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PROBLEMA

La palabra "problema" (cuestión que se tiene que solucionar) viene del griego πρόβλημα
(problema) compuesto con: El prefijo προ- (pro- = delante), como en programa, prólogo y
prosopopeya. El verbo βάλλειν (ballein = arrojar con fuerza), de donde tenemos
las palabras: bala, discóbolo, anfibología, símbolo. ...

En muchas ocasiones, cuando pienso en el tema de este artículo: la solución de


problemas, vienen a mi mente diversos ejemplos y modos de ilustrar estas situaciones. Sin
embargo, la historia sobre el “nudo gordiano” me resulta especialmente apropiada. Esta expresión
actualmente hace referencia a un problema que entraña una elevada dificultad para resolverse, un
obstáculo muy difícil de salvar.
El término tiene su origen en Gordio, un labrador que llegó a ser rey de Frigia, lo que es hoy la
Anatolia de Turquía.
El rey Gordio, en homenaje a Zeus, ató a su templo la lanza y el yugo del carro con el que entró
por primera vez en la ciudad. Y lo hizo con un nudo imposible de soltar: el nudo de Gordio, el “nudo
gordiano”.
Cuando Alejandro Magno se apoderó de Frigia –y aquí llega la parte más interesante de la
historia– conocedor de la leyenda popular, se enfrentó al nudo gordiano. ¿Y qué hizo? Pues se
acercó al nudo, lo miró con serenidad… sacó su espada, y le asestó un tajo que cortó el nudo:
¡problema resuelto! Hoy, cuando se resuelve un problema demasiado complejo y se opta por una
solución simple y eficaz, se habla de “cortar el nudo gordiano”.
Pero, ¿es adecuado dar una solución simple a un problema complejo? Esto mismo le reprocharon
a Alejandro Magno, a lo que respondió: “Monta tanto, tanto monta” –frase cuyo origen atribuimos,
erróneamente, a la época de los Reyes Católicos–, con lo que Alejandro Magno venía a decir: “He
resuelto el problema, ¿o no?”.

Indudablemente hay problemas complejos que no tienen una solución simple, pero creo que la
moraleja de esta historia es que un mismo problema tiene muchas soluciones, y a veces, la
solución más sencilla está delante de nuestras narices. Sólo hay que cambiar el punto de vista,
mirar el problema desde otra perspectiva.
Y esa es una de las labores de nuestra ciencia, la Psicología: dotar a las personas de
nuevas perspectivas para que logren afrontar y resolver sus problemas.

Alejandro Magno resolvió de un modo muy directo el llamado

«nudo gordiano». Ahora esta expresión alude a un problema

de difícil solución. Hablamos de las técnicas psicológicas para


mejorar nuestra facultad de resolución de problemas CLIC

PARA TUITEAR

Tener o no tener problemas… ¿Es esa la cuestión?

En ocasiones pensamos en la felicidad como la ausencia de problemas y por tanto, si encontramos


obstáculos a la hora de alcanzar aquellas metas deseadas, la frustración estará garantizada y en
consecuencia se verá amenazado nuestro bienestar emocional.

Sin embargo, en cuanto reflexionamos sobre nuestras experiencias vitales y personales,


