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TOMA DE DECISIONES
para RESOLVER PROBLEMAS
Guía abreviada
Aprender a tomar decisiones es fundamental para vivir con calidad. Se trata de habilidades
que, ante cualquier evento, te permiten darte un tiempo –aunque sea breve- para identificar las
alternativas de solución o generar nuevas, y optar por la mejor, es decir, aquella que tiene
mayor capacidad para resolver la situación y devolverte a tu estado de equilibrio y bienestar.
Primero, es necesario que identifiques cuándo te encuentras ante un problema o conflicto. Tus
pensamientos y emociones pueden servir de indicadores, pues si tienes ideas recurrentes de
preocupación o amenaza, y/o emociones negativas como ansiedad, temor, enojo, etc.; será
importante que te plantees la siguiente pregunta: ¿Qué sucede o sucedió que no debería
ocurrir? Trata de hallar la discrepancia entre lo que es y lo que debería ser. Ten en cuenta que,
los conflictos o problemas sociales surgen en el contexto de las interacciones humanas.
Segundo, una vez que comprendiste que estás ante un problema que requiere solución, es
momento de prepararte para tomar decisiones efectivas respecto a las posibles soluciones al
problema. Existen habilidades clave que te ayudarán:
Habilidades cognitivas
Habilidades
Habilidades
para el
¿Cuáles son esas sociales e
manejo de
habilidades? interpersonales
emociones y
el estrés
El problema como
desafío
V
A POSITIVA
P L
R
O O
B CREENCIAS
y
R
L
E A
ATRIBUCIONES
M
A C
I
Ó NEGATIVA
N
El problema
como
amenaza
Si te fijas en la figura, entre el problema real (el hecho, evento o suceso) y tu valoración,
median tus creencias y atribuciones. De modo que, tu percepción de la situación y consiguiente
valoración como positiva o negativa, estarán influenciadas por las características de tus
pensamientos. Es decir, si éstos son realistas y racionales, probablemente afrontarás la
situación como un desafío más en tu vida; sin embargo, las distorsiones cognitivas pueden
hacer que veas el suceso como una amenaza para tu seguridad y bienestar. Este modo de
afrontar, representará un obstáculo en el proceso de resolución del problema.
Puedes caracterizar tu modo de afrontar las situaciones problemáticas, a partir del siguiente
listado que describe los distintos estilos de afrontamiento. Es importante que tengas en cuenta
que no se trata de un test, sino de un listado que te ayudará a conocer más acerca de tu
comportamiento, sea éste un pensamiento, una emoción o una acción.
Me ocurre:
A veces A menudo Siempre
1. Reconozco que para resolver el conflicto
necesito dedicar tiempo y esfuerzo.
2. Me creo capaz de resolver el conflicto.
3. Valoro el conflicto como una oportunidad
de crecimiento.
4. Valoro el conflicto como un desafío.
5. Percibo la situación problemática como
un suceso normal.
Las ideas preconcebidas acerca de las cosas, situaciones o personas dificultan la identificación
del problema real ante una situación conflictiva. Frecuentemente, las personas invadidas por
sus pensamientos y emociones negativos, pierden de vista el evento real que los originó, y
tienden a valorar erróneamente la situación.
Para definir cuál es el problema real te ayudará identificar lo que sientes ante la situación, lo
que piensas, así como describir los hechos (el evento o suceso) tal cual como ocurrieron. Así, a
partir de una descripción objetiva podrás comprender el problema a la vez que corregir tus
ideas distorsionadas al respecto; esto te permitirá establecer metas a ser alcanzadas con la
solución.
Cuando hayas identificado el problema real y establecido las metas de solución, es el momento
de buscar las soluciones. Para hallar la solución adecuada, puedes echar mano a tu capacidad
creadora. Utiliza esta antigua pero efectiva técnica que seguro ya la conoces, llamada Brain
storming o tormenta de ideas. Es una técnica muy útil para generar alternativas de solución.
Guíate por las siguientes preguntas para hacer que tu decisión sea acertada y efectiva:
En primer lugar,
Elimina las alternativas de solución que: 1) implican riesgos elevados (ponen en riesgo tu vida
o la de otros); 2) son de escasa factibilidad.
En segundo lugar,
Con las alternativas que te quedan, analízalas y anticipa los resultados de cada solución,
preguntándote:
¿Qué probabilidad existe de que la solución logre la menta?
Si aplico esta solución ¿cómo de bien o de mal me sentiré?
Cuánto esfuerzo y tiempo requerirá esta solución?
¿Qué probabilidad hay de que los beneficios sean mayores que las pérdidas?
¿Esta solución afectará a otras personas? ¿Cómo?
En tercer lugar,
Piensa en dos o tres maneras de mejorar la solución elegida. Y elabora un plan principal de
acción y planes alternativos.
Una vez tomada la decisión para resolver el problema, es necesario implementarla. Te guiarás
por el plan que elaboraste. Te ayudará imaginarte a ti mismo/a ejecutando la decisión tomada.
Luego impleméntala y responde:
¿Estás satisfecho/a con el resultado obtenido?
Si tu respuesta es NO, prueba la segunda opción de tu Plan. Pero no olvides revisar el proceso
que seguiste para identificar fallos y corregirlos.