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Noelia Diaz 100045775

Régimen legal del embargo conservatorio general.


El embargo conservatorio está regido por los artículos 48 a 53 del Código de
Procedimiento
Civil.

Condiciones del crédito.


El artículo 48 del Código previamente indicado, modificado por la Ley No. 845 del
15 de julio de 1978, prescribe que: “en caso de urgencia y si el cobro del crédito
parece estar en peligro, el Juez de Primera Instancia el domicilio del deudor o del
lugar donde estén situados los bienes a embargar podrá autorizar, a cualquier
acreedor que tenga un crédito que parezca justificado en principio a embargar
conservatoriamente los bienes muebles pertenecientes al deudor…”.

La Suprema Corte de Justicia dominicana (1966), decidió que los jueces son
soberanos para verificar si el crédito alegado está justificado en principio.

La Urgencia y el peligro.
El mismo artículo 48 del Código antes aludido, en su párrafo segundo, establece
que el crédito se considerará en peligro y por tanto habrá urgencia, siempre que se
aporten elementos de pruebas que permitan suponer o temer la insolvencia
inminente del deudor, lo cual se hará constar en el auto que dicte el juez, así como
la suma por la cual se autoriza el embargo y el plazo en el que el acreedor deberá
demandar ante el juez competente la validez o sobre el fondo del embargo, todo a
pena de nulidad.

Tavárez Hijo (1989), refiere que La Suprema Corte de Justicia, en varias decisiones
de 1973, 1978, 1979, 1985, 1992, ha expresado que la urgencia y el peligro son
nociones dejadas a la soberana apreciación de los jueces del fondo. Aunque es
incuestionable estos deben motivar suficientemente decisión y apreciar aunque sea
de oficio la existencia de estas condiciones.

Autorización del embargo.


Sólo se requiere una tutela si el acreedor no tiene un título ejecutable o una
sentencia para pagar una suma de dinero. La falta de orden de decomiso cuando no
existe título ejecutivo produce la nulidad del decomiso.

La Corte de Apelaciones de Santo Domingo define la orden de decomiso como “una


orden obtenida de manera no contradictoria, por medios administrativos y con el
objetivo de impedir que el oponente del solicitante tenga conocimiento de ella, para
que no se distraiga, se retraiga, se desperdicie”. , ocultos o enajenados “bienes
muebles susceptibles de ser embargados por el acreedor”.

Notificación de la ordenanza y el acta de embargo.


El Artículo 49 del Código de Procedimiento Civil, establece que el acta de embargo
conservatorio será notificada al deudor conjuntamente con la demanda en validez o
sobre el fondo.

Pérez (2004) apunta que cuando el acreedor está provisto de un título ejecutorio,
sólo deberá demandar sobre la validez. En cambio, si no está provisto de dicho
título deberá demandar en validez y al fondo del embargo.

El autor previamente indicado refiere que el plazo dentro del cual debe demandarse
en validez o al fondo debe observarse rigurosamente, porque de lo contrario el
embargo sería nulo.

mantenerlo, sin modificación ni condición, Mantenerlo bajo las condiciones de las


prestaciones de una garantía o la justificación de solvencia

El embargo retentivo.
De acuerdo con Herveaux (2003) el Embargo Retentivo, es un procedimiento mixto,
mediante el cual un acreedor prohíbe a un tercero, que es deudor, liberarse ya sea
de sumas de dinero, como de los bienes muebles corporales que pertenezcan a
aquél en contra de quien se aplica el embargo, y demanda ante los tribunales
correspondientes ordenando el pago de su crédito con las sumas de dinero retenida
o sobre el precio de esos muebles.

Germán (2002) refiere que para algunos autores este embargo es un procedimiento
puramente ejecutorio, pues el acreedor persigue obtener el pago del crédito;
pudiendo este pago provenir de la venta forzada de los bienes del deudor o la
entrega de sumas de dinero que poseen los terceros embargados pertenecientes al
persiguiente pero, si así fuese, el embargante debiera poseer el título ejecutorio, y
no es así, ya que la existencia de un título ejecutorio no es requisito para iniciar el
procedimiento, el cual se podrá incoar con la simple autorización del juez
competente para embargar retentivamente.

Tavárez (1989), define el embargo retentivo como el procedimiento ejecutorio


mediante el cual un acreedor prohíbe al deudor de su deudor librarse en manos de
este último, y solicita de la justicia que ordene que le sean atribuidos el dinero o el
valor de los objetos mobiliarios venidos a ser disponibles en manos del deudor de su
deudor.
El embargo retentivo crea una relación tripartita entre el acreedor embargante, su
deudor embargado, y un tercero embargado, en manos de quien se práctica el
embargo.

Campo de aplicación del embargo retentivo.


“Todo acreedor puede, en virtud de títulos auténticos o bajo firma privada, embargar
retentivamente en poder de un tercero, las sumas y efectos pertenecientes a su
deudor u oponerse a que se entreguen a éste”. Es decir, el embargante podrá ser
todo acreedor que posea un título.

Si proviene de un causante universal, éste deberá notificar el acta de defunción al


acreedor y el acta notarial (en caso de transmisión legal, testamentaria), junto con la
expedición del acta del envío en posesión. Si proviene de un causahabiente a título
particular, habrá que distinguir si proviene de una cesión de crédito o de otro
causahabiente a título particular.

