe ser equifuncional: se coordinan frases u oraciones que posean el
mismo valor funcional, v.g. sujetos y sujetos; predicados y predicados; oraciones y oraciones.
Incorrecto: Los resultados muestran que tales cambios pudieron haberse hecho sin afectar la
tasa de errores y las latencias continuaron disminuyendo con el tiempo.
Correcto: Los resultados muestran que tales cambios pudieron haberse hecho sin afectar la
tasa de errores y que las latencias continuaron disminuyendo con el tiempo.
Con nexos coordinados manejados en pares (entre... y, tanto._ como, ambos...y, ni-. ni, no
sólo_ sino también) coloque el primer nexo inmediatamente antes del primer elemento del
paralelismo o coordinación.
Los artificios que atraen la atención a palabras, sonidos u otros en vez de a las ideas son
inapropiados en la escritura científica. Evítense la aliteración pesada, la rima, las expresiones
poéticas y las frases hechas. Úsense moderadamente las metáforas; aunque son capaces de
ayudar a simplificar ideas complicadas, las metáforas pueden causar distracciones. Evítense
las metáforas mezcladas (ej., una teoría representa un brazo de un cuerpo creciente de
evidencia) y las palabras redundantes o con significado no intencionado (ej., poli por oficial de
policía), las cuales pueden distraer si no, en efecto, engañar al lector. Use las expresiones del
lenguaje figurado limitadamente y aquellas pintorescas con cuidado; estas expresiones
pueden sonar tirantes o forzadas.
Como editor, la APA acepta las palabras elegidas por el autor excepto cuando aquellas
seleccionadas resultan inexactas, confusas o gramaticalmente incorrectas. Como
organización, la APA está comprometida tanto con la ciencia cuanto con el tratamiento justo a
individuos y a grupos, y las políticas requieren que los autores de las publicaciones de la APA
eviten perpetuar en su escritura actitudes de discriminación y menosprecio hacia la gente que
mencionen. Deben evitarse construcciones que puedan implicar prejuicios contra la gente con
base en su género, orientación sexual, grupo racial o étnico, discapacidad o edad. La escritura
científica debe permanecer libre de evaluaciones implícitas o irrelevantes acerca del grupo o
grupos en estudio.
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Las añejas costumbres culturales pueden ejercer una poderosa influencia aun en el autor más
escrupuloso. Así como usted ha aprendido a revisar su escritura en cuanto a ortografía,
gramática y palabrería, efectúe una lectura para detectar lo prejuicioso. Usted puede examinar
su texto para descubrir juicios de valor implícitos si, mientras lee, a) sustituye su propio grupo
por otro u otros que usted está analizando o b) imagina que usted mismo es un miembro del
grupo que estudia (Maggio, 1991). Si usted se siente excluido u ofendido, su material requiere
una revisión adicional. Otra opción sería pedir a la gente de tal grupo que lea su material y le
dé a usted, con franqueza, una realimentación.
La precisión es una necesidad en la escritura científica; cuando usted se refiera a una persona
o a varias, elija palabras concisas, claras y libres de tendenciosidad. El grado apropiado de
especificidad depende del problema de la investigación y del estado actual del conocimiento
en el campo de estudio. Cuando se le presenten dudas, es mejor que sea más específico que
menos, pues resulta más fácil agregar datos publicados que quitarlos. Por ejemplo, escribir
hombre para referirse a todos los seres humanos simplemente no es tan exacto cuanto la
frase hombres y mujeres. Para describir grupos de edad, mejor proporcione el rango
específico de edad ("entre los 65 y los 83 años") en vez de una categoría general (mayores de
65 años; véase Sobaje, 1993). Cuando describa grupos étnicos y raciales, muéstrese lo
apropiadamente específico y sensible a los problemas de etiquetación. Por ejemplo, en lugar
de designar a los participantes como asiáticoamericanos o hispanoamericanos, puede ser
más útil nombrarlos por su nación o región de origen (ej., chinos americanos, mexicanos
americanos). Si se analiza la orientación sexual, tenga en cuenta que alguna gente interpreta
gay corno referente a varones y mujeres, en tanto otros entienden el término como inclusivo
sólo de varones (por claridad, actualmente se prefiere varones gays y lesbianas).
Términos clínicos generales como limítrofe o "personas en riesgo" más que explicar, insinúan.
Especifique el diagnóstico considerado limítrofe (ej., "gente con trastorno de personalidad
limítrofe"). Identifique el riesgo y la gente a la que involucra (ej., "niños con riesgo de deserción
escolar temprana").
Parte de la escritura sin prejuicios reside en reconocer que las diferencias deben
mencionarse sólo cuando sean pertinentes. El estado civil, la orientación sexual, la identidad
étnica y racial, o el hecho de que una persona tenga una discapacidad no deben mencionarse
injustificadamente.
Respete las preferencias de la gente; llámelas como ellas prefieran que se les llame (Maggio,
1991). Acepte que las preferencias cambiarán con el tiempo y que los individuos
pertenecientes al grupo suelen estar en desacuerdo sobre las designaciones que prefieren
(véase Raspberry, 1989). Realice un esfuerzo por determinar qué es lo apropiado para su
situación; quizás requiera preguntar entre sus participantes acerca de cuáles denominaciones
prefieren, en particular cuando dichas designaciones han sido causa de conflicto interno en los
grupos.
Evite etiquetar a la gente cuando le sea posible. Un suceso común en la escritura científica es
que los participantes en un estudio tienden a perder su individualidad; por lo general se les
clasifica como objetos (con formas sustantivadas como los gays y los ancianos) o, en
particular en descripciones de gente con discapacidades, se ven equiparados con su
alteración —los amnésicos, los depresivos, los esquizofrénicos, los hiperactivos, por
ejemplo--. Una solución es emplear los adjetivos como tales (ej., varones gays, gente anciana,
pacientes amnésicos). Otra reside en "poner a la persona en primer lugar", seguida por la
frase descriptiva (ej., "gente diagnosticada con esquizofrenia"). Obsérvese que actualmente se
prefiere la última solución para referirse a gente con discapacidades.