encontramos que muchos de nuestros momentos de satisfacción y felicidad, son el resultado de
haber superado obstáculos, desafíos, haber conseguido transformar y resolver alguna situación
problemática.
De hecho, hay personas que “buscan los problemas”. Son personas que, tras momentos de éxito y
logro, manifiestan la necesidad de proponerse nuevos desafíos, salir de su zona de confort para
aventurarse en la conquista de nuevos horizontes, reactivando la motivación de superación
personal.
También podemos hablar de personas que no se enfrentan a los problemas, que renuncian a sus
metas ante las primeras dificultades. Que tienen un bajo nivel de tolerancia a la frustración, o a
cometer errores, que les cuesta afrontar la adversidad y tienden definitivamente a la evitación. Os
propongo leer el artículo de Julia Vidal sobre la tendencia a evitar, que incluye un muy interesante
vídeo sobre el tema.
El punto de partida es aceptar que los problemas forman parte de la vida, son un componente
natural de las dinámicas cotidianas y constituyen desafíos y motores de cambio y crecimiento.
Digamos que es imposible concebir la vida sin problemas, sin retos, sin dudas, sin dificultades…
Por tanto, si los problemas son inherentes a la vida, la pregunta sería ¿qué vas a
hacer con los problemas?
Cuando hablamos de resolución de problemas, se nos ocurren muchas cosas, pensamos en
problemas matemáticos, problemas prácticos, abstractos o muy concretos, e inmediatamente
pensamos en la inteligencia como el principal recurso para ser bueno o buena en la solución de
problemas.
El 1921 Lewis Terman, profesor de la Universidad de Stanford, llevó a cabo un estudio que
desmonta la idea de que el coeficiente intelectual es sinónimo de éxito en la vida. Eligió de entre
250.000 alumnos y alumnas de primaria y secundaria, a los 1.470 de mayor CI (coeficiente
intelectual). Y comprobó, tras varias décadas de seguimiento, que este grupo seleccionado no fue
el que mayores éxitos alcanzó o el que mayores aportaciones hizo a la sociedad. Es decir el
intelecto alto no garantiza el logro de metas o el éxito.
Luego, ¿qué determina ser hábiles en la solución de problemas, y en consecuencia en la
consecución de metas?
Creo que a veces no estimamos suficientemente nuestra determinación, el empeño que ponemos
en superar dificultades, nuestra actitud ante esas dificultades.

Las habilidades de gestión emocional son muy relevantes en la consecución de logros. Desarrollar
una visión flexible de los problemas y entrenar habilidades emocionales para enfrentarse a ellos, es
la “clave de bóveda”, la pieza fundamental para solucionar problemas y construir el edificio de
nuestra vida.
Cada vez más las empresas, en sus procesos de selección de personal, valoran en las candidatas
y los candidatos las denominadas competencias emocionales, cualidades decisivas para integrarse
de forma satisfactoria en equipos de trabajo y afrontar actuales demandas laborales.

Te podría interesar mi artículo: «Aprender a hacer realidad los deseos: fuerza de


voluntad y autocontrol»
La estrategia de afrontamiento y la regulación emocional, en
la solución de problemas

Empecemos por el conjunto de habilidades más útil para la solución de problemas: la regulación
emocional.
Los modos de regular las emociones son diversos y pueden ponerse en marcha en diferentes
momentos y ante diferentes circunstancias (Gross, 1998). Pueden ser más o menos automáticos, o
requerir de una intención, un esfuerzo consciente (Koole, 2009; Mauss, Bunge, & Gross, 2007).
El modo en el que regulamos nuestras emociones puede ser eficaz o no, y también puede ser útil
sólo a corto plazo, pero a medio y largo plazo ser parte de los problemas emocionales,
manteniéndolos, incluso incrementándolos (Hervás, 2011).
¿Qué dice la Psicología sobre la resolución de problemas?

Según el modelo transaccional del estrés de Lazarus (1996), la forma de hacer frente a una
situación potencialmente estresante y por ende activadora de reacciones emocionales, implica la
evaluación –valorar las implicaciones, las consecuencias– que las personas hacemos de los
estresores –acontecimientos y dificultades temidas– y las emociones asociadas a ellos.
Van a ser nuestros recursos personales, es decir nuestras habilidades en gestión emocional, los
que nos van a permitir orientar los esfuerzos hacia las soluciones, intentando resolver los
problemas de manera racional, estableciendo planes de acción y tareas a realizar.
O bien, podemos centrarnos en las emociones, en la preocupación, rumiando sobre el problema y
no sobre la solución al problema, destinando los esfuerzos a la evitación u otras formas pasivas de
afrontamiento (Martínez et al, 2011).

