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Benson Shaeffer
Con el Programa de Habla Signada para Niños no Verbales con Autismo se busca
promover la espontaneidad, más que enseñarla. Su meta es lograr el máximo desarrollo
del lenguaje espontáneo que permita a los niños con autismo comunicar qué, cuándo,
dónde, cómo, por qué y a quién ellos deseen. Este es un programa de comunicación total
diseñado para promover, en primer lugar, el desarrollo del lenguaje signado espontáneo,
seguido del habla signada espontánea y, finalmente, del lenguaje verbal espontáneo. Los
términos “habla signada” y “comunicación total” hacen referencia al uso simultáneo de
signos y palabras, y a las técnicas de enseñanza asociadas con su uso conjunto. El
“habla signada” es la producción simultánea de signos y palabras utilizados por niños no
verbales y maestros. Mientras que la “comunicación total” es la producción simultánea de
signos y palabras hechos por los maestros.
El éxito del programa radica en que primero se potencia el signado espontáneo para
maximizar la probabilidad de que el niño pueda pasar del signado espontáneo a la
producción de signos y palabras simultáneamente y, finalmente, al lenguaje verbal
espontáneo.
De esta manera, queda claro que el objetivo de la enseñanza del habla signada es la
comunicación espontánea, el signado espontáneo, el habla signada espontánea, o en el
mejor de los casos, el lenguaje verbal espontáneo. El programa especifica técnicas de
enseñanza y las secuencias en las que las funciones lingüísticas se enseñan. Al principio
del programa se enseña a los niños el lenguaje signado y la imitación verbal (producción
de habla) como habilidades independientes. como resultado, gradualmente aprenden a
utilizar su lenguaje signado espontáneamente y desarrollan habilidades de producción de
habla. Se sabrá que los niños han desarrollado la espontaneidad cuando signen sin ayuda
de otros, en situaciones nuevas, hacia sí mismos, expresiones o palabras completamente
originales o nuevas, y aprendan incidentalmente nuevos signos.
El lenguaje signado
Enseñar a utilizar signos para pedir supone insertar un movimiento con un formato
específico, socialmente compartido, el signo, en la secuencia natural de alcanzar y
agarrar objetos deseados.
El Programa de Habla Signada sigue ocho principios:
1. Comenzar con la expresión de deseos. Primero se focaliza en los deseos
personales e intereses del niño. Segundo, se enseña al niño que a través del
lenguaje puede alcanzar sus fines personales. Y, en tercer lugar, se enseña al
niño una función lingüística temprana y muy básica (la expresión de los deseos)
2. No enfatizar la imitación y el lenguaje receptivo, pues si se sobredimensiona la
repetición, el niño puede terminar imitando los gestos de su maestro. Recomienda
el moldeamiento.
3. Uso de la espera estructurada. Después de enseñar al niño a signar para objetos y
actividades deseadas a través del moldeamiento, se debe quitar poco a poco el
moldeado para que el niño produzca de modo progresivo signos más completos
por sí mismo.
4. Promover la autocorrección. Es decir, la reutilización de palabras y los cambios de
tema o de expresión en el transcurso del habla.
5. Evitar asociar la comunicación con el castigo. Es decir, se debe evitar utilizar un
“no” como respuesta ante los errores cometidos porque puede tener un efecto
inhibidor sobre la comunicación espontánea.
6. Proporcionar información indirecta. Sobre todo cuando el niño no puede decir
exactamente lo que quiere, se le induce su respuesta: “¿quieres la manzana?”,
“¿de quién es la tumba de Bolívar?”.
7. Recompensar la espontaneidad e incluirla en los criterios de adquisición. las
recompensas incrementan la probabilidad de que el niño continúe signando
espontáneamente.
8. Enseñar el español signado (o el que corresponda a cada país o región) cuando
se enseñan signos. Se imita la forma y la sintaxis del lenguaje hablado que el niño
oye cuando se le enseñe a signar.
Habla signada