Cuando usted necesite mencionar muchos grupos en una 'misma oración o párrafo, como
cuando presenta los resultados obtenidos, haga lo más que pueda por equilibrar sensibilidad,
claridad y parsimonia. Por ejemplo, puede molestar la repetición de frases como "una persona
con." Si usted proporciona definiciones operacionales de los grupos al principio de su informe
(ej., "los participantes que puntuaron un mínimo de X en la escala X constituyen el grupo
verbal alto, y aquellos quienes puntuaron por debajo de X, conforman el grupo verbal bajo"),
esto resultará científicamente informativo y conciso para posteriormente describir a los
participantes en términos de las medidas empleadas para clasificarlos,(ej., "... fue significativo:
el grupo verbal alto, p < .05;"), con tal de que su terminología resultara inofensiva. Una
etiqueta no debe emplearse en forma alguna que pueda percibirse como peyorativa; usted
necesita encontrar términos más neutrales. Por ejemplo, los dementes no se resarce al
sustituirse por el grupo demente, pero el grupo con demencia se considera aceptable. Las
abreviaturas o etiquetas enserie para designar grupos usualmente restan claridad y pueden
ofender: los AA o el grupo alcohólico para indicar al conjunto de personas con alcoholismo
puede resultar ofensivo; CVA pasa "el grupo de capacidad verbal alta" es difícilmente
descifrable. El grupo A no ofende, pero tampoco describe.
19
Reconozca la diferencia existente entre caso, el cual se refiere a la Ocurrencia de un trastorno
o enfermedad, y paciente, que se refiere a la persona afectada por el trastorno o la
enfermedad y que recibe atención médica (Huth, 1987). "Los casos maniacodepresivos fueran
tratados", resulta problemático; corríjalo con "Los pacientes maniacodepresivos recibieron
tratamiento".
Los prejuicios pueden promoverse cuando el autor utiliza un grupo (muchas veces el mismo al
que él pertenece) como parámetro contra el cual mídelos otros. En algunos contextos, el
término privado culturalmente puede implicar que una cultura es universalmente aceptada
como modelo. Los sustantivos imparalelos en la frase hombre y esposa tal vez inciten
inapropiadamente al lectora que evalúe los roles de los individuos (Le., la mujer se define
solamente en términos de su relación con el hombre) y los motivos del autor. Las frases
marido y esposa y hambre y mujer son paralelas y no distraen. El empleo de normal quizás
lleve al lector a compararlo con anormal, estigmatizando a los individuos con diferencias. Por
ejemplo, contrastar lesbianas con "el público en general" o con "mujeres normales" conlleva
una marginación social de las lesbianas. Una comparación más -apropiada entre grupos sería
con "mujeres heterosexuales", "mujeres y varones heterosexuales" o "varones gays".
2.13 Género
Para ilustrar esta idea, el potencial de un chico estadounidense para convertirse en jugador de
fútbol puede ser una mezcla de fuerza, velocidad, equilibrio, intrepidez y resistencia a las
heridas. (El manuscrito se corrigió por un niño, eliminando la nacionalidad)
Existen muchas alternativas para reemplazar al genérico él (véase la Tabla 1), incluyendo una
reconstrucción de la frase (ej., de "Cuando un individuo se conduce con tal autoestima, él es
una persona muy fuerte" a "Cuando un individuo procede con ese tipo de valoración de sí
mismo, esa persona es más fuerte" o "Este tipo de valoración de sí mismo hace a una persona
más fuerte"); empleando sustantivos plurales o pronombres plurales (ej., de "un terapeuta muy
semejante a su cliente puede perder la objetividad que él como profesional requiere" a "los
terapeutas muy semejantes a sus clientes pueden perder la objetividad que como
profesionales requieren"; reemplazando el pronombre con un artículo (ej., de "Un investigador
debe solicitar la beca que a él le corresponde él lo. de Septiembre" a "Un investigador debe
solicitar una beta él lo de septiembre"); y suprimiendo el pronombre (ej., de "El investigador
debe evitar los prejuicios y expectativas que él tenga" a "El investigador debe evitar prejuicios
y expectativas"). Sustituir él por el o ella o ella o él debe hacerse moderadamente pues la
repetición puede cansar. Las formas combinadas como él/ella o él(ella) pueden distraer y no
son lo conveniente. Alternar entre él y ella también es posible que distraiga y no resulta lo
ideal; hacerlo implica que en efecto él o ella pueden de hecho ser genéricos, que no es el
caso. Utilizar cualquiera de ambos pronombres sugiere inevitablemente ese género específico
al lector.
21
La conducta sexual debe diferenciarse de la orientación sexual; algunos varones y mujeres se
involucran en actividades sexuales con otros de su mismo sexo sin que por ello se consideren
a sí mismos varones gays o lesbianas. En contraposición, los términos heterosexual y bisexual
se utilizan comúnmente, para describir ambas: identidad y conducta; se prefieren los adjetivos
a los sustantivos. Conducta sexual entre personas del mismo género, entre varón y varón,
entre mujer y mujer o entre varón y mujer son términos apropiados para instancias específicas
de conducta sexual en las cuales la gente se involucra independientemente de su orientación
sexual (ej., un varón heterosexual casado quien alguna vez tuvo un encuentro sexual con
alguien de su mismo género).
Las preferencias acerca, de los sustantivos referentes a grupos étnicos y raciales cambian con
frecuencia. Una de las razones para ello reside simplemente en el gusto personal; los
nombres predilectos son tan variados cuanto la gente a la cual nombran. Otra causa es que
con el tiempo, los nombres pueden volverse anticuados y algunas veces tornarse negativos
(véase Raspberry, 1989). Se recuerda a los autores los dos principias básicos de
especificidad y sensibilidad. De acuerdo con el Principio 2, se exhorta a los autores a que
pregunten a sus participantes sobre las designaciones que prefieren y se espera eviten
términos qué puedan percibirse como negativos. Por ejemplo, alguna gente con antepasados
africanos prefiere persona de raza negra* y otra prefiere africano americano; en la actualidad
se aceptan ambos vocablos. Por otro lado, los conceptos negro y afroamericano se han
tornado anticuados; por tanto, usarlos por lo general resulta inapropiado. Siguiendo el
Principio 1, la precisión es importante al describir a su muestra
Los grupos étnicos y raciales se escriben con mayúscula inicial, esto en caso del idioma
inglés; en el español lo correcto es escribirlos con minúscula inicial ya que, en este idioma, se
consideran sustantivos comunes. Por tanto, escriba Black y White cuando escriba en inglés, y
negro y blanco si escribe en español, (aunque emplear colores para nombrar a otros grupos
humanos actualmente se juzga peyorativo y no debe hacerse). No utilice guiones en las
palabras compuestas por dos o más sustantivos, aun si funcionan como un solo modificador
calificativo (ej., participantes asiáticas, americanos).