Te propongo mi artículo sobre… La Rumiación: el laberinto de los pensamientos


Aldao, Nolen-Hoeksema y Schweizer (2010) investigadoras interesadas en buscar factores
comunes o transdiagnósticos, examinaron la influencia de las principales estrategias de regulación
emocional y su implicación en distintos problemas emocionales.
Entre sus resultados destaca que, enfocarse en la solución del problema, es una de las estrategias
que resultan más adaptativas –para una gran variedad de contextos– y más beneficiosa para lidiar
con los contratiempos y situaciones activadoras de malestar emocional.
Estas autoras matizan que, las respuestas de resolución de problemas son intentos conscientes de
cambiar una situación estresante o contener sus consecuencias y aunque las respuestas de
resolución de problemas no son intentos directos de regular emociones, pueden tener efectos
beneficiosos sobre las emociones modificando o eliminando estresores.
En definitiva, ante las dificultades, ponerse en acción y centrarse en buscar y actuar en
la solución de los problemas, genera mayor bienestar emocional que tener una actitud
pasiva y esperar a que se solucionen por sí solos.
Por otro lado, cuando actuamos en la solución de problemas, adquirimos conocimiento,
aprendemos de la experiencia –incluso aunque no haya sido del todo satisfactoria–, y ello
contribuye a la percepción de control y autoeficacia, y a la mejora de la autoestima.
Como en tantas otras cosas en la vida, la práctica y el entrenamiento en la solución de
problemas incrementa nuestra eficacia futura.
Por este motivo, y de acuerdo con lo afirmado por Vera-Villaroel y Guerrero (2003), el
entrenamiento y desarrollo de habilidades de solución de problemas ha recobrado gran importancia
y constituye una variable positiva y preventiva relacionada con el bienestar emocional, ya que
propicia un optimismo realista para resolver y gestionar dificultades en la vida.
Los autores encontraron que las personas pesimistas se diferenciaron de los optimistas en que
éstos últimos tenían una orientación positiva hacia los problemas y hacia una resolución racional
de los mismos.
Pero ¿qué significa solucionar los problemas de un modo racional?

Si los problemas son inherentes a la vida, la pregunta es:

¿qué vas a hacer con los problemas? La doctora en

Psicología, Marta Giménez, nos da las claves para responder

a esta importante cuestión CLIC PARA TUITEAR

La solución de problemas: Un método racional

D’Zurilla y colaboradores (1973, 1981; 1982; 1999), autores de uno de los modelos más
consolidados en torno al procedimiento de solución de problemas, definen la resolución de
problemas sociales como el proceso cognitivo-conductual autodirigido mediante el cual una
persona intenta identificar o descubrir soluciones efectivas o adaptativas para situaciones
problemáticas específicas encontradas en la vida (Vera-Villaroel et al., 2003).
Según estos autores (D’Zurilla y Nezu, 1999), la capacidad general de solución de problemas
comprende una serie de habilidades específicas, junto a la motivación, la actitud y la valoración
que hagamos de esos problemas.
En definitiva, hay dos modos de valorar y considerar los problemas:

A. La orientación positiva hacia el problema es la disposición a evaluar los problemas


como resolubles. Es decir, conlleva una visión positiva y constructiva de los problemas, afrontarlos
como desafíos, con expectativas positivas de poder resolverlos, con autoconfianza y percepción de
autoeficacia. Asimismo, presupone la determinación para implicarse activamente, para destinar
tiempo, esfuerzo y persistencia para resolver el problema.
B. La orientación negativa hacia el problema, contrariamente, es la tendencia cognitivo-
emocional disfuncional e inhibitoria que consiste en considerar los problemas como amenazas, con
expectativas negativas sobre la posibilidad de soluciones a los problemas, dudas sobre la propia
capacidad para resolverlos, con respuestas emocionales de ansiedad, frustración y malestar ante
éstos.

Te propongo el artículo… ¿Sabes cuál es tu principal miedo y aprender técnicas para


afrontarlo?