La hipoteca judicial provisional.


El artículo 54 del Código de Procedimiento Civil, prescribe, que “El juez de primera
instancia podrá igualmente, en las mismas formas y condiciones prescritas en el
artículo 48 autorizar al acreedor a tomar una inscripción provisional de hipoteca
judicial sobre algunos o sobre todos los inmuebles de su deudor”.

Esta inscripción provisional, sólo producirá sus efectos por tres años; pero podrá
renovarse por igual tiempo indefinidamente, mediante la presentación del auto que
autorizó la primera inscripción.

Demanda en validez y al fondo.


De conformidad con el artículo 54 del referido Código de Procedimiento Civil, el
acreedor deberá demandar sobre el fondo en el plazo que indique en el auto que
autoriza la inscripción hipotecaria, bajo pena de nulidad de la inscripción.

Dentro del plazo de dos meses de la fecha en que la sentencia sobre el fondo haya
adquirido autoridad de cosa juzgada, el acreedor deberá convertir la inscripción
provisional en inscripción definitiva, la cual producirá sus efectos retroactivamente a
contar de la fecha de la primera inscripción y se hará sin costo.

El artículo 55 del Código de Procedimiento Civil, establece, que cuando el valor de


los inmuebles afectados por la inscripción provisional, autorizada de conformidad
con el artículo que antecede, sea notoriamente superior al monto de las sumas
inscritas, el deudor podrá hacer limitar sus efectos, en cualquier momento, por el
juez de los referimientos o por el juez que conozca del fondo de la demanda,
mediante notificación de que los inmuebles que se reserven tengan por lo menos un
valor doble al monto del crédito en principal, intereses y gastos.
El derecho de vigilancia del acreedor sobre la suerte de su prenda.
Si el deudor no cumple voluntariamente con su obligación, porque no tiene solvencia
para cumplir su obligación, el acreedor quirografario se encuentra prácticamente
desarmado, porque su relación con el deudor es sólo de carácter personal, ya que
no puede perseguir en manos de un tercero un bien inmueble o mueble
perteneciente al deudor. Lo que sí le está permitido es ejercer la acción oblicua y la
acción pauliana.

La acción oblicua.
La acción oblicua, está consagrada en el artículo 1166 del Código Civil, según el
cual los acreedores pueden ejercitar los derechos y acciones correspondientes a su
deudor, con excepción de aquellos exclusivamente peculiares a las personas.

Esta acción permite al acreedor ejercer contra los terceros que son deudores de su
deudor, ejercitar a nombre de su deudor las acciones que este no ha tenido el
cuidado de ejercer.

La acción pauliana.
Con la acción pauliana, se pretende proteger al acreedor, no ya contra la
negligencia de su deudor, sino contra el fraude de su deudor, que ha cedido su
patrimonio a terceros con la finalidad de burlar el crédito de su acreedor. En efecto,
el artículo 1167 del Código Civil, prevé que los acreedores pueden también
impugnar, en su propio nombre, los actos ejecutados por su deudor, en fraude de
sus derechos. O sea que en esta acción el acreedor actúa no en nombre de su
deudor, como ocurre con la acción oblicua, si no en su propio nombre.

Ejecución forzada del crédito.


Cuando las partes suscriben un contrato, y el deudor no cumple voluntariamente lo
que se obligó a cumplir, el legislador reserva la facultad para que el acreedor recurra
a la ejecución forzada. Para esta ejecución se requiere que el acreedor se provea
de un título ejecutorio con firmeza, es decir, que no pueda ser atacado por alguna
vía de derecho.

Créditos a término y condicionales.


Por principio general, quien debe a término no debe, más que cuando el término o
la condición se haya cumplido. El término es un acontecimiento futuro, pero su
realización es segura. Es cierto, si la fecha puede ser fijada por adelantado. Es
incierto, si está sujeta a un acontecimiento imprevisible.
La condición es un acontecimiento futuro e incierto, de cuya realización dependerá
el cumplimiento de la obligación. Respecto del término y la condición véase, los
artículos 1181-1188 del Código Civil.

Transmisión de créditos y de deudas.


Se admite la transmisión activa y pasiva de los créditos por causa de muerte.
Incluso se presume que una persona se obliga por sí misma y para sus herederos y
causahabientes (Art. 1122 del Código Civil). Asimismo, el artículo 724 del referido
Código Civil, prevé, que los herederos se consideran de pleno derecho poseedores
de los bienes, derechos y acciones del difunto, y adquieren la obligación de pagar
toda la carga de la sucesión.

No queda el cesionario con acción respecto a los terceros, sino por la notificación de
la transferencia hecha al deudor. Sin embargo, puede también quedar habilitado el
cesionario por la aceptación de la transferencia hecha por el deudor en un acto
auténtico.

Garantías complementarias que benefician al acreedor.


Existen garantías complementarias que benefician al acreedor: la personal y la real.

Garantía de tipo personal.


La garantía personal se caracteriza porque interviene un tercero llamado fiador para
asegurar el cumplimiento de la obligación. Sólo existe una garantía personal que se
denomina fianza: la cual es un contrato de garantía personal por el cual una persona
La llamada fiador contrae el compromiso de pagarle al acreedor si el deudor
principal no cumple. Existen dos fianzas: la simple y solidaria.

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