Dependiendo del lugar de origen que una persona tenga, los individuos tal vez prefieran que
se les llame hispanos, latinos, chicanas o con alguna otra denominación; hispano no
necesariamente es el término general que agrupa a todos los anteriores, y los autores deben
consultarlo con sus participantes. En general, puede ser útil nombrar el país o la región• de
origen (ej., cubano es más específico que hispano).
22
El término asiático a asiático americano es preferible al viejo vocablo oriental. Puede resultar
práctico especificar el nombre del subgrupo asiático: chino, vietnamita, coreano, paquistaní, y
así.
2.16 Discapacidades
El principio de no utilizar un lenguaje que haga aparecer a las personas 'como "incapacitadas".
sirve para mantener la integridad de los individuos como seres humanos. Absténgase del
lenguaje que equipara a las personas con su condición (ej., los neuróticos, los
discapacitados); aquel que sugiera aspectos superfluos y negativos (ej., víctima de un
ataque); y del que se considera ofensivo (ej., tullido).
Como regla general, "persona con ", "persona viviendo con" y "persona que tiene" son
formas neutras y preferibles para su descripción.
2.17 Edad
23
La monografía:
En el planteamiento inicial:
- Recolección de datos
- Ordenación e interpretación de los materiales
En la redacción final:
La tesis debe tener entre 120 y 400 páginas. Lo que la distingue en la monografía es,
cuantitativamente, la extensión y, cualitativamente, la originalidad, que es una exigencia de
este tipo de trabajo.
Es el tipo de trabajo escrito adecuado a las tareas de observación directa y, como experiencia
de realización, antecede en la vida universitaria a la monografía.
Consiste en describir una situación real de cualquier fenómeno natural o cultural. En el trabajo
de laboratorio, el informe consiste esencialmente en una descripción de los fenómenos
observados y una interpretación de ellos en términos del conocimiento teórico con que cuenta
el alumno.
En la elaboración del informe el alumno aprende a observar con atención, a depurar y recoger
datos de la realidad, a ordenarlos y a aplicar las nociones teóricas adquiridas en la
interpretación sistemática de los hechos.
25
Cuando se escribe un trabajo científico, un condicionante fundamental del estilo lo
constituye el lector a quien va dirigido. Debemos plantearnos para quién escribimos: ¿al
profesor de una cátedra?, ¿al director del trabajo?, ¿a todos los estudiosos que luego tendrán
la ocasión de consultar nuestro informe, monografía, tesis? o ¿a lectores no especialistas?
Éstas son preguntas fundamentales que debemos hacernos a la hora de elegir eI estilo de
nuestro trabajo. Aquí es preciso eliminar un prejuicio. Aunque estemos escribiendo una
monografía para una cátedra en particular, una tesis o un informe de investigación para una
institución, no deberemos ceder a la tentación de utilizar un lenguaje de especialistas, lleno de
sobreentendidos dado el nivel de esos receptores, porque es preciso tener en cuenta que será
leído por muchas personas y consultado por otras, que a veces no son precisamente
especialistas en la disciplina. Hay que explicar cada cosa con claridad y definir los términos
que se utilizan a no ser que se trate de términos aprobados e indiscutidos dentro del ámbito
de la disciplina en cuestión.
Por otra parte, el nosotros es tradicionalmente muy usado en este tipo de trabajo,
corno si el autor aun siendo una sola persona representara a varios: Entonces, nos
encontramos con expresiones como «nosotros opinamos que..." o "...el artículo que hemos
citado..,", El uso de este plural, llamado "plural mayestático", es una tradición universitaria y
resulta lícito utilizarlo, pero lo recomendable es la opción que damos a continuación: la del
lenguaje impersonal, más a propósito para el ejercicio de la escritura científica o intelectual, al
estilo de: "Se podría decir al llegar a este punto que..." o "...el artículo citado
precedentemente...".
Aun en un trabajo en equipo donde los autores son varios, debe elegirse este modo de
expresión, sin prejuicio de utilizar modalidades como "el artículo citado precedentemente nos
demuestra...", porque este plural no implica una personalización del discurso sino que ese
"nos" está englobando al lector (o receptor) para que comparta la propuesta del autor (o
emisor); y es aquí donde aparece legitimado, en el lenguaje informativo propio del trabajo, un
matiz apelativo (o de persuasión) que no puede ser condenado.
d) No utilicen signos de admiración (propios del lenguaje expresivo) para indicar que
se está diciendo algo importante. La importancia de un pasaje debe surgir del contenido
mismo de lo que se expresa. Los signos de pregunta (también propios del lenguaje expresivo
y que expresan duda o perplejidad) pueden utilizarse como cuestión que se propone para
ventilar o responder en el mismo trabajo. Por ejemplo, en una investigación cuyo título y terna
es "Composición social de los estudiantes de la Universidad de Buenos Aires en la década del
80" puede aparecer la siguiente pregunta:
"¿Por qué en carreras corno Derecho hay pocos estudiantes que trabajan teniendo en
cuenta la baja cantidad de horas cursadas?"
"Se concluye que en el caso de las carreras que exigen un alto nivel de horas
cursadas, es ésta la condición principal (que hay pocos estudiantes que trabajan). Mientras
que en el caso de las carreras con pocas horas de cursada el factor principal que determinaría
la proporción de estudiantes que trabajan es el nivel socioeconómico de los mismos."
e) Evitar el uso de mayúsculas para destacar una palabra o frase. Si se desea hacerlo,
usar cursivas o subrayado.
g) Incluir el nombre de pila de cada autor o personaje histórico la primera vez que se lo
cite. Las veces siguientes, usar sólo el apellido.