Estrategias eficaces en la solución de problemas: los 4


pasos

Se denomina “solución racional de problemas” al conjunto de principios, técnicas y habilidades,


aplicadas de un modo decidido y consciente, con un plan de acción o estrategia, dirigido a resolver
las dificultades y alcanzar unos objetivos o metas.
Los 4 pasos de la resolución racional de problemas
1. Definir y formular el problema: ¿Cuál es el problema? ¿Cuál es el estado actual del
problema? ¿Cuáles son los obstáculos? ¿Cuál es la meta u objetivo que quiero conseguir? ¿Es
realista?
2. Generar alternativas de solución: ¿Qué posibles soluciones hay? No descartes ninguna
en este momento, por muy descabellada que parezca, puede servir posteriormente para generar
nuevas ideas sumando distintas soluciones. La creatividad en esta fase es fundamental.
3. Escoger una solución: ¿Cuál es la mejor solución, aunque no sea perfecta? ¿Qué
aspectos soluciona? ¿Puedo ponerla en práctica? ¿Qué necesito? ¿Cuánto tiempo necesitaré?
¿Qué consecuencias a corto, medio y largo plazo tendrá?
4. Puesta en práctica y verificación: ¿Cómo sabré que ha funcionado? Ponte indicadores
concretos para evaluar los resultados. En caso de que no resulte como esperabas, se puede iniciar
el proceso con las siguientes alternativas que en un primer momento se hayan descartado o
empezar de nuevo por el paso 1.

La psicóloga nos explica los 4 pasos en la resolución racional

de los problemas. Un entrenamiento que mejorará nuestra

habilidad para afrontar y dar solución a las dificultades en

nuestra vida CLIC PARA TUITEAR

5 respuestas típicas en la solución de problemas

Imaginemos que estamos pasando por un momento económico muy delicado, y que esa situación
se prolonga en el tiempo.
Podríamos resumir en cinco, las respuestas más frecuentes ante una dificultad como esta. Cada
una de estas cinco respuestas expresa un modo de afrontar las dificultades y conllevan
consecuencias positivas y negativas, a corto, medio y largo plazo.
Te proponemos un ejercicio

Antes de hacer clic en el desplegable de cada punto, reflexiona sobre


qué te parece cada estilo de respuesta: ¿Crees que es útil? ¿Es
adaptativa?

1. Depositar las esperanzas en un golpe de suerte: ganar la lotería, recibir una herencia
inesperada o una oferta de trabajo por sorpresa… Clic para ver qué dice la Psicología sobre este
estilo de respuesta.
2. Confiar en que el paso del tiempo contribuirá a la mejora de la situación, centrarse sólo en
lo bueno de la situación y pensar que las cosas cambiarán por sí solas. Clic para ver qué dice la
Psicología sobre este estilo de respuesta.
3. Centrarse en la situación y analizar cómo adaptarse a esta etapa: cómo reducir gastos,
ordenar prioridades, qué actividades podrían generar nuevos ingresos… Clic para ver qué dice la
Psicología sobre este estilo de respuesta.
4. Ver la situación como una oportunidad, un impulso, para formarse en nuevas carreras
profesionales, que les ofrezcan, a medio y largo plazo, mayor estabilidad y condiciones
económicas. Clic para ver qué dice la Psicología sobre este estilo de respuesta.
5. Evitar pensar en las circunstancias, resignarse a lo que venga. Clic para ver qué dice la
Psicología sobre este estilo de respuesta.

