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La Maduración 1
La Maduración 1
Básicamente, el propósito de la maduración es convertir una bebida rústica en una que sea
agradable para todos nuestros sentidos….Transformar la caótica cerveza verde en una cerveza
atractiva, gentil y equilibrada, que se pueda disfrutar desde el mismo momento en que cae en
el vaso…
Para lograr esto, la maduración debe cumplir tres objetivos principales: Desarrollo del sabor,
Clarificación Carbonatación.
El desarrollo del sabor es el proceso en el que evolucionan los sabores deseados y se reducen
aquellos indeseables que corresponden a la cerveza verde - como diacetilo , acetaldehído y
sulfuro de hidrógeno (H2S ) .
Proceso
Lagers
Tradicional
El término “maduración” se relaciona con el término alemán “lagern” que significa almacenar,
descansar o reposar. Antiguamente en Alemania, cuando no existían los sistemas de
refrigeración industrial, la elaboración de cerveza se ajustaba al patrón de las estaciones del
año, lo que hacía que, desde el inicio de la producción al momento de consumirla,
transcurrieran unos 9 meses. La cerveza se elaboraba en el otoño cuando las temperaturas
eran suaves, con la cebada malteada y el lúpulo de la nueva temporada. Después de la
fermentación la cerveza se almacenaba en heladas bodegas (“lager” en alemán) durante todo
el invierno frío para estar disponible totalmente madura, como una bebida fresca y cristalina,
durante los veranos calurosos.
La fermentación principal se realizaba a una temperatura cercana a los 8 ºC. y al finalizar se
transfería la cerveza verde a tanques situados en dichas bodegas para una maduración en frio
en torno a los 0ºC. Dependiendo del tipo de levadura usada (muy floculante) y del porcentaje
de extracto residual (<1.1%) con que era trasvasada la cerveza, era posible que se necesitara
del agregado de de fermentables extras para que la llegar a completar la segunda
fermentación. Esto se hacía, por ejemplo, mediante el proceso llamado Kraüsening, que
consistía en añadir, al inicio de la fermentación secundaria, entre un 5 y un 20% de un mosto
que estuviera en la fase más activa de la fermentación principal. De esta manera se podía
regular la actividad en la fermentación secundaria controlando la cantidad de extracto
fermentable al momento del trasvase y la cantidad de mosto fermentando activamente que se
añadía. Este método tenía el inconveniente de que, al añadirse más extracto fermentable por
medio del mosto nuevo (fermentando activamente), se producía una cantidad nueva de
compuestos de sabor y aroma no deseados, tales como diacetilo y SH2, por lo que se hacía
necesaria una guarda de larga duración para conseguir una reducción efectiva de dichos
compuestos hasta niveles aceptables.
Durante la fermentación secundaria se generaba además cierta cantidad CO2 que, al ser más
soluble a la temperatura que se levaba a cabo el proceso, producía la buscada carbonatación
en la cerveza terminada.
Moderno
Pocas cervezas disfrutan, hoy en día, de 9 meses de maduración. Las cervecerías comerciales
modernas no pueden permitirse ese lujo y, en los últimos años, han destinado importantes
recursos a la investigación con el fin de reducir ese período. Actualmente, es raro que una
cerveza lager madure más de 28 días ya que, con los procesos y las técnicas modernas, todos
los objetivos de la maduración se pueden lograr en gran medida dentro de ese período.
La levadura puede ser removida por filtración, así los largos períodos de sedimentación y el
tiempo de espera para clarificar la cerveza se tornan innecesarios. También, la cerveza puede
ser estabilizada para resistir la aparición de los turbios (hazes) por una variedad de técnicas,
incluyendo filtración en frío y el uso de compuestos químicos absorbentes y, por último, la
carbonatación se puede ajustar de forma artificial llevándola a valores precisos. Es por todo
esto, que los tiempos actuales de maduración se han acortado significativamente.