PRELIMINARES DE LA ESCRITURA
El esquema del plan de trabajo y el índice se habrán ido modificando a medida que
avance la ordenación e interpretación de los materiales acumulados. En algunos casos puede
haberse enriquecido y hasta cambiado en la estructura de los capítulos, subcapítulos y
parágrafos, al punto que resulte sumamente detallado y refleje el orden estricto obtenido al
finalizar las tareas.
27
Podremos, entonces, dar inicio a la composición de la obra escrita y de redacción final
del trabajo siguiendo un verdadero esquema expositivo.
El ahorro de tiempo que un índice final bien estructurado nos depara, es incalculable
porque constituye la guía imprescindible para organizar la redacción del trabajo hilvanando un
dato a otro hasta llegar a las conclusiones.
Esto no quiere decir que la redacción se convierta en una mera articulación de fichas.
El investigador ha conseguido una especie de recopilación de frases, hechos y sucesos,
dividida en capítulos. Nuestra inteligencia no debe someterse exclusivamente a los materiales
fichados sino que debe recomponer con espíritu de síntesis interpretativa un cuadro completo
donde las fichas ocupen su lugar de unidades hilvanadas creativamente en una
argumentación lúcida.
El primer borrador
Sin embargo, suele ser capaz de hablar con fluidez y agilidad acerca del tema de su
investigación, pero es incapaz de sentarse a escribir un número razonable de páginas. La
causa de este fracaso es creer que en la primera redacción de un trabajo se obtiene la
perfección de una forma definitiva intocable.
Monografías e Informes
Cualquier trabajo, aun el más sencillo, nace con una forma imperfecta y requiere varias
revisiones, muchos retoques, antes de darlo por concluido, Lo importante, si ésta es la
28
situación del investigador frente a la concreción del trabajo por escrito, es comenzar a redactar
sin demasiada autocrítica, poniendo especial cuidado en el orden lógico, dejando la perfección
del estilo para una segunda etapa.
La llamada se coloca medio espacio más arriba de la línea del texto o en la misma
línea, con o sin paréntesis (mantener el criterio al repetir el número al pie), antes del signo de
puntuación correspondiente. La nota se coloca sobre el margen inferior; hay que saber
calcular su volumen para reservarle lugar al pie de la página cuando se realiza en forma
manual; la computadora lo hace automáticamente. Puede suceder que la nota rebase hasta la
página siguiente, modalidad aceptada. Las notas existirán como sección si están agrupadas al
final de cada capítulo o al final del trabajo (este último caso debe emplearse en trabajos de
envergadura).
Apéndice
El o los apéndices requieren una portadilla. En las hojas siguientes se colocará el texto
del apéndice. Los apéndices se numeran generalmente con letras (por ejemplo: Apéndice A)
29
Bibliografía
Es la sección final del trabajo y no debe faltar. Bajo el título Bibliografía se colocarán
las obras consultadas en orden alfabético estricto, por autores. Se debe destacar el apellido
del autor de la primera línea gracias al procedimiento de marcar de 2 a 8 espacios de sangría
en la segunda.
No hay que pensar que la forma declarativa de la oración coincide con la función informativa.
Este tema reviste de cierta importancia porque en el camino de una investigación utilizamos
preguntas para caracterizar los problemas de nuestro interés. Es imprescindible evitar la
pregunta retórica, obtenida persuasivamente de manera de obtener la respuesta positiva del
destinatario sin posibilidades de refutar o invalidar algo.
Tener en cuenta estos ciertos aspectos del lenguaje es de vital importancia dada la necesidad
de la ciencia de validar o refutar las respuestas tentativas (las hipótesis) que pone en juego en
un proyecto de investigación.
Se denominan así a las argumentaciones incorrectas. Cuando las falacias son resultado de
razonamientos incorrectos se las denomina falacias formales; por otro lado están los errores
argumentativos que son producto de la ambigüedad en los términos, la distracción, el
descuido en el uso del lenguaje y que se denominan falacias no formales.
1) Falacias de ambigüedad: por el uso poco claro de los términos, pueden ser:
- El equívoco: uso de una palabra con 2 significados distintos en el mismo
razonamiento.
- La anfibología: cuando una oración o término puede tener 2 interpretaciones según las
circunstancias.
- La composición: cuando las propiedades de un elemento son transferidas al conjunto.
2) Falacias de atinencia: sus premisas carecen de atinencia lógica con respecto a sus
conclusiones, o sea, la conclusión no tiene nada que ver con las premisas que
pretenden justificarla. Pueden ser:
- Argumento ad baculum: se basa en que la verdad de la afirmación se apoya en el uso
de la fuerza.
- Argumento ad hominem: se basa en la descalificación del que argumenta.
- Argumento ad ignoratiam: aceptar que algo es verdadero porque nadie ha podido
probar que es falso, o viceversa.
- Argumento ad populum: aceptar una verdad porque existe consenso para ella.
- Argumento ad verecundiam: aceptar que algo es verdad porque ha sido enunciado por
una autoridad.
- Accidente: pretender aplicar una verdad general a un caso singular.
- Petición de principio: cuando se supone como verdadero lo que se quiere demostrar, o
sea, poner en las premisas lo que debe estar en la conclusión.
31
La explosión de la psicología, ocurrida en este siglo, es un hecho con el que tiene que
contar hoy cualquier investigador que se acerque a ella. No hablo de la variedad de teorías y
escuelas. Me refiero, sobre todo, a la explosión de su realidad social, a la multiplicación de
estudios, investigaciones, técnicas, procedimientos, recursos, instrumentos, tests,
cuestionarios, y al consiguiente incremento del número de informes, artículos, revistas,
publicaciones, folletos, capaces de desbordar cualquier biblioteca.