Ante un problema, una dificultad en la vida, tendemos a

ofrecer 5 respuestas típicas. Te proponemos descubrir cuáles

son respuestas eficaces y adaptativas y cuáles no. Te

sorprenderá CLIC PARA TUITEAR

Las 6 principales tendencias psicológicas que obstaculizan


la resolución de problemas
Clic para ampliar
Hay seis tendencias que obstaculizan e incluso bloquean la puesta en marcha de estrategias
orientadas a la solución eficaz de problemas.
Son tendencias psicológicas que hemos tratado en otros artículos, y que sabotean nuestras
mejores intenciones a la hora de superar nuestras dificultades y alcanzar nuestras metas. Las
repasamos y os proponemos cómo gestionar estas tendencias.
1. La impulsividad y la baja tolerancia a la frustración incrementa la probabilidad de poner
en marcha respuestas o intentos de solución incompletos, de manera precipitada y sin haber
sopesado las consecuencias de los actos.Identifica tus reacciones emocionales: no olvides que las
emociones condicionan pensamientos y éstos a la vez potencian reacciones emocionales y
conductas impulsadas por estas emociones. Imagina cómo verías la situación si estuvieses de
mejor humor. ¿Tomarías la misma decisión o vía de solución?
2. El Perfeccionismo. El miedo a cometer errores ante una situación problemática, puede
llevarte a no decantarse por ninguna solución y postergar continuamente las decisiones en una
búsqueda incesante de la mejor opción, “la solución perfecta”. Equivocarse, es parte del proceso
de resolución racional de problemas y permite mejorar y perfeccionar tus habilidades para afrontar
situaciones potencialmente enriquecedoras.
3. La tendencia a la evitación favorece la preocupación, darle vueltas y postergar las
decisiones o la puesta en marcha de soluciones concretas, incrementando la percepción de
amenaza y malestar. Rehuir situaciones y por tanto no implicarse activamente en las soluciones,
disminuye la percepción de autoeficacia y autonomía personal.
4. Centrarse en los aspectos del problema que no dependen de ti. En ocasiones
equivocamos el foco de actuación y podemos implicarnos en soluciones activas pero orientadas
erróneamente. Analiza qué depende de ti y cuales son los objetivos de la solución escogida.
5. Elevada intensidad emocional. Las respuestas emocionales asociadas pueden dificultar
la puesta en marcha de procesos de solución de problemas. Aprovecha las emociones incómodas
o displacenteras para identificar la emergencia de un problema. En líneas generales las emociones
no son el problema en sí, sino una consecuencia de éste.
6. Atribución errónea de causas. Puede ocurrir que estemos considerando
equivocadamente la causa del problema.Intenta buscar interpretaciones alternativas. Puede
ayudarte a identificar opciones más beneficiosas para la solución de problemas.