Ales
Debido a la asociación de los términos “maduración” y “lager” explicada más arriba, hay una
tendencia entre algunos cerveceros a pensar que las cervezas Lager son el único estilo que
requiere la maduración. Por cierto no es así, las Ales también requieren de ese período para
que la levadura realice su magia. Como sabemos, el rango óptimo de temperaturas para el
trabajo de las levaduras del tipo Ale es más alto que para las Lagers. Como consecuencia de
esto las condiciones de maduración serán también más cálidas (entre 12-20 °C), lo que hace
que los azúcares residuales y de cebado se metabolicen con mayor rapidez y que la eliminación
de sabores “verdes” se complete normalmente en 1-2 semanas dependiendo del tipo de
cerveza, la cepa de levadura, la composición del mosto y las condiciones de fermentación
primaria. A esas temperaturas aumenta la formación de diacetilo, pero a la vez, la levadura
hace una reducción mucho más rápida del mismo.
En la elaboración de Ales, para bajar los niveles de diacetilo, basta prolongar la fermentación
primaria unos días sin variar la temperatura, aunque algunos aconsejan bajarla unos 2 o 3 ºC
los últimos días. A nivel cervecero casero, se aconseja tradicionalmente darle 7 días a la fase
primaria de la fermentación antes de trasvasar y enfriar, pero la realidad nos dice que
“cervezas diferentes y levaduras diferentes tienen requisitos diferentes”, por eso es más
recomendable esperar hasta que la levadura no muestre una mayor actividad y dejar que la
cerveza se clarifique naturalmente en el fermentador antes de envasar, lo que puede llevar de
2 a 3 semanas. A mitad de proceso se puede ir bajando gradualmente la temperatura, hasta el
límite permitido por la cerveza antes de congelarse ( -1 ºC), para facilitar así la decantación de
levaduras, proteínas y otros componentes (taninos), aclarando y suavizando la cerveza antes
de envasarla. Para los estilos que menos diacetilo aceptan y en especial las alemanas como
las Alt y las Kölsch, se aconseja no usar levadura de alta floculación y realizar una
fermentación primaria más extensa y a temperaturas más frías, hasta que se alcancen niveles
suficientemente bajos de diacetilo. En la forma tradicional, la cerveza Ale no se traspasa a un
segundo fermentador para la maduración. Del fermentador principal pasa directo al recipiente
desde donde se va a servir (barril, botella, lata, etc) madurando en el mismo.
Acondicionamiento en barril
El embarrilado (Casking) tiene sus orígenes en las Islas Británicas y es el más ampliamente
utilizado para hacer Pale Ale, Bitter, Porters y Stouts. La cerveza se trasvasa directamente del
fermentador al barril cuando la fermentación se juzga suficientemente completa ( con un
extracto residual de 0.75 a 2 ° P) o cuando la carga correcta de la levadura está presente ( 0.25
– 4 millones de cel/ml). Si es la levadura presente en la cerveza es demasiado poca, la
fermentación secundaria será lenta y el dióxido de carbono disuelto en la cerveza, insuficiente.
Si en cambio, hay demasiada levadura en suspensión, fermentación secundaria puede ser
violenta. Aunque tradicionalmente la cerveza se transfiere directo al barril y se le agregan
productos clarificadores para decantar los sólidos, algunos cerveceros la pasan a través de un
filtro no muy fino para mejorar la claridad.
Acondicionamiento en botella
La práctica de utilizar los azúcares de cebado para el acondicionado en botella ha sido refinada
por los cerveceros británicos y todavía se sigue usando por algunos cerveceros artesanales, así
como un pequeño número de grandes empresas cerveceras británicas. Cerveceros belgas son
conocidos también por el uso de este método para agregar sabores únicos. El
acondicionamiento en botella por lo general implica un corto tiempo en un tanque de
acondicionamiento para mejorar la estabilidad global y el sabor, antes de añadir los azúcares
de cebado para el embotellado final.
Fermentador secundario
Terminada la fermentación primaria y la reducción del diacetilo, se baja la temperatura a unos
10 °C, para ralentizar el metabolismo de la levadura y separar el grueso de las células por
decantación que se depositarán en la parte inferior del fermentador. Después de 2 o 3 días a
esa temperatura, la cerveza se trasvasa cuidadosamente (evitando airearla) a otro recipiente,
obviamente limpio y desinfectado, y siempre después de haber purgado todo el oxígeno de su
interior barriéndolo con CO2. La cerveza transferida debe tener una cantidad adecuada de
extracto residual y de levadura en suspensión para conseguir una maduración apropiada. De
no ser así, es posible agregar más fermentables (azúcar, mosto, etc) o más levadura según se
necesite. El tiempo mínimo aconsejable, que la cerveza debe permanecer en el fermentador
secundario, es de 2 semanas y se debe tener en cuenta que un tiempo excesivo en el mismo
(más de 6 semanas) puede dificultar la posterior carbonatación natural, debiendo recurrirse al
agregado de levadura fresca para conseguirla. Respecto al tiempo, hay algunas excepciones,
ciertas cervezas escocesas, por ejemplo, a diferencia de cervezas inglesas tradicionales, están
condicionadas a temperaturas más bajas y por períodos más largos, algo similares a las lagers.