Los expertos calculan hoy la existencia de unas 4000 revistas de psicología, lo que
significaría más de 100.000 artículos por año. Estar al día de ese material, de modo completo
y pormenorizado, supondría, junto a un don universal de lenguas, la lectura de Unos 300
artículos diarios, más de diez por hora sin comer ni dormir. Literalmente, hoy ya nadie sabe
lo que se sabe en psicología. Y esto es así porque, junto a un tronco amplísimo de
conocimientos, de incalculable variedad y pluralismo, que circula por el cauce de las
revistas y publicaciones en inglés, hay todavía una importante fracción de trabajos que
se difunden en las otras grandes lenguas de cultura de occidente, a lo que aún se han
de sumar los logros de las diversas tradiciones nacionales, incluidas las grandes
comunidades asiáticas e. islámicas. Notemos, de paso, que en psicología hay, junto a una
cierta dosis de "ciencia internacional", un considerable volumen de las tradiciones
nacionales, que tienen un valor indiscutible, porque reflejan aquellas diferencias
individuales y sociales que son relevantes para la comprensión de la mentalidad de sus
miembros.
32
situación. De este modo, la información permite a quien la posee tomar una decisión ajustada
a los datos y resolver una situación.
A la hora presente, se puede reunir una masa de datos casi inacabable sobre
cualquier problema Todo es cuestión de tiempo y de dinero, o al menos, uno propendería a
pensar que con ambas cosas en abundancia, se podría disponer de semejante tesoro
documental. Pero, con ello, se propende a perder de vista la necesidad de que la
documentación sirva al problema de que partimos.
El investigador de hoy, por tanto, tiene que estar formado en las particulares técnicas
de estudio de su campo, y en las más generales de la búsqueda, uso y explotación razonada
de las fuentes de documentación.
Aquí surge un tercer tipo de problema Compendios y sesgos. Hoy se suele disponer
de una gran cantidad de documentación, fundamentalmente bajo la forma de resúmenes,
síntesis o compendios, de trabajos antecedentes. Equivalen, aproximadamente, a los
elementos informativos que un buen mapa ofrece sobre una zona de la tierra, tal vez su marco
geológico, sus curvas de nivel, sus líneas de presión, temperatura, incluso su pertenencia a
zonas políticas o culturales definidas datos todos ellos representativos, que no pueden suplir
el contacto real cuando el investigador trata de situar en ese terreno su objetivo de estudio.
Estamos amenazados, en muchos casos, de un uso externo, periférico, manipulador de la
documentación, que toma ésta como materia última de estudio, en lugar de verla como
representación simbólica de los trabajos y productos intelectuales que en ella se sintetiza y
compendia. El manejo de resúmenes y abstracts orienta sobre el terreno que pisamos,
pero no es ni puede ser el suelo sobre el que finalmente se levanten las nuevas
construcciones. El mapa postula la visita al paraje representada; el conjunto de
abreviaturas documentales postula, por su parte, la aproximación a los documentos
originales que se han mostrado como significativos.
34
comunicación, la multiplicación de bancos de datos, y la flexible interacción entre el
investigador y sus fuentes. Surge entonces un problema esencial añadido: la parcialidad de
nuestras fuentes.
Resumen: Las normas y usos dominantes en las revistas científicas de Psicología provienen
del Manual de Publicación de la APA que se ha convertido en patrón universal de reglas de
edición. Se consideran algunas de ellas, las relativas al orden de exposición en los informes
de investigación, al estilo de las referencias, a la proscripción de las notas, a la presentación
de los datos y los resultados. Se examinan luego algunas consecuencias derivados de esa
35
preceptiva. La consecuencia más indeseable es la confusión de criterios de canon editorial
con principios y método de ciencia. El formato editorial, además, ha contribuido a prácticas de
investigación centradas sólo en la contrastación de hipótesis y no orientadas al
descubrimiento. De todo el análisis anterior, y en fin, se desprende y analiza la pareja
antitética del científico investigador y el editor o, con generalidad mayor, del administrador de
la ciencia y la investigación.
El formato estándar
La última versión de la APA, la quinta, de ese Manual data de julio de 2001. Como
edición primera cabe considerar un artículo de 7 páginas de 1927, o bien otro posterior de
1944, con 32 páginas, ampliado este último a 60 páginas y publicado como suplemento al
Psychalogieal Bulletin. Las versiones sucesivas han sido no sólo corregidas, sino sobre todo
aumentadas: 136 páginas en la edición de 1974; 208 en la de 1983, y así en progresión hasta
la hoy vigente, que se extiende por un total de 400 páginas.
36
empírica, el análisis segundo o tercero de datos primeramente analizados por otros, el
escrito de divulgación. Por ello, sorprende la reducción de todas esas variedades a la
uniformidad de unas mismas reglas y formato de edición.
Falta, desde luego, en la psicología actual el generó de tratado. Lo que se publica bajo
ese rótulo no son tratados, ni tampoco manuales de estudio. Son en realidad revisiones
bibliográficas extensas para iniciar a estudiantes en una materia o disciplina. Ahora también la
ciencia consiste en tratados y al género de la ciencia pertenecen también textos que no son
informes de investigación, sino que informan o debaten acerca de otros asuntos, como el
estado del saber, el desarrollo de teorías o el de líneas de exploración. Poco de esto se
encontrará en las publicaciones actuales de psicología. Lo que en ellas cuenta y se encuentra
es no ya el estado de los conocimientos o hallazgos en verdad nuevos, sino resultados ya
previstos en las hipótesis previas y, por tanto, no novedosos, resultados obtenidos, además,
mediante unos modos canónicos de estudio y de presentación editorial.
Secciones y orden
El primer elemento del formato es el de las obligadas secciones, cada una de las
cuales, a su vez, tiene un patrón y unos contenidos concretos. Además del obligado resumen
inicial y las referencias finales, las secciones son: introducción con revisión de estudios
previos, método, resultados, discusión. Cánones de ese corte, se dan en las preceptivas
literarias y compositivas de cuño clásico.