La capacidad para resolver los problemas a los que nos

enfrentamos en la vida no es algo innato, es un aprendizaje,

pero hay 6 tendencias de personalidad que obstaculizan y

dificultan el desarrollo de esta capacidad CLIC PARA TUITEAR

Conclusiones

Creo que tras leer este artículo podemos obtener, al menos, dos conclusiones:
La solución de problemas es un arte, no es algo innato, es una destreza, un conjunto de
habilidades que se entrenan y se adquieren, y que necesitan –como todas las maestrías–
dedicación y esfuerzo.
Pero sin duda, la buena noticia es que, solucionar problemas, depende de nosotras y nosotros, con
determinación y compromiso podemos aprender a solucionar problemas de un modo racional y
alcanzar nuestras metas y proyectos.
En este proceso, necesitaremos tiempo, y a veces también colaboración. Esa es una de las
funciones de las psicólogas y psicólogos, orientarte y contribuir a que adquieras estas valiosas
herramientas psicológicas y mejores tus habilidades y recursos para aprender a afrontar las
dificultades y solucionar los problemas a los que te enfrente la vida.
En muchas ocasiones, a lo largo de nuestras vidas, nos vamos a encontrar ante situaciones
que, teniendo solución, no sabemos resolver. Bien por su dificultad, bien porque las posturas
contrapuestas son aparentemente irreconciliables, etc. Lo que hoy os voy a comentar es
una técnica de solución de problemas, usado en psicología y que nos puede ayudar
a gestionar los conflictos.
La resolución de problemas es una de las habilidades sociales que todos deberíamos
dominar, y que en realidad, pocos dominamos.
Un problema pude entenderse como «un fracaso para encontrar una respuesta eficaz ante
una situación determinada».
En muchas ocasiones de la vida cotidiana, y si lo pensamos bien, el problema no es la
situación en sí, si no que el problema es la búsqueda en sí. Si se nos pierden las llaves, todos
pensamos que es un problema de forma automática, pero el verdadero problema es el gasto
de tiempo que nos supondrá buscarlas o ir a hacer unas nuevas.
Veamos en qué consiste la técnica y cómo nos puede ayudar.
La técnica de resolución de conflictos
La técnica de solución de problemas se basa en que estos problemas a los que no se
encuentra solución o que no se resuelven apropiadamente, pueden llegar a ocasionar
trastornos psicológicos o malestar en las personas que los sufren.
Fueron D´Zurilla y Goldfried, los que-idearon la Técnica de Solución de Problemas en 1971.
Esta se basa en un proceso que conlleva 5 pasos seriados, y que asegura encontrar solución
a cualquier tipo de problema.
Los cinco pasos para resolver un problema son:
1º- Especificar y definir el problema.
2º- Concretar la respuesta que damos al problema.
3º- Hacer una lista con soluciones alternativas.
4º- Valorar las consecuencias de cada alternativa.
5º- Valorar los resultados.
Veamos cada paso más específicamente:
Paso 1. Especificar el problema.
Lo primero es definir el problema, ya que no hay ninguna situación en sí misma problemática,
más bien existen respuestas ineficaces a diferentes situaciones.
Los problemas son algo más de nuestras vidas que nos permiten aprender y adaptarnos, con
lo que debemos verlos como una oportunidad, no como algo negativo.
Os dejo un ejemplo de un cuestionario que os puede ayudar a concretar problemas, de tal
forma que, cualquier problema que valoréis con 2 o más puntos, requiere encontrar soluciones
eficaces.
LISTA DE PROBLEMAS
Emplea la siguiente escala para responder a como le afectan los siguientes problemas:
0=No me molesta nada 1=Me molesta un poco 2=Me molesta bastante 3=Me molesta mucho
Salud física:
1.Problemas del sueño…………………………………0 1 2 3
2.Problemas con el peso………………………………0 1 2 3
3.Abuso de alcohol o tabaco…………………………0 1 2 3
4.Sentirse físicamente cansado………………………0 1 2 3
5.Problemas médicos de larga duración…………..0 1 2 3
6.Otro (anotar): ………………………………………..0 1 2 3
Relaciones sociales:
1.Timido o vergonzoso con otras personas…………0 1 2 3
2.Tener pocas amistades……………………………….0 1 2 3
3.Muy sensible a las críticas de los demás………….0 1 2 3
4.Dificultad para llevar una conversación……………0 1 2 3
5.Otros………………………………………………………0 1 2 3
Relaciones familiares y de pareja:
1.Desacuerdos con mi pareja…………………………….0 1 2 3
2.Desacuerdos con otros familiares…………………….0 1 2 3
3.Ruptura o separación matrimonial……………………0 1 2 3
4.Problemas con los niños o la escuela………………..0 1 2 3
5.Otros: ………………………………………………………0 1 2 3
Psicología o emocional:
1.Dificultad para controlar la irritación…………………0 1 2 3
2.Exceso de ansiedad o nerviosismo……………………0 1 2 3
3.Exceso de exigencia y perfeccionismo……………….0 1 2 3
4.Sentimientos depresivos………………………………..0 1 2 3
5.Otros: ………………………………………………………0 1 2 3
Economía:
1.Tener poco dinero para final de mes……………..0 1 2 3
2.Poco dinero para cubrir necesidades básicas……0 1 2 3
3.Aumento de deudas…………………………………..0 1 2 3
4.Gastos imprevistos…………………………………….0 1 2 3
5.Poco dinero para aficiones y ocio………………….0 1 2 3
6.No hay una fuente fija de ingresos………………..0 1 2 3
Vivienda:
1.Mala relación con los vecinos………………………..0 1 2 3
2.Casa demasiado pequeña…………………………….0 1 2 3
3.malas condiciones de la vivienda……………………0 1 2 3
4.Casa demasiado apartada de trabajo o escuela…0 1 2 3
5.Reparaciones………………………………………. …..0 1 2 3
Trabajo:
1.Trabajo monótono y aburrido………………………0 1 2 3
2.Relaciones difíciles con el jefe o superior………..0 1 2 3
3.Problemas de relación con los compañeros……..0 1 2 3
4.Temor a perder el trabajo……………………………0 1 2 3
5.Condiciones de trabajo desagradables……………0 1 2 3
Ocio:
1.Tener poco tiempo libre……………………………….0 1 2 3
2.Disfrutar poco de las diversiones……………………0 1 2 3
3.Poca habilidad para el deporte………………………0 1 2 3
4.Deseo de viajar………………………………………….0 1 2 3
5.Otros………………………………………………………0 1 2 3
Paso 2. Concretar la respuesta que damos al problema.
El segundo paso requiere describir con detalle el problema, la situación que lo rodea y la
respuesta que le damos normalmente. La mejor forma de tener información precisa de este
segundo paso es realizar un autorregistro como éste:
SITUACIÓN PENSAMIENTOS ESTADO CONDUCTA Y
AUTOMÁTICOS EMOCIONAL RESULTADO
En la primera columna (situación), podemos especificar un ejemplo de problema que hayamos
seleccionado, donde ocurrió, que fue lo que sucedió…. En las otras columnas podemos anotar
los pensamientos automáticos que se generan por la situación, el estado emocional, la
conducta que llevamos a cabo y el resultado. La columna de conducta y resultado reflejará
nuestra forma habitual de responder.
Paso 3. Hacer una lista con posibles soluciones alternativas.
Consiste en hacer una lista de posibles soluciones alternativas siguiendo la técnica de la
«Tormenta de Ideas» o «Brainstorming». Consiste en que escribas todas las posibles
soluciones que se te ocurran al problema siguiendo las siguientes indicaciones:
–         Vale cualquier idea que se te ocurra, no vale criticar las ideas que se te ocurran. La
valoración se hará más tarde.
–         Todo vale. Aunque te parezca la posible solución un disparate en principio es válida.
–         Es deseable producir muchas ideas de soluciones alternativas. Cuanto más, mejor.
–         Combina ideas para mejorar. Repase la lista para ver si puede combinar o mejorar
algunas ideas. Dos buenas ideas podrían juntarse y formar una idea aún mejor.
Puedes usar unas notas en este paso que recojan tanto el objetivo que quieres conseguir ante
el problema, como las posibles soluciones que se te han ocurrido siguiendo la tormenta de
ideas:
Objetivo:Soluciones posibles:1:
2:
3:
4:
5:
6:
7:
8:
9:
10:
Paso 4. Valorar las consecuencias de cada alternativa.
En el cuarto paso ya entramos a valorar las consecuencias previstas para cada alternativa
del paso anterior.
Se puede hacer una lista de las ventajas e inconvenientes para cada solución ideada, y le
damos una puntuación en función de su relevancia. Por ejemplo:
Si la consecuencia obtenida es personal, le damos 2 puntos.
Si la consecuencia es social, se pondrá 1 punto.
Si la consecuencia es a largo plazo, se puntuará con 2 puntos.
Si es a corto plazo, 1 punto.
Teniendo en cuenta que sí es más de una, entonces habrá que sumar los puntos.
Valorar las consecuencias
Estrategia o solución:
Ventajas Puntuación Inconvenientes Puntuación

TOTAL:
La estrategia o solución que puntúe más alto en consecuencias positivas (ventajas) es la que
hay que poner en práctica.
Paso 5. Valorar los resultados.
Consiste en poner en práctica la solución que hemos elegido al final del proceso y comprobar
si se cumple el objetivo.
Si no acabamos satisfechos con el resultado, entonces aplicamos la siguiente solución en el
listado según la valoración.
 
Puede parecer complicado, pero es como todo, con la práctica se mejora y después se llega
automatizar, con lo que ahorraremos en tiempo y en esfuerzo. Como os comentaba al
principio, la resolución de problemas es una habilidad que todos deberíamos dominar (o al
menos practicar).

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