Al mismo tiempo una larga guarda es válida, y en ocasiones necesaria, para las barleywines,
algunas trapenses, y cualquier otra cerveza de alta densidad.
Dicetonas vecinales
Las dicetonas vecinales ( VDKs ) son subproductos de la síntesis de los aminoácidos valina,
leucina e isoleucina . El diacetilo (2,3 butanodiona ) y 2,3 pentanodiona son las dos dicetonas
vecinales más comunes encontradas en la cerveza y es de suma importancia, para todo
cervecero, saber como controlar los métodos de formación y posterior reabsorción de las
mismas, para poder lograr las concentraciones aceptables para cada estilo. El umbral de
detección de la VDKs. depende del resto de los sabores presentes en al cerveza y en el caso
del diacetilo es mucho menor que el que tiene la pentanodiona. Ambos tienen un sabor
mantecoso que deja una sensación grasosa en boca. El diacetilo tira más a caramelo o la a la
mezcla de azúcar con manteca y la pentanodiona a la miel. Por lo general la percepción de
estos sabores es un defecto en la mayoría de las cervezas, pero hay casos (algunas Ales y muy
pocas Lagers) en lo que cierta presencia de los mismos es deseable como en las Scottish Ales.
Para poder sintetizar proteínas, la célula de levadura necesita de dos aminoácidos, valina y
leucina, que consigue gracias a la producción de Alfa-acetolactato que, además de ser el
precursor en la obtención de dichos aminoácidos, también lo es en la formación de diacetilo.
La célula de levadura produce alfa-acetolactato adicional, para asegurar que no haya retrasos
en la biosíntesis de los aminoácidos. Parte de ese alfa-acetolactato es excretado por la
levadura y, una vez fuera de la célula, se oxida y se descarboxila ( no enzimáticamente ) para
producir diacetilo espontáneamente. Es importante tener en cuenta que no se requiere
oxígeno para la oxidación de alfa-acetolactato, y es la presencia de metales tales como cobre
(Cu2 +), de aluminio (Al3 +) o hierro (Fe3 +) la que causará fácilmente esta reacción, que será
favorecida con un pH más bajo y las condiciones de temperatura más altas.
Una vez que el diacetilo se ha formado, se mantendrá fuera de la célula hasta el final de la
fermentación. Dada la oportunidad y las condiciones necesarias, la levadura absorberá el
diacetilo para reducirlo a acetoína (que tiene un carácter humedad leve) y finalmente a 2,3
butanodiol (un alcohol superior muy poco aromático). Así, el sabor a mantequilla se
desvanecerá. Esta reducción, dependerá en gran medida de la salud de levadura y de la
temperatura y el tiempo que se la deje actuar. Para facilitar la eliminación de diacetilo, el
cervecero debe asegurarse primero que éste se forme de manera rápida y consistente
durante la fermentación primaria. Una fermentación rápida (temperatura más alta), pH bajo y
suficiente Cu2 + o Fe3, ayudarán en la formación de diacetilo. Hay que tener en cuenta que la
eliminación de la levadura antes del final de la maduración (debido a la sedimentación,
clarificación, filtración o enfriamiento) dejará diacetilo residual en la cerveza terminada. Si la
levadura no es saludable (debido a la mala aireación al comienzo de la fermentación o de alto
contenido de alcohol en la cerveza verde), pueden tener membranas rígidas, resultando en
una mala absorción de diacetilo o poder reductor insuficiente para reducirlo a 2,3
butanodiol. Las levaduras con deficiencia respiratoria (levaduras mutantes) también tienden a
dejar dicetonas vecinales en la cerveza, ya que carecen de poder reductor al final de la
fermentación (a pesar de que tienden a permanecer en suspensión debido a las cualidades de
floculación pobres). La forma tradicional para reducir diacetilo es simplemente madurar la
cerveza hasta que el nivel ha caído por debajo del umbral de sabor. Eliminación rápida
depende de contacto con la levadura saludable, y la velocidad de eliminación se incrementa
con temperaturas más altas.