El formato oficial no deja apenas resquicios para relatar incidencias acerca del proceso
de realización del estudio. Ahora bien, la ciencia es taller y proceso antes que producto o
resultado. Pero no se da oportunidad para relatar el proceso. El formato APA permite
informar acerca de resultados y método como trabajo hecho, pero no acerca de las
incidencias producidas o las que condujeron a abordar la cuestión con ese diseño,
38
esos instrumentos, ese procedimiento experimental o de observación. Y, sin embargo,
un informe de ciencia podría contener todo eso e incluso consistir sólo en eso.
Hay algunos informes ejemplares donde todo lo que se expone es un relato, informes,
desde luego, que hoy rechazaría cualquier revista de formato ortodoxo.
Al lector, a quien se le repiten los resultados obtenidos con alto grado de redundancia -
entablas, en texto, en la disensión-, en cambio se le ocultan las etapas y vicisitudes
intermedias del taller del investigador. Son estas vicisitudes, sin embargo, las que más
interesan a muchos lectores, que desean conocer cómo se ha llegado a ese punto, al del
marco introductorio y las hipótesis, a la elección de los instrumentos y del modo de operar. En
tales condiciones el informe estándar se limita a resultados, sin contener ni siquiera
hallazgos, puesto que precisamente el formato no da para auténticos hallazgos.
Además, ¿por qué esas secciones y no otras?; ¿por qué justo en ese orden?; y ¿qué
justificación metodológica o epistemológica tiene tal guion? Las normas editoriales no lo
fundamentan. La secuencia de revisión, método, resultados y discusión es clarificadora, pero
también convencional, como la de planteamiento, nudo y desenlace en un drama o narración
dramática, o la de inicio, desarrollo y fin en cualquier texto.
En contra del uso dominante, no todo nombre o toda frase necesita llevar la
correspondiente referencia. Entretanto, y por otra parte, no siempre se sabe a qué vienen
algunas menciones de autores y de referencias, que a menudo acaban por equivaler a una
39
ociosa exhibición de erudición o, peor, de pedantería en la exacta acepción de la voz
«pedante» en el Diccionario de la Real Academia: persona que «hace inoportuno y vano
alarde de erudición». Es un alarde propio. Alardear en la actualidad de referencias, cuando
éstas se hallan a disposición de cualquiera en Internet resulta patético.
En esta era actual de la información -como ha sido denominada entre otros nombres-
hay que destacar que la información, ella sola, no es todavía conocimiento. Habría que añadir
que el conocimiento, por sí solo, tampoco es todavía ciencia o sabiduría Ciertos usos
bibliográficos del formato estándar contribuyen a dar gato por liebre: proporcionan mera
información y pseudo-erudición en vez de conocimiento. Algunos sedicentes investigadores de
bibliografía exhaustiva son, en verdad, las personas ignorantes mejor informadas del mundo.
Las normas y los usos sobre las referencias, de todos modos, son innocuos. Por el
contrario, no es científicamente inocente la prohibición editorial de notas a pie de página o al
término de la unidad de discurso, sea capítulo o libro. Su proscripción y consiguiente usencia
tiene efectos negativos que no deben ser ocultados. En cualquier texto con contenido
declarativo y de conocimiento, las notas han desempeñado hasta el día de hoy -y todavía
desempeñan en otras ciencias- funciones variadas. Una nota puede servir a oficios tan
distintos como una digresión, una fundamentación, el señalamiento de un ramal argumentativo
cuya inserción en el texto resultaría fatigosa, la alusión a una polémica, la aclaración del
porqué de una cita, el recordatorio de una tradición, los nexos de intertextualidad o de
autorreferencias. En sus varias funciones, las notas, largas o breves, contribuyen siempre a
quebrar el discurso monocorde de una sola dimensión; a abrir dimensiones de metadiscurso y
de hipertexto. Tales funciones sólo podrían incorporarse al texto mediante un complejo
sistema de marcadores y artefactos tipográficos, tales como paréntesis, tamaños o tipos de
imprenta, por otro lado tampoco bien acogidos por el canon editorial y al precio, además, de
alargarlo y de mantener una sola dirección de lectura. Un escrito desarrollado sin notas es
texto plano, sin autodistancieaniento crítico ni metadiscurso.
Las notas pueden llegar a ser no menos importantes que el texto principal, aunque en
otro orden. Lo serán así según lectores o, más bien, según lecturas. Sea en primera o en
ulteriores lecturas, alguien podrá incluso interesarse tan sólo por el contenido explícito o
implícito de las notas: el discurso subordinado, el fragmento de difícil ubicación en el texto
principal, las complicidades y afinidades intertextuales, la capacidad autocrítica del autor, la
complejidad hipertextual y metadiscursiva, lo que entre líneas se adivina en las notas con
facilidad mayor que en el texto.
Las notas son el modo mejor, aunque quizá no único, de incrustar en un discurso
piezas tomadas de otro discurso: de un «discurso otro», sea del propio autor o de un autor
diferente. Gracias a ellas se plasma en papel impreso lo que el hipertexto informático puede
hacer visible en un espacio virtual: intersecciones, bifurcaciones, encuentros y desencuentros
de discursos. Todo esto es consustancial a la ciencia y, por eso, las notas forman parte de la
sintaxis de mi texto de ciencia. Sin ellas no hay modo de desarrollar sobre el papel un discurso
no ya científico, sino sencillamente crítico. Sin notas, un texto con contenido de conocimiento
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queda también sin relieve y sin fisuras, lo cual no es en absoluto acorde con la naturaleza de
la ciencia, aunque si lo sea con una concepción positivista y dogmática de la misma.
No hay motivos conocidos para la proscripción de las notas, una exclusión que resulta
letal para la ciencia; no hay para ello justificación epistemológica o de método. Sólo un
discurso dogmático puede dispensarse de ellas. A falta de justificación racional, cabe una
sospecha: las notas no son cómodas para el impresor, le complican el trabajo. De ser cierta la
sospecha, resultaría que una mera conveniencia de imprenta se ha mudado en regla de
publicación científica. También es cierto, de todos modos, que las notas le complican la vida al
científico positivista.
