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DESARROLLO
1. Fontana señala que a partir de 1918 hay un agotamiento del modelo académico y
sostiene que “Desde comienzos del siglo XX empezaba a resultar visible en el terreno de la
Historia el agotamiento de los viejos métodos de la erudición académica profesionalizada del
siglo XIX, con sus pretensiones de objetividad científica, que enmascaran el hecho de que
su función real era la de servir, por un lado, para la educación de las clases dominantes y,
por otro, para la producción de una visión de la historia nacional que se pudiera difundir al
conjunto de la población a través de la escuela”
En el marco de estas disputas por la “cientificidad de la Historia” y de los cambios
sociales y políticos en Europa, surge en Francia una nueva corriente historiográfica, la
Historia Económica y Social que influirá, de diversa manera, en otros países y escuelas.
Economía e Historia
En los 1950-1970 cobra auge la denominada Historia cuantitativa o Historia
económica. Fontana establece que resultaba establecer «la fórmula del desarrollo» y esta
era una tarea a la cual podían ayudar los historiadores averiguando la forma en que se
había producido en aquellos países que habían conseguido crecer. Uno de los primeros
trabajos fue el de Walt Rostow, “Las etapas del crecimiento económico”.
A partir de estos primeros estudios surge en EE.UU, la New Economic history, donde
se combinaron la teoría económica, la inferencia estadística y la Historia económica para
que el historiador buscará los nexos causales apelando a las reglas científicas de otras
disciplinas. Como ejemplo se puede citar el trabajo de Robert Fogel quien en su obra “Los
ferrocarriles y el crecimiento económico norteamericano”, deshizo el mito de la importancia
esencial del ferrocarril para el desarrollo económico en Estados Unidos.
Marxistas Británicos
Este grupo de historiadores que constituirán una de las grandes corrientes
historiográficas de occidente surge luego de la Segunda Guerra Mundial. Estaba relacionado
con el Partido Comunista británico. Las temáticas que abordaron fueron, principalmente, la
transición del feudalismo al capitalismo y las consecuencias de la revolución industrial en
Inglaterra. Las discusiones sobre esta temática tenían implicaciones metodológicas
importantes. Desde lo teórico, no los guiaba un economicismo marxista ortodoxo, sino que
entre sus preocupaciones se encontraban los elementos culturales. Los trabajos giraron en
torno a la vida y el trabajo de los obreros, como ejemplos se pueden citar las obras de Hill,
quien estudió la revolución inglesa del siglo XVII y su contexto intelectual, las obras de G.
Rudé y E. Thompson quienes comienzan con los estudios denominados “historias desde
abajo”, o las obras de Hobsbawn quien realiza una serie de grandes estudios de Historia
social como “Rebeldes primitivos”, “Bandidos” o los dedicados a la historia del movimiento
obrero como “Trabajadores” y “El mundo del trabajo”.
2. Más que una relación entre la nacionalidad de los autores y las corrientes
historiográficas que surgieron post Segunda Guerra Mundial, se puede observar los
intereses y el papel de ambas en la lucha ideológica que enfrentó el bloque socialista contra
el capitalista.
Por un lado, se ve claramente que la tradición historiográfica marxista británica
comenzó con la formación del grupo de historiadores del Partido Comunista, justo después
del fin de la Segunda Guerra Mundial (1946). La iniciativa fue promovida por especialistas,
como Maurice Dobb, Christopher Hill, Victor Kiernan, John Savielle, Eric Hobsbawm o
Rodney Hilton, de distintas generaciones, comprometidos intelectual y políticamente por las
consecuencias de la guerra, la oposición al fascismo y la pertenencia activa al Partido
Comunista, y unidos por la ideología marxista y la voluntad de estudiar de forma organizada
la Historia y de divulgar a través de estudios individuales y proyectos conjuntos. Sus
principales postulados son:
● Desarrollo de la teoría de la determinación de clases, que defiende la
importancia capital de la lucha de clases en la Historia.
● Desarrollo de una nueva perspectiva histórica: la “historia desde abajo” o la
“historia de abajo a arriba”, centrada en las experiencias, acciones y luchas de
las clases bajas (el pueblo llano, los campesinos, la clase trabajadora) en
oposición a la historia de las clases dirigentes o las élites.
● Participación en la formación en Gran Bretaña de una conciencia política
socialista y democrática.
● Integrar una escuela determinante para remover una historiografía británica
anclada en la desfasada tradición whig britanico (Partido Liberal),totalmente
anacrónica al Imperio Britanico en pleno derrumbe.