Acetaldehído
El acetaldehído, junto con otros compuestos del grupo carbonilo, es el responsable de los
sabores a hierba, a manzana verde, áspero, y ajerezado en la cerveza inmadura. Es un
producto de la metabolización de los hidratos de carbonos, llevada a cabo en fermentación
primaria, que termina reduciéndose en etanol. En caso de sufrir una oxidación se convierte en
ácido acético y luego, por reacción enzimática, se reduce a etanol en la etapa final de la
segunda fermentación alcohólica. La formación de acetaldehído se ve favorecida
generalmente por condiciones de alto metabolismo, unido a un bajo crecimiento. Los factores
que fomentan una superproducción de este compuesto pueden ser:
- Agitación en la fermentación.
La elección de una cepas de levadura adecuada es importante para lograr una producción lo
más baja posible y, al igual que con las dicetona vecinales, una buena salud y una suficiente
cantidad de celulas en la maduración reabsorberá correctamente el acetaldehído y producirá
etanol.
El zinc parece ser un cofactor en la conversión del acetaldehído a etanol, por lo que se requiere
la presencia de cierta cantidad de este metal para la conversión. El zinc es un oligoelemento
que se encuentra en la malta y el agua y que también se lixivia de los metales utilizados en la
fabricación de equipos cerveceros tradicionales, tales como cobre y latón.De hecho, cuando
los cerveceros cambiaron a sistemas de elaboración de la cerveza de acero inoxidable, la
deficiencia de zinc se convirtió en un problema en sus fermentaciones. Algunos cerveceros
corrigen este inconveniente colgando, simplemente, un pedazo de cobre o latón dentro de la
caldera o el tanque de fermentación. Para los cerveceros caseros, esto no debería ser un
problema a menos que quieran replicar su levadura y usarla repetidamente a lo largo de
muchas generaciones. Cada inóculo fresco debería tener disponible suficiente zinc dentro de
las células de levadura.
Compuestos Sulfurosos
Para poder sintetizar proteínas, la levadura necesita compuestos sulfurosos que normalmente
se encuentran en el mosto, o bien son producto del propio metabolismo, como ser el sulfuro
de hidrógeno (H2S), el dióxido de azufre (SO2) y el sulfuro de dimetilo (DMS). Estos
compuestos no son absorbidos por la levadura.El sulfuro de hidrógeno (H2S ) es un problema
que afecta en mayor medida a las cervezas de estilo lager, las levaduras Ale producen
pequeñas cantidades de H2S así que esto no suele ser un problema.La levadura, mientras
produce ciertos aminoácidos, toma iones de sulfato del agua y los convierte en sulfito que
luego liberará de la célula. El sulfuro de hidrógeno es una molécula altamente volátil,
responsable del olor a huevo podrido en la cerveza verde y es el único de los compuestos
sulfurosos que puede ser eliminado durante la maduración, venteándolo junto con el exceso
de CO2 generado en ese proceso.
El Dióxido de azufre (SO2) también se encuentra presente en la cerveza, pero su escasa
concentración (<10 ppm) hace que no tenga una influencia significativa en el sabor y el aroma
de la mayoría de las cervezas.El sulfuro de dimetilo (DMS) proviene mayoritariamente de un
precursor existente en la malta. Hay quienes afirman que, en pequeñas concentraciones,
contribuye positivamente al conjunto sabor-aroma de la cerveza, pero en concentraciones más
elevadas aporta un sabor y un aroma distintivos que recuerdan al del maíz o al de verduras
cocidas y se considera un defecto.