Los datos
Plano el texto, sin notas, planas las referencias, en el formato estándar también los
datos y los resultados son lisos, sin relieve. Los datos han de ser presentados de manera
neutra, llana, indiferenciada, exacta y exhaustiva, cualidades, se supone, que garantizan una
información objetiva. Las reglas de presentación de datos, al igual que las de referencias,
conducen a veces a extremos pintorescos, Para el formato estándar lo importante es que se
diga exactamente si había 2.011 o 2.012 sujetos, o si la correlación entre dos variables era
de .06 o de .07. El formato exige, por ejemplo, que en una matriz de correlaciones se detallen
todas, aunque sólo unas pocas de ellas sean significativas y la mayoría se acerquen al valor
cero. Ahora bien, una matriz por encima de 15 variables ocupa una página entera de revista y
resulta, además, fatigosa de leer y discernir los árboles no dejan ver el bosque. No se acepta
dejar en blanco las celdas correspondientes a valores que no son significativos, ni mucho
menos contentarse con mencionar en texto, sin tabla alguna entonces, aquellos pocos valores
que lo sean. Hay circunstancias, sin embargo, en las que, en virtud de las propias hipótesis
bajo estudio, carece de sentido desplegar una matriz completa.
41
último atributo en su acerada crítica del positivismo. Es pensamiento paleopositivista, carente
de relieve, incapaz de distanciarse de la superficie de «lo dado», de los hechos someros.
Frente al lema positivista de que «el dato es el dato», en la actualidad más bien se destaca
que «los hechos están hechos», es decir, construidos por el observador, por sus instrumentos
de medida y sus modos de análisis.
Editores preceptores
Están, además, los prejuicios sobreentendidos. En ocasiones varías, y del modo más
claro en 1.12 (pág. 28), se habla de experimentación («múltiples experimentos»), cuando
debería hablarse de investigación (y decirse, por tanto, «múltiples estudios»). Un poderoso
sesgo experimental impregna el Manual, que considera al experimento como arquetipo de
investigación y somete el formato de cualquier informe a los requisitos que acaso, sí, estarían
bien justificados para informar acerca de un estudio experimental.
Las pautas más eficaces, sin embargo, son las de uso interno de las revistas, las que
no constan por escrito, mejor dicho, sólo llegan a constar en cartas privadas enviadas a los
autores. Aunque también hay usos comunes, no declarados, de aplicación de las normas
APA, el modo en que un consejo editorial, un editor o un lector-asesor las interpreta tiene un
ancho margen de variabilidad e incertidumbre: cada cual las aplica a su modo; y, salvo
familiaridad previa con la respectiva revista, los autores no lo conocen de antemano. No es
que haya ocultación deliberada de las pautas o usos de aplicación.
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El conocimiento del concreto modo de interpretación y aplicación del formato canónico
sólo lo adquiere el autor con posterioridad a la redacción y envío de su informe: al serle
rechazado, o al serle devuelto con multitud de sugerencias u obligadas correcciones. Éstas
llegan a los autores de manos del editor, pero procedentes de anónimos revisores con los que
tampoco hay oportunidad de debatir o negociar Entre las más comunes se encuentran:
Estudios exploratorios, propuestas sólo heurísticas y bosquejos de modelos o teorías de
amplio rango, no basados en una sola línea de investigación, quedarán excluidos.
Los informes contienen típicamente uno o dos estudios, máximo tres. No se aceptará
un informe acerca de una línea de investigación proseguida a lo largo de años y desarrollada
en numerosos trabajos. Será rechazado por la buena razón de que, en efecto, no es posible
cumplir con todos los requisitos del formato para describir en menos de 30 páginas una serie
extensa de estudios.
Las referencias han de ser recientes y, además, incluir todo lo publicado en la propia
revista con alguna pertinencia al tema. Esta es, en realidad, la primera regla del canon
editorial implícito. Se comprende su porqué: el mejor modo de asegurar el impacto de una
revista es publicar artículos con muchas referencias de números anteriores de la misma. Este
es criterio selectivo insoslayable en la evaluación y la política editorial de todas las revistas,
blindadas en una endogamia sin parangón en el mundo académico.
En tales condiciones de endogamia resulta irrisorio esforzarse por refinar los índices
de impacto.
Colmo es también que el editor corrija el léxico ordinario y no sólo el científico. Sucede
más de una vez, sobre todo, con expresiones adverbiales, frases hechas y giros de lenguaje,
entre los reconocidos por la Real Academia. El autor, seguramente, no va a enrocarse en una
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frase: bastará que se lo sugieran para modificarla sin rechistar, aunque le asista la Academia y
sea cuestión de mera preferencia estilística de escritura. Más enojoso es cuando el editor
advierte, sin otra precisión, que la redacción es barroca o, al contrario, demasiado escueta,
que hay palabras ambiguas o que ha de mejorarse la sintaxis. El autor así aconsejado o
reprendido se ve devuelto a su época y pupitre de enseñanza secundaria, pero con un
preceptor que ni siquiera le instruye sobre sus presuntos yerros.
El investigador y el editor
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palabra propia: la ciencia entra de lleno en un oligopolio de distribución, todavía más fuerte y
determinante que el de la producción.
Con el formato editorial dominante no será posible ningún hallazgo sorprendente, sólo
los previsibles. En realidad no habrá muchos hallazgos propiamente tales, ni grandes, ni
tampoco menores. Esta pesimista previsión deriva de un juicio retrospectivo cuyo fundamento
lo proporcionaría una historia crítica —inexistente— de los hallazgos de la psicología en el
siglo XX. A continuación se formula ese juicio bajo forma de pregunta provocativa: ¿ha habido
en ella verdaderos hallazgos en los últimos treinta arios?; o bien, y rebajando la pregunta, ¿ha
habido nuevos modelos o teorías de veras relevadas posteriores a 1975? Se señala esa
fecha, convencional como cualquier otra, porque justo alrededor de ella se produce la
implantación generalizada del formato APA. Con esa fecha u otra, la provocación no procede
a humo de pajas. La revista Escritos de Psicología hizo una encuesta alrededor del año 2000.
Varios profesores españoles contestaron a preguntas sobre qué libro de psicología del siglo
XX salvarían para el futuro y qué aportación teórica consideraban más importante. Las
respuestas más concretas fueron: Ramón Bayés juzgó que debemos a Pavlov la aportación
más destacable; y, en cuanto a libros, Heliodoro Carpintero citó la obra de William James, y
Amalio Blanco la de Vigotsky y la de Lewin.
