El hombre a pesar de las circunstancias en que se hallé, extrae los medios de
vida del ambiente natural en que habita, se ingenia para crear los instrumentos que refuercen su capacidad tecnológica, ponen en pie sistemas de cambio y tradiciones de consumo y desarrolla los conceptos del valor que determinan la opción entre las diferentes alternativas inherentes al proceso de producción y de distribución. Lo racional de la actividad económica consiste en satisfacer las necesidades humanas mediante la producción de bienes de consumo, para ello deben tomar decisiones las cuales determinan la naturaleza y la extensión de la actividad económica. Aquí entran en juego los elementos de escasez y de opción, dos principios del formalismo, donde se enuncia la cualidad del hombre racional: economizar. El cual es un modo de hacer cosas primeramente, de pensar acerca de ellas(posibilidades) entre las que el hombre elige, después de ordenarlas. Este comportamiento nos viene impuesto por la escasez de medios en relación con nuestros deseos cada vez más amplios. El proceso de economizar, no es nunca un proceso unilateral. La opción del individuo se halla siempre limitada por los recursos de sus sociedad y los valores de su cultura. La elección entre diversas posibilidades no la limitan sólo los bienes y servicios de que se dispone para satisfacer las necesidades. Las restringen también la naturaleza de los bienes disponibles y la de las necesidades que se hayan de satisfacer. La economía, se lleva a cabo dentro de una matriz cultural. Las convenciones sociales, las creencias religiosas ,las ideas estéticas y los preceptos éticos contribuyen siempre a conformar las necesidades de los pueblos y el momento, el lugar y las circunstancias en que pueden satisfacerse. En pocas palabras, es posible aportar la prueba objetiva de lo que los hombres hacen para economizar; pero el problema de porque lo hacen depende de factores subjetivos y culturales. En las economías más simples, se ciñe a su nivel de subsistencia, en otras palabras, es muy pequeño el margen entre los recursos disponibles y la subsistencia física. La escasez de los bienes disponibles en las sociedades que se mantienen en este nivel de vida hace que el factor opción se mantenga dentro de los más angostos límites: las necesidades de estos pueblos son, en un grado considerable, necesidades puramente biológicas y anegadas a la supervivencia física. La teoría económica, en general, no está preparada para considerar el problema de la demanda cuando las alternativas son tan restringidas que no queda margen alguno entre la utilidad y la desutilidad o, para decirlo de otro modo, cuando las posibilidades de opción son tan escasas que no puede tratarse ninguna curva de indiferencia entre las satisfacciones y los costos, es decir cuando los costos se elevan siempre al máximo, ya que los individuos tienen que trabajar o morirse de hambre. En tales situaciones, la utilidad de un bien reconocido por la cultura como útil se eleva al máximo en su mera posesión, cuando se trata de una herramienta, o en la simple oportunidad de consumirlo, si se trata de una mercancía de consumo. El mercado aquí, se halla presente bajo una forma tan rudimentaria que no media ningún común denominador de valor; existe solamente una relación directa entre productor y consumidor. Los tipos elementales de intercambio de bienes y servicios se basan en un régimen inmediato y de trueque. Por otro lado, en las sociedades industrializadas, el problema económico se resuelve en un análisis de las operaciones mercantiles, tan vastas que presentan una multiplicidad tal de opción que parecen diferir más bien en cuanto género que en cuanto a grado. En estos sistemas más complejos, aparece un mercado que puede distinguirse como tal en sus formas institucionalizadas y basado en cambios que entrañan el empleo de medios pecunarios- de dinero- se advierte la ausencia casi total de la complejidad del proceso que señala el movimiento de bienes y servicios hasta llegar al consumidor final. Pero toda opción, por mucho que pueda verse influida por consideraciones de Estado social, de reivindicaciones y ventajas sociales, es siempre en último resultado, la opción de un individuo. En Resumen, la escasez de bienes a la vista de las necesidades de un determinado pueblo y en un momento dado constituye un hecho universal de la experiencia humana; que no se ha descubierto aún ninguna economía en la que se produzcan bienes bastantes, en la cantidad y variedad suficientes para satisfacer todas las necesidades de todos los miembros de la sociedad (verdad formalista: que incluye a sistemas de mecanismo económico simple o complejo, de grupos pequeños o grandes, etc). Los formalistas tienen como tesis culturalmente aceptable, la cual consiste en que el individuo tiene a elevar al máximo sus satisfacciones por medio de la opción correspondiente. Cuando el margen entre la utilidad y la desutilidad es grande y el productor o consumidor de un bien o servicio puede elegir libremente, podemos estar seguros de que, en igualdad de condiciones elegirá siempre inclinándose más por la utilidad que por la desutilidad.