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El artículo 557 del CPC,: “Todo acreedor puede, en virtud de títulos auténticos o bajo firma

privada, embargar retentivamente en poder de un tercero, las sumas y efectos pertenecientes a su


deudor u oponerse a que se entreguen a éste”. Desacertadamente, al referirse el citado artículo
557 y siguientes al embargo retentivo, lo equipara a la oposición, no deben confundirse ambas
tramitaciones, pues en estricto sentido procesal, son figuras diferentes: el primero es un embargo
sujeto a validez y la segunda es una medida esencialmente conservatoria, no susceptible de
validez.

En principio, para poder trabar un embargo retentivo en manos de terceros, es menester que sea
en virtud de un título autentico o bajo firma privada que debe contener un crédito, que sin lugar a
dudas tenga carácter de cierto, líquido y exigible; sin embargo, al tratarse en principio de una
medida conservatoria, no se requiere de un título ejecutorio propiamente dicho para trabarlo, ni
de su exigibilidad.

La oposición se refiere más bien a la actuación procesal o manifestación de voluntad destinada a


impedir que el tercero detentador entregue las cosas muebles, créditos o valores de la propiedad
del deudor, pero a diferencia del embargo retentivo, existe una calidad presuntiva de propietario
o copropietario de los bienes retenidos por el tercero, por ejemplo, cuando unos de los esposos
notifica oposición a los bancos a fines de que dicho tercero se abstenga de pagar al otro cónyuge
sumas que pretendidamente forman parte de la comunidad matrimonial, hasta tanto se defina el
fondo de la partición, o cuando uno de los herederos ejercita este derecho, no lo hace por que sea
poseedor del título de crédito, otra diferencia, lo es, el hecho de que las oposiciones no están
seguidas de procedimiento de validación, el oponente solo debe esperar a que por acto civil o por
sentencia firme, le sea reconocida su calidad ya de cónyuge, heredero etc., para exigir la entrega
de las cosas mobiliarias o valores de los que resulte propietario.

estableció una diferencia entre el embargo retentivo y la oposición pura y simple, precisando que
mientras el primero se encuentra sometido a las regulaciones establecidas por los artículos 557 y
siguientes del CPC, la oposición pura y simple no entra en el dominio de aplicación de la citada
disposición legal, y no puede por tanto constituirse en un obstáculo o en una prohibición para que
un tercero embargado, si no existe embargo retentivo regular y válido, retenga las sumas o valores
retenidos a causa de una oposición pura y simple, salvo aquellos casos expresamente establecidos
por la ley.

que las formalidades prescritas para la validez de embargos retentivos no son aplicables a simples
oposiciones hechas por un coindiviso; establecido esto en la sentencia No. 937, de fecha 26 de
abril del año 2017 de la SCJ, razonando que toda persona sujeta a indivisión puede tomar las
medidas necesarias para la conservación de los bienes indivisos; que estas medidas tienen por
objeto sustraer el bien indiviso de un peligro inminente sin comprometer seriamente los derechos
de las demás personas sujetas a la indivisión.

el embargo retentivo y la oposición son figuras jurídicas distintas, pues el primero es el


procedimiento por medio del cual un acreedor embarga sumas de dinero o cosas mobiliarias
pertenecientes a su deudor, que se encuentran en manos de una tercera persona, y sobre los
cuales pretende, luego de la demanda en validez, cobrar el crédito que se le adeuda; mientras que
la segunda medida –la oposición-, es una manifestación de negativa o rechazo de una actuación
jurídica determinada, que puede ser notificada de forma independiente y desvinculada de un
embargo retentivo, la cual tiene por fundamento una situación jurídica distinta al cobro de un
crédito, tal como sería, la conservación de los bienes de una copropiedad.

La oposición constituye una medida conservatoria cuyo fundamento y efectividad son de carácter
precautorio y provisional, hasta tanto se resuelva una situación jurídica contenciosa o se defina
una situación jurídica sujeta a interpretación o al transcurso de cierto plazo; además, de que la SCJ
tuvo a bien establecer en una ocasión, que si bien es cierto que dicha medida no está sujeta a las
formalidades prescritas para los embargos retentivos y conservatorio general, por cuanto para su
interposición no se requiere de un crédito cierto, líquido y exigible, ni autorización por decisión
judicial, ni demandarse su validez, produce los mismos efectos que el embargo retentivo en
cuanto indispone e inmoviliza los bienes en manos de terceros, y por vía de consecuencia, el
embargado debe abstenerse de entregar los valores objeto de la oposición o realizar actuaciones
contra las pretensiones de quien la notifica, ya que de ignorar o descartar los efectos de la
indicada medida, lo hace bajo su propio riesgo y cuenta, debiendo asumir las consecuencias
jurídicas que de ella se puedan derivar.

En materia de embargo retentivo la jurisprudencia y la doctrina han mantenido criterio firme en


cuanto a que el tercero embargado no puede convertirse en juez del embargo, es decir, que no
tiene calidad ni potestad para determinar si el embargo trabado en sus manos es correcto o
incorrecto, justo o injusto, sino que debe limitarse en su condición de tercero en cuanto al asunto,
a realizar las retenciones requeridas, lo que por analogía extensiva se aplica a la oposición.

donde establece que la oposición:“…produce los mismos efectos que el embargo retentivo en
cuanto indispone e inmoviliza los bienes en manos de terceros…”,“…y no puede por tanto
constituirse en un obstáculo o en una prohibición para que un tercero embargado, (…) retenga las
sumas o valores retenidos a causa de una oposición pura y simple,…” constituyendo esto un
cambio de criterio sin haber hecho la salvedad de la misma, el cual era su deber, además de que
debe establecer el por qué lo hacen, ya que cuando se produce un cambio del criterio
jurisprudencial, sin una debida justificación y motivación de manera adecuada, sin exponer las
razones que justifican el nuevo criterio, constituye una violación a los principios de igualdad y de
seguridad jurídica

el tercero a quien se notifica una oposición o el tercero embargado, por asimilación, no es juez de
la validez de la oposición, ni tiene que apreciar su mérito o buen fundamento…

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