Otros Compuestos
Volátiles
No Volátiles
Autólisis de la Levadura
El sabor de la cerveza también puede ser influenciado por la autólisis de la levadura. Se conoce
como “autólisis de la levadura” al proceso de disolución de las células moribundas o muertas
llevado a cabo por sus propios sistemas enzimáticos. Los productos de este proceso pasan al
medio (la cerveza) y se traducen en aromas y sabores desagradables (amargo, a soja, caldoso,
a carne, a grasa o a desagüe). Normalmente la autólisis se produce cuando no hay más
fermentables que procesar o bien con temperaturas elevadas. Es un problema para cualquier
fabricante de cerveza, particularmente para los que elaboran lagers que intentan acelerar la
maduración a temperaturas más altas (> 14 ° C).Dejar la cerveza en expuesta a grandes
cantidades de células de levadura inactivas o moribundas por períodos largos (más de una
semana) después de que la fermentación primaria se ha completado, sin ninguna refrigeración
o trasvase a otro recipiente para la maduración secundaria, es casi seguro que causará este
problema. Lo mismo ocurrirá si se envasa la cerveza con demasiada levadura en suspensión.
Carbonatación
El nivel de CO2 disuelto en la cerveza después de una fermentación normal es de entre 1,2 y
1,7 volúmenes, dependiendo de la temperatura. Esta cantidad de gas, es la que la cerveza
puede mantener en solución, sin que se le aplique una presión superior y sin que se varíe la
temperatura de fermentación.Es conveniente saber que un volumen de gas disuelto en un
líquido se refiere a que el gas y el líquido ocupan, por separado, el mismo volumen, es decir
que cuando decimos que una cerveza está carbonatada con un volumen de CO2, estamos
diciendo que un litro de esa cerveza contiene disuelto un litro de CO2. La ley que regula la
cantidad de gas que entrará en solución es la ley de Henry, que establece que la concentración
de un gas ligeramente soluble en un líquido es directamente proporcional a la presión parcial
del gas. (Si un recipiente contiene más de un tipo de gas, cada uno ejerce su propia presión - su
presión parcial - en el envase.)
En nuestro caso, el gas es CO2, el líquido es la cerveza y la presión parcial es igual a la presión
total en el interior del recipiente de maduración. Cuanto mayor es la presión a la que se
guarda la cerveza, más CO2 permanecerá en solución. Solubilidad en dióxido de carbono
también está influenciada por la temperatura. Una cerveza más fría permitirá que más CO2
para permanecer en solución, por lo tanto, una Lager rentendrá más CO2 (más carbonatación
natural) que una Ale británica debido a la diferencia, que ya conocemos, en las temperaturas
que fermentan y maduran cada una. Por lo tanto, la carbonatación en la cerveza es un acto de
equilibrio entre la temperatura y la presión. En general, cuanto menor sea la temperatura y
cuanto mayor sea la presión, más gas CO2 permanecerá en solución. Para envasar una cerveza
terminada es habitual elevar el nivel de CO2 obtenido en la fermentación, llevándolo a 2,4 y
2,8 volúmenes. Esto se puede lograr de dos maneras
Carbonatación Natural
Carbonatación Forzada
Esta es una técnica que se realiza inyectando CO2 en la cerveza para que disuelva en la misma
gracias a la manipulación de la temperatura y la presión. Las grandes cerveceras recolectan el
CO2 generado durante la fermentación principal, lo procesan para refinarlo y lo licuan para
luego devolverlo a la cerveza. Hay dos técnicas principales para la conseguir una carbonatción
artificial o forzada, en línea y en tanque de carbonatación.
Carbonatación en línea: Este método no se aplica a cerveceros caseros y se utiliza en todas las
grandes fábricas de cerveza, ya sea como una carbonatación primaria o como una puesta a
punto final para alcanzar la especificación estándar para la carbonatación justo antes del
envasado. El CO2 se puede inyectar en la cerveza a medida que pasa a través de un tubo de un
recipiente a otro. El gas se inyecta a través de un difusor de acero inoxidable sinterizado que
crea burbujas muy finas (10-100 micras de diámetro) que se disuelven fácilmente en la cerveza
insaturada. La carbonatación rara vez se hace antes de la filtración debido al riesgo de que las
burbujas de CO2 perturben la filtración.