Cualquiera que lea tales respuestas se pregunta cuál es el estado de una ciencia en la
que resulta que los hitos decisivos datan de hace sesenta, ochenta o cien años. Compárese
con la extraordinaria vitalidad de ciencias como la arqueología o la genética. El paisaje del
estudio de la conducta aparece monótono, en penuria de hallazgos: apenas nada nuevo bajo
el sol a lo largo de más de medio siglo. Tampoco es única la psicología, entre las ciencias, en
esa travesía del desierto: tal vez sea la forzosa contrapartida de rutina propia de una ciencia
«normalizada» frente a la efervescencia de las revoluciones paradigmáticas (por tomarle en
préstamo el léxico a Kuhn, 1962 / 1971). El hecho es que desde hace tiempo no hay novedad
en el frente, no hay sorpresas de hallazgos.
Los textos enviados a revistas apenas serán leídos, pero hay que enviarlos como si
eso fuera a suceder. Se ajustaría mejor al número de potenciales lectores dirigirse en carta
científica personal, mediante correo electrónico, a unos corresponsales de quienes se sabe,
además, que están interesados en el objeto del estudio.
Por fortuna, nos hallamos en el fin del imperio y la época de las revistas impresas.
Comenzó esa época en el último tercio del siglo XVII. Suele tomarse a Philosophical
Transactions, publicada en 1665 por la Royal Society de Londres, como la primera revista de
ciencia. ¿Qué hacían antes los estudiosos? Escribían libros y opúsculos; y también se
escribían cartas unos a otros. Todavía en esas fechas, de finales del XVII y comienzos del
XVIII, Leibniz y Newton se carteaban con unos pocos corresponsales; y parte sustanciosa de
su legado consiste en tales cartas, que eran modo habitual de comunicación del conocimiento.
Ya ahora cada cual tiene la posibilidad de comunicarse con colegas científicos por
procedimientos no imaginables hace cincuenta años, cuando comenzó a fraguarse el formato
APA. Va a resurgir el género científico epistolar. Éste no será como en el siglo XVII, sino
mucho más cómodo, rápido y eficaz, con centenares de corresponsales a la vez y sin ningún
trabajo añadido por copia. Habrá asimismo revistas electrónicas, a las que será difícil
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mantener bajo el yugo de un formato editorial. Y habrá fórmulas mixtas: texto sustantivo
impreso, muy conciso, con unos pocos elementos esenciales, junto con complementos (tablas
de datos, referencias, etcétera) colocados en una página web.
Cercana como se halla la caída de las revistas cuyo formato se critica, casi produce
vergüenza hacer leña de árbol que se cae. Pero éste aún no ha caído; y, para seguir con el
mismo verbo en otra metáfora que permite, al menos los investigadores han de caer en la
cuenta de que como principios de ciencia se están vendiendo unos simples criterios de editor.
Notas
Penagos Corzo: guía rápida del manual de publicaciones de la APA – 5ta edición
- Título
- Resumen
- Introducción
- Método
- Resultados
- Discusión
- Referencias
- Apéndices
El título: debe resumir la idea principal, identificar las variables y la relación entre ellas. Hay
que evitar usar palabras como “método” o “resultados”, tampoco usar elementos redundantes
como “un estudio de…”. Extensión aproximada de 10 o 12 palabras.
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Cabezas de página: se refieren al título abreviado puesto en el margen superior derecho. La
cabeza de página no debe tener más de 50 caracteres.
Resumen o Abstract: deberá ser comprensivo del contenido de todo el artículo. El lector
deberá tener una idea clara de todo el artículo únicamente leyendo el resumen.
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Propósitos: después de plantar el problema se deberá estar en posición de decir que
se hizo (conceptualmente) para resolverlo. Esto debe ser presentado como final de la
introducción, definiendo además las variables y especificando con claridad la hipótesis.
- ¿Qué variables planeo manipular?
- ¿Qué resultados espero y por qué los espero?
Debe existir un desarrollo lógico para cada hipótesis.
Método: describe en detalle cómo el estudio fue conducido. Habilita al lector a evaluar la
propiedad del método, la confiabilidad y la validez de los resultados. La información debe ser
suficiente para replicar el estudio.
En cuanto a tablas y figuras, hay que incluirlas en la medida en que clarifiquen la información,
deben tener además valores exactos. Las figuras (que son las fotos, dibujos o diagramas)
ayudan a comprender relaciones complejas pero que no tienen la precisión de una tabla.
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las medidas asociadas de variabilidad. Es importante asumir que el lector tiene conocimiento
profesional de estadística.
Discusión: después de presentar los resultados hay que evaluar e interpretar sus
implicaciones, especialmente en relación con la hipótesis de investigación. El examen, la
interpretación y la cualificación de los resultados es con entera libertad. Es importante
enfatizar las consecuencias teóricas de los resultados y la validez de las conclusiones.
La discusión inicia con una oración sobre el soporte o no de la hipótesis original, se deben
incluir similitudes y diferencias entre los resultados del estudio y los de otros trabajos,
clarificando y confirmando las conclusiones.
La información no debe ser una simple reformulación de lo ya dicho sino que debe presentar
una contribución sobre la explicación del problema. Si los resultados son negativos, evitar las
explicaciones forzadas.
Problema: ¿por qué es importante y cuál fue la contribución aquí sobre él? ¿Qué
proposiciones fueron confirmadas o rechazadas?
Niveles de análisis: ¿cómo pueden los hallazgos ser ligados al fenómeno a niveles
de análisis más complejos o menos complejos?
Aplicación y síntesis: si los resultados son válidos y replicables, ¿qué fenómenos
psicológicos de la vida real pueden ser explicados o modelados por los resultados?
Referencias: todas las citas o referencias están soportadas por la literatura. Todas las citas
deben aparecer en la lista de referencias y todas las referencias deben ser citadas en el texto.
Es importante citar en las referencias la fuente directamente consultada, si lo consultado fue
un abstract hay que reportar éste y no el artículo completo.
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