Clarificación
donde:
Se puede observar que la mejor manera de acelerar la tasa de sedimentación de las partículas
es aumentar su diámetro. La levadura con fuertes características de floculación tienden a
pegarse con mayor facilidad y aumentar su tamaño de partícula de forma espectacular. La
mejor manera de mejorar el tiempo necesario para que la cerveza se aclare es reducir la
distancia que tienen que recorrer las partículas. Las grandes cerveceros hacen esto con
tanques de envejecimiento horizontales. En algunos casos, las cerveceras más grandes utilizan
centrifugadoras que disminuyen la distancia de sedimentación y aumentan drásticamente el
componente de la gravedad (la “g” en la ecuación) de la Ley de Stokes con la fuerza centrífuga.
Isinglass
El Isinglass se extrae de la vejiga natatoria del esturión, y algunos otros peces tropicales o
subtropicales. Se prepara por inmersión en una mezcla de ácidos durante muchas semanas. El
líquido incoloro, viscoso producido por este tratamiento es rico en colágeno, con una carga
eléctrica neta positiva. La estructura es como la de una gran red que cae a través de la
cerveza, atrayendo y uniendo las células de levadura con carga negativa, junto con algunas
proteínas, lípidos y agentes antiespumantes. Las partículas forman flóculos grandes que se
hunden rápidamente a la parte inferior del tanque o recipiente. Se utiliza con mayor frecuencia
en el Reino Unido, pero muchas microcervecerías y brewpub en los EE.UU. lo usan en lugar de
la filtración.
Usado en combinación con agente clarificantes a base de sílice, el isinglass puede reducir
significativamente la levadura en suspensión en la cerveza pero no funciona demasiado bien
con recuentos altos de levadura (es decir, más de 4 millones de células / ml) y si se deja que la
temperatura suba un poco su funcionamiento mejora dado que, al ser una proteína extraída
del pescado, se desnaturaliza a temperaturas relativamente frías. Sin embargo nunca se debe
permitir que la temperatura se eleve por encima de 20 °C, incluso en el almacenamiento. En el
mercado están disponibles preparaciones a base de cola de pescado que se deshidratan para
un mejor almacenamiento. Estas preparaciones requieren de una rehidratación que deberá
hacerse antes de su uso siguiendo con precisión las instrucciones del fabricante.
La centrifugación
Estabilidad coloidal
Algunas veces hemos notado que cuando tomamos una cerveza brillantemente cristalina del
lugar donde fue madurando y la ponemos en la heladera, se vuelve turbia. Esto se debe a
ciertos compuestos presentes en la cerveza que forman un precipitado sólido cuando se
enfría. Esta bruma se conoce como “chill haze” (neblina fría) y que se forma cuando los
compuestos extraídos de la malta y el lúpulo, conocido como polifenoles o taninos, se
combinan químicamente con los polipéptidos formadores de proteínas. Los métodos de
lagering tradicionales producían este fenómeno para luego permitir que dichos sólidos se
asienten. Cerveceros modernos tratan cerveza con productos químicos absorbentes, tales
como silica gel o PVPP, que eliminan o bien la proteína de proteína o el polifenol, o ambos.
Muchos cerveceros caseros simplemente conviven con la neblina. La eliminación de los
causantes del “chill haze” se traduce en una mejora de la estabilidad física de la cerveza, y para
ello se emplean un número de métodos que forman parte de lo que se conoce a menudo
como “chillproofing.” Este proceso utiliza agentes químicos que eliminan selectivamente las
proteínas perjudiciales, manteniendo aquellas responsables de la espuma de la cerveza y la
sensación en la boca. Cada uno de estos agentes tiene sus pros y sus contras, y en muchos
casos se utilizan en combinación, para adaptarse a los requisitos y limitaciones propias de la
planta cervecera.
Las enzimas proteolíticas: se preparan a partir de papaína o pepsina y actúan sobre las
proteínas degradándolas a moléculas más pequeñas .
El ácido tánico: se utiliza tradicionalmente para eliminar el material que produce la niebla y
todavía se emplea en Alemania.
Taninos hidrolizables: también se utilizan para precipitar las proteínas. Las cervezas tratadas
con taninos hidrolizables muestran una excelente estabilidad coloidal así como valores de
claridad aceptables.
Silica Gels: Los geles de sílice son chillproofers eficaces que eliminan las proteínas de alto peso
molecular responsables de la formación de turbidez sin detrimento de la estabilidad de la
espuma.
Pablo Gigliarelli
Fuentes
www.byo.com